Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Facultad de Humanidades
Departamento de Historia
Área Americana
Docente:
Canedo, Mariana
Retamar, Oriana
Matrícula: 20820
Segundo año
2016
Una de las falacias interpretativas más generalizadas sobre la "conquista
de América" se sintetiza en el interrogante: «¿Por qué tan pocos hombres
dominaron a tantos?»
El autor considera que la teoría antigua resulta más aceptable que la teoría
moderna para explicar el derrumbe de la población andina. La primera teoría
mencionada consta de tres pilares fundamentales: las epidemias causantes de
la mayor mortalidad, la guerra de conquista y las incesantes hambrunas. Sin
embargo, Assadourian le encuentra ciertas falencias a esta explicación por lo
que subraya que la participación indígena en los combates acontecidos tras el
triunfo de Pizarro ocupa un lugar primordial en la escena, así como el conflicto
en relación a la sucesión del Imperio entre Huáscar y Atahualpa que dio
comienzo a este estado de guerra.
1
Assadourian, Carlos Sempat, "La gran vejación y destrucción de la tierra”: las guerras de sucesión y de
conquista en el derrumbe de la población indígena del Perú", en Transformaciones hacia el Sistema
Colonial Andino, Lima, IEP/Colegio de México, 1994, pp.19-62.
Cortés en sus cartas reconoce que Moctezuma lo había recibido como
embajador, y que, en señal de sumisión o soborno, el gobernante mexica le
había obsequiado «regalos». Lo cierto, sostiene la autora, es que Cortés no
consiguió interpretar el mensaje no verbal que la entrega de estos regalos
conllevaba ni captar la dinámica comunicativa de los líderes amerindios. Es por
ello, que los regalos de Moctezuma nunca significaron para los españoles un
signo de «dominio, soberbios gestos de riqueza y liberalidad vueltos más
gloriosos por la arrogante humildad de su cesión»2 como era la única
pretensión.
Esta ininteligibilidad también afectó al otro lado. Para este tipo de sociedades
guerreras, la guerra era considerada como un enfrentamiento sagrado entre
dos partes en situación de igualdad y cuyo resultado estaba preestablecido. Si
las desinhibidas tácticas de los españoles a la hora de la lucha, como, por
ejemplo, las emboscadas para menguar las pérdidas, hubiesen sido
comprendidas por los indígenas, hipotetiza Clendinnen, «el pequeño grupo
español, con recursos inseguros y escasos, se habría reducido rápidamente»3
Con base en estos y otros ejemplos, la autora asegura que «la no-traducibilidad
final del vocabulario de la batalla y los modos de concluirla dividieron a los
españoles de los indios en nuevas y diversas maneras» 4. Es de decir, que al
encontrarse lógicas diferentes, la conquista es producto de que ni los
españoles ni los indígenas lograron salir de sus marcos culturales.
2
Clendinnen, I. “Crueldad feroz y antinatural: Cortés y la conquista de México”. (Traducción). Texto
original en Clendinnen, Inga, The Cost of Courage in Aztec Society. Essays on Mesoamerican Society and
Culture, Nueva York, Cambridge University Press, 2010. p. 6.
3
Ibíd. p. 16.
4
Ibíd. p. 30.
participación andina en la economía comercial. Entonces, entre 1532 y 1560 se
establecieron relaciones de alianzas que le permitían a los españoles hacerse
de fuerza de trabajo y a los indígenas protección ante la dominación neoinca y,
así, ellos mantendrían su identidad. Sin embargo, cuando la mano de obra para
las minas dejó de ser suficiente y debió reclutarse más, las alianzas con las
élites autóctonas debieron reverse pues de ellas dependían los españoles, más
aun, teniendo en cuenta la debilidad de los encomenderos a causa de las
Leyes Nuevas (1942) y que una «resistencia [de los indígenas] podía
emponzoñar la actividad empresarial»5. A estos factores se suman otros como
el descenso demográfico; la humillación y la dependencia; el descubrimiento de
minas de oro, plata y mercurio; el temor andino al relacionar la enfermedad y la
muerte prematura se debían a relaciones sociales mal construidas.
