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Universidad Nororiental Privada

“Gran Mariscal de Ayacucho”.


Escuela – Derecho
Núcleo Maturín
Maturín – Estado Monagas.

INCUMPLIMIENTO
VOLUNTARIO
TEMPORAL (MORA).

Profesora:

Luisa García Hernández.

Integrantes:

Carmen Bermúdez.
Gabriela Nuñez.
Luis Loran.
Noreidis Guerra.
Sandra Blanco.

DERECHO CIVIL-OBLIGACIONES.
Sección: 1D1.

Noviembre 28 del 2023.


ÍNDICE.

Contenido Pag.
Introducción.........................................................................................................3

La Mora............................................................................................................... 4

Fundamento Legal...........................................................................................4

Elementos de la Mora......................................................................................... 5

Clases de Mora................................................................................................... 8

Requisitos de la mora del acreedor.................................................................9

La Interpelación.................................................................................................13

Efectos de la Mora............................................................................................ 15

Purga o Extinción de la Mora............................................................................17

Casos en que no existe la mora.....................................................................18

Conclusión.........................................................................................................19

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INTRODUCCIÓN.

La mora o el incumplimiento voluntario temporal es una figura


establecida por el derecho de obligaciones, donde la persona que entra en
mora, pudiendo ser el acreedor o el deudor, siendo las partes que conforman
las obligaciones, debe de cumplir con la remuneración de los daños y perjuicios
ocasionados en base a el incumplimiento temporal, por cualquiera de las
partes.

Esta figura, busca garantizar el cumplimiento de las obligaciones


contraídas de manera voluntaria entre partes, en su debido tiempo y en el
momento y lugar oportuno para cualquiera o ambas partes. Consagrados en el
Código Civil Venezolano.

Cabe destacar, que la mora se caracteriza por ser, precisamente un


incumplimiento voluntario temporal, es decir, que la prestación contraída con la
obligación constituida, si se realiza, pero en un momento distinto al acordado,
tomando en cuenta que, pudiera suceder que el acreedor ya no quiera recibir la
prestación por parte del deudor.

Ha de depender, cuál de las partes realiza el incumplimiento voluntario


temporal, cayendo así, en mora, para identificar la clase de mora que tenemos
presente, a su vez basándose en los requisitos que ha de cumplir para
configurar la mora dentro de las clases existentes.

El acreedor, por su parte, posee la facultad de exigirle al deudor el


cumplimiento inmediato de la obligación, por medio de la interpelación.

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 La Mora.

A medida que ha pasado el tiempo el concepto de obligación ha variado


durante los períodos de la historia de Roma, durante las institutas de
Justiniano, la obligación se define como un vínculo jurídico que nos constriñe a
pagar algo a otro, posteriormente se definió como aquella relación jurídica en
virtud de la cual el acreedor tiene un derecho subjetivo a exigir del deudor una
determinada prestación, patrimonialmente valorable, orientada a satisfacer un
interés licito, y ante el incumplimiento de obtener forzosamente la satisfacción
de dicho interés, sea en especie o de manera equivalente. Cuando esta se
contrae, se produce en el acreedor una expectativa de Derecho, cobrar la
prestación debida.

Toda deuda supone un pago, el cual puede realizarse de forma


voluntaria, cumpliéndose del mismo modo en el que ha sido pactada, así lo
consagra la norma en el Código Civil Venezolano en su artículo 1.264
señalando que, “las obligaciones deben cumplirse exactamente como han sido
contraídas” siendo este el deber de la ejecución exacta de la responsabilidad,
pero también puede acontecer que el deudor incurra en el incumplimiento de la
inejecución de la obligación, de forma temporal, en la cual simplemente no
realice la prestación exactamente como debía en la oportunidad y en el tiempo
fijado, sino en una oportunidad posterior a la prometida, por lo tanto,
estaríamos en presencia de la mora.

La mora es uno de los principales presupuestos de la


responsabilidad civil contractual y es entendida como el retardo culposo o
demora injustificada en el cumplimiento de la obligación debida, tanto el deudor
como el acreedor puede incurrir en la mora.

 Fundamento Legal.

Tal acepción, se afirma plenamente en el artículo 1.271del Código Civil,


que establece que el deudor de una obligación pactada será condenado al
pago de daños y perjuicios, por el incumplimiento de la obligación pactada en el
momento indicado en el contrato, así como el retardo en la ejecución, sino
prueba que la ejecución o el retraso dependen o provienen de una causa

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extraña que no le sea imputable, aunque de parte del obligado o deudor no
haya habido mala fe.

