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LOS CONCURSOS.
EL SINDICO CONTADOR
Autor
I – Introducción
a) enunciación
b) características comunes
II – El síndico contador
a) antecedentes
b) naturaleza jurídica
c) diferente integración del órgano sindical, la sindicatura. Designación.
d) Irrenunciabilidad, remoción, licencia.
e) funciones del Síndico
e,1) función de vigilancia y control en el concurso preventivo;
e,2) función en relación con el andamiento del proceso y facultades del Juez;
e,3) función en el proceso de verificación de créditos;
e,4) función en relación con la información en el proceso;
e,5) función en la continuación de la explotación de la empresa;
e,6) funciones en relación a la conservación e integración del patrimonio del deudor;
e,7) función en la liquidación de los bienes;
e,8) función en la distribución del líquido remanente;
e,9) función en relación con responsabilidades fiscales;
f) Responsabilidad y aspectos disciplinarios
V – Bibliografía
a) enunciación
De acuerdo con el esbozo efectuado, debemos comenzar señalando que, como no
puede ser de otra forma, en el proceso concursal intervienen el Juez, el concursado y los
acreedores, como sujetos principales, y el comité de acreedores, síndico, enajenadores,
estimadores, coadministradores, incautador e inventariador, como auxiliares y funcionarios u
órganos del concurso.
Si bien el art 251 de la Ley 24.522 (desde ahora LCQ) enumera como funcionarios:
“el síndico, el coadministrador y los controladores del cumplimiento del acuerdo preventivo, y
de la liquidación en la quiebra”; completan la lista de los funcionarios incluidos por la ley,
además de los indicados: el comité de acreedores, enajenador y estimador. Cabe agregar a esta
lista no taxativa, la prevista intervención del fiscal, ejerciendo la facultad requirente y cuando
son designados, el tasador y el inventariador1.
b) características comunes
1
Ver Martorell, Ernesto Eduardo, “Tratado de Concursos y Quiebras”, tomo II-A, ed. Depalma, Buenos
Aires, 1999, pág. 219.
II – El síndico contador
a) antecedentes parlamentarios
Limitamos la mirada en este aspecto a los antecedentes parlamentarios de la última
reforma general. Para el estudio de los antecedentes de la sindicatura, tanto en nuestro derecho
como en el comparado, nos remitimos a las obras de importantes autores que lo tratan2.
2
Por citar algunas: Maffia, Osvaldo J., “El síndico, órgano del concurso”, en “R.D.C.O.” 1978-997; “La
actuación del contador público en materia concursal: un enfoque jurídico-contable de la actual realidad
uruguaya”, Teresita Rodríguez Mascardi y Federico Heuer Notaroberto (Uruguay), en “Sociedades y
Concursos en el Mercosur”, directores Nissen y Favier Dubois (h), ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 1996; Saúl
A. Argeri, “El síndico en el concurso de quiebra”, Ediciones Jurídicas, Buenos Aires, 1991, pág. 217 y
sgtes.
3
Argeri, Saúl A., “El síndico en el concurso de quiebra”, Ediciones Jurídicas, Buenos Aires, 1991, pág.
220.
4
Bonfanti, Mario Alberto y Garrone, José Alberto, “Concursos y quiebras”, quinta edición actualizada,
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1997, pág. 609
5
Autores y lugar citado
6
J.Proceso Concursales y Registro Nº 3, Mendoza, mayo 22-997, Martín S.A.,Pedro y José, LA LEY,
1997-F, 183, citado en “Digesto Práctico la Ley. Concursos III-2003”, sumario 14.528 en pág. 291
D) Sindicatura plural.
El juez puede designar más de un síndico, “estudio” o “individual” o combinado,
cuando lo requiera el volumen y complejidad del proceso, mediante resolución fundada que
también contenga el régimen de coordinación de la sindicatura. Igualmente podrá integrar
7
Guillermo G. Mosso, “Estudios y profesionales en el desempeño de la sindicatura concursal”, Revista El
Derecho, Año XXXIV, diario 8.958 del 12 de marzo de 1996.
8
Ver “Digesto Práctico La Ley. Concursos III-2003”, parágrafos 14.439 y 14.443, pág. 281.
9
cit. “Digesto Práctico La Ley Concursos III-2003”, parágrafo 14.260, pág. 261.
10
“Digesto Práctico La Ley. Concursos III-2003”, parágrafo 14.335, pág. 269.
11
"La idoneidad profesional del síndico en los concursos y quiebras", La Ley, 1986 - A, p. 973
12
"El síndico en el concurso de quiebra", Ediciones Jurídicas, Buenos Aires 1991, p. 263.
