Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MCU TNA
A
MODELOS
1D O
DE
AAA >= |
|
CARTAS DOCUMENTO hammala(i
ANS JOseE Luis DEPALMA + EDITOR
El fraude laboral
(O Copyright by
editorial hammurabi s.r.!.
Talcahuano 481 - 4? piso
C1013AA] - Buenos Aires - Argentina
Tel.: (54-11) 4382-3586
E-mail: info hammurabi.com.ar - www.hammurabi.com.ar
e twitter. com/hammurabi_srl
e facebook. comMlibrerianammurabi
e youtube.com Vlibreriahammurabl
Producción integral
concept desion
de FERNANDO LUCAS DEPALMA
Tel.: 4382-2080 (líneas rotativas)
El fraude laboral
ANÁLISIS BAJO EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACIÓN
EN ANEXO |
MODELOS DE
CARTAS DOCUMENTO hammañabi
Y DEMANDAS Jose Luis DEPALMA + EDITOR
Agradecimientos
En el Capítulo | se intenta aportar los elementos para que el lector sepa dife-
renciar —con la mayor claridad posible— cuándo estamos frente a una relación
de linaje laboral y cuándo frente a un trabajo autónomo.
Teniendo en cuenta que a diario llegan a nuestros estudios trabajadores
dependientes que, no obstante la subordinación a la que se encuentran someti-
dos, figuran inscriptos como trabajadores autónomos y emiten facturas, es pre-
ciso tener bien claros los conceptos que nos permitan defender con eficacia los
derechos que se intentan conculcar con esa fachada.
El gran problema que hogaño debemos afrontar quienes intentamos que los
derechos de los trabajadores no se transformen en meros postulados es el de la
insolvencia del empleador.
Desde mi humilde opinión, la personalidad diferenciada del socio y la socie-
dad es algo contrario a la naturaleza de las cosasy de ahí que cueste tanto expli-
cárselo a nuestros clientes. Se trata de una ficción jurídica pensada para la eco-
nomía de mercado, que prescinde de cualquier consideración humanista del
tema.
Así, aunque al lego le cueste creerlo, nuestro derecho positivo permite que
cualquier sociedad, sin ningún patrimonio, se erija en empleadora de la canti-
dad de trabajadores que le venga en gana.
Esta situación hace imperioso entonces el conocimiento de los escasos recur-
sos que tenemos para lograr la condena solidaria de los socios, directores, socios
gerentes, etcétera, en los supuestos en que aquella ficción jurídica les otorgaría
asus creadores la posibilidad de incumplir impunemente una sentencia conde-
natoria.
PALABRAS PREVIAS 11
AGRADECIMIENTOS 2222 ]
PALABRAS PREVIAS ] ] ] 9
ABREVIATURAS 222222 17
Capítulo |
La relación laboral
8 1. Introducción 21
8 2. Caracteres esenciales de la relación laboral ____. uN a A 22
a) Lasubordinación 22
b) Laajenidad 25
c) Laprestación personal 22222 22222 26
8 3. Caracteres
no esenciales de la relación laboral __._._._._.._...... sepas 28
0: LACRA NAO. | >= == p=ra rr a 28
b) Lacontinuidad . | 29
5 4. El principio de primacía de la realidad ____._._._._._._._. 2 2 22222222 30
8 5. Lapresunción
del art.23delalCT ________ A A A 32
Capítulo Il
La sociedad interpuesta
Capítulo 111
La interposición fraudulenta de las agencias
de servicios eventuales
8 14. Introducción 22222222 2 2 75
815. Interposición vs. intermediación 76
8 16. Interposición. Principio general y excepción a la regla _________________ 76
817, Carácter acumulativo
de los requisitos exigidos porel art. 29, in fine dela LCT _ 78
$18. Análisis de los distintos supuestos de contratación por intermedio de una agencia
de servicios eventuales O 78
a) Licencias de trabajadores estables _ O 79
b) Realización de congresos, conferencias, etcétera A 80
c) Incremento de la actividad de la usuaria 81
d) Eventualidad de la empresa usuaria —______________________ 82
8 19. Carga de la prueba de la eventualidad ______ - AR 82
8 20. Consecuencias quese derivan
de la ausencia de alguno de losrequisitosexigidos por
el art. 29, in fine
de la LCT — O 83
8 21. Forma de conjurar el fraude. Intimación del trabajador AA 86
5822, Situación de despido 86
8 23. Multas de la Ley Nacional de Empleo. _—__________________________ 88
$24. Praxisjudicial 95
m Anexo
— Modelo de carta documento
a la empresa usuaria _______________ 98
— Modelo de carta documento a la AFIP. _—_____________________ 98
- Modelo de carta documento a la agencia _-______________2 2 22 99
— Modelo de demanda contra la empresa usuaria y la agencia __________-_-_ 100
Capítulo IV
La utilización fraudulenta de las cooperativas
de trabajo
825, Introducción 115
826. Cooperativas de trabajo ____________
2 222222 117
a) Tesis que desconoce la relación laboral 118
b) Tesis del socio-empleado 22222222 119
c) Tesis que desconoce la condición de socio-empleado | 121
d) Opinión delautor 2222222222 123
827. Distintos casos de fraude 124
a) Participación en la dirección de la cooperativa ___________________ 125
b) Distribución de excedentes == | 126
c) La cooperativa como proveedora de mano de obra _____________ 127
ÍNDICE GENERAL 15
Capítulo V
La utilización fraudulenta de un contrato
de pasantía
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Abreviaturas
8/88 parágrafo/parágrafos
AA.VV autores varios
AFIP Administración Federal de Ingresos Públicos
ap./aps. apartado/apartados
aro. argumento
art./arts. artículo/artículos
BO Boletín Oficial de la Nación
E contra
CADH Convención Americana sobre Derechos Humanos
(Pacto de San José de Costa Rica)
Cap./Caps. Capítulo/Capítulos
CE Código Civil (ley 340, derogado por ley 26.994)
CCT Convenio Colectivo de Trabajo
CD Carta Documento
ctr.Iconfr. controntar/contróntese
CN Constitución Nacional
CNAT Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo de la Capital
Federal
CNCom. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial
de la Capital Federal
conc./concs. concordante/concordantes
conf. conforme
CP Código Penal
CPACF Colegio Público de Abogados de la Capital Federal
CPBA Constitución de la Provincia de Buenos Aires
CPCCBA Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
Aires
CPCCN Código Procesal Civil y Comercial de la Nación
CSIJN-Fallos Fallos de la Corte Suprerna de Justicia de la Nación
CSJN Corte Suprema de Justicia de la Nación
CUIL Clave Única de Identificación Laboral
18 ABREVIATURAS
8 1. Introducción
a) La subordinación
¿ Ackerman, en AA.VV., Tratado de derecho del trabajo, 2005, t.l, ps. 148 y 157.
EL FRAUDE LABORAL 23
Los contratos laborales de los profesionales solo se diferencian de los que celebran
otros trabajadores en que aquellos ponen a disposición del empresario su capacita-
ción especializada (fuerza de trabajo preponderantemente intelectual) y, como con-
secuencia de ello, se desdibuja lasubordinación técnica y por ende gozan de cierta au-
tonomía funcional. [CNAT, Sala!!l, 21/12/06, "Feijoo, Sandra Stella c. Ferrocarriles Me-
tropolitanos5.A. y otros”, www.pjn.gov.ar].
Si bien la actora tenía facultades (y las ejercía) para convenir condiciones que garan-
tizaran su desempeño y el cumplimiento de lo pactado entre las partes, imprimién-
dole a la relación escasa subordinación técnica, tal situación no permite desconocer el
carácter laboral del vínculo, en razón de que de todas formas existía subordinación
económica y jurídica. [CNAT, Sala Il, 15/6/89, "Ruiz Guiñazú, María Magdalena c. L.S. 4
Radio Continental”, www.pjn.gov.ar].
Si bien cuandose trata de trabajadores con conocimientos específicos del área que les
compete, como en el caso de los profesionales, suele faltarle fuerza a la nota de de-
pendencia técnica, presente en otros contratos de trabajo, ello no implica, en modo
alguno, que deba descartarse la existencia de una relación laboral. Porque es justa-
mente esa capacidad de desenvolverse con independencia dentro del marco del área
específica de sus conocimientos, uno de los extremos tenidos en cuenta por el emple-
ador a la hora de incorporar a su plantel este tipo de profesionales (en igual sentido
CNAT, Sala IV, SD 70244, del 21/3/94, "Estévez, Marcia c. Inst. Arg. del Riñón y Trans-
plantes s/Despido”; ídem, Sala Il, SD 70294, del 17/7/92, "Fischer, Eduardo c. Transpor-
tes IntercapS.A. s/Despido”). Lo determinante, en estoscasos, es la subordinación con
la empleadora, la integración a su estructura y la sujeción del profesional a las direc-
tivas de sus superiores. [CNAT, Sala X, 26/3/01, “Porcelli, Mariela c. Inder, Instituto Na-
cional de ReasegurosS.E.”, www.pjn.gov.ar].
b) La ajenidad
las utilidades entran siempre al patrimonio del empleador, aunque luego este re-
parta entre sus dependientes un porcentaje de las mismas.
La diferencia que existe entre un trabajador dependiente y un socio no pasa
tanto por la modalidad de distribuir los beneficios, sino más bien por la presencia
de la subordinación, según ya lo hemos explicado más arriba.
En lo que aquí interesa, los servicios de cuño laboral esencialmente se prestan
para otro. El trabajador, en forma voluntaria, se incorpora a una empresa total o
parcialmente ajena, aportando su trabajo personal e infungible.
La empresa a la que se incorpora el trabajador puede resultar parcialmente aje-
na, porque el ordenamiento laboral contempla la situación del socio empleado
(art. 27, LCT). Jamás, en cambio, podría ser enteramente propia, porque, en tal su-
puesto, desaparecería la ajenidad (esencial para la existencia de una relación de
trabajo) y estaríamos —por ende— ante un trabajo autónomo.
La ajenidad, entonces, ha servido en numerosos precedentes jurisprudenciales
para distinguir un trabajo subordinado de uno autónomo.
Toda vez que la actora, médica de una obra social, se desempeñó en los consultorios
externos de dicha obra social, esto es, dentro del establecimiento de la accionada, im-
plica la prueba directa de la subordinación de los servicios pues estos, en definitiva, se
llevaron acabo en un ámbito sujeto a un poder jurídico de organización y de dirección
ajeno. Además, en el caso, no se ha acreditado que la accionante contara con una au-
to-organización económica que permita calificarla como empresaria de los servicios
que prestó a favor de la obra social. En este sentido, nose ha demostrado que la acto-
ra haya asumido riesgo alguno inherente a la actividad que desplegaba en los esta-
blecimientos de la demandada, y la asunción de riesgos por parte de quien presta un
servicio es definitoria de una actividad por cuenta propia; y por el contrario, la ajeni-
dad en los riesgos de quien ejecuta una determinada tarea es una nota definitoria de
una relación subordinada. [CNAT, Sala Il, 3/5/07, “Koll, Norma Edith c. Dirección de
Obra Social del Servicio Penitenciario Federal”, www. pjn.gov.ar].
El ejercicio de una profesión liberal no es obstáculo para que se perfeccione un con-
trato de trabajo si las tareas tienen habitualidad y continuidad, con incorporación a
una organización de trabajo que le es ajena a quien las presta y da origen a obliga-
cionescon vínculo oblicuo. [CNAT, Sala VII, 4/10/07, “Pérez Guzmán, Horacio Héctor c.
Obra Social del Personal de la Actividad Perfumista”, www. pjn.gov.arl].
c) La prestación personal
Los servicios que cabe considerar incluidos en la esfera del derecho del trabajo
sonesencialmente infungibles. Esto quiere decir que quien hacontratado estetipo
de servicios lo hizo atendiendo a las condiciones personales de quien habrá de
prestarlos.
Por tal motivo, aquel que presta servicios (de aquellos que corresponde consi-
derar incluidos en el ámbito del derecho del trabajo) no puede hacerse reempla-
EL FRAUDE LABORAL 27
zar por otro; debe cumplir personalmentesu prestación. Desde luego que el reem-
plazo que se haga con consentimiento del empleador, cuando este conoce al
reemplazante y aceptó recibir sus servicios (máxime cuando ello ocurre esporádi-
camente), no autoriza a descartar el carácter personal de la prestación, desde que,
en tal supuesto, se habría entablado una relación personal también con el reem-
plazante.
Los servicios que presta el trabajador son infungibles porque el contrato de tra-
bajo se celebra i¡ntuitu personae, más allá de que en algunos casos especiales el em-
pleador consienta que el trabajador se haga reemplazar por otro, quien —gene-
ralmente— cuenta con la previa aprobación del dador de trabajo.
excluir el carácter laboral del vínculo. [CNAT, Sala 111, 10/9/04, “Pagano, Francisco c.
QuetraS.A.”, www.pjn.gov.ar!.
a) La exclusividad
b) La continuidad
$ 4. El principio de primacía
de la realidad
Pues bien, una vez delineadas las características del vínculo contractual que nos
permitan discernir respecto de su naturaleza jurídica, nostoca ahora introducirnos
en el tema central de esta obra, constituido por las distintas formas de fraude, que
suelen utilizarse con la finalidad de ocultar el carácterlaboral de esa relación o bien
esconder algunas de sus modalidades cuando estas generan mayores derechos al
trabajador.
Como vimos, el art. 21 de la LCT define al contrato de trabajo como aquel en el
que ”... una persona física se obligue a realizar actos, ejecutar obras o prestar ser-
vicios en favor de la otra y bajo la dependencia de esta, durante un período deter-
minado o indeterminado de tiempo, mediante el pago de una remuneración ...”.
Asimismo, la misma norma edicta que el contrato de trabajo existe “cualquiera sea
su forma o denominación”.
Asu vez, los arts. 7” y 12 del mismo ordenamientos establecen el orden público
laboral y la irrenunciabilidad de los derechos que dimanan de la legislación del tra-
bajo, en tanto que el art. 14 establece la nulidad de cualquier contrato por el cual
las partes hayan procedido con simulación o fraude a la ley laboral, sea aparentan-
do normas contractuales no laborales, interposición de personas o de cualquier
otro medio.
La derivación práctica de estas máximas rectoras del derecho del trabajo se co-
noce como principio de “primacía de la realidad”, que se puede resumir diciendo
que el contrato de trabajo es un contratorealidad, donde más interesan los hechos
que verdaderamente ocurren que la formalidad documental o las manifestaciones
que, de buena o mala fe, hayan formulado las partes respecto de la naturaleza del
vínculo o de cualquiera de sus circunstancias.
Vale decir que ninguna virtualidad tendrán las manifestaciones de las partes a
la hora de establecer si los servicios prestados se encuentran comprendidos o no en
la órbita del derecho del trabajo, como tampoco las tendrán cuando corresponda
determinar cuáles fueron las modalidades de esa relación.
Independientemente de que las partes hayan celebrado contratos o firmado
cualquier tipo de documento en el que se pretenda desconocer el carácter laboral
de las tareas, la relación laboral existirá si se dan las características que hemos ana-
lizado ut supra.
EL FRAUDE LABORAL 31
Así, por ejemplo, resulta absolutamente irrelevante que el profesional haya ex-
tendido recibos por “honorarios” si, por las modalidades de la prestación, se des-
prende que cumplió tareas subordinadas.
Tampoco resultará relevante cualquier documento del que surja alguna moda-
lidad de la relación laboral, si la misma no se condice con las verdaderas circuns-
tancias de dicha relación.
Tampocoserárelevante el silencio, por más prolongado que sea, guardado ante
una situación de fraude a las leyes laborales.
Desde que el derecho del trabajo existe, se han creado infinidad de artilugios
para tratar de ocultar el carácter laboral de una relación; de ahí que el de la ” pri-
macía de la realidad” se erija como un principio cardinal para la operatividad de las
normas protectoras del derecho del trabajo.
En la provincia de Buenos Aires, incluso, el principio de primacía de la realidad
posee jerarquía constitucional, encontrándose expresamente previsto en el art.
39, inc. 3” de la Constitución provincial, que textualmente edicta: “En materia la-
boral y de seguridad social regirán los principios de irrenunciabilidad, justicia so-
cial, gratuidad de las actuaciones en beneficio del trabajador, primacía de la rea-
lidad, indemnidad, progresividad y, en caso de duda, interpretación a favor del
trabajador”.
La parte más fuerte de la relación está en condiciones de imponer la “modali-
dad” de contratación y quien solo tiene para ofrecer su capacidad de trabajo no
posee de ordinario más oportunidad que aceptar cualquier instrumentación aun-
que aparezca como perjudicial a sus intereses.
No obstante lo expuesto en el párrafo anterior, la aplicabilidad del principio
que nos ocupa no exige la prueba de la voluntad defraudatoria del empleador;
basta con demostrar cómo fueron los hechos para que estos resulten determinan-
tes, allende lo que surja de la formalidad documental.
Basados en estos principios, como dijimos, la jurisprudencia argentina ha decla-
rado reiteradamente la irrelevancia de la emisión de facturas por parte del traba-
jador, de su inscripción en AFIP como trabajador “autónomo”, del silencio prolon-
gado frente a una situación de fraude, y, en fin, de cualquier declaración de las par-
tes (explícita o implícita) que se contradiga con las reales y comprobadas circuns-
tancias de la relación.
Como essabido, las presunciones legales son reglas establecidas por la ley para
dar por probado un hecho ante la prueba de otro hecho distinto. Es decir, se afirma
la existencia de hechos desconocidos fundándose en los conocidos. La prueba de
un hecho autoriza a suponer la existencia de otro, aunque este último no se en-
cuentre probado.
Las presunciones no son pruebas; constituyen consecuencias lógicas dadas por
el legislador que se imponen al juzgador?
Tratándose de una presunción juris tantum (aquella que admite prueba en con-
trario), la misma adquiere importancia solo cuando está ausente la prueba del he-
cho (el hecho objeto de la presunción). Solo habrá de recurrirse a la presunción
cuando no es posible establecer (por ausencia de prueba) la existencia del hecho
objeto de la presunción.
La Ley de Contrato de Trabajo contiene presunciones en varios de sus dispositi-
vos: así, por ejemplo, la falta de exhibición de los libros laborales constituye una
presunción acerca de los hechos afirmados por el trabajador que debieron constar
en tales libros (art. 55), el trabajo se presume oneroso (art. 115), el despido se pre-
sume por causa de embarazo cuando fuese dispuesto dentro del plazo de siete me-
ses y medio anteriores o posteriores al parto (art. 178) o por causa de matrimonio
cuando fuese dispuesto dentro de los tres meses anteriores o seis meses posterio-
res al matrimonio (art. 181), etcétera.
Yendo al tema que aquí nos interesa, el art. 23 de la ley 20.744 presume la exis-
tencia de un contrato de trabajo por el hecho de la prestación de servicios: “El he-
cho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato de tra-
bajo, salvo que por las circunstancias, las relaciones o causas que los motiven, se de-
mostrase lo contrario. Esta presunción operará ¡gualmente aun cuando se utilicen
figuras no laborales, para caracterizar el contrato, y en tanto que por las circuns-
tancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el servicio”.
La primera exégesis de la norma nos lleva rápidamente a concluir que, salvo
prueba en contrario, corresponde suponer la existencia de un contrato de trabajo
cuando ha sido probada la mera prestación de servicios.
No obstante, un sector de la doctrina (Justo López, Antonio Vázquez Vialard,
Carlos Etala) interpreta que el sustrato fáctico que se debe acreditar para que se
presuma la existencia de un contrato de trabajo está constituido por la prestación
de servicios en relación de dependencia. Solo los servicios prestados en relación de
dependencia autorizarían a presumir la existencia de un contrato de trabajo.
