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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES ESCUELA

PROFESIONAL DE DERECHO

DERECHO COMERCIAL II

ESTUDIANTES:
AYALA MEDINA, LINDORFO.
HERNANDEZ HINOSTROZA, JHOSSELIN NICOL
ESCOBAR GUTIERREZ, MELIZA YOHANA.
RUIZ MENDOZA, CARLOS.
RUIZ RUIZ, JANEANE JANELA.
VELASCO PAUCAR, GLADYS.
MIRANDA MORALES, MARY CARMEN.
ARIAS TRUJILLO, JHORDY WILLIAMS.
YAGALI QUINTANA, FLAVIO MARTIN.
LOLI MORALES, YUDIDZA PILAR.
RIVAS HUARCO, CARLOS ALBERT

DOCENTE
TINEO ESPEJO, WALTER CARLOS

CAÑETE - PERÚ
2022
PROCESOS DE EJECUCION DE LOS TÍTULOS VALORES

El proceso ejecutivo. -
El acreedor ante el incumplimiento de su deudor podrá ejercer la “acción ejecutiva”, que

no es otra cosa que el derecho que tiene el acreedor de provocar el ejercicio de la

jurisdicción en la forma de la ejecución forzada, poniendo las manos (los órganos

jurisdiccionales) sobre el patrimonio del deudor para que con su realización se satisfaga

el derecho del acreedor. (Casassa Casanova, 2016, p. 232)

En otras palabras, como regla general, antes de entablarse un proceso ejecutivo deberá

haber existido previamente una relación jurídica obligatoria compuesta por un lado activo

(acreedor o acreedores), un lado pasivo (deudor o deudores) y un objeto (cuya prestación

podrá consistir en un dar, hacer o no hacer). Pudiendo el acreedor exigir al deudor el

cumplimiento de dicha prestación. No obstante, a pesar de estar obligado el deudor para

con el acreedor, se muestra reticente a satisfacer su interés. A partir de ese momento, el

órgano jurisdiccional podrá forzar al deudor a cumplir con lo que se obligó originalmente.

Se suele opinar comúnmente que “el desarrollo de la acción ejecutiva se procede cuando

ya se ha ejercitado la acción de declaración y la de condena, y cuando, a pesar de que el

derecho sea cierto y se haya dictado la orden al obligado para que cumpla la prestación

que le corresponde, este no se someta al imperio del derecho de modo espontáneo, por lo

que el mismo derecho siga violado todavía”. (Casassa Casanova, 2016, p. 232)

Es por ello que el presupuesto para el ejercicio de la acción ejecutiva, lo conocemos como

el título ejecutivo, el cual da pie al conocido aforismo: nulla executio sine titulo, el cual

equivale a decir que no puede procederse a la realización coactiva del derecho mediante

la acción ejecutiva, si no existe un título ejecutivo. (Ídem)


Advertimos entonces que antes de llegar al proceso de ejecución, no se requiere haber

transitado primigeniamente por un proceso de cognición (de conocimiento, abreviado y

sumarísimo) bastando ostentar un instrumento con efectos ejecutivos, es decir un título

ejecutivo.

El proceso de ejecución es definido entonces como aquel que, partiendo de la pretensión

del ejecutante, realiza el órgano jurisdiccional y que conlleva un cambio real en el mundo

exterior, para acomodarlo a lo establecido en el título que sirve de fundamento a la

pretensión de la parte y a la actuación jurisdiccional. Liebman, califica al proceso de

ejecución como «aquella actividad con la cual los órganos judiciales tratan de poner en

existencia coactivamente un resultado práctico, equivalente a aquel que habría debido

producir otro sujeto, en cumplimiento de una obligación jurídica». (Ledesma Narváez,

2008, p. 352)

Para Couture, el derecho entra aquí en contacto con la vida, de tal manera que su reflejo

exterior se percibe mediante las transformaciones de las cosas y lo explica así: «si la

sentencia condena a demoler el muro, se demuele; si condena a entregar el inmueble se

aleja de él a quienes lo ocupen; si condena a pagar una suma de dinero y esta no existe en

el patrimonio del deudor, se embargan y se venden otros bienes para entregar su precio al

acreedor. Hasta el momento, el proceso se había desarrollado como una disputa verbal,

simple lucha de palabras; a partir de este instante cesan las palabras y comienzan los

hechos». (Ídem)