Esto con lleva la idea de un deudor que debido a culpa de su parte,


cumple tardíamente su obligación. Si no hay culpa no puede haber mora.
Ejemplo, de este tipo de obligaciones la constituyen las obligaciones a término
esencial. Así pues, no todo retraso en el cumplimiento del deudor implica la
existencia de mora en su actuación. Cuando alguien no cumple sus
obligaciones por caso fortuito o fuerza mayor, o sea, por motivos fundados, y
avisa de ello a su acreedor, queda liberado de las consecuencias de su retraso.
Para que exista mora la obligación debe ser exigible, por lo que el plazo debe
estar vencido o haberse cumplido la condición suspensiva a la que estaba
subordinado el nacimiento de la obligación.

Un retraso intencionado en el cumplimiento de una obligación supone un


incumplimiento parcial, que puede provocar perjuicios más o menos graves en
el acreedor, y como tal incumplimiento es tratado en los diferentes
ordenamientos jurídicos.

Ahora bien, si el retraso en el cumplimiento del deudor se debe a la


concurrencia de una acción u omisión del acreedor que impide que el deudor
pueda cumplir a su debido tiempo, se dice que existe mora del acreedor y
puede tener efectos liberatorios para el deudor de las responsabilidades
derivadas de su falta de oportuno cumplimiento.

 Elementos de la Mora.

1. Un elemento de hecho constituido por el retardo en el cumplimiento de la


obligación, la obligación no se cumple en el momento o tiempo que fue prevista
su ejecución sino en un momento o tiempo posterior. Este elemento es
importantísimo para la existencia de la mora y esencial a dicha noción, pero no
debe confundirse con la mora misma. Toda mora implica un retardo o un
retraso en el cumplimiento de la obligación, pero no todo retardo o retraso en el
cumplimiento de la obligación constituye mora. Para que el retardo en el
cumplimiento de la obligación constituya mora es necesario que dicho retardo

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sea imputable al deudor, o dicho de modo más técnico, debe tratarse de un
retardo culposo.
2. Un elemento de naturaleza jurídica que es la culpa, (tomada esta noción
en su acepción más lata que abarca al dolo) el retardo o retraso o tardanza en
el cumplimiento debe ser culposo, determinado por una causa imputable al
deudor. Si el retardo se debe a una causa extraña no imputable no procederá
la noción de mora, sino estaremos en presencia de un caso de incumplimiento
involuntario.

En este orden de ideas es conveniente tener en cuenta que sobre el


deudor que cumple con tardanza sus obligaciones pesa una presunción de que
tal retardo es culposo; presunción de carácter juris tantum o relativa, pues el
deudor puede desvirtuarla si demuestra que ese retardo proviene de una causa
extraña no imputable. Así lo consagra el artículo 1271 del Código Civil que
dispone: "El deudor será condenado al pago de los daños y perjuicios tanto por
inejecución de la obligación como por retardo en la ejecución, sino prueba que
la inejecución o el retardo provienen de una causa extraña que no le sea
imputable, aunque de su parte no haya habido mala fé".

3. Otro elemento de naturaleza jurídica viene a ser la responsabilidad civil


que se desprenda de la mora. Cuando el retardo culposo causa daños y
perjuicios, la parte que ha incurrido en dicho retardo queda obligada a
indemnizarlos. La responsabilidad civil no es un elemento permanente de la
mora, sino un elemento accidental. Habrá responsabilidad civil cuando se
causen daños y perjuicios. Si el retardo culposo no causa daños, nada habrá
que indemnizar y por lo tanto no surgirá ninguna obligación de reparar. La
prueba de los daños y perjuicios debe efectuarla la parte que los ha
experimentado, a quien corresponde entablar la respectiva reclamación.
Lo expuesto anteriormente es válido como principio general, ya que
existen situaciones excepcionales en las cuales la mora en la ejecución de una
obligación causa por ese mismo hecho daños y perjuicios sin necesidad de que
se deba demostrar la existencia de los mismos. Se trata de las obligaciones
que tienen por objeto sumas de dinero, en las cuales los daños y perjuicios
causados por el retardo culposo en el cumplimiento consisten en el pago de
intereses sobre la cantidad debida; salvo convenio de las partes o
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disposiciones especiales en contrario. Esos intereses pueden ser fijados de dos
maneras: bien por la ley y estaríamos en presencia del llamado interés legal,
equivalente al tres por ciento (3%) anual de la cantidad adeudada (art. 1746 del
Código Civil); bien por las partes, tratándose entonces del llamado interés
"convencional", que no puede exceder del uno por ciento (1%) mensual o doce
por ciento (12%) anual, límites máximos establecidos por los artículos 1746 del
Código Civil 1° del Decreto Nº 247 sobre Represión de la Usura.

