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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -

Los reglamentos para la lepra -


Levítico capítulo 14

Dijo Yeshúa en Juan 5:46-47: “Moisés escribió de mi”.


¿Dónde hablo Moisés sobre la obra del Mashíaj? Se podría decir que la respuesta
acertada es “EN TODA LA TORÁ”, pero, hoy, al empezar el estudio sobre el capítulo 14
de Levítico, vamos a ver al Mashíaj Yeshúa en las Leyes referentes a la persona que
goza de la bendición de ser sanado de la “tzaráat”.
Recordemos del estudio del capítulo anterior (el 13 de Levítico) que la “tzaráat” no es
una enfermedad de orden clínico, sino de un carácter espiritual con manifestaciones
físicas y estas, reveladas en distintos tipos de llagas sobre la piel del cuerpo o sobre la
ropa, y como vamos a ver en la segunda parte de este capítulo 14, sobre las paredes
de una casa.
También es importante recordar que se relacionaba la acción de la tzaráat con la
expresión de la boca y está en una mala forma de hablar sobre los demás.
Por lo general, la aparición de la tzaráat es vista como un castigo para “láshon hará” –
lengua que habla maldades; entonces, cualquier manifestación de la tzaráat era señal
visible de algún pecado. La tzaráat solo es un efecto del pecado y por lo tanto la
tzaráat, se asociaba con el pecado.

El capítulo 14 se divide en dos secciones, la primera desde el verso 1 hasta el verso


32, y la segunda desde el verso 33 hasta el verso 57.
- La primera sección nos enseña cual es el proceder del ritual de la purificación
que concierne a una persona currada de su lepra
- La segunda sección nos enseña acerca del proceder con la manifestación de la
tzaráat sobre las paredes de la casa.

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La sección 1 se divide en tres segmentos:


-1. Levítico 14 desde el verso 1 al 9 describe el proceso que concierne a aquellas
personas que ya no poseen tzaráat o están sanos. Se presenta la primera parte del
proceso de su purificación o limpieza.
-2. Levítico 14 desde el verso 10 al 20 describe el proceso de expiación de su pecado
por medio de su ofrenda de 3 animales y ofrenda amasada con aceite.
-3. Levítico 14 desde el verso 21 al 32 describe el proceso de expiación de su pecado
para las personas pobres, por medio de su ofrenda de un animal y dos aves según
puedan, y también la ofrenda amasada con aceite.

La sección 2 se divide en dos segmentos:


- Levítico 14 desde el verso 33 al 47 nos enseña como identificar si una casa fue
castigada con la aparición de la Tzaráat o si se trata de otra enfermedad natural.
- Levítico 14 desde el verso 48 al 57 nos enseña cual es el proceder que se aplica a
una casa que ya no posee Tzaráat. Esto incluye el método específico para la
purificación o limpieza de la dicha casa.

Como observarán, los rituales de purificación eran extensos, significativos y públicos.


Nada es ordenado por mera casualidad porque cada detalle especificado en relación al
proceder de la purificación contiene en si una revelación de orden espiritual. Es decir,
cada detalle nos trae luz sobre el proceder de la redención, un proceder que el
Redentor de Israel obra a favor del ser redimido y desde luego, nos revela procederes
que conciernen al mismo redimido para cumplir.
Estos procederes públicos, entre otros, tenían como propósito proveer no sólo una
seguridad subjetiva a la víctima en cuanto a su sanación, sino también le era como un
respaldo en cuanto a su restauración espiritual ante la vista de la comunidad, y sobre
todo le permitía recuperar la posición de pureza requerida para la adoración ante el
Elohim de Israel.

Como hemos visto al estudiar el capítulo anterior (13), una persona declarada impura
por la tzaráat y sacada de la comunidad de Israel, era considerada como muerta.
Estos rituales también eran iguales en importancia porque por medio de ellos, se
permitía que una persona considerada “muerta”, sea recibida como alguien que ha
resucitado de entre los muertos. Era una celebración de la nueva vida dada que la
persona era restaurada de una muerte casi segura a la tierra de los vivientes y a la
comunión con Adonái.
Es relevante destacar que los específicos sacrificios requeridos, aunque se relacionaban
con el pecado y con la culpa, no estaban diseñados para obtener el perdón por el
pecado que había generado la enfermedad de la tzaráat. El perdón se obtiene mediante
una genuina teshuváh/un giro completo, un retorno total al estado de tamím (perfecto)
en cuanto a su llamado como persona que ha sido santificada en medio del pueblo de
Israel.
Como se considera que la aflicción fue causada por una corrección directa de parte del
cielo por una acción indebida en contra de su prójimo, entonces la sanidad combinada

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con estos sacrificios, subjetivamente aseguraba a la persona que estaba perdonada y
por lo tanto se le permitía gozar de la restauración total.

El ritual de la purificación se dividía en dos etapas. Recordemos que este proceder era
significativamente ilustrativo porque simbolizaba la idea de pasar de la muerte a la
vida.
En la primera etapa se efectuaba una ceremonia fuera del campamento como lo
veremos hasta el verso 7.
La segunda etapa comenzaba después de siete días mientras se le permitía a la
persona en proceso de purificación estar adentro del campamento, pero fuera de su
casa. En esta segunda etapa, tal persona era instruida a presentar cuatro tipos de
sacrificio ante el Elohim de Israel, así como lo veremos durante el estudio de los versos
10-32.

Como la persona con tzaráat era condenada a vivir fuera del campamento de Israel, es
fuera de este campamento donde se le procedía con la primera etapa de la purificación.
Pero para que esta purificación sea posible, la persona tenía que presentarse ante el
sacerdote para que este la guiara en el proceso de la limpieza individual. Estos son los
primeros pasos en cuanto a la preparación de una persona que desea recuperar su
condición de pureza a fin de poder regresar en medio del campamento de Israel y, por
ende, en la cercanía del Elohim de Israel.

Levítico 14:1 Adonai habló a Moisés diciendo:

Levítico 14:2 Esta es la ley que ha de aplicarse al leproso en el día de su

purificación. Se le conducirá al sacerdote,


Recordemos que significado tienen las palabras: “la Torá que se aplica al que se
purifica de la tzaráat”.
Tora es la Instrucción que, en este específico caso, una persona que ha sido
golpeada con una plaga sobre su piel, o sobre su ropa o sobre las paredes de su casa,
tras una evidente sanación debe saber cómo comenzar su proceso de limpieza interna
como externa.
Una persona afectada por la tzaráat es llamada “metzorá” (mal llamado leproso),
entonces, lo que vamos a estudiar en esta primera sección del capítulo 14 es la Torá
que corresponde al metzorá.

“Metzorá” es una palabra hebrea que en realidad es una combinación de dos palabras.
La primera es “motzí” que significa “sacar”. La segunda es la palabra “ra” cuyo
sentido es asociado al “mal”. De aquí que para decir “calumniador”, en el hebreo hay
un juego de palabra que dice: “Motzí shem´ra”. Literalmente la expresión significa
"sacar un mal nombre" y esto implica la acción de mentir o hablar mal sobre una
cierta persona - hermano/a, rebelarse en contra de la autoridad que puede tener un
cierto hermano.

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Cuando alguien en el pueblo de Israel esparce un mal difamando así el nombre de su
prójimo, todos sus órganos quedan impuros y debe ser aislado, puesto que al hablar
mal se eleva y evoca el espíritu de impureza sobre él.

Impureza es la condición en cual ha caído Adam y su mujer desde el origen de la


humanidad porque aquí se observó por primera vez el mal hablar, la acusación, la
difamación, uno en contra del otro y caso seguido, en contra del mismo Creador que
fue acusado por crear a las personas con el poder de elegir. El efecto de la transgresión
de la ordenanza que tuvieron, se manifestó en el mal hablar y esto llevó a que todo el
ser de ellos pasara en una condición de impureza cosa que a su vez los llevó a una
separación del Elohim Viviente.
Desde el origen de todas las cosas, estas leyes han sido reveladas a través de los actos
dispuestos por el Redentor a fin de permitir la posibilidad de restauración del pecador.
Es en el origen de todo donde pueden observar que el hombre ha sido llevado ante la
presencia de un pariente redentor y la redención que este habría de efectuar a favor de
ellos, la percibieron en la luz del sacrificio de aquel animal (cordero) que sirvió como
expiación por el pecado y para cubrir la desnudes en cual habían caído.
La presencia del sacerdote para Adam y su esposa, vino a través de la promesa que de
sus lomos iba a salir un REDENTOR - un pariente cercano que sería el Ungido para
efectuar la restauración imprescindible.

Todas las realidades reveladas a las generaciones antes de Israel, han sido encriptadas
en el libro de las Instrucciones que nuestro pueblo ha recibido.
Con el estudio que hacemos, no solo nos edificamos a nosotros mismos y nos
preparamos para poder enseñar a nuestros hijos y a nuestros prójimos, sino que
también con el estudio de nuestras leyes, nos conectamos con la sabiduría de cual
gozaron nuestros antepasados y por ende, nos unimos en un Ejad con ellos.

El primer paso del ritual de la purificación era el de presentarse ante el sacerdote,


entonces, esto no era un intento para ser sanados, sino un reconocimiento de que la
sanidad ya se había llevado a cabo conforme se puede leer en Mateo 8:4 y Lucas
5:14.
Recordemos que la instrucción que dio Yeshúa a los diez leprosos en Lucas 17:11-19,
la de presentarse ante el sacerdote, era para que ellos revelaran un acto de fe; ellos
fueron sanados mientras iban a cumplir con los requisitos ordenados.

No hay sanación sin una previa muestra de completa obediencia.

Lucas 17:14 es un verso que hemos citado en la última parte del estudio sobre el
capítulo 13, donde hemos visto que Yeshúa envió a ciertos leprosos a presentarse ante
el sacerdote de servicio y de camino estos se sanaron.
Esto es evidencia de que Yeshúa mandaba hacia la obediencia a la Torá.

El que obedece la Torá, la Torá le trae la sanación.

La obediencia hacia las instrucciones de la Torá es igual a bendición. Aquel que salta
cualquiera de los pasos indicados por el cielo en cuanto a la restauración de una
persona, busca un atajo y cualquier otro camino que no es el indicado en la Torá, tarde
o temprano llevará a tal persona a “fallar el blanco”, es decir, no logrará alcanzar el
objetivo de poder volver a vivir en medio del campamento de Israel y por ende, en la

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Presencia del Elohim de los hebreos.

Entendemos desde el inicio de este capítulo que el sacerdote (en este caso cualquier
persona en medio de Israel que al entrar en el vínculo del Pacto con el Elohim de
Israel, se dispone a servir a favor de sus prójimos) no es la persona que trae la
sanación, sino que es el guía que enseña las instrucciones de la Torá para ayudar a su
prójimo a recuperar las bendiciones.
Todos los hijos de Israel han llegado en la condición de estar apartados de la bendición
del pueblo de Israel y del Elohim de Israel pero, las profecías ya indicaban que esta
situación de lepra genérica se sanará con el tiempo.
La sanación empezó en la vida de una persona con el despertar de su conciencia y con
su anhelo, el de conectarse con las enseñanzas de la fe hebrea y por ende con este
pueblo y con su Elohim. Pero, del mismo modo como los 10 leprosos se sanaron por la
obediencia de ir tal como estaban a presentarse ante el sacerdote, así mismo, la
sanación de las multitudes de Israel no terminará si no dan el paso de fe en cumplir
con presentarse ante el sacerdote, y, por ende, acatar las indicaciones que este les
puede brindar.

Levítico 14:3 y el sacerdote saldrá fuera del campamento; si, tras de haberlo
examinado, comprueba que el leproso está ya curado de la llaga de lepra,

Como vimos en el capítulo anterior (13) a la persona afectada por la tzaráat se le


prohibía acercarse al Templo y por ende, a cualquier cosa sagrada y también era
sacado del campamento de Israel. Es importante saber que para su restauración se
requería dos procederes en dos lugares. Una ceremonia era efectuada fuera del
campamento de Israel y la segunda dentro del Templo. La primera ceremonia de
limpieza le permitía volver al campamento y relacionarse con sus hermanos. La
segunda parte del proceder de la purificación se realizada una semana más tarde, y
esta vez, en el Atrio del Templo. La segunda ceremonia lo restauraba para poder tener
acceso a todos los privilegios que provee el Pacto.

Del mismo modo como una persona afectada por la tzaráat era considerada pura a
pesar de la evidencia de la plaga hasta que el sacerdote la declaraba impura, así
mismo a una persona, aunque era sana, no se consideraba pura hasta que el sacerdote
no lo decía como tal.
Cuando una persona hace un mal uso de su lengua, lo hace porque no considera que
una sola palabra es igual en peso a un hecho. Como hay poder en una sola palabra
usada para el mal, así mismo, aunque una persona leprosa se ha sanado e incluso ha
vuelto a su antiguo trabajo, el transgresor aprende el poder que tiene hasta una sola
palabra mediante la palabra que pronuncia el sacerdote. Y para enseñarles a los que
hablan láshon hará el poder que tiene una sola palabra, la Torá ordena que el
trasgresor sea traído ante el sacerdote para que este, con una sola palabra, decrete
cual va a ser su futuro.
Esta es la razón por cual Yeshúa enseño que con una sola palabra uno mismo se
condena, y con una sola palabra, se redime. Entiendan Mateo 8:5-13 en la luz de
Mateo 12:37.

Es relevante el hecho que el leproso no venía al tabernáculo porque no podía; el


sacerdote salía fuera del campamento a la comunidad de leprosos para hacer el
examen. Este hecho nos enseña dos realidades.
Una aplicada a los hijos de Israel quienes deben operar en conocimientos de las

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legislaciones hebreas para poder ayudar efectivamente a sus prójimos y la segunda
aplica a Yeshúa como Sumo Sacerdote Redentor por excelencia. A esta revelación
respecto a Yeshúa, se añade otra VERDAD ABSOLUTA donde se revela que es
completamente imposible que el Padre de Yeshúa pueda redimir a nadie a pesar de
tener la potestad de redimir.

El lugar del sacerdote es el Templo y por ende, está en medio de Israel (un pueblo que
actúa como un Templo) pero, del mismo modo como el sacerdote tenía que salir fuera
al campamento de los leprosos, se nos fue ordenado ir con toda autoridad en el
campamento del príncipe de este mundo, en la leprosería del pecado para buscar y
respaldar la ayuda idónea a toda “oveja perdida de la casa de Israel”. Ningún lugar,
sea el más oscuro que sea, puede impedir el acceso a la luz restauradora que brinda el
Mashíaj. El leproso es aquel que al vivir en medio de la impureza, una vez despertada
dentro de si la sanación del mal estado de maldad, de la oscuridad hacia LA VERDAD,
necesita de la presencia de un sacerdote quien debe alumbrarle el camino y enseñarle
como caminar en su vida a fin de poder estar en la condición de poder entrar en el
pueblo donde hay comunión entre hermanos y donde puede entrar en comunión con el
Creador, vea 1 Juan 1:3.

Así mismo como el lugar del sacerdote es el Santuario, así mismo el lugar de residencia
de Yeshúa era en la cercanía de su propio Papá.
En el hecho que el sacerdote tenía que salir de su lugar para ir al campamento de los
leprosos vemos la primera revelación sobre el lugar de donde vino Yeshúa. Entiendan
por qué dijo Yeshúa en Juan 18:37 que primeramente “nací” y después, “vine en el
mundo” porque el lugar del origen de su nacimiento no es la tierra sino el cielo, es en
la morada de su Padre de donde salió para venir a este mundo convertido en una
leprosería.

Normalmente, una persona debería presentarse en el lugar sagrado para cumplir con
sus obligaciones y para agradecer pero del mismo modo como una persona impura no
se podría acercar al Templo de Adonái así tampoco un pecador puede presentarse ante
el Papa de Yeshúa. Por esto se hace imprescindible que “el sacerdote venga a la
leprosería” y no el leproso al Templo. Como les decía, si fuera que el Papá de Yeshúa
sea el Elohim de Israel quien dice que redimirá a este pueblo, El mismo debería haber
bajado para presentarse como Sacerdote mediando la redención y enseñando al
leproso como purificarse. Pero, el Padre de Yeshúa no descendió del cielo y no se
dispuso mediar entre el pecador y Si Mismo, sino que esta obra la hizo Aquel que es la
“Shekinah”, la luz del resplandor/imagen de la magnificencia de su Padre, el Mashíaj,
nuestro Goel (redentor), el Consolador (Menajem). Él es quien se dispuso entre el cielo
y la tierra dejándose clavar para así establecer una conexión perdurable entre el
hombre y su Padre.

Para que el pecador que desea la purificación pueda volver a entrar en el Templo y
adorar, era necesario que Yeshúa abandonara la casa de Su Papá del mismo modo
como el sacerdote tenía que salir de la Casa de Elohim.
El proceso de la purificación para la reconciliación comienza con la acción del sacerdote
en venir en el lugar donde está el metzorá (dicho leproso). Es por esto que está
escrito en 1 Juan 4:9 que nosotros le amamos a nuestro Sacerdote porque Él nos amó
primero (al venir hacia nosotros).

Como el Santuario no se menciona hasta la segunda fase del ritual de la purificación

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(en los versos 10 y 11), se entiende que el proceso de la Redención tiene dos fases,
una es destinada al estado interno de la persona a fin de capacitarla a reconciliarse
consigo mismo y con sus prójimos, para que después se proceda con un proceso
donde se recrea la concesión con el Cielo y por ende con el Padre de Yeshúa.

El proceso de la purificación inicia fuera del campamento de Israel en la comunidad de


los leprosos y termina su programa adentro del mismo pueblo.
La comunidad de los leprosos es el lugar de tu iglesia, el mundo en cual has vivido y de
donde te vino el despertar de la sanación interna. Una sanación que no finaliza hasta
que no cumples con los pasos indicados en esta TORÁ.
La comunidad de Israel es la congregación de los redimidos de Israel, es el lugar donde
se les enseña en los principios de la fe hebrea. Al andar en la luz de estos principios, la
Torá te trae la sanación completa/refuah shelemah.
Sin estas dos etapas, nadie puede aspirar a tener una revelación desde el cielo, una
conexión alguna con el Padre de Yeshúa. Cualquiera que no ha pasado por estos pasos
indicados en esta Torá, si pretende tener inspiración desde el cielo, es un mentiroso y
no tiene VERDAD.

