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Esto es, establecer hacia dónde va y cuáles son los propósitos que inspiran y
motivan a las personas que allí laboran, se debe crear una imagen de lo que
puede llegar a ser la organización. Una visión resalta la discrepancia entre las
condiciones presentes y las condiciones ideales y proporciona a las personas algo
importante por lo cual deben luchar, La visión da sentido de pertenencia y de
compromiso a las instituciones, las cuales deben desarrollar una cultura de valores
que genere compromiso". Es decir, la visión otorga direccionalidad en tanto que
los valores son los elementos que consolidan la visión. Todo esto se logra
estableciendo una visión compartida que se ajuste a un conjunto de valores que
inspire en los demás el deseo de alcanzar las metas a las que ella intenta llegar,
en la organización escolar se deben articular los valores y objetivos que
contribuyan a lograr y mantener la integridad o unificación de la misma, esto es, se
debe formular la misión.
Esto ocurre por falta de formación no sólo de los docentes sino de todos los
actores del proceso educativo, quienes poseen una racionalidad mecanicista y
actúan en concordancia. En la organización escolar impera el trabajo individual, no
hay trabajo en equipo, por lo que no se formula la visión y misión, lo cual debe ser
el resultado del consenso entre todos los miembros de la institución, y servir de
orientación para alcanzar su meta fundamental, esto es, la formación integral del
alumno. En consecuencia, en la escuela no se está formando para la
interdependencia, esto es, no se está formando al ciudadano participativo, ya que
se continúa aplicando un modelo educativo tradicional, sustentado en
los principios del paradigma mecanicista, que asume la realidad como mecánica,
por lo que fragmenta el conocimiento, en el cual prevalece el desarrollo
del pensamiento memorístico, limitado y lineal, generando un conocimiento
empírico analítico, centrado en enseñar y en domesticar, y una organización
escolar desvinculada del que hacer docente. En consecuencia, esta práctica
educativa no permite que se produzcan las interacciones que favorezcan el
desarrollo de actitudes y valores ciudadanos en los alumnos, lo cual contradice la
configuración de una escuela transformadora, liberadora, productora de cambios
sociales, culturales y políticos planteados en la reforma educativa
Escuela y construcción de ciudadanía
La propuesta de Freire planteó una alternativa al modelo de formación de la
ciudadanía de la escuela tradicional que fue asumida por las experiencias no
formales de educación para adultos de la década de los años sesenta y setenta,
luego interrumpidas por los gobiernos militares que tuvieron lugar en
Latinoamérica en ese período. Fuera de tales experiencias no es posible encontrar
intentos sistemáticos de llevar a la práctica la teoría de este educador crítico. En el
mandato fundacional de la escuela de la modernidad, la idea de formación del
ciudadano se centró en una concepción conservadora en tanto proceso
normalizador de adaptación y reproducción de un orden social vigente, que era, al
mismo tiempo, funcional a la democracia representativa y la economía de
mercado.
Frente a este contexto, Miguel Etchegoyen (2003, p. 185) considera que "la
conquista de la ciudadanía pasa en América Latina por enfrentar en luchas cada
vez más profundas al neoliberalismo y sus políticas de ajuste; y en la educación
por profundizar los avances en la construcción de una escuela popular que sume
en la lucha por la liberación". Para que tales procesos se puedan realizar y
consolidar la institución escolar ha de transformarse en un espacio de
participación genuina, donde los distintos actores intervengan en forma activa,
voluntaria y equitativa en los asuntos que les interesan y les preocupan.
.La institución escolar tiene un rol fundamental que cumplir, sobre todo en
aquellos ámbitos en los se convierte en la única presencia del Estado. En
consecuencia, nuestra propuesta intenta resignificar los vínculos entre la escuela y
su comunidad, develando las estigmatizaciones, prejuicios y estereotipos que sus
principales actores sostienen, y que, como vimos, permiten explicar su
desvinculación y desconfianza.
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