Obsérvese que estamos ante una situación verdaderamente


excepcional que consiste en la procedencia de daños y perjuicios aun cuando
éstos no se hayan realmente experimentado; por ello el reclamante no está
obligado a demostrarlos. Salvo convenio en contrario de las partes, el retardo
en el cumplimiento de una obligación que recaiga sobre cantidades de dinero
produce daños y perjuicios equivalentes a un interés del tres por ciento (3%)
anual de la suma adeudada; si las partes nada disponen al respecto, y al
interés convencional, en caso de que las partes lo hubiesen pactado. Así lo
consagra el artículo 1.277 del Código Civil: "A falta de convenio en las
obligaciones que tienen por objeto una cantidad de dinero, los daños y
perjuicios resultantes del retardo en el cumplimiento consisten siempre en el
pago del interés legal, salvo disposiciones especiales Se deben estos daños
desde el día de la mora, sin que el acreedor esté obligado a comprobar
ninguna pérdida".

En el expresado artículo el legislador presume, a falta de convenio en


contrario de las partes y en defecto de disposiciones especiales, que el retardo
en el cumplimiento de obligaciones sobre sumas de dinero causa daños y
perjuicios, y estima la cuantía de los mismos cuando fija como tales el interés
legal. Esa presunción es en nuestro criterio, de carácter irrefragable o juris et
de jure, pues no admite prueba contraria capaz de desvincularla. Si no existe
convenio o disposiciones especiales en contrario, los daños y perjuicios son
procedentes ipso jure sin que de nada sirva al deudor demostrar la
circunstancia de la que el retardo culposo no causo daño alguno.

La estimación del legislador de los daños y perjuicios equivalentes al


interés legal es supletoria a la estimación efectuada por las partes, la cual se

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aplicará de preferencia a aquella. La estimación de las partes está sometida al
límite máximo fijado por los artículos 1746 C.C y el 1° del Decreto sobre
Represión de la Usura.

 Clases de Mora.

La doctrina establece las siguientes clases de mora.

1. Por su origen.
 Mora ex-contractu:

Es aquella en la cual el retardo culposo en el cumplimiento de una obligación,


es derivada de un contrato.

 Mora ex-lege:

Es aquella en la cual retardo culposo en el cumplimiento de una


obligación, es derivada de la ley.

2. Según los sujetos de la obligación que hayan incurrido en Mora.


 Mora accipiendi:

Es también conocida como mora credendi, siendo esta la mora del


acreedor. Es importante mencionar que nuestro código civil no desarrolla ni fija
los efectos de la mora del acreedor. Igualmente, tenemos que la mora del
acreedor es definida como aquel retardo injustificado por parte del acreedor, en
recibir el pago del deudor, entendiendo que cuando se habla de recibir el pago
del deudor, no debe entenderse como la entrega de una suma de dinero, sino
que el acreedor reciba del deudor la prestación a la cual este se obligó, o como
se menciona dentro de la doctrina, que el acreedor está obligado a recibir lo
que se le debe.

Debemos de tener en cuenta que, el retardo del acreedor no


necesariamente tiene que ser culposo, sino que deberá de ser injustificado, ya
que el no recibir, puede ser por medio de una manifestación de voluntad,
ejerciendo actos que impiden el cumplimiento del pago, o teniendo una actitud

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puramente pasiva, o que el acreedor no se presente a recibir el pago en el
lugar convenido para ello.

El acreedor podrá negarse a recibir el pago cuando este no esté


completo, o no corresponda a la cantidad de la prestación, o no sea en un
momento oportuno. Es importante mencionar que, el deudor posee un interés
legítimo en pagar y cumplir con la obligación, por su parte el acreedor posee la
obligación de cooperar o colaborar con el deudor en el cumplimiento de esta
obligación, ejecutando los hechos necesarios para que el deudor pueda
cumplir, presentándose en el lugar y momento del pago, indicando los
pormenores de la prestación de servicios a la que se ha obligado el deudor,
entre otros.

Requisitos de la mora del acreedor.

