Introducción

La plasticidad cerebral y el aprendizaje se refiere a la capacidad del

cerebro para adaptarse y cambiar respuestas a las experiencias, el

entrenamiento y otros estímulos. dinámica y maleable del cerebro para cambiar

su estructura y función en respuesta a la experiencia y al aprendizaje a lo largo

de la vida es fundamental para entender cómo el cerebro se adapta a nuevas

situaciones, adquiere nuevas habilidades y se recupera de lesiones (Angela,

2023).

En si la plasticidad cerebral es mayor durante los primeros años del

desarrollo del sistema nervioso, cuando los niños adquieren los conocimientos

necesarios para adaptarse al entorno (movimiento, comunicación, interacción

social). Pero no es infinito porque implica períodos críticos durante los cuales el

cerebro está óptimamente preparado para adquirir una nueva función de

aprendizaje (Jose, 2013).

Los niños suelen desarrollar su capacidad para sentir su entorno,

caminar, comunicarse e interactuar de forma natural. La necesidad de un

aprendizaje activo es innecesaria; un entorno que les permita moverse,

escuchar y considerar cómo se trata a los demás es adecuado para dominar

estas habilidades. Una vez que su cerebro tenga las estructuras necesarias

para soportar cada una de estas funciones, se activarán (Jose, 2013).

DESARROLLO

La plasticidad cerebral constituye uno de los aspectos de vital

importancia en el desarrollo del cerebro y en el aprendizaje. Este mecanismo

de plasticidad cerebral implica una trasformación permanente del cerebro para

realizar continuos ajustes en el funcionamiento de las distintas actividades

sensoriales, motoras, cognitivas y emocionales. En este proceso de

remodelación el cerebro crea constantemente nuevas conexiones neuronales

gracias a las cuales podemos adquirir nuevos conocimientos y seguir

aprendiendo, adaptarnos a situaciones cambiantes, así como recuperar

funciones afectadas como resultado de una lesión a nivel del sistema nervioso.

La plasticidad cerebral se refiere a la capacidad del cerebro para

cambiar y adaptarse en respuesta a las experiencias y el entrenamiento. El

aprendizaje se ve influido por la plasticidad cerebral, ya que el cerebro está en

constante cambio y aprendizaje. Un aspecto importante de la plasticidad

cerebral es la neurogénesis, que es la creación de nuevas neuronas en el

cerebro. También hay otro proceso llamado sinaptogénesis, que es la

formación de nuevas conexiones entre las neuronas.

 Todo esto contribuye a la capacidad del cerebro para aprender y

cambiar. El aprendizaje puede ocurrir de formas distintas, en el aprendizaje

asociativo, las neuronas se conectan entre sí, asociando información o

experiencias. Este tipo de aprendizaje se ve influido por la plasticidad cerebral,

también existe el aprendizaje no asociativo, donde las neuronas se activan por

diferentes patrones de estímulos. A lo largo del aprendizaje, se forman circuitos

de redes neuronales, y todo esto influye en la formación a medida que el

aprendizaje se convierte en memoria, también se produce un cambio en la

estructura del cerebro.

Por ejemplo, cuando se aprende algo nuevo, la corteza prefrontal se

activa, y esto contribuye a la formación de memoria y a la planificación y

decisión. El aprendizaje también puede influir en la emoción, y la formación de

recuerdos emocionales. En general, la plasticidad cerebral se ve influida por

muchos factores, como la nutrición, el ejercicio físico, el sueño, la edad, las

hormonas, los estímulos ambientales, y la salud mental, todo esto afecta la

formación de nuevas neuronas y la formación de circuitos neuronales, las

actividades mentales y el aprendizaje pueden ayudar a promover la plasticidad

cerebral, y a mejorar la función cerebral.

El cerebro a partir del aprendizaje se modifica a cambios neuroquímicos,

modificaciones en la sustancia blanca y en la sustancia gris, así como el

nacimiento de nuevas neuronas, son algunas de las modificaciones que

ocurren a nivel cerebral como consecuencia del aprendizaje. Tenemos los

cambios neuroquímicos en función del aprendizaje, la neurotransmisión sufre

cambios asociados a la creación de nuevos circuitos en el sistema nervioso o,

por el contrario, a la pérdida de conexiones previamente existentes. Un

aumento de la síntesis de proteínas, especialmente en la corteza, favorece el

crecimiento de dendritas y axones en estrecha relación con la eficacia de la

estimulación y rehabilitación.
 Como ayuda la plasticidad tras un daño cerebral el contexto del daño

cerebral adquirido, la plasticidad se refiere al conjunto de cambios anatómicos

y funcionales que se llevan a cabo en el cerebro con el objetivo de mejorar

parcial o totalmente su funcionalidad. Así, al sufrir una apoplejía o un

traumatismo craneoencefálico se activan diversos mecanismos de plasticidad

cerebral, que generan cambios tanto a corto como a largo plazo. Durante la

recuperación a corto plazo después de la fase aguda, ocurren una serie de

eventos fisiológicos que indican una recuperación primaria, como la

reabsorción del edema, la apertura de los vasos colaterales al lesionado y el

lavado y reconexión del cerebro áreas dañadas.

