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PRÁCTICA PROFESIONAL
ediciones d
innovaci6nJuridica
Ortemberg, Osvaldo Daniel
Práctica profesional del abogado de familia / Osvaldo Daniel Ortemberg. - l a
ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : DyD, 2016.
237 p. ; 23 x 16 cm.
-
O 2020 EDICIONES DBD S.R.L.
Av. Córdoba 1522, 3 O Piso - Buenos Aires
Tel.: (011) 4519-8204
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Impreso en Argentina
PRÁCTICA PROFESIONAL
DEL
ABOGADO DE FAMILIA
ediciones
k!mvodónjurldca
CAP~TULO1.-
Cómo debe formarse unla abogadola de familia. Estrategias
para la negociación, la mediación y el juicio
.-
1 El abogado con e l cliente .................................................... 19
.,
2.- La negociacion.. ............................. . . .. . . . .. . . . .. .. . . . 21
3.- La mediación.. ................................................................. 23
.......................................................................
4.- El juicio.. 25
5.- La formación ............... ...... ...... ......................... 26
CAP~TULO11.-
El trabajo intradisciplinario. Entrecruzamiento de discursos
científicos. Tribunales como lugar de encuentro
Los cambios de la familia .................................. . .. . . . .. .. . . . 29
.-
1 Los cambios económicos como causa del cambio en la conformación
familiar. Acotación de nuestro campo de estudio............................. 29
2.- Los cambios en los hábitos de las nuevas familias respecto de las
........................................................................
patriarcales 30
3.- Los cambios en la subjetividad.............................................. 31
4.- Los cambios de la familia expresados en los cambios en e l Derecho de
Familia ..............................................................................
31
5.- La libertad de elección del cónyuge. El ingreso del amor en e l
Derecho ............................................................................
32
CAP~TULO111.-
Los discursos científicos. La intradisciplina
1.-El individuo modelado desde lo externo.. ............................... . 36
2.- Lo externo en e l individuo. El cliente ante e l abogado de familia .... 37
3.- Nuestro concepto de la intradisciplina..................................... 40
CAP~TULOIV.-
La madre de las ciencias: la razón
.-
1 El cuento infantil y la novela del cliente .................................. 41
2.- La transformación del cuento en novela por e l diálogo con e l abogado. 41
Practica profesional del abogado de familia
CAP~TULOV.-
La estrategia del abogado de familia El tribunal .
1 .. La versión del otro ............................................................ 49
2.. ¿Ganar e l juicio o lograr un acuerdo?...................................... 50
3.- El cambio en la legislación autoriza una nueva estrategia en los casos
de familia ........................................................................... 50
CAP~TULOVI.-
Violencia familiar
a) Qué hacer........................................................................ 53
1) El grado de protagonismo de nuestro cliente en la situación de
violencia que está padeciendo .................................................. 53
2) El vínculo que tiene establecido nuestro cliente con quien o quienes
ejercen violencia sobre é l........................................................ 54
3) Finalmente e l grado de autonomía económica y habitacional de
nuestro cliente..................................................................... 55
b) Cómo hacerlo ................................................................... 55
c) El temor del abogado para actuar en estos casos.......
CAP~TULOVI¡.-
Los honorarios
a) Significación de los honorarios para e l cliente ............................. 59
b) Significación de los honorarios para e l abogado........................... 62
CAP~TULOVI¡¡.-
Cómo hablar con e l cliente
a) ¿Qué significa para e l cliente concurrir a l abogado para hablar de su
problema de familia?.............................................................. 65
b) Cómo le habla e l cliente a l abogado................................. 65
C) Cómo no escuchar al cliente.................................................. 66
d) Cómo escuchar al cliente ...................................................... 68
e) Cómo tratar a l cliente......................................................... 69
1) Clientes con abogados a repetición ...................................... 70
VOLVER A ~NDICE
Osvoldo Ortemberg
2) Licitadores................................................................... 70
3) Diferencia entre la emergencia familiar y angustia del cliente ..... 71
CAP~TULOIX.-
La familia y la ley
a) La prohibición del incesto ..................................................... 73
b) Matrimonio y dinero: su incidencia en e l divorcio ......................... 76
c) La exclusión del hogar .......................................................... 82
d) Comunicación con los hijos ................................................... 83
CAP~TULOx.-
Abordaje del conflicto familiar a través del cliente Producción .
.
de estrategias Los tiempos subjetivos .
a) La problemática de familia es un campo propio que abarca lo
patrimonial pero no se confunde con éste..................................... 85
b) Abordaje del conflicto Familiar a través del Cliente ...................... 89
c) Producción de estrategias y tácticas ........................................ 93
d) Los tiempos subjetivos ......................................................... 99
CAP~TULOXI.-
Partir de la crisis para llegar al conflicto del cliente
CAP~TULOXII.-
Culpa y repetición: tenaza histórico.religiosa . Causa y
responsabilidad: libertad histórico-filosófica
a) Cuando éramos estudiantes ...................................................
b) Ahora como abogados................................. ........
c) Culpa y causa....................................................................
d) La culpa ..........................................................................
e) Precedente histórico de la culpa .............................................
..
f) La prohibicion ...................................................................
g) Falla en la simbolización ......................................................
h) La represión del incesto.......................................................
i ) El imperio. e l odio y la culpa..................................................
j ) El amor y la culpa ...............................................................
k) La culpa en los casos de familia ..............................................
1) Entre sábanas....................................................................
Practica profesional del abogado de familia
CAP~TULOXIII.-
La perturbación de la genitalidad adulta en las parejas
CAP~TULOXIV.-
La sucesion de la empresa familiar - Las cosas por su forma -
a) La transición a la generación siguiente..................................... 161
b) El desafío de la sucesión.. ............................... . . .. . . . .. . . 162
c) Claves para reparar a los sucesores: como desarrollar sus capacidadesy
habilidades.. .... .... . . . . . . . . . .
....
..... ..... ..... .. . .. . .. . . . . . . . 163
d) Las opciones del fundador. .................................................... 165
e) Estilos de dirección. Resistencia a planear la sucesión ................... 167
f) Intervención del mediador para un eficiente manejo de la situación.. 169
g) Transferencia del control y de la propiedad o disociación entre lo
.. . .. . .. . .. . .. .
jurídico y lo económico.. .... . ..... . ..... . ..... . ..... . ...... .... 171 ...
CAP~TULOXV.-
La mujer en la empresa familiar -Las cosas por su fondo-
a) Cambios en la familia empresaria derivados del nuevo Código Civil
y Comercial
.
1) lntroduccion .....
*
................................................................
2) Cambios en la condición de la mujer........................................
3) El apellido de los hijos y e l derecho de propiedad sobre ellos.. ........
4) ¿A qué se debió e l cambio?.. ..................................................
4a) El salto hiperbólico del feudalismo al capitalismo ...................
4b) Reflejo en e l derecho de la caída de la familia patriarcal y de la
liberación femenina ...........................................................
4c) La autonomía de la voluntad de la mujer la gran revolución
sexual.. .........................................................................
4d) La libertad sexual de la mujer: e l intento de marcar una diferencia
en la ley que marco nuestra diferencia respecto del resto del mundo
animal. ....... ....... ....... ....... ....... ....... ....... . ..... .
.. .. .. .. .. .. .. . .. .
4e) El cambio de la situación de la mujer en la voz que ella no
pronuncia.. . . ..... .. ..... .. ..... .. ..... .. ..... .. ..... .. ..... .. ....
. . . . . . . . . . . . . .
Osvaldo Ortemberg
CAP~TULOXVI.-
La violencia y la mediación en las crisis adolescentes
A) La violencia humana ..........................................................
1. Nuestros aspectos animales ...............................................
..
2 . La repeticion.................................................................
3 . Identidad y diferencia en la repetición..................................
4 . ¿Qué entendemos por ley?.................................................
5 . La violencia ..................................................................
6 . La inscripción de la ley en la subjetividad y e l lugar de la violencia ...
7. El camino masculino ........................................................
8 . El rechazo de la ley: e l delito y la enfermedad mental...............
9 . La fuerza del instinto y e l poder que lo doblega -o intenta hacerlo .
VOLVER A ~NDICE
Practica profesional del abogado de familia
.
10 EL Lugar....................................................................... 226
11. EL tiempo .................................................................... 226
12. EL acuerdo................................................................... 227
Osvaldo Ortemberg
Entonces así lo haré. Para ello debo destacar que cualquiera sea la
especialidad que se tome del derecho, e l abogado, e l juez, e l funcionario,
todos ellos son productos de una familia, como cualquier persona.
Duele ver a un hijo llorar por algo que uno le exige. Cuando no duele ...
pobre hijo.
culpa. Ella es nuestra peor consejera: nos castiga. Pero lo hace de modos
sutiles, por recorridos que no detectamos: nos hace actuar situaciones
que nos causan dolor y que sin embargo no nos damos cuenta que fue
ella, la culpa, la que nos gobernó para ese resultado.
Es evidente que ese recorrido no pasa por nuestra conciencia sino por
ese río subterráneo que nos atraviesa sin que lo podamos manejar. Claro,
salvo que alguien nos ayude a verlo.
Así como nos pasa con nuestros hijos, nos ocurre con nuestra compañera
o compañero: somos portadores de modelos familiares que gobiernan
nuestros afectos sin que nos demos cuenta. Afectos que conviven con
nuestras inclinaciones y que suelen hacerles trampas para satisfacerlos.
Por ello e l profesional debe tener una escucha sutil para comprender lo
que e l cliente relata y, a partir de ese relato y los diálogos que entre ellos
se produzcan, poder profundizar en estos para llevarlo a los torrentes
subterráneos que vienen guiando su conducta ¿Para qué? Para que sepa
en qué situación se encuentra y, de ser posible, e l recorrido del que
proviene esa crisis que ahora lo trae a consultarnos.
psiquiatras.
Cuentan que cuando una dinastía que gobernaba China fue derrotada
por tribus bárbaras -posiblemente los antecesores de los Hunos- e l jefe
de los vencedores se erigió en nuevo emperador chino y l e propuso a
la corte del derrotado que si l e prestaban juramento de fidelidad les
permitiría mantenerse con vida y en sus cargos. Todos, menos e l más
sabio, se negaron rotundamente con fuertes reproches contra éste. Salvo
e l que aceptó, fueron decapitados. El sabio fue fiel al nuevo emperador
victorioso y se mantuvo como confidente y consejero durante muchísimos
años. Ya muerto e l sabio confidente, e l bárbaro emperador se había
transformado en un sabio gobernante gracias a las enseñanzas de su
fallecido consejero.
De este modo, por los caminos en que creía huir va tocando los resortes
-múltiples causas- que lo arrojan a su propio destino, que es lo que
sobredeterminó su recorrido.
En este libro abordamos las diversas causas respecto del mismo efecto:
Osvaldo Ortemberg
la crisis familiar por las que consulta nuestro consultante: efecto formal
y visible de recorridos diversos que se condensan en e l estado emocional
desbordante de ese cliente que llega a nosotros. Sobre ellas -las diversas
causas- operan como sobredeterminantes las historias pretéritas de
ambos cónyuges o convivientes, sus padres, abuelos...q ue no llegan
nunca a agotarse. Por ello requieren un corte y aceptar lo inagotable
que es la herencia recibida. Pero en lo que se puede reconstruir está
lo posible de conocer para orientar e l caso en la conversación con e l
cliente para hacerle posible que eso que viene destinado a marcarlo no
le provoque los daños que suelen ocurrir cuando se marcha a ciegas de la
palabra y sus silencios.
Osvaldo Ortemberg
Uno puede cuestionarse sobre si estos aspectos del caso no debieran estar
a cargo del cliente. ¿Cuando e l cliente hace un planteo de divorcio o de
una medida judicial en un problema de familia, no debiera tener é l mismo
la responsabilidad de hacerse cargo de sus iniciativas? Si pide e l divorcio
y lo lleva a cabo ¿NOdebiera arreglárselas é l con las consecuencias? La
Practica profesional del abogado de familia
Por si esto fuera poco -me refiero a todo aquello que e l abogado debe
considerar en esta especialidad- se agrega un aspecto muy importante:
nuestros honorarios.
