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CAPÍTULO III
La eficacia temporal está vinculada a la vigencia de las normas siendo obviamente aplicable
cuanto dispone la Constitución Nacional para la sanción y promulgación de las leyes y el
Código Civil, en su art. 2, en cuanto a su obligatoriedad tras la publicación y entrada en
vigencia. No obstante, como se verá, toda la materia está dominada por el principio de
legalidad que en el ámbito penal le imprime una particular singularidad a la vigencia de las
normas penales.
UNIDAD 1
Del art. 18 de la Constitución Nacional argentina, que consagra el principio nullum crimen
nulla poena sine lege, se desprende claramente que la ley penal no puede ser retroactiva ni
en cuanto a la descripción del tipo penal, ni en cuanto a la adjudicación de la pena.
Todo el sistema jurídico se basa en el principio de que las leyes rigen para el futuro y
durante el tiempo de su vigencia —tempus regit actum, o su equivalente en materia penal
tempus commissi delicti, o sea, el tiempo que rige es el de la realización del acto o delito—.
Sin embargo, en el derecho penal el principio general establece que es de aplicación
siempre la ley que, apreciada en su totalidad, resulte más favorable al imputado para el
caso concreto.
A) En cuanto a la posible modificación sucesiva de las leyes a través del tiempo, afectando
la situación del imputado, pueden darse cuatro supuestos:
1) La ley posterior, que podemos denominar nueva, crea un nuevo tipo penal. Es decir,
incrimina una conducta que antes no estaba prohibida.
2) La ley posterior o nueva desincrimina un hecho. O sea que lo que antes era delito,
deja de serlo.
1) Al tiempo en que se dicta la nueva ley quedan sin ser juzgados los delitos cometidos
durante la vigencia de la ley anterior ya derogada.
En relación al tiempo del delito, o sea al momento en que se considera cometido, se han
postulado dos tesis: una que sostiene que a los efectos de la determinación de la ley
aplicable debe tenerse en cuenta el comienzo de la ejecución de la acción (y aun su
prolongación en los casos de delitos continuos o permanentes). La otra postura estima que
debe tomarse en cuenta el último acto de la acción típica. El derecho positivo argentino no
resuelve expresamente la cuestión, y aunque ambos criterios han tenido adhesión en la
doctrina y jurisprudencia, parece más apropiado el que considera determinante a la acción
inicial pues es el momento en el que ya se exterioriza la oposición contra el derecho y da
comienzo la tipicidad.
1. PRINCIPIO GENERAL
Ya se explicó que siempre es de aplicación la ley más favorable al imputado (art. 2 del
Código Penal). Esto es así porque por imposición de los principios de legalidad (art. 18,
Constitución Nacional) y de reserva (art. 19, Constitución Nacional) no puede aplicarse a
conductas realizadas en el pasado una ley nueva que las incrimine si eran antes impunes ni
tampoco que las castigue más severamente. Este principio es llamado genéricamente de
irretroactividad de la ley penal.
En cambio, es razonable que sí se aplique retroactivamente una ley que quita el carácter
delictivo a una conducta pues, a partir de esta última, no existe interés en aplicar la pena en
virtud de que la sociedad ya no considera necesario defenderse de los autores de esa
conducta, ahora inocua. En este mismo sentido, si la nueva ley, aun manteniendo la
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incriminación, establece condiciones más benignas, deberá también ser aplicada pues
refleja la nueva intensidad con que la sociedad desea protegerse.
En síntesis, y en función de lo que dispone el art. 2 del Código Penal la nueva ley se aplica
a los hechos cometidos con anterioridad a su vigencia si sus disposiciones son más
benignas —retroactividad—. La ley derogada seguirá aplicándose respecto de los delitos
cometidos durante su vigencia siempre y cuando sea más favorable —ultraactividad—. En
otras palabras, se consagra la retroactividad (hacia el pasado) y la ultraactividad (hacia el
futuro) de la ley más benigna y la irretroactividad y prohibición de la ultraactividad de la ley
desfavorable.
