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- “Ubi homo ibi societas ubi societas ibi ius” donde hay hombre hay sociedad, donde hay
sociedad hay derecho.
- “directws”, “ius”
- Teoría del derecho ciencia que estudia el derecho.
- El derecho regula la vida del ser humano.
- Ordenamiento jurídico sistema normativo que comprende un conjunto de normas
ordenadas, en un lugar determinado. Ejemplos: sanciones, multas de tráfico.
- Derecho palabra plurisemica, porque tiene diferentes significados y ambigua, porque se
puede interpretar de diversas maneras.
- Tanto las Cortes (Senado y Congreso) como el Gobierno aprueban normas jurídicas.
- Como regla general las leyes, las aprueba el poder legislativo y los reglamentos o reales
decretos, el gobierno. Además de la Unión Europa y los gobiernos autonómicos (quienes
tienen atribuido unas competencias).
- De esta manera, un Ley emite regulaciones de carácter general, mientras que un
Reglamento, establece y define las formas, de manera concreta, de la forma en que se
materializará el precepto legal contenido en la Ley.
- Los tribunales, son órganos jurisdiccionales, aplican la ley, pero no las aprueban.
- El magistrado, está compuesto por varias personas las cuales trabajan en el tribunal.
- El juez, realiza su labor normalmente dentro de un juzgado, como órgano unipersonal.
- Todos ellos tienen que respetar a La Constitución.
- Las normas de la U.E. se suelen llamar derecho comunitario.
- Por encima de las leyes españolas prevalecen las leyes de la U.E.
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Como consecuencia de su naturaleza abstracta, estos conceptos son igualmente utilizables en
todas las ramas del Derecho y su significado permanece invariable con independencia del
contenido concreto al que sean aplicadas.
Al jurista, la teoría del Derecho le permite estudiar los elementos del ordenamiento jurídico
existente en toda organización social y los fundamentos científicos de filósofos que han
permitido su evolución hasta nuestros días.
La palabra derecho es una palabra plurisemica. Decir que una palabra es plurisemica significa
que la misma tiene distintas afecciones y se usa con diversos significados:
SENTIDOS DEL TERMINO DERECHO:
En primer lugar la palabra derecho designa el conjunto de normas o reglas que rigen la
actividad humana en la sociedad, cuya inobservancia está sancionada. Sería el derecho en
sentido objetivo. Así, por ejemplo, sí decimos que el Derecho español presenta diferencias con
el Derecho anglosajón.
También usamos el término derecho en sentido objetivo cuando nos referimos a las diferentes
ramas del Derecho como, el Derecho Administrativo, El Derecho tributario, el Derecho
financiero, el Derecho procesal, el Derecho laboral, el Derecho penal, el Derecho constitucional,
el Derecho civil, el Derecho mercantil, el Derecho internacional, el Derecho comunitario, el
Derecho informático, el Derecho bancario, el Derecho hipotecario y el Derecho eclesiástico.
Existe un acuerdo que casi todo el Mundo respeta en virtud del cual, en el derecho en sentido
objetivo, la “D” se escribe con mayúscula para diferenciarlo del derecho subjetivo. En el
sistema anglosajón para referirse al derecho objetivo utilizan “law”.
Como segundo significado la palabra derecho designa a las facultades atribuidas a una
persona que le permiten gozar de algo y exigir de otra persona una prestación.
Sería el derecho en sentido subjetivo. Así como cuando decimos tengo derecho a la vida, a la
protección de datos personales, en definitiva, cuando hablamos de los derechos fundamentales
de las personas.
Para distinguirlo del derecho objetivo en él subjetivo la “d” se escribe con minúsculas, en el
sistema anglosajón para referirse al derecho subjetivo, utilizan “right”.
En tercer lugar el derecho como equivalente a justicia como portador de valor de justicia sí
como, que no hay derecho a los insumisos vayan a la cárcel.
En cuarto y último lugar la palabra derecho se emplea en ocasiones en el sentido de ciencia o
investigación o estudio del Derecho, como el derecho que se imparte en la Universidad
Complutense de Madrid goza de un prestigio internacional.
La palabra derecho además de ser plurisemica es ambigua, será ambigua cuando no
queda claro, cuando resulta confuso determinar con cuál de los significados es usado, aunque
esto sucede en pocos casos.
Afrontar la definición de lo que es el derecho no resulta tarea fácil, podíamos dar muchas
definiciones de derecho y todas serian correctas de cierta medida, pero no nos permitiría
entender con claridad de derecho, de ahí que muchos autores señalen que uno de los problemas
relacionados con el concepto de derecho es el de la vaguedad, se puede decir que un concepto es
vago cuando la extensión de este no está determinada. La búsqueda de una definición de lo que
se denomina caracteres esenciales o diferenciales del derecho ha sido una constante de la
filosofía del derecho.
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Hay autores que señalan que hablar de derecho implica hablar de normas y coactividad (se
diferencia de la moral, imponía sanciones por el incumplimiento de la norma) para otros autores
hablar de derecho implica hablar de normas que responden a ciertos postulados de justicia o que
provengan del Estado.
El problema es que resulta dudoso que alguna de estas características sirva para diferenciar
claramente el derecho de otros ordenes normativos que regulan la conducta humana en la
sociedad (religión, moral), por tanto, no se puede plantear la cuestión de la definición del
derecho en términos de verdadero y falso, las definiciones del derecho serán mas o menos
adecuadas, mejores o peores, dependiendo del propósito de la definición.
A lo largo de la historia se ha dicho que el derecho es la realización de la justicia, que el derecho
son normas jurídicas, que el derecho es un aparato de represión de la sociedad o una técnica de
control social o que el derecho es la expresión del espíritu del pueblo.
No obstante, cuando la mayoría de la gente habla del derecho se refiere al mismo en su afección
de derecho en sentido objetivo, esta concepción del derecho es la mayoritaria, hegemónica o
dominante en nuestros días, por ello se puede afirmar que según la concepción dominante por
derecho se entiende como el conjunto de normas, entendido el sentido norma en termino
amplio, emanadas por el poder político soberano propio del Estado moderno.
El jurista, debe abordar la compresión del derecho desde una pluralidad de perspectivas y no
limitarse al estudio exclusivo del contenido de las normas. Para la prácticas totalidad de la
población el lenguaje jurídico se caracteriza por su difícil casi imposible compresión, por tanto,
es necesario que el jurista tengo en cuenta siempre la necesidad de emplear un lenguaje claro y
sencillo, pero no por ello carente del necesario rigor jurídico, por ello se considera una habilidad
básica del jurista, la capacidad para adaptar el lenguaje jurídico empleado al destinatario o
destinatarios de este, algo que en ocasiones no es una tarea fácil.
En Roma se señalaba que las normas jurídicas deben ser comprensibles para todos.
Montesquieu afirmaba que la compresión de las leyes no debe exigir un esfuerzo especial.
Como ha señalado el tribunal constitucional, el principio de seguridad jurídica
consagrado en el artículo 9.3 de la constitución “implica que el legislador debe perseguir la
claridad normativa, procurando que acerca de la materia sobre la que legisle sepan los
operadores jurídicos y los ciudadanos a que atreverse”. No obstante, la realidad es que en la
actualidad poder entender el contenido de las normas jurídicas no es algo que esté al alcance de
todos, es posible pensar que si los ciudadanos pudieran comprender y las consecuencias de su
inobservancia no sería tan necesaria la profesión del jurista. En cualquier caso, en los últimos
años la búsqueda de un lenguaje jurídico claro se ha convertido en un claro objetivo por parte de
todos, incluidos los diferentes organismos gubernamentales, tanto a nivel nacional como en el
seno de la Unión Europea. También se ha intentado, aunque no parece que se haya logrado del
todo, que los órganos jurisdiccionales (tribunales), utilicen un lenguaje claro y preciso de forma
que puedan comprenderse sin dificultad, no obstante, en ocasiones para los tribunales resulta
sumamente complicado conciliar claridad y sencillez con el necesario rigor técnico que no debe
desaparecer completamente. Por todo lo señalado, parece necesario no solamente educar a la
ciudadanía en conocimientos jurídicos si no también simplificar el lenguaje jurídico en la
medida de lo posible.
