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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS

POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

DOCENTE:

WILMER SUAREZ

INTEGRANTES:
 CALLE GARCIA ERICK ALDAIR
 CARRILLO ATOCHE GABRIELA
ELIZABTH
 MECHATO LEYTON FATIMA JHOANIS
 NOLE MORALES LUZ MARIA

ASIGNATURA:

DERECHO DE SUCESIONES

CICLO:

2020
INDICE

1.-INTRODUCCION……………………………………………………3

2-REVOCACION, NULIDAD Y CADUCIDAD DEL TESTAMENTO………..4

2.1 REVOCACIÓN……………………………………………………...4

2.1.1 REVOCACION EXPRESA………………………………………...5

2.1.2 REVOCACCION TACITA………………………………………..5

2.1.3 REVOCACION PRESUNTA………………………………………6

2.2. EFECTOS DE LA REVOCACION………………………………...7

2.3 REVOCACION DE LOS TESTAMENTOS………………….……8

3.-CADUCIDAD DEL TESTAMENTO………………………………..15

4- NULIDA DEL TESTAMENTO……………...…………...………….19

4.1.1 NULIDAD ABSOLUTA DEL TESTAMENTO…………………19

4.1.2 ACCIÓN DE NULIDAD DE UN TESTAMENTO Y


EFECTOS………………………………………………………………..23

5. CONCLUSIONES…………………………………………………….32

6. RECOMENDACIONES…………………………………………..…33

7. REFRENCIAS…………………………………………………..……34

8. ANEXOS………………………………………………………………35

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Introducción

El testamento, como expresión de transmitir los bienes para después del


fallecimiento, tiene su origen con la aparición de la propiedad individual al resultar
incompatible con la organización colectiva de la propiedad. Algunos autores,
encuentran su origen en la sucesión de la autoridad del grupo social y que en
Roma, desde muy remotos tiempos, al páter familias se le reconoció la potestad
de darse un sucesor, hasta que paulatinamente la facultad de testar fue
convirtiéndose en un acto de disposición de bienes. La disposición de última
voluntad del causante puede ser objeto de nulidad como cualquier acto jurídico,
género del cual el testamento es una especie. Además, la ley establece para
ellos, casos específicos, que pueden generar su nulidad total o parcial o
convertirlos en nulos o anulables.

Para los precedentes romanos de nulidad de testamento se tiene en cuenta que


el ius civilis el concepto de nulidad no existe, para el jurista romano o el negocio
existe y puede producir o no efectos, o no existe aunque presente apariencia de
hacerlo, y no puede producir efectos, puesto no llego a siquiera a nacer, por lo
en el derecho romano más que nulidad era una inexistencia jurídica del acto y
por consiguiente de sus efectos. La mayoría de legislaciones proveen la
caducidad y la nulidad como sanciones jurídicas a la falta de la forma prescrita
como es la falta de capacidad de testar del causante; la falta de conocimiento o
turbación mental pasajera por causa de enfermedad del testador al tiempo de
otorgarse el testamento.

En el derecho peruano la gran problemática ha surgido en la poca claridad de


los legisladores para establecer los casos en que se genera la caducidad y la
nulidad por lo cual en el presente trabajo, plasma como la doctrina peruana
brinda la claridad a los casos en los cuales se debe plantear una caducidad o
nulidad a un testamento para restarle eficacia.

Nuestro trabajo de investigación lo hemos dividido en cuatro capítulos, en el


primer capítulo hablamos sobre la revocación, en el segundo sobre la nulidad en

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los testamentos, en el tercer capítulo sobre caducidad y en el último capitulo
abordamos conclusiones y recomendaciones.

Esperando de antemano que el trabajo haya sido comprensible y de su agrado.

2. REVOCACION, CADUCIDAD Y NULIDAD DEL TESTAMENTO

Tiene en común en que todas ellas dejan sin efecto el testamento. Se diferencia
en que la revocación opera por exclusiva voluntad del testador, el testamento
caduca pierde su efecto por un hecho ajeno a la voluntad del causante y la
nulidad se produce cuando desde su origen, tiene vicios que según la ley inválida
el acto.

2.1 REVOCACIÓN:

Definición: Entendemos por revocación al acto libre y voluntario del testador, por el
cual
deja sin efecto todo o parte del testamento.
Fuente legal: Art. 798 CC.- derecho de revocación del testador.
Clausula 798 (revocabilidad) vs. 395 (reconocimiento de hijo).- Clases de
revocable: testamento.
 Total o parcial
Clases:
 Expresa o Tácita.
 Expresa total o parcial.- Revocación sólo por otro testamento.- (799
CC.)
 Subsistencia parcial del anterior (801 CC.)
 Art. 753 CC. Revocación de desheredación también por escritura
pública
¿799?
 Revocación tácita del testamento cerrado.- 802 CC. Si el testador lo
retira. Si posteriormente lo conserva en sus manos y está de puño y
letra y fallece? (803 CC.)
 Revocación tácita del testamento ológrafo.- 804 CC.
Retractació  En caso de 3 testamentos sucesivos con revocatoria, ¿renacen las
n: disposiciones del primero? Si reviven Art. 800 CC. A menos que el
Revocación testador exprese su voluntad contraria.
de la
revocación.

Definición: Entendemos por revocación al acto libre y voluntario del testador, por
el cual deja sin efecto todo o parte del testamento.

La revocación de un testamento es la declaración de voluntad del testador


(expresa o tácita) por la que un testamento existente queda sin efectos en todo
o en parte.

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En nuestro Derecho, el testamento es un acto esencialmente revocable, ya que
recoge la voluntad del testador en el momento de su muerte, y por ello puede
cambiar hasta ese mismo momento. Por esta razón, no tendrán efecto las
cláusulas que expresen la voluntad de no revocarlo en el futuro.
Formas de hacer la revocación

El testamento puede ser revocado:


• Total o parcialmente.
• De forma expresa, tácita o presunta.

2.1.1 REVOCACIÓN EXPRESA

La revocación expresa opera cuando el testador hace un testamento posterior a


otro ya existente, por el que se deroga expresamente lo dicho en el primero. De
este modo:
La revocación puede alcanzar a todo el testamento anterior, o bien solo parte del
mismo, dejando subsistente el anterior en el resto.
Puede tratarse de un testamento que establezca nuevas normas sucesorias, o
bien de un testamento con un fin solo revocador del anterior.
 El testamento revocador no ha de adoptar la misma forma que el
revocado; basta con que sea un testamento de cualquier tipo de los
admitidos por la ley.

