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En la escuela circulan palabras, que remiten a discursos, que traducen ideas, que dan
cuenta de saberes y conocimientos relevantes, y también de disciplinamientos
subjetivos: al rendimiento, al examen, a la institución, al sistema. Se exaltan algunas,
se prohíben otras. Se regula su uso según coordenadas espacio-temporales (dirección,
aulas, patio, salón, días regulares, fechas patrias, tiempo de clases, reuniones,
recreos,). Se evalúan. Ellas producen emplazamientos de sujeto, se entrometen por
los intersticios institucionales, se muestran como desechos discursivos a través de
graffitis y leyendas, se reciclan según los avatares políticos, prescriben desde los libros
de texto y desde las glosas escolares, modos de ser y, en ocasiones, enseñan a volar,
invitan a producir metáfora o a entretenerse y reír con algún teorema. Conocer los
relatos que por una institución circulan da cuenta de su particularidad. Auscultarla,
recorrer sus recovecos, reconocer sus ritmos, trayectos y oclusiones son condiciones
fundamentales para transformarlas y dinamizarlas, de modo tal que la pasión por
enseñar y el deseo por aprender saquen brillo al saber. López M. 2008 p. 86
IX- La relevancia otorgada a la
singularidad
Lo singular implica que, aunque existan vicisitudes del desarrollo
reconocibles para todos los sujetos (destete, marcha, lenguaje, control de
esfínteres, trama edípica, construcción de las estructuras cognoscitivas), las
travesías son siempre particulares, de uno en uno. En sus derivaciones al
campo educativo el problema es que la pedagogía es ciencia de lo general,
en tanto que la transmisión, es praxis de lo singular y de allí en más se
derivan muchos malos entendidos. La institución escolar puede empero ser
aquel lugar diferente en el que se ponga en juego la tensión existente entre
la transmisión de un saber universal, regional o local, por un lado, mientras
se recupera por el otro, y a un tiempo, la singularidad en todas sus
dimensiones (subjetiva, institucional, comunitaria, etc.)
X- La instauración del registro de la
escucha
La Histeria, en tanto neurosis, y la paciente histérica, llevaron a Freud a instituir la
Escucha como relevo del estatuto de la mirada, tras la cual se abroqueló el saber
médico durante siglos. Ello no implica abolición de la mirada, sus propósitos son
diferentes.
Ver y mirar, oir y escuchar, no son lo mismo: aquella anoréxica grave cuando se VÉ en
el espejo, se MIRA gorda; el OÍR se nos impone. Continuamente oímos: el ruido de
una puerta que se cierra, un niño que ríe o llora. Eso no es escuchar. que requiere una
predisposición especial por parte de quien lo hace. En un concierto oímos la gente
que habla, los músicos que preparan sus instrumentos, alguien que tose; pero cuando
aparece el director y pega con su batuta en el atril, el concierto va a empezar y nos
disponemos a escuchar. La Escucha es aquel registro que nos conduce hacia la
singularidad de cada cual, hacia el relato de su propia historia, hacia los significados
subjetivos, los mitos y mandatos familiares, hacia el anudamiento entre pasado y
proyecto.
XI- Redefinición del concepto de
SÍNTOMA
Término que para la medicina tiene el valor de un signo diagnóstico. El médico
manipula un organismo y no sabe, que entre organismo y cuerpo hay una brecha. El
síntoma es una producción subjetiva, un mensaje cifrado y que toma también la forma
de los malestares de la época (anorexia, adicciones, impulsividad, depresión).
Si la medicina busca la enfermedad en el enfermo, el psicoanálisis busca al sujeto en el
síntoma.
Poco puede la didáctica cuando se detectan problemas orgánicos severos, poco puede
la Medicina y la Farmacología cuando se las tiene que ver con significados y no con
neuro-transmisores.
El psicoanálisis también descubre que en el síntoma se cifra un goce (punto límite del
saber médico) que compele a repetirlo y a luchar porfiadamente por retenerlo de
modo de evitar una catástrofe que es vivenciada como peor (abandono, suicidio,
pérdida del amor).