Trigger se atañe a la hipótesis que afirma que «el contacto con los europeos
alteró la vida de los indios y, sobre todo, las relaciones entre las diferentes
tribus»6 y añade que, aun así, las viejas relaciones influenciaron sobre los
hechos más allá de la desestructuración de las culturas nativas.
6
Trigger, B., “La presencia en Huronia: estructura de las relaciones franco-huronas en la primera mitad
del siglo XVI, en Mayo Carlos (comp), La sociedad canadiense bajo el régimen francés, Rosario, Biblioteca
Norte Sur, 1995, p. 32.
7
Ibíd. 36.
creada y brindar, a cambio, productos europeos. Otro punto fundamental para
comprender las alianzas forjadas supone recordar el centro de la colonización
francesa en Canadá instalado en el valle de San Lorenzo. Geográficamente,
este centro se encontraba en una zona de conflictos imperiales por lo que la
alianza con los nativos mutó de ser sólo comercial a ser militar.
Durante este período, los nativos eran obligados a talar y entregar los árboles
tintóreos a cambio de mercaderías europeas. Al principio las relaciones entre
Portugal y sus colonias en América se limitaban a factorías análogas de las de
las costas de África, pero con el transcurso del siglo XVI y bajo presiones tanto
internas como externas, los portugueses se vieron en el deber de iniciar la
colonización y el poblamiento8.
8
Lockhart, James y Schwartz, Stuart, América Latina en la Edad Moderna. Una historia de la América
española y el Brasil coloniales, Madrid, Ed. Akal, 1992 (1983), capítulo VI “Los comienzos del Brasil”,
p.174.
9
Lockhart, James y Schwartz, Stuart, América Latina en la Edad Moderna. Una historia de la América
española y el Brasil coloniales, Madrid, Ed. Akal, 1992 (1983), capítulo VI “Los comienzos del Brasil”, p.
189.
objetivo era instruir a los nativos en el cristianismo, sin la necesidad de
esclavizarlos, pero deberían estar dispuestos a cultivar alimentos y
proporcionar fuerza de trabajo para la colonia. Los jesuitas planteaban «crear
un campesinado indio como solución propuesta a la esclavización propuesta
por los colonos». 186.
Esto no significa que no haya habido conflictos entre los nativos y los ingleses.
En 1622, en otro intento de expansión, los indígenas pusieron de manifiesto su
apego a la tierra negándose a abandonarla. Es por ello, que las colonias se
vieron en la obligación de utilizar otra fuerza de trabajo, los inderntured
servants, que al igual que en el caso brasileño, fue reemplazada por mano de
obra esclava africana.
Bibliografía
Assadourian, Carlos Sempat, "La gran vejación y destrucción de la tierra”:
las guerras de sucesión y de conquista en el derrumbe de la población
indígena del Perú", en Transformaciones hacia el Sistema Colonial Andino,
Lima, IEP/Colegio de México, 1994, pp.19-62.
Clendinnen, Inga. "Crueldad feroz y antinatural: Cortés y la conquista de
México". (Traducción). Texto original en Clendinnen, Inga, The Cost of
Courage in Aztec Society. Essays on Mesoamerican Society and Culture,
Nueva York, Cambridge University Press, 2010.
Lockhart, James y Schwartz, Stuart, América Latina en la Edad Moderna.
Una historia de la América española y el Brasil coloniales, Madrid, Ed. Akal,
1992 (1983), capítulo VI “Los comienzos del Brasil”, pp.173-190.
Perez Cantó, Pilar y Teresa García Giráldez, De colonias a República. Los
orígenes de los Estados Unidos de América, Madrid, Ed. Síntesis, 1997,
capítulo 2, pp.29- 66.
Stern, Steve, Los pueblos indígenas del Perú y el desafío de la conquista
española. Madrid, Editorial Alianza, 1983. Capítulo 1, 2 y 3.
Trigger, B., “La presencia en Huronia: estructura de las relaciones franco-
huronas en la primera mitad del siglo XVI, en Mayo Carlos (comp), La
sociedad canadiense bajo el régimen francés, Rosario, Biblioteca Norte Sur,
1995, pp. 31-76.
Wolf, E. Europa y la gente sin historia. México, FCE, 2005, 2ª ed. Revisada,
“El tráfico de pieles”, pp.196-239.