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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

Universidad del Perú, Decana de América

FACULTAD DE EDUCACIÓN

ESCUELA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN

LENGUAJE ACADÉMICO

Evaluación parcial

ENSAYO ACADÉMICO

Docente:

Chacolla Soto, Moisés

Alumno:

Copertino Vargas, Angelo Eliseo

Lima, Perú

2022
UNIVERSALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA EN PERÚ Y AMÉRICA
LATINA

Copertino Vargas, Angelo Eliseo


Estudiante de Educación
II ciclo – UNMSM – 2022-II
https://orcid.org/0000-0002-9756-7585

En el Perú, durante la segunda vuelta de las elecciones generales del 2021, una de las
propuestas sobre la educación por parte del candidato, y hoy presidente, Pedro Castillo y del
partido en el cual postulaba, Perú Libre, era el del ingreso libre a las universidades públicas,
una propuesta que generó polémicas ante la sociedad peruana, donde, por un lado,
rechazaban esta medida alegando que perjudicaría el nivel académico de las universidades
nacionales al no haber competitividad durante el proceso de admisión a través de un examen,
y por otro lado, defendían esta propuesta alegando que el derecho a la educación, tanto en los
niveles escolar y superior, debía ser universal y de calidad, algo que se garantizaba con una
gestión adecuada y no necesariamente por el tipo de admisión; mientras que en Chile, el
estallido social del 2019 evidenció unos de las problemáticas sociales del país austral, el nivel
de deuda generado en familias para que sus hijos accedan a una educación superior
universitaria debido al rol subsidiario del Estado, que no garantiza una educación superior para
la gran mayoría de familias del país. Y es que el derecho a la educación universal en América
Latina no se ha cumplido del todo, sobre todo, en la educación superior universitaria, donde
no solo se tiene que afrontar que la calidad general de este nivel educativo en varios países de
la región esté debajo de los estándares mínimos de calidad a nivel mundial, sino que también
acceder a ella es muy difícil para la mayoría de jóvenes que terminan el colegio, y no
necesariamente hablo de un examen de admisión, sino de todo este proceso. ¿Universalizar la
educación superior universitaria ayudaría a reducir la brecha de la desigualdad social y
económica en nuestra región? Debido a lo informado, yo afirmo que se debe universalizar la
educación superior universitaria en su totalidad, porque esta ayudará a reducir brechas muy
importantes en nuestra sociedad. El presente ensayo tiene como objetivo respaldar la
universalización de la educación superior universitaria, teniendo en cuenta que la educación
en general es un derecho. A continuación, en las siguientes líneas, sustentaré mi postura y
explicaré con argumentos que se van a presentar a continuación.

Este término, vinculado al empleo por primera vez por parte de M. Trow en el año 1974 de la
idea de un “sistema de educación superior universal”, se ha entendido como una fase o grado
en el proceso de masificación de la educación superior. Según Francesc Pedró, director del
Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe
(IESALC), “el acceso universal a la educación superior (ES) es más que nunca un componente
de justicia social y uno de los principales impulsores del desarrollo de un país”(IESALC, 2020, p.
5). Si tomamos en cuenta los indicadores del índice del desarrollo humano (IDH), uno de ellos
es la educación, que se mide a través de la tasa de alfabetización adulta y la tasa bruta
combinada en la matriculación en los niveles educativos (primaria, secundaria y superior), y los
años que dura la educación obligatoria; o incluso uno de los 17 objetivos del desarrollo
sostenible (ODS) para el año 2030, que es el cuarto objetivo, garantizar una educación
inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la
vida para todos, y eso incluye la universidad (IESALC, 2020, p. 14-15); nos damos cuenta que en
los últimos años, la educación ha adquirido importancia no solo para medir el desarrollo de un
país, sino también para elaborar políticas de desarrollo tanto nacionales como globales.
Incluso, también tomando en cuenta la importancia que se le dio en las últimas décadas al
desarrollo científico de un país, también crece la importancia de una educación superior de
calidad, y por supuesto, universal.
Primero, debemos entender el derecho a la educación, en el cual, el derecho al acceso a la
educación superior, donde no exista exclusión ni discriminación, es la piedra angular de este
(IESALC, 2020, p.14); y esto se puede evidenciar en el artículo 26 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, donde dice: “La instrucción técnica y profesional habrá de ser
generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los
méritos respectivos”;
pero, en América Latina, este derecho se ha visto restringido, pues en la mayoría de países de
nuestra región, la educación superior implica una gran cantidad de inversión por parte de las
familias, y justamente, la mayoría de familias latinoamericanas no poseen un poder adquisitivo
suficientes para solventar el gasto, por lo cual, una parte de las familias se endeudan para
garantizar la educación universitaria de sus hijos, otras, los hijos tienen que trabajar para
solventar los gastos, y otras más bien deciden ni iniciar ni continuar con algún estudio superior
universitario. Esto, además, hay que agregar que en la mayoría de estados no invierten un
presupuesto considerable para la educación pública, sobre todo en la universitaria, por lo cual,
hace aún más difícil acceder a las universidades públicas. Allí es donde debemos tomar un
factor muy importante, la desigualdad social y económica, pues, según la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), “la matriz de la desigualdad social en América Latina y
el Caribe está muy condicionada por la matriz (o estructura) productiva”(CEPAL, 2016, p. 18),
por lo cual, acceder a una educación superior presenta grandes retos. En el caso peruano, la
Ley General de Educación es la que describe a la educación como un derecho, aunque la
Constitución Política no lo haya considerado entre los derechos fundamentales. En esta misma
ley, el Estado debe garantizar el ejercicio del derecho a una educación integral y de calidad
para todos, y esto se evidencia en su artículo 3, donde indica: “La educación es un derecho
fundamental de la persona y de la sociedad. El Estado garantiza el ejercicio del derecho a una
educación integral y de calidad para todos y la universalización de la Educación Básica.”

