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La inimputabilidad en la legislación penal mexicana

La culpabilidad

La escuela positiva alega que el hombre no es un ser libre, pues su comportamiento se


encuentra determinado por una serie de factores tanto externos como internos y en
consecuencia, carece de la capacidad de elegir entre llevar a cabo o no cierta conducta, y que
al cometer un acto típico y antijurídico responde por el solo hecho de vivir en sociedad; en
tanto.

La escuela clásica, defensora del libre albedrío, concibe al hombre como un ser libre incapaz
de ser determinado por esos factores, y que es responsable en cuanto actúa con voluntad y
libre albedrío.

Jiménez de Asúa, ha definido a la culpabilidad como "el conjunto de presupuestos que


fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica"

Partidarios del principio de culpabilidad estiman que éste tiene su sustento en la capacidad
del hombre para autodeterminar su conducta, capacidad que proviene de la libertad del ser
humano, pero no se trata dicen, de una libertad absoluta, sino limitada, en razón de que el
individuo es un ser motivado por influencias internas y externas.

Teorías acerca de la culpabilidad

La primera noción que se tuvo acerca de la responsabilidad fue simplemente objetiva, es


decir, sólo se requería causar un daño para responsabilizar al autor de éste, sin tomar en
consideración en ningún momento la motivación de su actuación.

Posteriormente, a la conducta se le dividió de dos fases: una fase objetiva, conformada por la
antijuridicidad y la tipicidad, y una fase subjetiva, formada por la culpabilidad.

 Teoria psicológica, concibe a la culpabilidad como la relación psicológica existente


entre el hecho y su autor. (no explica la razón por la que el autor debe de responder a
su conducta).
 Teoría psicológica-normativa, para esta teoría, la culpabilidad es un juicio que se
emite sobre quien, habiendo podido comportarse conforme al deber que le era
exigible, ha actuado de un modo contrario a ese deber. Mezger, la define como "el
conjunto de aquellos presupuestos de la pena que fundamentan, frente al sujeto, la
reprochabilidad personal de la conducta antijurídica"
 Teoría normativa pura, la esencia de la culpabilidad es el puro juicio de reproche.
Expresa que el dolo y la culpa pertenecen al injusto, y como elementos de la
culpabilidad menciona a la ¡mputabilidad, la posibilidad concreta de conocer el
carácter ilícito del hecho y la exigibilldad de una conducta conforme a la ley.
 Teoria del fin de la pena, pretenden fundamentar la culpabilidad en los fines de la
pena; es decir, opinan que a un sujeto que comete una conducta típica y antijurídica se
le impone una sanción en cuanto ésta es necesaria para la prevención general o
especial.
Las tesis anteriores tienen en común que señalan que al hombre se le juzga por lo que hizo; es
decir, se refieren a una culpabilidad de acto.

Teoría caracteriologica, pugna por la culpabilidad de autor, conforme a la cual la conducta es


una manifestación de su personalidad, y el reproche se formula contra esa personalidad. La
personalidad del autor puede servir para la individualización de la pena, o para establecer si
pudo o no determinarse en el hecho delictuoso, pero no se le puede considerar como
fundamento de la culpabilidad, ya que lo anterior equivaldría a juzgar al autor por lo que ha
hecho antes y no por lo que hizo.

Teoria abolicionista, plantea la desaparición del derecho penal, y por consiguiente, de la


culpabilidad. Parte de suponer al delito como un conflicto social, y por lo tanto dice, éste debe
ser tratado con medios sociales, educativos y pedagógicos, y no por la vía legal.

Si bien es cierto que (la criminalidad es resultado de una serie de factores: familiares,
sociales, económicos, culturales, etc., no compartimos la idea de eliminar el derecho penal, ya
que esto ocasionaría pensamos, un problema mayor, ya que sin la amenaza de una pena sería
más factible que se cometieran delitos; creemos que los medios que señala esta teoría deben
emplearse en la rehabilitación del delincuente, pero debe existir el reproche a su conducta por
parte del Estado, pues hay que tener en cuenta además los derechos de las víctimas.

FORMAS DE LA CULPABILIDAD

EL DOLO.

A) Teoría de la Representación. (lo que caracteriza al dolo es la representación del resultado,


pues según exponen, no podemos querer lo que no nos hemos representado previamente.)

Von Liszt, sostiene que el dolo es la representación del resultado que acompaña a la
manifestación de voluntad; por lo que dicho concepto comprende los siguientes aspectos:

1) La representación del acto voluntario, así como las consecuencias en que se va a


ejecutar,

2) La previsión del resultado, y

3) En los casos de acción, la representación de la causalidad del acto y en los de


omisión, la representación del no-impedimento del resultado.

B) Teoría de la Voluntad (El dolo consiste en la voluntad del agente en realizar el hecho ilícito.)

CARRARA define el dolo como "la voluntad más o menos perfecta de realizar un acto que se
sabe contrario a la ley"

C) Teoría Finalista. (El dolo pertenece al injusto, y lo conceptúan como la voluntad de realizar

el hecho típico previa representación del resultado.)

No incluye como elemento del dolo a la conciencia de la antijuridicidad de la conducta como lo


hacen las anteriores, por lo que para los finalistas los inimputables también actúan
dolosamente.

D) Concepción Unitaria. (las teorías de la representación y de la voluntad fracasan en su


intento por dar una explicación acerca del fenómeno del dolo, pero juntas pueden ofrecer una
solución, pues afirma que no se puede querer aquello que no se nos ha representado, pero no
se nos puede atribuir sino aquello que realmente queremos).

JIMÉNEZ DE ASÚA expresa que el dolo es la producción de un resultado típicamente


antijurídico (o la omisión de una acción esperada), cuando se realiza con conocimiento de las
circunstancias de hecho que se ajustan al tipo y del curso especial de la relación de causalidad
existente entre la manifestación de voluntad y el cambio en el mundo exterior (o de su
mutación), con conciencia de que se quebranta un deber, con voluntad de realizar el acto (u
omitir la acción debida), y con representación del resultado (o de la consecuencia del no hacer)
que se quiere, o consiente.

