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EL CONCEPTO DE LA CONQUISTA Y LA COLONIZACIÓN EN AMÉRICA

ESTUDIANTE
JOSÉ DAVID BAUTISTA LOZANO

DOCENTE
CAMILO MONGUA CALDERON

UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
FACULTAD EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES
HISTORIA DE AMERICA COLONIAL
VI SEMESTRE
FLORENCIA- CAQUETÁ
2018
EL CONCEPTO DE LA CONQUISTA Y LA COLONIZACIÓN EN AMÉRICA

Durante la historia de la humanidad, en el transcurso del tiempo histórico han existido

civilizaciones con diversidad de características políticas, económicas y culturales, las

cuales convergen, en una gran parte, en que se han dado esos procesos de Conquista y

Colonización. Por lo general, cuando se piensa en ejemplos de dichos procesos

históricos se piensa en la antigua Roma, el extenso imperio Mongol, los bizantinos, los

turco-otomanos, los imperios navales de España y Portugal y los posteriores imperios

industriales como Gran Bretaña, solo por citar algunos ejemplos.

En el caso particular del imperio español, hay que tener en cuenta que antes de España

existían reinos, los cuales se reunificaron en un solo cuerpo político con la unión de la

corona de Castilla y Aragón, entre otros. Igualmente que España como imperio fue el

primero en tener un alcance mundial. Entonces, como referencia al imperio español, en

este ensayo se va a discutir de manera breve el significado de Colonia y Conquista, en

base a su significado literal y práctico, en el caso particular de la conquista y

colonización de América.

De ese modo, es importante aclarar la siguiente idea: el concepto de “Conquista” y

“Colonización” durante la existencia de España como imperio de ultramar junto con

Portugal no supone una diferencia de proceder con sus antecesores imperiales. Lo que sí

es diferente, es el contexto en el que se aplica, pues las condiciones históricas de

encuentros de civilizaciones tan diferentes en los aspectos socioeconómicos y culturales

suponen unas situaciones históricas diferentes en cuanto a la forma de entender la


Conquista y Colonización de lo que se llama el nuevo continente, bautizado como

América.

La RAE (Real Academia de la Lengua Española) define a la acción de Conquistar

como: “Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc.” Es

normal que así se defina en el campo histórico, pues así se dio en los diferentes imperios

de la historia. Sin embargo, en el continente americano, esa acción de ganar territorios y

población por medio de la guerra es de cuestionarse:

Los conquistadores no representaban una masa homogénea de soldados sin más aspiraciones que
obedecer al rey y a sus lugartenientes; eran más bien artesanos, en su mayoría analfabetas, que
buscaban una oportunidad de riqueza en América siguiendo las tradiciones medievales de vasallaje, y
que habían embarcado después de vender todo lo que tenían y de armarse en la medida de sus
posibilidades. (Restall, 2003, p. 35)

De acuerdo a lo anterior, en los primeros 50 años de la “conquista”, no había el

sentimiento de ganar territorio o población, sino la de extraer riquezas que devolvieran

beneficios a la hora de haber invertido en las expediciones por dicho continente. Es

decir, lo que se llama conquista tradicionalmente, no fue más que una serie de campañas

de extracción de riquezas a como diera lugar en América.

Por otro lado, cuando se habla de Colonia, hay que hacer referencia a su significado,

generalmente aceptado por consenso de la RAE: “Grupo de personas de un mismo

origen geográfico, de la misma etnia o religión que se instalan en un lugar distinto al

suyo originario por motivos de diversa índole” De ese modo, es preciso afirmar que,

luego de terminada las diferentes expediciones extractivas en la mitad del siglo XVI, la

España recién reunificada decide establecerse permanentemente en el nuevo continente.


Luego de tomar la decisión, la mejor manera de establecer las colonias americanas para

la Monarquía Española, fue instaurando un orden político que se reflejara en lo

administrativo, lo judicial, lo económico y lo social. Pero, lograr ese objetivo implicó

que existieran diversas situaciones. De ese modo:

La colonización española en América fue sistemática y brutal. Gran parte de los indios fueron
obligados a trabajar en los campos y en las minas de forma inhumana, provocando una altísima
mortandad. El grado de explotación fue tal que incluso se impuso la esclavitud con mano de obra
negra procedente de África (Cuervo, 2016, p.103)

Siendo así, se puede constatar que el proceso de colonización fue acelerado, despiadado

y oportunista. Oportunista porque los llamados conquistadores aprovecharon los

conatos políticos y sociales de las sociedades nativas para tomarse el control, no solo de

algunos territorios, sino del orden social y económico de la región. Sin embargo, el

elemento sociocultural era importante evangelizarlo para establecer más fácilmente el

orden político de la Colonia en general.

