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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL PARAGUAY

Dayanny Raibert Araujo Lima


Gabriel Petricoski

MIELOFIBROSIS IDIOPATICA

Ciudad del Este – Paraguay


2023
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL PARAGUAY

Dayanny Raibert Araujo Lima


Gabriel Petricoski

TUMOR VESICAL

Trabajo Practico presentado en la


carrera de Medicina de la
Universidad Central del Paraguay,
como requisito parcial para la
obtención de puntaje en la disciplina
de Hematologia.
Docente: Dra. Nilse Noemi Cubilla
Martinez

Ciudad del Este – Paraguay


2023

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Sumário
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 4
2. ETIOLOGIA Y FISIOPATOLOGIA .............................................................. 5
3. SINTOMAS................................................................................................. 6
4. MEDIOS DE DIAGNOSTICO...................................................................... 8
5. TRATAMIENTO ........................................................................................ 10
6. CONCLUSIÓN.......................................................................................... 12
7. REFERENCIAS ........................................................................................ 13

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1. INTRODUCCIÓN
La mielofibrosis idiopática es una enfermedad rara y grave que afecta a la
médula ósea, el tejido que produce las células sanguíneas. En esta enfermedad,
la médula ósea se vuelve fibrosa y cicatrizada, lo que dificulta la producción
normal de células sanguíneas. Esto puede causar anemia, esplenomegalia,
sangrados, infecciones y otros problemas de salud. La causa de la mielofibrosis
idiopática se desconoce, pero se cree que está relacionada con mutaciones
genéticas que alteran el funcionamiento de las células madre hematopoyéticas.
Estas células son las responsables de generar las células sanguíneas a partir de
un proceso llamado hematopoyesis.
La mielofibrosis idiopática se considera un tipo de neoplasia mieloproliferativa
crónica, es decir, un trastorno en el que las células sanguíneas se multiplican de
forma anormal y descontrolada. La mielofibrosis idiopática se diagnostica
mediante un análisis de sangre y una biopsia de la médula ósea, que consiste
en extraer una muestra de tejido para examinarla al microscopio.
El tratamiento de la mielofibrosis idiopática depende de la gravedad de los
síntomas y de las complicaciones que se presenten. El objetivo es aliviar los
síntomas, mejorar la calidad de vida y prevenir o tratar las infecciones, los
sangrados y la leucemia aguda, que es una posible evolución de la enfermedad.
El tratamiento puede incluir transfusiones de sangre, medicamentos,
radioterapia, esplenectomía o trasplante de médula ósea. La mielofibrosis
idiopática es una enfermedad que no tiene cura, pero que se puede controlar con
un seguimiento médico adecuado.