LA CULPA

Las teorías acerca del concepto de culpa se agrupan de la siguiente manera: teorías objetivas,
que toman en cuenta sólo aspectos materiales; teorías subjetivas, que la fundamentan en
aspectos atribuibles al hombre; tesis positiva y doctrina finalista.

TEORÍAS OBJETIVAS

 Teoría de los medios antijurídicos, define la culpa como la relación causal entre la
conducta del agente y el resultado ilícito, producto de la utilización de medios
antijurídicos.
 Teoría de la acción contraria a la policía y a la disciplina. La culpa consiste en una
conducta voluntaria contraria a la policía o a la disciplina, que produce
involuntariamente o por error un resultado antijurídico.

TEORÍAS SUBJETIVAS

 Teoría de la previsibilidad. CARRARA, conceptúa la culpa como "la voluntaria omisión


de diligencia en calcular las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho".
 Teoría de la prevenibilidad. la culpa en la misma forma que la anterior, sólo que
agrega un requisito más: el resultado debe ser prevenible, puesto que el hombre no
puede prevenir todo lo que es capaz de prever.
 Teoría de la violación del deber de atención. Define a la culpa, como el
incumplimiento del deber de atención exigible a todo ciudadano cuando ejecuta
actividades más o menos peligrosas de las cuales pueda derivarse daño o lesión a
derechos ajenos.
 Teoría del error. la culpa consiste en la realización de la conducta antijurídica a causa
de ignorancia o error evitables.

TESIS POSITIVISTA. Considera a la culpa como la falta de intención delictuosa, y no hace una
distinción entre dolo y culpa en lo que respecta al fundamento de la pena, pues en ambos
casos dicen, la razón es la peligrosidad del sujeto.

DOCTRINA FINALISTA.

REYES ECHANDÍA resume la tesis finalista sobre la culpa diciendo: "

a) la culpa (como el dolo) pertenece al injusto y no a la culpabilidad;

b) consiste en una dirección descuidada de la acción que ocasiona resultados


socialmente indeseables;
c) El resultado de la conducta pasa a ocupar lugar secundario frente a la acción en sí
misma considerada, y

d) aunque la acción culposa es finalística, lo que importa no es la finalidad como tal,


sino la ejecución final en concreto".

CIRCUNSTANCIAS MODIFICATIVAS DE LA CULPABILIDAD.

Las circunstancias son aquellas que sin alterar la esencia de un hecho o concepto, lo modifican.
Al presentarse las mismas en la comisión de un hecho delictuoso, agravan o disminuyen la
culpabilidad; y por lo tanto, la sanción a imponer. A las que agravan la pena se Ies denomina
agravantes, y a las que la disminuyen, atenuantes.

COMPORTAMIENTO DE TERCERO

El comportamiento de un tercero (victima) puede traer como consecuencia una causa de


exclusión de la responsabilidad o bien, de atenuación de la misma.

En los casos en los cuales el comportamiento de un tercero influye de manera relevante en la


conducta desplegada por el sujeto activo del delito, pero sin llegar a dejarlo sin opción de
realizar un comportamiento distinto, es cuando procede hablar de atenuación de la sanción.

En el estado de emoción violenta el comportamiento injusto por parte de un tercero, es el que


justifica la atenuación de la pena conforme a este criterio.

LA IMPUTABILIDAD PENAL

Concepto y contenido

La imputabilidad como concepto jurídico-penal reside en una capacidad del sujeto para que
puedan serle atribuidos los actos que realiza, o sea, que se trata de un estado, condición o
modo de ser del sujeto, derivado de ciertas calidades subjetivas que deben estar presentes en
el momento del acto y que el Derecho Penal recoge y delimita, ya que de significar el término
“imputabilidad” la referencia del acto al sujeto, en el sentido de serle este atribuible, ha
pasado a denotar la previa capacidad del sujeto para esa referencia o atribución.
Imputabilidad “la capacidad de comprender el carácter ilícito del hecho y de conducirse
conforme a esa comprensión”.

Lo que el imputable debe ser capaz de conocer y comprender es que con su comportamiento
ocasiona indebidamente daño a otro, lesiona o pone en peligro intereses jurídicos que está
obligado a respetar.

La imputabilidad como capacidad que reside en el sujeto, encierra un doble contenido:

1. De comprensión (cognoscitivo o intelectual). se manifiesta como la capacidad de


comprender el carácter ilícito o antijurídico del hecho perpetrado
2. De determinación (volitivo, capacidad de regular su conducta de acuerdo a esa
comprension)., como la capacidad de conducirse de acuerdo o conforme a esa
comprensión.

En México, la posición doctrinal que afirma que la capacidad psíquica en que consiste la
imputabilidad está relacionada con la culpabilidad, esto es que se trata de una capacidad de
culpabilidad, además de que, como capacidad psíquica, es uno de los elementos que integran
el juicio de reproche en que consiste la propia culpabilidad.

Ese doble contenido que desde el punto de vista doctrinal y legislativo se le ha atribuido en las
últimas décadas a la imputabilidad (comprensión y determinación), cuya presencia es básica
para sostener la capacidad de culpabilidad del sujeto, al grado que es suficiente que esté
ausente la capacidad de comprender lo ilícito del hecho realizado, o la de conducirse de
acuerdo con dicha comprensión, para que aquella desaparezca, salvo el caso de las
legislaciones que, como las nuestras, adoptan una fórmula mixta en donde se exige, además, la
presencia de las llamadas “causas biológicas o psiquiátricas” de inimputabilidad.

El momento de la imputabilidad

Las condiciones de la imputabilidad deben estar presentes en el momento en que el sujeto


despliega la actividad o la inactividad típicas, esto es, en el momento de la comisión del hecho.

III. LA INIMPUTABILIDAD

3.1. Planteamiento

La imputabilidad, capacidad del sujeto para comprender el carácter ilícito del hecho y de
conducirse conforme a esa comprensión.

