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CONCEPTOS

PERSONA: hace referencia a un ser con poder de raciocinio que posee conciencia
sobre sí mismo y que cuenta con su propia identidad.
EDUCACIÒN: Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva
de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la
que pertenecen.
ESCUELA Y SOCIEDAD: la relación escuela- sociedad, ha existido siempre. La sociedad
requiere la institución educativa y la escuela se vincula a la sociedad.
La sociedad: se define como la agrupación de individuos con la intención de cumplir,
mediante la mutua colaboración y fines de la vida.
La escuela es la institución educativa, que pretende el proceso sistemático de socialización
del niño. A la escuela le incumbe un papel fundamental en la educación e inserción social.
APRENDIZAJE: es el proceso a través del cual se adquieren y desarrollan habilidades,
conocimientos, conductas y valores. Es resultado de la atención, el estudio, la experiencia,
la instrucción, el razonamiento, la observación, así como la influencia de factores externos
con los cuales interactuamos.
Enseñanza: es el proceso de transmisión de una serie de conocimientos, estrategias,
normas, y/o habilidades. Está basado en diversos métodos, realizado a través de una serie
de instituciones, y con el apoyo de una serie de materiales.
Educador: es aquel individuo que, bajo el cumplimiento de una preparación profesional,
puede educar a otras personas, trabajan dentro del ámbito de la enseñanza, ya sea en el
área básica (primaria y secundaria) o profesionalmente (universidad); un educador no solo
transmite conocimientos específicos sobre un tema específico, sino que también
transmite valores a través de su ejemplo. Esta es la diferencia entre un maestro y un
educador.
FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y PSICOLÓGICOS

1. Fomento a la identidad con México

La NEM busca promover el aprecio de los niños por su cultura y su país, al mismo tiempo
que refuerza el conocimiento de la historia mexicana.

2. Responsabilidad ciudadana

La NEM inculcará en los niños y jóvenes el conocimiento de sus derechos y deberes civiles,
impulsando el respeto, justicia, honestidad, lealtad y equidad. También desarrollará la
conciencia social y económica para promover la empatía a los diversos grupos
socioeconómicos de México.
3. Honestidad

Este es uno de los valores fundamentales que la NEM estará promoviendo en los
estudiantes y que busca desarrollar la forma correcta de actuar para permitir una sana
relación entre todos los ciudadanos.

4. Participación en la transformación de la sociedad

La reforma educativa espera que los niños y jóvenes se vuelvan personas críticas y que
participen activamente en los procesos de transformación de la sociedad en general.

5. Respeto de la dignidad humana

La NEM busca asumir la educación desde el humanismo, y promover en los estudiantes la


conciencia de que los derechos de los individuos deben ser respetados.

6. Promoción de la interculturalidad

México es un país con una gran diversidad lingüística y cultural, la Nueva Escuela Mexicana
espera fomentar el conocimiento y comprensión de esta diversidad, así como el intercambio
intercultural, siempre sobre la base del respeto.

7. Promoción de la cultura de la paz

Ante los actuales problemas de violencia en todo el país, es indispensable que los niños y
adolescentes desarrollen capacidades que favorezcan el diálogo y la búsqueda de acuerdo,
antes que la violencia o la confrontación.

8. Respeto por la naturaleza y cuidado del medio ambiente

Otro de los grandes retos que enfrenta el país y el mundo es la preservación del medio
ambiente, por lo que se promoverá en los estudiantes la conciencia de protección y
conservación de la naturaleza y las acciones que ayuden a la prevención del cambio
climático.

Finalmente, de lo que se trata con este modelo educativo, es de promover valores en los
niños, para que se conviertan en los ciudadanos que seguirán transformando a México en
el futuro.

PRINCIPALES PLANTEAMIENTOS PEDAGÓGICOS

La Escuela Nueva tiene su origen entre fines del XIX y principios del XX como crítica a la
Escuela Tradicional, y gracias a profundos cambios socio – económicos y la aparición de
nuevas ideas filosóficas y psicológicas, tales como las corrientes empiristas, positivistas,
pragmatistas, que se concretan en las ciencias.
Esta concepción pedagógica, cuyo progenitor fue Dewey (1859 – 1952) en EUA, centra el
interés en el niño y en el desarrollo de sus capacidades; lo reconoce como sujeto activo de
la enseñanza y, por lo tanto, el alumno posee el papel principal en el aprendizaje. El otro
elemento que identifica esta tendencia pedagógica es que la educación se considera como
un proceso social y para asegurar su propio desarrollo. La escuela prepara para que el niño
viva en su sociedad, y ella misma se concibe como una comunidad en miniatura, en la que
se «aprende haciendo».