Se ha formulado una tesis llamada restringida, que interpreta que lo que gene-
ra la presunción legal es la prueba de los servicios prestados en relación de depen-
dencia.
Vázquez Vialard afirma que la prestación de servicios hace presumir la existen-
cia de un contrato que obligaba a la citada prestación, pero que se presuma la exis-
tencia de un contrato no significa que pueda presumirse también la existencia de
un contrato de trabajo; para ello se debe probartambiénsuencuadre jurídico; esto
es, sies dirigido o autónomo”.
Por su parte, Etala distingue la relación de trabajo del contrato de trabajo
y sos-
tiene que para presumir que existe contrato de trabajo debe acreditarse una rela-
ción de trabajof,
En cambio la tesis hoy por hoy mayoritaria considera que la sola prestación de
servicios personales hace presumir la existencia de un contrato de trabajo.
Se trata de una tesis amplia, defendida por autores como Fernández Madrid o
Sardegna, entre otros.
Para Fernández Madrid la tesis amplia esla que mejor sintoniza con el principio
protectorio?.
Sardegna, incluso, sostiene que la prueba de la excepción (de que los servicios
prestados no fueron subordinados) debe resultar diáfana, porque la misma ley se
encarga de afirmar la presunción que progresará aunque se hayan utilizado for-
mas no laborales para caracterizar el contrato?,
La interpretación del art. 23 de la LCT tampoco ha resultado pacífica para la ju-
risprudencia. En el ámbito de la justicia nacional del trabajo se registran fallos que
receptan la tesis amplia y otros, actualmente minoritarios, que adoptan la tesis res-
tringida.
/ Véase Fernández Madrid, Tratado práctico de derecho del trabajo, 1989, ps. 626 a 632.
$ Sardegna, Ley de Contrato de Trabajo. Comentada y anotada, 3* ed., 1988, p. 92.
EL FRAUDE LABORAL 35
tenida en el art. 23 de la LCT mientras que, a los efectos de desvirtuarla, debe consi-
derarse insuficiente que el actor haya percibido el fondo de desempleo hasta una de-
terminada época si se demuestra que se encontraba prestando servicios “en negro”.
Corresponde aplicar la presunción del art. 23 de la LCT cuando la empresa accionada
admite la prestación de servicios del actor, toda vez que recae en cabeza de aquella
probar las circunstancias eximentes de la norma mencionada. [CNAT, Sala X, 7/7/04,
"Arrieta, Sergio c. Air Dispatch S.R.L. y otro”, www. pjn.gov.ar].
Siel demandado en un juicio por despido arbitrario desconoció la relación laboral pe-
ro admitió la prestación de servicios, alegando la existencia de una causa jurídica aje-
na a un contrato de trabajo, le incumbe la carga de demostrar que dicha prestación
no se realizó en relación de dependencia, sin que el actor deba acreditar la configu-
ración de subordinación técnica, jurídica y económica ni de exclusividad y permanen-
cia. [CNAT, Sala X, 25/2/04, "Rumi Arabehety, María c. Serra Lima, María Marta y
otros”, www. pjn.gov.ar].
Una variante de estas dos corrientes considera que la presunción bajo análisis
no resulta aplicable cuando de profesionales universitarios se trata.
Para fundar esta posición se ha sostenido que el título universitario o, en gene-
ral, cualquier habilitación especial para el ejercicio de una profesión, constituye un
medio inmaterial que permite asimilar al concepto de “empresa” a aquella perso-
na que es titular de esa habilitación.
medio inmaterial —el título, la habilitación, la matrícula o la licencia— que en los tér-
minos del art. 5? de la LCT, es elemento constitutivo de una empresa. [CNAT, Sala VIII,
29/9/06, “Feijoo, José Alberto c. Cadbury Stain 5.A.”, www.pjn.gov.ar|].
Una suerte de tesis ecléctica parece haber intentado adoptar la Suprema Corte
de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, desde que este tribunal, por un lado, ha
dicho reiteradamente que solo los servicios prestados en relación de dependencia
hacen presumir la existencia de un contrato detrabajo, en tanto que, por otrolado,
ha expresado también que si la demandada admitió el hecho de la prestación de
servicios, pero negó la existencia de una relación laboral, argumentando una de
distinta naturaleza, a ella le incumbia la prueba de la particular vinculación alega-
da —en virtud de lo dispuesto por el art. 375 del CPCCN—y no habiéndola acredi-
tado, rige la presunción de que los trabajos se efectuaron en relación de depen-
dencia.
Siguiendo los lineamientos referidos en primertérmino, la Suprema Corte pro-
vincial ha dictado los siguientes pronunciamientos en los que adhirió sin reservasa
la tesis restringida, disponiendo que la mera ejecución de tareas por el accionante
no autoriza a que se tenga por demostrada la existencia de una relación de linaje
laboral respecto de la accionada, si no se acredita que talestareas fueron prestadas
en forma subordinada.
En ese sentido, olvida el recurrente que la mera ejecución de tareas por el accionante
no autoriza a que se tenga por demostrada la existencia de una relación de linaje la-
boral respecto de la accionada si no se comprueba que lo fueron a favor de esa perso-
na yen formasubordinada (conf. causas L. 42.478, sent. del 15/8/89; L.51.031, sent. del
13/4/93; L. 54.725, sent. del 29/12/94; L. 66.918, sent. del 13/4/99), circunstancia que en
la especie no fue acreditada. [SCBA, 29/12/03, "Martínez, Carlos c. Itar S.R.L.”, L.
79.831, www. juba.scba.gov.ar].
Olvida el recurrente que la mera ejecución de tareas no autoriza a que se tenga por
demostrada la existencia de una relación de linaje laboral con el accionado si no se
acredita que fueron prestadas en favor de esa persona y en forma subordinada (conf.
causa L. 63.142, sent. del 9/6/98). [SCBA, 2/5/02, "Lezcano, Osvaldo Gregorio c. Eichen-
blatt, Martín”, L.73.653, www.juba.scba.gov.arl.
Es doctrina reiterada de esta Corte que la mera ejecución de tareas por el accionante
no autoriza a que se tenga por demostrada la existencia de una relación laboral con
el demandado si nose comprueba que lo fueron a favor de esa persona y en forma su-
bordinada (conf. causa L. 66.918, sent. del 13/4/99). [SCBA, 18/7/01, “Díaz, Carlos Al-
berto c. Fundacc”, L. 72.672, www.juba.scba.gov.ar!.
Olvida el recurrente que la mera ejecución de tareas por el accionante no autoriza a
quesetenga por demostrada la existencia de una relación de linaje laboral con el de-
mandado si no se comprueba que lo fueron a favor de esa persona y en forma subor-
dinada (conf. causas L. 42.478, sent. del 15/8/89, L. 51.031, sent. del 13/4/93). [SCBA,
13/4/99, “Liberto, Vito c. Heladerías Tucán S.R.L.”, L.66.918, www.juba.scba.gov.ar].
40 JOSÉ MANUEL SALGADO
Como sabemos, el art. 26 de la LCT define al empleador como ”... la persona físi-
ca o conjunto de ellas, o jurídica, tenga o no personalidad jurídica propia, que
requiera los servicios de un trabajador”.
De una primera lectura del art. 26 de la LCT se desprende entonces que la posi-
bilidad de que una persona jurídica (un ente ideal) asuma la condición de emplea-
dor es un hecho indiscutible.
Sinembargo, merced a la permanente interposición de personas jurídicas abso-
lutamente insolventes, conviene determinar cuándo el ente ideal es quien verda-
deramente requiere los servicios del trabajador y cuándo se erige en una pantalla
para ocultar la identidad del verdadero empleador.
Porque puede suceder que una o más personasse obliguen de buenafe a”... rea-
lizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios,
participando de los beneficios y soportando las pérdidas...” (art. 19, ley 19.550,
texto según pto. 2.2. del Anexo ll de la ley 26.994); pero también puede suceder que
el olosverdaderos dueños de la empresa constituyan una sociedad comercial, o de
otrotipo, con la exclusiva finalidad de minimizar el riesgo empresario y resguardar
sus bienes frente a la eventualidad del reclamo de algún trabajadoro de cualquier
otro acreedor.
En el primer caso, habrá una verdadera sociedad que será empleadora cuando
requiera losservicios de un trabajador. En el segundo, habrá una interposición con
fines defraudatorios.
El empresario puede lograr así, mediante un simple ardid, que su patrimonio
permanezca incólume, aún ante la existencia de importantes deudas con sus tra-
bajadores.
Se trata de un viejo y conocido ardid, que constituye, además, la causa mástre-
cuente por la que los trabajadores ven a diario frustradas sus posibilidades de co-
bro.
44 JOSÉ MANUEL SALGADO
que la persona jurídica no es más que una mera pantalla; un recurso para violar
la ley.
Si, a pesar del éxito del negocio, la sociedad “empleadora” permaneciera siem-
preinsolvente, nose lograría comprender el motivo porel cual (si el ente fuera real-
mente el verdadero dueño de la empresa y el acto constitutivo de aquel hubiese
sido realizado de buena fe) quienes formaron la sociedad y lucran con ella jamás se
ocuparon de capitalizarla.
Ses lógico presumir lo que ocurre de ordinario, cabe suponer que la sociedad
que no es una mera pantalla se vaya capitalizando a medida que van dando sus fru-
tos la producción y/o intercambio de bienes y/o servicios.
Si la persona jurídica es la dueña del negocio, es lógico inferir que aquella irá
creciendo a medida que este arroja dividendos.
Así las cosas, cabe presumir que la sociedad es una mera pantalla cuando jamás
se le ha incorporado patrimonio alguno, no obstante que la empresa arrojó impor-
tantes ganancias, que fueron capitalizando siempre a los socios pero jamás a la so-
ciedad.
En apoyo de esta postura, el art. 154 del CCCN establece que: “La persona jurí-
dica debe tener un patrimonio...”
El art. 154 del CCCN exige que la persona jurídica deba tener un patrimonio y es-
tablece que este constituye un elemento esencial de la misma?.
Vale decir que la sociedad que no posee patrimonio alguno no debe conside-
rarse como una verdadera persona de existencia ideal y, por ende, su personalidad
jurídica no resulta oponible a los trabajadores que aparezcan prima facie como sus
“dependientes”.
La insolvencia de la sociedad no es un dato irrelevante, sino que, además de eri-
girse en condición de la inoponibilidad de su personalidad jurídica, constituye la
más elocuente prueba de la maniobra; máxime cuando la empresa arrojó siempre
importantes dividendos que fueron capitalizando siempre a lossocios pero nunca
ala sociedad.
Sobre el tema, Nissen ha expresado: “La limitación de responsabilidad de los
accionistas de una sociedad anónima (o de los socios de una sociedad de responsa-
bilidad limitada) no constituye un principio absoluto en nuestro derecho ni es con-
temporáneo con el origen de las sociedades comerciales y constituye una excep-
ción al principio general de la unidad y universalidad del patrimonio consagrado
por nuestro Código Civil. Este excepcional beneficio solo puede tener vigencia
cuandose presentan lossiguientes requisitos: a) que lasociedad seencuentre sufi-
cientemente capitalizada, esto es, que el capital social, concebido como garantía
de los acreedores, guarde relación con el pasivo de aquella o con el nivel de gastos
de la compañía; b) que toda la actuación de la sociedad esté enderezada a la con-
secución de fines societarios, entendidos estos como la obtención de ganancias a
través de la producción e intercambio de bienes y servicios —arts. 1? y 54, ley
19.550—(...) la harto criticable exigencia prevista en el art. 186 de la ley 19.550 que
requiere un capital mínimo absurdo para las sociedades anónimas ($ 12.000), de
manera alguna justifica la existencia de sociedades infracapitalizadas, pues tal
capital social solo podrá servir para las sociedades que tengan un nivel de gastos
equivalente, pero de ninguna manera tal norma predica que basta con contar con
esa mínima cifra para que resulte operativa la limitación de la responsabilidad de
los socios cuando el pasivo o el nivel de gastos de la empresa sea superior. En otras
palabras, no resulta suficiente para eludir el riesgo empresario el solo recurso de
integrar sociedades anónimas con tan insuficiente capital, pues las consecuencias
que deja tal proceder son desoladorassociedadesen quiebra sin dinero para afron-
tar siquiera los gastos del procedimiento falencial, pero con accionistas cuyo patri-
monio personal ni siquiera ha sido afectado”?.
En el mismo sentido se ha expresado el doctor Candal: “En este caso, no hay
dudas de que el grado de solvencia de la sociedad resulta un dato relevante, pues-
to que ese extremo será a un tiempo la medida del perjuicio y la prueba de la ma-
niobra ...” 3.
Las sociedades anónimas infracapitalizadas constituyen una burda caricatura
de lo que debe entenderse por sociedades anónimas y se convierten en instrumen-
to de fraude para los terceros!,
Alguna jurisprudencia, si bien no ha llegado al punto de considerar que la sola
insolvencia del ente alcanza para presumir que se trata de una persona interpues-
ta, se ha ocupado de hacerfoco en el estado patrimonial de la sociedad a la hora de
determinar si corresponde extender la condena a sus socios y/o controlantes.
Toda vez que los socios actuaron en una clara actitud de fraude laboral y con la finali-
dad de insolventar a la sociedad ya que había sido constituida con un ínfimo capital
social insuficiente para afrontar el giro comercial que llevaba a cabo, dada la inexis-
tencia del domicilio de la sede social de la sociedad, sumado al cierre del estableci-
miento que explotaba dicha sociedad sin recurrir al procedimiento de disolución y li-
quidación de la misma, pretendiendo “desaparecer” del ejercicio del comercio sin
afrontar las consecuencias de sus deudas impagas, resultan acreditados los extremos
quetornan aplicable el art. 54, párr. 3? de la Ley de Sociedades para responsabilizar en
forma solidaria e ilimitada a sus socios, quienes no solo han frustrado los derechos de
terceros a través de su actuación societaria, sino que además no han cumplido con el
standard de conducta marcado por el art. 59 de la ley 19.550, por lo que resultan res-
ponsables en lostérminos de lo normado por el art. 157 de aquel cuerpo legal. [CNAT,
Sala!, 26/5/11, "Ardusso, Aldo Irineo c. FerrosS.A, y otros s/Despido”, www.pjn.gov.ar].
En efecto, si bien es cierto que el derecho de “asociarse con fines útiles” posee
raigambre y tutela constitucional (art. 14, CN), no menos cierto es que la constitu-
Pues bien, en los puntos precedentes hemos visto que la insolvencia de una so-
ciedad permite presumir que no es más que un mero sujeto interpuesto y que, asi-
mismo, la constitución y la actuación de un ente absolutamente insolvente consti-
tuyen actos realizados en abuso del derecho.
Pasaremos ahora a analizar si frente a la comisión de ciertos actos ilícitos corres-
pondeo no declarar la inoponibilidad de la personalidad jurídica y extender la res-
ponsabilidad a lossocios y/o controlantes que hicieron posibles tales actos.
Como se sabe, según la definición que hogaño contiene el art. 141 del CCCN:
“Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les
confiere aptitud para adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumpli-
miento de su objeto y los fines de su creación”.
Ya se dijo, asimismo, que, según la definición dada por el art, 1? de la ley 19,550:
“Habrá sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno de los
tipos previstos en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la produc-
ción o intercambio de bienes o servicios, participando de los beneficios y sopor-
tando las pérdidas ...”.
En cuanto a la responsabilidad de lossocios, el art. 39 del CCestablecía: "Las cor-
poraciones, asociaciones, etcétera, serán consideradas como personas enteramen-
te distintas de sus miembros. Los bienes que pertenezcan a la asociación, no perte-
necen a ninguno de sus miembros y ninguno de sus miembros, ni todos ellos, están
obligados a satisfacer las deudas de la corporación, si expresamente no se hubie-
sen obligado como fiadores, o mancomunados con ella”,
De manera más o menos coincidente el art. 143 del CCCN dispone que... “Laper-
sona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros. Los miembros
no responden por las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los supuestos
que expresamente se prevén en este Título y lo que disponga la ley especial”.
Lossupuestos previstosen la ley especial quese exceptúan de la regla general son
aquellos contemplados por la ley 19.550 (ahora denominada Ley General de Socie-
dades a tenor de las reformas introducidas por la ley 26.994) para ciertos socios de
algunos tipos sociales, hoy prácticamente en desuso; como el socio de la sociedad
colectiva (art. 125), elsocio comanditado en lasociedad comandita simple (art. 134),
el socio capitalista en la sociedad de capital e industria (art. 141), o para el socio de
EL FRAUDE LABORAL 51
sión de distintas irregularidades cometidas por sus socios, como la falta de pago de
los aportes previsionales del personal, y el despido de los trabajadores que no fue-
ron indemnizados, desapareciendo la empresa sin dejar bienes que respondan por
sus deudas. Si bien se reconoció que la sociedad Viturro S.R.L. había sido constitui-
da con un fin lícito (la explotación de una pizzería), su utilización para encubrir ac-
tos contrarios a la ley justificó el corrimiento del velo societario y la condena soli-
daria de los socios que fueron demandados.
En este contexto, luego de varios precedentes judiciales en los que se trató esta
problemática, fue sancionada la ley 22.903 (BO, del 15/9/83), que introdujo un ter-
cer párrafo al art. 54 de la ley 19.550, el que quedó redactado entonces de la si-
guiente forma: “El daño ocurridoa la sociedad por dolo o culpa de socios o de quie-
nes no siéndolo la controlen constituye a sus autores en la obligación solidaria de
indemnizar sin que puedan alegar compensación con el lucro que su actuación
haya proporcionado en otros negocios.
El socio o controlante que aplicará los fondos o efectos de la sociedad a uso o
negocio de cuenta propia o de tercero está obligado a traera la sociedad las ganan-
cias resultantes siendo las pérdidas de su cuenta exclusiva.
La actuación de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocieta-
rios, constituya un mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o
para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los
controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e ¡limitada-
mente por los perjuicios causados”.
A partirentonces de la nueva redacción dada al art. 54 de la ley 19.550 porel art.
19 de la ley 22.903, se sucedieron numerosos pronunciamientos judiciales que han
dado origen a la que es sin dudas una de las más fervorosas e importantes contro-
versias en el seno de la doctrina y la jurisprudencia laboralistas.
Parasimplificar el análisis, podemos dividir a las distintas posiciones que existen
sobre el tema de la interpretación que debe darse al art. 54 de la ley 19.550 en dos
grupos. Una tesis amplia, para la cual —básicamente— la comisión de actos ilícitos
justifica la aplicación del disregardy otra restringida, la cual considera que a tales
fines es preciso demostrar que la constitución misma de la entidad ha sido prevista
para la comisión de fines ilícitos.
Luego de la sanción de la ley 22.903 que agregó el párr. 3” del art. 54 de la ley
19.550, con sustrato en este dispositivo, se dictaron distintos pronunciamientos en
el fuero del trabajo, declarando la inoponibilidad de la personalidad jurídica de la
sociedad frente a la comisión de actos ilícitos por parte de sus socios.
Recordemos que, en lo que aquí interesa, la norma establece: ”... La actuación
de la sociedad que encubra la consecución de fines extrasocietarios, constituya un
EL FRAUDE LABORAL 93
mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o para frustrar dere-
chos de terceros, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la
hicieron posible, quienes responderán solidaria e ¡limitadamente por los perjuicios
causados”.