Broseghini (1989) señala que la evangelización fue importante en ese proceso de

conquista y colonización porque:

La resistencia intelectual de los indios al cristianismo fue débil como resulta de los coloquios de los
12 franciscanos llegados en 1524 para evangelizar a los indios de la Nueva España. En una discusión
entre los 12 franciscanos y los sacerdotes de los indios que Sahagún nos entrega, se pueden encontrar
los raros argumentos aducidos por los sacerdotes aztecas y las refutaciones de los misioneros. A la
afirmación de que sus dioses eran falsos, contestaron diciendo que a los dioses antiguos se les debían
los frutos de la tierra y la lluvia. Los misioneros contestaron explicando nuevamente las verdades
acerca de Dios, de los ángeles, de los demonios, de la creación del primer hombre y de su caída y
llegaron de nuevo a demostrar que sus dioses eran falsos y no tenían ninguna realidad. Por fin los
misioneros hicieron notar que sus dioses no habían podido protegerlos de la invasión española. Esto
provocó un altercado entre los sacerdotes y los jefes aztecas, terminando el cual se declararon
dispuestos a servir al Dios de los cristianos y a renunciar a sus ídolos (p. 17)

Como se evidencia, los denominados conquistadores aduciendo con mentiras su

conquista, hacen que los nativos americanos abandonen en gran parte una de sus raíces

culturales, como era la religión. Es probable que aquellos misioneros supieran que las
verdaderas causas de ese “sometimiento” denominado “Conquista” no tenían nada que

ver con lo divino, las estrategias y a aquellas circunstancias sociales y naturales de la

época que conllevaron a que las más grandes civilizaciones nativas sucumbieran ante

unos pocos extranjeros.

Si algo ha de considerarse como uno de los elementos más relevantes en lo relacionado

con el sesgado concepto de la Conquista en América y su posterior proceso de

colonización es la evangelización. Pues, sin ella, es posible que haya sido más difícil

para convencer a los nativos de colonizar sus tierras.

Sin embargo y en anteposición a lo anteriormente mencionado, la evangelización no

tiene una importancia tan decisiva en la significación material de lo que fue “Conquista”

y “Colonización” en América. Pues, por un lado, es indispensable caracterizar los

procesos de “incorporación” y “agregación” que la corona española realizó para

legitimar esa apropiación administrativa del territorio americano. De esa manera, es que

Gil (2009) menciona que “en 1493, las bulas alejandrinas declaraban que las indias

occidentales iban a ser «unidas e incorporadas» a la Corona de Castilla (…).

Incorporación implicaba la continuación del ordenamiento jurídico del territorio en el

seno del conjunto superior” (p.75).

Entonces, se puede constatar que la materialización de la significación del concepto de

conquista y colonización como procesos relacionados se dieron porque en cierto

sentido, organizar política y administrativamente unas tierras para trabajarlas bajo un

marco jurídico. Tal marco legal, les permitiría a la corona de castilla por medio de las

bulas papales, otorgarse el derecho y la justificación para intervenir espacios

geográficos con comunidades nativas con un sistema político-administrativo, del cual,


los ibéricos deberían tener en cuenta para conocerlos y adaptarse en cierta forma a su

sistema para poder, de alguna forma, administrarlos. Aunque en algunas regiones de

América fue más difícil realizarlo que en otras.

Igualmente, es importante comprender que no existiría un proceso de conquista y menos

de colonización, más allá de lo “legal”, si existiese de por medio el interés personal de

los mal llamados “conquistadores”, los cuales en realidad, para la época de la primera

mitad del siglo XVI no eran más que unos encomenderos cuyo poder político se

compartía a nivel local junto con los líderes nativos. Esos encomenderos habían sido los

primeros exploradores en su gran mayoría, quienes gozaban de poder económico,

además, ya que tenían bajo su poder, grupos de indígenas dispuestos a trabajar para él,

cuya mano de obra les permitió trabajar sus tierras en el nuevo mundo.

Más específicamente, en el reino de la Nueva Granada, estos grupos de poder local,

entre encomenderos y grupos indígenas conformaban el interés individual que se

interponía al deseo de establecimiento colonial con su marco legal y jurídico. Y es que,

el imperio español o la gran metrópoli política, deseaban establecer a través de

funcionarios emisarios unas normas o leyes que le permitiesen crear vínculos con los

“conquistadores” encomenderos y sus grupos indígenas, de tal manera que se pudiese

iniciar el establecimiento colonial a mediados del Siglo XVI aproximadamente.