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2. ETIOLOGIA Y FISIOPATOLOGIA
La mielofibrosis idiopática es una enfermedad rara y grave que afecta a la
médula ósea, el tejido que produce las células sanguíneas. La etiología y la
fisiopatología de esta enfermedad son complejas y no se conocen del todo, pero
se han identificado algunos factores genéticos y moleculares que pueden estar
implicados.
La etiología se refiere a la causa o el origen de la enfermedad. En el caso de la
mielofibrosis idiopática, la causa se desconoce, pero se cree que está
relacionada con mutaciones genéticas que alteran el funcionamiento de las
células madre hematopoyéticas. Estas células son las responsables de generar
las células sanguíneas a partir de un proceso llamado hematopoyesis. Algunas
de las mutaciones más frecuentes que se han descrito en la mielofibrosis
idiopática son las que afectan a los genes JAK2, MPL y CALR. Estos genes
codifican proteínas que participan en la señalización celular y la regulación del
crecimiento y la diferenciación de las células sanguíneas. Cuando estos genes
están mutados, se produce una activación anormal y descontrolada de la vía de
señalización JAK2-STAT5, que conduce a una proliferación excesiva de las
células sanguíneas, especialmente de los megacariocitos, que son las células
precursoras de las plaquetas.
La fisiopatología se refiere a los mecanismos y las consecuencias de la
enfermedad. En el caso de la mielofibrosis idiopática, la fisiopatología se
caracteriza por la fibrosis de la médula ósea, la esplenomegalia y la anemia. La
fibrosis de la médula ósea es el resultado de la producción excesiva de colágeno
y otras sustancias fibrosas por parte de los fibroblastos, que son las células que
forman el tejido conectivo. Los fibroblastos son estimulados por los
megacariocitos y otras células sanguíneas que secretan factores de crecimiento
y citocinas pro-fibróticas y pro-angiogénicas. Estos factores favorecen la
formación de tejido cicatricial y de nuevos vasos sanguíneos en la médula ósea,
lo que dificulta la producción normal de células sanguíneas. La fibrosis de la
médula ósea provoca una insuficiencia medular, que se manifiesta por anemia,
trombocitopenia y leucopenia. La anemia es la disminución de los glóbulos rojos
o de la hemoglobina, que es la proteína que transporta el oxígeno. La
trombocitopenia es la disminución de las plaquetas, que son las células que
intervienen en la coagulación. La leucopenia es la disminución de los glóbulos
blancos, que son las células que defienden al organismo de las infecciones. La
insuficiencia medular también hace que se liberen al torrente sanguíneo células
inmaduras o anormales, como normoblastos (glóbulos rojos nucleados) y
mielocitos (glóbulos blancos inmaduros). Este fenómeno se llama
leucoeritroblastosis y se observa en el análisis de sangre periférica. Además, la
insuficiencia medular estimula la hematopoyesis extramedular, que es la
producción de células sanguíneas fuera de la médula ósea, principalmente en el
bazo. Esto explica la esplenomegalia, que es el aumento del tamaño del bazo,
que se puede palpar en el abdomen. La esplenomegalia puede causar dolor,
sensación de plenitud, compresión de otros órganos y mayor destrucción de las
células sanguíneas.
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3. SINTOMAS
Los síntomas de la mielofibrosis idiopática son el resultado de la alteración de la
producción normal de células sanguíneas por la médula ósea, que se vuelve
fibrosa y cicatrizada. Los síntomas pueden variar según la gravedad de la
enfermedad y el grado de afectación de la médula ósea y el bazo. Algunos de
los síntomas más comunes son los siguientes:
Anemia: Es la disminución de los glóbulos rojos o de la hemoglobina, que es la
proteína que transporta el oxígeno. La anemia puede causar sensación de
cansancio, debilidad, palidez, dificultad para respirar y taquicardia.
Esplenomegalia: Es el aumento del tamaño del bazo, que es un órgano que
almacena y filtra las células sanguíneas. La esplenomegalia puede provocar
dolor o pesadez debajo de las costillas del lado izquierdo, sensación de llenura
antes de terminar una comida, compresión de otros órganos y mayor destrucción
de las células sanguíneas.
Trombocitopenia: Es la disminución de las plaquetas, que son las células que
intervienen en la coagulación. La trombocitopenia puede causar hematomas que
se producen con facilidad, tendencia al sangrado, sangrado nasal, sangrado de
encías, sangrado menstrual abundante y petequias (pequeñas manchas rojas en
la piel).
Leucopenia: Es la disminución de los glóbulos blancos, que son las células que
defienden al organismo de las infecciones. La leucopenia puede aumentar el
riesgo de contraer infecciones bacterianas, virales o fúngicas, que pueden
manifestarse con fiebre, escalofríos, sudoración, tos, dolor de garganta, diarrea,
etc.
Leucoeritroblastosis: Es la presencia de células inmaduras o anormales en la
sangre periférica, como normoblastos (glóbulos rojos nucleados) y mielocitos
(glóbulos blancos inmaduros). Esto se debe a que la médula ósea no puede
producir suficientes células sanguíneas maduras y se activa la hematopoyesis
extramedular, que es la producción de células sanguíneas fuera de la médula
ósea, principalmente en el bazo. La leucoeritroblastosis se observa en el análisis
de sangre y puede causar síntomas similares a los de la anemia y la leucopenia.
Dolor de huesos y articulaciones: Es un síntoma que puede deberse a la
inflamación de la médula ósea, la compresión de los nervios por el
agrandamiento del bazo o la liberación de sustancias inflamatorias por las células
anormales. El dolor puede afectar a diferentes partes del cuerpo, como el pecho,
la espalda, las piernas, las manos, etc.
Estos son algunos de los síntomas más frecuentes de la mielofibrosis idiopática,

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pero no son los únicos. Otras manifestaciones posibles son la pérdida de peso,
la pérdida de apetito, el prurito (picazón en la piel), la gota, las úlceras cutáneas,
la hipertensión portal, la ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), la
insuficiencia hepática, la insuficiencia renal, la trombosis (formación de coágulos
en los vasos sanguíneos) y la leucemia aguda (transformación maligna de las
células sanguíneas).