A. Según lo establecido en el artículo 1307 del Código Civil Venezolano,


que exista un ofrecimiento real completo del deudor, que cumpla la prestación
en el lugar y tiempo oportuno, además que la oferta debe ser hecha por una
persona capaz de pagar al acreedor o a la persona que esté autorizada para
recibirlo, la deuda debe de ser exigible y el pago ha de ser completo, con los
intereses causados.
B. Debe existir una negativa sin justa causa del acreedor para aceptar la
prestación.
C. Intervención judicial: A pesar de que no sea una exigencia legal el
deudor debe de acudir al procedimiento de oferta real y depósito para poner en
Mora al acreedor, ya que al ser exigible la prestación hay una presunción de
mora por parte del deudor, que puede ser destruida únicamente mediante la
prueba de ser el acreedor quien está en Mora.
D. Es importante mencionar, que hay algunos casos donde no se considera
necesario recurrir a este procedimiento, tales como; cuando el acreedor haya
manifestado de manera expresa e inequívoca su voluntad de no recibir el pago,
en las obligaciones de hacer que no implica la entrega de una cosa y cuando
se requiera un acto previo del acreedor para que el deudor pueda cumplir con
la obligación.

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Para los casos de las obligaciones de hacer que no implica la entrega de
una cosa y cuando se requiere un acto previo del acreedor, bastará el
requerimiento del deudor al acreedor para recibir el pago o para que ejecute el
acto previo necesario para el cumplimiento, requerimiento que puede ser
extrajudicial. Y seguido en el artículo 1306 del Código Civil nos establece que
los intereses dejan de correr desde el día del depósito legalmente efectuado y
la cosa depositada queda a riesgo y peligro del acreedor; por ende los efectos
de la mora del deudor no cesan solo con la notificación al acreedor, cuando sea
el caso de pagar una suma de dinero, cosa in genere, un cuerpo determinado
ha de ser necesario la intervención judicial, ya que hecho el requerimiento al
acreedor y el haberse desprendido el deudor de la cosa es necesario que se
levante un acta por el juez en la cual se indique la especie de las cosas
ofrecidas, la no aceptación por parte del acreedor o su comparecencia y en fin
el depósito según el artículo 1308 en su numeral 4, ejusdem.

En caso de que sea acerca de un cuerpo cierto, es decir, un objeto


determinado que deba ser entregado en el lugar en que se encuentre, el
deudor requerirá al acreedor para que lo reciba y si este no lo hace la cosa se
depositará en manos de un depositario, el cual debe ser nombrado por el juez
cuando se trata de un inmueble por naturaleza o por destinación, el deudor
puede pedir al juez que nombre el depositario, del cual se deduce que también
puede designarlo el propio deudor. En este caso el requisito es que el deudor
se desprenda de la cosa, y cuando se trata de sumas de dinero el depósito se
hará en un banco según el artículo 823 del Código De Procedimiento Civil.

 Mora solvendi:

Es también conocida como mora del deudor, siendo el retardo culposo en el


cumplimiento de una obligación por parte del deudor, establecido en el artículo
1269 del Código Civil Venezolano, el cual establece; “Si la obligación es de dar
o de hacer, el deudor se constituye en mora por el solo vencimiento del plazo
establecido en la convención. Si el plazo vence después de la muerte del
deudor, el heredero no quedará constituido en mora, sino por un requerimiento
u otro acto equivalente; y, únicamente ocho días después del requerimiento. Si

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no se establece ningún plazo en la convención, el deudor no quedará
constituido en mora sino por un requerimiento u otro acto equivalente”.

En conjunto con el artículo 1271 ejusdem, que establece; “El deudor será
condenado al pago de los daños y perjuicios, tanto por inejecución de la
obligación como por retardo en la ejecución, si no prueba que la inejecución
o el retardo provienen de una causa extraña que no le sea imputable, aunque
de su parte no haya habido mala fe”.

 Requisitos de la mora del deudor.

La doctrina nos establece los siguientes requisitos necesarios para la mora del
deudor:

A. La obligación debe ser válida, cierta, líquida y exigible; a continuación,


desglosamos cada uno de estos elementos que han de componer a la mora del
deudor:
a. Debe ser cierta: en este caso nos referimos a que el deudor debe
conocer en qué consiste su obligación, su prestación o la conducta que este
deberá de observar, ya que de lo contrario puede mal incurrir en culpa, ya que
este no sabe lo que debe.
b. Debe ser válida: en este caso excluye las obligaciones nulas, las
anulables y las naturales, ya que éstas el deudor no está obligado al
cumplimiento, es decir, que carecen de poder coercitivo, sin embargo, para que
pueda existir la mora del deudor la obligación deberá de ser exigible.
c. Debe ser líquida: pues se debe determinar la extensión de la prestación,
ya que si el deudor no sabe cuánto debe no puede cumplir con la obligación. Si
la deuda es en parte líquida y en parte ilíquida el deudor puede incurrir en Mora
respecto de la parte líquida según el artículo 1292 del código civil venezolano,
en base a la parte ilíquida o si la totalidad de la obligación es ilíquida se debe
de proceder previamente a la liquidación, para lo cual generalmente se
necesita la colaboración del acreedor. Entendiendo que una obligación es
líquida cuando esta es establecida o constituida con precisión, donde no existe
alguna duda con respecto al monto adeudado y reclamado, por ejemplo, una
cantidad de dinero es liquidable cuando pueda convertirse en una suma líquida