2.- La negociación
Es mejor que e l cliente no hable con la otra parte del conflicto por e l cual
nos consulta, por lo menos de los temas en los que no están de acuerdo.
Aquí debemos hacer una distinción entre los casos que nos llegan.
Hay asuntos en los que de entrada tenemos que promover una acción: por
ejemplo, si hay violencia física y debemos hacer una exclusión, o si la otra
parte está vaciando bienes de la sociedad conyugal en los cuales tenemos
que pedir una medida cautelar. Estos son sólo unos pocos ejemplos, ya que
tales situaciones son muy variadas. En estos casos no se puede comenzar
por una negociación porque implicaría levantar la perdiz; en todo caso,
la negociación se puede proponer después de realizada la medida judicial
que neutraliza los riesgos.
un acuerdo con la otra parte para hacer frente al abordaje del conflicto.
Otro camino puede ser que uno mismo llame a La otra parte y, hablándole
con voz de seda, se presente como abogado de su cónyuge, pidiendo
hablar con su abogado para conversar sobre los conflictos, con e l fin de
resolver de común acuerdo. En este caso es conveniente dejar todos
nuestros datos, aunque no nos lo pidan.
3.- La mediación
4.- El juicio
5.- La formación
Para formarse hacen falta Los dos registros: por un Lado, las clases teóricas
en que se profundizan cada uno de Los puntos que aquí expusimos y el
debate que se abre a partir de La exposición, a Los que hay que agregar La
Lectura y discusión de Las normas jurídicas más importantes del campo del
Derecho de Familia. Por otro Lado La parte vivencial, Los talleres, entre Los
que se destacan: a) La teatralización de casos, en que Los inscriptos Llegan
a sentir en su cuerpo Los dramas que Les toca abordar en La especialidad
como abogados y también como partes; b) La supervisión de Los casos
que planteen Los alumnos, donde se pueda comprender cómo pensarlos,
qué hay detrás de Las situaciones que Los clientes nos presentan y qué
caminos son Los más adecuados para resolverlos; c) La ampliación del
imaginario simbólico y emocional de Los alumnos a través de La Lectura,
debate y escritura de breves textos poéticos y filosóficos para que cada
Osvaldo Ortemberg
Esto nos pasó en muy poco tiempo si tenemos en cuenta que, además
de habernos ocurrido individualmente, es un hecho que afectó a toda
la sociedad, por lo menos en las grandes y medianas ciudades de
nuestro país y el mundo occidental. Estamos hablando, entonces, de un
acontecimiento histórico.
.-
1 Los cambios económicos como causa del cambio en la conformación
familiar. Acotación de nuestro campo de estudio.
2.- Los cambios en los hábitos de las nuevas familias respecto de las
patriarcales.
Esto que pasó primero con los sectores humildes, se trasladó luego, a
Osvaldo Ortemberg
Hoy los que se van a casar son los que se eligen. S i lo hacen por amor, e l
vínculo suele durar lo que dura e l amor. Esto es una verdadera subversión
en la familia, porque esos que deciden por amor no se privan de tener
hijos, los hijos del amor. Y como los viejos tenían razón, en cuanto e l
amor es ciego, la ceguera dura e l tiempo del entusiasmo erótico, e l
tiempo de la pasión. Y luego de satisfecha, los cónyuges se ven sus rostros
verdaderos, los que traen de su crianza y que e l impacto de la atracción
física con frecuencia oculta. Cuando cae la pasión se retoman los
imperativos familiares originarios y ahí surgen los conflictos que llevan, a
veces, a la separación y a l divorcio, y otras, a la construcción de nuevos
hábitos de relación y convivencias con la pátina que brinda la ternura.
Con e l nuevo Código, vigente a partir del 1 de agosto de 2015, e l amor ocupa
todo e l escenario de la vida en común entre las personas -cualesquiera
sean sus orientaciones sexuales- sea matrimonial o convivencial.
Así como sabemos que la penicilina nos cura porque se constató este efecto
en e l cuerpo enfermo de nuestros semejantes, también sabemos que
todos los individuos tenemos en e l terreno afectivo caracteres comunes
que hacen a l desarrollo de nuestra personalidad, tanto patológica como
Practica profesional del abogado de familia
sana.
Sabemos así que un niño no puede crecer si no hay algún mayor que actúe
de madre y le cubra sus necesidades. Pero también sabemos que abrigamos
respecto de nuestra madre un vínculo amoroso que debe ser reprimido en
nosotros, en cuanto tenemos vedado satisfacerlo totalmente. El discurso
científico lo llama Complejo de Edipo y nos arroja luz al hecho de que para
que nos hayamos constituido en humanos, operó sobre nuestros instintos
una ley que denominamos la Prohibición del Incesto. Y este concepto
formulado hace menos de un siglo en e l Estructuralismo de Claude Lévi
Strauss y e l Psicoanálisis de Sigmund Freud, es una posibilidad para
comprender y abordar cualquier conflicto que acontece en las familias
que se presentan en e l Estudio del abogado y en e l Tribunal Judicial.
Nada de esto.
En efecto: los cambios en e l medio social sólo son tales si los miembros que
conforman la sociedad los padecen. Lo mismo nos pasa con e l derecho,
como nos enseña Kelsen. Si la norma jurídica no es aplicada y cada vez
que se infringe no acontece la sanción, la norma entra en desuetudo. Su
falta de cumplimiento generalizado hace que la norma jurídica pierda su
Osvaldo Ortemberg
carácter.
Los cambios sociales se guían por una lógica idéntica. Sólo son tales si
llegan a ser internalizados por los integrantes de la sociedad en que
dichos cambios se dan y, en aquellos casos en que tales cambios son
resistidos, e l medio social los segrega, los repudia, los elimina.
De una manera tan evidente que ni la percibimos: mientras que sus abuelos
y bisabuelos eran una familia constituida por diez o doce hermanos,
nuestros clientes tienen una familia integrada por dos o tres hermanos.
Nuestro mismo cliente, además, que hoy tiene un conflicto con su esposa,
tiene sólo dos hijos y, a diferencia de sus abuelas o bisabuelas, su esposa
trabaja, gana y aporta dinero y, lo que también es muy importante, tiene
una palabra en lo que hace al destino de los propios hijos que nuestra
bisabuela jamás hubiera podido imaginar.
~ C Ó ~ De
O ?la siguiente manera.
La escucha supone silencio. Pero junto con e l silencio para que e l otro
pueda hablar y extenderse en su necesidad de hacer su catarsis, están
también las preguntas, sobre todo para profundizar algunos relatos
de hechos, sean aspectos de la realidad de aquellos hechos, como
señalamientos acerca de la situación particular del cliente que supone,
siempre, una historia del conflicto que frecuentemente es ajena a la
comprensión del cliente.
Este quehacer del abogado pone en acción todos los discursos a los que
hicimos referencia. Es decir, esos discursos que e l abogado conoce son
los medios de lectura que emplea para comprender y transmitírselo al
cliente para que también se comprenda.
Los discursos científicos son así, aquello de lo cual se vale e l abogado para
comprender la situación de su cliente y que éste también la comprenda
como para poder elaborar una estrategia que permita modificar la crisis
Práctica profesional del abogado de familia
Es decir que e l estado emotivo y la convicción que nos traía era un cuento
infantil donde e l malo era siempre e l malo y e l bueno su víctima. Para
él, e l rol del abogado y ni que hablar e l del juez, era e l de modificar, por
arte de su magia o sus poderes prodigiosos, este padecimiento actual,
transformando todos sus males.
Otra, es que esta creencia infantil puede requerir más encuentros con
nuestro cliente y aun transitar por la mediación y e l pleito, para que e l
cuento mágico vaya adquiriendo los visos humanos de una novela. Vemos
así que debemos tener tolerancia, paciencia y la aceptación de que e l
cliente nunca llegue a modificar su visión inicial, o sea que nosotros
fracasemos en nuestra propuesta de llevarlo a una actitud adulta para
abordar e l conflicto familiar que padece.
Este cambio requiere de nuestro arte, porque cada caso es Único y también
en cada caso es única nuestra intervención y, en todos ellos, estará
nuestra singular habilidad y torpeza en e l uso que podamos hacer de
nuestra ciencia. Esta ciencia es e l conocimiento del derecho y e l manejo
de los otros discursos que hemos aludido: e l económico, e l psicológico, e l
sociológico, todos ellos en e l marco de uno más, que está como supuesto
Osvaldo Ortemberg
¿Por qué está la historia? Porque todo relato es una secuencia de sucesos
que se concatenan entre sí en e l transcurso del tiempo. Toda disciplina
tiene como soporte este transcurso temporal. De otro modo no podna
aplicarse sobre e l sector de la realidad que estudian para producir sobre
ellos transformaciones. Sin esta ambición de transformar, un discurso no
es científico, será en todo caso, un intento muy tímido de descripción
más o menos afortunada de una realidad, la que estudian, pero no
una ciencia. Decimos muy timido porque para no tener posibilidad de
transformar eso que estudian tienen que omitir los mecanismos que lo
produjeron, es decir, debieran omitir e l tiempo y limitarse a sacar una
foto de ese paisaje. Y esa foto ocultana que eso que está en la foto
deviene, es decir, padece e l tiempo.
4.- La Razón
Cuando llega e l cliente y nos dice "quiero divorciarme, quedarme con los
chicos y que é l me pase alimentos", tenemos e l objetivo de la estrategia
en su generalidad. ¿Por qué en su generalidad? Porque la meta, e l fin al
que se desea arribar, está condicionado a l conocimiento de la situación
actual, que e l cliente suele ignorar en la dimensión que aquí le damos
a ese conocimiento, y por e l desconocimiento de una parte importante
de la situación actual, como es la versión que tiene del conflicto la otra
parte.
Por lo incompleto del conocimiento del caso, por tratarse de una versión
y no de las dos, la estrategia que podemos elaborar es también precaria,
por lo cual la misma tiene un carácter provisorio. Sin embargo, esta
provisoriedad es la característica de toda estrategia, ya que e l camino
que se hace para arribar al fin deseado nos va enseñando nuevos aspectos
de aquello sobre lo cual estamos operando, en este caso, e l conflicto
familiar.
Otro punto de esa realidad está dado por e l acuerdo de honorarios que
es conveniente realizar desde e l comienzo. Este pacto puede tener
diversas formas de abordaje. Una de ellas es una propuesta de honorarios
si logramos resolver e l caso mediante una negociación, otra es por una
mediación y otra más si debemos litigar porque la negociación o la
mediación no convienen encararla -por ejemplo se es necesario tomar
medidas cautelares urgentes- o han fracasado. Y aun en este último tramo
del convenio se puede dejar una condicionalidad abierta a los avatares
que pueden surgir a lo largo del juicio.
La versión del otro tiene también los componentes que tenía la de nuestro
cliente: una versión acalorada bajo un impacto emocional y con afanes
de resolución mágicas. No sabemos si e l colega de esa parte l e brindó e l
espacio de conversación que nosotros pregonamos, o adhirió llanamente
a lo requerido por su cliente en su reclamo inmediatista.
Hoy la ley legitima ese anhelo de sacrificarse por los hijos, pero no exige
que se mantengan unidos los progenitores como en ese entonces en que
la salida del divorcio era un camino tortuoso, costoso y de mucho dolor.
No. Hoy la ley autoriza a no sacrificarse en una convivencia tormentosa,
sino a una separación sin guerra, sin sangre, sin venganzas.
VIOLENCIA FAMILIAR
a) Qué hacer.
Lo primero que hay que hacer es tener una actitud de escucha. Esta
actitud no es el silencio, sino entrar en conversación con el cliente
para poder comprenderlo, y con ello hacerle notar la situación en que
se encuentra en el momento actual. El hoy del consultante es lo más
importante. Pero e l sentido de lo actual no es sólo lo que pasó hace unos
instantes. Para saber dónde está parado es necesario hacer un recorrido
de La historia que tiene con aquel, aquella o aquellos, que lo hacen
víctima de la violencia, escuchando su relato.
