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Sumario: 1.- Introducción; 2.- Antecedentes del caso; 3.- Fundamentos del fallo; 4.- Los
contratos por adhesión a cláusulas predispuestas entre proveedores de bienes y
servicios; 5.- La importancia de la tarea interpretativa del contrato; 6.- Palabras finales.-
1.- Introducción.-
El fallo a comentar en estas líneas nos invita a tener una mirada distinta de los contratos
por adhesión a cláusulas predispuestas, ya que dejamos la mirada desde la relación de
consumo para plantearnos en qué es lo que sucede cuando dichos contratos tienen lugar
entre proveedores de bienes y servicios.
La lectura del fallo nos lleva a preguntarnos si sólo el desequilibrio entre las partes
contratantes tiene lugar en los contratos por adhesión de consumo, o si también es
posible que lo mismo ocurra en las relaciones contractuales que tienen lugar entre
proveedores.
Cabe preguntarnos: ¿es posible hablar de una parte débil en los contratos entre
productores de bienes y servicios?. Los invito a aproximarnos a una respuesta en las
siguientes líneas.
Es así como la Sra. Pandolfi demanda a la empresa Mercado Libre S.R.L. a fin de
obtener la restitución de la comisión percibida por la venta no concretada, con más los
daños y perjuicios sufridos – conformados por los rubros lucro cesante, daño moral y
daño punitivo-.
La jueza de grado rechazó la demanda y consideró que habiendo la actora aceptado los
“Términos y Condiciones Generales” para operar como vendedora en la plataforma on
line de Mercado Libre, los mismos son ley para las partes conforme el artículo 957 del
Código Civil y Comercial.
Por medio de la pericia informática, la jueza de primera instancia tuvo por probado que
la operación frustrada no fue calificada, ni cancelada ni se comunicó a la plataforma la
no concreción de la misma en los plazos establecidos en los “Términos y Condiciones
Generales”. Asimismo, sostuvo que la actora no alegó ni probó los motivos por los
cuales no pudo cumplir con la referida comunicación dentro de los plazos establecidos.
La parte actora apela la sentencia alegando que Mercado Libre obtiene un beneficio a
partir del escaso monto de los reclamos que no justifican recurrir a la vía jurisdiccional,
pero que sumados se traducen en un beneficio económico importante, lo que daría lugar
a la aplicación de los daños punitivos previstos en el art. 52bis de la Ley de Defensa del
Consumidor.
Funda su recurso en el hecho de que la jueza de grado realizó una errónea interpretación
de los “Términos y Condiciones Generales” que la llevó a concluir que la devolución de
la comisión sólo corresponde cuando se califica la operación dentro de los 21 días de
realizada la oferta.
Por su parte, la demandada Mercado Libre S.R.L. al contestar los agravios vertidos por
la contraria, sostuvo que el lapso continuo de tiempo total para cancelar la operación es
de 60 días (es decir, primero 21 días, a los que posteriormente se suman otros 39); y que
esto se ve corroborado en otras operaciones que la misma actora canceló en los tiempos
previstos y cuyas comisiones le fueron bonificadas.
Finalmente, el punto central en discusión fue si Mercado Libre tenía derecho a cobrarle
a la actora una comisión por una venta no realizada y en su caso si correspondía reparar
los daños y perjuicios que habría padecido la actora a raíz del cobro cuestionado.
Es así, que la solución al caso debe darse conforme la interpretación de los “Términos y
Condiciones Generales” que rigen la relación contractual entre las partes; términos cuya
aceptación, destaca la señora jueza de cámara, son indispensables para la utilización del
servicio.
A partir de esta afirmación, surge el punto central del fallo en análisis, cual es el hecho
de que el contrato que une a las partes en litigio es de los denominados contratos por
adhesión con cláusulas predispuestas; Mercado Libre estableció unilateralmente el
contenido completo del contrato sin tener el adherente posibilidad de realizar
modificación alguna.
Afirma la Dra. Vásquez en su voto que “esto genera una situación de desigualdad y
desequilibrio que facilita la inclusión de cláusulas que afecten la relación de
equivalencia del negocio”.