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mediante una o más operaciones, y por ende es ilíquida cuando se desconoce
la cuantía que conforma la prestación.
d. Debe ser exigible: la obligación deberá haber sido contraída en forma
pura y simple, no deberá de estar sometida a ningún término suspensivo,
explícito o implícito, o bien pudiera ser a condiciones suspensivas aún no
cumplidas, porque de estar sometida la obligación a este tipo de modalidades
el cumplimiento no podría exigirse todavía al deudor, por ende, no podría
incurrir en retardo o tardanza.

B. El cumplimiento de las obligaciones debe ser posible: en caso de que


esta sea imposible, tratándose así de una imposibilidad natural o jurídica,
según sea el caso, no estaríamos en presencia de mora sino de un
incumplimiento definitivo. Debemos de tener en cuenta que la imposibilidad
deberá de tratarse de una imposibilidad sobrevenida, ya que, si hubiese sido
anterior desde el momento del nacimiento de la obligación, sería inexistente,
por ende, el contrato estaría viciado de nulidad absoluta.

C. Debe de subsistir el interés del acreedor: puede ocurrir el caso de que


el cumplimiento de la obligación si sea posible, pero que el cumplimiento en
especie ya no sea de interés por parte del acreedor, Como pudiera ocurrir en
las obligaciones que deben cumplirse en un determinado tiempo, ya que,
transcurrió el tiempo útil para que sea cumplido, En estos casos estaríamos en
presencia de un incumplimiento total y no de un retardo en el incumplimiento.

D. Es necesario un retardo injustificado o imputable alrededor: ya que, en


caso de que la tardanza o retardo no sea imputable al deudor, puesto que,
pudiera provenir de una causa extraña no imputable, por ende, no estaríamos
en presencia de la mora, sino que se aplicaría la teoría del incumplimiento
involuntario.

Es importante mencionar que, la mora solvendi o mora del deudor se divide en:

 Mora solvendi ex-re: es aquella que se produce en las obligaciones


cuyo cumplimiento no exige requerimiento o interpelación por parte
del acreedor.

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 Mora solvendi ex-personam: es aquella que se produce en las
obligaciones que exigen para su cumplimiento un requerimiento o
interpelación por parte del acreedor:

 La Interpelación.

La interpelación, requerimiento o intimación es un acto mediante el cual el


acreedor le comunica al deudor su voluntad de que la obligación sea cumplida
de inmediato. En el contexto del derecho civil venezolano, la interpelación es
necesaria para que el deudor entre en mora, es decir, para que se configure su
incumplimiento y se le exijan las consecuencias legales correspondientes.

El artículo 1269 del Código Civil venezolano establece que si no se


establece un plazo específico en el contrato o convenio, el deudor no se
considerará en mora a menos que se realice un requerimiento u otro acto
equivalente. Esto significa que, aunque la obligación del deudor sea exigible, es
necesario que se le exija formalmente el cumplimiento para que se le considere
en mora y se puedan aplicar las consecuencias legales pertinentes.

La interpelación puede realizarse de diferentes maneras, como una


notificación escrita, un requerimiento formal o cualquier otro acto que
demuestre claramente la voluntad del acreedor de exigir el cumplimiento de la
obligación. A partir de ese momento, una vez interpelado, el deudor se
encuentra en mora y puede ser responsable por los daños y perjuicios
causados por su incumplimiento.

No obstante, hay ciertas circunstancias que permiten en algunos casos no


sea necesaria la interpelación para constituir al deudor en mora, a saber:

1) Cuando la obligación esté sometida a término cierto, así lo reza el primer


parágrafo del artículo 1269 C.C.v “Si la obligación es de dar o de hacer, el
deudor se constituye en mora por el solo vencimiento del plazo establecido en
la convención”. De ello resulta que bajo el convenio de las partes y según lo
que estas acuerden existirá un plazo determinado que se torna cierto y que al
vencerse automáticamente el deudor se constituye en mora por la aplicación
del término “Dies interpellat pro homine”.