La inimputabilidad, incapacidad para comprender el carácter ilícito del hecho o bien para
conducirse de acuerdo con dicha comprensión. (En términos generales, la incapacidad que da
lugar a la inimputabilidad es generada por inmadurez sicológica o por trastorno mental).

Welzel

La capacidad de culpabilidad concreta de un hombre no es en absoluto objeto de


conocimiento teorético, por eso es que con razón los psiquiatras conscientes de su
responsabilidad rechazan responder este problema en forma “científica”. Ellos pueden
naturalmente constatar la existencia de determinados estados mentales anormales,
como en enfermedades mentales, perturbaciones de la conciencia, etc., pero ya la
exclusión de la capacidad de culpabilidad en estos estados queda fuera de su —como
de todo— juicio científico. Todo conocimiento científico encuentra aquí su límite,
puesto que no puede convertir en objeto algo que por principio no es susceptible de
objetivación, esto es, la subjetividad del sujeto. Aquel acto por el cual el hombre se
eleva del mundo de los objetos de la experiencia para convertirse en sujeto
autoresponsable, escapa a toda posibilidad de objetivación. Es lo no objetivo por
antonomasia, lo que nunca puede ser objetivado sin que sea destruido en su
mismidad.

La mayoría de las leyes penales mexicanas toman en cuenta al excluir —partiendo en principio
de que generalmente todos son imputables— aquellos que no son todavía o no lo son ya,
debido a su falta suficiente de desarrollo intelectual o a su permanente o transitoria
anormalidad psíquica, de entre los capaces de comprender lo ilícito de su haber o de
conducirse de acuerdo con dicha comprensión.

El juzgador tendrá necesariamente que recurrir a la peritación psiquiátrica o psicológica


forense para poder determinar en cada caso concreto si el sujeto es o no imputable.

Los artículos 414 y 415 del Código Federal de Procedimientos Penales, prevén la
posibilidad de que si en el curso de la audiencia inicial o cuando el imputado ha sido
vinculado a proceso, aparecen indicios de que este se encuentra en un estado de
inimputabilidad, el juez de control, a solicitud de cualquiera de las partes, ordene la
práctica de peritajes con el fin de determinar si el imputado efectivamente es
inimputable; deber que también le incumbe al Ministerio Público cuando la persona se
encuentre retenida.

Métodos o criterios

El legislador dispone de tres métodos o criterios para configurar las fórmulas legales de la
incapacidad de culpabilidad, a los que impropiamente se les ha llamado método biológico o
psiquiátrico puro, método psicológico y método mixto, combinado o biopsicológico.

Postura de M.E. Mayer, de bases etiológicas y efectos sintomáticos.

Mezger entre método descriptivo y valorativo, o entre causas orgánicas y efectos normativos.

Jescheck método psico-normativo (se refiere a una causa psíquica y a un criterio de valoración
jurídica).

Zaffaroni: “nuestro código no clasifica a los hombres en “locos” de competencia médica y


“cuerdos” de competencia judicial, sino en hombres a los que en el momento del hecho puede
exigírsele o no la adecuación de su conducta a derecho”

El método biológico o psiquiátrico puro consiste en enumerar los factores cuya concurrencia
es necesaria y suficiente para sostener la inimputabilidad de un sujeto, sin que se señale la
razón por la cual dichas causas traen aparejada la correspondiente incapacidad de
culpabilidad. Así, el método biológico puro se apoya en consideraciones de orden biológico u
orgánico relacionadas con el fenómeno de la inmadurez mental (v. gr. minoría de edad y
sordomudez), en tanto que el psiquiátrico elabora la excluyente sobre supuestos de
anormalidades biopsíquicas identificadas clínicamente (v. gr. demencia, enajenación,
alienación o alteración mental, trastorno mental, etc.).
La orientación psicológica, se limita, en contraste al criterio biológico o psiquiátrico, a indicar
los efectos psicológicos que jurídicamente son relevantes para calificar a un sujeto de
inimputable, independientemente, de las causas o factores que los provocan.

La causa es irrelevante, lo importante es el efecto: la incapacidad del sujeto para conocer el


sentido de la prohibición y de comportarse de acuerdo con tal conocimiento.

Con la finalidad de remediar la unilateralidad de los sistemas anteriores, las legislaciones


penales mexicanas, han adoptado el llamado método mixto o combinado, que consiste en
enumerar tanto las causas como los efectos que aquellas deben producir en el sujeto para
determinar su incapacidad de culpabilidad, complementados con la apreciación y valoración
que al respecto realice el juzgador.

Las llamadas causa “biológicas” o “psiquiátricas” de inimputabilidad, cuya nomenclatura o


terminología varía según el ordenamiento legal de que se trate:

La mera referencia a las causas “biológicas” o “psiquiátricas”, no prejuzga por sí sola acerca de
la inimputabilidad del sujeto, sino que ellas se señalan bajo reserva de que, en el caso
concreto, impidan comprender el carácter ilícito del hecho o de conducirse de acuerdo con esa
compresión.

El perito psiquiatra o psicólogo forense, son estos los únicos capacitados técnica y
científicamente para indagar si un sujeto padece alguna especie de psicosis o de oligofrenia.

Debemos tomar en cuenta que la inimputabilidad no significa ni mucho menos se identifica


con enfermedad mental, ya que ni todo estado de inimputabilidad supone enfermedad mental
ni toda enfermedad mental acarrea sin más la inimputabilidad.

A) El criterio biológico. Tiene en cuenta consideraciones de carácter físico u orgánico


predicables de la persona como sujeto activo de conductas típicas.

B) El criterio cronológico. Considera a los menores de cierta edad como inimputables, en razón
de que estima que carecen de madurez psicológica para la comprensión de la antijuridicidad
de la conducta o para autodirigirse conforme a ello. Muchas críticas ha recibido este criterio ya
que no tiene un sustento científico para el establecimiento de la edad límite, la cual se fija de
una manera arbitraria en las diversas legislaciones.