Para arribar a la solución del caso, y revocar la sentencia de grado, las camaristas llevan
adelante la tarea de interpretar las cláusulas impuestas por la demandada, sobre todo las
referidas a los plazos para comunicar la no concreción de la operación o calificar la
misma – hecho que daría lugar a no cobrar comisión por parte de la plataforma o a
bonificarla-, conforme las pautas de interpretación previstas en el Código Civil y
Comercial y fundamentalmente la situación de desigualdad imperante entre las partes
del contrato.
Y luego agrega: “La discusión se centra, entonces, respecto de si los 39 días para
informar la no concreción de la operación y así obtener una bonificación deben
computarse de forma continua desde la finalización del primer plazo de 21 (es decir, 60
días seguidos desde la oferta), o si deben computarse los 39 días adicionales desde la
facturación de la venta no realizada”.
4.- Los contratos por adhesión a cláusulas predispuestas entre proveedores de bienes y
servicios.-
Al respecto el Dr. Diego Zentner sostiene que “es necesario insistir que la tipología de
adhesión comprende, por un lado, la contratación entre consumidores y proveedores
(contrato de consumo), y por otro, la contratación interempresarial en la que existen
vínculos de subordinación económica (contrato por adhesión entre empresas)”1
El artículo 984 del Código Civil y Comercial define al contrato por adhesión como
“aquel mediante el cual uno de los contratantes adhiere a cláusulas generales
predispuestas unilateralmente, por la otra parte o por un tercero, sin que el adherente
haya participado en su redacción”.
Por su parte, Rubén Stiglitz conceptualiza a este tipo de contratos como “aquél en que la
configuración interna del mismo (reglas de autonomía) es dispuesta anticipadamente
sólo por una de las partes (predisponente, profesional, proveedor, empresario, etc), de
modo que si la otra decide contratar, debe hacerlo sobre la base de aquel contenido”3
Igual postura han manifestado los juristas miembros de la comisión redactora del
anteproyecto del Código Civil y Comercial, quienes afirman “que en este caso hay una
gradación menor de la aplicación de la autonomía de la voluntad y de la libertad de
fijación del contenido en atención a la desigualdad de quien no tiene otra posibilidad
que adherir a condiciones generales”4.
Nótese que en el caso que nos convoca, el no aceptar los términos y condiciones
impuestos por Mercado Libre, quien claramente detenta no sólo mayor poder
económico sino también mayores conocimientos en materia de e-commerce, implica
para la actora el quedarse fuera del mercado del comercio electrónico, circunstancia que
deriva en privarse de llegar a una mayor cantidad de posibles consumidores y por ende
de incrementar sus ventas. Constituyendo Mercado Libre un monopolio en lo que hace a
plataformas on line de venta y subasta de bienes y servicios, el pequeño y mediano
empresario no tiene otra opción más que aceptar los términos que se le imponen.
En este tipo contractual, quien denota superioridad económica, técnica (en cuanto a
información y conocimientos) y jurídica al imponer unilateralmente el predisponente su
contenido puede incorporar cláusulas que afectan la equivalencia del negocio jurídico,
lo que se expresa en el traslado de riesgos del negocio a la parte más débil5.
Tal como se afirmara en párrafos anteriores, el eje de discusión está dado en las
cláusulas que determinan a partir de qué momento comienza a computarse el plazo a
partir del cual nace el derecho de Mercado Libre al cobro de la comisión que le
corresponde por su actividad de intermediación entre oferta y aceptación entre
proveedores y consumidores; como así también desde qué momento nace para el
proveedor usuario de la plataforma on line su derecho a una bonificación de la referida
comisión.
El artículo 1061 del Código Civil y Comercial establece como piedras fundamentales de
la actividad interpretativa a la intención de las partes y el principio de buena fe. “El
primero hace referencia a lo querido por los sujetos al celebrar el contrato; qué buscan
con ese negocio jurídico, el para qué. Por su parte, la buena fe implica un modelo de
comportamiento; el cual es el obrar con la prudencia y diligencia del buen hombre de
negocios. Es el comportamiento esperado”8.
