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PROFESOR TULIO ÁLVAREZ

21-6-20
PROCESOS CIVILES ESPECIALES CONTENCIOSOS Y CASACIÓN

EL JUICIO DE CUENTAS1
SUMARIO
1. NATURALEZA DEL JUICIO DE CUENTAS. 2. OBLIGACIÓN DE PRESTACIÓN
DE CUENTAS. 2.1. CONDOMINIO. 2.2. CONCUBINATO. 2.3. CONSORCIO. 2.4.
SOCIEDAD CONYUGAL. 2.5. SÍNDICOS Y ADMINISTRADORES JUDICIALES. 2.6.
LOS LIQUIDADORES. 3. PROCEDIMIENTO. 3.1. TRIBUNAL COMPETENTE. 3.2.
ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA ACCIÓN. 4. LOS ESCENARIOS
PROCESALES QUE NACEN CON LA INTIMACIÓN. 4.1. OPOSICIÓN FUNDADA.
4.2. INEXISTENCIA DE LA OBLIGACIÓN DE RENDIR CUENTA. 4.3. OPOSICIÓN
INFUNDADA O NO OPUESTA. 4.4. LA RENDICIÓN DE CUENTAS. 5. LA
EXPERTICIA COMO PRUEBA FUNDAMENTAL EN LA RENDICIÓN DE CUENTAS.
6. LA SENTENCIA.

1. NATURALEZA DEL JUICIO DE CUENTAS.

Las partes en el juicio de rendición de cuentas son el administrador de bienes o intereses


ajenos, y el acreedor a favor del cual la administración se dio. Como es característico en
todo procedimiento ejecutivo, el juicio de rendición de cuentas requiere la existencia de un
instrumento en que conste, en forma autentica, la obligación del legitimado pasivo de
rendirlas. Este es, precisamente, el soporte fundamental de una demanda dirigida a una
sentencia en que se defina la entidad del monto a satisfacer. De manera que, verificada la
obligación, el paso subsiguiente será la definición de la cuantía y la formación del título
ejecutivo contenido en la sentencia.

La Casación Civil ha definido que en los casos en que se hace necesario requerir la cuenta
en virtud de la administración de intereses ajenos, este procedimiento es el único medio
procesal para hacerlas efectivas y la demanda por la vía ordinaria se hace improcedente:

Sostiene el formalizante que la recurrida al declarar con lugar la cuestión


previa de prohibición de la ley de admitir la acción propuesta, quebrantó el
artículo cuya infracción denuncia. Se basa en que la cuestión previa se declaró
con lugar debido a que el actor no acreditó de manera auténtica la obligación
de la demandada de rendir cuentas pero, afirma que tal obligación existe sólo
cuando las cuentas se demandan siguiendo el procedimiento especial
consagrado en el artículo 673 del Código de Procedimiento Civil, pero que, en
la demanda, expresamente solicitó que el juicio se sustanciara por los trámites

1
Elaborado por Tulio Alberto Álvarez, Profesor Titular UCAB-UCV, en ocasión a sus clases telemáticas en
la coyuntura de la crisis del COVID-19.
del procedimiento ordinario, en virtud de no existir modo auténtico de probar
la obligación y que yerra la recurrida cuando aduce que tal prueba auténtica
se requiere para poder intentar la acción de rendición de cuentas, ya que así lo
ordena la citada disposición legal, y que ese error se pone de manifiesto, desde
luego que en dicha norma en absoluto se prohíbe que la acción pueda ser
admitida por el procedimiento ordinario.

La Sala para decidir, observa que si bien es cierto que el artículo 673 del 2
Código de Procedimiento Civil no prohíbe que el juicio de rendición de cuentas
se intente por vía ordinaria, no lo es menos que el procedimiento ordinario, en
nuestro país, es absolutamente residual, toda vez que, según el artículo 338 del
Código de Procedimiento Civil, las controversias que se susciten entre partes
en reclamación de algún derecho, se ventilarán por el procedimiento ordinario,
si no tienen pautado un procedimiento especial. Es decir, que en principio,
para cada controversia debe existir un procedimiento especial y sólo se tramita
por la vía del procedimiento ordinario al residuo de controversias que no tenga
previsto ese procedimiento especial.

En el caso de autos, se pretende obtener una rendición de cuentas y tal


reclamación tiene previsto un procedimiento especial, por lo cual queda
excluido para la solución de dicha controversia, el procedimiento ordinario,
desde luego que, para poder proceder como sostiene el formalizante,
necesariamente debe contrariar la norma contenida en el citado artículo 338
del Código de Procedimiento Civil”.2

En este tipo de acción, además de obtener el conocimiento exacto del monto de su crédito o
débito líquido, nacido en virtud del vínculo legal o negocial generado por la administración
de bienes o intereses ajenos llevado a cabo por una parte a favor de la otra, el interés
procesal está dirigido a satisfacer la obligación de dar no honrada por el demandado. La
referencia que hace el artículo 673 del C.P.C. es reveladora, en tal sentido:

Cuando se demanden cuentas al tutor, curador, socio,


administrador, apoderado, o encargado de intereses ajenos, y el
demandante acredite de un modo auténtico la obligación que tiene
el demandado de rendirlas, así como el período y el negocio o los
negocios determinados que deben comprender, el Juez ordenará la
intimación del demandado para que las presente en el plazo de
veinte días, siguiente a la intimación. Si dentro de este mismo plazo
el demandado se opone a la demanda alegando haber rendido ya las
cuentas o que éstas correspondan a un período distinto o a negocios

2
s.S.C.C. N° RC.00196-02.
diferentes a los indicados en la demanda; y estas circunstancias
aparecieren apoyadas con prueba escrita, se suspenderá el juicio de
cuentas, y se entenderán citadas las partes, para la contestación de la
demanda, la cual tendrá lugar dentro de los cinco días siguientes a
cualquier hora de las indicadas en la tablilla a que se refiere el
artículo 192, sin necesidad de la presencia del demandante,
continuando el proceso por los trámites del procedimiento
ordinario. 3

La expresión “encargado de intereses ajenos” permite ampliar el marco de acción del


juicio de rendición de cuentas. Cabe aquí la interrogante sobre la legitimación activa para
accionar en este tipo de juicios. Si nos atenemos a su naturaleza, referida al esclarecimiento
de ciertas situaciones resultantes de la administración de bienes ajenos, la obligación de
presentación de cuentas nada tendría que ver con el hecho de ser el demandado deudor del
actor; aunque, al resolver la maraña propia de las negociaciones y gestiones realizadas,
efectivamente el demandado termine en una situación de deudor. Pero no, a pesar de que la
norma precitada parece limitar la posibilidad a quienes sufren los efectos de la gestión del
tutor, curador, socio, administrador o apoderado, considero que el juicio de rendición de
cuenta implica una acreencia a favor del accionante y que es sustancial al mismo la
determinación de la cantidad adeudada a los efectos de la constitución del título de
ejecución.

De manera que no tiene sentido una rendición de cuentas que no esté signada por el interés
procesal de satisfacer la acreencia que de ella deriva y así se debe reflejar en el libelo de
demanda. En palabras sencillas, el actor debe plasmar en su escrito el quantum reclamado
para que la eventual decisión que se dicte sea ejecutable. De la misma forma, sostengo que
el acreedor que se niega a recibir las cuentas puede ser accionado por quienes deben
rendirla, invirtiéndose así la posición procesal de las partes.

2. OBLIGACIÓN DE PRESTACIÓN DE CUENTAS

Entonces queda claro que, en la lógica procedimental que signa la rendición de cuentas, el
deudor que se rehúsa a presentar las cuentas y a pagar lo que debe como consecuencia de su
gestión, puede ser accionado por el acreedor que quiere verlas presentadas. Adicionalmente
a los casos expresamente previstos del tutor, curador, socio, administrador o apoderado,
puedo presentar varias hipótesis de obligados a la prestación de cuentas, veamos:

2.1. CASO DEL CONDOMINIO

El administrador de la cosa común, sin oposición de los demás, se presume mandatario de


éstos, por lo que debe prestar cuentas. La lógica de tal afirmación se encuentra en los
artículos 781 y 782 del C.C. que abren la posibilidad de que cada comunero se sirva de las
cosas comunes, con tal que no las emplee de un modo contrario al destino fijado por el uso
y de que no se sirva de ellas contra el interés de la comunidad; además, se puede obligar al
resto de los comuneros para que contribuyan con su porción a los gastos necesarios para la
conservación de la cosa común. Igualmente, debe ser tomado en consideración el contenido
del artículo 764 eiusdem que prevé la posibilidad del nombramiento de un administrador
judicial en estos términos:
4
Artículo 764: Para la administración y mejor disfrute de la cosa
común, pero nunca para impedir la partición, serán obligatorios los
acuerdos de la mayoría de los comuneros, aun para la minoría de
parecer contrario. No hay mayoría sino cuando los votos que
concurren al acuerdo representan más de la mitad de los intereses
que constituyen el objeto de la comunidad. Si no se forma mayoría,
o si el resultado de estos acuerdos fuese gravemente perjudicial a la
cosa común, la autoridad judicial puede tomar las medidas
oportunas y aun nombrar, en caso necesario un administrador.

De manera que, en el caso de un formal administrador designado judicialmente sobre la


cosa común, un presupuesto necesario para la procedencia de la acción de rendición de
cuenta será la cualidad de propietario de los bienes objeto de ella, definidora de la
legitimatio ad causam necesaria para actuar en juicio. Por otra parte, para facilitar la
defensa en juicio de aquellas personas que se encuentran en comunidad, la ley permite al
comunero representar a su condueño en los asuntos relativos a la comunidad, tal y como lo
prevé el artículo 168 del CPC: “Podrán presentarse en juicio como actores sin poder: El
heredero por su coheredero, en las causas originadas por la herencia, y el comunero por
su condueño, en lo relativo a la comunidad”. En este sentido, para que pueda ser
declarada como válida la representación sin poder de una persona en juicio, ésta debe ser
invocada:

…La Sala estima que ese pronunciamiento es ajustado a derecho, pues de


forma reiterada ha indicado que la representación sin poder prevista en el
artículo 168 del Código de Procedimiento Civil, debe invocarse de forma
expresa y no surge de forma espontánea.

En ese sentido, entre otras, en decisión de fecha 3 de octubre de 2003, en el


juicio de Darcy Josefina Ruiz Molina de Chaves y Eloy José Ruiz Molina c/ la
sociedad mercantil Multimetal C.A., esta Sala dejó establecido lo siguiente:

‘...Sobre este asunto (artículo 168 eiusdem), la Sala de Casación Civil, en


fecha 24 de abril de 1998, en el juicio seguido por Jorge Enrique Rodríguez
Abad contra Jacques Roger Buridard Hubert, señaló:
‘En reiterada doctrina de la Sala establecida desde el 11 de agosto de 1966,
interpretando los postulados de artículo 46 en su último párrafo del Código de
Procedimiento Civil de 1916 derogado (hoy artículo 168), se expresó:

‘La representación prevista en el último párrafo del artículo 46 del Código de


Procedimiento Civil no surge espontáneamente por más que el sedicente
representante reúna las condiciones requeridas para ejercer poderes en juicio, 5
sino que debe ser expresamente invocada en el acto en que se pretende la
representación’ (Doctrina reiterada en sentencia de fecha 4 de junio de 1980.
G.F.N° 108. Vol II. 3° Etapa. Pág. 1169).

