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RESUMEN FINAL PSICOTERAPIAS:


UNIDAD TEMÁTICA 1: La Psicoterapia.
Contenidos: Delimitación del concepto de Psicoterapia. Principios generales. La Psicoterapia como
Dispositivo.

 “Apuntes sobre las psicoterapias y sus elementos constitutivos” Bandolín


Introducción:
Según la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas se entiende por psicoterapia todo
tratamiento de naturaleza psicológica, que, a partir de manifestaciones psíquicas o físicas de sufrimiento
humano, promueve el logro de cambios o modificaciones en el comportamiento, la adaptación al entorno,
la salud física y psíquica, la integración de la identidad psicológica y el bienestar bio-psico-social de las
personas y grupos tales como la pareja o la familia. El término “psicoterapia” no presupone una
orientación o enfoque científico definido, siendo considerado denominativo de un amplio dominio
científico-profesional especializado que se especifica en diversas y peculiares orientaciones teóricas,
prácticas y aplicadas.
Se entenderá a la psicoterapia también como un dispositivo al modo que lo define Foucault. Se trata de un
conjunto heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones
reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados científico, proposiciones filosóficas, morales,
filantrópicas. Los elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho, en un segundo
plano, Foucault señala a la naturaleza del vinculo que puede existir entre estos elementos heterogéneos,
pues entre ellos existe una red de conexiones. Por último, el dispositivo tiene la función de responder a una
urgencia, para Foucault, tiene una posición estratégica dominante desde su génesis.
Se puede identificar tres componentes:
 Un marco epistemológico, filosófico y científico. Una serie de representaciones y construcciones
acerca de que es la realidad, el ser humano, el sentido de la vida, la salud y la enfermedad, cuál es
la noción de conflicto y de que modos puede actuar el psicoterapeuta.
 En segundo lugar: debe existir un pedido de ayuda, es condición necesaria que alguien lo requiera,
es una clausula indispensable. Alguien se pone en contacto con un terapeuta para solicitar atención
profesional y este es el inicio de una dimensión existente que definen el proceso, previo a la
instalación del dispositivo psicoterapéutico, llamándolo “psicodiagnostico”. Tiene por finalidad que
el psicoterapeuta conozca y aclare la problemática que trae el consultante y decida si puede o no
hacer algo para ayudarlo, también sirve para que el consultante revise su intención de pedir ayuda
y si le satisface la elección que ha hecho del profesional. El psicoterapeuta se sirve de esta etapa
para definir si el consultante está comprometido en el pedido de ayuda.
Algunos, son traídos por sus cónyuges, familiares o amigos cercanos. Puede tratarse de personas
que no registran sufrir ningún inconveniente o no creen que la psicoterapia pueda ser de ayuda.
Si se trata de situaciones graves se pueden incluir dentro del dispositivo instancias de internación o
en instituciones especializadas, así como apoyo farmaceutico.
Cuando el pedido de ayuda es realizado por una institución distinta a la familia suele haber otros
matices. Las que más habitualmente pueden realizar pedidos son las escuelas, los juzgados, los
hospitales o las cárceles. En estos casos, la persona para la que se pide asistencia genera conflictos
con alguna instancia institucional, real o potencialmente, puede ser que recurra al terapeuta para
que ejerza una función de normalizador. En otros casos, la demanda puede estar motivada por un
interés genuino en el bienestar de quien presenta la problemática y es tarea del terapeuta decidir
de qué se trata.
Para aquellos terapeutas que se desempeñan en efectores de salud públicos o privados, es habitual
recibir a una persona que necesita psicoterapia según la opinión sostenida por parte de alguna
sección o departamento de la misma institución.
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 Encuadre: se define encuadre a la acción de encajar dentro del campo visual del objetivo de una
cámara fotográfica o de filmación los elementos que se desean. En el campo de las psicoterapias
Bleger define al encuadre como las contantes dentro de cuyo marco se da el proceso.
La noción de encuadre en psicoterapia se utiliza para señalar la selección y recorte por parte del
psicoterapeuta de determinados aspectos que se utilizarán para construir la relación terapéutica, y
se mantendrán estables o con un margen de flexibilidad mínimo a lo largo del tratamiento.
Debe enfatizarse que es el psicoterapeuta el que elige los términos del encuadre y los propone con
un margen de flexibilidad y negociación. Se señalarán cuatro dimensiones: marco concreto, rol del
paciente y del terapeuta, tipos de intervenciones y definición de objetivos.

Marco concreto:
Se trata de la definición de las condiciones materiales en las que se aplicará el dispositivo de
psicoterapia. Se puede diferenciar lugar, horario, frecuencia y duración de las sesiones, estos
aspectos son definidos al inicio del tratamiento.
En cuanto al manejo del ambiente se refiere a la disposición espacial que se mantendrá en el
transcurso de la psicoterapia. Algunas líneas teóricas presentan mayor flexibilidad en el uso del
espacio, mientras que otras consideran que si no se cumplen determinadas condiciones en este
aspecto no es posible establecer el dispositivo.
La cuestión del pago de honorarios suele ser bastante conflictiva. En la consulta privada debe
establecerse claramente el pago en tiempo y forma, por lo que es muy importante que el
psicoterapeuta no tenga inconvenientes para hablar del asunto ya que el profesional vive de lo que
gana y su trabajo es la atención clínica.

Rol del paciente y del terapeuta:


El paciente deberá tener claro qué puede hacer y que no en la consulta. La persona que inicia un
tratamiento tiene derecho a saber, que puede obtener o esperar de la terapia. El psicoterapeuta
debe definir como parte del encuadre que tipo de vínculos intentará establecer, las relaciones que
se establecen recorren un arco de posibilidades desde la asimetría a la simetría.
La relación que se establece entre paciente y terapeuta es desde su conformación asimétrica, dado
que el primero que se dirige al segundo con la esperanza de recibir ayuda y le supone un saber o un
poder. No obstante, algunos modelos de psicoterapia tienden a buscar la mayor simetría, como las
psicoterapias humanistas y existenciales, mientras que otros recalcan la asimetría, como el
psicoanálisis.
También se pueden definir cuáles son los ámbitos de la vida del paciente serán de incumbencia y
cuales no.

Tipos de intervenciones:
Entre las cuestiones que definen el encuadre se encuentran las características que asumen las
intervenciones del terapeuta. Se definirá como tales, todo aquello que el terapeuta comunica al
paciente dentro y fuera de las sesiones, engloba el comportamiento del terapeuta en relación al
paciente. Este último es fuertemente influido por cualquier expresión personal del terapeuta, se
espera que el mismo sea conciente y responsable de esta influencia.
Respecto de las intervenciones existen varios criterios por los cuales se pueden clasificar. El primero
depende de que influya o no una indicación precisa, una consigna a la que el paciente debe
responder, hay intervenciones directivas y no directivas. Existen también intervenciones dirigidas a
terceros que el terapeuta realiza buscando producir efectos en el paciente.
Otro modo de clasificar las intervenciones es entre verbales y no verbales, pueden incluirse los
gestos, inflexiones de la voz, movimientos y contacto físico por parte del terapeuta hacia el
paciente.
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Definición de objetivos:
La definición de objetivos, son las metas que se esperan obtener de la aplicación del dispositivo. Por
ejemplo, el psicoanálisis propone hacer conciente lo inconciente o la resolución de la neurosis de
transferencia.

 “Paisajes de la psicoterapia: Cap. 3 La formación y el entrenamiento” Gómez, Pérez


Se utiliza el término habilidad de ayuda en la literatura porque es un término genérico que se aplica
ampliamente a las intervenciones psicoterapéuticas, provee a los psicoterapeutas un marco de trabajo que
les permite entender el proceso terapéutico y les brinda mayor confianza. Es conveniente enmarcar el
entrenamiento como un proceso a través del cual los terapeutas afinan sus habilidades de comunicación
aprendiendo a identificar cuales ya han utilizados.
Hill y Lent notaron que la investigación temprana en los componentes del entrenamiento se enfocaba en la
instrucción, modelado, práctica y retroalimentación.
Se consideran tres áreas centrales para un entrenamiento eficiente en psicoterapia: aprender la teoría de
la psicoterapia, entrenarse en la práctica clínica y trabajar sobre sí mismo.

Psicoterapia:
Una solida formación teórica es indispensable y debe abarcar los tres componentes de cualquier modelo:
a) una teoría de la mente, b) un modelo psicopatológico y c) un programa de cambios que permita conocer
como se interviene para volver más funcional una situación de padecimiento.
La teoría de la psicoterapia es un conjunto de enunciados que están contenidos en el esquema mental con
que trabaja el terapeuta para identificar como se conforma la demanda, como se configuran las situaciones
clínicas en los contextos involucrados en dicha demanda y cómo se articulan con la oferta asistencial
disponible.
Mejorar la formación y el entrenamiento de los terapeutas está asociado con la integración. La integración
de la psicoterapia es hoy una realidad en el mundo, cuando se habla de integración se habla de una actitud
para crear un campo en el cual haya ciertos patrones básicos que sirven para definir los alcances de la
práctica.

Entrenamiento en la práctica clínica:


La práctica de la psicoterapia dio lugar a una diversificación de los procedimientos utilizados y fermentó la
preparación de programas de tratamientos específicos. La psicoterapia no es igualmente efectiva en todas
sus aplicaciones.
Dos líneas de desarrollo resultaron claras en la búsqueda de la eficiencia terapéutica: a) atender a las
necesidades de diferentes contextos y aplicaciones y b) identificar principios generales que fundamentan
determinados resultados de un tratamiento.
La psicoterapia es una actividad práctica, del hacer, de allí la importancia para el entrenamiento de tener
una buena experiencia clínica. Para los terapeutas, alcanzar suficiente experiencia clínica les permite hacer
diagnósticos diferenciales y tener sensibilidad y rapidez para decidir cuando un paciente debe ser derivado
hacia otras fuentes de ayuda que resulten mas pertinentes.
Según Hill, en el desarrollo del terapeuta un componente clave es la práctica continuada, los
psicoterapeutas atribuyen la mayor parte de su aprendizaje a los pacientes mismos. La practica conste no
solamente en el ejercicio de un rol sino que se entrelaza con la retroalimentación, con la práctica se
aprende además a nivel experiencial, como trabajar en forma congruente con el propio estilo personal y
que dificultades pueden deberse a las características particulares que se ponen en juego al interactuar con
el paciente.
El aprendizaje se ampliará con el entrenamiento en:
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a) Destrezas en la comunicación: las competencias interpersonales son un componente central del éxito en
la psicoterapia. La herramienta de todos los psicoterapeutas es la comunicación en palabras, aunque
también es fundamental el contacto no verbal. El terapeuta debe poseer las competencias lingüísticas
necesarias para desentramar las frases de los pacientes y escuchar todos los significados posibles de su
relato, además, la comunicación empática requiere que el terapeuta tenga la capacidad tanto de captar el
mundo intimo de las otras personas como de expresarlo en un lenguaje adecuado.
Se entiende la psicoterapia como un proceso de desarrollo narrativo, como un relato compartido que será
mas eficiente cuanto mas amplio y mas rico. La capacidad empática del terapeuta puede contribuir a que el
paciente sienta contención, ayudándolo a entregarse y a pensar que está en un ámbito seguro. Se trata de
una competencia natural.
b) Procedimientos de intervención: se incluyen las diferentes técnicas disponibles que sirven para
promover los procesos de cambio. Lo que resulta muy útil es que la formación provea el conocimiento
general sobre las diferentes modalidades y capacite al terapeuta en el manejo de algunas técnicas.
Es muy importante no caer en la tentación del tecnicismo, es decir, de aprender solo técnicas. La práctica
de la psicoterapia sigue demostrando que su efectividad no depende de las cualidades de esos programas,
sino que requiere también de las habilidades de los terapeutas que los aplican.
c) Sistemas de evaluación: un terapeuta trabaja bajo la presión de tener la mejor ecuación entre los costos
de su intervención y los beneficios a obtener. Los terapeutas recurren a ella para cubrir necesidades.

Trabajar sobre sí mismo:


El terapeuta deberá aprender sobre sí mismo. El desgaste psíquico suele ser muy insidioso y por eso el
terapeuta debe estar bien preparado, para ello cuenta con:
- Un cultivo de competencias y cualidades en la vida cotidiana: la tolerancia frente a la diversidad
supone que el terapeuta sea una persona libre de prejuicios, significa entender las diferencias entre
cada persona y sus propias experiencias y estar lo mas abierto posible a aceptarlas. Es fundamental
la proximidad verbal, el lenguaje deberá ser apropiado a las características sociales, culturales y
nivel de instrucción de los pacientes y es conveniente evitar la jerga de la disciplina.
El máximo desarrollo del repertorio comunicacional da cuenta del comunicarse eficazmente
mediante un lenguaje apropiado y de comportamientos no verbales. Cuanto más amplio y rico el
repertorio comunicacional, más eficiente, será útil todo lo que contribuya a aumentar la fluidez
comunicacional, la facilidad de palabra.
La capacidad para hacer un balance del momento en que se encuentra su labor, se necesita alta
motivación y supone un buen punto de equilibrio entre la necesidad que el terapeuta tiene del
paciente y la que el paciente tiene de él. Es necesario que pueda hacer un buen balance del lugar
que ocupa su profesión y la necesidad de reconocimiento social en cada momento de su desarrollo.
- Terapia personal: puede influenciar positivamente el proceso terapéutico. Freud proponía que la
terapia personal era la parte más profunda y rigurosa de la formación del terapeuta y recomendaba
volver a la terapia como modo de
- aliviar la carga inherente a la practica del psicoanálisis.
El terapeuta debe atender a su cuidado personal buscando ayuda y orientación personal y
terapéutica para alcanzar el bienestar emocional y el equilibrio psíquico necesario para realizar su
tarea. El propósito más común de la terapia personal es mejorar el trabajo como clínicos.
- Supervisión: se trata de exponer lo que pasa en el trabajo cotidiano a la observación de otros. El
objetivo es ampliar la capacidad de observación, generar otros puntos de vista. Durante la
supervisión, el supervisor y el terapeuta pueden examinar sistemáticamente casos de tratamiento y
cuestiones del proceso como un método para incrementar tanto la conciencia del terapeuta como
las habilidades para manejar las complejidades del trabajo con el paciente. la supervisión reduce la
ansiedad del supervisado y la ambigüedad del rol e incrementa la confianza en la practica guiada.
La supervisión requiere un adecuado registro de lo que sucede en las sesiones.
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 “Teoría y técnica de psicoterapias. Cap. 1” Fiorini


El autor menciona las direcciones de una actitud científico-técnica comprometida con el desarrollo de este
campo:
1. Entenderlo como un campo experimental pleno, esto quiere decir terreno fértil para innovaciones e
instituciones. En este aspecto el campo se enriquece constantemente con el surgimiento de nuevos
enfoques técnicos.
2. Identificar como uno de los puntos de urgencia la necesidad de construir teoría, arriesgarnos a inventar
conceptos y modelos de procesos; aventurar hipótesis. La tarea de construir teoría es prioritaria en este
campo.
3. Partir de la necesidad de inscribir toda teoría psicológica y psicopatológica y toda conceptualización
referente a métodos terapéuticos en el marco de una teoría del hombre.
4. Profundizar todo esfuerzo de descripción de los hechos que emergen en la experiencia psicoterapéutica,
exigir al máximo a las palabras para obligarlas a dar cuenta de toda la riqueza del acontecer en la situación
terapéutica, detectar su enjambre de significaciones, sus secuencias, sus leyes. Lo que se ha pretendido
preservado como arte intuitivo debe transformarse en saber transmisible, es necesario terminar con las
élites profesionales.
5. Conceder importancia en la formación del terapeuta a la experiencia de vivir y estudiar más de una
técnica de psicoterapia. Lo peligroso está en que todo experto en una técnica es proclive a intentar con ella
abarcar el mundo.
6. Las psicoterapias individuales son los métodos de más asentada conceptualización y aplicación clínica, a
partir de heredar la larga experiencia psicoanalítica, la masividad de la demanda, induce el desarrollo de
técnicas grupales de acelerado ritmo de expansión.
Muchos de los conceptos teóricos-técnicos surgidos de los métodos individuales encuentran entera
aplicación en contextos grupales. A la vez, no hay duda de que las aperturas grupales pueden cuestionar
profundamente y llevar a replantear los enfoques individuales.
7. Las psicoterapias de más antiguo arraigo son las verbales, las que concentran sus expectativas de cambio
en el poder modificar, revelador de la palabra.
8. Las psicoterapias comparten toda la candente problemática ideológica de las ciencias humanas. Las
psicoterapias deben ser colocadas bajo la lente de una rigurosa critica ideológica. Se habla de intentar una
teoría de las técnicas de psicoterapia replanteada en sus bases ideológicas. La problemática ideológica de
las psicoterapias obliga a rever el hecho de que las técnicas y sus teorías vengan construidas por una capa
social, aislada en claustros académicos de las luchas, vicisitudes y pautas culturales de los demás estratos
sociales.

 “Sobre psicoterapia” Freud


La psicoterapia sigue pareciéndoles a muchos médicos un producto del misticismo moderno, un producto
directamente acientífico, indigno del interés de un investigador de la naturaleza.
La psicoterapia no es un procedimiento terapéutico moderno, es la terapia más antigua de que se ha
servido la medicina por lo que los médicos no pueden renunciar a ella. Más aun, los médicos cultivan
permanentemente la psicoterapia, por más que no lo sepan ni se lo propongan.
Incluso, para Freud, ciertos trastornos, en particular, las psiconeurosis, son más accesibles a influencias
anímicas que a cualquier otra medicación. Estas enfermedades no las cura el medicamento, sino la
personalidad del médico, en la medida en que ejerce una influencia psíquica a través de ella.
Hay muchas variedades de psicoterapia y muchos caminos para aplicarla, todos son buenos si llevan a la
meta de la curación. Freud ha desarrollado la técnica de la sugestión hipnótica, la psicoterapia basada en la
distracción mental, en el ejercicio, en la suscitación de afectos adecuados.
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El método analítico de la psicoterapia es el de más penetrantes efectos, aquel por el cual se consigue la
modificación más amplia del enfermo, el único que enseña algo acerca de la génesis y de la trama de los
fenómenos patológicos.
Freud dará cuenta de algunos esclarecimientos acerca de la psicoterapia:
a. A menudo se lo confunde con el tratamiento sugestivo hipnótico y entre la técnica sugestiva y la analítica
hay la máxima oposición posible. La primera no hace caso del origen, de la fuerza y de la significación de los
síntomas, sino que deposita algo, la sugestión que será suficientemente poderosa para impedir la
exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada
nuevo, sino restar y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica
de la idea patógena cuya eliminación se propone como meta.
La técnica sugestiva impide penetrar en el juego de las fuerzas psíquicas.
b. Entre los colegas de Freud hay otro error el de que la técnica para buscar las ocasiones de la enfermedad
y para eliminar sus manifestaciones mediante esa exploración seria fácil y obvia. El instrumento anímico no
es fácil de tocar.
c. La cura analítica lleva consigo muchas peculiaridades que la alejan del ideal de una terapia: el investigar y
examinar no apunta a resultados rápidos y la mención de la resistencia los prepara para esperar cosas
desagradables. El tratamiento psicoanalítico planea exigencias tanto al enfermo como al médico, a aquel se
le exige como sacrificio una sinceridad total, le insume mucho tiempo y a causa de la técnica tiene que
aprender y practicar, le es bastante trabajoso.
Por eso, Freud halla licito aplicar métodos terapéuticos mas cómodos siempre que haya la perspectiva de
lograr algo con ellos, si con el procedimiento más trabajoso y prolongado puede conseguirse mucho más
que con el breve y fácil, el primero estará justificado.
La terapia psicoanalítica se creo sobre la base de enfermos quejados de una duradera incapacidad y
estándoles destinada su triunfo consiste en que pudo devolverles a un numero significativo de ellos, esa
capacidad.
d. Las indicaciones y contraindicaciones de este tratamiento: debe rechazarse a los enfermos que no
posean cierto grado de cultura y alguna medida confiable, no es un procedimiento para tratar la
degeneración neuropática y tampoco es aplicable a personas que no se sienten llevadas a la terapia por su
padecer, sino que solo se someten por orden de sus parientes. Es preciso limitar la elección de personas
que posean un estado normal, las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda son
inapropiados para el psicoanálisis e incluso, la edad de los enfermos cumple un papel pen su elección para
el tratamiento psicoanalítico
No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos (anorexia
histérica).
e. Una cura analítica realizada con discernimiento no puede hacer temer daño alguno para el enfermo.
f. Esta terapia se basa en la intelección de que unas representaciones inconcientes son la causa inmediata
de los síntomas patológicos, el inconciente en nada se parece al de los filósofos. Eso inconciente que hay
en la vida anímica del enfermo en algo conciente no puede sino traer por resultado corregir su desviación
respecto de lo normal y suprimir la compulsión que afecta su vida anímica.
Tampoco se debe tener que la entrada de lo inconciente en la conciencia del enfermo le provoque un
sacudimiento dañino, se puede convencer de que el efecto de la moción nunca puede ser tan grande como
el de la moción inconciente.
El descubrimiento y la traducción de lo inconciente se realiza bajo una permanente resistencia de parte del
enfermo, eso inconciente va unida a un displacer y a causa de este el enfermo lo rechaza. Si logran moverlo
a que acepte algo que hasta entonces había rechazado a consecuencia de la automática regulación del
displacer, se habrá conseguido realizar cierto trabajo educativo.
Se puede concebir el tratamiento psicoanalítico como una pos-educación de esa índole para vencer
resistencias interiores.
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UNIDAD TEMÁTICA 2: Terapia Gestalt


Contenidos: Método Fenomenológico. Existencialismo. Otros antecedentes. Orígenes y fundación de la
Terapia Gestalt. Campo organismo/ambiente. Contacto. Concepto de Self. Polaridades. Mecanismos de
Defensa. Neurosis. Actitud del terapeuta Gestáltico. Trabajo con los sueños. Abordaje individual y grupal.
Trabajo con Niños.

 “Introducción a la Fenomenología de Husserl” Bandolín


Para muchos el primer gran filosofo del siglo XX y uno de los más importantes es Husserl, quien produjo
una impronta en el pensamiento occidental cuya fecundidad da cuenta de los sucesivos caminos que se
abrieron a partir de la relevancia de sus discípulos y sus obras.
En 1931 Husserl entrega a edición la obra “Meditaciones Cartesianas” en donde propone rescatar el ideal
científico de Descartes, propone recuperar su espíritu, pero señala los desvíos en los que a su juicio ocurrió
este último.
Para introducir su propuesta, Husserl retoma a Descartes partiendo del Método, pero hace un movimiento
más, señala que el hecho de arrojar los fenómenos a la duda no los hace desaparecer, sencillamente es una
abstención del yo que reflexiona respecto a otorgarle o no juicio de realidad, de existencia al fenómeno. Lo
cual no significa que, por no tomar posición respecto de ellos, los fenómenos no sigan estando presentes
en el campo de la experiencia del yo.
Husserl ve en ello un primer paso para acercarse a la verdad, esta abstención de señalar si algo es real o no,
es verdadero o no, para quedarse exclusivamente con la experiencia que ofrece el mundo al campo de la
conciencia, es lo que él llama “Reducción fenomenológica o epocke”
Hay que señalar que Husserl se apoya en una distinción en el proceso de conocer, se distingue una
intencionalidad en la relación que guarda el sujeto que conoce con el objeto de conocimiento. El objeto
siempre lo es en referencia a un sujeto y el sujeto lo es invariablemente en referencia a un objeto.
La fenomenología se presenta como un método radical y universal por medio del cual me aprehendo como
un “yo puro” con la vida de conciencia pura y por medio de la cual el mundo objetivo entero es para mí, y
es precisamente tal como es para mí. No hay ninguna cosa en sí detrás del fenómeno y este no es
apariencia de ser, no es imagen o representación de algo distinto a su propio aparecer.
Husserl establece una distinción en el proceso de conocimiento entre los actos mediante los cuales la
conciencia tiende hacia su objeto y que tiene distintos modos de ser representados y el contenido de esos
actos. Llama noesis a los actos y les atribuye un carácter subjetivo de la conciencia, mientras que los
contenidos son nóema, y es un aspecto objetivo de la conciencia. El énfasis puesto en el carácter
validatorio del nóema es lo que permite clasificar a Husserl como idealista.
Además, definirá a la Fenomenología como pura ciencia de esencias. Para comprenderlo, es necesario
adentrarse en dos operaciones adicionales a la epocké que el filosofo deberá concretar en su camino a la
verdad. Así, es necesario realizar una segunda reducción fenomenológica llamada eidética en donde
habiendo eliminado el problema de la existencia extramental a través de la primer abstención, queda por
buscar la esencia de las cosas mediante la manifestación directa e inmediata de los limites dentro de los
cuales algo podría variar sin dejar de ser lo que es. Esto es, en definitiva, la esencia, ella es la quiddidad (el
“lo que”) de la índole o constitución de las cosas y los individuos. Se llamará esencia a lo que se encuentra
en el ser autárquico del individuo, constituyendo lo que él es.
Al operar la segunda reducción, la conciencia tiene acceso a la esencia de la cosa en sí, también
denominada eidós (de allí el nombre asignado a esta Reducción). Husserl contrapone los hechos a las
esencias, mientras que los primeros son particulares, contingentes y temporo-espacialmente situados, las
segundas no se localizan en tiempo ni espacio alguno y poseen un carácter de distinción fundamental, pero
él no piensa en ampos por separado.
Dicha aprehensión se opera a través de lo que Husserl llama intuición esencial, un acto en el que es dada
efectivamente una esencia de manera originaria, no secundaria ni derivada. No es una mera y vaga
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representación, pues la esencia así aprehendida queda captada en su propia identidad, en persona y no a
través de algo sucedáneo.
Esta intuición esencial se apoya y requiere como base una intuición individual o corriente basada en la
experiencia sensorial, la individual es condición esencial. Cabe afirmar que la fuente de todo conocimiento
es la experiencia que incluye las variaciones de la intuición, lo exigido por la fenomenología es pasar de los
hechos a las esencias que en ellos se dan, a través de la reducción eidética.
La tercera Reducción Fenomenológica es trascendental y consiste en la persistencia en la aplicación de la
epocké o abstención de juicio. El resultado que se obtiene es la conquista de una nueva región: la esencia
de la conciencia pura en general, lo que no puede ser objeto de epocké es precisamente aquello que la
efectúa.

 “La concepción de la naturaleza humana para la Terapia Gestal” Bandolín


Cada escuela de psicoterapia tiene una concepción explícita o implícita de la naturaleza humana. La Terapia
Gestalt se entiende como la totalidad de conductas, emociones, sensaciones y pensamientos, emergentes
de la interacción entre el organismo que somos y el entorno que nos rodea con sus respectivas
condiciones. Se trata de una mirada interactiva, se utiliza el concepto de situación para describir cada una
de las encrucijadas en las que organismo y entorno se están encontrando constantemente. Toda
manifestación que produce una persona puede ser entendida solamente en el contexto de dicha situación,
y no abstraída o recortada. La unidad de análisis de los fenómenos humanos es el campo
organismo/ambiente, que es otro modo de nombrar la situación.
El objetivo es mantener el equilibrio para seguir vivos, toda la potencialidad humana en el transcurso de la
vida implica la construcción de un proyecto existencia significativo, con libertad y responsabilidad, y la
autorrealización personal.
Hay diferentes aspectos de la situación que producen constantemente tensiones y las experiencias de
desajuste son significadas como necesidades. No se refiere a demandas producidas por variaciones o
déficit del sustrato fisiológico, sino que con el término se hace alusión a un arco de sentido que podría
incluir e intercambiar otros términos como deseos, proyectos, anhelos, etc.
La existencia es un constante desfile de situaciones que ponen en tensión cierta armonía, suelen convivir
dos o más necesidades al mismo tiempo en el campo, y se postula la existencia de un principio organizador
que permite priorizar la necesidad más importante y otorgarle sentido a la experiencia inmediata. Para
explicar este principio se lo ha relacionado con la “Ley Figura/Fondo”, no se puede captar al mismo tiempo
la figura y el fondo.
Otro de los supuestos sobre lo que se trabaja es el de que cada persona cuando se encuentra
relativamente libre de condicionamientos, es decir en situación de salud, dispone de la capacidad para
realizar ajustes necesarios en el ambiente cuando aparecen las necesidades y tiende a ello para de esa
manera dar cierre a lo abierto de la situación. En ello se encuentra la aplicación de otra ley gestáltica: la ley
de cierre o de la buena forma, enunciada para describir la tendencia con la que funciona la percepción
humana a completar los campos percibidos de la mejor manera posible, con la figura más lograda.
A esta capacidad de ajuste Perls, la denomina “autorregulación organísmica” y se tiene el principio
organizador para la comprensión de las manifestaciones humanas, todo accionar conlleva como
intencionalidad el cumplimiento de este principio.
Otro concepto fundamental es el “awareness” traducido como darse cuenta que es la capacidad que todo
ser vivo tiene para ordenar el campo situacional. Otra condición es la posibilidad de jerarquizar las
necesidades emergentes simultaneas y de esa manera otorgar prioridad de resolución a lo que resulta más
urgente o compromete más seriamente la integridad vital. Una tercera condición es la capacidad de
realizar ajustes en el entorno, introducir modificaciones en el ambiente para dar respuesta a la tensión
situacional, es necesario poder manipular el ambiente adecuadamente, cambiar las cosas tal como se
presentan para solucionar la necesidad pendiente.
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El resultado de estas capacidades es la posibilidad de establecer la operación de contacto entre organismo


y ambiente, como la función fundamental que permite el intercambio entre lo que soy yo y lo que es no-
yo. En tanto que seres vivos somos sistemas abiertos, el contacto supone discriminación y el uso de cierta
cantidad de agresión sobre el ambiente y nos permite la asimilación, cada experiencia de contacto nos
cambia irremediable y definitivamente. El contacto adecuadamente realizado entre organismo/ambiente
implica experiencia, crecimiento y cambio a la vez que deja establecida la diferencia.
Se utilizará el término self (si-mismo) para describir a esta instancia que somos toda vez que podemos
contactar libre y espontáneamente con el ambiente para procurarnos crecimiento. El self, se caracteriza
por la autenticidad, la espontaneidad, libre de condicionamientos rígidos, mandatos sociales o culturales.
El self es nuestro ser autentico, creativo y saludable, no se trata de una instancia psíquica, el self es
solamente discernible en su proceso de ser, somos self siendo.
Ahora bien, el mundo no está hecho a la medida de nuestras necesidades, para algunas de ellas se recibe
satisfacción y apoyo, mientras que para otras no. Las primeras experiencias calen muy hondo en la
subjetividad y determinan fuertemente la posición existencial. La acumulación de experiencias frustrantes
en el campo constantemente constituido organismo/ambiente nos pone en tensión.
Se ha construido una fisiología segunda que nos permite funcionar en una sociedad patológica y
patologizante.