Respecto de la buena fe, en los contratos por adhesión resulta de utilidad para diversas
funciones: a) determinar la abusividad de las cláusulas; 2) limitar prestaciones
desequilibradas que traicionen la buena fe o la confianza del adherente; 3) justificar
medios preventivos como exigir el deber de información, de actuar con transparencia,
con claridad; 4) en ocasiones el deber de buena fe justifica la conversión del contrato9.
Ahora bien, en los contratos por adhesión a cláusulas predispuestas las tratativas
precontractuales determinantes del contenido del contrato (características de los
contratos paritarios), son sustituidas por la publicidad, oferta y prácticas comerciales.
Esta situación particular hace que deba apelarse a reglas de interpretación específicas
para este tipo de contratos.
Es así como el Código Civil y Comercial establece una serie de requisitos que deben
cumplir las cláusulas del contrato por adhesión, a saber: redacción clara, inteligibles y
completas, de modo que para comprenderlas no sea necesario el reenvio a otras
cláusulas.
El artículo 987 Cód. Civil y Comercial establece una regla de interpretación específica
de las cláusulas generales predispuestas: ante la presencia de cláusulas ambiguas, las
mismas deben ser interpretadas en sentido contrario al predisponente. Por lo tanto, la
ambigüedad de una cláusula debe analizarse bajo criterios objetivos y no recurrir el
interprete a criterios subjetivos que indaguen en la intención común de los contratantes.
Entendemos por cláusula ambigua “aquella susceptible de varios sentidos o expresada
sin precisión, equívocamente, confusamente, con oscuridad”11.
De esta regla de interpretación específica se deriva el hecho de que quien impone los
términos y condiciones del contrato debe asumir los riesgos de una defectuosa
declaración, y esto debido a que es el predisponente quien se reserva el derecho de
determinar el contenido del contrato, a lo que se suma que dispone de todos los medios
a su alcance para evitar toda duda por no haberse expresado con claridad.
Dicho principio determina que al momento de interpretar debe estarse al sentido literal
de los vocablos que se han empleado en el contrato. Por lo tanto, ante la presencia de
palabras equívocas, confusas, debe asignárseles el significado, el sentido que se les
otorga en su uso corriente y general, no el que tiene para uno de los contratantes, el
predisponente.
Este principio debe conjugarse con el previsto en el art. 1064 del Cód. Civil y
Comercial que textualmente dice: “Las cláusulas del contrato se interpretan las unas
por medio de las otras, y atribuyéndoles el sentido apropiado al conjunto del acto”.
Así, las diversas cláusulas que integran el contrato deben interpretarse congruentemente,
considerando al contrato como un todo único e indivisible, en el cual sus términos se
relacionan unos con otros. En consecuencia, cuando a un término se le puedan asignar
diversas significaciones, deberá asignársele la que se estime más apropiada de acuerdo a
su conexión con los demás que conforman el contrato.
Para finalizar podemos afirmar que, a partir de las pautas de interpretación tanto
específicas para los contratos por adhesión como las generales previstas en la normativa
vigente, el predisponente es quien debe asumir los riesgos que conlleva una defectuosa
declaración de las cláusulas contractuales impuestas al adherente; debe asumir las
consecuencias de la imposición de los términos y el consecuente cercenamiento a la
autonomía de la voluntad y libertad negocial de la contraparte.
El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas no implica en todos los casos que sea
de consumo ya que este tipo contractual es ampliamente utilizado en la celebración de
contratos interempresarios. Pero se trate o no de un contrato de consumo, la libertad de
contratación del adherente está restringida en beneficio de quien impone el texto
contractual.
Es así no podemos considerar en este tipo contractual que sólo el consumidor es la parte
débil de la relación jurídica y que merece protección, sino que todo adherente a
cláusulas predispuestas adolece de cierta vulnerabilidad que debe ser enmendada. El
hecho de que el adherente no sea usuario o consumidor no implica que no sea víctima
de un desequilibrio y perjudicado en sus intereses por carecer de poder de negociación.