13
"Concursos y Quiebras", 5ta. Ed., Abeledo-Perrot, Buenos Aires 1997, p.609.
e,2) función en relación con el andamiento del proceso y facultades del Juez;
Cabe en primer lugar, precisando la terminología, señalar que más que funciones "de
colaboración", estamos frente a verdaderos deberes de la sindicatura, cuya omisión evaluada en
el conjunto del comportamiento del síndico, puede ocasionar hasta su remoción (art. 255 LCQ).
14
Argeri-Argeri Graziani, "El síndico en el concurso preventivo" ed. 1976; cit. en p. 272 de Argeri, ob.cit.
15
"Régimen de Concursos y Quiebras. Ley 24.522", Astrea, 5ta. Ed., Bs. As. 1996, p. 42.
16
Ver Stacco, Jorge Santos, “Privilegios concursales: su orden y preparación de la distribución”,
“Anuario 1999”, publicación de trabajos docentes de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.
P.S.J.B., Trelew, 2000, pág. 245.
17
Ver Piossek, Antoni y Rodríguez, Robinson, “Responsabilidad civil del acreedor peticionante y
tributaria del sindico en la quiebra. Leyes 24.522 y 11.683 y reformas”, Marcos Lerner Editora Córdoba,
Córdoba 1999, pág. 191.
18
Ver: Carlos Alberto GHERSI, director, "Responsabilidad Profesional", 2, editorial Astrea, Buenos
Aires, 1995; José A. IGLESIAS, "La responsabilidad civil del síndico concursal", Doctrina Societaria y
Concursal, I- Errepar, 206.
19
Ver un detallado análisis por Miguel Eduardo Rubín, “Régimen disciplinario de los síndicos
concursales”, Revista El Derecho, Año XXXVIII, diario Nº 9988 del 18 de abril de 2000.
20
Rubén SEGAL, "Sanciones aplicables y responsabilidad del síndico en la ley concursal", La Ley, 150-
851.
21
Ver: Ernesto Eduardo Martorell, “Tratado de concursos y quiebras”, Tomo II-A, ed. Depalma, Buenos
Aires, 1999, pág. 216; Julio César Rivera, “Instituciones de Derecho Concursal”, Rubinzal Culzoni
Editores, Buenos Aires, 1996, tomo I pág. 158; “Digesto Práctico La Ley Concursos III-2003”, parágrafo
14.343 y sgtes., pág. 270.
a) Antecedentes;
Uno de los institutos incorporados a la ley de concursos y quiebras 24522 es el
“Comité de Acreedores”, el cual, bajo diferentes nombres y clases, aparece regulado a través
de todo el cuerpo legal.
Esta nueva figura genera algunas dificultades para su aplicación, teniendo en cuenta
los vacíos legales existentes.
Hay en nuestra legislación antecedentes22 acerca de la participación de los acreedores
en el procedimiento concursal ya en el Código de Comercio convertido en ley en 1862. Si bien
no consideraba la existencia de figura de comité alguno, requería la participación de los
acreedores del fallido en la elección y nombramiento de la persona denominada síndico
definitivo, que tendría a su cargo las funciones de control y liquidación. En ese entonces debía
ser necesariamente un comerciante inscripto en una lista elaborada anualmente a tal efecto.
Más adelante, la ley 4156 vigente entre los años 1902 a 1933, nos proporciona otros
antecedentes en materia de comité de acreedores.
Esta norma permitía a los acreedores del comerciante insolvente, designar uno o más
entre ellos para que vigilen el cumplimiento del concordato. Los acreedores de esta manera
gozaban del derecho de acceder directamente al conocimiento de los libros del deudor, aunque
no podían intervenir en sus negocios.
A partir de la ley 11.719, vigente entre 1933 a 1972, se introduce la figura de la
“Comisión de Vigilancia”, la cual se reconoce como funcionaria del concurso en representación
de la asamblea de acreedores que la designaba, con funciones de control del concordato y para
la realización de los bienes en la quiebra.
Con la ley 19.551 vigente entre 1972 y 1995, cambia la imagen de la comisión de
vigilancia reemplazándola por la del controlador del cumplimiento del acuerdo preventivo o
resolutorio (funcionario del concurso conforme art. 275 de dicha ley). Es éste el antecedente
más cercano a lo que hoy en día establece la ley 24.522.
Del estudio de estos antecedentes en nuestra legislación y del análisis de los distintos
casos, se ha podido observar un escaso interés, más aún, desidia, de parte de los acreedores,
tanto en la designación de los órganos de control como en el caso de integrar los mismos, para
ejercer las funciones que les correspondería, en defensa de sus propios intereses.
22
Ver Ernesto Eduardo Martorell, “Tratado de Concursos y quiebras”, Tomo II-A, ed. Depalma, Buenos
Aires, 1999, pág. 144.