Quienes se enrolan en una interpretación amplia del dispositivo bajo análisis
consideran que no resulta menester demostrar que la constitución misma de la so-
ciedad fue prevista con fines espurios, sino que basta que con su actuación se pre-
tenda encubrir ciertos actos (como la consecución de fines extrasocietarios, la vio-
lación a la ley, al orden público o a la buena fe, o la frustración de derechos de ter-
ceros) para que se produzca el corrimiento del velo societario y se puedan imputar
directamente a los socios y/o controlantes las consecuencias de tales actos.
Para esta tesis “amplia”, a la que suscribo plenamente, no es preciso que la so-
ciedad haya sido constituida con fines defraudatorios, sino que basta quecon su ac-
tuación se pretendan encubrir actos de los enumerados precedentemente.
Tampoco resulta menester, a losfines de la aplicación delsupuestoseñaladocon
la letra a), que toda la actuación de la sociedad se encuentre direccionada a la con-
secución de fines ilícitos y ajenos al objeto social, el que, en definitiva, no es otro
que la obtención de gananciasa través de la producción o intercambio de bienes o
servicios (art. 1?, ley 19.550). Ello por cuanto, en el terrenofáctico para el que la nor-
ma fue sancionada, resulta absolutamente imposible de imaginar una persona ju-
rídica cuyo objeto sea la comisión de actos ilícitos; el fin último de toda sociedad es
la ganancia y lo que la ley pretende abarcar es la actuación encaminada a obtener-
la mediante actos que son contrarios a su objeto. No obstante lo expuesto, la apli-
cación de la desestimación de la personalidad jurídica podría igualmente quedar
comprendida por lossupuestos individualizados con las letras b) y c), aún en el caso
que se considere que el primero de ellos solo debiera ser aplicado cuando la socie-
dad persigue un objeto ilícito.
Una mirada integradora de la ley nos permite ratificar estas conclusiones, en
tanto que la nulidad de la sociedad de objeto ilícito está prevista en otro dispositi-
vo distinto.
54 JOSÉ MANUEL SALGADO
El tema se encuentra comprendido por el art. 59 de la ley 19.550 y por los arts.
157 y 274 de la misma ley. Estos dos últimos prevén la responsabilidad, respectiva-
mente, de los socios gerentes de una sociedad de responsabilidad limitada y de los
directores de una sociedad anónima.
El art. 59 de la LGS establece: “Los administradores y los representantes de la
sociedad deben obrar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de nego-
cios. Los que faltaren a sus obligaciones son responsables, ilimitada y solidaria-
mente, por los daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión”.
Luego, el art. 274 de la referida disposición legisla en materia de responsabili-
dad de los directores de las sociedades anónimas estableciendo lo siguiente: “Los
directores responden ilimitada y solidariamente hacia la sociedad, los accionistas y
los terceros, por el mal desempeño de su cargo, según el criterio del art. 59, así co-
mo por la violación de la ley, el estatuto o el reglamento y por cualquier otro daño
producido por dolo, abuso de facultades o culpa grave.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, la imputación de responsa-
bilidad se hará atendiendo a la actuación individual cuando se hubieren asignado
funciones en forma personal de acuerdo con lo establecido en el estatuto, el
reglamento o decisión asamblearia. La decisión de la asamblea y la designación de
las personas que han de desempeñar las funciones deben ser inscriptas en el Regis-
tro Público de Comercio como requisito para la aplicación de lo dispuesto en este
párrafo.
Queda exento de responsabilidad el director que participó en la deliberación o
resolución o que la conoció, si deja constancia escrita de su protesta y diera noticia
al síndico antes que su responsabilidad se denuncie al directorio, al síndico, a la
asamblea, a la autoridad competente, o se ejerza la acción judicial”.
Porsu parte, la obligación de responder de los gerentes de las sociedades de res-
ponsabilidad limitada, está prevista por el art. 157 de la ley 19.550en los siguientes
términos: “La administración y representación de la sociedad corresponde a uno o
más gerentes, socios o no, designados por tiempo determinado o indeterminado
en el contrato constitutivo o posteriormente. Podrá elegirse suplentes para casos
de vacancia.
Sila gerencia es plural, el contrato podrá establecer las funciones que a cada ge-
rente compete en la administración o imponer la administración conjunta o cole-
giada. En caso de silencio se entiende que puede realizar indistintamente cual-
quier acto de administración.
Los gerentes tienen los mismos derechos, obligaciones, prohibiciones e incom-
patibilidades que los directores de la sociedad anónima. No pueden participar por
cuenta propia o ajena, en actos que importen competircon la sociedad, salvo auto-
rización expresa y unánime de los socios.
Los gerentes serán responsables individual o solidariamente, según la organi-
zación de la gerencia y la reglamentación de su funcionamiento establecidas en el
EL FRAUDE LABORAL >
Adviértase que la norma directriz en esta materia (art. 59, ley 19.550) no se refie-
re, como lo hace el art. 54 del mismo dispositivo, a lainoponibilidad de la actuación
de la sociedad, que según esta última norma “se imputará directamente a los so-
cios”, sino que establece una obligación de responder “por los daños y perjuicios
que resultaran de su acción u omisión”.
58 JOSÉ MANUEL SALGADO
En este marco, los arts. 59, 157 y 274 de la ley 19.550 han dado origen a distintos
pronunciamientos que, sin tantos pruritos, extendieron la responsabilidad a los
administradores societarios:
Maniobras tales como el encubrimiento de la relación laboral o la disminución de la
antigúedad real en el empleo o bien el ocultamiento de la real remuneración, más allá
deser un típico incumplimiento de indole contractual, configuran maniobras defrau-
datorias de las que resultan inmediata y directamente responsables las personas físi-
cas que las pergeñan. Cuando una sociedad realiza actos simulatorios ilícitos ten-
dientes con tales características, resulta pertinente extender la responsabilidad patri-
monial de la entidad a los directores por vía de lo dispuesto por el art. 274 de la LSC
que contempla ciertos casos en los cuales los directivos de una sociedad incurren en
maniobras delictuales o cuasidelictuales que pueden llegar a determinar su respon-
sabilidad solidaria. [CNAT, Sala 1, 11/9/02, “Calderón Kusulas, Rafael c.!. R. Internacio-
nal Resort S.A. y otros”, www.pjn.gov.ar].
Los casos en los que la Ley de Sociedades Comerciales prevé la responsabilidad directa y
personal de los directores o gerentes, no tienen relación directa con la doctrina del dis-
regard, sino con la comisión de ciertos ilícitos que van más allá del incumplimiento de
obligaciones legales o contractualesy para cuya concreción se aprovecha la estructura
societaria. En estos casos, el fin constitutivo de la sociedad es lícito, pues su existencia no
fue planteada para encubrir una responsabilidad personal (de allí que no resulte viable
descorrer el velo); pero si sus directivos, no solo hacen que la entidad incumpla sus obli-
gaciones sino que, además, incurren en actos o maniobras dirigidas a defraudar a ter-
ceros (trabajadores, sistema de seguridad social, etcétera) o a burlar la ley, quienes ocu-
pan cargos de dirección resultan responsables directamente, más allá de que también
comprometen económicamente al ente. No es lo mismo omitir el pago del salario o no
efectuarel depósito de los aportes y contribuciones en tiempo y forma (que son típicos
incumplimientos de índole contractual) que urdir maniobrastendientesa encubrir una
relación laboral o a disminuir la antigúedad real o a ocultar parte de la remuneración,
más allá del incumplimiento que estos actos suponen, configuran maniobras defrau-
datorias de las que resultan directa e inmediatamente responsables las personas físicas
que las pergeñan porque sus actos, más allá de constituir un ilícito delictual o cuaside-
lictual en el ámbito civil (art. 1072 y ss., CC) podrían llegar a encuadrar, incluso, en tipi-
ficaciones propias del derecho punitorio (arts. 172, 173 y conc., CPy ley 23.771). [CNAT,
Sala ll, 29/5/06, “Costa Núñez, Analía c. G 8: CSalud S.A. y otros”, www. pjn.gov.ar].
El carácter de socio gerente en la sociedad empleadora, porsísolo, no desplaza el régi-
men de responsabilidad societario, ya que la persona de los socios y directores de la
sociedad comercial empleadora no se confunde, en lo que conciernea imputación jurí-
dica, con la persona de existencia ideal codemandada. Tal extremo se produce solo
cuando se invoca y se acredita eficazmente que ha mediado una utilización fraudulen-
EL FRAUDE LABORAL 59
Va de suyo que la circunstancia que, en los supuestos comprendidos por los arts.
59, 1576274 dela LGS, nose desconozcala personalidad jurídica del ente, trae apa-
rejada como contrapartida la necesidad de determinar cuáles son los perjuicios
que con su actuar contrario a derecho provocó cada administrador. Así, en estos ca-
sos, no corresponde extender automáticamente la responsabilidad, sino en la me-
dida del perjuicio concreto ocasionado.
60 JOSÉ MANUEL SALGADO
[CNAT, Sala IV, 16/11/05, “Colman Rivera, Aníbal c. Geotécnica Cientec S.A. y otro”,
www. pjn.gov.ar].
a) Administradores de cooperativas
Así, por ejemplo, la ley 20.337 de Cooperativas establece que, para estas socie-
dades ”... rigen supletoriamente las disposiciones del Capítulo II, Sección V, de la
Ley 19.550, en cuanto se concilien con las de esta ley y la naturaleza de aquellas”
(art. 118).
EL FRAUDE LABORAL 63
Vale decir que todo el articulado de la Sección V del Capítulo Il de la ley 19.550,
quese refiere alassociedades anónimas y que, por supuesto, comprende al art. 274
de dicha ley, debería aplicarse a las cooperativas, en cuanto resulte compatible con
este tipo de sociedades.
Y como nose advierte que la responsabilidad de los directores prevista en el art.
274 de la ley 19.550 pueda resultar incompatible con el régimen de las cooperati-
vas, es evidente que los miembros del consejo de administración del ente coopera-
tivo deberían responder como los directores de las sociedades anónimas.
c) Administradores de fundaciones
Las fundaciones, por su parte, poseen una normativa específica —la ley
19.836— cuyo art. 19 establece lo siguiente: “Los derechos y obligaciones de los
miembros del consejo de administración serán regidos por las reglas del mandato,
en todo lo que no esté previsto en esta ley, en el estatuto o en las reglamentacio-
nes. En caso de violación de las normas legales o estatutarias, los miembros del con-
sejo de administración se harán pasibles de la acción por responsabilidad que po-
drá promover la fundación o la autoridad administrativa de control, sin perjuicio
de las sanciones de indole administrativa y medidas que esta última pueda adop-
tar respecto de la fundación y de los integrantes de dicho consejo”.
Del texto claro de la ley se desprende, a mi modo de ver sin ninguna hesitación,
que quienes dirigen una fundación, conforme a su normativa específica, deberían
responder en forma personal por actos cometidos en violación a la ley, desde que
dicha consecuencia se encuentra comprendida en las reglas del mandato, que ex-
presamente se declaran aplicables en el art. 19 de la ley 19.836.
tidad, y de ahí la necesidad de contar con una norma general que brinde la plata-
forma jurídica necesaria para echar a andar este eficaz remedio anti fraude.
La segunda conclusión que corresponde extraer del texto de la norma es que
esta opera en el terreno de la actuación de la persona jurídica (no de su creación),
por lo que la responsabilidad solidaria e ilimitada de socios, asociados, miembros o
controlantes no requiere la existencia de una persona jurídica creada para violar la
ley, el orden público o la buena fe, o para frustrar derechos, sino que será la actua-
ción desviada la que impondrá el descorrimiento?.
ellostomen debidamente en cuenta las alegaciones decisivas formuladas por las par-
tes (CSJN -Fallos, 303:1148).
Estimo que la sentencia de autos no cumple dichos recaudos toda vez que ha vulne-
rado las garantías constitucionales invocadas por el recurrente, relativas al derecho
de propiedad y de defensa en juicio, entanto se ha extendido al director de una socie-
dad anónima la condena dictada contra la empresa, subvirtiendo las reglas sobre car-
ga probatoria aplicables en la materia.
Es que los jueces laborales han hecho aplicación de una disposición de la Ley de Socie-
dades que no constituye una derivación razonada del derecho vigente, pues se con-
trapone con principios esenciales del régimen societario. Han prescindido de consi-
derar que la responsabilidad diferenciada de la sociedad y sus administradores cons-
tituye el eje sobre el quese asienta la normativasobre sociedades anónimas y que esta
conforma un régimen especial que se explica porque aquellas constituyen una herra-
mienta que el orden jurídico provee al comercio como uno de los principales motores
de la economía. Desde esa perspectiva, resulta irrazonable que el simple relato del
actor sin mencionar el respaldo de otras pruebas producidas en la causa, tenga la vir-
tualidad de generar la aplicación de una causal de responsabilidad en materia socie-
taria que tiene carácter excepcional, sin la debida justificación.
A mi modo de ver, cabe en consecuencia hacer lugar a los agravios vinculados a que la
sentencia ha omitido el tratamiento de cuestiones conducentes para la adecuada
solución de la causa (B.213.XXV, autos 'Behrensen G. E. c. Ferrocarriles Argentinos
s/Daños y perjuicios", del 30/11/93, CSIN-Fallos, 316:2602; 5.418.XXl, autos 'Samuel,
Santiago Ponciano y Tiburci c. Gobierno Nacional", del 8/9/87, CSIN-Fallos, 310:1764),
toda vez que aquella no se hizo cargo de las objeciones del apelante relativas a la fal-
ta de acreditación de los extremos que tornen aplicable el art. 59 de la Ley de Socie-
dades”.
Como se ve, el fallo del cimero tribunal de la Nación, que solo se apontoca en el
dictamen transcripto, no se sostiene, en tanto que se contradice con doctrina de la
propia Corte al inmiscuirse en el análisis de cuestiones de derecho común y prue-
bas, sin siquiera invocar la doctrina de la arbitrariedad, ni mucho menos demostrar
que se ha formulado una absurda o irrazonable valoración de los elementos pro-
batorios agregados a la causa.
Cabe puntualizar, atodo evento, que la doctrina de la arbitrariedad es de carác-
terexcepcional y no autoriza al tribunal a sustituir el criterio de los jueces de las ins-
tancias ordinarias por el suyo propio en la decisión de cuestiones no federales, y
exige para su procedencia un apartamiento inequívoco de las normas que rigen el
caso o una absoluta falta de fundamentación
?0-
Si la Corte Suprema entrara a conocer el fondo de un litigio con el propósito de
fijar la recta interpretación de la ley común aplicable y conseguir, porese medio, la
11. CSJN, 22/12/09, “Benítez, Horacio Osvaldo c. Plataforma Cero S.A. y otros”, www. pjn.
gov.ar.
12 CSJN, 22/12/09, “Benítez, Horacio Osvaldo c. Plataforma Cero S.A. y otros”, www.pjn.
gov.ar; del voto de la doctora Carmen María Argibay.
EL FRAUDE LABORAL 69
13 Hitters, Técnica de los recursos extraordinarios y de la casación, 1984, ps. 236 y 237.
70 JOSÉ MANUEL SALGADO
S.A. y otro” (CSIN-Fallos, 316:713), debe ser dejada sin efecto con el objeto de que la
cuestión litigiosa sea nuevamente resuelta en la plenitud jurisdiccional que le es pro-
pia a los jueces de la causa. [CSJN, 22/12/09, “Benítez, Horacio Osvaldo c. Plataforma
Cero S.A. y otros”, www.pjn.gov.arl.
Así, como lo expuso con claridad el doctor Juan Carlos Hitters al dar su voto en
el precedente señalado en párrafos anteriores, quedó excluida del análisis del tri-
bunal la responsabilidad que dimana de los arts. 274 y 157 de la Ley General de So-
ciedades 19.550.
Importa por ende resaltar que, de las normas citadas por el recurrente, solo la viola-
ción del art. 54 de la Ley de Sociedades (en concordancia con los arts. 14y 29, LCT) pue-
de ser objeto de tratamiento en esta instancia. Ello así, dado que no hubo postulación
orientada a la aplicación del instituto de la responsabilidad solidaria de los directores
de la sociedad anónima (art. 274, LSC), sino directamente al “corrimiento del velo” so-
cietario (art. 54, cuerpo citado) —del voto del doctor Juan Carlos Hitters—. [SCBA,
31/8/05, "Ávila, Carlos Alberto c. Benjamín Gurfein S.A. y otros”, L. 81.550,
www.juba.scba. gov.arl.
los arts. 140 de la LCTy 10 de la ley 24.013, constituye un típico fraude laboral cuyas
consecuencias perjudican al trabajador y a la comunidad toda, correspondiendo se
extienda la responsabilidad a los directores de la sociedad anónima demandada en
virtud de lo dispuesto por el art. 274 de la ley 19.550, No obsta a esta conclusión lo re-
suelto por la Corte Suprema en los precedentes "Carballo, Atilano c. KanmarS.A. (en
liquidación)” y “Palomeque, Aldo c. Benemeth S.A.”, del 3/4/03, toda vez que no con-
tienen una referencia a la norma antescitada. Por otra parte, setrata de precedentes no
vinculantes para los tribunales inferiores ya que siendo una norma de derecho común,
tanto la Constitución (arts. 75, inc. 12, 116 y 117) como la ley (art. 15, ley 48), impiden el
acceso del Alto Tribunal a la interpretación o aplicación de ese tipo de disposiciones.
[CNAT, Sala X, 13/8/03, “Daverio, Gabriela c. Seven SeasS.A. y otros”, www.pjn. gov.ar].
Capítulo Ill
La interposición fraudulenta
de las agencias de servicios eventuales
———
8 14. Introducción
será la agencia quien, por motivos comerciales, tratará de buscar algún tipo de
acuerdo con el trabajador, de cuyos gastos se hará cargo, o bien afrontará la even-
tual condena solidaria que se imponga a ambas (agencia y usuaria), con la eviden-
te finalidad de mantener la relación con el cliente (la empresa usuaria) y en gene-
ral no exponerse a una pérdida de prestigio en el mercado.
En este capítulo analizaremos cuáles son los casos en los que se comete el frau-
de, y cuáles son las herramientas que se pueden utilizar para conjurarlo.
Antes de abordar de lleno el tema central de este capítulo (el fraude que se co-
mete con la interposición de las agencias de servicios eventuales) corresponde deli-
mitar el concepto de “interposición” y distinguirlo del de “intermediación”, por-
que nose trata de sinónimos y, como se verá, el primero de ellos ya está sugiriendo
la idea del fraude.
Mientras que el intermediario es alguien que vincula a dos personas y allí ter-
mina su gestión, quien se interpone asume un rol permanente; destinado a per-
manecer entre ambos sujetos de la relación.
Intermediario es quien media entre dos o más personas para arreglar un nego-
cio?, mientras que la persona interpuesta es quien permanece entre ambos, asu-
miendo, generalmente, un rol que no le compete. Persona interpuesta es quien se
presta para realizar un acto o un negocio jurídico como si fuera propio, pero que
en realidad afecta a otra persona, verdadera interesada en el asunto?.
El art. 29 de la LCT establece que: “Los trabajadores que habiendo sido contra-
tados por terceros con vista a proporcionarlos a las empresas, serán considerados
empleados directos de quien utilice su prestación.
En tal supuesto, y cualquiera que sea el acto o estipulación que al efecto con-
cierten, los terceros contratantes y la empresa para la cual los trabajadores presten
o hayan prestado servicios responderán solidariamente de todas las obligaciones
emergentes de la relación laboral y de las que se deriven del régimen de la seguri-
dad social.