Para poder comenzar a comprender el mundo jurídico de una forma más concreta y
especializada, es necesario estudiar de manera detenida y individualizada algunos de los
conceptos más básicos y fundamentales. Los conceptos jurídicos básicos son instrumentos
indispensables para el estudio y la práctica del derecho, además de ser la base teórica de otros
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conceptos más complejos, son por tanto conceptos que todo jurista debe comprender, manejar y
saber transmitir (primera habilidad básica de todo jurista).
Los conceptos jurídicos básicos son los siguientes:
- Sujetos de derecho.
- Relación jurídica.
- Hechos y actos jurídicos.
- Ordenamiento jurídico.
- Norma jurídica.
Sujetos de derecho el derecho se destina a regular las relaciones existentes entre personas. A
los destinatarios de las normas se les llama sujetos de derecho, y pueden ser tanto personas
físicas como jurídicas, (como la administración pública), los sujetos de derecho lo son porque
son titulares de derechos y obligaciones. El artículo 30 del código civil español señala que “son
personas todos los entes susceptibles de adquirir derechos o contraer obligaciones”. En la
actualidad toda persona por el hecho de ser persona es sujeto de derecho, no obstante, a lo largo
de la historia el hecho de ser persona no siempre ha significado ser sujeto de derecho, basta
señalar a los esclavos o el papel de la mujer en determinados países o momentos históricos. Los
animales y las cosas no son sujetos de derecho, el hecho de que existan normas que castigan a
una persona que causa daños a un aminal no significa que un aminal sea sujeto de derecho.
Toda persona por el hecho de serlo posee capacidad jurídica, esto es aptitud para ser sujeto de
derecho y obligaciones, para ser sujeto o titular de relaciones jurídicas.
No obstante, no todas las personas tienen capacidad de obrar, esto es la aptitud para realizar
actos dotados de eficacia jurídica, es decir, la posibilidad que tienen sujeto de ejercitar por sí
mismo los derechos y obligaciones de los que es titular con plena eficacia. En el caso de las
personas físicas solamente la edad y la falta de capacidad pueden limitar su capacidad de obrar,
los menores de edad a partir de los 14 años sobre todo empiezan a completar su capacidad de
obrar, con la mayoría de edad, 18 años, se adquiere la plena capacidad de obrar, pudiendo ser
titulares de cualquier relación jurídica, salvo la adopción para la que se exigen 25 años.
Antes de reforma del año 2021, la falta de capacidad total o parcial, temporal y permanente de
una persona física solo podía determinarse mediante sentencia judicial en caso de enfermedades
y deficiencias persistentes de carácter físico y psíquico que impidan a una persona gobernarse
por sí mismo, nombrándose en estos casos un tutor.
Tras la reforma del año 2021, desaparece la tutela tal y como se concedía y se sustituye por la
curatela, que consiste en apoyos puntuales, también desaparece la incapacitación judicial y la
patria potestad prorrogada más allá de la mayoría de edad. La tutela tal y como se concedía,
pero la reforma refuerza otras figuras que ya existían, como la curatela, la guardia de hecho y el
defensor judicial.
o La curatela, es una resolución judicial en la que se especifica cuáles son los apoyos que
necesita la persona discapacitada, en los casos más graves en los que la persona no se
pueda comunicar o tomar decisiones, la curatela se adaptara a esa situación, la pueden
ejercer familiares, gente cercana a la persona discapacitada y centros o fundaciones que
trabajan con ella.
o En segundo lugar, la guardia de hecho consiste en designar a una persona cercana para
que preste el apoyo que el afectado necesite, no necesita proceso judicial, se puede
realizar mediante un acta notarial, por ejemplo, para realizar trámites bancarios.
o Y por último y defensor judicial, es una persona designada judicialmente para actuar en
momentos concretos, por ejemplo, en la venta de una vivienda o cuando hay un
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conflicto de interés entre el curador y la persona con discapacidad. No obstante, lo
dicho, en los casos más graves en los que la persona no se pueda comunicar o tomar
decisiones, la curatela se adaptará a esa situación.
La relación jurídica Los primeros antecedentes de relación jurídica se remonta al derecho
romano y al derecho medieval. En el derecho romano, en el vínculo casi físico que une al
acreedor y al deudor. En la Edad Media se empieza a distinguir en el matrimonio entre el acto
de contraerlo y la situación resultante de dicho acto.
En el siglo XIX Savigny distingue en la relación jurídica un doble elemento, elemento material
o relación social sobre la que configura la relación jurídica y elemento formal o regulación de la
relación social por el ordenamiento jurídico.
Solo las relaciones sociales que son dignas de protección jurídica esto es que están necesitadas
de protección jurídica serán reguladas por el ordenamiento jurídico. No basta una relación social
contemplada por el ordenamiento jurídico para que exista una relación jurídica.
- Para Diez-picazo: para este autor es una situación jurídica en la que se encuentran dos o más
personas respecto a determinados bienes o intereses vitales y que aparece estable y
orgánicamente regulada como cauce para la realización de una función social o económica
merecedora de tutela jurídica.
- Para Albaladejo: para este autor es aquella situación en que se encuentran varias personas
entre sí regulada orgánicamente por el derecho que engloba un conjunto de poderes,
facultades y deberes. Que corresponden a las personas que en ella intervienen.
En ambas definiciones hay una serie de notas comunes:
- En la primera nota común la relación jurídica en una situación jurídica se caracteriza por su
carácter estático frente a los actos jurídicos que son los que crean, modifican y extinguen las
relaciones jurídicas.
- En la segunda nota común la relación jurídica tiene lugar necesariamente entre personas ya
sea personas físicas, personas jurídicas o la administración pública. Es el primer elemento
de la relación jurídica.
No existe relaciones jurídicas entre cosas ni entre una persona y una cosa ni entre una
persona y un lugar ni entre una persona y un animal. A las personas que intervienen en una
relación jurídica se les llama titulares o sujetos de la relación jurídica. La cualidad que a una
persona le confiere el hecho de ser uno de los sujetos de la relación jurídica se denomina
titularidad.
Las titularidades pueden ser de distinto tipo: Según la posición que ocupa la persona en la
relación jurídica se puede hablar de: titularidad activa o titularidad de poderes jurídicos,
titularidad pasivamente o de deberes jurídicos y titularidad recíproca o titularidad de
poderes y deberes jurídicos recíprocos. Según el número de titulares, la titularidad puede ser
única un solo titular o múltiple, cotitularidad.
- En la tercera nota común la relación jurídica tiene un objetivo sobre el que recae, es el
segundo elemento de la relación jurídica según el artículo 1271 del código civil puede ser
objeto de contrato “todas las cosas que no están fuera del comercio de los hombres”. Puede
ser tanto un bien material una cosa como un bien inmaterial (los derechos de propiedad
intelectual e industrial). También puede ser objeto de una relación jurídica una determinada
conducta o prestación. Esto es dar hacer o no hacer alguna cosa o prestar un servicio.
- Y como cuarta y última nota: la relación jurídica tiene que estar regulada orgánicamente por
el Derecho como medio para la realización de una función social o económica mercedario la
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tutela jurídica. Tiene que haber una causa por la cual se da esa relación jurídica que sea
lícita.
El consentimiento prestado entre personas con capacidad legal para poder prestarlo es un
elemento necesario en cualquier relación jurídica. Será nulo el consentimiento prestado por
error, violencia, intimidación o dolo. Hay un dolo cuando con palabras o maquinaciones
insidiosas un parte induce a la otra a celebrar un contrato que sin ellas no hubiera llevado a
cabo.
Hechos y actos jurídicos Un hecho es todo suceso acontecimiento o fenómeno acaecido en
la realidad puede ser puntual o prolongarse en el tiempo denominándose entonces estado. Un
hecho será jurídico si las normas jurídicas lo regulan otorgando al mismo determinados efectos
jurídicos.
Los hechos jurídicos pueden ser de dos tipos, hechos jurídicos en sentido estricto y actos
jurídicos.
- Se consideran hechos jurídicos en sentido estricto aquellos en los que la voluntad humana
no es determinante para la existencia de efectos jurídicos, son hechos procedentes de una
realidad ajena a la voluntad de las personas que son tenidos en cuenta por las normas
jurídicas y que por ello tienen efectos jurídicos, se trata por ejemplo de acontecimientos de
la naturaleza o momentos relacionados con la vida del hombre como su nacimiento,
mayoría de edad o muerte.