Los efectos de la revocación expresa serán:

 Si se revoca totalmente el testamento anterior: se sustituye por el nuevo;


y a falta de disposiciones testamentarias, se abrirá la sucesión intestada.
 Si se revoca al anterior sólo en parte: es eficaz en lo no revocado,
abriéndose si es necesario la sucesión intestada parcial, si no se
establecen normas sucesorias al respecto; si se establecen, se aplicarán
las de ambos testamentos, complementándose entre sí
2.1.2 REVOCACIÓN TÁCITA

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Este tipo de revocación opera cuando se otorga un testamento posterior, pero
no se deroga expresamente el anterior. El testamento anterior queda revocado
por el posterior perfecto (sin defectos), si el testador no expresa en éste su
voluntad de que aquél subsista en todo o en parte.
Sin embargo, el testamento anterior recobra su fuerza si el testador revoca
después el posterior, y declara expresamente ser su voluntad que valga el
primero.
La revocación producirá su efecto aunque el segundo testamento caduque por
incapacidad del heredero o de los legatarios en él nombrados, o por renuncia de
aquél o de éstos.
Modernamente, muchos autores consideran que cabe una ejecución conjunta de
los dos testamentos sin que el segundo revoque al primero en los siguientes
supuestos:
 Cuando el testamento posterior sea simplemente aclaratorio o
interpretativo o se limita a hacer la partición.
 Cuando carezca de contenido patrimonial.
 Cuando del testamento posterior se pueda evidenciar la existencia de una
voluntad favorable para la subsistencia del anterior, sin que valga la
simple presunción en este sentido.

2.1.3 REVOCACIÓN PRESUNTA


Este tipo de revocación del testamento anterior opera cuando sin otorgarse
nuevo testamento, se deduce de la conducta del testador su voluntad de que el
testamento otorgado quede sin efecto.

De este modo, se presume revocado el testamento cerrado que aparezca en el


domicilio del testador con las cubiertas rotas o los sellos quebrantados, o
borradas, raspadas o enmendadas las firmas que lo autoricen.

Este testamento será, sin embargo, válido cuando se probare haber ocurrido el
desperfecto sin voluntad ni conocimiento del testador, o hallándose éste en
estado de demencia; pero si aparecieren rota la cubierta o quebrantados los
sellos, será necesario probar además la autenticidad del testamento para su
validez.
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Si el testamento se encontrare en poder de otra persona, se entenderá que el
vicio procede de ella y no será aquél válido como no se pruebe su autenticidad,
si estuvieren rota la cubierta o quebrantados los sellos; y si una y otros se
hallaren íntegros, pero con las firmas borradas, raspadas o enmendadas, será
válido el testamento, como no se justifique haber sido entregado el pliego de esta
forma por el mismo testador.

Se basa esta forma revocatoria en la existencia de una situación de hecho de la


que se deriva una voluntad revocatoria.
Esta situación de hecho requiere los siguientes presupuestos:

 Conciencia y voluntad de quebrantar el testamento por parte del


testador.

 Decisión exclusivamente imputable al testador, ya que en los casos


de rotura del testamento que esté en poder de una tercera persona
se considerará que la rotura procede de ella.

 Capacidad para testar, ya que si el testador la ha perdido, no valdrá


la revocación, como se deduce del propio precepto, que aunque
habla sólo de estado de demencia, debe extenderse a otros
supuestos de incapacidad para testar

 Ámbito de aplicación. Lógicamente sólo es aplicable esta forma de


revocación al testamento cerrado, ya la destrucción de la copia de
un testamento abierto no tiene ningún valor revocatorio, pues el
auténtico testamento se halla en la matriz incluida en el protocolo
Notarial.

2.2 EFECTOS DE LA REVOCACIÓN

Su efecto fundamental es que la revocación deja sin efecto el testamento


revocado, total o parcialmente. Por ello, regirá la sucesión el nuevo testamento,

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si contiene cláusulas testamentarias al respecto; el nuevo y el antiguo en lo que
sean compatibles, si la revocación es parcial; o se abrirá la sucesión intestada,
en su caso, total o parcialmente.
Ahora bien ¿recuperará sus efectos el testamento revocado si el que lo revoca
queda después sin efecto? Sólo en el caso en que así lo establezca el testador
al otorgar un nuevo testamento.

La esencial revocabilidad testamentaria encuentra una excepción en las


llamadas cláusulas irrevocables, que son aquellas cláusulas contenidas en un
testamento que no pueden revocarse con otro posterior.
La principal cláusula irrevocable es el reconocimiento de un hijo, si se hizo en un
testamento anterior.

REVOCACIÓN DE LOS TESTAMENTOS

ARTÍCULO 798°.- El testador tiene el derecho de revocar, en cualquier


tiempo, sus disposiciones testamentarias. Toda declaración que haga en
contrario carece de valor.

La revocación de los actos es excepcional en el Derecho. Revocar un acto


significa dejarlo sin efecto alguno por la sola decisión de su otorgante. Sabemos
que los actos jurídicos pueden quedar sin efecto por causal es de nulidad, de
anulabilidad, por resolución o rescisión del acto. En cambio, la revocación al
constituir una decisión unilateral de dejar sin efecto un acto jurídico atenta contra
el principio de seguridad jurídica y pone en grave riesgo la seguridad en el tráfico
patrimonial de los bienes. Ésa es la razón por la que la revocación es excepcional
y no puede constituir la regla en el Derecho.

Actos susceptibles de revocación son el testamento por excelencia y el poder


aun cuando este último pueda tildarse de irrevocable, pues nada quita que el
poderdante finalmente realice el acto para el cual otorgó el poder en forma
personal y prescindiendo de su apoderado.

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La revocación del testamento implica un derecho autónomo, irrestricto e
irrenunciable, incompatible con la figura de la sucesión contractual y con
cualquiera de las formas del contrato o pacto sobre el derecho de suceder en los
bienes de una persona que no ha muerto o cuya muerte se ignora.

La revocación del testamento es característica propia e ínsita del acto


testamentario, en razón de constituir éste una disposición de última voluntad, lo
cual significa que al ser la última y continuar vivo el manifestante, puede éste en
cualquier momento variarla o revocarla cuantas veces quiera mientras no se
produzca su fallecimiento, siendo ésta la razón por la que se dice que el
testamento constituye expresión de última voluntad.

En ese sentido, las cláusulas o disposiciones que el testador pueda introducir en


su testamento en el sentido de que dicho acto es el último y definitivo y que no
podrá ser modificado o revocado por ningún otro, carecen de todo valor y se
deben considerar como no puestas sin que ello perjudique el resto del contenido
del acto testamentario.

ARTÍCULO 799°.- La revocación expresa del testamento, total o parcial, o


de algunas de sus disposiciones, solo puede ser hecha por otro
testamento, cualquiera que sea su forma.

La revocación testamentaria expresa es un acto formal, pues para su validez


exige que se haga por otro testamento cualquiera que sea su forma. Si bien se
puede criticar a este aserto el hecho de confundir el acto jurídico (testamento)
con la forma, no es menos cierto que la formalidad solemne o sustancial del acto
de revocación subyace en la propia forma del acto testamentario.

En efecto, sabemos que las formas o requisitos comunes a todo testamento son
cuatro, a saber: fecha de otorgamiento, firma, nombre del testador y forma
escrita. En ese sentido, la revocación expresa de un testamento al tener que
hacerse necesariamente por otro testamento, este otro no podrá escapar a la

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ineludible forma escrita común a todo acto testamentario, por eso es que
decimos que la forma de la revocación subyace en la propia forma del acto
testamentario.