En reciente sentencia de la Sala, de fecha 18 de junio de 1997, se ratificó la


anterior doctrina de la Sala, así:

‘Es doctrina de este Supremo Tribunal que la representación sin poder a que se
contrae el artículo 168 del Código de Procedimiento Civil debe hacerse valer
en forma expresa y no surge en forma espontánea. Así en sentencia del 24 de
octubre de 1995 (Juan Carlos Baptista José y otros contra Pan American
World Airways, Inc.)... la Sala sostuvo:

‘Según el procesalista patrio Arístides Rengel Romberg, la representación sin


poder no surge de derecho, aún en quien se considere como tal y reúna las
condiciones requeridas para ejercer poder en juicio, sino que debe ser
invocada o hecha valer expresamente en el acto en que se pretende ejercer la
representación sin poder.

La Sala de Casación Civil, en sentencia de fecha 11 de agosto de 1966 (G.F.


N° 53, 2° Etapa. Pág. 306), ha señalado que la representación sin poder no
surge espontáneamente por más que el sedicente representante reúna las
condiciones requeridas para ejercer poderes en juicio, sino que debe ser
expresamente invocada en el acto en que se pretende la representación’ ...’

Por consiguiente, los demandantes tenían que invocar expresamente en el


libelo la representación sin poder establecida en el artículo 168 del Código de
Procedimiento Civil, y no pretender que ésta surgiera de derecho o que el juez
la determinara de los documentos acompañados con el libelo...” (Negritas de
la Sala).3

3
s.S.C.C. N° RC.00175-04 reiterada por la Sala Constitucional en s.S.C. N° 429-09.
2.2. UNIONES ESTABLES DE HECHO

Reconocida la existencia de la unión de hecho, hay comunidad entre los concubinos y, en


consecuencia, existe la obligación de prestar cuentas por parte de quien administre los
bienes. En efecto, se presume la comunidad, salvo prueba en contrario, en aquellos casos de
unión no matrimonial cuando, la mujer o el hombre en su caso, demuestre que ha vivido
permanentemente en tal estado, aunque los bienes cuya comunidad se quiere establecer
aparezcan a nombre de uno solo de ellos. La excepción a tal presunción se da en el supuesto 6
de que uno de ellos estuviera casado ya que no puede reconocerse la existencia de
comunidad concubinaria existiendo una comunidad conyugal; esto aun cuando exista un
convenio relativo a la existencia de la comunidad concubinaria, por cuanto constituye una
declaración de voluntad ilícita y, por tal hecho, carece de toda eficacia.

Este punto tiene una connotación constitucional en virtud de que el artículo 77 del Texto
Fundamental establece que “las uniones estables entre un hombre y una mujer que
cumplan los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos efectos que el
matrimonio”; y, como ya indiqué, la existencia de tal situación, origina derechos sobre los
bienes comunes que nacen durante esa unión, tal como se concluye en el artículo 767
eiusdem. La Sala Constitucional interpretando el artículo 77 anteriormente citado destaca el
uso de la voz “unión estable” entre el hombre y la mujer y no el término concubinato
utilizado en la misma Constitución en su artículo 49.5., explicando que “ello es así porque
unión estable es el género, tal como se desprende del artículo 146 del Código Orgánico
Tributario, o del artículo 13-5 de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros, o del
artículo 785 de la Ley de Cajas de Ahorro y Fondos de Ahorro, siendo el concubinato
una de sus especies”.

De manera que el concubinato es un concepto jurídico, contemplado en el artículo 767 del


C.C., caracterizada como unión no matrimonial entre hombre y mujer solteros,4 signada por

4
La Sala Constitucional ha emitido interpretación en los siguientes términos: “Unión estable de hecho entre
un hombre y una mujer”, representa un concepto amplio que va a producir efectos jurídicos,
independientemente de la contribución económica de cada uno de los unidos en el incremento o formación
del patrimonio común o en el de uno de ellos, siendo lo relevante para la determinación de la unión estable,
la cohabitación o vida en común, con carácter de permanencia, y que la pareja sea soltera, formada por
divorciados o viudos entre sí o con solteros, sin que existan impedimentos dirimentes que impidan el
matrimonio. Pero como, al contrario del matrimonio que se perfecciona mediante el acto matrimonial,
recogido en la partida de matrimonio, no se tiene fecha cierta de cuándo comienza la unión estable, ella debe
ser alegada por quien tenga interés en que se declare (parte o tercero) y probada sus características, tales
como la permanencia o estabilidad en el tiempo, los signos exteriores de la existencia de la unión (lo que
resulta similar a la prueba de la posesión de estado en cuanto a la fama y el trato, ya que la condición de la
pareja como tal, debe ser reconocida por el grupo social donde se desenvuelve), así como la necesidad de
que la relación sea excluyente de otra de iguales características, debido a la propia condición de la
estabilidad. Si la unión estable se equipara al matrimonio, y la bigamia se encuentra prohibida, a juicio de
esta Sala es imposible, para que ella produzca efectos jurídicos, la coexistencia de varias relaciones a la vez
en igual plano, a menos que la Ley expresamente señale excepciones. Ahora bien, corresponde conforme al
la permanencia de la vida en común que ha sido reconocida y calificada judicialmente. Esta
es la razón por la cual podría concluirse que la eventual rendición de cuentas de uno de los
concubinos requiere necesariamente la sentencia declarativa de la relación como
instrumento fundamental de la demanda.5

2.3. SITUACIÓN ESPECIAL DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES Y LOS


CONTRATOS DE COLABORACIÓN EMPRESARIAL (CONSORCIO) 7

En cuanto a las sociedades mercantiles, a las que se equiparan las formas atípicas que nacen
de los contratos de colaboración empresarial, la prestación de cuentas normalmente se hace
con la periodicidad predeterminada y bajo la forma prevista en los contratos o los estatutos
sociales.

Un caso especial sobre la legitimación activa se presenta en el caso de las sociedades,


¿quién tendría la legitimación y bajo que mecanismo se definiría la decisión de actuar? Una
problemática que se compadece con la temática de la nulidad de las asambleas y la
capacidad de accionar en tal caso. En cuanto a la primera interrogante, considero que la
legitimación para accionar la rendición de cuentas debe estar fundamentada en una decisión
de la asamblea de accionistas de la sociedad afectada y no en cabeza de los accionistas de
las mismas, en forma personal e individual. Es el interés económico de la sociedad el que se
afecta en forma directa razón por la cual se requiere una deliberación y una decisión válida
de la Asamblea que será ejecutada por los comisarios o las personas especialmente
designadas al efecto. En este sentido, el artículo 310 del C.Com. establece expresamente:

Artículo 310.- La acción contra los administradores por hechos que


sean responsables compete a la asamblea, que la ejerce por medio

artículo 77 constitucional, a la reserva legal la regulación de las otras uniones estables diversas al
concubinato y, por ello, le está a la Sala vedado, aun por la vía de la jurisdicción normativa, realizar la
tipificación de estas otras uniones, y así se declara”, en s.S.C. N° 1682-05.
5
“Considera la Sala que, para reclamar los posibles efectos civiles del matrimonio, es necesario que la
“unión estable” haya sido declarada conforme a la ley, por lo que se requiere una sentencia definitivamente
firme que la reconozca. En la actualidad, es necesaria una declaración judicial de la unión estable o del
concubinato; dictada en un proceso con ese fin; la cual contenga la duración del mismo, lo que facilita, en
caso del concubinato, la aplicación del artículo 211 del Código Civil, ya que la concepción de un hijo
durante la existencia del mismo, hace presumir que el concubino es el padre del hijo o hija, por lo que la
sentencia declarativa del concubinato debe señalar la fecha de su inicio y de su fin, si fuera el caso; y
reconocer, igualmente, la duración de la unión, cuando ella se ha roto y luego se ha reconstituido,
computando para la determinación final, el tiempo transcurrido desde la fecha de su inicio. Ahora bien, el
matrimonio –por su carácter formal- es una institución que nace y se prueba de manera distinta al
concubinato o a cualquier otra unión estable, y por ello estas últimas no pueden equipararse íntegramente al
matrimonio y, por tanto, no puede pretenderse que, automáticamente, todos los efectos del matrimonio se
apliquen a las “uniones estables”. En consecuencia, no es posible una declaración general que asimile las
uniones (de cualquier tipo) al matrimonio, y por lo tanto, observa la Sala, hay que distinguir cuáles efectos
del matrimonio se aplican al concubinato y a las posibles otras uniones estables”. Idem.
de los comisarios o de personas que nombre especialmente al
efecto. Todo accionista tiene, sin embargo, el derecho de denunciar
a los comisarios los hechos de los administradores que crea
censurables, y los comisarios deben hacer constar que han recibido
la denuncia, en su informe a la asamblea. Cuando la denuncia sea
hecha por un número de socios que represente por lo menos la
décima parte del capital social, deben los comisarios informar sobre
los hechos denunciados. La representación del décimo se 8
comprueba con el depósito de las acciones por los mismos
comisarios, u otra persona notoriamente abonada a juicio de los
comisarios. Las acciones permanecerán depositadas hasta que se
haya verificado la próxima asamblea. Si los comisarios reputan
fundado y urgente el reclamo de los accionistas que representan el
décimo del capital social, deben convocar inmediatamente a una
asamblea que decidirá siempre sobre el reclamo.

De manera que la norma anteriormente transcrita define un procedimiento con el objeto de


regular la responsabilidad derivada del ejercicio de las funciones de los administradores de
las sociedades mercantiles, el cual implica la denuncia correspondiente ante el comisario de
la Sociedad Mercantil o, en su defecto, “denunciar los hechos al tribunal de Comercio”
con un número de socios que represente la quinta parte del capital social de la compañía de
acuerdo con lo definido en el artículo 291 eiusdem. Y aquí debo definir al juicio de
rendición de cuentas como el procedimiento idóneo desechando la vía del procedimiento
ordinario para exigir la determinación de la responsabilidad del ciudadano en la
administración de la compañía y obtener así el reintegro de cantidades de dinero al
patrimonio de la compañía.6
6
Sin embargo, debo advertir que esta no es la posición de la Casación Civil ya que consideró que “Si bien en
cierto, tal como señala la juez de la recurrida, que cuando el administrador de una compañía o sociedad
haya cometido alguna falta en el ejercicio de sus funciones, le corresponde a la asamblea siguiendo los
parámetros del artículo 310 del C.Com. demandar por el juicio de rendición de cuentas, que es la protección
jurídica que tiene toda persona a la que le hayan administrado bienes o gestionado negocios en general, para
que el administrador del mismo cumpla con su obligación de hacer una rendición de cuentas, a través de la
presentación de los libros contables, no es menos cierto, que lo que pretende el accionante es restablecer, a
través del juicio ordinario, dentro de una demanda de “enriquecimiento sin causa”, la cantidad de dinero
supuestamente extraída por el ciudadano Antonio José Rodríguez de la cuenta de la empresa, por lo que
yerra el ad quem al haber declarado con lugar el ordinal 11° del artículo 346 del Código Adjetivo, ya que la
pretensión judicial de la parte demandante, es una demanda de “enriquecimiento sin causa” y no un juicio
de “rendición de cuentas”, en s.S.C.C. N° 28-1. Esta decisión refleja un desconocimiento del origen del
enriquecimiento sin causa como institución, muy vinculado a la temática del mandato y la gestión de
negocios. Por ejemplo, en la gestión de negocios prevista en el derecho quiritario, sí el pago se verificaba en
contra de la voluntad del deudor, en principio, este carece de acción. En tal situación, era factible la cesión de
las acciones utilizando la lógica procedimental del enriquecimiento sin causa; además, en el derecho post
clásico se aplicó analógicamente la actio de in rem verso como actio utilis. Pero el enriquecimiento sin causa
es un proceso marginal que se aplica ante la inexistencia de otra solución procesal y, adicionalmente, tiene el
Por otra parte, ha sido por la vía de la doctrina y jurisprudencia que se han elaborado los
principios básicos dirigidos a canalizar la impugnación de las decisiones asumidas por las
Asambleas de Accionistas, ya que nuestra legislación no contiene normas especiales en esta
materia. Son dos los mecanismos para objetar las decisiones tomadas en la Asamblea; por
una parte, la disposición contenida en el artículo 290 del C.Com. y, la otra, que se infiere de
los artículos 1.346 al 1.353 del Código Civil. La primera norma citada establece: “A las
decisiones manifiestamente contrarias a los estatutos o la Ley, puede hacer oposición 9
todo socio ante el Juez de Comercio del domicilio de la sociedad, y éste, oyendo
previamente a los administradores, si encuentra que existen las faltas denunciadas,
puede suspender la ejecución de esas decisiones y ordenar que se convoque una nueva
asamblea para decidir sobre el asunto. La acción que da este artículo dura quince días, a
contar de la fecha en que se dé la decisión”.

