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TRABAJO PRÁCTICO 1

PEDAGOGÍA

Consigna 1.- Analice el concepto de utopía pedagógica según lo define Narodowski.

• ¿Qué son las utopías?


• ¿Son lugares que no existen?

Consigna 2.- Compare analíticamente las concepciones de Comenio y Rousseau


sobre la infancia

Consigna 3.- ¿Cuáles son las diferencias entre “normalidad” y “normatividad” según
analizan Baquero y Narodowski?

1. Las utopías son las metas deseadas o ideales que son necesarias para
ordenar y armonizar la realidad existente. Es la capacidad de imaginar una
instancia superadora y de organizar todos los elementos del conjunto hacia esa
instancia. La utopía es el motor de la pedagogía, ya que posee la característica
de ser efecto de la práctica discursiva, pero a la vez son los esfuerzos que se
encaminan hacia ese ideal.
El intento de realización de la utopía corrompe su naturaleza misma, y si el
discurso es utópico en lo referente al punto de llegada, es fundacional, en lo
que respecta al punto de partida.

2. La infancia según Comenio:

 La idea de infancia es esencialista, lo que hace que un ser sea lo que


es.
 Tiene la necesidad de un orden gradual.
 Todos los seres humanos tienen infancia.
 Es un estado inevitable en el ordenamiento ya construido.
 La diferencia entre el niño y el adulto es una diferencia de grado.
 Supone mayor capacidad para aprender porque nada hay todavía
aprendido.
 La idea de infancia es esencialista, lo que hace que un ser sea lo que
es.
 Tiene la necesidad de un orden gradual
 Todos los seres humanos tienen infancia
 Es un estadio inevitable en el ordenamiento ya construido.
 La diferencia entre el niño y el adulto es una diferencia de grado.
 Supone mayor capacidad para aprender porque nada hay todavía
aprendido.
 No discierne entre el niño o el alumno. No pedagogiza la infancia, no la
define ni la caracteriza.
 Es común a todo ser vivo.
 Implica el grado cero de la evolución de las especies, estado por el cual
toda especie atraviesa.

La infancia según Rousseau:

 Nacimiento signado por la capacidad de aprender.


 Reivindica la lactancia
 Hace hincapié en la alimentación de los niños.
 La infancia es el escalón necesario y anterior a la adultez.
 El niño es un ser inacabado que carece de razón, necesita del adulto para
alcanzarla.
 La infancia es un largo camino que emprenden los seres humanos en busca de
la razón adulta.
 Hay que poner al niño en contacto los elementos naturales en su entorno.
 Destaca el juego como forma de expresión y relación con la realidad, y por ello
ha de ser, considerada, respetada y protegida.
 Todo lo relativo a lo infantil debe ser estudiado: conducta,
pensamiento, lenguaje y signos, juegos, sexualidad, para poder intervenir
sobre él.

3. Los autores Baquero y Narodowsky analizan el discurso pedagógico instaurado


por Comenio en el siglo XVII y que aún hoy sigue vigente. A ese discurso se lo
denomina discurso de la transdiscursividad, porque no sólo atraviesa generaciones,
sino a todos los estratos de la vida social. La transdiscursividad pedagógica ha
sabido capitalizar ideales educativos como así también ciertas teorías de la
educación universalmente aceptadas, para expresar metas deseadas en la
materia. Estos ideales se plasman en las teorías de la educación como metas
deseadas, como "utopías", como aquello a lo que según la pedagogía es menester
arribar. La pedagogía construye normas, explicita normalidades; en fin, normatiza. Su
análisis corriente se basa en estipular cuales son aquellos ideales deseables y cuales
no lo son. Su práctica consiste en bosquejar la diferencia existente entre ciertos
indicadores que brindan algunos fenómenos y los ideales, diagnosticando la similitud o
disimilitud existente y aconsejando acerca de los medios más aptos para conservarla o
compensarla. Para ello la discursividad pedagógica se vale de un discurso de
poder, que por estar referido a esas metas futuras, no ofrece o no puede ofrecer
fisuras discursivas; de esta forma el discurso adquiere valor de verdad y se
universaliza. El paradigma positivista no ha podido ganarse para sí a la pedagogía,
puesto que esta no tiene anclaje en lo científico y lo demostrable; la pedagogía habla
de metas deseables y aquellas que no lo son, pero no desarrolla el camino o el
método para llegar a ellas, o evitar las no deseadas. La nueva normatividad
estructurará un discurso donde lo opuesto a la norma será lo patológico, en vez de
lo anormal, en el sentido que no se ajusta a la norma. De ahora en más el
discurso discrimina que es beneficioso y que es lo perjudicial, lo bueno y lo malo, lo
normal y lo patológico. Por lo tanto, el mundo educacional se ajusta al discurso
dominante, pasa a constituir el mundo de la normalidad en tanto acepte este
conjunto de normas. Surgen contemporáneamente nuevas tecnologías que
adhieren y dan impulso al discurso moderno de la pedagogía normada a su
sombra. Estos “nuevos recursos” sirven para explicar el llamado “fracaso escolar”. Si
un alumno no alcanza los objetivos planteados el discurso de poder tratará de
convertir al alumno fracasado en objeto de sospecha, el que podrá
ser suficientemente analizado. Así se incorpora la mirada de la psicología o aquellas
otras disciplinas acordes que determinarán el grado de patología y su
correspondiente diagnóstico prescripto. Como la norma tiende a ser universal es
necesario dar lugar y espacio educacional a aquellos que escapan a la norma;
las escuelas normales y las escuelas especiales enuncian de forma sutil las
diferencias. Dentro de cada tipo de escuela se estructuran diferentes niveles que
permiten alojar a cada uno según su grado de madurez y evolución. “Lo
emocional, lo afectivo y lo socio ambiental” son ahora elementos ponderados. Lo
emocional requiere que el alumno muestre un punto de equilibrio; al mismo
tiempo tendrá que tener un buen desarrollo psíquico que estabilice los
afectos: un joven desbordado afectivamente o con insuficiencia afectiva puede ser una
persona que no sepa manejar la estructura de demanda, de fracasos y de éxitos
personales, del mismo modo que tiene que ser un individuo adaptado
saludablemente al mundo que lo rodea, su ambiente social. De esta manera, el
discurso pedagógico establece límites, modos y lineamientos y supone que
el individuo tendrá a su alcance recursos que deberá saber apropiarse en su
provecho para el buen aprendizaje del desarrollo individual y colectivo. Si el
individuo no lo hace, pondrá en evidencia un problema propio de su “naturaleza
educable.

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