Aquel que pasará en el siguiente mileno, en medio del campamento de los hijos
redimidos de Israel, al estar en medio del santuario del Elohim de Israel, comenzará la
segunda fase de su purificación, esta vez dentro del lugar sagrado/tierra de los
redimidos. Esta formación durará mil años y tras estos años, una persona sanada y
purificada por completo de la tzaráat/pecado, estará totalmente TAMÍM/perfecta para
estar directamente en la Presencia del Padre de Yeshúa sin necesidad alguna de algún
intermediario.

Durante todo este tiempo, en cualquier etapa desde el primer síntoma de tzaráat
hasta el último detalle de la purificación, la persona estará bajo la directa observancia
del sacerdote quien, así como está escrito: “lo examinará”.
Les guste o no, nadie puede saltarse el protocolo.
Quien no sabe acceder de forma directa a beneficiar de una conexión con el Sumo
Sacerdote Yeshúa, quien puede adiestrar a uno en los procederes que le incumbe
cumplir, necesita del sacerdote su prójimo hermano con experiencia en este sentido de
la tzaráat. Según el resultado en la vida de cada persona, se observa quien se agarra
de alguno de estas dos opciones y quien finge.

Imprescindible tener en cuenta que el sacerdote hacía el examen según los principios
explicados en el capítulo 13! El leproso era declarado limpio o inmundo según esos
principios.
Por otra parte, también es bueno recordar que este ritual no se hacía con la esperanza
de curar al leproso, sino cuando el leproso estaba curado. Por esta razón no
acostumbramos hacer propaganda religiosa, porque el sacerdote no puede andar fuera
del campamento de Israel salvo casos particulares cuando se requiere su presencia en
la leprosería debido al despertar de la sanidad en el corazón de un metzorá.
Si uno que se considera formar parte de este pueblo de reyes y sacerdotes salta las
normas, o no es sacerdote y, por ende, no alcanzó el dominio propio en el
conocimiento de la realeza, o solo como cristiano, finge ser un hebreo.
Si tienen objeciones a lo dicho, pues, discuten con el Juez que nos dio estas normas,
no conmigo. Aun así, sé que la mayoría escuchan, pero hacen lo que quieren. Lo que
hace cada uno, no es mi problema una vez que pongo voz a estos reglamentos.

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Levítico 14:4 el sacerdote mandará traer para el que ha de ser purificado
- dos pájaros vivos y puros,
- madera de cedro,
- púrpura escarlata e
- hisopo.
Vetsivah hakohen velakaj lamitaher shtey tsiporim jayot tehorot ve'ets erez ushni
tola'at ve'ezov.

Como se pueden percatar, en estos casos relacionados con la restauración del pecado,
no es la propia persona quien decide su proceder, sino que el que quiere ser
restaurado, con humildad y disposición, acata las instrucciones que le provee el
sacerdote.
El termino usado en el texto hebreo que ha sido traducido aquí con “mandará”, se
refiere a una comunicación oral mediante la cual un superior “ordena” a un
subordinado. El acto de “mandar” tiene el mismo sentido con establecer una regla bajo
la que un subordinado tendrá que actuar cada vez que ocurra una situación similar.
Por ejemplo, Rut “hizo todo lo que su suegra le había mandado” (Rut 3:6), lo cual
quiere decir que cumplió con las “órdenes” de Noemí.

El termino hebreo para la palabra “puros”, es: tahôr. Esta palabra se refiere a la
ausencia de impureza, suciedad, contaminación o imperfección, es decir: limpio desde
la perspectiva moral.
Job pregunta y responde en Job 14:4 “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie”
Esto significa que referente al linaje de Adam, todos somos engendrados en una
condición de impureza, es decir, afectados por el pecado estamos destinados a vivir en
una leprosería. Este estado no cambia aun si entre los leprosos uno se ha sanado.
Nadie puede declarar limpio a un inmundo salvo que “un sacerdote” se acerca a
observar y a declarar sobre su sanación. Entiendan por cual razón no hay posibilidad
alguna de tratar a un gentil (un cristiano, por ejemplo) como una persona diferente a
una persona contagiada por la tzaráat/pecado. Desde la perspectiva de la redención, es
impura hasta que pasa por todo el proceso de la reconciliación y restauración. Este
proceso implica abandonar el lugar de la leprosería, pasar en el campamento de Israel
y por lo último, entrar en la tierra de los redimidos de Israel para completar su
purificación hasta lo absoluto.
Aquí no se trata de una opinión, de una fobia en contra del cristiano o del gentil que
sea, sino que tratamos con un proceder que concierne a todos implicando esto a los
propios hijos de Israel que se han gentilizado en la completa inmundicia. El proceder es
el mismo para el hebreo como para el gentil que desea entrar en este pueblo porque
está escrito que hay una misma Torá (Levítico 24:22), es decir una misma instrucción
para el gentil como para el hebreo.

Las escrituras no especifica que tipo de aves deben ser presentadas; pero, el hecho
que usa un término genérico: “tzipor” deja entenderse que se trata de aves comunes y
accesibles para ser obtenidas con facilidad. La edición de los 70 - Septuaginta, traduce
la palabra tzipor con: “aves pequeñas”.
Porque la palabra tzipor está condicionada de la palabra tahôr, se entiende que se
trataba de aves como los gorriones y las palomas que eran más fácil de encontrar en el
desierto que otras aves más silvestres.

Si una persona ha sido sanada de su tzaráat significa que primeramente hizo teshuváh
arrepintiéndose de su mal hablar, entonces, ¿por qué se le ordena a una persona que

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se supone que se sano de su mala lengua, traer dos aves?
Para que nunca olvide que del mismo modo como el ave se pasa el tiempo con sus
chirridos, el que habla láshon hará (‫ )לשון הרע‬se pasa el tiempo “hablando
constantemente”. De esta manera, reconocería que su conducción no fue la correcta,
habló demás “como un ave que chirría constantemente".
En base a este conocimiento, dijo David en el Salmo 51:5 “… tengo mi pecado
frente a mí siempre”.
El propósito de presentar estas aves era para recordar siempre el efecto del terrible
pecado que cometió y comprender por qué le sobrevino el mal de las manchas de
tzaráat, así se cuidará de no volver a pecar mediante chismes o calumnias, tal como lo
hizo al principio. Mantener la memoria del pecado no es con el fin de humillar o hundir
a la persona en la depresión, porque de todas estas la sanación verdadera se ha
encargado de restaurar. El recordatorio es para no olvidar lo sucedido a fin de no
volver a cometer el mismo error. La Torá enseña que tal como un ave agarra una rama
y la lleva de un lugar al otro así es comparada la mentira y el chisme que toma la
palabra de una parte y la lleva a otro lugar.

Al avergonzar al compañero, a toda voz, por medio de la calumnia, el ofensor se ve


obligado a traer dos pájaros, de los cuales uno es degollado y el otro permanece vivo
como verán más adelante. Una de las enseñanzas reveladas en el hecho de degollar a
una de estas aves, es para comprender que cuando uno habla calumnias o chismes, o
cuando se rebela en contra de su prójimo hermano, este acto es comparable con el
hecho de degollar a tu hermano. Recordemos de Proverbios 18:21 que está en el
poder de la lengua dar vida o quitar. Si el ave degollada revela en cierta manera la
muerte infundida al hermano sobre cual se mal habla, el ave que permanece vivo
representa al pecador.

El ave es un pájaro cantor y es ilustrativo para describir la lengua o la voz humana que
puede ser muy positivo o negativo. Del modo como se inmolaba una de las aves y se
soltaba a la segunda, a la láshon hará se le debe dar la muerte y debemos soltar al ave
llamado láshon hakodesh. Matamos al negativo y nos quedamos con el positivo vivo
(las palabras de Torá).

Como la tzaráat es considerada un golpe del cielo por un hablar mal, la sanación de un
enfermo de lepra supone que este pasó por el proceso de la “teshúvah y que su
aarrepentimiento implica la decisión de cambiar del hablar “láshon hará” en la acción
de “láshon hakodesh” – el hablar bien.
Esta transformación se ilustraba de manera muy gráfica, por los siguientes objetos que
acompañan su ofrenda: dos pájaros vivos, un trozo de madera de cedro, algo de
lana teñida y una especie de hierba aromática, parecida a la menta.

El ritual de purificación para el metzorá requiere una varita de madera de cedro.


El cedro es la especie de árbol más alta en el Medio Oriente.
La altura del cedro recuerda que la arrogancia en sentirse superior a otras personas
ocasionó el tzaráat. La arrogancia hace que uno considere a otros como inferiores y,
por lo tanto, los juzgue inapropiadamente.

La purpura - escarlata es el color grana o rojo, el cual nos recuerda la sangre, que es el
símbolo de la vida inocente derramada para expiación de otra.
En las Escrituras, la sangre junto al agua eran símbolos de un nacimiento.
El hisopo se utilizaba como planta purificadora.

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Junto a las dos aves, se tenía que presentar tres cosas más:
1. madera de cedro,
2. púrpura escarlata e
3. Hisopo

Dos aves, madera, purpura e hisopo aparecen en la Torá como símbolos que indicaban
hacia el momento de la muerte de Yeshúa donde estas 4 metáforas han encontrado un
cumplimiento exacto.

En Mateo 27:21-26 entramos en todo el contexto donde se hace un sorteo entre “dos
aves”. Mientras uno es sacrificado sobre un madero, al otro se le suelta con vida. Aquí
está relatado el caso de la elección de Barrabas, acto que llevó a la condenación de
Yeshúa.
Barrabas es un personaje significativo para representarnos a todos nosotros. De modo
como Barrabás fue dejado libre porque un otro, “un elegido”, es decir, Yeshúa, murió
según la dicha costumbre de aquel tiempo, así mismo por la muerte de Yeshúa todos
nosotros hemos quedado con vida, aunque nosotros somos los criminales que
deberíamos morir.
Antes hemos dicho que el ave degollado nos recuerda que el mal hablar sobre nuestro
prójimo es sinónimo del acto de quitar la vida a nuestro hermano de modo que el ave
viva nos representa.
Por bendición de la Redención, el Redentor se dispuso ocupar el lugar de la persona
condenada a la muerte.
El pecado se personifica en las metáforas hebreas de modo que este tiene lengua,
¿sabían? Este, habla en contra de todo aquel que no está en condición de pureza
acusando, indicando con el dedo, y con razón así tal cual se ilustra en el caso del juicio
del Sumo Sacerdote Yehoshúa en la visión del profeta Zacarías.
Porque Yeshúa ocupa el lugar de aquel que se dispone a ser purificado, El recibe la
muerte como un inocente, mientras que los criminales siendo nosotros quienes Le
hemos degollado, quedamos con vida.

Si han prestado atención a los detalles del texto han notado que se especifica que las
dos aves vivas deben estar puras. Ahora, Barrabás, no era puro para nada, pero lo que
es relevante en este contexto no es su estado, sino su nombre.
La comparación de las dos aves viene debido a aquello que revela los dos nombres de
los dos personajes empleados en la historia, Yeshúa (el salva y por ende muere) y
Barrabas cuyo nombre viene de dos palabras arameas.
Bar significa hijo en arameo y aba es padre.
Barraba significa el hijo del padre. Es aquí la relevancia del mensaje contenido en
la Ley de la Torá porque todo ser humano al descender de Adam, normalmente
debería haber estado en la condición de pureza inicial donde todos los varones pasaban
a heredar el título que Adam tuvo antes del pecado: - HIJO DE ELOHIM.
Yeshúa era Hijo de Elohim por la naturaleza de su Espíritu y Barrabás tenía que serlo si
Adam hubiera conservado su pureza en lugar de pecar al hacer caso a la voz de su
mujer.

Vamos a observar los otros tres símbolos:


1. En 1 Pedro 2:24 se hace hincapié que Yeshúa fue inmolado sobre “el madero”.
Recordemos que el cedro es usado como metáfora para describir la altivez (por su
altura), el orgullo, el deseo de ser igual a otro o estar por encima y superior.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
El cedro es uno de los árboles más altos que alcanzan más o menos 35 m.
La madera de cedro fue la madera más cara y apreciada según 1 Reyes 6:9,18.

Curiosamente el cedro tiene la madera extremadamente resistente a las enfermedades y a


la podredumbre.

De modo como las aves nos recuerdan que el mal hablar es como el chirriar de la lengua y
que eso llevó a la muerte de otra ave inocente, el cedro nos recuerda la soberbia que
hemos tenido en creernos merecedores del sacrificio de un inocente. Nos recuerda que
Yeshúa fue colgado y sobre el madero se derramó Su sangre para que nosotros gocemos
de ser soltados de las garras de la muerte, librados del Sheol para poder ser soltados a
vivir en libertad.

2. En Mateo 27:28-29 encontramos el segundo símbolo – la purpura.


Un vestido de lana carmesí es un vestido de purpura.
Una prenda de purpura es un vestido de una persona con alto rango. El vestido de lana
proviene de la oveja. Una oveja bien gorda puede servir como símbolo de una persona
altamente desarrollada. Recordemos que en Ezequiel 34:20 hay un juicio en contra
de unas “ovejas gordas” que son piedras de tropiezo para el crecimiento de otras.
Para que la lana obtenga el color rojo se requiere del tinte que se obtenía de un gusano
llamado en el hebreo: “tóla”. Para más luz en este sentido, os recomiendo el estudio
disponible en audio como en PDF llamado: “Yeshúa, el gusano carmesí”.
La lana para un vestido de purpura proviene de la oveja y esta fue teñida en un color
rojo.
Una de las enseñanzas que se desprende de esta legislación donde se requiere para la
purificación de lana teñida en rojo, que la altanería de una oveja gorda contrasta con la
humildad de un insignificante gusano queriendo decir que una persona debe ser
humilde y dejar de sentirse superior a otro.
Estos de por si son símbolos de Yeshúa como el verdadero Cordero que derramó Su
sangre para la redención de los suyos.
El color rojo era símbolo de la sangre para recordar que sin derrame de sangre no hay
posibilidad para el perdón ni para la purificación.

En la construcción del tabernáculo y las vestiduras sacerdotales empleaban esta tela


color rojo según pueden leer en Éxodo 25:4; 26:1,31; 28:5.

El hilo color escarlata, rojo, presentado en Josué 2:18,21 atraviesa toda la Escritura.
Vean nuestro estudio sobre el hilo rojo de cual depende su redención.

3. El tercer símbolo lo encontramos en Juan 19:29 – el hisopo. No hay evidencia a


que tipo de planta se refiere para identificarla hoy en día.
La tradición cuenta que el hisopo y el vinagre renovaban las fuerzas. Y esa tradición
nos dice que le dieron a beber esto como burla, para ver si venía Elías a rescatarlo. Lo
que le ofrecieron fue para escarnio y no para alivio.

El hisopo es una especie de planta baja, que crece alrededor de uno 50 cm, es decir
algo insignificante y en evidente contraste con la altura del cedro. Por lo tanto, el
hisopo es equivalente a la humildad.

Mientras que el cedro es uno de los árboles más altos, el hisopo es una de las plantas
más bajas. Por esta razón el rey Salomón toma estas dos plantas como dos extremos,

11
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
como está escrito en 1 Reyes 4:33 en la edición Reina y Valera.

El hisopo es mencionado por primera vez en relación con la redención de Egipto por
medio de la sangre del cordero. Vea Éxodo 12:22.

En el Salmo 51:7 está escrito: Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y
seré más blanco que la nieve. Esto quiere decir que la humildad es una clave
imprescindible para que la restauración comience en la vida es una persona.

Quien no anda con la humildad del hisopo, vuela libre dejando que sus alas sean
llevadas por los distintos vientos de las enseñanzas. Vientos que soplan desde el
desierto. Si siguen nuestras enseñanzas, comprenderán el significado de estas
metáforas descritas en otros temas.
Para ser un discípulo del Mashíaj, debes ser como el hisopo, dispuesto con humildad
aceptar que, primeramente, viene el servicio de siervo dispuesto a aprender para que
luego seas honrado, siendo restaurado como un hijo heredero de la realeza.

¿Cuál es su remedio para ser curado de la arrogancia? Que se rebaje como el hisopo.
El poderoso cedro baja al nivel del pequeño hisopo.

Parte 2

Recordemos que Adonái ha puesto su morada (su Santuario) en medio de los hijos de
Israel y, por lo tanto, Su presencia en medio del campamento hebreo requiere que los
hijos de Israel vivan una vida santa.

Las impurezas de los hijos de Israel no los contaminan solo a ellos, sino que también
traen impureza sobre el mismo Santuario y sobre la propia tierra que ha sido dada
como santa al pueblo hebreo.
Para que todo conviva en santidad, se necesita conocer todas las normas acerca de
aquello que produce impureza y esto incluye el conocimiento sobre cómo ser libres de
cualquier impureza en el caso de que alguna se hace presente. Si el pueblo hebreo
aprende cumplir con estos reglamentos de pureza, hacen posible que la Presencia del
Elohim Viviente siga morando en medio del campamento de los hijos de Israel.

Para la mayoría de los lectores de las legislaciones de la Tora, algunos de estos


reglamentos quedan anulados por la ausencia de un Templo de ladrillos, madera y
otros materiales, pero para quien sabe que la Tora es siempre vigente debido al
propósito que tienen sus leyes, sus legislaciones ayudan a mantener la pureza de la fe
en medio del pueblo de Israel y por lo tanto, del cumplimiento de estas leyes, depende
atraer la presencia del Elohim de Israel entre nosotros o alejarla en el caso que por
falta de la comprensión, seguimos viviendo en cierta condición de impureza.
Hasta las leyes respecto a específicos tipos de sacrificios siguen vigentes en base a
aquello que estos meros reglamentos ilustrados a través de los puros rituales
representan.

En el estudio que estamos haciendo veremos que el ritual de los dos pajaritos
mencionados en los versos 4 -7 tenía como objeto enseñar a una persona que ha
estado afectada por la tzaráat, a identificarse por una parte con el pájaro degollado y
después con el pájaro vivo que ha sido bañado en la sangre del primero, de la

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
siguiente manera.
De modo como la vida está en la sangre y como el pecado reclama la vida del
transgresor, al “metzorá” se le ilustraba ser entregado a la muerte (simbólicamente)
por medio de la sangre del pájaro sacrificado como veremos que se menciona en el
verso 14.

El pájaro vivo y bañado en la sangre del primer ave, al impregnarse de la sangre del
ave sacrificada, daba a entender que la persona que entra en el proceso de la
purificación, se ha empapado de la sangre derramada, y una vez puesto en libertad,
llevaba consigo (a modo de recordatorio) los efectos malos que llevó a la persona ser
castigado con la plaga de la “tzaráat”.