En el periodo posagudo se inician procesos de plasticidad cerebral como

el crecimiento dendrítico, el brote de nuevas sinápticas en neuronas que no

están dañadas y cambios de función en las zonas dañadas. Al mismo tiempo

se producen cambios funcionales, como la activación de conexiones inactivas

existentes. Pasada la fase aguda y posaguda, la recuperación a largo plazo

continúa con la reorganización de las capacidades cognitivas del cerebro,

donde la plasticidad se manifiesta tanto en el aumento del número de nuevas

neuronas como en el crecimiento de axones denervados.

Dado que se trata de una pérdida de función de leve a moderada, el

proceso de restauración se lleva a cabo en las mismas áreas dañadas después

de la restauración de los circuitos existentes. En lesiones más graves, la

pérdida de función puede compensarse mediante la activación de otras

regiones cerebrales conservadas adyacentes a la lesión. Si queremos

preservar la plasticidad del cerebro, cabe subrayar la importancia de la

exposición constante a nuevos estímulos y actividad física y mental como

inducir el aprendizaje y prevenir enfermedades cerebrales degenerativas como

el Parkinson o el Alzheimer. En el campo de la neuropsicología del IRF La Salle

intentamos constantemente mejorar esta capacidad cerebral, porque sabemos

que entrenar las funciones cognitivas mediante el ejercicio sistemático aumenta

la capacidad cerebral en mayor variedad y número de conexiones corticales

que amplían la capacidad de aprender y crear nuevos patrones de respuesta a

los problemas cotidianos.

CONCLUSIONES

En resumen, la plasticidad cerebral emerge como un fenómeno fascinante y

esencial en el funcionamiento del cerebro humano. Esta capacidad intrínseca

de adaptación y cambio permite al cerebro ajustarse a las demandas

cambiantes del entorno a lo largo de la vida. Su influencia se manifiesta de

manera destacada en los primeros años de desarrollo neuronal, donde se

establecen las bases para las habilidades fundamentales de supervivencia,

pero persiste de manera continua a lo largo de la existencia.

Estos momentos óptimos, durante los cuales el cerebro está excepcionalmente

receptivo a la adquisición de nuevas funciones, subrayan la relevancia de

aprovechar oportunidades de aprendizaje durante estas fases cruciales.

Aunque la plasticidad disminuye con el paso del tiempo, la capacidad de

aprendizaje perdura, lo que indica que el esfuerzo activo y la enseñanza

continua pueden contrarrestar este declive relativo.

Los cambios neuroquímicos, las modificaciones en la sustancia blanca y gris,

así como el nacimiento de nuevas neuronas, representan los fundamentos

biológicos de la plasticidad cerebral. Estos cambios no solo son evidentes en la

adquisición de nuevas habilidades motoras y cognitivas, sino que también se

refuerzan mediante la exposición constante a estímulos novedosos y la práctica

sistemática.

En situaciones de daño cerebral, la plasticidad emerge como una herramienta

invaluable para la recuperación. Desde la fase aguda hasta la reorganización a

largo plazo, el cerebro despliega mecanismos complejos que van desde la

reabsorción del edema hasta el crecimiento dendrítico y la formación de nuevas

conexiones sinápticas. La capacidad del cerebro para compensar la pérdida

funcional a través de la activación de áreas adyacentes preservadas destaca la

asombrosa capacidad de adaptación que posee.

Para preservar y potenciar la plasticidad cerebral a lo largo del tiempo, se

destaca la importancia de la exposición constante a estímulos novedosos, así

como la participación en actividades que fomenten tanto la estimulación mental

como física. Estos factores no solo inciden en la capacidad de aprendizaje, sino

que también se vinculan con la prevención de enfermedades

neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer.

RECOMENDACIONES

Mantener las relaciones sociales significativas: Interactuar con otras

personas estimula el cerebro y promueve la plasticidad cerebral. Cultiva

relaciones sociales saludables y participa en actividades sociales

enriquecedoras.

Evitar el estrés crónico: El estrés crónico puede tener un impacto

negativo en la plasticidad cerebral. Busca estrategias para manejar el estrés,

como la práctica regular de técnicas de relajación y el equilibrio entre el trabajo

y la vida personal.

Mantener una actitud positiva: La actitud positiva y la creencia en la

capacidad de cambio y aprendizaje del cerebro pueden tener un impacto

poderoso en la plasticidad cerebral. Cultiva una mentalidad abierta y optimista

hacia el crecimiento y la mejora personal.

Adopta métodos de aprendizaje activos: La plasticidad cerebral se ve

favorecida cuando nos involucramos activamente en el proceso de aprendizaje.

En lugar de simplemente recibir información, trata de participar activamente en

la práctica y aplicación del conocimiento. Puedes hacer esto explicando en voz

alta lo que has aprendido, enseñando a otros o resolviendo problemas

prácticos relacionados.

Mantén una alimentación adecuada: Una nutrición adecuada también

puede favorecer la plasticidad cerebral. Asegúrate de incluir en tu dieta

alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 (como pescados grasos, nueces y

semillas) y antioxidantes (como frutas y verduras), ya que se ha demostrado

que estos nutrientes benefician la salud cerebral.

Descansa y duerme lo suficiente: El descanso y el sueño son

esenciales para el buen funcionamiento cerebral y la plasticidad. Intenta

mantener una rutina de sueño regular y asegúrate de descansar lo suficiente.

Durante el sueño, el cerebro procesa y consolida la información aprendida

durante el día, lo que contribuye a la plasticidad cerebral.

BIBLIOGRAFÍAS

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aprendiendo? (2022, julio 22). IRF La Salle - Centro de Rehabilitación Aravaca

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