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Dios tenía un plan para el momento del nacimiento de Jesús, y ese sería el momento más
favorable para que su Iglesia fuera establecida. “Pero cuando vino el cumplimiento del
tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4).
Antes del ministerio de Jesucristo, leemos que Juan el Bautista estaba listo “para preparar
al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17). De él también se había profetizado que
“irás delante de la presencia del Señor, para preparar sus caminos” (v. 76). Así, un pueblo
estaría preparado, ¡y en efecto, así fue! De hecho, varios de los discípulos de Juan, los que
primero aceptaron su mensaje, más tarde aceptaron el evangelio predicado por Jesús.
En Daniel 2 y 7, leemos acerca de los cuatro imperios que gobernarían el mundo. Primero
fue Babilonia, el imperio que llevó cautivos a los judíos. En el año 539 a.C., Babilonia fue
derrotada por los Persas, que luego dominaron el mundo por espacio de casi 200 años.
Fue durante el reinado persa que los judíos pudieron regresar a Jerusalén (Esdras 1:1-5).
En el año 333 a.C., Alejandro Magno estableció el imperio griego. Durante esta época de la
historia, los judíos fueron llevados a las ciudades para aprender acerca del imperio griego.
Ellos fueron a parar a ciudades como Alejandría en Egipto. Algunos eruditos estiman que
cerca de 1 millón de judíos vivieron durante la época de Jesús. Los judíos también
emigraron a Siria, Asia Menor, Cartagena, Marruecos, Grecia, Macedonia, Bulgaria,
Armenia, Arabia y España (vea Hechos 2:5, 9-11).
La primera vez que leemos acerca de la Iglesia es en Mateo 16:18. La palabra griega para
iglesia es ekklesia, que significa “los llamados”. La iglesia comenzó en el día de
Pentecostés en el año 31 d.C., y a partir de ese momento creció (Hechos 2:1, 41, 47).
La Iglesia primitiva
A los líderes de los judíos no les gustaba lo que estaba pasando. Ellos estaban perdiendo
seguidores, y esta secta era la que estaba creciendo. Entonces comenzaron a apresar a los
apóstoles (Hechos 5:17-18). Cuando los líderes comenzaron a conspirar para matar a los
discípulos, uno de los miembros del concilio, Gamaliel, intervino y dijo: “Varones
israelitas, mirad por vosotros lo que vais a hacer respecto a estos hombres…Y ahora os
digo; apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los
hombres, se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez
hallados luchando contra Dios” (Hechos 5:35, 38-39).
La Iglesia primitiva era obediente a la fe. Ellos creían en guardar la ley de Dios,
incluyendo el séptimo día, el sábado (Hechos 18:4-8). Ellos creían en guardar las fiestas
bíblicas (1 Corintios 5:8). Ellos creían en amar a los demás, que guarda la ley (al no matar,
robar, matar o codiciar; vea Romanos 13:8-10).
Jesucristo dijo que “Las puertas del Hades no prevalecerían contra ella [la Iglesia]” (Mateo
16:18). La Iglesia primitiva prosperó. Pronto enfrentó la persecución, pero la Iglesia nunca
murió. Existe todavía y continúa siguiendo el ejemplo dejado por sus miembros
fundadores.
durante la vida de los Doce Apóstoles y hasta la primera década del siglo II, se
denomina Periodo Apostolico.
Posterior a este concilio la iglesia cristiana se había establecido en Asia Menor, Siria e
incursionaba en territorios de Europa.
Uno de los siete laicos fue Esteban. Quien sería el primer mártir de la fe cristiana por su
predicación de que el evangelio debía propagarse a todo el mundo. Esteban fue
apedreado por una muchedumbre enfurecida, en la cual se encontraba un judío fariseo
y líder perseguidor de cristianos, llamado Saulo de Tarso. Quien después sería uno de
los hombres más fieles a la causa del evangelio, luego de ser llamado por el propio
Jesús resucitado, convirtiéndose en el apóstol Pablo.
Otro de los siete nombrado por los apóstoles fue Felipe, quien después tuvo que huir a
causa de la persecución, refugiándose en la región de Samaria. Los samaritanos eran
un pueblo que se había mezclado con otras culturas y por esto eran despreciados por
lo judíos de casta pura. Más, sin embargo, Felipe les predico el evangelio a los
samaritanos. Este compartía la misma opinión de Esteban y estableció la iglesia
cristiana en Samaria con la aprobación de Pedro y de Juan, apóstoles de Cristo. Esta
fue la primera iglesia fundada en territorio de gentiles.
La visión la tiene Pedro estando hospedado en casa de Simón el curtidor, labor que era
considerada impura por los judíos (Hechos 10:6). Por tanto Pedro predica en Cesarea
en la casa del oficial romano llamado Cornelio, una ocasión en donde el Espíritu Santo
viene sobre todos los presentes de la misma forma que el día de pentecostés. Con todo
esto Dios le da la revelación a Pedro de que debe predicar el Evangelio también a los
gentiles.
En estos escritos se puede observar que cada vez más se acercaban a la causa de
Cristo fieles creyentes gentiles, así como judíos que adoptaban la fe de Cristo. Lo que
ocasionaba odio entre el pueblo judío, quienes provocaban y perseguían a los
cristianos.
Pablo viajero misionero, instrumento útil de Dios, un apóstol que fundo varias iglesias y
estableció entre ellas enseñanzas sobre teología y doctrina cristiana. Trece de los 28
capítulos del libro de los Hechos, hablan sobre la obra del apóstol Pablo. Además este
apóstol fue influencia y apertura del evangelio de Cristo en ciudades de Europa.