La Ley de las dos aves, nos enseña más de una sola verdad. Mientras hay una
enseñanza respecto al hombre en su trato con su semejante, una segunda enseñanza
nos instruye respecto a la obra del Mashíaj a favor del redimido.
Levítico 14:5 Después mandará inmolar uno de los pájaros sobre una vasija de
barro con agua viva.

Recordemos que este proceder ocurría fuera del campamento de Israel, es decir: en un
lugar ajeno al Santuario.
En este lugar, fuera del campamento de Israel, a favor del metzorá, el sacerdote
sacrificaba un ser de los cielos; su sangre se recogía en una vasija de barro (de tierra).

A modo de resumen:
Lo que se nos enseña mediante este proceder es una revelación directa sobre el origen
de donde procede Yeshúa, el lugar donde se le aplica al redimido la redención, de qué
manera el Redentor hará efectiva la redención, hasta en que naturaleza vendrá el
Mashíaj.

- Que la ave es un ser de los cielos, nos enseña que el Mashíaj, al descender desde los
cielos, vino en la tierra tal como desciende una ave .
- El hecho que este sacrificio se hacia fuera del templo y por lo tanto fuera del
Campamento de Israel, nos hace entender que el sacrificio de Yeshúa se le aplicará a
todo aquel hijo de Israel que al despertar en su estado de impureza, tras comenzar la
sanación (la restauración de la fe hebrea) adentro de sí, allá, en un medio desolado, en
medio de los gentiles, se le aplica el sacrificio redentor.
- Que la sangre estaba derramada sobre un vaso de barro, describe tanto la naturaleza
del Redentor, como la naturaleza de aquellos hacia cuales practica la redención.
- También, se nos enseña que la única forma que puede satisfacer la JUSRTICIA, en
cuanto al pecado, es derramar la sangre inocente para que un pecador sea perdonado.

Importante retener que todas estas verdades resumidas aquí, son enseñanzas que la
gran mayoría de los redimidos las aprende estando aun “fuera del campamento de
Israel”, es decir, se les opera estando aun en el contexto del lugar inmundo
(entiéndase la religión que sea), antes de entrar en medio del pueblo de Israel
(entiéndase - una comunidad hebrea).

Como entendemos al leer el siguiente verso, la sangre de un solo pájaro no habría sido
suficiente para sumergir el cuerpo de otro pájaro, la sangre de la ave inmolada era
mezclada con “agua viva” para aumentar la cantidad necesaria para las rociaduras

13
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
señaladas.

La expresión “aguas vivas” se refiere al agua de un manantial o río, no de una cisterna.


Dicha agua representaba vida en contraste con la muerte. Uno del significado hebreo
metafórico del “agua viva” es una referencia al “Espíritu Vivificante” y esto,
obviamente, como una contraparte al espíritu de la inmundicia y, por ende, de la
muerte.
A su vez, aquí se nos da una clase sobre el claro contraste entre una enseñanza
verdaderamente hebrea que trae vida al espíritu de las personas, y una enseñanza de
muerte que se presenta en una falsa enseñanza, una tradición o una interpretación de
orden gentil.
En resumen, la sangre de Yeshúa siempre va acompañada de una enseñanza pura
como el agua que brota desde el fondo de la tierra de forma natural.
Las enseñanzas del espíritu anti Mashíaj siempre llevarán a la confusión y a la muerte.

La vasija es un objeto de barro equiparable con el cuerpo humano que también fue
sacado de la tierra. Esta es la razón por cual Adán tomó el nombre del barro (adama)
de donde fue tomado. En el lugar de donde fue tomado quedó un hueco, entonces, a la
hora de morir, la “adama” vuelve a su sitio” Este es el sentido de la expresión: “Tierra
eres y a tierra volverás” (Genesis 3:19).

En Jeremías 18:2-10 se nos da una hermosa enseñanza. Aquí vemos que aquel vaso,
es decir, aquella persona que se dispone en las manos de Yeshúa, ÉL forma su
carácter, su vida sobre la rueda y aun cuando este vaso se estropea, el alfarero le
vuelve a dar la forma como él quiere. En base a este proceder es que Yeshúa nos dijo:
“El que se queda en Él, producirá mucho fruto” – cualidades. Vea Juan 15:4-8.

Shaul explica en 2 Corintios 4:7 la metáfora “vasos de barro” que es una referencia al
cuerpo humano.
El hombre es como una vasija que, siendo tan frágil, se rompe. Esto sucede con la
muerte. El barro no es como la piedra. La piedra es duradera mientras que el barro se
quiebra con facilidad. Entiendan el por qué Adonaí escribió “con su dedo” su propio
compromiso para con el pueblo de Israel y este Pacto no lo escribió en tablas de barro
sino de piedra. La piedra es una metáfora que ilustra la durabilidad a pesar del paso de
los tiempos y de las acciones de los elementos.

De la misma forma como un vaso de barro se puede estropear, el carácter y la


identidad genética de la persona se altera a causa del pecado. Que el hecho que el
barro se estropea, esto implica la misma muerte de la persona. Pero,
independientemente de si la vida de uno está quebrada en su integridad o incluso la
muerte pasó sobre ella, cuando este barro, es decir, la vida de una persona, es entrega
en las manos del Creador y Redentor, este la regresa sobre la rueda de la Redención
para darle nuevamente forma.
El agua viva o corriente, en la vasija de barro, también se refiere al Espíritu del Elohim
de Israel que se deposita o que descansa sobre aquella persona que se dedica al
estudio de la Torá. En nuestro pueblo es conocido que la Shekinah del Altísimo reposa
sobre aquel que estudia los principios de la Tora y lo colma de bendiciones mientras
que, las bendiciones pasan a la espalda de aquel hijo de Israel que no estudia las leyes
de su pueblo.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
Levítico 14:6 Tomará luego el pájaro vivo, la madera de cedro, la púrpura
escarlata y el hisopo, los mojará, juntamente con el pájaro vivo, en la sangre
del pájaro inmolado sobre el agua viva,

Del mismo modo como el sacerdote sumergía el pájaro vivo en la sangre del pájaro
degollado, a la persona que había cometido el pecado de un mal hablar se le marcaba
en su conciencia para recordar todos los días la sangre, que el efecto de dar un mal
uso a su lengua, llevó a su compañero a la muerte. El “derramó” con su boca, la
sangre de su prójimo. En forma simbólica, su cuerpo sanado, quedaba “pintado” con la
sangre del pájaro degollado; todo esto se realizaba para que la persona tuviera
siempre delante de sus ojos el mal que hizo al calumniar o chismear, ¡a fin de que no
lo vuelva a hacer!

El proceder era el siguiente:


La madera de cedro servía como mango, el hisopo y la avecilla viva se unían a él por
medio del hilo de grana o la cinta carmesí. El pájaro debía estar atado a este mango de
modo que su cola estuviera hacia abajo, para poder ser sumergida en la sangre del
pájaro que se había sacrificado.

Recalcamos que para que el pecador (el metzorá) sea purificado es imprescindible
quitar una vida porque solo la sangre puede equilibrar el peso del pecado.
Y no es de ignorar que el rito mencionaba que esta sangre debe estar conjunto al agua
viva.
Como estas legislaciones también son revelaciones directas sobre el modo y el por qué
murió Yeshúa, encontramos en Juan 19:33-34 los dos símbolos - sangre y agua –
juntos. Estas evidencias son pruebas irrefutables que identifica a Yeshúa siendo el
mismo Mashíaj sobre cual Moisés escribió en el libro de la Tora.
Juan 19:34-35… uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al
instante salió sangre y agua.
El que lo vio lo atestigua y su testimonio es válido, y él sabe que dice la
verdad, para que también vosotros creáis. El testigo citado aquí no era ni más ni
menos que el mismo Yohanan que hablaba sobre si en tercera persona al relatar los
sucesos. El, siendo un conocedor de las leyes de Israel, marcó el detalle como
evidencia a favor de Yeshúa en cuanto al hecho que en su vida y en su sacrificio, al
cumplir con los procederes indicados en la Tora respecto a la redención, nos da a
nosotros suficiente razón para tener plena confianza en la obra redentora de Yeshúa.
Como si fuera poco, Yohanan recalca en su carta en 1 Juan 5:6: “Este es el que vino
por el agua y por la sangre: Yeshúa HaMashíaj; no solamente en el agua, sino
en el agua y en la sangre.”

Cuando un pecador que ha entendido su estado en impureza empieza su proceso de


teshuváh (retorno hacia la pureza de la fe) tras proceder con la tevilah/inmersión, se
inicia en su vida el lavamiento mediante la sangre de Yeshúa y el agua de la
purificación – el Ruaj de Yeshúa que trae la santidad en la persona.

Para quien cree que vive por “gracia”: ¿qué valor le das a este sacrificio que te dejó a
ti libre para poder vivir?

Levítico 14:7 y rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra. Y,


tras de declararlo puro, soltará en el campo el pájaro vivo.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
Curiosamente el verso 7 nos habla de 7 rociaduras. Siendo que 7 el número que se
refiere a una plenitud, el rociar “siete veces” significa una purificación completa según
pueden apreciar al leer el caso de la purificación del sirio Naamán en 2 Reyes 5:10.

Como hemos dicho, por una parte, el pájaro vivo manchado de la sangre del ave
inmolado representaba a la persona que quedaba libre, pero, llevando consigo a modo
de recordatorio que, por su pecado trajo la muerte sobre su prójimo; pero también, tal
como el ave viva era soltada en libertad, el hecho simbolizaba la libertad de la persona
que tenía la tzaráat.
Así mismo como el ave viva vuela en libertad lejos, la impureza se aleja, lejos, de
aquel que es lavado en la sangre del Cordero y bañado en el agua de la purificación. En
tercer lugar, en dejar al ave viva marcharse lejos, entrevemos que, tras la muerte
redentora, hay vida para quien se procede con la expiación y, por lo tanto, existe la
resurrección como esperanza segura de una total liberación tanto del pecado, como de
la muerte misma.

El ave inmolada y el ave soltada en libertad es también una evidencia de que el


Mashíaj aun siendo inmolado a favor de nuestra redención para cumplir con las leyes
de Justicia, resucitará y por lo tanto, volará nuevamente hacia el cielo, hacia el lugar
de donde vino.

Para dar más peso a estas revelaciones aquí resumidas (ustedes pueden profundizar
más en estas pistas) os presentare un descubrimiento significativo que esta vez nos
viene del valor de los mismos términos empleados en la Ley de la purificación del
metzorá, leyes que vemos que son referencias directas hacia el mismo Mashíaj.

Fue un rabino, Moshé Bogomilsky quien, al estudiar sobre el ritual entre estas dos aves
observa una conexión entre ellas y el Mashíaj.
En el hebreo, ave se dice: “tzipor – ‫” צפר‬.
Como supongo, ya sabéis, cada consonante hebrea tiene un valor numérico así bien, la
suma de las tres consonantes que forman la palabra ave -tzipor es 370.
Tzade= 90
Phe = 80
Resh = 200
También, 370 es la suma de las palabras que más bien son una expresión: “este es el
Mashíaj”. En el hebreo esto se escribe: “ze Mashíaj - ‫”זה משיח‬
Zain = 7
Hei = 5
Mem = 40
Shin = 300
Iod = 10
Jet = 8
Aunque no comparto la interpretación que Moshé Bogomilsky da a las dos aves, sigue
siendo cierto que las dos aves son una referencia a “un mismo individuo”, en este caso
el Mashíaj.

A pesar de que una persona se puede considerar a sí misma restaurada, sin el rito o

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
los requisitos de la purificación, no puede ser declarada pura desde la perspectiva de la
Justicia de la Redención hasta que pasa por todo el proceso revelado en estas leyes.
Todo aquel que se salta alguno de estos procederes, en realidad salta las
oportunidades de cumplir con lo que le corresponde para que una vez purificado, pueda
hacerse con la bendición de, un día, estar ante la Presencia de Elohim y Padre de
Yeshúa.

Una vez que un ave paga el precio, la segunda queda en libertad. Para que el hombre
quede libre de la muerte, uno igual a él debe pagar con su vida. Esta es la razón por
cual el Redentor de Israel, para ser efectivamente un redentor, se hizo un pariente
cercano – un Goel /pariente redentor.
Su obra fue prometida bajo profecía que vino a través de Ezequiel (36:25-26). La
metódica de la purificación es equiparada con la disposición del alfarero en moldear,
según él quiere, a la vasija que está en sus manos.

Los versos que hemos estudiado hasta aquí sobre este inusual ritual, indican de
manera significativa hacia la obra redentora que Yeshúa hizo para dejar puros a
aquellos que, al ser afectados por la lepra del pecado, se dispusieron a ser restaurados.
Como resumen de todas las evidencias citadas hasta aquí respecto a Yeshúa,
presentamos en los escritos de los Apóstoles las siguientes evidencias:

- Vemos en Juan 3:13 y 6:38 que Yeshúa vino desde el cielo.


- En Hebreos 13:11-13 leemos que Yeshúa fue sacrificado fuera del
campamento. Citamos esta evidencia en la luz de Juan 19:20 donde vemos que
Yeshúa fue inmolado fuera del Campamento de Jerusalén.
- En Hechos 2:27 está escrito que Yeshúa permaneció limpio y santo incluso en su
muerte, y a pesar de que tomó sobre si el pecado no se convirtió en pecador (2
Corintios 5:21).
- Yohanan escribió en 1 Juan 5:6 que Yeshúa vino mediante agua y sangre y que
murió en asociación con la sangre y el agua (Juan 19:34-35).
- Mateo nos relata que la tela de color escarlata se manifestó durante el proceso de
la muerte de Yeshúa (Mateo 27:28).
- Yohanan nos presenta que también la madera se encontró en su contexto de la
muerte de Yeshúa (Juan 19:17-18).
- Yohanan nos presenta que también la hierba de hisopo se encontró en su contexto
de la muerte de Yeshúa (Juan 19:29).
- Yohanan nos presenta que Yeshúa se llevó las marcas de la muerte (Juan
20:27).
- En su relato, Lucas nos presenta en Hechos 1:9 que Yeshúa ascendió al cielo
como un ave se alza fuera de la vista humana.
En la Comunidad donde participamos, estamos viendo 300 referencias sobre el Mashíaj
en la Tanaj y estamos corroborando en los Escritos de los Apóstoles que estas han
tenido un cumplimiento cabal en Yeshúa. Aun así, cuanto más investigamos las Leyes
de la Tora, observamos más pruebas de que Yeshúa es el Mashíaj.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -

Ahora, si Yeshúa cumplió con aquella parte de la Tora que hablaba sobre El,
¿cumplimos nosotros las condiciones referentes a nuestras obligaciones?

Con el verso 8 comienza la asegunda etapa del proceso de purificación y este se


describe hasta el verso 32. Esta vez dentro del campamento de Israel.
Si en la primera etapa la limpieza fue de orden personal en el beneficio de su bien
interno, la segunda etapa presenta un proceso ceremonial que prepara a la persona a
recuperar su posición dentro de la sociedad y como un adorador ante el Elohim
Viviente.
Levítico 14:8 El que se purifica
- lavará sus vestidos,
- se afeitará todo su pelo,
- se bañará en agua, y quedará limpio. Después podrá entrar en el
campamento; pero durante siete días ha de habitar fuera de su tienda.
Tres cosas tiene que hacer aquel que se recupera del pecado, tres cosas que le
corresponde hacer en esta primera fase, fuera del Campamento de Israel y como un
acto previo a fin de estar en condición de poder entrar en medio de este pueblo.
- lavar sus vestidos
- afeitarse todo su pelo
- bañarse en agua
Una vez cumplido con todo lo presentado en el ritual del sacrificio y una vez cumplidos
estos tres procederes, la persona quedaba limpia, pero, esta limpieza no era completa
porque verán que en el 8 día, tras otro proceder, también se le llamaba “limpia”.
Entonces, entendemos que la primera declaración de “limpio” no era de todo completa.
Pasado por este primer proceso, la persona que se recupera de su pecado, podría
entrar en una comunidad hebreo israelita donde pasa de ser visto más como un
gentil/impuro, a ser visto como uno que recupera su dominio y su identidad como
persona. Recordemos que tener “tzaráat” o pecado es sinónimo de muerte. Igual un
gentil que vive en el mundo, al vivir en la impureza como impuro es igual a ser
considerado como se le considera a un muerto. Este concepto es la razón por cual
Yeshúa dijo: “deja a los muertos que entierren a los muertos” (Mateo 8:22).

De la misma manera como a un leproso aun sanado, no se le permitía entrar en su


morada durante la primera semana, así mismo, un redimido, aun siendo el sanado de
su pecado, no puede volver a estar o entrar en la presencia del Padre de Yeshúa hasta
en el octavo milenio cuando, al terminar el ciclo milenario de 7 -una semana, se
cumpla todo el proceso aquí revelado.

La redención no es un proceso que se produce en secreto donde nadie sabe que sucede
excepto la propia persona y “su salvador” (como aprendieron cuando se alimentaban
de las interpretaciones inmundas del cristianismo). La redención requiere de la
restauración y para que una persona sea declarada restaurada, los testigos oculares
juegan un papel fundamental.
Siete días a la pura vista de tus prójimos es todo un espectáculo. Ojo que el detalle es
relevante por el hecho que estos ojos que te observaran por “siete días” no se trata de
ojos gentiles sino de ojos que están dentro del campamento de Israel. Esto quiere decir
que, en el proceso de juicio y restauración, no se tiene en cuenta la visión gentil sino
aquello que observa un ojo de un hebreo que al estar dentro del campamento de
Israel, significa que aquello que mira, lo mira de forma objetiva condicionada por las
propias leyes de la Tora.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -

Este requisito tenía el propósito de probar a los demás que la persona fue justamente
declarada recuperada por el sacerdote de modo que servía como un respaldo a favor
de la declaración del sacerdote.
Entendemos con esto que nada de lo que hará Yeshúa quedara sin ser justificadamente
probado como justo. Si El, como el sacerdote por excelencia, declarará la vida o la
muerte de una persona, su declaración estará respaldada por aquello que los del
pueblo de Israel quienes, al presenciar los hechos, podrán testificar como justicia.
Por otra parte, que un leproso declarado limpio por el sacerdote vuelva en medio del
campamento de Israel, debe que los del propio pueblo confirmen que tal persona no
presenta un potencial peligro para ellos.
En este sentido y para la seguridad del pueblo como para que el mismo pueblo acepte
en medio de ellos al “metzorá” sanado, este debería mostrar su sanación mediante tres
actos.
- lavar su ropa hemos visto en el estudio del capítulo 13 que es una referencia directa
que revela un trabajo de limpieza en su carácter, en su forma de ser.
No basta el propio testimonio, sino aquello que los demás están observando.
Proverbio 22:7 declara que es mejor el testimonio de otra boca que aquello que tú
mismo declaras sobre ti.
- afeitarse todo su pelo, en parte era para demostrar su recuperación. Estos dos pasos
servían también como método preventivo para librarse de cualquier germen o vestigio
del que pudiera quedar en su pelo, o en su ropa. Por otra parte, el despojarse de su
pelo, vimos en el capítulo anterior que este acto era visto como una declaración pública
que ha dejado sus antiguas costumbres, del mal habla, o de cualquier otra
transgresión directa de modo que, con este acto, se dispone como un recién nacido y
hace público su nacimiento como una nueva persona.