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4. MEDIOS DE DIAGNOSTICO
Los medios de diagnóstico de la mielofibrosis idiopática son los siguientes:

Exploración física: El médico realizará una exploración física para detectar


signos de esplenomegalia, que es el aumento del tamaño del bazo, o de
hepatomegalia, que es el aumento del tamaño del hígado. Estos órganos pueden
agrandarse debido a la hematopoyesis extramedular, que es la producción de
células sanguíneas fuera de la médula ósea.
Análisis de sangre: Un hemograma completo suele mostrar niveles
anormalmente bajos de glóbulos rojos, un signo de anemia frecuente en las
personas con mielofibrosis idiopática. También puede haber niveles bajos de
plaquetas y de glóbulos blancos, o niveles altos de estos últimos si hay
leucocitosis reactiva. Además, se puede observar la presencia de células
inmaduras o anormales en la sangre periférica, como normoblastos (glóbulos
rojos nucleados) y mielocitos (glóbulos blancos inmaduros). Este fenómeno se
llama leucoeritroblastosis y se debe a que la médula ósea no puede producir
suficientes células sanguíneas maduras y se activa la hematopoyesis
extramedular. Otros análisis de sangre pueden incluir la medición de la
deshidrogenasa láctica (LDH), que suele estar elevada, y de la eritropoyetina,
que suele estar disminuida.
Pruebas por imágenes: Se pueden realizar pruebas por imágenes para evaluar
el tamaño y la forma del bazo y del hígado, así como para detectar posibles
tumores compuestos por células sanguíneas en otras partes del cuerpo. Estas
pruebas pueden incluir ecografía, tomografía computarizada (TC), resonancia
magnética (RM) o tomografía por emisión de positrones (PET).
Examen de la médula ósea: El examen de la médula ósea es el procedimiento
más importante para el diagnóstico de la mielofibrosis idiopática. Consiste en
extraer una muestra de tejido de la médula ósea mediante una punción y una
biopsia, generalmente del hueso de la cadera. La muestra se examina al
microscopio para observar la cantidad y la calidad de las células sanguíneas en
formación, así como la presencia de tejido fibroso. En la mielofibrosis idiopática,
se observa una cantidad exagerada de tejido fibroso en la médula y poca
cantidad de células sanguíneas en formación. El grado de fibrosis se clasifica
según una escala que va del 0 al 3, siendo el 3 el más severo.
Análisis de las células cancerosas en busca de mutaciones genéticas: El
análisis de las células cancerosas en busca de mutaciones genéticas se realiza
mediante técnicas de biología molecular, como la reacción en cadena de la
polimerasa (PCR) o el secuenciación de nueva generación (NGS). Estas
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técnicas permiten detectar la presencia de mutaciones en los genes que están
implicados en la mielofibrosis idiopática, como el JAK2, el MPL o el CALR. Estas
mutaciones alteran el funcionamiento de las células madre hematopoyéticas y
provocan una proliferación excesiva y descontrolada de las células sanguíneas.
La detección de estas mutaciones puede ayudar a confirmar el diagnóstico, a
clasificar la enfermedad y a orientar el tratamiento.

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5. TRATAMIENTO
El tratamiento de la mielofibrosis idiopática depende de la gravedad de los
síntomas y de las complicaciones que se presenten. El objetivo es aliviar los
síntomas, mejorar la calidad de vida y prevenir o tratar las infecciones, los
sangrados y la leucemia aguda, que es una posible evolución de la enfermedad.
El tratamiento puede incluir los siguientes aspectos:
Transfusiones de sangre y medicamentos para corregir la anemia: La
anemia es la disminución de los glóbulos rojos o de la hemoglobina, que es la
proteína que transporta el oxígeno. La anemia puede causar sensación de
cansancio, debilidad, palidez, dificultad para respirar y taquicardia. Las
transfusiones de sangre pueden ayudar a mejorar estos síntomas, pero también
pueden aumentar el riesgo de sobrecarga de hierro. Los medicamentos que
pueden estimular la producción de glóbulos rojos son la eritropoyetina, el danazol
y los andrógenos, pero su eficacia es limitada y pueden tener efectos
secundarios.
Radioterapia y quimioterapia: La radioterapia y la quimioterapia pueden
utilizarse para reducir el tamaño del bazo, que puede estar aumentado debido a
la hematopoyesis extramedular, que es la producción de células sanguíneas
fuera de la médula ósea. La esplenomegalia puede provocar dolor o pesadez
debajo de las costillas del lado izquierdo, sensación de llenura antes de terminar
una comida, compresión de otros órganos y mayor destrucción de las células
sanguíneas. La radioterapia y la quimioterapia pueden aliviar estos síntomas,
pero también pueden causar toxicidad en la médula ósea y en otros órganos.
Medicamentos dirigidos: Los medicamentos dirigidos son fármacos que actúan
sobre las mutaciones genéticas que están implicadas en la mielofibrosis
idiopática, como el JAK2, el MPL o el CALR. Estas mutaciones alteran el
funcionamiento de las células madre hematopoyéticas y provocan una
proliferación excesiva y descontrolada de las células sanguíneas. Los
medicamentos dirigidos que se han aprobado para el tratamiento de la
mielofibrosis idiopática son los inhibidores de JAK2, como el ruxolitinib, el
fedratinib o el pacritinib. Estos fármacos pueden disminuir los síntomas, reducir
el tamaño del bazo y mejorar la calidad de vida, pero no curan la enfermedad ni
modifican su curso natural. Además, pueden tener efectos secundarios, como
anemia, trombocitopenia, infecciones, sangrados, neuropatía, diarrea, náuseas
y mareos.
Esplenectomía: La esplenectomía es la extirpación quirúrgica del bazo. Se
puede realizar cuando el bazo es muy grande y causa síntomas que no se alivian
con otros tratamientos, o cuando hay una trombocitopenia severa que impide el