Si la decisión reclamada fuese confirmada por la asamblea con la mayoría y de la manera


establecida en los artículos 280 y 281 eiusdem, será obligatoria para todos los socios salvo
que se trate de los casos a que se refiere el artículo 282, en que se procederá como él
dispone. La antigua Sala de Casación Civil7 interpretó los artículos 289 y 290 del C.Com.
en el contexto general del negocio jurídico, concretamente dentro de la Teoría General del
Acto Colectivo. Señaló el alto Tribunal de Justicia que solamente serían obligatorias para
los accionistas aquellas decisiones que, habiendo siendo ratificadas, no sean nulas o hayan
legítimamente sido confirmadas; pero, de mantenerse el vicio de nulidad absoluta, lo que
hace que el acto no sea convalidable, la acción judicial se abre a los accionistas. En tal
sentido, es conveniente reproducir parcialmente la decisión:

Las decisiones afectadas de nulidad absoluta no pueden ser subsanadas por


confirmación de acuerdo con los principios que informan nuestro
ordenamiento jurídico puesto que el interés privado nunca podría sobreponerse
al interés supremo del Estado o de la sociedad. De nulidad absoluta, en la
materia que, nos ocupa, puede hablarse, por ejemplo: cuando la decisión de la
asamblea infringe una disposición de orden público, cuando atenta contra las
buenas costumbres; y cuando la decisión ha sido adoptada sin cumplir con los
requisitos formales que sean esenciales para su validez.

Juzga por consiguiente, esta Sala que cuando se trate de decisiones de


asambleas viciadas de nulidad absoluta, el interesado, además de la oposición

problema de la limitación al propio enriquecimiento del accionado. De manera que debe probarse,
necesariamente, el beneficio del administrador en forma íntegra. No tiene sentido entonces abrir la puerta de
un juicio ordinario, limitado en sus efectos, existiendo la rendición de cuentas como proceso especial
contencioso.
7
Sentencia del 21 de enero de 1975 de la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, con
Ponencia del Magistrado Carlos Trejo Padilla, tomada de la Compilación de Jurisprudencia de Ramírez y
Garay, Tomo 46, N° 104-75.
a que se refiere el artículo 290 del C.Com., puede intentar también la acción
ordinaria de nulidad absoluta, para que se declare en juicio contencioso la
invalidez del acto (Subrayado mío). También podría ser ejercida por el socio
esa misma acción, cuando se trate de nulidad relativa a una decisión cuya
suspensión no se hubiera ordenado y tampoco hubiera sido confirmada por la
segunda asamblea en referencia, dentro del procedimiento sumario previsto en
el artículo 290 del C.Com.”.
10

De la transcripción anterior se colige:

i. El procedimiento consagrado en el artículo 290 del C.Com., no constituye un juicio,


por no tratarse de un conflicto intersubjetivo de intereses que debe resolver el juez.

ii. Las decisiones de la asamblea afectadas de nulidad absoluta, no pueden ser


subsanadas por vía de confirmación de la segunda asamblea.

iii. Se prevé la posibilidad de intentar una acción ordinaria de nulidad para que se
aclare en juicio la invalidez del acto.

iv. De manera que, aun cuando en los juicios de rendición de cuentas la legitimidad
para actuar depende de una decisión de la asamblea de accionistas, en materia de
nulidad de asambleas si tiene legitimidad el accionista para incoar la acción judicial.

v. En los supuestos de los contratos de colaboración empresarial, cualquiera de las


sociedades o comerciantes involucrados tendría legitimación para actuar.

2.4. SOCIEDAD CONYUGAL

Considero que sólo después de disuelta la sociedad conyugal, puede un cónyuge accionar al
otro para exigir la presentación de cuentas. Durante la vigencia del matrimonio, existen los
mecanismos para la defensa de los intereses de los cónyuges, en ocasión de la
administración de los bienes comunes, tal como se puede constatar en los artículos 168, 170
y 171 del C.C. que rezan textualmente:

Artículo 168. – Cada uno de los cónyuges podrá administrar por sí


solo los bienes de la comunidad que hubiere adquirido con su
trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la legitimación
en juicio, para los actos relativos a la misma corresponderá al que
los haya realizado. Se requerirá del consentimiento de ambos para
enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar los bienes
gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes
muebles sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones
y cuotas de compañías, fondos de comercio, así como aportes de
dichos bienes a sociedades. En estos casos la legitimación en juicio
para las respectivas acciones corresponderá a los dos en forma
conjunta.

El Juez podrá autorizar a uno de los cónyuges para que realice por
sí solo, sobre bienes de la comunidad, alguno de los actos para cuya 11
validez se requiere el consentimiento del otro, cuando ésta se
encuentre imposibilitado para manifestar su voluntad y los intereses
del matrimonio y de la familia así lo impongan. Igualmente el Juez
podrá acordar que el acto lo realice uno de los cónyuges cuando la
negativa del otro fuere injustificada y los mismos intereses
matrimoniales y familiares así lo exijan. En estos casos el Juez
decidirá con conocimiento de causa y previa audiencia del otro
cónyuge, si éste no estuviere imposibilitado, tomando en
consideración la inversión que haya de darse a los fondos
provenientes de dichos actos.

Artículo 170. – Los actos cumplidos por el cónyuge sin el necesario


consentimiento del otro y no convalidados por éste, son anulables
cuando quien haya participado en algún acto de disposición con el
cónyuge actuante tuviere motivo para conocer que los bienes
afectados por dichos actos pertenecían a la comunidad conyugal.

Quedan a salvo los derechos de los terceros de buena fe que, no


habiendo participado en el acto realizado con el cónyuge, hubiesen
registrado su título con anterioridad al registro de la demanda de
nulidad. En caso de bienes inmuebles se procederá a estampar en el
protocolo correspondiente la nota marginal referente a la demanda
de nulidad; en los otros casos, se tomarán las providencias que
garanticen la protección de los terceros de buena fe.

La acción corresponde al cónyuge cuyo consentimiento era nece-


sario y caducará a los cinco (5) años de la inscripción del acto en
los registros correspondientes o en los libros de las sociedades si se
trata de acciones, obligaciones o cuotas de participación. Esta
acción se transmitirá a los herederos del cónyuge legitimado si éste
fallece dentro del lapso útil para intentarla.

Cuando no procede la nulidad, el cónyuge afectado sólo tendrá


acción contra el otro por los daños y perjuicios que le hubiere cau-
sado. Esta acción caducará al año de la fecha en que ha tenido
conocimiento del acto y, en todo caso, al año después de la
disolución de la comunidad conyugal.

Artículo 171. – En el caso de que alguno de los cónyuges se exceda


de los límites de una administración regular o arriesgue con
imprudencia los bienes comunes que esté administrando, el Juez
podrá, a solicitud del otro cónyuge, dictar las providencias que esti-
me conducentes a evitar aquel peligro, previo conocimiento de 12
causa. De lo decidido se oirá apelación en un solo efecto, si se
acordaren las medidas y libremente, en caso contrario.

Si las medidas tomadas no bastaren, el cónyuge perjudicado podrá


pedir separación de bienes.

En efecto, la comunidad conyugal se extingue cuando se produce la declaratoria judicial de


la nulidad o disolución del matrimonio, por la quiebra de uno de los cónyuges y por la
separación judicial de bienes. Al extinguirse la comunidad conyugal procede su liquidación
y, en tal supuesto, puede surgir la necesidad de esclarecer las situaciones relacionadas con
la administración de bienes ajenos. La rendición de cuenta es uno de los mecanismos
procesales para esclarecer los hechos y tomar las providencias necesarias a la seguridad de
los bienes comunes, mientras dure la liquidación.

Otra situación similar se puede presentar en los casos de restablecimiento de la comunidad


conyugal ya que el efecto es la ficción legal de que la separación nunca se efectuó. En tal
caso, puede surgir la necesidad de esclarecer los hechos ocurridos en el interregno en
defensa de los derechos de los cónyuges y de los derechos adquiridos por los terceros
durante la separación.

2.5. SÍNDICOS, DEPOSITARIOS Y ADMINISTRADORES JUDICIALES

En virtud de la norma establecida en el Parágrafo Primero del Artículo 588 del C.P.C., ha
surgido la practica en el foro de solicitar a los tribunales y estos acordar medidas cautelares
innominadas referidas al nombramiento de funcionarios que coadyuven en la
administración de bienes y empresas participando en su giro comercial hasta tanto se
produzca la definición de los derechos comprometidos en la litis, a los fines de preservar el
patrimonio de las partes en juicio. Cabe entonces la rendición de cuentas que pueden
solicitar los interesados en tal administración.

El artículo 977 del C.Com., en lo que se refiere al procedimiento concursal mercantil,


establece la obligación en que se encuentran los síndicos definitivamente nombrados, si
fueren distintos de los provisionales, de exigir cuenta de la administración de éstos con
celeridad. La misma situación se presenta cuando se produce la salida del síndico o su
remoción, de conformidad con los artículos 987 y 989 eiusdem. A todo evento, en los casos
de funcionarios judiciales, encargados de la administración de bienes o intereses ajenos,
puede aplicarse analógicamente la disposición contenida en el artículo 1.694 del C.C. que
es del tenor siguiente: “Todo mandatario está obligado a dar cuentas de sus operaciones,
y a abonar al mandante cuanto haya recibido en virtud del mandato, aun cuando lo
recibido no se debiera al mandante”.
13
Finalmente, el depositario judicial es un administrador de negocios ajenos y, en
consecuencia, está incluido entre los sujetos pasivos del juicio de cuentas a los cuales se
refiere de manera enunciativa el artículo 673 del Código de Procedimiento Civil.
Precisamente, el artículo 541.6 del CPC le señala al depositario la obligación de presentar
la cuenta de su gestión dentro de los cinco días siguientes al remate judicial, o dentro del
plazo que le fije el Juez.8

2.6. LOS LIQUIDADORES

En materia de particiones entre los socios de sociedades civiles son aplicables las reglas
concernientes a la partición de la herencia con la aclaratoria que, con la disolución de la
sociedad, cesan los poderes de los administradores. De esta forma, a pesar de que en
materia civil la personalidad de la sociedad subsiste para las necesidades de la liquidación
hasta el fin de ésta, existen reglas específicas que regulan la liquidación.