- cómo último paso de este primer proceso de limpieza, dicha persona tenía que
sumergirse en un mikve/reunión de aguas porque al hacer la tevilah, limpió todo su
cuerpo del antiguo hombre.

Tras una estancia de 7 días en medio del pueblo de Israel, un último proceso de
limpieza, dejaba por completo limpio al metzorá sanado.
Levítico 14:9 El día séptimo se afeitará todo su pelo,
- su cabellera,
- su barba,
- sus cejas, es decir, se afeitará todo su pelo,

- lavará también sus vestidos,


- bañará su cuerpo en agua y quedará limpio.

La tzaráat es el producto de tres malos actos:


1. La altanería o la soberbia
2. La maledicencia o el mal hablar
3. La envidia o la codicia
Estos tres se presentan en el orden de la purificación:
1. la soberbia hace a uno tener el deseo de estar por encima de otros y por esto
primero se debería rasurar el pelo de la cabeza.
2. Por no saber controlar su boca de no hablar mal de su prójimo, el pelo que rodea su
boca debería ser rasurado.
3. Las cejas se rasuraban por no saber controlar sus ojos para no codiciar nada que

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
pertenece al prójimo hermano hebreo.

El corte del pelo siendo algo que separas de ti, es un símbolo de la acción de
desprenderse del orgullo, la codicia y el mal hablar. Cortar el pelo es señal de muerte,
en este caso de dar muerte a ciertos pensamientos y acciones.
El sentido del cortar del pelo es ilustrativo porque de la misma forma como el pelo
vuelve a crecer, la persona que pasa por este proceder, tiene un nuevo renacer.

Conforme a la ley, la mujer estaba eximida de rasgarse la ropa y cortarse el cabello,


sin embargo debía cumplir con lavar sus ropas y también lavar su cuerpo.

Es sugestivo que para entrar en el campamento de Israel uno debería haberse afeitado
todo el pelo de su cuerpo y también tras pasar siete días. Este acto nos deja entrever
que la persona que entró en su proceso de purificación, no es pura desde el comienzo
de su sanación, ni entonces cuando se libró de ciertos malos procederes. Tal como se
requiere un segundo afeitado, lavamiento de ropa y cuerpo, entendemos que hay una
segunda fase de purificación que no se completa hasta pasar los 7 mil años. Es allá
cuando una persona estará en plena condición de ser declarada limpia por completo
una vez que se despojó de todo pensamiento y de todo mal obrar, una vez que lavó
por completo su carácter hasta que este resplandece el resplandor de la perfección del
mismo Creador y Redentor, hasta que su cuerpo está por completo limpiado de
cualquier efecto, rastro de degeneración producida como resultado del pecado.

Por lo último, tengamos en cuenta que nadie se puede “ocultar en el secreto del
Altísimo” salvo que estamos cumpliendo con los procederes de la limpieza.
Hasta entonces, estaremos a la pura vista del juicio de nuestros prójimos hermanos,
de aquellos ojos que miraran si nos hemos lavado bien “las ropas”, si nos hemos
librado del mal genio ilustrado por la metáfora del pelo y si nos hemos sumergido bien
en las aguas de la palabra de vida, aguas purificadoras que nos traen sanación a
nuestros cuerpos.

Parte 3

Aquel que cree en la gracia, no estudia la Tora porque creer en la “gracia” es vivir una
vida sin obediencia a las leyes – Tora.
La creencia en “la gracia” se resume en estas siguientes palabras: “La salvación es del
Señor” por lo tanto, ve a la deidad como el autor de la salvación de principio a fin. Esto
quiere decir que el único papel que juega el ser humano en esta obra es el de traer
pecados dejando que la deidad se haga responsable de todo lo demás. Se cree que
cada aspecto de la salvación del hombre proviene de la deidad y depende totalmente
de la acción de la misma.
Se entiende en el cristianismo que las tres personas de la deidad triuna trabajan en
conjunto para rescatar a aquellos que perecen bajo la ira divina. Las supuestas tres
personas divinas hacen todo el trabajo que no pueden hacer los pecadores destinados
al infierno, quienes son completamente incapaces de hacer nada para traer la salvación
sobre sí mismos.
Cinco doctrinas fundamentales forman la base del credo en “la gracia salvadora”. En
resumen, se enseña que la gracia divina actúa independientemente de la voluntad del
hombre significando esto que ningún esfuerzo o acto de parte del hombre puede añadir
a esta llamada “gracia divina” para así lograr la redención de su corazón.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
El texto principal que es la piedra angular de esta creencia, muy popular en el
cristianismo, es el siguiente: “Porque en verdad: "por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Elohim; no por obras,
para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).
El concepto de la “gracia” es: situar una persona en una posición anti Tora –
como una persona sin leyes.
Pero aquel que estudia la Tora, entiende que para ser purificado y quedar libre del
pecado, no solo debe creer en el sacrificio de Yeshúa sino que también tiene algo que
aportar como parte del proceso de su redención y restauración.

Hemos dicho al principio de nuestro estudio que el ritual de la purificación se dividía en


dos etapas. Si bien la primera parte del ritual de la purificación se efectuaba fuera del
campamento de Israel (en el mundo gentil), el segundo proceso iniciaba estando el
metzorá (leproso) sanado, en medio del pueblo de Israel.
Una vez que todo el pueblo fue testigo de la sanación del metzorá, el siguiente paso le
daba acceso a presentarse ante Adonái a fin de terminar su restauración mediante una
segunda serie de ofrendas y sacrificios.
Tengamos en cuenta que la purificación del pecador no estaba del todo
completa sino al final de los siete días.

Levítico 14:10 El día octavo tomará


- dos corderos sin defecto y
- una cordera de un año sin defecto;
y como oblación,
- tres décimas de flor (unos 6 kg) de harina amasada con aceite y
- un cuartillo de aceite. (un cuarto de litro)
Deben notar aquí que, entre los dos tipos de ofrendas, esta segunda contiene un
detalle que no es ordenado para el primer sacrificio (versos 4 al 7). Tras pasar una
semana desde el primer rito de la purificación realizada fuera del campamento, el
leproso se acercaba a la puerta del Santuario para cumplir con la segunda fase de la
purificación.
El “metzorá sanado” debe presentar tres animales y cada uno de ellos es acompañado
por una ofrenda de harina y aceite. El segundo rito de purificación contiene una
excepción de la regla porque los sacrificios por el pecado no tienen ofrendas de cereal
alguno o aceite. Vea en Levítico 4 los sacrificios por el pecado.
Las ofrendas eran una forma de mostrar gratitud y devoción hacia el Creador.
Presentar un sacrificio de un animal PERFECTO, “sin defecto”, demostraba una máxima
pureza y respeto hacia el Altísimo.
La “oblación” se refiere a una ofrenda de cereal que es recibida como “un grato olor”.
Vea en Levítico cap. 2 el reglamento para las ofrendas de cereales.
Estos sacrificios siguen siendo activos y la actitud requerida debe estar a la altura de
las exigencias porque de la forma con cual nos presentamos ante el Elohim de Israel,
revelamos respeto por lo que hizo y hace a favor nuestro y también revelamos la
prioridad que tenemos en nuestra vida.

De los dos corderos uno era una ofrenda por el pecado, y el otro, ofrenda quemada,
que tenía el carácter de una ofrenda de gratitud por la misericordia de Adonái en su
restauración.

La cordera era para la ofrenda de transgresión, la cual era necesaria por el pecado
inherente a su naturaleza, también por contaminar el campamento de Israel y por su

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
tzaráat que lo llevo a ser expulsado de la comunidad. Mas adelante vamos a ver que se
hacía y que importancia tenían estos sacrificios.

Cuando presentamos una canción, un texto de las Escrituras, una ofrenda de tzedaka,
cuando damos una ayuda a un hermano sea este un simple consejo cuyo fin es
ayudarle encaminarse en la adoración sincera y verdadera, demostramos que
presentamos una ofrenda “sin defecto”. Lo que sea que hacemos por obligación o por
algún otro interés, no representa “un sacrificio sin defecto”.

Con presentar un sacrificio donde el animal que traemos es sin ningún defecto,
mostramos que deseamos y nos esforzamos en alcanzar un estado de “tamím”
(perfecto) en todo lo que hacemos.
Esta debe ser la inclinación de todo aquel que, al ser sanado de la inmundicia de su
pecado, quiere ser restaurado - siempre dispuesto hacia toda mejora.

Para más detalles sobre los distintos tipos de ofrendas ordenadas en este capítulo
vean:
- En el capítulo 1 de Levítico se presentan los sacrificios del holocausto – un -sacrificio
totalmente consumido por el fuego,
- en el capítulo 2 están las ofrendas vegetales,
- las ofrendas de la purificación por el pecado están en el capítulo 4
- las ofrendas por la culpa y por la reparación están en el capítulo 5
El único tipo de sacrificio que no está ordenado en este capítulo 14 es el sacrificio de
shalom - que es un sacrificio voluntario. Sobre este tipo de ofrenda vean el capítulo 3
de Levítico.

Levítico 14:11 El sacerdote que hace la purificación presentará ante Adonai,


junto con todas esas cosas, al hombre que ha de purificarse, a la entrada de la
Tienda del Encuentro.

Levítico 14:12 El sacerdote tomará uno de los corderos para ofrecerlo como
sacrificio de reparación, además del cuartillo de aceite, y lo mecerá como
ofrenda ante Adonai.
“sacrificio de reparación,” implica la intención de restaurar las cosas a su condición
de normalidad y pureza, a cómo estaban antes de que algo malo fuese hecho.
Reparar no trata de pagar sino de trabajar para corregir, para la restauración de un
error a fin de no volver a repetirse.
El primer cordero era ofrecido según las instrucciones de los capítulos 5 y en el capítulo
7:1-10 se presenta el proceder con este sacrificio de reparación. La carne de esta
ofrenda pertenecía al sacerdote, no al leproso restaurado.
Levítico 14:13 Luego inmolará el cordero en el lugar donde se inmola el
sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar sagrado; porque, tanto en el
sacrificio por el pecado como en el sacrificio de reparación, la víctima
pertenece al sacerdote; es cosa sacratísima.

Que la carne de este sacrificio pertenece como alimento para el sacerdote, tiene una
profunda enseñanza respecto a aquella palabra que dijo Yeshúa “comed mi carne”
palabra que espantó a aquellos que, a pesar de tener la Tora en sus manos, no sabían
leer en ella con entendimiento.

Hay dos niveles de acercamiento hacia el Mashíaj. El primero y el mas popular es

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
ilustrado en el hecho que todo pecador, cuando se presentaba con su víctima ante el
santuario, ponía sus manos sobre la cabeza de aquello que sacrifica testificando su
culpa sobre ella. Así sucede cuando un pecador viene ante Yeshúa haMashíaj, lo
primero que hace es poner sus manos sobre El, para indicar que el Mashíaj es la
ofrenda del pecador y por lo tanto, transfiere la culpa por su pecado sobre Yeshúa. Así
el Mashíaj pasa ser el sacrificio sustitutivo para el pecador.
Este nivel de conexión con el Redentor es bueno, pero no completo.
Hay un segundo acercamiento, uno que crea una relación de intimidad con el Mashíaj.
Esta intimidad es ilustrada por el verbo “comer”.
Cuando Yeshúa dijo “comed mi carne” en Juan 6:56-71, llamó a sus discípulos a un
nivel de comunión más íntima, una conexión más personal.
Alimentarse de la carne del sacrificio, era nutrirse de la sustancia de la redención.
Si bien en el primer nivel solo es una experiencia exterior, la segunda es interior donde
uno pasa a introducir dentro de si los principios fundamentales de la salvación.
Nadie puede profundizar en los secretos de la Redención (comer, nutrirse con las Leyes
de la Salvación- comer la carne del Mashíaj) sin antes, primero, pasó en poner sus
manos identificando a Yeshúa como su Redentor sustitutivo y así pasar por el proceso
de la purificación hasta ser llamado “LIMPIO”.
Recuerden que la Ley para el Pesaj, ordena a los hijos de Israel, COMER TODO EL
SACRIFICIO. El Pesaj no es una celebración, el Pesaj es Yeshúa mismo.
Comer la carne de Yeshúa es comer el Pesaj.
No solo debemos sacrificar el Pesaj, debemos comerlo y comerlo por completo para
que nuestra redención y restauración sea igualmente completa. El que no come este
tipo de alimento, no tiene la fortaleza para afrontar todo un viaje por el puro
desierto. Se necesita este tipo de comida fuerte para ciertos oídos, para el que desea
avistar y entrar en la tierra prometida.

Del mismo modo como nadie puede comer ni beber por ti, no te sirve cuán mucho se
alimenta tu hermano/a, tu esposo/a, padre o tu madre etc. de la palabra de vida
eterna. Uno mismo debe acercarse y alimentarse de aquello que el Redentor le dispuso
como alimento vivo – su carne- su Tora Viviente.
Así como disfrutan de una buena y rica comida, uno disfruta de estar en el Mashíaj y
alimentarse de El como fuente de alimento vivo.
Salmo 63:1-8 Elohim, tú mi Elohim, yo te busco, sed de ti tiene mi persona, en
pos de ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua.
Como cuando en el santuario te veía, al contemplar tu poder y tu gloria, pues
tu amor es mejor que la vida, mis labios te glorificaban -, quiero en mi vida
bendecirte, levantar mis manos en tu nombre; como de grasa y médula se
empapará mi alma, y alabará mi boca con labios jubilosos.
Cuando pienso en ti sobre mi lecho, en ti medito en mis vigilias, porque tú
eres mi socorro, y yo exulto a la sombra de tus alas; mi ser interior se apega a
ti, tu diestra me sostiene.
Hay mucha bendición revelada cuando el padre dice en la parábola del hijo prodigo:
"comamos y hagamos fiesta" – Lucas 15:23-24. Aquí se ilustra que el Padre de Israel
desea que comamos alimentándonos de sus enseñanzas – Tora - como en un banquete
que El dispuso para nosotros. Esto es: “comed mi carne y bebed mi sangre” – estudiar
la Tora (la carne es la ley) y beber del Espíritu (entendiendo y viviendo en el propósito
de los reglamentos).

Debido a esta realidad en cual nuestra generación se encuentra, en la Tora fue


ordenado que aquellos que deben ser reyes y sacerdotes, una vez, apartados de las

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
demás personas y purificados debían sentarse, y "comer aquellas cosas con la cuales
se hizo expiación."

Levítico 14:14 Después el sacerdote tomará sangre de la víctima de


reparación y mojará el lóbulo de
1. la oreja derecha del que se está purificando,
2. el pulgar de su mano derecha y
3. el de su pie derecho.

El lugar a la derecha es la misma posición que ocupa la Guevurá, es el lugar que


pertenece al “brazo derecho de Adonái – es el lugar de la JUSTICIA.
A “la derecha” no es el sitio para el corazón, el sentimiento y la emoción” sino al del
sano juicio.
La parte de la derecha pertenece a la razón, a la acción predeterminada o guiada por
los preceptos de la Torá. EMUNAH/es una fe basada en principios de juicio y conducta
establecidos sobre el fundamento de las Leyes de Moisés.
Tres partes del cuerpo son mencionados que necesitan ser purificados:
- la oreja, porque la oreja estuchó “láshon hará”,
- la mano porque se metió donde no debía y
- el pie porque se dispuso caminar donde no le correspondía,
Por estas malas acciones, la persona fue castigada con la plaga de la tzaráat y esta es
la razón por cual estos tres partes deben ser librados de esta mala práctica.

Los tres “órganos” mencionados en el texto se refiere a tres divisiones en cual es


separado el cuerpo humano. Las tres partes: la cabeza, el tronco y las extremidades
(la pelvis para abajo - piernas) necesitan una purificación en particular.

1. La oreja “derecha” pertenece a la parte del cuerpo llamado “cabeza”.


La oreja tiene la facultad de escuchar el sonido del “SHEMA”.
Shemá es una metáfora que describe la capacidad de una persona en hacer un oído
inteligente, es decir: usar la razón o la cabeza para entender un precepto de tal modo
que el mero oír convierta lo oído en una acción voluntaria. Esta “acción” se vierte en la
forma interna de pensar y sentir para el beneficio de la propia persona y no solo; de
aquí que se añade dos unciones más para santificar la persona.
Pero, como saben, en las poesías se emplean muchas veces alusiones a ciertas partes
de la cabeza como son los ojos, la nariz, la boca, las mejillas, la frente, pero ¿quién
habla del “lóbulo de la oreja”? ¿Por qué Adonaí de prioridad a esta parte sin mucha
importancia para la gran mayoría de las personas?
De este “lóbulo” se colgaban los aretes, los pendientes y era esta parte que se le
agujereaba a un esclavo que elegia quedar para siempre bajo la custodia de un dueño
según la legislación para un esclavo que no quería ser liberado de su servicio. Vea
Éxodo 21:6. Era señal de sujeción voluntaria y disposición en hacer lo que es correcto.

La sangre sobre la oreja derecha significaba que aquel que se dispone a ser
restaurado, debe escuchar primero las ordenanzas del Elohim de Israel antes de
cualquier cosa porque solo al hacer SHEMÁ a la Tora, uno puede saber discernir que
cosa permitir escuchar y que no.

2. El dedo - pulgar “derecho” – Ocupa la segunda sección del cuerpo humano, es


decir el tronco.
Las manos tienen la tarea del hacer, el de poner en una obra visible (acción de las

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
manos) todo aquello que la mente percibirá a través del oído.
Gracias al dedo pulgar, el hombre puede agarrar objetos y realizar muchas operaciones
delicadas que de otro modo serían imposibles; es por esto que la referencia al dedo
pulgar se asocia con el hacer.