 “La vieja y novísima Gestalt” Naranjo


Capítulo 2: “Sobre la primacía de la actitud y la transmisión de la experiencia”
En términos conductuales, la psicopatología consiste en adicciones y evitaciones que sólo pueden ser
cambiadas a través de castigos y recompensas en una determinada dirección. En términos psicoanalíticos,
la psicopatología es el surgimiento de “defensas” que inevitablemente se manifestarán en la psicoterapia
bajo la forma de “resistencias”. El rol del psicoterapeuta no es solo el de alguien que aplica ciertas técnicas,
sino el de quien puede hacer que el paciente trabaje con ellas.
El profesional con habilidad en psicoterapia es aquel que puede producir acción real, más allá de las
acciones superficiales, las cuales, si no están respaldadas con la actitud apropiada, no son más que un ritual
vació, es capaz de detectar la actitud exacta, reforzada, exigirla, enseñarla, pues la conoce en sí mismo.
Con el fin de no ser solo un demostrador de técnicas sino alguien que logre que sirvan a su función, el
terapeuta debe ser un experto en el como de las técnicas. Las técnicas son las ocasiones para la expresión,
tanto por parte del paciente como por parte del terapeuta de las actitudes que constituyen el trabajo real.
Son una serie de acciones en las cuales hay que involucrarse en un determinado estado espiritual y el
terapeuta es quien tiene cierto dominio de tal estado. Su conocimiento de que hacer o cómo actuar no
deriva principalmente de formulas moleculares, sino de un entendimiento global de “aquello de lo cual se
trata”.
La terapia gestáltica es única entre las principales escuelas de psicoterapia debido al grado en que es un
sistema construido más bien sobre el entendimiento intuitivo que sobre la teoría. La singularidad de esta
terapia radica en el hecho de que nunca se reemplazo un fundamento directo de la practica sustentado en
la intuición o el entendimiento vivo por una fundamentación basada en suposiciones teóricas. Las ideas
son parte del sistema y más aún, la naturaleza de estas ideas es una explicación de actitudes en lugar de
constructos teóricos, son ideas arraigadas a la experiencia más que en la actividad especulativa, y no
prestan apoyo a la actividad terapéutica, sino que constituyen, una vía alternativa de expresión.
Perls pensaba que ser psicoterapeuta era ser uno mismo y viceversa, empleaba y generaba técnicas. En su
mente no existía división entre ser lo que era y hacer su trabajo, confiaba en el hecho de ser era contagioso
y que el aprendizaje intrínseco de la psicoterapia era suficiente. Para él, ser significaba estar aquí y ahora,
estar conciente y ser responsable, es decir, estar detrás de las propias acciones y sentimientos.
Estos tres elementos (una apreciación de la actualidad, del estar conciente y de la responsabilidad)
constituyen la actitud esencial de la terapia gestáltica. Ser responsable conlleva estar presente y estar
presente es estar conciente. A su vez, este estar conciente es presencia.
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La filosofía implícita de la Terapia Gestáltica:


La terapia gestáltica sostiene que basta con estar conciente, que para que se produzca un cambio, no se
necesita nada más que presencia, estar conciente y responsabilidad. Si un terapeuta desea algún cambio,
desea que el paciente esté más presente, sea responsable por lo que es y conciente, el paciente que quiere
“cambiar” desea lo menos posible de él mismo y entonces, evita, miente, simula, etc. y, sin embargo,
aprenderá, por medio de la simple experiencia de ser que no necesita buscar ser lo que no es.
Otra expresión que Naranjo llama la actitud básica de la terapia gestáltica es que, si nuestro ser es todo lo
que se necesita, no es todo lo que se desea. Desde el punto de vista de esta terapia, mucho de los deseos
no se basan en necesidades, sino que son un ansia por sustitutos ambientales de lo que estamos
repudiando en nuestro ser. Perls comprendía la maduración como la transición desde el apoyo ambiental
al auto-apoyo. El terapeuta gestáltico ve al rol terapéutico de “ayudador” con reserva, pues cree que
“ayudar” puede ser el principal obstáculo a su ayuda real.
Otro colorario de la postura básica es la actitud con la cual el terapeuta contempla los aspectos indeseables
de la personalidad de su paciente. El terapeuta gestáltico aprecia tanto la naturaleza impulsiva como sus
mecanismos de defensa. Involucra una confianza básica en la rectitud de nuestra propia naturaleza. Decir
que el terapeuta gestáltico confía en la rectitud de la naturaleza humana no significa que conciba la
autenticidad como una condición de no ficción y no dolor. Como lo expresa Perls: “Posiblemente, todo lo
que puedo hacer es ayudar a la gente a reorganizarse para así funcionar mejor, disfrutar más de la vida y
sentir, sentirse más real”.
El trabajo del terapeuta gestáltico se caracteriza por el grado en que invita a conductas explosivas,
agresivas, u otras. No teme a los sentimientos extremos o a la falta de control, sino al contrario, los ve
como la ocasión para la requerida atención (awareness), a los impulsos y para que el paciente se haga
responsable de ellos, reconociéndolos como parte de su existencia.
La terapia gestáltica no considera la resistencia como algo que debe ser destruido, sino como una actividad
más de la cual debe tomarse conciencia y hacerse responsable. Las defensas no son algo que nos sucede y
de lo cual alguien puede liberarnos, sino algo que hacemos y que podemos elegir continuar haciendo o no.
La actitud del terapeuta gestáltico es la de guiar al paciente en la utilización de las energías de lo que él
preferiría resistir como oponente.
Otra actitud en la actividad del terapeuta gestáltico es un desprecio por las explicaciones, interpretaciones,
justificaciones y la actividad conceptual en general. Un terapeuta gestáltico, primero que todo, lo haría
asumir su experiencia en lugar de jugar un juego social, podría ayudar al paciente a hacerse responsable de
su auto-acusación y reconciliarse con u acción. La justificación de basar la existencia de una experiencia en
otra realidad que no sea la del presente. Para el terapeuta gestáltico no hay otra realidad que esta, aquí y
ahora, la aceptación de lo que somos aquí y ahora es hacerse responsable de ser lo que somos, no hacerlo
así, es aferrarse a la ilusión de un dios más grande que la realidad.
La terapia gestáltica, en contraste con el psicoanálisis, tiene poco que agregar a la interpretación dinámica
de los fenómenos psicopatológicos. Es más, una “terapia” que una teoría, más un arte que un sistema
psicológico, la terapia gestáltica descansa en una postura filosófica implica que se transmite del terapeuta
al paciente. Cuando Naranjo llama implícita no se dice que este encubierta, está simplemente implícita,
siendo tal, él resultado de su naturaleza o contenido: el terapeuta gestáltico le da más valor a la acción que
a las palabras, a la experiencia más que a los pensamientos, al proceso vivo de la interacción terapéutica y
al cambio interno resultante de ella más que a las creencias influyentes. La acción engendra la sustancia o
la toca.
La virtud más allá del bien y del mal, ambos son sospechosos para el terapeuta. Tal como dijera Perls: lo
bueno y lo malo son respuestas del organismo, etiquetando al estimulo como bueno o malo se excluye lo
bueno y lo malo de nuestra propia experiencia, se transforman en abstracciones y los objeto-estímulos son
encasillados.
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A pesar de tales puntos de vista sobre lo bueno y lo malo, la terapia gestáltica abunda en mandatos sobre
la convivencia de ciertas actitudes ante la vida y la experiencia, estos son mandatos morales en el sentido
que se refieren a la persecución de una vida buena. Por ejemplo “vive ahora” (preocúpate por el presente)
“vive aquí” (relaciónate más con el presente) “deja de imaginar” (experimenta lo real). T
Todo lo que dice la terapia gestáltica es que aceptando la verdad estamos en mejor situación ya que el
percatarse cura, todos estos mandatos específicos de la terapia podrían resumirse en los tres principios
más generales.
1. Valoración de la actualidad temporal, espacial y sustancial.
2. Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.
3. Valoración de la totalidad o responsabilidad.
La actitud básica de valorar el presente y la presencia, la atención y la responsabilidad se transforma en las
actitudes o ideales más específicos que inspiran la conducta del terapeuta gestáltico en su práctica. El
proceso de aprendizaje que tiene lugar en la terapia gestáltica es experiencial más que intelectual y
meramente conductual, el proceso terapéutico consiste en la transmisión de una experiencia.
Además, se omite la noción de que la experiencia puede ser transmitida, la experiencia es un asunto aun
más profundo que las actitudes y constituye su fuente. La experiencia es auto duplicadora, crea las formas
externas que transmite su corazón latente, en la terapia gestáltica al terapeuta se le exige más que en otras
terapias para ser tanto un ser humano desnudo como un artista, Naranjo ve en las acciones del terapeuta
gestáltico como significativas solo en la medida en que son más que técnicas, expresiones de una
perspectiva.

Capítulo 4: “Introducción a las Técnicas de la Terapia Gestáltica”


Las técnicas de la terapia gestáltica cubren un amplio espectros de conducta (verbales y no verbales,
estructuradas y no estructuradas, introspectivas e interpersonales, dirigidas hacia adentro y hacia afuera,
simbólicas y no simbólicas). Una sesión de terapia gestáltica no podría ser confundida con otra, pues el
enfoque, se podría decir, constituye una nueva y peculiar Gestalt
La peculiaridad de esta terapia yace a un nivel intermedio donde una actitud da forma material técnico y
genera una nueva síntesis a partir de las posibilidades disponibles. A un nivel técnico, la terapia gestáltica
es sobre todo una síntesis. Si la terapia gestáltica practica es un corpus sintético de técnicas, esto se debe a
que no esta orientada a la técnica, solo existe una síntesis en la medida en que muchas partes pueden
cristalizarse en torno a un centro unificador.
Naranjo no se siente inclinado a considerar la terapia gestáltica como una mezcla de enfoques o
meramente como un enfoque ecléctico.
La experiencia de “estar presente” fue la semilla y Perls no encontró esto en ninguna otra forma de
psicoterapia más que en su propia toma de conciencia. Esta semilla fue puesta en contacto por Perls con la
asociación libre. Prácticamente todas las técnicas de la terapia gestáltica podrían ser consideradas como
una corporeización particularizada de la amplia prescripción “percátate”, del mismo modo, se puede ver a
casi todas las técnicas de la terapia gestáltica como la cristalización de la prescripción: hazte responsable,
vivénciate como el agente de tus acciones, vivénciate. Decir que la terapia gestáltica tiene por objetivo el
despertar de la conciencia, del sentido de la actualidad y de la responsabilidad es equivalente a decir que
su objetivo es la capacidad de vivenciar.
Para el gestaltista, la verdadera vivencia es terapéutica o correctica por si misma.
En el enfoque de la terapia gestáltica se busca vivenciar, pero no mediante la estimulación, sino que a
través de la sensibilización. El gestaltista considera al despertar desde afuera como una forma de apoyo
ambiental no necesaria para aquel que ha desarrollado el despertar-desde-adentro, por lo tanto, que ha
recuperado sus sentidos.
Existen dos formas en que las técnicas de la terapia gestáltica pueden ser de ayuda para que el paciente se
contacte con su experiencia. Una forma de vivenciar es detener la evitación, dejar de cubrir la experiencia.
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La otra, es poner nuestras energías para movernos rápidamente hacia el contenido de la conciencia en la
forma de una atención intensificada o exageración deliberada.

Capítulo 5: “Técnicas Supresivas”:


Para vivenciar tenemos que estar presentes, tenemos que estar aquí y ahora, no se puede vivenciar lo que
es pasado o ausente. La realidad siempre es ahora e incluso cuando recordamos, nuestra realidad es
nuestra acción de presente de recordar, nuestro deseo de recordar, nuestras reacciones, aquí y ahora, a
nuestros recuerdos.
Nuestra actividad mental, gran parte de ella consiste en anticipaciones, recuerdos, fantasías y juegos de
calce. La visión gestáltica es que todas estas actividades, en lugar de permitirle a uno percatarse del
presente, constituyen un acto de evitación del presente, y es por medio de la técnica de dejar de hacer
cualquier otra cosa que no sea vivenciar, el terapeuta y el paciente por igual pueden poner a prueba la
validez de esta suposición.
La supresión de las evitaciones conduce a una experiencia a la cual los gestálticas le asignan especial
importancia, la experiencia de la nada. Es una contradicción porque una experiencia siempre involucra
“alguna cosa”, la “nada” constituye un limbo donde se han abandonado los juegos de superficie de la
personalidad y el auto percatarse aún no ha tomado su lugar. La experiencia de la nada, o el vacío, es
donde hacemos juicios de nosotros mismos, la nada constituye un puente entre la evitación y el contacto,
o como lo expresa Perls, entre las capas fóbicas y explosivas de la personalidad. Perls definió a la terapia
gestáltica como la transformación del vacie estéril al vacío fértil.
La nada solo es nada mientras estemos bajo la compulsión de hacer de ella un algo, una vez que aceptamos
la nada, todo se nos da por añadidura, una vez que dejamos de estar preocupados de esto o aquello y
sentimos una nada con respecto a tales estándares, nos percatamos de que somos lo que somos.
El acto supresivo de la terapia gestáltica involucra principios generales y prescripciones individuales
(negativas). Los principales no-no de la terapia gestáltica: contar historias, anticipación, acercadeísmo,
debeímos y manipulación.
- Acercadeísmo: es un nombre que a Perls le gusta darle al “juego científico”, en la misma forma que
considera al debeismo como la esencia del “juego religioso”. En la situación terapéutica, las
manifestaciones más frecuentes de esta actitud son la ofrenda de información (diagnostica), la
búsqueda de explicaciones causales, la discusión de asunto filosóficos o morales del significado de
las palabras. Para Perls “Por qué y porque” son palabras sucias en terapia gestáltica.
Hay tres clases de producciones verborreicas: caca de pollo (que es algo así como “buenos días”
“como le va”) caca de toro (bullshit- se refiere a esto es “porque”, racionalizaciones, excusas) cada
de elefante (cuando uno habla de filosofía)
El término bullshit se ha convertido en parte de la jerga técnica de la terapia gestáltica, debido a su
expresividad, indica algo que debe ser eliminado, algo insustancial cuando se mide junto a la
experiencia directa.
La terapia gestáltica es un enfoque no interpretativo, porque su objetivo es la experiencia, el
percatarse y no la introvision intelectual. El psicoanálisis se basa en el hallazgo de que la introvision
intelectual puede conducir a una introvision emocional. La terapia gestáltica se apoya en la creencia
de que, aun cuando eso sea posible, lo mas frecuente es que la introvision intelectual se convierta
en si misma en una trampa, un sustituto que reemplaza a la experiencia acerca de la cual habla.
Parte del éxito del terapeuta en cualquier enfoque, depende de su capacidad para captar en el
discurso del paciente las claves de los aspectos significativos, la expresión de tales aspectos en su
personalidad que requieren confrontación. Las reglas Supresivas de la terapia gestáltica constituyen
un medio para detectar aquellos momentos que necesitan ser sacado a la luz, estos son los
momentos en que el paciente escoge no expresar su experiencia en curso, sino que más bien hablar
acerca de sí mismo o de los demás.
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La regla del no-acercadeísmo no solo se aplica al paciente individual, sino que es efectiva en
situaciones de interacción grupal. Por otra parte, la simple regla de suprimir la verbalización de
opiniones, ideas, opiniones acerca de los sentimientos de otros es una garantía de que algo
significativo va a ocurrir.
La regla de la no-intelectualización implica que gran parte del tiempo estamos optando por calcular
en lugar de percatarnos de nosotros mismos. La técnica de apagar la computadora puede ponernos
en mejor disposición para contactarnos con nuestra experiencia en curso. De hecho, la naturaleza
de gran parte de nuestro pensamiento es tipo ensayo y habla de una necesidad de controlar el
futuro, en la búsqueda de esta seguridad, podemos evitar perder y que nos duela, pero si nos
hemos convertido en computadoras tampoco podemos vivir.
- Debeísmo: el decirnos a nosotros mismos o a otros lo que debiera ser es otro modo de vivenciar lo
que es. Una vez que se hace dormir artificialmente al monstruo del debiera, todo lo demás es lo
que es.
Uno de los objetivos de la terapia gestáltica es ser capaz de vivir de tal manera en el presente que
ningún estándar del pasado oscurezca nuestra toma de conciencia que seamos tanto lo que somos.
Algo típico de esta terapia es que nos dice que hagamos ahora lo que nos gustaría lograr mañana,
no busca eliminar las concepciones de la actividad deseable o con el objetivo, a pesar de que sí
intenta contrarrestar el exceso de orientación hacia el futuro con un buen anclaje en el presente. Si
la terapia gestáltica busca la eliminación de las metas e ideales ésta es suficiente prueba de que no
lo hace, el objetivo de la falta de objetivos y el ideal de la falta de ideales son aún un objetivo y un
ideal.
Si hay algún camino hacia la realización de los ideales, evidentemente no es convirtiéndolos en
debieras, los debieras son una expresión de nuestra manía por el control.
El punto de vista de la terapia gestáltica es que la conciencia es suficiente, o mejor aún, la
conciencia y la orientación, siendo esta ultima un aspecto de la conciencia misma. Cuando la terapia
gestáltica dice que es innecesario “empujar el rio” no esta diciendo que la conciencia de las
limitaciones sea la expresión de un debeismo irrelevante. Por el contrario, solo es posible tener una
apreciación realista de donde estamos en términos de nuestros objetivos o ideales, cuando nuestra
evaluación no se basa en el juego auto-castigador o en las defensas contrarrestantes.
Lo que en la terapia gestáltica se llama “mandón” es lo opuesto, el mandón impone sus deseos
sobre el mandado, lo manipula, lo controla. Naranjo cree que la actitud de la terapia gestáltica esta
mejor expresada en la observación de que el mandón debe ser asimilado, cuando empujamos el rio
lo hacemos con la energía del rio, el rio de nuestra vida juega un mal juego consigo mismo,
empujándose en lugar de fluir.
- Manipulación: el asunto de la manipulación está relacionado con el de la evaluación, así como la
evaluación se relaciona con el juego de calce de la computación. Los terapeutas gestálticos no
formulan la regla de la no-manipulación en su forma más general, que es la de no hacer “acting
out”
La acción, en contraste con la manipulación se vivencia como un flujo desde adentro, no como algo
que se realiza con el fin de satisfacer estándares extrínsecos.
En la medida en que identifiquemos la función auto-manipuladora se podrá vivenciar tal acción
como algo que nosotros no efectuamos, pero que conseguimos que se produzca. “Ello” es una
palabra sucia en terapia gestáltica, ya que se emplea como sustituto de “yo” o “tu” como un medio
para evitar lo directo o la responsabilidad.
A un nivel técnico la idea de renunciar a la manipulación encuentra su expresión en la practica del
continuum de la atención. La forma en que la manipulación comienza a funcionar durante el
ejercicio puede ser aquella de auto manipulación o manipulación de otros, a pesar de que ambas
son inseparables.
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La manipulación de otros compromete todo el rango de conductas de “juego”, un juego siempre


involucra la esperanza de un objetivo y puede ser visto más bien como una manipulación para
obtener una ventaja que como un acto de expresión. Perls vio los juegos como una capa externa de
la personalidad, la capa falsa y cada vez que se encontraba con ellas se retiraba o interpretaba
“estas jugando al indefenso”. Con Perls, la no-manipulación era una regla implícita, su función era
traspasar esas capas de la personalidad al nivel de la explosión, pero él consideraba que esta
primera parte del trabajo, la de trascender los juegos, era un paso elemental.
Las manifestaciones de la manipulación que una persona dirige hacia sí misma pueden ser más
difíciles de captar que las involucradas en los juegos interpersonales.
Hay elementos relacionados con el asunto de la manipulación que surgen cuando la terapia
gestáltica es conducida en un encuadre grupal: las preguntas, las contestaciones, el pedir permiso y
las exigencias.

Capítulo 6: “Técnicas Expresivas”:


El percatarse se puede incrementar mediante la supresión o la expresión. El exagerar la expresión de un
impulso es un enfoque igualmente efectivo que el darse cuenta. Nosotros nos percatamos de nuestros “si
mismos” en gran medida mediante nuestra expresión.
En una disciplina del darse cuenta, el lugar de la expresión intensificada se podría comparar con la forma
en que influye el control de contraste en la visión en una pantalla de televisión o el control del volumen al
escuchar. Por otra parte, el aspecto supresivo de la terapia gestáltica se podría comparar con el apagar la
luz de la sala o cerrar las ventanas para eliminar los ruidos de la calle.
El expresarse es realizar, en el sentido literal de uno hacerse real. Sin tal realización somos fantasmas y
sentimos la frustración de no estar plenamente vivos. El expresarnos seria un proceso natural si no fuera
por el hecho de que en nuestras vidas vivenciamos fricción, angustia, dolor y aprendimos a manipular
mediante “estrategias”. Sin embargo, la suma de estas estrategias en la forma de un carácter se convirtió
en un fin por sí mismo, una identidad a la cual nos aferramos mientras nos alejamos de lo que somos y
dejamos expresar nuestra verdadera naturaleza.
La terapia gestáltica podría ser visualizada como un programa de refuerzo positivo de la auto-expresión,
acompañado de un refuerzo negativo de la manipulación y de la falta de autenticidad. Las técnicas
expresivas podrían ser consideradas como instancias de alguno de estos tres principios:
1. Iniciación de la Acción: la terapia gestáltica considera como fóbica gran parte de la conducta actual, se
evita el verdadero contacto, se suprime la verdadera expresión.
La idea de iniciar la acción o la expresión tiene dos formas de aplicación técnica en la terapia gestáltica, una
universal y otra individual, una técnica universal es maximizar la iniciativa mientras que una de aplicación
individual es la prescripción.
- Maximización de la expresión: en terapia gestáltica este principio se aplica en varias formas, una de
ellas es la minimización de la acción no-expresiva y una segunda técnica es el suministro de
situaciones no estructuradas. Otro componente en la maximización de la expresión es una
instigación directa a expresar.
- Prescripciones Individuales: el terapeuta a veces puede ver los “vacíos” en la personalidad del
individuo y el rol del terapeuta es el de una partera que está ayudando a poner en expresión lo que
de otra manera se hubiera dejado sin expresar.
2. Completar la Expresión: una de las cosas que hace el terapeuta es intensificar la auto-expresión de la
persona y se pueden distinguir cuatro tipo de procedimientos conducentes:
a. Repetición simple: cuyo objetivo es intensificar el percatarse de la persona con respecto a una
determinada acción.
b. Exageración y desarrollo: la exageración frecuentemente tiene lugar en forma espontánea, cuando
a la persona se le pide que exagere y hace esto una serie de veces puede descubrir algo nuevo en
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su acción. La exageración constituye una forma de desarrollo de una acción, pero el desarrollo no
siempre involucra exageración.
c. Explicitación o Traducción: se le pide al paciente traducir en palabras un trozo de expresión no-
verbal y se le pide que haga explicito un contenido que solo era implícito. Se le insta al paciente a
que contacte con su mensaje por sí mismo.
d. Identificación y Actuación: la actuación puede ser considerada como una instancia de traducción,
pero es lo opuesto a la explicitación ya que en esta ultima se le ponen palabras a los movimientos.
En la actuación, se da movimiento a un pensamiento, por lo que puede ser comprendía como un
modo de completar o implementar la expresión.
La actuación involucra un proceso de identificación, de convertirse en uno con la parte que
actuamos o reconocer su experiencia como nuestra. La identificación y la actuación no solo acortan
la distancia entre el yo y sus procesos, sino que también son las avenidas principales hacia el
percatarse.
En la terapia gestáltica las aplicaciones de la actuación son la representación de los sueños, la
actuación de anticipaciones del futuro, la representación del pasado y la representación de las
diferentes partes de la personalidad que están en conflicto.
3. Ser directo: una frecuente fuente de minimización se relaciona con el uso de la conjunción “pero”
introducido para descalificar una afirmación o para restarle algo de su peso o validez. Mediante esta
ambigüedad el individuo evita tomar partido por algo o vivenciar plenamente cualquier mitad de la
afirmación donde cada mitad invalida a la otra.
Otro giro del lenguaje relacionado con el asunto de lo directo es el uso de la palabra “ello” en lugar de un
contenido especifico.
En cuanto a la retroflexión es una instancia de la falta de ser directo que es objeto de una técnica
específica, es el deshacer retroflexiones, el redirigir un impulso que ha sido desplazado de tal modo que en
lugar de encontrarse con su objetivo intencional se revierte el agente.

Capítulo 7: “Técnicas de Integración”:


Toda técnica expresiva es una técnica de integración, porque expresar significa traer al percatarse lo que
estaba disociado de éste, o traer al dominio de la acción algo que la persona llevaba en su mente. En
terapia gestáltica hay formas especificas en que se promueve una integración de la personalidad, el
terapeuta va a estimular la integración de voces conflictivas internas por medio de alguna de las dos
enseñanzas:
- Encuentro interpersonal: una de las técnicas más originales de la terapia gestáltica es la de poner en
contacto a los sub-si mismos de una persona indicándole que represente sus partes en forma
alternada y haga hablar a estos “personajes” entre sí. Perls decía que todo lo que necesitaba era su
destreza, la colaboración del paciente, algunos pañuelos, la silla caliente y una silla vacía. La idea del
encuentro interpersonal es hacer que dos o mas lados de una persona se relacionen entre si de
modo que se establezca un dialogo, pero siempre hay que tener en cuenta que el encuentro no
debe ser prematuro y no debe degenerar en una discusión intelectual o en un juego de ping-pong
de acusaciones mutuas y defensa.
Perls llama a las partes que aparecen como Mandón y Mandado, el mandón puede ser descrito
como normativo, amatonado, persistente, autoritario y primitivo. El mandado desarrolla gran
capacidad para evadir los mandatos y exigencias del mandón. El mandón y el mandado son dos
payasos que representan sus raros e innecesarios juegos en el escenario del sí mismo tolerante y
mudo.
- Asimilación de Proyecciones: la proyección puede ser equivalente a un completo desheredar de
parte nuestra en la experiencia: una cierta persona es buena o que tal o cual es mala. La que nos
interesa es el tipo de proyección que el psicoanálisis considera como una defensa, el proceso de
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atribuir a una persona o cosa en el ambiente, cualidades o sentimientos propios nuestros que no
estamos dispuestos a reconocer como tales.
Las proyecciones constituyen una ilusión, pero también una realidad, son ilusorias en el sentido de
que frecuentemente no le pertenecen a la persona o cosa a la cual se las atribuimos, son una
realidad en el sentido de que son imágenes de nuestra vida interior y avenidas hacia nosotros
mismos.
Un aspecto importante es el de asimilar proyecciones, incorporar lo que hemos desheredado. La
técnica más importante para la asimilación de proyecciones es la identificación con la proyección
por medio de la actuación.

Capítulo 12: “Sobre el trabajo con los sueños”


El término “Trabajo de sueños” fue utilizado por Freud para referirse al proceso mediante el cual la mente
del soñador entrevera los residuos de su experiencia de vigilia para tanto esconder como expresar un
significado inconciente en una representación simbólico-criptica.
En terapia gestáltica, la expresión “trabajo de sueños” se emplea para hablar, no de la codificación del
mensaje, sino de su decodificación. Lo esencial es que su enfoque de los recuerdos, las acciones físicas o
los síntomas es no-interpretativo, los sueños como un mensaje existencia que puede ser entendido y no se
busca alcanzar tal comprensión pensando acerca de ello, el comprender o entender se refiere a la
experiencia directa de los contenidos del sueños más que a una inferencia intelectual, de la misma manera
que el percatarse es lo opuesto a una introvision intelectual. El camino al darse cuenta es permitir que la
experiencia hable por sí misma, es fundamental que el sueño no solo sea recordado sino también traído de
vuelta a la vida, únicamente vivenciándolo ahora podemos ganar conciencia de lo que esta transmitiendo,
por lo que es aconsejable comenzar narrando el sueño en tiempo presente.
La actuación del sueño conlleva a una experiencia creativa de interpretación o traducción llevada al
movimiento e involucra una extensión de la actividad creativa expresada en el sueño mismo. El individuo
se vuelve a convertir en un soñador y se transforma en uno con su mismo sueño.
Lo que hizo que el procedimiento de actuar los sueños fuera eficaz, es el proceso de asimilación
involucrado en tal actividad. En el proceso de representar voluntariamente lo que en el sueño solo sucedió,
el individuo se esta colocando a sí mismo tras sus acciones irresponsables del sueño y haciéndose
responsable de ellas. Esta diciendo implícitamente “este sueño soy yo mismo, no es solo un sueño” y asi es
como integra la conciencia su actividad hasta ahora inconciente. Lo que hace que los sueños sean
especiales para el terapeuta gestáltico es el grado en que constituyen, al mismo tiempo, una instancia de
espontaneidad y articulación inusuales.