En principio, la liquidación debe hacerse a través de todos los asociados o por un liquidador
que ellos designen por unanimidad; no obstante, la práctica nos enseña que, en la mayoría
de los casos, no existe acuerdo y, en consecuencia, se acude al recurso de la liquidación por
vía judicial. En tal sentido, el artículo 1.683 del C.C. establece las reglas de la liquidación
en los términos siguientes:

Después de pagados los acreedores sociales, de separadas las sumas


necesarias para el pago de las deudas no vencidas o litigiosas, y después
de haber reembolsado los gastos o anticipos que hubiere hecho cualquiera
de los asociados en interés de la sociedad, al activo social será repartido
entre todos los socios.

Cada uno tomará una suma igual al valor de su aporte, a menos que
este haya consistido en su industria, o en el uso o goce de una cosa.

8
Quiero advertir que la Sala Político Administrativa de la extinta Corte Suprema de Justicia admitió la
posibilidad de un juicio de cuenta por vía incidental en el caso de los depositarios judiciales por razones de
economía procesal, en s.S.P-A. N° 752- 96.
Si aún quedare un excedente, éste será repartido entre los asociados
en proporción a la parte de cada uno en los beneficios.

Si el líquido partible es insuficiente para cubrir la totalidad de los


aportes, la pérdida se repartirá entre los asociados en la porción
estipulada.

14
En el ámbito mercantil, concluida o disuelta la compañía, opera el mismo principio de que
los administradores no pueden hacer nuevas operaciones, quedando limitadas sus
facultades, mientras se provee a la liquidación, a cobrar los créditos de la sociedad,
extinguir las obligaciones anteriormente contraídas y realizar las operaciones que se hallen
pendientes. Las reglas de la liquidación de las sociedades mercantiles están determinadas
en el artículo 348 del C.Com. que establece textualmente:

Si en el contrato social no se ha determinado el modo de hacer la


liquidación y división de los haberes sociales, se observarán las
reglas siguientes:

En las compañías en nombre colectivo y en comandita simple, no


habiendo contradicción por parte de ningún socio, continuarán
encargados de la liquidación los que hubieren tenido la
administración de la sociedad; pero si lo exigiere cualquier socio, se
nombrará a pluralidad de votos, uno o más liquidadores, de dentro o
fuera de la compañía, para lo cual se formará junta de todos los
socios, convocando a ella los ausentes, con tiempo suficiente para
que puedan concurrir por sí o por apoderado. En la misma junta se
acordarán las facultades que se dan a los liquidadores. Si en la
votación no se obtuviere mayoría relativa, dirimirá el juez de
Comercio quien, en caso de elección, deberá hacerla entre los que
hubieren tenido más votos en la junta de socios.

En las compañías en comandita por acciones y anónimas, el


nombramiento de los liquidadores se hará por la asamblea que
resuelva la liquidación.

El nombramiento y los poderes de los liquidadores se registrarán en


el Tribunal de Comercio de la jurisdicción.

Sobre las facultades de los liquidadores, a diferencia de las sociedades civiles, de no existir
regulación expresa en los estatutos sociales de la compañía, los liquidadores no podrán
ejecutar otros actos y contratos que los que tiendan directamente a la ejecución de la
liquidación. A pesar de la remisión a las disposiciones del Código Civil sobre mandato, en
materia mercantil, el artículo 350 del C.Com. establece la obligación de rendición de
cuentas en los siguientes términos:

En todo caso los liquidadores están obligados:


1.-A formar inventario, al tomar posesión de su encargo, de todas
las existencias, créditos y deudas de cualquier naturaleza que sean;
y a recibir libros, correspondencia y papeles de la sociedad. 15
2.-A continuar y concluir las operaciones que estuvieren pendientes
al tiempo de la disolución.
3.-A exigir la cuenta de su administración a los administradores y a
cualquier otro que haya manejado intereses de la sociedad.
4.-A liquidar y cancelar las cuentas de la sociedad con los terceros y
con cada uno de los socios, pero no se podrán pagar a éstos ninguna
suma sobre las cuotas que puedan corresponderles mientras no estén
pagados los acreedores de la sociedad.
5.-A cobrar los créditos activos, percibir su importe, y otorgar los
correspondientes finiquitos.
6.-A vender las mercancías y demás bienes muebles e inmuebles de
la sociedad, aun cuando hayan menores entredichos o inhabilitados
entre los interesados, sin sujetarse a las formalidades prescritas en el
Código Civil respecto a éstos.
7.-A presentar estados de la liquidación, cuando los socios lo exijan.
8.-A rendir al fin de la liquidación, cuenta general de su
administración.

Si el liquidador fuere el mismo administrador de la sociedad


extinguida, deberá presentar en la misma época cuenta de su
gestión.

Adicionalmente, existe normativa especial para la liquidación en ciertos sectores de


especial relevancia como seguros y banca, también para las empresas objeto de
intervención por parte del Estado; así como un régimen jurídico de liquidación especial
para las personas jurídicas de derecho público,9 razón por la que no se puede plantear un

9
Por ejemplo, el contenido en el Decreto N° 422 con Rango Valor y Fuerza de Ley que Suprime y
Liquida en Instituto Nacional de Hipódromos y regula actividades Hípicas de fecha 25 de octubre de
1999, publicado en la Gaceta Oficial N° 5.397, mediante el cual se ordena la supresión y liquidación del
Instituto Nacional de Hipódromos y se crea la Junta Liquidadora del Instituto Nacional de Hipódromos; el
Decreto N° 6.216, con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Supresión y Liquidación del Fondo de Crédito
Industrial (FONCREI), publicado en la Gaceta Oficial N° 5.890 Extraordinario de 31 de julio de 2008; la
Ley Especial de Supresión y Liquidación del Instituto Autónomo Corporación para la Recuperación y
Desarrollo del estado Vargas (CORPOVARGAS), publicada en la Gaceta Oficial N°39358 de fecha 1°de
esquema uniforme de rendición de cuentas en materia de liquidación de sociedades
mercantiles.10

3. EL PROCEDIMIENTO.

3.1. TRIBUNAL COMPETENTE.


16
El artículo 45 del C.P.C. establece el criterio para la determinación del Tribunal
competente, que conocerá del juicio de cuentas, en los siguientes términos: “La demanda
de rendición de cuentas de una tutela o de una administración se propondrá ante la
autoridad judicial del lugar donde se hayan conferido o ejercido la tutela o la
administración o ante el Tribunal del domicilio, a elección del demandante. Esto sin
perjuicio de lo establecido en el último aparte del artículo 43”. Esta última norma
establece la competencia plena de los Tribunales de la apertura de la sucesión con la
aclaratoria expresa de la no exclusión de la competencia de los Tribunales del domicilio
pero, “siendo más de uno los demandados, deberán todos tener un mismo domicilio, para
que pueda proponerse la demanda ante el Tribunal a que ese domicilio corresponda”.

Para definir la competencia en este tipo de procedimiento, hay que diferenciar entre las
rendiciones de cuentas que podemos definir como autónomas, por derivarse de una gestión
o administración de intereses ajenos en un negocio jurídico concreto, de aquellas que son
accesorias a procedimientos abiertos como la quiebra, liquidación, divorcio y otros que
implican conexión del juicio de rendición de cuentas, por las causas definidas en el artículo
52 eiusdem. Para la determinación del Tribunal competente, en caso de conexidad o
accesoriedad, se aplica el principio de la competencia del Tribunal que previno primero;
por el contrario, de ser una rendición de cuentas autónoma, deben aplicarse los criterios de
determinación por el territorio, la materia y la cuantía, con base a las características del
negocio jurídico o la gestión de intereses que originan la pretensión. En tal sentido, cabe
citar el siguiente criterio jurisprudencial:

febrero de 2010; o la Ley Especial de Supresión y Liquidación del Instituto Autónomo Fondo Único
Social (IAFUS), publicada en la Gaceta Oficial N°39358 de fecha 1°de febrero de 2010.
9
En el área bancaria el esquema de liquidación previsto en el Decreto N° 6.287, con Rango, Valor y Fuerza
de Ley de Reforma Parcial de la Ley General de Bancos y Otras Instituciones Financieras, publicado en
la Gaceta Oficial N° 5.892 Extraordinario de fecha 31 de julio de 2008; en cuanto al área de seguros, la
Superintendencia de la Actividad Aseguradora dictó la Resolución mediante la cual se prorroga el Proceso
de Liquidación Administrativa, de las Normas para la Liquidación Administrativa de los Sujetos
Regulados por la Ley de la Actividad Aseguradora, publicada en la Gaceta Oficial N° 39892 de fecha de
27 marzo de 2012. Igualmente, puedo citar la Providencia de FOGADE mediante la cual se dicta las Normas
para la Liquidación de Instituciones del Sector Bancario y Personas Jurídicas Vinculadas, publicada en la
Gaceta Oficial N° 39602 de fecha de 26 de enero 2011.
En el presente caso, se ha intentado el juicio de cuentas por vía principal; rige,
por tanto, el artículo 45 del Código de Procedimiento Civil, según el cual, se
propondrá la demanda ante la autoridad judicial del lugar en donde se hayan
conferido la tutela o la administración o ante el tribunal del domicilio, a
elección del demandante; en concordancia, en algunos casos, que también es el
de autos, con la parte in fine del artículo 43 ibidem, porque hay dos
demandados. Es lo que se conoce en doctrina como forum gestae
administrationis. Distinto hubiera sido el supuesto si la acción se hubiere 17
intentado por vía incidental, en cuyo caso el competente sería el juez que
conozca de la acción principal. La presente regla contiene una concurrencia
electiva de fueros para las demandas sobre rendición de cuentas de una
administración, entendiendo por este último vocablo que “administración” no
significa únicamente “conferida por el Juez”, sino otras, de cualquier
naturaleza y origen.

En cuanto a las personas que pueden ser legitimados pasivos en el juicio de


cuentas, la enumeración contenida en el artículo 673 del Código de
Procedimiento Civil es de carácter enunciativo y no taxativo; en razón de ello,
pueden ser legitimados pasivos el tutor, el socio, el administrador, el
apoderado, el encargado de intereses ajenos, los herederos que tengan la
posesión provisional de los bienes del declarado ausente, el albacea
testamentario, los padres que ejercen la patria potestad, el curador de la
herencia yacente, los gestores de negocios, el depositario, el síndico de la
quiebra, los copartícipes que hayan administrado la herencia durante la
comunidad; y, en general, todos los otros casos en los que se trate de la
administración de bienes de otro. En el caso de autos, está probado que uno de
los codemandados, Ángel Emiro Chourio, fue designado depositario de los
bienes afectados por una medida cautelar; el ordinal 6° del artículo 541 del
Código de Procedimiento Civil, citado también por el recurrente, le señala
como obligación “presentar la cuenta de su gestión”.