- Por el contrario, en los actos jurídicos los efectos jurídicos son consecuencia de actos
humanos conscientes y libres y que han llegado a ser materializados externamente. El
derecho valora un hecho como acto jurídico si se ha llevado a cabo por una persona de
forma libre consciente y persiguiendo sus consecuencias prácticas. Dentro de los acusó
jurídicos en algunos casos los efectos jurídicos vienen. Establecidos de forma tasada y
forzosa en las normas jurídicas hablándose de actos jurídicos simples y en otros casos los
sujetos pueden establecer modular o graduar los efectos jurídicos siempre entró de los
límites previstos dentro del ordenamiento jurídico hablándose entonces de negocios
jurídicos.
Ordenamiento jurídico (suma de las normas jurídicas). Una de las formas más tradicionales
de explicar el derecho toma como eje a la norma jurídica, la explicación de la norma jurídica
conduce a la explicación misma del derecho, partiendo de la idea de que, si sabemos lo que es
una norma jurídica, sabremos también lo que es el derecho se formula la denominada teoría
normativista del derecho o teoría normativista que ha ocupado en la historia del pensamiento
jurídico un lugar destacado durante décadas. Dicha teoría responde a la idea de que el todo
puede explicarse y conocerse a partir de su parte o elemento más característico identificador y
fundamental que es la norma jurídica.
La razón de la permanencia en el tiempo de esta teoría hay que buscarla en la fortuna con que se
ha enfrentado a otras teorías del derecho diferentes. Frente a otras propuestas de explicación del
derecho desde ángulos no normativos, como la teoría de la relación intersubjetiva o la teoría
institucional del Derecho, el normativismo casi siempre ha conseguido imponerse.
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jurídica juega un papel fundamental la norma jurídica, incluso con anterioridad a que las
partes tengan intención de relacionarse, por ello admite la importancia de la relación
jurídica en la configuración y conocimiento del derecho, pero subraya la mayor importancia
de la norma jurídica.
- La teoría institucional del derecho: cuyos representantes más destacados fueron Hauriou
en Francia y Santi Romano en Italia, sostienen que el derecho es ante todo institución, esto
es organización de bienes y organización de personas, por ello para explicar qué es el
derecho debemos analizar la institución jurídica. El normativismo ante dichos
planteamientos señala que toda organización implica una distribución o asignación de
competencias e irresponsabilidades, y que la misma está establecida conforme a los criterios
fijados en una norma jurídica. Por tanto, una vez más, si queremos saber qué es el derecho
debemos acudir al estudio de la norma jurídica como elemento más original y fundamental
del derecho. No obstante, existe otra forma de explicar el Derecho, se trata de la teoría del
ordenamiento jurídico, que sostiene que el conocimiento de la norma jurídica no nos puede
proporcionar el conocimiento del derecho, porque el derecho no es norma en singular sino
normas en plural. Esto es conjunto ordenado de normas (sistema), por tanto, el análisis de
uno solo de estos elementos no es suficiente. Si pretendemos entender qué es el derecho
debemos examinar el conjunto normativo, el tipo de relaciones que unen entre sí a las
normas jurídicas y sus características en cuanto a conjunto. No obstante, esta teoría no es
una teoría anti-normativista sino más bien una continuación o perfeccionamiento del
normativismo, puesto que al fin y al cabo la base del derecho continúa siendo la norma
jurídica, si bien ahora la norma jurídica es estudiada desde la complejidad y pluralidad de
las relaciones entre normas. La utilización del término jurídico se debe a Santhi Román
quien en 1917 en una obra del mismo título popularizó la expresión.
Anteriormente se usaban los términos ius y lex empleando el término lex en sentido amplio
como sinónimos de legislación. Con la codificación se hacía necesario contar con un término
que designa el conjunto de normas jurídicas, surgen así las expresiones “ordenamiento jurídico,
system, legal order, ordre juridique o ordenamiento jurídico en castellano”. El ordenamiento
jurídico estaría constituido por el conjunto de todas las normas jurídicas, mientras que las
normas jurídicas serían cada uno de los elementos o partes componentes del ordenamiento
jurídico. Sin embargo, hoy en día, el término ordenamiento jurídico significa más que una
simple suma de normas jurídicas, intenta destacar la unidad sistemática del conjunto.
Características del ordenamiento jurídico:
1. Plenitud: con la plenitud se alude a la necesidad de todo sistema jurídico de ser
completo, es decir, de contener las normas jurídicas necesarias para que cualquier caso,
conducta o situación que se presente en la vida real pueda ser solucionado con arreglo a
derecho, lo que sucede es que la realidad es mucho más rica y variada, de ahí que exista
la posibilidad aunque sea sumamente excepcional de casos, conductas o situaciones no
previstos y que sin embargo necesitan ser regulados, dando lugar al fenómeno de las
lagunas o vacíos legales.
2. Coherencia: el conjunto de normas jurídicas que forman un ordenamiento jurídico
concreto no es una mera adicción superpuesta sino un todo ordenado, en el que cada
parte adquiere sentido en relación con las demás, donde cada pieza encaja
perfectamente con las restantes, constituyendo un sistema normativo. Al afirmar que el
ordenamiento jurídico es coherente estamos descartando las antinomias o
contradicciones normativas que existen en muy raras ocasiones y a menudo se
destruyen tras una correcta interpretación de las normas aparentemente de las normas
contradictorias. Solamente hay antinomia si existen dos normas de un mismo sistema
que son absolutamente incompatibles, esto es, que su aplicación simultánea resulta
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imposible, puesto que una permita u ordene y la otra prohíbe a los mismos sujetos la
misma conducta.
3. Unidad: hay una serie de reglas que proporcionan los criterios de pertenencia de las
normas jurídicas al sistema jurídico, dichas reglas establecen que requisitos debe tener
una norma para que sea considerada parte del sistema jurídico, para que sea considerada
válida, por tanto, al cumplir todas las normas que forman parte del sistema jurídico unos
mismos requisitos de validez, se considera que este constituye una unidad.
Norma Jurídica La consideración de la norma jurídica como juicio hipotético fue puesta de
manifiesto por Zitelmann y sobre todo por Kelsen e intenta expresar la relación existente entre
una hipótesis y una tesis, entre un supuesto de hecho y una consecuencia jurídica.
Tradicionalmente, la estructura de la norma jurídica ha sido representada con la siguiente
fórmula:
Si es A, debe ser B, donde A representa el supuesto de hecho, y B la consecuencia jurídica. El
vínculo que une ambos elementos es una relación de imputación, la relación de imputación es
propia de las normas jurídicas, lingüísticamente se manifiesta en proposiciones prescriptivas,
preceptivas o imperativas que hacen hacer de las proposiciones prescriptivas se puede predicar
la justicia o injusticia, la validez o invalidez y la eficacia o ineficacia.
Frente a la relación de imputación propia de las normas jurídicas, se encuentra la llamada
relación de causalidad, que une una causa con su efecto. Sigue la fórmula: si es A, es B, la
relación de causalidad es propia de las leyes físicas o de la naturaleza. Su enunciación da lugar a
proposiciones descriptivas que hacen saber, de ellas se puede afirmar su verdad o falsedad.
La diferencia entre imputación y causalidad radica en que, en la primera, el vínculo entre
supuesto de hecho y la consecuencia jurídica, no es necesario, sino convencional, un acuerdo al
que han llegado los órganos que aprueban las normas jurídicas, porque así se ha convenido por
los responsables de la comunidad política. Por el contrario, en la relación de causalidad el
vínculo entre la causa y el efecto es necesario, porque no podría ser de otra manera, de no ser
así, de no poderse constatar y comprobar empíricamente, la ley física perdería su condición de
tal. Junto al supuesto de hecho y la consecuencia jurídica, se suele hablar de un tercer elemento
de la norma jurídica, se trata de la ratio, que puede tener las siguientes 3 acepciones:
1. como finalidad, esto es, el para qué de la norma jurídica.
2. como fundamento, esto es, el porqué de la norma jurídica.
3. como objeto, el qué de la norma jurídica o interés jurídicamente protegido por la norma
jurídica.
Finalmente es necesario diferenciar entre disposición y norma jurídica en sentido estricto,
conceptos que se han empleado en ocasiones de forma errónea en el mundo jurídico, por
disposición o enunciado normativo, se entiende la formulación gramatical o lingüística en la
que se expresa un significado normativo, mientras que una norma jurídica en sentido estricto,
o significado normativo sería el significado que se otorga u obtiene al interpretar la disposición.
Mientras una disposición puede expresar no solo una, sino una pluralidad de normas, una norma
puede ser expresada por disposiciones diferentes.