Y decimos que dicha formalidad escrita es solemne o consustancial al acto (la


de la revocación contenida en el testamento), a pesar de que el legislador patrio
no optó por la fórmula de sancionar expresamente con nulidad su
incumplimiento, en razón a que es suficiente que el texto de la norma bajo
comentario disponga que la revocación solo pueda ser hecha de ese modo y no
otro.

Finaliza el texto disponiendo que no interesa la forma testamentaria específica


que se adopte para consumar la revocación, sea en testamento ordinario o
especial. Esto significa que no existe jerarquía o prevalencia entre un testamento
u otro, pudiendo ser revocado por ejemplo un testamento en escritura pública
por un testamento ológrafo. Claro está y debe entenderse que la revocación
hecha en testamento ológrafo presupone que éste entró en vigor al cumplir con
todos sus requisitos de validez, es decir, que ha sido comprobado y protocolizado
tal y como lo exige el numeral 707 del Código Civil.

ARTÍCULO 800°.- Si el testamento que revoca uno anterior es revocado a


su vez por otro posterior, reviven las disposiciones del primero, a menos
que el testador exprese su voluntad contraria.

En el caso de los testamentos la voluntad del causante debe primar y prevalecer


por regla general, y considerando que no existe una mejor voluntad
testamentaria, sino en todo caso una diferente, debe entenderse que el
testamento inicialmente revocado regirá la sucesión del causante junto con el
último testamento, pues la decisión de dejar sin efecto el primer testamento
quedó a su vez írrita y sin valor alguno al haber sido también revocada.

Claro está que el primer testamento inicialmente revocado entrará en vigor


siempre que no se contradiga o sea incompatible de hecho con el último
testamento, o que el testador en este último caso exprese su voluntad en

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contrario en el sentido de no querer que los testamentos anteriormente
revocados recobren su vigencia, teniendo que ser dicha voluntad explícita en ese
sentido.

ARTÍCULO 801°.- El testamento que no es revocado total y expresamente


por otro posterior, subsiste en las disposiciones compatibles con las de
este último.

Se justifica en razón de que para el caso de la voluntad del causante plasmada


en su testamento no existe la hipótesis o figura de una voluntad mejor que la
otra, siendo ésta la razón de que la voluntad testamentaria pueda estar plasmada
en más de un testamento y ser todos compatibles y finalmente regir todos ellos
la sucesión del causante. A diferencia de lo que ocurre en las leyes pues éstas
priman y rigen una materia específica según su vigencia en el tiempo, pudiendo
darse el caso de una derogación tácita a la luz de lo regulado en el numeral I del
Título Preliminar del Código Civil.

La hipótesis del legislador es aquella en la que la revocación es expresa y


también aquella en la que la revocación es tácita. En ambos casos es posible
una revocación parcial del testamento, con lo cual las disposiciones de los
testamentos anteriores recobrarán vigencia en tanto no sean incompatibles con
las disposiciones del último testamento. Así por ejemplo, si en un testamento
anterior se dejan los bienes de la herencia a Carlos, se deja un legado a Manuel
y se nombra albacea a Roberto, y posteriormente el testador otorga un segundo
testamento dejando los mismos bienes a María y el mismo legado a José, debe
entenderse que el primero ha sido revocado salvo en cuanto al nombramiento
de Roberto como albacea de la sucesión.

En cuanto a los alcances de la revocación, debe quedar en claro que éstos se


limitan únicamente a las disposiciones de exclusiva naturaleza sucesora, así por
ejemplo, el reconocimiento de un hijo hecho por testamento sigue valiendo aun

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cuando el testamento en el que se efectuó quede posteriormente revocado.
Situación parecida es la que se produce con el reconocimiento de una deuda en
un testamento que posteriormente es revocado. Si bien en este último caso no
existe norma expresa que disponga que el acto es irrevocable como ocurre
precisamente con el reconocimiento de un hijo (artículo 359 del Código Civil), ha
de tenerse presente que conforme al apartado 1958 del nuestro Código Civil para
el caso del reconocimiento de una deuda se exime al acreedor de probar la
acreencia toda vez que se presume la obligación, con lo cual el acreedor no se
ve perjudicado y puede acceder al cobro de la deuda.

ARTÍCULO 802°.- El testamento cerrado queda revocado si el testador lo


retira de la custodia del notario.

Con el Código Civil de 1936 el testamento cerrado quedaba en custodia del


testador o de la persona que éste designaba y a la muerte del testador, quien
encontraba el testamento cerrado lo debía presentar al juez competente para su
apertura.

La legislación vigente establece que el testamento cerrado queda en poder del


notario y solo puede pedir la devolución el propio testador, pues a tenor de lo
dispuesto en la norma bajo comentario el retiro del testamento de la custodia del
notario constituye un acto de revocación testamentaria, y como quiera que la
revocación testamentaria al igual que la facción del testamento constituyen actos
personalísimos e indelegables, no cabe dar poder a otro, aun cuando fuere un
poder especial, para el retiro del testamento cerrado de la custodia notarial, dada
la connotación e implicancias que conlleva la revocación de un testamento.

Si bien es verdad que la revocación testamentaria expresa solo puede ser hecha
por otro testamento, en el caso de la norma bajo comentario estamos ante una
revocación tácita, esto es, los llamados facta concludentia, aquellos hechos
inequívocos y concluyentes que denotan el sentido indubitable de una
manifestación de voluntad.

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Pero no solo el retiro del testamento cerrado implica su revocación tácita,
también lo es el hecho cuando el propio testador lo abre, desprendiéndose ello
de lo dispuesto en el numeral 803 del Código Civil.

ARTÍCULO 803°.- Tanto en el caso previsto en el artículo 802° como en el


de su apertura por el testador, el testamento cerrado vale como ológrafo
si se conserva el pliego interior y éste reúne las formalidades señaladas
en la primera parte del artículo 707°.

La conversión de los actos jurídicos es una figura excepcional en el Derecho, y


el caso hipotético de la norma bajo comentario constituye un típico caso de
conversión.

Ella se produce cuando el acto jurídico deja de producir por cualquier causa o
motivo sus efectos propios dando lugar a la posibilidad de que otro acto jurídico
resurja de los "restos" del acto jurídico primigenio y que su vez este segundo
acto jurídico produzca también sus propios efectos, requiriéndose para ello que
se den todas las condiciones para la validez y eficacia del segundo acto, lo cual
significa que las causas por las cuales se dejaron de producir los efectos propios
del primer acto no tengan que ver con aquellas que lesionan la estructura
esencial del acto jurídico.

Además, debe advertirse que si el legislador patrio optó por la solución de la


conversión del testamento cerrado en ológrafo siempre que se conserven
cuando menos los requisitos formales de este último, es por la primacía,
preponderancia y preferencia que tiene la sucesión testamentaria sobre la
sucesión intestada.

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ARTÍCULO 804°.- El testamento ológrafo queda revocado si el testador lo
rompe, destruye o inutiliza de cualquier otra manera.

Este artículo también regula una hipótesis de revocación tácita a través de la


llamada manifestación tácita de voluntad o facta concludentia. Siendo el
testamento ológrafo totalmente privado por la ausencia de notario y de testigos
testamentarios en su elaboración, resulta ser el más frágil de todos los
testamentos. Es claro que si el testador lo rompe, destruye, incinera o corta, la
voluntad de revocarlo es indubitable; sin embargo, la inutilización del testamento
ológrafo por parte del testador no necesariamente puede y tiene que implicar una
revocación del testamento.