Entonces, ante esa situación, se sabe que la corona envía delegados a Nueva España,

Nueva Granada y al Perú. Pero, precisamente, Bonnet (2009) se refiere al respecto,

mencionado que:

El alcance de la confrontación y la respuesta al intento de control fue muy diferente en cada uno de los
tres territorios anteriormente nombrados; ante las Nuevas Leyes el más extremo de los
acontecimientos ocurrió en el Perú, en donde además de la muerte de Francisco Pizarro y de varios de
sus seguidores, la guerra de los encomenderos cobró la vida de dos de sus primeros virreyes. De esta
manera, en este virreinato los encomenderos rompieron con radicalidad la fidelidad a que los obligaba
la Corona, desatando la guerra contra la autoridad metropolitana y sufriendo más pérdidas humanas de
las que por sí habían cobrado las guerras de conquista. (p. 56)

De ese modo, es conveniente afirmar que la coyuntura político-económica que conllevó

a la guerra por el establecimiento del orden colonial y establecer un concepto material e

ideológico del mismo supone realizar una reflexión acerca del discurso que aún se sigue

manejando hoy en día en la educación primeria y secundaria en relación con las guerras

de conquista. Pues, por un lado, se desconoce una realidad como la de las disputas

internas entre los mismos ibéricos, luchando entre sí. Pues, esa sola situación en aquel

momento histórico hace que haya una ruptura de la noción del imperio español

luchando por la sumisión de los indios americanos.

Superado aquel obstáculo, suponía que más adelante durante el tiempo histórico

colonial entrara a jugar un elemento muy importante, que vendría siendo tan fuerte y

contundente como una guerra contra los encomenderos o una imposición violenta

contra una nación de “indios”, pero que tardaría más tiempo. Ese elemento es la

“Conquista y la Colonización de lo imaginario”. Cuando se habla de lo imaginario es

pertinente mirarlo desde la perspectiva de utilizar la doctrina de la propaganda de la

grandeza política y divina de un imperio como el español por medio de un arte barroco

y, de igual modo, incorporar costumbres culturales nativas a las actividades propias de

la corona.

Ese punto de vista lo comparte Espinosa (2015) cuando menciona la construcción del

poder a través de la pintura. Puesto que tanto para los ibéricos como para los incas, por

ejemplo, era de vital importancia plasmar en aquellas representaciones artísticas, valores

como la fuerza, la divinidad, la prudencia y la justicia; las cuales también eran una
especie de documento gráfico por medio del cual se legitima un poder metropolitano (la

corona) pero sin menospreciar ni darle el status local a los gobiernos nativos locales por

medio de manifestaciones sociales, políticas y culturales propias, algunas veces

mezclándose con la tradición cristiana y cultura europea en general.

Es así, que de manera general y redondeando conceptos, seria valido emitir el concepto

de la conquista y la colonización como dos procesos que durante la época de presencia

ibérica en el continente americano, dependió de legitimar el poder y la presencia misma

de estos, por medio de la influencia ideológica, donde se trataba de construir

imaginarios colectivos que justifiquen por qué debían coexistir tanto foráneos

(europeos) juntos a los nativos (americanos). Esa conquista de las mentes se da por

medio de la arquitectura, música, pintura, literatura, etc. Es decir, del arte religioso y

político ibérico que se logró fusionar con el imaginario local para fundirse en una

incorporación y agregación de dos sistemas políticos, económicos, culturales y sociales

en vastos territorios que administrar y explotar.

Y de igual modo, es posible ver a la colonización hispánica en américa, no como lo

define en su significado más general, la RAE, sino más exactamente, la coexistencia de

un sistema social multicultural con marcos legales, tanto indígenas como ibéricos, los

cuales estaba en equilibrio, para que rigiera las relaciones sociopolíticas y

socioeconómicas.
BIBLIOGRAFIA

Restall (2003). Los siete mitos de la Conquista Española. Madrid, España: Paidos
Ibérica

Cuervo (2016). La conquista y colonización española de América. Universidad de


Oviedo, España.

Broseghini (1989). Historia y métodos de la evangelización en américa latina. Aportes


para la reflexión. Girón: Ed. AETTA-YALI\

Gil Pujol, X. (2009). INTEGRAR UN MUNDO: Dinámicas de Agregación y Cohesión


de la Monarquía y Cohesión en la Monarquía de España. Universidad de Barcelona:
programa interuniversitario de historia política.

Bonnett Vélez, D. (2009). Entre el interés personal y el establecimiento colonial.


Factores de confrontación y de conflicto en el Nuevo Reino de Granada entre 1538 y
1570. Historia Crítica, 52-67.

Espinosa Fernández, C. (2015). El Inca barroco: Política y estética en la Real Audiencia


de Quito, 1630-1680. FLACO Ecuador: Quito.

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