No debemos olvidar que en nuestro ordenamiento está proscrita la autotutela, esto es, la

justicia por mano propia. Así que el único que puede forzar o conminar al deudor para

que cumpla con su prestación es el Estado y no los particulares al carecer estos

de coertio y executio.
Los títulos valores que confieran acción cambiaria. -

El artículo 18 de la Ley de Títulos Valores (Ley N. 27287) señala:

Mérito ejecutivo y ejercicio de las acciones cambiarías:

➢ Los títulos valores tienen mérito ejecutivo, si reúnen los requisitos formales exigidos
por la presente ley, según su clase.

➢ El tenedor podrá ejercitar las acciones derivadas del título valor en proceso distinto
al ejecutivo, observando la ley procesal.

➢ E l mérito ejecutivo respecto a los valores con representación por anotación en


cuenta, recae en la constancia de inscripción y titularidad que expida la respectiva
institución de compensación y liquidación de valores, conforme a la ley de la
materia.

En principio, el proceso único de ejecución es rigurosamente formal y solemne, el que

tiene una tramitación especial, siendo permitido promover ejecución en virtud del título

ejecutivo, como es en el presente caso la letra de cambio.


El artículo 690-D, del Código Procesal Civil, en adelante “CPC”, prescribe sobre la

nulidad formal en su numeral 2, exigiendo probar que existe un defecto de forma, mas no

de fondo, en relación con el título ejecutivo. En cuanto a este tema, la Sala de Derecho

Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema, al analizar la causal de nulidad

formal del título ejecutivo, que en su momento previo, el artículo 700 del Código Procesal

Civil (hoy derogado) –en razonamiento aplicable mutatis mutandi– ha señalado: “[…]

cuando sea invoca la nulidad formal de un título ejecutivo el Juzgador no podrá fundar su

decisión en cuestiones de fondo, sino únicamente en cuestiones formales relativas al título,

[…]” pues “[…] la nulidad formal establecida en dicho proceso ejecutivo se configura

cuando el título presenta defectos formales, esto es, vicios relacionados con la parte

externa del mismo, que toman inviables su ejecución […].

El sustento

Uno de los sustentos de la causal de nulidad formal del título que puede el ejecutado

formular es que en la letra de cambio materia de ejecución no se ha cumplido con

consignar el número de DNI del girado; y, en el caso del girador, no se ha consignado su

nombre completo ni su DNI. De ser persona jurídica, debe constar su denominación o

razón social y el RUC, y consignar también el nombre del representante legal y su

identificación con su documento oficial de identidad; en el caso de las personas

extranjeras, se identificarán con su pasaporte.

Al respecto, los incisos d), y f) del artículo 119.1., de la Ley de Títulos Valores, Ley

N° 27287, en adelante “LTV”, prescribe que la letra de cambio debe contener, entre otros

requisitos: “d) el nombre y el número del documento oficial de identidad de la persona a

cuyo cargo se gira; f) el nombre, el número de documento oficial de identidad y la firma

de la persona que gira la letra de cambio”.


Así mismo, el artículo 6, inciso 4 de la LTV, exige que quien firme un título valor

consigne también su nombre y su número de documento oficial de identidad: el que

tratándose de personas naturales constituye su DNI. Señala, además, el artículo 120 de la

citada ley que no tendrá validez como letra de cambio el documento que carezca de alguno

de los requisitos indicados en el artículo 119, salvo las excepciones contenidas en los

incisos a), b), c), d), y e). Excepciones (supuestos normativos) que no comprenden la falta

de consignación en la letra de cambio, del documento oficial de identificación de la

persona a cuyo cargo se gira ni la falta de consignación del nombre documento oficial de

identidad del girador y que, por ende, no son aplicables al presente caso.