Los trabajadores contratados por empresas de servicios eventuales habilitadas
por la autoridad competente para desempeñarse en los términos de los arts. 99 de
' Ossorio, Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, 2? ed., 1974, p. 530,
¿ Ossorio, Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, 2% ed., 1974, p. 749.
EL FRAUDE LABORAL 17
Por su parte, el decr. 1694/06, mediante su art. 6” (como lo hacía también su pre-
decesor decr. 342/92 mediante su art. 3”), aporta algunos ejemplos de situaciones
que justifican la contratación de trabajadores por intermedio de una agencia de
servicios eventuales, como la ausencia de un trabajador permanente, durante ese
período (inc. a); el caso de licencias o suspensiones legales o convencionales (du-
rante el período que se extiendan), salvo cuando la suspensión sea producto de
EL FRAUDE LABORAL 79
una huelga o por fuerza mayor o disminución de trabajo (inc. b); cuando se tratase
de un incrementoenla actividad de laempresa usuaria querequiera, en forma oca-
sional y extraordinaria, un mayor número de trabajadores (inc. c); cuando la em-
presa usuaria deba organizar o participar en congresos, conferencias, ferias, expo-
siciones o programaciones (inc. d'); o cuando se requiera la ejecución inaplazable
de un trabajo para prevenir accidentes, por medidas de seguridad urgentes o para
reparar equipos del establecimiento, instalaciones o edificios que hagan peligrar a
los trabajadores o a terceros, siempre que las tareas no puedan ser realizadas por
personal regular de la empresa usuaria (inc. e).
Finalmente, mediante el inc. f) del art. 6* del decr. 1694/06, queda aclarado que
con los anteriores incisos se ha formulado una enunciación meramente ejemplifi-
cativa, al establecerse que este tipo de contrataciones puede justificarse “en gene-
ral” cuando por necesidades extraordinarias o transitorias deban cumplirse tareas
ajenas al giro normal y habitual de la empresa usuaria.
En mi opinión, la casuística que contiene el art. 6” del decr. 1694/06 (incs. a, b, c,
dy e) no resulta demasiado útil porque, en definitiva, será el juez quien analice ca-
da caso concreto.
Incluso, algunos de los supuestos específicos previstos por el art, 6* del decr.
1694/06 pueden llegar a considerarse como no justificativos de este tipo de con-
tratación cuando las circunstancias del caso permiten determinar que eltrabajador
no viene a cubrir necesidades extraordinarias y transitorias de la empresa usuaria.
Otros supuestos, asimismo, deben estar acompañados de otros recaudos para
que puedan considerarse como justificativos de este tipo de contratación.
sonal que goza de licencias ordinarias con trabajadores estables de la misma orga-
nización.
Así, se ha decidido que:
No cabría calificar de eventual la prestación de servicios ordinarios de un ente cuando
estosno pueden ser cumplidos porel personal permanente debido al goce de las corres-
pondientes vacaciones ordinarias. Se supone que una organización debe contar con
suficientes empleados para cumplir adecuadamente su actividad comercial ordinaria,
de modo que no necesita recurrir a trabajadores eventuales sino en supuestos de servi-
ciosextraordinarios onecesidadesextraordinariasy transitoriasen la medida en que no
puede preverse un plazo cierto para su cumplimiento. En síntesis, la simple circunstan-
cia de que los empleados de la organización gocen de sus vacaciones ordinarias en
determinado período del año no justifica contratación de personal eventual. [CNAT,
Sala IV, 31/10/07, “González, Diego c. Bank Boston N.A. s/Despido”, www. pjn.gov.ar].
En mi opinión, alos fines de establecer si las vacaciones del personal estable jus-
tifican—o no—la contratación de personal eventual, por intermedio de una agen-
cia de servicios eventuales, habría que estar a las dimensiones de la empresa. No es
lo mismo, verbigracia, una pequeña empresa de tres empleados (donde la ausen-
cia de uno de ellos implica una considerable reducción de la capacidad operativa)
que otra de dimensiones tales como las del banco demandado en los autos en los
que se dictó el fallo recientemente transcripto.
Pero lo más importante del caso es que la empresa que pretenda reemplazar
personal estable (en uso de una licencia) con trabajadores eventuales contratados
por intermedio de una agencia, deberá celebrar con estos un contrato escrito en el
que se deberá consignar el nombre del trabajador reemplazado (conf. art. 69, ley
24.013). Además, si se tratase de un plazo cierto, huelga decir que deberá asimis-
mo consignar la fecha en la que se producirá su vencimiento como consecuencia de
la reincorporación del trabajador reemplazado.
demandada (Alvear Palace Hotel), no implica en modo alguno que las necesidades
que satisfacía la empleadora a través de la prestación del actor hayan sido “even-
tuales” (es decir extraordinarias, transitorias u ocasionales), cuando de los propios
términos del responde y de las pruebas reunidas en la causa surge claramente que la
organización y atención de reuniones sociales y/o culturales (a las que se denomina
eventos) forma parte de su actividad ordinaria, normal y habitual. La circunstancia
de que exista cierto alea en la realización o no de eventos y en su cantidad mensual,
no evidencia que se trate de servicios o exigencias extraordinarias y transitorias como
las descriptas por el art. 99 de la LCT porque es obvio que, independientemente de su
número, la concreción de eventos es una exigencia ordinaria y normal del giro empre-
sario. [CNAT, Sala Il, 16/8/07, “Leitón, Gabriel c. Compañía de Servicios Hoteleros",
www. pjn.gov.ar].
Otra situación que merece aclararse es aquella prevista en el inc. c), que justifi-
ca la intervención de una agencia de servicios eventuales cuando se trate de un in-
cremento en la actividad de la empresa usuaria que requiera, en forma ocasional y
extraordinaria, un mayor número de trabajadores. Frente a esta situación, es fun-
damental tener en cuenta que el incremento en la actividad de la empresa usuaria
debeser, además de extraordinario, “ocasional”, excluyéndose las necesidades ex-
traordinarias pero estacionales, para cuyo caso la usuaria deberá contratar traba-
jadores de temporada, con quienes, como sabemos, se anuda una relación que,
aunque discontinua, es permanente (no eventual).
Al respecto, se ha dicho:
Las empresas de servicios eventuales solo se encuentran autorizadas para proveer
personal a terceros, para cumplir en forma temporaria servicios determinados de an-
temano, o responder a exigencias extraordinarias y transitorias de la empresa, toda
vez que no puede preverse un plazo cierto para la finalización del contrato. Pero si el
actor fue contratado en una fábrica de chocolates debido a un pico de trabajo esta-
cional que siempre se da desde pascua hasta la primavera, tal situación podría encua-
drarse en un contrato de temporada. [CNAT, Sala V, 13/2/07, "Jiménez, Patricia c. Apo-
yo Laboral S.R.L.”, www. pjn.gov.ar].
El caso de un trabajador que ha sido contratado para atender tareas de caráctertem-
porario motivadas por un aumento estacional de la producción (en el caso, estufas,
cocinas, termotanques para el hogar) y destinadas a satisfacer una necesidad estacio-
nal y extraordinaria, no se trata de un supuesto de trabajo eventual, sino de un tra-
bajo de temporada, ya que se repite cada ciclo y tiene una duración determinada de
antemano (conf. art. 96, LCT, texto conf. ley 24.013). Al no tratarse de servicios even-
tuales, cabe concluir que la empresa que recibió la prestación del accionante resulta
la empleadora directa y ambas demandadas son solidariamente responsables en los
términos del art. 29 de la LCT. [CNAT, Sala 111, 30/11/07, “Monserrat, Raúl Marcial c.
EmegeS.A. y otro”, www.pjn.gov. ar].
82 JOSÉ MANUEL SALGADO
Pues bien, como vimos, la excepción que prevé la parte final del art. 29 de la LCT
a la regla general establecida por la primera parte del mismo dispositivo y por el
art. 90 del citado ordenamiento, solo se configura cuando ambos requisitos (la in-
tervención de una empresa debidamente autorizada por la autoridad de aplica-
ción para funcionar como agencia de servicios eventuales y la eventualidad de los
trabajos) estén presentes.
En tal caso —entonces—nose puede hablar de una interposición de la agencia de
servicios eventuales, desde que esta no está asumiendo un rol que no le compete.
EL FRAUDE LABORAL 83
Recordemos que según esta norma: “Los trabajadores que habiendo sido con-
tratados por terceros con vista a proporcionarlos a las empresas, serán considera-
dos empleados directos de quien utilice su prestación ...”. Luego, la parte final de
tal dispositivo establece una excepción a la regla para el supuesto de los trabaja-
dores contratados por intermedio de agencias de servicios eventuales en las condi-
ciones del art. 99 de la LCT, pero, como vimos, esta excepción no se configura cuan-
do no se cumple alguno de los dos requisitos que ya se han analizado.
Ergo, si la excepción no se configura cuando no se cumple alguno de ambos re-
quisitos, rige el principio general en virtud del cual los trabajadores se consideran
empleados directos de quien utilice sus servicios. Huelga decir que en tal supuesto
la relación laboral ya no será permanente y discontinua (como lo es entre la agencia
y los dependientes de esta que son enviados a desempeñarse en empresas usuarias
en las condiciones previstas por la ley), sino permanente y continua, por aplicación
de la regla general de la indeterminación del plazo que prevé el art. 90 de la LCT.
En cuanto al carácter de único empleador que cabe atribuirle a la empresa usua-
ria cuando no están presentes los dos requisitos exigidos por el art. 29, in fine de la
LCT, adviértase que la primera parte detal dispositivo es clara y no erige a la empre-
sa usuaria en una suerte de coempleador, sino de empleador directo de aquellos
que le prestan servicios.
En efecto, el carácter de empleador directo que asume la empresa usuaria
(cuando no se cumple alguno de los requisitos de la parte final del art. 29, LCT) le
incumbe solo a esta, exclusivamente. Esto, como se verá, tendrá una influencia di-
recta en relación al tema de la registración del vínculo laboral que es dable exigir,
en este supuesto, a la empresa usuaria.
Cabeseñalartambién que esta consecuencia (la asunción del carácter de verda-
dero empleador) es la principal que se deriva de la ausencia de alguno de los requi-
sitos analizados, porque la solidaridad de la empresa usuaria por todas las obliga-
ciones laborales y de la seguridad social viene impuesta por el art. 29 bis de la LCT,
aún en el caso de que se encuentren reunidos los apuntados requisitos.
Dicho de otro modo, seencuentren presenteso no los requisitos previstos por la
parte final del art. 29 de la LCT, tanto la agencia como la empresa usuaria deberán
responder por los créditos salariales y de la seguridad social.
Sinembargo, cuando ambos o uno solo de los requisitos exigidos por la parte fi-
nal del art. 29 de la LCT no se hayan verificado, la empresa usuaria asume el carác-
ter de directo y único empleador, circunstancia esta que, como se verá, se encuen-
tra estrechamente vinculada con el tema de la registración que debe exigirse a la
empresa usuaria y la consecuente aplicación de los arts. 8” y 15 de la ley 24.013 (véa-
se infra, 8 23).
En efecto, porque si su empleador ya no esla agencia sino la empresa usuaria, el
trabajador tendrá derecho a intimar a esta para que lo registre y le brinde ocupa-
ción (en el caso de que se la hubiera negado).
EL FRAUDE LABORAL 85
Esimportante reiterar que en el caso que venimos analizando (cuando nose en-
cuentran reunidos los requisitos previstos por la parte final del art. 29, LCT) la em-
presa usuaria asume el carácter de empleador directo y exclusivo. No se da una si-
tuación de pluralidad de empleadores porque, si así fuera, sería —al menos— dis-
cutible la procedencia de la intimación que el trabajador cursara a la empresa usua-
ria para que proceda a registrar el vínculo.
A mi modo de ver, la letra clara del art. 29 de la LCT no admite otra exégesis, des-
de que establece sin ambages que los trabajadores contratados por terceros para
ser proporcionados a las empresas serán considerados empleados directos de
quien utilice su prestación (de nadie más), para luego imponer la solidaridad de
quien se interpuso (en nuestro ejemplo la agencia de servicios eventuales) como un
mayor recaudo en beneficio del trabajador.
Aellocabe adunarse que el art. 26 de la LCT define como empleadora aquel que
requiere los servicios del trabajador, y no lo es quien solo se interpuso entre ambos
sujetos de la relación con el fin de participar en la comisión de un fraude.
86 JOSÉ MANUEL SALGADO
Sentado entonces que cuando no se da alguno de los requisitos del último pá-
rrafo del art. 29 de la LCT esla empresa usuaria el verdaderoy único empleador del
trabajador, no puede desconocerse entonces el derecho que este tiene de exigirle
que registre la relación laboral y que le brinde ocupación efectiva, si es que la mis-
ma le ha sido negada.
No empece a ello que la vinculación de trabajo se encuentre registrada por la
agencia porque, en el supuesto que venimos analizando, la misma no es más que
un sujeto interpuesto, ajeno a la relación laboral.
Recordemos que para el trabajador no resulta indiferente la interposición de la
agencia desde que con ella mantendría una relación permanente pero disconti-
nua, en la que podría verse obligado a tolerar suspensiones de hasta noventa días
al año, cambios de destinos, de horarios, etcétera.
Entonces, si —por mandato del art. 29, L[CT—cuando nose verifica alguno de los
requisitos exigidos por la parte final de tal dispositivo, el verdadero y único emplea-
dor es la empresa usuaria, nadie puede negar el derecho del trabajador a intimar-
la para que registre la relación laboral y le brinde ocupación efectiva, si es que la
misma le hubiese sido negada.
La intimación, cabe reiterar, debe estar dirigida a la empresa usuaria (no a la
agencia), sin perjuicio de anoticiar a esta, atento su carácter de solidaria, que se ha
cursado intimación al verdadero empleador, que no es otro que el receptor de los
servicios brindados por el trabajador.
Pues bien, así como el trabajador tiene derecho a intimar asu verdadero emple-
ador para que lo registre y le brinde ocupación, huelga decir, tendrá derecho tam-
bién a considerarse despedido si es que la empresa usuaria niega la relación labo-
ral que, como vimos, quedó anudada frente a la ausencia de alguno de los requisi-
tos previstos por la parte final del art. 29 de la LCT.
EL FRAUDE LABORAL 87
Si, como vimos, el trabajador tiene derecho a intimar a la empresa usuaria para
que registre la relación laboral y lo reconozca como su dependiente, nadie puede
negar que esta intimación puede formularse en los términos del art. 11 de la ley
24.013.
En efecto, en el supuesto que venimos analizando, en tanto que la empresa
usuaria no ha registrado la relación laboral, es obvio que la intimación a la que he-
mos aludido en el punto anterior podrá ser formulada en los términos de la Ley
Nacional de Empleo.
Sobre este punto, es válido recordar que solo cabe tener por registrada a la vincu-
lación cuando el empleador hubiese inscripto al trabajador en el libro del art. 52 de
la LET—O en la documentación laboral que haga sus veces—y lo hubiera declarado
ante el sistema de la seguridad social (conf. arts. 7*, ley 24.013, y 2*, decr. 2725/91).
Y si la obligación de registrar al trabajador en las condiciones previstas por los
arts. 7? de la ley 24.013 y 2? del decr. 2725/91 es del empleador, no de un tercero,
EL FRAUDE LABORAL 89
ninguna relevancia tiene que el trabajador haya sido registrado por la agencia,
quien, como vimos, no es su empleador cuando no se encuentran reunidos los re-
quisitos previstos por la parte final del art. 29 de la LCT.
De manera tal que si el trabajador intima a su verdadero empleador, respetan-
do las formas impuestas por el art. 11 de la ley 24.013, y la empresa usuaria de sus
servicios (que lo contrató por intermedio de una agencia sin que se verificara algu-
no de los requisitos previstos por la parte final del art. 29 de la LCT) se niega a regis-
trar la relación laboral, no caben dudas, a mi entender, que deberá responder por
la multa prevista en el art. 8” de la LNE. Y si además desconoce la relación, obligan-
do al trabajador a colocarse en situación de despido, deberá responder también
por la multa establecida en el art. 15 de la mencionada ley.
Si, conforme lo que hasta aquí se ha expuesto, la intimación para que se regis-
tre la relación laboral es válida (porque su verdadero empleador no lo ha registra-
do) y, además, el desconocimiento de la relación laboral constituye una injuria sufi-
ciente para formular denuncia del contrato de trabajo, conclusión lógica de ello es
que corresponde condenar a la empresa usuaria (y a la agencia por la solidaridad
prevista en el art. 29 de la LCT) al pago de las multas establecidas en los arts. 8? y 15
de la ley 24.013 cuando el trabajador intimó a quien debe considerarse su verda-
dero empleador en lostérminos del art. 11 de la LNEyse colocó en situación de des-
pido frente al desconocimiento de la relación laboral formulado por este.
Es claro que si el trabajador tiene derecho a intimar a quien es su único y verda-
dero empleador para que registre la relación laboral y le brinde ocupación (cuan-
do se la hubiese negado) e inclusotiene derechoa considerarse en situación de des-
pido cuando no se cumplen sus requisitorias, tendrá derecho también a que se le
abonen las multas de la ley 24.013.
Es que, a mientender, aquellos dispositivos de la Ley Nacional de Empleo que fa-
cultan al trabajador aintimar a su empleador para que registre la relación o subsa-
ne alguna irregularidad de su registración, fueron concebidos como un instru-
mento o herramienta que el trabajador puede utilizar en su propio interés, amén
de los beneficios que tal intimación pueda reportar también al sistema de la segu-
ridad social.
Sila clandestinidad laboral a quien más perjudica es al propio trabajador (quien
en tales condiciones se encuentra al margen del marco protector que brindan las
leyes laborales), no cabe duda alguna de que los artículos de la Ley Nacional de Em-
pleo que le permiten intimar a su empleador para que registre la relación laboral,
bajo apercibimiento de ser sancionado severamente, fueron concebidos en su be-
neficio. Ello, no obstante que la acción del trabajador tenga también, indirecta-
mente, consecuencias favorables para el sistema previsional, para el resto de los
empresarios del ramo respetuosos de la ley, etcétera.
Si así no fuera, si tales dispositivos de la Ley Nacional de Empleo solo hubiesen
sido previstos como una forma de incrementar la recaudación previsional, habría
90 JOSÉ MANUEL SALGADO
que concluir que el legislador ha pretendido utilizar a los trabajadores como agen-
tes fiscales que trabajen gratuitamente para el Estado. Y como no cabe suponer
que el legislador haya pretendido engañar alostrabajadores, haciéndolessuponer
que son poseedores de una herramienta con la que pueden defender sus derechos,
cuando —en rigor— con la misma solo habrán de trabajar desinteresadamente
para el Fisco, forzoso es concluir que la Ley Nacional de Empleo ha sido sancionada
en el interés de los asalariados y que, por ende, habrá de resultar operativa cuan-
do el interés del trabajador haya justificado la intimación.
Conclusión de lo hasta aquí expuesto es que las intimaciones formuladas en los
términos de los arts. 8? y 11 de la LNE producen los efectos jurídicos allí previstos,
allende la circunstancia de que se encuentren o no ingresados los aportes previsio-
nales del trabajador, cuando la registración no se ha realizado como lo disponen el
art. 7” de la mencionada ley y el art. 2* del decr. 2725/91.
les, no reclamó una doble registración como entendió el a quosino una correcta regis-
tración a cargo de su real empleador, el cual amparándose en normas legales previs-
tas para circunstancias diferentes a las constatadas en autos pretendió eludir las res-
ponsabilidades que la ley le impone.