En cuanto a la cualidad pasiva del otro codemandado Domingo Antonio


Solarte; el fallo recurrido le atribuye la posesión de esos mismos bienes (los
embargados) desde el mismo momento en que se practicó la medida, lo cual
“incluso aceptó delante de un tribunal comprometiéndose hasta a rendir
cuentas”. De acuerdo con el contenido del artículo 673 del Código de
Procedimiento Civil, el actor debe acreditar de modo auténtico la obligación
que tiene el demandado de rendir la cuenta; se refiere la ley a documento
fehaciente, al que produce fe, y no únicamente al documento público referido
en el artículo 1357 del Código Civil. Por consiguiente, si el fallo recurrido
expresa que Solarte “aceptó delante de un tribunal” que está en posesión de
los bienes embargados desde el propio instante en que se practicó la medida,
no hay duda de ninguna naturaleza de que debe ser incluido entre los sujetos
pasivos de la rendición de cuentas respectiva. Si el recurrente contradice la
anterior afirmación de la recurrida, otra será la denuncia, distinta del simple
vicio de actividad, para permitir a la Sala Accidental controlar la forma como
la alzada estableció y apreció estos hechos.

En relación con la cualidad activa de la demandante Dolores Morante


Herrera, quien invoca su carácter de cesionaria de los derechos litigiosos que
pudieran corresponderle a la cedente Isabel Segunda Morante, entre ellos el 18
referido a esta rendición de cuentas, el fallo recurrido sostiene que dicho
asunto fue planteado por el demandado en la oposición que formuló al juicio
de cuentas; que fueron desechados los términos de la oposición, según auto
fechado el 23 de febrero de 1996; que apelado, fue declarado sin lugar el
recurso por el ad quem, en decisión de fecha 22 de julio de 1996. Que este
último fallo quedó firme, porque no se ejerció contra el mismo el respectivo
recurso de casación. Por el principio de la concentración procesal, el recurso
de casación contra esta decisión quedó comprendido en el recurso respectivo
propuesto contra la sentencia que puso fin al juicio; por tanto, al no formalizar
particularmente contra ella adquirió cosa juzgada. El efecto procesal de esta
declaratoria impide al recurrente reproducir idéntica defensa en esta
oportunidad.11

11
En s.S.C.C. Nº RC.00193-03. Ante un alegato posterior en la impugnación de la sentencia de reenvío, con
el argumento que desconoció la doctrina establecida en la precitada sentencia de Casación, por el hecho de
desestimar una prueba de experticia “porque faltaron algunos datos de los expertos, sobre algunos años y por
alguna insuficiencia de información sobre la raza del ganado que conformó parte de los bienes embargados”,
la Sala volvió a conocer el caso, esta vez por vía de nulidad (Cfr. s.S.C.C. N° RNyC-00510-07). En su
motivación, el accionante de la nulidad insistió en que, “como consecuencia de la desestimación de la
experticia que inadecuadamente hizo la recurrida, declaró con lugar la demanda intentada por la parte
actora, puesto que al estimarse esta prueba, automáticamente se estaría reconociendo que los demandados
cumplieron con la obligación de rendir cuentas reclamadas, lo que hace a su vez inaplicable los efectos del
contenido del artículo 677 del Código de Procedimiento Civil en cuanto a la condena a pagar lo reclamado
en la demanda; precisamente porque la experticia surgió de que efectivamente hubo la presentación de las
cuentas y al no haber acuerdo el Tribunal de la causa la ordenó para que se determinara lo conducente. Al
existir cuentas, entonces, queda eliminada la posibilidad de condenar a los demandados a pagar, cual si
fuese un simple cobro de bolívares, las sumas de dinero que temerariamente señala la parte actora en el
libelo”. La Sala al decidir la nulidad solicitada, ratificó que, “si bien el juez puede apartarse del dictamen de
los expertos, conforme al artículo 1.427 del Código Civil, no lo puede desechar alegando las razones
transcritas, como lo decidió en un caso muy similar la Sala Civil, Mercantil y del Trabajo de la extinta Corte
Suprema de Justicia (28/03/1874. GF N° 83. 2° et. pp 480 y ss). Una vez que los expertos adquieren los
conocimientos suministrados por peritos, pierde completamente toda trascendencia la fuente de adquisición
del saber, siempre y cuando esas informaciones sirvan de fundamento para el informe final y las
conclusiones. Los propios expertos lo confiesan así en el texto del informe: “revisión contable administrativa
en documentación, libros de contabilidad, estados financieros, declaraciones de rentas y otros comprobantes
y soportes administrativos y contables existentes en la Oficina Contable de Claudio Rivera, Contador de
Domingo Antonio Solarte y los existentes en la Hacienda La Unión, propiedad del Sr. Solarte”. O sea, la
cuenta fue formada mediante la consulta a los libros, comprobantes y demás papeles pertenecientes a uno de
los codemandados, en la hacienda propiedad de él, y en la oficina de su contador, porque es de notoriedad en
3.2 ELEMENTOS FUNDAMENTALES DE LA ACCIÓN

La acción que deriva en juicio de rendición de cuentas persigue, además del


esclarecimiento de la situación dudosa, el hacer efectiva la prestación que se origine a favor
del solicitante. Por tal razón, el libelo debe contener los elementos fundamentales que
permitan el cumplimiento de ambos fines, independientemente de la respuesta que dé el
sujeto pasivo u obligado a rendir cuentas. Desde un punto de vista técnico, este libelo es
uno de los más delicados en cuanto a preparación, por las siguientes consideraciones: 19

i. En la demanda, el actor debe ofrecer su versión de lo que deba ser la cuenta


mediante un mínimo de rigor técnico de contabilidad o de una forma que tornen
compresivos los datos aportados al proceso. Todo esto porque, en los supuestos de
inacción del demandado, el Juez debe evaluar los señalamientos del libelo. De la
misma forma, el artículo 676 del C.PC. impone al demandado la presentación de la
cuenta “en términos claros y precisos, año por año, con sus cargos y abonos
cronológicos, de modo que pueda examinársela fácilmente, y con todos los libros,
instrumentos, comprobantes y papeles pertenecientes a ella”.

ii. Debe definirse el quantum aproximado de la obligación que se convierte en el


monto de la estimación de la demanda. La última fase del proceso implica un
cálculo aritmético sobre las cuentas presentadas con el objeto de la definición de un
saldo actualizado favorable a quien compete recibirlo. La decisión del Tribunal se
convierte en un título ejecutivo judicial y le abre al acreedor el proceso de ejecución
inmediata.12

el proceso que el ganado, una vez embargado, se “confundió” con el de propiedad del Sr. Solarte. Toda esa
documentación fue analizada por los expertos “exhaustivamente”; quiénes revisaron también balances
generales; declaraciones de impuesto sobre la renta y carpetas que respaldan o soportan las transacciones
contables que dan origen a los balances. En consecuencia, al desechar el informe de los expertos por las
razones analizadas precedentemente, la recurrida violó con ello el artículo denunciado, y también
directamente el 1.427 del Código Civil, no denunciado, pero que la Sala lo advierte en obsequio de una de
las finalidades del recurso de casación como es la integridad de la ley. Por las razones expuestas, se declara
procedente la denuncia examinada en este capítulo”. El argumento de parte es inocuo porque el resultado
final del cobro a favor del solicitante de la cuenta se produce al margen de la presentación de la cuenta por lo
que, a pesar de lo absurdo que pueda parecer, repito lo que digo en el aula: El juicio de rendición de cuentas
es un juicio dirigido a la definición de un título ejecutivo para el cobro por lo que su objetivo final no se limita
a obligar al demandado a la presentación de la cuenta.
12
En este punto me muestro en absoluto desacuerdo con la afirmación contenida en la precitada Sentencia de
la Sala de Casación Civil del 25 de abril de 2003 (s.S.C.C. Nº RC.00193-03)cuando afirma que “uno de los
problemas del juicio de cuentas, es que el actor no sabe cuál es el monto exacto del crédito adeudado por el
demandado, y no puede pedir la condenatoria a una suma de dinero determinada, en cuyo caso deberá
esperar que el accionado presente las cuentas o que el tribunal en su sentencia establezca el balance
correspondiente, para que el actor pueda entonces emplear esas cuentas o esa sentencia como título y, en
muchos casos, usando de la vía ejecutiva pueda obtener la satisfacción completa de su pretensión. Sin
embargo, ello no aconteció así en el caso de autos, porque el actor discriminó período por período los frutos
civiles que debieron producir los semovientes embargados, los cuales, agregados al valor de unos bienes
iii. Debe alegarse y acreditarse, en forma auténtica, la obligación que tiene el
demandado de rendirla o la mora en recibirla.

iv. Debe determinarse con exactitud el período de tiempo o negocio jurídico que
origina la gestión o administración de intereses ajenos.

20

4. LOS ESCENARIOS PROCESALES QUE NACEN CON LA


INTIMACIÓN

Una vez presentado el libelo contentivo de una pretensión dirigida a la presentación de


cuenta, analizada la admisibilidad de la acción con base a la materialización de sus
elementos fundamentales, el Juez debe ordenar la intimación del demandado para que
presente las cuentas en el plazo de veinte días, siguientes a su intimación. De esta forma
nacen los siguientes escenarios:

4.1. LA OPOSICIÓN FUNDADA

El demandado, dentro del lapso de veinte días, presenta formal oposición siguiendo los
siguientes parámetros:

i. Alega haber rendido ya las cuentas o que éstas corresponden a un período distinto o
a negocios diferentes de los indicados en la demanda. La oposición no está limitada
a estas causales que, aunque aparezcan como taxativas en el texto de la Ley, han
sido ampliadas por la Casación Civil de acuerdo a elementos opuestos por la
contraparte que el sentenciador considere pertinente, lo que facilita la conversión
del proceso ejecutivo en ordinario. Efectivamente, en un caso en que los
demandados, en la oportunidad de presentar oposición a la demanda de rendición de
cuentas, optaron por no formularla y, en su lugar, promovieron la cuestión previa

muebles, totalizaron la cantidad de ochenta y siete millones seiscientos sesenta y cinco mil quinientos dos
bolívares con setenta y cinco céntimos (Bs. 87.665.502,75). Sobre esta cantidad era que debían rendir cuenta
los demandados; de lo contrario, debían ser obligados por la decisión del Tribunal al respecto. Al contrario
de lo sostenido por el recurrente, si se aplicara al caso de autos el contenido del artículo denunciado, en todo
caso, “el depositario será responsable de todos los daños y perjuicios que sufran los bienes depositados
mientras dure el depósito”. La sentencia definitiva podía modificar la cuenta eliminando partidas no
justificadas o asientos objetados y llenando aquellas que dejaron de poner los expertos en aplicación del
artículo 681 del Código de Procedimiento Civil, expresando en definitiva el balance que arroje la reforma y
fijando los montos definitivos. Sin embargo, esto es materia para la formalización del recurso de casación,
asunto que escapa a las atribuciones de esta Sala Accidental”. Precisamente, se debe establecer un quantum
de la obligación para que, en el supuesto de contumacia, la Sentencia del Tribunal sea ejecutable.
establecida en el ordinal 11º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil,
relativa a la prohibición de la ley de admitir la acción propuesta, 13 la Sala de
Casación dio una interpretación extensiva a las posibilidades de la parte demandada
en los siguientes términos:

De la trascripción precedentemente realizada se evidencia que el Juez de


alzada basó su sentencia de declarar inadmisible la oposición realizada en dos
argumentos: en el primero, se refirió a la imposibilidad de interponer 21
cuestiones previas en la oportunidad de la oposición y, en el segundo,
analizando ya más el argumento central del escrito de cuestiones previas, se
pronunció acerca de la alegada prohibición de la ley de admitir la acción
propuesta.