 “Ventanas a nuestros niños: terapia gestáltica para niños y adolescentes” Oaklander


Los adultos suelen excluir a los niños en lo que respecta a la información y la expresión, en cambio, Violet,
habla con los niños en una forma simple, directa.

Capítulo 9: “El proceso terapéutico”


El niño viene a terapia:
Muchos niños manifiestan conductas que indician que algo anda mal y los padres no preferirían creer que
su hijo tiene un problema que requiera de ayuda profesional. Cuando los padres hacen el primer contacto
telefónico solicitando ayuda, generalmente la situación se ha vuelto muy difícil, si es que no intolerable, ya
sea para el niño o los padres.
A veces los padres tren a los niños a terapia porque algo fuera de lo común ha sucedido y quieren
asegurarse de que el niño exprese y termine con cualquier sentimiento abrumador derivado del incidente.
De vez en cuando es el niño quien directamente pide ver a alguien, a veces solicitan ayuda.
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La autora expresa que, sin embargo, sería ridículo correr hacia el terapeuta por cada conflicto y problema,
para ello, hay maneras en que los padres pueden aprender a manejar muchas situaciones que surgen en la
vida diaria.
No es un asunto sencillo juzgar cuando es el momento apropiado para traer a un niño a terapia, con
frecuencia es el niño quien se encarga de que se haga algo. Las escuelas son a menudo las primeras en
notarlo, y, sin embargo, no recomendarán ayuda hasta que la situación no sea grave.
La autora cree que otra gran razón por la que los padres titubean en buscar ayuda es que piensan en la
terapia como un proceso continuo que involucra un largo periodo de tiempo, pero en general muchos
problemas pueden ser tratados de 3 a 6 meses de sesiones de una vez por semana.
Antes de empezar a trabajar con un niño se recibe a veces papeles referentes a él. Pero, solo se puede
manejar al niño con lo que él me presenta, ya que lo que está escrito en estos papeles es la percepción y a
menudo juicios injustos de otra persona. Se comenzará con el niño desde donde está con el terapeuta.
Si un niño es dócil y receptivo con el terapeuta, aunque los informes lo describan como agresivamente
vulgar, o los propios test lo muestren como defensivamente hostil, el terapeuta puede seguir
relacionándose con él en la forma en que es con el terapeuta en ese momento, la forma en que ahora
quiere ser. Se trata de un individuo multifacético que es capaz de mostrar muchas maneras de ser.

La primera sesión:
Generalmente, los padres llaman e intentan explicar el problema por teléfono, se les debe explicar que
cuando vayan a verlo con su hijo, quiero que me cuenten otra vez el problema, pero en presencia del niño.
Es importante que él esté presente, con el objeto de aliviar sus peores fantasías sobre lo que anda mal, el
niño siempre sabe que algo anda mal y con frecuencia imagina que es mucho peor de lo que es.
Sea lo que sea tiene que decirse adelante del niño. Así se pueden observar las reacciones del menor, la
dinámica entre padres e hijo y oír ambas partes. Este es también el inicio de poder establecer una relación
de confianza con el niño, él vera que el terapeuta es un participante justo e imparcial, interesado en todos.
Cuando la familia llega a la oficina, se le pide que alguno de ellos informe por qué han venido a verme.
Generalmente empieza la madre, después de las primeras frases la detengo y pregunto al niño si está de
acuerdo con lo que se ha dicho.
No preocupa si el niño no quiere hablar o dar su opinión en esa primera oportunidad, interesa tenerlo allí
para que vea bien, no se le habla con altivez, ni se lo ignora, ni actúa como si fuera un objeto para ser
analizado. Se intenta incluir al niño en todo, aunque sólo sea confirmando los hechos con él y haciendo
contacto visual.
También se identifica de quién es el problema. Si el niño concuerda en que existe un problema, hay que
saberlo por él. Si discrepa, hay que aclarar que uno está consciente de ello y que el problema no es suyo
sino de la escuela o de los padres. Esto alivia mucho al niño.
La autora no utiliza ficha de admisión en mi entrevista inicial. La “admisión” consiste en el proceso de la
primera sesión, donde los padres y el niño se reúnen para conversar la razón por la cual vinieron, es
preferible conocer al niño sobre la marcha.
Después que el problema es sacado a la luz y delimitado, frecuentemente se les pide a los padres que
esperen afuera mientras se conversa con el niño. Puede que se le diga que se intentará mejorar la
situación, que se harán algunas cosas entretenidas, que se descubrirán algunas cosas sobre él, y se espera
que él también lo haga, y algo sobre confidencialidad. Que se usarán algunas de las cosas de la oficina y se
conversará un poco sobre sentimientos. Otras veces pintaremos sentimientos.
En cuanto a los test, a veces se los usa como forma inicial de relacionarse, el Test Dibuja-Una-Persona y el
Test Casa-Arbol-Persona son tareas simples para que los niños la completen, la forma en que hace el dibujo
puede ser un indicador de cómo es en la vida o de como se siente en ese momento en la oficina.
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La autora comprende que la presentación del problema no es más que la presentación de un síntoma, y se
debe manejar lo que hay antes de ir más lejos.
Después de cada sesión se hacen algunas anotaciones sobre lo que se hizo, qué sucedió, sentimientos.
Estas notas no se comparten con los padres, pero a menudo se les lee a los niños, ellos tienen derecho a
saber lo que se dice o escribe sobre ellos si es que quieren saberlo.

Como es mi oficina:
La oficina es muy pequeña, incluye un pequeño diván, dos sillas, un par de mesitas bajas, también hay una
vieja y pesada mesa de café que se usa para pintar. Hay una alacena en donde se guardan tarros y frascos
de pintura, algunos diarios, toallas de papel, pinceles. Un armario con puertas de regular tamaño, donde se
guardan otros artículos de arte, juguetes y algunos libros. Hay una pizarra, un tablero para dardos y un
tablero de corchos para dispararle.
La oficina esta alfombrada, hay algunos cojines, no es el lugar ideal para trabajar, pero los chicos parecen
fascinados con el cuarto y se acomodan a él. La mayor parte del tiempo la autora permanece sentada en el
suelo, es informal y alegre.

El proceso Terapéutico:
Los niños en ocasiones llegan sabiendo qué medio quieren usar, a qué quieren jugar, o a veces con algo
que quieren decir sobre lo que les ha ocurrido desde la última vez que se vieron. No saben lo que desean
explorar, trabajar o descubrir acerca de sí mismos. Hay que proveer métodos para que los niños expresen
sus sentimientos, logren sacar a luz lo que tienen guardado adentro, y así manejar juntos ese material.
La mayoría de las técnicas que uso con los niños estimulan la proyección, la proyección es definida como
un mecansimo de defensa, una defensa contra daños al yo interior, pero la proyección también es la base
para toda la creatividad artística y científica. En general, no se hacen interpretaciones del material que
entrega el niño a través de las proyecciones.
Lo que se hace es ayudar al niño a abrir las puertas a la autopercepción y auto posesión, hay que ayudar al
niño a que empiece a aceptar lo que ha puesto a salvo “allá afuera”.
Las técnicas son numerosas. Uno debe tener presente que cada niño es un individuo único. No importa qué
técnica específica se use, un buen terapeuta permanece con el proceso que evoluciona con el niño. El
procedimiento o técnica es un mero catalizador. Dependiendo del niño y de la situación, cada sesión es
imprevisible.

Resistencia:
Con frecuencia los niños son reacios a hacer algunas de las cosas que se les pide. Cuando esto sucede, hay
que tratar de tomar en serio la resistencia, reconocerla. quiero pasar muy delicadamente a su alrededor.
Tan pronto como los niños están seguros de que nadie está tomando la actividad gravemente, por lo
general, se meten en ella. Algunos niños no son conscientemente resistentes.
Continuamente se intenta guiar al niño desde sus expresiones simbólicas y material de fantasía hasta la
realidad y sus propias experiencias de vida. Una de las técnicas más eficaces para ayudar a los niños a
superar sus bloqueos es lo que se ha denominado “modelar”. Si yo hago lo que he pedido a los niños,
también ellos lo harán.
Al igual que los adultos, los niños deben ser aceptados como son. Desde allí pueden empezar a avanzar
gradualmente a verse a sí mismos con mayor seguridad y dignidad.
Además de la renuencia del niño a participar en las técnicas de terapia, también existe una resistencia
inicial durante las primeras reuniones entre uno y el niño, traspasar ese tipo de resistencia es un proceso
muy sutil, difícil de expresar en palabras, involucra el propio sentido intuitivo.
19

Uno debe comprender que los niños son resistentes y defensivos por buenas razones, ellos hacen lo que
tienen que hacer para sobrevivir, para protegerse. Han aprendido que deben hacer cuanto esté a su
alcance para cuidar de sí mismos, para protegerse de intrusiones. Nosotros debemos aprender a aceptar la
resistencia, no en forma defensiva u ofensiva, sino como algo corriente.
En algunos niños encontramos resistencia una y otra vez. El niño entrará en acción luego de la cautela
inicial, pero de cuando en cuando volveremos a chocar con su resistencia. Cada vez que llegamos a este
lugar, estamos haciendo progresos. En todo muro de resistencia hay una nueva puerta que se abre a
nuevas áreas de crecimiento. Cuando llegamos a un impasse, estamos siendo testigos del proceso en que
una persona renuencia a sus viejas estrategias y se siente como si careciera de apoyo. A menudo hace lo
imposible por evitarlo. El niño está al borde de una nueva forma de ser, de un nuevo descubrimiento.

Término:
Los niños no deberían estar en terapia por mucho tiempo. Generalmente, hay suficiente progreso en un
periodo de 3 a 6 meses como para justificar un término. Los niños llegan a una meseta en terapia, y éste
puede ser un buen lugar de detención. El niño necesita una oportunidad para integrar y asimilar los
cambios que se están produciendo como resultado de la terapia.
Hay claves para saber cuándo es tiempo de parar: la conducta del niño ha cambiado, según informa la
escuela y sus padres, de pronto se involucra en actividades externas, el niño generalmente espera con
ansias el momento de ir a las sesiones.
Es importante preparar a un niño para el término. Hay que manejar los sentimientos comprometidos al
despedirse. Algunos niños necesitan que les demos la seguridad de que podrán volver si es necesario.
Generalmente hay una sesión en presencia de los padres cuando estamos explorando la posibilidad de
terminar, y lo discutimos abiertamente.
El término no necesita tener un matiz de finalidad que implica su nombre, el término es simplemente llegar
a un lugar de detención, un final en ese momento.
A la autora no le gusta dejar de ver abruptamente a un niño, sugiere que se vean una o dos veces más, en
semanas alteradas. Se empieza a hablar de su época juntos y en lo que ha sucedido (una especie de tiempo
de evaluación).

Capítulo 10: “Problemas conductuales específicos”


La autora visualiza el comportamiento de un niño como una enfermedad, la ve como una evidencia de
fuerza y supervivencia.

Agresión:
A estos niños se los describe como “actuantes” (acting out), lo que implica un ataque al ambiente en
oposición a reprimirse. Actuante es otra etiqueta impropia, los niños pasivos, introvertidos, sometidos
también están actuando algo a su modo. Cuando un niño es llamado agresivo, rebelde, actuante, uno debe
estar consciente de que éstos son rótulos de juicios.
El niño que cae en conductas hostiles, intrusivas, destructivas suele ser alguien que tiene sentimientos de
ira, de rechazo, de inseguridad y angustia e incluso puede tener una mala opinión del yo que el conoce.
Es el medio ambiente el que perturba al niño, es provocado por el medio ambiente más que por sus
dificultades internas. De lo que él carece internamente es de la capacidad para enfrentarse a un medio que
lo enfurece y atemoriza, no sabe cómo manejar los sentimientos generados en su interior por ese medio
hostil y así cuando de algún modo ataca, lo hace porque no sabe que otra cosa hacer. Estas conductas, son
con frecuencia un intento desesperado de restablecer un contacto social.
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Tal niño rara vez es agresivo en la consulta. Se comienza sin mencionarle su agresividad, presentándole
algún tipo de actividad muy inofensiva para establecer una relación de confianza y credibilidad entre
nosotros dos. El niño agresivo llegara a indicar que es lo que le pasa.
En las primeras sesiones no se le habla al niño en forma confrontativa ni se tratan los problemas en forma
directa, más bien hay que manejarse con lo que surge en sus actividades artísticas o de juego. Por lo
general, la ira es lo primero que surge, y bajo ella puede haber una herida.

Ira:
La ira es un sentimiento normal. Los niños vivencian el arrebato de ira de los adultos, pero usualmente no
se acepta que los niños manifiesten su propia ira. A muy temprana edad aprenden a reprimir estos
sentimientos. Se reconocen cuatro etapas en el trabajo con la ira del niño:
- Darle métodos prácticos para expresar sus sentimientos de ira.
- Alentarlo a dar expresión emocional a esta ira ahí mismo, conmigo, en mi oficina.
- Darle la experiencia de ser verdaderamente directo y honestos con sus sentimientos de ira: decir lo
que quiere decir a la persona a quien necesita decírselo.
- Hablar con él sobre la ira: quién es, cómo la demuestra, qué hace cuando lo siente, qué lo enfurece
A los niños les cuesta mucha expresar la ira. Todos los sentimientos involucran el uso de la energía física
que se expresa mediante funciones musculares y corporales.
Hay muchas formas de expresar la ira aparte de dar puñetazos a un cojín como arrugar papeles, patear
almohada, correr alrededor de la manzana, etc. Lo que les preocupa a los niños son las reacciones de los
adultos que lo rodean y lo que parece ser necesario es permitirle al niño que tome conciencia de la ira, que
la conozca. Una de las cosas que a los niños le cuesta más aprender es como ser honestos con sus
sentimientos de ira, necesitan aprender a pedir directamente lo que quieren y a decir que les gusta y que
no.

El niño hiperactivo:
A este niño, puede que le cueste sentarse quieto, se revuelve, tiene que moverse mucho, habla
demasiado, puede que tenga modales irritantes, golpea a otros niños, es impulsivo, tiene mala
coordinación, es torpe, deja caer cosas, lo confunde e irritan los numerosos estímulos de su ambiente. Ello
trae como efecto secundario que los adultos no le tengan paciencia, que tengan pocos amigos. El niño es
humillado por los calificativos que se le aplican, generalmente su autoimagen es pobrísima, pero continúa
luchando por sobrevivir en un mundo que le parece hostil e injusto.
Los niños con hiperactividad a veces están esquivando sentimientos dolorosos. Un niño incapaz o reacio a
expresar sentimientos reprimidos puede tener dificultades para quedarse quieto, prestar atención y
concentrarse. Pasan constantemente de una cosa a otra y parecen incapaces de permaneces en alguna y
dedicarle toda su atención.
La autora encuentra que cuando trabaja con un niño considerado hiperactivo, rara vez se comporta así en
su consulta. Cuando estos niños logran la atención de alguien, se les escucha y se les toma en serio,
pueden minimizar de algún modo sus síntomas hiperactivos.
Estos niños tienen gran necesidad de vivenciar el retorno a sentir un sentido de sí mismo, cualquier
experiencia táctil y kinestésica promueve una nueva y vigorosa toma de conciencia del propio cuerpo y yo,
por lo que el masaje puede beneficiar enormemente a un niño hiperactivo.
Otro enfoque puede ser lo contrario a actividades sedantes y puntuales, la autora quiere que se fije en lo
que está haciendo para ayudarlo a que se dé cuenta y quizás reconocer lo que hace.
Todos los niños, especialmente los hiperactivos, necesitan la experiencia de elegir, la oportunidad de
ejercitar su libre albedrío y juicio en forma positiva. El responsabilizarnos por nuestra elección es una
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experiencia de aprendizaje y aparentemente, las elecciones simples no son con frecuencia fáciles para
estos niños.

El niño retraído:
El niño retraído quizás ha necesitado retirarse de un mundo que es demasiado penoso. Generalmente no
traen a terapia a niños callados o tímidos, se complacen con tales niños porque dan pocas molestias. El
problema sólo se evidencia cuando el niño empieza a exagerar su conducta tímida. A menudo, es un
solitario.
Los niños retraídos se refrenan, en algún tramo del camino aprendieron a mantener la boca cerrada,
alguien hablo demasiado y ellos captaron el mensaje, por lo que hay que acercarse al niño retraído con
delicadeza.
Las técnicas de expresión son especialmente útiles para el niño retraído no-verbalizador. Mediante ellas, él
empezará a comunicarse sin tener que renunciar a su silencio.
Un niño retraído está con frecuencia en un estado de aislamiento porque es incapaz de participar en una
comunicación interpersonal libre y segura. Le cuesta expresar sus sentimientos de afecto e ira. Se
mantiene en un plano seguro, evitando el riesgo de ser rechazado o lastimado. La espontaneidad no le es
familiar y dado que es poco comunicativo parece ser incapaz de expresarse, quizás falto de inteligencia y
obtuso.
Mientras mayor sea la persona, más difícil es traspasar los años y años de su muro de protección. Pero
haciendo un esfuerzo consciente, puede contrarrestar esto con su voluntad, su determinación de ser
diferente. El niño, en cambio, está inmerso en su necesidad de protegerse y con frecuencia no está
consciente de su estado de retraimiento.

Temores:
Los niños temen más de lo que percibimos, por cada temor que expresan hay muchos otros que se
guardan. Los padres gastan muchas energías en disculpar con explicaciones los temores de sus hijos, en
lugar de aceptar sus sentimientos, los niños aprenden a soterrar sus temores a fin de complacer a sus
padres o para no asustarlos con sus miedos.
Los niños necesitan hablar sobre sus miedos, todos sus temores necesitan ser reconocidos, aceptados,
respetados e incluso algunos temores infantiles se transforman en fobias: sus temores crecen en tal
proporción que sus esfuerzos para evitar las cosas que temen, interfieren enormemente en sus vidas.
El temor se revela en forma muy explícita a través del cuerpo.
A veces los niños expresan temor en alguna forma sin poder señalar específicamente algo que lo provoque,
es un sentimiento generalizado, vago e indiferenciado. Los dibujos constituyen un excelente medio para
llegar al temor.

Situaciones Específicas de Tensión (Stress) o Experiencias Traumáticas:


A veces los niños han tenido una mala experiencia específica que necesita de ayuda terapéutica. Puede ser
que el hijo haga saber de algún modo a sus padres que precisa ayuda, o que los padres estés atentos a esta
situación. Divorcio, enfermedades graves, muerte, vejación o un terremoto son los tipos de sucesos que
provocan traumas emocionales a los niños. O a veces el niño pudo presenciar algún accidente, mudarse, o
la llegada de un bebé.
En ocasiones se lleva al niño a terapia por una conducta preocupante que no parece estar directamente
conectada con una experiencia especifica. A veces la experiencia ocurrió tiempo atrás y desde entonces
todos han “protegido” al niño no mencionándoselas.
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A menudo el niño es incapaz de expresar a sus padres lo que siente porque también los padres pueden
estar muy perturbados por lo que sea que ha ocurrido y el niño siente que debe protegerlos.
Hay que enfrentar estas situaciones en forma directa, el incidente debe sacarse a la luz, ser conversado,
quizás reactuado simbólicamente.
Con frecuencia los niños ocultan bien sus sentimientos porque no quieren causar más pesadumbre y dolor
a sus progenitores. Sin embargo, no hay forma de proteger a los hijos de estos sentimientos, más viene
ellos tienen derecho a tener sentimientos y estos deben ser previstos, reconocidos, aceptados y
respetados.

Síntomas Físicos:
Un ejemplo del niño que se cuida a sí mismos es el mojador de cama. Algún tiempo atrás este niño fue
incapaz de expresar de algún modo lo que necesitaba, así que empezó a hacerlo de otra manera. Quizás si
no hubiera encontrado una forma de expresarse en mojar la cama, lo hubiera hecho desarrollando un
asma. No interesa establecer la causa original de las micciones nocturnas, de lo que se trata es de devolver
la responsabilidad del cuerpo a su dueño, es decir, el niño es responsable de orinarse en la cama. Hay que
ayudar al niño a aprender una manera más adecuada de expresar lo que sea que necesite expresar.
Es importante que los padres comprendan que la responsabilidad es del niño y no de ellos, es el quien
despierta en una cama mojada, los padres deben aprender que la micción nocturna no es un área de
premio o de castigo, aprobación o desaprobación.
Ayudar a los niños a percatarse de su cuerpo, es parte importante del procedimiento terapéutico con ellos,
conocer su cuerpo, y aprender a dominarlo y controlarlo es gratificante, excitante y esencial. El ultimo paso
es ayudar al niño a expresar sus sentimientos sobre la micción nocturna, es decir, el orinarse dormido
cesara a medida que él empiece a tomar el control de si mismo y encuentre nuevas formas de expresar sus
sentimientos.

Inseguridad; Aferrarse; Complacencia excesiva:


El término inseguro se usa ampliamente para describir a niños con diversos comportamientos, la mayoría
de los niños que se ve en terapia son inseguros, aunque lo expresan de muchas maneras. Cuando la gente
los esquiva, tratan de colgarse aún más, estos niños se aferran físicamente a las personas como para aliviar
sus sentimientos de inseguridad.
El niño (o adulto) que debe aferrarse físicamente a otros tiene un sentido tan vago de sí mismo que sólo se
siente bien si puede fundirse con alguien más. Estar separado es un concepto extraño y aterrador para él.
No sabe dónde empieza y termina su ser. Se confunde con los demás en su intensa necesidad de una
identidad. Trabajar con tales niños, involucra experiencias progresivas de reforzamiento del yo.
Los niños que se desviven por complacer a los adultos tienen sentimientos similares de inseguridad. Todos
los niños desean aprobación, todos tienen dentro de sí la capacidad de ser “buenos”, de seguir
instrucciones y de hacer lo “correcto”. También tienen dentro de sí la capacidad de enojarse, disentir,
adoptar su propia posición y expresar sus opiniones. Hay que ayudar a los niños “demasiado buenos” a
encontrar a sí mismos.
El niño que se desvive por complacer agota así gran parte de su energía, está dirigiendo su energía al
exterior en vez de satisfacer sus propias necesidades.

El solitario:
Algunos niños solitarios son lo suficientemente hábiles como para mantenerse ocupados y encontrar su
propio camino, los solitarios ingeniosos no son los que van a terapia. Los que si van tienen algún problema
de presentación además de su soledad, no son tan hábiles, fastidian a sus padres, son hoscos, discutidores
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e hiperactivos, adoptan conductas antisociales o agresivas, odian ir a la escuela, o son extraordinariamente


introvertidos.
Los niños que son solitarios a menudo continúan siéndolos en la vida adulta. Necesitan tener una
atmósfera donde puedan ser aceptados por lo que son; solo esto puede darle la energía y el valor para salir
a buscar a otros y experimentar el relacionarse por su propia cuenta.
Muchos de los solitarios-problema se sienten secretamente diferentes a los demás. Por supuesto, en algún
período, la mayoría de los niños hacen grandes esfuerzos por parecerse, para ser como los otros o como
imaginan que son. El querer ser como los demás indica una búsqueda de autoidentidad como miembro de
alguna ansiada comunidad.
Una de las principales tareas a trabajar con estos niños y sus familias es enfatizar que la unicidad debe ser
atesorada. Los padres deberían respetar la unicidad de cada hijo.
Hay que estimular a los niños a que experimenten el contactarse con otros, ellos querrían comunicarse e
integrarse, pero son temerosos y no saben como hacerlo. Por consiguiente, hay que enfrentar ese temor y
ayudarlos a experimentar nuevas formas de ser.

Soledad:
Los niños rara vez admiten sentirse solos. El proceso terapéutico parece bloqueado hasta que este
sentimiento se manifiesta abiertamente de algún modo. Los niños que se consideran mal adaptados a su
medio son especialmente solitarios.

Los niños, buscando a tientas su propia identidad, ciertamente no saben arreglárselas con su soledad
existencial. Los niños se sienten solos porque en el fondo se sienten diferentes y no están cómodos con su
propia particularidad. Sus conductas antisociales sirven generalmente para apartarlos y aislarlos aún más,
provocando por lo tanto un aumento de sus cubiertas protectoras y defensivas. Esto promueve un mayor
aislamiento, y así se perpetúa el ciclo.
Los niños se sienten frecuentemente desamparados y angustiados porque tienen dificultad para expresar a
alguien sus sentimientos de vacío y soledad. Los niños que van a terapia pueden ser consideras los
afortunados, pues tienen aquí la oportunidad de mostrar estos sentimientos.
Cada vez que los sentimientos quedan sin expresión, más se engrosa la muralla protectora o caparazón y el
sentimiento de soledad se infla tras la barrera.
Los niños cuyos sentimientos no son escuchados y reconocidos, se sienten solos. Sus sentimientos son su
esencia misma, su ser mismo, y si sus sentimientos son rechazados, también el niño se siente rechazado.
Enfrenta un mundo de personas que no permanecerán en contacto con él mientras exprese su sentimiento
de ira. Es castigado y evitado, y todo esto lo sume en el aislamiento.

El niño que está dentro y fuera de la realidad:


Los niños a veces están lucidos y contactados, pero en otras ocasiones parecen ser insensatos, haberse
volado a algún mundo propio.

Autismo:
Cathy Saliba dio cuenta que los niños daban a conocer sus necesidades prontamente, pero de maneras que
eran fácilmente ignoradas: las necesidades eran indicadas en forma más bien sutiles que interferían con la
estructura preparada de un programa.
Pareciera que las pautas con niños más normales también se pueden aplicar a los autistas. Empezar donde
está el niño. Permanecer con él. Seguir sus señales. Estar alerta a su proceso y a sus intereses (antes que a
los de uno). Traerlo de vuelta a su autopercepción una y otra vez proyectándole muchas actividades
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sensoriales (jugar con agua, arena, arcilla, pintar con dedos). El trabajo corporal es esencial (usando
colchonetas, haciéndoles masajes, “luchando” con ellos y estimulándolos a luchar entre sí).
Aunque este tipo de trabajo esté muy lejos de un nivel verbal, sin embargo, los sentimientos están ahí.
El aspecto más importante de esto es familiarizar al niño consigo mismo. Mientras más se contacten los
niños consigo mismos (sus sentidos, su cuerpo) y más autodescubrimientos realicen, más tranquilos se
ponen.

Culpa:
La culpa es generalmente ira o resentimiento retro flectado (ira vuelta contra uno mismo antes que
dirigida al blanco de la ira) Si la ira es expresada la culpa puede desaparecer o el niño puede sentirse
culpable de haberse enojado.
El resentimiento es compañero de toda culpa. Si el niño no puede expresar su ira y se siente culpable se
resiente con el adulto. Junto con el resentimiento, hay una demanda inexpresada, por ejemplo, que el
padre sea más tolerante a su volcamiento de leche.
La ira, la culpa, el resentimiento y la autoincriminación se tornan difusos y se mezclan con la autoimagen
del niño. Hace lo imposible por agradar y se asimila a todos los que le rodean, deja de sentirse diferenciado
de las personas de su mundo, perdiendo su sentido del yo y de sus derechos.
El niño necesita experimentar con la expresión de su ira, sus sentimientos y demandas. Mientras mas
directo pueda ser el niño con sus sentimientos de ira, menos culpa acumulará para debilitarlo e
inmovilizarlo.

Autoestima; Autoconcepto; Autoimagen:


La estima se refiere al valor que damos a algo, un concepto es una idea, una noción, lo que nosotros
pensamos. Una imagen es una representación de algo, no la cosa real. Lo que un niño siente acerca de sí
mismo después de un tiempo, está determinado en gran medida por los tempranos mensajes que capta
sobre sí mismo de sus padres. Es el mismo niño quien se traduce esos mensajes. El niño seleccionará del
medio ambiente aquello que refuerce los mensajes paternos. La arraigada auto opinión de una persona
rechaza los intentos directos a ser alterada.
No siempre es fácil encontrar el origen de la nada auto opinión de un niño. La general falta de respeto de la
sociedad por los niños como seres humanos sirve para deteriorar el sentido de autoestima de todos los
niños.
Los niños manifiestan su baja autoestima en muchas formas diferentes, algunas señales comunes pueden
ser: llorisqueo, fanfarroneo, desprenderse de golosinas, dinero o juguetes, culpar a todos, comer en
exceso, etc.
Para ayudar a un niño a sentirse mejor respecto de sí mismo, se necesita traerlo de vuelta a su yo. El
primer paso es que acepte sus sentimientos actuales.