C) El criterio psiquiátrico. la inimputabilidad proviene de alguna enfermedad mental que tiene


que ser probada mediante prueba pericial.

D) El criterio psicológico. Estima como causa de la inimputabilidad la inmadurez mental del


sujeto, proveniente de la edad en sentido sicológico, de traumas síquicos o alteraciones más o
menos profundas del biopsiquismo que afectan la esfera intelectiva o volitiva de su
personalidad.

E) El criterio sociocultural. la inimputabilidad se origina por la falta de adaptación del autor al


medio social y cultural al que pertenece que le impide adecuar su comportamiento a la norma.

F) El criterio jurídico. la inimputabilidad surge, cuando la autoridad judicial determina que el


sujeto al momento de realizar la conducta típica y antijurídica carecía de la capacidad para
comprender la ilicitud de su comportamiento o para determinarse de acuerdo con dicha
comprensión, independientemente de la causa que haya podido generar esa situación.
G) El criterio mixto. Los criterios anteriores por separado no incluyen todas las posibles causas
de inimputabilidad, por lo que algunas legislaciones los combinan, y se dice entonces que
utilizan un criterio mixto.

Formulas mixtas:

 Psicológico - psiquiátrica, exige que el inimputable no sea capaz de comprender su


conducta y de quererla, en razón de una enfermedad mental.
 Biológica – psiquiátrica, tiene en cuenta tanto las alteraciones fisiológicas y orgánicas
de la persona, como sus deficiencias mentales clínicamente comprobadas.
 Bio – psicológico, atiende no sólo a las bases biológicas de la persona sino a su
capacidad de comprensión, la inimputabilidad depende entonces de que el sujeto
presente alteraciones orgánicas que influyan desfavorablemente en su siquismo, en el
sentido de disminuir sensiblemente o suprimir su capacidad de entender y de querer.

H) El criterio ecléctico. las legislaciones contemporáneas emplean un criterio ecléctico; es


decir, utilizan criterios puros y mixtos de acuerdo con la naturaleza de la causal de
inimputabilidad.

 Criterio biológico respecto de los menores de edad;


 Criterio psicológico-siquiátrico en relación con los enfermos mentales;
 Criterio bio - psicológico en cuanto a los sordomudos;
 Criterio sociocultural para referirse a los indígenas;

Aclarando que la mayoría de las legislaciones usan aunado a cada criterio o fórmula el criterio
jurídico, pues sólo habrá inimputabilidad cuando las causas antes mencionadas impidan al
sujeto comprender la ilicitud de su conducta o autoregularse de acuerdo con dicha
comprensión.

3.3. Causas y efectos

El estudio sistemático de las causas enumeradas por las legislaciones penales mexicanas que,
como se dijo, adoptan el criterio mixto, pone de manifiesto, en nuestra modesta opinión, que
todas ellas parten de dos amplios supuestos:

a) falta de suficiente desarrollo intelectual.


a. se relaciona con los fenómenos de la inmadurez psicológica, en donde
podemos incluir algunos grados de la oligofrenia “deficiencia mental”
(modera, grave y profunda), en cuanto formas de insuficiencia mental
congénita;
b. Casos de detención del desarrollo cerebral a temprana edad por diversos
factores (traumatismos, infecciones, etc.) y
c. Aquellos de deficiente desarrollo intelectual originados en la falta de
comunicación humana y social, como acontece con los sordomudos no
educados y los ciegos de nacimiento, quienes al estar privados de las funciones
de oír, hablar y ver, tienen considerablemente reducido su mundo de relación
que les crea una seria dificultad de adaptación en su trato con los demás seres
humanos.
b) falta de salud psíquica
a. Nuestro Código Penal Federal, utiliza la expresión “trastorno mental”
El trastorno mental, como perturbación de la consciencia, puede ser transitorio o
permanente, según que dicho estado se presente únicamente durante el tiempo en el que el
sujeto que lo padece lleva a cabo la actividad o inactividad típicas, o que perdure más allá del
tiempo en que se realizan estas.

Dado que su estudio es materia propia de la psiquiatría o psicología forense, bástenos con
indicar que, para efectos jurídicos-penales, es suficiente que el trastorno mental, al igual que el
desarrollo intelectual retardado, sea de tal naturaleza que produzca en el sujeto que lo padece
una incapacidad de comprender el carácter ilícito del hecho y/o de conducirse de acuerdo con
dicha comprensión, a los fines de la declaratoria de inimputabilidad.

Psiquiatra Jose Luis Patiño,

Concretamente expresa: “Por mente deber entenderse el conjunto de funciones cerebrales


superiores, como son: conciencia, juicio, razonamiento, memoria, atención, comprensión, etc.
Cuando estas funciones se alteran, aparecen justamente las llamadas enfermedades
mentales…

Por psique debe entenderse el conjunto de experiencias internas vividas por el sujeto desde su
nacimiento.

3.4. Consecuencias jurídicas

De acuerdo con un derecho penal basado en el principio de culpabilidad, si bien a los


inimputables que cometan un hecho previsto en las leyes como delito no se les puede imponer
pena alguna por estar exentos de responsabilidad penal, ello no impide, sin embargo, la
aplicación de determinadas medidas de seguridad, cuya reglamentación debe satisfacer las
exigencias propias de un Estado de Derecho.

Muñoz Conde, conceptos que justifican y explican el sistema dualista de sanciones vigente en
el Derecho Positivo;

Culpabilidad, conjunto de condiciones que justifican la imposición de una pena al autor de un


delito.

Peligrosidad, conjunto de condiciones que justifican la imposición de una medida.

Culpabilidad y peligrosidad son, pues, los dos puntos de conexión del actual sistema de
reacción estatal frente a la comisión de un hecho típico y antijurídico: el hecho típico y
antijurídico de un autor culpable dará lugar, por tanto, a la imposición de una pena; el hecho
típico y antijurídico de un autor inimputable, pero peligroso, dará lugar a la imposición de una
medida.