La conclusión del tribunal de grado que lo llevó a considerar que, no obstantetodas las
irregularidades que mediaron y que efectivamente fueron por él constatadas, el em-
pleador del accionante fue la empresa de servicios eventuales y no la usuaria, eviden-
cia un apartamiento de uno de los principios que inspira el derecho del trabajo: el de
primacía de la realidad, según el cual deben prevalecerlos hechos verificadosen lacau-
sa sobre las formalidades o apariencias, más allá de lo que las partes hayan pactado o
entendido convenir o de la calificación que estas hayan formulado acerca de las notas
típicas de la vinculación que las uniera (conf. causas L. 59.292, sent. del 10/6/97; L.
50.911, sent. del 3/8/93). Principio este que a partirde la reforma constitucional de 1994
se incorporó a la Constitución de la Provincia de Buenos Aires en su art. 39, inc. 3%, in
fine, para ser aplicado en el ámbito del derecho del trabajo y de la seguridad social.
En consecuencia de las constancias que se tuvieron por probadas en el fallo y en el
marco de la interpretación de la normativa aplicable al caso antes expuesta y frente a
la intimación que efectuó el trabajador para lograr su correcta registración, la nega-
tiva de la existencia de una relación laboral por tiempo indeterminado por parte de
quien sin dudas era su real empleador, Mastellone Hermanos 5.A., configuró injuria
suficiente para justificar la extinción del vínculo, deviniendo por ello la medida rup-
turista de Fernández, comunicada por CD del 9/10/97, legítima (art. 242, LCT).
Con arreglo entonces a las conclusiones precedentes, corresponde hacer lugar al re-
curso deducido y revocar el fallo impugnado, haciendo lugar a la demanda incoada
por Mario Maximiliano Fernández contra Mastellone Hermanos S.A. por el cobro de
indemnizaciones sustitutiva del preaviso y por antigúedad e integración mes del des-
pido, haberes meses agosto, septiembre de 1997, como así también a las reclamadas
según las previsiones de los arts.8”y 15delaLNE. Condenando solidariamente a Aten-
ta S.R.L. dado que su intermediación en la relación laboral la coloca como solidaria-
mente responsable por las consecuencias del distracto (arts. 29, párr. 1? y 29, 99, 231,
232, 233, 242, 245 y 246, LCT; 8” y 15, ley 24.013). [www.juba.scba.gov.ar!].
Algunos autores han visto en el cumplimiento del art. 13 del decr. 1694/06 un es-
collo a la imposición de las multas de la ley 24.013, en los casos de intermediación
fraudulenta de agencias de servicios eventuales autorizadas para funcionar como
tales por la autoridad de aplicación.
El citado art. 13 del decr. 1694/06 establece: “Las empresas usuarias y de servicios
eventuales deberán llevar una sección particular del libro especial del art. 52 de la Ley
de Contrato de Trabajo n* 20.744 (t.o. 1976) y sus modificaciones, que contendrá:
1. Empresas usuarias:
a) Individualización del trabajador que preste serviciosa través de una em-
presa de servicios eventuales.
b) Categoría profesional y tareas a desarrollar.
92 JOSÉ MANUEL SALGADO
3 Véase Hierrezuelo, La regulación de las empresas de servicios eventuales después del de-
creto 1694/2006, en "Revista Derecho Laboral y Seguridad Social”, 2008-A, p. 189.
EL FRAUDE LABORAL 93
cia para funcionar como tal por parte de la cartera laboral y la eventualidad de los
servicios prestados por el trabajador). Adviértase que, por imperio del art. 6? del
decr. 1694/06, lalegitimidad de todo el sistema está supeditada al cumplimiento de
una condición sustancial ineludible: Que, en general, ”... por necesidades extraor-
dinarias o transitorias deban cumplirse tareas ajenas al giro normal y habitual de la
empresa usuaria ...”.
De manera tal que no es lógico suponer que el propio decreto autorice a deso-
bedecerse a sí mismo (un artículo autoriza a inobservar al otro), desnaturalizando
asítodo el sistema, mediante el mero cumplimiento de un requisito formal. Este re-
quisito formal, asimismo, está previsto para brindarle mayores garantías al traba-
jador y no para autorizar a las empresas a cometer un fraude.
Frente a la exigencia (en una misma norma) de dos requisitos; uno vinculado al
aspecto sustancial del sistema (que hace a la razón de ser del mismo) y el otro que
tiene que ver con las formas, es lógico suponer que este ha sido concebido en fun-
ción de aquel y no para permitir que se altere o desvirtúe la esencia misma de todo
el sistema.
En segundo lugar, podemos agregar que si la propia norma —art. 13, decr.
1694/06— alude al art. 7? de la LNE, estableciendo que la registración se considera-
rá completa y surtirá plenos efectos cuando la empresa usuaria tenga al trabajador
registrado en la sección particular de su libro especial y la empresa de servicios even-
tuales haya cumplido con tal dispositivo (art. 7”, ley 24.013); está suponiendo que el
empleador no es otro que la agencia; vale decir, está suponiendo que la situación
fáctica cae dentro de las previsiones del último párrafo del art. 29 de la LCT.
Ahora bien, cuando el principal requisito (aquel que justifica todo el sistema) se
encuentra ausente; vale decir, cuando el trabajador es contratado por intermedio
de una agencia para cubrir necesidades ordinarias de la empresa usuaria, como ya
vimos, esta debe ser considerada como el verdadero empleadory aquella se trans-
forma en un mero sujeto interpuesto.
De manera tal que, cuando la agencia deja de ser empleador para transformar-
se en un sujeto interpuesto, jamás podría considerarse que se ha cumplido con la
obligación de registrar si es esta quien ha registrado al trabajador como propio,
desde que el art. 7” de la LNE establece con claridad que la relación se considera
registrada cuando el empleador (no un tercero) hubiese inscripto al trabajador en
el libro del art. 52 y en el sistema previsional.
Por lo expuesto, y sin perjuicio de que la buena praxis judicial aconseje formular
subsidiariamente el planteo de inconstitucionalidad del art. 13 del decr. 1694/06
cuando se reclamen las multas de los arts. 8? y 15 de la ley 24.013, entiendo que el
cumplimiento de los requisitos previstos por aquel dispositivo en modo alguno em-
pece a la imposición de tales multas, cuando no queden debidamente acreditados
los motivos extraordinarios que llevaron ala contratación del trabajador porinter-
medio de una agencia.
94 JOSÉ MANUEL SALGADO
Si aún en caso de duda cabe estar por la producción de las pruebas, con mayor
razón deberá ordenarse su producción tratándose de pruebas ofrecidas por el tra-
bajador, de quien jamás se puede sospechar que lo inspire algún ánimo de entor-
pecero dilatar el normal desarrollo del proceso, y quien se supone sujeto de mayor
protección (art. 14 bis, CN).
ANEXO *
empresa usuaria], CUIT ...... ¿con domicilio en ...... , carta documento con el siguien-
te texto:
“De conformidad con lo normado por los arts. 8? y 11 de la ley 24.013, intímole, plazo
treinta días corridos contados a partir de la recepción de la presente, proceda a regis-
trar adecuadamente la relación laboral que me vincula con la empresa que usted re-
presenta. Ingresé a trabajar para ... [razón social de la empresa usuaria], en el estable-
cimiento que esa empresa posee en la calle ..., el día ..., realizando tareas de ..., en el
siguiente horario: ...; percibiendo actualmente una remuneración mensual de $ ...
Permite calificara la inscripción como defectuosa la circunstancia que, en contra de lo
normado por los arts. 99 de la LCT, 77 y concordantes de la ley 24.013, y 6* del decr.
1694/06, me encuentro registrado por una agencia de servicios “eventuales” (...)
[razón social de la agencia], que no es miverdadero empleador, ya que no existe even-
tualidad o motivo extraordinario alguno que justifique tal tipo de contratación (por
intermedio de una agencia de servicios “eventuales”). Formulo la presente intima-
ción bajo apercibimiento de accionar judicialmente reclamando el pago de las multas
previstas en la normativa legal citada (arts. 8* y 11 de la ley 24.013).
Desde ya le hago saber que procederé a considerarme despedido por su culpa en el su-
puesto de desconocimiento de la relación laboral, y/o de sus reales circunstancias, y/o
de una negativa expresa o implícita a registrar debidamente el vínculo. Ello así, habi-
da cuenta de los perjuicios que al suscripto ocasionaría el eventual desconocimiento
de la identidad de mi verdadero empleador y la consecuente pretensión de someter-
mea un régimen (permanente pero discontinuo), que no se condice con las reales cir-
cunstancias de la relación”.
Señor Juez:
JOSÉ MANUEL SALGADO, letrado inscripto en la matrícula respectiva (CPACFT" 39 F*
961, DNI 16.777.158, CUIT 20-16777158-1, IVA responsable inscripto), constituyendo
domicilio procesal material en ...
|. PERSONERÍA: ...
II. OBJETO:
En el carácter utsupra indicado, y siguiendo expresas instrucciones de mi mandante,
vengo por la presente a promoverformal demanda por despido, cobro de pesos y cer-
tificados de trabajo contra las siguientes personas jurídicas:
1) ... [razón social y domicilio de la empresa usuaria].
2) ... [razón social y domicilio de la agencia].
Enel sub lite, el desconocimiento de la relación laboral por parte de su verdadero em-
pleador constituyó para el demandante una injuria de gravedad tal que justificó ple-
namente la denuncia de la relación dispuesta por el actor.
La injuria que se propina al trabajador al intentar someterlo a un régimen que no es
aquel que corresponde de conformidad con la modalidad de las tareas desempeña-
das, en el sub lite, es obvia, porque el actor tenía derecho a mantenerse ocupado en
forma continua, en tanto que el régimen al que se lo intentaba someter permite sus-
pensiones anuales sin goce de sueldo de hasta noventa días (art. 5*, inc. “a”, decr.
1694/06). Además, hace a la dignidad del trabajador el mantenerse ocupado en una
102 JOSÉ MANUEL SALGADO
IV. LIQUIDACIÓN:
LJ
25.323, toda vez que la relación laboral habida con el demandante no se encontraba
regularmente registrada.
Ello asi porque, no obstante que la multa del art. 1” de la ley 25.323 no resulta acu-
mulable con aquellas previstas en la LNE, procede reclamarla en forma subsidiaria;
esto es, para el supuesto que, por el motivo que fuere, V.S. considere inaplicable la
ley 24.013.
Atento lo manifestado, solicito expresamente que, en el hipotético y poco probable
supuesto que se consideren inaplicables los arts. 8? y/o 15 de la ley 24.013, se condene
a las demandadas (en forma solidaria) al pago de la multa prevista en el art. 1* de la
ley 25.323.
VI. MULTA DEL ART. 29 DE LA LEY 25.323 E INTERESES DEL ART. 9% LEY 25.013:
Mi parte reclama expresamente se condene a las demandadas (en forma solidaria) a
abonar al actor la multa prevista en el art. 2? de la ley 25.323.
Adviértase que, luego de extinguido el vínculo y de fenecido el plazo previsto por el
art. 255 bis de la LCT, el accionante reclamó —telegráficamente y con resultado in-
fructuoso— el pago de las indemnizaciones surgentes del distracto.
En referencia a este dispositivo, se ha dicho: “El objetivo de la norma no es otro que
fortalecer lasrelacionesdetrabajo con vocación de permanencia, obligando a losem-
pleadores a ser más prudentes en el ejercicio de sus potestades rescisorias y a no espe-
cular con la morosidad tribunalicia” (Carlos Pose, Ley de Contrato de Trabajo, Buenos
Aires, abril 2001, p. 380).
Por su parte, el art. 9? de la ley 25.013, crea una presunción en favor del trabajador,
que permite declarar temeraria y maliciosa la conducta del empleador que incurre en
mora respecto del pago de indemnizaciones por despido, preaviso e integración.
Con respecto a la multa prevista por el art. 2? de la ley 25.323 y los intereses estableci-
dos por el art. 9* de la ley 25.013, cabe manifestar que ninguna distinción correspon-
de formular con relación a si se trata de un despido directo o indirecto.
En efecto, ninguna diferencia puede existiren cuanto a que el despido sea directo o
indirecto, porque si se reconocieran distintos efectos al despido directo de aquel dis-
puesto porel trabajador, seestariatransformando ala norma en letra muerta, al otor-
garle al empleador una herramienta eficaz para eludirel cumplimiento de la sanción,
omitiendo despedir en forma directa a su dependiente, pero injuriándolo al extremo
de obligarlo a colocarse en situación de despido.
Asimismo, cabe manifestar también que ambos dispositivos no son incompatibles y
que corresponde condenar a las legitimadas pasivas al pago de la multa prevista por
el art. 2? de la ley 25.323, con los intereses establecidos en el art. 9? de la ley 25.013
sobre el total de los rubros adeudados.
En el sub lite, no existe una doble imposición para una misma conducta, en tanto que
se trata de dos dispositivos que sancionan distintas conductas y de distinta forma. En
el caso del art. 2? de la ley 25.323 se sanciona la conducta de quien obliga al trabaja-
dor a ocurrir a la justicia o a una instancia previa obligatoria y se la castiga con una in-
demnización adicional, en tanto que el art. 9? de la ley 25.013 sanciona la falta de pa-
go en término de las indemnizaciones por despido, castigando dicha conducta con la
aplicación de intereses especiales.
104 JOSÉ MANUEL SALGADO
Además, a todo evento, el principio non bis in idem, previsto para el derecho penal,
noes aplicable a esta disciplina, en la que deben primarlos principios protectorio, de
progresividad y el in dubio pro obrero en caso de duda sobre la interpretación de las
normas.
A mayor abundamiento, y a todo evento, aunque se tratara de dos sanciones distin-
tas para una misma conducta, correspondería la aplicación de ambas, si ninguna nor-
ma establece expresamente que las mismas resultan “incompatibles”. De lo contrario
se estaría cometiendo una seria y flagrante violación al principio republicano de go-
bierno, arrogándose el juzgador facultades que competen a otro Poder del Estado,
como es el Legislativo.
Adviértase que, deliberadamente, el legislador mantuvo vigente el art. 9? de la ley
25.013, no obstante que mediante el art. 41 de la ley 25.877 se derogaron varios de los
artículos de aquella, luego de haberse sancionado la ley 25,323.
En efecto, cuando se derogaron varios de los artículos de la ley 25.013 (mediante la
sanción de la ley 25.877, art. 41) se mantuvo vigente el art. 9” de aquella, no obstante
que ya se había sancionado el art. 2? de la ley 25.323.
En otras palabras, la voluntad clara e inequívoca del legislador fue que ambos dispo-
sitivos (art. 9" de la ley 25.013 y art. 2? de la ley 25.323) convivieran.
De manera tal que, si la ley no lo establece expresamente, el juzgador no puede, sin
violar el principio republicano de gobierno, declarar que ambos dispositivos resultan
“incompatibles”, debiendo aplicarlos conjuntamente cuando, como en el sub lite, el
supuesto fáctico bajo análisis se encuentra comprendido bajo la órbita de los dos.
Así las cosas, solicito se condene a las demandadas (en forma solidaria) al pago de la
multa prevista en el art. 2? de la ley 25.323 y de los intereses establecidos por el art. 9?
de la ley 25.013 sobre el total de los créditos del actor.
Sin perjuicio de todo lo anterior, solicito se condene a las accionadas (en forma soli-
daria) a abonar a mi poderdante la multa prevista por el art. 80 de la LCT (texto según
art. 45 de la ley 25.345).
Adviértase que —en un todo conforme con lo normado porel art. 3? del decr. 146/01 —
el actor intimó la entrega de los certificados de marras (con resultado infructuoso), res-
petando los plazos previstos en el dispositivo señalado.
Sin perjuicio de destacar que en el sub lite las demandadas jamás entregaron a mi
mandante certificado alguno, seseñala también que la obligación prevista por el art.
80 de la LCT solo podría considerarse como cumplida silasaccionadas hubieran entre-
gado al actor, en tiempo y forma, los certificados reclamados, consignándose en los
mismos los datos verdaderos de la vinculación, especialmente que se trató de una re-
lación permanente y continua.
Atento lo manifestado, solicito se condene a ambas demandadas en forma solidaria,
al pago de la multa prevista por el art.80 de laLCT y ala entrega de los certificados dis-
puestos por tal dispositivo.
"Cuando la sentencia determina el carácter de empleadora de la empresa usuaria, des-
de el momento que aplica la previsión del art. 29 de la LCT, esta es la relación 'auténtica'
que reconoce el fallo por oposición a la 'aparente' modalidad elegida por la patronal,
que fuera desestimada. Su obligación en cuanto a la entrega de los certificados de tra-
bajo es directa y emerge del art. 80 de la LCT, en su carácter de empleador, sin perjuicio
de la condena solidaria a la empresa de servicios eventuales, dadas las previsiones del
art. 29ya citado” (CNAT, Sala VII, 16/8/06, “Scafidi, Danielc. SeresS.A.
y otro s/Despido”).
"Cabe hacer lugar a la multa del art. 45 de la ley 25.345 por la falta de entrega de los
certificados de trabajo, los cuales, en definitiva deberán ser extendidos por la empre-
sa empleadora, sin perjuicio de su imposición solidaria a la agencia de servicios even-
tuales que actuó como intermediaria fraudulenta en la contratación del actor” (CNAT,
Sala 1, 20/7/07, "Acciari, Javier Alejandro c. Juan Cincotta S.A. y otro s/Despido”).
X. INTERESES ESPECIALES:
Sin perjuicio de los intereses moratorios peticionados en el capítulo anterior, y de con-
tormidad con lo normado por el art. 804 del CCCN, pido que la sentencia que recaiga
en autos establezca, para el supuesto de incumplimiento de la condena, intereses
conminatorios especiales y adicionales a los moratorios que corresponde aplicar des-
de la mora (conf. SCBA, L. 80.710 del 7/9/05; “Rodríguez, Jorge Daniel c. Celulosa
Argentina S.A.s/Dañosy perjuicios”).
considerable deterioro del valor real; esto es, del poder adquisitivo de los montos re-
clamados, esta parte deja planteada la inconstitucionalidad de los arts. 7? y 10 de la
ley 23.928 (modificados por el art. 4? de la ley 25.561) en cuanto prohíben la actuali-
zación monetaria —aún de las sumas reclamadas judicialmente y aún ante la existen-
cia de mora— toda vez que, en la hipótesisseñalada, se vería vulnerado el derecho de
propiedad del demandante (art. 17 de la CN) y se provocaría un enriquecimiento ilíci-
to de quienes se encontraban en mora, en perjuicio de los créditos alimentarios exis-
tentes a favor de mi representado,
En efecto, si se perdiera el poder adquisitivo de las sumas nominales adeudadas al ac-
tor (supuesto que acontecería si los intereses devengados desde la mora y hasta el
efectivo pago resultaran inferiores al índice inflacionario registrado en el mismo perí-
odo), se produciría un avasallamiento al derecho de propiedad de mi mandante, ha-
bida cuenta que el valordel dinero se encuentra exclusivamente vinculado asupoten-
cialidad para adquirir bienesy servicios.
Dicha hipótesis, como dije, sucedería si los intereses aplicables (desde la mora y hasta
el efectivo pago), resultaran inferiores a los índices inflacionarios registrados en el
mismo período.
En tal supuesto, se produciría, además de un serio menoscabo al derecho de propie-
dad del actor, un enriquecimiento ilícito de las accionadas, desde que, ante una even-
tual inflación, no tendrían impedimento legal alguno para incrementar sus ingresos
(por vía de un aumento del valor de los productos y/o servicios que venden) y verían li-
cuado su pasivo, al quedar este sujeto a las restricciones impuestas por las normas
cuestionadas.
