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En la Ley de Salud Mental para el Distrito Federal (2011) se define a la psicoterapia como el
conjunto de métodos y recursos utilizados para el tratamiento psicológico de las personas,
mediante los cuales interacciona la persona usuaria y el psicólogo con el propósito de
promover la adaptación al entorno, la salud física o psíquica, la integridad de la identidad
psicológica, el bienestar de las personas y el mejoramiento de su calidad de vida.
Fuentes y Lorenzo (en Oblitas, 2008) definen a la psicoterapia como el proceso que hace
referencia al conjunto de fases sucesivas implicadas en el tratamiento psicológico y que abarca
desde la primera consulta por parte del paciente hasta la finalización del tratamiento. La
primera fase alude al establecimiento de una relación terapéutica, donde se pretende crear una
buena relación con el paciente, puesto que de ella dependerá en parte la aceptación y
confianza entre éste y el psicoterapeuta. Se debe establecer un buen rapport psicológico.
Señalan también que al mismo tiempo que se entabla la relación terapéutica, se inicia lo que
sería la siguiente fase del proceso, la evaluación conductual que consiste en la recopilación de
datos lo más exhaustiva posible, haciendo referencia a las distintas áreas de la vida del
paciente, como las relaciones familiares, relaciones sociales, aspectos laborales y
ocupacionales, relaciones de pareja y sexualidad, aspectos fisiológicos (tipos de
enfermedades), entre otras, centrándose en especial en el motivo de consulta. Hacer una
buena entrevista es indispensable para determinar los objetivos o las áreas de intervención a
seguir.
De los datos reunidos en las entrevistas iniciales, se efectúa un análisis conductual, que
consiste en la búsqueda de relaciones funcionales entre los distintos componentes de la
conducta del paciente. Una vez hecho el análisis conductual, se estipulan las hipótesis
explicativas que enmarcan los resultados del análisis conductual en un esquema teórico, se
formula una explicación del problema, se plantea cuál ha podido ser el origen del mismo y lo
que ocasiona que el problema se mantenga.
Una vez esclarecido el análisis conductual y las hipótesis explicativas, se seleccionan las áreas
de intervención, los aspectos a modificar en el comportamiento del paciente. Una vez acordado
con el paciente las áreas de intervención a tratar, se seleccionan las técnicas más adecuadas
para solucionar la problemática del paciente. Dicha selección se realiza de común acuerdo y
bajo el consentimiento del paciente.
Cuando las metas terapéuticas planteadas conjuntamente con el paciente han sido alcanzadas,
deben valorarse los resultados del proceso, se planea el cierre del tratamiento y el seguimiento
del paciente a fin de asegurar la permanencia del bienestar alcanzado por este.
En conclusión, para Cautela y Upper (en Oblitas, 2008) las fases del tratamiento
psicoterapéutico son los siguientes:
c. Elección terapéutica
d. Evaluación de la eficacia del tratamiento
Para Kanfer y Grimm (en Oblitas, 2008) las fases de la psicoterapia son siete y las describen
de la siguiente manera:
Bibliografía