En México, las legislaciones penales han establecido básicamente como medidas de seguridad
para inimputables permanentes al tratamiento en internamiento o en libertad o ambulatorio.

Por lo tanto, en México para la aplicación de una medida de seguridad a un inimputable, no


basta el simple estado de inimputabilidad, sino que se requiere, por una parte, que el hecho
cometido por aquel, además de típico, sea antijurídico, o sea, no justificado, lo que no descarta
la posibilidad de que concurra en beneficio del propio incapaz las restantes excluyentes del
delito, incluso las de inculpabilidad que sean compatibles con la situación de inimputabilidad,
siempre y cuando dichas causas no deriven (o tengan su origen) del propio estado anormal del
sujeto, y por otro, que exista la necesidad racional de su aplicación en atención a los fines de
prevención especial (positiva).

Imputabilidad disminuida

La imputabilidad disminuida o semi-imputabllidad consiste en una disminución de la capacidad


de comprensión de la ilicitud del comportamiento o de la determinación para autoreguiarse
conforme a esa comprensión.

Esta figura ha sido muy controvertida, sus opositores afirman que el individuo o tiene la
capacidad de comprender la antijuridicidad de su conducta y determinarse de acuerdo a esa
comprensión, caso en el cual es imputable; o bien, carece de dicha capacidad, por lo que es
inimputable, y niegan que pueda existir una entidad intermedia.

JIMÉNEZ DE ASÚA califica de 'absurda' a la imputabilidad disminuida y dice que si bien es cierto
que entre la salud y la enfermedad mental existen zonas intermedias que el derecho penal no
puede desconocer, sugiere que contra éstas se apliquen medidas asegurativas.

NOVOA MONREAL, partidario de la idea de la imputabilidad disminuida, considera que no sólo


es posible que alguien tenga anulada su capacidad de razonamiento y determinación, sino que
la tenga disminuida, en cuyo caso habrá de reconocerse que tiene aminorada su capacidad
para ser objeto de reprobación judicial.

Con base en los conocimientos psicológicos y psiquiátricos, se afirma que el menor no pasa de
forma inmediata de la inmadurez mental al pleno desarrollo de la esfera Intelectiva de su
personalidad y además, existen una gran diversidad de trastornos mentales que van desde los
leves trastornos de la personalidad hasta las más profundas alteraciones psicosomáticas.

En enfermedades que afectan principalmente la esfera intelectiva de la personalidad, la


capacidad de entender en ocasiones no se encuentra totalmente suprimida, sólo disminuida.

También están situaciones como el ciclo menstrual, el climaterio, el embarazo, el puerperio, la


embriaguez incompleta, el coma diabético, la fatiga, el sueño intenso, etc., en las cuales se
llega a presentar disminución de las facultades intelectiva o volitiva.

La imputabilidad disminuida no se sustenta en un razonamiento jurídico sino en la realidad


psicológica del hombre como ser natural, como ser social, en su interacción con los demás y
con el medio; así, la consecuencia jurídica es clara y lógica, porque al reducirse la imputación
se reduce la culpabilidad y por ende, la pena.

En conclusión, la imputabilidad disminuida no es una entidad distinta de la imputabilidad y de


la inimputabilidad, sino una modalidad de aquélla que tiene como consecuencia una
disminución de la sanción a imponer.

CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA IMPUTABILIDAD DISMINUIDA.

La imputabilidad disminuida es una forma de imputabilidad; es decir, el individuo es


imputable pero existe una disminución del grado de la culpabilidad.

Algunas legislaciones en este caso obligan a la reducción de la pena, otras la señalan de


manera opcional, o establecen que debe imponerse la pena mínima.

CONCLUSIONES
1. Con base en la legislación penal positiva mexicana se puede definir a la imputabilidad como
“la capacidad de comprender el carácter ilícito del hecho y de conducirse conforme a esa
comprensión”.

2. En México sigue siendo dominante la posición doctrinal que afirma que la capacidad
psíquica en que consiste la imputabilidad está relacionada con la culpabilidad, esto es que se
trata de una capacidad de culpabilidad, además de que también, como capacidad psíquica, es
uno de los elementos que integran el juicio de reproche en que consiste la propia culpabilidad.

3. De acuerdo con las fórmulas legales de la inimputabilidad que adoptan la mayoría de los
Código Penales de la República Mexicana, se puede afirmar que las condiciones de la
imputabilidad deben estar presentes en el momento en que el sujeto despliega la actividad o
la inactividad típicas, esto es, en el momento de la comisión del hecho.

4. Las actiones liberae in causa representan una excepción al principio que señala que la
imputabilidad debe existir en el momento de la ejecución del hecho, excepción que ha sido
expresamente prevista, aunque con diferentes matices, supuestos y efectos, en la mayor parte
de los ordenamientos punitivos mexicanos vigentes.

5. Las legislaciones penales mexicanas, al reglamentar el aspecto negativo de la imputabilidad,


han adoptado el llamado método mixto o combinado, que consiste en enumerar tanto las
causas como los efectos que aquellas deben producir en el sujeto para determinar su
incapacidad de culpabilidad, complementados con la apreciación y valoración que al respecto
realice el juzgador.

6. El estudio sistemático de las causas enumeradas por las legislaciones penales mexicanas
que, como se dijo, adoptan el criterio mixto, pone de relieve que todas ellas parten de dos
amplios supuestos: a) falta de suficiente desarrollo intelectual, y b) falta de salud psíquica.

7. Si bien a los inimputables que cometan un hecho previsto en las leyes como delito no se les
puede imponer pena alguna por estar exentos de responsabilidad penal, ello no impide, sin
embargo, la aplicación de determinadas medidas de seguridad, cuya reglamentación debe
satisfacer las exigencias propias de un Estado de Derecho, tales como señalar para su
aplicación la previa comisión de un injusto penal (conducta típica y antijurídica); que la medida
esté prevista en la ley (principio de legalidad); que se respeten los principios de
proporcionalidad, jurisdiccionalidad, necesidad, idoneidad y de intervención mínima, y,
finalmente, que se limite la duración de las medidas de seguridad por lo menos al máximo de
la punibilidad señalada para el delito de que se trate.