Si bien el propósito de la oreja es llevar a la mente una información para que luego la
razón (mente - cerebro) distribuya la información en los órganos internos del propio
cuerpo, la boca es la parte de la cabeza que divulga a los demás aquello que ha
comprendido – pero todo esto entra en una categoría que llamamos: “teoría”.
En cambio la mano es el órgano apto para transmitir a los demás aquello que entró
por el oído, pero, a través de acciones físicas. La mano crea una imagen visible de
aquello que es una enseñanza teórica.
Si una palabra entra por el oído, esta puede quedarse solo para el ser interior de la
persona, pero cuando la mano da forma a aquello que entro por el oído, se ve si dicha
cosa es una buena o una mal enseñanza. Como sea, tanto el bien como el mal, son
principios activos y tarde o temprano sacara lo interior hacia lo exterior. En este caso,
convierte lo que hay en el interior en una acción – obra de las manos.

La sangre puesta sobre el pulgar de la mano derecha enseña que todo aquello que
ponemos en obra tiene que ser para el servicio de Adonái. Esto quiere decir que las
obras que debemos producir deben ser como una ofrenda de grato olor para así traer
honra al Elohim de Israel, a nosotros mismos, a nuestro pueblo y a la Tora que nos
enseña cual es el buen proceder.

3. El dedo del pie “derecho” ocupa la parte del cuerpo que tiene que ver con el
andar – el caminar.
La dirección en cual camina una persona deja de por si un rastro. El caminar de una
persona marca una senda. Si esta senda es respaldada por y en la Justicia (la guevura)
del Elohim de Israel, esta se hará vista ante los ojos de los demás y si el caminar es
“impureza” también se verá.

La señal de la sangre sobre el pulgar de su pie derecho revela que lo primero que un
redimido debe seguir son las Sendas de Justicia y Verdad del Elohim de Israel.

En todas las ocasiones donde se menciona el pulgar se nombra por separado la mano
como el pie. Vea más en Éxodo 29:20; Levítico 8:23-24; 14:14, 17, 25, 28.
La diferencia entre los dedos de la mano como del pie reside en el hecho que cuando el
texto se refiere al dedo pulgar de la mano, la palabra hebrea para decir dedo, es
asociada a otra palabra que significa “cubrir o cerrar” y esto porque el dedo pulgar
cierra (como un sello) situándose sobre los demás dedos. Cuando los 4 dedos se
cierran en conjunto formando el puño.
Nota extra:
Esta realidad es también sugestiva porque los cuatro dedos que se juntan son símbolos
de los 4 poderes (Babilonia, Medo-Persia, Grecia y Roma) que obraron como un solo
espíritu para dominar sobre el pueblo de Israel pero, el dedo pulgar, el que resulta algo
separado de las demás 4 se refiere al pueblo de Israel.
La curiosidad hace que esta comparación sea bastante acertada y les explico por qué:
es interesante que mientras 4 de los dedos necesitan de 4 articulaciones, el dedo
pulgar solo necesita de tres.
Es interesante el hecho que el dedo pulgar, tiene la capacidad de elevarse por encima
de todos los demás dedos o hundirse por debajo.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
Esto es significativo porque cuando el pueblo de Israel sigue la voluntad y los caminos
de Adonái, este pueblo tal como el dedo pulgar, se eleva por encima de las demás
naciones. Esto sucede exactamente como está escrito en Deuteronomio 28:1 “Y si tú
escuchas de verdad la voz de Adonai tu Elohim, cuidando de practicar todos
los mandamientos que yo te prescribo hoy, Adonai tu Elohim te levantará
por encima de todas las naciones de la tierra”.
Esto quiere decir que si obramos en conformidad con las instrucciones de nuestro
Elohim, de esclavos situados bajo el dominio de las 4 naciones, nos podemos elevar
para convertirnos en los dueños de las 4 potestades que han hundido la dignidad de
Israel.
No era casualidad que a ciertos prisioneros de guerra se les cortaba precisamente los
dedos pulgares de la mano y de los pies como señal de ignominia – ofensa, humillación
pública. Estos dedos, más gordos que los demás de la mano o pie, son una señal de la
dignidad de la persona. Vea en Jueces 1:6-7 uno de los métodos usados en la
antigüedad para quitar la dignidad a una persona.

Estos tres órganos se refieren a 3 extremidades de órganos que simbolizan los límites
extremos del cuerpo humano.
!El detalle es relevante porque la restauración no solo se ocupa de aquellas
partes más importantes del cuerpo humano, sino que, por principio de
justicia, erradica todo mal rebuscando y restaurando hasta el más remoto
extremo! Hasta que la restauración no alcanza cualquier extremo de una persona, no
se puede hablar de una restauración perfecta. Recordemos que cuando el hombre fue
creado este estaba en una condición perfecta.
Si bien las manos y los pies representan aquellos órganos activos de la persona en el
mundo de la acción, la oreja es la que oye la orden de Elohim y, por lo tanto, de la
oreja recibe la mano y la pierna la información para la acción adecuada y apropiada.
Como el oído es una puerta de acceso adentro de la persona, la redención se ocupa
con esta puerta de acceso para poner aquí un guardián.

Los detalles mencionados en la obra de la purificación nos revela detalles de la


redención que debe suceder en la vida de cada persona que entra en este proceso de
purificación. Aquello que Shaul enseñó a los creyentes en Yeshúa, en sus días, sigue
siendo válido para nuestra generación porque la enseñanza de Shaul venia
fundamentada precisamente en las leyes de purificación que estamos hoy estudiando,
dijo Shaul en 2 Corintios 7.1; “…queridos míos, purifiquémonos de toda mancha
de la carne y del espíritu, consumando la santificación en el temor de Elohim”.

Cuando uno ya entró en el proceso de la purificación, debe comenzar un nuevo camino.


En este camino, la propia persona se convierte en reconciliador procurando acercar a
otros a ser también purificados. Vea 2 Corintios 5:17-21

Parte 4

Levítico 14:15 Y, tomando del cuartillo de aceite, el sacerdote echará parte de


él sobre la palma de su mano izquierda.
En nuestro pueblo, la mano representa el poder y la supremacía. El mensaje
que se desea trasmitir se comprende según la mano que se menciona.
Si el brazo derecho es símbolo de honor y poder, el brazo izquierdo, al estar
en el lado del corazón, es símbolo de misericordia y benevolencia. Conforme
hemos estudiado, si bien la Guevurá ocupa el lugar derecho, la Jésed ocupa

26
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
la parte de la izquierda.

El olivo es una figura Bíblica hebrea que denota la esperanza.


En Génesis 8:10-11 observan que la esperanza nació en el corazón de Noe que el
mundo iba a tener un nuevo comienzo, al ver el retorno de la paloma que había
enviado, trayendo en su pico una ramita de olivo verde. Así mismo, el ungimiento con
el aceite, trae sobre el metzorá la esperanza de un nuevo comienzo.

En Génesis 35:14 encontramos una de las más antiguas profecías sobre el pueblo de
Israel. Una nación que ha sido ungida (apartada – sellada - santificada) para un
propósito especial delante del Elohim Viviente y ante la vista de todas las demás
naciones.
Si bien en el contexto después del diluvio es mencionado el olivo, en el contexto de
Yaákov, es mencionado el aceite de oliva.
Después de un ilustrativo sueño, al despertar, Yaákov levanto un tronco de madero y
lo posiciono en vertical, después derramo sobre este el aceite para que quedara como
señal recordatoria.
Se suele traducir la palabra hebrea “matstsébet” como si fuera un monumento de
piedra, pero, según las evidencias de los textos hebreos en la Tanaj este “matstsébet”
- este monumento se refería a un tacón de un árbol puesto en posición vertical.
El pueblo de Israel es ilustrado como un tronco cortado que ha sido elevado, puesto de
pie y ungido porque, así como brota un vástago de la misma raíz de donde fue cortado
el árbol, así mismo, resurgirá de sus mismas raíces la nación que ha sido ungida una
vez y para siempre jamás con el aceite de la consagración. Y todo esto, porque el
pueblo de Israel está gravado en la palma del Redentor de Israel y por su Jésed (la
mano izquierda) este gozará de una refuah shelemah /una sanación completa. Esta es
LA VERDAD que revela esta ley que se refiere a la restauración de un metzorá. Vea el
texto profético en Isaías 6:13.

El aceite no era uno cualquiera sino uno que era totalmente prohibido para
que los hijos de Israel lo reproduzcan para su uso personal. Cualquier uso
fuera de los propósitos del Altísimo, se condenaba con la muerte (Éxodo 30: 32-33).
Este tipo de aceite de oliva solo servía a un propósito exclusivo para el uso
de aquello que se santificaba para Adonái. La receta de este aceite de la unción
se encuentra en Éxodo 30:23-24 y contenía mirra, canela, caña o cálamo aromático,
y casia, además de un poco de aceite de oliva. De esa forma, el perfume tiene cinco
ingredientes, y el número cinco, en tradición bíblica, representa la misericordia de
Adonái. Este número no es casual porque es el valor del número de la consonante Hei
que tiene que ver con el potencial de la vida. Para pronunciar esta letra no se necesita
emplear ninguno de los músculos de la boca porque sale tan fácilmente de la boca,
como sale el aire. Todas las demás consonantes necesitan de un cierto esfuerzo para
pronunciarlas. Esto nos enseña que es pura bendición del Redentor quien
derrama su Rajem sobre nosotros cuando nos entregamos gozosamente en su
servicio. Por estas evidencias entendemos que independientemente de cuantas
debilidades podemos tener como personas, podemos tener victoria sobre el mal si nos
disponemos a una purificación total.

El ungimiento con aceite de oliva es un símbolo de la sanación o de un


llamado para que la sanación venga sobre aquel que es ungido. Vean en
Santiago 5:14, que los dirigentes de la congregación practicaban una unción con
aceite sobre los enfermos para pedir a Adonái su intervención a favor del dicho

27
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
enfermo.

En 1 Juan 2:20 se menciona que los creyentes en Yeshúa disponen de una unción
especial y que debido a esta unción ellos, CONOCEN LA VERDAD. En este contexto, el
aceite de esta unción hace referencia a la bendición del Ruaj de Adonái quien sella a un
creyente como consagración en el conocimiento de la Emet/VERDAD.

En Proverbios 21:20-22 esta escrito que en la casa del justo hay tesoros
(VERDADES) y hay aceite – no carece de las bendiciones del Ruaj de Adonái. Nada de
esto tiene el insensato y si se le regalo algo de esto, este, por ser insensato, LAS
DISIPA.
No es casualidad que Yeshua dijera en Mateo 13:12-17 que a aquel que no obra en
justicia, hasta si conoce algo de la EMET, esta VERDAD no le servirá como justicia
porque así está escrito:
“Tendrás en todo tu término olivos, pero no te ungirás con su
aceite porque la aceituna se caerá”. (Deuteronomio 28:40).
“Todo tu término” se refiere a que, sea donde sea que residas, estará a tu alcance LA
VERDAD HEBREA que necesitas pero, por tenerla a mano, no significa que gozaras de
ella si no obras en conformidad con la santidad que esta conlleva.

El aceite en la mano izquierda del sacerdote, le recuerda al metzorá que se


purifica, que a partir de ahora, tiene la responsabilidad de cooperar en ayudar (o
en ayudarse) involucrándose y obrar más allá de lo que cree estar obligado o
comprometido.

No debemos olvidar que, en la Tora se encuentra una ley perpetua para que los hijos
de Israel procuren aceite de olivas molidas, para que nunca falte el combustible para la
Menorah. Vean y entiendan la obligación que nos corresponde en Éxodo 27:20-21.

Según Deuteronomio 6: 10-12 los olivos significan señal de las riquezas con cual el
Elohim Viviente ha bendecido a los hijos del pueblo de Israel que son obedientes a las
condiciones del Pacto.
Esta cita nos sirve como una promesa vigente para recordarnos que así mismo van a
ser las bendiciones para aquellos de los hijos de Israel que al volver a entrar bajo el
vínculo del Pacto, por su fidelidad, van a ser recompensados con una riqueza para cual
ellos no han trabajado. Por encima se nos añade en Deuteronomio 8:8 que en esta
tierra que se nos regala no vamos a carecer de nada porque esta va a ser una “Tierra
de trigo, de cebada, de viñas, de higueras, de granados; tierra de olivos, de
aceite y de miel”.

Recordamos que en el proceder de la primera fase de la purificación de una persona


que se dispuso en el proceso de la restauración, se le recordaba que debería desechar
la altivez, la soberbia y el orgullo en favor de una actitud de humildad.
El ungimiento con el aceite de la consagración también tenia el mismo propósito, en
esta segunda fase de limpieza. En Jueces 9:8-9 se revela que la actitud del olivo es
de humildad porque aquel que goza en tener aceite no se ensoberbece sobre los
demás. Aquel que goza ser ungido con el Espíritu de Yeshúa reflejara la misma actitud
de Yeshúa y nadie puede mostrar que en la actitud del Mashíaj se revelo el deseo de
ser honrado por algún merito, aunque EL era digno hasta el absoluto de todo honor. La
honra precede un espíritu humilde mientras que el Sheol abrirá su boca ante el que
halaga con la obra de su boca (Proverbios 18:12; 11:2).

28
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
Debido a la actitud humilde del olivo, a este se le obsequio ser el guardián de la
entrada en el lugar sagrado.
Los postes y las puertas de la entrada en el lugar Sagrado fueron hechos de madera de
olivo silvestre y sobre esta madera el príncipe de la Shalom (Salomón) colocó láminas
de oro puro. También es revelador que los dos querubines del Templo de Salomón eran
de madera de Olivo silvestre recubiertos de oro puro. Estos dos reinos de Israel son los
guardianes en cuyas manos fueron entregadas las dos tablas de la Alianza. Mas
detalles proféticos pueden leer en 1 Reyes capítulo 6.

Levítico 14:16 Después untará un dedo de su mano derecha en el aceite que


tiene en la palma de su mano izquierda, y con su dedo hará siete aspersiones
de aceite delante de Adonai.
El número siete era símbolo de perfección. El número 7 proviene de una raíz hebrea
que significa “entero” o “completo”.
Sobre las siete aspersiones, vean el estudio que hemos compartido al respecto.

Es relevante que el aceite de la unción se aplicaba encima de la sangre del


sacrificio por la culpa. Esto quiere decir que el poder o la presencia del Ruaj de
Yeshúa, el Espíritu de LA VERDAD, no puede venir sobre una persona sin antes haber
pasado por el sacrificio donde la sangre quedara como señal de un ungimiento previo.

Sin tener a Yeshúa como sacrificio expiatorio por el pecado, no hay posibilidad de algún
sellamiento con el Ruaj hakodesh. El Espíritu de la santidad viene sobre una persona
que ha inmolado su sacrificio, es decir que ha entrado en Alianza con el Redentor de
Israel. El que no muere con Yeshúa en las aguas de la tevilah, no resucitará junto a Él
a una nueva vida y, por lo tanto, no podrá ser ungido con el Ruaj de la sanación.
La sangre de Yeshúa sella la vida de una persona como testimonio de que es ungida
como propiedad Suya y Su mismo Espíritu viene por encima como doble señal sobre la
vida de un redimido.

Aquel que goza de esta señal, pasa en un segundo proceso donde el Ruaj del Redentor
continua su labor ungiendo las tres extremidades del cuerpo humano que,
primeramente, fueron selladas con la sangre de la redención.

Levítico 14:17 Con el aceite restante que tiene en su mano el sacerdote


- untará el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica,
- el pulgar de su mano derecha y

29
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
- el de su pie derecho sobre la sangre de la víctima de reparación.

Esta unción con el aceite era algo único, pues en el ritual de la consagración para los
sacerdotes, a estos se les aplicaba sangre en el lóbulo de la oreja derecha, sobre el
pulgar de la mano derecha y sobre el pulgar del pie derecho, pero no se aplicaba una
unción con aceite (vea Levítico 8:23 - contrasta con la evidencia del verso 30).
Esta era una forma exclusiva y suficientemente convincente en decir que todo lo que el
leproso restaurado escuchaba, todo lo que hacía con el trabajo de sus manos y todo
camino que recorría debía estar bajo la unción y la influencia del Espíritu de Adonái.

Si la sangre puesta sobre el pulgar derecho indicaba de manera figurada que los
sacerdotes deberían desempeñar sus deberes con lo mejor de sus aptitudes así mismo
un metzorá sanado que se purificaba de su tzaráat, se dispone al proceso de la
purificación en renovarlo para que vuelva a estar en la condición perfecta como tenía
que ser la de un sacerdote.
La posición que debe ocupar un sacerdote es la misma de cual gozaba al principio el
Adam como “hijo de Elohim”. El estado de pureza en cual corresponde a un sacerdote
vivir es un nivel de vivencia equiparable al estado de pureza que al principio tenía
Adam.

El uso del aceite es múltiple en las revelaciones bíblicas, pero tiene una relevancia
especial para quien se restaura purificándose del pecado en conformidad con Ezequiel
36:27.

Tres tipos de sellos son presentados en el proceso de la purificación de un pecador


- lavado en aguas
- purificado con la sangre
- ungido con el aceite
En Ezequiel 16:9 se revela que estos tres factores están presentes en todo nuevo
nacimiento y por lo tanto, son imprescindibles en la vida de todo creyente que desea
comenzar una nueva vida, esta vez, en santidad y para el honor del Elohim de Israel.
La invitación que tiene nuestra comunidad comparte este triple sello: agua, sangre y
aceite. Vea la imagen final de todos nuestros videos en YouTube.
Levítico 14:18 El resto del aceite que quede en la mano del sacerdote, se
echará sobre la cabeza del que se purifica. El sacerdote expiará así por él ante
Adonai.
Conforme 2 Corintios 1:21-22 ungido es sinónimo de sellado.

Las partes rociadas con la sangre eran también untadas con aceite. La ceremonia
indicaba que, mientras la sangre era una señal del perdón, el aceite lo era de sanidad.

Después de la aplicación del aceite sobre la oreja, el pulgar de la mano y el pulgar del
pie, se aplicaba aceite sobre la cabeza del leproso restaurado de la misma manera
que se ungían los sacerdotes y los reyes. Este hecho le decía al leproso: “ya siendo
restaurado, Adonái te considera un rey y un sacerdote”.
Ese acto de unción se describe como el acto de consagración o santificación, e
implicaba “ser apartado” como vasos especiales para la santidad de Adonái.