La pedagogía de Dewey se considera:

o Genética: la educación como un desarrollo que va de dentro (poderes e

instintos del niño) hacia afuera;

o Funcional: desarrolla los procesos mentales teniendo en cuenta la

significación biológica;

o De valor social: porque hay que preparar al individuo para ser útil a la

sociedad.
Su método educativo se basa en que el alumno tenga experiencias directas, que se le
plantee un problema auténtico, que estimule su pensamiento, que posea información y haga
observaciones; que las soluciones se le ocurran al alumno y que tenga oportunidades para
comprobar sus ideas.

En esta corriente se inscribe Decroly, médico belga, quien aboga por la educación
individualizada y el currículum globalizado; Cousinet, francés, impulsa el trabajo en grupo,
el método libre y el espíritu investigativo.

Con estos conceptos surge una renovación metodológica que consiste en:

o Que el alumno adopte una posición activa frente al aprendizaje (activismo),

pedagogía del descubrimiento, o del redescubrimiento.

o La educación debe basarse en intereses del alumno.

o El sistema educativo debe ser flexible: escuela a la medida.

o Se enfatiza la enseñanza socializada como complemento a la individualizada.

o Necesidad de globalizar los contenidos.

o La colaboración escuela – familia.


Estas tendencias pedagógicas provocaron un giro sustancial en la pedagogía de la época
y tuvieron repercusiones en todo el siglo; entre ellas Rodríguez A. G. incluye la aparición
de métodos activos, técnicas grupales, la globalización curricular, el vínculo de la
enseñanza con la vida, con la práctica, el énfasis de los aspectos motivacionales en la
enseñanza y la educación no sólo de aspectos instructivos, sino los educativos.

La Escuela Nueva tiene limitaciones que se registran esencialmente en que provoca un


espontaneísmo en la enseñanza, en la falta de una mayor orientación y control de las
acciones del alumno, apreciándose también problemas en la estructuración de los
contenidos, todo lo cual exige, y son también limitaciones, un personal altamente calificado
y buenas condiciones materiales.

Rol del docente:


Dirige el aprendizaje. Responde preguntas cuando el alumno necesita. Propicia el medio
que estimule la respuesta necesaria.

Rol del estudiante:


Papel activo. Se prepara para vivir en su medio social. Vive experiencias directas. Trabaja
en grupo de forma cooperada. Participa en la elaboración del programa según intereses.
Moviliza y facilita la actividad intelectual y natural del niño. Se mueve libremente por el aula,
realiza actividades de descubrir conocimiento.

Características de la clase:
Resalta el estudio de los hechos, el papel de la experiencia del individuo. Se apoya en el
interés del niño. Se propicia la democracia y la participación del niño en colectivo. Aprender
haciendo es su divisa. Estructura el contenido en bloque en correspondencia con
necesidades e intereses de los niños. Despierta espíritu investigativo. Sitúa al alumno en
una posición activa ante el aprendizaje (pedagogía de descubrimiento). Se adapta a
particularidades del niño (escuela a la medida). Utiliza métodos activos y técnicas grupales.

Una educación de calidad representa la mejor inversión que puede hacer nuestro país por
sus ciudadanos. Por ello, en 2012 se dio inicio a un proceso de reforma que mandata revisar
el modelo educativo y exige definir la visión que debe guiar la educación que se imparte en
las escuelas públicas de los niveles obligatorios. La responsabilidad no es menor: los niños
ingresan a las aulas desde los tres años y egresan al cumplir la mayoría de edad; una parte
muy importante de su formación emocional, cognitiva y social se desarrolla en la escuela,
con la guía de sus maestros.

Una educación de calidad es aquella que forma integralmente a las personas y las
prepara para la época que les corresponde vivir. Como resultado de los avances logrados
por la educación, hoy reconocemos el valor de la diversidad, las exigencias de la
democracia, de la construcción de la equidad, del ejercicio de las libertades y del respeto a
los derechos humanos y el Estado de Derecho. El desarrollo de los individuos y las nuevas
formas de convivencia ya no admiten las certezas del pasado.