8. En México, las legislaciones penales han establecido básicamente como medidas de


seguridad para inimputables permanentes al tratamiento en internamiento o en libertad o
ambulatorio, los que pueden aplicarse también a los que transitoriamente se encuentren en
dicho estado, siempre y cuando, en ambos casos, su condición así lo exija, es decir, que solo en
aquellos casos en los que por las condiciones o circunstancias personales del inimputable
hubiera la necesidad racional de someterlo al correspondiente tratamiento con fines de
prevención especial (positiva), ya sea en libertad o en internamiento, se justificará la
imposición de aquel como medida de seguridad.

9. Hoy día, merced a las constantes y justificadas críticas sobre el tratamiento jurídico de los
inimputables, y, sobre todo, en respeto a los postulados de la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad, consideramos que ya es tiempo de que definitivamente se
abandone a la peligrosidad como uno o como el principal criterio que justifica la imposición de
una medida de seguridad, cualquiera que sea esta, a los inimputables que han cometido un
injusto penal.

10. Para la aplicación de una medida de seguridad a un inimputable, no basta el simple estado
de inimputabilidad, sino que se requiere, por una parte, que el hecho cometido por aquel,
además de típico, sea antijurídico, o sea, no justificado, lo que no descarta la posibilidad de
que concurra en beneficio del propio incapaz las restantes excluyentes del delito, incluso las de
inculpabilidad que sean compatibles con la situación de inimputabilidad, siempre y cuando
dichas causas no deriven (o tengan su origen) del propio estado anormal del sujeto, y por otro,
que exista la necesidad racional de su aplicación en atención a los fines de prevención especial
(positiva).

11. En la actualidad, resulta incuestionable, como lo hacen las legislaciones penales mexicanas,
que el derecho penal debe tomar en cuenta los casos de la llamada imputabilidad disminuida.
El problema que con ello se presenta, radica, en realidad, en saber cómo debe apreciarlos,
pues cuestión diferente a la mera aceptación legal de la imputabilidad disminuida es el
tratamiento que a la misma debe dársele.

12. Resulta evidente que para un derecho penal de culpabilidad, propio de un Estado de
derecho, la imputabilidad disminuida debe constituir una obligatoria causa de atenuación de la
pena: capacidad de culpabilidad disminuida significa, necesariamente, culpabilidad disminuida
y, por tanto, pena atenuada. Sin embargo, por razones de política criminal sería conveniente
en estos casos conferirle al juez la facultad de atenuar obligatoriamente la pena, que podría
ser hasta la mitad de la que corresponda al delito cometido, o bien, imponer,
alternativamente, una medida de seguridad, si así conviene a los fines de prevención especial
(positiva) y las condiciones o circunstancias personales del agente revelen que requiere de
tratamiento. Dicha medida solo podrá ser de internamiento en los casos en que la pena que
corresponda al delito cometido sea privativa de libertad, y sin que su duración pueda exceder
de la mitad de esta.
Código Penal del Estado de Jalisco

Capítulo IV

De las Causas Excluyentes de Responsabilidad

Artículo 22. Excluyen de responsabilidad penal las siguientes:

I. Causas de ausencia de conducta: cuando el hecho se realice sin la intervención de


la voluntad del agente;
II. Causas de inimputabilidad, que son:
a) La demencia u otro trastorno mental permanente del infractor;
b) Encontrarse el activo, al ejecutar el hecho o incurrir en la omisión, bajo la influencia de
un trastorno transitorio y grave de la personalidad, producido en forma accidental e
involuntaria;
c) La sordomudez, ceguera de nacimiento o sobrevenida antes de los cinco años de edad,
cuando el sujeto carezca totalmente de instrucción, si esto lo privó de los
conocimientos indispensables, de orden ético o moral, que le permitan distinguir el
bien del mal; y
d) El miedo grave, cuando éste ofusque el entendimiento de tal manera, que el activo
pierda su voluntad de actuar y obre, por ende, sin discernimiento.

Las circunstancias que se mencionan en los cuatro últimos incisos de esta fracción sólo obrarán
como causa de inimputabilidad cuando anulen la capacidad del sujeto para comprender la
ilicitud de su conducta y poderse determinar conforme a tal comprensión;

III. Causas de inculpabilidad (absolución), que son:


a) El temor fundado e irresistible de un mal inminente y grave en la persona del
contraventor o de alguien ligado a éste por vínculos cercanos de parentesco o por
lazos de amor o de estrecha amistad;
b) Ejecutar un hecho que no es delictuoso, sino por circunstancias del ofendido, si el
ejecutor las ignoraba inculpablemente al tiempo de obrar;
c) Causar un daño por mero accidente, sin dolo ni culpa, ejecutando un hecho lícito;
d) El error de hecho, esencial e invencible;
e) El error de derecho, ya sea porque el sujeto desconozca la existencia de la ley o el
alcance de la misma, o porque crea que está justificada su conducta;
f) Obedecer a un superior legítimo en el orden jerárquico, cuando su orden no constituya
notoriamente un delito; y

IV. Causas de justificación, que son:

a) Obrar en cumplimiento de un deber o en el ejercicio de un derecho consignado en la


ley;
b) Contravenir lo dispuesto en la Ley Penal, por un impedimento legítimo o insuperable;
c) El estado de necesidad, cuando exista la urgencia de salvar bienes jurídicos propios o
ajenos en un peligro real, grave e inminente, siempre que no exista otro medio
producible y menos perjudicial;
d) Ocultar al responsable de un delito o los efectos, instrumentos del mismo, cuando no
se hiciere por interés bastardo, siempre que se trate de los ascendientes y
descendientes consanguíneos, afines o adoptivos, del cónyuge, concubina o
concubinario o parientes colaterales por consanguinidad hasta el cuarto grado, o por
afinidad hasta el segundo y los que estén ligados con el sujeto activo por amor,
respeto, gratitud o estrecha amistad; y
e) La legítima defensa de la persona, honor, derechos o bienes del activo; así como de la
persona, honor, derechos o bienes de otro; entendiéndose que se encuentra en tal
hipótesis quien rechace una agresión actual, real, violenta e ilegítima que genere un
peligro inminente.

