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INSTITUTO DE FILOSOFIA

FACULTAD DB IIUIIANIDAIIES Y CIENCIAS


UNIVERSIDAD DE MONTEVIDEO

HEYDE ~ FONCK - LLAMBIAS

TECNICA DEL
TRABAJQ c1ENTìF1co
Método para escribir ¬
tesis. monografías, informes de seminario etc

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EDITORIAL RIO DE LA PLATA S A
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1961

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INSTITUIO DE FILOSOFIA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS
UNIVERSIDAD DE ,NIONTIVIDEO

HEYDE - 1=oNc1<
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PROLOGÓ
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i› El propósito de este pequeño manual -cu-
-in1 yo tema fue ya objeto de un cursillo en el
1

Instituto-- es ayudarfa todo§_ aquellos que


han de» escribir libros o tijabajös científicos
›de. cierta extensión, especialmente a los, és-
n
tudiantes en la confección de sus tesis, di-
sertaciones y* trabajos de seminario. No es
un “arte de pensar”, ni una metodología de
las ciencias (ni general ni especial), sino que
trata exclusivamente de la tecnica, esto es,
unaun¬;. . :x- de una serie de operaciones y proce<_¿limie_n-
tos; sin duda exteriores y secundarios, pero
cuyo cumplimiento encierra con frecuencia
el secreto de una obra bien lograda.
No había lugar en esta materia para ha-
cer un estudio original, sino para recoger la
experiencia que en múltiples testimonios
I
nos han* dejado muchas generaciones de inte-
lectuales. Por esb se han seguido --en forma
concentrada- las directivas expuestas en

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- 11

dos de los mejores tratados sobre el asunto:


FONCK, L., Wissensc/Jaƒtliches Arbeiten',
Rauch, Innsbruck, 1926, y HEYDE, J. E.,
Tecbnik des wissenscbaƒtlic/:en Arbeitens',
Kiepert, Berlin, 19$1, los que quedan cita-
\,f dos aquí de una vez por todas. Se han inter-
ll calado experiencias y procedimientos perso-
1! nales y bibliografías básicas, estas últimas
El orientadas sobre todo al estudio de la Filoso-
El
I
fia. Por lo demás, las reglas son eficaces pa-
__,
ra todo trabajo escrito, cualquiera sea su
materia.
Sobre la didáctica de la enseñanza supe-
rior y orientación de la investigación en la
universidad podrá leerse con- sumo prove-
cho la obra colectiva La Idea de la Univer-
sidad en Alemania, publicada también por
este Instituto y editada por E. Sudamerica-
A . na. Acerca de algunos aspectos del mismo
l tema me permito remitir a mi Informe so-
bre los Seminarios de Filosofía en Alemania
-2
«y en Francia.
Montevideo, Noviembre de 19S9.
_-. _.--_-›r_Mi._-. -,W
J. LI. de A. .
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PRELIMINARES
f-.w¬.-15»,. -Q;.- s. , _.. . _.=-:'.¡*.±4.

Cuando el' profano se enfrenta a una


obra escrita, piensa que primero se escribió
Í el prólogo, luego ,la introducción, después

fl el cap. primero, etc. Mas para escribir un


libro se requiere un ,vasto trabajo,.,compues-
to de una serie de operaciones que no se per-
ciben ya cuando el escrito está terminado.
nar an
-M-
Si no se quiere dispersar fuerzas 'y tiempo,
ese trabajo, ha de llevarse a cabo de acuer-
do a ciertas reglas; fruto de la reflexión y
de la experiencia- secular de los mismos es-
critores. I .
La regla capital esi tener el coraje de em-
plear la propia inteligencia (Kant. ¿Qué es
la Ilustración?), la cual ha de servir tam-
bién para juzgar sobre los métodos auxilia-
res y las operaciones previas.
Un trabajo` de este tipo requiere un serio
sf.-›._gaa-Ah,¢.¿u=w.:-fi_n.-4 un:-' esfuerzo del pensamiento y una serie de ope-
«-
raciones técnicas: determinación del tema,
Aj
reunión del material, est-udio y lectura, ex-
4 I
tractos, critica, disposición' 'y redacción.

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._ EL TEMA

*E1 terna puede ser: a) propuesto por .otro,


ya sea el profesor o una institución (por
ejemplo, para un concurs`o, b) o bien, ele-
gido libremente por el propio investigador.

J
A) Si el, tema es propuesto por otro, lo
primero es meditar sobre su -texto* y desen-
trañar su sentido y su fin. Ejemplo: “El
existencialismo de Sartre 9, la luz de la criti-
ca”. Habrá que hacerse claro que: 1°) la cri-
tica supone una exposición delfconçenido de
la doctrina a*ju"zgar; 2*-') conocer la crítica
que se ha hecho hasta el presente de la doc'-
trina de Sartre; 3°) realizar una critica pro-
pia; A2) que hai» dos clases de crítica: la
critica inmanente (formal) Y la crítica tras-
cendente- (-material). La critica inmanente
sobre la obra del autor consiste en hallar .las
lagunas y contradicciones que presenta la obra

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a lo largo de su desarrollo, según la propia
teoría expuesta por eI` autor, sin apelar a cri-
terios extrinsecos. Esta_tiene una eficacia ma-
yor que la que se puede obtener con la crítica
trascendente. La crítica trascendente, en un
Á: -
ii
sentido muy amplio, es Ta critica material:
no consiste en oponer una doctrina a otra
doctrina, sino 'en oponer a esa doctrina be-
chos o fenómenos que la hagan fracasar, de-
mostrìido que es parcial, que no los ha to-
mado en cuenta,›y por lo tanto que no los
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explica, que es insuficiente o falsa.
'B) Si el tema es elegido por el investi-
gador, hay una tarea previa. Se abre al que
trabaja una gran libertad, a la vez fecunda
y peligrosa, según como se la emplee. Lo
que primero se plantea es la elección del te-
ma. Esa elección debe ser bien hecha. Esto
J, I
convierte a la misma elección en problema,
porque de ella dependerá la secuencia de la
1¬ investigación. El tema tiene que ser algún
ii
problema a resolver, y por tanto se nos pre-
senta el problema de elegir el problema. Se
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pueden indicar ciertas reglas para elegir


i bien, o ,por lo menos para orientar la elec-
ción: *¬ . _
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1) Al considerar la elección debemos te-
ner en cuenta las fuerzas y las capacidades
personales, para no elegir un tema que tor-
ne de por si impotente el esfuerzo. Goethe
4 decía que “dilettante” es aquel que no sabe
1, medir sus Propias fuerzas.
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2)“ Considerar las inclinaciones propias:
I
se debe elegir un tema que esté de acuerdo
1̀ ,
con las inclinaciones. Hay temas que nos
mmrwfi.,¬-.LrnT-wn¡1m .-uuna»
~.- ¬.fi; muamuy¡qm
gustan y __otros que nos'disgutan y son pre-
:1 cisamente losíprimerosllos que nos permiten
los mejores desarrollos.
3) Considerar no sólo las inclinaciones,
sino los conocimientos propios y los estudios
anteriores que cada uno ha realizado, con lo
cual el trabajo tendrá una dificultad me-
nor. Cuando se trata de un trabajo de in-
flçnn,_. _
vestigación, es bueno que .se pueda \edificar
sobre base propia.

11

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la Ésto, en cuanto a la relación del tema con
respecto al investigador. Por otra parte, con-
`I siderar lbs medios .auxiliares con que se pue-
då contar. Son dos los medios auxiliares pa-
ra una investigación: a) el estado de las bi-
X1 bliotecas; b) si son posibles investigaciones
I de archivos y manuscritos, -viajes de estudio,
1!
etc., segú'n sea la naturaleza del tema.
En cuanto al objeto mismo a elegir, no
debe ser ni demasiado amplio ni demasiado
-C-_. estrecho. Si es muy amplio, se corren los
riesgos de que se torne superficial o inabar-
cable, con pérdida inútil de fuerzas. Si es
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| 'demasiado estrecho, se cae en la unilaterali-
Ia
dad, detallismo o bizantinismo; sustrae al es-
u
píritu de su vuelo, angosta el panorama y
no permite desenvolver grandes pensamien-
1
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Se debe elegir un tema determinado clara
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y exactamente, que pósibilite el incremento
Íì de Ia`investigación científica por medio del
trabajo propio. w
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¿En qué va a consistir`el problema o el ne-
xo de problemas que queremos hacer objeto
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de investigación? Con frecuencia el ~proble-


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ma sólo se revela `en el correr del propio tra-
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\ bajo, pero conviene de antemano tener cier-
ta dirección. Conviene elegir un tema actual,
ng-c un tema que siga en la actualidad suscitan-
do discusiones. El tema debe responder a las
1 necesidades del presente, para lo cual hay,
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que tener en cuenta: 1°) que hay problemas
agotados; ejemplo: discusión de ciertos he-
chos históricos; etc.; 2'-') que hay proble-
4* mas que son deseables como objeto de inves-
tigación. Periódicamente se confeccionan
listas de desiderata. Esas listas cambian con
las épocas. Una lista de ese tipo sólo puede
hacerla un corrípetente, pues requiere cono-
l cimiento› profundo de la ciencia correspon-
diente y de su estado actual. En la historia
de la filosofía moderna hay problemasaago-
tados; por el contrario,~ la filosofía antigua
y la medieval es inagotable, sobre tódo en el
- ±¡›-a_- aspecto investigación de las fuentes 0 por
las dificultades de la interpretación. Toda-

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vía no se conocen bien las fuentes de la filo-
sofia medieval; continuamente se están ex-

13

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humando. Ep cambio, en la filosofía siste-

l 1
mática no hay problemas agotados, pues
siempre~ se replantean los_ mismos.
En la práctica, para elegir un tema, el in-
vestigador hará_bien en pedir consejo a un
P 'i entendido. ,Y aunque se le consulte, siempre
consultarle dentro del campo de nuestros
l proyectos; y al mismo tiempo, procurarse un
buen tratado y bibliografías de 'las últimas

~¬ ¦
Í? décadas, porque indican en qué temas se
concentra el interés. A- esto ha de añadirse
1 el estudio de las más modernas publicaciones,
y para una más exacta determinación, tratar
ã de completar el conocimiento de las fuentes
la
J y de -la literaturacorrespondiente.
Una vez que hemos elegido un tema 2) si
4 éste ha sido determinado por un tercero, es
-J muy conveniente meditar lo que ya se sabe
por propios conocimientos, por_ observación
I.
o recuerdo de lecturas sobre el objeto a tra-


i bajar, y escribirlo en una hoja grande, sea
en forma corrida, sea' en forma de tesis ca-
pitales para desarrollan luego. Cuando uno
=if§ tiene que escribir, antes 'de comenzar se sien-
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Y te inhibido;_~mas cuando empie_za,_ halla en
el desarrollo del esfuerzo, que se sabia más
de lo que uno mismo creía, lo çual ayuda a
an'¡p'liar 1; esfera del problema a tratar y a
4ì..__ evitar un tratamiento prematuro de una
cuestiónï parcial. Todo pensamiento propio
uua. .›~.- aw qn-_.= -_nua-w.=:via†-nue. sobre un tema, aunque sea ingenuo, siem-
pre es fecundo, siempre nos dará un punto
dç vista para enfrentar ese otro material a
recoger. ,
Fero es un error ponerse a escribir largo,
"~--*1-_-4-una
sin una preparación previa, con carácter de-,

l
finitivô _y después de hacerse la ilusión de
que'se ha hecho un`trabajo considerable, des-
mnaquniu¿anu-un xnnz
cubrir la insuficiencia de su proceder y no
saben cómo empezar de nuevo. Más bien hay
que hacer un ,esquema de la exposiciórï de
conjunto futura. Si se ha meditado previa-
^;^;IJ*
-al mente sobre la extensión' y contenido del te-
ma, se adquiere una visión sobre lo ya cono-
cido 'y se pone en claro, por los problemas

i que aparecen,_ en qué dirección hay que em-


pezar el trabajo. Así, el tema se\precisa y
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tòhcreta. Ésto cohducifå a consultar los es-
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critos importantes, sobre tpdo los origina-
rios, las fuentes; y, no sólo
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las reproduccio-
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REUNION DEL MATERIAL

La primera tarea" del investigador es reu-


nir el« material, para luego hacerse un plan,
pues el' plan no puede elaborarse sin, el co-
nocimiento del material. En el material hay
que--distinguir: a) fuentes; b) literatura se-
cundaria. Las fuentes son escritos o monu-
mentos, objetos que ofrecen los liecl1os~d la
veta- originaria de un åonocirniento. Pueden
~dar«se de modo primario por manuscritos o
unnsu-.ia-.t_;¬n_n:. 1:_finf.;w¬e-n'.aw-¬. -mwmun impresos que provengan del autor; en la
*Edad Moderna. En la Antigüedad con fre-
cuencia faltan las fuentes originarias, y los
testimonios de que se dispone son de segun-
da, tercera: y cuarta mano; esta es una labor
de restablecer la fuente por la cita. Ejemplo:
`Diógenes Laercio dice que Favorino dice que
Ana-xágoras expresó que Homero escribió- la
*Ilíada -para defender la virtud y la justicia.
Otras veces'la' fuente es originaria en cuan-

17

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to al pensamiento; por ejemplo, Platón, pe-
ro no en cuanto a sus escritos, de los què só-
lo tenerrfos, copias de época_ muy posterior.
Las fuentes son necesarias porque sólo ellas
ofrecen el pensamiento directo o los hechos,
\1

s»Hi ._i .¿_ .


que la literatura secundaria sólo resume y a
veces desfigura. La literatura secundaria tie-
ne por fin la exposición del pensamiento de
4-

un autor, su interpretación, comentario y


critica. Por ejemplo, respecto a Aristóteles,
Ross o Robin son literatura secundaria, li-
-_,¿== teratura que tiene su significación, porque
1 ayuda a comprender el pensamiento del au-
tor y constituye una ~guía provisoria sobre,
l el tema a. tratar.
"'Fï'.¦9±3%_
¿Cómo se forma una bibliografía? En to-

Ii
1
if dos los casos el proceso' es el mismo: a) con-
viene examinar un escrito que tenga rela-
. 1
ción con el tema: esto nos abre un panora-
.r -1 ma general sobre el objeto e impulsa a pen-
l sar; y al mismo tiempo nos indicará una bi-
bliografía probablemente en notas o al final.
=.r
4
s del texto; b) conviene realizar la misma la-
1
bor con algunos de los escritos citados enel n umsu.

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1 718 _

L-,rei-mi

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texto. Ésto nos conduce a discernir cuáles


son los libros importantes sobre el tema,
comprenìlierido que n_o todos son de igual
significación y enjundia. .
`Pertr este procedimiento es insuficiente si
Él la obra `consultada no tiene bibliografía 0
¡ es de 'hace ya algunos años y le falta la pos-
terior.
1
BIB_LroGRAFíAs

'Á Habrá que procurarse colecciones de fuen-


tes y auxiliares bibliográficos. Para ello hay
muclios medios. Ante todo, las Enciclope-
dias, que, aunque insuficientes, son útiles
l ›
r porque suelen 'ofrecer visiones panorámicas
F
del tenia y contienen bibliografí'as..Las prin-
› cipales son: Enciclopedia Universal Ilustra-
da, Espasa - Calpe, Barcelona, 1908-48, 70

fl vol.,- 10 apéndices y muchos suplementos.


