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Tarea #2

Asignatura:
Derecho Laboral

Catedrático:
Abogada Nora Elena Guzmán Posas

Tema:
Historia del Deber de Colaborador y obediencia del trabajador

Alumno:
Samir Edgardo Pineda Ramos.

N.º Cuenta:
202230010087

Fecha de entrega:
06/02/2023
INTRODUCCIÓN

El deber de obediencia es un elemento de la esencial del contrato de


trabajo que forma parte de sus estipulaciones implícitas, no requiriendo pacto
escrito expreso para su existencia y exigibilidad. Persigue principalmente
el éxito y eficacia del poder de dirección al interior de la organización
Objetivos

El objetivo del siguiente informe, es conocer la historia y de los deberes y la obediencia


del trabajador a su patrono, de igual forma la importancia del trabajo en equipo, los
conceptos de que es un equipo, que es trabajo, para llegar a comprender de una
manera mas clara cada uno de ellos y cuando se realizan en conjunto.
Historia del Deber de Colaborador y obediencia del trabajador

El derecho comparado ha desarrollado con cierta amplitud los límites del deber de
obediencia del trabajador, pero en nuestro medio son aún escasos los
pronunciamientos de la jurisprudencia y los estudios al respecto. Los veinticinco años
de actividad de la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad social
constituyen una ocasión propicia para reflexionar sobre los alcances del deber de
obediencia, lo cual exige identificar el fundamento jurídico de esa obligación específica
del trabajador y su relación con el deber de actuar de buen fe, los límites del poder de
dirección exigido por el respeto a la dignidad del trabajador y a sus derechos
fundamentales; el ámbito de deber de obediencia que puede extenderse a la conducta
extra laboral, con particular referencia a los servidores públicos, los trabajadores de
empresas de tendencia y los futbolistas profesionales.

Fundamento jurídico del deber de obediencia


Al celebrar un contrato de trabajo la obligación fundamental contraída por el trabajador
es la de prestar sus servicios con diligencia y eficiencia, de acuerdo a los estándares
promedio de rendimiento existentes en la empresa y obedeciendo las órdenes del
empleador. Se puede calificar esta obligación como una prestación de hacer, que exige
el despliegue de una actividad o facere, que está presente inclusive en las ocupaciones
aparentemente inactivas, como es la de los vigilantes. Constituye, además, una
prestación realizada en forma continuada y subordinada, cuyo cumplimiento no es
instantáneo sino permanente en el tiempo. La prestación incluye servicios y obras. Las
primeras hacen hincapié en las conductas, actividades o comportamientos laborales,
mientras que las segundas, a los resultados o productos obtenidos por el trabajador.
Sin embargo, en ambos casos subsiste la obligación de hacer del modo determinado
por el dador del empleo y nunca un simple dar. Este deber de obediencia, es
consecuencia directa de la subordinación asumida al celebrar el contrato de trabajo y
que sirve de factor distintivo frente a las prestaciones civiles de servicios en las que el
locador no está subordinado al comitente. En estos contratos lo que interesa, principal
pero no exclusivamente, es el resultado de la actividad y no el modo de realizar el
servicio. Lo cual no excluye el deber del locador de prestar sus servicios de acuerdo a
las indicaciones del comitente, según lo pactado en el contrato. En cambio, en la
relación laboral, el empleador no sólo debe remunerar el trabajo, sino que para
conseguir la utilidad que persigue al contratar los servicios, es necesario que los dirija,
que goce de un poder de dirección, que incluye tanto el derecho de variar las órdenes
(ius variandi) siempre con criterios de razonabilidad e, inclusive, la misma prestación en
los aspectos no esenciales, como el de sancionar los incumplimientos contractuales del
trabajador. Este poder debe ser utilizado según las reglas de la buena fe, que es el
principio rector de todo tipo de contratos. Y que implica el animus del trabajador de
estar a disposición del empleador para cumplir con el objeto del contrato. Lo cual no
equivale a que el trabajo se encuentre continuamente ordenado sino, más bien,
eventualmente interferido. La subordinación y con ella el deber de obediencia ha
sufrido una larga evolución a lo largo de la historia. Así, cuando el trabajo se realizaba
en regímenes de esclavitud y servidumbre, la subordinación comprometía la persona
física y la intimidad de quien prestaba los servicios. Los años siguientes a la Revolución
Industrial y hasta finales del siglo XIX- presentan un panorama de contratos de trabajo
pactados hasta de por vida, con jornadas de más de catorce horas diarias, sin derecho
a vacaciones, con órdenes que excedían el objeto del contrato, etc. El ámbito del poder
de dirección se redujo a partir del siglo XX, en la medida que se ha acentuado la
libertad en el diseño y ejecución de las tareas y se ha protegido el derecho de renuncia
del trabajador. Al punto que hoy en día el deber de obediencia se encuentra limitado, a
“lo debido en razón del oficio” . De allí que sea compatible con las libertades de
concepción y ejecución en la realización del trabajo encomendado, pero en el marco de
la buena fe laboral.