A los fines de determinar si en el caso de autos se produjo una violación al


derecho a la defensa, que pudiera haber colocado a los demandados en una
situación de indefensión, le corresponde a esta Sala ejercer el control de la
legalidad de la decisión proferida por el Tribunal de alzada, para lo cual se
observa:

De conformidad con el artículo 673 (...) el demandado en rendición de cuentas


puede oponerse alegando haber rendido ya las cuentas o que éstas
corresponden a un período distinto o a negocios diferentes a los indicados en
la demanda siempre que dichas circunstancias aparezcan fundadas en prueba
escrita.

Ahora bien, dado que en el caso bajo decisión los demandados, como ya se
reseñó, al momento de la oposición en lugar de oponerse alegado cualquiera
de los supuestos preceptuadas en la referida norma, promovieron cuestiones
previas, corresponde a esta Sala en la presente denuncia examinar, si dicha
actuación puede concebirse en esa oportunidad procesal, o si por el contrario,
ello equivale a una falta de oposición (...) esta Sala de Casación Civil
determina que en el juicio de rendición de cuentas puede el demandado, al
momento de la oposición, alegar otras cuestiones previas o de fondo.
Interpretar lo contrario, implicaría una violación al derecho a la defensa del
demandado, pues éste sólo podría oponer cuestiones previas o de fondo en caso
de que su oposición procediera por alguna de las causales previstas en el
Código de Procedimiento Civil, con lo cual se desvirtúa el carácter saneador y
previo al contradictorio propio de esta clase de defensa.

13
s.S.C.C. Nº RC.00114-03; la cual fue ratificada por s.S.C.C. Nº RC.00702-04.
De lo anterior se colige en relación a los supuestos del caso en particular se
quebrantaron importantes principios procesales cuando el a quo declaró que
no hubo oposición, y se desconoció el efecto de los alegatos de resolución
previa formulados por los demandados, vicio no corregido por el Juez
Superior, no decretando la debida reposición a fin de restaurar el debido
proceso y preservar el derecho a la defensa, infringió los artículos delatados y
en consecuencia, la denuncia debe declararse con lugar, tal como se hará de
manera expresa, positiva y precisa en dispositivo de esta sentencia. Así se 22
resuelve.

En fuerza de las razones señaladas, esta Sala de Casación Civil, en atención al


criterio doctrinario, en torno a la posibilidad cierta de proponer cuestiones
previas o de fondo en la oportunidad de la oposición en el procedimiento de
rendición de cuentas, estima necesario ordenar la reposición de la causa al
estado en el cual el Tribunal de la causa se pronuncie sobre la cuestión previa
opuesta por los demandados. Así se establece”.14

ii. La Jurisprudencia también ha establecido lo sustancial de garantizar al accionante su


derecho a la defensa con la apertura de lapsos para decidir las defensas que se
produzcan en la oportunidad de presentar oposición a la demanda de rendición de
cuentas:

Se quebrantaron importantes principios procesales cuando el tribunal a quo se


pronunció sobre la falta de cualidad del demandante para intentar el juicio,
con lo cuál puso fin al proceso, sin haber resuelto la defensa opuesta mediante
el procedimiento legalmente establecido, que consiste en aperturar una
articulación probatoria en el caso de la oposición de una cuestión previa, y

14
La interpretación extensiva del artículo 673 del Código de Procedimiento Civil, ya había sostenida en
s.S.C.C. RC.00065-89, estableciendo: “...Estima la Sala, sin embargo, que antes de resolver el recurso en sí,
conviene al orden y claridad de la exposición, efectuar algunas precisiones doctrinarias en relación con la
procedencia o no de oponer cuestiones previas en esta clase de procedimiento especial, porque algunos
párrafos del escrito de formalización están dirigidos a negar esa posibilidad jurídica. Según el texto del
artículo 673 del Código de Procedimiento Civil (antes art. 654), pareciera entenderse que el demandado por
rendición de cuentas sólo puede oponer: a) el haber rendido ya las cuentas; y b) que éstas corresponden a un
período distinto o a negocios diferentes a los indicados en la demanda. Sin embargo, tanto la doctrina acerca
del derogado artículo 654 del Código de Procedimiento Civil de 1916, como la jurisprudencia que lo
interpretó, coinciden en no atribuirle carácter taxativo a la enumeración de las defensas que hace la Ley,
pues de ser así, se crearía una situación de manifiesta indefensión, en razón de lo cual se admitió que el
demandado pudiera oponer en esta clase de procedimiento otras excepciones, previas o de fondo, con la
única condición de que comprobara su alegación de modo auténtico. A estas defensas se les dará entonces la
tramitación procesal pertinente, según su naturaleza suspendiéndose por consiguiente el juicio especial de
cuentas y entendiéndose citadas las partes para el acto de contestación...”
respecto a la oposición de una defensa de fondo decidirla conjuntamente con
la sentencia de mérito, vicio este no corregido por el Juez Superior, al no
decretar la oportuna reposición a fin de restaurar el debido proceso y
preservar el derecho de defensa del demandante, por lo que a juicio de esta
Sala, causa un gravamen irreparable al demandante imposibilitando que se
instaure el procedimiento ordinario que le permitiera ejercer sus defensas a
través del acto de la contestación de la demanda, oportunidad única en la cuál
el actor podrá promover pruebas, presentar informes y obtener una sentencia 23
de fondo, así pues, el Juez de la recurrida infringió los artículos delatados y en
consecuencia, la denuncia debe declararse con lugar, tal como se hará de
manera expresa, positiva y precisa en dispositivo de esta sentencia. Así se
resuelve.15

iii. Fundamenta su oposición en prueba escrita.

El Juez debe formar juicio en cuanto a este obstáculo que, si no es superado, suspende el
juicio de cuentas y no permite que el proceso entre en su segunda fase. En efecto, sostenida
la oposición, después de la evaluación de que el actor presentó la prueba auténtica de la
obligación y de su extensión, el proceso continúa por los trámites del procedimiento
ordinario y las partes quedan automáticamente citadas para la contestación de la demanda,
la cual tendrá lugar dentro de los cinco días siguientes sin necesidad de la presencia del
demandante. Contra el auto de admisión de la demanda sólo se oirá apelación en el efecto
devolutivo.

Entonces, la apertura del procedimiento ordinario en el juicio de rendición de cuentas, está


sujeta a que se haga oposición a la demanda, a que dicha oposición se apoye en prueba
escrita y que el Juez la considere fundada. En esta materia no cabe el anuncio del Recurso
de Casación por tratarse de una sentencia interlocutoria:

Aprecia la Sala que la decisión contra la cual se anunció y negó el recurso de


casación, corresponde a una decisión interlocutoria que ordenó “…continuar
el procedimiento por los trámites del juicio ordinario a fin de que en la
sentencia definitiva se resuelvan las pretensiones del demandante y se
establezca de manera indubitable si a los demandados les asiste o no el
derecho de rendir las cuentas”.

El artículo 673 del Código de Procedimiento Civil, establece que si el


demandado se opusiere a la demanda por las razones que allí se establecen,
“…se suspenderá el juicio de cuentas, y se entenderán citadas las partes, para

15
s.S.C. N° RC.00192-05.
la contestación de la demanda…, (omissis)… continuando el proceso por los
trámites del procedimiento ordinario”.

No hay dudas de que la decisión recurrida carece de las características


inherentes a las sentencias definitivas, ya que en el presente caso los efectos
procesales de la recurrida no tienen la virtualidad de ser concluyentes. Por lo
contrario, ordena la continuación del juicio pero a través del trámite ordinario.
24
Por consiguiente y de conformidad con el artículo 312 del Códig0 de
Procedimiento Civil, debe declararse inadmisible el recurso de casación
anunciado en forma extemporánea en esta etapa procesal, razón por demás
suficiente para que se declare sin lugar este recurso de hecho.16

4.2. INEXISTENCIA DE LA OBLIGACIÓN DE RENDIR CUENTA.

La otra posibilidad del demandado es alegar que no tiene la obligación de rendir cuentas. Al
producirse la impugnación del deber de hacerlo, que es el presupuesto necesario para la
prosecusión de la acción, el Juez debe decidir con respecto a la existencia de la obligación.
Si decide sobre esa inexistencia, la consecuencia es que el actor carece del interés procesal.
Si se define la existencia de la obligación, el Juez determinará la prestación de cuentas por
el demandado y, de no cumplir con su obligación, aceptará los elementos contenidos en el
instrumento libelar.

4.3. OPOSICION INFUNDADA O NO OPUESTA

El efecto de que el Juez evalúe que la oposición es infundada o que no se apoya en prueba
escrita es la orden dirigida al demandado para que presente las cuentas en el plazo de treinta
días computados a partir de la decisión que defina la incidencia. Contra esta determinación
sólo se oirá apelación en el efecto devolutivo. Asimismo, si el demandado no hace
oposición a la demanda o no presenta las cuentas, en el plazo de veinte días siguientes a su
intimación, se tendrá por cierta la obligación de rendirlas, el período que deben comprender
y los negocios determinados por el demandante en el libelo y se procederá a dictar
sentencia, dentro del lapso de quince días, contados a partir del vencimiento del lapso de
promoción de pruebas, sobre el pago reclamado por el actor en la demanda o la restitución
de los bienes que el demandado hubiere recibido para el actor en ejercicio de la
representación o de la administración conferida.

16
s.S.C.C. N° RC.00159-97.
Es importante advertir que tal efecto se materializa en la medida en que el demandado no
promueva alguna prueba que desvirtúe las presunciones de Ley, dentro de los cinco días
siguientes al vencimiento del lapso de oposición:

Especial mención debe hacer la Sala Accidental sobre la carga de la prueba


del demandado en el juicio de cuentas. Ciertamente, el fallo recurrido afirma,
como lo expresa el recurrente, que en la segunda fase del proceso se “traslada
al demandado la carga de la prueba”, afirmación que infiere al analizar el 25
articulado sobre la actividad probatoria. En efecto, junto con la presentación
de la cuenta, en términos claros y precisos, año por año, el demandado debe
acompañar los libros, instrumentos, comprobantes y papeles pertenecientes a
ella (art. 676). Si no se cumple con el deber de presentar los libros,
instrumentos, comprobantes y papeles necesarios para formar la cuenta, éste
debe exhibirlos, -prueba de especial importancia dentro del juicio de cuentas,-
porque es la única forma de lograr la formación de la cuenta año por año, con
sus cargos y abonos cronológicos, de modo que pueda examinarse fácilmente
(art. 687). En todo caso, la actividad del demandado en esta fase del proceso es
importante, porque puede incluso promover y hacer evacuar pruebas en el caso
señalado por el artículo 677 del Código de Procedimiento Civil. Por
consiguiente, analizado el fallo recurrido en todo su contexto, no advierte la
Sala Accidental las contradicciones denunciadas por el recurrente. La
contradicción entre la afirmación sobre la extemporaneidad de las pruebas,
consignadas en la segunda fase del juicio de cuentas, y lo también expresado
por la recurrida que nada aportaron a favor de la posición sustentada por los
demandados, es mas aparente que real, porque anteriormente había sido
desechada la fotocopia de un instrumento contable otorgado por un tercero,
que fue consignada por el codemandado Domingo Antonio Solarte cuando
presuntamente rindió la cuenta. Igualmente, una prueba de testigos, y unos
certificados veterinarios, otorgados también por terceros, fueron declarados
extemporáneos, junto a la negativa de los demandados a exhibir los libros,
instrumentos, comprobantes y demás papeles correspondientes a la cuenta.
Todo este análisis justifica la expresión de que las pruebas de los demandados,
“nada aportaron a favor de la posición sustentada por ellos, ni tampoco
ninguna prueba de las existentes en el proceso”.