Por otra parte, ungir la cabeza era una práctica antigua donde un anfitrión honraba a
sus huéspedes - haciendo este símbolo de ungir sus cabezas con aceite, les mostraba

30
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
favor – así mismo lo revelo Yeshúa en Lucas 7:4.
Para un metzorá, la señal de la unción sobre su cabeza era percibida como favor del
Altísimo quien le honraba al recibirlo en Su morada. En el Salmo 23, David revelo en
el verso 5 que gozaba del favor especial de parte del Elohim Viviente, una señal bien
vista por sus adversarios.

La repetición de la frase «del que se purifica» nos recuerda que, por una parte, el
leproso ya estaba limpio, y por otra, todavía tenía que purificarse.

Levítico 14:19 El sacerdote ofrecerá el sacrificio por el pecado y hará


expiación por el que se purifica de su impureza; después inmolará el
holocausto.
El segundo de los tres corderos se ofrecía como sacrificio por el pecado. Este
sacrificio se describe en Levítico 4 y 6:24-30.
El tercero de los tres corderos como holocausto. Este sacrificio se describe en
Levítico 1 y 6:8-13.

Levítico 14:20 Y ofrecerá sobre el altar el holocausto y la oblación. De esta


manera el sacerdote hará expiación por él y quedará limpio.

Si el sacrificio por el pecado ponía al metzorá en una buena posición delante de Adonái,
el holocausto y la ofrenda sobre el altar simbolizaban la renovada entrega del adorador
y su devoción al Elohim de Israel.

Esta ofrenda de oblación se describe en Levítico 2 y 6:14-23.

La ofrenda de la oblación (es una ofrenda de cereales) con cual la persona reconocía
que el Elohim de Israel era el dador de todas las cosas. Con presentar ofrenda de
aquello que el Creador le obsequio. La persona invocaba también la bendición de poder
seguir cumpliendo con su parte en el trabajo que le corresponde.
A esta ofrenda, se le añadía algo de incienso.
Si bien la harina es símbolo de la Tora como un alimento vivo (Marcos 4:14), y el
aceite es el símbolo del Ruaj de Yeshúa quien debe guiar al que estudia la Tora en
tener comprensión sobre aquello que estudia, el incienso es un símbolo de la
tefilah(oración) sincera (Apocalipsis 8:3).Si bien al leer la legislación en Levítico 2:2,
9, donde observaran que solo parte de esta ofrenda se quemaba, y la otra parte se
convierta en comida de los sacerdotes como de sus casas, así mismo, este tipo de
sacrificio debe ser nuestro estilo de vida como de alimento diario. Como pueden
apreciar en Levítico 2: 3 y el 10, si esta ofrenda que se quemaba en el altar era
santa, el resto que servía de alimento para los sacerdotes, era sagradísima.

…el sacerdote hará expiación por él, y será limpio: todo este proceder no parece
haberse usados nunca. No hay evidencia en la Tanaj de que algún leproso israelita
fuera restaurad o, aparte de Miriam (Números 12).
Cuando en Lucas 5:12-14 Yeshúa sano a un leproso y le ordenó ir ante los sacerdotes
del templo y hacer las ofrendas apropiadas, debió llamar mucho la atención y dar un
testimonio sorprendente.
(La relevancia – explicada en el audio)

31
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -

Parte 5

Una cierta indulgencia se le concierne al pobre quien solo tenía que presentar un
cordero en lugar de tres.
No sé si se han preguntado ¿Cómo hace que un hijo del Elohim Viviente pase a ser “un
pobre”?
En la Tora está escrito que mientras los hijos de Israel cumplen con diligencia todas las
condiciones del Pacto hecho por Adonái a favor de ellos, no habría pobres o
necesitados entre ellos Deuteronomio 15:4-6. Pero, como Él sabía que no cumplirían
con este deber, a la bendición de prosperidad y gozo se añadió un reglamento - lean a
continuación Deuteronomio 15 hasta el verso 11. Si prestaran atención a las
palabras de sabiduría que pueden leer en Proverbios 13:4-18, comprenderán que la
necesidad o la pobreza en la vida de un hebreo es consecuencia de una actitud impía.
Por lo tanto, para que uno llegue a ser un pobre, debe que ha fallado el blanco de la
Tora. Esto quiere decir que ha llevado una vida en adversidad al reglamento de la Tora
y como consecuencia por elegir separarse del Elohim de la Vida, la necesidad, la
escasez de todo tipo, paso a ser algo natural en su vida de día a día.
Comprendan que el estado de la pobreza es solo una fase que debe ser temporal y no
permanente. Todo pobre, si regresa en teshuváh para volver a guardar las normas del
Pacto, su desgracia se esfumará dando lugar al gozo por todas las bendiciones que le
sobrevendrán.

Para un hijo de Israel, aunque este llego a sumergirse en la pobreza a causa de su


mala conducta, su mal pensar y el mal hablar – la misericordia del Elohim de Israel –
debido a la Alianza que EL ha establecido con el pueblo de Israel – se le brindo una
salida.
Para que el menesteroso salga de su pobreza, debe obrar en el sentido de su propria
recuperación.
Sea la persona la más pobre posible, cuando se trata de la tzaráat – del pecado – no se
le exime de obligaciones y sacrificios.
Como el pobre sacrifico su bienestar a favor de un cierto placer, ahora debe sacrificar
para recuperar el favor perdido.
Como vimos en una parte anterior que el concepto de la gracia esta totalmente
inexistente en las enseñanzas hebreas, leemos en la Tora que el mandamiento del
Elohim de Israel para el pobre, lo obliga traer una ofrenda apropiada para expiar sus
malos actos. Hasta el más pobre no puede presentarse delante del Elohim Viviente sin
una ofrenda apropiada.
Aquello que sacrificaba como ofrenda era un manual de instrucción y corrección para
él. Su ofrenda debía recordarle que todo tiene un precio y por todo, hasta por una
bendición, uno debe obrar con sacrificios. Nada es gratis, es decir, no hay gracia sino
una obra justa donde todo se estima por precio.

Recordemos que la principal obra del Mashíaj era ser el Redentor para los

32
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
hijos de Israel y esto fue el principal motivo por cual Él no se presentó como
Elohim Todopoderoso, sino como un pariente cercano cuyo propósito es
rescatar a su pariente de su aflicción. Cuando Yeshúa comenzó su ministerio
publico comenzó citando de las Escrituras cuales eran sus obligaciones, vea Isaías
61:1-2. Solo saltó un detalle de toda esta declaración profética y esto poque no era el
momento para aquella obra para cuando El vino a andar entre los suyos.
La pobreza es tanto material como espiritual pero los dos tipos son efectos de una
misma actitud impía – transgresora. Para los pobres, sean ellos de naturaleza espiritual
o material, la redención les ofrece una mano abierta para que puedan dar el paso hacia
recuperar su riqueza material y el dominio proprio que es riqueza espiritual.
Gran parte de las actividades de Yeshúa se manifestó entorno a los pobres y muy poco
a favor de los ricos. La riqueza, a menudo, obstrucciona la redención en la vida de uno
que se ve (en sus meros ojos) que es rico. Pero, había también gente rica material
entre los hijos de Israel que al abrir sus corazones a la redención se enriquecieron
también en su espíritu – vea Hechos 2:45. Esos creyentes ricos se llenaron de bondad
en sus corazones y en cumplimiento de la ordenanza que hemos citado en
Deuteronomio 15:7-11, proveyeron para sus prójimos más pobres – vea su digna
actitud en Hechos 4:32-37.
Aunque no debería haber existido pobreza entre los hijos de Israel, porque esta vino,
Shaul escribió que el poder de la Redención se hace más fuertemente visible entre los
pobres. Pero porque el poder del Redentor es más fuerte manifestado entre la gente
“menesterosa” no significa que se debe seguir transgrediendo la Tora para que así el
poder de la JESED – bondad, misericordia de Elohim se manifieste más fuerte. NO hay
que provocar porque esta actitud traerá a uno en el atrevimiento y en la provocación,
actitud bien condenada en la Biblia.

Levítico 14:21 Si es pobre y no tiene suficientes recursos,


- tomará un cordero como sacrificio de reparación, como ofrenda mecida, para
hacer expiación por él,
y, además, como oblación,
- una décima de flor de harina amasada con aceite,
- un cuartillo de aceite,

La palabra es Kafer se traduce por expiar, cancelar, perdonar, limpiar, reconciliarse

Se cita en Hechos 10:34 que El Elohim de Israel no hace excepción de personas,


pero, entendemos en la luz de las Leyes que estudiamos que esta afirmación no quiere
decir que un pecador es recibido sin presentar ningún sacrificio. En las Escrituras se
hace evidente que nadie se libra de la condena requerida por el pecado si no presenta
un sacrificio sustitutivo.
Ante el pecado-el metzorá (el leproso - o el pecado), solo tiene dos elecciones, morir
el, o presentar una ofrenda como sustituto expiatorio. Esto quiere decir que NADIE que
no presentará a Yeshúa como su ofrenda sustitutiva y expiatoria por su pecado, podrá
seguir con vida. Quien no presenta a Yeshúa (el cordero de la Redención) morirá a
causa de su pecado.

33
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
El leproso que no cumple con sus deberes para ser considerado limpio, seguirá en el
leprosario – es decir, en la muerte. ¡Entiendan todo lo que hemos presentado hasta
aquí!

La legislación para el metzorá pobre revela una disposición bondadosa y considerada


de parte del Creador como Redentor - para que pudieran gozar del privilegio de la
redención también los leprosos de la clase más pobre.
Todos estos reglamentos quieren decir que todos los que desean ser salvos tienen
oportunidad para salvarse si es que aman su propria vida, si es que aman la compañía
de los demás prójimos y si en verdad aman al Elohim Viviente.

Las ofrendas del pobre tenía el mismo propósito para enseñarle lo mismo que se le
enseñaba al metzorá que disponía de más recursos.

Tal como pueden apreciar ustedes, la redención ofrece alternativas para los que no
pueden traer los tres corderos a menudo costosos.
Pero, aun así, hasta para la persona más pobre, la Redención requiere que el metzorá
pobre presente un cordero para el sacrificio por la culpa.
Este es el sacrificio más importante y según hemos leído en el verso 13, esta ofrenda
de cordero es muy sagrada.
El pobre podía cambiar los otros dos corderos con dos tórtolas o dos pichones de
paloma según vamos a leer en el siguiente verso.

Aunque el hombre sea pobre no hay rebaja en cuanto al animal que se tenía que dar
como ofrenda por la culpa. Tanto el rico como el pobre tenían que dar un cordero por
la culpa. Esto nos enseña que el precio para liberar al hombre no puede rebajarse, es
el mismo para el rico como para el pobre. El precio es la muerte del Cordero de Elohim
Por medio de la muerte del Cordero tanto el rico como el pobre podrán ser libres del
pecado y purificados para poder entrar en el santuario.

También había una disminución en la cantidad de harina requerida, puesto que se


aceptaba la décima parte de efa (2 litros o 900 gramos más o menos) en lugar de las 3
décimas que tenía que presentar el metzorá vea el verso 10.

Pero, el log o el cuartillo de aceite (aproximadamente 300 mililitros) permanecía


invariable. La cantidad de aceite quedó la misma independientemente de la situación
material del que se purificaba, ya que el símbolo del aceite de oliva puro no podría
disminuir en significado.
En la luz de Levítico 9:2-4, la ofrenda donde se amasa el aceite se conecta con la
bendición de poder VER al Elohim de Israel.
Esta evidencia remarca que el aceite de oliva recibe el honor de los honores porque
que honor más grande puede tener una persona que estar en la Presencia del Elohim
Viviente y poder VERLE!?

Levítico 14:22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos, uno como
sacrificio por el pecado, y otro como holocausto.
Un pobre podía ofrecer dos tórtolas o dos palominos en lugar de los dos corderos
exigidos para la ofrenda por el pecado y el holocausto. Para los que no podían traer los

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
tres corderos podían cambiar los otros corderos con dos tórtolas o dos pichones de
paloma. La purificación será igual que en el caso de una persona más rica.
No olvidemos que, a pesar de esta excepción, no podía sustituirse el cordero de la
ofrenda por la transgresión.

La legislación para el pobre nos enseña que independientemente del estado de riqueza
o pobreza, los que presentaban sus ofrendas eran purificados de la misma forma y a la
vista de todo el público.
Levítico 14:23 Al octavo día, los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda
del Encuentro para su purificación delante de Adonai.
Cabe resaltar que el pobre llevaba su ofrenda al mismo lugar, de la misma forma, a los
mismos sacerdotes que el rico que podía permitirse una ofrenda mejor.
Cuando se trata de la restauración de una persona, los favores, las atenciones, los
intereses personales etc., no tienen cabida.
El proceder con las ofrendas requeridas nos enseña que la sangre de la ofrenda más
pequeña había de ser aplicada en el mismo proceso de purificación según hemos visto
en los versos anteriores.

Levítico 14:24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio de reparación y el


cuartillo de aceite, y los mecerá como ofrenda ante Adonai.
Levítico 14:25 Después de haber inmolado el cordero del sacrificio de
reparación, el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y mojará
el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha
y el de su pie derecho.
Levítico 14:26 Luego derramará parte del aceite sobre la palma de su mano
izquierda;
Levítico 14:27 con un dedo de su mano derecha hará ante Adonai siete
aspersiones con el aceite que tiene en la palma de la mano izquierda,
Levítico 14:28 untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de su pie
derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima de reparación.
Levítico 14:29 Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la
cabeza del que se purifica, haciendo expiación por él ante Adonai.
La aplicación del aceite en el ritual para los pobres era igual que la descrita en los
versículos 15-18. Tienen el mismo significado y trae la misma enseñanza tanto para el
rico como para el más pobre.

Levítico 14:30 Luego ofrecerá, conforme a los recursos suyos, una de las
tórtolas o de los pichones,
El procedimiento para realizar la ofrenda por el pecado y el holocausto era el mismo
que se describe en los versículos 19 al 20, excepto que los corderos mencionados en
dichos versos aquí se sustituían por aves. La presentación de la ofrenda era la misma
que se menciona en el versículo 20.

Levítico 14:31 es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por
el pecado, y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el
sacerdote hará expiación ante Adonai por aquel que se purifica.
Levítico 14:32 Esta es la ley de purificación para aquel que tiene llaga de lepra
y cuyos recursos son limitados.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -

Entre el poco aprecio y el desprecio hay poca diferencia. Pero en esta poca
diferencia se observa la actitud de una persona que ama la justicia y otra que elige la
inmundicia.
Como hemos dicho, un pobre llega ser un pobre por vivir una vida adversa a los
reglamentos de la Tora. Puede que hasta ahora no sabían que el poco precio mostrado
sobre tu prójimo lleva a la pobreza, es decir al pecado. La pobreza es solo una reacción
de una actividad del pecado.
En Proverbios 14:21 se declara que aquel que revela un menosprecio hacia su
hermano, está cometiendo PECADO. Obviamente, nadie dirá que menosprecia a su
prójimo, pero, a menudo en realidad, los actos de muchos revelan que cuando no se
aprecia en realidad se desprecia. Desprecio es falta de aprecio. Cuando se aprecia un
consejo, el aprecio se estima en la forma como la persona convirtió el consejo en un
hecho. Cuando se emite un consejo y no se observa las acciones coherentes, en
realidad se percibe un menosprecio y esto porque en realidad, dicha persona no estima
por precio lo que se le regala. A su vez, esto ocurre cuando la dicha persona esta
acostumbrada a recibir algo sin hacer nada a cambio, sin mostrar agradecimiento, sin
practicar de lo que aprende porque solo es una persona que habla mucho pero no hace
nada. Así llego nuestro pueblo de rico a ser pobres porque solo fingían con sus labios
amar la Tora cuando con las acciones mostraban rebeldía y pecado.

Muchos de los que declaran con sus labios que aman la Tora, que la estudian, que la
enseñan a otros, en realidad menosprecian sus instrucciones cuando estas vienen por
la voz de algún prójimo que le aconseja para su propio bien. Un consejo que no se
aplica revela que aquel que dio el consejo no es estimado. Por lo tanto, es
menospreciado y quien menosprecia a su prójimo, comete PECADO. Quien comete
pecado, independientemente del tipo de pecado, pasara ser un pobre. Todo pobre tiene
derecho a la redención y a la restauración si es que al hacer TESHUVAH decide hacer
un “tikún”, es decir, se dispone a reparar todo cuanto depende de él.

Para aquel que paso de ser un pobre mendigo a ser rico en Adonái, es una bendición
para el compartir con el menesteroso de sus riquezas porque al dar, con cuanto da,
más se enriquece. No importa si el pobre que recibe de esta riqueza aprecia o
menosprecia, porque la bendición vendrá de todas formas sobre aquel que da sin
esperar algo a cambio. Lea Proverbio 28:27 y recuerda aquello que hemos enseñado
sobre el significado de la consonante hebrea Gímmel.

Por supuesto, por reglamentos de Justicia, la ayuda de la clase que fuera, tenía que ser
acordada a los que la merecían porque en las Legislaciones hebreas nunca se fomenta
la pereza (del tipo que sea).
No por nada enseñaba Shaul a los creyentes en Yeshúa que estaban en Tesalónica: “Si
alguien no quiere trabajar, que tampoco coma”. (2 Tesalonicenses 3:10). No
fomentar el espíritu del mendigo, no alimentar la pereza, no tener tregua con quien no
valora las enseñanzas a fin de convertirlas en su forma de vivir, no seguir derramando
recursos sobre quien no revela una actitud deseosa hacia la vida eterna. Extender una

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
mano hacia el pobre que revela que con el levantar de su mano no solo desea los
recursos que le dispones, sino que desea levantarse a fin de enriquecerse para poder
ayudar a su vez.

Parte 6
Leyes para mantener la pureza en las casas hebreas

Esta última sección de este nuestro estudio sobre el Libro de Levítico capítulo
14 se centrará en la tzaráat habait - lo que se suele traducir con la lepra sobre la
casa.

Recordemos que los capítulos 13 y el 14 del libro de Levítico dividen los efectos de la
tzaráat en tres secciones, tzaráat sobre la piel, las prendas y las paredes de una
casa; también contienen una parte sobre el proceder de purificación en caso que se
observa una sanación de la tzaráat.