Deber de obediencia del trabajador y respeto a la dignidad


El deber de obediencia se origina, como ya hemos mencionado, en la posición de
dependencia del trabajador que, por el contrato de trabajo, se incardina en el ámbito de
organización y dirección del empleador. La subordinación implica que el primer deber
del trabajador sea precisamente el de la obediencia. La doctrina jurídica española se ha
ocupado, in extenso, del contenido de este deber. En esta ocasión nos limitaremos a
estudiar las consecuencias que el respeto a la dignidad tiene para el poder de dirección
del empresario y para el correspondiente deber de obediencia del trabajador. La
obediencia exigida al trabajador es la “obediencia justa”, que –por serlo–, tiene implícito
el derecho al ius resistentiae frente a las órdenes manifiestamente ilícitas o dañosas.
Este derecho, si bien se ha consolidado con el transcurso del tiempo, se encuentra
claramente expuesto en la doctrina científica del derecho comparado, según la cual se
eximía “del cumplimiento al trabajador que recibía órdenes de contenido ilícito penal o
de contenido ilícito civil manifiesto y grave, o gravemente inmorales o gravemente
dañosas o notoriamente infundadas desde el punto de vista técnico o ajenas a la
obligación del trabajador.
Lo anteriormente expuesto se entiende también desde que el poder de dirección del
empleador no ha sido nunca reconocido como arbitrario ni omnímodo. A la vez, el ius
resistentiae sólo procede en casos excepcionales: cuando la orden es manifiestamente
irregular. Sería inviable una organización en la que todas las órdenes pudieran ser
cuestionadas por los subordinados. De allí que sea sólo en casos extremos que se
justifique la desobediencia y, por contraste, se presuma la legitimidad de las órdenes
patronales. Esta presunción no es de iure o absoluta, sino, más bien, iuris tantum
porque al trabajador no se le considera “poco menos que como un menor al que se
niega capacidad de valoración”. Sin embargo, tanto razones de eficacia organizativa
como de prueba judicial aconsejan que si no se trata de una orden patentemente
irregular, el trabajador debe obedecerlas, “sin perjuicio de impugnarlas si las cree
lesivas o abusivas”, otra cosa sería convertir al trabajador en “definidor de sus
obligaciones”. Uno de los supuestos extraordinarios que justifican la desobediencia es
precisamente cuando la orden recibida implique un atentado a la dignidad del
trabajador, a sus derechos constitucionales, a su salud o seguridad física. Se admite,
por tanto, cuando se trata de “órdenes de manifiesta arbitrariedad y abuso de derecho,
contrarias a la buena fe, a la dignidad de los trabajadores o a la seguridad en el
trabajo”. Lo cual no anula, sino refuerza, el deber básico de cumplir las órdenes e
instrucciones del empresario que constituyan un ejercicio regular de sus facultades
directivas.
La desobediencia se configura en falta grave que justifica el despido cuando, ante las
órdenes lícitas, el trabajador se opone o muestra resistencia a ellas en forma decidida y
persistente o con reiteración.