Por tanto, al acreditarse que el título valor materia de ejecución carece de los

requisitos contemplados en el artículo 119.1, incisos d), y f), de la Ley de Títulos Valores,

-cuya omisión se sanciona con la invalidez del título valor, dicho hecho constituirá un

defecto formal relativo al título, por no reunir las condiciones jurídicas para su acción

cambiaria perseguida dentro de un proceso. Ante ello, la otra parte tendrá la opción de

solicitar la nulidad formal del título ante el juzgador.

Es considerado también el título valor con causal de invalidez cuando falta el

requisito esencial en el documento que vendría a ser la firma y que, además, debe ser

realizada por persona capaz o mediante representante facultado; por lo tanto, no podrá ser

ejercitada la acción cambial contra quien no haya firmado el título valor.

Por último, la Ley de Títulos Valores no prescribe forma alguna bajo sanción de

invalidez que deba cumplirse si en el título valor no se han consignado los nombres

completos del aval ni su documento oficial de identidad; en ese sentido, el juzgador debe

resolver dicho argumento desestimándolo. También debo indicar que sí en el título valor

se ha consignado por error una numeración distinta al documento oficial de identidad, no

se considera inválido el título valor. De igual manera, si en el título valor se han


consignado por error los nombres y apellidos, el título valor no se considera inválido

siempre y cuando el documento oficial de identidad permita verificar que es la misma

persona.

EL TÌTULO VALOR COMO TÌTULO EJECUTIVO

La principal característica de los títulos valores “es la de estar destinados a la circulación,

por lo que el Derecho ha previsto que estos instrumentos estén regulados por ciertas reglas

básicas, conocidos como principios cambiarios”, como incorporación, literalidad,

formalidad, entre otros. Cabe precisar, a nuestro parecer uno de los principios más

importantes, como es el de legitimación, el cual indica que sólo mediante ley se establece

qué documento puede ser título valor.

En tal sentido, si bien en la ley de títulos valores se regulan sus tipos (letra de cambio,

pagaré cheque, entre otros); también por leyes especiales también se pueden instituir

títulos valores, por ejemplo: los valores de empresa en concurso, etc.

Ahora bien, si una persona tiene un título valor, éste puede cobrarlo a través a través del

proceso único de ejecución, el cual tiene como fin que se cumpla con un derecho que ya

ha sido reconocido en un título ejecutivo, a diferencia del proceso cognitivo o de

conocimiento, en el que se persigue la constitución o declaración de una relación jurídica.

Cabe añadir que de acuerdo a lo establecido en el artículo 689º del código procesal civil,

procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es cierta, expresa y

exigible. Se dice que la obligación es cierta, cuando se determina en el título quien es el

sujeto acreedor y quien es el sujeto deudor. La prestación es expresa cuando se indica en

el título aquello que el deudor debe realizar a favor del acreedor; y, la prestación es
exigible, cuando la obligación ya puede ser reclamable, es decir, que no esté sujeta a

condición o plazo.

Asimismo, cuando se recurre a la vía ejecutiva para el cobro de un título valor se tiene

que ejercitar alguna de las llamadas “acciones cambiarias”, las mismas que se encuentran

reguladas en el artículo 90º de la Ley de Títulos Valores, que son de tres tipos:

i) Acción Cambiaria Directa. - es la que el tenedor del título valor puede dirigir

contra el obligado principal y sus garantes.

ii) Acción Cambiaria de Regreso. - la que el tenedor del título valor puede

dirigir contra los endosantes, garantes de éstos y demás obligados del título

distintos al obligado principal y garantes.

iii) Acción Cambiaria de Ulterior Regreso.- es aquella que corresponde a quien

pagó el título valor en la oportunidad en que fue exigido, de solicitar el

reembolso del pago que efectuó contra los obligados anteriores a él .Se protege

cambiariamente a quien siendo endosante pagó el título valor cuando éste le

fue presentado por el tenedor, es decir, que quien se convierte en el nuevo

tenedor del documento, puede pedir que se le reembolse de los pagos que se

vio obligado a realizar como consecuencia de su condición de obligado de

regreso.