La lepra sobre las paredes de una casa, se tenía que observar como una bendición. Era
una primera advertencia para que el dueño de la casa se enterara que en algo había
fallado en vivir las enseñanzas de la Tora. La señal de la tzaráat sobre su posesión,
(casa) tenía que enseñarle al dueño que estaba a tiempo de corregir el daño que había
causado en medio de su pueblo antes que los efectos de su pecado pasaran al segundo
castigo donde la tzaráat habría de afectar sus prendas de vestir. Cuando la persona no
tenia en cuenta ni la segunda advertencia, la tercera lección habría de soportarla sobre
su propia piel.

Las tres zonas que podrían recibir la señal de la tzaráat eran tres posibles medios de
advertencias que se debían aceptar como tres posibles bendiciones que el cielo
mandaba a un hebreo a fin de ayudarlo reencarnarse. Si las tres oportunidades para
corregir el error cometido se omitían, el pecado habría de enraizarse dentro de sus
huesos, es decir en la estructura de su mismo ser. Cuando el pecado pasa a hacer
raíces adentro de la estructura de la persona, el proceso de restauración pasa a ser
mucho más difícil y a veces, no hay la posibilidad de un proceso reversible. Por esto,
las tres zonas afectadas por la tzaráat, al ser tres lugares externos al “nefesh” de la
persona (su esencia interior), tenía que ser vistas como tres ocasiones de posible
bendición celestial. Eran tres señales de advertencia para comenzar el proceder de
erradicar y purificarse del mal a tiempo.

Como vamos a aprender, siempre y cuando tratamos de las leyes del Elohim de Israel,
detrás de toda aparente mala acción que viene de parte de Adonái, hay un buen
propósito.
Evidentemente, toda aquella acción externa que trata de quitar algo o desarraigar algo
de nuestro ser, de nuestra vida, lo percibimos como un ataque en contra nuestra y en
este sentido, todo aquello que hace Adonái está en contra de nuestra forma de ser.

Sabemos que todo lo que El Elohim Viviente hace hacia nosotros, es sacar de
nosotros algo y cuando esto sucede, esta obra suya, no es cosa placentera para
nuestra carne. Aprenderemos al hacer el estudio de las Leyes de nuestro Elohim (el de
Israel) que detrás de toda acción en contra nuestra, se oculta una bendición.

37
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
Como hemos dicho al principio de nuestro estudio, el capítulo 14 tiene dos secciones

A su vez, la sección 2 se divide en dos segmentos donde:


- Levítico 14 desde el verso 33 al 47 nos enseña como identificar si una casa
fue castigada con la aparición de la Tzaráat o si se trata de otra enfermedad
natural.
- Levítico 14 desde el verso 48 al 57 nos enseña cual es el proceder que se
aplica a una casa que ya no posee Tzaráat. Esto incluye el método específico
para la purificación o limpieza de la dicha casa.

En el capítulo anterior, el 13, hemos estudiado sobre las primeras dos señales
de la tzaráat, señal sobre la piel y señal sobre la ropa. La segunda sección del
capítulo 14 nos enseña cómo identificar y como tratar con:
Tzaráat haBait – señal de una plaga sobre una casa

Levítico 14:33-35 Adonai habló a Moisés y a Aarón diciendo:


Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán que yo os doy en posesión, y
castigue con lepra (tzaráat) alguna de las casas de la tierra que poseeréis, el
propietario de la casa irá a avisar al sacerdote, diciendo: "Ha aparecido algo
como lepra en mi casa."

Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán: Es relevante resaltar que esta


tercera sección donde se podría observar los efectos de la tzaráat no se aplicaba
durante la estancia del pueblo de Israel en tiendas o cabañas durante los años de
peregrinación por el desierto (de las naciones) de camino hacia la tierra prometida (la
tierra dada a nuestros padres).

En el capítulo anterior (el 13), se presentó la segunda sesión donde la tzaráat podría
afectar las paredes de tela o cuero de una tienda. Vea el estudio del capítulo 13,
en especial la parte que explica los versos 47-58. Si bien las paredes de tela son un
símbolo de algo pasajero, las paredes de piedra y barro son señal de una estabilidad
duradera.

"Yo ponga o yo castigue, " alude que la lepra o tazaráat es considerada una
enfermedad sobrenatural, un golpe o una plaga, infligida de una forma directa por el
mismo Elohim de Israel y, por ende, no se debe observar como una plaga de orden
natural. De aquí que este tipo de castigo en realidad no era un castigo sino más bien
una ocasión de advertencia y corrección.

"Ha aparecido algo como lepra en mi casa."


La palabra “lepra” aquí, en el texto hebreo no es “tzaráat” sino “negá” – que hemos
dicho que significa golpe como en Genesis 12:17, o una plaga como en Éxodo
11:1, o una herida según Proverbios 6:33.

La lepra podía ocupar tres lugares: la casa, la ropa y al final la piel.


La señal de la tzaráat era una señal de una vergüenza publica porque Elohim señalaba
la casa de una persona o de una familia que actuaba de una manera inmunda.
La señal sobre la casa tenía como propósito dar la ocasión a la persona hacer la
teshuváh y si no lo hacía se pasaba al nivel dos, porque la tazaráat se extiende de
modo que pasa de las paredes a los muebles y de ellos a las ropas y al final, a la piel

38
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
de las personas que residen en la dicha casa.

Como puede que se han dado cuenta, la verdadera tzaráat es una consecuencia de
malos actos que son propios del hombre y, por lo tanto, la tzaráat no ataca a los
animales.

Nuevamente, y en esta tercera esfera de acción de la Tzaráat, el sacerdote tiene su


protagonismo.
Levítico 14:36 El sacerdote, antes de entrar en la casa para examinar la lepra,
ordenará que desocupen la casa, para que nada quede inmundo de cuanto hay
en ella. Después entrará el sacerdote a examinar la casa.
El detalle donde una casa no era declarada inmunda hasta que un sacerdote así la
declarase, es relevante porque nadie puede ser tratado como inaceptable para ser
redimido hasta que un juicio así lo declare.
Aquí “juicio” se refiere a una obra donde se hace una examinación de un dicho caso.
Este proceder donde no se sentenciaba toda la casa con la declaración del sacerdote
“impuro” hasta un debido examen y a donde antes de todo, se procede a separar los
objetos - sacándolos a la vista pública fuera de la casa - es señal que no es una cosa a
la ligera en tachar a las personas como impuras para ser salvas, solo porque se
informa de que tienen un problema.

Para que alguien sea considerado inaceptable para entrar por la puerta de la nueva
Yerushalayim, “un sacerdote” debe hacer un chequeo completo, rescatando toda cosa
buena que se puede rescatar de la vida de una persona antes de declarar cualquier
juicio.
Un sacerdote es una persona hebrea que ha apartado su vida para el servicio de la
Redención y la reconciliación de los hijos de Israel para con su Elohim. En la mano del
sacerdote se encomendó el libro de la Torá y, por lo tanto, sus labios deberían
pronunciar la misericordia en primer lugar y la justicia de LA VERDAD a continuación,
así mismo como el mismo Adonáy declaro sobre ellos en Malaquías 2:6.

Un sacerdote debería saber separar aquello que se puede rescatar de una sentencia, y
luego diferenciar con precisión que es puro de lo que es impuro y así enseñar la
diferencia a los demás del pueblo hebreo.
Un sacerdote, decretaba si algo era impuro o puro según las instrucciones que había
aprendido del libro de la Torá y no según aquello que el consideraba, se le parecía
relevante, interpretaba, soñaba u opinaba.

A pesar de que el Elohim de Israel es el Dayan, es decir, Adonái es el jefe supremo del
tribunal de justicia en Israel, y por ende, es quien ha establecido los decretos de las
sentencias por las transgresiones en contra de los reglamentos de la Constitución
hebrea (Torá), es el hombre – con autoridad de elohim - el sacerdote en este caso,
quien pronuncia la sentencia sobre la vida o la muerte de la casa de una persona.

Una cosa considerada pura es sinónimo de la vida mientras que todo aquello que es
considerado impuro es sinónimo de la condenación eterna o la muerte.

Entiendan que en cuanto al derecho a la redención o la condenación - a la perdición:


Desocupar la casa antes de que entre el sacerdote, quiere decir que una dicha casa no
está inmunda sino hasta después que así la declare el sacerdote.

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
“desocupen la casa” Esto significa sacar fuera de la casa todo cuanto hay en ella -
sean personas u objetos, a fin de proteger dichas posesiones para no ser declaradas
también impuras.
Recordemos que todo aquello que se consideraba impuro se tenía que sacar fuera del
campamento de Israel. Esto significa que todo aquello que lleva la etiqueta de
impureza, quedará exenta de la vida eterna.

“Casa” es bait en el hebreo y, en la cultura de Israel, este nombre viene de la


consonante Bet que en el hebreo pictográfico tenía la imagen de una tienda – una casa
para gente viajera en la tierra.
Sobre la importancia de esta segunda consonante del alefbeto hebreo, os recomiendo
seguir el estudio que hemos compartido al respecto. Si seguirán el estudio que se les
recomienda, entenderán más sobre la importancia de la palabra “casa” al ver como la
palabra casa es usada como metáfora dentro de la enseñanza cultural hebrea.
Estudio disponible en YouTube:
“Introducción en los misterios revelados en la letra hebrea Bet” (tiene dos
partes)
Estudio disponible en PDF: “B - Yeshúa haElohim en la letra Bet - Misterios
revelados por medio de la segunda letra hebrea Bet”

Esta ordenanza de sacar todo de la casa, podría tener como propósito revelar ante la
sociedad que cosas abarcaba uno dentro de lo “oculto” de su casa.
La casa de uno es su cuerpo con todo lo que este tiene como adornos interiores.
Sacar fuera - de adentro - significa poner al descubierto todo su ser. Mostrarse sin
transparencia a la vista o al juicio de todos.
Aquel que anda en la Luz de la Torá, no tiene por qué ocultar el interior de su ser
cuando la Torá alumbra su interior, es más, debe exponerse a fin de que LA LUZ DE LA
VERDAD alumbre a todo aquel que desea ser alumbrado también – Mateo 5:14-15.

Mas adelante vamos a ver dónde se removía los escombros de la impureza.

“desocupen la casa, para que nada quede inmundo de cuanto hay en ella”
Si algo se deseaba ocultar a la vista de los demás y, por lo tanto, no se sacaba de la
casa, el dueño se asumía el riesgo de perder dicha posesión para siempre.
Una cosa cualquiera que permanecía dentro de la casa, cuando entraba el sacerdote,
pasaría automáticamente a ser declarada impura si la propia casa así se declaraba.
El riesgo podía ser que si la casa se tenía que destruir por causa de la tzaráat, toda
cosa que no fue sacada antes de que el sacerdote declarase la casa impura, quedaba
condenada para siempre a la destrucción total y, por lo tanto, ser removida de la tierra
de Israel en un lugar inmundo.
La legislación nos enseña que aquel que no se aferra a las instrucciones dadas por la
voz del sacerdote, arriesga que cualquier cosa que se pueda encontrar en su vida,
cosa que podría ser de buen precio, quedaría sin valor alguno si la casa de su vida
seria declarada impura.
Una cosa buena dentro de una casa donde se observa cierta señal de la tzaráat, puede
ser una alfombra, una cama, una cortina, una mesa, una silla, un armario,
herramientas de trabajo o de cocina, cuadros etc. Todos estos objetos pueden ser
usados como metáforas para referirse a todo tesoro que puede tener una persona

40
- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
dentro de su proprio cuerpo. Por ejemplo, “una mesa” se refiere a aquello (la base)
sobre cual la persona expone una comida, es decir, una enseñanza como alimento. O
sobre cual puede mostrar a los demás un buen carácter, que se revela en hermosas
palabras – señal de una buena educación.
“Un cuadro” que está en una casa con tzaráat, puede mostrar a los demás aquello que
adorna el interior de tu vida. Puede ser señal de una buena imagen pública donde un
cierto lado de tu ser resalta como bien se puede apreciar una imagen no como si fuera
una mera pintura sino una imagen real.
Si una persona enseña a otros la Torá, si una persona canta las alabanzas del Elohim
de Israel, si una persona exalta en sus oraciones las proezas que el Elohim de Israel
obró en su vida, si uno obra para ayudar a su prójimo librarse de los malos espíritus
que lo atormenta etc, son virtudes que son los bienes de una persona. Pero, si estas no
se rescatan de una casa, cuando no se procede en obediencia a fin de restaurar la
pureza de la casa de su nefesh, todas estas virtudes pueden ser reducidas a nada si la
propria casa es declarada impura. Entiendan ahora por qué lo mejor que una persona
puede hacer en la Obra de la Redención de nuestro Elohim puede bien pasar ser
considerado “transgresión a la Tora”. Vea Mateo 7:23.
Vea nuestro estudio que se llama: Declarado: “Transgresor de la Toràh”! – Mateo 7

Nuevamente observamos que el sacerdote ocupa un rol principal y autoritario también


en este tercer lugar donde podría observarse la tzaráat.
El rol del sacerdote como condenador y desterrador puede ser sorprendente porque
parece contradecir todo lo que el sacerdote representa.

En citas como Deuteronomio 7:13-14 y Números 76: 23-27 Adonái le ha ordenado


al sacerdote a "bendecir a Su pueblo Israel con amor". Pero, cuando se trata de la
tzaráat – el pecado, observamos un paradigma del amor bondadoso donde la Torá
ordena al sacerdote bendecir, pero aquí vemos que solo al sacerdote le corresponde la
tarea de condenar al metzorá – al leproso, como a todo aquello afectado por la tzaráat.
Como he mencionado en otras ocasiones, si no puedes dar todo por la redención y la
restauración de tu prójimo, ¡no estás a la altura de lanzar una sola palabra de
condenación hacia nadie! Solo una ahaváh genuina puede sentenciar una vida y no hay
una genuina ahaváh /amor sin un fundamento real en las leyes de justicia que enseña
la Torá.

Paradigma es un principio, teoría o conocimiento originado en la investigación


en un ámbito específico, y que servirá de referencia para futuras
investigaciones.

“El sacerdote, …ordenará que desocupen la casa”


Hay aquí una otra lección en cuanto a la autoridad designada a los sacerdotes del
pueblo de Israel:
No eran tanto los síntomas de tzaráat los que contaminaban al metzorá, sino la
declaración de su impureza por parte del sacerdote.
En otras palabras, no importa cuán terribles puedan ser los actos de una persona, no
importa cuán corrupto es uno en su cuerpo y en su espíritu, es la declaración de un

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
sacerdote que examina su vida y el declarar a un nefesh que es impuro, es esta
declaración la que afecta su estado espiritual mucho más profundamente que el hecho
de su impureza.

Levítico 14:37 Si al examinarla observa que la mancha forma en las paredes


de la casa cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared,

Este proceder donde se examinaba la forma de las manchas en las paredes de una
casa era el mismo proceder en examinar las manchas que una persona tenía sobre su
piel.
Tras comparar los procederes en cuanto a la observancia de la tzaráat, entendemos
que se trata de una misma enseñanza en Levítico capitulo 14:37 y el capítulo 13:3.
Vea la explicación del capítulo anterior.

Los siguientes versos nos enseñan cuál era el proceder en este caso.

Levítico 14:38-42 el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la cerrará


durante siete días.
Volverá al día séptimo, y si comprueba que la mancha se ha extendido por las
paredes de la casa,
- mandará arrancar las piedras manchadas y arrojarlas fuera de la ciudad en
un lugar inmundo.
- Hará raspar todo el interior de la casa; y echarán fuera de la ciudad, en un
lugar inmundo, el polvo que hayan quitado.
- Luego tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las primeras; y
también argamasa nueva para revocar la casa.

Judas escribió que los creyentes en Yeshúa deberían “aborrecer aun la ropa
contaminada por su carne” (Judas 1:23).
“La carne” aquí, hace alusión a la naturaleza humana.
“Aborrecer la ropa” quiere decir que no hay nada que pueda cubrir esta naturaleza, y
cualquier otra cosa, sea ella lo mejor y santo que puede ser, todo aquello que se usará
para procurar cubrir esta naturaleza pervertida y egoísta, al entrar en contacto con las
obras de la carne, se vuelve impura. La solución aquí no es quitar el vestido o dejar de
vestir el cuerpo, sino matar “a la carne” – terminar con la obra y la actividad del
pecado.

La casa de uno puede ser edificada con barro y madera, o con barro y piedras, o con
puras piedras en una estructura de madera y estas pueden ser recubiertas luego con
barro etc. Todo un lenguaje metafórico.

“arrancar las piedras manchadas”


La “piedra” es una metáfora para revelar una parte buena que puede dar cierta
resistencia al carácter, a la casa de una persona.
Piedra viene en contraste con el barro. Mientras la piedra es señal de durabilidad, el
barro es señal de algo que no tiene paso sobre las edades por ser perecedero porque
se descompone con facilidad. Pero, cuando una buena enseñanza que puede tener una
persona, una buena cualidad como por ejemplo tener mucha pasión en compartir a los
demás de las enseñanzas de la Torá incluso, es manchada con alguna señal del pecado
como seria el interés de tener más “me gusta, en Facebook” o más interacciones en

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
comentarios, o mas seguidores, etc se pierde la virtud y la justicia se convierte en
injusticia.
No se puede esperar un sello positivo cuando la motivación no está liberada del ego.
En este caso, toda cosa que uno puede ver como virtud, si esta manchada con alguna
mínima señal del mal, debe ser desarraigada y no solo esto, no se le puede guardar en
la esperanza de un posible otro uso. Se le debe desechar en un cierto lugar designado
a toda cosa inmunda.

Todo lo que en nuestra vida haya estado asociado a la tzaráat - el pecado, y ha sido
contaminado por ella, debe ser destruido sin compromiso ni lástima. La actitud debe
ser tan radical, así mismo como lo ordena el sacerdote porque esto mismo enseñaba el
discípulo de Yeshúa, Yehudah, en Judas 1:23 – dejar de estimar todo aquello que ha
estado en algún contacto directo con “la carne”, sin importar cuan preciosa pueda ser
dicha vestimenta. Entiendan la metáfora y comprendan la razón del extremismo en
este caso relacionado con la actividad del mal – pecado.