No operará tal excluyente, si el activo provocó dolosa, suficiente e inmediata la agresión o la


previó o pudo evitarla fácilmente por otros medios. Operará parcialmente dicha excluyente, si
no hubo necesidad racional del medio empleado en la defensa o si el daño que iba a causar el
agresor era fácilmente reparable por otro medio o era notoriamente de poca importancia,
comparado con el que causó la defensa.

Se presumirá que actúa en legítima defensa quien rechace y dañe a un intruso que realice un
escalamiento o fractura de las cercas, paredes o entradas de su casa o departamento habitado
o de sus dependencias interiores, y que exista la presunción evidente de cometer una agresión
o la comisión de un delito, o revele la posibilidad de penetrar al inmueble o causar daño. La
misma presunción favorecerá al que dañe a un intruso que encontrare en la habitación propia
o familiar, o de aquella persona a quien tenga obligación de defender, o en lugar donde se
encuentren sus bienes propios o ajenos que deba cuidar, siempre que la presencia del extraño
ocurra en circunstancias que revelen la posibilidad de una agresión por el intruso. El Ministerio
Público en la investigación resolverá de oficio si opera o no la legítima defensa.

En el caso de exceso en la legítima defensa que se menciona en este artículo, se aplicará al


infractor la pena de tres días a ocho años de prisión.
Las causas que se mencionan en el presente artículo se harán valer de oficio o a petición de
parte.

Capítulo XII

Del Internamiento o Tratamiento en Libertad de Inimputables y de quienes tengan el Hábito


o la Necesidad de Consumir Estupefacientes o Psicotrópicos

Artículo 46. En el caso de los sujetos con imputabilidad disminuida, la autoridad judicial
dispondrá de la medida de tratamiento que corresponda, en internamiento o libertad vigilada,
así como las condicionantes para asegurar la defensa social, considerando la peligrosidad del
sujeto y las necesidades que se planteen en el curso de su tratamiento. La autoridad judicial
podrá resolver sobre la conclusión de la medida en forma condicional o definitiva.

En caso de personas con desarrollo intelectual retardado o trastorno mental, la medida de


seguridad tendrá carácter terapéutico en lugar adecuado para su aplicación. Queda prohibido
aplicar la medida de seguridad en instituciones de reclusión preventiva o de ejecución de
sanciones penales, o sus anexos.

Artículo 47. La autoridad competente podrá entregar al inimputable a sus familiares o a las
personas que conforme a la ley tengan la obligación de hacerse cargo de él, siempre y cuando
reparen el daño, se obliguen a tomar las medidas adecuadas para el tratamiento y vigilancia
del inimputable y garanticen a satisfacción de la autoridad judicial, el cumplimiento de las
obligaciones contraídas. Esta medida podrá revocarse cuando se deje de cumplir con las
obligaciones contraídas.

La duración del tratamiento para el inimputable en ningún caso excederá del máximo de la
pena privativa de libertad que se aplicaría por ese mismo delito a sujetos imputables.
Concluido el tiempo del tratamiento, la autoridad competente entregará al inimputable a sus
familiares para que se hagan cargo de él o a las autoridades de salud o institución asistencial,
para que procedan conforme a las leyes aplicables.

Artículo 48. El tratamiento de deshabituación o desintoxicación es el que procede cuando el


sujeto haya sido sentenciado por un delito cuya comisión obedezca a la inclinación o abuso de
bebidas alcohólicas, estupefacientes, psicotrópicos o sustancias que produzcan efectos
similares, independientemente de otras penas que correspondan.

El tratamiento de deshabituación o desintoxicación podrá cumplirse en organizaciones


públicas o privadas propuestas por el sentenciado de conformidad con la ley general en
materia de ejecución de penas.

Artículo 49. Al responsable del delito de violencia familiar o de un delito cometido contra una
persona con quien tenga relación de parentesco, matrimonio, concubinato o análoga se le
someterá a un tratamiento psicoterapéutico integral, para su reinserción.

TÍTULO TERCERO

APLICACIÓN DE SANCIONES

Capítulo I Reglas Generales


Artículo 57. Además de las circunstancias señaladas en el artículo anterior, entre otras, se
tomarán en consideración:

I. Para agravar (agravantes) el grado de punibilidad del sentenciado, salvo cuando estén
previstas en la ley como elementos o calificativas del delito de que se trate:

a) Cometer el delito con el auxilio de otras personas. Particularmente si se trata de


personas menores de edad o con discapacidad;
b) Cometer el delito con motivo de una catástrofe pública o desgracia privada que
hubiera sufrido la víctima;
c) Haber ocasionado el delito consecuencias sociales graves o haber puesto en peligro o
afectado a un grupo o sector de la población;
d) La utilización para la comisión del delito, por parte del sentenciado, de habilidades o
conocimientos obtenidos por haber pertenecido a un cuerpo de seguridad pública o
privada;

II. Para disminuir (atenuantes) el grado de punibilidad del sentenciado, salvo cuando hayan
sido consideradas como circunstancias atenuantes del delito, entre otras, se tomarán en
cuenta las siguientes:

a) Los estudios sociológicos, económicos, psicológicos y psiquiátricos que se relacionen


con la conducta del acusado y el bien jurídico dañado;
b) Haber tratado espontánea e inmediatamente después de cometido el delito, de
disminuir sus consecuencias, prestar auxilio a la víctima, o reparar el daño causado;
c) Presentarse espontáneamente a las autoridades para facilitar su enjuiciamiento, salvo
que esta conducta revele cinismo;
d) Haberse demostrado plenamente que se causó un resultado mayor al querido o
aceptado;
e) Facilitar el enjuiciamiento, reconociendo judicialmente su autoría o participación;
f) Proporcionar datos verídicos para la identificación o localización de otros autores o
partícipes del delito, siempre que esto no haya sido ya demostrado con pruebas o
datos previamente recabados;
g) Haber reparado espontáneamente el daño hasta antes de la sentencia o haber
intentado repararlo en su totalidad; y
h) Ser mayor de setenta años.