No hay ninguna contradicción de la recurrida cuando afirmó que a los


demandados no se les debe estimar confesos en las pretensiones del actor,
cuando la oposición que formularon no se ajustó a ninguna de las tres causales
señaladas por el artículo 675 del Código de Procedimiento Civil (rectius:
artículo 673), porque en tal supuesto lo que procede es ordenar al demandado
que presente las cuentas en el plazo de treinta días, como lo expresa el artículo
675 ibib. Si la cuenta efectivamente fue presentada por el codemandado
Domingo Antonio Solarte, la obligación tanto del Juez de la causa como de la
recurrida era decidir sobre ella para saber si estaba ajustada a los
lineamientos del juicio especial de cuentas. El que se declarara la acción con o
sin lugar escapa los límites de esta denuncia por vicio de actividad.
Finalmente, tampoco incurre en contradicción la recurrida por haber afirmado
que la no presentación oportuna de los libros, instrumentos, comprobantes y
papeles correspondientes a la cuenta, impide que los mismos sean consignados
posteriormente por los demandados, pues lo que procede es la exhibición de
ellos por los demandados o por terceros, tal como lo prevé el artículo 687 del 26
Código de Procedimiento Civil. Como es sabido, la exhibición no es un medio
de prueba propiamente dicho, sino una vía procesal para que una parte que
deba servirse de un documento que se halle en poder del adversario o de un
tercero, pueda hacerlo valer en juicio. Cobra esta vía especial importancia en
el juicio de cuentas, porque es la única forma de lograr la formación de las
cuentas si el obligado no cumple oportunamente con su deber de presentar los
libros, instrumentos, comprobantes y papeles necesarios para formarlas.
Incluso, en el código de procedimiento civil vigente, se cambió el sistema
adoptado en la materia por el derogado, al eliminar el juramento estimatorio
deferido de oficio, como forma de adelantar ejecución sobre el patrimonio del
demandado ante la imposibilidad de formar las cuentas, y se le sustituyó por el
sistema vigente de la exhibición”.17

En tal caso, se abre un lapso de evacuación de veinte días después de admitidas por el
Tribunal, salvo que se trate de la prueba de experticia, que se constituye en la prueba por
excelencia en este tipo de juicios. La excepción sería entonces la aplicación del
procedimiento de evacuación de la prueba de experticia prevista en el Capítulo VI, Título II
del Libro Segundo del Código de Procedimiento Civil. Cuando se abre el lapso de
evacuación de pruebas, el lapso de quince días para dictar la sentencia empieza a
computarse a partir de la conclusión de las pruebas. De tal decisión se oye apelación
libremente. El sentido de los lapsos y estrategias procesales en el juicio de rendición de
cuentas ha sido fijado por la Casación, en los siguientes términos:

Considera la Sala que la apertura del procedimiento ordinario en el juicio de


rendición de cuentas está sujeto a que se haga oposición a la demanda y
además que dicha oposición se apoye en prueba escrita y que el Juez la
considere fundada, pues si no ocurriera alguno de estos supuestos, los efectos
jurídicos serían invariablemente los mismos: se entendería abierto de pleno
derecho el lapso probatorio de cinco días, contados a partir del vencimiento de
los veinte días concedidos para la oposición, si ésta no se realizara, y
habiéndose formulado y declarada inexistente o infundada, dentro de los cinco
días siguientes a la decisión del tribunal.

17
s.S.C.C. Nº RC.00193-03, ya citada.
Si el demandado no promueve pruebas en los lapsos señalados, se tendrá por
cierta la obligación de rendir cuentas, el período que deben comprender y los
negocios determinados por el demandante, procediéndose a dictar el fallo
sobre el pago reclamado por el actor o la restitución de los bienes que el
demandado hubiere recibido en ejercicio de la representación o de la
administración conferida, todo de conformidad con el artículo 677 del Código
de Procedimiento Civil. 27

Ahora bien, estas consecuencias jurídicas no excluyen lo establecido en el


artículo 675 eiusdem, sobre la obligación del demandado de rendir cuentas en
el lapso de treinta días contados a partir del momento en que sea declarada
como no realizada o infundada la oposición, sino que, antes por el contrario,
se complementan entre sí, pues paralelamente a los efectos derivados de la
falta de oposición del demandado o de la desestimación de aquélla, nace la
obligación de rendir cuentas en el plazo señalado.

Esta Sala, en sentencia de fecha 7 de junio de 1995, en una cuestión similar


(Mariella Tesio Mantelli contra Luis Ramón Farías Altuve), resolvió:

“La decisión recurrida implica la apertura del lapso probatorio a que se


refiere el artículo 677 del Código de Procedimiento Civil, el cual prevé que
aun cuando el demandado no hubiere hecho oposición a la solicitud de
rendición de cuentas, si promoviera pruebas en el lapso de cinco días
siguientes a los veinte que se le conceden para la oposición, se procederá a su
evacuación y se pronunciará, con vista de ellas, a sentenciar el asunto.

Esto significa, entonces, que la decisión que declara como no hecha la


oposición, y abre el mencionado período de pruebas como sucede en el caso
concreto, no pone término a la controversia sobre si existe o no la obligación
de rendir cuentas, ni tampoco por supuesto, al juicio promovido al efecto, por
lo cual no se cumple el requisito que contempla el ordinal 2º del artículo 312
del Código de Procedimiento Civil, indispensable para que resulte admisible el
recurso”.18

18
Sentencia de la S.C.C.C.S.J. del 29 de mayo de 1997 con ponencia del Magistrado Dr. Alirio Abreu Burelli,
en el juicio Penta Import C.A. contra Banco Unión S.A.C.A.
ESCENARIOS EN OCASIÓN DE LA INTIMACIÓN EN EL JUICIO DE CUENTAS

DEMANDA – INTIMACIÓN

28
OPOSICIÓN RENDICIÓN DE CUENTA NO SE PRESENTA
(Prueba escrita) (Plazo de 20 días) NO SE OPONE

1. Se rindió la cuenta

2. Solicitud corresponde a Obligación cierta de


periodos distintos rendirla

3. Solicitud corresponde a Demandado


negocios distintos promueve pruebas
15 días sig.

FUNDADA NO FUNDADA Fallo sobre pago o la


devolución de bienes
15 días sig.
Experticia según
Lib. II, Tít. II, Cap. IV CPC

Evacuación
Lapso de 20 días
CONTESTACIÓN DE
LA DEMANDA
5 días después del vencimiento
del lapso de 20 días Sentencia
15 días a conclusión
evacuación

JUICIO ORDINARIO ORDEN DE PRESENTACIÓN DE LA CUENTA


DENTRO DE LOS 30 DÍAS SS
4.4. LA RENDICIÓN DE CUENTA

En la práctica existen dos fases en el juicio de rendición de cuentas: Primero el Juez decide
si el demandado está obligado a la prestación de las cuentas; después se define el quantum
del débito o del crédito. La acción de prestación de cuentas es bifásica, siendo que en la
primera etapa apenas es analizada la obligación de presentarla. A los efectos de la
prosecución del procedimiento, al margen de la posibilidad de materializar la oposición, 29
puede producirse la confesión ficta, si el demandado no se defiende ni presenta cuentas, o
puede el demandado reconocer la obligación pero contestar la demanda porque rechaza el
contenido y el pedimento de la demanda. Lo que no procede, en mi criterio, es la
posibilidad de reconvención.

Nuestro sistema procesal requiere que la presentación de cuenta se haga con un mínimo de
rigor técnico de contabilidad o de una forma que tornen compresivos los datos aportados al
proceso, acompañando los libros, instrumentos, comprobantes y papeles relacionados con
la misma. Para suplir el incumplimiento de tal obligación, el artículo 687 del C.P.C.
permite la utilización de la prueba de exhibición de acuerdo a los siguientes parámetros:

Cuando la parte obligada a rendir cuentas no cumpla con el deber de


presentar los libros, instrumentos, comprobantes y papeles necesarios
para formarlas, se procederá conforme a lo previsto en el artículo 436 de
este Código. Los terceros en cuyo poder se encuentren documentos
necesarios para la formación de la cuenta estarán obligada a exhibirla de
conformidad con lo previsto en el artículo 437. Cuando se trate de
oficinas públicas, bancos, asociaciones gremiales, sociedades civiles o
mercantiles e instituciones similares, se atenderá a lo dispuesto en el
artículo 433.

Todo esto para permitir al actor el examen de la cuenta y sus recaudos, dentro de los treinta
días siguientes a su presentación, para que el actor manifieste su conformidad u
observaciones. Sobre la presentación de la cuenta cabe la advertencia:

No consagra el artículo 676 del Código de Procedimiento Civil forma


sacramental alguna para la formación de la cuenta que debe rendir el
demandado; pero sí establece tres requisitos esenciales impretermitibles:
claridad y precisión de los términos en que está concebida; constancia de las
operaciones por cargos y abonos cronológicos año por año; y comprobación
de las partidas a través de la presentación de los libros, comprobantes y
papeles correspondientes a la cuenta. Una cuenta sin la debida justificación de
la verdad contenida en los asientos, la despojaría de su verdadero carácter,
para convertirla en simples asertos del demandado, inverificables y
desprovistos de valor jurídico, porque no es presumible que un administrador
de negocios ajenos realice pagos, compras, ventas, permutas y demás
operaciones relacionadas con su gestión, sin reclamar comprobantes, recibos,
ni siquiera dejar de llevar una contabilidad, por rudimentaria o elemental que
ella sea, por medio de cuadernos, libros o simples apuntaciones. Debido a ello,
la ley exige que aquellos documentos comprobatorios y estos elementos de 30
contabilidad, así como todo contrato, título, valor, correspondencia o simple
papel que se relaciona con los actos de administración, sean en todo tiempo la
prueba de las partidas de la cuenta y quien las rinde debe acompañarlas a ella.
En el caso, si los bienes embargados se confundieron con los del codemandado
Solarte, desde el propio instante de practicar la medida, concretamente los
semovientes, nada más lógico y ajustado a la ley que admitir el citado
instrumento contable como prueba de lo informado por los expertos.19

La aceptación de la cuenta por la parte actora tiene como efecto la terminación del juicio y
la activación de la etapa de ejecución de sentencia, si fuere procedente. Es importante
advertir que, aprobadas las cuentas, no hay lugar a una nueva revisión de ellas, salvo que
las partes intenten demandas, en el supuesto de errores, omisiones, falsedades o duplicación
de partidas. Considero que, en el supuesto de que el demandado no haya presentado las
cuentas a que estaba obligado, no le asiste el derecho a impugnar las cuentas presentadas
por el actor en el libelo.

