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Hablar de una educación Humanista, implica hacer referencia a aquel tipo de Educación que
pretende formar integralmente a las personas como tales, a convertir a los educandos en
miembros útiles para sí mismos y para los demás miembros de la sociedad. Es por eso que
pone énfasis, además de los temas curriculares, en la enseñanza de normas, valores y
creencias que fomenten el respeto y la tolerancia entre las personas. Sin estos conceptos
claros, no podríamos hablar de Educación.
-La educación debe ser democrática, Se debe tratar de que llegue a todas las personas con la
misma calidad de excelencia, nadie debe quedar fuera del sistema educativo ni de las nuevas
tecnologías que facilitan el proceso educativo en la actualidad.
La educación debe garantizar a cada integrante de la sociedad una preparación adecuada para
seguir estudiando en forma autónoma y permanente, e integrarse al mercado laboral, pero
además brindarle muy especialmente los principios éticos indispensables que le permitan
hacer de la Sociedad en que vive un entorno de tolerancia, respeto y solidaridad. Sin éstos,
la Educación habrá fracasado y la Sociedad estará perdida.
Para Rousseau, la naturaleza es el entorno y la esencia del niño, el mejor educador que
garantiza su crecimiento; en consecuencia, hay que permitir que se deje influenciar por los
beneficios de su hábitat natural, sin intervención ni interferencias de las personas adultas y
de las instituciones que le imponen modelos artificiales que le alteran su orden natural, es
aquí donde Rousseau nos dice que es de suma importancia darle al niño la libertad de elegir
dependiendo su desarrollo la manera de aprender.
John Dewey sostiene que la educación asistemática y extraescolar, que el niño adquiere en
la familia, en la calle o en otras instancias socializadoras del entorno inmediato, es más vital,
profunda y real; y que la educación formal o escolar es más abstracta y superficial, menos
influyente, pero también más amplia, completa y segura. Y que el reto consiste en articular
adecuadamente las cualidades positivas de ambas modalidades educativas, integrando el
aprendizaje formal con las vivencias cotidianas del entorno. Para Dewey, la escuela no es un
lugar de preparación para la vida, sino un espacio de vida donde el alumnado pueda
desarrollar sus experiencias escolares adquiridas que va reconstruyendo continuamente y
desarrollar otras nuevas.
Ferrière recomienda que la escuela esté situada en el campo, porque constituye el medio
natural del niño, aunque añade que para el desarrollo de la cultura intelectual y artística
resulta interesante la proximidad de la ciudad. Hay propuestas que preconizan un total
aislamiento del alumnado en la naturaleza para protegerlo de las influencias «peligrosas»,
«malsanas» y poco saludables de la ciudad.
Freinet creía que la escuela debía proporcionar los medios para que los niños y niñas
desarrollaran su capacidad de análisis crítica del mundo, de pensamiento autónomo y
autoformación participada, lo que se corresponde con la idea de colocar al alumno como
centro de la enseñanza, participante activo, que la pedagogía de los medios describe.
Edgar Faure, en su informe titulado «Aprender a ser: la educación del futuro» nos habla en
como debe ser la educación y nos destaca lo siguiente:
La educación debe garantizar a cada integrante de la sociedad una preparación adecuada para
seguir estudiando en forma autónoma y permanente, e integrarse al mercado laboral, pero
además brindarle muy especialmente los principios éticos indispensables que le permitan
hacer de la sociedad en que vive un entorno de tolerancia, respeto y solidaridad. Sin éstos, la
educación habrá fracasado y la sociedad estará perdida. La educación es lo primordial para
el desarrollo del niño que cumpla con la formal e informal, mi punto de vista es que la
educación formal nos da los saberes necesarios, conocimientos, actitudes, valores que se
ponen en practica para tener una buena sociedad y aplicarlos en la educación informal.