En síntesis, una eventual inflación afectaría a mi mandante, quien —ley de converti-
bilidad mediante— vería atado su crédito a la nominalidad impuesta por dichas nor-
mas (arts. 7” y 10), en tanto que beneficiaría a las legitimadas pasivas, quienes no en-
contrarían impedimento legal alguno para aumentar sus ingresos.
Vale decir que, en la hipótesis que venimos analizando, se produciría, además de un
menoscabo al derecho de propiedad del legitimado activo, una flagrante violación al
derecho de igualdad previsto por el art. 16 de la CN.
Enelsentido que propongo, se haexpresado la Cámara de Apelaciones del Trabajo de
la Provincia de Córdoba, Sala Décima, en los autos “Rodríguez, Pedro E. c. Carlos A.
Meana y otro s/Despido", sentencia del 22/3/02.
En idéntico sentido también ha resuelto el Trib. Trab. n* 1 de Mar Del Plata, con fecha
28/6/02, en autos “González, Juan P.c. Luna, Eduardo A.” (LLBA, agosto 2002, p. 975):
"Resultan inconstitucionales el art. 4” de la ley 25.561 y arts. 7”y 10 de la ley 23.928 en
cuanto prohíben la utilización de mecanismos indexatorios o de actualización mone-
taria, pues habiéndose producido la devaluación de la moneda nacional frente al dó-
lar, con el consecuente aumento de precios y de la inflación, dicha prohibición afecta
principios consagrados por la carta magna, como el de propiedad y el de igualdad”.
Más recientemente, se ha pronunciado también el Tribunal de Trabajo n* 3 de Lomas
de Zamora, declarando la inconstitucionalidad de las normas que prohíben la actua-
lización por índice de precios: “En base a lo expuesto, a la inflación registrada en los
primeros cuatro meses del año en curso y en el incierto panorama social y económico
en que estamos inmersos, estimo que solo los intereses a las tasas que aplica el tribu-
EL FRAUDE LABORAL 107
Liminarmente, considero que una exégesis correcta e integral del decreto de marras
nos lleva a concluir que la norma bajo análisis (art. 13, in fine) debe ser interpretada
en el sentido que la misma está referida a los casos de trabajadores contratados para
algunos de los supuestos previstos en el art. 6” de la referida norma, y/o en los arts. 99
de la LCT y/o arts. 77 y concs. de la ley 24.013.
Vale decir que solo se considerará cumplida la obligación de registrar cuando la em-
presa usuaria y la agencia tengan inscripto al trabajador (en la sección particular y en
el libro especial respectivamente) que ha sido contratado para cubrir necesidades ex-
traordinarias.
De lo contrario, si, como en el subexamen, se ha cometido fraude, porque el trabaja-
dor cubría necesidades normalesy permanentes de la explotación, jamásse puede te-
ner por cumplida la obligación que nos ocupa si la empresa usuaria no lo registró co-
mo empleado propio, sino como dependiente de un tercero interpuesto.
Ahora bien, en el supuesto que V.S. considere que —en todos los casos— con la regis-
tración del trabajador en la sección particular del libro especial de la empresa usuaria
se cumple con la obligación de registrar, corresponde entonces declarar la inconstitu-
cionalidad de la parte final del art. 13 del decr. 1694/06.
En efecto, porque, en tal hipótesis (si interpretáramos a la norma como comprensiva
de todos los supuestos, sin salvedades), el Poder Ejecutivo nacional, al dictar la parte
final del art. 13 del decr. 1694/06, se habría excedido en su potestad reglamentaria,
contrariando la letra y el espíritu de normas laborales sancionadas por el Poder Legis-
lativo de la Nación.
Se habría violado entonces (en tal supuesto) el art. 99, inc. 2? de la Constitución de la
República.
En efecto, porque el Poder Legislativo de la Nación, claramente, ha puesto en cabeza
del empleador, no de un tercero interpuesto, la obligación de registrar al trabajador,
pretendiendo así evitar el fraude y apuntalar el principio protectorio.
Mediante diversas normas, como el art. 52 de la LCTy 7? de la ley 24.013, el legislador
nacional ha intentado evitar el fraude poniendo, claramente, la obligación de regis-
trar en cabeza del empleador, no de otro.
Adviértase que el art. 52 de la LCT, que legisla en materia de registración laboral, co-
mienza diciendo que los empleadores deberán llevar un libro especial, para luego
enumerar los datos que tales libros deben contener. Entérminossimilares, el art. 7? de
la LNE define el concepto de registración laboral estableciendo que la misma se da
cuando el empleador haya inscripto al trabajador en el libro del art. 52 de la LCTy en
los organismos de la seguridad social.
Se desprende de lo expuesto, con meridiana claridad, que el legislador ha querido im-
ponerla obligación de registrar al empleador y noa otro.Lafinalidad de tal intención
es obvia; si se permitiera la registración por un tercero, se estaría convalidando el
fraude y se privaría al trabajador de la protección que dimana de su reconocimiento
como dependiente de aquel para quien presta sus servicios.
De manera tal que, con la pretensión de establecer que con la inscripción del trabaja-
dor en una sección particular del libro especial del art, 52 de la LCT, se cumple con las
obligaciones apuntadas, en casos como el sub-examen (en el que no existen necesi-
dades extraordinarias que justifiquen la contratación por intermedio de una agen-
EL FRAUDE LABORAL 109
XIV. DERECHO:
Fundo la presente demanda en lo normado por las leyes 20.744, 24.013, 25.013,
25.323, 25.345, decr. 1694/06, art. 804 del CCCN, doctrina y jurisprudencia aplicables.
XV. ACORDADA:
Declaro bajo juramento no haber iniciado demanda anterior por los mismos hechos
que motivan la presente litis. Declaro bajo juramento también (y lo acredito con la
constancia adjunta) que se ha agotado el procedimiento previsto por la ley 24.635 sin
haberse logrado acuerdo alguno.
EL FRAUDE LABORAL 111
XVI. PRUEBA:
Ofrezco la siguiente:
A) Documental:
Se acompañan los siguientes documentos:
(+0)
B) De informes:
Solicito se libren los siguientes oficios:
1) Al Correo Oficial, a los fines de que se expida sobre la autenticidad de las cartas
documento y telegramas adunados (los que en copia serán agregados al respectivo
oficio), debiendo informar, asimismo, acerca de las correspondientes fechas y horas
de emisión y recepción de cada una de tales comunicaciones.
En el caso que alguna de las cartas documento y/o telegramas acompañados no haya
sido efectivamente recibido por su destinatario, el Correo Oficial deberá informar los
motivos concretos por los que ello ha ocurrido y cuál fue el procedimiento seguido
porel cartero encargado de dicha entrega, en tal oportunidad.
2) Al INDEC, a los fines de que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice
de precios al consumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor y has-
ta la fecha de su informe.
3) Ala Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los fines de que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice de precios al
consumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor y hasta la fecha de
su informe.
C) Confesional:
Solicito se cite al representante legal de cada una de las demandadas a absolver posi-
ciones, bajo el apercibimiento previsto en el art.86 de la LO.
D) Pericia contable:
Solicito se designe perito contador único de oficio, quien, revisando la documenta-
ción en poder de las demandadas, así como también las constancias de autos, deberá
expedirse acerca de los siguientes puntos de pericia:
D.1) Sobre los libros de la demandada:
1) Informe el señor perito si la demandada lleva en legal tiempo y forma el libro pre-
visto por el art. 52 de la LCT.
2) Señale el señor perito si el libro de sueldos y jornales de la accionada cuenta con la
sección particular prevista por el art. 13, inc. 1? del decr. 1694/06.
3) En su caso, señale el perito si el actor se encuentra comprendido en dicha sección
particular.
4) En el supuesto afirmativo (si la demandada llevara la sección particular prevista por
el art. 13, inc. 1? del decr. 1694/06
y si el actor se encontrase registrado en la misma), indi-
que el experto, conforme lo que surja de dicha sección particular: categoría laboral del
accionante, tareas desempeñadas, fecha de ingreso y egreso, remuneración denuncia-
112 JOSÉ MANUEL SALGADO
14) Asimismo, conforme lo que surja de la referida sección particular (art. 13, inc. 2"
del decr. 1694/06) que eventualmente lleve la codemandada, señale el experto si,
durante los tres meses posteriores al envío de la primera Carta Documento remitida
por la demandada al actor en la cual aquella le negó a este la existencia de la relación
laboral, la codemandada envió trabajadores nuevos para desempeñarse en el esta-
blecimiento de la accionada en el que laboró mi mandante. En su caso, indique: nom-
bres completos de cada uno de esos nuevos trabajadores, fecha de ingreso de cada
uno de ellos para la demandada, categoría laboral revestida y tareas desempeñadas
por cada uno de tales dependientes en el referido establecimiento.
D.3) Sobre los libros de ambas accionadas:
15) Practique el experto liquidación por todos los rubros reclamados en la presente
demanda, con más los intereses devengados (conforme acta 2601 del 21/5/14) desde
la mora y hasta la fecha de su informe. La liquidación practicada deberá contener, asi-
mismo, los intereses por temeridad y malicia reclamados (dos veces y media la tasa ac-
tiva del Banco de la Nación Argentina), portodo el período comprendido entre el cese
y la fecha de su informe.
Todo ello, claro está, a pedido de mi parte, y sin perjuicio de que, al igual que sucede
con todos los demás rubros reclamados, será V.S. quien decidirá respecto de la proce-
dencia o no de tales réditos.
Se deja constancia, asimismo, que la base de cálculo de todos los rubros reclamados
por esta parte deberá incluir tanto los conceptos que se hayan establecido como re-
munerativos, como asítambién aquellos quesean considerados prima faciecomo “no
remunerativos”. Ello así, toda vez que mi parte introdujo oportuno planteo de in-
constitucionalidad contra cualquier norma que pretenda negarle carácter remune-
rativo a cualquier rubro abonado al trabajador o devengado a favor del mismo.
E) Testimonial:
Solicito que, por intermedio del juzgado, sean citadas a prestar declaración testimo-
nial las siguientes personas: ...
XVII. PETITORIO:
Por todo lo expuesto, a 5.5. respetuosamente solicito:
1) Metenga por presentado, por parte a mi mandante, por denunciado su domici-
lio real y por constituido el procesal (físico y electrónico) indicado.
2) Ordene correr traslado de la presente demanda, por el plazo y bajo apercibi-
miento de ley.
3) Tenga por ofrecida la prueba dela parte actora y, oportunamente, ordene su pro-
ducción.
4) Ordene la reserva de la documental original adjunta.
5) Ensuhora, condene a las demandadas (en forma ¡limitada y solidaria) al pago de
lassumas reclamadas, con más sus intereses, multas y recargos, actualización mo-
netaría en su caso, y los gastos, costos y costas de la presente litis.
6) Condene a las demandadas (en forma solidaria también) a entregar al actor los
certificados de trabajo pedidos, bajo apercibimiento de astreintes.
114 JOSÉ MANUEL SALGADO
7) Asimismo, solicito que la sentencia que recaiga en autos establezca, para el su-
puesto de incumplimiento de la condena, intereses conminatorios especiales y
adicionales a los moratorios que corresponde aplicar desde la mora (conf. art.
804, CCCN).
Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA.
Capítulo IV
La utilización fraudulenta
de las cooperativas de trabajo
————
8 25. Introducción
3) Conceden un solo voto a cada asociado, cualquiera sea el número de sus cuotas
sociales y no otorgan ventaja ni privilegio alguno a los iniciadores, fundadores y
consejeros, ni preferencia a parte alguna del capital.
4) Reconocen un interés limitado a las cuotas sociales, si el estatuto autoriza aplicar
excedentes a alguna retribución al capital.
5) Cuentan con un número mínimo de diez asociados, salvo las excepciones que ex-
presamente admitiera la autoridad de aplicación y lo previsto para las cooperati-
vas de grado superior.
6) Distribuyen los excedentes en proporción al uso de los servicios sociales, de con-
formidad con las disposiciones de esta ley, sin perjuicio de lo establecido por el
art. 42 para las cooperativas o secciones de crédito.
7) No tienen como fin principal ni accesorio la propaganda de ¡ideas políticas, reli-
giosas, de nacionalidad, región o raza, ni imponen condiciones de admisión vin-
culadas con ellas.
8) Fomentan la educación cooperativa.
9) Prevén la integración cooperativa.
10) Prestan servicios a sus asociados y a no asociados en las condiciones que para este
último caso establezca la autoridad de aplicación y con sujeción a lo dispuesto en
el último párrafo del art. 42.
11) Limitan la responsabilidad de los asociados al monto de las cuotas sociales sus-
criptas.
12) Establecen la irrepartibilidad de las reservas sociales y el destino desinteresado
del sobrante patrimonial en casos de liquidación.
Son sujeto de derecho con el alcance fijado en esta ley”.
La cooperativa no persigue utilidades para sí, sino que ayuda a sus asociados a
obtener el mejor éxito en las actividades que le son propias?.
Los asociados aúnan sus esfuerzos con espíritu de solidaridad para incrementar
sustuerzas y posibilidades de obtener cualquiera de las ventajasseñaladas, perono
buscan que la cooperativa acumule riquezas para que la “inversión” de cada aso-
ciado se capitalice. De ahí que la ley prohiba expresamente la distribución de las re-
servas sociales y del sobrante patrimonial en el caso de liquidación (art. 2, inc. 12,
ley 20.337).
Lo que se trata de evitar es que los asociados que se retiren debiliten a la coo-
perativa y hagan imposible el cumplimiento del objeto cooperativo.
En la prohibición subyace la idea de que en la cooperativa debe haber un equi-
librio entre sus ingresos y egresos, habida cuenta de la ausencia de fines de lucro
que la caracteriza y la necesidad de servir al bien común de sus asociados.
De ahí que, producida la liquidación de la cooperativa, el sobrante patrimonial
que resultara quedará en las arcas del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y
Economía Social) o del Fisco provincial, según el domicilio de la cooperativa, con
destino a la promoción del cooperativismo.
Pues bien, una cooperativa de trabajo, como todas las cooperativas, debe orga-
nizarse fijando reglas de conducta y eligiendo a sus autoridades. Conforme lo nor-
mado por el art. 68 de la ley 20.337, la cooperativa debe elegir un consejo de admi-
nistración, quien será el encargado de dirigirla dentro del marco previsto por la ley
y el estatuto.
En las cooperativas de trabajo, entonces, los asociados realizan un aporte que
consiste en un trabajo planificado y dirigido, tanto por el estatuto de la entidad,
como por los reglamentos internos y por sus autoridades.
Se ha planteado entonces, desde la existencia misma de estas cooperativas, si
este trabajo, personal y dirigido, que prestan los asociados a la entidad, constituye
—o no— una relación de dependencia laboral que se anudaría entre el asociado y
la cooperativa.
Siguiendo esta línea argumental, se han dictado numerosos fallos que negaron
la existencia de una relación laboral entre el asociado y la cooperativa de trabajo.
En todo grupo incumbe a alguien la función de ordenar las tareas, pues de lo contra-
rio aquel podría llegar a desquiciarse, pero esta circunstancia no alcanza por sí para
atribuir a la tarea personal realizada por el socio cooperativo el carácter de efectua-
da en relación de dependencia, ya que se trata de un aporte social. [CNAT, Sala 111,
16/4/86, "Cappetta, Eduardo Ricardo c. Impa Cooperativa Ltda.”, www.p¡n.gov.ar].
EL FRAUDE LABORAL 119
Otra corriente minoritaria considera que, en todos los casos (haya o no fraude),
el trabajo personal, dirigido e infungible prestado por los asociados a una coope-
rativa de trabajo, con sujeción a órdenes, horarios, etcétera, constituye una rela-
ción laboral. La condición de asociado a la cooperativa de quien presta estos servi-
cios, para esta corriente, no alcanzaría para descartar la existencia de una relación
laboral, sino, entodo caso, para transformarlo en un socio empleado (art. 27, LCT).
Quienes apoyan la doctrina del “socio empleado” argumentan que el art. 27 de
la LCT solo exceptúa de sus previsiones a las sociedades de familia y que, por ende,
las cooperativas de trabajo nose encuentran exentas detener un “socio empleado”.
Exceptúanse las sociedades de familia entre padres e hijos. Las prestaciones accesorias a
que se obligaren los socios, aún cuando ellas resultasen del contrato social, si existieran
las modalidades consignadas, se considerarán obligaciones de terceros con respecto a
la sociedad y regidas por esta ley o regímenes legales o convencionales aplicables”.
bajo Lugano Ltda. s/Despido", SD 72004, del 30/11/94; ídem, Sala ll, DT, 1968-605).
[CNAT, Sala X, 10/11/05, “Cabrera, Walter Daniel c. Cooperativa de Trabajo General
Don José de San Martín Ltda.”, www. pjn.gov.arl].
Actualmente, y por aplicación del último párrafo del art. 27 de la LCT, aunque la pres-
tación del trabajo personal sea impuesta por el contrato, se considera al socio (inclui-
do el de una cooperativa de trabajo) como trabajador dependiente, siempre que
preste a la sociedad toda su actividad o parte principal de la misma en forma personal
y habitual, y sujeto a las instrucciones o directivas que se le imparten o pudieren im-
partírsele para el cumplimiento de tal actividad. El artículo citado constituye un claro
dispositivo antifraude que, fundado en el principio de primacía de la realidad, apre-
hende una situación jurídica claramente configurativa de una relación de trabajo su-
bordinada, con prescindencia de las formas jurídicas que los sujetos intervinientes le
hubieran dado. La cooperativa de trabajo puede estar legítimamente constituida y
corresponder a una auténtica relación societaria, pero dados los supuestos mencio-
nados en la norma se aplica el derecho del trabajo. Es decir, la aplicación del dispositi-
vo no está condicionada a la discordancia entre la forma jurídica en su totalidad —la
sociedad y la realidad regulada— ni mucho menos a la intención fraudulenta de los
sujetos intervinientes; basta que en el caso concreto el socio revista, además, la cali-
dad de trabajador dependiente, para que le sea aplicable la normativa laboral. La
cooperativa de trabajo es una empresa en el sentido del art. 5* de la LCT. La participa-
ción en la gestión y dirección de la empresa no es incompatible con la condición de tra-
bajador dependiente; si lo fuera, no podría pensarse en la participación de los trabaja-
doressubordinados que, sin embargo, contempla el art. 14 bis de la CN. Por otro lado la
participación en los resultados, no solo no es incompatible con la remuneración, sino
que puede ser una forma de ella (art. 14 bis, CN). Toda vez que de la prueba testimonial
resulta probada la existencia de una relación laboral entre la actora y la Cooperativa
demandada, se concluye que apartar al socio-trabajador de una cooperativa de traba-
jo del ámbito del derecho laboral en el que se encuentra el común de los trabajadores,
configura una irritante discriminación arbitraria y una desprotección normativa injusti-
ficada de aquellos, en clara contradicción a lo dispuesto en los arts. 14 bis, 16 y 75, incs.
22 y 23 de la CN; 7? de la DUDH; 24 de la CADH y 26 del PIDCP. [CNAT, Sala V, 12/4/07,
“Arraztoa, Norma Beatriz / Dedamil S.A. y otro”, www.pjn.gov.ar].
La condición de asociado de una cooperativa de trabajo no obsta a la calidad de traba-
jador dependiente por aplicación del art. 27 de la LCT. [CNAT, Sala V, 30/8/13, “López,
Carlos Adolfo c. Cooperativa de Trabajo Lince Seguridad Limitada”, www. pjn.gov.ar].