La más extensa y una de las mejores. The
Encyqlopàedia Britannicaïfl 24 vol., London-
1 New York, 1946 y suplementos anuales.
Muy buena, sobre todo para lasf ciencias.

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l , a

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_; 1

Tlze Encyclopuedia Amerìçana, 30 vbl.,_.New


I York, 193% -Larousse, R., Grand Dictionnai-
_ ._¢. .¬. re Unir/ersel du X~I~Xme. 'Siêclag 15 vol-.,
1866-88 Larousse dzl. XXe. Siåäfe, 6 vol.,
1928-33. Uteha, Diccionario Enciclopédico,
|i
la 10 vol., México 19-S0-1-952. Importante pa-
li ra temas y` autores americanos. Enciclopedia
1 italiana di scienze, lettere ed artì, 36 vol.,
¡1
Milano, Roma, 1929-39. Der Grosse Brof-
1
kbaus-1°, 12 vol., 1 supl., Leipzig, 1952-$8.
i Muy buena. La Grande Encyclopédíe, 31
Il
I vol., París, rss;-1902. Algo mamada.
Mejores que las enciclopedias son los- dic-
cionarios .especializados. De aquí en adelan-
-è1-.,É
'J›f "_f'_¢¬'
te indicaremos sólo bibliografía referente a
l_a Filosofía. Ante *todo hay diccionarios ƒ.i¬ ,.
losáƒícos: Lalande, Vocabulaire technique et 1
1

seiewztiƒiqye de la Pbiíasopbie', P.U.F., 195 S, =|


con -la contribución de la Sociedad France-
¿_
sa de Filosofía. Es el mejor, pero carece de §
bibliografiias., Eisler, Wôrterbucb der 1¿bilv=- š
1
1
1*
¡_ :op/aíscífen Begriƒ.ƒe~, 3 vol, Berlín, Mittler,
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1927-`30. Excelente-y contiene bibliografías
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en casi todos'los articulos. Férrater: Mora, J., fl 1
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'HE _4¡›L _, + í|-[_ 'ír |«
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Diccionario de Filosofía, Sudamericana, Bue-


nos Aires, 195 8. Es diccionario de concep-
I
› !
11
i tos «filosófiços y también de filósofos. Otro
sumamente importante es el de Rothacker,
Arcbiv für Begriƒƒgescbicbte, Bonn, 'Bou-
i vier, 1955, ss. Es una obra monumental, que
1 ,4 recién está en sus comienzos. No. es propia,-
mente ~un diccionario sino un estudio minu-
1
cioso de cada término; cada palabra es una
monografía. Han salido seis tomos. Será
una obra paraxdiez o veinte años. Dicciona- P
Í
l rio manual es el' de Brügger, Diccionario de `i
Filosofía, Herder, Barcelona, 1953. Es tra-
ducción del ,original alemán. Otro, un poco
4 --1
11:'-
más breve, es el de Ranzoli, Dizionario dí
Scienze jfilosoƒic/re, Hoepli, Milano, 19'52.
Trae bibliografias.
L--al
-Hay también diccionarios de filósofos.
-v

D
l Los principales son *tresz Eisler, Plailosophen-
Lexicon, Berlín; 19,12. Es un. poco antiguo,
i

pero lo que tiene está bien tratado. Un se-


gundo diccionario, que -quedó incompleto,
u--_;4 es ¡el de Hauer E., Philosophen - Lexicon,
“mr
Berlin,`19$7. Sólo -llega hasta la letra J.

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_..., ._ ,_ 1 El tercero es el mejor: Zie'genfu`ss.y ']ung,

l
Pbilosophen-Lexicon, Gruyter, Berlín, 1950,.
I' 4
Tiene dos volumenes, y es completo. El ma-
1 terial no llega hasta 1950 ; fue .elaborado un
la
;. ,. ¬¿;.~,:
Í;
la poco antes de la guefra. Es muy útil.
El Institui International de Philosop/vie,
1
Fri: Paris, prepara uno sobre los filósofos vivos.
ui»-_ _. f ì
í Muchas veces el investigador de filosofia
tendrá que buscar tërminos eh diccionarios de 1
'.'.I".,

e.
3 ciencias afines, de economia, de psicologia 0
_ - .+
Í de religión. Además se necesitan siempre dic-
cionarios auxiliares; diccionarios de la lengua,
-o bien de sinónimos, y finalmente diccionarios
4 I 1
1 de maximas o de refranes que suelen haber
Ii
i de to`das las ciencias. También diccionarios É
Í{"'B=,-§¢;=$=ï_f`~._.14
=22
de folklore, de dichos populares, etc.
'1 Junto a los diccionarios especializados se
1: podrán consultar los tratados, manuales, in-
1

4
A troducciones ›y guias del estudiante. Natu-
4 1
ralmente, no Pueden sustituir al estudio pro-
..-
._. . .
d_1. p.4-.
fundo del tema ni a las obras especiales. El
Q
1 principal es Ueberweg F., Grundriss der
`Gesc/Jiclate der Philosophieu-1”, S vol., Mit-
tler, 1925-2,8.` Después se_ha_hechç una ge-
D i
ì 3%
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1
I la _
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1

producción fotomecánjca. El quinto :Volú-


men es' muy insuficiente, pero los otroš *cua-
É tro son una obra maestra. Es indispensable
por su amplitud, concentración, objetividad

É
E
y por las bibliografías completas que contie-
ne. Por ejemplo, en el _vol. 1 hay 250 pági-
nas de bibliogralfía y rigurosamente históri-
1 A4

{
i
ca. Hasta el momento que _fue editada era
completa. Otra obra importante e§_ la Logof,
Introduction aux étzrdes pbilosopbiques, co-
lección de tratados dirigidos por Lavelle y
después pon- Le Senne. «Contiene una intro-
1
ducción a la filosofia, una historia 'de la ¿fi- ¡Í
lL
¡euunu
M..-u- n losofía, un tratado de moral, uno sobre los ø

valores, uno de psicología general, etc., por


diversos autores, pero ha quedado incomple- .
ta; 'lo que ha salido es sumamente útil. Con-
l Í
tienen bibliógrafías. Hàndbuc/3 der Philoso-
¶›/aìe, ed. Baeumler y Schröter, Oldenburg,
eu
Berlín, .1926 §s.,' 6 vol. Obra colectiva de h

muchos especialistas, que abarca todas las ra- I


r
mas de la filosofía. De ella han sido tradu-
cidos al -españolalos siguientes títulose Dempf,
E

24!

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MetaĒsicwdo la Edad Media, Gredos." Dempf-,


Las -concepciones del mundo en la Edad Me-
dia,¬ Gredos. Dempf, Etica, de la .Edad .Me.
dìa, -Gredos. Heimsoeth, Metafísica Moder-
na, Rev. de Occidente. Iïitt, Etico Moderna,
_- ._,¢._¿am. a¿._
__Rev. de Occidente. Groethuysen, Antropo-
«ii logíajilosóƒica, Losada. Stenz_e1, Filosofía del
' 1
| lenguaje, Rev. de Occidente. Spann, Filoso-
1 fía de la sociedad, Rev. de Occidente. Hols-
tein, Historia de la ¿filosofía política, Institu-
I
I to _de Estudios Políticos, Madrid, 1953.
Dempf, FilosoĒafde la cultura, Rev. de Oc-
cidente. Rothacker, FilosoĒa de la Historia,
Pegasso. ' É
Otra obra útil es la de Raeymacker L. de,
-+-._.__. .__,. . _-
Introduction a la Philosophié', Louvain,
19*ä7. Contiene buenas bibliografias. Hay

,l Í tra ucción española en la Editorial Gredos.


Huisman, Guide de Pétudiant en Philoso-
jzbie, P.U.F., París, 1956. Es una” guia para
orientar al estudiante, con bibliografíaš se-
-› lectas.
aa.._-__.-\_.¿-._h_n_'¦._:.
.;,_ ._ . _-1_.. .

__" “"«.`¿._; ._.'__-.i_4 .,¬-_.


Hay, además obras colectivas y exposi-
ciones generales sobre el estado actual dìuna
I'-
.t-¢. -. _ es
. _H-.¢_au._w.
.lt.. _-. "_.,-_ ._›4.»;. u.-u
D

ciencia o problema. Y también existen los


comentarios `a las obras filosóficas. Esos co;
mentarios son muy importantes en lo que se
refiere a Íla filosofia antigua 'y medieval,
porque las -fuentes son de mucho más difícil
interpretación. Algunos son comentarios o
paráfrasis realizados por filósofos antiguos
de segundo orden. La.obra más notable son
los Commentaria in Aristotelem Graeca, 23
tomos, cada uno*dividido en varios volúme-
nes y tres suplementos. Es obra monumen-
tal, que fue ejecutada por una serie de _filó- !
logos alemanes, editada en Berlín, desde ía
1'891. Nuestro Instituto tiene uno de los `po-
cos ejemplares que existen en América La-
tina. ¡
Para la reunión de la bibliografia son muy
importantes las revistas especializadas. Toda
revista suele contener tres clafses de material:
articulos' de fondo, reseñas bibliográficas y
noticias. Generalmente tienen un indice
anual y c,ua__ndo han subsistido, indices de va-
rios años. En Filosofia hay una serie de -re-
vistas que son' señeras, las que marcan -la «pau-

. , si
r*:^".'“:¿_4-F.1-mr*-;."“_.:'=~.%“¿-1".¡*1,: .r-.-=. ¶.-

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1
+ Í'-1
4

1
af ll:

j al
ta del movimiento filosófico. Se suelen citar
en las bibliografias con una sigla, y_ es bue-
no conocerlas:
JP. The Ioürnal of Philosophy, N. York,
11% 1904 ss.
¿.
11 K. Kantstndien, Berlin, ,1896-1934. Fue
j tifi
`¬1l
¡DI suspendida por'la guerra:y volvió a apare-
¡, L
ln
cer en 19'47; sigue saliendo.
¿N
el Logos. »Contiene trabajos de los mejores
ju
IE
,Ha filósofos alemanes. Salió' en Tiibingen toda
una serie de 1910 a 1233. Luego, bajo la in-
fluencia del nazismo, _cambió de nombre:
L=¿'=-la<'š-=_'\"=_;-f
-$'= ~- f ÍDK. Zeitschriƒt für deutsche Kulturphilo-
si
sophie; apareció entre los años 1933 y 1944,
j «ji y se estancó; no tiene el valor de su antece-
sora.
Í
l1 ' Mind, la revista inglesa que aparece .en
1Í r.j- Londres desde 1876.
RF. Rivìsta di`Filosoƒia, aparece en 'lfurin
311 desde» 1900.- `
[> dl _ RMM. Revue de Métaphysique et de Mo-
I 1

ràle, fundada por* Xavier Léon, aparece en


1¡¡ Paris desde 1893. _
;
Ill!

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'zs 1
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I 1 *›..

_ .ii " ,
Q

3
'R1§IP. Reuue Neo-seoløstique de Philoso-
phie. Es la .principal revista belga y apare-
ció en Lovaina desde 1894 ~a~ 1945. Al año
siguiente cambió de nombre: RPL. Revue
Philosophi_que` de Louuuin. Como revista del
grupo tomista es la mejor de todas (se dice
que los profesores de Lovaina son los tomis-
tas mejores del mundo). También sigue *sa-
liendo.
ii
ZPF. Zeitschriƒt ƒür philosophische Fors-
chung. Reutlingen, 1947 ss. Es la revista
alemana actual más importante.
' Todas traen una sección de reseña -biblio-
gráfica.
1
l
Hay una revista que es puramente rese- M
ñante: Philosophische Rundschau, Tübingen,
1953 ss. Sólo trae reseñas criticas y notas bi- ¡¦
j
bliográficas sobre filosofía. l
›.
»Otro rubro son las bibliografías en sentido E
j
estricto, que están dedicadas solamente al
suministro de “títulos de lib_ros y artículos
sin reseña o apenas. Su consulta es impres-
cindible en «tédo trabajo de aliento que quie-
ra ser completo. No es posible fiarse sólo de

2-7

“l
4I ›

_ J` fx
-< 'l f
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jäfl-F"_-_1'-" ~
.I J I

ln las referencias de los grupos anteriores. Tam-


A
`bién se pueden consultar catšlogos de anti-
cuarios, bibliografías de bibliografias, gene-
,__E=_±= m=.É
rales, internacionales o nacionales. Citamos
una porque es nueva e importante: Centre
L

1, Nationale de la Recherche Scientiƒique. Bu-


lletin, analytique. Philosophie, París, 1947 ss.
1H:! Cada volumen contiene análisis de la biblio-
r grafía de todas las ramas de la ciencia.
Hay bibliografias especificamente filosó-
ficas. Son de dos clases: a) continuadas, b)
=:-.za.›_ . -.
seleccionadas.

si a) Continuadas: las principales son tres:


Bihliographie de la Phìlosophìe, publicación
l del Institut' International de Philosophie,
Ã,jj con elconcurso de la U.N.E.S.C.O.; sale en

1 Paris desde 1937. Comprende dos partes:


una bibliográfica de lo que sale en todos los
paises y una clasificación sistemática de
.I

W lo mismo, no por orden de aparición, sino


,por tema. Al principio traía también indi-
caciones de articulos de revistas, pero desde

:ji
ìå 1954 *es trimestral y sólo reseña libros,

l ëä

call
Él segundo se; llama Rejbrtoire Bìlrliojgra-
pbique dela Revue Neo.-scolastique de P/:iz
losopbie, Louvain', 123.4 ss. Tiene la protec-
ción de la U.N;.E.S.C.O. Sale antes y está
más al día que' la primera. Contiehe un ma-
terial enorme y el último fasdículo -«del año
es ya una enumeración dé las reseñas bibliev
gráficas de las obras citadas en los fascículbs
anteriores. Además, había un antiguo reper-
_
torio bibliográfico: lliterarisc/Je Éeric/ste aus --er¬4._4
P
dem Gebiete der Phiïosophíe, A. Hoffmann,

Erfurt; salió entre 1923 y 1932. U I

H
b) Seleccionadasz Bibliograpiaische Ein- T
ƒübmngen in das,S›furÍium Jer P/ailosopbim
'B0chenski. Sale en Berna desde 1948; hasta
ahora han aparecido 23 fascículos: Bibliogra-
fía de la filosofía. Filosofía americana. Ló-
-.uTf-'1Í-ÉÍšÉͬ.
gica-simbólica y fundamentos de Ia ciencia.
Filosofía antigua. Filosofia árabe. Aristóteles.
Filosofía francesa de la* existencia. Agustín.
É . _ -.-
'E1 positivismo lógico. Platón. El tomismoz ¡1;
“Filosofía de la Edad Media. Filosofía? budis- ,.sii
ta 3; otros.