19
La Sentencia de la Sala de Casación Civil del 25 de abril de 2003 anteriormente citada (s.S.C.C. Nº
RC.00193-03) declaró con lugar tres denuncias de infracción de ley: la primera, por error de interpretación
del artículo 681 del Código de Procedimiento Civil, cuya correcta interpretación es que los conocimientos que
aportan los peritos al juicio, son siempre derivados, no individuales y fungibles; no tienen que provenir de la
propia percepción o experiencia; la segunda, por error de interpretación del artículo 676 eiusdem, señalando
que la correcta interpretación está referida a que dicha norma no establece una forma sacramental para la
formación de la cuenta que debe rendir el demandado, pero sí establece tres requisitos esenciales
impretermitibles: i) claridad y precisión de los términos en que está concebida; ii) constancia de las
operaciones por cargos y abonos cronológicos año por año; y iii) comprobación de las partidas a través de la
presentación de los libros, comprobantes y papeles correspondientes a la cuenta. Y en una tercera denuncia,
declara con lugar la infracción del artículo 1.746 conjuntamente con el artículo 1.277 ambos del Código Civil,
por falta de aplicación, pues las partes al no pactar ningún interés debía aplicarse el porcentaje previsto en la
ley que es el del tres por ciento anual (3%).
ESCENARIOS UNA VEZ PRESENTADA LA CUENTA

PRESENTACIÓN DE LA CUENTA

Examen de la Cuenta 31
30 días

CONFORMIDAD OBSERVACIONES
No hay acuerdo

Experticia según
Lib. II, Tít. II, Cap. IV CPC
Fin del juicio
Ejecución de Sentencia

CUENTA SEGÚN LOS EXPERTOS

OBSERVACIONES DE LAS PARTES


15 días ss a la presentación

RELACIONADAS CON

ORDEN DE LA CUENTA LEGITIMIDAD DE PARTIDAS

EXPERTOS REFORMAN CONTESTACIÓN DEL DEMANDADO

SENTENCIA
15 días ss.
5. LA EXPERTICIA COMO PRUEBA FUNDAMENTAL EN LA
RENDICIÓN DE CUENTAS

Por la misma naturaleza del proceso de rendición de cuentas la prueba de experticia es el


mecanismo fundamental para la comprobación de los hechos. El desarrollo de la fase 32
probatoria y la carga de la prueba también se ve desarrollada por la Casación Civil:

Según la recurrida, una vez examinada la misma, observa que no es tal prueba
de experticia contable, tal como lo había ordenado la primera instancia, sino
que fue desnaturalizada convirtiéndola en prueba de inspección ocular, en
prueba de exhibición, en prueba de experticia veterinaria, en prueba de
informes, en prueba instrumental y en prueba de testigos, porque los expertos,
según el texto copiado íntegramente del informe, determinaron “tiempo de
preñez; tipo de ganado; destete y mortalidad,” propio de la medicina
veterinaria; cuando verificaron la “existencia y condición” de semovientes y
bienes muebles, actuaron como si estuvieran practicando una inspección
ocular; cuando examinaron en la Hacienda La Unión, propiedad de uno de los
codemandados, “otros documentos que se consideró oportuno solicitar durante
la revisión contable administrativa”, convirtieron la prueba de experticia en
prueba de exhibición; cuando los mismos expertos afirman que consultaron y
analizaron fuentes externas, con el fin de comprobar hechos, que identifican
detalladamente, se pone en evidencia que los expertos no se limitaron
únicamente a las pruebas del proceso; y cuando los expertos afirman que se
consideró el Decreto N° 624, -reforma otro N° 256,- que contiene normas
sobre política lechera, aplican la ley a una situación de hecho, función que solo
le corresponde a un juez. Todas estas razones influyeron en la recurrida para
desestimar la referida experticia, porque la prueba fue desnaturalizada de tal
manera que es imposible atribuirle valor probatorio, además de haberse
infringido la norma que señala a los expertos “ordenar la cuenta según sus
conocimientos en el arte de formarla”

La doctrina estima que los conocimientos que aportan los peritos al juicio, son
siempre derivados, no individuales y fungibles; no tienen que provenir de la
propia percepción o experiencia. Una vez adquiridos esos conocimientos,
pierde completamente toda trascendencia la fuente de adquisición del saber
(Rengel Romberg, Arístides. Tratado de Derecho Procesal Civil Venezolano
según el nuevo Código de 1987.Editorial Arte. Caracas 1997. Tomo IV. p 389).
Y una frase de Stein lo resume magistralmente: el perito que sabe sólo lo que
otros han descubierto, es de gran valor (El Conocimiento Privado del Juez.
Trd. Andrés de la Oliva Santos. Ediciones Universidad de Navarra. Pamplona.
España. 1973. pp 84 y ss). Las nociones precedentes se complementan con la
no exigencia a los expertos que sean científicos o técnicos, ni titulares de
alguna ciencia, arte o industria, porque la ley no lo expresa así, sino
únicamente que tengan conocimientos “especiales” o “prácticos”, ya que la
experticia no siempre versará sobre materia científicas o artísticas; ni siempre
será fácil encontrar personas con esos superiores conocimientos. Debido a
estas circunstancias, la ley habla propiamente de personas que por su 33
profesión, industria o arte, tengan conocimientos prácticos en la materia a que
se refiere la experticia (art. 453 C.P.C.). Al contrario de lo sostenido por la
recurrida, no se invalida dicha prueba sí las opiniones a las cuales arribaron
los expertos las obtuvieron de “fuentes externas” o se apoyaron en los
conocimiento técnicos de la “medicina veterinaria”.

Los puntos sobre los cuales versa la experticia los pueden someter a la opinión
de peritos versados en la materia, en el caso contables y veterinarios, para con
dichas informaciones emitir los expertos su informe final y las conclusiones
derivadas precisamente del procesamiento de los datos obtenidos. Si bien el
juez puede apartarse del dictamen de los expertos, conforme al artículo 1.427
del Código Civil, no lo puede desechar alegando las razones transcritas, como
lo decidió en un caso muy similar la Sala Civil, Mercantil y del Trabajo de la
extinta Corte Suprema de Justicia (28/03/1874. GF N° 83. 2° et. pp 480 y ss).
Una vez que los expertos adquieren los conocimientos suministrados por
peritos, pierde completamente toda trascendencia la fuente de adquisición del
saber, siempre y cuando esas informaciones sirvan de fundamento para el
informe final y las conclusiones. Los propios expertos lo confiesan así en el
texto del informe: “revisión contable administrativa en documentación, libros
de contabilidad, estados financieros, declaraciones de rentas y otros
comprobantes y soportes administrativos y contables existentes en la Oficina
Contable de Claudio Rivera, Contador de Domingo Antonio Solarte y los
existentes en la Hacienda La Unión, propiedad del Sr. Solarte”. O sea, la
cuenta fue formada mediante la consulta a los libros, comprobantes y demás
papeles pertenecientes a uno de los codemandados, en la hacienda propiedad
de él, y en la oficina de su contador, porque es de notoriedad en el proceso que
el ganado, una vez embargado, se “confundió” con el de propiedad del Sr.
Solarte. Toda esa documentación fue analizada por los expertos
“exhaustivamente”; quiénes revisaron también balances generales;
declaraciones de impuesto sobre la renta y carpetas que respaldan o soportan
las transacciones contables que dan origen a los balances. En consecuencia, al
desechar el informe de los expertos por las razones analizadas
precedentemente, la recurrida violó con ello el artículo denunciado, y también
directamente el 1.427 del Código Civil, no denunciado, pero que la Sala lo
advierte en obsequio de una de las finalidades del recurso de casación como es
la integridad de la ley.20

Por tal razón, en el caso de no existir acuerdo sobre la cuenta, se procederá a la experticia
prevista en el Capítulo VI, Título II del Libro Segundo de este Código y, a este efecto, el
Juez fijará día y hora para proceder al nombramiento de los expertos siguiendo las reglas
fijadas para tal prueba, con las siguientes excepciones: 34

i. En materia de recusación, la interposición debe realizarse dentro de los tres


días siguientes a su aceptación.

ii. La actividad de los expertos se limita a ordenar la cuenta con criterios


contables; sin incluir adjudicaciones o aplicaciones, o modificar las que
aparezcan en los libros, instrumentos, comprobantes y papeles relacionados
con la misma.

iii. No pueden hacer ninguna consideración o interpretación que implique el


análisis de normas jurídicas y, de producirse dudas que implique la
exclusión de alguna partida, o suspenden alguna operación necesaria,
arreglarán la cuenta en lo demás, si fuere posible, y presentarán en pliego
separado sus observaciones.

iv. Las partes tienen un plazo de quince días, siguientes a la formulación de la


cuenta por parte de los expertos, para formular sus observaciones.

v. Si las observaciones están referidas al orden de la cuenta, los expertos


podrán, dentro de los quince días siguientes, reformar la cuenta de encontrar
procedentes las observaciones.

vi. La jurisprudencia de la Sala de Casación Civil sostiene que el


pronunciamiento del juzgador sobre la apreciación de la prueba de experticia
acordada y evacuada en primera instancia, jamás puede estar limitado a la
circunstancia de que las partes consideren o no pertinente plantear sus dudas
o hacerle observaciones a la cuenta formada por los expertos, pues ello
significaría que el sentenciador estaría obligado a darle valor probatorio a
cualquier experticia que se hubiere realizado sobre la base de datos e
informaciones insuficientes o poco confiables, o en la que se afirmen ciertos
hechos que no están debidamente soportados con la documentación
respectiva, por el simple hecho de que las partes no plantearon las
observaciones o dudas a las que se ha hecho referencia.

20
Idem.
6. LA SENTENCIA

Los efectos de la rendición de cuentas, dado su carácter de juicio ejecutivo, surgen por la
definición del quantum de la obligación que se convierte en el saldo actualizado favorable a
quien compete recibirlo. Como ya indiqué, la decisión del Tribunal se convierte en un título
ejecutivo judicial y le abre al acreedor el proceso de ejecución inmediata. Por tal razón, 35
cuando el Juez proceda a sentenciar, debe resolver todas las dudas y observaciones
presentadas, aun cuando nada se hubiere contestado sobre ellas.

Es importante advertir que la Sala de Casación Civil ha señalado el vicio de incongruencia


positiva, lo que implica la violación del artículo 243.5 del CPC, en la oportunidad de que
un Juez declaró la nulidad del procedimiento y la nulidad de la admisión de la demanda
mediante una decisión dictada en fase de ejecución. En este sentido, al producirse una
sentencia previa en la que se declaró con lugar la rendición de cuentas e, inclusive, al estar
firmes las cuentas rendidas por la parte demandada, el juez de alzada fue más allá del tema
propuesto para su conocimiento y decisión.21 La ejecución de la Sentencia implica el
agotamiento de la fase de cognición; razón por la cual, al conocer la apelación del auto en
ejecución de sentencia, no podía declarar la nulidad del procedimiento por no ser una
materia sometida a su conocimiento.22

TULIO ALBERTO ALVAREZ RAMOS


Inpreabogado 21.003
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1F0000162B784E9C64C1C0CC5300000000162B
por Julio Alvarez Ramos
Fecha: 2020.07.01
16:40:37 -04'00'

21
s.S.C.C. N° RC-00240-07.
22
En s.S.C.C. N° RC.00601-05: “...La apelación eleva a la instancia de alzada el conocimiento del asunto en
los mismos términos y condiciones en que lo conoció el de la cognición. Por ello, debe entenderse que el
Superior queda con plena jurisdicción sobre el asunto discutido, pudiendo resolver el fondo desvinculado al
pronunciamiento de la instancia inferior, pero sólo limitado respecto a la materia deferida por la
apelación...”

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