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jurista la búsqueda de información jurídica es una parte muy importante de su trabajo. La
existencia de bases de datos que contienen la documentación jurídica organizada
sistemáticamente facilita la labor del jurista, ante el abundante número de disposiciones
normativas y resoluciones judiciales existentes. Internet ha generalizado el acceso de todos a
todas las fuentes de información jurídica.
Hay tres clases de documentación jurídica, legislativa, judicial y doctrinal o científica, que dan
lugar a tres fuentes de información jurídica; fuentes legislativas, fuentes jurisprudenciales y
fuentes doctrinales.
Fuentes legislativas son las fuentes más importantes. Dentro de las mismas es necesario
incluir toda la documentación legislativa en sentido amplio, es decir, todos los tipos de fuentes
del derecho, fruto de un acto voluntario realizado por una autoridad normativa, esto es todas las
fuentes del derecho formadas por disposiciones, incluyendo la propia Constitución, las
diferentes fuentes comunitarias, los tratados, los reglamentos, directivas y decisiones
comunitarias, todos los tipos de leyes, tanto orgánicas como ordinarias, tanto estatales como
autonómicas, las demás fuentes de rango legal como los Decretos Ley y los Decretos
legislativos, y las diversas fuentes de rango reglamentario, como los reales decretos y
reglamentos y las órdenes ministeriales.
Para consultar las fuentes legislativas será necesaria la consulta de los boletines oficiales, en los
que las disposiciones normativas se publican. El BOE dejó de publicarse en papel el 31 de
diciembre de 2008, y ahora podemos consultarlo gratuitamente en la página www.boe.es.
Otros boletines oficiales serían el Boletín Oficial del Registro Mercantil, los Boletines Oficiales
de las Comunidades Autónomas, y los Boletines Provinciales. En ocasiones, también es
conveniente la consulta de la documentación generada en las Cortes Generales, tanto del
Congreso de los Diputados, como del Senado, en el proceso de elaboración normativa. El
acceso a las fuentes de documentación parlamentaria es posible gracias a las páginas web del
Congreso de los Diputados y del Senado.
También hay que mencionar el diario Oficial de la UE, al que podemos acceder gratuitamente a
través de EUR-LEX, y que contiene la legislación de la UE.
También existen en la actualidad, innumerables bases de datos legislativas de pago, que
introducen un gran número de mejoras, como Thomson Reuters Aranzadi, la Ley Digital, el
Derecho, Tirant online y V-Lex.
Fuentes jurisprudenciales En España, el término jurisprudencia puede definirse como la
identidad de razón común a un conjunto de sentencias provenientes del Tribunal Supremo o a
las sentencias del Tribunal Constitucional en la interpretación y aplicación de normas jurídicas.
En España, antes de la Constitución, la jurisprudencia en sentido amplio e impropio se entendía
que podía provenir de cualquier juez o Tribunal al dictar sentencia, sin embargo, en sentido
estricto o técnico, se limitaba el concepto de jurisprudencia al criterio constante y uniforme
mantenido por el Tribunal Supremo. Tras la Constitución, la jurisprudencia continúa siendo la
que de modo reiterado establece el Tribunal Supremo, que se configura en el artículo 123.1 de la
Constitución como el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes salvo lo dispuesto en
materia de garantías constitucionales con jurisdicción dentro de España. Pero junto a la
jurisprudencia del Supremo, surge otro tipo de jurisprudencia, la denominada jurisprudencia
constitucional, que es la doctrina que sienta el tribunal Constitucional al abordar las cuestiones
ante él planteadas.
Jurisprudencia ya no es solo la del TS, sino también la del TC, que además prevalece sobre la de
aquel en lo que afecte a la interpretación de la Constitución, dado su carácter vinculante. No
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constituyen jurisprudencia en sentido estricto las sentencias de los órganos jurisdiccionales
inferiores, ni las procedentes de determinados órganos administrativos, en forma de
resoluciones, tales como las de la Dirección General de lo contencioso o las de la Dirección
General de los Registros y del Notariado, a pesar de su valor interpretativo. Pero la Constitución
establece una segunda novedad en materia jurisprudencial al incluir también una jurisprudencia
de ámbito autonómico, la de los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades
Autónomas que se configuran en la Constitución como órganos jurisdiccionales del Estado en
las CCAA y crean jurisprudencia en las sentencias que versen sobre Instituciones existentes en
su territorio.
También es jurisprudencia la procedente del Tribunal de Justicia de la UE con sede en
Luxemburgo, la procedente del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en
Estrasburgo y desde abril del 2002, la procedente de la Corte Penal Internacional con sede en La
Haya para el enjuiciamiento de determinados delitos internacionales no perseguidos por los
propios Estados. Nuestro TC, puede declarar la inconstitucionalidad de una norma con rango de
ley. En ocasiones puede incluso dar un paso más al resolver un recurso señalando al legislador
cómo ha de regular determinada institución para que se acomode a la Constitución, son las
denominadas Sentencias Interpretativas que, en vez de declarar la inconstitucionalidad, lo que
hacen es excluir algunas interpretaciones posibles o todas salvo una, la que es conforme con la
Constitución. La jurisprudencia del TC es una auténtica fuente del Derecho. Para que haya
jurisprudencia del TC, solo se exige una sentencia que tiene carácter vinculante.
En el caso del TS y de los Tribunales Superiores de Justicia de las CCAA, se requieren dos o
más sentencias con idéntica interpretación, para decir que hay jurisprudencia. La jurisprudencia
del TS se discute si es fuente del derecho o no, señalándose que, aunque no pueda considerarse
fuente formal en sentido estricto, en la práctica tiene una importancia enorme y se impone a
todos. Dicha jurisprudencia va a ser seguida por los órganos jurisdiccionales inferiores y tiene
un valor orientador e interpretativo determinante, debiendo los abogados tenerla muy en cuenta
si no quieren correr el riesgo de que sus peticiones sean desestimadas.
Frente al sistema español y los sistemas continentales, encontramos el sistema de tipo
anglosajón, como el inglés o el norteamericano. En los sistemas de tipo anglosajón, el derecho
judicial, denominado ‘Case law’, tiene unas características diferentes por tres razones. En
primer término, el ‘Case law’, es verdadero derecho, las sentencias judiciales no sólo son fuente
del derecho, sino que son la principal fuente del derecho. Frente al derecho español, en que
salvo las que provienen del TC, su tarea es de mero complemento de la ley, siendo discutida su
consideración de auténtica fuente del derecho. En segundo lugar, desde el punto de vista del
número de sentencias que se requieren para que haya jurisprudencia ya no son varias, como en
el derecho español, salvo en el caso del TC, sino que basta una sola. Esta sentencia judicial, es
lo que se conoce como precedente judicial. EL precedente judicial es vinculante y debe ser
seguido a menos que sea netamente absurdo o injusto. Por último, el precedente anglosajón
puede provenir de cualquier juez o Tribunal, sin importar su rango jerárquico.
Las resoluciones judiciales nacionales, se pueden consultar en la base de datos del Centro de
Documentación Jurídica, CENDOJ. La jurisprudencia del TC no está en el CENDOJ, pero se
puede consultar a través de la base de datos del BOE o desde el propio buscador del propio
Constitucional. A la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE y del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos, podemos acceder directamente desde sus páginas web, donde se encuentran
sus bases de datos jurisprudenciales. La jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE la
encontramos en Curia, y la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en HUDOC. También
hay infinidad de bases de datos jurisprudenciales de pago (no gratuitas) como Aranzadi, la ley o
el derecho.
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Fuentes doctrinales Históricamente la doctrina científica ha tenido un gran prestigio incluso
fuerza vinculante. En la actualidad, no es fuente del derecho, sino sólo un medio para conocerlo.
Son las opiniones, puntos de vista e interpretaciones mantenidas por los diferentes autores,
especialistas en las distintas ramas o parcelas del derecho, en manuales, monografías, artículos
de revista, comentarios de jurisprudencia, tesis doctorales, y otros. Su valor depende del
prestigio de cada autor y de lo razonables, convincentes y fundamentados que resulten los
argumentos utilizados. Internet ha posibilitado el acceso a un amplio abanico de fuentes
doctrinales.
Existen numerosos portales bibliográficos como V-Lex, Dialnet o Latindex. El principal
problema al que debe enfrentarse el jurista que accede a estas fuentes es saber discernir el valor,
utilidad e interés que tiene cada documento doctrinal.