Aquí suele haber una voz de sirena que nos confunde: nuestra inclinación
natural a considerar como totalmenteverdadera laversión que escuchamos
del cliente. Debemos por ello distinguir entre aquello que nos relata sobre
su vida de los hechos reales que está viviendo. Los hechos reales sabemos
que nunca nadie los llega a saber, ni siquiera aquellos que los viven.
Cada cual tiene una historia singular, una subjetividad particular desde
la que percibe aquello que le toca vivir. La percepción de los hechos que
Osvaldo Ortemberg
b) Cómo hacerlo.
un fin -en nuestro caso e l cese de la violencia- sin que nuestro cliente
caiga en e l desamparo. Este plan supone que e l abogado actúa, pero que
también tiene que actuar e l cliente.
En caso de que e l peligro de violencia sea grave -como ser que haya
habido situaciones de violencia física y amenaza de uso de elementos
contundentes o de armas- la opción necesaria e inmediata suele ser e l
abandono de la vivienda. Lo primero es la vida y la integridad física. Si
hay niños en riesgo ello se hará con un plan minuciosamente conversado
en e l que puede incluso participar algún pariente o amigo de la persona
Osvaldo Ortemberg
víctima de esa situación. Estas son fugas como cuando se hunde un barco:
con lo puesto.
Este temor tiene una base real. Es cierto que tomar medidas contra un
violento, aunque sea en defensa de una causa justa, acarrea el riesgo de
que ese violento quiera vengarse del abogado. Pero debo destacar que,
en cualquier intervención en temas de familia, al ser abogados de una de
las partes la otra suele visualizarnos como un aliado de su rival amoroso y
puede también hacernos víctimas de su furia, tal como suele ocurrir con
un tercero que se mete en la pelea de una pareja y se encuentra con que
desencadena sobre sí la furia del otro y a veces la de la pareja misma. Los
casos de violencia conllevan ese riesgo, que es el riesgo de la especialidad
en todos los casos de familia. Nos metemos en la vida privada de la gente,
en el terreno de sus pasiones íntimas, esas que antes estaban preservadas
de las miradas y los juicios de quien no era integrante de la familia. Si
no logra vencerse e l temor, es conveniente buscar supervisar el caso con
un colega de experiencia, y aun de llevarlo con otro colega. Si esto no es
suficiente, debe admitirse esa limitación y derivar el caso.
LOS HONORARIOS
De este modo podemos ver que quien concurre a consultarnos, padece una
Práctica profesional del abogado de familia
crisis con los límites por la alteración de los límites con algún o algunos
integrantes de su familia. Tiene derechos y obligaciones recíprocas que
adolecen de una falla. El abogado es quien puede hacer algo por modificar
esta situación.
Claro que la familia que brindó esa educación suele no ser la que ahora
está en crisis, sino la nueva familia que la persona produjo luego de
haber asimilado las enseñanzas de la familia de su niñez que l e permitió,
precisamente, armar esta nueva familia.
Así, lo que hoy no funciona tiene que ver con la falla de ayer. El individuo
con problemas actuales es portador de vivencias remotas, de su edad
infantil, que le acontecieron en su relación con sus padres y hermanos,
en una situación de inmadurez propia de la edad en que hubo de haberlas
padecido. Los sentimientos que suelen afectar a estas personas hoy,
son los mismos que le afectaron en esas remotas épocas de las cuales,
normalmente, no guardan memoria. Pero la memoria que no guardan es
acerca de los hechos que, con excepciones, logramos enterarnos cuando
la confianza que depositan en nosotros es lo suficientemente amplia
como para permitirles bajar su guardia emocional con que lo remoto y
doloroso suele protegerse ante la conciencia del sujeto -y de cada uno
de nosotros-. Puede no recordarse los hechos, pero lo que sí afloran
son los sentimientos que entonces padecieron ante esos hechos. Estos
sentimientos remotos normalmente son idénticos a los actuales. Digo
bien, idénticos, porque ante e l individuo en que se repite de una u otra
manera una situación infantil dolorosa, lo que repite de manera idéntica
es e l sentimiento, aunque no guarde memoria del hecho remoto en que
ese sentimiento se manifestó entonces.
Osvaldo Ortemberg
Una respuesta posible es que esa misma vocación por la cual elige esta
especialidad tiene que ver con la propia historia familiar del abogado y
que, por ello, todo lo que tenga que ver con ese mundo tiene un objetivo
oculto de modificar algo propio que vino perturbando, y eso está fuera
del comercio. Es frecuente que esto ocurra con las mujeres abogadas, ya
que en cuanto mujeres vienen con una historia de sometimiento al varón
que heredaron de las abuelas y madres y que recorrió su género durante
milenios y en las cuales e l padecimiento de una mujer es una causa
moral, política y que la arrastra visceralmente. Es decir que hacen de la
especialidad una militancia. Y por la militancia no se cobra, e incluso se
paga.
Aquí no hay una sola respuesta porque cada cliente tiene diferente
personalidad, diferentes deseos, anhelos y, obviamente, diferentes
expectativas a l concurrir al abogado a consultar sobre algo que hasta
hace dos o tres generaciones correspondía a l ámbito de la intimidad,
como es un conflicto familiar.
que afloren estados emocionales que suelen ser incontenibles para los
clientes, como inevitables de presenciar para e l abogado. Lo habitual
es que e l cliente se presente, en algún momento de la entrevista en
que logre abrirse espiritualmente por la confianza que le puede brindar
su abogado, como un corazón descarnado y palpitante. No puede
evitar transmitir su dolor, su furia, su angustia, sus miedos, su amor, su
desencanto de la manera más desgarrada y sincera. Trae asimismo varias
preguntas. Creencias e interrogantes acerca de lo que la ley dice acerca
de su situación que necesita refrendar con e l abogado. Aveces lleva una
lista obsesivamente escrita que es, a la vez que una expresión obsesiva
de libro, un modo de controlar sus propios sentimientos, una manera
de evitar que afloren, como si estuvieran atenazados por su razón, por
su voluntad consciente. En esas preguntas y creencias existe e l anhelo
profundo de que la ley lo ampare, l e dé la razón y, en lo más profundo,
que restablezca de algún modo la armonía en su vida que e l conflicto
familiar ha deshecho.
Ante una persona que está angustiada y nos quiere hablar, es habitual que
uno se angustie. Es decir que la angustia del que nos habla es muy difícil
eludirla, por lo cual la respuesta habitual ante ella suele ser e l consuelo,
las palabras de aliento, tratando de hacerle ver que en e l futuro eso no
va a estar más, que esa situación es transitoria, que ya va a pasar. Incluso
si uno es amigo o pariente de la persona, traerle recuerdos de muchas
otras situaciones en que e l angustiado estaba bien y que, así como solía
estar bien antes, lo estará en e l futuro, como también que ya pasó otras
situaciones dolorosas que hoy son tan sólo un recuerdo.
Esas respuestas ante la angustia del otro son muy humanas. Y estaríamos
en lo cierto, pero en un doble sentido en cuanto es un consuelo que
muchas veces da resultado porque la angustia es uno de los estados
normales a lo largo de la vida, que se alterna con muchos otros que
Osvaldo Ortemberg
Otra es usar e l Código como escudo contra la angustia del otro y recitarle
los artículos que tienen que ver con e l caso. Y decírselo en e l lenguaje
que usaba como estudiante de derecho ante e l profesor que l e tomó
e l examen. Con esta actitud e l cliente suele calmarse, pero no porque
e l discurso l e lleva tranquilidad, sino porque l e despierta un temor
reverencial, ya que no entiende de qué habla e l abogado. Pero sí sabe
que está hablando de la ley. Y la ley para e l cliente es algo enorme, que
amenaza, que tiene una espada que empuña e l Estado y esa figura terrible
que es e l juez. Sí, terrible en ese momento porque de eso depende que é l
deje de sufrir o que siga sufriendo. El cliente está en manos de todo eso
que para é l se personifica en e l abogado. Y é l no puede, en esa situación
quedar mal con e l abogado, sino que quiere que le sea propicio. En ese
momento de desprotección, no se le cruza por la cabeza que e l abogado
está trabajando para él, que así como lo contrató puede dejar sin efecto
e l contrato, que en ese contrato al ser é l e l que paga tiene una posición
en gran medida dominante en e l vínculo: é l es e l que compra y puede
Practica profesional del abogado de familia
A veces llegan consultantes con litigios en los que cambió varias veces
de abogado. No me refiero al que consulta porque no está satisfecho
con su abogado actual, sino al que ya cambió varias veces de abogado.
En estos casos sugiero que tengamos las siguientes actitudes: una, saber
que los problemas que tiene con los abogados son más del cliente que
de los colegas y que podemos sospechar que no logró cambiar el cuento
infantil con que llegó a la primera consulta, por la novela. Otra, saber
que lo más probable es que nosotros entremos también en la lista de
abogados prescindibles, aunque hayamos puesto mucho más empeño de
lo que habitualmente necesitamos para otros casos con una problemática
jurídica semejante, tanto en labor judicial, negociación como
contención, reproches y disconformidades del cliente. Tres: ir cobrando
honorarios a medida que desempeñamos nuestra labor, que deberán ser
proporcionales a la mayor labor que este cliente requiere. Cuarta, que
es posible que haga comentarios desfavorables de nuestra labor y aun de
nuestra honestidad.
2) Licitadores.
Pero están los clientes que licitan para ver quien le cobra menos y uno
se entera porque suelen comentarlo directa o indirectamente. En estos
casos sugiero que uno no resigne honorarios para que quede e l caso.
Esto no significa que uno no adecue sus honorarios a las posibilidades del
cliente, tanto en e l monto como en la forma de pago.
El licitador que pretende pagar lo menos posible nos muestra una faceta
que tiene que ver con su crisis familiar. Ésta tiene relación con su manejo
del dinero y aflorará cuando tomemos e l asunto, en caso de que nos
lo deje. Esta dificultad inicial en su actitud en la elección de abogado
será una dificultad que tendremos no sólo en la relación del cliente con
nosotros, sino con la otra parte.
LA FAMILIA Y LA LEY
Sabemos que el ser humano pertenece al reino animal. Como tal, padece
instintos que le imponen una tendencia a reproducirse mediante el acople
sexual. Los hijos provienen de la hembra, en cuya conformación orgánica
encuentran su alimento y el instinto de protección que les permitirá
sobrevivir hasta valerse por sí mismos.
Hasta aquí no hay mucha diferencia entre los humanos y los perros, los
gatos, los tigres. Pertenecemos a la naturaleza y nunca nos podremos
emancipar de ella. Pero hay ciertos aspectos que no nos lo provee la
naturaleza. Estos aspectos son los que nos convierten en animales
humanos, o bien en animales racionales -zoon politikon-. La combinación
entre ese substrato natural con otro aspecto que pertenece a nuestra
estirpe y constituye nuestra diferencia especifica: humanos, racionales,
politikones. Este segundo elemento agregado a nuestra condición animal,
consiste en que nuestros instintos no solo se adecuan a Las situaciones
naturales que lo conforman, sino a una adquirida, agregada, que los
modifica.
Por imperio de ella el macho no puede luchar contra su padre por poseer
a su madre.
¿Qué pasó?
Es cierto, pero ser madre y ama de casa lo delega cuando trabaja afuera
o tiene que ir al médico. Administra la función materna a través de
delegados, como es e l personal doméstico. Hay tareas femeninas que
siempre se hacían, pero que ahora se delegan, como en e l ejemplo
que vemos, e l lavadero, la rotisena, la confección de ropas y un largo
etcétera. Todo se va aggiornando hacia una mujer que tiene que delegar
en gran medida quehaceres que antiguamente eran exclusivos de las amas
de casa, todo ello para poder desempeñar un rol en la sociedad que antes
le estaba vedado. Esto le permite que si e l hombre la maltrata puede
divorciarse. Por eso hoy en día hay situaciones de violencia familiar que
la mujer no tolera. Antes e l débito conyugal era una obligación. Hoy es
considerado violación aun estando casados.