Las regiones y las entidades de nuestro país anhelan legítimamente que el sistema
educativo reconozca la variedad de identidades que conforman a la nación y estimule la
capacidad creativa surgida de sus propias comunidades, indígenas y no indígenas, para
construir nuevas y más pertinentes respuestas a las necesidades locales.
En otro sentido, la educación enfrenta, además, los nuevos retos correspondientes a los
cambios sociales, políticos y económicos en el marco del cambio tecnológico acelerado y
la globalización. La velocidad con la que se desarrolla el conocimiento hace necesarias
mayores capacidades para la interpretación de los fenómenos, así como una mayor
creatividad y manejo de conocimientos en entornos cambiantes. Hoy no es suficiente
adquirir y memorizar información; es necesario saber acceder y profundizar en aquello que
se requiere a lo largo de la vida.

Todo ello implica un planteamiento renovado que permita asegurar la vigencia de la


educación laica, gratuita y de calidad que imparte el Estado. No se trata de cambiar por
cambiar sino de afianzar los valores que como sociedad asumimos para fortalecer el
respeto a nosotros mismos y a los demás, el sentido del deber y de la responsabilidad, para
favorecer la capacidad de cooperación y de mirar por el interés de todos. Tampoco se trata
de cambiarlo todo ni de introducir elementos que resulten extraños a maestros, alumnos,
padres de familia y sociedad. Se trata de un modelo que a través de la educación sitúe a
México en la ruta que nos permita vencer los desafíos que plantea el siglo XXI.

Los cambios introducidos por la Reforma Educativa en curso y las obligaciones que
derivan de ella, exigen de la autoridad la construcción de una nueva visión integradora que
permita actualizar, reordenar y vincular adecuadamente los componentes que intervienen
en la producción del hecho educativo. A partir de la realización de las funciones que a cada
uno corresponde y de la interacción que entre los elementos del sistema educativo se
producen, tienen lugar los diversos procesos que desembocan en la escuela. En los
ámbitos de la Educación Básica y de la Media Superior se relacionan entre sí multiplicidad
de elementos; diversos factores se articulan en torno a los aprendizajes efectivos, además,
desde luego, del desarrollo cognitivo de cada niño o adolescente. Para que haya buenos
aprendizajes debe haber un buen currículo y condiciones para su implementación, así como
prácticas de enseñanza adecuadas, maestros capaces y actualizados. Se requiere de
ambientes escolares propicios, participación de los padres de familia y de la comunidad,
así como de presupuestos y normas que apoyen a las escuelas y a los maestros en el
ejercicio de su función, etcétera. Cada aspecto o componente juega un papel que se articula
e interrelaciona con los otros.

El nuevo modelo debe conservar algunos atributos del modelo vigente: la educación
nacional, los planes y programas de estudio de la Educación Básica determinados por la
Federación, los libros de texto gratuitos, el papel central de las normales en la formación de
maestros, la formación continua de los maestros en servicio, el Marco Curricular Común de
la Educación Media Superior, la diversidad de modalidades en este tipo de educación y la
evaluación de los distintos componentes de la educación, entre otros aspectos que han
caracterizado a la educación nacional y que forman parte del sistema educativo.

El cambio consiste en el fortalecimiento y en una nueva conjugación de los componentes


del sistema educativo. El nuevo modelo educativo está concebido para que estos
componentes se organicen de manera que posibiliten la realización de un planteamiento
pedagógico apropiado para lograr los aprendizajes del siglo XXI. Ello exige de escuelas en
que los maestros gocen de mayor confianza en su calidad de profesionistas expertos en la
enseñanza. Los maestros no pueden ser vistos como quienes transmiten un conjunto de
conocimientos homogéneos más o menos estáticos y suficientes para toda la vida. Se
requiere que los maestros y las escuelas en donde trabajan se aboquen a los
requerimientos de la educación del siglo XXI que habrán de quedar plasmados en los planes
y programas de estudio en la Educación Básica y en el Marco Curricular Común de la
Educación Media Superior.

Las nuevas exigencias implican que los maestros y las escuelas reciban apoyos
adicionales a los que han recibido en el pasado. No sólo se trata de cuestiones materiales
-que desde luego son muy relevantes- sino también de acompañamiento, asesoría,
formación continua pertinente para las necesidades de las escuelas y recursos pedagógicos
diversos. La relación entre maestros y escuelas con los demás componentes del sistema
educativo debe ser de "abajo hacia arriba" y en "intercambios horizontales", y no sólo de
"arriba hacia abajo".