XII- El concepto de MALESTAR y de
MALESTAR SOBRANTE
El sujeto, para vivir en cultura tiene que renunciar al goce pleno de sus pulsiones y a
cambio de ello puede ganar en seguridad, aunque el costo de tal renuncia sea el
Malestar. Vivir en cultura entonces conlleva, pagar ese costo.
Las figuras que asume ese malestar están fuertemente abrochadas a las condiciones de
época: así la Depresión por ej. fue considerada el trastorno más frecuente en el siglo XX,
sobre todo después de la devastación de Europa a resultas de la II guerra, en cambio en
el siglo XXI, las nuevas figuras del malestar asumen la forma de los Trastornos de
Ansiedad. En el caso de los Trastornos de la Ingesta, la Anorexia Nerviosa es típicamente
moderna, en tanto que la Bulimia es típicamente posmoderna, vinculada a la sociedad
de mercado y al discurso neo-liberal triunfante.
Tampoco es casual que encontremos, al interior de las instituciones escolares: desgano,
soledad, angustia, cefaleas, irritabilidad persistente, etc., síntomas fuertemente
vinculados a la des-legitimación de la Escuela, al fin de la alianza Padres / Maestros y a la
baja en la consideración social respecto de la tarea docente
XIII- Diferencias entre los conceptos de
PLACER y GOCE
No siempre lo que alguien demanda (cura, sufrir menos, et) es aquello que se
desea: un paciente acude a la consulta con la demanda ser curado pero resulta
ser que su deseo inconsciente es opuesto y lo que realmente busca es ser
confirmado como enfermo; otro/a dice que toda su vida sus relaciones
amorosas fueron triangulares porque siempre se enamora de personas que ya
tienen pareja: no se trata del Placer lo que está en juego, sino del Goce. Freud
ya había observado en sus pacientes que aquellos que más se lamentaban de
sus padecimientos neuróticos eran los que ofrecían mayor resistencia al
tratamiento y habló de beneficio primario y secundario de la enfermedad.
En castellano «goce» se identifica como «placer». Pero en alemán, Genuss es
goce y Lust, placer. El placer tiene que ver con el disfrute, la dimensión del goce
no.
XIII- Diferencias entre los conceptos de
PLACER y GOCE
En la segunda parte del año veremos qué implica trabajar y problematizar el
pedido de intervención que puede realizar una institución escolar a un
equipo de orientación y acompañamiento, qué pide y que en realidad está
demandando.
El COVID, puso entre paréntesis o en pausa, el placer (de encontrarse con el
otro, del abrazo, del amor) y en la falsa disyuntiva planteada entre la bolsa o
la vida, compiten el goce del disciplinamiento, como estrategia sanitaria
asumida por el Estado, y el goce del mercado que exige el consumo
incesante poniendo otra vez en juego su voracidad por la extracción de
plusvalía.
XIV- El concepto de CONSTRUCCIÓN
(Construcciones en Psicoanálisis.1937)
El analista busca levantar la amnesia infantil para obtener “una imagen fiel de los
años olvidados por su paciente” pues resulta que éste no puede recordar todo, tiene
lagunas e incoherencias, y es allí, que propone una construcción, una suerte de
elaboración, con el fin de hallar lo que el sujeto ha olvidado. Hace como el
arqueólogo, que puede reconstruir el Partenón a partir de sus ruinas. La diferencia
está en que en el análisis, se cuenta con la ventaja de disponer de un material que no
está destruido, sino transformado y que puede ser recuperado. En el análisis (tanto
en el individual como institucional) se procede por interpretaciones como por
construcciones. En tiempos de primacía del presente, en la clínica de adolescentes,
surgen ciertos huecos en los relatos que dan cuenta de su historia, textos
deshilachados, eventos sueltos y otros indicios que autorizan al analista a
realizar una construcción ayudando a recordar y trabajar sobre ese
material olvidado.
OTROS CONCEPTOS A TOMAR EN
CUENTA
La ALTERIDAD CONSTITUTIVA
DIFERENCIA ENTRE ORGANISMO Y CUERPO
La SUBLIMACIÓN
La estructuración y estructura del APARATO PSÍQUICO
Las Formaciones del Inconsciente
La teoría de las Pulsiones