Antes la mujer era sujeto de derecho pero bajo la tutela del marido, es
decir, incapaz de ejercerlos por sí misma. Ahora ya no necesita la tutela
del marido. Ella se puede divorciar y autoabastecerse.
podna ser como una situación pareja. Pero no es pareja porque subsiste
La ideología anterior, que es machista. S i ella gana más que él, a éL suele
hacerle mal. Aella también. Si é l deja de trabajar, al principio puede estar
todo bien. Pero después é l se deprime, ella lo comienza a desvalorizar,
Le sugiere al principio tareas que hacía ella o e l servicio doméstico, que
quizás tienen que despedir por La disminución de ingresos. Él deja de
cumplir e l rol que cumplía su padre y su abuelo. En estas situaciones la
modernidad suele caerse en pedazos.
Digamos que es tan sólo un factor. Es uno de los motivos que incide en las
crisis en los matrimonios. Más allá de los pactos que se hagan durante e l
Practica profesional del abogado de familia
período de la pasión inicial. La crisis viene cuando ella gana más que éI
y entonces "le pasa" a pesar de los pactos y promesas, que "no banca"
a un mantenido.
Este también es otro factor que incide en e l divorcio. Pero no tiene que
ver con e l dinero. Sí es una consecuencia de que la mujer sale a trabajar
y cuando vuelve tiene que hacer y é l en cambio distraerse, descansar.
Este nuevo paso es hacer una negociación, donde hay que poder escuchar
a la otra parte, o su abogado. El dinero suele aparecer en primer término.
Es un tema central en que se manifiesta la pervivencia de la organización
machista del vínculo de la pareja. Esto hace estallar todos los pactos y
promesas igualitarias que se habían hecho a los comienzos, aunque ella
era entonces dueña de una empresa y é l un profesor de secundaria.
La mujer que no tenía carácter sumiso se las veía mal. Era mal vista por
la familia y las mujeres. El consejo de las madres, siempre era "nena vos
sabes cómo son los hombres, hay veces que hay que satisfacerlos, aunque
uno no tenga ganas". Hoy eso no se admite en las clases medias de las
grandes ciudades. En los pueblos chicos es diferente.
Es cierto que hay roles invertidos, donde la tiranía la ejerce la mujer y que
aun llega a golpear a l varón, a reclamarle la totalidad del sobre del sueldo
y le tira unos pesos para sus viajes y algún mínimo vicio. Hay hombres
golpeados que suelen no reconocerlo por vergüenza. Y la vergüenza es
porque si alguien pega o grita, es e l hombre. Eso es e l machismo residual
que seguramente va a durar mucho tiempo. Pero e l golpe al hombre no lo
mata; al revés sí. Además, la violencia mayoritariamente es del macho a
Osvaldo Ortemberg
La hembra. Por eso hoy tenemos leyes que facilitan a la mujer -aunque al
hombre también, pero es bastante restringido- excluir al varón violento
del hogar sin aportar pruebas sino un discurso verosímil o exhibiendo
lesiones y estados emocionales alterados. Es decir, no aporta pruebas
de que e l que le causó eso haya sido quien ella denuncia. En esto hay
una inversión de la presunción de inocencia, justificada en e l intento de
frenar e l femicidio.
Antes era prácticamente imposible excluir al violento, porque se exigía
no sólo la prueba de la lesión o la grave alteración emocional, sino que
la misma fuera imputable a quien se quena excluir. Era imposible probar
este último aspecto, ya que la violencia solía darse dentro de la casa, sin
testigos.
Diferente es que el hijo no quiera ver al padre o madre. Hace treinta años
un juez hubiera obligado al hijo a ese contacto. Hoy se tiene en cuenta
si el chico se opone. En este caso no se lo obliga. Sí obliga, en cambio, a
hacer un tratamiento para revincularlos, que en general fracasa.
Tenemos, entonces, que donde había una sola voluntad, la del pater
familias que mantuvo su vigencia en la familia llamada patriarcal, hoy
deben coexistir varias voluntades, la de la esposa, e l marido, y los hijos
a medida que crecen.
Los intereses que cada individuo puede exigir que le sean reconocidos
o satisfechos en e l contexto de su familia, no solo están vinculados con
los otros integrantes cuyos interesas también son contemplados, sino que
su propia subjetividad está integrada por esa relación de intereses. El
ejemplo más claro es e l derecho del niño a mantearse en contacto con
sus progenitores, digamos, e l derecho de comunicación pensado desde
e l niño. Este interés hoy está jurídicamente protegido con preferencia
incluso a los que puedan colisionar con e l de sus progenitores. La
realización, privación o perturbación de ese derecho tendrá efectos en
su personalidad, que será diferente según haya sido tratado y asistido
durante su infancia.
privilegiar unos aspectos sobre otros, para que ponga acentos donde e l
hecho o sentimiento aparece como al pasar, oculto en una voz baja o en
una simple acotación "sin importancia".
Es como cuando un cliente nos dice: "yo lo que quiero es l o mejor para mis
hijos". Esto mismo es lo que puede pretender la parte contraria. Es decir
que debemos darle un contenido que especifique eso abstracto al caso
concreto. Así, para ella ese contenido puede ser que vayan a un colegio
privado, y nos daría argumentos que serían perfectamente atendibles,
como ser: no padecen huelgas de los docentes, se relacionan con niños
de cierta clase social que luego le permitirán mejores oportunidades
laborales y aun matrimonios que tengan buena posición económica. Para
él, en cambio, puede ser que e l contenido sea que vayan a colegios del
estado que, aunque padezcan huelgas y las perturbaciones de tener que
resolver e l problema de qué hacer con los niños cuando hay paros, les
permitirá tener compañeros de todas las clases sociales y comprender la
realidad en que viven.
Cuando ella acepta que por la pérdida de sus ingresos los hijos vayan a
un colegio público, nuestra táctica era la negociación. En cambio, si ella
insiste por "él tiene que pagarlo", la táctica sería demostrar esos ingresos
que é l oculta y la vía sería, posiblemente, exclusivamente judicial, donde
se requeriría oficios a la AFIP, a la empresa donde trabaja, a testigos
para acreditar su nivel de vida que no condice con e l de sus ingresos
"blancos", a pericias contables, a la aduana para que informe los viajes
al exterior que hizo en los últimos dos años y un largo etc.
El cliente quiere que se resuelva lo antes posible y por la vía más directa
lo que para él es el nudo gordiano de su drama que si se puede cortar de
un solo tajo, se sentirá liberado y podrá recuperar o lograr su felicidad.
El cliente se encuentra como una ley jurídica que sostiene la misma moral
que padece é l inconscientemente, ya que, si bien nuestra legislación
permite e l divorcio, esta estuvo en contra del mismo desde siempre,
aun en las mismas normas que lo concedía. Y si bien la ley establece e l
divorcio objetivo, la base histórica de la ley- e l valor que sostenía- era
que si había divorcio era por culpa de alguno o de ambos cónyuges. Así,
la misma ley de la que e l cliente debe valerse para poder divorciarse,
le potencia su sentimiento de culpabilidad. Y que e l Código actual haya
modificado esta concepción, la misma permanecerá inconscientemente
durante bastante tiempo.
Afrontar e l conflicto por parte del cliente es que pueda hablar con
e l abogado, sin atarse de manera estricta a l libreto que pudo haber
construido acerca de la monstruosidad del otro o la propia, es decir, del
culpable del divorcio.
La tendencia general.
Los tiempos subjetivos son una construcción que permite una base real-
sostenida en La subjetividad de cliente para que La pueda soportar- a La
negociación, mediación o La medida jurídica que se va a tomar.
Osvaldo Ortemberg
Es e l cliente quien puede dar las pautas del camino que e l abogado
puede sugerirle que realice. Tiene entonces un rol protagónico, aunque
e l que puede llevar la luz de la senda a recorrer sea e l abogado. La senda
depende de la subjetividad del cliente. El abogado le ayuda a producirla
y recorrerla.
En tales casos la crisis con la que llega la clienta no ha podido ser superada
para llegar a elaborar e l vínculo conflictivo, por lo cual la emergencia -
emocional-mantiene durante todo ese tiempo un lugar de predominancia.
Una persona puede llegar a esta situación por una falencia psicológica,
como una fuerte neurosis que ante una situación dada que en si no tiene
una gravedad excepcional y aún ninguna en absoluto para una persona
corriente, la lleva a un estado de crisis, que se suele denominar brote.
En tales casos la dificultad con la realidad está determinada por las
condiciones subjetivas. Es poco lo que puede hacer e l abogado para
contenerla y ayudarla. Pero no l e suele resultar sencillo llegar a la
conclusión de que e l padecimiento familiar de la clienta o e l cliente está
más determinado por su patología que por las condiciones de los vínculos
familiares de los que forma parte.
También una persona puede llegar a esta situación por una grave
modificación de la realidad por la cual, por su singular modalidad
psicológica, no está en condiciones de afrontar y resulta desbordada.
Tales situaciones pueden ser de diversa índole: una crisis económica que
la deja sin trabajo, la muerte de un ser querido, e l divorcio mismo que
debe afrontar, e l ser privada de alimentos y tener hijos a su cargo, etc.
Es decir que aun para e l abordaje del aspecto critico del planteo, tiene
que contarse con e l cliente para llegar a afrontarlo. Su resolución
apresurada, suele conducir a situaciones contraproducentes, aunque
logre una modificación transitoria del estado afectivo del consultante.
Por e l contrario, si se logra reflexionar algunos aspectos del conflicto que
la crisis oculta, puede conseguirse que e l cliente se "atreva" a afrontar
e l conflicto que tiene con la otra parte.
Se trataba de una joven señora, que estaba casada hacia cinco años. Vino
a consultar porque queria divorciarse y la principal preocupación que
manifestaba, era respecto de un departamento que habían comprado los
dos y que temía perder por e l divorcio.
Ella comienza a hablar de él, de cómo era y cómo había sido la relación que
tenían antes de la pérdida de su madre y después. Me comenta que desde
que su madre había enfermado había comenzado a hacer psicoterapia.
c) Culpa y causa
¿Cuál es la diferencia?
Practica profesional del abogado de familia
Kelsen nos diría que la noción de causa tiene que ver con el vínculo
necesario de las leyes naturales: que el agua hierva a cien grados
centígrados tiene una precisión que nunca podemos encontrar cuando en
el vínculo causal uno de los componentes del mismo es la intencionalidad
humana. Es decir, el nexo causal está concebido de manera universal,
no tiene excepciones, el agua siempre hierve cuando se le somete a un
grado determinado de calor. En cambio, la relación de la intención con
el acto y el daño, varía no solo de un individuo a otro, sino en el mismo
individuo, segun el momento, el estado de ánimo, etc.
d) La culpa
Sin embargo, del mismo modo que los actuales avances en las
investigaciones, han llevado a considerar que n i e l lenguaje es algo
natural, sino una adquisición que le aconteció a nuestra especie,
habremos de considerar que este sentimiento, como todos los de orden
humano, son adquisiciones que nos acontecieron.
Pero por este camino no Logramos una respuesta a l planteo que hicimos,
de que es algo adquirido, porque por la vía que abordamos llegamos a
remontarnos a pasados tan lejanos que pueden llegar más allá de nuestra
civilización.
Esto permite pensar que además de una experiencia familiar que nos
conforma e l sentimiento de culpa tuvo que haber habido una experiencia
social en la cual dicho sentimiento debió haber sido generado de tal
modo que hoy pueda abarcar a todas las familias que se lo transmiten a
sus hijos, como nos pasó a usted y a mí.
El resultado de todo ello fue la derrota y pérdida de los que ese dios les
había deparado: e l territorio. Y para los que fueron a Babilonia, bien
merecido lo tenían porque e l pueblo entero era culpable.
