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La Inteligencia Emocional

Un conjunto de habilidades que permiten al individuo un mayor arraigo en la vida, la cual


es netamente social. Entre estas habilidades destacan: el autocontrol, el entusiasmo, la
perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Estas habilidades pueden ser
enseñadas a los niños y no dependen únicamente de la ruleta genética y ambiental en la que
ellos se desarrollan.
Cuando hay una Inteligencia Emocional debidamente desarrollada, el carácter, los impulsos
morales y los sentimientos se expresan en armonía. La capacidad de establecer límites al
comportamiento propio, es decir, al torrente de impulsos compuesto por nuestro deseo de
actuar, es signo de una moralidad y un carácter desarrollados. Por otro lado, como
constitutivo de esa eticidad superior, encontramos el altruismo y la empatía. Los niños
disruptivos carecen de ambos, son presos de sentimientos impulsivos y no ven los
sentimientos en los demás, no comprenden lo que sienten. Su ley son sus propios impulsos,
no hay nada más.

Las emociones están para prepararnos a actuar en diferentes situaciones. El cuerpo es


estimulado por los centros perceptuales de la emoción, modificando ciertos movimientos
cotidianos para que las respuestas sean efectivas. Las emociones son una forma de
inteligencia que nos puede salvar la vida. Por otro lado, al no ser bien controladas pueden
ser perjudiciales para nosotros y los demás. Es por esta razón que Goleman plantea la
existencia de una mente racional y una mente emocional, las cuales deben confluir en
sinergia para resultar en una conducta o acciones satisfactorias.

Los Niños Disruptivos

Conductas antisociales, como violencia y búsqueda de causar fastidio en su entorno, ya sea a los
adultos o a los demás niños.

Las reprensiones violentas no son efectivas para la corrección de este tipo de comportamientos,
puesto que esto puede perpetuar y darle a entender al niño que tales conductas son normales y son la
respuesta normal, de esa manera no hay educación de los sentimientos ni transformación.

Pueden existir algunos desencadenantes de esta conducta, y es importante identificarlos, para


prevenir futuros problemas que puedan presentarse con el niño

Podría pensarse que es un niño que busca atención con estas conductas, o que causa problemas en
su entorno y entre sus compañeros para obtener lo que él quiere de dichas situaciones, pero por lo
general son niños que sufren y que están teniendo problemas emocionales.
En estos niños, se ve de fondo un problema con el manejo de las emociones, tal vez sean niños
violentados y reprendidos en su casa, normalmente son conductas que pueden también observarse
en sus padres, que normalmente vienen de ellos, se piensa que el origen de esto es un problema
emocional

Normalmente, pueden ser muchos niños con rabia; se les priva de aquello que quieren hacer en
determinado momento con autoritarismo e imposición, sin tomar en cuenta lo que ellos quieren, sin
escucharlos. Los niños rebeldes normalmente tienden a tomar una respuesta, claro está, llena de
rabia u odio hacia sus figuras principales de autoridad, las cuáles tienden a ser inquisitivas. Esto se
traslada a las figuras exteriores de autoridad, tales como sus profesores. Su no es rotundo y se
convierten en rebeldes violentos.

Estos niños no miden consecuencias, en lo que se observa que la mente emocional e impulsiva
domina sus percepciones y tomas de decisiones. El análisis de su propia conducta y de lo que de
ella resulta es irrelevante para estos niños

Por lo general son actitudes que aparecen a muy temprana edad

Se piensa que una de las causas es la manera en que la sociedad impone los límites a la conducta de
los niños, la instalación de la mente racional que inhibe el comportamiento según ciertos criterios.

Padres muy estrictos. Eso está relacionado con un pobre desarrollo de la empatía y la comprensión a
los demás.

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