En este último caso debemos entender por quedar inutilizado cuando de su


apariencia, lectura o visión el documento no es legible, la tinta se ha borrado, el
testamento se ha mojado o manchado, o el documento ha servido de alimento
para insectos domésticos, y no se puede apreciar con objetividad su pleno
contenido.

En algunos casos la inutilización constituirá una revocación tácita pero en otros


no. Lo que sí no cabe duda es que la inutilización del testamento ológrafo, sea
cual fuere la causa, lo hace perder sus efectos propios.

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3. CADUCIDAD DEL TESTAMENTO

ARTÍCULO 805°.- El testamento caduca, en cuanto a la institución de


heredero:
1.- Si el testador deja herederos forzosos que no tenía cuando otorgó el
testamento y que vivan; o que estén concebidos al momento de su
muerte, a condición de que nazcan vivos.
2.- Si el heredero renuncia a la herencia o muere antes que el testador sin
dejar representación sucesoria, o cuando el heredero es el cónyuge y se
declara la separación judicial por culpa propia o el divorcio.
3.- Si el heredero pierde la herencia por declaración de indignidad o por
desheredación, sin dejar descendientes que puedan representarlo.

Bajo el común nomen iuris de "caducidad", los artículos 805°, 806° y 807° del
Código se ocupan de tres situaciones jurídicas bastante distintas entre sí:

a) Artículo 805°, regula la extinción o decaimiento de la institución de heredero,


indebidamente calificada como caducidad. En este caso no hay, estrictamente
hablando, caducidad del testamento entero, como no sea que el mismo contenga
sola y exclusivamente una disposición de nombramiento hereditario. Es un caso
de testamento bien hecho en su momento, pero una de cuyas disposiciones debe
decaer por causa sobrevenida.

b) El artículo 806°, regula la invalidez total o parcial de institución de un heredero


(Iegitimario forzoso, o voluntario) por la llamada preterición de uno o más
herederos forzosos.

c) El artículo 807°, regula la reducción de las disposiciones testamentarias que


menoscaben la legítima. Es un caso triple: (i) o el testamento fue mal hecho,
pues sin desconocer el derecho de un forzoso, el quantum que le tocaría no
alcanza a cubrir la cuota legitimaria que debiera corresponderle; o (ii) el
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testamento fue bien hecho de acuerdo al estado patrimonial del testador en ese
momento, pero al haber variado la composición del patrimonio entre la fecha del
testamento (o la fecha de la donación) y la fecha de apertura de la sucesión, lo
asignado al legitimario llamado no es suficiente para alcanzar lo que le
correspondería por legítima; o (iii) hay una limitación cualitativa de la legítima
(por ejemplo, se la ha sujetado a una condición).

Aunque las tres citadas situaciones han sido colocadas bajo la denominación de
"caducidad", tanto por lo que toca al momento en que la causal se produce, como
por el origen de la causa, como por los efectos y alcances que genera, son más
las diferencias que los puntos que tienen en común. Porque, en verdad, lo único
esencial que hay en común es la tutela a la legítima de los herederos llamados
forzosos, que por una u otra razón resulta afectada cualitativa o
cuantitativamente.
Por otro lado, cabe precisar que en cuanto a la mal llamada "caducidad", no hay
en verdad "caducidad del testamento", sino extinción o ineficacia de
disposiciones testamentarias que perjudiquen los derechos de ciertos sucesores
preferentes, o que no puedan ser ejecutadas, o que el Derecho, sustituyéndose
en la voluntad del testador, considere que hay que suprimir en todo o en parte.
Por ende, el testamento como tal no caduca, a menos que contenga exclusiva y
únicamente disposiciones de tal suerte perjudicial o no querida.

Como asunto previo, no queda más remedio que comunicar y desaprobar el


común vocablo de caducidad empleado por el legislador para identificar y
englobar los supuestos que conjuntamente pretende regular en los tres incisos
del artículo 805.
Es evidente que el concepto de caducidad es absolutamente impertinente para
aquellos casos en los que las disposiciones testamentarias pierdan validez o
eficacia por razones ajenas al decurso del tiempo. Nuestro Código ya es claro al
señalar en el artículo 2003 que la caducidad es institución temporal que extingue
los derechos y las acciones correspondientes a los que el ordenamiento asigna
una duración determinada. Vencido el plazo legalmente tasado, desaparece el
derecho que existía y que podía ejercerse dentro de ese plazo.

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En lo que atañe al contenido de la figura debe señalarse que los tres casos
contemplados en el numeral 805° poco tienen de común entre sí, pues
corresponden a muy distintos supuestos de invalidez o de ineficacia sobrevenida
a la confección del testamento.
Por otra parte, varios de estos supuestos que se llaman de caducidad, son
supuestos de hecho o derechos no exclusivos de la voluntad testada (excepto el
caso de desheredación), y también se aplican para la sucesión ab intestata. Pero
en la medida que la institución hubiese sido testamentaria y no por llamamiento
legal, la ley anuda unas determinadas consecuencias: o la invalidación o la
ineficacia de la designación hereditaria. Por invalidez ocurre una privación del
derecho a suceder por el heredero instituido - el ordenamiento no quiere que el
mecanismo sucesorio se abra para tal heredero - y por tanto él no sucede; la
institución como tal se invalida. Por la ineficacia, en cambio, la institución es
válida, pero resulta de imposible cumplimiento. "La caducidad consiste en la
pérdida de eficacia del testamento o de alguna de sus disposiciones no por
declaración o acto del testador, sino por sobrevenir circunstancias de hecho a
las que la ley atribuye tal efecto".
En conclusión, la (mal) llamada "caducidad" sucesoral hereditaria (para
distinguirla de la del legado) la defino como aquella situación jurídica que tiene
su origen en determinados supuestos normativos y en virtud de la cual queda sin
efecto o sin valor jurídico total o parcialmente la disposición testamentaria que
instituya uno o más herederos.

INCISO UNO: SUPERVIVENCIA DE HEREDEROS FORZOSOS

Este inciso se refiere a un típico caso de invalidez; el Derecho priva de valor total
o parcialmente a la institución del heredero nombrado, para que la ceda por
entero a otro con mayor derecho, o para que comparta su situación con otro que
también lo tiene.

El inciso 1) alude a los herederos forzosos, que solamente son aquellos citados
en el artículo 724°, o sea, los hijos y demás descendientes, los padres y demás
ascendientes y el cónyuge. Estos forzosos tienen derecho a compartir la
herencia con otros forzosos, o deben ser preferidos sobre los voluntarios

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designados, salvo que, los "forzosos" hayan recibido su legítima con legados o
donaciones, pues si ésta ya se ha recibido nada hay que impida designar a otro
como heredero.

Una primera lectura del inciso 1) parecería tener que llevar a la conclusión que
la caducidad solo se produce cuando después de la confección del acto
testamentario nacen hijos, nietos u otros descendientes, o cuando el testador
haya contraído matrimonio. Los ascendientes, pues, quedarían excluidos. Pero
eso no es del todo correcto, porque con posterioridad al testamento su autor
puede haber sido adoptado generando en favor del adoptante los derechos
sucesorios y legitimarios consiguientes.