Deber de obediencia en la conducta laboral en el derecho comparado


Las órdenes del empleador han de ser obedecidas por el trabajador, salvo que
constituyan un atentado a su dignidad, a los derechos constitucionales, a su salud o
seguridad física o, finalmente, sean abiertamente antijurídicas. Ante este tipo de
órdenes el trabajador puede amparar su negativa a obedecer en la falta de
razonabilidad o ilegalidad que tendrían esas órdenes30 y en el derecho a que se
respete su dignidad en la relación laboral31, que equivale a respetar sus derechos
constitucionales y legales.

¿Porque es importante el trabajo en equipo?


Comprender por qué es tan importante el trabajo en equipo implica necesariamente
que nos enfoquemos en alguno de los ámbitos sociales, en este caso lo vinculamos
con el ambiente laboral.

Su importancia radica básicamente en la posibilidad de reunir personas con


capacidades, conocimientos, ideas y habilidades similares para que cumplan con un
objetivo en común. Asimismo, que se encarguen de realizar las tareas de manera
rápida y eficiente, de manera que una de sus ventajas es el ahorro de tiempo y
esfuerzo.

Podemos afirmar entonces, que cuenta con un beneficio doble, optimiza y agiliza los
procesos de realización de actividades y por ende da una buena gestión del tiempo, y a
su vez, mejora el clima laboral ya que, las obligaciones son compartidas, lo que incitan
a que se trabaje de manera colaborativa y armónica.
Características del trabajo en equipo

Para entender por qué es tan importante el trabajo en equipo, debemos mencionar
algunos de sus aspectos característicos, entre los que encontramos:

o Se establecen objetivos específicos. Al momento de realizar una actividad


cada integrante sabe cuál es la tarea que debe cumplir para poder alcanzar el
objetivo que se espera.
o Está presente la cooperación. Para que el trabajo en equipo sea exitoso, es
necesario que los integrantes estén dispuestos a ayudarse entre sí, es decir, que
sean colaboradores.
o Los integrantes cuentan con un comportamiento organizacional. Trabajar
en equipo permite que los integrantes actúen de forma ordenada, es decir, que
mantengan su comportamiento de acuerdo a la organización establecida para
cumplir con su labor.
o Garantiza buena comunicación. Para cumplir con las metas establecidas, es
indispensable que los integrantes manifiesten sus dudas, opiniones,
valoraciones, criterios, etc.
o Se comparten las destrezas. Resulta muy útil que un compañero comparta sus
destrezas con los demás, de esta manera se pueden obtener mejores
resultados.
o Fomenta el reconocimiento entre compañeros. Ayuda a los integrantes del
grupo a mantenerse motivados para seguir cumpliendo con sus tareas de forma
exitosa.
o Siempre está presente un líder. El liderazgo es una de las aptitudes
fundamentales que debe tener uno de los integrantes, debido a que será el
encargado de guiar y motivar a todos el equipo.

Concepto general de grupo:

Un grupo social refiere a dos o más individuos que comparten características en


común, ya sea religiosas, culturales, etc. Este grupo se encuentra situado dentro de un
contexto determinado, en una sociedad específica, donde cumplen roles particulares y
se relacionan con otros individuos.

El conjunto de los individuos en grupos puede ser producto de una abstracción teórica
de un investigador (con esto nos referimos al hecho que una persona puede no
necesariamente sentirse parte de un grupo, pero cumple ciertos requisitos útiles para
una investigación y que lo ubica en cierto grupo) o puede ser una elección explícita de
una persona, ya sea una agrupación política o incluso una subcultura.

El término subcultura hace referencia a culturas paralelas a la dominante, que se


caracterizan en muchos casos por el rechazo a la misma y pautas
de convivencia totalmente distintas, además de generar un sentimiento de pertenencia
muy alta entre sus miembros.

Cuando el carácter que define a un grupo es su nivel económico, la posibilidad de


acceso a niveles educativos altos, entre otros privilegios, estamos hablando de
una clase social. De una manera muy ligera, podemos caracterizar a las clases
sociales en tres grandes grupos: alta, media, y baja. Estas tres clases sociales no sólo
generan sus mecanismos de pertenencia, sino que poseen mecanismos ideológicos
que reproducen una mirada social desde la perspectiva de esta clase.