Empero, en la causa referida, el más alto tribunal de la Nación dejó sin efecto la
sentencia dictada por la Sala X de la CNAT, por entender que resultó descalificable
como acto judicial, sin que ello suponga abrir juicio sobre el resultado definitivo de
la causa.
Esta salvedad que se ha destacado en cursiva en el párrafo anterior permite
inferir que la Corte no ha fijado un criterio interpretativo acerca de las normas en
juego que pudiera considerarse como vinculante para los tribunales inferiores.
Estose veratificado, asimismo, conlo expuesto por el propio Tribunal Cimero cuan-
do descalifica el fallo recurrido por su dogmatismo, por la falta de respuesta a los
planteos conducentesformulados porla parte demandada, y porla valoración par-
cializada del material jurídico y probatorio de entidad suficiente para influir en la
solución final de la litis (conf. consid. 29).
estos servicios a la luz del derecho del trabajo, la existencia misma de este tipo de
asociaciones se pondría en jaque, en tanto que resultaría imposible sostener los
principios que las gobiernan.
Al menos de la forma como están previstas de acuerdo al régimen de la ley
20.337, las cooperativas de trabajo resultarían inviables. La autonomía, indepen-
dencia y autogestión quedarían reemplazadas por el órden público laboral y el es-
píritu de solidaridad y cooperación quedaría reemplazado por la puja de intereses
de cada asociado contra el conjunto al cual pertenece.
Si bien la Constitución Nacional mediante su art. 14 bis garantiza a los trabaja-
dores la participación en las ganancias de las empresas, con control de la produc-
ción y colaboración en la dirección, queda claro que en el régimen de la LCT existen
dos partes bien diferenciadas; una que dirige la empresa y asume los riesgos, y otra
que brinda un servicio personal y dirigido a cambio del pago de una remuneración.
Por el contrario, entre el asociado y la cooperativa de trabajo no existe tal distin-
ción, porque ambos conceptos se confunden; los asociados prestan un servicio per-
sonal, pero, a la vez, son los únicos que asumen los riesgos y reciben los beneficios
de lo que produce la entidad.
Resulta evidente entonces que todo el régimen laboral es contrario al espíritu
cooperativo, en tanto que no es lógico someter a la cooperativa al cumplimiento
de normas de orden público que fueron previstas para un modelo capitalista, en el
cual es preciso poner límitesa la codicia del empresario, proteger al más débil de la
relación sinalagmática garantizando derechos fundamentales del hombre.
Bajo el régimen del cooperativismo desaparecen algunas distinciones que son
propias del capitalismo (empleado-empleador) y, al igual que sucede con las leyes
laborales, se intenta poner a la economía al servicio del hombre, pero no por el ca-
mino de los límites a la avaricia del empresario, sino através de un sistema que, pre-
cisamente, convierte al trabajador en su propio empleador,
Desde este punto de vista es evidente que jamás el trabajo personal, normal y ha-
bitual, prestado por un asociado en favor de la cooperativa puede ser considerado
como “obligaciones de tercerosrespecto de la sociedad”, al decir del art. 27 de la LCT.
Ello, claro está, dejando a salvo los casos de fraude que seguidamente pasare-
mos a analizar.
Ahora bien, está claro que cuando la cooperativa no es más que una pantalla
con la que se intenta evadir normas del derecho del trabajo, rigeel art. 14 de la LCT,
en cuya virtud la relación caerá bajo la órbita de este régimen.
Los casos de fraude mediante la utilización de cooperativas de trabajoson varia-
dos pero en todos se apela, como denominador común, a la necesidad de los asa-
lariados quese incrementa en épocas de mayor desocupación.
EL FRAUDE LABORAL 125
b) Distribución de excedentes
Otra nota típica del fraude que conviene demostrar a los fines de conjurarlo es la
falta de correspondencia entre el producido de la actividad económica de la coope-
EL FRAUDE LABORAL 127
rativa y el reparto (ya sea por anticipos de retornos o por la distribución de los ex-
cedentes repartibles) que se haya efectuado de dicho producido entre los asocia-
dos a la entidad.
Es obvio que el empresario que haya constituido una cooperativa para burlar la
ley laboral habrá eludido también las normas cooperativistas que tienen que ver
con la distribución del resultado económico de la empresa, en tanto que de lo con-
trario el fraude no tendría ningún sentido.
De manera tal que una buena forma de aportar elementos de convicción res-
pecto de la comisión de este tipo de fraude será la demostración de la falta de co-
rrespondencia entre el resultado económico de la empresa y la distribución que se
haya realizado entre los asociados a la cooperativa.
En sintonía con este dispositivo, y como consecuencia del dictado del mismo, el
INAES (por aquel entonces INAC) dictó la Res. 1510/94 que dispuso no conceder au-
torización para funcionar a las cooperativas de trabajo que pretendan ejercer acti-
vidades propias de una agencia de colocación, limpieza, seguridad, distribución de
correspondencia y servicios eventuales. Así lo estableció expresamente el art. 1? de
la citada resolución:
"Decláranse comprendidas en el art. 1? del decr. 2015/94 las solicitudes de autoriza-
ción para funcionar como cooperativa de trabajo que se vinculen con las siguientes
130 JOSÉ MANUEL SALGADO
Posteriormente, se dictó también la ley 25.250, cuyo art. 4” ratificó esta prohi-
bición, disponiendo textualmente lo siguiente:
“Sin perjuicio de las facultades propias de la autoridad de aplicación de fiscalización
pública en materia cooperativa, los servicios de inspección del trabajo están habilita-
dos para ejercer el contralor de las cooperativas de trabajo a los efectos de verificar el
cumplimiento de las normas laborales y de la seguridad social en relación con los tra-
bajadores dependientes a su servicio, así como a los socios de ella que se desempeña-
ren en fraude a la ley laboral. Estos últimos serán considerados trabajadores depen-
dientes de las cooperativas a los efectos de la aplicación de la legislación laboral y de
la seguridad social.
Si en el ejercicio de sus funciones, esos servicios comprobaren que se ha incurrido en
una desnaturalización de la figura cooperativa con el propósito de sustraerse total o
parcialmente a la aplicación del ordenamiento laboral, deberán, sin perjuicio del
ejercicio de su facultad de constatar las infracciones a las normas laborales en que de
tal modo se hubiere incurrido y de procedera su juzgamiento ysanción, denunciar esa
circunstancia a la autoridad específica de fiscalización pública a los efectos del art. 101
y concs. de la ley 20337.
Las cooperativas de trabajo no podrán actuar como empresas de provisión de servi-
cios eventuales, ni de temporada, ni de cualquier otro modo brindar servicios propios
de las agencias de colocación”.
Las cooperativas de trabajo no pueden actuar como las empresas de servicios even-
tuales, es decir como colocadores de personal en terceros establecimientos, pues esta
es una forma sencilla de alterar toda la estructura de la ley laboral y de privar de la tu-
tela respectiva al personal so pretexto de la existencia de actos cooperativos entre el
trabajador y la empresa donde presta servicios. [CNAT, Sala VI, 23/6/94, “Roldán, Quin-
tinc. ViorS.R.L.”, www. pjn.gov.ar|].
Las cooperativas de trabajo no pueden actuar como colocadoras de personal en ter-
ceros establecimientos, pues es una forma sencilla de alterar toda la estructura de la
ley laboral y privar de la tutela respectiva al personal, so pretexto de la existencia de
actos cooperativos entre el trabajador y la empresa donde presta servicios, y en tal
caso, setorna aplicable lo normado por el art. 29 de la LCTy por ello, el trabajador
será considerado empleado directo de quien utilice su prestación. Además, ello evi-
dencia la existencia de una interposición fraudulenta, que justificaría la responsabi-
lidad solidaria de la cooperativa por todas las obligaciones derivadas de dicha rela-
ción laboral. [CNAT, Sala l, 3/12/01, “Alfano López, María Cristina c. La Prensa S.A.”,
www.pjn.gov.ar].
El objeto social de la cooperativa, consistente en el montaje de sistemas de seguridad
y vigilancia en residencias, edificios, countries, fábricas, bancos, entidades crediticias
y establecimientos comerciales, impide considerar legítima la pretensión de encua-
drar al reclamante como un mero socio de la cooperativa de trabajo instrumentada
para llevar adelante ese objeto societario, por cuanto del mismo se extrae que era una
mera intermediaria, proveedora de personal a terceros, por lo que cabe encuadrarla
dentro del art. 29 de la LCT. [CNAT, Sala X, 29/6/07, "Herrlein, José R.c. Cooperativa de
EL FRAUDE LABORAL 133
solidariamente junto con la cooperativa proveedora del vigilador, en los términos del
art. 30 de la LCT. [CNAT, Sala VIII, 17/4/12, “Sena, Martín Sebastián c. Cazadores Coo-
perativa de Trabajo Ltda. y otro”, www. pjn.gov.ar].
Resulta de aplicación el art. 30 de la LCT en lo referente a la responsabilidad en caso
de despido frente al personal subcontratado, ante el caso de un hotel que contrató
personal de vigilancia a una cooperativa y lo incorporó dentro de la estructura de se-
guridad con que ya contaba. [CNAT, Sala I1l, 16/8/12, “Báez, Eduardo Maximiliano c.
Cazadores Cooperativa de Trabajo Ltda. y otro”, www.pjn.gov.ar].
Es que el art. 29 de la LCT es claro al determinar que los trabajadores que se de-
sempeñen en las condiciones que estamos analizando “serán considerados emple-
ados directos de quien utilice su prestación”, sin perjuicio, claro está, de la respon-
sabilidad solidaria de la empresa interpuesta que establece el mismo dispositivo.
La apuntada distinción no es meramente académica, en tanto que determina
cómo deberá efectuarse una correcta intimación en los términos de la ley 24.013.
A mi criterio, cuando un “asociado” a una cooperativa de trabajo se encuentre
prestando servicios para una empresa distinta, es a esta última a quien deberá inti-
marse para que registre la relación laboral en los términos de la Ley Nacional de
Empleo, sin perjuicio, claro está, de remitirtambién copia a la cooperativa hacién-
dole saber de la intimación que se ha cursado a quien se considera el verdadero
empleador.
Luego, siguiendo la misma línea argumental, el desconocimiento de la relación
laboral por parte de la empresa usuaria de los servicios del asociado cooperativo
justificará la denuncia del contrato que pueda efectuar este.
En síntesis, en los casos de interposición de una cooperativa de trabajo, la sola
circunstancia de que el “asociado” se desempeñe para una empresa distinta justi-
fica considerar que entre esta y aquel se ha anudado un vínculo de linaje laboral
(conf. arts. 40, ley 25.877 y 29, LCT).
EL FRAUDE LABORAL 137
ANEXO *
de los servicios del “asociado”], CUIT ..., con domicilio en ..., carta documento con el
siguiente texto:
señor Juez:
|. PERSONERÍA:
Lei)
II, OBJETO:
En el carácter ut supra indicado, y siguiendo expresas instrucciones de mi mandante,
vengo por la presente a promoverformal demanda por despido, cobro de pesos y cer-
tificados de trabajo contra las siguientes personas jurídicas:
1) ... [razón social y domicilio de la empresa en la cual se desempeñó el “asociado"'].
2) ... [razón social y domicilio de la cooperativa].
tiva no fue más que un sujeto interpuesto entre la empresa usuaria (verdadero emple-
ador de mi mandante) y el actor, en adelante llamaremos a aquella (a la cooperativa)
como “codemandada”, “coaccionada”, o términos del mismo significado.
Pues bien, mi mandante comenzó a trabajar para la demandada en fecha ..., mante-
niéndose el vínculo laboral, sin solución de continuidad, para la misma empresa, en el
mismo lugar de trabajo (el establecimiento sito en ...), hasta el día... (conformeel carác-
ter recepticio de la notificación rescisoria), cuando el actor se consideró despedido por
culpa de la accionada, quien siempre fue su verdadero empleador.
Vale decir que mi representado trabajó para la demandada, sin solución de continui-
dad, durante...
Realizó siempre el accionante tareas de ..., en el siguiente horario: ...
Al tiempo del distracto, percibía el actor una remuneración mensual de $ ...
Siempre se desempeñó el demandante en el establecimiento que la demandada
posee en la calle ...
Merced a la actividad de la accionada (verdadero empleador del actor), los trabajos
desempeñados por mi comitente se encuentran comprendidos en el CCT ...
Como ya se anticipó, las tareas cumplidas por el demandante lo fueron siempre en
favor de la demandada.
Así las cosas, de conformidad con lo normado por los arts. 4? in fine de la ley 25.250,
40 in fine de la ley 25.877 y 29 de la LCT, el accionante debe ser considerado depen-
diente de la empresa para la cual prestó servicios (la demandada), no obstante haber
tenido que suscribir el actor distintos documentos que lo harían aparecer como un
“asociado” a una “cooperativa de trabajo”.
Adviértase, a mayor abundamiento, que la resolución 1510/94 del INAES (por aquel
entonces INAC), en sintonía con lo normado por el art. 1? del decr. 2015/94, lisa y lla-
namente prohibió el funcionamiento de las cooperativas de trabajo que pretendan
ejercer actividades propias de una agencia de colocación, limpieza, seguridad, distri-
bución de correspondencia y servicios eventuales.
Las cooperativas de trabajo solo están autorizadas a desarrollar emprendimientos
propios (única forma de cumplir su finalidad social), pero no a proporcionar mano de
obra aterceros, en tanto que estos deben respetar las leyes laborales, reconociendo a
quienes les brindan un servicio personal e infungible, su condición de trabajador
dependiente.
De lo contrario, estamos frente a una forma de fraude direccionada a precarizar de
facto la situación en la que se encuentra quien, como supuesto “asociado” a una
"cooperativa de trabajo”, presta servicios para un tercero, quien logra así bajar sus
costos laborales, a expensas de los derechos de dicho trabajador.
El actor, quien no desconocía la identidad de su verdadero empleador, reclamó a la
demandada, reiteradamente, en forma verbal primero, la adecuada registración del
vínculo.
Tales reclamos resultaron infructuosos, por lo quese inició el intercambio telegráfico
que seguidamente será reseñado:
(...)
140 JOSÉ MANUEL SALGADO
IV. LIQUIDACIÓN:
las)
VI. MULTA DEL ART. 22 DE LA LEY 25.323 EINTERESES DEL ART. 9? DE LA LEY 25.013:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 111].
X. INTERESES ESPECIALES:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 111].
XIl. DERECHO:
Fundo la presente demanda en lo normado por las leyes 20,744, 24,013, 25.013,
25.250, 25.323, 25.345, 25.877, decr. 2015/94, res. 1510/94 del INAC, art. 804 del CCCN,
doctrina y jurisprudencia aplicables.
XIII. ACORDADA:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 11].
XIV, PRUEBA:
Ofrezco la siguiente:
A) Documental:
Se acompañan los siguientes documentos:
(...)
B) Deinformes:
Solicito se libren los siguientes oficios:
1) Al Correo Oficial, a los fines que se expida acerca de la autenticidad de las cartas
documento y telegramas adunados (los que en copia serán agregados al respectivo
oficio), debiendo informar, asimismo, respecto de las correspondientesfechas y horas
de emisión y recepción de cada una de tales comunicaciones.
En el caso que alguna de las cartas documento y/o telegramas acompañados no haya
sido efectivamente recibido por su destinatario, el Correo Oficial deberá informar los
motivos concretos por los que ello ha ocurrido y cuál fue el procedimiento seguido
porel cartero encargado de dicha entrega, en tal oportunidad.
2) Al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), a los fines que
informe si la cooperativa demandada (...) se encuentra regularmente inscripta y si,
conforme sus estatutos, posee autorización para proporcionar mano de obra a ter-
ceros.
3) AlINDEG, alos fines que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice de
precios al consumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor (...) y has-
ta la fecha de su informe.
4) Ala Dirección de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los fines que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice de precios al con-
142 JOSÉ MANUEL SALGADO
sumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor (...) y hasta la fecha de
su informe.
C) Confesional:
Solicito se cite al representante legal de cada una de las demandadas a absolver posi-
ciones, bajo el apercibimiento previsto en el art. 86, LO.
D) Pericia contable:
Solicito se designe perito contador único de oficio, quien, revisando la documenta-
ción en poder de las demandadas, así como también las constancias de autos, deberá
expedirse acerca de los siguientes puntos de pericia:
E) Testimonial:
Solicito que, por intermedio del Juzgado, sean citadas a prestar declaración testimo-
nial las siguientes personas:
(...)
XV, PETITORIO:
Por todo lo expuesto, a 5.5. respetuosamente solicito:
1) Me tenga por presentado, por parte a mi mandante, por denunciado su domicilio
real y por constituidos los procesales (físico y electrónico) indicados.
2) Ordene correr traslado de la presente demanda, por el plazo y bajo apercibimien-
to de ley.
3) Tenga por ofrecida la prueba de la parte actora y, oportunamente, ordene su pro-
ducción.
4) Ordene la reserva de la documental original adjunta.
5) En su hora, condene a las demandadas (en forma ilimitada y solidaria) al pago de
las sumas reclamadas, con más sus intereses, multas y recargos, actualización mone-
taria en su caso, y los gastos, costos y costas de la presente litis.
6) Condene a las demandadas (en forma solidaria también) a entregar al actor los
certificados de trabajo pedidos, bajo apercibimiento de astreintes.
7) Asimismo, solicito que la sentencia que recaiga en autos establezca, para el
supuesto de incumplimiento de la condena, intereses conminatorios especiales y adi-
cionales a los moratorios que corresponde aplicar desde la mora (conf. art. 804,
CCCN).
Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA.
Capítulo V
La utilización fraudulenta
de un contrato de pasantía
———
8 29. Introducción.
Finalidad del contrato
Aunque, comose verá más adelante, el pasante recibe una retribución —sin ca-
rácter remunerativo— que la ley denomina “asignación estímulo” (art. 15, ley
26.427), la finalidad de estos contratos no es esencialmente económica; ni para el
pasante, ni para el empresario u organismo donde aquel efectúa su práctica edu-
cativa. De ahí que se limite la carga horaria del pasante y la duración de la pasantía
(art. 13); que las empresas u organismos no puedan ocupar al pasante en tareas
desvinculadas de la formación académica de este (art. 19); y, lo más importante,
que el contrato de pasantía —en las condiciones previstas por la ley— no genere
ningún tipo de relación laboral entre el pasante y la empresa u organismo recep-
tor, ni mucho menos entre el pasante y la unidad educativa a la que pertenece (art.
12, ley 26.427).
Creemos, sin embargo, que, sobre todo en el caso de las empresas privadas, es
válido que el desempeño del pasante les reporte a aquellas algún beneficio. De lo
contrario, la demanda de pasantes quedaría supeditada a la existencia de empre-
sarios filántropos, interesados en hacer el bien sin recibir nada a cambio. Desde
que, en el sistema actual, la empresa en la que el pasante se desempeña se encuen-
tra obligada a abonar una asignación estímulo equivalente al salario de convenio
del personal dependiente que realiza tareas similares (art. 15, ley 26.427), deviene
inconcebible que las tareas que el pasante cumple no representen algún beneficio
para el empresario que celebra este tipo de contratos.
De todos modos, este beneficio económico que para el empresario representa
el desempeño del pasante y para este la percepción de la asignación estímulo, no
constituyen el objeto principal del contrato. La finalidad primordial de la pasantía,
como ya se dijo, es la formación del pasante.