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Regla Dies Interpellat Pro Homine:

El deudor se constituye en mora inmediatamente suceda el incumplimiento


de lo acordado en el plazo prestablecido, pero para ello son necesarias ciertas
condiciones, como que exista un término cierto (se sabe que va a ocurrir y
cuándo ocurrirá), ya sea convencional (por acuerdo entre partes) o legal (fijado
por el juez). Y además, que el pago o cumplimiento de la obligación debe
hacerse en el domicilio del acreedor, a menos que no se haya establecido y
queda pues a beneficio del deudor, debiendo así el acreedor trasladarse a su
domicilio.

2) En las obligaciones que provengan de los hechos ilícitos. Ya que la mora


se presume como una “tolerancia del acreedor hacia el deudor” que se origina
de las obligaciones de origen convencional, y no existe en los hechos ilícitos (a
menos que las partes acuerden convencionalmente el pago)
3) Cuando el deudor mismo hubiere reconocido estar en mora.
4) En la gestión de negocios, cuando el gestor reciba con motivo de la
gestión y haya sustraído indebidamente una cosa, quedando constituido en
mora desde el momento en que recibe el pago.
5) En materia de comodatos, donde el comodatario responde por la simple
tardanza en la devolución.
6) En las obligaciones mercantiles puras y simples que recaen sobre
sumas de dinero líquidas y exigibles.
7) En los casos que expresamente las pares hayan acordado que el deudor
quedará constituido en mora sin necesidad de interpelación.

Sin embargo, bajo ciertas circunstancias además, resulta imprescindible la


interpelación aun cuando haya término establecido, a saber:

1) Cuando el deudor muere (mora de herederos) y el término vence


después de la muerte del deudor. En este caso, aún con la existencia de un
término, el acreedor debe interponer la interpelación a los herederos del
deudor.
 Formalidades de la interpelación.

Formalidades sustanciales:

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1) Manifestación de voluntad de pago inmediato: La interpelación debe
contener una clara manifestación de la voluntad del acreedor de exigir el pago
inmediato de la obligación al deudor. Es importante que se exprese de manera
inequívoca la exigencia de cumplimiento sin demoras adicionales.

2) Referencia precisa a la prestación debida: El requerimiento debe hacer


referencia específica a la prestación o deuda que se reclama. Debe ser precisa
y corresponder exactamente a lo que se adeuda. Si se reclama una suma
mayor a la debida o si no se especifica adecuadamente la prestación exigida, la
interpelación puede ser considerada ineficaz.

Formalidades extrínsecas:

1) Interpelación por escrito: La interpelación debe realizarse por escrito.


Puede ser mediante una carta, un documento legal o cualquier otro medio que
permita dejar constancia escrita de la comunicación. Esto es importante para
contar con un registro claro y probatorio de la interpelación.

2) Interpelación extrajudicial o judicial: La interpelación puede ser efectuada


tanto de forma extrajudicial como judicial. La interpelación extrajudicial implica
realizar la comunicación directamente entre el acreedor y el deudor, sin la
intervención de un tribunal. Por otro lado, la interpelación judicial se realiza a
través de un proceso legal ante un tribunal competente.

 Efectos de la Mora.

La doctrina, señala que la mora produce como efecto general la


perpetuatio obligationis, de la cual se producen lo siguiente.

1. El acreedor podrá exigir siempre el cumplimiento.

2. El deudor corre con la carga de los riesgos y esta obligado a


indemnizar los daños y perjuicios que su tardanza ocasione al
acreedor, lo que denomina como intereses moratorios.

En nuestro derecho no existen obligaciones perpetuas, las obligaciones


nacen para extinguirse, si no a consecuencia del pago, o del cumplimiento, por

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lo menos a consecuencia de la prescripción. Si bien es cierto que la intimación
interrumpe la prescripción extintiva, esto debe entenderse como es, en el
sentido de borrar todo el tiempo transcurrido hasta ese momento, o sea, impide
que la prescripción se consume, pero nuevamente comienza a correr el tiempo,
para lograr otras veces la prescripción, tendría que estarse estimado
continuamente para borrar los nuevos lapsos transcurridos que cuentan para la
prescripción extintiva; pero no es que la obligación se hace perpetua por efecto
de la intimación, son:

1. Materializa la acción de cumplimiento por parte del acreedor.

2. La indemnización de daños y perjuicios que su tardanza le ocasione


al acreedor.

3. Interviene la carga delos riesgos, que el deudor corre cuando se


encuentra en mora, porque si la cosa parce o se deteriora en sus
manos o por su culpa no se aplica la regla res perit domino.