Si se fijan en el detalle donde dice “mandará arrancar las piedras manchadas”


observan que aquí no se manda quitar también los postes de madera. Esto significa
que mientras se mantiene la estructura interna de la casa del corazón, toda piedra –
toda cosa que no es buena en el carácter de uno, será sacada y desechada.
Aquí no se trata de una limpieza de las dichas piedras, de una capa de pintura, o de
barniz, o de algún tipo de anti moho que uno que no es adiestrado en las leyes de
justicia, un falso maestro, piensa o enseña que le pueden echar encima de aquello
manchado con el sello de la maldad. La Torá es clara y directa - todo lo malo es sacado
fuera y botado hacia el lugar de la inmundicia. No hay tolerancia, no hay compasión,
no hay misericordia o algo por el estilo con cualquier cosa que está manchada con la
más mínima señal del mal. Aquí solo hay un “SI, si” y un “NO, no”. Pero quitar y
desechar las “piedras” no es todo cuando se trata de la purificación del mal. Hay que
desinfectar y los alrededores. Por esto siguen las instrucciones:
“Hará raspar todo el interior de la casa”.
El interior de una casa de piedra cuando no se trabaja con hormigón y morteros, se
recubre con un tipo de barro o cal. Este sería raspado y eliminado. El texto enfatiza
dos actos:
1. sacar (arrancar) las malas piedras y
2. raspar la maleza de las paredes

"Remover o sacar las piedras". En el texto hebreo está la palabra "kaláts" que
significa: "desnudar, quitar". Esto quiere decir: "sacar a la luz” = dejar visible,
desnudar, la causa de la tzaráat en una dicha casa con el propósito de que reine LA
VERDAD (Torá). Este es el primer paso para la sanidad de esa “casa”.

Esto era aquello que enseñaba Shaul en 2Corintios 4:2 que al sacar las cosas
vergonzosas – es decir las piedras malas de sus vidas – han expuesto a la vista de
todos que la Redención que ha comenzado en ellos, colocó en sus vidas nuevas
piedras, piedras vivas. Estas nuevas “piedras vivas”, son aquellos principios de la Torá
qué les enseñó “hablar solo LA VERDAD”.

El segundo termino hebreo que define el segundo acto el de raspar es: "qatsá" que
significa también desnudar, pero con el sentido de descartar. Esto es hacer una obra
especifica a fin de rebuscar en todo rincón de la vida de uno para que no quede
ninguna posible raíz que pudiese hacer brotar de nuevo más adelante la misma

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
tzaráat. El principio o el propósito es el mismo que se ordena para la búsqueda y el
deshecho de toda levadura durante la segunda Convocación de Adonáy la de los panes
sin levadura.
Así mismo se nos enseña en Hebreos 12:15 que debemos evitar toda raíz de
amargura porque si se permitirá la más mínima raíz del mal, esta brotará de nuevo y
traerá impureza. La amargura solo es una capa que recubre las paredes de la casa. Es
algo superficial, pero como poca levadura puede alterar toda la masa, poca amargura
puede dañar la estructura interna del propio ser. Por esto se enseña que un espíritu
quebrantado (con amargura) enferma los huesos (Proverbios 17:22). Solución a
esto – estar alegre es decir gozarse y agradecer a nuestro Elohim por todo lo que El
permite en nuestra vida ya que todo está para nuestro propio bien.

Como mencionaba al inicio de esta última sección: imagínese que están derrumbando
las paredes de tu casa. Es decir, empieza a desmontar tu ser mostrando aquello que no
está bueno en tu construcción ¿Ves esto como una bendición o como una acción de
maldición? Seguramente que nadie se sentiría, en su carne, como bendecido cuando ve
que se comenzó una obra que remueve aquellos pedruscos que con esfuerzo ha
edificado en las paredes de su casa.

“piedras .. y .. argamasa nueva para revocar la casa.”


Solo apenas después de proceder en sacar, raspar y desechar el escombro al
vertedero, se podría pasar a la fase de renovación y es aquí cuando la casa del nefesh
de uno está en condiciones de recibir nuevas piedras y una nueva capa de
revestimiento de barro.
Espero, con esto, que se comprenda por qué en esta Comunidad “Mi Redentor es
Yeshúa” no tenemos compasión por “las piedras manchadas” con alguna señal de
alguno de los tres principales ISMOS (cristianISMO, MesianISMO y el JudaISMO) y por
qué razón no edificamos sobre las ruinas de enseñanzas que proceden de estas tres
fuentes. En cambio, solo apenas después de que la persona está dispuesta a desechar
los escombros de estas ruinas en derrumbamiento, nos disponemos a comenzar un
fundamento para una nueva construcción.

La obra de la redención no solo saca lo malo desde adentro de una persona, sino que
luego, la llena con otra cosa que es algo bueno. De donde se desarraiga algo, queda un
hueco, un vacío y el estado de “vació” no reflejaría la obra de la Redención porque la
Redención debe retornar a la persona a su estado original - el estado de perfección.
El mal simula la obra de la redención mostrando y dejando al descubierto el mal de
uno. En este sentido, hay mucha semejanza entre la obra de la maldad encubierta y la
obra de la bondad al descubierto. Los intereses son distintos pero los intereses no son
suficientes si no hay acciones coherentes con la buena intención. Mientras la obra de la
maldad solo revela el mal y te deja con un mal sentir al borde de la desesperación, la
obra de la Redención RESTAURA aquello que está mal, sustituyendo el mal con el bien.
Y aquí está revelada la obra del Redentor.
Esto es aquello lo que Moisés hablaba sobre Yeshúa en un lenguaje SOD, encriptado en
misterio – en un lenguaje metafórico que para la mayoría solo son letra de la tradición
o de los rituales levíticos.

Si Yeshúa llena la vida de una persona con aquellas virtudes de su proprio carácter
(piedras vivas) y nos cubre con un nuevo manto de justicia (capa de argamasa nueva)
lo puede hacer solo porque El se dispuso cargar con estas nuestras iniquidades razón
por cual fue sacado fuera del campamento de Israel y fue desechado como un maldito

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
por cargar con nuestros pecados.

La obra de la Redención no solo revela, saca, y desecha lo malo de la vida o de la casa


de una persona sino que también se ocupa con el proceso de la reconstrucción de la
casa del nefesh a su forma original para volver a ser un espíritu vivo.
En virtud de estas verdades, Shaul enseñaba que la redención implica el proceso de “la
restauración de todas las cosas” (Hechos 3:21).

Por esto, así como está escrito “tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de
las primeras”.
Cuando es desarraigada la piedra de la maldad de la casa de un “nefesh” - persona -
el lugar vacío es ocupado con la piedra de la bondad.
Ningún espacio limpiado puede quedar vacío ya que si esto ocurriría, la maldad
volvería para buscar su antiguo sitio, a fin de llenarlo de nuevo. Entienda la enseñanza
en la parábola en Mateo 12:43.

La llegada de Tzaráat en la casa podría ser considerada por el afectado como una
inconveniencia o una maldición, sin embargo, permite la revelación de la bendición
oculta. En verdad en cada sanción o reprimenda de la Toráh está implícita la
rehabilitación de la mala conducta que provocó la situación.
Así bien, en esta comunidad, no solo vamos a dejar al descubierto cuando uno tiene en
su casa piedras impuras, no solo vamos a ayudar a que estas sean sacadas y
desechadas de una vez para siempre, sino que también ayudamos a que los lugares
que quedan vacíos se ocupen con buenas acciones que llevarán la aprobación de la
Torá.

Levítico 14:43-45 Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de


haber arrancado las piedras, y de haberla raspado y revocado, el sacerdote
entrará de nuevo; y si comprueba que la mancha se ha extendido por la casa,
hay un caso de lepra maligna en la casa, y ésta es impura.
Se derribará la casa. Sus piedras, sus maderas y todo el material de la casa
será sacado fuera de la ciudad a un lugar inmundo.

Este lugar declarado impuro, un lugar “fuera de la ciudad” se refiere a la tierra de


Sinar, un lugar asignado a la maldad según la revelación en la visión del profeta
Zacharias. Estudia la explicación de la visión sobre la Efa - Zacharias 5:5-11. Para
mejores detalles vea en nuestra canal de YouTube el estudio sobre esta visión profética
explicada al día de hoy.

Corresponde al hombre hacer una obra de restauración, pero el hombre no puede


profundizar dentro de toda la estructura interna del ser de uno. No tenemos tanta
capacidad de obrar. Nos podemos ocupar de revocar y descombrar, de sustituir y
recubrir en todo caso, podemos ver y declarar que cuando hay una lepra maligna y
totalmente a la vista, dicha persona, prenda o casa, está destinada a la destrucción
pero, cuando hay una raíz del pecado escondida en las profundidades de una persona,
no es cosa tan fácil para nuestra visión limitada.

Hay una cierta promesa en Isaías 65:20 donde no habrá más niños que fallezcan,
sino que se asegura a sus padres que sus hijos alcanzaran 100 años, pero, por el
hecho de que uno alcance esta edad avanzada, si resulta que hay pecado dentro de él,
sin duda, morirá porque en este caso no hay bendición que lo libere de la sentencia

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
dada al pecado.

El final de este verso es claro, cuando en la vida de uno hay un pecado bien arraigado,
un pecado que vuelve a traer mancha incluso sobre los nuevos principios de conducta,
no queda más que derrumbar por completo toda la casa de una persona y aquí se
incluye la estructura de madera que mantiene las piedras unidas.

Algunos de ustedes han sido testigos en esta Comunidad de ejemplos de personas en


cuyas vidas se ha procedido en sacar piedras de la maleza, descombrar los malos
hábitos, falsas enseñanzas e incluso enfermedades que traía impureza en la vida de
ellos. Han sido testigos de testimonios que ellos mismos han dado debido a las
bendiciones que les proporcionaron las nuevas piedras y el nuevo revestimiento con
cual fueron bendecidos entre nosotros, pero, igualmente y tristemente, han sido
testigos que algo malo de cual no se han esforzado ser librados, ha rebrotado en sus
vidas en tal grado que todo lo bueno que han adquirido pasó a ser inmundo en tal
grado que ahora, están negando al Mashíaj de Israel e incluso hay quien volvió a
venerar al baal y el antimashiaj a quien servía antes. ¡Tremendo!

Levítico 14:46 Quien entre en esa casa durante el tiempo que esté clausurada
quedará impuro hasta la tarde.
Este precepto (mitzva) nos enseña aquello sobre cual enseñaba Yohanan en 2 Juan
1:9-11 que, si recibimos en nuestra casa a alguien que viene a enseñarnos una otra
enseñanza sobre la deidad, distinta a la que nuestro pueblo ha recibido, no debemos
recibirlo en nuestra morada porque de lo contrario, nos hacemos participes de la
impureza de la doctrina de los demonios.

Si por algún descuido, o si por ignorancia, participamos de una enseñanza impura, que
esta no se repita, porque existe el riesgo de que dicha compañía transfiera su espíritu
inmundo sobre tu casa en tal grado que la impureza se instaure en tu propia casa.

La expresión: “hasta la tarde” es una benevolencia o una misericordia debido a la


falta de comprensión sobre el poder del mal pero, no es razón para provocar a Elohim
a proveerte una protección cuando mañana y en la otra mañana, tu procederás de la
misma forma situándote de forma deliberada en una casa, en una enseñanza, en una
compañía impura.

Igualmente, no solo que no debes ir a entrar en una casa clausurada, sino que si sabes
que tu propia casa está en condición de impureza (porque así se te declaró), ¡no
invites a otros a contaminarlos de forma directa porque este acto te traerá
condenación sobre la condenación!

Levítico 14:47 El que duerma en ella habrá de lavar sus vestidos; y también el
que coma en ella habrá de lavarlos.

Dormir y comer son actos deliberados porque vienen por la elección de la propria
persona, pero, la justicia concede una cláusula en este caso y separa los hechos en un
posible caso de ignorancia.
Se tiene en cuenta que nadie en conocimiento de los juicios, entrará en una casa
clausurada a causa de la lepra, pero, teniendo en cuenta que una persona pueda estar
en ignorancia de que el lugar donde elige descansar, o elige compartir comida en
realidad es un sitio infecto, se le concede una cierta justificación pero no se le exente

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
de limpiarse una vez que se le informa de que ha estado compartiendo en un espacio
inmundo.
Por desconocimiento, cabe la posibilidad de que alguno entre en una casa, (un grupo
de Facebook, de WhatsApp, una página privada etc) donde se enseña una doctrina
impura pero no se entera de la impureza porque es posible que dicha enseñanza
inmunda esté ocultada por ciertas “cortinas” donde terminología o expresiones típicas
hebreas están usadas como imagen pública.

Una vez que les llega el conocimiento de que han compartido una cierta falsa comida, o
si han confiado en una falsa dicha verdad, procuren hacer lo correcto: lávense! Es
decir, cuando se enteren que han participado en un lugar inmundo, procuren hacer un
buen uso del jabón de LA VERDAD de la Torá a fin de librarse de todo resto de ideas
falsas que se les puede haber pegado en el lugar donde han dormido o han comido.

Levítico 14:48 Mas si el sacerdote comprueba al entrar que, después de


revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura,
pues se ha curado del mal.

El mismo ritual descrito en los versículos 4 al 7 sobre el proceder de limpieza de un


leproso, se realizaba cuando una casa se declaraba limpia de una plaga. Vea la
explicación anterior.

Recordemos que en Levítico 14:38 se indicaba que el sacerdote …la cerrará (la
casa) durante siete días.
La redención tiene una duración de 6 más 1 es decir: 7 mil años. La última enseñanza
que nos revela estas instrucciones es que al final de los 7 años, se declarará la pureza
absoluta de aquellos en cuyas vidas la obra de la Redención ha completado
perfectamente la restauración. De modo como se puede ver (se puede comprobar) en
los redimidos la imagen y semejanza del Creador, el Redentor - cómo el Sumo
Sacerdote por excelencia - solo puede declarar la pureza total en de la vida del que se
ha purificado del mal.

La cuarentena de los 7 días es una ocasión concedida al dueño de la dicha casa en


reflexionar sobre su conducta a fin de hacer teshuváh/retornar de su mal caminar, al
saber que la tzaráat no es una enfermedad de orden natural sino un castigo
correccional enviado por el cielo.

Con la expresión “se ha curado del mal”, nuevamente, aquí se puede entrever que el
concepto de la pura gracia es anti Torá cuando no hay de por medio actos pertinentes.
La Jésed de Adonái siempre acompaña los actos de justicia que se deben revelar en la
vida de los hijos de la redención.

Una casa en cual ya no hay más señal del pecado, debe seguir con las normas
requeridas por la justicia y proceder a presentar las ofrendas correspondientes.
Recordemos que todo sacrificio está relacionado con algún aspecto de la obra
redentora y sustitutiva que corresponde al Redentor cumplir. Pero, igualmente no
debemos ignorar que lo mejor de lo que Él ha hecho no se nos puede aplicar sin que

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
nosotros presentemos estas ofrendas, así como hemos aprendido hasta aquí, que estas
significan.
El significado de los siguientes rituales ya ha sido explicado en los versos anteriores.
Vuelve a repasar el significado de cada detalle mencionado a continuación:

Levítico 14:49-53 Entonces, para ofrecer por la casa un sacrificio por el


pecado, tomará
- dos pájaros,
- madera de cedro,
- púrpura escarlata e hisopo;
inmolará uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua viva y,
tomando la madera de cedro, el hisopo y la púrpura escarlata, con el pájaro
vivo, los mojará en la sangre del pájaro degollado y en el agua viva; y rociará
la casa siete veces.
Y, tras haber realizado el sacrificio por el pecado en favor de la casa con la
sangre del pájaro, con el agua viva, el pájaro vivo, la madera de cedro, el
hisopo y la lana escarlata, soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el
campo. De este modo hará expiación por la casa, la cual quedará pura.

Levítico 14:54-57 Esta es la ley para toda clase de lepra o de tiña, para la
lepra del vestido y de la casa, para los tumores, erupciones y manchas
blancas, y para declarar los períodos de impureza y de pureza.
Esta es la ley (Torá) de la lepra.
Esta última declaración dejaba claro que no estaba en el mero poder o a la voluntad
del sacerdote decidir cómo se procede en los casos de tzaráat, sino que estas
disposiciones estaban ligadas a reglas claras, de modo que el pueblo pudiera discernir
igual que el sacerdote.

Cinco veces es la palabra "ley" (Torá) empleada con relación a la tzaráat.


1. Esta es la ley de la plaga de la lepra (Levítico 13:59);
2. Esta será la ley del leproso (Levítico 14:2);
3. Esta es la ley de aquel en quien está la plaga de la lepra (Levítico14:32);
4. Esta es la ley para toda clase de plaga de lepra (Levítico 14:54);
5. Esta es la ley de la lepra (Levítico 14:57).
5 son los libros donde Moisés hace el relato de todas las cosas.
La creación del hombre, la descendencia de Israel desde Adán hasta Yaákov y los
principios que forman la Constitución de la nación hebrea son la base de las
enseñanzas de Moisés. La repetición en 5 ocasiones de la ley para la tzaráat, nos
revela que todo aquel que transgrede estos fundamentos enseñados por MEDIO DE
Moisés, padecerá a causa de los efectos del pecado y también que aquel que vuelve a
edificar en su vida estas enseñanzas, sanará su cuerpo de los malos efectos del
pecado. Esta es nuestra razón en permanecer en el estudio del Tanaj mas que todo.

Un último detalle como conclusión de todas estas enseñanzas:


tengamos en cuenta que las enseñanzas respecto a la pureza o impureza solo son
enseñanzas que aplican exclusivamente a los hijos de Israel. La Torá guarda total

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- En Defensa de LA VERDAD Hebrea -
silencio en cuanto a los gentiles de modo que no se puede hablar o tratar de algún
gentil como puros o impuros. Dicho esto, el mal de la tzaráat o el poder del pecado
como de la redención solo se puede comprender mediante los reglamentos para la
impureza respectivamente la pureza.

No olviden los consejos de la sabiduría:

“Guarda tu lengua del mal, tus labios del discurso engañoso" Salmo 34:13-14
y Proverbio 21:23: "El que guarda su boca y lengua se protege de los
problemas."

Judas 3 (DHH 1996) Queridos hermanos, he sentido grandes deseos de


escribirles acerca de la salvación que tanto ustedes como yo tenemos; pero
ahora me veo en la necesidad de hacerlo para rogarles que luchen por la fe
que una vez fue entregada al pueblo santo.

Deseo que Yeshúa Ha Mashíaj nuestro Elohim y Redentor los guíe para crecer en todo
entendimiento.

No olviden enviarme sus conclusiones o comentarios a favor o en contra, entrando en


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Escrituras y sobre el Elohim de Israel:
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Para participar en el grupo: Congregación Internacional Hebreo Israelita "Mi


Redentor es Yeshúa", envíame un mensaje vía WhatsApp, Messenger, Telegram a
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Un fuerte abrazo y bendiciones.


Shalom

DANIEL UDROAICA

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