1. “Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil”. Peñarrubia


Capítulo 2: “Los orígenes”
La Terapia Gestalt no existiría sin la figura de Fritz Perls. El psicoanálisis y la psicología de la forma o de la
Gestalt fueron las dos grandes fuentes de influencias decisivas en el desarrollo de esta terapia.
Friedrich Salomon Perls nació en 1893 en Berlín. Su padre era comerciante de vinos y estaba ausente con
frecuencia por motivos de trabajo, tuvo una mala relación con él. Su madre era una apasionada del teatro y
la ópera, pasión que inculcara a su hijo. Con trece años es expulsado de la escuela por mala conducta. El
encuentro más significativo de su adolescencia fue con el director teatral Max Reinhardt. En 1906 comienza
estudios de medicina. Entre medio, sucedió la Primer Guerra Mundial, motivo por lo cual él estuvo como
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médico en un batallón de zapadores. Recordó esta experiencia como lo más traumático de su vida. Tras la
guerra, continuo sus estudios. En 1920 conoce al filósofo Friedlaender, cuya influencia será determinante.
Cuando comienza su propio análisis, se fascina por el psicoanálisis y piensa en convertirse en analista, de
hecho, en 1928 se establece en Berlín como psicoanalista. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se alista
como médico en la Armada.
Con cincuenta años decide establecerse en EEUU y allí conoce a Paul Goodman, quien publica años más
tarde “Gestalt Therapy”. En 1952 los Perls fundan el Gestalt Institute en Nueva York. Viaja por todo el país
haciendo grupos y demostraciones de terapia Gestalt. A los sesenta y tres años tiene una experiencia que
define como un despertar completo. Años más tarde pasa un tiempo viviendo en Israel, lo cual significo
una profunda transformación a través del trabajo sistemático sobre sí mismo bajo los efectos del LSD.
Puede hablarse de un antes y un después de este hito en la maduración personal y profesional de Fritz.

La Psicología de la forma o de la Gestalt


En realidad, y a pesar de tener el mismo nombre, el vínculo teórico entre la psicología y la terapia de la
Gestalt no es tan fuerte. La terapia gestáltica no es la aplicación de la psicología de la Gestalt alemana, sino
que su relación es más bien metafórica.
La psicología de la forma fue una escuela teórica dedicada al estudio de fenómenos perceptivos que
desarrollaron Wertheimer, Kohler y Koffka, tuvo su apogeo en Alemania y posteriormente en EEUU, donde
sus creadores se trasladaron huyendo del nazismo. En esta segunda etapa, la escuela se dedicó al estudio
del aprendizaje, de la personalidad y de los grupos (Kurt Lewin). Una Gestalt es una configuración, una
forma, la forma particular en que se organizan las partes individuales que la constituyen.
La psicología de la forma le ha prestado a la Terapia Gestalt algunos conceptos. Las dos ideas más
relevantes son la de figura-fondo y la de la Gestalt incompleta. La primera le sirvió en su momento a Perls
para diferenciarse del lenguaje psicoanalítico. Figura- fondo es una analogía de consciente-inconsciente, o
darse cuenta enfocando lo que antes era borroso. Lo original y rescatable es el sentido globalizador,
holístico, que los psicólogos de la forma descubrieron en la percepción y que Fritz aplico a la concepción
del ser humano: percibir al individuo en su totalidad, con la misma pauta integradora con que el organismo
tiende a mantenerse en equilibrio armónico mediante procesos de autorregulación.
La otra ley es la ley de cierre. Se considera que toda persona tiene un impulso de completar su existencia.
Este impulso puede malograrse, por ejemplo, por factores sociales, e interrumpir el proceso de una
persona a hacer lo que quiere hacer. Sería una figura que emergió del fondo, que no pudo completarse, y
que vuelve de rechazo a sumergirse en el fondo. Esto, que se llama Gestalt incompleta, atenta contra la
tendencia natural a completar la propia existencia, y en este sentido puede ser un primer paso de
desajuste, de proceso de alienación neurótica. Este es uno concepto de Gestalt incompleta es uno de los
más utilizados por Perls en su trabajo: sistemáticamente alude a los asuntos inconclusos como otra versión
de lo que en psicoanálisis se llama compulsión a la repetición. El ve a la tensión de lo incompleto como una
de las fuentes de la neurosis. Una persona insatisfecha continúa elaborando asuntos inconclusos del
pasado en su actividad presente, impidiendo que nuevas figuras emerjan aquí y ahora y puedan ser vividas
gratificantemente, para una vez completadas, volver al fondo.
Perls asumía que “somos eventos espacio-temporales dentro de los campos cambiantes de nuestra
existencia”.
El aporte de la teoría gestáltica a la psicoterapia se puede pensar en seis rasgos:
1. La Gestalt no es arbitraria.
2. Las fuerzas configuradoras son interiores.
3. Los momentos de trabajo no son arbitrarios (los seres vivos tienen sus tiempos e instantes fecundos
en los que son accesibles al influjo y a la guía)
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4. La velocidad del trabajo no es arbitraria (el crecimiento y maduración tienen su propio ritmo y no
pueden acelerarse)
5. Es preciso tolerar los rodeos.
6. El proceso es reciproco

El psicoanálisis:
Sería más certero considerar a Perls como un neo freudiano que como un seguidor de la Psicología de la
Gestalt. Se formó como psicoanalista y lo ejerció por veinte años. Seguramente por esta devoción inicial al
psicoanálisis y a su creador, no perdono la frialdad con que Freud le recibió en 1936. Esperaba un
reconocimiento que no tuvo y a partir de ahí su relación con la teoría psicoanalítica será controvertida. Esta
oposición le ayudo a encontrar su propio camino. Las divergencias más notables son:
- El inconsciente. No es tanto que Perls lo niegue, sino que propone abordarlo por otras vías. Se ha
dicho, que el concepto de “darse cuenta” gestáltico corresponde al concepto freudiano del
preconsciente y no al de inconsciente. A un gestaltista le interesa más lo que la otra persona sabe o
siente de sí que lo que ignora. Y en cualquier caso esto se aborda escuchando al cuerpo, a la
emoción, a los fenómenos de superficie observables en el momento, no a través de la técnica
psicoanalítica.
- Perls no acepta la primacía de la sexualidad infantil ni de la represión en el origen de la neurosis, le
otorga más importancia las necesidades orales y cutáneas (hambre y necesidad de contacto), así
como a los inconcluso (lo prohibido por el entorno) como sinónimo de neurótico, de conflicto entre
el organismo y el medio. Tampoco acepta la universalidad del complejo de Edipo ni la angustia de
castración.
- No considera la transferencia como motor de la cura sino como un rodeo inútil. La neutralidad del
analista le resulta menos eficaz que una actitud activa que le devuelva al paciente sus proyecciones,
le confronte con su ceguera actual en la relación terapéutica y le apoye en su espontaneidad.
- La resistencia no es tanto algo a derribar sino una fuerza creativa a recuperar favorablemente. Perls
abogaba por convertirla en asistencia.
En general, Perls aporta una visión más confiada del impulso, del cuerpo, del movimiento y de la emoción.
Desconfía más de la palabra y de la racionalización.
En el texto se resaltan especialmente tres influencias importantes sobre Perls:

1) Alfred Adler (1870-1937)


Destaco los aspectos psicosociológicos del desarrollo humano. Adler insiste en la unidad y totalidad
indivisibles de la persona, en su singularidad, así como la capacidad del organismo de crecer y
desarrollarse, superando los complejos. Colaboró estrechamente con Freud, pero luego fue excluido de la
Asociación. El no compartía la opinión de que la causa de la neurosis eran conflictos sexuales o luchas entre
las instancias psíquicas. Su concepción tiene una fuerte impronta finalista, funcional: sus preguntas no son
cobre el porqué, sino el para qué. Las nociones centrales son: sentimiento de hacerse valer, estilo de vida y
plan de vida. Adler prestaba atención a la postura corporal, los gestos, el registro de la voz.

2) Karen Horney (1885-1952)


Primera analista de Perls y una de las personas que más influencia directa tuvo sobre él. Entre sus
aportaciones destaca la importancia dada a la situación presente del paciente, explorando la situación
general de su vida. Igual que Adler analizaba las finalidades de la neurosis. Definió la noción de “imagen
idealizada” (en Fritz auto concepto) que se convierte en el “yo idealizado”. En esta búsqueda de la gloria, la
persona pierde el centro, cambia ser por parecer en una especia de pacto con el diablo. Ella vio que las
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perturbaciones emocionales originadas en el pasado ahora son mantenidas por una falsa identidad. Si una
persona puede entender como en este preciso instante está enterrando a su verdadero sí mismo, puede
liberarse.
Horney relativizo la importancia de los primeros años de la infancia: consideraba que hablar del pasado
podía servir como resistencia a enfrentare a los problemas más actuales e insistía en que el recuerdo no
era la meta de la terapia. Posiblemente la mayor contribución es describir los efectos de las exigencias
culturales en la producción de neurosis. También se la considera como una precursora de la psicología
humanista.

3) Wilhelm Reich (1897-1957)


Fue el cuarto analista de Perls y uno de sus maestros. Reich trabajo en los problemas de la economía
energética a través de la cual se manifestaba y se mantenía la neurosis. Investigo como en las
perturbaciones psíquicas se solidificaba esta energía y se le impedía fluir, desarrollando nociones de
potencia orgásmica y estructura de carácter. La terapia por tanto consiste en disolver la coraza y hacer que
vuelvan a circular las emociones que se habían solidificado, restaurando la capacidad de ser espontaneo,
sin angustia ni inhibición: esta es la potencia orgásmica. El sostenía que las palabras pueden mentir, pero el
modo de expresión no miente nunca.

Capítulo 3: “Otras fuentes de la Terapia Gestalt”:


Se ha descuidado la importancia que tuvo en la juventud de Perls su entrenamiento teatral y como este
aprendizaje afloraba en su práctica terapéutica.

El teatro:
Fritz tenía afición al teatro, en parte debido a la influencia de su madre. Max Renhardt fue su primer
maestro, él y el teatro fueron la salvación del joven Fritz. Otro de los intereses que mantuvo toda su vida
fue la danza, o más extensamente, la expresión a través del movimiento.

Max Reinhardt (1873-1943):


Se le considera una figura capital en el teatro europeo del primer cuarto de siglo. Él no fue un teórico sino
un hombre de acción, un artista practico. Él pensaba al actor como un poeta, un dramaturgo, como
director, músico, y espectador, ya que la contribución de los espectadores era tan o más importante que la
del reparto. Este énfasis en la comunicación total debió de impactar a Perls. Del método de entrenamiento
reinhardtiano se resaltan dos capacidades: la escucha y la visión del recurso genuino del actor. Esto
resuena en Perls, en este estar entero para el otro, escuchando el cuerpo, la voz, las ráfagas de
espontaneidad.

Paul Goodman y The Living Theatre:


The Living Theatre fue el grupo más radical independiente y experimental de la historia del teatro
norteamericano. A través de Goodman conoció y formo parte de esta red contracultural, tan afín a sus
ideas y estilo. El punto en común podría ser la técnica del shock en la que tan experimento era Fritz y que
también será una de las señas de identidad del Living. Aunque la aportación especifica de Perls tuvo más
que ver con la honestidad en la comunicación.

Jakob Levy Moreno (1889-1974):


La personalidad de Moreno le convierten en la influencia más poderosa de la psicología humanista. Es el
creador del psicodrama, basado en el juego de roles y la expresión espontánea y dramática de
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sentimientos. Sus nociones básicas han sino adoptadas por muchos enfoques, por ejemplo, el concepto de
encuentro, la noción de empatía, la insistencia en el aquí y ahora. Se afirma que el desempeño y el cambio
de roles, la silla vacía y el monodrama son elementos que Perls tomo de Moreno.
Los elementos del psicodrama son: el escenario, lugar de la representación, el protagonista, miembro del
grupo que escenifica algún problema o situación conflictiva, el director de la escena, que por lo general es
el terapeuta y es quien organiza el feedback grupal; los yoes auxiliares, los coactores que desempeñan los
roles asignados por el protagonista; y por último la audiencia que es el público resonador que aporta su
feedback posteriormente. El trabajo se desarrolla en tres etapas, el caldeamiento inicial, la dramatización y
los comentarios finales.
En relación con la terapia Gestalt, ambos métodos comparten el sustrato filosófico, la actitud terapéutica
(una relación igualitaria, desestimando la transferencia en favor de la relación autentica aquí y ahora),la
importancia de la movilización corporal, así como la espontaneidad y la creatividad, la exploración de las
emociones no expresadas a través de actualizar la escena o la situación pendiente y el uso del grupo como
contraste, confrontación o ampliación de la conciencia del protagonista. En diferencia, por ejemplo, en la
terapia Gestalt no se utilizan yoes auxiliares, Fritz prefería que el propio paciente jugara los diversos
papeles.
También la técnica de desdoblaje es una aportación del psicodrama. El doble se sitúa tras el protagonista,
actúa como él y en momentos habla en su lugar. La función es aumentar la conciencia del protagonista y
ayudarle a expresarse. En conclusión, hay más similitudes en la actitud terapéutica y en la comprensión del
proceso, que, en el despliegue técnico, aunque hay técnicas semejantes. El énfasis en la espontaneidad y
en la expresividad es sin duda lo que más comparten.

El pensamiento diferencial de Friedlaender:


Fue un filósofo en el cual Perls se apoya para reaccionar contra el pensamiento lineal (causa-efecto) y dice
que al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y
función del organismo. Al establecerse un puente entre los extremos o polos, la Gestalt acentúa el valor de
la diferenciación y la posibilidad de síntesis.

Fenomenología y existencialismo:
La filosofía de principios de siglo reacciona contra el pensamiento de la época (materialismo y positivismo)
con la fenomenología o filosofía de la esencia, y el existencialismo o filosofía de la vida, de la existencia.
Como fundador de la fenomenología, Husserl (1859-1937) distingue entre sujeto, objeto y conciencia. La
conciencia, el darse cuenca, es un acto, una vivencia que no puede confundirse ni con el objeto ni con el
sujeto. Esta corriente filosófica propone partir de lo manifiesto, de los fenómenos (aquello que aparece,
que s dado a la conciencia en un momento determinado) y su interés se centra en describir las vivencias de
tal conciencia. Para llegar a la esencia de las cosas, el camino es la descripción de la experiencia inmediata.
Cualquier fenómeno humano ha de observarse teniendo en cuenta la situación externa en que se da, así
como los procesos internos del sujeto particular.
La fenomenología es anti analítica. Se regresa del discurso de las cosas, a las cosas mismas. El pensamiento
gestáltico comparte los mismos criterios descriptivos, así como la interdependencia del objeto y del sujeto.
El existencialismo acentuó este entendimiento del ser humano como un “ser en situación”, un “ser en el
mundo” y el valor de la existencia en sí misma y por sí misma. La filosofía existencialista se remonta a
Kierkegaard y a Nietzsche. Más que por los valores absolutos, el existencialismo se interesa por el hombre
real en su existencia genuina y desnuda. La esencial de este hombre, en su temporalidad y su finitud, no es
sino aquello en lo que se convierte cada vez en virtud de su obrar. La responsabilidad y la libertad hacen
posibles la dignidad humana. Todos estos principios resultan afines al a terapia Gestalt.
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En la introducción de su primera obra, Perls alude a los nuevos instrumentos intelectuales: el holismo
(concepción de campo) y la semántica (el significado del significado) con los que se va a oponer al
pensamiento psicoanalítico.

La semántica general de Korzybski:


Esta teoría subraya la relación existente entre el modo de pensar de un individuo y su manera de
expresarse.
Las premisas de este autor: el mapa no es el territorio o el mapa representa al cartógrafo, fueron tomadas
metafóricamente por Perls para señalar que la experiencia no cabe en las palabras con que se expresa, que
el lenguaje es una representación convencional que no abarca los hechos en su totalidad, sino que más
bien refleja la personalidad de quien habla (el cartógrafo). Aquí coincide la importancia que la Gestalt
otorga a la expresión y a la comunicación (no solo la verbal), en términos de responsabilizarse de lo dicho y
reapropiarse de lo proyectado.

El holismo de Smuts:
Jan Smuts (1870-1930) fue un amigo personal de Perls. Acuña el término de holismo (del griego holos:
totalidad) y defina la evolución como el desarrollo y la estratificación graduales de series progresivas de
totalidades que se extienden desde lo inorgánico hasta los niveles más elevados de la creación espiritual.
Smuts reacciona contra el viejo principio de causa-efecto y contra la idea de evolución basada en el
desarrollo de lo ya dado y por lo tanto predeterminada, proponiendo la idea de evolución creadora.
El holismo no solamente es creador sino auto creador: sus estructuras finales son mucho más holísticas que
las iniciales. Las totalidades naturales siempre se componen de partes y es la síntesis (no la suma) de estas
partes lo que constituye el todo. Cada totalidad se incluye en otra mayor, del átomo y la célula a la
personalidad y el universo.

Para resumir lo dicho, se retoma la formula con que Naranjo sintetiza el hacer gestáltico para incorporar en
ella las aportaciones e influencias de las que se ha estado hablando. Esta fórmula conjuga la actitud del
paciente y la del terapeuta en el marco de la relación:

T. GESTALT [(conciencia/espontaneidad) + (apoyo/confrontación)] RELACION


Psicoanálisis Moreno Humanismo Chamanismo Smuts

En la primera parte, que se puede considerar como las tareas del paciente, se encuentra la conciencia, el
objetivo del gestaltista es promover y ampliar la capacidad del darse cuenta. Con respecto a la
espontaneidad, emparenta con la expresividad de las técnicas teatrales y con Moreno, como el primero
que aplico estas herramientas al trabajo psicoterapéutico. Entre las tareas del terapeuta, el apoyo, que fue
la base del enfoque rogeriano. La confrontación, es un aporte original de Perls y la Gestalt le confiere una
importancia determinante. Remite a algunas tradiciones espirituales donde el maestro zen o el chamán,
por ejemplo, utilizan de forma activa la quiebra del auto concepto y la denuncia de los juegos falsos. Y todo
ello en el marco de una relación, en el encuentro, en la experiencia puntual, que, dentro del
existencialismo, ha resaltado Buber y también resuena en el holismo de Smuts.

 “El Enfoque Gestáltico y Testimonios de Terapia” Perls


Capítulo 1: Fundamentos
Psicología de la Gestalt:
30

La primera premisa de este enfoque dice así: es la organización de hechos, percepciones, conducta y
fenómenos y no los elementos individuales de los cuales se componen, lo que los define y les da su
significado específico y particular.
Este concepto fue desarrollado originalmente por un grupo de psicólogos alemanes que trabajaban en el
campo de la percepción. Ellos demostraron que el hombre no percibe las cosas como entidades sin relación
y aisladas, sino que más bien las organiza, mediante el proceso perceptivo, en totalidades significativas. Por
ejemplo, una persona que entra en una sala llena de gente no percibe meramente manchones de color y
movimiento, caras y cuerpos. Percibe la sala y las personas como una unidad, en la cual un elemento
seleccionado de los muchos ahí presentes resaltan mientras los demás retroceden al fondo. La elección del
elemento que va a resaltar es el resultado de muchos factores, todos los cuales pueden juntarse bajo el
termino general interés. Mientras hay interés, la escena aparece organizada de un modo significativo.
La escuela de psicología que surgió de este tipo de observaciones se llama Psicología de la Gestalt. (La
palabra Gestalt o Guestalt significa al mismo tiempo: forma, estampa, figura y estructura. El
“guestaltismo”, que inicialmente fue una escuela psicológica dedicada al estudio de la percepción, se
propone aprehender los fenómenos psíquicos en su totalidad, sin disociar los elementos del conjunto en
que se integran y fuera del cual pierden su significado. El proceso central de la percepción sería la
formación de una guestalt, denominada también pareja figura-fondo). Una Gestalt es una configuración,
una forma, la forma particular en que se organizan las partes individuales que la constituyen. La premisa
básica de la psicología de la Gestalt es que la naturaleza humana se organiza en formas o totalidades y es
vivenciada por el individuo en estos términos y puede ser comprendida únicamente en función de las
formas o totalidades de las cuales se compone.

Homeostasis
Toda la vida y todo el comportamiento son gobernados por el proceso denominado homeostasis o
adaptación. El proceso homeostático es el proceso mediante el cual el organismo mantiene su equilibrio y
por lo tanto su salud, en medio de condiciones que varían. Homeostasis es el proceso mediante el cual el
organismo satisface sus necesidades.
Podemos llamar al proceso homeostático el proceso de autorregulación, proceso mediante el cual el
organismo interactúa con su ambiente.
El organismo también tiene necesidades de contacto al igual que necesidades psicológicas. Estas se
experimentan cada vez que el equilibrio psicológico se perturba, al igual que las necesidades fisiológicas se
sienten toda vez que el equilibrio fisiológico se ve perturbado. Estas necesidades psicológicas son lo que
podríamos llamar la contrapartida psicológica del proceso homeostático. Los procesos psicológicos no
pueden divorciarse de los fisiológicos; cada uno tiene elementos del otro.
¿Qué ocurre si varias necesidades se hacen presentes simultáneamente? El organismo sano opera dentro
de lo que podríamos llamar una jerarquía de valores. Ya que es incapaz de hacer adecuadamente más de
una cosa a la vez, se dedicará atender la necesidad de sobrevivencia dominante.
En términos de la psicología de la Gestalt, podemos decir que la necesidad dominante del organismo se
convierte en la figura en primer plano, y las demás necesidades retroceden, al menos temporalmente, al
fondo.
Para que el individuo satisfaga sus necesidades, para crear o completar la Gestalt, tiene que ser capaz de
sentir lo que necesita y debe saber cómo manejarse a sí mismo y a su ambiente.

La doctrina holística:
El hombre es un organismo unificado.
El pensar no es la única actividad mental a la cual nos dedicamos. La mente tiene además otras funciones.
Tenemos la función de atención. También hablamos de la capacidad de darse cuenta (awareness). El darse
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cuenta es más difuso que la atención, implica una percepción relajada en lugar de una percepción tensa,
llevada a efecto por la persona total. Y hablamos de voluntad. Aquí el área de atención o de darse cuenta
es altamente restringida y la persona se focaliza en iniciar y llevar a cabo una serie de acciones dirigidas a
lograr ciertos objetivos específicos. En cada una de estas actividades mentales, la relación entre lo que
hacemos y lo que pensamos es muy clara.
El pensar incluye toda una gama de actividades: soñar, imaginar, teorizar, anticipar, utilizar al máximo la
capacidad de manejar símbolos. Llamamos a toda esta actividad fantasía en lugar de pensar.
La actividad mental actúa para el individuo como un ahorrad de tiempo, energía y trabajo. Cuando yo
fantaseo o dirijo mi atención a un problema, utilizo una pequeña parte de mi energía disponible
internamente para producir una cantidad mayor de energía corporal o externa eficientemente distribuida.
Pensamos acerca de problemas en la fantasía para poder resolverlos en la realidad. (Por ejemplo, una
persona en lugar de irse al supermercado sin tener idea de lo que va a comprar, decide con anterioridad
qué necesita y así puede actuar más eficientemente). La actividad mental parece ser actividad de la
persona total que se lleva a cabo en un nivel energético inferior al de aquellas actividades que
denominamos físicas. Inferior porque requieren de menos gasto de sustancia corporal.
El organismo actúa y reacciona al ambiente con mayor o menor intensidad; a medida que la intensidad
disminuye el comportamiento físico se convierte en comportamiento mental. A medida que la intensidad
aumenta, el comportamiento mental, se convierte en comportamiento físico.
Esta concepción de la vida humana y de la conducta que se considera compuesta de niveles de actividad,
nos permite ver el lado mental y físico del comportamiento humano, no como dos entidades
independientes que podrían existir aparte de los seres humanos o de uno y otro, sino que contempla al ser
humano tal cual es, como un todo.
Así, llegamos a introducir en la psicología el concepto de campo unificado: concepto holístico.
En sicoterapia, este concepto nos da una herramienta para tratar con el hombre en su totalidad. Ahora
podemos ver como se imbrican sus acciones mentales y físicas. Lo que el paciente hace es una clave de lo
que piensa y lo que piensa da claves de lo que hace y lo que le gusta hacer. Entre los niveles de pensar y
hacer hay una etapa intermedia, la etapa de “jugar a” muchas cosas. Con tan solo conseguir que preste
atención a sus acciones, a sus fantasías y a su representar roles, él mismo llegará a saber su significado. El
mismo proveerá sus propias interpretaciones.
Por medio de la experiencia de sí mismo en los tres niveles descritos; del fantasear, de representar roles y
del hacer, irá llegando a un entendimiento de sí mismo. La sicoterapia deja de ser así una excavación del
pasado en términos de represiones, conflictos edípicos y escenas primarias, sino que se convierte en una
experiencia de vivir en el presente. En esta situación de vida, el paciente aprende por sí mismo cómo
integrar sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones ya no únicamente en la sala de consulta, sino
en su vida cotidiana.

Límite de contacto:
Ningún individuo es autosuficiente; el individuo puede existir únicamente en un campo ambiental. Su
comportamiento es función del campo total que lo incluye tanto a él como a su ambiente. La naturaleza de
la relación entre él y su ambiente determina su conducta. Si la relación es mutuamente satisfactoria, el
comportamiento del individuo es lo que llamamos normal. Si la relación es conflictual, el comportamiento
del individuo es descrito como anormal. El ambiente no crea al individuo, como tampoco el individuo crea
al ambiente.
El estudio del modo como el ser humano funciona en su ambiente es el estudio de aquello que ocurre en el
límite de contacto entre el individuo y su ambiente. Es en este límite de contacto donde ocurren los
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eventos sicológicos. Nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestra conducta y nuestras emociones
son nuestro modo de vivenciar y enfrentar los acontecimientos de límite de contacto.
Actuamos mediante dos sistemas: el sistema sensorial y el sistema motor. Pero el organismo contacta al
mundo con los dos. Su sistema sensorial le da una orientación y su sistema motor le da los medios para
manipular. Ambos son funciones del ser humano total. Para satisfacer sus necesidades, el organismo tiene
que encontrar sus suplementos necesarios para su sobrevivencia en el ambiente. El sistema de orientación
descubre lo que es requerido: una vez que este sistema ha hecho su tarea, el organismo tiene que
manipular el objeto que necesita de tal modo que el balance organísmico se restablezca, la guestalt se
complete.
Si ocurriera que, por alguna perturbación en el proceso homeostático, el individuo es incapaz de percibir
sus necesidades dominantes o de manipular el ambiente para lograr satisfacerlas, entonces se comportara
de un modo desorganizado e inefectivo. Intentará hacer demasiadas cosas a la vez.
El neurótico ha perdido (o tal vez nunca tuvo) la capacidad de organizar su comportamiento de acuerdo a
una jerarquía indispensable de necesidades. No puede concentrarse. En terapia, tiene que aprender a
distinguir de entre las miles de necesidades y de cómo atenderlas sucesivamente. Tiene que aprender a
descubrir y a identificarse con sus necesidades. Tiene que aprender como comprometerse totalmente con
lo que está haciendo y en todo momento; como quedarse junto a una situación el tiempo suficiente para
completar la guestalt y seguir adelante con otros asuntos.
Además de necesidades y un sistema de orientación y de manipulación con los cuales lograr la satisfacción,
el individuo tiene actitudes hacia aquellas cosas existentes en el ambiente que pueden facilitar o
entorpecer su búsqueda de satisfacción. Los objetos se convierten en figuras. De aquellos que son
deseables porque ayudan a satisfacer las necesidades del individuo y a restaurar su equilibrio perturbado,
se dice que poseen una catexis positiva. Se dice que tienen catexis negativa aquellos objetos que son
indeseables, amenazantes para el individuo, o tienden a perturbar su equilibrio, o no logran satisfacer sus
necesidades.
El individuo quiere apropiarse o ganarse aquellos objetos o personas en el ambiente que tienen una catexis
positiva. Al tratar de adquirir los objetos con catexis positiva, el individuo contacta su ambiente, va hacia lo
que lo rodea. A los objetos con catexis negativa los quisiera aniquilar o remover del campo. Esto es
aplicable tanto a nuestra fantasía como también al mundo real. Además de estos métodos de destrucción,
podemos encarar la situación y al objeto con catexis negativa, por medio de la aniquilación mágica o
fugándose del campo del peligro. Ambos son medios de retraerse o retirarse.
No todos los contactos son sanos ni todo el retraerse es enfermo. Una de las características del neurótico
es que ni pueden establecer un buen contacto ni puede organizar su retiro. Cuando debiera estar en
contacto con su a ambiente, su mente está en otra cosa, de modo que no puede concentrarse (por
ejemplo, el insomnio, el aburrimiento).
El contacto y el retiro son opuestos dialecticos; forman parte de la personalidad integral. Son descripciones
de los modos como enfrentamos eventos sicológicos, son los modos que tenemos para tratar en el límite
del contacto con objetos en el campo.
Cuando el objeto catexial, ya sea su catexis positiva o negativa, ha sido apropiado o aniquilado, conectado
o alejado, entonces tanto el cómo la necesidad con la cual está asociada desaparecen del ambiente; se dice
que la guestalt está cerrada.
Este “contactarse con” y “retirarse del” ambiente, esta aceptación y rechazo del ambiente, son las
funciones más importantes de la personalidad integral. Son los aspectos positivos y negativos de los
procesos sicológicos mediante los cuales vivimos.
El contactar el ambiente es en cierto sentido la formación de una guestalt. El retraerse es cerrarla
completamente.
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Ya tenemos la jerarquía de necesidades, el equipo necesario –sensorial y motor- para satisfacerlas, las
catexis negativas y positivas del campo, el contacto y el retiro. Esto nos trae a la cuestión de la fuerza
básica que energiza toda nuestra acción. Esa fuerza es la emoción. Las emociones energizan la catexis y
movilizan los medios que tenemos para satisfacer necesidades.
La neurosis es la enfermedad que surge cuando de alguna manera el individuo interrumpe los procesos en
transcurso de su vida, cargándose a sí mismo con tantas situaciones inconclusas que llega un momento en
que no puede continuar con el proceso de vivir. Otra cosa del neurótico es que su ritmo de contacto retiro
está descompuesto. No puede decidir por sí mismo cuando participar y cuando retirarse, porque todos los
asuntos inconclusos de su vida, todas las interrupciones de los procesos en transcurso han perturbado su
sentido de la orientación y ya no puede distinguir entre aquellos objetos o personas en el ambiente que
tienen una catexis positiva de aquellos que tienen una catexis negativa; ya no sabe ni cuándo ni de que
retirarse. Ha perdido su libertad de elección, no puede escoger medios apropiados para cumplir sus metas,
porque ya no tiene la capacidad de ver las opciones que tiene por delante.

