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La psicología clínica es aquella especialización que aplica los principios, técnicas y

conocimientos basados en hechos científicos desarrollados y estudiados por esta para evaluar,

diagnosticar, explicar, entender, tratar, modificar y prevenir las irregularidades o los trastornos

mentales y algún otro comportamiento importante para los procesos de salud en los distintos

campos en que estos puedan tener lugar. Por otro lado, la terapia psicológica consiste en una

relación interpersonal entre dos o más pacientes, para el cual uno debe ser el profesional

capacitado, este debe contar con un entrenamiento y experiencia especifica en el manejo de los

problemas psicológicos, en el cual, es el paciente que cursa algún problema en su ajuste

emocional, conductual o interpersonal, que ha pasado a hacer parte de la relación con el

tratamiento, con el fin de resolver sus problemas. La relación psicoterapéutica es una unión de

ayuda, pero con propósitos claros, en la cual se aplican varios métodos, en su mayoría de

naturaleza psicológica, con el fin de incidir en los cambios que el paciente desea y el profesional

aprueba. De acuerdo a lo anterior, estas técnicas se cimentan en un estudio formal acerca de los

problemas psicológicos en general y del malestar especifico del paciente. A parte de los

resultados teóricos, generalmente los profesionales aplican varias técnicas de intervención tales

como, fomentar la percepción de la realidad o lo que siente el paciente (insight), disminuir el

sufrimiento emocional, entender el proceso de libración de las emociones negativas (catarsis),

proporcionar información nueva y acertada, crear tareas fuera de la terapia y aumentar la fe de

los pacientes y sus expectativas de lograr cambios.

.  

Por otro lado, encontramos diferentes modalidades de intervenciones psicoterapéuticas que son

dadas y consensuadas por el terapeuta y el paciente a lo largo de la terapia, estas han sido muy

relevantes a lo largo de los años (Sandler 1993). Son instrumentos de vital importancia para el
proceso terapéutico, dan herramientas que impulsan y conforman el camino al cambio. De igual

manera han formado parte de múltiples estudios psicoanalíticos muy interesantes y el estudio de

tipos de intervenciones que resultan más apropiadas para provocar un cambio terapéutico

tomando en cuentas las condiciones del paciente y la relación que se establezca con el terapeuta.

El estudio de las intervenciones se ha enriquecido con los aportes de diferentes autores,

la apropiación de los descubrimientos interdisciplinarios en las neurociencias, al igual que la

investigación de procesos y resultados de psicoterapia. El concepto que se tenga del proceso va a

tener influencia en los objetivos del tratamiento y en las intervenciones. Tal como dijo (Thoma

y Kachele 1989), para que un modelo de procedimiento sea útil, debe tener ciertas

características; ser flexible, individual y tener regularidad (es decir la función terapéutica debe

tener una estructura). Este modelo de proceso tiene como base los siguientes principios:

el terapeuta selecciona según sus objetivos métodos a corto plazo y estrategias a largo plazo,

diferentes intervenciones Los logros terapéuticos, remiten a las creencias otorgadas a la cura y a

los modelos de proceso terapéutico (Leibovich de Duarte et al. 2004). Uno de los propósitos de

la psicoterapia psicodinámica, es hacer una modificación de la relación del paciente con sus

mismos afectos; facilitar la presentación de la afectividad mentalizada y potencializando

funciones integradoras. Diferentes investigadores, y clínicos suponen que las acciones del

terapeuta tienen relación con los cambios en la terapia (Foa y Kozak, 1986; Greenberg, 2002;

Linehan, 1987, Luborsky, 1984; Strupp & Binder, 1984; Weissman, Markowitz y Klerman,

2000). En el campo de la psicoterapia se han estudiado características y clases de intervenciones.

Existen terapias con muy buena estructura, como la terapia conductual o la terapia cognitiva, ya

que poseen intervenciones muy bien definidas, como la búsqueda de explicaciones alternativas o


la exposición para eventos específicos. Otras terapias son menos directivas, como las de

orientación psicoanalítica, estas consisten en acciones facilitadoras del terapeuta, como la 

reflexión o la exploración. también encontramos, la terapia personal la cual existe una extendida

creencia entre los psicoterapeutas según la cual la terapia personal es una preparación deseable,

si no necesaria, para poder dirigir un tratamiento (Garfield y Kurtz, 1976; Goldberg, 1986; Guy

y Liaboe, 1986). Sin embargo, muchos programas de formación siguen exigiéndolo o, cuando

menos, lo recomiendan (Greenberg y Staller, 1981). En un estudio sobre programas doctorales de

psicología clínica, el 71 % exigía, o decididamente recomendaba, que sus estudiantes recibieran

algún tipo de psicoterapia personal (Wampler y Strupp, 1976). Hay varios motivos para la

adopción de esta medida: los dos principales son que la terapia personal proporciona una valiosa

experiencia de aprendizaje y que promueve un grado más alto de estabilidad emocional y salud

mental. Como dice Storr (1979), “creo que a los psicoterapeutas les es valioso someterse a la

psicoterapia a fin de que les sea más fácil penetrar imaginativamente en lo que los pacientes

están experimentando”. Más allá de la oportunidad de experimentar lo que se siente un paciente,

La psicoterapia personal también puede ayudar al estudiante durante los años de formación a

tolerar las presiones el estrés y las tensiones inherentes al proceso de formación en psicoterapia.