El precepto que analizamos reclama que los herederos forzosos sobrevenidos


estén vivos al momento de producirse el fallecimiento del testador. Eso es lógico,
porque si no lo estuvieran por haber premuerto, no podría haber delación
respecto de ellos. Y si hubieran vivido entre la facción del testamento y la muerte
del testador, no transmiten derechos hereditarios que nunca los tuvieron (salvo
la representación).

Se exceptúa de lo anterior el caso de los póstumos. La norma precisa en este


caso que se produce la caducidad si están concebidos al momento de la muerte
del testador, "a condición" de que nazcan vivos. La excepción no ofrece
complejidad de ninguna especie, salvo la de asegurarse que el nacido vivo
efectivamente estaba concebido y que es hijo o descendiente del testador.

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4. NULIDAD

La nulidad se produce cuando la ley declara la ineficacia de un testamento por


falta de las solemnidades y requisitos necesarios para su validez.

4.1.1 NULIDAD ABSOLUTA DEL TESTAMENTO

Tal como ya ha quedado establecido, siendo el testamento un acto jurídico por


lo tanto deberá cumplir con todas las exigencias, o requisitos necesarios para la
validez de los actos jurídicos en general, y que como meridianamente lo señala
el art. 140 del c.c, estos requisitos están referidos al agente capaz, que alude a
la persona que lo otorga la misma que debe contar con capacidad civil;
objeto física y jurídicamente posible, referidos al objeto del testamento que no
solo debe ser posible materialmente sino guardar conformidad a derecho; fin
licito, que nos conduce a las normas imperativas y por lo tanto de obligatorio
cumplimiento; y observancia de la forma prescrita, y que en sucesiones ello
resulta siento indispensable por tratarse de actos solemnes, a tal punto que de
no cumplirse la forma, la misma norma consigna la sanción, esto es la nulidad.
Se dará en los casos en que hay que considerar el testamento inexistente por
falta de alguno de sus requisitos esenciales.

Son causas de nulidad total:

 EL TESTAMENTO ES NULO CUANDO LE FALTA LA


MANIFESTACION DE VOLUNTAD DEL TESTADOR

En doctrina se suele incluir en esta causal los testamentos que han sido
otorgados bajo violencia física en tanto que el acto no ha contado con
la libertad indispensable , a la par de que por ello falta una auténtica
voluntad, entonces se dice que estamos ante la carencia de voluntad ,
pues se trata de un acto no deseado, sino impuesto al testador por un
tercero; no entrarían en este supuesto los testamentos otorgados
por escritura pública, debido a la presencia de notario y testigos, y en
menor medida podría considerarse al testamento cerrado, por la misma
razón de intervención de notario y testigos, cuya presencia descartaría la

19
violencia física contra el testador, al menos respecto del acto de entrega
del testamento propiamente dicho.

También se considera en doctrina como falta de manifestación de


voluntad cuando estamos ante un testamento ilegible y por lo tanto no se
puede entender lo expresado en este, o su redacción es confusa, lo que
impide entender y comprender cuál es la voluntad del testador; el
supuesto comprendería los casos de testamentos cerrados u ológrafos ,
mas no el de escritura pública por la presencia de notario, quien estaría
en la obligación de solicitar claridad en la redacción de las clausulas
testamentarias.

 CUANDO SEA CELEBRADO POR PERSONA ABSOLUTAMENTE


INCAPAZ
A tenor de lo dispuesto en el art. 43 del código civil, son incapaces
absolutos los menores de 16 años, los privados de discernimiento por
cualquier causa, y los sordomudos, ciego sordos y ciego mudos que no
pueden expresar su voluntad de manera indubitable. El art. 808 del c.c del
código civil, en su primera parte , alude a la nulidad del testamento
otorgado por incapaces menores de edad, y por los mayores enfermos
mentales cuya interdicción ha sido declarada; sobre el particular, la
división que hace el legislador es prudente, pues si se trata de menores
de edad, los hay aquellos que por su edad cronológica todavía deberían
ser incapaces, sin embargo, han salido a la capacidad por haber
contraído matrimonio civil , o adquirido un tirulo que los habilite para
ejercer una profesión u oficio, supuestos contemplados en el art. 46 del
c.c.

 CUANDO EL OBJETO ES INDETERMINABLE FISICA O


JURIDICAMENTE IMPOSIBLE

En el caso del testamento, este será nulo cuando el objeto no pueda


identificarse, precisarse, no se pueda individualizar, y también cuando el
objeto no pueda cumplirse materialmente, o cuando el objeto del
testamento no guarde conformidad a derecho o esté en contra
abiertamente de la ley.

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 CUANDO ADOLEZCA DE SIMULACION ABSOLUTA

La simulación se presenta generalmente en los actos bilaterales, al


aparentarse celebrar un acto, pero que es solo apariencia porque en
realidad no hay voluntad para hacerlo; ahora bien, aplicar la simulación
absoluta en sede de testamentos, resulta harto difícil, en tanto que
estamos ante un acto jurídico unilateral que no requiere la concurrencia
de otra persona para su existencia, a la par que resulta difícil se dé una
situación en que una persona aparenta testar no teniendo una voluntad
real de hacerlo, pues bien, puesto en ese escenario acaecido la
muerte del testador que habría simulado su testamento, como podríamos
atacar ese testamento, como podríamos hurgar la voluntad de una
persona que ya no existe , preguntas difíciles de dar respuesta. Por ello
se cree que la simulación absoluta no es de aplicación para el caso de
nulidad del testamento.

 CUANDO NO CUMPLA LA FORMALIDAD LEGAL

Este acto jurídico es solemne en tanto que obligatoriamente debía


seguirse la forma establecida por ley para que tenga vida; forma, debemos
entenderla como el conjunto de requisitos necesarios para que un acto
produzca los efectos deseados, y de lo que llevamos señalado, el
testamento es un acto jurídico formal, y de no cumplirse con estas
formalidades, entonces se dice que el acto es nulo.

Los requisitos formales deben cumplirse inevitablemente, escritura, el


testamento es siempre escrito, consignar la fecha de su otorgamiento,
consignar el nombre de su otorgante, y por ultimo debe estar firmado por
el testador. Sin las exigencias legales establecidas, tanto para el
testamento ordinario y para los especiales, no hay testamento, será
atacado de nulidad insalvable.

Nuestro código civil también regula situaciones especiales en las que el


testador es invidente y analfabeto, en las que se establecen, para garantía
del mismo testador, otros requerimientos de obligatorio cumplimiento. Se
pronuncia sobre el requisito de la firma en los invidentes y analfabetos, en
la hipótesis probable de que no puede ser dada por el testador. En este

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supuesto y para evitar nulidades, la exigencia de la firma se suple con la
firma del testigo testamentario que el mismo testador designe.