23
Autores citados, “Concursos y Quiebras”, quinta edición actualizada, ed. Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1997, pág. 618 último párrafo.
Controladores
El artículo 251 de la ley 24.522 incluye “los controladores del cumplimiento del
acuerdo preventivo” entre los funcionarios concursales.
Al respecto cabe señalar que el art. 260 dice “... el comité definitivo es el controlador
necesario en la etapa del cumplimiento del acuerdo preventivo, y en la liquidación en la quiebra.
...”.
Vimos, al tratar los comité de acreedores, la forma de su designación.
Como antecedente del art. 251 podemos señalar el art. 275 de la ley 19.551: “... y el
controlador del cumplimiento del acuerdo preventivo o resolutorio”, que actuaban “... cuando
así lo dispongan los acreedores como condición del acuerdo” (art. 284 ley 19551). Los
controladores eran nombrados por mayoría de capital por los acreedores con derecho a voto
presentes en la junta de acreedores, eliminada en la reforma de 1995.
De modo que lo previsto en la normativa vigente es la designación del comité de
acreedores que debe cumplir la función de controlador, pero nada impide por aplicación del
principio de que lo que no está prohibido está permitido y la mención del art. 251 cit., que el
acuerdo prevea como condición del mismo, la designación de un “controlador” además del
comité de acreedores. En este caso tenemos una superposición de funciones.
De no incluirse una previsión como la indicada en el párrafo anterior, la función será
desempeñada exclusivamente por el comité de acreedores.
Enajenadores
En la ley de concursos anterior, 19.551, la enajenación de los bienes y derechos de la
quebrada estaba a cargo del síndico (arts. 177 y 197 ley cit.) en la forma decidida por el Juez
(art. 198 ley cit.), tomando como modalidades la venta como unidad productiva, el conjunto de
los bienes o los bienes individualmente. La experiencia del procedimiento indicado, con
intervención de martilleros para su concreción, es bastante negativa en cuanto al éxito de las
subastas y los montos alcanzados con las mismas.
En la ley 24.522 se mantiene el procedimiento de liquidación de bienes de la ley
anterior (art. 208 LCQ), a cargo del síndico bajo el control del comité de acreedores, pero el
efectivo cumplimiento está a cargo de otro auxiliar de la justicia, el martillero, quien debe “tener
casa abierta al público y seis años de antigüedad en la matrícula. Cobra comisión solamente del
comprador y puede realizar los gastos impuestos esta ley, los que sean de costumbre y los
demás expresamente autorizados por el juez antes de la enajenación” (art. 261 LCQ).
Los trámites para la tasación previa, fijar las condiciones de la subasta y modalidad de
la venta, son impulsadas y propuestas por el síndico.
Los enajenadores no le cobran comisión al concurso. Los gastos de la ejecución,
autorizados por el juez, son considerados gastos de conservación y de justicia (art. 240 LCQ).
La novedad de esta ley 24.522 (art. 261) es que autoriza al Juez a designar bancos
comerciales o de inversión, intermediarios profesionales o expertos o entidades especializadas
para poder concretarla.
Esto habilita a buscar especialistas conforme el tipo de bienes a liquidar, por ejemplo,
acciones en cartera, participaciones en sociedades, patentes, plantas industriales específicas, etc.
También incide en la elección de los enajenadores que pueden intervenir la modalidad adoptada
para realizar los bienes: licitación (art. 205), subasta (art. 205 y 208), venta directa (art. 213),
venta en mercado de valores (art. 215).
La designación del enajenador se debe efectuar al disponer la realización de los
bienes.
Estimadores
Sólo se designan estimadores en los concursos preventivos en que se abra la etapa de
salvataje del art. 48, a fin de que estimen el valor actual o presente del pasivo concursal, de los
créditos (art. 262 LCQ).
Empleados
“El síndico puede pedir al Juez autorización para contratar empleados en el número y
por el tiempo que sean requeridos para la eficaz y económica realización de sus tareas. La
decisión debe determinar en su caso, el tiempo y emolumentos que se autorice” (art. 263 LCQ)-
Este artículo se complementa y armoniza con la exigencia del desempeño personal y
sin delegaciones que se le requiere al síndico (ver arts. 252 y 258 LCQ).
La autorización fundada debe indicar número, tiempo y remuneraciones, que en el
marco de lo autorizado son con cargo a gastos de conservación y justicia (art. 240 LCQ), es
decir, gastos del concurso.