Informática jurídica:
o Documental
o de gestión y control
o decisoria
Derecho de la informática
Sociedad de la información Este concepto se utiliza desde la década de los 70 para definir a
una sociedad en la que la creación, distribución y manipulación de la información ha adquirido
un papel destacado. Las denominadas tecnologías de la información y de las comunicaciones
facilitan la creación, distribución y manipulación de la información, y pueden definirse como
aquellas técnicas, desarrollos y dispositivos de carácter avanzado que sirven para almacenar,
procesar y transmitir datos, y cuyo máximo exponente es Internet.
El término sociedad de la información no es más que un reflejo de la sociedad actual, una
sociedad interconectada por las innovaciones tecnológicas que permiten que la información
fluya de manera instantánea desde y en cualquier parte del mundo.
La sociedad de la información es vista como la sucesora de la sociedad industrial, y no está
limitada a Internet, aunque es cierto que Internet ha desempeñado un papel importante como
medio que facilita el acceso e intercambio de la información y de datos.
La denominada sociedad del conocimiento, propia del S.21, es consecuencia de la sociedad de
la información. En la actualidad la información se transforma en conocimiento, las personas ya
no solo consumimos información, sino que también la generamos.
¿Qué han supuesto las nuevas tecnologías en el mundo jurídico?
El mundo jurídico ha sido uno de los sectores que más se han tenido que adaptar a todos los
cambios que la sociedad de la información ha introducido. Se ha pasado de consultar la
legislación y la jurisprudencia en una biblioteca, a localizar los documentos a golpe de click.
Los juristas deben saber desarrollar su trabajo en un escenario que cada día es más tecnológico.
La relación entre derecho e informática ofrece dos líneas de estudio diferentes: Por un lado, el
tratamiento automatizado de la información jurídica, la informática jurídica.
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Y, por otro lado, la regulación jurídica de las nuevas tecnologías, el derecho de la informática.
Por tanto, el derecho informático es una disciplina que engloba tanto a la informática jurídica
como al derecho de la informática.
Informática jurídica Es una rama auxiliar del derecho que aparece como consecuencia del
creciente avance de las nuevas tecnologías y la necesidad de automatizar los procesos legales.
Se puede definir como el conjunto de técnicas de almacenamiento y recuperación de datos
establecido con el objeto de sustituir la actividad humana en sus tareas de localización y
recuperación de información mediante la utilización de ordenadores. Es una ciencia que estudia
la utilización de los recursos informáticos, hardware y software, para la mejora de los procesos
de análisis, investigación y gestión en el ámbito jurídico. No es una rama del derecho en sentido
estricto, su temática es fundamentalmente tecnológica, es un elemento de apoyo para la
resolución de problemas jurídicos, pero no un método de resolución de los mismos. En una
materia tan compleja como el derecho, no se puede correr el riesgo de dejar cierto tipo de
decisiones en manos de un ordenador.
La informática jurídica se clasifica en:
- Contratos informáticos
- Protección de datos
- Delitos informáticos
- Teletrabajo
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- Teleformación
- Administración electrónica
- Firma electrónica
- Propiedad industrial
- Derecho de la competencia
- Derecho electrónico
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El sistema de fuentes establecido en la Constitución no supuso la derogación del sistema
previsto en el código civil, puesto que no se produce una incompatibilidad manifiesta entre
ambos, pero sí obliga a una reinterpretación del código civil en materia de fuentes del derecho
para adecuarlo a la regulación constitucional.
Derecho y fuentes comunitarios:
La lesión de España al entonces todavía denominada comunidad europea se produjo el día 1 de
enero de 1986.
La Unión Europea es una organización supranacional autónoma que ejerce los poderes que
España y los demás estados miembros de la misma le ha decido expresamente desde el
momento de su integración en ella. Ejerce poderes normativos propios que no requieren
necesariamente la intervención de los estados miembros para producir efectos y que en todo
caso gozan de primacía sobre las normas nacionales a las que se desplazan en caso de conflicto.
Para el cumplimiento de sus fines dispone de recursos materiales humanos y financieros propios
y, posee una organización en la que destacan las siguientes instituciones:
- Originario - Tratados:
- Privado:
o Reglamento
o Directiva
o Decisión
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- El reglamento: tiene un alcance general, es obligatorio en todos sus elementos y
directamente aplicable en cada estado miembro desde su publicación y entrada en vigor, sin
necesidad de acto formal alguno, de recepción o incorporación al derecho nacional.
- La directiva: obliga a cada estado miembro en cuanto al resultado que deba conseguirse,
pero deja a las autoridades nacionales la elección de la forma y los medios para alcanzar ese
resultado. No es, por tanto, directamente aplicable, requiere de una norma nacional de
trasposición para alcanzar los objetivos fijados por la directiva. Por ello, en función de la
materia de que se trate y de las competencias que tengan asumidas las comunidades
autónomas en el sistema español, serán estas las comunidades CC.AA. normativas centrales
a las que corresponda implementar la normativa comunitaria. Por tanto, la directiva no tiene
un alcance general, sino que puede tener como destinatarios bien todos los estados
miembros, o bien a alguno en concreto.
Se diferencia por ello del reglamento en cuanto a su avance. Además, la directiva no es
obligatoria en todos sus elementos, sino que sólo obliga a alcanzar un resultado en el plazo
establecido por la propia directiva. Eso sí, el incumplimiento del plazo supone una violación
del derecho comunitario.
- La decisión: es obligatoria para sus destinatarios, que puede ser, un estado miembro, varios
o todos, también un particular. Tiene en común con el reglamento el hecho de ser
obligatoria en todos sus elementos diferenciándose del reglamento en que carece de alcance
general. También encontramos dentro del derecho derivado las recomendaciones y los
dictámenes, que, aunque no son vinculantes, no significa que carezcan de efectos jurídicos.
Principio del efecto directo:
El principio del efecto directo de las fuentes comunitarias cuando crean derechos y obligaciones
implica la posibilidad de ser invocadas ante los órganos jurisdiccionales españoles, y la
obligación de estos de aplicarlas. Es al Tribunal de Justicia de la UE a quien corresponde en
última instancia decidir cuándo una norma comunitaria lo posee o no.
De esta forma los tribunales españoles se encargan de garantizar la aplicación del derecho
comunitario, aunque el Tribunal de Justicia sea el competente para asegurar su aplicación e
interpretación uniforme.
Los tratados internacionales:
Una vez que hayan sido ratificados por España forman parte de nuestro ordenamiento jurídico.
Como señala el artículo 96.1 de la Constitución: “los tratados internacionales válidamente
celebrados una vez ubicados oficialmente en España formarán parte del ordenamiento interno”.
La Constitución:
Juega un papel central en nuestro ordenamiento jurídico, su importancia deriva de su propio
contenido. La Constitución contiene los principios básicos de la organización del Estado como
el principio de separación de poderes y los principios básicos que debe cumplir el ordenamiento
jurídico como el principio de legalidad, jerarquía normativa, publicidad y retroactividad de las
disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, seguridad
jurídica, responsabilidad patrimonial de los poderes públicos e interdicción de la arbitrariedad
de los poderes públicos.
La constitución también reconoce los valores superiores del ordenamiento jurídico, como la
libreta, la igualdad y la dignidad de la persona, y establece los derechos fundamentales y las
libertades públicas (art. 15-29 de la const.) que limitan el poder del estado.
15
Todas las demás normas del ordenamiento jurídico deben ajustarse tanto en su contenido como
en su forma a la constitución, existiendo un sistema de control a cargo del tribunal institucional
que asegura esta adecuación.
La ley:
Es un tipo o clase de norma jurídica muy importante, pero solo una clase de norma jurídica.
Aunque a veces de forma incorrecta, se equipara el término ley al de norma jurídica.
La ley es la expresión de la voluntad popular como indica el preámbulo de la Constitución
Española.
Existen 4 clases de leyes:
- Ley ordinaria: aquella norma jurídica elaborada, esto es discutida y aprobada por el
parlamento. La iniciativa puede corresponder a las cortes, bien al congreso o bien al senado,
y entonces se hablará de proposición de ley, o también al gobierno, y entonces se hablará de
proyecto de ley (en la mayoría de los casos son esto). La aprobación de una ley ordinaria
requiere mayoría simple en el congreso, a no ser que remitida al senado, este la vete, en
cuyo caso requerirá mayoría absoluta del congreso.