 CUANDO ES CONTRARIO A LAS LEYES QUE INTERESAN AL


ORDEN PÚBLICO Y A LAS BUENAS COSTUMBRES

Se dice que es contrario al orden público, la disposición testamentaria por


la cual se establece un régimen de indivisión entre varias personas y en
la que se dispone que el último sobreviviente adquirirá
la propiedad definitiva del bien, y entendemos el pronunciamiento, en
tanto que la indivisión por mandato de la ley puede ser dejada por el
testador no de toda sucesión, sino de una empresa que exista dentro del
patrimonio hereditario; por otro lado, no puede ser indefinida. Así mismo,
como sabemos el bien indiviso pertenece a todos los coherederos,
quienes tienen su cuota hereditaria, la misma que no puede ser privada
por voluntad del testador, salvo los casos de desheredación, y no puede
ser privada porque se estaría afectando la legítima.

 EL TESTAMENTO ES NULO CUANDO LA LEY LO DECLARA


EXPRESAMENTE

Sobre el particular, hay que decir que existen hasta 4 normas en las que
el legislador se pronuncia expresamente sobre la nulidad de los
testamentos.

El art. 808 del c.c que ya hemos revisado, declara la nulidad del
testamento otorgado por el enfermo mental declarado en interdicción, o el
menos de edad; el art. 811 también ya tratado y que gira sobre la nulidad
de los testamentos por defectos de forma, esto es tratándose de los
testamentos ordinarios y el 813 que alude a los testamentos especiales;
y por último el 814 que señala que el testamento mancomunado es nulo,
entendiéndose la nulidad porque el testamento tiene como característica
ser individual, es decir que el otorgado por una persona, con lo cual se
garantiza una auténtica libertad testamentaria, un testamento no puede
contener la expresión de voluntad de varias personas, es preciso que las
disposiciones establecidas en este, emanen de una voluntad única, el
testamento al ser otorgado en común por 2 o más personas resta

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autonomía y libertad a cada uno de los otorgantes de manera que ninguna
otra persona pueda influenciar en la voluntad testamentaria u obstaculizar
la facultad de revocación del testador en el caso que desee proceder de
esa manera.

4.1.2 LA ACCIÓN DE NULIDAD DE UN TESTAMENTO Y EFECTOS


Se trata de una acción que se ejercita (demanda que se interpone) por un
abogado ante los Tribunales a instancias de cualquier perjudicado por un
testamento en el que concurran las causas de nulidad o anulabilidad
anteriormente citadas.

La acción (demanda) puede dirigirse contra otros herederos o legatarios


(depende de los casos).

Si la nulidad llega a declararse, sus efectos serán:

a) La cesación de efectos del testamento, o de las cláusulas del mismo


objeto de anulación. Esto implicará, o bien la validez del testamento anterior
válido, o la apertura de la sucesión intestada.

b) La declaración de nulidad surtirá efectos incluso contra terceros, aunque


éstos no hubieren litigado.

c) El causante de la amenaza, dolo o fraude incurre en indignidad para


suceder y el Notario que lo otorgó será responsable de los daños y perjuicios
que sobrevenga, si obró con malicia, ignorancia o negligencia inexcusables.

d) El testamento cerrado nulo por falta de formalidades establecidas en su


otorgamiento, será sin embargo válido como testamento ológrafo, si todo él
estuviere escrito y firmado por el testador y tuviere las demás condiciones
propias de éste testamento.

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ARTÍCULO 808°.- Es nulo el testamento otorgado por incapaces menores
de edad y por los mayores enfermos mentales cuya interdicción ha sido
declarada. Es anulable el de las demás personas incapaces
comprendidas en el artículo 687.

a) Menores de edad

De acuerdo con el artículo 687 del Código Civil, se comprenden como incapaces
de otorgar testamento a los menores de edad; debiendo tenerse en cuenta la
excepción referida a los mayores de 16 años de edad que contraen matrimonio
u obtienen un título oficial que los autorice a ejercer una profesión u oficio, lo que
determina que adquieren la capacidad civil plena y, paralelamente, asumen la
capacidad de otorgar testamento.

b) Mayores enfermos mentales

Según el artículo 808, es nulo el testamento otorgado por enfermos mentales


mayores de edad, cuya interdicción ha sido declarada, aquí de la norma se
deduce que la incapacidad del otorgante ya fue previamente declarada mediante
el proceso de interdicción. Esta causal guarda concordancia con el artículo 687
que comprende a los retardados mentales como incapaces de testar.

La interdicción tiene por objeto incapacitar a una persona en forma absoluta para
celebrar toda clase de negocios jurídicos. El testamento celebrado por el
interdicto queda atacado de nulidad absoluta, aunque se ofreciere probar o se
probare que en el momento de testar no estaba dominado por la demencia, en
razón de encontrarse en un intervalo lúcido. La interdicción precisamente
persigue destruir, desde el punto de vista jurídico, todo intervalo lúcido. En este
caso, el estado de la enfermedad mental no requiere prueba especial, fuera de
la respectiva resolución judicial de interdicción judicial y la circunstancia de
haberse hecho testamento durante su vigencia.

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También son nulos los testamentos otorgados por quienes carezcan al momento
de testar, por cualquier causa, aunque sea transitoria, de la lucidez mental y de
la libertad necesarias. La afectación de las capacidades mentales de una
persona conlleva a que la voluntad se encuentre viciada de nulidad.

c) Es anulable el de las demás personas incapaces comprendidas en el artículo


687°

En este supuesto se encuentren comprendidos los que por cualquier causa se


encuentren privados de discernimiento (inciso 2 del artículo 43°), los
sordomudos, los ciego-sordos y los ciego-mudos que no pueden expresar su
voluntad de manera indubitable (inciso 3 del artículo 43°); También los
retardados mentales (inciso 2 del artículo 44°), los que adolecen de deterioro
mental que les impide expresar libre su voluntad, los ebrios habituales (inciso 6
del artículo 44°), los toxicómanos (inciso 7 del artículo 44°).

ARTÍCULO 809°.- Es anulable el testamento obtenido por la violencia, la


intimidación o el dolo. También son anulables las disposiciones
testamentarias debidas a error esencial de hecho o de derecho del
testador, cuando el error aparece en el testamento y es el único motivo
que ha determinado al testador a disponer.

No basta que el testador tenga la abstracta capacidad legal necesaria para


testar, pues su voluntad concreta en un momento determinado puede no ser
libremente formada o emitida y, por tanto, si así fuese no podría serie atribuida
como actuación emanada de su auténtica personalidad. En ese sentido, la
voluntad no debe estar viciada por la violencia, la intimidación, el dolo y el error
esencial de hecho o de derecho.

1) VIOLENCIA O INTIMIDACIÓN:

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Estos vicios de la voluntad están relacionados a la libertad con la que
procede el testador, pues se exige que la manifestación de voluntad
testamentaria sea libre y consiente. La violencia o intimidación en el
otorgamiento de un testamento es la coacción física o moral que una
persona puede ejercer sobre el testador con fines de obtener del mismo
un provecho indebido para sí o para otros, de modo tal que las
disposiciones puestas en el testamento están afectadas de vicios de la
voluntad.