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1- M
_ _:«._4._.,4
ll Varet, G.-, Manuel de Bìbliograìflaìe pbìlo-
¡< soflaìque, 2 vol. P.U.F., 19S6-$7. I) His-
\
toire; II) Les sciences' philosophiques. No es l
'\

. ;. . ;. . -
completo, pero contiene todo lo importante,
aunque tiene una clasificación complicada
=__=_f¿†. _..-

la que hace difícil su consulta. Una bibliogra-


. \. . -.

1 fía' seleccionada tiene una utilidad práctica


á muy grande. _
E
1 l
|| 1'
1 ¬Hay que consultar además los catálogos
l<
nf l sistemáticos de las bibliotecas. Es interesante
l saber en Montevideo en qué otras bibliote-
cas, además de la de nuestra Facultad, hay
'1-1*.»- *L ._-1 material filosófico interesante. Esas bibliote-
na---."
-i -U. cas son las siguientes: la del Instituto de Ef-
losofía de la Facultad de Humanidades y
1
Ciencias, la Biblioteca Nacional, la de la Fa-
.n.-›.¬-
cultad de Derecho y Ciencias Sociales, la de
_._ _.

4!
i
'la Facultad d`e Ingeniería (por los filósofos
matemáticos), la del I.A.V.A., la del Insti-
1
1 l tuto “José Batlle y Ordóñez”. Estas biblio-
-marf-
_s.«.¢.àn
tecas, naturalmente, son útiles para biblio-
¦

grafía del siglo XIX, pero no se encuentran
1 u
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1;. so _ i
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1 L
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la
1
I
¡I
en ellas fuentes anteriores, con excepción de
algunas en la de la Facultad de Derecho y
E
en la',de'la Facultad de Ingeniería. M
unnm=-unmnwnnunnu-111
-un-vn

La Biblioteca de los Jesuitas es indispen-


sable para la,patrística 'y la escolástica, por-

que en ella están las colecciones de~vMigne: I

Patrologia Graeca y Patrologia Latina. ln

Las Bibliotecas tienen también catálogos


alfabéticos y algunas los han impreso. Hi
\
1

9:
Hemös indicado una serie de publicacio- lx
nes de diifersas clases para reunir la biblio- il
un:nruzv-un1unu-n-mnmuyn grafía, el material para hacer un trabajo f
científico. Naturalmente, el material tiene
que ser primero consignado por escrito, es de-
cin, debe Hacerse una lista del utilizable; pero
luego hay que habérselas con el material
mismo. Conviene llegar a todas -las fuentes
alcanzables, pues nada es insignificante. Mu-
chas veces- en autores secundarios encontra-
mos datos que son importantes o inšustituí-
bles. Hay que llegar a las fuentes más ori- ;-_'-f;u:-nuv:¢-u-.3- fa?
l:

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¡, V I- uf - ng. _
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-É..-›
É1.-4. gina-les. Esto se refiere a las fuentes, no a la
literatura .securrdafia, porque las fuentes pue'-
den haberse conservado sólo en copias o cb-
pias de copias. Las copias ofrecen tanto más
garantias cuanto más cerca de' la época del
¿___-_.. -
autor se encuentram De muchas obras de la
. ›;_ antigüedad no poseemos -originales sino co-
pias; por ejemplo, respecto a las obras- de
Platón, hay una.distancia de 1.500 años en-
ae».-
tre el momento en que fueron escritas y las
. .- copias más antiguas que hoy poseemos.
Hay que seguir esa regla por lo menos en
1
lo que se refiere al centro de la investiga-
ción. Ádemás hay que reunir la literatura
secundaria; pero hoy, en cualquiera región,
esa literatura resulta inabarcable. Habrá que
preferir pues, siempre la más reciente, que
por lo general supera a la anterior. Final-
,
mente habrá que juzgar y_ diferenciar bien
.__--.s-
iin_-w »._ ._.- ,_.
el material, distinguiendo entre lo que es
.p 2
fuente y lo que es literatura secundaria, no
r
. ._n.| «_.- .n tomar una por otra, y en lo posible obtener-
› l`as~en las~ lenguas originales.

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la
1 a 9

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1 Q W

4
I

Pnšsraiìo 'hn Lfmrbs


l

El trabajo cientifico necesita también em-


l plear el préstamo de las bibliotecas cientifi-
cas. Raramente un inyestigador tiene en su
7-¬-»-›-f
bibliotecaiparticular todo lo necesario. Tiene
que recurrir a las bibliotecas públicas, cada z
1n-
F
una de las cuales tiene sus condiciones de
I'
¬i
préstamo. A veces, cuando un libro no está
en una de ellas, se indica en cuál otra se ¡V
¡a "'.,¬-~,bf¬a-"ms .`›¬nQ-ae1«I-na -.s
encuentra. En nuestro Instituto tenemos una v
au

l selección de fichas de obras de la Biblioteca 'I

Nacional, del I.A.V.A., del Instituto Cultu- I

ral Anglo-Uruguayo, de la Asociación Cris- llg

tiana de Jóvenes y de la Alliance- Française.


En nuestra Facultad existe un régimen espe- f
cial que fue establecido en la ley de crea-
l:
'*1-ø_.-,.14-no
'l
ción. El art. 3° de la ley de 9 de octubre de
1945 establece que' “los materiales.bib1iográ-
ficos. . . de los institutos oficiales quedan
i
afectados para la mejor realización de. estas ›..
investigaciones, en las condiciones ly con las
garantías que establecerán las propias autori-
dades directivas”... \~ ~ l

I 3$~

_..__~_«-.›.-
I

0-I›un_-nHa›¬-'nI*=-›on-'I¬r-¿I-'if?
“ _-mi ._í1`Í
_ “_”-H-Í"'¬"_ Í

i" › ,
1
iii'
U-

¿1 .Cuando se pide una obra en^'una biblio-


F: teca hay que~lIenar correctamente la pape-
| lu leta de préstamo, citar no sólo' el autor y' el
In
titulo, sino también el año de aparición, y
cuando se trata de nombres corrientes como
L
Pérez, Dupont o, Müller no se' debe indicar
sólo el- apellido, sino también el nombre.
li Para usar los catálogos alfabéticos hay que
g:
saber de antemano cómo se ordenan los anó-
nimos y las obras colectivas. Hay ciertas re-
glas que están muy generalizadas, pero no
..-_..- _.¢_.
-_1- siempre sirven. Los anónimos pueden estar
en un rubro especial como tales, o bien por
el título de la 'obra. Lo .mismo ocurre con
los colectivos: se súelen fichar pol-'el nom-
bre del primer autor, o bien por el autor que
tiene la letra -'más baja; otras veces por el
.4 _. ._-I=L.-›_« _-. _ .
H nombre del título y,hay que saber si se ha
fichado con el substantivo inicial o bien por
¢-
el artículo que antecede.

-P
FQRMATO DE Los LIBROS
Otro detalle importante es la indicación
del formato, porque esto ayuda 2 lnllarlos.
4

34.: _
A~¢-_..“

i
f

-¬ .- ¬›.~
1 =n-5=H,1

Él formato. del libro~no es- lo mismo? que el _-

tamaño de la hoja. Un formato se diferencia


de otro por el modo exterior de componer
-==n-=en-¡un
el- cuadernillo, es decir, depende del níimero*
\nm-:muevan
n unuynm un
de veces en que se ha plegado el papel. Pero l.
.el tamarfìo de la hoja siii' plegar puede variar. É
¡ww
El libro que tienen el cuadernillo-in octm/Q”

es el que se lia plegado tres veqes de modo que

v
da ocho hojas; y por consiguiente, dieciséis
paginas. En la "página 17 comenzará _el se- Í
gundo pliego, en la 3.3~ el tercero, etc. El
I
cuadro ,adjunto indica los detalles de "los E

principales formatos. En la..parte inferior de


E
E CUADRO GRAFlC0 DE [0SÍl'RlNC|PAlE$ FORMÃTOS
l -4;-¿--1-
*u-=,n|-unha
3 PLIEGO:

' ` - _ u slsunuu un mico


or nom: na on *
"'°°d° mms formo nn_usxo rms. l 8`
I 4 8-
BIA En LA 'menu
(vn 2, __=2 Grunfiãpìloè Sr. 2 4 5 9. 13 1 17 I
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¬' -'-11
l
la primera página de cada pliego se imprime
el número correspondiente del pliego. En
1',
Alemania se usa, además, poner el número .a-;_¬-unsw-›¬_ -¿.V-=,
4
Í del pliego en la página tres con un asterisco
|
al lado.
l1 Por lo tanto, si hay dudas sobre el forma-
to, se puede determinar examinando en qué
páginas están los números de los pliegos.
I
h-
Pero hay que tener en cuenta que no siem-
pre el primer pliego comienza en la página
1, pues, a veces, las primeras páginas están 'I

en números romanos y forman parte de él.


. r Si el libro está aún sin abrir, hay un me-
dio práctico para saber fácilmente de qué
formato es: si con el cortapapel no tenemos
que abrirlo, es un inƒolìo; si lo tenemos que
cortafisolamente arriba, es in cuarto; si arri-
ba y al costado, es in octavo, y si hay que
cortar* arriba, del costado y abajo, es in die-
J

ciseisøvo.
El formato depende del número de doble-
ir ces que se han hecho,en las hojas, de modo
que dos libros de igual tamaño pueden ser
de distinto formato y viceversa.
\
36 tu

l
-I-
N, I
*.¦› 1-

TírULo mi .Lmnos

Cuando se redacta una bibliografía hay


3
Ú-"Í
ÉÍÑ-«I¬-廬'›vcLx'~
que saber poner los títulos de las obras; no ã n
se pueden enunciar de *cualquier modo; hay
reglas precisas: 1° el apellido; 2° el nombre;
3*? el título; 4° el número de la edición (ésto
muchas veces no precisa- escribirlo sino que se
puede hacer poniendo un numerito al mar-
gen superior del titulo); 5° el lugar; 6° el
editor; 7° el año; 8° el número de páginas;
99 el formato y después, si se puede, el pre- 1%”.fè-.i4fi*'l¡ì
_ .¢.¬i,=_

cio y la serie o colección en que apareció; 1


ésto facilita la búsqueda. ¡É

AB¡uzv1A<:xóN me 'rí'rUL0s

Los títulos se abrevian y esas abreviaturas


se usari cada vez -más, pero hay que cono-
cerlas porque no siempre son claras. El Ins-
tituto Internacional de Cooperación Intelec-
tual dió ciertas reglas para la ábreviación de
los títulos de algunas revistas (1/ide supra).

37

I
f¿
W _- , .-5-.V
. , _; í _ ' - 1
I \ i

l1
Para los autores clásicos las reglas son las si-
guientes: aunque se trate de autores griegos, NWau;
. .kt

. -_ ¬›ns los titulos de las obras se citan en latin y


si nq 'es necesario poner el nombre _del autor
l
ll pentero. Por ejemplo, no hay que poner Pla-
tón; sino Plat., -no Aristóteles; sino Aristot.,
no Aristófañes, sino Aristoph. _ _ Queremos
._ -si-4:;
citar “La República”, se pone' De Re_ü.; no
I §ë pone la abreviación del nombre griego
sino «"P/Jeìlz” o "Pbaid”.-

_ Fo'ro_có1>1As


Finalrnente, en caso de obras, muy volu-
I
minosas, de manuscritos, fuentes originales 0
i
incunables que no se permiten sacar de las
bibliotecas; se hacen reproducciones fotográ-
l
ficas.'Muchas veces las mismas bibliotecas o
.ø firmas particulares se dedican a hacer foto-'
copias o 'mic1fôfotografías'. Estas últimas exi- 1
P
gen aparatos especiales para su lectura.

I
4
38

“ I

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1 -,'*:"-.1fi'¢\-_^-
II

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1
Esruofo Y 4.Ec†uRA
- -'¬h
,,
Después viene lo más importante: el estu-
dig y_ lectura del material recogido. Para ello
-1Arnu.:-_-asì
šon necesarios ciertos supuestos. En primer _ ._:F.;`-
término, 'vamos al las fuentes; 'no hay que `l
I
contentarse con deriyados, resúmenes o re- :rra_
« ,_¿AI.
señas, porque ëstos pueden ocasionar graves
perjuicios, por insuficiente o errónea capta- iH
-\
ción de los datos o_del pensamiento, Por `\«

ejemplo: en un libro que expone a Scheler


se dice que éste caracteriìa a la ,ética kan-
I
tiana como '§Logomani§”. Pero Scheler dijo: I

“Logonoi-nía”. "" li

Los errores de las referencias son `suma-.


1
mente frecuentes. Muchisimas veces son
errores de imprenta inevitables. En,algunos 1

libros que tienen cientos o miles .de notas es


.muy fácil el errors A veces se debe a fallas :L

del copista al transcribir a máquina.


El segundo supuesto'es dedicar ¬toda la fuer- I
i
li i
`\
j39 l

j.

1
` L .if
za al trabajo personal y constante, y no con-
fiar en la labor de otros. En América no exis-
. . -›-
te como en Europa, la industria de los fa-
bricantes de tesis, que perjudica a la vez a la
ciencia y a 'los postulantes.
Tercero: hay que ser avaro con el tiempo.
Si uno se dedica al trabajo cientifico tiene
que hacer de ello la tarea principal de su
vida; no hay que buscar motivos para des-
viarse de eso. Evitar la charla, un mal latino,
que no existe en los países anglosajones. En
los seminarios alemanes, donde los estudian-
tes concurren _a trabajar, pasan muchas ho-
ras sin cambiar una sola palabra.
Estos son los obstáculos que hay que ven-
cer. Hay que dedicar muchas horas al estu-
dio. Normalmente hay qiie estudiar ocho
_l,_,._, . .¬_ , †.
horas diarias. Hay muchisimos testimonios
históricos con la indicación del tiempo de tra-
bajo: algunos dormían cuatro o- cinco ho-
ras diarias, y trabajaban diez, doce y quince.
¿É? Grotius tenía en su gabinete un letrero que
decía: "Hora ruit”. `
Finalmente, el cuarto supuesto es aspirar
1 .
`40
_ ,

e-wenuI
v

a un juicio independiente sobre las fuentes.


Si no se tiene~esa intención, no se _hace cien-
í
cia; se hace una recopilación de material, na-
da más. , «

Reglas para la práctica:


1° Se debe entrar al estudio' directo da
las fuentes y no comenzar con la literatura
secundaria. Hay que.ir en estado de inocen-
cia y no dejarse influir por lo que ha, dicho
ya un intérprete. Esa regla yo la considero
peligrosa si se toma estrictamente por el prin-
cipiante. Cuando se estudia un tema nuevo
creo que hay que leer una obra de la lite- _ , _.