Sin embargo, a este hecho social podemos agregar que esta modalidad
afectiva fue recogida por un libro que ha sido trascendente en nuestra
civilización, ya que fue consagrado como lectura obligatoria durante
e l milenio medieval europeo. En é l tenemos consagrada la estructura
afectiva del sentimiento de culpa como estructural a la humanidad. En
la Biblia, cuyos modelos escritos como historias y ejemplos, se fueron
conformando decenas de generaciones que abarcaron primero e l pueblo
del libro, luego naciones y finalmente, en nuestros días, al mundo
capitalista. El mismo mito de los orígenes contempla la estructura de
la culpa como e l sentimiento prototipito de la relación con dios, ya que
e l mandato de este es infringido por e l impulso - la tentación- a la que
dicho mandato ponía freno, y la consecuencia es la sanción, esto es, la
expulsión del paraíso. Para ser completado por aquel que entrega su vida
para liberarnos de nuestra culpa, esto es, por nuestra culpa que, en su
gesto de morir por nosotros, se renueva y potencia ante él.
f) La prohibición
Quien actúa movido por la culpa tiende a reparar un daño que se atribuye,
en una medida que no tiene una adecuada proporción con e l daño que
intenta reparar. En la reparación da más de lo que se l e puede llegar
a reclamar. Esa misma persona, actuando sin culpa, repararía en una
proporción adecuada al perjuicio que se atribuye.
Una persona actúa con culpa pudiendo hacerlo sin culpa, por alguna
modalidad singular en su conformación afectiva. Presumimos que ello
obedece al modo de serle transmitida la Ley.
g) Falla en la sirnbolización
Si comparamos a una persona que actúa con culpa con otra que actúa con
responsabilidad, vemos que e l primero tiene una actitud compulsiva cuya
satisfacción consiste en un alivio. La satisfacción de la segunda reconoce
que e l cambio del resultado beneficioso de su acto proviene del afuera.
Vemos así que la satisfacción del primero es egoísta: liberarse de una
carga, la del segundo se mueve en un terreno que podemos llamar de
libertad, en tanto da cancelando una deuda.
Quien actúa con culpa convive con una potencia afectiva contraria a
aquella que se desea rechazar.
Tanto el individuo que actúa con responsabilidad como e l que lo hace con
culpa ante una situación similar, como por ejemplo pasarles alimentos a
sus hijos, o repartir los bienes de la sociedad conyugal, han incorporado
la ley en un proceso de hominización. Esto significa que en ambos casos
han debido reprimir sus impulsos eróticos hacia aquellos seres más
amados, si es varón, la madre, las hermanas y las hijas, como también su
impulso hostil hacia aquellos seres con los cuales entra en rivalidad por la
posesión erótica de tales seres amados, como son el padre, los hermanos
y los hijos.
Puede acontecer que la represión haya sido tan enérgica que produzca
una inhibición en las tendencias mismas, en cuyo caso no puede encontrar
satisfacción en vínculos con otras personas y se vuelva ensimismada,
retraída, solitaria. En estos casos es posible que sea proclive a manifestar
sus afectos con estallidos, con irrupciones que pueden ser inoportunas,
violentas, autodestructivas.
Como nuestro tema son los conflictos de familia cuyas crisis generan
divorcios, herencias difíciles, disoluciones y guerras societarias,
habremos de tomar tales conflictos para acotar a ellos e l campo del
sentimiento de culpabilidad. Pero antes veremos la universalización de
dicho sentimiento.
¿Peroculpable de qué?
Este sentimiento habna sido tan poderoso como la opresión que cada
comunidad sentía ante las exacciones que e l imperio les imponía.
j) El amor y la culpa
Y e l pago más fácil en nuestros días, y más útil para quien cobra, es
e l dinero. Después que hagan lo que quieran, mientras paguen. O bien
hagan lo que quieran, para que la propia conciencia de culpa les compela
a pagar.
Esta regulación judeocristiana del odio y del amor sexual, son producto
de nuestro tiempo y por ello mutables. Es por ello que los órdenes que
sostienen este sometimiento, tanto morales, jurídicos como religiosas,
invocan que son naturales-y no sociables- y por ello eternos.
Junto con esos mandatos la condición humana tiene otra dimensión que
le puede llegar a permitir recorrer otros derroteros que los ya marcados.
Concretamente que puede cambiar de ideología. Este cambio es una
aventura maravillosa y ciertamente temida. Difícil, muy difícil y aun
excepcional, pero posible. No depende tanto de la voluntad y decisión de
la parte a la que le ocurre, sino a determinaciones que van más allá de
la conciencia del individuo y de la coyuntura que atraviesa. El abogado
puede facilitar que esto acontezca en su cliente, aceptando con una
escucha que prescinda de las propias opiniones y mandatos, para que en e l
consultante puedan afluir horizontes y proyectos que expresen proyectos
que aún no fueron experimentados en su vida y la de sus ancestros.
Ello aunque todo quede en e l silencio de las paredes y aun en las propias
paredes interiores del alma de cada uno, es decir, en los lugares en los
que uno es ajeno de sí mismo, como la censura interior le llevo a asimilar
por la permanente costumbre de irla padeciendo.
épocas. Tiempos en que la mujer y los niños eran patrimonio del varón,
que era quién, por ello, debía administrar y disponer del patrimonio de
su grupo familiar, fuera quien fuese su titular, ya que é l era la garantía
de permanencia del mismo: e l Único y omnipudiente proveedor de lo
necesario para que todos pudieran vivir.
Hoy, con ambos sexos con capacidad de sostener su propia vida, reflejado
en la igualdad de los derechos que tienen la mujer y e l varón, este
principio se erige en un prejuicio por lo cual es más sencillo señalar sus
supuestos falsos.
Dos, porque junto con e l amor y mezclado con éste existen otros afectos
contrarios o diferentes a éste, como e l odio, la envidia, los celos.
Todo cambio es aquí un trauma, cada hijo que se casa es un nido que fue
arrasado por un vendaval de angustias e inseguridades, un morir por con
esa ausencia.
Que cada cual tenga su mundo, tiene una gran riqueza, es que ambos
ejerzan una libertad inmensa y realicen sus inclinaciones, pero conlleva
e l gran riesgo que estos mundos de cada uno resulten incompatibles.
Practica profesional del abogado de familia
No sólo a cada hijo se lo quiere diferente, sino que se tienen con los
mismos todos los sentimientos que portamos, también e l odio y la
envidia, aunque nos sintamos capaces de dar la vida por ellos. Y esto se
agudiza en nuestros días en que la libertad tiene tanta fama y publicidad
que e l precio de nuestra libertad sacrificado en e l Molok de la crianza,
se torna una carga, un estigma que nos culpabiliza hasta e l punto del
arrepentimiento y la angustia. Por eso también surgieron los derechos
de los niños, no sólo porque a l capitalismo l e convenía transformarlos en
consumidores autónomos -quizás esta haya sido la fuerza más importante
- sino porque varió e l imperativo externo donde La mujer que era sólo
madre -también del marido, aunque con e l débito de ciertos favores que
con la madre real no-. Y ahora la mujeres una persona igual que e l marido.
Entonces quiere hacer lo que siempre -desde e l imperio monoteísta- l e
estuvo vedado: ir a l mundo a tomar lo que le apetece y cambiar en éste
lo que sus deseos e imaginación generan.
Ahí los hijos son, entonces, una carga que, por la permanencia de los
antiguos mandatos -que aun mueven sus hilos inconscientes- viene
la culpa: "soy una mala madre", "estoy demasiado tiempo afuera",
"abandono a m i familia", "no acompaño adecuadamente a m i pareja".
También aparece en las quejas: "él nunca está cuando lo necesito", "no
se hace cargo de nada", "no acepta que en mi especialidad tengo que
trabajar con varones", "es un irresponsable con la plata". Es decir, e l
universo de la culpa invade todos los rincones de los vínculos. Los hijos,
que tantos problemas acarrean, le generan actitudes de sobreprotección,
perjudiciales para todos: "puede ser vago...p ero es tan inteligente..."
Tan rígidas maneras son e l pacto aceptado con los ancestros. El legado
principal de la moral y e l bien vivir, que e l sentimiento de culpabilidad
custodia en cada uno.
Cuando la joven pareja intenta a dar los propios pasos, aflora lo ancestral
que reprocha las creencias que tenían respecto de esos mismos pasos
antes de darlos. Hay un destiempo entre aquellas marcas interiores que
padecían, aunque creían que tenían superadas, y los tiempos actuales que
le plantean otras fuentes de hábitos y modelos de relación. El enemigo
Osvaldo Ortemberg
principal ante lo nuevo, la culpa, muestra aquí sus garras y su nido está
en uno mismo.
Estos no son, como muchos suelen sostener, funciones naturales, por ello
los llamamos personajes, ya que es e l mundo social e l que establece los
modos de ser de cada uno, aunque se sostenga en la función natural de
La crianza.
Con tantas ilusiones y tanta culpa acechante, la joven pareja no sabe otro
modo de ser padres de sus hijos, porque el único modelo que conocen es
el de madre criadora y padre proveedor.
Es decir que, para ser padre, debe hacer de madre, y cuando el caos y
el extremo desorden del hogar exige un cambio, acontece e l abandono,
la crisis angustiosa, o la violencia. Resurge entonces, como estallido, el
modelo patriarcal, del que manda y todos se someten porque, a diferencia
del actual, le reconocían ese lugar imperativo.
Osvaldo Ortemberg
Él no puede percibir los lazos afectivos que va generando con sus hijos,
que tocan los rincones del incesto como cosa natural e inevitable. El
enamoramiento hacia las hijas como condición de que estas pueden
crecer como mujeres lo exterioriza como enojo y excesos de amparo
y protección, donde la culpa le escupe una ceguera que desgarra. Las
hijas, en cambio, perciben e l amor que ellas le tienen y saben que está
en los registros que la prohibición proscribe, pero pueden percibirlos
sin culpa, aunque a veces con rencor. La rivalidad con sus hijos le lleva
a alianzas y confrontaciones, a veces resueltas a los golpes, donde e l
amor y e l odio no disimulan su presencia y le impone un paso adelante
y otro atrás, como un perfecto neurótico guiado por su sentimiento
ambivalente. Sentimiento que habrá de transmitir, aunque no quiera,
aunque lo mande a los mejores colegios, aunque le haga los obsequios
más costosos que despierte e l celo de sus hijas. La culpa con e l hijo y la
hija son constelaciones diferentes.
La madre se enamora de sus hijos y rivaliza con sus hijas, como si fuera
sin conflicto, pero éste se desplaza en toda distracción de sus tareas. El
trabajo, e l deseo de otra cosa, se disfraza con frecuencia de insatisfacción
con su pareja. El conflicto es por e l desvió de esa exclusividad, la de ser
madre, y la culpa l e suele llevar a ver perturbada ambas tareas: la casa
y e l trabajo.
¿Por qué e l abogado viene siendo tan ajeno a esa trama afectiva familiar
que cada caso conlleva, hasta e l punto que los propios clientes suelen
considerar como inhumana su manera de pensar?
Una característica frecuente en los casos de familia es, como vimos, que
una de las partes demonice a la otra.
Con la muerte del ser querido, estos impulsos hostiles encuentran una
satisfacción y contra ellos se levantan los propios impulsos amorosos
dando como resultante la culpa.
La familia existe porque somos mortales. Adán y Eva recién fueron familia
al ser expulsados del paraíso. Antes no era necesario que fueran mortales,
y de hecho no lo eran. La raíz inmortal del mito originario se recupera
a través de la familia, jcómo?, mediante la procreación de individuos.
Hay procreación porque vamos a morir, pero con la procreación habrá de
pervivir nuestra especie por un tiempo que no sabemos cuál es su límite.
Ello recrea una potencial inmortalidad, aunque más no sea respecto de
una duda sobre e l tiempo de duración de nuestra especie.