Los diversos componentes del sistema educativo, en particular aquellos que inciden más
cercanamente en la vida de las escuelas, deben conjugarse dinámicamente en el proceso
de formación integral del ser humano que permita a México hacer frente a los desafíos del
siglo XXI. En esto consiste el nuevo modelo educativo.

Escribir el modelo educativo que orientará las políticas, estrategias y prácticas en la


Educación Básica y en la Media Superior no significa partir de cero ni introducir
formulaciones que los docentes no habían escuchado antes. Por el contrario, de lo que trata
el modelo es de sistematizar, en un diseño coherente, un conjunto de aportaciones que se
han producido en diversos momentos en el seno del sistema educativo.

Es indispensable que la implementación de un modelo como el que se propone:

• Sea concebida como un proceso a desarrollar, como un continuo inacabado, sujeto a


una dinámica de mejoramiento y enriquecimiento permanentes, a partir de la
creatividad compartida horizontalmente y auspiciada desde la autoridad responsable,
y que asegure su consistencia y vitalidad, así como la vigencia del principio de
inclusión. Esto es mucho más que un conjunto de métodos y contenidos que quedan
rígidamente establecidos desde el momento que son comunicados por la autoridad.
• Se procese y desenvuelva mediante una amplia participación en la que intervienen
expertos y miembros del magisterio de todo el país. Lejos de sugerirse un "deber ser"
rígido, la propuesta alienta una movilización pedagógica nacional que inyecte vitalidad
a las diversas formas de enseñanza y de interacción de los maestros con sus alumnos
en el aula para una sólida concreción curricular.
• Dé cabida a ideas y elementos que irán emergiendo en el proceso de implementación
del modelo que se formula y que permitirán enriquecer la discusión pedagógica en el
país.
• Reconozca los espacios que corresponden a las voces plurales provenientes de
regiones y localidades, a fin de asegurar la presencia de la diversidad que caracteriza
a México.
• Impulse a las autoridades estatales a desempeñar un papel relevante, a fin de
asegurar una adecuada concreción que responda a las características de las distintas
regiones del país.
• Sea gradual teniendo en cuenta la dinámica creativa a la que por definición debe
corresponder.

Es evidente que en cada caso el punto de partida variará considerablemente de acuerdo


a la situación real de cada comunidad escolar. Esa diversidad podrá traducirse en distintos
grados de dificultad y también en potencialidades diferentes. El modelo habrá de adecuarse
a cada realidad particular. Por ello en su diseño se ha previsto que tenga la flexibilidad
necesaria a fin de asegurar la inclusión mediante una permanente adecuación a la variedad
de condiciones existentes en el país, a las condiciones de las personas y a las diversas
posibilidades reales que presentan las escuelas y los maestros.

De esta forma, el modelo educativo cumplirá su propósito fundamental al hacer realidad


el derecho establecido en el Artículo 3° de nuestra Constitución en favor de todos los niños
y jóvenes mexicanos: recibir en la escuela una educación de calidad, que les permita
adquirir la formación integral y les prepare para realizar plenamente sus potencialidades en
la sociedad del siglo XXI.

La educación es un derecho que detona poderosas transformaciones. Cuando el modelo


educativo define que el propósito de la educación obligatoria es que todos los niños y
jóvenes mexicanos se formen como ciudadanos libres, responsables e informados, capaces
de ejercer sus derechos y participar cabalmente en la vida productiva y democrática de la
sociedad, busca que se enfoquen los mayores esfuerzos posibles para formar personas
que participen en proyectos individuales y de grupo, pero que también tengan la capacidad
y visión para incidir en su entorno y de ser parte de la transformación de nuestro país hacia
uno más libre, justo y próspero.