Capítulo 2: Mecanismos neuróticos:


El nacimiento de la neurosis:
El enfoque guestaltico considera al individuo como una función del campo organismo/ambiente y
considera su conducta como reflejo de las relaciones dentro de este campo. El individuo y su ambiente
interactúan constantemente, en el marco de un campo continuamente en cambio. Es por esto que las
formas técnicas de interacción deben ser igualmente fluidas y cambiables. Cuando el individuo se hace
incapaz de alterar sus técnicas de manipulación y de interacción surge la neurosis.
El neurótico no puede ver claramente sus propias necesidades y por lo tanto no las puede satisfacer. No
puede distinguir adecuadamente entre el mismo y el resto del mundo. Es además incapaz de distinguir cuál
es la necesidad dominante.
Todas las perturbaciones neuróticas surgen de la incapacidad del individuo por encontrar y mantener el
balance adecuado entre el mismo y el resto del mundo. En la neurosis, el límite social y ambiental se siente
extendiéndose demasiado por sobre el individuo. El neurótico es el hombre sobre el cual la sociedad actúa
con demasiada fuerza. Su neurosis es una maniobra defensiva para protegerse a sí mismo de la amenaza
de ser aplastado por un mundo avasallador. La neurosis es su técnica más efectiva para mantener su
balance y su sentido de auto-regulación en una situación en la cual siente que la suerte no le favorece.
En las neurosis, los disturbios del límite operan primordialmente a través de cuatro mecanismos
distinguibles entre sí.

Introyección:
La introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos,
patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. En la introyección
hemos corrido el límite entre nosotros y el resto del mundo tan demasiado hacia dentro de nosotros
mismos que casi no queda nada de nosotros.
El peligro de la introyección es doble. En primer lugar, el hombre que introyecta nunca tiene la
oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque está ocupado asegurando los cuerpos extraños
alojados dentro de su sistema; mientras mayor es el número de introyectos con que se ha aparejado,
menos lugar hay para que él se exprese y descubra lo que él mismo es. Y, en segundo lugar, la introyección
contribuye a la desintegración de la personalidad. Si uno se traga enteros dos conceptos incompatibles uno
podrá encontrarse a sí mismo hecho pedazos en el proceso de tratar de reconciliarlos.
Proyección:
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El reverso de la introyección es la proyección. Tal como la introyección es la tendencia a hacer de sí mismo


(self) responsable de lo que de hecho es parte del ambiente, así también la proyección es la tendencia de
hacer responsable al ambiente de lo que se origina en el sí mismo (self). La paranoia es el caso extremo de
la proyección.
El neurótico no usa la proyección únicamente en relación a sus quehaceres con el mundo que está afuera
de él mismo. También lo usa en sí mismo. No solo tiene la tendencia de desposeer sus propios impulsos,
sino que también tiende a desposeer aquellas partes de él mismo de donde se originan aquellos impulsos.
Les confiere una existencia objetiva fuera de él, de modo que puede culparlos de sus problemas sin encarar
el hecho de que son parte de él mismo. En lugar de ser un participante activo de su propia vida, el
proyector se convierte en un objeto pasivo, víctima de las circunstancias.
Entonces en la proyección trasladamos el límite entre nosotros y el resto del mundo un poco demasiado a
nuestro favor, de un modo que nos hace posible desposeer y renunciar a aquellos aspectos de nuestra
personalidad que encontramos difíciles y ofensivas o poco atractivas. El proyector, al igual que el
introyector, es incapaz de distinguir aquellas facetas de su personalidad que realmente son de él y aquellas
que le son impuestas desde afuera. Mediante el proyectar espera librarse a sí mismo de sus introyectos
fantaseados, que, de hecho, no son en absoluto introyectos, sino partes del mismo.

Confluencia:
Cuando el individuo no siente ningún límite entre el mismo y el ambiente que lo rodea, cuando siente que
es uno con él, se dice que está en confluencia con el ambiente. Las partes y el todo se hacen indistinguibles
entre sí. Los niños recién nacidos viven en confluencia. En momentos de éxtasis, la gente adulta también se
puede sentir confluyendo con su ambiente. El ritual exige este sentido de confluencia donde los límites
desaparecen y el individuo se siente más el mismo debido a que está identificado con el grupo. Pero
cuando este sentido de identificación total es crónico y el individuo es incapaz de ver la diferencia entre el
mismo y el resto del mundo, esta sicológicamente enfermo. No puede vivenciarse a sí mismo pues ha
perdido todo sentido de sí mismo.
La persona en la cual la confluencia es un estado patológico, no se da cuenta del límite entre sí mismo y los
demás. El hombre que está en confluencia patológica hace un ovillo de sus necesidades, sus emociones y
sus actividades, resultando una confusión tal que ya no se da cuenta de qué es lo que quiere hacer ni cómo
se lo está impidiendo. La confluencia patológica tiene también serias consecuencias sociales; en la
confluencia, se exige similitud y se niega la tolerancia de las diferencias.

Retroflexión:
Significa “Volverse atrás intensamente en contra”. El retroflector sabe cómo trazar una línea demarcatoria
entre él y el ambiente y dibuja una línea clara y nítida por la mitad, pero la traza por el medio de sí mismo.
El introyector hace lo que los demás quieren que haga, el proyector le hace a los demás lo que el acusa a
los demás de hacerle a él, el hombre en confluencia patológica no sabe quién le está haciendo qué cosa a
quién, y el retroflector se hace a si mismo lo que le gustaría hacer a otros.
Tal como la introyección se muestra en el uso del pronombre “yo” cuando realmente significa “ellos”; tal
como la proyección se muestra en el uso del “ellos o ello” cuando el significado real es “yo”; tal como la
confluencia se muestra en el uso del pronombre “nosotros” cuando el significado real es cuestionable; así
la retroflexión se muestra en el uso de “yo mismo”.
El retroflector dice “tengo vergüenza de mí mismo” “tengo que forzarme a mí mismo para hacer este
trabajo”.
La confusión en la identificación es la neurosis. Su marca de fábrica es la desintegración de la personalidad
y la falta de coordinación en el pensamiento y la acción. La terapia consiste en rectificar las falsas
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identificaciones. Si la neurosis es el resultado de identificaciones “malas”, la salud es el resultado de


“buenas” identificaciones. Las “buenas” satisfacciones son aquellas que promueven las satisfacciones y las
realizaciones de objetivos del individuo y su ambiente. Y “malas” identificaciones son aquellas que resultan
en un aplastamiento y frustración del individuo, o en una conducta destructiva hacia su ambiente.
En terapia, tenemos que restablecer la capacidad del neurótico de discriminar. Tenemos que ayudarle a
descubrir qué es él mismo y qué no lo es; lo que realiza y lo que lo frustra. Tenemos que guiarlo hacia la
integración. Tenemos que asistirlo en su búsqueda del balance y de los límites adecuados entre él mismo y
el resto del mundo.

Capítulo 3: Y aquí viene el neurótico:


Y aquí viene el neurótico, amarrado a su pasado y a sus modos anticuados de actuar, vago acerca del
presente porque lo ve a través de un cristal, torturado por el futuro porque el presente está fuera del
alcance de sus manos.
El paciente viene en busca de tratamiento porque siente que está en una crisis existencial, es decir, siente
que las necesidades sicológicas con las que se ha identificado no están siendo atendidas en su modo actual
de vida.
Cualesquiera que sean las necesidades existenciales, el hecho de venir a la terapia es la admisión del
paciente de que no están siendo satisfechas. Consulta al terapeuta porque espera encontrar en éste el
apoyo ambiental que suplementará a sus propios medios inadecuados de apoyo.
No es tarea del terapeuta hacer juicios de valor acerca de las necesidades existenciales de sus pacientes.
Tampoco lo es reducir a todos sus pacientes a la uniformidad, presentándolos con el mismo conjunto de
necesidades existenciales. Su tarea es facilitar para cada cual el desarrollo que le posibilitará encontrar las
metas que le son significativas y trabajar por ellas de un modo maduro. Ya que en el momento en que el
paciente inicia la terapia, no puede hacer estas cosas por sí solo. Su homeostasis no funciona
adecuadamente.
El neurótico trae consigo sus medios de manipulación, sus modos de movilizar y usar al ambiente para que
haga el trabajo que le corresponde a él. Su problema no es que no pueda manipular, sino que sus
manipulaciones son dirigidas hacia la preservación y el cultivo de su impedimento, en lugar de estar
dirigidas a deshacerse de él. Cuando el paciente se da cuenta de que está manipulando su ambiente de una
manera que es una derrota de sí mismo, y cuando se da cuenta de sus técnicas manipulativas, podrá hacer
cambios.
El paciente ha trabajado mucho para proveerse de un autoconcepto. A menudo es un concepto
completamente erróneo de sí mismo; cada rasgo representa el opuesto exacto de su realidad.
Al faltar el apoyo provisto por la autoapreciación, el resultado es una constante necesidad de apoyo-
externo, la necesidad de ser estimado y apreciado por los demás. Y debido a que este apoyo ambiental es
buscado para el autoconcepto, nunca puede llegar a contribuir al crecimiento del sí mismo.
La verdadera naturaleza del hombre es la integridad. Únicamente en la espontaneidad y en la capacidad de
deliberar integrada, toma una decisión saludable. El darse cuenta de y la responsabilidad por el campo
total, por el sí mismo como también por el otro, le dan significado y configuración a la vida del hombre.
En la mayoría de las formas de terapia, no se le presta atención al estrato de confusión que existe entre el
sí mismo y el concepto de sí mismo (autoconcepto).
Las técnicas de las terapias convencionales se basan en la teoría de que lo que le falta al paciente es una
comprensión del porqué de su comportamiento y que estos porqué pueden ser descubiertos si cavamos lo
suficiente en su pasado, en sus sueños y en su subconsciente. Nuestro enfoque, que considera al ser
humano simultáneamente y por su naturaleza, tanto individuo como también miembro del grupo, nos da
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una base de operación más amplia. Nuestra definición más amplia no nos lleva a la búsqueda de una causa
única para la conducta neurótica.
Si la terapia es exitosa, dejará al paciente apoyándose en sí mismo, ya no a merced de fuerzas ajenas que él
no puede controlar. Muchas de las dificultades del neurótico se relacionan con su incapacidad de darse
cuenta, sus puntos ciegos, las cosas y relaciones que sencillamente no llega a sentir. Y, por lo tanto, en
lugar de hablar del inconsciente preferimos hablar acerca de lo que en este momento no nos damos
cuenta.
La capacidad de darse cuenta (awareness) y la incapacidad de darse cuenta (unawareness) no son
exclusivamente procesos mentales. En una criatura tan compleja como el hombre, las áreas de incapacidad
de darnos cuenta son bastante amplias. No nos damos cuenta de nuestros procesos vegetativos, de las
fuerzas que nos hacen respirar, comer y excretar. No nos damos cuenta de muchos de los procesos del
crecimiento. Pero al igual que nuestras áreas donde somos incapaces de darnos cuenta son amplias,
también lo son las áreas donde realmente somos capaces de darnos cuenta.
Una escuela de psicoterapia que tiene un planteamiento unitario ante el organismo unitario que es el
hombre, no puede ocuparse únicamente del material mental. Debe ocuparse de la configuración total de la
conducta y debe además intentar hacer que el paciente se percate de la configuración total como sea
necesario para su salud. Por lo tanto, nosotros hacemos hincapié en las áreas del sí mismo en que se da
cuenta el paciente, en lugar de aquellas de las cuales no se da cuenta. Nuestra esperanza es aumentar
progresivamente su capacidad de darse cuenta en todos sus niveles.
Lo que es activo en terapia no es lo que ha sido sino lo que no ha sido. Lo que ha sido ya es una situación
concluida. La situación inconclusa, que es el fracaso del progreso desde tener apoyo ambiental al
autoapoyo, es la herencia del pasado que se queda en el presente.
El apoyo pleno del sí mismo –superar la necesidad de apoyo ambiental- puede venir únicamente mediante
el uso creativo de las energías que están comprometidas en los bloqueos que impiden el autoapoyo. En
lugar de permitir que nuestros pacientes se vean a sí mismos pasivamente transfiriendo del pasado,
tenemos que introducir la mentalidad de la responsabilidad.
Debemos usar el mismo enfoque con los sueños. El sueño parece ser un intento de encontrar la solución a
una aparente paradoja; es una creación artística. Para darle sentido a un sueño, hacemos bien al no
interpretarlo. En lugar de especular acerca de él, le pedimos a nuestros pacientes que lo vivan más
extensamente e intensamente para descubrir la paradoja. Para intensificar el sueño, el paciente tiene que
estar abierto a muchas más cosas que a las meras interpretaciones verbales y a lo que se le viene a la
cabeza; tiene que admitir también las sensaciones, las emociones y los gestos. Solamente podrá integrar el
sueño y llegar a la solución de la paradoja mediante una reidentificación en particular con los aspectos
interferentes de su sueño.

 “Terapia gestáltica. Perfiles de teoría y práctica” Polster.


Capítulo 4: “Las transacciones de la resistencia”
El sujeto encauza su energía de modo de entablar un contacto con el ambiente, o bien se resiste al
contacto. Si siente que sus esfuerzos van a dar frutos, si cree en su propia fuerzas y en la capacidad de
retribución sustentadora del medio, lo enfrentara con apetencia, confianza, atrevimiento. Pero si sus
esfuerzos no rinden el fruto deseado, se queda con una larga lista de sentimientos turbadores: ira,
confusión, fastidio, resentimiento, impotencia, decepción, etc. Entonces debe desviar su energía en un
determinado número de formas, todas las cuales reducen las posibilidades de una interacción plena de
contacto con el ambiente.
Hay cinco canales de interacción resistente y cada uno de ellos tiene un estilo expresivo que le es
particular:
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1. El introyector: invierte su energía en incorporar pasivamente lo que el medio proporciona, ya sea


porque el mantiene una actitud poco discriminativa o porque el medio es totalmente benigno. Es el
modo genérico de interacción entre el individuo y su ambiente. De la necesidad inicial de tomar las
cosas como vienen, o desembarazarse de ellas cada vez que se puede, deriva su notoria necesidad
de confiar en el medio. El manejo de su energía opera en apoyo de las normas introyectadas, y al
mismo tiempo procura mantener su conducta lo más integrada posible con el sentido del bien y del
mal que ha recibido de los demás. La dificultad fundamental para deshacer la introyección es su
honorable historia como medio genérico de aprendizaje. Aprender exclusivamente de la
introyección exigiría un ambiente óptimo, ajustado a las necesidades del individuo. El atractivo
primario de este proceso explica porque cuesta tanto abandonarlo. Empieza la lucha para el
individuo cuando este ajuste por fuerza falla en algún momento, el individuo tiene que seleccionar
aquello que quiere y está dispuesta a identificarse y además debe resistir a las presiones e
influencias que no quiere, y que a pesar suyo seguirán ejerciéndose sobre él. La tarea primordial
para deshacer la introyección consiste en establecer dentro del individuo un sentido de las
elecciones que le son accesibles y su capacidad para diferenciar el yo y el tú. Uno de los más
sencillos procedimientos es hacerle formular oraciones que empiecen con yo o con tu, ya que
cualquier experiencia que intensifique en el paciente el sentido del yo es un paso fundamental para
deshacer la introyección. La rebelión es necesaria para deshacer la introyección. Descubrir que lo
dado no está dado en absoluto es la experiencia dramática que vive el que recupera la
autodirección y ya no da por sentada su existencia, sino que la crea constantemente.

2. El proyector: rechaza algunos aspectos de sí mismo, adscribiéndolos al ambiente. El proyector es el


individuo que no puede aceptar sus propios actos o sentimientos, porque no debería actuar o sentir
así. El no debería es el introyecto básico que rotula sus actos o sus sentimientos como inadmisible.
Para resolver este problema el sujeto no reconoce su culpa u la achaca a cualquiera menos a sí
mismo. El introyector renuncia a su sentido de identidad, el proyector lo desperdiga, devolverle los
fragmentos de su identidad dispersa sigue siendo la piedra angular del proceso de elaboración. La
técnica terapeuta se apoya en la creencia básica de que nosotros creamos nuestra propia vida, y
que al reconocer como propias nuestras creaciones cobramos coraje para combatir nuestro mundo.
El sentido de identidad personal es en sí mismo una experiencia curativa. El proyector siente que
cualquiera que no está a su favor está en su contra, y se opone a toda sugestión de resumir sus
propias características con una violencia tan desesperada que puede dejar al terapeuta
imposibilitado de actuar. En ese punto resulta indispensable la confianza, porque si este da un solo
paso en falso en el camino de restaurar la autoconciencia del paciente, parecerá plegarse al
enemigo. El terapeuta que no lo haga auténticamente se estrellara contra su resistencia. La
reapropiación del material proyectado no se efectúa si falta o no se siente el apoyo real. El
terapeuta debe reverberar a lo personal, debe ir más allá de la configuración específica que
constituye su personalidad, para dar cabida a los elementos que constituyen cualquier
personalidad. Cada persona es el centro de gravedad de su universo. Admitir la existencia del
mundo exterior no disminuye la capacidad del sujeto para sentirlo, interpretarlo y manipularlo, de
modo que su propia experiencia es lo que determina, en definitiva, la naturaleza de ese mundo.

3. El retroflexor: abandona cualquier tentativa de influir sobre el medio, convirtiéndose en una unidad
aislada y autosuficiente, impone severas restricciones al tráfico entre el ambiente y el. El sujeto
vuelve contra sí mismo lo que querría hacerle al otro, o se hace a si mismo lo que querría que otro
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le hiciera. Pone en relieve la capacidad del sujeto de desdoblarse en un observador y un observado,


o en uno que hace o en uno que es hecho. La dolorosa capacidad del hombre de ser su propio juez
inficiona su vida entera. En su mejor aspecto la retroflexión puede servir para autorrectificarse y
contrarrestar las limitaciones o contingencias reales inherentes a la naturaleza espontanea del
hombre. En los más altos niveles de compromiso personal, la fuerza que arrastra al sujeto a la
acción puede hacerse tan poderosa y acrítica que se necesite una fuerza contraria. La retroflexión
reiterada bloquea las salidas al mundo y el sujeto permanece atrapado entre fuerzas antagónicas
pero estancadas. El mayor escollo para vivir bien es que en vez de mantener al día las posibilidades
vigentes se conserva estampada para siempre en el trasero la marca de experiencias que solo
fueron temporarias y que tal vez ni siquiera pasaron de meros errores de percepción o intuición.
Tal vez el individuo creyó que debería sofocar su llanto, cuando en realidad nunca estuvo obligado a
hacerlo, y de todos modos sea acertada o errónea la decisión inicial, no tiene por qué hacerlo ahora.
El pensamiento es un medio valioso para orientar al individuo en todos los asuntos de su vida que
son demasiados complejos para quedar librados a la decisión espontanea. El desmonte de la
retroflexión consiste en la búsqueda del otro adecuado. La meta perseguida es que el sujeto tienda
a contacto con la alteridad, pero frecuentemente hay que proceder antes a la elaboración de la
lucha interna. En la retroflexión el impulso a ponerse (a ser puesto) en contacto con los demás, está
gravemente encubierto, por lo que urge redinamizar la interacción dentro del yo escindido,
haciéndola consciente. Las resistencias a liberar la actividad retroflexionada se presentan en dos
niveles de toxicidad. En el nivel más moderado el individuo hace lo que necesita para sí, se
proporciona el mismo la tibieza y el contacto que necesitaba de otra persona. Pero cuando la
retroflexión alcanza el segundo nivel, la atención interna de sus necesidades es mínima, sus
intentos de acercarse a la gente son fútiles, e incluso ha llegado a sentirse a sí mismo como
intocable, ni siquiera puede autograficarse. De ahí que cuando se trata de deshacer el proceso
retroflexivo, una etapa inicial de relajación de la musculatura o aflojamiento del sistema de acción
puede mover al sujeto hacia sí mismo y no hacia los otros. Lo que se necesita para deshacer la
retroflexión es volver a la autoconciencia que acompaño sus comienzos. El sujeto debe darse clara
cuenta, una vez más, de sus formas de sentarse, de abrazar, de rechinar los dientes, etc. Cuando
sepa lo que está pasando en su interior, su energía movilizada podrá buscar salida en la fantasía o
en la acción.

4. El deflexor: actúa con relación a su ambiente a la buena de Dios, salga mal o salga bien, pero
generalmente sale mal y solo por casualidad acierta. Es una maniobra tendiente a soslayar el
contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo
tomando las cosas a risa, evitando mirar al interlocutor, hablando de forma abstracta, yéndose por
las ramas, saliendo con ejemplos que no vienen al caso, etc. La acción no da en el blanco pierde
fuerza y efectividad. El deflector no cosecha los frutos de su actividad. Simplemente no pasa nada,
aunque hable se siente impasible o incomprendido, sus interacciones no cumplen lo que cabría
esperar. Su incapacidad de llegar al interlocutor malogra el mensaje, aunque lo transmita en forma
valida y precisa. En la deflexión hay un bloqueo en el contacto, aunque la deflexión es
auto limitadora, puede resultar útil. Hay situaciones demasiado candentes para manejarlas y de las
que conviene apartarse.

5. El confluyente: sigue los caminos trillados, lo que supone un gasto mínimo de energía en elección
personal. Es la ilusión que persiguen quienes prefieren limar diferencias a fin de atemperar la
experiencia desquiciadora de la novedad y la alteridad. La confluencia es base precaria para una
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relación. El sentido de sí mismo se mantiene como figura, y permanece definido por la afirmación
personal y la clara conciencia que el sujeto tiene de sí y del ambiente. La confluencia puede estar
centrada en dos personas que consienten en no disentir, un contrato inarticulado, que suele tener
clausulas ocultas y mucha letra menuda, aunque posiblemente no lo sepa más que una de las
partes. Dos claves de las relaciones confluentes perturbadas son los frecuentes sentimientos de
culpa o de rencor. Si una de las partes advierte que ha violado la confluencia se siente obligada a
disculparse o a pagar una indemnización por incumplimiento del contrato. Quizás ignore porque,
pero tiene la sensación cabal de haber delinquido y cree que se impone la reparación, la expiación o
la pena. El sentimiento de culpa es una de las grandes señales de que se ha roto la confluencia. La
parte contraria, la que se siente víctima, experimenta una virtuosa resignación y amargo
resentimiento. Ajustara sus conductas y sus actos a lo que cree que la sociedad exige, no se
permitirá otros pensamientos, no persiguiera otros objetivos o ideales que aquellos que la sociedad
aprueba. No hay compensación intrínseca en lo que hace, ya que sus actos están determinados por
otro ser desconocido, presuntamente capaz de valorizarlos, no hace las cosas porque les guste. Los
antídotos de la confluencia son el contacto, la diferenciación, y la enunciación clara. El sujeto debe
empezar a experimentar elecciones, necesidades y sentimientos que son exclusivamente suyos y
que no tienen por qué coincidir con los de las otras personas. Atendiendo a las propias necesidades
y enunciándolas con claridad, uno descubre cuáles son sus direcciones personales exclusivas y
puede obtener lo que desea.

Capítulo 5: “Frontera de contacto”


La función que sintetiza la necesidad de unión y da separación es el contacto. A través del contacto cada
persona tiene oportunidad de encontrarse nutridicamente con el mundo exterior. Una y otra vez se
conecta; el encuentro de cada momento acaba inmediatamente, para ser sustituido por el que le sigue
pisándole los talones.
Durante toda nuestra vida hacemos juegos malabares, para mantener el equilibrio entre la libertad o la
separatividad, por un lado, y el acceso y la unión, por el otro. 

Contacto:
Yo no soy ya solamente yo, sino que yo y tu somos ahora nosotros, tu o yo podemos disolvernos. Al
conectarme contigo, expongo mi existencia independientemente, solo a través de la función de contacto
pueden lograr completo desarrollo nuestras identidades. La vida requiere contacto en todo momento y en
múltiples formas.
El contacto es la conciencia de las novedades asimilables y el comportamiento correspondiente hacia ellas
y el rechazo de la novedad inasimilable. Lo que invade, lo que se mantiene siempre igual o lo indiferente no
es objeto de contacto.
El contacto es la savia vital del crecimiento, el cambio es producto forzoso del contacto. El contacto es
implícitamente incompatible con el hecho de seguir siempre igual. Es una cualidad de la que a menudo no
se tiene conciencia, como no se la tiene de la gravedad al caminar o permanecer de pie. El contacto es mas
que la suma de todas las funciones posibles que intervienen en él.
El contacto se extiende a la interacción con las cosas inanimadas: mirar un árbol, o una puesta de sol,
escuchar el rumor de una cascada o el silencio de una gruta son formas de contacto y también se puede
entablarlo con recuerdos e imágenes, experimentándolos aguda y plenamente.
El contacto ocurre en una frontera donde se mantiene un sentido tal de separatividad que la unión no
amenaza avasallar a la persona. Cuando y dondequiera que surge a la vida una frontera se la siente a la vez
como contacto y como aislamiento. La frontera en la que puede entablarse el contacto es un centro de
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energía permeable y pulsátil. La frontera de contacto es esencialmente el órgano de una relación particular
entre el organismo y el ambiente, es el punto en que uno experimenta el yo en relación con lo que no es el
yo, y a través de este contacto ambos se experimentan mas claramente, las fronteras, los lugares de
contacto, constituyen el Ego.
El contacto supone no solo un sentido del propio yo, sino el sentido de cuanto afecte esa frontera, va
amenazándola, ya incorporándose a ella.
La persona cuya libertad depende exclusivamente del consentimiento de otra, pierde el sentido del poder
que debe ejercer para definir su propio espacio psíquico y defenderlo contra las incursiones naturales, el
albedrio surge y engendra vida en el contacto real.
Dada la posición central que se le asigna al contacto, se descarta el concepto psicoanalítico tradicional de la
transferencia.
Un aspecto especial del contacto deriva de la posibilidad de tenerlo con uno mismo, el contacto interno
puede ocurrir debido a la capacidad del hombre de desdoblare en un observador y un observado.
El proceso que permite al sujeto tomar contacto consigo mismo puede permanecer orientado únicamente
a su propio crecimiento autocontenido, o puede servir de trampolín para sostener el desarrollo de la
función de contacto con otra persona.

Fronteras del yo:


La frontera del ser humano- la frontera del yo- está determinada por toda la gama de sus experiencias en la
vida, y por las actitudes que haya adquirido para asimilar experiencias nuevas o intensificadas. Esta
frontera delimita en cada persona la capacidad de contacto que considera admisible. Comprende toda una
gama de fronteras de contacto, y define los actos, las ideas, la gente, los valores, los escenarios, las
imágenes, los recuerdos, y todo aquello que una persona quiere- y hasta cierto punto, puede- elegir en un
compromiso total con el mundo exterior y con las reverberaciones posibles de ese compromiso dentro de
sí mismo. Comprende también el sentido de los riesgos que está dispuesta a afrontar allí donde hubiera
grandes oportunidades de superación, de las que sin embargo pudieran derivar nuevas exigencias
personales, que estará o no a su alcance satisfacer. Algunas personas tienen una exquisita sensibilidad para
juzgar los riesgos, porque parecen vivir siempre, como quien dice, en el filo de la navaja. La gran mayoría
necesita poder predecir los resultados de sus actos, y esto les impide sobrepasar las formas de conducta
ordinarias para allegarse a mejores oportunidades. Si se aventurasen en territorio desconocido, acaso
aumentaría su excitamiento y poder, pero perderían su fácil comprensión, y se sentirían bisoños y
desubicados. Si la confusión les resulta inadmisible, quizá prefieran ser menos arriesgados; no se consigue
algo sin dar nada a cambio. Dentro de la frontera del yo el contacto puede efectuarse con comodidad y
soltura, dejando un grato sentido de satisfacción y crecimiento. 
La selectividad para el contacto determinada por la frontera del yo gobernará el estilo de vida de un
individuo, incluso la elección de sus amigos, trabajo, lugar de residencia, fantasías, amores, y toda la
experiencia psíquicamente relevantes para su existencia. La forma en que una persona bloquea o permite
la conciencia y la actividad en la frontera del contacto en su forma de mantener el sentido de sus propios
límites. Esto prevalece en su vida más allá de cualquier otro interés por el placer, o el futuro, o los aspectos
prácticos de lo que pueda o no convenirle.
Cuando se han fijado rígidamente los límites, la expansión de la frontera del yo se experimenta como una
amenaza de sobrecarga psíquica; el individuo cree que estallará sofocado por un exceso de sensaciones y
emociones. Pero también teme la retracción de esa frontera, porque lo asusta sentirse vació, consumido o
debilitado ante la presión avasalladora del exterior. Lo que le da miedo en uno y en otro caso es la ruptura
de la frontera habitual. Si la ruptura es grave, puede sentir que su existencia misma está en peligro, y la
alarma despertará entonces su función de emergencia. Esta función incluye tanto el estallido de la
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emociona violenta como su antítesis, la represión, que se traduce en angustia. Lo paradójico de esto es que
la amenaza contra la frontera del yo provoca en el sujeto reacciones de emergencia destinadas a
defenderla, pero que suelen estar del otro lado de esa frontera.
Acciones previamente extrañas y resistidas pueden tornarse así expresiones aceptables y conducir a
posibilidades nuevas.
Esta relación entre las fronteras del yo continuamente cambiantes de diversos sujetos torna en absoluto
impredecible el desarrollo del contacto. Cada uno debe adquirir destreza en el cálculo de las
probabilidades, según se vayan desplegando sus necesidades y sus deseos con los de los otros. Hay
circunstancias y gente que son terreno más fértil para el contacto. Con otra gente y entre otros momentos,
las perspectivas son áridas y las cosechas pobres.
De ahí que carguemos el acento en el poder del individuo para crear su propia vida entendiendo que este
poder incluye la facultad de reconocer la conveniencia o inconveniencia de su ambiente. Le incumbe, pues,
la elección de personas, actividades, lugar geográfico, arquitectura, etc. Nadie puede independizar del todo
su capacidad de contacto de su elección de ambientes o de su creación de ambientes nuevos.
La experiencia de la frontera del yo puede describirse desde varios puntos de vista: fronteras del cuerpo;
fronteras de los valores; fronteras de la familiaridad; fronteras expresivas, y fronteras de la exposición.