Ambos encarnan e l bien y e l mal de acuerdo con una época -la época en
que yo era niño-. Le falta de amor de Luthor no le impedina en nuestros
días, con una moral superficialmente diferente, mantener una relación
sexual, pero sería con ciertas dosis de sadismo, o con una mala mujer,
como él, que, aunque muy inteligente era un mal hombre. Superman
tenía un amor tímido con Luisa Duncan porque estaba excluido de tener
con ella relaciones sexuales, ya que en esa época los solteros no podían
hacerlo -"NO FORNICARÁS"-. Uno era todo e l mal y otro todo e l bien. Y la
categorización que de ellos se hace, impide que se puedan mezclar, como
ser que la inteligencia de Luthor permita descubrir un virus que cure a
los humanos, aunque Luthor lo haga por puro egoísmo. Como sí ocurre en
la vida real con un científico que logra un descubrimiento que remedia
una dolencia de la humanidad, cuyo motor, pudo haber sido este anhelo,
pero al mismo tiempo e l de su vanidad de ser reconocido, o e l dinero. Es
decir que hay una satisfacción del amor propio, pero logra un resultado
bueno para otros.
¿Cómo es posible que las personas que tienen estos conflictos, no estén
dispuestas a afrontarlos y prefieran que e l abogado atienda los aspectos
superficiales y ocultadores de su drama?
¿Cómoes posible que prefieran, de este modo, sufrir por las consecuencias
permanentes de un conflicto no resuelto huyendo de é l y aumentar su
padecimiento? ¿Les pasará lo que a Edipo?
Pero esto ocurre tan solo con algunas personas. En la mayona, si bien
disminuye la energía de sus pasiones hostiles por la incomprensión de
sus causas -la historia del conflicto-, su visión sigue siendo la misma y
también la versión que dan de esos hechos, que nunca dejan de evocar. En
otros casos, parece haber acontecido una comprensión, que es sólo eso,
una apariencia, ya que la versión de los hechos suele sufrir una inversión
casi absoluta. En lugar de culpar a la otra parte, se culpan a sí mismos,
mostrando un arrepentimiento con tal intensidad que consideramos que
se trata de la misma energía hostil que, en lugar de dirigirla hacia afuera,
e l o la cónyuge, la dirigen contra sí mismos. Semejante a muchos santos
consagrados por la Iglesia, que, de una juventud disoluta, como Francisco
de Asís, que pasa a ser lo contrario en su adultez y fundar una orden
desposeída y mendicante.
Son tres situaciones diferentes, pero sólo en La primera vemos que hubo
un cambio en e l sujeto.
La segunda situación llevó a una eternización del drama, que ahora está
investido de un carácter automático y en alto grado desafectivizado. Hay
un reproche al otro, pero es nominal, como si se repitiera una historia
que es ajena. Se mantuvo la estructura, pero hubo una retracción
afectiva. Hasta e l punto que no siente ni odio ni amor por la otra
parte. Pero no hubo olvido, más bien una fijación en una escena que
ha quedado enclavada en e l recuerdo. El resultado es que no se puede
pensar en ésta situación de otro modo. Impide la experiencia, si por ella
entendemos poder comprender hay que poder pensarla, y e l pensamiento
no puede prescindir, cuando se trata de nuestra experiencia, de nuestros
sentimientos. Aquí no hubo aprendizaje.
Esto que vemos en los clientes, o bien en quienes sufren una crisis
familiar, tiene su paralelismo en los mismos abogados que los atendemos.
Gran parte de Los abogados que no atienden casos de familia, pasaron por
La experiencia de haber atendido algunos y luego desistieron de continuar
haciéndolo. Optaron por otros tipos de asuntos que pudieron haberles
llevado a ser especialistas de otros campos del derecho, o bien a atender
todo tipo de asuntos, salvo algunas ramas, entre las cuales están Los casos
de familia.
Hay en esta actitud algo que reconocen y también algo que desconocen.
Reconocen que los casos de familia tienen una complejidad que los
diferencian de los otros tipos de casos, pero huyen a esa singularidad que
estos asuntos tienen.
En los casos que nos son de familia se toma la manifestación en que suele
expresarse e l cliente, sin tomar en cuenta que siempre hay otra historia,
la del conflicto. La manera de reflexionar del abogado es sutilizar los
componentes manifiestos. Este es su modo de profundizar, para lo cual
utiliza la razón. En cambio, en e l caso de familia, e l modo de reflexionarlo
debe llegar a la lógica de la pasión, a partir del discurso que proviene del
cliente. Se aparta de los casos de familia porque reconoce que e l campo
de la razón es desbordado. Entonces considera que e l caso es inabordable
pero no es así, simplemente es limitado e l instrumento que utiliza y no
se atreve o no puede llegar a ver más allá. Ese más allá está dentro de
si mismo, en cuanto también a é l le ocurre, como hemos visto, estar
atravesando por las pasiones que ahora, se despliegan ante sus oídos y
sus ojos.
Este rechazo del abogado ante cualquier asunto que sea de familia, es al
mismo tiempo una huida de ese mundo propio que mantiene reprimido y
que l e suele resultar hostil y temido. Esa es la parte de sí que no quiere
escuchar.
Hubo en los abogados que llevan casos de familia una acumulación de una
práctica, pero no se modificó su subjetividad como para comprender, o
Osvaldo Ortemberg
Hay otros abogados que, en cambio, toman casos de familia y aun llegan a
especializarse en ellos, pero en la manera de conducirlos no considera e l
conflicto en sus niveles profundos, sino que suelen quedarse en los modos
estereotipados en que la ley y e l mismo cliente los consideran. Es decir, en
e l modo en que se manifiesta la crisis de tales conflictos. Llevan adelante
las acciones contra la otra parte, adoptando la concepción demoníaca con
que la ley caracteriza e l incumplimiento de Las obligaciones familiares.
Pretenden que estos casos hay que resolverlos mediante la imposición de
sanciones a la parte que no cumple. En fin, se llegan a erigir en verdaderos
verdugos de una de las partes, contribuyendo con mucha frecuencia, a la
desdicha de su cliente y del conjunto familiar. Como elefante en un bazar
ingresa a un campo en que, si no se contempla la naturaleza afectiva y
recíprocamente dependiente de los conflictos, se arrastra al cliente a
situaciones de pérdidas irreparables y desgarramientos permanentes. Si
la lucha está concebida como e l triunfo del bien y la verdad, contra e l mal
y la mentira, es un enfrentamiento a muerte contra e l otro o la otra. Es
un combate aberrante en cuanto se busca la venganza, asesorando de un
modo hipermoralista, sea del signo machista, feminista o fundamentalista
de la moral.
drama.
¿Porqueocurre esto?
Vimos también que hay dos niveles de aquello que podemos considerar
como prohibido. Uno es e l que corresponde a la dimensión de la Ley,
que es esencial por ser la que nos lanza desde nuestra condición animal
a nuestra dimensión humana. Otro es e l que corresponde a la manera
concreta en que en e l cliente se da esa prohibición, y que tiene que ver
con su historia familiar y su clase social a la que pertenece e l individuo.
Este otro nivel es coyuntural, corresponde a un tiempo determinado y
por ello es perecedero, ya que está destinado a cambiar ante un cambio
de ese especifico modo social y familiar en que aconteció la referida
prohibición.
Como la Ley está antes de que los instintos estén maduros como para poder
satisfacerse en un objeto que busquen encontrar. De ese modo, cuando
lleguen a esa madurez, ya la marca de la Ley habrá hecho un trabajo en
e l proceso de maduración instintual. Y este trabajo se manifiesta en un
segundo momento de ese recorrido.
Los instintos operan separados, pero actúan uno sobre otro. Con e l
impulso hacia e l objeto del instinto erótico llega, por la vía del deseo
que tiene ese objeto, la presencia del tercero que lo prohíbe y con e l cual
Osvaldo Ortemberg
este evoca algo que lleva en sus entrañas y que insiste en tornarse actual.
La ternura sufre un permanente desencuentro con e l objeto genital.
Son dos los modos en que se hace la transición de una a otra (u otras)
generaciones: en vida de la generación anterior o después de fallecida.
.-
1 Que unos hayan trabajado con la generación anterior y otros no.
2.- Que los que no trabajaron quieran ingresar a la empresa sin tener
vocación sino tan sólo por considerarse con derecho a hacerlo.
3.- El rechazo de la generación que se retira a delegar a la generación
siguiente algunas de las tareas que vino haciendo.
4.- Las rivalidades entre los miembros de las nuevas generaciones por las
preferencias afectivas- reales o imaginarias- respecto del fundador, que
se manifiesta en asignaciones de funciones en la empresa o retribuciones
y regalos que son vistos como "preferencias" y no como reconocimientos
de aptitudes o necesidades.
Practica profesional del abogado de familia
b) El desafío de la sucesión
Tenemos con ello dos componentes: por un lado, que los sucesores deben
mantener una relación con la empresa que requiere una vinculación
entre ellos. Por otro, que sin solución de continuidad la empresa debe
seguir funcionando.
Estas desconfianzas tienen una base real y es que los que vienen
trabajando suelen sentirse los "verdaderos" dueños de la empresa. En
Osvaldo Ortemberg
En todos los casos, ante e l heredero que se retira, como los importes que
pretenden los que se quedan, se tendrá en cuenta un aspecto técnico
que e l abogado no maneja y quizás tampoco los herederos: que estos
reclamos permitan la continuación de la empresa. Para ello, no se puede
sortear la evaluación de los herederos apartándolos, en lo posible de lo
que puede ser su necesidad individual y, con frecuencia, la palabra de
algún amigo experimentado en esto. Este aporte puede tener la misma o
mejor orientación que los expertos que se puedan contratar.
Los que se incorporan suelen hacerlo con la fantasía de "hacer lo que hace
e l fundador". Pero sus experiencias en la empresa son las de desarrollar
tareas concretas que van marcando su experiencia y exhibiendo sus
capacidades. Este desempeño es lo que va mostrando al fundador para
que es Ú t i l cada uno.
Esta visión del fundador suele no coincidir con las de sus sucesores. Los
sucesores de la generación más joven, no poseen la experiencia aquilatada
por la mayor y e l haber "probado" que es un empresario con dones de
mando y conducción por e l sólo hecho de que la empresa funciona y
continúa.
El fundador tendría que tener una habilidad para poner, con caricias y
palabras a "cada uno en su lugar" en los hechos. Para ello hace falta
mucha prudencia y paciencia y, a veces, estar dispuesto a tener un rinde
menor en los negocios para "mostrar" a algunos de sus herederos, qué
lugar le conviene y cuál no.
Hay que tener en cuenta que los hijos no son "como debieran" ser, es
Osvaldo Ortemberg
Es más arduo todavía cuando entre los sucesores no surge alguien con
facultades de mando. En tal caso la opción es más dura: entre ver la
posibilidad de que alguno de sus colaboradores que no heredan o un
contratado externo la tenga y lo encumbre a un nivel de mando dándole,
eventualmente, parte de las acciones o su equivalente y delegado
funciones en éste, mientras e l fundador desempeña su actividad.
Sobre esta característica surge otro aspecto central y que nos acerca a los
temas de este apartado: debe delegar en los terceros con cuyo trabajo
debe contar para desarrollar y sostener la empresa. Como hablamos de
empresa familiar, muchos o todos estos terceros son sus parientes.
Dos son las formas de delegar, a grandes rasgos, en las personas que se
desempeñan con él: la parte de ejecución de las tareas, reservándose
las ideas que hacen a su proyecto empresario, o delegar, compartir o
explicar sus ideas acerca del proyecto que está realizando.
Los que se reservan todas sus ideas y "consultan con la almohada" generan
una modalidad de empresa donde se cuenta con un "imprescindible". A
su retiro o fallecimiento su vacío produce un "no saber qué hacer" y
una lucha despiadada entre los sucesores por "ocupar su lugar". Es muy
difícil que acepte una planificación sucesoria por lo cual, normalmente,
no recurre a los servicios de un profesional para ello. Salvo, claro, cuando
ya llega a percibirse con una decadencia física o con una enfermedad
final o que lo discapacita.