Debe insistirse en que siempre es de aplicación una sola ley, siendo inadmisible la
aplicación parcial de disposiciones de diversas leyes. El tribunal debe seleccionar la norma
que vinculada temporalmente de alguna manera con el autor, le resulte más favorable y la
aplicará totalmente. La única excepción, como lo dispone el art. 3 del Código Penal, es a los
efectos del cómputo de la prisión preventiva donde “se observará separadamente la ley más
favorable al imputado”, pudiéndose tomar simultáneamente aspectos más benignos de una
y de otra ley si se refieren a dicho cómputo. El fundamento estriba en el hecho de que la
prolongación de la prisión preventiva del procesado puede dificultar la determinación de la
ley más benigna y por la naturaleza precaria de la prisión sólo preventiva, pues esta
afectación de la libertad de quien es todavía inocente, deberá ser impuesta de la manera
más restringida posible, aun a costa de admitir que el magistrado combine leyes, y de esta
forma, que realice una suerte de actividad legislativa.
El principio general rige incluso respecto de las llamadas situaciones o leyes intermedias.
Cuando el art. 2 del Código Penal expresa “o en el tiempo intermedio” está queriendo
significar que si en el tiempo que transcurre desde que se comete el delito hasta la
ejecución de la sentencia se dictaran más de dos leyes, deberán confrontarse todas ellas,
debiéndose aplicar también la más benigna.
Más allá de los intentos generalizadores la solución deberá tener en cuenta las
particularidades de cada caso. El tribunal deberá proyectar por separado al imputado, a
modo de borrador, las leyes en pugna, adoptando y sentenciando conforme a la que lo
favorezca en mayor medida.
3. SUPUESTOS
La doctrina y la jurisprudencia se abocaron de manera particular a algunas situaciones
consideradas especiales, introduciendo, en algunos casos, una cuestionable excepción al
principio general de la aplicación de la ley más favorable.
Se las aplica al momento de su vigencia, sean o no más gravosas, pues se entiende que no
son nuevas leyes sino una mera interpretación de las ya vigente
Las aplica retroactivamente, aun siendo más gravosas, en relación a hechos cometidos con
anterioridad, pues se considera que las medidas de seguridad no implican una pena o
sanción, sino esencialmente resguardos tendientes a la protección del propio individuo y de
los demás. Este criterio ha sido objetado por quienes ven en las medidas de seguridad un
verdadero ejercicio de coerción penal.
Si inciden directamente en la punibilidad rige el principio general. Por ejemplo, una norma
de derecho privado que crea o deroga una causa de justificación se aplicará
retroactivamente o se mantendrá la vigencia de la anterior, según que resulte favorable al
imputado. En cambio, si tan sólo modifica algún elemento normativo del tipo, se seguirá
aplicando la vigente al tiempo de la comisión del hecho, aunque sea desfavorable; por
ejemplo, una norma que cambiara el signo monetario o influiría en la imputación del delito
de falsificación, aun cuando la anterior moneda apócrifa quedara ahora sin validez.
Sea que su vigencia esté predeterminada por la misma ley o dependa de la situación
excepcional (por ejemplo, subordinada a casos de epidemias, guerras o catástrofes), se las
seguirá aplicando, luego de su derogación, a los hechos cometidos durante su vigencia,
aunque resulten más desfavorables. Se aparta esta solución de la regia general,
sosteniéndose por la doctrina mayoritaria que es lo razonable ya que, de lo contrario, estas
leyes resultarían ineficaces, pues de antemano se podría especular con su corta vigencia.
4. PLENO DERECHO
El art. 479, inciso 5 del CODIGO PROCESAL PENAL DE LA NACIÓN establece que podrá
el propio condenado solicitar, por medio del recurso de revisión, la aplicación retroactiva de
la ley penal más benigna, aunque también es factible que el propio tribunal de ejecución o el
Ministerio Público fiscal lo haga directamente. Este es el sentido que se le atribuye al último
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párrafo del art. 2 del Código Penal cuando dice “los efectos de la nueva ley se operarán de
pleno derecho.”
UNIDAD 2
Los principios del derecho penal de un Estado, que determinan el ámbito en el que las
propias leyes penales son aplicables, excluyendo las de los demás, son principios de
derecho interno de ese Estado.