Tanto Perú, Colombia y Brasil, exhiben una tasa de matrícula cercana al promedio de la región
(37%), pero en cual, las naciones como Chile y Argentina lideran la cobertura en la región con
tasas que bordean el 60% y 70%, respectivamente, cifra que también corresponde al promedio
de Europa y América del Norte (excluyendo México, pues este se incluye en los indicadores de
América Latina y el Caribe); además, llama la atención el caso de Corea, donde la tasa es de
103.9 %, por lo cual, en este país asiático si es posible el acceso universal a una educación
superior (Yamada et al., 2012, p. 17-18). El caso coreano es más que interesante, pues nos
demuestra que es posible realmente alcanzar a un acceso universal, y no es una utopía como
muchos quieren hacer creer, y esto se refuerza aún mas al saber que el índice del desarrollo
humano en Corea en 2022 es del 0,925, una tasa considerada como muy alta, siendo cuarta en
el continente asiático solo superada por Japón, Singapur y Hong Kong (Región especial de la
República Popular China).

Regresando en la realidad de nuestra región, el panorama se ha vuelto muy difícil, pues la


educación poco a poco está empezando a dejar de ser considerada como un bien social y pasa
a ser un producto del mercado, es decir, un derecho que significa la garantía de la dignidad del
ser humano ha pasado a ser un derecho comercializable, y todo ello se explica a la
implementación de un nuevo sistema económico heredado del siglo pasado, el neoliberalismo,
que se ha hecho presente en la educación (Fuenmayor, 2009, p. 7). En el Perú, el
neoliberalismo se impuso a través de la Constitución Política de 1993, la misma que rige en la
actualidad, donde las dinámicas del libre mercado y la libre competencia ha permitido la
existencia de un negocio lucrativo en la educación a través de la aparición de monopolios,
impulsadas por grandes corporaciones, un caso de ello es el Grupo Intercorp, de los Rodríguez
Pastor, considerado como uno de los grupos empresariales más poderosos del Perú, que ha
conformado un holding acaparando empresas de diversos rubros, como el banco Interbank,
Supermercados Peruanos S.A. que opera supermercados como Plaza Vea o Makro, la cadena
de hoteles Casa Andina, etc., y en el caso del sector educativo, Colegios Peruanos S.A., que
administra la cadena de colegios Innova Schools, y la Universidad Tecnológica del Perú (UTP),
adquirida en el año 2012.

Pese al panorama expuesto en nuestra región, no podemos dejar de lado el proceso de


masificación de la educación superior que se ha dado y las experiencias que existen. Debemos
recordar que “las familias latinoamericanas han seleccionado históricamente, y en función de
sus posibilidades, los mecanismos más eficientes para lograr su propia movilidad social”(Rama,
2009, p. 179).

La evolución hacia la masificación de la educación superior se dio en los años ochenta, donde
se expresa en tasas de crecimiento de esta matrícula superiores a los restantes niveles
educativos, pero en la que también evidenció una tendencia a la saturación de las aulas por
dificultades de crecimiento de las instituciones y limitaciones de los presupuestos públicos,
debido a la falta de cobertura de las universidades públicas, que se daba una saturación mayor
por más pequeño sea el porcentaje de aumento. A partir de la década de 1980 la tasa de
incremento de la educación superior se mantenía constante, lo cual mostró que la cobertura
de la educación primaria y secundaria había alcanzado altos niveles, por lo cual, comenzaba a
dar importancia a un nuevo rol de la educación superior en los procesos económicos en la
región, así como también nuevos requerimientos de los mercados laborales, como presentar
ciertos años de escolaridad, o en algunos casos, educación básica completa, que busque
conseguir empleo y así superar el ciclo de la pobreza (Rama, 2009, p. 175).