En los casos unilaterales: el riesgo lo sufre el acreedor, salvo aquellos que


transmiten la propiedad como el mutuo res perit creditiori.

En los contratos bilaterales traslativos de propiedad, la cosa parece para el


adquiriente, cuando el deudor incurre en mora automáticamente se traslada
hacia él, la carga de los riesgos res perit domino.

En los bilaterales no traslativos de propiedad los riesgos lo compensan.

Intereses moratorios: son la indemnización debida al acreedor por la


tardanza en el cumplimiento, esta tardanza ha podido causar daños al
acreedor, que deben serle indemnizadas, sin embargo, puede darse el caso de
que la tardanza no haya causado daos, lo cual origina que la obligación de
reparación no exista.

Los efectos de la mora cesan cuando el deudor cumple su obligación,


cuando el acreedor renuncia al beneficio de la mora, otorga un nuevo plazo al
deudor que estaba en mora, si la mora ha provenido de una demanda judicial, y
el acreedor pierde su juicio intentado.

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 Purga o Extinción de la Mora.

Es el acto mediante el cual el acreedor renuncia a los derechos de


reclamación que le concede la producción de la mora del deudor. De esta
forma, se eliminan los efectos de la mora ya producida. Conviene no confundir
esta figura jurídica con la denominada cesación de la mora, ya que en este
último supuesto lo que ocurre es que la mora deja de existir y sus efectos se
producen desde la cesación.

Maduro Luyando la define como aquella situación en que la mora cesa y por
lo tanto deja de producir sus efectos.

Autores como María Candelaria Domínguez Guillén definen la purga de la


mora como la cesación de la mora. Cabe preguntarse cuando termina, culmina
o cesa la mora: la cual acontece cuando el deudor realiza íntegramente la
prestación y resarce el daño producido por esta. Aspecto básico dado los
importantes efectos de la misma (pago de intereses, indexación y traslación de
los riesgos). Es importante saber en qué momento cesan esos efectos. El
Código Civil no regula expresamente la purga de la mora pero la doctrina indica
que la mora cesa en los siguientes casos:

1. Cuando el deudor cumple su obligación. Es la forma tradicional por


excelencia de la extinción de la mora.

2. Por la renuncia a la mora aceptada por el acreedor, bien porque otorgue


un nuevo plazo al deudor, o admita una novación. Esta renuncia puede ser
expresa o tácita. En este último caso deberá existir una manifestación de la
voluntad del acreedor de renunciar a continuar con la mora.

3. Por la prescripción de las acciones del acreedor contra el deudor. El


acreedor ha tolerado el incumplimiento del deudor por el tiempo necesario para
prescribir, no ha tenido interés en el cumplimiento de la obligación.

4. Por la llamada “compensatio morae”. Cuando el retardo del deudor se


debe a un hecho del acreedor, este se ha negado injustificadamente a recibir el

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pago o lo ha impedido, e el acreedor quien ha incurrido en la mora. No se
concibe que el deudor y el acreedor estén simultáneamente en mora, se
excluye, mutuamente.

5. Por la sentencia desfavorable. En los casos que el acreedor ejerce


judicialmente sus acciones y esta son declaradas sin lugar por el juez.

 Casos en que no existe la mora.

La doctrina venezolana acarrea diversas corrientes sobre la extinción de


la mora, por lo tanto, ha distinguido aquellas situaciones en las cuales no se
concibe la mora, situaciones que dependen de la especial naturaleza de las
obligaciones de que se trate.

Estas situaciones se resaltan; en las obligaciones de no hacer, porque


en ellas solo puede existir el incumplimiento definitivo y no un retardo en el
cumplimiento; el termino útil, en aquellas obligaciones que deben cumplirse en
determinado tiempo y vence este tiempo útil para cumplir. En este caso, el
simple vencimiento del tiempo constituye un incumplimiento definitivo y no será
un retardo en el cumplimiento; voluntad del deudor, cuando el deudor
manifiesta su voluntad de no cumplir, caso en el cual se está en presencia de
un cumplimiento total y absoluto.

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CONCLUSIÓN.

La mora, como concepto fundamental en el derecho civil, desempeña un


papel crucial en el establecimiento de las consecuencias del incumplimiento de
una obligación. A través de lo expuesto anteriormente, hemos explorado en
detalle aspectos como el fundamento legal, los elementos esenciales, las
clases, los requisitos de la mora del acreedor, la interpelación, los efectos de la
mora, la purga o extinción y los casos en los que no existe.