 Fronteras del cuerpo: La gente suele proceder con un extraño favoritismo en lo que respecta a
su cuerpo. Restringe o bloquea la percepción de determinadas partes o funciones,
sustrayéndolas al sentido que tiene de sí misma. Pero como es prácticamente imposible tomar
contacto con lo que está más allá de la frontera del yo, la consecuencia es que el sujeto queda
desconectado de importantes partes suyas.
 Frontera de los valores: La expansión del sistema de valores proporciona un nuevo apoyo para
la acción, y ofrece algunas alternativas a la existencia estereotipada.
 Fronteras de la familiaridad:El cambio mismo inspira terror a algunos y hace que prefieran
reducirse a funcionaren ambientes que los limitan, pero que les son familiares. Un cambio de
empleo, o de personas significativas en su vida, o de relación con estas personas, como el que
se produce cuando los hijos crecen o los padres se hacen viejos, son para tales sujetos
transiciones extremadamente difíciles. “Yo soy lo que soy” se petrifica en la formula “Yo soy lo
que siempre he sido y lo que siempre seré”.
El temor a lo desconocido no es lo único que delimita nuestras fronteras de la familiaridad. La
vida apenas nos da ocasión de experimentar una pequeña parte de lo posible los límites de
espacio o tiempo restringen el contacto con lo nuevo o desacostumbrado. Estas fronteras son
inevitables y solo parcialmente se eliminan por medio de los viajes, la lectura y el conocimiento
de gente que tiene otros modos de vivir. Pero la frontera que fijamos para deslindar nuestro yo
de lo desconocido, cuyo contacto rechazamos, aunque tengamos ocasión de entablarlo, es un
límite que nos imponemos nosotros mismos.
 Fronteras expresivas: Los tabúes contra el comportamiento expresivo empiezan temprano; no
toques, no te muevas, no llores, no te masturbes, no te hagas pis.... y así se van trazando las
fronteras. Lo que comenzó en la infancia continúa mientras crecemos, solo que más sutilmente.
Nos hacemos más inclusivos, y hasta encontramos situaciones nuevas a las que podemos aplicar
las prohibiciones originarias. Las simples escenitas infantiles implícitas en la demarcación de las
fronteras no existen ya pero solo cambian los pormenores. Empujar más allá las fronteras que
fijamos para nosotros mismos causa temor, nos hace sentir amenazada nuestra identidad, lo
que en cierto sentido es exacto ya que inevitablemente perdemos lo que tuvimos en otro
tiempo. Necesitamos descubrir nuestra identidad en evolución. El yo no es una estructura: es un
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proceso. En el caso de desmantelar antiguas fronteras expresivas se puede avanzar hacia un


sentido ensanchado de uno mismo.
 Fronteras de la exposición: La psicoterapia ha contraído el serio compromiso de mantener en
secreto lo que el paciente expone libremente al terapeuta o a los demás miembros del grupo.
La reserva se acuerda como una garantía a la exposición prematura del yo. Debe asegurarse al
sujeto que no se le expondrá a ninguna situación salvo a la estipulada. Ciertos grupos de terapia
privada dedican algún tiempo a discutir las condiciones de reserva que consideran deseables.
No se puede esperar que los integrantes de un grupo, inexpertos en la observancia del secreto
profesional, puedan discernir qué es y que no sea material confidencial. Sin embargo,
habitualmente llegan a un acuerdo, convienen en no divulgar lo que pasa en el grupo, y a
menudo prometen no mencionar nombres o no comentar esas cosas con nadie, excepto con sus
respectivos cónyuges. Hoy muchos cuestionan que la reserva sea prudente. Carl Whitaker ha
resaltado la importancia de que la gente sometida a terapia reanude su participación en la
comunidad. Describió además una forma de terapia colectiva en la cual se invita a parientes y
vecinos a compartir las sesiones. Mowrer ha señalado desde hace tiempo los beneficios de la
confesión colectiva. Algunas tribus primitivas practican sus formas peculiares de psicoterapia y
exploración de los sueños y fantasías en presencia de familias enteras y miembros de la
comunidad.

 “Contacto y relación en psicoterapia” Robine


Capítulo 3: La naturaleza humana. Declinaciones del Paradigma en Terapia Gestalt
Cada escuela de psicoterapia tiene una concepción explicita, o más fuertemente implícita, de la naturaleza
humana. Las hipótesis que han propuesto sobre las disfunciones están relacionadas con estas premisas,
porque ponen el acento en tal o cual pulsión, tal o cual comportamiento, que no podrían desplegarse en
condiciones óptimas y que la clínica o la psicoterapia trataría de restaurar.
Cuando hablan de la “naturaleza humana”, los autores de la Terapia Gestalt hablan del “organismo
humano animal”, es decir, consideran que la naturaleza humana procede de factores fisiológicos y
animales como de factores culturales y sociales.
La animalidad designa la especie particular de ser vivo; y la humanidad, la especie particular de animal a la
que pertenecemos. Es una forma de biología, bastante mecanicista, que no puede dar cuenta del ser
humano animal tal como puede interesarnos. Existe otra forma de biología contemporánea que también se
interesa por este paradigma sin reducir al hombre a una maquinaria biológica y que pone de realce la
individualidad, la “verdadera firma molecular que hace que cada uno sea único en el seno de la
uniformidad de la especie”.
Reducir al hombre a su psiquismo solo o a sus pulsiones rompe la unidad de su ser, y si en determinados
momentos se pueden abordar algunas “abstracciones” como el cuerpo, la motricidad, la fisiología, la
creación, la emoción, la consciencia o el pensamiento, tendrán que ser colocadas en la globalidad del
organismo-humano-animal. Lo que implica que el organismo “es por completo humano en su animalidad y
animal en su humanidad” o también que “si la animalidad ha de ser humanizada, el humano previamente
tiene que ser animalizado”.
Goodman cuando estaba escribiendo Gestalt Therapy, tenía presente en la mente “un animal que se
desplaza, que vive permanentemente nuevas escenas y encuentra nuevos problemas que afrontar, y que
permanentemente tiene que realizar un ajuste creador: selecciona, inicia, inventa la manera de apropiarse
de la novedad del entorno, manteniendo apartado lo que podría destruir la homeostasis. Para Goodman, la
naturaleza es una fuerza poderosa y autorregulada, y lo que él llama la “sabiduría ecológica” consiste en
cooperar con esta naturaleza, en vez de querer dominarla, sin abstraerse de sus flujos y pulsiones, lo que
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haría correr al Hombre (organismo-humano-animal) el riesgo de una ruptura neurótica, tanto con su
presencia a sí mismo como con su presencia en el mundo. Entonces se plantea la cuestión de saber si la
autorregulación “natural” remite a la idea de una naturaleza fundamentalmente “buena” como la de
Rousseau. Ciertamente no. El Hombre no tiende a ser bueno, pero el bien es la meta hacia la que es
humano tender.

1. El campo Organismo/Entorno.
La definición de un animal implica su entorno. Tanto la teoría como el método psicoterapéutico tendrán
que ser pensados a partir de este carácter indisociable del campo. Las disfunciones, la psicopatología, a las
que cualquier terapeuta se verá enfrentado, serán la expresión de las distintas formas de alteración de esta
unicidad del campo. Se trata de considerar los fenómenos que se verifican en el campo organismo/entorno
como fundadores y paradigmáticos.
El entorno no es un mundo con contornos indefinidos: no es EL mundo, sino MI mundo. Ningún sentido ni
mente puede abarcar la globalidad del mundo ni la ínfima parte del mundo, por cierto, cambiante, de la
que hacemos la experiencia en un lugar y momento dados, y que representa lo que llamamos campo
organismo/entorno, acercándose así tanto al enfoque de la Teoría Gestalt como al de la fenomenología.

2. La Autorregulación.
Si la naturaleza humana está definida por el campo organismo/entorno, el contacto entre el organismo y el
entorno es “la realidad primera, la más simple”.
La Teoría de la naturaleza humana animal contiene el orden de la autorregulación organísmica “sana”. Si el
campo no está perturbado por factores socioculturales, por ejemplo, o, si nada del exterior del campo
viene a perturbar el proceso de contacto en curso, la interacción organismo/entorno se desarrollará a
partir de y en beneficio de la autorregulación organísmica.
La mayoría de las funciones “animales” de autorregulación se verifican en el interior de la piel, de manera
protegida e inconsciente: la autorregulación organísmica es una función de ajuste de naturaleza
conservadora. Es la fisiología. La fisiología designa en esta totalidad el sistema de autorregulación
conservadora que se pone a trabajar para asimilar los “objetos” de contacto que provienen del entorno. La
psicología designará el estudio de los contactos que se verifican en la frontera organismo/entorno, es decir,
los ajustes fisiológicos en relación con lo que es no-fisiológico.
Además, por esta razón, es que “en cierto sentido, el self no es otra cosa que una función de la fisiología,
pero en otro sentido, no forma parte en absoluto del organismo, sino que es una función del campo: es la
manera en que el campo incluye al organismo”.

3. El Contacto.
Las funciones fisiológicas del organismo humano animal se verifican en el “interior” del organismo, pero no
pueden hacerlo durante mucho tiempo sin asimilar algo del entorno y sin desarrollarse. Para asimilar algo
del entorno, el organismo tiene que contactar con el entorno. Lo fisiológico llegará a ser psicológico; las
funciones conservadoras van a hacerse contacto. La autorregulación conservadora exige del organismo
este contacto permanente (por ejemplo, por la respiración) o episódico (por ejemplo, por la alimentación)
con el entorno. Estas funciones de contacto son imprescindibles para garantizar la supervivencia.
Contrariamente a un uso generalizado del concepto, en particular en los psicoterapeutas, el contacto
implica un objeto exterior, un no-sí mismo; hay que ser “dos”. Por lo tanto, no es pertinente hablar de
“contacto con uno mismo” para designar, en realidad, una experiencia que se llama simplemente
consciencia.
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Existe otra confusión muy generalizada: la no-distinción entre contacto y relación. El contacto no designa
todavía las relaciones, no designa todavía una investidura del objeto o del otro, sino un esquema
sensoriomotor, modos de sentir y moverse. El contacto es la experiencia, el funcionamiento de la frontera
entre el organismo y el entorno. “El contacto es la consciencia del campo o la respuesta motriz en el
campo. Es la toma de consciencia de la novedad asimilable y el comportamiento dirigido hacia ella; es
también el rechazo de la novedad inasimilable. Cualquier contacto es un ajuste creador del organismo y del
entorno”.
Es también por el contacto como el organismo establece y mantiene su diferencia, y aún más, es
asimilando el entorno como nutre su diferencia. Goodman muestra cómo por el contacto y la asimilación,
“lo desemejante se vuelve semejante”, o sea, lo “no-yo” al hacerse “mío” a través de los diferentes modos
de internalización, se convierte después en “yo”, un yo distinto del yo anterior, pero también diferenciado
del entorno que sigue siendo lo desemejante y la novedad.

4. El Ajuste Creador.
El ajuste es el proceso que pone en interacción las necesidades del organismo y los estímulos del entorno.
La necesidad del organismo busca un objeto, busca una respuesta del entorno. Los estímulos del entorno
son percibidos por medio de la capacidad de respuesta del organismo.
La creación está vinculada a la novedad: es el descubrimiento de una nueva solución, la creación de una
nueva configuración, de una nueva integración.
Ajuste y creación aparecen como dos polos complementarios de un mismo proceso: cada uno necesita del
otro para mantener un equilibrio sano y dinámico.
El ajuste garantiza la dimensión de lo real y de la adaptación; la creación abre a la dimensión de la fantasía
y de la ampliación de las posibilidades.
Mediante el ajuste, el sujeto es transformado por el entorno o se transforma al contacto suyo. El hombre
es creador del mundo y lo transforma. El ajuste creador y su restauración se pueden considerar conceptos
claves en la psicoterapia de la Gestalt, ya que constituyen tanto la finalidad como el medio privilegiado.

5. La Dominancia.
Para que un contacto se despliegue, es necesario que una figura se destaque del fondo
organismo/entorno. Esta figura constituye la dominancia del campo y tomará sus poderes de
energetización tanto de la necesidad y energía del organismo como de las posibilidades y recursos del
entorno. Esta figura que se extrae de un fondo es lo que se llama Gestalt.
En los escritos de los Psicólogos Gestalt y los Teóricos Gestalt de la primera mitad del siglo XX, existe cierta
ambigüedad en el empleo que hacen de este concepto: a veces le hacen designar una figura organizada y
estructurada como un todo, y otras veces, una figura en relación con un fondo. Esta doble perspectiva es
fundamental. La figura dominante emerge de un fondo, pero posee en sí misma unas cuantas propiedades
estructurales observables.
La dominancia que se constituye en el campo no puede ser considerada independientemente de su
contexto. Lo más importante para el psicoterapeuta, no es la figura emergente ni el fondo sino la relación
del uno con el otro. Y los factores que han presidido la elaboración de esta dominancia. Esta dominancia
está relacionada con la autorregulación del organismo; es el efecto de una jerarquía. Esta dominancia es
“la tendencia de una fuerte tensión a prevalecer en el campo y a organizar la consciencia y el
comportamiento”.
Para cerrar esta breve presentación de la naturaleza-humana-animal tal como está establecida como
premisa en la Terapia Gestalt, diré que estas características pueden ser objeto de polémica. Todas pueden
considerarse igualmente como artículos de fe. Pero, después de todo, cualquier enfoque está arraigado en
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actos de fe. Lo importante es saber distinguir lo que viene de la “convicción íntima” y por tanto de la
creencia, de lo que sale de la observación de los fenómenos, como nos invita a hacerlo en enfoque
fenomenológico.

 “Proceso y dialogo en psicoterapia gestáltica” Yontef.


Capítulo 6: Terapia gestáltica: fenomenología clínica
La psicología de la gestalt fue un enfoque experimental fenomenológico, basado en un marco conceptual
holístico llamado teoría del campo. Mientras que la terapia gestáltica es consecuencia del psicoanálisis, y
está fuertemente influenciada por el existencialismo, la estructura holística y fenomenológica en que se
sustenta es un derivado clínico de la psicología de la gestalt.
La palabra Gestalt refiere a forma, configuración o totalidad, aquello que hace del todo una unidad
significativa alejada de la suma de las partes. La naturaleza es ordenada, está organizada en un todo
significativo. La relación entre figura y todo es significativa.
Una buena Gestalt no es ni muy rígida e inflexible ni muy cambiante y sutil, el darse cuenta que cura es el
darse cuenta que forma una gestal clara, con una figura organizada y energizada por la necesidad
dominante de la persona.
La conducta y la experiencia de una persona forman unidades o todos organizados, que en forma óptima
poseen las cualidades de una buena Gestalt. Cuando se bloquea o rigidiza la formación y destrucción de la
gestalt cuando no se reconocen y expresan las necesidades, las necesidades no satisfechas formas
gestalten incompletas que presionan para ser atendidas e interfieren con la formación de nuevas gestalten.
Para sobrevivir la persona debe intercambiar energía con el ambiente y mantenerse sin embargo como una
entidad algo separada de él.
La persona se auto-regula. Toma lo que es nutritivo para ella y rechaza lo que es toxico, usando su darse
cuenta para discriminar y su agresión: para destruir el estímulo extraño, ajeno (de-estructurar), para
integrar las partes nutritivas al sí mismo (asimilación) y rechazar o excretar lo inservible.

¿Qué es el darse cuenta?


El darse cuenta es una forma de vivenciar. Es el proceso de estar en contacto alerta con la situación más
importante en el campo ambiente/individuo, con un total apoyo sensorio-motor, emocional, cognitivo y
energético.
El darse cuenta va siempre acompañado de la formación gestáltica, las personas tienen una capacidad para
sobrevivir con un darse cuenta parcial.
Corolario uno: El darse cuenta es eficaz solo cuando está basado en y energizado por la necesidad
dominante actual del organismo.
Corolario Dos: El darse-cuenta no está completo sin conocer directamente la realidad
de la situación y cómo está uno en ella. La persona que reconoce verbalmente su situación, pero no la
"ve", realmente, no la conoce y no reacciona a ella, no se da cuenta y no está en contacto total. El darse
cuenta va acompañado por la pertenencia, es decir, el proceso de conocer nuestro control sobre, nuestra
opción de y responsabilidad por la propia conducta y sentimientos, habilidad para responder. Cuando me
doy-cuenta totalmente soy responsable, del control sobre y de la opción de, conducta y sentimientos,
habilidad de respuesta y comportamiento.
Corolario tres: El darse-cuenta está siempre aquí y ahora, y siempre cambiando,  evolucionando y
trascendiéndose así mismo.
El darse-cuenta es sensorial, no mágico: existe. El pasado existe ahora como recuerdo, el futuro existe
ahora como fantasía, ambos se pueden vivenciar en el ahora, el darse-cuenta es vivenciar y saber lo que
estoy haciendo ahora.
46

El darse cuenta no puede ser estático, sino un proceso de orientación que se renueva a cada momento.

Fenomenología gestáltica y teoría paradójica del cambio:


La TG es una terapia existencial. La TG ha creado una terapia basada en una metodología existencial
operacional.
La fenomenología es una búsqueda de comprensión basada en lo que es obvio o revelado por la situación,
más que en la interpretación del observador. Los fenomenólogos se refieren a esto como lo dado.
La actitud fenomenológica es reconocer y poner entre paréntesis (dejar de lado) los conceptos
preconcebidos acerca de lo relevante. La exploración fenomenológica apunta a una descripción clara y
detallada de lo que es, desincentivando lo que fue, será podría o debería ser.
Los pacientes que comienzan la terapia han perdido el sentido de quiénes son y de quien debe vivir sus
vidas. Quieren sanarse, preguntan por qué o piden una explicación, tratan de explicar, justificar algo cuya
existencia exacta no está clara para ellos. No perciben lo obvio. Estos pacientes mantienen esta falta de
claridad mediante dos procesos relacionados: pensar sin integrar lo sensorial y lo afectivo y usar su
agresión más contra sí mismos que para contactar y asimilar.
Lo que se necesita es experimentar nuevos modos de vivenciar y nuevos usos de la energía psi biológica.
Las situaciones de TG proporciona situaciones suficientemente seguro que garantizan experimentación y
desafío en forma realista, lo que se llama “emergencia segura”.
Se basa en el aprendizaje de los pacientes para usar sus propios sentidos para explorar por sí mismos,
aprender y encontrar sus propias soluciones. Enseñamos al paciente el proceso del Darse Cuenta.
Los ejercicios no son solo para que el paciente se dé cuenta de algo, sino que para darse cuenta de cómo
darse cuenta y como corolario de esto, para darse cuenta de cómo evita darse cuenta. “Se les ensaña a
cocinar en vez de darle la comida”
La TG está orientada al proceso, el énfasis está en el Darse Cuenta de cómo el paciente se mueve en la
búsqueda del entendimiento. Se pretende que el cambio ocurra primero, aceptando y conocimiento lo
dado, quien y como eres. El único objetivo es aprender y usar el proceso de Darse cuenta y el cambio
ocurre cuando el paciente se convierte en lo que es y no cuando se trata de ser lo que no es.
El terapeuta gestáltico rechaza el rol de “cambiador” porque su estrategia es estimular que el paciente esté
y sea, el cambio ocurre cuando el paciente abandona lo que le gustaría ser e intenta ser lo que es. El
terapeuta gestáltico pide que sea lo que es en ese momento.

Humanismo y tecnología:
El trabajo fenomenológico de la TG se basa en el modelo existencial yo y tu-aquí y ahora de Martin Buber,
Una relación se desarrolla cuando dos personas, cada una con sus necesidades personales y existencia
separadas, se conectan reconociendo y permitiendo las diferencias entre ellas.
Cada una es responsable de afectar a la otra, si ambas lo permiten, el encuentro puede ser como una
danza, con ritmo de contacto y alejamiento. Así es posible lograr conexión y separación.
En TG son humanistas y tecnológicos, hay una tecnología enclavada en una matriz en la cual ambas
personas trabajan juntas para experimental. El trabajo unifica sentimientos, sensaciones y pensamientos.
Toda intervención terapéutica se basa en ver y sentir, a veces se comparte lo que se ve o lo que se siente
como reacción.

El neurótico:
El neurótico no se permite Darse Cuenta de, ni aceptar sus verdaderas necesidades para organizar su
conducta. Se auto interrumpe y no puede abarcar plenamente el Yo-Tu porque su carácter es rígido, su
auto-apoyo reducido y generalmente cree que no puede salir de su patrón de conducta repetitivo e
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insatisfactorio. Rechaza Darse Cuenta de aspectos de sí mismo y acepta elementos ajenos como si fueran
propios, así el neurótico no se da cuenta de quien es.
El neurótico convierte la situación terapéutica en una repetición de situaciones antiguas, por ello se debe
compartir la experiencia con él y negarse a dirigir su vida. El terapeuta gestáltico indica que le interesa, que
comprende y que escuchara. El paciente necesita explorar para poder aprender por sí mismo a elegir un
modo de vivenciar que se ajuste a él en cada situación. “Hacer lo tuyo”, vivenciar el mundo por uno mismo,
elegir por uno mismo y descubrir si tenemos suficiente apoyo.

Evaluación y madurez:
Se define madurez como un proceso continuo. La persona madura se compromete a con el proceso de
Ajuste Creativo que es una relación entre persona y ambiente en la cual la persona se contacta
responsablemente, reconoce y enfrenta su espacio vital, además de asumir la responsabilidad de crear las
condiciones para su propio bienestar.
El éxito en TG se mide en términos de la claridad con que el paciente puede vivenciar y juzgarse a sí mismo
en lugar de confiar en cualquier medida de ajuste externa. Además, el paciente debe sentirse diferente,
acompañado por una manifestación externa.

Comparación de modelos psicoterapéuticos:


En TG el concepto de inconsciente es reemplazado por el concepto de figura/fondo cambiante del Darse
Cuenta. El Darse Cuenta en TG se considera un poderoso y creativo integrador, que puede abarcar lo que
previamente estaba fuera del darse cuenta.
En la psicoterapia tradicional, el terapeuta es el que sabe. Lo que sabe son interpretaciones,
especulaciones de eventos pasados que se suponen provocan la conducta del paciente. La TG rechaza la
concepción de que el paciente es menos que un TU.
A diferencia de la TG, en las nuevas terapias coloquiales, los terapeutas siguen actuando como agentes de
cambio, consideran que la tarea del paciente es aprender lo que ellos ya saben (contenido) y no un
proceso.
La diferencia con el conductismo es que en TG se rechaza toda división entre lo verbal y lo conductual. Para
ser fenomenológicos debemos usar toda la información: la de la conciencia del paciente y la que
observamos. Integramos psicología conductual y vivencial dentro de un sistema de psicoterapia, mediante
nuestra plena preocupación del fenómeno del darse cuenta y usando una definición nueva y más
convincente del darse cuenta.
Al trabajar con el darse cuenta en el aquí y en el ahora y sin deberías el paciente de TG puede comenzar a
aprender de inmediato.

Capítulo 10: Introducción a la teoría del campo


La teoría gestáltica se basa en la teoría de campo.

¿Por qué necesitamos la teoría de campo?:


La teoría de campo apunta al proceso de como pensamos. Un análisis de campo observaría como se
desarrollan los procesos en el tiempo, moderando la orientación confrontacional y teatral con el darse
cuenta de los efectos negativos, y mostrando más aprecio por los efectos positivos a largo plazo de
intervenciones mas suaves y sutiles.
La teoría de campo ayuda a centrar en lo esencial o periférico de lo que hacemos. No solo proporciona una
dirección intelectual para investigar, y hacer terapia, sino también un marco para la comunicación.
48

El campo individuo/ambiente se crea a sí mismo, con el individuo influenciando al resto del campo y
viceversa. La causalidad circular está en algún lugar entre la casualidad lineal del modelo mecanicista y la
verdadera teoría de campo.
Una perspectiva de teoría de campo puede proporcionar apoyo teórico para integrar una teoría psicológica
que incluya el cuerpo, la mente, las emociones, las interacciones sociales y espirituales y los aspectos
transpersonales.
En la teoría de campo, todos los acontecimientos y cosas se construyen según las condiciones del campo y
el interés del perceptor. Las cosas se construyen fenomenológicamente según la situación, necesidades,
recuerdos de percepciones pasadas, etc. El sí mismo es un proceso, tan real como cualquier existencia
tangible y se construye en el campo organismo/ambiente actual.
La teoría de campo permite a la terapia gestáltica mantener el enfoque en la persona como agente activo,
estar atenta a la complejidad de las relaciones de campo en el presente, a los cambios que inevitablemente
ocurren en el tiempo y en diferentes contextos y a las diferencias de cómo las personas construyen su s
Comprensión de la teoría de campo
La teoría de campo es un enfoque para estudiar algún tema, y el “campo” es la herramienta básica de ese
enfoque. Desde una perspectiva de campo, se puede estudiar cualquier cosa: eventos, objetos, organismos
o sistemas. Esto no significa que haya una teoría de campo correcta o verdadera. Hay muchas que son
igualmente válidas.
El campo se define fenomenológicamente. La esfera y la naturaleza exacta del campo y los métodos usados
varían según el investigador y lo que está estudiando.
El campo puede ser tangible y físico, o intangible. En terapia gestáltica, se estudia a ñas personas en su
campo organismo/ambiente. El ambiente de un campo organismo/ambiente puede ser una escuela, un
negocio, la familia, la pareja, un grupo de entrenamiento, etc.
El autor plantea nueve características de campo:

1. Un campo es una red sistemática de relaciones:


El campo es una totalidad de fuerzas que se influencian recíprocamente y que en conjunto forman un todo
interactivo unificado.
El enfoque de campo es holístico. El principio de Relación de Lewin establece que un acontecimiento es
siempre resultado de interacciones entre dos o más hechos. Cada fenómeno se estudia en el contexto de
una compleja red de fuerzas interrelacionadas que se dan en conjunto en un tiempo y lugar, que forman
un todo unificado que llamamos campo y que cambian dinámicamente en el tiempo. En este sentido, el
campo es interactivo, determinado por las fuerzas concurrentemente presentes.
Un campo es una red de relaciones y existe en un contexto de redes aún más amplias de relación. Esta
relación es inherente, dinámica y organizada. La red de cualquier fenómeno natural es un todo organizado
e integrado y a su vez en la red de relación hay una organización dinámica inherente. El estado de
organización de la red cambia en el tiempo, a veces desintegrándose, otras veces formando mejores
gestalten.

2. Un campo es continuo en espacio y tiempo:


“Campo” y “fuerzas” tienen una connotación dinámica, de movimiento y energía. Las fuerzas del campo
son de un todo y se desarrollan en el tiempo.
El Campo es algo que existe a través del espacio y el tiempo. en cierto sentido, el campo visualiza al mundo
más como un continuum.
Hasta la introducción del concepto de campo en el siglo XIX, la descripción de la naturaleza se hacía en
términos de cosas separadas, perceptibles, pedazos de materia reconocibles. El concepto de campo afirma
49

que la descripción más importante del mundo material deberá hacerse en términos de continuidad. Es así
como el movimiento reemplaza lo estático, los acontecimientos reemplazan las cosas, la continuidad
reemplaza la discontinuidad.

3. Todo es de-un-campo:
Los objetos, organismos, solo existen fenomenológicamente como parte de un campo
fenomenológicamente determinado y tienen significado solo en la interacción de ese campo.
La visión de-un-campo no considera nada como no de-un-campo. Es así como hay una diferencia entre ser-
de-un campo a estar-en-un campo. El estar en un campo define al individuo fuera del campo agregando
luego el campo como contexto. En cambio, el ser de un campo considera que una persona y un ambiente
son del campo organísmico/ambiental. El individuo sólo se define en un momento mediante el campo del
cual forma parte, y éste sólo puede definirse mediante la experiencia o perspectiva de alguien. Un
organismo solo puede existir en un campo.