Asimismo, podemos encontrar grupos de estudio o de trabajo, en los cuales un


determinado conjunto de individuos se reúne bajo un fin determinado, y cuenta
generalmente con una división de tareas.

Concepto de Equipo

¿Qué es un equipo?

Un equipo es un grupo de personas que trabajan de manera coordinada para lograr un


objetivo común.

Un equipo es, también, una serie de recursos físicos con los cuales se puede resolver o
ejecutar algo, como un equipo de primeros auxilios, por ejemplo.

La palabra equipo viene del francés equipe, un término usado en la Edad Media y que
hacía referencia a la acción de proveer a una embarcación de todos los insumos
necesarios antes de zarpar.

Equipo de trabajo

Un equipo de trabajo es un grupo de personas que tienen un objetivo laboral,


profesional o académico. Para lograrlo, deben trabajar de manera mancomunada y
ordenada, estableciendo jerarquías, métodos de trabajo, procedimientos, metas y
cronograma de actividades, entre otros aspectos que se consideren resaltantes.La
organización de los equipos de trabajo dependerá de lo acordado por sus integrantes y
por lo general implica compartir conocimientos y propuestas para lograr acuerdos sobre
aquello que se desea lograr.

En un equipo laboral, por ejemplo, un objetivo podría ser aumentar las ventas de la
empresa en un período particular. Para ello, se debe crear un grupo de empleados de
diferentes departamentos (ventas, marketing, distribución, atención al cliente, etc.) para
acordar los pasos a ejecutar.
Por su parte, un grupo de vecinos puede organizarse y crear un equipo de trabajo para
buscar una solución a un problema común (horarios de recolección de desechos,
seguridad, mejora de espacios públicos, etc.).

Mientras que un equipo de trabajo con fines académicos puede estar constituido por un
grupo de investigadores científicos que desean demostrar una nueva teoría, o por un
grupo de estudiantes que deben realizar una tarea grupal.

Concepto de trabajo.

Como trabajo denominamos al conjunto de actividades que son realizadas con el


objetivo de alcanzar una meta, solucionar un problema o producir bienes y servicios
para atender las necesidades humanas.

La palabra trabajo proviene del latín tripaliāre, y esta a su vez de tripalĭum, que era una
especie de yugo para azotar a los esclavos en el Imperio Romano.

Con el paso del tiempo, el uso de la palabra se amplió para referirse a una actividad
que causara dolor físico y se asoció al trabajo en el campo, pero su uso se extendió a
otras actividades humanas.

Gracias al trabajo el ser humano comienza a conquistar su propio espacio, así como el
respeto y la consideración de los demás, lo cual además contribuye a su autoestima,
satisfacción personal y realización profesional, sin contar con el aporte que hace a la
sociedad.

El significado de trabajo tiene enfoques en diversas áreas, como la economía, la física,


la filosofía, etc.

Trabajo y empleo no siempre son sinónimos intercambiables. Trabajo es una tarea que
no necesariamente da al trabajador una retribución económica.

Un ejemplo de lo anterior es el debate actual en algunos países sobre la viabilidad de


pagar el trabajo del hogar, considerando que requiere la ejecución de múltiples tareas,
y que se trata de una actividad que genera un impacto positivo en la sociedad.

Empleo, por su parte, empleo es una posición o cargo que un individuo ocupa en una
empresa o institución, donde su trabajo (físico o intelectual) es debidamente
remunerado.

El concepto de empleo, en este sentido, es mucho más reciente que el de trabajo,


puesto que surgió durante la Revolución Industrial.
Conclusiones

Después de haber comprendido el contenido de este informe, nos deja las siguientes
conclusiones.

1. El trabajo en equipo fomenta la comunicación eficaz.


2. El trabajo en equipo fomenta un objetivo común.
3. El trabajo en equipo ayuda a desarrollar confianza.
4. Es un deber realizar obediencia a nuestro patrono, siempre y cuando su orden
sea dentro de los deberes del trabajador.

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