El fundamento legal de la mora se basa en principios jurídicos que


buscan asegurar el cumplimiento de las obligaciones y mantener un equilibrio
en las relaciones contractuales. Los elementos esenciales de la mora, como el
incumplimiento de la obligación y la exigencia de la interpelación, constituyen
los pilares centrales sobre los que se construye este concepto. Es a través de
la interpelación que se comunica al deudor la voluntad del acreedor de que la
obligación sea cumplida, lo cual es fundamental para que el deudor entre en
mora y se le puedan exigir las consecuencias legales correspondientes.

Es importante destacar que existen diferentes clases de mora, cada una


con características y requisitos específicos. Entre ellas se encuentran la mora
automática, que se produce sin necesidad de interpelación; la mora ex re, que
se configura cuando el deudor no cumple con una obligación a término; la mora
del acreedor, que se presenta cuando el acreedor no cumple con su deber de
colaboración; y la mora recíproca, que se refiere a situaciones en las que
ambas partes incurren en mora.

En cuanto a los requisitos de la mora del acreedor, se deben cumplir


ciertas condiciones para que el deudor pueda constituirse en mora. Estos
requisitos incluyen la interpelación válida y oportuna, es decir, una
comunicación clara y precisa por parte del acreedor que ponga de manifiesto
su voluntad de exigir el cumplimiento de la obligación. Sin embargo, hay casos
excepcionales en los que no se requiere de interpelación, como en las
obligaciones de no hacer o cuando el deudor manifiesta su voluntad de no
cumplir.

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Los efectos de la mora son de gran relevancia, ya que implican
responsabilidades y consecuencias para el deudor. Estos efectos pueden
incluir el pago de intereses moratorios, que compensan al acreedor por el
retraso en el cumplimiento de la obligación; la responsabilidad por los daños y
perjuicios ocasionados al acreedor como consecuencia del incumplimiento; y la
posibilidad de exigir el cumplimiento forzoso de la obligación a través de
acciones legales.

Sin embargo, la mora no es un estado permanente, ya que puede ser


extinguida mediante la purga. La purga de la mora implica el cumplimiento de la
obligación por parte del deudor, lo cual restablece la situación de cumplimiento
y extingue las consecuencias de la mora. Además de la purga, existen otras
formas de extinción de la mora, como la renuncia aceptada por el acreedor, la
prescripción de las acciones del acreedor o la compensación de la mora.

Resulta menester tener en cuenta que existen situaciones en las que no


se configura la mora. Por ejemplo, en las obligaciones de no hacer, en las que
el incumplimiento no implica la entrada en mora del deudor, o cuando el
término útil para cumplir ha vencido y el deudor no ha incurrido en
incumplimiento. Asimismo, cuando el deudor manifiesta su voluntad de no
cumplir, se considera que no existe la mora.

La comprensión de la mora y todos sus aspectos es esencial para el


correcto funcionamiento de las relaciones contractuales y la protección de los
derechos de las partes involucradas. Su estudio nos permite entender los
fundamentos legales, los requisitos, las clases, los efectos y los mecanismos
de extinción de la mora, brindando herramientas para la resolución de
conflictos y la búsqueda de soluciones justas en el ámbito jurídico. La mora no
solo establece las consecuencias del incumplimiento, sino que también
promueve la seguridad jurídica al asegurar el cumplimiento de las obligaciones
y equilibrar las relaciones entre deudores y acreedores.

A modo de epílogo puede concluirse con que, la mora es un concepto


fundamental en el derecho civil que regula las consecuencias del
incumplimiento de una obligación. Su fundamento legal se basa en principios

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jurídicos que buscan asegurar el cumplimiento de las obligaciones y mantener
un equilibrio en las relaciones contractuales. A través de elementos esenciales
como el incumplimiento de la obligación y la interpelación, se configura la mora
del deudor, la cual puede ser objeto de requisitos específicos dependiendo de
la clase de mora. Es importante destacar que la interpelación es esencial para
que el deudor entre en mora, aunque existen casos excepcionales en los que
no es necesaria.

Se hace destacable el hecho de que comprender la mora y sus


implicaciones legales es esencial para garantizar el cumplimiento de las
obligaciones y proteger los derechos de los acreedores. Su estudio nos permite
entender el fundamento legal, los elementos esenciales, las clases, los
requisitos de la mora del acreedor, la interpelación, los efectos de la mora, la
purga o extinción y los casos en los que no se configura. La mora no solo
establece las consecuencias del incumplimiento, sino que también brinda
herramientas para la resolución de conflictos y la búsqueda de soluciones
justas en el ámbito jurídico. En última instancia, promueve la seguridad jurídica
y el cumplimiento de las obligaciones en las relaciones contractuales.

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