- Ley orgánica: regulada en el art. 81 de la const. Fue creada como novedad por la
constitución española, inspirándose en la constitución francesa de 1958. Es la destinada a
desarrollar determinadas materias siendo la propia constitución la que establece cuales son
las materias reservadas a la ley orgánica.
El artículo 81.1 de la const. establece que son leyes orgánicas las relativas al desarrollo de
los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los estatutos de
autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la constitución.
Su aprobación exige mayoría absoluta del congreso.
Hay 2 casos en los que el gobierno puede dictar norma con rango de ley, se trata del decreto ley
y el decreto legislativo:
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El resultado positivo de la vocación hace que el decreto ley deje de ser una norma
provisional conservando la misma denominación.
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entre las partes que le otorgan y salvo algunas excepciones sus herederos. No puede ser
contrario a la ley ni a la moral ni al orden público.
Para que un documento privado sea válido necesita reunir una serie de elementos, estos
elementos pueden ser esenciales o naturales o accidentales.
Elementos esenciales:
Son aquellos necesarios para que el contrato pueda producir efectos sin la concurrencia de los
elementos esenciales el contrato ni existe. Los elementos esenciales a su vez pueden ser de dos
tipos: comunes y esenciales.
- Elementos comunes: se exigen en todos los contratos. Según el art. 1261 del código civil,
son los tres siguientes: (Estos 3 requisitos han de darse siempre en todos los contratos).
o El consentimiento de los contratantes objeto que sea materia del contrato y causa de
la obligación que se establezca.
El consentimiento debe darse entre personas con capacidad legal para poder prestar por lo
que quedan excluidas personas discapacitadas o menores de edad. Será nulo el
consentimiento prestado por error, violencia, intimidación o dolo.
Hay dolo cuando con palabras o maquinaciones insidiosas, un parte induce a otra a
celebrar un contrato que sin ellas no hubiera celebrado. Para que el solo produzca la
nulidad de los contratos, deberá ser grave y no haber sido empleado por las 2 partes
contratadas.
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En el código civil existen una serie de reglas en materia de contratos. Las más importantes son
las 4 siguientes:
1. Según el art. 1091 del cc, “las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de
ley entre las partes contratantes y deben cumplirse a tenor de los mismos”.
2. Según el art. 1257, “los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan
y sus herederos”.
En el caso de los herederos, puede suceder que los derechos y obligaciones no sean
transmisibles por su naturaleza, por pacto entre las partes o por ley.
3. Según el art. 1258, “los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde
entonces, obligan no sólo al cumplimiento de los expresamente pactado, sino también a
todas las consecuencias que según su naturaleza sean conformes a la buena fé, al uso y a
la ley.
4. Según el art. 1259, “ninguna persona puede contratar en nombre de otra sin estar
autorizada o tener su representación legal”.
La ley de enjuiciamiento civil considera al documento privado, al contrario, en este caso, como
un medio de prueba. Igual sucede con el documento privado electrónico, considerando como tal
la información de cualquier naturaleza archivada en un soporte electrónico según un formato
determinado y susceptible de identificación y tratamiento diferencial.
Aspectos de carácter general que debe contener como mínimo cualquier contrato:
Los contratos deben contener, entre otros muchos, una serie de extremos:
- Lugar y fecha.
- Determinación de su naturaleza (qué tipo de contrato es)
- Comparecencia de los sujetos intervinientes, señalando sus datos personales y si intervienen
en su propio nombre o de un tercero
- Determinación del objeto
- Causas de resolución del contrato
- Determinación de la jurisdicción a la que se someten las partes.
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- Establecer un diálogo para identificar las distintas posibilidades de acuerdo
- Utilizar criterios objetivos
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actualmente conocido o que se invente en el futuro. El título de una obra quedará protegido
como parte de ella.
Respecto a su contenido, está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial, que
atribuyen al autor su plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra, sin
más limitaciones que las establecidas en la ley.
Los distintos derechos del autor se encuentran regulados en numerosos artículos a lo largo de la
Ley:
Derechos de explotación: corresponde al autor del ejercicio exclusivo de los derechos de
explotación (reproducción, distribución, comunicación pública, etc). Tendrá también derecho a
una participación económica en caso de reventa de artes plásticas o de reproducción de obras
para uso particular.
Poder de disposición: podrá ejercer este poder mediante los contratos de edición,
representación o ejecución o de producción de obras audiovisuales. La disposición puede
hacerse mortis causa por los medios normales previstos en el CC. La disposición inter vivos
deberá hacerse por escrito, se entiende limitada a 5 años y al territorio nacional. El autor tendrá
derecho a una participación proporcional en los ingresos de explotación. Cabe hipoteca
mobiliaria y el embargo de los frutos o productos de la explotación que se considerarán como
salarios, por los derechos de explotación no son embargables.
Derecho moral del autor: corresponden al autor los siguientes derechos irrenunciables e
inalienables.
En cuanto a la duración de sus derechos, durarán toda la vida del autor y 70 años más,
transcurridos los cuales pasan al dominio público, sin embargo, los derechos morales de
paternidad y de integridad de la obra, no tienen límite de tiempo.
Derechos de propiedad intelectual de artistas, intérpretes o ejecutantes:
Se entiende por artista intérprete o ejecutante a la persona que represente, cante, lea, recite,
interprete o ejecute en cualquier forma la obra. El director de escena y el director de orquesta
tendrán los derechos reconocidos a los artistas en este Título. Estos derechos reconocen a estos
sujetos derechos de propiedad intelectual consistentes en el autorizar la reproducción de su
21
ejecución y a compensación económica, y se les atribuye una duración de 50 años, a contar del
1º de Enero del año siguiente a la actuación.
Hay que destacar el Registro General de la Propiedad Intelectual, que tiene por objeto la
inscripción o anotación de los derechos estudiados antes, así como los actos jurídicos que les
afecten. Está integrado por el Registro Central, los Registros Territoriales, dependiente de las
CCAA, y por la Comisión de Coordinación, órgano superior encargado del funcionamiento de
estos últimos registros.
Contrato de edición:
Una de las modalidades de cesión de los derechos de autor viene constituida por el contrato de
edición.
Según el artículo 58, “por el contrato de edición de autor o sus derechohabientes ceden al
editor, mediante compensación económica, el derecho de producir su obra y de distribuirla. El
editor se obliga a realizar estas operaciones por su cuenta y riesgo en las condiciones pactadas y
con sujeción a lo dispuestos en esta Ley”
Según el artículo 59, “1. Las obras futuras no son objeto de contrato de edición regulado en
esta Ley”.
“2. El encargo de una obra no es objeto del contrato de edición, pero la remuneración que
pudiera convenirse será considerada como anticipo de los derechos que al autor le
correspondiesen por la edición, si ésta se realizase.”
“3. Las disposiciones serán de aplicación a las colaboraciones en publicaciones periódicas salvo
que así lo exijan, en su caso, la naturaleza y la finalidad del contrato”.
Según el artículo 60, “el contrato de edición deberá formalizarse por escrito y expresa en todo
caso:
1. Si la cesión del autor al editor tiene carácter de exclusiva.
2. Su ámbito territorial.
3. El número máximo y mínimo de ejemplares que alcanzará la edición o cada una de la
que se convenga.
4. La forma de distribución de los ejemplares y los u se reserven al autor, a la crítica y a la
promoción de la obra,
5. La remuneración del autor.
6. El plazo para la puesta en circulación de los ejemplares de la única o primera edición,
que no podrá exceder de 2 años contados desde que el autor entregue al editor la obra en
condiciones adecuadas para realizar la reproducción de la misma.
7. El plazo en que el autor deberá entregar el original de su obra al editor”.
Son obligaciones del editor:
1. Reproducir la obra en la forma convenida, sin introducir ninguna modificación que el
autor no haya consentido y haciendo constar en los ejemplares el nombre, firma o signo
que lo identifique.
2. Someter las pruebas de la tirada al autor, salvo pacto contrario.
3. Proceder a la distribución de la obra en el plazo y condiciones estipuladas.
4. Asegurar a la obra una explotación continua y una difusión comercial conforme a los
usos habituales en el sector profesional de la edición.