4. Los fenómenos son determinados por la totalidad del campo:


Lewin considera que la conducta es una función del campo al cual pertenece; un análisis de campo
considera las situaciones como un todo. Todo evento, experiencia, objeto u organismo es determinado por
el campo al cual pertenece. Todos los movimientos de cualquier parte son determinados por el campo
total.
El campo organismo/ambiente determina a la persona. Esta es solo una forma de expresar el principio de
la psicología de la Gestalt que establece que el todo determina las partes.
Por ejemplo, el progreso de un paciente es una función del campo total. No es determinado solo por la
motivación y fuerza del paciente, sino también por la habilidad del terapeuta, por la relación entre
terapeuta y paciente, por los factores de organización del sistema de producción (clínica, hospital, etc.),
por la familia y amigos que son parte del espacio vital del paciente, etc.

5. El campo es un todo unitario: todo afecta a todo lo demás en el campo:


El campo es dinámico. Como dice Kurt Lewin “el estado de cualquier parte de este campo depende de
todas las demás”. Todas las partes se interrelacionan y cualquier alteración en cualquier parte del campo
produce ondas a través de él.
El todo es una unidad sistémica, y no está compuesto por la suma de elementos. Tal vez el ejemplo más
claro de esto en psicología, sea una familia. Cuando le ocurre algo a un miembro de una familia, todos
resultan de alguna manera afectados.

Actitudes adicionales (u otras características) de la teoría de campo:


6. La realidad percibida se configura mediante la relación entre el observador y lo observado:
Ningún campo puede definirse sin la especificación de tiempo, espacio y darse cuenta del observador.
Nada es absoluto y no existe lo objetivo. El observador afecta su objetivo de estudio. Qué y cómo miramos,
el contexto de nuestra observación, todo determina aquello que observamos, por lo cual la realidad no
sería objetiva y absoluta. Todo es relativo al observador.

7. El principio de contemporaneidad (de Lewin):


Perl sostuvo que el centro temporal de nosotros mismos como eventos humanos conscientes en el
espacio-tiempo es el presente. No hay otra realidad fuera del presente.
El principio de Contemporaneidad de Lewin establece que todo lo que produce un efecto está presente en
el aquí y ahora. En la teoría de la terapia gestáltica, la contemporaneidad se define en términos de la
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fenomenología de una persona en la experiencia del aquí y ahora. El “ahora” no se considera estático ni
absoluto.
El darse cuenta es un evento sensorial que ocurre en el aquí y ahora, pero incluye recordar y anticipar. No
hablar del pasado cuando se necesita, es tan disfuncional como hablar del pasado para evitar algún
aspecto del presente. En la medida en que el paciente haga algo diferente con el presente, el pasado
dejará de generar disfunciones. El poder de sanación y la patología están en el campo actual, aunque las
fuerzas hayan aparecido en algún campo previo.

8. Proceso: todo deviene:


La Terapia Gestáltica es una terapia de proceso, la cual implica movimiento y devenir, donde todo es
energía (movimiento, acción), todo se estructura mediante las fuerzas dinámicas del campo, todo se
mueve en el tiempo y espacio. Los fenómenos son un todo continuo y el campo se considera en
movimiento. El principio de proceso en cambio se refiere a que la experiencia es provisional más que
permanente. Nada es fijo y estático de manera absoluta.
En la teoría de campo de la terapia gestáltica, todo se considera energía y movimiento de un campo
(nuestra área: el campo organismo/ambiente). Todo está en acción y en proceso de devenir, evolucionar y
cambiar. La orientación hacia el proceso confía en lo que emerge, en la Gestalt emergente, más que en
conceptos fijos, estáticos.
Proceso es un cambio en un objeto u organismo en el cual se puede distinguir una cualidad o dirección
consecuente. Un proceso es siempre en algún sentido activo; algo está sucediendo.
En este sentido se considera a la Terapia Gestáltica como una psicología de acción. Parte de una
orientación hacia el proceso es distinguir acción de contenido y enfatizar la acción más que el contenido. El
enfoque fenomenológico define la realidad según la acción del perceptor que percibe lo percibido. Percibir,
medir, responder, asumir la responsabilidad son orientaciones hacia la acción. Distinguir acción de
contenido, y el inicio de la psicología de la acción, se remonta a Brentano. Para el, la psicología era el
estudio de las acciones psicológicas.

9. Insight en constantes genotípicas:


El insight es el objetivo de la Terapia Gestáltica, es el darse cuenta, el modelar el campo perceptivo de
manera tal que se manifiesten las realidades significativas; es la formación de una Gestalt en que los
factores relevantes se ordenan con respecto al todo.
Constituye un darse cuenta en el que se capta la estructura del todo. Darse cuenta de cómo está
organizado el campo. Está conectado al conocimiento de esa estructura. Es también sentir el significado
emocional de la organización del campo organismo/ambiente. Es conocerse uno mismo y al otro,
incluyendo la totalidad del campo. Implica saber de qué uno es responsable, reconocer la propia parte del
campo y saber qué se elige. Conocer los efectos de las propias opciones.
El insight psicológico implica saber de qué uno es responsable, reconocer la propia parte del campo y saber
que se elige. También, en contrapartida, saber de qué uno no es responsable, desconocer lo que no nos es
propio y saber lo que no se eligió.
La persona manifiesta un fenotipo (la forma exacta de ser de un paciente en un contexto aquí y ahora),
pero no es la única manifestación posible del genotipo (la variedad de formas de ser auténticas de una
persona). Así es como la aceptación y la confirmación tienen que ver con aceptar a una persona tal cual es
y no solo una manifestación única de ella.

Definición de teoría de campo:


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La Teoría del Campo es un marco o punto de vista para examinar y elucidar eventos, experiencias, objetos,
organismos y sistemas como partes significativas de una totalidad conocida de fuerzas mutuamente
influenciables que, juntas, forman un todo (campo) unificado interactivo continuo, más que clasificar según
su naturaleza innata o analizar aspectos desunidos y formar todos y sumativos.
La identidad y calidad de tal evento, objeto u organismo está sólo en un campo contemporáneo y sólo se
puede conocer a través de una configuración formada por una interacción mutuamente influenciable entre
perceptor y percibido.
La teoría de campo es el hilo conductor de la terapia gestáltica y permite conceptos organizativos
dinámicos, tal como el límite de contacto, el sí mismo como proceso, etc.

 “El proceso creativo en la terapia gestáltica” Zinker


Capítulo 4: Raíces y supuestos.
Una de las exigencias que el proceso creativo formula al terapeuta es la de impartir estructura y
organización a su trabajo. La estructura resulta de la índole y el contenido intrínsecos de la situación,
guiados por los constructos teóricos que flotan en la mente del terapeuta (mapas cognitivos). La falta de
organización dificulta al paciente asimilar y llevar a buen puerto sus beneficios.
El momento vivo en el aquí y el ahora fenomenológicos.
El término "fenomenológico" denota aquel proceso que uno experimenta como exclusivamente propio.
Añadir las dimensiones del aquí y el ahora otorga esos fenómenos personales inmediatez existencial.

Sensación.
Experimentar el aquí y el ahora empieza por la sensación. En el ser humano adulto, la experiencia sensorial
es nombrada automáticamente y elaborada cognoscitivamente, e incluso embellecida. En general,
olvidamos que nuestro lenguaje tiene raíces sensoriales, que nuestras palabras emanan de experiencias
concretas. Tratamos las palabras como si ellas mismas fuesen la experiencia. El manejo pedante (o
descuidado) de conceptos y abstracciones puede alejarnos del impacto inmediato de nuestra realidad.
Explorarse a sí mismo es un proceso activo consistente en dirigir la atención en forma simple e ingenua.

Tiempo.
La realidad siempre existe en el tiempo presente. No me es posible vivir mis ayeres y mis mañanas ni
siquiera con ayuda de mi conciencia, mi memoria y mi previsión más profundas y claras. Estoy anclado a
este momento. Las imágenes del ayer son teñidas por esta actualidad de hoy, son meras aproximaciones. Si
procuramos expresarlos verbalmente, los cuándo de nuestras vidas se vacían de pulsación, de vitalidad.
Podemos infundir vida a los cuándo reactuándolos como si se dieran ahora; así, el recuerdo vuelve a la
vida, al ser representado muscularmente y traído al presente. Pero esas representaciones se convierten en
hechos del presente y no se las debe confundir con los hechos reales que ocurren o están a punto de
ocurrir. La representación esta inseparablemente fundida con este yo que se halla conociéndose a sí mismo
ahora.

Espacio.
Mi experiencia y mi realidad se dan aquí, donde estoy. El alcance de mi "aquí" es determinado por el
espacio que ocupo y por el alcance de mis sentidos. Si estoy claramente en contacto con algo que hay en el
espacio, la distancia que media entre mí mismo y el objeto de mi elección se acorta en el plano de la
experiencia; todo sucede como si el objeto "se me viniera encima". El punto dinámico en que esta
sensación se relaciona con el objeto es el límite de contacto. El aquí y el ahora representan una experiencia
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altamente personal anclada en lo sensorial, que se tiene en este momento del tiempo y en este sitio donde
uno está.

Proceso.
La fenomenología es el estudio directo -no sujeto a interpretaciones- de la índole andadora, siempre
cambiante de la experiencia humana. Para la persona normal, lo corriente es pasar con fluidez de un
estado de despertar de la necesidad a otro de satisfacción de la necesidad, de la tensión a la relajación. La
persona de funcionamiento correcto "vive cómodamente en el cambiante fluir de su experiencia". Sólo en
condiciones de trastorno interrumpe uno el propio fluir. La vida psíquica del individuo se halla en un estado
de incongruencia donde reina discrepancia considerable entre la conducta y la conciencia.

La propiedad.
La realidad, tal como la experimento, es lo mío actual. Nadie me hace hacer lo que hago; a nadie se puede
atribuir la responsabilidad por mi conducta. El pensamiento filosófico existencialista respalda
vigorosamente este punto de vista. La fenomenología es el método básico empleado por el filósofo
existencialista. La fenomenología es un lenguaje para entender la situación humana. El aquí y el ahora de la
experiencia, por lo tanto, no existe en un vacío; por lo contrario, es propiedad de un sí mismo, de una
persona, como yo. Tal es la causa por la cual el terapeuta guestáltico insiste en pedir a su paciente que
"asuma la propiedad" de tal o cual enunciado u observación.

Validez de contenido.
El contenido de mi experiencia es para mí un dato tan válido como lo es el de la suya para otra persona.
Permanecer junto a mi proceso interno es un acto de fe: supongo que mi experiencia ha de completarse y
de culminar en algo más satisfactorio que aquello por lo cual empezó. Los descubrimientos y aprendizajes
más profundos se operan cuando la persona se dirige a sí misma (en vez de ser dirigida por otra), cuando
se sostiene a sí misma y cuando en ese proceso interviene la totalidad de su organismo sensible-motor.

Las terapias del aquí y el ahora.


Los teóricos de la personalidad inicien sus deliberaciones a partir de una base experimental. La filosofía
existencia, que en distintas formas se interesó por la índole óntica del hombre y por su condición de ser
que no cuenta con el apoyo de esencias preconcebidas. La fenomenología es el lenguaje del pensamiento
existencial en general (raíces filosófico-teóricas del aquí y el ahora). Daseinanalyse (análisis existencial)
significa análisis del estado de ser aquí; tal expresión no abarca necesariamente una relación de trabajo,
concreta y amplia en lo que atañe al comportamiento, en el aquí y ahora de la situación terapéutica. El
Daseinanalyse constituye, al parecer, una tentativa por interpretar en alto nivel la condición de la persona
de estar en el mundo.
La forma más pura de terapia del "aquí y el ahora" es el asesoramiento centrado en el cliente, de Rogers.
Este trabaja exclusivamente con el material que le presenta el cliente en la situación de asesoramiento.
Acepta precisamente lo que el cliente comparte con él y no busca motivos inconscientes. Los principales
requisitos que estipula Rogers para el proceso creativo son, por parte del terapeuta, empatia, autenticidad
y consideración incondicional hacia el cliente. El asesor no formula enunciados interpretativos y, cuando se
aventura más allá del contenido de lo expresado por el cliente, lo hace por cuenta de su propia
experiencia. También esta terapia se abstiene de pedir a la persona que modifique su comportamiento
durante la sesión de terapia misma.
La terapia guestáltica constituye un ejemplo único de integración de los enfoques conductistas y
fenomenológicos; procura comprender el estar aquí del individuo en cada nivel de funcionamiento. El
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Daseinanalyse de la Gestalt está siempre en el aquí y el ahora de la sesión terapéutica e incluye trabajar
con toda la gama de funciones del paciente. Todos los experimentos guestálticos se hallan anclados en la
vida que experimenta la persona, tal como ella misma se presenta en la situación.

La satisfacción de necesidades: un ciclo de conciencia-excitación-contacto:


En toda persona se opera un ciclo psicofisiológico. Se relaciona con la satisfacción de necesidades. El ciclo
empieza por la sensación (ej.: sentir contracciones en mi estómago, “hambre”). Las sensaciones se
convierten en conciencia. Soy capaz de nombrar y describir esos mecanismos sensoriales (ej.: comprender
qué necesita mi cuerpo en este momento). La conciencia me permite comprender que sucede en mi
interior y qué debo hacer para sentirme mejor. Luego entro a la etapa de excitación o movilización de
energía (ej.: visualizo el acto de dirigirme a la heladera). Prosigue la etapa de acción (ej.: me incorporo y
voy a la cocina). El siguiente punto del ciclo se denomina contacto (ej.: empezar a masticar). Finaliza el ciclo
una etapa de retirada (ej.: estoy satisfecho). Una vez saciados, un completo desinterés se apodera de
nosotros. El trabajo surge entonces como la necesidad exiliante, y mis sensaciones, conciencia, energía y
acción concurren por igual para ayudarme a ejecutarlo.

Figura-fondo:
Otro concepto importante de la teoría guestáltica es el fenómeno de figura-fondo en relación con el
fenómeno de la percepción y el conocimiento. Al experimentar el medio visualmente, elegimos un centro
particular de interés que se destaca, para nosotros, respecto de un fondo difuso. Lo que se destaca se
llama figura, y el resto es el fondo. El individuo sano está en condiciones de experimentar y diferenciar
claramente algo que le interesa y lo cautiva, a diferencia de aquello que no le interesa. Siente la nitidez y
claridad de la figura y se interesa poco por el fondo homogéneo. En los individuos perturbados, hay
confusión entre figura y fondo; cuando contemplan una situación particular, no son capaces de elegir lo
que es central para ellos, lo que tiene importancia.

Una integración final:


Al desarrollo de la conciencia se lo puede comparar con el surgimiento de una figura clara, y la etapa de
asimilación y retirada se parecen a la destrucción de la figura y su conversión en un fondo homogéneo. Así,
el ciclo de sensación, conciencia y contacto constituyen el proceso por cuyo efecto una figura se desarrolla.
El objetivo de la terapia guestáltica es relativamente simple: toda persona debe ser capaz de tomar plena
conciencia de sus necesidades y de obrar con arreglo a ellas. Debe ser capaz, por medio de todas sus
aptitudes y recursos, de insertarse en el medio para lograr de éste lo que ella necesita. A medida que se
vaya satisfaciendo, perderá momentáneamente interés por una situación y pasará a su centro de atención
siguiente. Cuando es saludable, la satisfacción de necesidades se presenta más o menos en el momento en
que ellas surgen, aunque se trate de situaciones en que es preciso diferir la satisfacción en homenaje a
cuestiones más perentorias. Si el individuo tiene conciencia de lo que sucede en su interior y hace algo al
respecto, se sentirá mejor consigo mismo que la persona carente de esa conciencia o que difiere la
satisfacción. La terapia guestáltica no postula que vivamos para el momento, sino que vivamos en el
momento; no que atendamos nuestras necesidades inmediatamente, sino que seamos actuales con
nosotros mismos en nuestro ambiente.

Capítulo 5: Metas y aspiraciones


La terapia guestáltica es un encuentro existencial entre personas. Si bien la terapia guestáltica no procura
encajar a las personas en moldes, sería poco realista negar que hay, en esa terapia, metas implícitas. Se
espera de la persona que:
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1) Avance hacia una mayor conciencia de sí misma;


2) Aprenda a asumir la propiedad de sus experiencias, en vez de proyectarlas sobre los demás;
3) Aprenda a tener conciencia de sus necesidades y a desarrollar las destrezas que le permitan satisfacerlas
sin atentar contra las de otros;
4) Avance hacia un contacto más pleno con sus sensaciones;
5) Avance hacia la experiencia de su poder y de la capacidad de sostenerse por sí misma;
6) Se torne sensible a lo que la rodea y al mismo tiempo, sin embargo, se invista de una coraza contra las
situaciones potencialmente destructivas;
7) Aprenda a asumir la responsabilidad de sus acciones y sus consecuencias;
8) Se sienta cómoda en contacto consciente con la vida de su fantasía y su expresión de ella.
A medida que el trabajo avanza, la persona siente un bienestar cada vez mayor. Actúa sin disipar su
energía, aprendiendo a integrar creativamente, dentro de sí misma, sentimientos conflictuantes, en vez de
pujar contra su propio organismo o polarizar su comportamiento. Tales son algunas de las metas generales
de la terapia guestáltica.

Salvar interrupciones dentro del ciclo conciencia-excitación-contacto:


El terapeuta guestáltico se interesa particularmente por salvar los bloqueos del ciclo conciencia-excitación-
contacto que se presentan en el individuo. Las interrupciones que se operan dentro de ese ciclo pueden ser
relacionadas con la psicopatología.
También es posible examinar todos los estados de interrupción desde el ventajoso punto de vista de los
mecanismos de defensa. Por ejemplo, la persona que bloquea la sensación y le impide el acceso a la
conciencia recurre a esa defensa que es la represión.

Interrupción entre retirada y sensación.


Cuando una persona es incapaz de volver a la experiencia sensorial a partir de una etapa de retirada, bien
puede encontrarse en un estado somnifaciente, o de sueño semicomatoso profundo sin REM, o de trance
hipnótico. Otra manera de ver las cosas consiste en contemplar la posibilidad de que la persona este
disociada Algunos trastornos profundos pueden identificarse de esa manera; por ejemplo, los estados
indiferenciados de esquizofrenia.

Interrupción entre sensación y conciencia.


Cuando una persona se bloquea en el límite entre sensación y conciencia, puede experimentar algunas de
sus sensaciones, pero no comprende qué significan. Las señales que recibe de su cuerpo le son extrañas e
incluso pueden provocarle miedo. Por ejemplo, en una situación de ansiedad, la hiperventilación y la
taquicardia pueden ser traducidas a los términos "ataque cardíaco" y experimentadas como tal, en vez de
serlo como una manifestación de congoja. Existen también muchos individuos que simplemente padecen
de conciencia empobrecida dentro de una amplia gama de represiones, lo cual incluyo desde
interpretaciones erróneas de dolores causados por gases en el abdomen, hasta ansiedades provocadas por
diversos pensamientos, fantasías y estados sentimentales.

Interrupción entre conciencia y movilización de energía.


Este tipo de interrupción es común en muchos intelectuales e individuos obsesivo- compulsivos que son
capaces de comprenderse a sí mismos, pero se sienten distraídos, deprimidos e incapaces de movilizarse
para la acción. Si bien tienen conciencia de lo que necesitan hacer, no están en condiciones de desarrollar
bastante energía como para ejecutar lo que saben que les cuadra perfectamente. La energía es bloqueada
por miedo a excitarse o sentir fuertes emociones. Tales emociones incluyen sexualidad e ira, así como
55

expresiones de alto concepto moral de uno mismo, dignidad, agresividad, ternura y amor. El bloqueo
fisiológico que acompaña al miedo a la excitación suele darse en la respiración. Inconscientemente, el
individuo respira sin profundidad, lo que disminuye la oxigenación de su cuerpo y, en consecuencia, lo
despoja de energía. Esa manera de vaciarse de energías no permite una expresión saludable de los propios
sentimientos. El retroflector presenta por lo general síntomas (musculares-esqueléticos) que denotan
dónde se halla congelada la energía.
Gran parte de mi trabajo involucra encontrar el foco de energía interrumpida y llevar las sensaciones a la
conciencia de la persona. Para ayudarla a liberar su energía, resulta útil contar con una suerte de diagrama
consciente del fin que se persigue, como el siguiente: "Si comienzo a exhalar más plenamente, sentiré
mayor energía, lo cual me ayudará a librarme de mi depresión". Lo que la terapia guestáltica ofrece es el
concepto de infundir energía en los sistemas de acción a que las palabras se refieren. La excelencia de la
tarea guestáltica reside en que asocia la expresión muscular, la actividad a los enunciados verbales. Invita a
la persona a convertir en actos lo que es parcialmente formulado sobre la base del entendí-miento
histórico y el insight.
En terapia guestáltica, "actuar" no equivale al "actuar" de qué habla la bibliografía psicoanalítica. Para el
psicoanalista, significa la erupción de un síntoma. En el marco del proceso guestáltico, el actuar se opera
como experimentación controlada, que suele efectuarse en el consultorio del terapeuta. El cliente da paso
a la energía con la que se ha establecido contacto y que es dirigida a un sistema en desuso desde largo
tiempo atrás.

Interrupción entre movilización de energía y acción.


En esta forma de bloqueo, la persona no logra trasladar sus impulsos a la acción. Puede movilizarse, pero
no aplicar su energía al servicio de una actividad que le reporte lo que desea. De esa movilización crónica
que no se expresa pueden resultar síntomas somáticos, tales como hiperventilación, hipertensión y tensión
muscular crónica, la impotencia. La tarea y la meta del terapeuta consisten en permitir que el paciente, así
sea en la más limitada medida, exprese la energía que siente dentro de sí mismo. La persona tiene buenas
razones para contenerse; por lo tanto, es importante que tal expresión se opere en el plano y hasta el
punto de que le resulten cómodos.
Muy a menudo, la persona tiene idea de lo que desea e incluso la energía necesaria para satisfacer el
deseo. ¿Qué sucede? Disipa su energía en lucubraciones donde pesan el temor al fracaso o al ridículo, o al
disgusto o la reprobación de otros; se atascan en pantanos de autoengaños ideacionales y de
racionalizaciones.4 Mi tarea, en consecuencia, consiste en tornar creíbles algunas de esas ideas, en
localizar los sistemas de energía que hay tras ellas y, lo cual tiene importancia decisiva, llevar tales
convicciones y necesidades al campo de la acción.

Interrupción entre acción y contacto.


Aquí se trata de una persona "histérica" desde el punto de vista clínico. Sus sentimientos son difusos; habla
mucho y hace muchísimo, pero no puede asimilar su experiencia. No tiene contacto con su trabajo y no es
nutrido por su descarga de energía o por las consecuencias de su generosidad. Su energía se difunde por
todo el límite de su cuerpo, en vez de centrarse en un sistema específico y apoyar una función particular.
Estas disfunciones le dan una sensación de irrealidad interna. En un intento por compensar esa sensación
de vacuidad, puede incurrir en exceso de actividad. Las sensaciones intensificadas le brindan una suerte de
contacto consigo mismo.
La persona llamada histérica necesita que la ayuden a adquirir plena lucidez de pequeños fragmentos de
conducta y sus consecuencias. La meta del terapeuta consiste en ayudar al cliente a localizar su energía
interior, prestar atención a esta e impedir que prorrumpa prematuramente.
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Interrupciones entre contacto y retirada, retirada y sensación: perturbaciones del ritmo.


Entre contacto y retirada hay un ritmo. Uno aprende cómo debe prestar atención a las propias
necesidades, cómo actuar para satisfacerlas y, luego, retirarse y descansar. También estar constantemente
movilizado supone una suerte de enfermedad, la de carecer de paz. Nuestra cultura refleja un prejuicio
contra el cumplimiento de ese ritmo natural. Con frecuencia se considera más deseable estar satisfecho
consigo mismo que estar insatisfecho. Se opta por la energía antes que por el cansancio. Tales preferencias
de la cultura occidental constituyen rechazos de una vida dotada de ritmo, variabilidad de movimiento y
continuidad. El individuo que interrumpe el contacto y se retira no es capaz de hacerlo en el punto más alto
o culminación de su experiencia. No sabe si ha recibido estímulo suficiente o, más aún, si ha habido
siquiera estímulo. Le resulta difícil dosificar el contacto, pues no sabe cuánto debe dar o recibir, y tiende a
no escuchar los mensajes de otros.
Uno de los objetivos que la experiencia terapéutica persigue es la apertura a la variedad de ritmos que hay
en nuestras vidas. Nos pone frente a la riqueza del silencio y a la necesidad de reposo. Las palabras llenan
la laguna de la ansiedad; ésta plantea cuestiones específicas no enfrentadas antes y proporciona el
combustible necesario para la resolución de problemas.

Descubrimiento de nuevos conceptos.


La terapia guestáltica puede ser entendida como la elaboración de nuevos conceptos nuestros mediante la
invención de nuevas experiencias de nosotros mismos en la situación terapéutica. La asimilación del nuevo
concepto es mucho más difícil que cuando éste resulta de una experiencia concreta en la situación
terapéutica.
Asocio el psicoanálisis con un aprendizaje lateral en que uno pasa del Concepto A al B y de éste al C sin
adquirir fundamentos básicos, de carácter empírico y fisiológico, que sustenten el nuevo concepto. El
aprendizaje que resulta de una experiencia concreta, como el generado por un experimento, es como un
aprendizaje en zigzag. La persona tiene acceso a una experiencia concreta y elabora acerca de sí misma
ideas que, sostenidas por esos comportamientos, facilitan otros nuevos.

Expansión del alcance de la experiencia.


Otro propósito de la psicoterapia es el de permitir al paciente que amplíe el alcance de la experiencia
interna de sí mismo. La terapia guestáltica no concibe los "síntomas" como ítems discretos, sino como
cierto estrechamiento de un alcance o una dimensión dentro de determinado conjunto de funciones. La
terapia guestáltica nos facilita hallar esos comportamientos intermedios que nos permiten aprovechar en
toda su potencialidad la dimensión de nuestra experiencia interna.

Las metanecesidades y los objetivos de la metaterapia.


Se entiende por meta necesidades a aquellas necesidades que, por más que se lo procure, no pueden
reducirse a componentes más pequeños. Meta necesidades serían las de pureza, justicia, belleza, verdad.
Toda vez que las meta necesidades son frustradas, sobreviene una "meta enfermedad".
Los síntomas causados por la frustración de las necesidades humanas corrientes, como las de bienestar
fisiológico, bienestar, seguridad, amor, familia y reconocimiento, tienen por consecuencia las neurosis,
psicosis y otros trastornos descritos en la bibliografía psicoanalítica. Por otro lado, la frustración de las
meta necesidades, si bien puede conducir a una condición patológica que remeda dichos estados, exige un
tipo distinto de experiencia terapéutica.
El terapeuta guestáltico personalmente capaz de avanzar más allá de cierto nivel de competencia técnica,
hacia la capacidad individual de expandirse, es más apto para trabajar con meta enfermedades, en un
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plano más profundo y espiritual que quien se ha limitado a aprender los aspectos técnicos del ajuste de
pacientes al ámbito donde se desarrollan sus existencias. Los métodos guestálticos se orientan, más hacia
el cambio de comportamiento que hacia el puro insight intelectual. Una persona puede entenderse a sí
misma con gran profundidad y, sin embargo, seguir presentando en su conducta las mismas disfunciones.
La terapia guestáltica cierra la brecha entre las terapias cognitivas y la modificación del comportamiento.
Exponemos a la persona a comprensiones consistentes en experiencias.

Capítulo 7: Los grupos como comunidades creativas.


Un grupo no solo es una pequeña comunidad cohesiva, donde las personas se sienten recibidas, aceptadas
y confrontadas, también es un lugar y un ámbito en donde las personas pueden crear en común. Un grupo
ideal es un sitio donde uno somete a pruebas sus limites de crecimiento, una comunidad cuyos miembros
pueden desarrollar hasta los mas altos niveles, su potencialidad humana.
Puede definirse al grupo como una comunidad de aprendizaje, conjunto de personas que se han reunido
en torno de otra mas capacitada que las dirige, para resolver problemas personales o interpersonales. Un
grupo no equivale a la simple suma de individuos, todo grupo es un sistema único, es una totalidad, una
entidad, una gestalt cuya índole es mas amplia que la suma de varias partes.
Existen distintos modelos de proceso grupal como:
- Carl Rogers: en donde el líder debe ser incondicionalmente respetuoso y humilde, el grupo
determina su propio destino, el terapeuta es otro miembro del grupo.
- La antigua terapia Gestaltica: Fritz consideraba que no había ninguna intención de dar intervención
al grupo en este proceso. La rueda está roda porque hay escasa interconexión entre los integrantes
y hay una conexión vicaria con la acción que se desarrolla en el centro.
- Psicodrama: los integrantes del grupo sirven como personajes en el drama de un individuo
particular que hace de protagonista.

Principios del proceso grupal gestáltico:


El proceso grupal gestáltico funciona de acuerdo a cuatro principios básicos: 1. Primacía de la experiencia
grupal en marcha. 2. Proceso de desarrollo de la conciencia grupal 3. Importancia del contacto activo entre
los participantes. 4. Empleo de experimentos de interacción estimulados por un líder que interviene
activamente en ellos.
Existen, además, algunas reglas básicas para los participantes en grupos gestálticos en donde los lideres
hacen lo posible por comunicarlas. Entre ellas se encuentran: asumir la propiedad del lenguaje y la
conducta, otorgar propiedad a lo que se experimenta en el aquí y ahora, prestar atención a la forma en que
se atiende a los demás, esforzarse por hablar directamente al otro, prestar atención a los sentimientos a
los demás y reconocer su validez, prestar atención a la experiencia física, respetar el espacio psíquico de los
demás.