Artículo 58. Al individualizar las sanciones, la autoridad judicial no deberá fundar sus
determinaciones sobre la base del origen étnico o nacional, género, edad, discapacidades,
condición social, condiciones de salud, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o
cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar
los derechos y libertades de las personas.

Artículo 59. No es imputable al acusado el aumento de gravedad proveniente de circunstancias


particulares del ofendido, si las ignoraba inculpablemente al cometer el delito

Artículo 62. La autoridad judicial, de oficio o a petición de parte, podrá prescindir de la


imposición de la pena privativa o restrictiva de la libertad o sustituirla por una menos grave o
por una medida de seguridad, cuando la imposición resulte notoriamente innecesaria e
irracional, en razón de que el sujeto activo:

I. Con motivo del delito cometido, haya sufrido consecuencias graves en su persona;
II. Presente senilidad avanzada;
III. Padezca enfermedad grave e incurable avanzada o precario estado de salud. En estos
casos, la autoridad judicial tomará en cuenta el resultado de los dictámenes médicos y
asentará con precisión, en la sentencia, las razones de su determinación. Se exceptúa
la reparación del daño y la sanción económica, por lo que no se podrá prescindir de su
imposición; o
IV. Haya cometido el delito durante el lapso en que sufriere en su persona una prolongada
violencia de género producida por la víctima, que pusiere en serio peligro la integridad
física del sujeto activo.

Capítulo II De la Aplicación de Sanciones a los Delitos Culposos

Artículo 63. Los delitos culposos se sancionarán con prisión de tres días a ocho años y
suspensión hasta de dos años para ejercer profesión u oficio; en su caso, inhabilitación hasta
por tres años, para manejar vehículos, motores, maquinaria o elementos relacionados con el
trabajo, cuando el delito se haya cometido al usar alguno de esos instrumentos.

Se considera culpa grave en los homicidios o lesiones a que se refiere el párrafo anterior, si se
cometen con motivo del tránsito de vehículos, y se dé una de las siguientes circunstancias:

I. Cuando conduzca el probable responsable, con exceso de velocidad en más de treinta


kilómetros por hora del límite establecido para la zona en donde ocurra el accidente;
II. Cuando se cometa en hospitales, o zonas de concurrencia de personas tales como
escuelas en horarios de entrada o salida, centros comerciales o lugares de culto
público siempre que, existan señalamientos de esta circunstancia;
III. Cuando al sujeto activo:
a) Se le detecten más de ciento cincuenta miligramos de alcohol por cien mililitros de
sangre; o
b) Conduzca bajo el influjo de estupefacientes o psicotrópicos de los señalados en la Ley
General de Salud, cuando conforme a dictamen pericial se pruebe que esas
substancias alteren la facultad para conducir; o
c) Se niegue a proporcionar muestra de sangre o aire espirado, para realizar las pruebas
de alcohol o toxicológicas;

Capítulo IV

De las Sanciones en los Casos de Concurso de Delitos, Reincidencia, Habitualidad y


Quebrantamiento de Condena

Artículo 69. A los reincidentes se les impondrá la sanción que debiere imponérseles por el
último delito cometido, aumentada hasta en un tercio de la sanción impuesta a juicio de la
autoridad judicial; si la reincidencia fuere por delitos del mismo género, el aumento será de
dos tercios. Cuando resulte una sanción mayor que la suma de las que corresponden al
primero y segundo delitos, se aplicará esta suma sin que pueda exceder de cincuenta años.

La sanción a los delincuentes habituales no podrá ser menor de la que se les impondría como
reincidentes; pero deberá aumentarse hasta otro tanto de la duración de la sanción
correspondiente al último delito cometido, sin que pueda exceder de cincuenta años.

Capítulo V
De la Reclusión para Enfermos Mentales, Sordomudos y Ciegos

Artículo 72. Los sordomudos o ciegos de nacimiento o quienes padezcan ceguera sobrevenida
antes de los cinco años de edad y que carezcan totalmente de instrucción o los que sufran
alguna enfermedad o enajenación mentales que les altere su capacidad de concientización o
de discernir el bien del mal y que hayan ejecutado hechos o incurrido en omisiones, definidos
como delitos, contemplados en este Código o demás disposiciones legales, serán recluidos en
establecimientos especiales, por todo el tiempo necesario para su mejor adaptación social,
curación o ambas, en su caso, sometiéndolos al tratamiento médico adecuado.

En igual forma, y de acuerdo con el Código Nacional de Procedimientos Penales, procederá la


autoridad judicial con los imputados detenidos que enloquezcan sin perjuicio de que, si se
curaren, sean reintegrados al centro de reclusión, continuándose el proceso.

Procederán en la misma forma las autoridades penitenciarias con los sentenciados que
enloquezcan durante el tiempo en que estén sujetos a la privación de su libertad. Si
sobreviniere la curación del sentenciado, será reingresado al lugar en que cumpla su condena
hasta terminarla; pero se le computará el tiempo que estuvo recluido para su curación.

En los casos señalados en el presente artículo, la autoridad penitenciaria o judicial, enviará a


los sentenciados de que se trata a establecimiento hospitalario oficial especializado.

Inimputable; sujeto que en el momento de cometer el delito no sea capaz de comprender o


determinar (que este en un mundo distinto),

Inimputables;

Estados psicóticos; esquizofrenia, droga.

Imputables; trastorno obsesivo compulsivo, depresión, piromaníaco, cleptómano, (a pesar de


que la conducta es parte del comportamiento ellos son capaces de diferenciar claramente la
conducta disruptiva.

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