5. Satisfacer al autor la remuneración estipulada, y cuando ésta sea proporcional al menos
una vez cada año la oportuna liquidación, de cuyo contenido le rendirá cuentas. Deberá
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poner anualmente a disposición del autor un certificado en el que se determinen los
datos relativos a la fabricación, distribución y existencias de ejemplares. A estos efectos,
si el autor lo solicita, el editor le presentará los correspondientes justificantes.
6. Restituir al autor el original de la obra, objeto de la edición, una vez finalizadas las
operaciones de impresión y tirada de la misma”.
Son obligaciones del autor:
1. Entregar al editor la debida forma para su reproducción y dentro del plazo convenido la
obra objeto de la edición.
2. Responder ante el editor de la autoría y originalidad de la obra y del ejercicio pacifico
de los derechos que le hubiese cedido.
3. Corregir las pruebas de la tirada, salvo pacto en contrario”.
Uso ético de la propiedad intelectual:
Las creaciones del intelecto humano son protegidas para conseguir que estos derechos reales
hagan que el uso ético y legal de la misma sea fundamental en la protección de los derechos de
la propia persona. El no aprovecharse de la creación literaria y artística de alguien, así como la
autenticidad de lo creado hace que en la actualidad sea uno de los elementos más polémicos de
la sociedad actual, en cuanto que hay personas que copian o repfricuen derechos que son de
otras personas para su beneficio propio.
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En el artículo 12 del Real Decreto, titulado Directrices para el diseño de títulos de
Graduado, encontramos:
“El trabajo de fin de grado tendrá un mínimo de 6 créditos y un máximo de 12,5 por ciento de
los créditos del título. Deberá realizarse en la fase final del plan de estudios y estar orientado a
la evaluación de competencias asociadas al título”.
En el artículo 15, titulado Directrices para el diseño de títulos de Máster Universitario:
“Estas enseñanzas concluirán con la elaboración y defensa pública de un trabajo de fin de
Máster, que tendrá entre 6 y 30 créditos”.
Cualquier estudiante que tenga intención de cursar estudios universitarios, se va a encontrar con
la necesidad de realizar un trabajo, el TFG. Se trata de un trabajo de carácter académico sobre
un tema específico relacionado con el área de conocimiento de la titulación que le corresponda.
Algunos rasgos que debemos tener en cuenta en un trabajo de Derecho:
Pero para disponer de un buen trabajo académico-científico tenemos que incluir citas y
bibliografía.
Citas:
Lo primero que hay que tener en cuenta es que un trabajo académico tiene como finalidades:
- Transmitir conocimiento.
- Dotar de habilidades relativas a la investigación.
Para elaborar el trabajo siempre vamos a necesitar documentos, para obtener información
variada, actualizada y oportuna. Esto implica utilizar fuentes de información contrastadas y
técnicas de investigación. Pero en ocasiones, la información no es libre, sino que está protegida
por derechos de autor.
La regla general establece que cuando su contenido está sometido a la Ley de propiedad
intelectual, ninguna persona que no esté en posesión de sus derechos de explotación o, en su
caso, de la pertinente autorización de aquel que posea dichos derechos de exportación, no podrá
utilizar dicha información. No obstante, la presente norma establece una excepción:
“Es lícita la inclusión en una obra propia de fragmentos de otras ajenas de naturaleza, escrita,
sonora o audiovisual, así como la de obras aisladas de carácter plástico o fotográfico figurativo,
siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión se realice a título de cita o para su
análisis, comentario o juicio crítico. Tal utilización sólo podrá realizarse con fines docentes o
investigación, en la medida justificada por el fin de esa incorporación e indicando la fuente y el
nombre del autor de la obra utilizada”.
Una cita es la mención a un escrito, idea, frase, imagen, vídeo sonido, que no es propio de la
persona que realiza el trabajo académico científico y que envía al lector a la fuente original de
donde se sacó la información. Lo habitual es que después de dicha fuente final, esté presente en
la referencia bibliográfica.
Procedimientos de citas:
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Las citas son de especial relevancia porque:
En todo caso, tanto la cita corta como la larga se reproducen siguiendo la topografía general del
texto, pero de dos formas diferentes:
- Si el fragmento citado es corto, se pone enmarcado entre comillas (<< >> o “”),
manteniendo el mismo criterio en todo el trabajo.
- Si el fragmento citado es largo, se coloca en párrafo aparte justificado a la izquierda y
derecha o bien, sólo a la derecha con interlineado sencillo.
2. Citas indirectas: Se reproduce lo expresado por una persona de forma no literal,
transformando esa expresión o pensamiento a través de distintas técnicas o procedimientos.
Se utilizan para interpretar palabras de otras personas. Las citas indirectas se escriben en
letra redonda, no en cursiva ni en negrita.
Tipos:
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Las citas son nucleares en la redacción de un trabajo, por lo que debemos citar de forma idónea
y precisa.
Debemos seguir las pautas según el estilo de citas.
- Libros o monografías.
- Enciclopedias o diccionarios.
- Artículos.
- Capítulos de libros
- Folletos.
- Publicaciones periódicas.
- Ponencias, comunicaciones, pósteres o conferencias.
- Tesis, Tesinas, TFG o TFM.
- Programas televisivos, cine o series.
- De carácter musical o sonoro.
- Producciones jurídicas
Hay que saber diferenciar una cita de una nota. Las notas son aclaraciones, explicaciones
breves o comentarios complementarios hechos a pie de página sobre algún aspecto tratado en el
texto por medio de una llamada previa.
Umberto Eco establece 10 reglas sobre cuándo citar:
Regla 1: Los fragmentos objeto de análisis interpretativo se citan con una amplitud razonable.
Regla 2: Los textos de literatura crítica se citan sólo cuando con su autoridad corroboran o
confirman una afirmación nuestra.
Regla 3: La cita supone que se comparte la idea del autor citado, a menos que el fragmento vaya
precedido de expresiones críticas.
Regla 4: En cada cita deben figurar el autor y la fuente impresa o manuscrita.
Regla 5: Las citas de las fuentes primarias se hacen normalmente refiriéndose a la edición
crítica o a la más acreditada.
Regla 6: Cuando se estudia un autor extranjero deben ir en la lengua original.
Regla 7: El envío al autor y a la obra tiene que ser claro.
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Regla 8: Cuando es una cita corta, se inserta entre comillas dobles, cuando es larga, es mejor
ponerla a un espacio y con mayor margen.
Regla 9: Las citas tienen que ser fieles, no se puede eliminar parte del texto sin señalar.
Regla 10: Hay que encontrar los testimonios y demostrar que son aceptables.
Bibliografías:
Bibliografía y referencias bibliográficas:
Gracias a él, el lector de nuestro trabajo va a ser capaz de identificar los textos o fuentes que
hemos utilizado para desarrollar nuestro trabajo de investigación. Es un grupo de documentos
que se consultan para llevar a cabo el trabajo.
En la bibliografía es sumamente importante ser ordenado, las fuentes deben ser organizadas de
una forma lógica, en orden alfabético. Además del orden alfabético, dividir o estructurar la
bibliografía en función del tipo de documento.
Debe tenerse en cuenta que la bibliografía supone aportar al lector toda la información relevante
relacionada con nuestras fuentes.
Lo más normal es que en la bibliografía se presente información como el nombre y apellidos de
los autores de la fuente, fecha de edición, título del documento, entidad que edita el documento,
número de edición, ciudad en la que se produce la publicación…etc.
Hay que diferenciar entre bibliografía y referencia bibliográfica.
- Las referencias bibliográficas son el grupo de referencias que nos proporcionan detalles de
todos los recursos a los que nos hemos referido de forma directa en nuestro trabajo.
- La bibliografía contiene los detalles de todos los recursos que han sido necesarios para la
elaboración del trabajo y que se llegan a consultar durante la investigación. Esto implica
que posiblemente alguno de esos documentos no haya sido mencionado directamente en el
texto, pero sí que nos hemos apoyado en ellos.
Por ello, es bueno que nuestra bibliografía no sólo incluya aquellos recursos a los que hemos
hecho alusión directa en nuestro trabajo. También es altamente recomendable mencionar en
nuestra bibliografía aquellos recursos en los que nos hemos apoyado para elaborar nuestro
trabajo.
Cómo seleccionar nuestra bibliografía:
Analizar estos trabajos, criticarlos y emitir nuestras propias opiniones es lo que diferencia un
mero trabajo de un trabajo académico científico.
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explicativo. Precisamente, la aplicación de la teoría es lo que transforma a la simple
recogida de información investigación.