PRINCIPALES PROPUESTAS DIDÁCTICAS

. Gestión escolar participativa y democrática La gestión escolar se orienta desde el trabajo


colaborativo —con la finalidad de generar comunidades de aprendizaje—La participación
activa

el trabajo colaborativo sugiere:

● estar atento a los cambios que la dinámica escolar cotidiana impone a la práctica
docente: mantenerse alerta a las acciones —propias y de los otros—, cuestionarse
permanentemente y ponderar nuevas rutas de acción relativas a los principios de
la NEM;
● potenciar la autoridad y responsabilidad del docente desde el acompañamiento y
en su práctica;
● promover variadas formas de participación que pueden realizarse entre la escuela
y la comunidad, con lo cual se fomente un mayor arraigo a la vida local;
● comentar, compartir y valorar las opiniones, experiencias y sugerencias de la
comunidad escolar permanentemente

la gestión escolar, está orientada a la excelencia, para la mejora continua de las prácticas
pedagógicas. Esto implica el emprendimiento de procesos reflexivos que conducen a
acciones concretas en el aula.

a la labor docente del día a día se fundamenta en los siguientes principios orientadores:
● El derecho de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, son sujetos activos en el
desarrollo de sus potencialidades.
● El interés, la actividad, la detección de necesidades y las potencialidades de las y
los estudiantes,
son ejes reguladores de la actividad en el salón de clase.

● Niñas, niños, adolescentes y jóvenes son considerados en igualdad de capacidades


y disposiciones para aprender, Atención a la diversidad cultural, lingüística, de género, de
aprendizaje. Promoción del trabajo colaborativo en las actividades que fomenten la cultura
física, el apoyo emocional, el desarrollo intelectual, y una cultura de paz.

• Vinculación con la comunidad inmediata para enriquecer la labor de la escuela.

Principios: la práctica docente es considerar información sobre su ambiente inmediato, es


decir, su salón de clase, con la intención de organizar el tratamiento de contenidos y que
sirva como punto de referencia en el curso, se considera necesario, organice pequeños
expedientes de cada uno de las y los estudiantes, ayudándose de un diario grupal,
bitácoras, tarjetas, ficheros o alguna otra herramienta de uso sencillo y accesible.
Organización de los contenidos: Algunos principios organizadores de los contenidos son
los siguientes.
● Interrogarse sobre las formas de organización de los contenidos en su contexto escolar.
● Reflexionar individual y colectivamente sobre cuáles son las formas de organización
pertinentes en su comunidad escolar.
● Recuperar el sentido de la experimentación pedagógica desde un punto de vista lúdico,
que lleve a la integración de áreas, campos de conocimiento y asignaturas.
● Organizar estrategias y actividades de apoyo de los padres de familia en el tratamiento
de los contenidos para beneficio de la formación de las y los estudiantes
● Atender los intereses, potencialidades, problemáticas, opiniones y valoraciones de las y
los estudiantes.
● Revisar o diseñar materiales de trabajo y elegir los que juzgue pertinentes para su
planeación.
● Considerar la información que se recaba constantemente en el diagnóstico y puede
sugerir formas de organización de los contenidos.
● Impulsar el sentido lúdico en las actividades

Estrategias metodológicas: El trabajo pedagógico cobra sentido al diseñar, construir,


seleccionar diversas estrategias metodológicas que contribuyan al aprendizaje de las y los
estudiantes. Algunos principios orientadores para el diseño y la selección de estrategias
son:
● Fomentar el aprendizaje colaborativo, mediante estrategias de trabajo en equipo,
reflexión, intercambio de opiniones, participación, articulación de ideas de manera oral y
por escrito, retroalimentación, y que tiene en la mira construir nuevos significados y edificar
un saber social plural, informado, responsable y ético, que se proyecta socialmente.
● Promover pausas activas; momentos insertos en la jornada escolar, dirigidos al
involucramiento del movimiento corporal y la ejercitación mental de las y los estudiantes,
con el fin de enfocar la atención, mantener la continuidad de la actividad, relajarse, poniendo
en juego el cuerpo y los sentidos.
• Propiciar formas de interacción entre las y los estudiantes que relacionen contenido,
actividades y formas de valoración, en las que se incorporen las artes y lo lúdico.
● Seleccionar materiales, recursos, tecnologías de la información y la comunicación, y
organizar el espacio del aula, de acuerdo con los contenidos y las formas de participación
que se espera de las y los estudiantes.
Evaluación: La NEM entiende la evaluación como un proceso que construye información
del ámbito escolar para retroalimentar y tomar decisiones orientadas a la mejora continua
en distintos rubros: en las trayectorias formativas de los estudiantes; en la práctica docente;
en la gestión escolar; para el conocimiento del sistema educativo.