Como vemos, la tarea del mediador, tiene un que ver más con e l arte
que con la ciencia. Ello sin perjuicio de tener todos los conocimientos
posibles.
La mediación tendrá los tiempos propios de cada caso. Hay conflictos que
duraran 5 encuentros y otros 50. Unos que duraran un mes y otros tres
años. Cada caso es un traje a medida con un molde único. Es conveniente
que cada reunión tenga un horario de comienzo y de fin. Puede terminar
antes, pero es mejor que no termine mucho después. Es indispensable
poder utilizar medios de comunicación alternativos a los encuentros, pero
hay que saber acotarlos. Por ejemplo, es mejor que e l mediador no de
su celular, aunque sí tenga e l de los clientes, por una razón sencilla: con
frecuencia las urgencias del cliente son estados emocionales dolorosos y
aun de angustia que justifican una llamada a las 3 de la madrugada. Es
preferible que e l mediador sepa acotar los límites y que pueda dormir
bien.
Los gerentes y jefes son los que tienen la gestión, pero la estrategia a la
que se deben sujetar es la que determinan los accionistas, que tienen e l
control y la facultad de designarlos y removerlos. Podemos decir entonces
que e l control lo tiene la asamblea de accionista en la que e l directorio
tiene una notable influencia sobre ella. Pero estaríamos equivocados
porque sólo veríamos e l aspecto jurídico del funcionamiento. Detrás
del mismo y valiéndose de la propia regulación jurídica, está e l aspecto
económico del funcionamiento, donde e l control de la empresa suele
tenerlo un grupo titular un porcentaje de acciones que, en la asamblea
tiene la palabra y decisión porque a la asamblea no concurre la gran
cantidad de personas que tiene acciones y que son inversores. Ese pequeño
porcentaje de las accionistas es la que suele dominar las decisiones y
designar al directorio. Por eso, e l control no lo tiene e l "propietario" que
es e l total de los accionistas, sino una pequeña parte de los mismos.
según Las ideas que se Le va ocurriendo en sus encuentros con una prima
Lejana de La que está enamorado.
Una tarea del mediador es poder avizorar Las puntas de ese poder invisible,
de eso que genera La "voluntad" de La empresa. Herederos, cónyuges,
parientes, gerentes y empleados están en La red de involucrados en La
conducción, aun ignorándolo.
Y como antes vimos que, sin conflicto, sin crisis, sin proceso, no hay
comprensión que desentrañe la verdad -o verdades- de aquello en lo que
habremos de operar, debemos abordarlo con idéntico parámetro.
A ello vamos.
1) Introducción
A partir del nuevo código los hijos pueden llevar e l apellido de ella, sea
casada, soltera o viva en unión convivencial. ¿Por qué?
Sabemos que los hijos siempre son de ella - sin perjuicio de la nueva
situación que se plantea respecto al vientre subrogado-.
Por ello los dioses más importantes son masculinos, más aun, todos los
dioses monoteístas son machos. El Dios de las tres religiones monoteístas
dominantes es Jehová. Dios padre, y Alá. Porque si bien la inmortalidad
está en la madre, ella depende del macho para poder alimentar día a
día su inmortalidad con e l amparo del varón, como viene siendo desde
la protohistoria y dura hasta hoy con nuestra conformación afectiva
patriarcal. El macho es e l que impide que arrojen sal sobre sus raíces,
que le quiebren la inmortalidad. Y ese macho llega, a través de la madre,
al hijo y a la hija.
El cuerpo del hijo del padre no es, como en la madre, una raíz de su
cuerpo como lo es en la mujer porque mater certum est ...p ero padre ...
en diferentes épocas fueron dioses del lugar, en otra fueron hermanos,
en otras más fueron sus propios lares familiares ...p ero todo era incierto.
En ella la certeza es y fue desde e l comienzo de los tiempos y no sólo
porque irrumpiera esa raíz de su vientre, sino porque estaba anudada a
sus sentimientos de sí que recaían, como sentimiento de sí en esa raíz.
Todo está en contra de que ella ingrese, de que ella herede, y los lares
serán un custodio emocional de que así sea. Esos dioses son los varones
muertos y es la propia mujer la que mantiene encendido e l fuego y los
transmite con la llama y su leche proteica de sentimientos e ideologías
que habitarán en sus hijos durante e l resto de sus vidas.
VOLVER A ~NDICE
Osvaldo Ortemberg
El nuevo Código admite que e l apellido de los hijos sea e l del padre, la
madre o de ambos, en e l orden que ellos determinen o en e l que sortee
e l responsable del Registro Civil en caso de discordia.
Como si una balanza tendiera a hacer un equilibrio entre los sexos, donde
aquello que se concede conlleva algo que se quita.
La tenencia, ahora "cuidado" puede ser dada al varón, tenga la edad que
tenga e l hijo. En e l Lugar reservado a la madre como exclusivo, ahora
ingresa e l varón.
Veamos:
Son los cambios de la familia los que nos pueden develar los que
ocurrieron en la subjetividad de la mujer, cuyo único destino desde los
orígenes mismos de nuestra humanidad, era e l de estar en una familia a
Osvaldo Ortemberg
Los que estudiamos derecho hemos sido testigos de este veloz proceso
de cambio del lugar social de la mujer. En efecto: en e l históricamente
breve período transcurrido desde la sanción del Código Civil, en 1871
hasta nuestros días, la situación de la mujer casada pasó de ser una
incapaz de hecho, cuyos bienes tanto propios como gananciales debían ser
administrados por su marido, conforme lo establecía e l Código Civil, lo que
se mantuvo con la ley 2393. A partir de modificaciones introducidas con
posterioridad, como la ley 17.71 1 fue adquiriendo derechos respecto de
sus propios bienes y l o que adquiriera durante e l matrimonio, proveniente
de actividad "honesta", manteniendo sin embargo la condición de incapaz
de hecho como situación jurídica básica, hasta que la adhesión por ley
23.179 de la CONVENCIÓNSOBRE LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS
DE DISCRIMINACIÓN DE LA MUJER, incorporada a nuestra Constitución
Nacional de 1994, consagró la igualdad entre la mujer y e l hombre. La
ley 23.515 adecuó las normas del Código Civil a l o establecido por dicha
Convención. No obstante, ello aún quedaba en e l Código artículos a los
que no había llegado la revisión, por inadvertencias del legislador, como
e l art. 1276 en cuyo párrafo segundo establecía que "Si no se puede
establecer el origen de los bienes (...) la administración y disposición
corresponden al marido.. .".
Es decir que, de ser una menor sujeta a la tutela de su marido, pasó a ser
un sujeto con capacidad plena de hecho y de derecho. También respecto
del ejercicio de la Patria Potestad de sus hijos su situación cambió
radicalmente: de no poder ejercerla, por estarle reservada al padre,
pudiendo hacerlo en casos excepcionales que la ley preveía, pasó a tener
e l ejercicio de la misma compartido con e l padre. La mujer casada dejó
de estar obligada a seguir a su marido a dónde éste fijara e l domicilio
conyugal, para ser ambos los que pueden fijarlo.
Nos llenamos la boca y los textos con e l gran cambio que significó e l
capitalismo.
Pero cada vez que ella pidió que la libertad sea también de ellas, los
revolucionarios dijeron: después.
y producción, antes era feudal, antes todavía esclavista. Todo eso era
universo masculino. Cosa de hombres.
¿Ella triunfó?
Ellas lucharon por su dignidad desde siempre, pero nunca pudieron. Las
troyanas lograron un triunfo en un abrir y cerrar de piernas. Pero fue una
vez. Y una vez hubo muchas veces, pero en e l mundo social nada cambió
en que la mujer atrás, reservada y para un macho.
El capitalismo disfrazó sus logros en las luchas de ellas y aun hoy los
promueve.
Pero e l capitalismo no es una persona, es más bien una vasta trama que
todos sostenemos jugando e l juego que nuestro lugar nos exige, ante la
benévola mirada del Dios macho, Jehová, que es e l modelo de todos y
tiene emblemas masculinos, a l que ella adora más que él, porque é l más
bien lo rivaliza por ser Dios Padre. Y e l varón crece en la lucha contra e l
padre o no es varón, aunque sepa que no debe derrotarlo.
.-
1 Régimen hereditario
3.- Conclusión
Cuando a l Estudio llega una consulta por un conflicto con algún hijo
adolescente, su resolución judicial se torna muy difícil y si llegó a
consultarnos es porque han fallado las intervenciones psicológicas
que pudieron haber intentado. Y, si no las intentamos no es razonable
responder "vaya a consultar a un psicólogo por e l solo hecho de haber
concurrido a nosotros con la expectativa de vernos como los profesionales
capacitados para poder abordar e l conflicto que nos trae.
a) La violencia humana
género.
Pero si bien los pecadores fueron dos, ya que para el amor como para la
guerra, hace falta más de uno, las culpas no se distribuyeron parejas: en
ella, la mujer, recayó el mayor peso, ya que fue la que incitó al mal, por
lo cual corresponde, en nuestro imaginario, la condena plena. En él hubo
ingenuidad, casi inocencia, por lo cual le cabe la condena del simple,
del tonto, en fin, del que debe pagar por haber sido víctima, casi, de un
engaño.
Podemos considerar que tanto las dos máximas como el dogma bíblico
tienen vigencia en nuestra vida cotidiana, en cuanto es en e l ámbito
familiar donde se manifiesta una violencia de la que es principal víctima
la mujer, y los frutos de su vientre, los niños, y que el sudor de la frente
que él debe entregar en el medio social, resulta harto insuficiente para
sostener a esa familia, es decir que resulta víctima de los lobos que le
piden todo y no le dan lo necesario.
Pero esta pacífica división sexual del trabajo y el dolor vino hoy a
ponerse en cuestión. Y ocurrió en un doble movimiento que es, en gran
medida, simultáneo: cuando se empieza a enfrentar al lobo, con las
luchas sociales, él comienza tener derechos que limitan sus ilimitadas
obligaciones; y cuando ella sale a trabajar empieza a tener derechos en
el ámbito familiar, que limitan sus ilimitados deberes. Demás está decir
que con los niños y los ancianos ocurre lo mismo, como también con los
enfermos, los mutilados, los subnormales.
Ocasiona más repudio aquello que de algún modo se padece, que aquello
que nada tiene que ver con uno. Por este motivo es que e l problema
de la violencia familiar está ampliamente estigmatizado, pero no está
aun suficientemente analizado como para incidir sobre el mismo. Y esta
situación nos condena a seguir repitiéndola, porque el mero repudio no
modifica los notables fundamentos ideológicos y experienciales heredados
que la perpetúan.
En su estado natural, todo organismo viviente, sea del reino que fuere,
tiene una capacidad autónoma limitada de supervivencia, en cuanto no
encuentra en sí todo lo necesario para continuar viviendo. Decimos por
ello que está en una relación de dependencia con su medio para continuar
su ciclo vital por el lapso posible a sus condiciones orgánicas.
Aquello que e l organismo provee para tales fines, tiene un doble registro
de abordaje:
Osvaldo Ortemberg
Por otro lado, esta morfología orgánica es solidaria con una orientación
de tales recursos hacia un fin: la presa, con un objeto: alimentarse. Esta
orientación que habita en e l organismo es lo que denominamos instintos,
aquello que hace que, ante la presa, e l animal reaccione atrapándola y
devorándola.