Teniendo en cuenta que recoger información no es investigar, la lectura de documentos se
torna en nuclear para cualquier investigador.
Etapas de la investigación:
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El propio Kelsen vio claro en su momento que la aplicación de las normas a los casos concretos
por parte de jueces y tribunales era también un proceso de creación del Derecho.
La norma sirve para dar unidad a los intereses jurídicos que con ella se protegen. Karl Larenz,
mantuvo que comprender una norma jurídica exige descubrir la valoración en ella decretada y
su alcance.
La aplicación del derecho:
La aplicación de las normas jurídicas es una de las cuestiones más importantes de la filosofía
jurídica. Hay dos formas de entender la relación entre la creación y la aplicación de las normas:
- Por una parte, se puede considerar que la norma jurídica está terminada, de tal forma que
el proceso de aplicación tiene un carácter secundario, o también se puede considerar que el
proceso de aplicación es el más importante.
Frente a estas situaciones extremas, lo ideal sería encontrar una posición intermedia que
garantizase la necesidad jurídica.
Reservados todos los derechos. No se permite la explotación económica ni la transformación de
esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
Durante un tiempo se entendía que la labor de la aplicación de las normas jurídicas se vino a
entender como la mera atribución por parte del juez, esta explicación conlleva una visión rígida
debido a dos motivos:
- En primer lugar, esta aplicación de las normas no tiene en cuenta que el orden jurídico
tiene en cuenta tanto la atribución de las consecuencias desfavorables al sujeto como la
atribución de consecuencias favorables para los casos en los que se cumple la norma
jurídica.
- En segundo lugar, el considerar que el único sujeto que forma parte del proceso de
aplicación de las normas jurídicas es el juez. Sin embargo, resulta importante conocer que
existen distintas categorías de destinatarios como, por ejemplo: los ciudadanos, de los
órganos y autoridades, los órganos jurisdiccionales y a los funcionarios encargados de
aplicar las resoluciones judiciales.
El proceso de aplicación de las normas jurídicas ha ido extendiendo su significado y ha ido
ampliando el abanico de los encargados de realizarlo.
Sería admisible considerar la aplicación de las normas jurídicas el caso en el que el funcionario
aplica una norma de carácter individual (sentencia, resolución administrativa…) y las
consecuencias derivadas de un testamento o de la realización de un negocio jurídico. La
mayoría coincide en que la aplicación de las normas va más allá de la imposición de las
consecuencias jurídicas. La aplicación judicial de las normas es el núcleo fundamental de la
resolución de conflictos, esto no significa que la aplicación tenga que ceñirse a un destinatario
particular de las normas jurídicas.
Cuando en el derecho se produce un incumplimiento de las normas jurídicas, la labor judicial
no consiste sólo en llevar las consecuencias jurídicas sino también en fijar doctrinalmente la
forma de interpretar las normas jurídicas y señalar los criterios a los que los tribunales han de
adaptarse.
La interpretación de las normas jurídicas:
Karl Larenz se refería a la interpretación como un hacer mediador, por el que el intérprete
comprende el sentido de un texto que se le ha convertido en problemático. Por tanto, interpretar
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es un hacer mediador entre quien elabora las normas jurídicas y quien las aplica al caso
concreto. Interpretar es, por tanto, penetrar el significado de las palabras, y con ellas, el texto.
La norma jurídica surge ante el destinatario como una forma de expresión, cuya significación
necesita ser aclarada y puesta de manifiesto.
La búsqueda de su sentido no tiene otra finalidad que la de hacer aplicable el objeto, que es la
norma. La finalidad de la interpretación es la de hacer aplicable la norma, de tal forma que sea
comprensible, y al tiempo, justificada para los destinatarios de esta.
Por tanto, lo que se intenta conseguir con las normas jurídicas es que puedan ser aplicadas y
aceptadas por la comunidad a la que van dirigidas. El hacer de mediador es un cometido
necesario dentro del proceso de aplicación de las normas jurídicas.
Dada la jerarquización del sistema jurídico, cada vez que se aplica una norma general a un caso
concreto, el órgano judicial obtiene la norma individual que le incumbe establecer. La norma
superior determina el contenido de la norma inferior, dejando un margen de libertad.
La indeterminación da pie al ordenamiento jurídico a llevar a cabo la aclaración del significado
de la norma y cumplir con el objetivo final.
El planteamiento kelseniano podría considerarse como uno de los más posibles en cuanto a la
interpretación. Pero existen más formas de explicar la interpretación:
1. La teoría de la interpretación como una relación interpersonal, de tal forma que la
interpretación abarca la comprensión de cualquier habla, como la de cualquier texto
escrito
2. La teoría de la interpretación que aparece vinculada con una perspectiva histórica, los
detalles que aparecen en el texto constituyen un mero punto de partida que hay que
poner en relación con el marco general de la historia.
3. La teoría de la interpretación que considera que la interpretación pone en relación al
intérprete con aquel que ha redactado el texto.
4. En el marco filosófico, dos autores han señalado dos aspectos que son importantes y
que se deben de tener en cuenta:
- La necesidad de comprender verdaderamente el texto.
- El segundo autor considera que el comprender no sólo es relativo al dominio del lenguaje,
sino que también al lenguaje de las cosas.
Como conclusión, interpretar consiste en indagar, en comprender y en explicar el significado de
un texto, poniéndolo en contraste con un conflicto jurídico al que se quiere dar una solución.
Cabe destacar la importancia que debe haber entre el significado objetivo de las palabras y
expresiones contenidas en las normas y el significado subjetivo. Lo determinante para la
interpretación es la finalidad racional que se contiene en las normas, el propósito objetivo a qué
obedece la norma y todo el sistema jurídico, en definitiva.
Los principios que rigen el ordenamiento jurídico, para asegurar la coherencia y cohesión de
este, son criterios que también hay que considerar a la hora de entender que debemos de estar
ante una interpretación objetiva de las normas. En la interpretación de una teoría objetiva habría
que tomar como medios de interpretación las normas con otras instituciones y con otras normas
jurídicas. Por otra parte, la norma siempre ha de ser interpretada de cara al presente, a la
situación social y al conflicto jurídico.
Para encauzar la interpretación es por lo que ha de ser tenido en cuenta el método tradicional de
interpretación, sin embargo, ha sido completado de la siguiente manera:
1. El sentido literal, diferenciando el lenguaje vulgar del lenguaje técnico.
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2. La conexión del significado de la ley, que implica analizar el significado de un texto en
relación con el contexto en el cual aparece.
3. La intención reguladora, es decir, los fines e ideas del legislador que ha creado la
norma.
4. Los criterios teleológicos- objetivos, es decir, los fines que el legislador intenta realizar
por medio de la ley.
Argumentación judicial:
La argumentación se entiende como indicar razones y exponerlas de una forma especial. El
problema de la argumentación jurídica es que no puede entenderse de forma independiente
respecto a la fundamentación ontológica del Derecho. Es decir, la argumentación jurídica es el
fruto de la concepción ontológica que se tenga sobre el Derecho.
Esto nos lleva a rechazar la idea de que para un problema existe una única respuesta. Hay que
tener en cuenta que la norma debe apelar a los valores que implícita o explícitamente se
encuentren presentes en la sociedad. La norma por lo demás tampoco puede parecer ajena al
sistema jurídico del que forma parte.
El hecho de que estemos ante un fundamento teleológico no impide que la argumentación que
sirve para justificar o motivar la decisión no sea una argumentación racional o que precisa ser
racionalizada.
El autor Alexy hacía referencia a la necesidad de que dichas valoraciones no provinieran de
“convicciones morales subjetivas del o de los aplicadores del Derecho”. Para evitar este
problema este autor hace referencia a tres vías de dónde pueden provenir las valoraciones:
1. En primer lugar, quien toma la decisión se tenga que ajustar a los “valores de la
colectividad o de círculos determinados”.
2. En segundo lugar, habría que hacer referencia al “sistema interno de valoración del
ordenamiento jurídico”
3. En tercer lugar, se trataría de acudir a un orden valorativo objetivo, ya fuera contenido
en decisiones del Tribunal Constitucional como del Tribunal Supremo.
Con estas vías idea de Alexy, nos encontramos con que la argumentación jurídica tiene que
consistir en la necesidad de justificar racionalmente lo que podría ser inicialmente el resultado
de una valoración, pero dicha valoración ha de proceder de los datos jurídicos.
Imp: Los órganos jurisdiccionales son los tribunales.
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