Ahora bien, teniendo en cuenta que en incontables oportunidades el contrato
de pasantía ha sido utilizado para encubrir una verdadera relación laboral, pasa-
remos a examinar los requisitos formales y sustanciales que deben reunir estos con-
tratos, analizando —asimismo— cómo —frente al incumplimiento de algunos de
tales requisitos— la vinculación se considera (según las referencias jurisprudencia-
les que se formularán) un verdadero contrato de trabajo.
EL FRAUDE LABORAL 147
nocida como tal (art. 59). [CNAT, Sala 1, 31/8/05, “La Morgia, Luciana c. Universidad de
Buenos Aires”, www.pjn.gov.arl.
Es de primordial importancia, para ampararse en el régimen excepcional de "pasan-
tía” quese acredite la suscripción de un convenio con la entidad educacional a la cual
pertenecía el actor y que dicha entidad controlara y fiscalizara el cumplimiento de los
objetivos de la pasantía para adquirir conocimientos dentro del área propia de la for-
mación e instrucción que venía recibiendo el pasante. [CNAT, Sala VII, 23/8/06, "lramaz,
Virgilio c. Sistemas Electrónicos de Registración S.A.”, www.pjn.gov.arl.
El contrato de pasantía requiere, para ser operativo, de la intervención y fiscalización
de una entidad educativa, sien el caso concreto la misma no existió, la relación no pue-
de calificarse como “pasantía” en lostérminos del decr. 340/92. [CNAT, Sala!lV, 6/10/00,
"Wasserman, Alejandro c. Prada Fernández, Manuel”, www. p¡n.gov.ar].
considerar que la ausencia del contrato individual que estamos analizando permi-
te considerar que se ha anudado una relación de linaje laboral:
El contrato de pasantía tiene como objeto primordial la adquisición de experiencia
por parte del estudiante mediante prácticas complementarias a su formación acadé-
mica aumentando la propuesta curricular de los estudios que cursa con el propósito
de lograr una mayor inserción en el mercado laboral. Este régimen se encuentra suje-
to a controles estrictos y al cumplimiento de exigencias formales; debe ser instru-
mentado por escrito y contener datos muy precisos vinculados a las características de
la actividad a realizar; su relación con los estudios que curse el estudiante; la jornada,
el estímulo asignado y el tiempo de duración. También debe responder a un diseño
pedagógico integral de pasantíasa nivel institucional, aloque se agrega la obligación
de control y fiscalización por parte de los profesores guías, tutores así como de la ins-
titución educativa y de los organismos administrativos. [CNAT, Sala |, 29/2/12, "Mel-
nitzky, Ezequiel Fabián c. Liberty ART S.A.”, www.pjn.gov.ar].
Dado que ambas partes se encuentran contestes en que el actor se desempeñó para
la demandada, desde el 1/1/04 hasta el 25/10/05 y esta no acompañó el supuesto con-
trato de pasantía ni acreditó haber cumplido con los recaudos que impone la Res.
13.255/97 en el Anexo! ptos. c), d), e) y f), referidos al control y evaluación de la pasan-
tía a cargo de las partes contratantes, a la supervisión y designación de un tutor para
la orientación, coordinación y el contro! del trabajo del pasante, entre otros, noresul-
ta posible considerar válidamente la existencia de una pasantía ni aun cuando ha sido
reconocida por el trabajador, puestal reconocimiento carece de valor ante las normas
imperativas que conforman el orden público laboral (arts. 12 y 58, LCT). Por ende, se
torna operativa la presunción contenida en el art. 23 de la LCT acerca de la existencia
de un contrato de trabajo en el período reclamado, que la demandada no logró rever-
tir. [CNAT, Salal, 14/11/12, “Tecera, Luis Adriánc. Arcos DoradosS.A.”, www.pjn.gov.ar].
Uno delos principales requisitos sustanciales que debe estar presente en el con-
trato de pasantía esla correspondencia que debe existirentre losestudios cursados
por el pasante y las tareas que el mismo desempeña para la empresa u organismo
receptor.
La utilización de pasantes para el cumplimiento de tareas típicas y corrientes de
la empresa (similares a las que desempeñan quienes son reconocidos como depen-
dientes por la misma) constituye la prueba más evidente del fraude que se lleva a
cabo utilizando la cobertura de una pasantía, cuando lastareas desempeñadas por
el pasante no le aportan a este ningún conocimiento que contribuya a su forma-
ción y educación.
Sobre todo durante la vigencia del régimen anterior a lasanción de la ley 26.427
(en donde las obligaciones a cargo del receptor eran inferiores a las actuales), era
frecuente la utilización de pasantes para desempeñar tareas que requerían un mí-
EL FRAUDE LABORAL 151
nimo aprendizaje y que ninguna relación tenían con los estudios cursados por
aquellos.
En el régimen de la ley 25.165 no existía la obligación de abonar al pasante una
asignación estímulo equivalente al salario básico del convenio colectivo de trabajo
aplicable, ni de abonar una cobertura por riesgos del trabajo, ni una obra social. De
ahí que en el régimen anterior la utilización de la pasantía como una cobertura para
disfrazar una relación laboral resultaba mucho más tentadora para los empresarios.
En ese marco, la cobertura de los contratos de pasantía ha sido utilizada en
nuestro país —increíblemente— hasta por empresas internacionales de comidas
rápidas, con la finalidad de bajar sus costos laborales inherentes a la contratación
de trabajadores cuyas tareas consistían en la elaboración de hamburguesas, aten-
ción al público, o —incluso—la limpieza del establecimiento.
Huelga decir que este burdo abuso del instituto que estamos analizando no pa-
sóinadvertido paralajusticia, y asíse dictaron diversos pronunciamientos en los que
se pusieron las cosas en su lugar, declarando el carácter laboral de tales vínculos.
Así, verbigracia, se han dictado los siguientes pronunciamientos:
La inserción de un pasante en el ámbito de la empresa que contrata con una entidad
educativa bajo el sistema de pasantías, se vincula con la oportunidad que el empresa-
rio le da de aprender, es decir, que por parte de la empresa hay carencia de finalidad
económica. Pero si los pasantes efectúan trabajos típicos y corrientes de la empresa,
bajo condiciones de contratación que los ponen en un pie de igualdad con los traba-
jadores dependientes, sin que se respete su objetivo de formación y sin un adecuado
seguimiento de la entidad educativa que ha mediado en la contratación, todo pasa a
ser una ficción legal a través de la cual la empresa obtiene un beneficio injustificado,
burlando un instituto que ha pretendido ser tuitivo y útil, porque se lo convierte en
un instrumento más que conduce, en definitiva y fraudulentamente, a la más pro-
nunciada precarización del empleo, teniendo en cuenta, especialmente, la gratuidad
que implica. [CNAT, Sala Il, 22/6/05, "Ciechanowski, Gladys Andrea c. Arcos Dorados
S.A.”, www.pjn.gov.ar!].
Tal comose derivaba de la ley 25.165 —vigente a la fecha de la contratación de la acto-
ra—, lo decisivo para verificar si se encuentra justificada la contratación bajo el régi-
men de pasantías, teniendo en cuenta su excepcionalidad —especialmente porque
implica la realización de una tarea de carácter voluntaria y gratuita—, más allá de los
requisitos formales, finca en determinar si se cumple con su objetivo, que es, a su vez,
lo único que le da su razón de ser y lo excluye del ámbito de la LCT, y es precisamente
sila actividad involucrada a cargo del pasante puede reputarse una práctica quese re-
lacione consu educación y formación, de acuerdo ala especialización que recibe, que
lo habilite en el ejercicio de la profesión u oficio elegido. [CNAT, Sala l, 9/8/11, “Martí-
nez, Gisela Soledad c. Arcos Dorados Argentina S.A.”, www.pjn.gov.ar].
Desde que el contrato de pasantía tiene para el pasante una clara y primordial
finalidad formativa (la adquisición de práctica, experiencia y/o mayor perfecciona-
152 JOSÉ MANUEL SALGADO
que, como ya se vio, no debe prevalecer una finalidad económica ni para el pasan-
te ni para la empresa u organismo en el que se desarrolla la pasantía.
Así, es evidente que un exceso en la carga horaria o en la duración de la pasan-
tía desnaturaliza al instituto, en tanto que si se sobrepasara el tiempo necesario
para adquirir los conocimientos prácticos, experiencia y/o el perfeccionamiento de
que se trate, la finalidad económica pasaría a adquirir una preponderancia que no
se condice con la finalidad de la pasantía.
a) La asignación estímulo
A su vez, el art. 9? de la Res. conjunta MTEySS y ME, del 30/9/09, dispone tex-
tualmente:
“En las empresas privadas y en las empresas y organismos públicos en las que resulte
de aplicación la Ley de Contrato de Trabajo n* 20.744 (t.o. 1976), la asignación estí-
mulo prevista en elart. 15 dela leyn*”26.427 deberá calcularse proporcionalmente so-
bre la base de los valores establecidos para la categoría asimilable del convenio colec-
tivo de trabajo declarado conforme lo establece el art. 6” del presente. A tal efecto se
tomará como mínimo el valor vigente previsto en el convenio colectivo para la cate-
goría aplicable a las tareas que desarrolla el pasante, incluyendo los adicionales que
resulten compatibles con la naturaleza de la pasantía.
Cuando los trabajadores de la entidad en la que deba cumplirse la pasantíaseencuen-
tren bajo el régimen de remuneraciones variables, el cálculo de la asignación estímu-
lo será proporcional a ellas y se efectuará sobre la base del promedio de las sumas li-
quidadas a los trabajadores, en relación de dependencia de la entidaa, de la catego-
ría correspondiente a las tareas que desarrolle el pasante, calculadas sobre los tres
meses inmediatos anteriores a la fecha de pago de la asignación.
Se podrán pactar regímenes de estímulos mayores para alumnos avanzados en sus
respectivas carreras y para aquellos que obtengan calificaciones superiores a los es-
tándares fijados por las respectivas casas de estudio”.
vo para la categoría aplicable a las tareas que desarrolla el pasante ...”, considero
que nada empece a que la empresa u organismo en el que se desarrolla la pasantía
opte por abonar, en concepto de asignación estimulo, sumas mayores a las que sur-
gen del cálculo previsto por la ley.
No se desnaturaliza el instituto por la circunstancia de que el pasante reciba al-
gún dinero adicional mientras que la finalidad primera de la pasantía continúe
siendo la adquisición de experiencia, conocimientos y/o perfeccionamiento rela-
cionados con su educación y formación.
En esa inteligencia, en mi opinión, el pago de una asignación estimulo mayor a
la que surge del cálculo que prevé la norma no produce los efectos establecidos por
el art. 19 de la ley 26.427, en cuanto dispone que, en caso de desnaturalización del
instituto, la pasantía será considerada contrato laboral por tiempo indeterminado.
Considero también quetampoco se desnaturalizaría el instituto y, por ende, no
cabe concluir que la pasantía ha perdido el carácter de tal, si la empresa u organis-
mo en el que se desarrolla incumple con el pago de la asignación estímulo (ya sea
porque lisa y llanamente no la paga o porque la abona en cantidades inferiores),
en tanto que en tales supuestos, quizás de manera más evidente en lo que respec-
ta al pasante, el fin primordial de la pasantía continúa siendo educativo.
En tales supuestos, sin perjuicio de las acciones que pudieran derivarse del con-
trato de pasantía, estimo que no debe juzgarse a la pasantía como un contrato de
trabajo por tiempo indeterminado.
La norma no es clara por cuanto (con la sola excepción de la licencia por emba-
razo), establece que los pasantes deben gozar de iguales licencias que los trabaja-
dores dependientes de la empresa u organismo en el que se desarrolla la pasantía,
pero luego agrega que ello será así en tanto que tales licencias “resulten compati-
bles con la naturaleza no laboral de la pasantía”. Si ya se encuentra exceptuada la
licencia por embarazo y en caso de accidente o enfermedad laboral el pasante de-
be gozar de la cobertura de una aseguradora de riesgos del trabajo (conforme se
verá más adelante), no se logra comprender cuál podría ser una licencia incompa-
tible con el instituto de la pasantía.
Luego, el art. 11 de la citada resolución conjunta dispone:
“Los beneficios regulares y licencias que se acuerden al personal previstos en el art. 15
de la ley 26.427 y que deberán recibir los pasantes, serán aquellos que emerjan de los
convenios colectivos de trabajo y de las prácticas empresariales, en tanto resulten
compatibles con la naturaleza no laboral de la pasantía”.
Por su parte, el art. 8” de la Res. conjunta MTEySS y ME, del 30/9/09 textualmen-
te dispone:
“El régimen de contratación de la cobertura prevista en la ley 24,557, enunciado en el
art. 14 de la ley 26.427, deberá ajustarse a lo dispuesto por el art. 39 del decr. n*491 de
fecha 29 de mayo de 1997 y sus normas complementarias”.
ANEXO *
Señor Juez:
l. PERSONERÍA:
..)
164 JOSÉ MANUEL SALGADO
Il. OBJETO:
En el carácter utsupra indicado, y siguiendo expresas instrucciones de mi mandante,
vengo por la presente a promoverformal demanda por despido, cobro de pesos y cer-
tificados de trabajo contra: . .
Ello, en base a los hechos y el derecho que paso a exponer:
IV. LIQUIDACIÓN:
(52)
VI. MULTA DEL ART. 22 DE LA LEY 25.323 EINTERESES DEL ART. 92 DELA LEY 25.013:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 111].
X. INTERESES ESPECIALES:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 111).
XIl. DERECHO:
Fundo la presente demanda en lo normado por las leyes 20.744, 24.013, 25.013,
25.323, 25.345, 26.427, art. 804 del CCCN, doctrina y jurisprudencia aplicables.
Xill ACORDADA:
[Véase modelo de demanda correspondiente al Capítulo 111].
XIV. PRUEBA:
Ofrezco la siguiente:
A) Documental:
Se acompañan los siguientes documentos:
(+1)
B) De informes:
Solicito se libren los siguientes oficios:
1) Al Correo Oficial, a los fines que se expida sobre la autenticidad de las cartas docu-
mento y telegramas adunados (los queen copia serán agregados al respectivo oficio),
debiendo informar, asimismo, acerca de las correspondientes fechas y horas de emi-
sión y recepción de cada una de tales comunicaciones.
En el caso que alguna de las cartas documento y/o telegramas acompañados no haya
sido efectivamente recibido por su destinatario, el Correo Oficial deberá informar los
motivos concretos por los que ello ha ocurrido y cuál fue el procedimiento seguido
por el cartero encargado de dicha entrega, en tal oportunidad.
2) ALINDEC, a los fines que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice de
precios al consumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor (...) y has-
ta la fecha de suinforme.
3) Ala Dirección de Estadísticasy Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
los fines que informe cuál fue el porcentual del aumento del índice de precios al con-
sumidor, nivel general, registrado desde el distracto del actor (...) y hasta la fecha de
su informe.
EL FRAUDE LABORAL 167
C) Confesional:
Solicito se cite al representante legal de la demandada a absolver posiciones, bajo el
apercibimiento previsto en el art. 86 de la LO.
D) Pericia contable:
Solicito se designe perito contador único de oficio, quien, revisando la documenta-
ción en poder de la demandada, así como también las constancias de autos, deberá
expedirse acerca de los siguientes puntos de pericia:
1) Informe el señor perito si la demandada lleva en legal tiempo y forma el libro pre-
visto por el art. 52 de la LCT; si el mismo se encuentra rubricado, en qué fecha y ante
qué autoridad.
2) En su caso, señale el experto si el actor se encuentra comprendido en el libro de
sueldos
y jornales de la demandada.
3) En el supuesto afirmativo, informe, fecha de ingreso del actor, categoría laboral
registrada, tareas desempeñadas, y salarios percibidos durante el último año de la
relación laboral.
4) Practique el experto liquidación por todos los rubros reclamados en la presente
demanda, con más los intereses devengados (conf. acta 2601 del 21/5/14) desde la
mora y hasta la fecha de su informe. La liquidación practicada deberá contener, asi-
mismo, los intereses por temeridad y malicia reclamados (dos veces y media la tasa
activa del Banco de la Nación Argentina), por todo el período comprendido entre el
cese y la fecha de su informe.
Todo ello, claro está, a pedido de mi parte, y sin perjuicio que, al igual que sucede con
todos los demás rubros reclamados, será V.S. quien decidirá respecto de la proceden-
cia o no de tales réditos.
E) Testimonial:
Solicito que, por intermedio del Juzgado, sean citadas a prestar declaración testimo-
nial las siguientes personas:
(...)
XV. PETITORIO:
Por todo lo expuesto, a S.S. respetuosamente solicito:
1) Me tenga por presentado, por parte a mi mandante, por denunciado su domicilio
real y por constituidos los procesales (físico y electrónico) indicados.
2) Ordene correr traslado de la presente demanda, por el plazo y bajo apercibimien-
to de ley.
3) Tenga por ofrecida la prueba de la parte actora y, oportunamente, ordene su pro-
ducción.
4) Ordene la reserva de la documental original adjunta.
5) Ensuhora, condene a la demandada al pago de las sumas reclamadas, con más sus
intereses, multas y recargos, actualización monetaria en su caso, y los gastos, costosy
costas de la presente litis.
168 JOSÉ MANUEL SALGADO
Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA.
Bibliografía general
Ackerman Mario, en Tratado de derecho del trabajo, Mario E. Ackerman (dir.), Diego M. Tosca
(coord.), Rubinzal - Culzoni, Santa Fe, 2005, t. 1.
Candal, Pablo, en Ley de Contrato de Trabajo comentada y concordada, Antonio Vázquez Vialard
(dir.) - Raúl H. Ojeda (coord.), Contrato de Trabajo, Rubinzal - Culzoni, Santa Fe, 2005, t. l.
Etala, Carlos A., Contrato de Trabajo. Ley 20.744, texto ordenado según decreto 390/76. Comen.-
tada, anotada y concordada con las leyes de reforma laboral y demás normas complementa-
rías, Astrea, Buenos Aires, 2008.
Falcón, Enrique M.., Código Procesal Civil y Comercial
de la Nación. Anotado. Concordado. Comen-
tado, Abeledo- Perrot, Buenos Aires, 2007, t. Il.
Fernández Madrid, Juan C., Tratado práctico de derecho del trabajo, La Ley, Buenos Aires, 1989.
Hierrezuelo, Ricardo D., La regulación de las empresas de servicios eventuales después del decre-
to 1694/2006, en "Revista Derecho Laboral y Seguridad Social”, 2008-A, Abeledo - Perrot, Bue-
nos Aires.
Hierrezuelo, Ricardo D. - Núñez, Pedro E, Responsabilidad solidaria en el contrato de trabajo,
Hammurabi, Buenos Aires, 2004,
Hitters, Juan C., Técnica de los recursos extraordinarios y de la casación, Platense, La Plata, 1984.
Junyent Vélez, Francisco - Bertossi, Roberto E, La cooperativa, Ediar, Buenos Aires, 1987.
Massot, Ramón, en Código Civil y Comercial de la Nación. Analizado, comparado y concordado,
AlbertoJ. Bueres (dir.), Hammurabi, Buenos Aires, 2014, t. 1.
Morello, Augusto M. - Sosa, Gualberto L. - Berizonce, Roberto O., Códigos Procesales en lo Civily
Comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación. Comentados y anotados, 2* ed., Pla-
tense - Abeledo-Perrot, La Plata, Buenos Aires, 1994, t. V-A.
Nissen, Ricardo A., en "Práctica y Actualidad Societaria”, n*31, feb. 2000, Errepar.
Ossorio, Manuel, Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, Heliasta, Buenos Aires, 1974.
Sardegna, Miguel Á., Ley de Contrato de Trabajo. Comentada
y anotada, 3*ed., Universidad, Bue-
nos Aires, 1988.