El error de pensar que por el mero hecho de ser los contratantes proveedores de bienes y
servicios no hay desequilibrio, desigualdad entre las partes, conlleva a resoluciones de
conflictos e interpretaciones del contrato injustas, como es el caso de la sentencia de
primera instancia del caso analizado.
No sólo hay desigualdad económica entre las partes del contrato entre
proveedores/productores de bienes y servicios, sino también de poder de negociación,
jurídica, técnica y de conocimiento – esto último se ve exacerbado en los contratos
electrónico como el que fue objeto del fallo en cuestión-.
Para finalizar, hago mías las consideraciones del Dr. Stiglitz: “Ocurre que al hallarse el
contratante débil apartado de los mecanismos de configuración interna del contrato,
obtiene una ventaja que se instala, como control judicial indirecto, y que consiste en que
el riesgo contractual lo asume el predisponente, lo que implica atribuirle responsabilidad
por las consecuencias que derivan de la falta de diligencia en la creación del esquema
negocial, cuando adolece de ambigüedad, falta de claridad u oscuridad”12
*
Abogada. Especialista en Derecho a la Salud y Responsabilidad Médica e Institucional. Licenciada en Ciencias de la
Comunicación Social. Profesora Adjunta de la materia Contratos Civiles y Comerciales en la Facultad de Derecho UBA.
Profesora Adjunta de la materia Derecho Económico en la Facultad de Ciencias Económicas UBA. Profesora Adjunta de la
materia Contratos Civiles y Comerciales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales
(UCES). Profesora de la materia Responsabilidad de los Medios Masivos de Comunicación Social en la Facultad de
Derecho UBA. Profesora de la materia Responsabilidad de las Redes Sociales en la Facultad de Derecho UBA. Autora de
diversos artículos jurídicos
1
Zentnet, Diego Hernán, Nociones introductorias en “Manual de Derecho Contractual”, elDial.com, Buenos Aires, 2020,
pág. 58
2
Ottati Paz, Juan Manuel, Contratos celebrados por adhesión a cláusulas generales predispuestas en “Tratado de Derecho
Civil y Comercial. Contratos. Parte General I”, Nova Tesis, Rosario, 2019, pág. 126
3
Stiglitz, Rubén, El contrato por adhesión en el Proyecto de Código Civil y Comercial en “Revista de Derecho Privado” Año
2, Nº4 Infojus, Buenos Aires, 11/05/2015, pág. 56
4
Ottati Paz, Juan Manuel, op. cit. Pág. 116
5
CCiv. y Com. Jujuy, Sala II, 26/12/2016, “Plaza, Edgardo Iván c/ Auto Jujuy S.A. y Renault Argentina S.A. s/ acción
emergente de la ley del consumidor”.
6
Blanco, Valeria Bettina, Interpretación de los contratos en “Manual de Derecho Económico”, Graciela Lovece Directora,
Erreius, Buenos Aires, 2019, pág. 331
7
Zentner, Diego, Interpretación de los contratos, en “Manual de Derecho Contractual”, elDial.com, Buenos Aires, 2020,
pág. 195
8
Blanco, Valeria Bettina, Interpretación de los contratos en “Manual de Derecho Económico”, Graciela Lovece Directora,
Erreius, Buenos Aires, 2019, pág. 332
9
Lezcano, Juan M. - Ordoqui Castilla, Gustavo, Buena fe en los contratos por adhesión, en “Buena Fe Contractual-
Adaptación al Nuevo Código Civil y Comercial Argentino-Parte III- Buena Fe Contractual”, 25/05/2019, Cita on line: IJ-
DCCXLI-161
10
Op. Cit.
11
Stiglitz, Rubén, Directivas de interpretación de los contratos por adhesión. Las cláusulas ambiguas, en “Código Civil y
Comercial Comentado. Tomo III. Libro Tercero. Artículos 724 a 1250”, Infojus, Buenos Aires, 2015, pág. 381
12
Op.cit.