Los empleados contratados en estas condiciones, no están vinculados con la quiebra
por un contrato de trabajo, ni con el deudor, y en algún fallo se ha dicho que son “auxiliares de
la justicia que desempeñan una función delegada de carácter público y vinculados por la
relación pública” (SC Mendoza, sala I, junio 15-984Zavi Asis, Ricardo, en: Establecimiento Vit.
y Frut. Sarigurren S.A. y otro, ED 20/12/84, 6)25.
Para Ernesto Enrique Martorell “la relación puede ser asimilada a un contrato de
trabajo eventual, porque el opus objeto de la contratación estará enderezado a satisfacer
resultados concretos, tenidos a la vista con relación a servicios extraordinarios determinados de
antemano, o exigencias extraordinarias y transitorias”, con cita en nota 209 de opinión
coincidente de Roberto García Martínez y Juan Carlos Fernández Madrid y contraria de Saúl
Argeri26.
Ministerio Público
La intervención del Ministerio Fiscal está directamente fundada por la naturaleza
especial del derecho concursal y los intereses que se afectan por esta solución para la
insolvencia, es decir que esta normativa afecta a bienes y derechos comunes que, en situaciones
normales, no son disponibles sin la voluntad de las partes.
La solución concursal afecta derechos que son considerados pilares de la organización
constitucional, como por ejemplo el derecho de propiedad y la libertad de contratar, motivo por
el cual merece un cuidado muy especial en su aplicación para que no se lesionen estos derechos
más allá de lo indispensable.
La Ley 24.522 art. 276 encomienda al Ministerio Fiscal la tutela de los intereses
públicos, particularmente cuando está impugnado el acuerdo alcanzado en el concurso
preventivo y en todos los recursos en que sea parte el síndico, sin que su intervención en este
24
“Digesto Práctico La Ley. Concursos, 2003-III”, 14.528 y 14.529, en pág. 291.
25
Digesto Práctico La Ley Concursos 2003-III, parágrafo 14.454, en pág. 283.
26
“Tratado de Concursos y Quiebras”, tomo II-A, ed. Depalma, Buenos Aires 1999, pág. 228 in fine.
Tasador
En la etapa liquidatoria de los bienes, a fin de establecer las bases para la venta de
bienes y derechos, es necesario tasarlos, aspecto que de acuerdo a la especialidad o complejidad
de los bienes de que se trate, requiere la intervención de expertos en los bienes de que se trata.
Basta pensar por ejemplo, que sea necesario tasar el valor de permisos de pesca, barcos,
patentes, marcas, acciones, derechos, canteras, fondos de comercio, explotación de servicios
públicos, etc.
“Si bien es cierto que el tasador no es funcionario de la quiebra en los términos del
art. 275 de la ley 19.551, no lo es menos que en el caso ha sido designado de oficio en una
quiebra –cumpliendo tareas de un auxiliar de justicia- por lo que resulta prudente y aconsejable
que sus honorarios sean regulados juntamente con los de los funcionarios de la quiebra en la
oportunidad prevista en el art. 288, debiendo destacarse por otra parte, que la ley citada no prevé
la posibilidad de una regulación fuera de los momentos establecidos en el mencionado artículo
(CNCom., sala C, octubre 18-982. Compañía Swift de La Plata S.A. y otros s/quiebra s/inc. De
venta del paquete accionario de Estancia El Ombú S.A. La Ley, 1983-C, 604; E.D. 102-826)”27.
Incautador e inventariador
Otro auxiliar de la Justicia que puede intervenir en el caso de quiebra es el
inventariador, función generalmente encomendada por el Juez a un dependiente del Tribunal,
para que proceda a incautar los bienes y documentación y, previo inventario de los mismos, los
entregue bajo su custodia al síndico.
Una primer aclaración al respecto es que cuando se trata de quiebras complejas, con
muchos activos, suele encomendarse dicha tarea a un auxiliar que puede ser un escribano, a
veces en forma conjunta con un Oficial de Justicia o un Secretario, con autorización para
requerir el auxilio de la fuerza pública, generalmente actuando en forma conjunta con el síndico,
ya que este último debe comenzar agrupando los bienes en lotes, a los efectos del inventario,
pensando en posibles privilegios comunes con asiento en los mismos y simultáneamente, en la
mejor forma de predisponer los mismos para su venta.
Ocurre que los lotes con elementos afines, son más fáciles de tasar para determinar su
base de venta y luego, se pueden vender en conjunto. Al mismo tiempo, previendo hipotecas,
prendas, privilegios especiales o generales, al evitar que se acumulen en un mismo lote bienes
que pueden ser asiento de distintas preferencias, se evita una complicación procesal posterior
cuando se quiera establecer la tasación y modalidad de venta, incluso al imputar los gastos
originados por la venta de cada uno de esos bienes.
27
“Digesto Práctico La Ley Concursos 2003-III”, número 14.526, en pág. 291.