Un caso de masificación de la educación superior universitaria lo podemos encontrar en Cuba,


que tras el triunfo de la Revolución cubana en 1959 liderada por Fidel Castro, impulsó grandes
campañas de alfabetización, una iniciativa del Che Guevara, en una población que, en 1958 , un
millón de personas eran completamente analfabetas y existía más de un millón de
semianalfabetos, cifra superior al 77% de la población total de la isla en este entonces, y que
en 1961 se redujo a 3,1%, por esta razón, en Cuba este año se proclamó como "Año de la
Educación" cuando el gobierno declaró al país como Territorio Libre de Analfabetismo. En el
caso del acceso universal a la educación superior universitaria, en Cuba se establece y
garantiza la naturaleza pública de la educación superior mediante la gratuidad de sus estudios,
llegando incluso hasta el nivel de doctorado. Además, existe una inversión significativa de
fondos en recursos materiales y humanos, financiado totalmente por el Estado con más del 2
% del PIB del país, superior a la media de países de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OECD), que gastan en promedio el 1,6 % de su PIB (Serpa & Falcón,
2019, p. 298), por lo cual, Cuba ha sido considerado como uno de los ejemplos en el tema de la
universalización de la educación superior universitaria en América Latina.

En conclusión, la universalización de la educación superior universitaria ha sido un tema que se


ha abordado en medidas políticas, algunas como propuestas en Perú y otras como realidad,
por ejemplo, en Cuba; esta política, además, se basa en el derecho a la educación, un derecho
que debe ser universal, pero que también se ha visto perjudicado por el avance del
neoliberalismo en nuestra región, pero que al final, existen muchas personas que están en
proceso de lucha como en Chile. Por eso, reafirmo mi postura de que la educación superior
universitaria debe ser universal, donde existan la igualdad de oportunidades para todos sin
exclusión ni discriminación, y que nos permita crecer profesionalmente, contribuyendo al
desarrollo de nuestras naciones. Por lo tanto, es urgente que se den este tipo de políticas, en
la que no solo pueda dar mayor accesibilidad a la educación superior universitaria, sino
también aumentar la calidad de las universidades públicas para que puedan estar preparadas.
Entonces, ¿Solo basta universalizar la educación superior universitaria? ¿También se debería
ser con la educación superior tecnológica? Debemos ser conscientes de que nuestros derechos
no son negociables ni comercializables, que nadie puede quedar excluido, y que, si sucede este
tipo de casos, alzar nuestras manos en lucha por la garantía de nuestros derechos, no solo el
de la educación, sino de todos los demás, para que ojalá en el futuro, acabemos ya con el
“baile de los que sobran”.

Referencias bibliográficas
Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL. (2016). La matriz de la desigualdad
social en América Latina. CEPAL, 96.
http://www.celam.org/observatorio-old/docs/informe-alc1.pdf
Fuenmayor, M. (2009). La universalización de la educación. Un camino hacia la hegemonía
popular. XXVII Congreso de La Asociación Latinoamericana de Sociología. VIII Jornadas de
Sociología de La Universidad de Buenos Aires. Asociación Latinoamericana de Sociología,
Buenos Aires, 1–23. https://www.aacademica.org/000-062/2047
Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe
UNESCO-IESALC. (2020). Hacia el acceso universal a la educación superior: Tendencias
internacionales. Organización de Las Naciones Unidas Para La Educación, La Ciencia y La
Cultura [Unesco], 0, 1–84.
https://www.iesalc.unesco.org/wp-content/uploads/2020/11/acceso-universal-a-la-ES-
ESPANOL.pdf
Rama, C. (2009). La tendencia a la masificación de la cobertura de la educación superior en
América Latina. Revista Iberoamericana, 50(50), 173–195.
https://redined.educacion.gob.es/xmlui/handle/11162/23923
Serpa, G. R., & Falcón, A. L. (2019). Masificación, equidad, educación superior: la
universalización de la educación superior cubana. Ensaio: Avaliação e Políticas Públicas
Em Educação, 27(103), 291–316. https://doi.org/10.1590/s0104-40362019002701783
Yamada, G., Castro, J. F., & Rivera, M. (2012). Educación Superior en el Perú : retos para el
Aseguramiento de la Calidad. Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y
Certificación de La Calidad Educativa SINEACE, 49.
http://repositorio.minedu.gob.pe/handle/123456789/937

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