La repetición
5) La violencia
Parece una paradoja que aquello que consideramos e l bien, en este caso la
vida, requiera para permanecer, de aquello que consideramos algo malo:
la violencia. Es una paradoja tan sólo por la manera en que pensamos
las cosas. El amor, que parece lo más sublime del bien, nos muestra, en
la misma naturaleza, que necesita de la violencia. El celo animal, que
garantiza la perpetuación de la vida mediante la reproducción, requiere
la violencia que nos resulta más terrible. En efecto: mientras que la
violencia que se despliega para proveer e l alimento va dirigida hacia
afuera de la manada, hacia otros animales o plantas que son atacadas
y destruidas, en la reproducción, por e l contrario, esta violencia está
dirigida hacia adentro. Es frecuente que, en las especies, e l celo lleve a
los machos a la lucha entre ellos por e l privilegio de poseer a las hembras
o a alguna de ellas. Esta lucha entre machos lleva a l triunfador a fecundar
a las hembras y, al parecer, de este modo la raza rinde la descendencia
más apta, más vigorosa y fuerte para la supervivencia. Esta violencia
que para nuestros ojos piadosos es cruenta y dolorosa, la sabiduría de la
naturaleza nos muestra como un beneficio.
Estos hechos nos muestran algo que nosotros debiéramos saber sin
necesidad de los mismos: las cualidades humanas que poseemos son
adquisiciones que se instalan en nuestra animalidad, que es anterior a
tales adquisiciones. En nosotros habita e l animal que está gobernado por
instintos. Nuestra condición cultural, es decir, nuestras adquisiciones
humanas, se montan en nuestros instintos y les imponen modificaciones.
Pero estas modificaciones no pueden abolir los instintos, sino que, por e l
contrario, deben nutrirse de sus caracteres para poder instalar en ellos
algún desvío que los oriente hacia un rumbo diferente, que llamamos
humano.
Sin embargo, esta situación es sólo e l comienzo, ya que los rigores que
habrá de padecer recorriendo lo que podemos llamar el buen camino, son
aún más dolorosos.
Odiará con todo su ser a eso que le quitó exclusividad. Odio con e l cual
tendrá que convivir de por vida y que llevará un nombre que todos
respetaremos porque sabemos inevitable en e l sentimiento humano: los
celos.
Ese odio pretendía que ese que su madre deseaba, e l padre, desapareciera
y si no se lo podía abolir, se anhelaba ser como él, para recapturar esa
parte perdida del deseo de ella. Ser é l mismo como ese padre, en que e l
deseo de su madre se escapaba.
7) El camino masculino
Ahí donde los machos luchan entre sí por poseer a las hembras, en e l
macho humano este impulso ha sido regulado por la Ley. No la ley de
la naturaleza que guía sus instintos, y que l e llevan a luchar, sino por la
Ley de la Prohibición del Incesto. Esta es una ley humana que contraria
su impulso instintivo. O mejor aún, que, sin extinguirlo, logra desviarlo
en algunos de sus objetivos. Estos objetivos de los que lo desvía están
expresados por dos prohibiciones: No Asesinarás a t u Padre y No Matarás.
Ambas prohibiciones apuntan a impulsos instintivos que habitan más allá
de nuestra conciencia como parte de nuestra animalidad, esperando
agazapados e l momento en que pueden aparecer con todos sus emblemas,
como también actuando disfrazados en otros sentimientos e ideas que
nuestra consciencia pueda aceptar. Más aun, como un componente
positivo y necesario para nuestro intercambio social y afectivo con las
personas y con las cosas.
Iremos ahora más allá de la descripción, para intentar ver como en cada
uno de nosotros ingresó esa ley humana que, sin extinguir la violencia del
instinto, la desvía.
Con estas dos modalidades de la violencia, -la que percibe del padre y la
lanza hacia e l padre- se conformará en e l sujeto una instancia interior
que heredará este conflicto y la Ley humana que lo regula, en que la
violencia se internaliza y será empleada para atacarlo como también
para atacar a otros.
Estamos así ante una regulación humana de los instintos, por la cual se
tiene que instalar en e l individuo algo nuevo que los limite. Es algo que
siempre entrará en cuestión con las tendencias naturales en las que se
debe asentar.
Entre ambas posiciones ante la Ley, tendría que estar e l sujeto que la
acata y a l que debiéramos considerar normal. Pero es una ilusión pensarlo
de este modo. Todos participamos de las dos modalidades contrarias al
acatamiento, es decir, entre e l delito y la enfermedad, sea en e l mismo
instante en que nuestra conducta puede ser juzgada, sea en diversos
tiempos de nuestra vida. El normal, participando de ambas condiciones,
es quien respeta los pactos de simulación exigidos por la convivencia. Es
aquel a quien no se le nota que a veces actúa como un enfermo y otras
como un delincuente.
Vemos que, en la relación con e l Dios, o los Dioses, hay un vínculo por e l
cual se nos pone un límite, que es e l elemento esencial de la Ley. Pero
hay algo más, y es que los Dioses, tienen la posibilidad de vernos todo
e l tiempo, aunque nosotros no lo veamos a él. Pensamos que es por este
aspecto de Dios, que Kant lo consideró fundamental para que haya moral.
Porque si nos ve todo e l tiempo quien nos exige una renuncia instintiva, e l
control de dicha exigencia la desempeña todo e l tiempo, aunque nosotros
no lo veamos. Ello no ocurre con nuestros educadores naturales, nuestros
padres, que a veces están, pero otras no, y entonces, cuando no nos
ven podemos hacer lo que nos prohibieron. Y más efectividad tiene esta
función de controlar cuando este Dios es todopoderoso, omnisciente y
omnipresente, como ocurre con e l monoteísmo, a diferencia de los dioses
politeístas que solían estar en e l lugar donde habitaba e l individuo o su
tribu.
El Dios nuestro, e l monoteísta está en todas partes, pero aún más, está
dentro nuestro.
1) Objetivo de la mediación
2) El pedido de mediación
a) Los adultos
b) Los adolescentes
Finalmente, e l abordaje puede ser por cualquier otro camino que las
circunstancias aconsejen recurrir, desde e l teléfono, e l correo electrónico,
hasta una carta. Con los adolescentes la imaginación y e l juego tiene un
lugar muy importante, en cuanto suelen ver e l mundo adulto como algo
torvo, conformado sólo por obligaciones donde se reprime e l deseo y las
emociones, que es lo que e l adolescente necesita poder expresar para
dejar de hacerlo mediante la violencia.
Así, para que e l adolescente acepte e l diálogo hay que vencer una serie
de dificultades, pero también hay que hacerlo cuando lo acepta.
Para lograr este fin, e l mediador debe resolver una serie de obstáculos
intermedios para generar su vínculo con las partes. En ellos encontrará la
clave del "problema de fondo" porque tienen su misma naturaleza.
Por otro lado, e l mediador puede ser varón o mujer, lo mismo que e l
adolescente. Estas situaciones también deben tenerse en cuenta porque
pautan diferentes posibilidades e inconvenientes en la tarea que e l
mediador debe realizar.
a) La diferencia de generación
dentro del menor sin logran una combinación que les permita coexistir. De
dichas fuerzas nos interesan en este momento dos: aquellas que intentan
aferrarse a l mundo infantil donde los padres son los protectores, y las
que se oponen fuertemente a esto por la exigencia de acceder al mundo
adulto. Éstas provienen tanto del mundo adulto como de las imperiosas
exigencias de su maduración orgánica. La crisis de violencia es e l tránsito
doloroso de ese conflicto trasladado al vínculo con los padres y e l mundo
adulto que representan: la escuela, las obligaciones cotidianas.
b) La mediadora y el adolescente
El puente establecido del amor está sostenido por ambas partes. Así
Práctica profesional del abogado de familia
El límite debe ponerlo la mediadora. Pero debe hacerlo de tal modo que,
sin ceder a lo que ese amor reclama o rechaza, no lo anule, no lo impugne
ni reproche. Si se anula se rompe e l puente establecido. Si se cede,
desvirtúa su labor. El límite es sostener en ella misma una prohibición
de realizar, en la medida de su objetivo final, este amor que ella es
capaz de sentir por ese joven. En ella están combinadas las tendencias
que en e l joven están dispersas. El amor establecido y acotado es e l
puente por e l cual e l joven puede ver en ella lo que é l puede lograr: e l
modelo de una convivencia entre e l amor y e l odio -es decir, e l amor con
límites-, con lo cual no cederá e l conflicto, porque requiere su tiempo y
experimentación, pero sí podrá ceder su fase crítica, la violencia.
Osvaldo Ortemberg
c) La mediadora y la adolescente
Pero junto con estas corrientes contradictorias habita otra más antigua,
correspondiente al período anterior al edípico: e l de la indiferenciación
entre la madre y su hija. En ese tiempo la presencia de la madre era la
garantía del propio ser, es decir, e l amparo total, e l único mundo. Este
aspecto ancestral del vínculo está siempre presente y en estas situaciones
de crisis suelen aflorar con mayor intensidad.
d) El mediador y el adolescente
e) El mediador y la adolescente
¿Cómo debe abordar e l mediador e l dialogo que tiene que realizar con
cada parte?
También hay que diferenciar e l diálogo que debe tener con e l adolescente,
del que tendrá con los restantes miembros de la familia y los profesionales
que intervengan.
En esto hay una limitación que e l mediador debe poder manejar. Aquello
que se logre modificar de la situación de violencia, deberá ser posible para
e l adolescente, es decir tiene que responder a sus propias inclinaciones
que no necesariamente habrán de coincidir con las exigencias paternas.
Por otro lado, e l mediador podrá incidir en modificar algunos aspectos de
la violencia, o todos ellos, pero no con la rebeldía adolescente que recién
cesará en los tiempos de adultez, si e l adolescente logra arribar a ellos.
Practica profesional del abogado de familia
10) El lugar
11) El tiempo
12) El acuerdo
ARISTOTELES
*Ética Eudemia (Alhambra, 1985, Madrid)
*Metafísica (Porrúa, 1992, México)
ARLT Roberto
* Saverio e l Cruel
* La Isla Desierta (EUDEBA, 1965, Argentina)
ASIMOV lsaac
*Guía de la Biblia. Nuevo Testamento (Plaza & Janés, Espaiia, 1993)
*Guía de la Biblia. Antiguo Testamento (Plaza & Janés, 1994, Espaiia)
ATTALI Jacques
*Los Judíos en e l Mundo y e l Dinero (Fondo de Cultura Económica, 201 1, Argentina)
Autores Varios
* Código Civil y Comercial de la Nación Argentina (D&D Ediciones, 2015, Argentina)
BACHELARD Gastón
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"Epistemología (Anagrama, 1973, Barcelona)
*El Derecho de Soiiar (Fondo de Cultura Económica, 1993, Bogotá)
BlRGlN Haydée (Compiladora)
*El Derecho del Género y e l Género del Derecho (Biblos, 2000, Argentina)
BLOS Peter
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"Los Comienzos de la Adolescencia (Amorrortu, 1993, Argentina)
CARDENAS Eduardo José
*La Familia y e l Sistema Judicial (Emecé, 1988, Buenos Aires)
"La Mediación en Conflictos Familiares (LumenIHumanitas, 1998, Argentina)
BORDELOIS lvonne
* Etimología de las Pasiones (Zorzal, 2006, Argentina)
BRANDONI Florencia
*Mediación escolar (Piados, Argentina 1999)
BUBER Martín
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TAVlTlAN Agustín
* La Palabra Invicta
TOYNBEE Arnold J.
Practica profesional del abogado de familia
adecuado, el abogado debe saber tomar distancia. Pero también hay que tomar
distancia de lo que el cliente dice de sí mismo. Debemos partir de la base de que el
cliente está bajo efectos de una fuerte crisis emocional ya que está viviendo una
pérdida..."
..U No estoy de acuerdo con la exclusión de contacto con los hijos, salvo en los casos
en que la violencia haya recaído sobre éstos o en su presencia. Piensen que esta
exclusión se fija por un tiempo tan prolongado como son los estudios psicomédicos
que deben realizarse por las leyes que regulan estas medidas. Así, si fijan la exclusión
por tres meses. este plazo se debe renovar, ya que en ese tiempo no tenemos los
informes de los profesionales por lo cual hay QueProrrogar la medida que lleva a que
el contacto entre el excluido y sus hijos se vea interrumpido por largos períodos..."
ediciones 1
jurídica
1 A v Córdoba 1522.30 Piso - CABA
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