REPRESENTANTES CLÁSICOS Y CONTEMPORÁNEOS

Algunos de los pedagogos de la Escuela Nueva fueron, María Montessori, Ovide Decroly,
John Dewey, Georg Kerschensteiner, Edouard Claparède, Adolphe Ferrière, Roger
Cousinet y Célestin Freinet, entre otros, quienes “... basados en observaciones más largas
y seguras, intentaron establecer sistemas educativos completos, asentados en técnicas y
métodos concretos e incluso en concepciones más estudiadas del hombre y los fines
educativos llevados a cabo”

El amor y respeto por la infancia también se expresaron con elevado grado de preocupación
en los planteamientos y las experiencias de la italiana María Montessori (1870-1952) y del
belga Ovide Decroly (1871-1932) en los primeros años del siglo XX, quienes tuvieron en
común el hecho de que sus métodos “Nacieron de la observación de niños anormales y
fueron elaborados por médicos especializados en el estudio de la educación; ambos
surgieron en países latinos y se desarrollaron, a decir verdad, en la misma época”. Además,
“ambos aplicaron a la educación de los niños normales la experiencia que con los niños
anormales habían adquirido” No obstante, es de hacer notar que mientras Montessori se
apoyó en un sistema de autoeducación, privilegió el método analítico y recurrió más al uso
de materiales artificiales o más o menos abstractos en la enseñanza, Decroly colocó el
énfasis en la función de globalización y reivindicó la elección de temas de interés vital –los
llamados centros de interés– al darle mayor importancia al contacto del niño con objetos
concretos en toda su complejidad.

También la Escuela Nueva se nutrió del significado de la máxima representativa “aprender


haciendo” de los planteamientos de la corriente filosófica del norteamericano John Dewey
(1859-1952), quien en una de sus obras, con base en la concepción de la educación como
una constante reorganización o reconstrucción de la experiencia, destacaba, entre otros
aspectos, la importancia del interés como fuerza impulsora en la educación, el valor de ésta
en una sociedad democrática, y sostenía (Dewey, 1995) que:

La infancia, la juventud y la vida adulta se hallan todas en el mismo nivel educativo, en el


sentido de que lo que realmente se aprende en todos y cada uno de los estadios de la
experiencia constituye el valor de esa experiencia, y en el sentido de que la función principal
de la vida en cada punto es hacer que el vivir así contribuya a un enriquecimiento de su
propio sentido perceptible. Además de Dewey en Estados Unidos, hay que mencionar
también a uno de sus discípulos, el pedagogo William Kilpatrick (1871-1965), sobre todo en
lo que respecta a sus ideas acerca del método de los proyectos en el trabajo escolar, en
las cuales resaltaba el aspecto cooperativo y social de la educación en una actividad dirigida
intencionalmente a alcanzar objetivos considerados importantes y válidos por los alumnos
antes que por los profesores.
Otras contribuciones muy importantes son las del pedagogo alemán Georg Kerschensteiner
(1854-1932), con sus planteamientos sobre la escuela del trabajo para formar ciudadanos
cuyo desempeño beneficiara directa o indirectamente al Estado nacional. Asimismo, no
podemos dejar de señalar los aportes del suizo Edouard Claparède (1873-1940), a quien
se le atribuye un gran peso en el progreso efectivo de las bases científicas de la nueva
educación, con sus estudios sobre la psicología de la infancia y sus ideas acerca de la
educación funcional; del suizo Adolphe Ferrière (1879-1960), quien, además de fundar la
Oficina Internacional de las Escuelas Nuevas en 1899, con sede en Ginebra, desarrolló una
intensa actividad divulgativa de la Escuela Nueva en Europa y logró sintetizar y articular en
el plano internacional distintas corrientes pedagógicas que tenían en común la
preocupación por el niño; así como las aportaciones de dos ilustres representantes de la
llamada pedagogía social en Francia: Roger Cousinet (1881-1973), con su método de
trabajo libre por grupos, concebido para desarrollar una forma de socialización en sintonía
plena con las exigencias del libre desarrollo del niño, y Célestin Freinet (1896-1966), con
sus propuestas y experiencias acerca de la tipografía escolar, el uso del texto y el dibujo
libre, la correspondencia interescolar, el libro de la vida, entre otras. (Abbagnano y
Visalberghi, 1996)

Por último, es preciso referir otros aportes importantes a la Escuela Nueva desde la
perspectiva de la corriente científica, entre ellos, los provenientes de la denominada
pedagogía experimental –con el impulso fundamental de Binet, su fundador– y de la
psicología genética con los trabajos de Piaget y Wallon.

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