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uso de inhibidores de JAK2. La esplenectomía puede mejorar la anemia, la
trombocitopenia y la leucopenia, pero también puede aumentar el riesgo de
infecciones, sangrados, trombosis y leucemia aguda.
Trasplante de médula ósea o de células madre: El trasplante de médula ósea
o de células madre es el único tratamiento que puede curar la mielofibrosis
idiopática. Consiste en reemplazar la médula ósea enferma por la de un donante
compatible, que puede ser un familiar o un desconocido. El trasplante requiere
un tratamiento previo con altas dosis de quimioterapia y/o radioterapia para
destruir la médula ósea del paciente y evitar el rechazo del injerto. El trasplante
tiene riesgos importantes, como la enfermedad injerto contra huésped, las
infecciones, los sangrados, la infertilidad y la muerte. Por eso, solo se contempla
para personas jóvenes y con buen estado general, que no responden a otros
tratamientos y que tienen un donante compatible disponible.

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6. CONCLUSIÓN
La mielofibrosis idiopática es una enfermedad rara y grave que afecta a la
médula ósea, el tejido que produce las células sanguíneas. En esta enfermedad,
la médula ósea se vuelve fibrosa y cicatrizada, lo que dificulta la producción
normal de células sanguíneas. Esto puede causar anemia, esplenomegalia,
sangrados, infecciones y otros problemas de salud. La causa de la mielofibrosis
idiopática se desconoce, pero se cree que está relacionada con mutaciones
genéticas que alteran el funcionamiento de las células madre hematopoyéticas.
Estas células son las responsables de generar las células sanguíneas a partir de
un proceso llamado hematopoyesis. La mielofibrosis idiopática se considera un
tipo de neoplasia mieloproliferativa crónica, es decir, un trastorno en el que las
células sanguíneas se multiplican de forma anormal y descontrolada. La
mielofibrosis idiopática se diagnostica mediante un análisis de sangre y una
biopsia de la médula ósea, que consiste en extraer una muestra de tejido para
examinarla al microscopio. El tratamiento de la mielofibrosis idiopática depende
de la gravedad de los síntomas y de las complicaciones que se presenten. El
objetivo es aliviar los síntomas, mejorar la calidad de vida y prevenir o tratar las
infecciones, los sangrados y la leucemia aguda, que es una posible evolución de
la enfermedad. El tratamiento puede incluir transfusiones de sangre,
medicamentos, radioterapia, esplenectomía o trasplante de médula ósea. La
mielofibrosis idiopática es una enfermedad que no tiene cura, pero que se puede
controlar con un seguimiento médico adecuado.

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7. REFERENCIAS
1. Redacción Médica. Mielofibrosis crónica idiopática [Internet]. Madrid:
Redacción Médica; 2020 [citado 2023 Nov 25].
2. Tefferi A, Barbui T. Mielofibrose primária. In: Kaushansky K, Lichtman MA,
Prchal JT, Levi MM, Press OW, Burns LJ, et al., editores. Manual de
hematologia e oncologia de Williams. 10ª ed. Porto Alegre: Artmed; 2019.
p. 1303-14.
3. MedlinePlus. Mielofibrosis [Internet]. Bethesda: Biblioteca Nacional de
Medicina de EE. UU.; 2018 [actualizado 2018 Oct 2; citado 2023 Nov 25].
4. InfoEscola. Mielofibrose idiopática [Internet]. São Paulo: InfoEscola; 2012
[citado 2023 Nov 25].
5. Segel GB, Lichtman MA. Idiopathic myelofibrosis. In: Venes D, editor.
Taber’s cyclopedic medical dictionary. 23rd ed. Philadelphia: F.A. Davis
Company; 2017.
6. The Leukemia & Lymphoma Society. Idiopathic myelofibrosis [Internet].
Rye Brook: The Leukemia & Lymphoma Society; 2012 [citado 2023 Nov
25].
7. Tua Saúde. Mielofibrose: o que é, sintomas, causas e tratamento
[Internet]. Rio de Janeiro: Tua Saúde; 2019 [citado 2023 Nov 25].
8. Mayo Clinic. Mielofibrosis: síntomas y causas [Internet]. Rochester: Mayo
Foundation for Medical Education and Research; 2019 [citado 2023 Nov
25].

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