Q
.efi
»L--¬q¢eria- ratura secundaria, s`ólo una, la última apa-
recida, que da una visión de conjunto y sue-
4.-«-› .-»
le contener la literatura anterior. Pero lue-
go, no continuar con la literatura secundaria,
sino ir a las fuentes. l

t..a. .1. ». -.-_


›--›~A¢¬›c›" 2° En todo caso hay que saber dosificar
< el estudio y la lectura de fuentes y de” li-
¿-
teratura secundaria cientifica, según el ca-
É
rácter 'y el significado de las obras “que se 2
0
están estudiando. Por ejemplo, si hoy estu- l
r

diaínos a uno de -los presocráticos hay que

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te como en Europa, la industria de los fa-
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ciencia y a 'los- postulantes.
Tercero: hay que ser avaro con el tiempo.
Si uno se dedica al trabajo científico tiene
que hacer de ello la tarea principal de su
vida; no hay que buscar motivos para des-
viarse de eso. Evitar la charla, un mal latino,
I
que no existe en los paises anglosajones. En
los seminarios alemanes, donde los estudian-
tes concurren a trabajar, pasan muchas ho-
ras sin cambiar una sola palabrat
Estos son los obstáculos que hay que ven,-
cer. Hay que dedicar muchas *horas al estu-
dio. Normalmente hay que estudiar ocho
horas diarias. Hay muchisimos testimonios
históricos con la indicación del tiempo de tra-
i
bajo: algunos dormian cuatro o› cinco ho-
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raš diarias, y trabajaban diez, doce y quince.
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decia: "Hora ruit”.
Finalmente, el cuarto supuesto es aspirar
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1° Se debe entrar al estudio directo da


las fuentes y no comenzar con la literatura 1«

secundaria. Hay que ir en estado de inocen- ^2.1 1.' .J-I

cia y no dejarse influir por lo que ha dicho


ya un intérprete. Esa regla yo la considero 1
0
peligrosa si se toma estrictamente por el prin- 1
cipiante. Cuando se estudia un tema nuevo
«sI
« creo que hay que leer una obra de la lite- `I

11 ratura secundaria, s`ólo una, la última apa-


recida, que da una visión de conjunto y sue-
F le contener la literatura anterior. Pero lue-
'Z
m go, .no continuar con la literatura secundaria,
sino ir a las fuentes.
2° En todo caso hay que saber dosificar
el estudio y la lectura de fuentes y de' li-
teratura secundaria científica, según el ca-
rácter y el significado de las obras que se
si
están estudiando. Por ejemplo, si hoy estu- H
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c_onsu1tar'la obra de Diógenes Laercio, pero


si estudiamos a Platón, esa obra no es im-
-*I-ï wfi!
portante.
3° En las 'fuentes, no contentarsè en. lo` -.v

1
.-mi-«m-_W
posible con traducciones sino consultar el
texto Original. Y tanto de las fuentes' como
de la literatura secundaria, utilizar .la últi-
,ma edición, sobre todo cuando se trata de
obras contemporáneas; Y si se trata de obras
clásicas, es preciso consultar ediciones críti-
ns..
I I 4
cas. cientificas. Nadie que, haga” un estudio
Q
*¬ \›
sobre Platón puede consultar la edición de la
“Colección Austral”, sino que hay que tener
una edición o una traducción críticas. Cuan-
do uno estudia fa esos autores clásicos y tiene
í que hacer una cita; no -ha de citar las pági-
nas* de la edición que tiene delante. Todoslos
investigadores emplean una edición tipo. El
que cita a Platón, por ejemplo, tiene que ci-
l
\ tar no la página de la edición que tiene de- -
l lante, sino la paginación de la edición'tipo,
I que es la reproducción de la edición de Henri'
Etienne. En Aristóteles, la edición tipo es la
.de Bekker.
-4
142

É! l
¦ 71-if mii ví

¡ \

_. Z__. -
4° Una »regla auxiliar .importante es tener
un conocimiento del autor, de la vida, de
qué'obras escribió, el modo que tenía de tra-
bajar, porque -esto puede darnos una com- U
prensión mayor de lo que estamos estudian-
ìio. Por ejemplo, son 'muy distintos los eš-
critos de 'P-latón y los d_e Aristóteles en -cuan-
'to a su forma, porque los escritos de Platón
fueron redactados-por él, yy los-de' Aristóte-
les son la versión que 'tomaban sus discípu-
los cuando dictaba sus clases. El estilo de
ambos es 1muy diverso. Por eso Aristóteles es
tan difícil de cofnprender. Ótro caso dife-
.rente es el' de Nietzsche: Después de las
i-A-<-4-1n.-_m-es- a.-q~›¬
Consideraciones Integnpestìvas no compuso
más obras seguidas,_en capítulos. Esto 'fué
debido a ,una enfermedad que lo afectó a
cierta altura de §11 vida.

TÉCNICA Di LA»J.Ec'rURA

¿Cómo se lee? Esta parece una pregunta


superflua, pero hay mucha gente que lee
-_.É.-W-.__,¬-. _.- †.
mal, y se puede' decir con Goethe ¿que -es di-

- .4 3 1


i

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1 _ _-" _. @
_ ïí-|» _

fl
4
.J Í

fícil leer bien. Goethe decia que habia nece-


sitado ochenta años para leer bien.
Para conocer una obra medianamente con-
viene Ieerla dos veces seguidas. No hay niñ-
I
guna obra de filosofía que se_ pueda com-
prender___bien con una sola lectura; hay que
leerla por lo menos dos veces. *Sólo cuando
se lee la última página se está en condiciones
de comprender la primera. No hay que hacer
J una lectura corrida sino una lectura medi-
1
.l
\ tada. La lectura científica requiere atención
-¬ 'i
y reserva personal frente al propósito del li-
bro: aprenderlo puro, libre de toda valo-

.t _. .¿ .* ración. El que lee no debe introducirle sus
^'; -1,
pensamientos, no debe ni aplaudirlo por co-
-incidir ni despreciarlo ~por discrepar con él.
Las faltas y errores en la lectura provienen
*f;'* .-«!1_#!,*-^,
de que no se sigue una técnica conveniente.
i
J Hay que seguir ciertas reglas para elaborar
fiel y cômpletamente los libros que se leen
y ahorrar insuficiencias en el principiante, a
'U
veces inconsciente de ellas:
\,..--›. ¢-«oe
1°) Antes de comenzar un libro¡o revis-
¿.-
_ _ .,_z.,_ _, ?. _.› ¡' ta hay_que darle un vistazo a su exterior,
's
I 44'
4

i
i .ur-n cfixs wnrv n .-Inc»

i _
` |
- -rí _.

saber cuál es el aiítor, el titulo, el editor, la i


fecha, el formato, el tamaño, la escritura o 1

el tipo de impresión. _I-'arece una tonteria, ¢


pero he encontrado en muchísimos casos que


-
han olvidado el título o el formato; eso da Q

un trasfondo para la lectura y es puente de 1

asociación de ideas. 2°) Hay que leer el ín-


dice, luego el prólogo, la introducción, sal-
tearse todo el 'libro y leer la conclusión. Vol-
“TFÉ
taire decía que él nunca leía ni los prólogos <
1,
ni los epilogos. El que lee un libro cientifi-
`camente tiene que hacer lo contrario, por-
que no sabiendo si le va a, servir o no, sería 1,
|x
una enorme perdida de tiempo leerlo y al '
llegar al final darse cuenta que no le sirve
Í
para lo que quería. Esta lectura da cierta |

anticipación del contenido de la obra, y se-


gún ello se lee después en todo o en parte.
Esta provisión anticipada de conocimientos
sobre el objeto de la obra es la mejor pre-
paración para la lectura total. 3°) Una vez
que' uno comienza la lectura, hay que dete-
nerse en cada párrafo, en cada capítulo, gtc.
y siempre hacer dos cosas: mirar hacia atrás

45

1 I r

~ s
_ _ '
*N
s
/- in»-

y hacia adelante, recorrer los puntos en esa


1
fornia si se quiere saber en qué consiste el
contenido de lo leídó. -De ese modo se po-
1
1
dráfresurhir su unidad en una frase y luego
1
concentrarla~ en un flema. ¬. ~ `
A

Xì Para aclarar, el todo y las partes: €uando nn---sì


r_

-la no se entiende, algo; hay. que hacer varias y .-


.J
renovadas transcripciones de las fórmulas de
J pensamiento halladas; ,o comienzo a escribir
una frase que no entiendo, o trato de ,tra- M
-3
ducirla para entenderla bien. ƒNaturaImente,
J
esa ayuda mecánica tiene 'que ser acompaña-
3 da por las preguntas: ¿cómo? ¿por qué?
¿para qué? etc., y sobre todo, ¿qué significa
esto? Jamás hay que hacer la lectura sal-
teando una_cosa que no se entiende. Natu-
ralmente, muchas veces las repeticiones en la
lectura .no alcanzan; se hace entonces un sig-
¿Í '1.-±._~_-_ no para recordar que eso no se .entend1ó.
i Una segunda forma de aclarar es tratar
1 de poner ejemplos ixiventados por uno mis-
mo que correspondan a los pensamientos a
aclarar.
./- _! |
¬._-,-.'_.m-I .faxes
46
Y

l ±!=
¶'.e%-.&"§` s
ì

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¡ Id' É
V, __
- -¡ l 4
"n
. J
¬›

1 2

Fichte indica en Caracteres de lá Edad ea'ee-a¬ 3..


Contemporánea: el fin es entender la obra
y la intención del autor. Para ello es preciso.
-_.ranr
np entregarse pasixfamente, sino someter al
autor de un libro al experimento del lector, u
l'I
como hace la investigación de la naturaleza ls
1) Se hace lectura seguida para adquirir una li

representación provisoria del designio. 2) Se í.


ll
toma de él el primer apartado. Ya el lector L,
l tiene que pensar: ahí estará el pensamiento
sólo determinado en parte, porque si no, el
¦ l
libro terminaría ahi; hasta donde esté de-
terminado será inteligible; hasta donde esté <

indeterminado-será ininteligible. El lector to-


ma el concepto de que habla el autor y lo
determina, el; independientemente de cómo
lo hizo el autor. Luego veo si esas determi-
naciones posibles son las que ha hecho' el u
autor, y si hubiera oposición, señalarla y* lue- ll
go aparecerá qu`e el conceptq ha quedado in-
determinado en tal o cual punto, y si se sigue
leyendo; se verá cómo el autor infiere el res- l

to _de los anteriores y. de ese modo delatará


sus supuestos tâcitos. Si es necesario, el lee- |
T
l
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57, «
,. .;-_.-qwu«›±-

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1.
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J I
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1
.MA.nn
- 4-»-¬ 1

“t`or escribe un comentario para si. Si es coh-


-,.~¬- _¢.,-Í Q» forme a la verdad, con el estudio anterior
.a..
será fácil saberlo. Hasta aquí Fichte.
Lo importante cuando' se lee es saber se-
1-e
_-_. .4-_ ; parar lo esencial de lo inesencial. Así se nb-
¡_ ,.›-:,¬._-»a›e. -
tienen varias cosas: disminución del cansan-
sal
l 14 cio a -causa del continuo leer, elevación de
.ii
la participación, crecimiento de la compren-
“WS*va
ii
sión y de la retención de lo trabajado. Per-
mite también anticipar: ¿cómo seguirá el
autor? ¿qué prueba aportará? De ese modo
3
se óbtendrá una visión abreviada del pen-
É 1 1
samiento en lo capital, en lo supuesto, en
1'
sus relaciones y- en su progreso. Al mismo
tiempo, ese método constituye un ejercicio 1
4:
›\e$.QfiInflfi-'“I\{Ú'flGÃ para desarrollar los propios pensamientos,
con un plan para juzgar lo leído y para ad-
quirir impulso para nuevos conocimientos.
._._4
Pues toda lectura es inútil si no conduce al

l
propio' pensar. Las universidades alemanas
tienen en un-antiguo formulario de promo-
.~ -4
ción de”Dr. Fil., esta máxima: “Abre el li- \
4
-1.
is
=__._.._, _ . .ai bro .para aprender lo que otros piensan, cie-
V9,
rra el libro para pensar tu . (Librum aperì, Í
..__. __ .a_.
1
I

~.-m,,__
,ua.-_¬›a¢.\m»_¬-›.« 48? ,
'¿-"^.>_"*_':_"¬.^_n~."-,_"'fi¿"“'-_,¿
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1-
l
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- ¬ « = * ' -
¦ + ¡
,i

sI
.ii
ui discas, quid alii rogzliauerint; librum
claude, ut ipse cogites). -«ql

La elaboración del contenido de un libro


1 !
se ayuda con el empleo de marcas o de sig- i
nos. Hay que distinguir entre libro propio 4.-.

,_
y ajeno. Los libros propios se deben marcar?
r
es un gravísimo' error, un pésimo síntoma
tener los libros puros, vírgenes. Se marca' con
lápiz mejor que con tinta, porque facilita la
revisión. Si=r__1o se quiere macular el,libro, se
lo hace ,interfoliarz entre dos hojas del libro,
se pone una hoja en blanco- para escribir lo
que sewquiera. Ésto sólo se hace con ciertos
libros de cabecera, pero no con' todos, pues
l
es un procedimiento muy costoso: las mar-
cas se ponen al margen de modo que se pue-
dan -.emplear diferentes signos, según lo que
se quiera significar.,Cada uno puede inven-
tar un sistema de signos. Pero por lo menos
hay que usar un mismo sistema para' el mis-
mo libro. Heyde propone el sistema conte- .-
nido en el cuadro siguiente:

49

/`
\
i
. ›i
i
_/
v' ~ ¡, ,, , - A
` o
.:.n'
,.
*

f É
H

ir 9_-,¬›.~,¬›±-,9
- ~~~ ' '^ r

SIGNIFICADO DEL SIGNIJ


Ai*

=-.H ÍT :nc jm 1-?.CF' ilitnionidn


_ _- ¿_ __

importante, punto capital Ii


bien, verdadero -I-
¬r-«fv~-Qf-~frn
;-fa4.1»-. H-›:±_ ±;.:-› .
mal, falso
í--2-,-=_u¢,›
discutible
Y__4.v†___-____._,:. contradicción con página...
;_4›. -.
` ãqudo, ingenioso
vano, oscuro
r-»fY«rmte
¡ncomprendìdo al lector x/<s\
¬_ geríeíal. feneralizacìón
eiemplo, hecho I
| Í
demasiado qeneral 1
1
-›~¬-.vano-mu mera colec. de material 1

1 ¢ 3=-=r-mg-=_- ==

i
rr repetición
omisión
Í ¡_ c¡ta,› p\rueba
_;_,A. _ _-A
reducido, poco
i Á

demasiado, dãalfado \/'/\-'r-+ 1,


I resumen, conclusión _._¿_

., definición, determinación conceptuål


Sfimfiínlt. CI...
IF.,
a regener Í
=ì«?
4
H
raro. desønmtidc
90
(D{ ® 9 ® 9, ® ©® (DG3ê
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?-ì_ gz.

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F I i
9

1
1 Í"

El signo* dentro del círculo se usa para


indicar algo del fondo, sin el circulo, algo ¬a
i
w
de la forma. Si se quiere acentuar especial-
mente algo, se alargan las líneas. Ror ejem-
plqz $ exacto, $ muy exacto. l
i

Cada uno puede tener un sistema conven-


cional, o inventar otros signos complemen-
tarios de esos. También se puede usar un sis-
tema más sencillo, «por ejemplo, letras: P =
punto principal; R = resumen; C = de-
terminación conceptual, etc.; o bien en las
cuatro márgenes hacer anotaciones, o bien
subrayando con una raya, con dos o con
punteado, o con diferentes colores.
Cuando se trata de libros prestados, eso
no se debe hacer, sino que habrá que em-
plear tiras de papel en las que se hacen las
anotaciones necesarias. `

._.

'.51

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`_¿_!ì{2¿¡_¶§Í71_›V¡ §v'?;ìVg_!¿š Ít%
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›-44
1

Ex†RÄo†os ':-n-±,†-'

__.-_ .

Ädemâs de leer una obra hay `que hacer el


:D extracto de la misma por escrito. Esto es ne-
f¬-nun-fl› ¬
cesario y util porque obliga a una mayor
atención en la lectura. Los extractos ayu-
dan a mejor comprensión y mayor asimila-
'_ ción del contenido, y constituyen un apo-
yo de ~la memoria, sobre todo cuando las
fuentes no son de nuestra propiedad o no
podemos fácilmente volverlas a cotejar. To-
dos los sabios _lo practican. También aquí se
í`
puede citar una vieja máxima: “Leer y no l

selecéionar nada, a mi juicio, es negligencia”


(Legere et nihil selegere, -meo indicio, ne-
glegere est) I Drexel. Auriƒodina. ` si-eävflwø»

¿Qué debe ponerse en los extractos? Todo 1


`1
dependerá del terna y del fin especial de la
investigación que cada uno ha emprendido.
Pero hay ciertos puntos de vista generales:
1) hay que saber discefnir las fuentes de las

$5

1
' É; ›-{,:ñ-XF _' _
HT'

J I

|¡« E

mi

vr'
elaboraciones posteriores y auxiliares. .Si se
leen quince obras sobre Platón, no hay
mi que extractar todo lo que dicen cada una
ll
de las quince... Las fuentes deben extrac-
'rá tarse con más detalle, mientras que de la li-
teratura secundaria,_ sólo lo más importante
. y útil. 2) Hay que advertir lo que pueda
.. l ahorrarse con medios bibliográficos auxilia-
2,
-1 res en los que pueda confiarse. Por ejemplo,
L
.,I
'r para los presocráticos se empleará la colec-
ción de `Diels. No debe hacerse un trabajo
que ya está hecho. 3) Preguntarsesi los es-
critos estarán o no más tarde a nuestra dis`-
_1._:.›-_.c~.›
. . ,.- .- . _. .- . posición.

,1 Hay que hacer los extractos de los libros

f
› -1

,,¡
1
prestados, pero no sólo ,de ellos. Yo no ex-
tracto sólo cuando estoy componiendo un
curso, sino que de todo libro que leo, cuan-
4
Q Hi'
r do encuentro algo importante, también ex-
tracto, de modo que si tengo que tratar el
G ~
?
I
tema ya lo tengo casi pronto. Estos extrac-
tos, que también se llaman “excerpta”, pue-
en \
den ser más o menos amplios, pero no deben

esix
-1
fl
:_~--$413*-1?'
ser_ meros conceptos telegráficos, porque

¿Â
› ....47
4

'J
'-4
li
cuando un tiempo más tarde revise esos mis-
mos escritos no me dirán nada. Tengo que
hacer el extracto con pensamientos llenos,
en frases formuladas con exactitud. Tengo
que poner paréntesis, comillas, puntos, etc.,
de lo,contrario cuando quiera utilizarlo ten-
dré una representación fragmentaria.
En la cabecera de la hoja se colocará el.
número corrido de la hoja, el nombre del
;,
autor, el titulo de la obra abreviado y ade-
más la cifra de la página que se extracta.
Esos datos no deben estar sólo en la prime-
ra hoja, sino que deben repetirse en cada ima
de ellas. Mañana puedo necesitar ese pensa-
miento, pero si no tengo esa referencia, no
sabré de quién es o. puedo creer que es mio
sin serlo. Abajo, a la derecha, abreviado, se
indicará la fecha en que se hizo el extracto.
Esto tiene su importancia \también, pues, al
tiempo, podemos preguntarnos: ¿pensé yo
ésto? ¿cuándo? ¿pasó tanto tiempo?
Puede ser que haya que hacer indicacio- 3-1»-

'$52
\

R
I

1?'-f-lr-Q-FP › “L-=_.&._._c ..a-ï"_noi_-u|rr-r-


J ' l

*lr :._'_JH%. _': nes de objetos que¬ no son escritos, por 'ejem-
ul plo, 'de monumentos, de restos. 'En la hoja
hay que ,poner una pequeña descripción del
l
É,
objeto, dóndegse recogió, y dónde lo hemos
encontrado o examinado.
Úna cuestión delicada es saber cómo uti-
lizar los extractos de una obra para un tra-
bajo personal. Aquí muchos se atascan.`No
se debe hacer? primero leer la obra, luego
extractar y después ordenarla. Mi experien-
cia personal me dice que cuando procedo así
.._-._
no hago extractos. Hay que hacer las tres
operaciones en una': leer, extractar`y orde-
*- _,-4
fi.¡uy,_qur-
-.ri1_áe_ _. -'!--
.¿ §.-_É=.¿Heu»=›4- ›=~
nar, de manera que el orden del material va-
_«›`I'
_\.j|1
ya creciendo orgánicamente del trabajo pre-
. 'j
i vio.

ja
s.
,,_¡
¿Qué material hay que usar para extrac-
tar? Hay dos sistemas: el método de los cua-
dernos y el de las hojas sueltas. El primero
no se*'usa más, pues no permite el desglose
.ee 'l de las hojas según las necesidades. Hay
'1
la
que emplear uno que sirva a la vez para ex-
_.--1
5€
" 'I
r 1

~._ e.¿_ aA_›.\ ~

I. _.-
es.a›¡v.m-Is-If

1';
¬¬
1

tractai' el pensamiento del autor y para


el tema* del trabajo personal, y para ello`Io
mejor es usar hojas sueltas de igual tamaño
y -escribirlas de un solo lado (¡no de los
dosl). Para trabajar con eficacia no hay que
preocuparse del ahorro del papel. En princi-
pio, una hoja puede servir para muchas co-
sas: pera si ešcribimos de amboš lados, qui- \
zá desglosemos con el te_n_1a de nuestro pro- Ã
pósito actual otro que .no nos interesa.
Áparte de_ las Íiojas en donde se colocan
los extractos, conviene hacer una serie de fi-
\chas para la bibliografía. Se pueden usar dos -_:ra:-_f¬¢.: , _.

procedimientos: 0 usar una ficha para cada


libro o en una misma hoja escribir con cier-
tos espacios libres, la bibliografía. Si se em- - W"4*

plean fichas separadas para cada libro, con-


viene usar el tamaño 10 cm. X 15. Ejempio:
A Gilson, E., `L'ê`tre et Vessence, Paï-
riš, Vrin, 1948. (`La figura geométrica en
1:~'A41._.'_§Uwr
que está inscrito el número indica muclias
cosas). Esto es útil porque cuando en -.Ia fi-
Q†;*:_
çha de los extractos se haga referencií a la

1- 'í?=

Í
l xxl I

! lil'
bibliografia bastará citar el número en
triángulo en lugar del titulo.
a
Un procedimiento menos engorroso es
usar hojas de 21 cm. x 13' y poner la biblio-
grafía corrida dejando un espacio en blan-
:a¡,.Á..iu.s-.¬

nfilìl' . co por si hay que poner otros títulos.


Volvamos a los extractos. Para evitar que
las hojas se pierdan hay que guardarlas en
~:-¢:_`_,tÉÍ=“ï 2.1-.#2
.” determinados depósitos, que pueden ser car-
'WL
4 petas o cajas cerradas o estantes abiertos o
a,›.s4,v-n asta, -. "1-!
›¬_

“'"9_ ' ¢Íl¦1 armarios o ficheros o bien archivadores o re-

I ,ga gistradores. Este último quizá sea el método


mejor, aunque un poco caro.
fx

lJ il'
Las hojas se perforan del lado izquierdo y
se van colocando en el archivador, de modo
que así se obtiene un orden que se puede
alterar según las necesidades, y que permite
la inserción de~nuev_as hojas.
Para los extractos, el tamaño de las hojas
1= väïfimí
debe ser o de 21 cm. x 15 o de 21 cm. x 30.
i IW'
|
Es aconsejable emplear el .primer tamaño
_ ii
1 pörque no conviene escribir muchas ¢QSas
j fll
s

. ,jïn
lfl Í* '
5

;;..._
'!v"'I I.¬-I
¬--up-¢-ou_ Hi › n
-r
en la misma hoja, de lo contrario, cuando lle-
gue el caso, no se podrán separar. En Alema-
,nia hay un standard especial que se llama
DIN y los tamaños son más o menos esos.

'TRATAMIENTO DE LAS HOJAS

¿Cómo hay que tratar las hojas? 1) Aten-


der a la conexión de los pensamientos del 1

autor cuyo libro se está extractando, y ha-


cer un resumen de cada pensamiento o` gru-
po de ideas completo pero breve, de modo
que después se pueda expresar todo en una
sola palabra caracteristica. 2) Al mismo
tiempo, darse cuenta si_ esos pensamientos
están relacionados con el tema que hemos
de tratar. La primera operación sirve para
poner el título o lema principal a`las hojas
donde se anota el contenido de una obra.
Todaslas hojas que se refieren al mismo ob-
jeto llevan el mismo lema escrito en el mis-
ÍÍ..at
mo idioma. La segunda operación decide si

' › íì

1
1€'-H-ïf-1m -ik _--~† -e
~ _
,_ xx ir

1 \

t 1
4

esas hojas deben ser separadas provisoria-


ju mente de la reseña total de la obra a causa
_,
¡L de su valor para el trabajo que se está ha-
Ã1 Í
ciendo. De este modo, al mismo tiempo se
trabaja todo ,el contenido de un libro y se
¡ì
tratan especialmente las hojas importantes
-'
para el tema. Todas las hojas se enumeran
g wn en serie incluso aquéllas que se van a separar
H
'14 a causa de su valór para el tema. Estas, des-
pués de utilizadas, deben volver a su lugar
en el orden que les corresponde. Ese núme-
“M._. . Ar-ƒ*
ro debe, ir en la parte superior derecha de la
«au
la hoja. Si no se necesita hacer el extracto com-
4§›Ú¢Ifi › ll
pleto de un' libro, se seleccionan los pensa-
i mientos importantes para el tema 'y se ano-
›-»- tan en las hojas. j
II
'n
-
ll
Como un extracto puede ser útil para va-
.uš rios temas, se puede poner un segundo lema
junto al primero, y, además, conviene dejar
una línea en blanco para poner un sub-lema
u ótras palabras claves. En todas las páginas
hay*que poner ciertos números: 1 a la dere-
l
cha superior: numera las hojas según Ia lec-
\

to

i
¡
1
I

l
f=..¢._-1;.-Zr

.
|
-ruo-n1 T .H

F 1 tura de un mismo libro; Él a la izquierda


r

Í
superior: las hojas que tienen él mismo títu-
lo o lema se numeran sucesivamente. Esta
última numeración se refiere a la serie de
hojas que lleva un mismo lema, gue pueden P

ser extractos de distintos libros; luego ¡den-


tro de cada hoja es posible hacer nuevas nu- *_
| meraciones según los distintos puntos gue se l
5
O
van tratando y sigue la página 2, y puede
D
Ó
seguir 4, S, 6, etc. Estos números van en un
círculo (D @ Esta numeración es útil
cuando desde otras hojas queremos referir- Mag

nos a una nota sobre aquel tema. Pero pue- .f


an..
de prescindirsè de ella. La primera es nece- 1.

I
saria. 1

-m m-_ -. .¢.
` A Los números de las. fichas de los au- âfl"'P~

tores que constituyen fa bibliografia. Así


pueden hacerse referencias a laseobraslsin :ie-
cesidad de citar todòs los datos.
,,. _
-1|a-»s
1-
.En la parte inferior .derecha se escribe
Ls
abreviada la fecha en que se ha escrito cada
hoja. Ver muestra.
/

Gx
«-

ím
-ì'
1
l _: 1
-e L1*
l. H _í“_l-
UÚÍ
:$4-vnfisìe 1 t .
.¢›..
-. ,, td, + † ¡_
›~

. Lmm'rAn nn LA' vowunn I 4

l =1

›~
Cf. determinismo, indeterminísmo,
'causa1idad, gracia --h¡4\-ná-¿1

 (Bergson, Données) p. lì . .- _

“_4.-a. . ¢
“la lib. no- está en 91 tiempo trapseurrìdo, lino
en el tiempo que transcurre." '
4--*e

à (I-Iar†.man.n, Bthìg) p.

la ëonciencia moral, la conciencia de la culpa,


la responsabilidad, apoyan la tesis de la libertadš

ø falta de determmación?
libertad.
determinación superior?

-sz ,

. .-_.
1-

uuu
:'- .1
Conviene de vez en cuando hacer esque- la

.mas gráficos de los pensamientos que cons- ,I


'I
nv-¡un
tituyen los temas, porque esto facilita su
desarrollo.
Con citas que son literales hay que indicar
exactamente la página y el libro de donde I
¢

.han sido tomadas. Se aconseja no solamente Í


I
indicar la página sino el lugar de la página,
¿_
donde comienza y termina la cita. Por ejem-
plo, página 14- del medio`o de linea 3 a 8,
o también por milímetros a partir del bor-
de superior. Hay libros que vienen con los
medidores y se puede indicar exactamente
a qué distancia está la cita. Una vez que las ¿É