No solo el estrés relacionado con la formación puede exacerbar una psicopatología preexistente,

sino que también suele precipitar nuevas dolencias y dificultades. Marmor (1983) señala que

convertirse en psicoterapeuta a menudo despierta cierto sentimiento de superioridad en el

estudiante, que puede llegar a requerir una solución terapéutica.; sin embargo, su valor potencial

hace deseable que todos los estudiantes que estudian para convertirse en psicoterapeutas. 

Para concluir, cuando se habla de psicoterapia nos referimos a una gama de tratamientos que nos

pueden ayudar con dificultades emocionales y algunos trastornos psiquiátricos, mediante el uso
de técnicas verbales psicológicas. Según la Asociación Americana de Psicología (APA), la

psicoterapia se puede definir como un “tratamiento de colaboración entre un individuo y un

psicólogo” donde el psicólogo utiliza “procedimientos científicamente validados para ayudar a

las personas a desarrollar hábitos más saludables y más efectivos”, en otras palabras, la

psicoterapia es un tratamiento psicológico para abordar una variedad de trastornos mentales que

pueden o no realizarse en combinación con un tratamiento farmacológico. Su objetivo

fundamental es permitir que los pacientes o consultantes, entienden sus sentimientos y aquello

que los hace sentir pesimistas, ansiosos o deprimidos, lo cual puede brindarles herramientas para

hacer frente a las situaciones difíciles de su vida de una manera más adaptable. Cerca del 75 por

ciento de las personas que son tratadas por medio de la psicoterapia muestran algún beneficio

(APA, 2016). Se ha demostrado que la psicoterapia puede mejorar las emociones y los

comportamientos, además está relacionada con cambios positivos a nivel cerebral e inclusive

corporal. Sus beneficios también incluyen reducción de los días de incapacidad por enfermedad,

disminución de la discapacidad, problemas médicos y aumento de la satisfacción laboral. 

  

  

  

  

REFERENCIAS: 
 Rubio, N. M. (2021, 9 agosto). ¿Qué es la psicoterapia? Principales características de

este proceso. Psicologiaymente. https://psicologiaymente.com/clinica/que-es-

psicoterapia 

 Unir, V. (2021, 3 septiembre). Proceso terapéutico: claves y fases.

UNIR. https://www.unir.net/salud/revista/proceso-terapeutico/ 

 Ávila Espada, A. (2008). La segunda oportunidad para el desarrollo, metáfora del proceso

terapéutico en Winnicott. En A. Liberman y A. Abello (Comps.), Winnicott hoy: su

presencia en la clínica actual . Madrid: Psimática. 

 Thomä, H. & Kächele, H. (1989). El proceso psicoanalítico. En Teoría y práctica

del psicoanálisis . Barcelona: Herder. 

 Sandler, J., Dare, C., y Holder, A. (1993). El paciente y el analista. Las bases del proceso

psicoanalítico.

 Buenos Aires: Paidos. Leibovich de Duarte, A., Duhalde, C., Huerin, V., Rutsztein, G., y

Torricelli, F. (2001). 

 Acerca del proceso inferencial clínico en psicoanálisis. Vertex, Revista de Psiquiatría,

7(45), 194-203. 

 American Psychological Association. Understanding psychotherapy and how it works.

2016. http://www.apa.org/helpcenter/understanding-psychotherapy.aspx 

https://www.actualidadenpsicologia.com/psicoterapia-definicion-caracteristicas-tipos/ 

 Guy, J. D., Guy, M. P. & Liaboe, G. P.

(1986). First pregnancy: Therapeutic issues forboth female and

male psychotherapists. Psychotherapy, 23, 297-302. 


 Greenberg, R. P. & Staller, J. (1981). Personal therapy for therapists.

American Journal of Psychiatry, 138, 1467-1471. 

 Wampler, L. D. y Strupp, H. H. (1976).

Personal therapy for students in clinical psychology: A matter of faith?

Professional Psychology, 7, 195-201. 

 Storr, A. (1979). The art of psychotherapy. Nueva York: Methuen 

 Marmor, J. (1983). The crises of middle age. Psychiatry Digest, 29, 17-21. 

 http://www.scielo.org.co/pdf/psdc/v34n3/2011-7485-psdc-34-03-00230.pdf 

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