El plazo para interponer las acciones cambiarias depende de su tipo. El plazo de

prescripción de la acción cambiaria directa es de tres años, la de regreso es un año, y la de

ulterior regreso es de seis meses. Si no se ejercita la acción cambiaria dentro del plazo de

prescripción o no se realiza el trámite de protesto por falta de pago o falta de aceptación del

título valor, estamos ante un título valor perjudicado, el cual ha perdido eficacia
cambiaria. En ese caso, sólo podría ejercitar la acción causal, en un proceso conocimiento,

abreviado o sumarísimo, dependiendo la cuantía de la pretensión, siendo el plazo en esos

casos de diez años (acción causal).

Respecto a la defensa del ejecutado, el artículo 19º de la Ley de Títulos Valores, indica

que cualquiera que fuere la vía en la que se ejerciten las acciones derivadas del título

valor, el demandado puede contradecir fundándose en:

i) El contenido literal del título valor o en los defectos de forma legal de éste;

ii) La falsedad de la firma que se le atribuye;

iii) La falta de capacidad o representación del propio demandado en el momento que se

firmó el título valor;

iv) La falta del protesto, o el protesto defectuoso, o de la formalidad sustitutoria, en los

casos de títulos valores sujetos a ello;

v) Que el título valor incompleto al emitirse haya sido completado en forma contraria a

los acuerdos adoptados, acompañando necesariamente el respectivo documento donde

consten tales acuerdos transgredidos por el demandante; y

vi) La falta de cumplimiento de algún requisito señalado por la ley para el ejercicio de la

acción cambiaria.

También, se podrá invocar el artículo 690º literal d) del código procesal civil, y alegar: la

inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título valor; la nulidad o

falsedad del título valor; la extinción de la obligación exigida y deducir excepciones

procesales.

Respecto al trámite procesal , si hubiera contradicción y/o excepciones procesales o

defensas previas, se concede traslado al ejecutante, quien deberá absolverla dentro de tres
días proponiendo los medios probatorios pertinentes. Con la absolución o sin ella, el Juez

resolverá mediante un auto, observando las reglas para el saneamiento procesal, y

pronunciándose sobre la contradicción propuesta. Cuando la actuación de los medios

probatorios lo requiera o el Juez lo estime necesario, señalará día y hora para la realización

de una audiencia, la que se realizará con las reglas establecidas para la audiencia única.

Finalmente, el Juez mediante un auto resolverá la contradicción la que puede ser apelada

en el plazo de tres días.

Conclusiones. -

Como regla general, antes de entablarse un proceso ejecutivo deberá haber existido
previamente una relación jurídica obligatoria compuesta por un lado activo (acreedor o
acreedores), un lado pasivo (deudor o deudores) y un objeto (cuya prestación podrá
consistir en un dar, hacer o no hacer). Pudiendo el acreedor exigir al deudor el
cumplimiento de la susodicha prestación. No obstante, a pesar de estar obligado el deudor
para con el acreedor, se muestra reticente a satisfacer su interés. A partir de ese momento,
el órgano jurisdiccional podrá forzar al deudor cumplir con lo que se obligó originalmente.

No debemos olvidar que en nuestro ordenamiento está proscrita la autotutela, esto es, la
justicia por mano propia. Así que el único que puede forzar o conminar al deudor para
que cumpla con su prestación es el Estado y no los particulares al carecer estos de coertio
y executio.

Antes de llegar al proceso de ejecución, no se requiere haber transitado primigeniamente


por un proceso de cognición (de conocimiento, abreviado y sumarísimo) bastando ostentar
un instrumento con efectos ejecutivos, es decir un título ejecutivo.
BIBLIOGRAFÍA

Echevarría Arellano, Juan Manuel. (2004). La Ley de Circulación de los títulos


valores y sus efectos cambiarios. En: Tratado de Derecho Mercantil. Lima: Gaceta
Jurídica.

Hundskopf, Oswaldo (2000). Guía rápida de preguntas y respuestas de la ley de título


valores. Lima: Gaceta Jurídica.
Casassa Casanova, Sergio Natalino (2016). “Comentario al artículo 688 del Código
Procesal Civil”. En: Código Procesal Civil comentado por los mejores
especialistas. Análisis y comentarios artículo por artículo, Tomo V, pp. 231-245.

Ledesma Narváez, Marianella (2008). Comentarios al Código Procesal Civil.


Análisis artículo por artículo. Tomo III. Lima: Gaceta Jurídica.

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