Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tenemos entonces:
Revocación del testamento: La revocación del testamento constituye una manifestación de
voluntad opuesta a una precedente voluntad testamentaria y hace que esta última quede sin efecto,
significa, por lo tanto, un segundo y distinto testamento contrario al precedente que funciona
como causa externa de eliminación y, por ende, la eliminación del primero.
Revocación e ineficiencia de las disposiciones testamentarias: Son aquellas que tienen lugar
por disposición de la Ley, interpretando una presunta voluntad del testador, y de la ineficiencia de
las mismas por causas sobrevenidas después de hecho el testamento y no obstante la existencia y
validez de éste.
Dentro de estas causas tenemos:
1. Por ignorar la existencia o supervivencia de hijos o descendientes de estos (ART.951 C.C)
Caducidad
Cuando el testamento se hace ineficaz por una causa sobrevenida; es decir, cuando después de
otorgado el instrumento surge un obstáculo que de haber existido para ese momento habría determinado
su nulidad, la disposición testamentaria caduca.
La caducidad del testamento consiste en la «ineficacia o decadencia sobrevenida de un testamento por
causas posteriores al otorgamiento»
Así mismo, se alude en la terminología de la ley a «caducidad» del testamento con especial
referencia a los testamentos especiales o extraordinarios, respecto de los cuales el orden jurídico les
concede un breve tiempo de vigencia en razón de las circunstancias, como pudimos apreciar. Según se
aclara en tal sentido, el testamento ordinario no caduca, pues esta forma de ineficacia solo afecta al
testamento especial
La caducidad procede ope legis, de manera automática, por lo que no precisa de declaración
judicial. La doctrina distingue la caducidad del testamento de la caducidad de las disposiciones
testamentarias, y coloca como ejemplo de este último el caso del artículo 957 del Código Civil, relativo a
la pérdida o perecimiento de la cosa legada. Lo anterior propicia la distinción entre caducidad total –del
acto testamentario– de la caducidad parcial –que solo afecta alguna de sus disposiciones
Efectos de la revocación
La revocatoria deja sin efecto el testamento de que se trate o bien de alguna de sus
disposiciones. Se entiende con facilidad que el testamento sea un acto esencialmente revocable
porque se traduce en la expresión de la última voluntad de la persona humana, la cual se puede
manifestar –como es lógico y natural– hasta el momento de la muerte.
Un testamento revocado se vuelve ineficaz, no adquiere valor dispositivo a la fecha de la
muerte del causante. Esto en cuanto a las disposiciones hereditarias propiamente dichas. Si el
testamento revocado contiene declaraciones de otro orden ellas serán revocables o no, según su
naturaleza jurídica.
Formas de la revocación
Revocación puede darse de forma total o parcial según el art 995 C.C:
Además de estas formas voluntarias de revocación expresa o tácita, puede tener lugar la
revocación testamentaria por mandato de la Ley, interpretando lo que se presume es la voluntad
del testador. Así lo señala el Artículo 951 del C.C. cuando expresa: "Los disposiciones a título
universal o particular hechas por quien al tiempo de su testamento no tenía o ignoraba tener hijos
o descendientes, aun solamente concebidos, son revocables por la existencia o superveniencia de
un hijo descubierta aquélla o verificada ésta después de la muerte del testador, salvo que el
testador haya previsto en el mismo testamento o en otro posterior o anterior, no revocado ni
siquiera tácitamente, el caso de existencia o superveniencia de hijos o descendientes de éstos".
Apreciando la norma, son dos las hipótesis en ella contempladas:
a) Que el testador ignoraba tener hijos, o descendientes, aunque fueren solamente concebidos.
b) Que luego de la muerte del testador, se verifique la existencia de hijos ignorados o la
superveniencia, o nacimiento posterior a la fecha del testamento, de algún hijo o de un
descendiente de éste.
Debe asimilarse a estos casos la aparición de un hijo o de un descendiente que hubiere
sido declarado ausente o presunto muerto. En los comentados casos, la ley presume que si el
testador hubiese sabido de la existencia de algún hijo o hubiera previsto que los tendría, no
habría dispuesto de sus bienes a favor de terceros o sólo de los hijos que sabía que tenía o que iba
a tener; sino que habría tomado en cuenta también al hijo ignorado o sobrevenido. Pero como no
es posible establecer por presunciones la medida en que los habría favorecido y presumiendo por
otra parte que no se habría limitado a reducir sus derechos a la legítima, la Ley prefiere revocar
toda la disposición para establecer la igualdad.