Esos principios resuelven casos en los que por diversos aspectos vinculados a la comisión
de un delito, podría aplicarse el derecho penal de otro Estado.
1. PRINCIPIO DE TERRITORIALIDAD
La ley penal es aplicable a los delitos cometidos en el territorio del Estado, es decir, que
frente a un delito cometido en su territorio ejercerá la coerción penal independientemente de
la nacionalidad del autor o de la víctima, y de los posibles efectos que internacionalmente el
hecho hubiese provocad
Esta regla supone, simultáneamente, excluir la intervención de otros Estados por los hechos
cometidos en territorio propio, como la autoexclusión por los cometidos en territorios
extranjeros.
1.1. FUNDAMENTO
En tanto que el delito tiene diversos elementos que pueden separarse conceptual y
espacialmente tales como el comienzo de ejecución, la realización de la acción, producción
del resultado, efectos, etc., desarrollándose cada uno de ellos en diversos territorios, la
definición del lugar de comisión puede vincularse a cada uno de esos elementos. Se han
desarrollado las siguientes teorías:
2. PRINCIPIOS EXTRATERRITORIALES.
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Estos principios justifican la aplicación del derecho penal propio a hechos cometidos fuera
del territorio nacional. Como ya se dijo, la mayoría de los Estados adoptan estos criterios
extra territoriales como complemento del principio territorial, entendiendo que así
resguardan mejor los bienes jurídicos en cuya tutela están especialmente interesados.
Concibe la aplicación del derecho penal del Estado a delitos cometidos fuera de su territorio,
pero que afectan bienes jurídicos situados en él.
Algún sector de la doctrina pretendió equiparar el término efectos a resultado y fundar esta
regla en el art. 1 del Código Penal, en cuanto dice: “...cuyos efectos deban producirse en el
territorio de la Nación Argentina...”. Sin embargo, efecto no coincide necesariamente con
resultado, y como se vio, esta expresión del código se debe interpretar, tal lo hiciera la Corte
Suprema de Justicia, en el contexto del principio territorial de la ubicuidad.
Este precepto no se refiere a delitos a distancia (por ejemplo, enviar un explosivo desde un
país para que estalle en otro, en cuyo caso se podría aplicar directamente el derecho penal
tanto del lugar desde donde se envió como el del lugar donde estalló, por mandato del
principio territorial), sino a hechos cuyos resulta dos producidos en el extranjero lesionan la
integridad de bienes jurídicos propios, como el orden público, el orden constitucional, la
administración pública, la fe pública, etc. a través de, por ejemplo, la falsificación de su
moneda, de documentos de interés nacional, la traición en su perjuicio, etcétera.
Suele sostenerse que si el delito cometido en el extranjero se dirige contra bienes jurídicos
cuya disponibilidad corresponde a particulares, la tutela, a través de la extensión de la
aplicación del derecho penal propio, no se la ejerce por medio de este principio, sino por
medio del que veremos a continuación.
Este principio es una consecuencia de la doctrina de las nacionalidades, por la cual todo
individuo deberá ser juzgado por la ley de su país o por la del país de su víctima.
Postula la aplicación del derecho penal de cualquier Estado, independientemente del lugar
de comisión o nacionalidad del autor, cuando se trate de delitos que afecten bienes en cuya
tutela se encuentra interesada la propia comunidad internacional o cuando los autores
resulten peligrosos para todos los estados, haciéndose hincapié en uno u otro criterio —bien
jurídico o peligrosidad— o en ambos. Se basa en la solidaridad internacional y ha alcanzado
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EJERCITACIÓN
1) Resuelva el siguiente caso:
El Congreso de la Nación dicta, el 11 de mayo de 2007, una ley que sanciona con prisión de
1 a 3 meses a todas las personas que desde el 1 de enero del mismo año 2007 hayan
ingerido o ingieran bebidas alcohólicas en la vía pública.
2) Cuestionario:
1) ¿Cuál es el principio general que regula el ámbito de validez temporal de la ley penal?
3) ¿Cuáles son las reglas que rigen el ámbito de eficacia espacial de la ley penal?