Para que se anule el testamento debe probarse que la violencia se ejerció


con ocasión del otorgamiento del acto, pues el mero silencio posterior no
implica confirmación; pero los jueces deben ser muy reticentes para
admitir la prueba de la violencia, si resulta que más tarde, pudiendo haber
revocado el causante el testamento, no lo ha hecho.

Si se prueba que hubo violencia sobre el testador, además de


demandarse la anulabilidad del testamento, también podrá pedirse que se
declare la indignidad para suceder de quien empleó la coacción o ejercitó
la violencia, si fuera alguno de los sucesores.

2) DOLO:
De acuerdo con la doctrina, el dolo en los testamentos puede revestir dos
formas, el dolo por sugestión y el dolo por captación. La primera forma,
esto es el dolo por sugestión, se presenta cuando una tercera persona
logra que el testador odie a las personas que pensaba gratificar por
testamento, quedando así "viciada una asignación cuando se sugestiona
al testador para crearle odio a una persona a quien quiere dejar una
asignación y obtener, como consecuencia, que se la deje a él o a otra
persona". En cambio, el dolo por captación ocurre cuando un tercero
simula un afecto especial hacia el testador, con la finalidad de obtener la
ratificación por testamento o el aumento de su legado, siendo causa de
nulidad del testamento. En uno u otro caso, se le priva al testador de Ia
necesaria libertad de decisión.

En materia testamentaria se tienen en cuenta formas de engaño más


sutiles que las que se toman en consideración en los contratos. En ellas

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hay un comportamiento que busca predisponer al testador, sirviéndose de
manifestaciones insinceras de afecto, de alegaciones falaces, de
calumnias contra posibles beneficiarios, de engaños diversos, etc. Con
tales procedimientos se puede conseguir, entre otras cosas, desviar los
propósitos del testador, debilitar su voluntad, inducirlo a error, así como la
expulsión hereditaria de determinadas personas; todo ello orientado a
obtener la disposición testamentaria (total o parcialmente) en beneficio
propio o de terceros.

El dolo se traduce en maquinaciones fraudulentas que se ejercen sobre


la voluntad del testador para inducirlo a otorgar el acto de manera diversa
de la que, en otras circunstancias, pudo haberlo otorgado. El testamento
no resulta así el reflejo del libre y espontáneo querer del autor del acto
mortis causa. Entonces, el dolo viene a ser la inducción deliberada a un
error por el testador mediante el uso del engaño o astucia, con el propósito
de que el testador dicte su testamento de determinada manera. Sin
embargo, tales artificios para que configuren el dolo deben haber sido
utilizados de forma determinante, en la contribución de la alteración de la
voluntad del testador.

Así, el testamento deberá anularse cuando la captación de la voluntad del


testador se ha logrado con medios o procedimientos reprobables, por
maniobras o alegaciones falaces, tales como calumnias contra la familia,
intercepción de la correspondencia, alejamiento de los parientes o de los
domésticos fieles, intrusión incesante en los negocios del disponente, o
autoridad dominadora

3) ERROR ESENCIAL DE HECHO O DE DERECHO:


Si el error surge del propio testamento, entonces la invalidez de la cláusula
se fundará en que el juez tiene el deber de hacer prevalecer la auténtica
voluntad del causante; en otros términos, hay aquí tan solo un problema
de interpretación de la declaración de voluntad del causante. Puesto que,
no pueden hacerse valer contra las disposiciones testamentarias pruebas
extrañas al testamento mismo; de lo contrario sería fácil desvirtuar las

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disposiciones de última voluntad fraguando pruebas que demuestren
supuestos errores del causante.

Para que el testamento pueda ser anulado por el vicio del error, éste debe
haber sido esencial, ya sea de hecho o de derecho, en otras palabras que
tal error aparezca en el testamento como el único motivo que determinó
su otorgamiento. De forma concordada debemos acudir al artículo 202°
de nuestro Código que regula el error esencial en tres supuestos, a saber:
1.- Cuando recae sobre la propia esencia o una cualidad del objeto del
acto que, de acuerdo con la apreciación general o en relación a las
circunstancias, debe considerarse determinante de la voluntad; 2.-
Cuando recae sobre las cualidades personales de la otra parte, siempre
que aquéllas hayan sido determinantes de la voluntad; 3.- Cuando el error
de derecho haya sido la razón única o determinante del acto.

En el fondo todo se reduce a un problema de interpretación de la


declaración de voluntad del causante en el testamento. Si no existe el
motivo determinante de la liberalidad, ésta será nula por falta de causa.
El juez solo podrá decretar la nulidad si llega a la conclusión de que el
hecho supuesto por el testador ha sido determinante de su voluntad,
basándose en los términos mismos del documento. Tampoco podrán
alegarse pruebas extrañas al testamento, como no sean corroborantes de
una fuerte presunción surgida de él.

ARTÍCULO 810°.- Cuando un testamento ha sido otorgado expresando


como causa la muerte del heredero instituido en uno anterior, valdrá éste
y se tendrá por no otorgado aquél, si resulta falsa la noticia de la muerte.

El artículo 810 el legislador ha precisado el error por falsa causa basado en el


hecho de que el testamento fue otorgado en la creencia de la muerte de un

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heredero que fue instituido en un testamento anterior; entonces si esta
presunción luego resulta falsa o contradicha por la realidad, en dicho supuesto
se considerará válido el primer testamento, de modo que el segundo no surtirá
efectos por adolecer de nulidad.

Un ejemplo, "yo instituyo el día de hoy por testamento como mi heredero a Pedro,
pasa algún tiempo y tengo noticias que Pedro ha muerto en un naufragio,
entonces digo: habiendo hecho un testamento anteriormente por el cual yo
instituía como mi heredero, pero como tenqo noticias que ha fallecido es mi
voluntad nombrar heredero a Juan. Como regla ,general el nuevo testamento
revoca al anterior (salvo las compatibilidades que pueden haber), pero ocurre
que después de cierto tiempo se conoce que Pedro vive, que la noticia de su
muerte fue falsa; entonces como en el nuevo testamento se ha expresado que
éste vale solo en virtud de la noticia de la muerte de Pedro, resulta pues, que
siendo falsa la causa puesto que Pedro vive, el testamento nuevo se considera
como no otorgado, subsistiendo en consecuencia, el anterior testamento hecho
a favor de Pedro"

ARTÍCULO 811°.- El testamento es nulo de pleno derecho por defectos


de forma, si es infractorio de lo dispuesto en el artículo 695° o, en su
caso, de los artículos 696°, 699° y 707°, salvo lo previsto en el artículo
697°.

De acuerdo con esta norma, el testamento es nulo cuando no observe el


cumplimiento de las formalidades comunes a todo testamento reguladas en el
artículo 695° como: la forma escrita, la fecha de su otorgamiento, el nombre del
testador y la firma del testador. También será nulo el testamento cuando no se
observan las formalidades esenciales dependiendo de qué clase de testamento,
por ejemplo del testamento por escritura pública (artículo 696°), testamento
cerrado (artículo 699°) y testamento ológrafo (artículo 707°).
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En nuestra legislación, en el artículo 707° se prevé el caso del testamento
cerrado, que en el proceso de comprobación judicial, el juez compruebe que la
cubierta del sobre que contiene el testamento se encuentre deteriorado, de
manera que haya sido posible el cambio del pliego, entonces dispondrá que el
testamento valga como ológrafo, siempre que reúna los requisitos previstos en
la primera parte del artículo 707°.