`hojas están terminadas se cplocan en un re-
gistrador para continuar la colección del
material.
Toda vez que leyendo la bibliografía se
tope con pensamientos que -«tienen relación ¦*:=za-^_."-=. ¦. -=-¦.*
si
-con el tema, habrá_que extractarlos o repro- u
=1
ducirlos en otras hojas que se incorporarán s
F

a la `co1ección. Las hojas `así coleccionadas


son ordenadas en la serie abecedaria de sus

` ss.
E
I
'S
I ¶ I
I
¿___ _ --__í..;_1!
0! 1 Ú 'i

lemas o titulos. Este es un orden proviserio.


Las nuevas hojas que por su contenido tie-
.. nen ›que ser provistas por un' lema ya usado,
2,! deben llevar a la izquierda un número co-
4

-wn- rrespondiente corrido E] e igualmente Con-


z-8'
nw !
tinuar la numeración' de las anotaciones par-
'Í"." %nl
'
ticulares de las hojas anteriores@ ¿_\sí, pues,
%`“
;*'%
la separando de la conexión de su libro las ho-
`jas que contienen los pensamientos Apertinçn-
tes y ofdenán,dolas'segy'1n su característica de -..4_*-.

fi É lema, surgirá casi automáticamente ima dis-


-~¬
tribución ordenadatdel material, por el mo-
.f=,E=,- e›a=-m±-

"r\.›-^'._-.
mentò una ordenación abecedaria. Esto faci-
JR-4mi.Wìkhí
P lita el pasaje defla pura elaboración de la ma-
1-_-1 teria prima a la elaboración pensante que ha
"_'".-=
de seguir.
.n -._
...¢¡-§_-. í. _nr
1
1 IND1c:Ac1oNEs PARA La 1=R'Ac'r1c.-1
un-k¿¿_É
= . _._ . . _.

=-:_:
1) Conyiene proveerse de gran cantidad
d_e hojas pues cuando se va a una biblioteca
a trabajar puede,no haber allí del mismo ta.,
maño o.. no haber simplemente; por eso es

¬6f§

'J

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i ;
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x \ É \ \ N
I ñecesano v1a¡ar con su propxo matenaí a
1- Cuêåfë-18.
:Í Í) Las anotaciones deben hacerse cod
«
' tinta o lápiz tinta para poder conservarlas
E
ì largo tiempo.
. J I“
1-.-;._1.¿_«__

3) No hacer abreviaturas, a rrilenos que


~ sean muy fáciles de entender. «

- 1* 4) Conviene repetir: las hojas deben ser


› escrïtas sólo de un lado; esto es importante;
,1-«ln \ y sólo para una noticia o conexión de noti-
cias que se_refieran a lo mismo.
E É
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CRITICA

No basta con reunir y seleccionar pensa-


mientos de otros. Luego hay que examinar
su exactitud objetiva. No conviene hacerlo
al principio porque es difícil decidirlo, pe-
ro desde el comienzo ha de suscitarse la con¬~
ciencia critica y estar preparado para ella,
asediando con preguntas el contenido de lo
leído. Ya dijimos que hay dos clases de crí-
tica: la crítica formal o inmanente y lab ob-
jetiva o trascendente. Hay que, preguntarse
continuamentéš ¿qué significa esto? ¿por qué
aq_uéllo?... Al principio bastará con plantearse
las preguntas aunqúe no se las pueda con-
testar,`sin rnás. Pero la duda y la pregunta mr
¿es realmente así? ¿es eso verdad?, tienen
que estar siempre presentes y` hay que some-
ter a examen tanto las opiniones ajenas co~
m'o las propias ocurrencias. *No descartar las

l
Á7

1
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I
« l

eliãš Í4 ! `
4:-1_.=~.,M.-.at
J


ãl
opiniones -aienas por sistema, contra la pro-
1
Fainui'- 1
Q
_,lu-
-._›.,_\S- 1-nm
pia. Para todo ese proceso sonfiútiles ciertas
reglas que los mismos filósofos han dado,
Í
A a,
. |-_. _.t
1
como las reglas del mé_todo de Descartes
Métlapde II): “1*) ,No tener; jamás ningu-

,. ,._›.-i._
ll na ,cosa por verdadera que yo no reconozca
con evidencia que es tal; e. d. evitar cuida-
dosamente la precipitación y la prevención,
i-. . ._« _
1 Y no comprender en mis juicios nada más
.; l\
_-* .:_ :†›n- ,_¬;.x¿-

›< que aquello que se presenteïre; tan clara y dis-


is \¡
-.4 la tintamente a mi”espíritu, que yo no tuviere
Á: --;› 12
'.

l
ninguna ocasión de, ponerlo en duda. 2*)
r›-N*
Ji Dividir cada una de las dificultades que exa-
íñino, en tantas partes como sea 'posible y
il que sean ne¿:e"sarias para resolverlas mejor..
3*) Conducir@ en orden mis pensamientos,
E _.-n_¬É._.-¬_ ,comenzando por los objetos más simples y
_'A-_.-"
más fáciles de conocïen, para ascender poco
a poco, como por grados, hasta el conoci-
. `~á¿l.“" 1 miento de los más compuestos, suponiendo
D Í ,._-:n
también .un ordexn entre aquellos que no se
J
preceden naturalmente unos a otros. 4*) Ha-
1%E,
cer en todo enumeraciones tan completas y
1i 4

.-_-_`- 'ss '


. ._¬. ,.r
1
i"'Y 1
Í s
\ 4

L. \ 1'

L 1
, I
E

' -

ojeadas tan generales, que me aseguren de


no omitir nada”. Ver también Reglas para
la direcqon del espíritu, reglas `III, V, VI, ›

wnvnvw
vn, IX, X1. \_
También conviene tener en cuenta un pa-
un-|~1¬›1|-
saje de la Metafísica de Aristóteles (995a
F 23 - 995 b 4), que se refiere a las aporías del
pensamiento: "Es necesario en interés de la
çiericia que,.buscamos,'*que comencemos por
el examen dle la's aporías que hay que dis-
nmamum nu
cutir 'prii-nero. Tales. son los puntos sobre los ii

cualesi ciertos filósofos han expuesto una


doctrina diferente de la nuestra, y además, 4
ciertos` puntos que han descuidado. Pues ll

cuando se quiere resolver una aporia es


bueno desenvolverla con cuidado, porque la
l facilidad futura del pensamiento supone la
, \ solución de las a or-ias, es imP osible desa-
l' tar un nudo sin* conocerlo. La aporía del
i;;_t
"*"$¿
P ens 3miento hace evidente ese nudo ara el
objeto de nuestra investigación. En efecto, _Úfifií
4 _'ÚÉMA

I estar en dificultades es para el pensamiento


l como el estado 'de un hombre çncadenado:
ef;-r.wa;

1 69 ,.,

.¬,,_,¿' W, ,M 'fi _
'
fr
,_ N I
,1
'ai' Í
si 1
Ft

'isla

ll en ninguno. de los dos casos se puede avan-


zár. Todas. las apotías deben pues ser exa-
minadas previamente, cierto, por esos mo-
.A._... .- tivos, pero también porque buscar, sin po-
. ner primero la` aporia, es como andar sin sa-
wéwí-eiw ì-=›ïë ber å dónde, es exponerse incluso a no poder
-.~-eu=-._¡±Hn.<-_.1.-.I-J_.-._.. ._._L .
=í=-. $= - reconocer si, en'cierto momento, se ha ha-
í
llado o no lo que se buscaba. Es evidente,
^-':.
*2-±^.'~-_11. + en efectok que en este caso _no se tiene un
fin; sólo posee claramente un fin aquel que
n›-.ja-.q»,.-«mea ha discutido primero las aporías. En fin,
r. "
II
uno se halla necesariamente en mejor situa-
,` n ción para juzgar, cuanšzlo ha escuchado, co-
4-I.4.

14
1*I n . ud
mo si fuera la parte adversa, todos los argu-
mentos opuestos”. I
Vamos a escribir sobre tal tema, pero pa- _
ra que sea una .-elaboración fecunda hay que ' -
.- . a.› I resolver los problemas y éstos requieren un
›-U-H
proceso previo, que es la descripción de los
._ ._ .,
fenómenos. Santo Tomás de Aquirío decía:
I z.==
nunca se puede inquirir directamente la ver-
í 1.
dad de algo si primero no se han puesto las
'dudas_. correspondientes. (Véase' sobre todo

70
I!!,1
__.-. ì¬_. _. _.,

i¬1
nun1--un-
esto: Llambías de Azevedo, J., Eidéficø y
Aporéfica del Derecho, Bs. Aires, Abeledo- ›1

Rernot, 1.95 8. Introducción). .


También sirve una fórmula latina, que
l
indica las distintas cuestiones que se pueden
presentar. Quis, quid, cu`r, contra, simile et
paradigmatït,-testes. Quis y quid se refieren
a la exposición *del tema o de la tesis. Cur,
fundamento con prueba racional. C0nt1fa,_
refutación de la opinión contraria.~ Sìmile,
fundamentos por experiencias y comparacio-
nes. Exempla por medio de ejemplos de la
lfistoria, de la poesía o de las expe-
riencias personales según el caso. Testes,
prueba por autoridad, máximas de filósofos,
de poetas, etc. Otro verso que ayuda: quis,
jj
iii quid, ubz', quibus auxíliis, eur, quomodo,
cuando. ¿ 4

la
1

En cada caso, sobre cada 'cuestión que el


pensamiento haga surgir, es preciso escribir
1 la pregunta y el resultado aunque sea provi-
sorio, la duda y la solución encontrados por
=s

~ nosotros mismos. Si no vale la pena hacer un

71
i

l
l, _

1
_,. ._
3
.I I

i
É51›:
-\
- r.
';.' '$
«. ›
i
W desarrollo, por lo menos poner junto al pen-'J
3f` Ã!![F

`l samiento que~merece un examen posterior, el


la signo de lo discutibleøpues asi se hará no-
*L
-_._-' fl; l'l
f~_*:._ tar luego.
ll
11.
P1zNsAM1BN1-os Pnomos
É
A
la , El examen de lo leido conduce a menu-
:nf

i_
#11,
do a descubrimientos y concepciones .propias
=f.-_-L sobre el tema. El .pensamiento surgirá, sur-
uu-. -m.›ow.ø-u|¬-
girán ocurrencias, ingeniosidades, conexio-
ll
enn
=¿=__§_=_f-:
nes, que cuanto más se separen de lo leido
tanto más importancia tendrán para el tra-
¡T
l 1
-4 bajo. Todos esos pensainientos deben _escri-
birse, a medida que sobrevienen, inmediata-
_.- -. mente en las hojas correspondientes. No hay
.F que dejarlos para la final porque quííá los
B habremos olvidado y no sobreverrdrán más.
le

ELABQRACIÓN
Fffi
C`I'!-ͧ'lWÚBIi.\151Ríl'fi l¿X
l Después de haber criticado el material ha-
D
brá que apreciarlo y elabørarlo.
Es la parte másdifícil. Pero no es un pa-
1-;
n
so completaníente nuevo, sino que surge de
O

72
-\lru_7'. -;:1 \

.›
1
la
lw
_..

IF
. ._._. . `-'

“1
'P

las operaciones anteriores. La tarea consiste


en suprimir las incertidumbres y resolver los
problemas principales decisivos «para el tema,
sobre la base de la ojeada adquirida paulati-
namente sobre la totalidad del material.
Aquí apenas' se pueden dar reglas. Eso so-
\

brepasa la técnica del trabajo. No existe una


receta universal. ¡Ese ha de ser precisamen-
te el trabajo del pensamiento! Es un hecho
de experiencia que los pensamientos no apa-
recen cuando uno quiere. Cuando uno se
ocupa incansablemente, cuando uno está
realmente preocupado por un problema, los
pensamientos aparecen espontáneamente.
¿Cuándo vienen y cómo vienen? En las más
variadas situaciones: a veces paseando, a ve- ›

ces estando quietos, o cuando estamos acos-
tados, *o sentados, o andando. Luego, des-
pu'és de la critica correspondiente, hay que
pasarlos a las hojas y proveerlos del mismo
lema, en lo posible ya bién formulados, qui-

zá prontos para pasar a la redacción defini- |
i

tiva. Sólo por medio de esa ordenación de

75


«

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-M 1 ›. _
me ë

1 1 4 "'
1-
'Ir'-9 .:~†--s
4.
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i ía u
E.
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.los pensamientos ¿:olec'tados será posible lue-
alps
go instaurar la conexión lógica y la articu-
fi i.
ii
,L
.
11;
L*
ni
..lación- en el todo.
\
1
': ~ ORnENAc1óN DE LAs 1-1oJAs
N-
*V
K.
"l
R 1
Después que poco a poco aparece el esbo-
2.
-nflnfv zo del.trabajo, conviene ordenar desde pun-
`\
i tos de vista sistemáticos, las.hojas que hasta
r
liIi ahora sólo han sido ordenadas por abeceda-
rio. Esta alteración sólo es posible si se usa
el procedimiento de las hojas sueltas y no el
l de los cuadernos. Para ello es preciso que las
l›sf
i
hojas no lleven lemas demasiado generales o
j
indeterminadosi sino lemas concretos e in-
equivocos. Para la realización práctica, sobre

:1_= .=_-._›=_'. _.
todo cuando se trata de grandes colecciones
de material, conviene' colocar los distintos
H grupos de hojas drdenadas sistemáticamen-
í te en distintas carpetas o clasificadores, me-
4
F
jor que en sobres `o bolsas de papel, pues su
li
2 manejo es incómodo. Para diferenciar las
ln

'u
l
l.j carpetas o clasificadores se las provee de ore-
II jas en donde se, escriben las correspondientes
O
-74

u
'C
“-1-rfp- III!
I*

z
E palabras de orden o se usan carpetas o regis- 1

tradores de distintos colores, según l_os con-


ceptos principales. Los subgrupos ,llevarán
cadauno una primer hoja que indica su con-
tenido y se reúnen con grampas o presillas.
Este trabajo de, ordenación aunque requie-
re paciencia-y tiempo, tiene varias veritajas:
19) Por la repetición mental de lo adquiri-
do, ofrece una ojeada de lo ya hecho; 2°)
Porque da una visión del todo y conduce a
šeparar` lo` inesencial, quitando las hojas o
¢
wmnv
tachándolo en las que quedan; 3°) Permite
ver las lagunas que se abren en el trabajo
ya hecho, sea en el material, sea en el análi-
sis del propio pensamiento; 4'-°) Conduce a ¿,
l

hacer grupos "de pensamientos ordenados ló-


gica y sistemáticamente, en cuanto esto no
ha 'resultado ya del acervo adquirido.
i
1 låf

1 l P4-
\ K

-=›-.pu-..,=. -í:

75

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_ 4 I my _
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T7 I

vi
o:sr=osLc|oN
`I
1

\ Las dos últimas operaciones son la dispo-


sición y la redacción def trabajo. la dispo-
sición es una transición de la elaboración a
la redacción; es la operación más delicada;
_es la articulación planeada de la exposición
correspondiente al tema; la división adecua-
da del material en secciones particulares.
1
Supone un buen conocimiento del tema en' \
2

general y del material que se ha estado em-


pleando, y es el plan que seguirá la exposi-
› ¢
ción o redacción. _ 1
í
¿Qué cualidades' debe tener esa disposi- ia
1
I
ción? Desde luego que variará según el te- H,
`:')'
ma y el material. Pero pueden indicarse al-
gunas cualidades generales. La disposición 1 lll
debe tener claridad. Hay que evitar la con-›
fusión de los temas o motivos, las repeticio- -u_|n

nes, el desorden y las lagunas. A su vez esta

.L `77


% _. 1
mw
¢.¬_ - . . -_ -= -
,
3713 I ' `

A_..-I- I 1,
.12
šlììv claridad dependerá de los siguientes Puntos
"z- 1
defvista: 1) La adecuación al fi_n. Este fin
H. puede ser diferente, puede ser la exposición
-4 e interpretación de una doctrina o de he-
, al
i l;¡ chos históricos, o bien puede ser la investi-

li*
Hflr
-w

L ›
'fläífii '- 13 gación sistemática de un problema o con-
junto de problemas. Según el fin, la dispo-
' v
í 1 sición tiene que ser diferente. 'Una 'investi-
5 gación histórica habrá de._tener en cuenta la
época en que fue escrita,*cuándo apareció el

¬.Í
wïïl
| 1.
autor,-etc., mientras que' si se trata de un
HI trabajo sistemático, intervienen otros facto-
res. 2) La consecuencia lógica: que lo a`n-
lo
. =1|`
1 terior lógicamente anteceda a lo posterior;

I 'n
:ii la esencia' y la definición, a los desarrollos;
¿Ñ
wi: :E1 'ést`os, a los fundamentos o demostraciones;

.fiJ
éstas, a la valoración, etc. 3) La disposición.
tiene que -abarcar todos los aspectos del te-
ma `a tratar. Se podria agregar que la dispo-
mi ti sición tenga -cierta belleza, pero sólo si lo
permiten las exigencias anteriores. Cuando
'!
| se trata de una obra cientifica, la belleza re-
I
La sultará de haber cumplido _con las exigen'-
-ru
,s
É
cias anteriores. ,
l
iv
zs S
si
Í_ 1. . _¢."_-_.

_ ã
' s
1
l11.
I-
¿Cómo se'procede prácticamente? La or-
denación abëcedaria de ílas hojas puede ya
ayudar al plan dispositivo del trabajo. _Pero
aun_con ello, para una ,articulación del ma-
terial conviene proceder así: a) revisar la
serie de lemas que' son semejantes en el gra-. ll

do de su significación lógica para el con-


junto. Los que aparentemente son más im-
hi `
portantes o de más extensión, hay que es- s¡¡
cribirlos primero en orden arbitrario en una Í
¡AF-
única hoja de papel grande. b) Entre ellos
hay que destacar un número limitado, los
más importantes, y esos se subrayan co'n lá-
_-,¬»._
piz de color para diferenciarlos de los me- ,< .,_ __±
vnun y ls.
nos importantes. Entonces se halla, por pon-
deración recíproca de sus 'relaciones con-
ceptuales, la serie lógicamente inobjetable y
conveniente para el desarrollo del pensa-
miento, y a cada palabra se le anteponen ci-
fras o una letra. c) Los lemas menos esen-
fi`\
ciales se subordinan lógicamente a los pun-
tos de vista principales y se señalan con otras 11-=-›¡H¢- _:Í-_7-J3 1

cifras o letras subordinadas a las primeras.


Él;
\
il,
19,

l
I
¢›.
_-n ,-¬¿;- ,;_..
Í'

-1'
ti
i
› 7 d) Hay que escribir ahora- el orden de los
pensamientos-lemas, en su serie numërica «of
-.«_-"'
de letras, de manera que resalte clara la* re-
lación de coordinación o de subordinación ±-;--*-;;_-
---Í_^-7_-_mm.-
«`
i
de los puntosparticulares. Sólo así puede
'w
examinarse de nuevo la admisibilidad del or-
.` den' aceptado, y en su caso, modificado.-
if I
=~: Ejemplo: supongamos que invcstigamos la
ef
oi filosofía del tfabajo y que de acuerdo a las I

_ indicaciónes anteriores hemos agrupado las


hojas en los siguientes lemas 'y en ordeh al-
fabético:
3,,. Amor y trabajo
“_”
Ú
concepto
-¬-.¿_
._Ii.-_M_.i_."-.g an»_-a=_. ;_. _,_.. -. . _ _ esencia, eidética
_ deber

l
*unmn
'«:f'l! '!U§ uøurs

derecho
Í
lt
±==L
='=1
-4j=i.1_a_-=¦._f_==.
_:._f_-_^'?_=.%.*"-f' afx... descanso
fiesta '
formas-y variedades _

lF ' ¦!s
uh
li]
profesión

e ,lg sentidg

r ›
|
L

1 i f

li Ñ l
l
1 l'
` l,

j sentimiento, Y trabajo ' - ,'


L técnica y trabajo ` '
I
valor.
\ \ 1
Ahora hemos de darle una ordenación ló- Fil-
gica, y según ella pondremos números al la- i
do de cada lema o de lemas iguales o seme- `
jantes. Asi, en definitiva se fijará el siguien- v
F te orden: 1.«-
,9

eidética, esencia, concepto É ~¦


E
'formas, variedades, profesiones j.
técnica y trabajo '

,l
sentimientos y trabajo
sentido y valor
deber. f.
f .
derecho

\9¢0\|O\v|-hu-›i\)›-1
descanso, fiesta
amor y trabajo.
si
j Y

Como empleamos el sistema decimal, cual-


quiera de esos temas puede a su vez'subdivi-
dirsç. P,or ejemplo:
Y 7 derecho
Q ” 7. 0 én general
u
1

iìi i

\v
'_ 1» .W

ind.--=--«-_ if _¢'
1*-9-iq:
Ñ ~"'¡ I I gs
_
..._- J 1
1 Í
. f.

1%
¿Ja j `
i 7~1 derecho al trabajo
= ¬- L
`~=1.ue-71-tu'›'~_--
en
ll"
.-'.;__..-
:L5
._›:^- ^
7.2 derechos del «trabajo
mi U ši 1
7.2.1 derecho al salario
it4
. 'fs ._-. - 7.2.2 derecho de asociación
emanan
l "7a2.3 consejos de fábricas, etc.
1
ii kiflìe También en lugar de usar una hoja, po;
1-;.
'hdi
demos emplear papelitos sueltos y fen 'tada
5j _.
Es; uno de ellos se escriben los lemas y sobre una
5.. .
v
-.n-__-
1-rw1:- ¬-f-_
mesa se ensayan órdenes diversosnhasta que

el definitivo se fija ,pegando los papelitos en
una =gran'hoja. También se puede .hacer con
› .. »;1;:
ws-u-1 cartón una especie de “portero mudo” Oo-
es
mo hay en las casas de apartamentos.,
_,¢.¿›. -me.-:›z.n_-:=». ;=_¿
Para caracterizar la- articulación, actual-
:paran mente se han introducido, en lugar de letras
_y cifras, solamente cifras, según *el sistema
de clasificación decimal.
Q-1
4vn-iïnd'-fåì
l Gzu;

¡Después que lo hemos ensayado varias ve-~


ces y hemos encontrado--un orden definiti-
1 vo, se copia el orden hallado en una gran
hoja de papel duro visible de un golpe, de
if

,. v
1 82 .
› ¡_ 'A
É
ul
un
rr

l¡ -zw 'H ›
1'*
I~¬fl'Í è
r ~ '_.
4
i
5 'r
5

modo que sirva siempre de indicador hasta 1,


la terminación del trabajo. al
vu-un-ir
Sólo queda -después de los cambios ne-
cesarios en las hojas--.nurnerar con los nü- __A4,

meros correspondientes los diversos paque-


¡.
te_s de hojas de acuerdo con el orden pro-
I yectado y escrito en la gran hoja._ _ -f
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›¬. -«-2

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I
/

_I É_

'
_
I

' VII
i
REDAGCION

Llegamos a la última operación. Después


de dispuesto y ordenado el material, se pue-
de pasar a la redacción. La redacción es la
ejecución escrita de la disposición proyecta-
finmn:-_¢_q¿;-,m_q_ _
da. Su objeto es exponer la sintesis de los
x
resultados y fundamentos de una investiga-
ción cientifica. Su fin es comunicarlo a
otras personas.
Aquí apenas se pueden dar reglas gene-
rales, pero para los que no tienen fabilidad
para escribir de un tirón, el mejor proce-
dimiento es escribir paso a `paso, pensando I.
cada frase 0 palabra. También se puede usar
este procedimiento' auxiliar: para el borra-
dor usaremos hojas grandes de 30 cm. x 21.
I
s I'

la
R
Las hojas se pueden dividir en tres .partes
verticales desiguales: la más angosta a_ la iì-
cjuierda, la más ancha a la derecha. En la

o=fe›¬«v¬- 1
åi
en - _';¬

lll
te., . I
,,

columna de la izquierda se escriben pala-


bras características para cierto pensamiento,
colocadas a grandes distancias. En el medio:<
4 I. en el lugar correspondiente a cada palabra
j I
ll!
de la izquierda, se ponen las palabras y giros
.il_,aMis'-s.ma2Im.s¡±.-=ä-'m que a uno primero se'le ocurren como expre-

iw
_.__..___
il sión del pensamiento. A_la derecha, trans-
formando el texto del medio, va, la redac-
¢_ .|-.__@._.

s.
~' .'s al
un
ción definitiva.
I -u- -f Algunos consejos que pueden ayudar: a) Si
' | É=-;_.= uno no es un escritor nato o con gran facili-
|
la
1
v3
J'

¦1 1
ii vi
dad para escribir, antes de redactar conviene
leer algún artículo o fragmento de libro
_-_.p. _.m._¢¬_.-_

considerados como modelos, por su forma de


I?-" | 1
exposiöión, que fomenten la disposición a
|
:Iii
. l escribir e influyan sobre la fluidez del estilo: I
a
ll,
1. 'Dependerá del tipo de trabajo que se haga,
el tipo de libro que »tomemos como modelo.
. 1, Como es obvio, los escritores.del siglo XIX
ll o de nuestro siglo. son más adecuados que
Hg
los de siglosf anteriores. b) Si uno se queda
atascado y no sabe seguir, conviene copiar
de nuevo la última parte redactada; gene-

šã
I

'*±-_._x._.gs-_Á-

un-1!--=._.-±-. v
ralxnente esa repeficíón mecánica del propio
pensamiento lo impulsa a« uno para conti- ,F
nuar. c) Es conveniente redactar en vo; alta K
o leerlo, después de redactado, a otro o a
sí rnismo. Así es más fácil advertir las de-
sigualdades, los malos encadenamientos, las
relaciones oscuras, las repeticiones, etc.
Hay además buenas obras que tratan »del
estilo _y el arte de escribir. Indico›algunas del
siglo XIX y de nuestro fsiglo: Milá y Fonta- I_" '~'nfl=I.u_Y_

nals, Estética y Principios de Literatura,


1869; es la más vieja de todas, pero no es
de descuidar porque Milá fue una especie
de genio para la época. Coll y Vehi, Ele-
mentos de Retórica y Poética, muy usado.
Ii
También en la extensa obra de Menéndez y
Pelayo, Historia de las ideas estéticas en Es~ \
^1
pdña, se pueden encontrar muchos párrafos
H"
que se refieren a 1a~ formación del estilo. Na-
varro y Ledesma, F., Lecciones de literatura M
general. Alonso, M., Cienlria del' lenguaje y
af» del mito, Aguila; 19:3. Menäei Beja-
rano', M., D'0c'í~rinal'de preceptiva literaria.
1,_.An_,

ší'

ï_
í
V-
,¬1

1
fa ._
El_ profesor Coseriu me trasmite el título de
_*-I-A.c,
5:4 dos obras que considera muy buenas: Alba-_
Iat, A., L'art dé écrire; Lausberg, Handbuclv'
<
Ji¡wm.-_san.fl›sz.ues_u-_- l des liti. Kunstwerk. *
l 4
-cv u 1
=
Son auxiliares los diccionarios de sinórh- .
mos: Barcia, A., Sinónimos Castellanos, Ma- *
la. ¡%±sa'ä:u I drid, 1870; es la'obra clásica. Olive P. M.
i l de,_ Diccionario de Sinónimos, París, 1880;
Benot, E., Diccionario de ideas àƒines, Ma-
ni-
drid, s/f.; Casares _]`.~, Diccionario ideológico
=.¿3=¿§=. ._.
sa..«'*,›.«$§fÍ;.
¬gi¡-. -3@ 'de la lengua española.
__-
a
IÍÍ
l
l
ff
9.'
Esrmo
l_ Q. 1
9'..
l Se pueden dar ciertas reglas sobre el es-
,
¿as
~, .
E tilo. No escribir cuando no se tiene dispo-
I. sición, sino esperar el momento. .Quintiliano
l
decía: “No escribir ligero para escribir bien,
"4 sino escribir bien para escribir ligero”. Pero
J
"ii
A cuando realmente se tienen pensamientos que
expresar, no se necesita _mucho arte. Para los
trabajos científicos es necesario usar un len-
ll
guaje sencillo, llano, sobrio. Re<¿ordar*çI eggs;

ÂÃ; . --,=
:ua
acÉ
'
TF
I . ,

sejo de Don Quijote: "Llaneza muchacho,


llaneza, que toda afectación es mala”. En
nuestro país se usó durante mucho tiempo' èl I
unnan-snu- nmn mn n
estilo barroco, frondoso, que sirve para ocul- ›

tar la ,oquedad del pensamiento.


Yo no-recomendaría que se tomara como
modelo a Ortega, que ha sido escritor ma'g-
In nífico, pero que hace desviar la atención del 4i
u
pensamiento. Como estilista es un creador, 17'.

un reriovador, pero no posee .-un estilo adecua-


do a la filosofía. .Más que filósofo es un ensa-.
yista, lista sencillez o sobriedad no es in-
,compatible con la agudeza del espíritu, al
contrario, la hace más palpitante. Por con-
siguie_nte, hay que desechar toda prolijidad
1
y verbosidad. El estilo ha de guardar pró-
porción con el objeto. El lenguaje tiene que
ser claro y correcto; hay que evitar en lo l J
'posible las palabras de lenguas extranjeras.
Pero enla filosofía hay que usar frecuente-
le
mente palabras de origen francés o alemán,
III
griego o latino. También hay que evitar los
-1
lugares comunes o las frases hechas. Una
_ 22

. .u.¿_ue
-._
1 1
.- _-1 _~.
;-i_-'
$¿< 1
i I
~ “ivif
V».
s
l
i., gl 1
",`¦i~-. cosa es la' sencillez o sobriedad y oira esërif
Ei bir con un estilo casero. No abusar. de las
|
1
1
'-if" 4
à imágenes.
. a

i
li ,_
"UP
381
;.,¬¬ s
¿Sé deben usar frases cortas o largas?
_ .a.›
Siempre 'es aconsejable utilizar frases cortas;
i dan más claridad y son másrmanejables. En
todo caso, hay que evitar el encajamiento
li,-_-'~'¿1 l
de las frases. En lo posible el lenguaje debe
l. ser intuitivo, concreto, incluso sintético en
I
lo analítico. Cuando se redzïcta una obra,
l1:. hemos de buscarla _concentraciói1.
1

I
.W
1 Incluso cuando se está en la etapa de- la
11, redacción, hay que tener un manojo de ho-
jas para escribir enseguida las ocurrencias y
luego a su tiempo clesarrollarlas..Así se evita
el peligro de"olvidarlas y no- se interrumpe el
trabajo principal. No.hay que perder» nunca-
'l de vista que los pensamientos no vienen
97 r
'i
cuando uno quiere, sino cuando ellos quieren.
Af final del trabajo o al final de cada sec-