ARTÍCULO 812°.- El testamento es anulable por defectos de forma


cuando no han sido cumplidas las demás formalidades señaladas para
la clase de testamento empleada por el testador. La acción no puede ser
ejercida en este caso por quienes ejecutaron voluntariamente el
testamento, y caduca a los dos años contados desde la fecha en que el
heredero tuvo conocimiento del mismo.

Dado que el artículo 811° califica de nulos los testamentos que carezcan de las
formalidades generales establecidas en el artículo 695° y de las esenciales
prescritas para el testamento en escritura pública, el cerrado y el ológrafo, la
anulabilidad dispuesta en el artículo 812° opera solo para el testamento militar y
el testamento marítimo.

Por otra parte, el artículo 812° introduce una norma de excepción al señalar que
la acción "caduca a los dos años contados desde la fecha en que el heredero
tuvo conocimiento del mismo" [del testamento]. Se trata, en efecto, de caducidad,
pues el derecho a la acción de anulabilidad, en la hipótesis del artículo 812°,
nace con un plazo prefijado en la norma, que se computa desde la fecha en que
se toma conocimiento del testamento. Siendo así, la norma establece un plazo
de caducidad, ya que estatuye un derecho de accionar la anulabilidad del
testamento por defecto de forma; si bien, en principio, la norma general aplicable
sería la de la acción de anulabilidad establecida en el inciso 4 del artículo 2001°
del Código, en este caso, no existe pretensión sino el derecho a recurrir al
magistrado para que declare anulado el testamento.

30
ARTÍCULO 813°.- Los testamentos especiales son nulos de pleno
derecho cuando falta la forma escrita, la firma del testador o de la
persona autorizada para recibirlos. Son anulables en el caso del artículo
812°.

Mediante esta norma se sanciona con nulidad a los testamentos especiales, el


testamento militar y marítimo, con nulidad de pleno derecho cuando falte la forma
escrita, la firma del testador o de la persona autorizada para recibirlos. En cuyo
caso nos remite al acto de su otorgamiento que regulan los artículos 713° y 717°.

En su segunda parte, el artículo nos señala que el testamento será anulable en


el caso del artículo 812°. Como ya se ha expuesto al comentar el artículo 812°,
éste contiene un plazo de caducidad para ejercer la acción de anulabilidad a los
dos años contados desde la fecha en que el heredero tuvo conocimiento del
testamento.

No existe, en rigor, nulidad de pleno derecho. Toda nulidad debe ser solicitada y
declarada judicialmente.

ARTÍCULO 814°.- Es nulo el testamento otorgado en común por dos o


más personas.

El Código Civil francés, el cual tiene una norma que prohíbe hacer testamentos
mancomunados, señala que un testamento no puede contener la expresión de
la voluntad de varias personas. Es preciso que las disposiciones establecidas en
él emanen de una voluntad única, de manera que ningún otro individuo pueda

31
poner obstáculos a esa voluntad el día que quiera ejercitar el derecho de
revocación que la ley quiere reservarle. En otros términos, la ley prohíbe el
testamento hecho en un acto que ofrezca carácter contractual.

Siendo el testamento por excelencia un acto personalísimo, es además una


disposición de última voluntad de los bienes y derechos de los cuales es titular
una persona, por ello debe hallarse al margen de toda coacción, de toda
influencia para tener la garantía de disponer libremente. Por lo tanto, si se hace
un testamento en común con otra u otras personas, ese testamento no tendría
ninguna garantía porque hay que suponer que aquel que hace el testamento en
común con otro se halla, indudablemente bajo la influencia de éste, no tendrá la
suficiente independencia, lo que la ley no puede permitir, porque de permitirla
será hacer en realidad un contrato entre los que han participado en el
testamento. Esta sanción de nulidad al testamento común o mancomunado está
acorde a lo dispuesto en el artículo 690° que consagra el carácter personal y
voluntario del acto testamentario.

CONCLUSIONES
1. La revocación del testamento resulta un negocio inter vivos, dado que sus
efectos jurídicos se producen de manera inmediata, atacando a un
negocio preexistente al provocar que el reglamento jurídico negociar en él
contenido ya no le sea imputable a su autor
2. La caducidad de un testamento, sobre entendida como la perdida de
eficiencia del mismo aun siendo completamente valido, por causar
extraños a la voluntad del testador, no representa un vicio, a pesar de que
el acto es un acto jurídico es perfecto, existe una imposibilidad de que
surta sus efectos por hecho ajeno al testador.
3. El testamento es calificado como un acto jurídico sui generis que tiene
que ser otorgado por todas las formalidades prescritas por la ley.
Considerando que su carácter mortis causa no puede ser convalidado por
el testador.
4. La revocación expresa de un testamento al tener que hacerse
necesariamente por otro testamento, este no podrá escapar a la ineludible
forma escrita común de todo acto testamentario, por eso es que decimos

32
que la forma de la revocación subyace en la propia forma del acto
testamentario.

RECOMENDACIONES

1. La redacción del artículo 798 es correcta, sin embargo, a nuestro se


podría mejorar con el cambio de la pararan tiempo por momento. Esto
se debe a que las legislaciones son para la sociedad, y aludir tiempo
con la que denota a un pasado, presente y futuro; por lo tanto,
momento, más certero. Con lo que se quedaría. El testador tiene el
derecho de revocar, en cualquier momento, sus disposiciones
testamentarias. Toda declaración que haga en contrario carece de
valor.
2. El articulo 804 expone que el testamento ológrafo queda revocado si
el testador lo rompe, lo destruye o lo inutiliza de cualquier manera;
ahora. En esta redacción se aprecia cuando el mismo testador quien
realiza el actuar de manera voluntaria; lo cual es lógico porque la
revocación tiene esta naturaleza. Sin embargo, podría incorporarse la
situación cuando el documento se destruye o deteriora por causas
ajenas al testador, esto es con la finalidad e desarrollar con el articulo
con supuestos más completos.
3. El articulo 805 regula la caducidad del testamento, siendo que en su
numeral 2 y prescribe para el caso del cónyuge que el testamento
caduco si se declara la separación judicial por culpa propia o el
divorcio. Este artículo resulta, a nuestro criterio un poco ambiguo,
porque no sabemos si la separación judicial debe ser declarada antes
de la muerte o también tiene aplicación estando en trámite un proceso
de divorcio, condición que no cabe dudas en el caso del concebido.
Por lo tanto, debería aclararse este punto y tener una mejor redacción
para efectos de aclarar situaciones controvertidas.

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BIBLIOGRAFÍA

Aguilar Llanos, B. (2011). Derecho de Sucesiones . Peru: Ediciones Legales.


Ferandez Arce , C. (2004 ). Derecho de Sucesiones. Lima,Peru: Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Hinostroza Minguez, A. (2005). Derecho de Sucesiones . Lima: Idemsa.
quispe, R. S. (2009). Manual de Derecho de Sucesiones . Peru : Jurista Editores.

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ANEXOS:

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