i
ción se elaboran esas ocurrencias y se~inter-
calan en el lugar que corresponde. '
l

Mi r

,li i
nun; ||:|nlI-l|I__Iï-*- "
f 1

FORMA EXTERIOR DE UN MANUSCRITO

-Como un manuscrito generalmente ha de


ir a la imprenta, es' necesario que se contem-
plen las neêesidades de la niisma:

1°) Hay que dejar una distancia entre


las líneas y bastante margen-a la izqiiierda
para .poder intercalar otros pensamientos o
palabras o correcciones, etc.
2°) Para la redacción hay “que usar ho-
jas sueltas y no cuadernos, y escribirlas ,de
un solo lado, de modo que también. se pue-
dan intercalar nuevos textos.
3°) N,umerar las páginas, y a la página.
que se agrega se le _pone un número subsi-
diario. -Por ejemplo, 16, 16a.

Todo este conjunto de hojas con el' tra-


bajo redactado se llarna “mamotreto”. '
Luego hay que dividir el texto en partes,
'Ab
-A-5-.
14 g`_l
secciones, capítulos, etc., y ponerles títulos
y números.. Es conveniente que *hayan dos
nurneraciones que no se correspondan. Una
¢

¬ *'92
É
I

l
I

I
_ L',
r
Jill: . ,sen

A
1.
s.
F, 3
\.

l numeración para los capitulos; por ejemplo,


l,
se enumeran los capítulos del I al 20, pero si
cada capitulo está dividido en párrafos, no
--.= _= ¬
. .»-.~_ reçomenzar la numeración de los párrafos e_n
4
cada capitulo, sino hacer una numeración
única y continuada a través de todoslos ca-
W pítulos. Esto 'facilita las citas a los que uti-
¿¿¡gaca.anJ.é¡2-.fi¡.¿~¡¿. _¿›,¿,.
¬,.
~ 1
lizarán la obra.
11
l ua-m-. c
Es un buen principio resumir al comienzo
~›~
de cada capítulo el pensamiento del anterior
1 y exponer al final la problemática de lo que
sigue. Cuando se-quiere llamar la atención
sobre¬ cierta palabra o pensamiento impor-
*Wu
,- tantes, se subrayafr; pero de este procedi-
Il miento no se debe abusar, de lo contrario, se
pierde el efecto buscado. Cuando se subra-
,Q-»__a. - ;. ¡-4.1.- . .i .
yan palabras __de una ci_ta que en el original
no lo estaban, hay que indicar en una nota
l
1
que'el subrayado es del autor..
l
l Cuando se expone _el pensamiento ajeno
hay- que "cuidar que no se confunda con el
il
5. propio. Cuando no se expone el pensamiento
literalmente, se suele emplear elrnodo sub.
1
i.
i aa- ., ”
i
És
IL. i
Il mi
“tí 1 _

nf -III! F
\
juntivo 0 condicional. 'La redacción indirecta
quiere significar que el pensamiento expre- 'I
sado no pertenece al que escribe. Vaz Fe-
I 1:_reira empleaba el subjúntivo o condicional, »

incluso para exponer su propio gensamiento, »-¬,W-_.

lo que no es correcfo; en este caso hay que


emplear el indicatiìro. f
4"'-¿;.-~.
J;}

Crms Í
¢=1~.A .1-7- ?
1, I

1›un|-
1% Cuando. Ia cita es literal no pueden omi-
«F tiijse las comillas: También se puede 'comen-
zar la frase con las palabras “como dice N”
¡.- o'“según~N'*. _ -
Las .citas con frecuencias son indispensa- i. \ 7
bles 'en una olara, pero' el modo de` citar es
lo que más distingue al dilettaptq del espe-
'cialista. Citar_es_›1:-raer de las -fuentes la prue- iv
1:›
\

ba de una fesis*1aara'analizarla o para indicar


¢-4.- ._-¢.e=¬;.ú±_¬,. un- juicio ajeno. Hay dos clases de citas: las
«F4-
de las fuentes y lis de las autoridades: Am-
bas tienen consecuencias diferentes.

U 1' -`$5~
à Il _

I
W, _ _ .-. e = M\
" __¶' 1- -*'"^' P*-'-__' 4É
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-_-¢- .ø
1 -_ --¿u_u
r «-

»ae«r I
1 ¿Sobre qué deben íersar las citas?
r,_ 1
l 1°) No -hay que citar para çosas requete-
I

,t-s
sabidas. 2°) Las autoridades citadas deben
\1.;`
...a tener un real valor sobre el punto. 'Sí se tra-
l'-x
ff' y.~
ta, por ejemplo, de una interpretación de
t Plotino, no se ha de citar de una obra ge-
Jl*
V
.
.
neral de historia de la filosofía, sino de tra-
.n bajos de especialistas en ese autor, como Har-
v
der o el Padre Henry. 3°) La cita debe con-
¿L cordar con lo que se quiere demostrar y no
,L 5
“solicitar” los textos. “Solicitar” un texto
aer?-. .-' . _ . ._ .;
quiere decir 'pedirle lo que no contiene, for-
\; zar o tergiversar su sentido en apoyo de lo
1
que 'se quiere demostrar.'4°_) Hay que citar
con medida. muy distinta las 'autoridades y

t
Í-
1 , las fuentes. Las fuentes deben ser citadas
.siemp1§e,_ en “cambio las autoridades, sólo con
.mucha mesura. Con la ,literatura secundaria *
,debemos ayudarnos para formamos una in-
terpretación propia pero no hacer -con ella
reproducciones ,de citas larguísirnas. `
Las citas literales pueden colocarse' en el 1

1 4 texto o en las rfotas. Eso dependerá del egi-


ø
2:1 \
A

1
11, ` 1
' _ r x -« ~
_L.L~=7--d __ Al ¡mm¡manana
iz!
ii» '

pleo de los pasajes. En todo caso, hay que ua-.¬=

hacer las indicaciones de procedencia exac- <


l
tamente (ver supra, pág. 37 y 42), No ha-
cer citas ni indicaciones que uno mismo no
F,
haya cornprbbado, pues su omisión es causa
de errores que a veces se trasmiten de un
libro a ~otro. Si la cita se ha tomado de
la cita en otro libro y no se ha pbdido con-
sultar el original, hay que 'indicar el libro
de donde se tomó. Solamente asi la cita es
correcta. ' »

l
I No conviene usar las fórmulas °°op. cit”.
o “Lc”, porque son incómodas para el lector.
'Mejor es hacer la referencia a la lista de obras
que de indicarse .en la que escribimos 0
por medio de siglas. Evitar además las citas
duplicadas; si por circunstancias especiales
hemos de volver a citar, no se cita de nuevo,
sino que se remite a la cita anterior. P
I
Respecto a las citas extranjeras se .ha ~de HI
indicar si se hacen en su lengua originaria o
Él'
en traducción. Los títulos de obras y revis-
l
tas se_ citan siempre enel Lenguaje originario. L\

i

'$2
v __' se-ur
l
!
\

La gran Qegla en materia de citas es la


probidad.
|
__-†-ff:_
____ .-_._.s-..x.-;›.-un._

-Q-_
Nous _. ._- .n_¡. -_

-En todo trabajo cientifico las notas o, me-


<
l, jor, la numeración de las notas, puede ha-
cerse de dos modos: o corrida o para'cada
página. Cada una tiene sus' ventajas,e incon-
venientes. La numeración corrida empieza en
_ _;-qa
la primera página "y sigue hasta el final de'
|
1 la obra o dividida por capítulos. Si se usa
l «
1 `. 1 'la`nu`m.era_ción para cada página, hay- que co- I
Ã
menzar de nuevo en la siguiente. Esto `trae
\

«
i
un inconveniente para el impresor, porque
una galera es mïlcho más larga que una pági-
na. Por eso es mejor emplear "la numeración i
i
l
fl ,
corrida.
, Sobre el *lugar de las notas, también hay
dos procedimientos: se pueden colocar al pie
de cada página o al final _del libro, o de cada
-

capitulo. Cuando las notas son grandes acla-


' l ,
,i raciones, se ponen al final, .de modo*que¬el

4
. .n_.

\
_-._-. a.
1
lector no científico pueda leer el libro sin ›l
.
las notas. Pero el cientifico tiene que leer ¡Â
I
É las notas para comprobar su justeza.
v
_ Harnack da una serie He reglas sobre no-
Í tas. Se pueden resumir así: É

1“-') Rcdactan el texto de' modo que se


pueda leer sin las notas.
-nf:
: 29) Acordarse que hay paréntesis y ex- -
Í cursos (digresiones) que pueden sustituir a
las notas.
3'-') No poner notas inútiles. El defecto I
¡-›*±1-;. -_.
_ de los principiantes es poner notas para todo. ¡ -._

4°) 'No tener a menos de poner notas;


l -este es el defecto de los hombres célebres, de I
\_
los grandes escritores. Pero ninguna celcbri-.
dad exime de dar las pruebas de una infor-
, mación. _
59) No usar una nota para poner algo
que se ha olvidado en el texto. É
6°) Que_las notas no contradigan al tex-
to y, sobre todo, no poner en las notas cosas F4
más importantes de la's que êstán en el texto. ,
7°) No poner en las notas todas las pre- l
»-
_ f 97

f* s
1
-' 'ru ,. rr - _
1
* 1
l|
,. _.-
fr
1' li
› F; investigaciones, porque obstacuiizarian la
1,1
1.
marcha del pensamiento.

xv-4+
.i 8°) No utilizar las notas como arma de
combate sin necesidad.
-99) Que las notas sean como acordes
._.›."

i
la (musicales) del texto, que vayan a reafir-
niar el texto y no sean un puro alarde de
erudición.
F
1\
ÚLT1Mos ToQUEs
1

Después que se ha redactado, conviene po-


ner el manuscrito en un cajón y dejarlo des-
cansar un tiempo prudencial, de modo que
uno sea independizado del dominio que ejer- 3
ce su propio texto. Así, ,después se podrá* leer
de nuevo con ojos críticos. Conviene hacer
esta lectura en voz alta *y repetirla varias ve- 1
|
ces, examinando el texto cada vez desde un
_.-._-._“. ._. _._._. `punto de vista diferente: I) la 'expresión
(exactitud,-ca'<V:ofonía'); 2) adjetivos y ad-
verbios; 3) el largo de la frase, puntuación,
^“ *:.
.:7-:~xr
-»-.22.
_.^-._-¿.' ~. :.-*:_
construcción, encajamiento, frases relativasš
':T.“I,If:- H.l4-±n-|_i, _:r-.1-I!_- 4-) eufonía; S) cosas superfluas.

98

.'.-_ .
m_. n._~._.

1 _` _ ua qum n.- u....mnuh. u_.| .


Í V Ñ __ _ W -"¬'ï-'Í

._

Cuando el texto parece ya definitivo, se


reclacta la introducción o el prólogo. Todo
buen 'autor sabe que esto es`lo último *qüe
redacta. La introducción puede *ser muchas
veces una parte de la obra. Este prólogo rie-
ne que orientar sobre los puntos centrales gle
la obra y sobre el propósito'~del autor. Si es-
cribo una obra solšre Platón, por ejemplo/
puedo querer hacer una exposición general,
o quererfl demostrar una tesis con respecto a
la dialécticade Platón, o a la Éloctrina polí-
tica, y tengo que decir cuál es mi \propósito.
El ,lector tiene qne saberlo y el prólogo tiene
la misión de advertirlo.
Para hacerlo, lo mejor es leer el trabajo de
un tirón. Entonces el prólogo saldrá sin di-
ficultad.
La íiltima redacción conviene hacerla a
máquina con varias, copias, y quedarse con
una.
4
Finalmente, un pequeño comentari`o~sobre
la bibliografía consultada. Los libros y las
reyistas deben indicarse como se ,dijo antes
«
99

w
_=~±-¿_ _4.-_ __ J - _
."fl
el ` -=-' -1-.ug ¬;
-_. 1'
-s
1
L.
";~'“_"_

_._.

gl (påg. 26 y 37). Las indicaciones tienen que


ser completas. Si ya se ha hecho un fiche-
ro numerado, bastará ordenarlo alfabética-
¬
=1_'\ lnente. " ^

__.à_
1
A-_. Si se quiere emplearlo también para las 1

referencias de las notas, hay dos* métodos:


A~) Se mumeran de nuevo las fichas de los
autores en orden alfabético Ai@ etc?, y
maga.. -¿_.- _ en las notas se- ponen los misrnos' números
¡I
según corresponda (en vez de citar autor y
ju -tíiÉulo)» indicando sólóf- la página. B) Para
cada obrai usar siglas, sobre todo para las re-
vistas y emplearlas en las notas.
_.- . -._
Ya vimos que para las revistas hay siglas
3. que tienen valor internacional. Si uno inven-
4

ta una sigla, que sea comprensiblée indicarla


en la bibliografía. Cuando se emplean las
iniciales, han de escribirse en mayúscula y
._. .._ . _. _. _fi_.I
,A,
_sin ' P untuación. 1 Plo: RMM~ o
Por e`em
.; ;
,J-Iv_
_ _- _ . _. %
ZPhF. (län este also, h minúsc'ula` porque
forma una letra compuesta con la PÃ
l ~=
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. .J|r . ,I 1
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"'_-"'_ |No|c_E ' ,I
il
Pág .
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Preliminares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . _. . 7
I-- EL' TEMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 9

II -- REUNION DEL MATERIAL . . . . .. 17 :_t


^_. í_~
Éibliografias . . . . . . . -. . . . .›¬ . . . . . . . . 19
1-;,
Préstamo de libros . . . . . . . . . . . . . .;~ 33
Formato de los libros .. < . . . . . _. 34
Título de libros .. _.: . . . . . . . . . . .. 37
Abreviacìón de títulos . . . . . . . . . . _. 37
Fotocopias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
III- ESTUDIO Y LECTURA . . . . . . . ._ 39
Técnica de la lectura . . . . . . . .. 43
IV - EXTRAOTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 53
>
Tratamiento de las hojas . . . . . . . .. 59
Indicaciones para la práctica . . . . ._ 64
V - CRITICA ...› . . . . . . . . . . . . . . ... .. . ._ 67
Pensamientos propios . . . . ... .. . ._ 72
Elaboración . . . . . . . . . . . . . . ... .. ... 72
Ordenación de las hojas . . ... .. . _. 74
VI _ DISPOSICION . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. '77
VII - REDACCION . . . . . . . . . . . . . . . .. 85
1 Estilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Forma. exterior de un manuscrito . 91
Citas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Ultimos toques . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98

¬. ¿'*~.-_.-¬.P-¬,..
L.

l
' Este manual se terminó de imprimir en
' la Imprenta "El Siglo Ilustrado/I S.A. É
' calle Yi 1276, el dia 30 de i
setiembre de 196-1.
i , *-61

4.
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1

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H. MUI ILUHIIN
W INI IIIDIIIOO

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