El experimento de grupo:
La acción del grupo siempre arranca de la experiencia que sus integrantes tienen entre manos, en vez de
empezar por una interacción preestablecida entre dos personas o por un ejercicio arbitrariamente elegido.
Un ejercicio es un dispositivo de aprendizaje, en cambio, un experimento de grupo es un evento creativo
que crece a partir de la experiencia grupal, tal evento no es premeditado y sus resultados no pueden
predecirse, es una creación de todo el grupo. El experimento siempre crece a partir de los datos que hay en
juego de la experiencia de grupo en el aquí y ahora, por lo tanto, amplifica la situación.
Puede haber experimentos de grupo emanados de experiencias individuales como el sueño, una vez que el
individuo ha agotado su propio sueño, todo el grupo puede asumir papeles en el drama y participar.
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Hay que destacar el hecho de que pueden surgir problemas derivados del grupo y desarrollo de
experimentos como la insatisfacción con el líder, falta de energía en el grupo, atascamiento previo, decir
adiós a alguien que se aparte del grupo, tedio y falta de estimulación, etc.
Un experimento exige penetración y trabajo por parte del líder. No basta una idea para un experimento,
también hay que considerar si el grupo es capaz de llevarlo a cabo, si se trata de un experimento
demasiado difícil o fácil como para que el grupo lo asuma y haga algo de él. El experimento avanza por
etapas graduales, tales que cada una de ellas contribuye a la solución del problema, hasta que da cabida al
grupo entero.
La experimentación creativa exige un grupo de personas capaces de trabajar duro con espíritu cooperativo
y un líder a quien se respeta, se aprecia, y se siente como un ser humano real. Sin un mínimo de cohesión,
cooperación y voluntad de tomar contacto con el terapeuta, los esfuerzos del grupo por ser creativo
simplemente se desplomarán.

Capítulo 8: “Polaridades y conflictos”:


El conflicto puede ser saludable y creativo, o confluente e improductivo. Esta ultima forma se da cuando yo
no me comprendo a mi mismo y acuso a usted de algo de lo cual yo soy culpable e involucra por lo menos
dos formas de defensa, la represión y la proyección. El conflicto saludable se da cuando tanto usted como
yo somos personas integradas que tenemos cierto autoconocimiento y una clara sensación de ser distinto,
este conflicto si se lo maneja con habilidad equivale a una propuesta de ganar ambos.

Polaridades: punto de partida para la comprensión del conflicto.


Una buena teoría del conflicto incluye tanto el conflicto intrapersonal como el interpersonal, empieza por
el individuo como conglomerado de fuerzas polares, todas las cuales se intersectan entre sí, pero no
necesariamente en el centro. Una persona no posee tan solo una polaridad opuesta, sino varias que se
relacionan entre sí creando multilateralidades.
- Autoconcepto saludable: la persona tiene conciencia de muchas fuerzas que se oponen en su
interior, desea verse a si misma en una multitud de formas contradictorias, experimenta relaciones
entre una diversidad de partes internas.
- Autoconcepto patológico: la persona perturbada se ve a si mismo en forma estereotipada
unilateral. Ella siempre es esto y jamás aquello, su conciencia de poseer una multitud de fuerzas y
sentimientos interiores es bastante limitada. En su percepción de sí misma carece de fluidez y
amplitud, es vulnerable al ataque.
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UNIDAD TEMÁTICA 3: Enfoque sistémico:


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Contenidos: Orígenes e históricos. Teoría General de los Sistemas. Cibernética. Teoría de la


Comunicación Humana. Doble Vinculo. Desarrollos epistemológicos actuales: cibernética de segundo
orden. Constructivismo Social. Principales modelos: Estructural, estratégico, Escuela de Milán, Terapia
Narrativa. Aplicación en terapia individual, parejas y familia.

 “Hacia una teoría de la esquizofrenia” Bateson, G.


La esquizofrenia sigue siendo una de las enfermedades mentales más desconcertantes, la teoría de la
esquizofrenia presentada en este texto se basa en el análisis de las comunicaciones y específicamente en
la Teoría de los Tipos Lógicos. A partir de esta teoría y de las observaciones de pacientes esquizofrénicos,
se deriva una descripción de una situación llamada el “doble vinculo”. La hipótesis es que alguien
apresado por el doble vinculo puede desarrollar síntomas esquizofrénicos.

La base en la teoría de las comunicaciones:


El enfoque de Bateson se basa en aquella parte de la teoría de las comunicaciones que Russell llamo la
Teoría de los Tipos Lógicos. La tesis central de esta teoría es que existe una discontinuidad entre una
clase y sus miembros. La clase no puede ser miembro de sí misma, ni uno de los miembros puede ser la
clase, dado que el término empleado para la clase es de un nivel de abstracción diferente- un tipo lógico
diferente- de los términos empleados para sus miembros. En la patología de las comunicaciones reales
esta discontinuidad se quiebra de manera continua e inevitable.
Ejemplos de cómo los seres humanos manejan comunicaciones que ponen en juego distintos Tipos
Lógicos pueden tomarse de los siguientes campos:
1. El uso de distintos modos comunicacionales en la comunicación del humor: los ejemplos son el
juego, el no juego, la fantasía, la metáfora, etcétera. Existe un intercambio de señales que
identifica ciertas conductas significativas como “juegos” etc. Estas señales son de un tipo lógico
superior al mensaje que califican.
2. Humor: Este parece ser un método para explorar los temas implícitos en el pensamiento o en una
relación. El método de exploración entraña el empleo de mensajes que se caracterizan por ser
una condensación de tipos lógicos o modos comunicacionales.
3. Las falsificaciones de las señales identificadoras de los modos: Entre los seres humanos se
pueden falsificar los identificadores de modos, y así tenemos la risa artificial, la simulación de
amistad, etc.
4. Aprendizaje: El nivel más simple de este fenómeno esta ejemplificado por una situación en la cual
un sujeto recibe un mensaje y actúa adecuadamente sobre la base de el: “Oí sonar el reloj y supe
que era la hora de almorzar”
5. Los niveles múltiples de aprendizaje y de clasificación e las señales como Tipos Lógicos: La
capacidad de manejar los tipos múltiples de señales es ella misma algo aprendido.
De acuerdo con la hipótesis del autor, el término “función del yo” es precisamente el proceso de
discriminar modos comunicacionales, sea dentro de la persona o entre la persona y otros. El
esquizofrénico manifiesta debilidad en tres áreas de dicha función: a) tiene dificultad para asignar el
modo comunicacional correcto a los mensajes que recibe. B) tiene dificultad en asignar el modo
comunicacional correcto a aquellos mensajes que el mismo profiere o emita de manera no verbal. C)
tiene dificultad en asignar el modo comunicacional correcto a sus propios pensamientos, sensaciones.
La elocución esquizofrénica es rica en metáforas, la metáfora es un instrumento indispensable del
pensamiento y la expresión. La peculiaridad del esquizofrénico no consiste en que emplee metáforas,
sino que emplee metáforas no rotuladas. Tiene una especial dificultad en manejar las señales de aquella
clase cuyos miembros asignan Tipos Lógicos a otras señales.
Se debe buscar no una experiencia traumática específica en la etiología infantil sino patrones
secuenciales característicos. Las secuencias tiene que tener estas característica: tiene que vivir en un
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universo donde la secuencias de acontecimientos son tales, que sus hábitos comunicacionales desusados
resulten adecuados de alguna manera.

El doble vínculo:
Los ingredientes necesarios para una situación de doble vínculo son los siguientes:
1. Dos o más personas. Se designa una como la víctima. No supone que la madre sola imponga el
doble vínculo, sino que puede deberse a una combinación de madre, padre y hermanos.
2. Experiencia repetida. El doble vínculo es un tema recurrente en la experiencia de la víctima. Su
hipótesis no implica una única experiencia traumática, sino experiencias tan repetidas que la
estructura del doble vínculo llega a constituir una experiencia habitual.
3. Un mandato primario negativo. Puede tener una de estas dos formas: a) “No hagas esto o te
castigaré” o b) “Si no lo haces te castigaré”. Se supone que el castigo puede ser el retiro del amor o
la manifestación de odio o rabia o, lo cual es más catastrófico, el tipo de abandono que resulta de la
expresión de la impotencia extrema del progenitor.
4. Un mandato secundario que está en conflicto con el primero en un nivel más abstracto, y que, al
igual que el primero, está reforzado por castigos o señales que anuncian un peligro para la
supervivencia. El mandato secundario se comunica al niño, por medios no verbales. El mandato
secundario puede chocar con cualquier elemento de la prohibición primaria.
5. Una mandato negativo terciario que prohíbe a la víctima escapar del campo. El refuerzo en los otros
dos niveles implica una amenaza para la supervivencia y, si los dobles vínculos se imponen durante
la infancia, la huida resulta naturalmente imposible.
6. Por último, todos estos ingredientes ya no son necesarios cuando la víctima ha aprendido a percibir
su universo en patrones de tipo doble vínculo. Casi cualquier parte de la secuencia del doble vínculo
puede bastar entonces para desencadenar pánico o rabia. El patrón de mandatos conflictuales
puede incluso quedar a cargo de voces alucinatorias.

El efecto del doble vínculo:


El esquizofrénico se encuentra desorientado, no tiene opción dado que no le es posible preocuparse por la
relación y los fines y conciencia de su madre. La hipótesis es que se producirá un colapso en la capacidad
del individuo para discriminar entre los tipos lógicos cada vez que se presenta una situación de doble
vinculo. Estas son las características generales de tal situación:
1. Cuando el individuo participa en una relación intensa, esto es, una relación en la que siente que es
de importancia vital discriminar acertadamente qué tipo de mensaje se le comunica, para poder
responder adecuadamente.
2. El individuo se ve atrapado en una situación en la que la otra persona expresa dos órdenes de
mensajes y uno de ellos niega al otro.
3. El individuo es incapaz de efectuar un comentario acerca de los mensajes que recibió para corregir
así su discriminación en cuanto a qué orden de mensaje debe responder, esto es, no puede hacer
una enunciación meta comunicativa.
Este es el tipo de situación que se produce entre el pre-esquizofrénico y su madre, pero también existe en
las relaciones normales. El esquizofrénico se siente constantemente bajo un intenso interrogatorio, por lo
que habitualmente responde con una insistencia defensiva en el nivel literal cuando éste resulta
totalmente inadecuado, por ejemplo, cuando alguien bromea. Los esquizofrénicos también confunden lo
literal y lo metafórico en sus propias verbalizaciones cuando se sienten atrapados en un doble vinculo.
El doble vínculo no puede entonces actuar sobre la víctima, porque no se trata de él, y, además, está en
otro lado. La patología aparece cuando la víctima misma no sabe que sus respuestas son metafóricas o no
puede decir que lo son.
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Si un individuo no sabe que clase de mensajes es un mensaje, puede defenderse mediante procedimientos
que han sido descripto como paranoides, hebefrenicos o catatónicos. Lo esencial es que él no puede elegir
la única alternativa, no puede discutir los mensajes de otros.

Una descripción de la situación familiar:


La situación familiar del esquizofrénico tiene las siguientes características generales:
1. Un niño cuya madre se angustia y se aísla si el niño le responde como a una madre amorosa. Es decir, la
existencia misma del niño tiene un significado especial para la madre que suscita su angustia y hostilidad
cuando se encuentra en peligro de un contacto intimo con el niño.
2. Una madre para la cual no son aceptables sus sentimientos de angustia y de soledad hacia el niño y cuya
manera de negarlos consiste en expresar una conducta manifiesta de amor para persuadir al niño de que le
responda como una madre amorosa y que se alejará de él sino lo hace.
3. La falta en la familia de alguna persona que pueda intervenir en las relaciones entre la madre y el niño y
apoyar al niño frente a las contradicciones en juego.
La hipótesis es que la madre de un esquizofrénico expresará simultáneamente dos ordenes de mensaje:
conducta hostil o de retraimiento que surge cada vez que el niño se aproxima a ella y, conducta de amor o
acercamiento simulado. Si la madre empieza a sentir afecto y proximidad comienza también a sentirse en
peligro, y tiene que apartarse de aquel, pero no puede aceptar ese acto hostil y para negarlo tiene que
simular efecto y cercanía. Una madre con estas características se sentiría amenazada por cualquier otro
lazo afectivo del niño y lo rompería para traer otra vez mas cerca al niño, con la consiguiente angustia
cuando el niño se tornará dependiente de ella.

 “Construyendo el estilo terapéutico” Ceberio


No existen estilos puros o representantes de modelos que se caractericen por la exactitud o precisión de
seguirlos exhaustivamente. Más bien existen terapeutas que adhieren a ciertas líneas, pero no líneas
encarnadas en terapeutas.
El terapeuta en su proceso de hacer historia realizará cada uno de sus actos perceptivos, sumando
abstracciones que le posibilitarán conformar estructuras conceptuales, siendo estas mismas las que
dibujarán un mapa determinado de su realidad.
La teoría entra en nosotros y nosotros en la teoría y así la misma se construye en nosotros.
La cantidad de oferta que propone el mercado terapéutico es tal que, probablemente no pueda
aprehenderlos en su totalidad. Y aquí surge la elección, este futuro terapeuta se posicionará ante su
elección con la carga de su historia. Entra así en un modelo y el modelo entra en él, la construcción está
por comenzar. Es inevitable que el modelo que adopte sufra las modificaciones que promueva su estilo
personal, no existen terapeutas que desarrollen modelos en su más pura esencia.
Como terapeutas la posibilidad de conocer la epistemología implica, acercarnos a nuestro universo de
constructos personales, entender el por qué.
Los cuestionamientos tienen como objetivo el contactarse con el estilo de intervención que nos resulta más
sencillo de manejar, pero a la vez, comprender de donde surgió, cuales fueron las interacciones que
llevaron a desarrollarlo con mayor asiduidad. Las preguntas podrían ser las siguientes: ¿Cómo son los
mandatos de mi familia de origen? ¿Soy ayudador o contenedor? Etc. De las respuestas se puede inferir el
recurso en el cual el terapeuta se siente más cómodo y cual es la técnica que naturalmente le surge de
acuerdo con su personalidad y con su forma de conocer.
El espacio terapéutico es el lugar donde se confrontan dos realidades: la del terapeuta y la del paciente.
Ambos contribuirán al diseño del problema y a su posterior reformulación por múltiples vías. El hecho de
no adherirse ortodoxamente a los modelos tiene sus ventajes, cuanto más rígida es la aplicación de la línea
teórica, esta rigurosidad termina cercenando la creatividad del terapeuta. Otro caso es el de terapeuta
clon, que reproduce identificándose con su formador en psicoterapia, ha dejado de ser él para ser su
maestro.
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La creatividad es la que permite la flexibilidad de ópticas, el sentirse plástico y abierto en el vinculo y es la


que no hace reflexionar sobre instancias inusitadas de la dinámica terapéutica.
Un modelo terapéutica deberá adaptarse no solo a las modificaciones personales que le imprime el sujeto,
sino también a la vertiente sociocultural de la sociedad en donde se aplique, y es esta misma sociedad la
que ha impregnado las construcciones históricas del terapeuta.
La creación de un modelo en psicoterapia dependerá del estilo personal, del universo de las construcciones
o de los rasgos de la personalidad de su creador. Es inevitable que el modelo sufra mutaciones en manos
de otro profesional, puesto que su mapa, historia, tendenciosamente su implementación.

Consejos útiles para no ser un terapeuta sistémico:


La formación en terapia sistémica se caracteriza por la epistemología y toda su vertiente teórica y por la
practica clínica, en el aprendizaje de toda la gama de intervenciones y prescripciones, por medio de la
observación de familias en espejo unidireccional.
Uno de los puntos es el poner énfasis en los aspectos clínicos de la formación en desmedro de los teóricos.
Se incorporan formas de intervención, pero bajo una lupa del conocer que poco tiene que ver con la
circularidad. Lo que puede resultad es un reduccionismo del modelo a la simpleza de artilugios técnicos.
Algunos consejos son: explicar todo al paciente, buscar el origen de la sintomatología,
no preguntar, no intervenir, observar en silencio, clasificar, rotular y etiquetar al paciente, no ser
ocurrente/creativo, adherirse a un modelo, etc.

 “Constructivismo, construccionismo social y narraciones ¿En los límites de la Sistémica?” Elkaim


Hacia fines de los años 70 se consideraba al terapeuta como un observador externo. Este abordaje
aceptaba una realidad objetiva exterior a nosotros, realidad que era necesario develar para ayudar a los
pacientes. Sin embargo, a partir del comienzo de los años ochenta el constructivismo se expandió, este
enfoque invocaba los trabajos de Ernst von Glasersefeld, de Heinz von Foerster, de Humberto Maturana, y
de Francisco Varela.
Von Foerster insistió sobre la relación entre el sistema observador y el sistema observado, mostrando que
estos dos sistemas son inseparables y adjudicando un lugar esencial al vínculo que ponen en relación al
otro con uno mismo, consideraba que realidad y comunidad van de la mano. Maturana y Varela
subrayaron que la percepción visual nace en la intersección de aquello que se ofrece a nosotros y de
nuestro propio sistema nervioso: ellos han demostrado que aquello que nosotros vemos no existe en tanto
que tal, al exterior de nuestro campo de experiencia, sino que resulta de la actividad interna que el mundo
externo dispara en nosotros.
Gracias a estos pensadores constructivistas, los terapeutas familiares han sido llevados a descubrir que la
construcción mutua de lo real en psicoterapia cuenta más que la búsqueda de la verdad o de la realidad.
Este descubrimiento ha tenido varias implicaciones capitales en el campo terapéutico:
-En la medida en que acoplamientos diferentes hacen emerger mundos diferentes y sin embargo
compatibles, una psicoterapia exitosa no implica que el terapeuta ha tenido razón, sino que la construcción
que él ha edificado con los miembros del sistema terapéutico es operativa; asimismo, la intervención del
terapeuta, en lugar de apuntar a hacer surgir alguna “verdad” pretendidamente aprovechable para el
sistema o para sus miembros, debe tender más bien a aumentar el campo de las posibilidades.
- Una psicoterapia exitosa no implica que el terapeuta ha tenido razón, sino que la construcción que
él ha edificado con los miembros es operativa, asimismo, la intervención del terapeuta debe tender a
aumentar el campo de las posibilidades.
- El concepto del acoplamiento estructural, mantiene la importancia de la autonomía individual y de
la responsabilidad personal.
- ¿Cómo es posible hablar de una situación de la cual nosotros participamos sin que nuestras
descripciones sean contaminadas por nuestras propiedades?

Fue hacia fines de los mismos años 80 que las teorías del construccionismo social tomaron vuelo en
Estados Unidos. Para Gergen (principal referente de esta corriente), las significaciones, así como el sentido
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de sí mismo y las emociones nacen de un contexto intrínsecamente relacional: no solamente el “yo” y el


“tú” se manifiestan en el seno de los diálogos permitidos por las relaciones humanas, sino que la identidad,
ella misma, es producida por las narraciones urgidas de intercambios comunes, remitiendo, en efecto, a las
narraciones del yo a las relaciones sociales más que a las elecciones individuales. Gergen propone a los
terapeutas reemplazar las metáforas mecánicas de la cibernética por metáforas extraídas de la teoría
literaria o de la antropología postmoderna.
Gergen analizó las relaciones anudadas entre el constructivismo y el construccionismo social: al concebir
ambos el saber cómo una construcción del espíritu y al rehusar uno y otro definir el conocimiento como el
reflejo fiel de una realidad o de un mundo independiente de nosotros (concepción característica del
modernismo), estos dos enfoques rechazan el dualismo sujeto/objeto. Pero para los construccionistas,
conceptos tales como “el mundo” o el “espíritu” no tiene el estatus ontológico que parecen atribuirles los
constructivistas, porque ellos pertenecen a prácticas discursivas y son, por lo tanto, susceptibles de ser
discutidos y negociados en el lenguaje. Según Gergen, el constructivismo está ligado al individualismo en la
medida en que describe la construcción del saber a partir de procesos intrínsecos al individuo, mientras
que el construccionismo social, por el contrario, busca remontar las fuentes de la acción humana a las
relaciones sociales. “La construcción del mundo no se sitúa en el interior de la mente el observador, sino
más bien, en el interior de diferentes formas de relación”. Las consecuencias de este enfoque para la
psicoterapia podrían ser las siguientes:
- Los intercambios verbales entre el terapeuta y el paciente no refleja una cierta verdad, no se trata
de verificar o aplicar una teoría preconcebida, sino de comprometerse en un diálogo
potencialmente productivo.
- Cuando el paciente habla de tal o cual problema, es importante interrogarse acerca del contexto
relacional preguntándose hacia quién dirige ese discurso y con qué fin.
- Al ser los significados co-generados por el paciente y el terapeuta en el contexto terapéutico, no
existe más una voz única, así como no existe un yo unificado: no hay una voz sino varias, e incumbe
entonces al terapeuta ayudar al paciente a hacer surgir en él otras voces que le permitan orientarse
hacia otras formas de “conversación”.

“Los conversadores”:
Goolishian y Anderson, estimando que el vivir es comprendido y sentido a través de las realidades
narrativas socialmente construidas, se pronunciaron a través de terapias centradas en la “disolución del
problema”, por oposición a los solving therapies, centradas sobre el síntoma. Para estos dos autores, la
intervención terapéutica es un principio obsoleto: el terapeuta no interviene más, sino que se contenta de
participar en la conversación terapéutica a partir de una “posición de perplejidad”.
Para White el terapeuta debe buscar reconstruir las “verdades” que fueron separadas de las condiciones y
los contextos de su producción. Muy atento a la importancia de los “relatos” para la construcción de las
significaciones de las experiencias individuales, él considera que los conocimientos culturales pueden
terminar por constituir un factor de subjetivización, para él entonces, es en el espacio creado en terapia
por la exteriorización de algunos de estos discursos interiorizados, en la distancia nueva que la persona
tiende a establecer con “sus relatos”, que las narraciones alternativas pueden eventualmente edificarse.
Aunque White se haya definido en algún momento como “constructivista radical”, su escuela está, sobre
todo, inserta en el movimiento del construccionismo social.

Los que preguntan:


En el contexto en el cual el diálogo tiende cada vez más a ser preferido a la “intervención” para modificar
las significaciones y aumentar el campo de las alternativas posibles, la importancia terapéutica de las
“preguntas” no puede más que incrementarse.

La terapia de colaboración:
Aderman, Weingarten, etc, difundieron un texto que precisa los puntos esenciales del enfoque que ellos
preconizan: denominada collaborative therapy y queriendo ser una construcción de lo nuevo ligada al
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postmodernismo, este abordaje opone los sistemas sociales definidos por las estructuras y los roles a los
sistemas lingüísticos, las familias, los individuos viviendo en el lenguaje, y las organizaciones jerárquicas a
las organizaciones horizontales e igualitarias. Para los partidarios de esta collaborative therapy, el yo es una
instancia múltiple que se funde en el lenguaje y las relaciones, en tanto que el “no-saber” del terapeuta es
considerado indispensable para la eclosión de nuevas posibilidades. Al concebir la terapia como una
colaboración entre dos personas con experiencias y perspectivas diferentes más que como una
colaboración entre un experto y sujetos que demandan ayuda, este grupo dedujo lógicamente que el
terapeuta debe aceptar instalarse en un “no-saber” a fin de abrirse a las posibilidades que el saber haría
peligrar.

 “Terapia narrativa para niños” Freeman.


Capítulo 2: “Llegar a conocer al niño al margen del problema”
La impresión que el niño se forma sobre que es la terapia nace incluso en el momento en que entra en la
consulta, potencialmente está a merced de los adultos y además se les presenta a un extraño. El niño
quiere que se le vea de forma favorable ante sus padres y hermanos, este caso, los terapeutas deben
intentar conocer al niño al margen del problema.
Quizá lo prudente sea empezar invitando a que se hable del niño sin mencionar el problema, hay que
señalar la necesidad de no ignorar las preocupaciones y las quejas de la familia.
Llegar a conocer al niño al margen del problema puede proporcionar las coordenadas y situarnos ante una
aventura lúdica de cambio, con el conocimiento especifico de sus intereses y habilidades sabemos que
puede aportar el niño que se pueda oponer al problema. Con este conocimiento, después el terapeuta se
une al niño en la conversación, ofreciéndoles unos puentes lingüísticos que le permitan intentar resolver el
problema por sí mismo y de forma imaginativa.
Al inicio de la terapia se pueden producir invitaciones a ser más serios y no tan lúdicos. Para completar la
dificultad que supone estar relajado y conservar el humor, cualquier terapeuta infantil o familiar y
cualquier cuidador sabe que la presencia del niño en un lugar que no le es familiar es, por definición,
impredecible, y a veces, desconcertante.

Capítulo 4: “Los padres en la terapia familiar integradora del niño”


Las reuniones que se tienen con los padres no tienen ningún esquema fijo. A los padres les es
gratificante ver que su hijo aplica sus conocimientos y sus habilidades al problema. Muchas veces
disfrutan de verse inmersos en la terapia y de contribuir a que la comunicación sea más
desenfadada. Los padres pueden asumir muchos roles en la terapia como, por ejemplo, pueden
actuar como conspiradores, participar en el ritual, proporcionar ejemplos, etc.
Muchas veces los padres llegan a terapia desesperados, al terapeuta no debe darle miedo la
negatividad y no se debe patologizar a los cuidadores.
Las dificultades de comunicación entre padres e hijos mejoran cuando el hijo no solo se convierte
en participe activo del dialogo familiar sobre el problema, sino que observa que en el foro de los
intereses familiares se les reserva un buen sitio.

 “Terapia para resolver problemas. Nuevas estrategias para una terapia familiar eficaz (introducción,
caps. 1 y 2)” Haley.
Introducción:
El enfoque terapéutico tiene por objeto principal solucionar dentro del marco familiar los problemas que
se le presentan a un cliente, haciendo hincapié, no en un método particular, sino en encarar cada
problema con técnicas especialmente adecuadas para esa situación específica. La tarea del terapeuta
consiste en formular con claridad el síntoma presentado y planear una intervención en la situación social
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del cliente a fin de modificarlo. Este enfoque difiere de otras terapias orientadas hacia los síntomas por
cuanto acentúa el contexto social de los problemas humanos.

Definición de un problema:
Este enfoque no hace hincapié en el individuo. La terapia se centra en la situación social, más que en la
persona. Se define al problema como un tipo de conducta que integra una secuencia de actos realizados
entre varias personas; la terapia se concentra, justamente en esa secuencia reiterada de
comportamientos. Un síntoma es la cristalización de una secuencia que tiene lugar dentro de una
organización social, es una etiqueta que se le adosa. Si concebimos síntomas tales como la “depresión” o la
“fobia” como un contrato celebrado entre individuos y, por ende, adaptado a las relaciones, accederemos
a un nuevo modo de pensar acerca de la terapia. El terapeuta no sólo debe contemplar los problemas
humanos de manera distinta, sino que ha de considerarse a sí mismo un miembro más de la unidad social
dentro de la cual está contenido el problema.
- El diagnóstico como parte del problema. Cuando se define un problema terapéutico diciendo que
concierne a las relaciones sociales de los clientes, el terapeuta debe incluirse a sí mismo dentro del
problema, puesto que él contribuye a definirlo. El modo en que clasificamos un problema humano
puede cristalizar un problema y volverlo crónico.
- Los colegas como parte del problema: Desde hace años los terapeutas saben que la unidad social es
el adulto joven y su familia, pero en la actualidad el problema incluye al equipo psiquiatrico. El
terapeuta no se limitará la unidad social a la familia, sino que incluirá también a los colegas
profesionales.

¿Adónde apunta el terapeuta?:


En cuanto terapeuta su obligación es definir la unidad social que él puede cambiar para resolver así el
problema que le presenta un paciente. La eficacia del terapeuta se mide en términos del resultado de su
terapia, no por su posición moral o su justificable indignación ante una sociedad que coadyuva a crear los
problemas que él intenta resolver.

Capítulo 1: Cómo conducir la primera entrevista:


Si una terapia exitosa es aquella que resuelve los problemas de un cliente, entonces el terapeuta debe
saber cómo formular un problema y cómo resolverlo. Ante variedad de problemas, se necesita flexibilidad
y espontaneidad, aunque debe repetir aquellos métodos que ya le hayan dado buen resultado. Para
comenzar la terapia adecuadamente se debe establecer el “contrato” en torno a un problema resoluble y
descubriendo la situación social que por necesidad lo genera. El acto de intervención saca a luz los
problemas y las pautas de relación a modificar. El terapeuta juzgará en qué espacio podrá actuar mejor.
Puede proponer enseguida un cambio o proceder pausadamente y no solicitar de inmediato ninguna
acción. Al principio es mejor conocer a todos cuantos habitan el hogar, para captar rápidamente el
problema y la situación social que lo genera. Para recoger datos de diagnóstico lo mejor es comenzar
entrevistando a toda la gente involucrada, ya que el cambio los afectará a todos.

Etapas de una primera entrevista.


1) Etapa social: se saluda a la familia, procurando que se ponga cómoda. Al entrar al consultorio se
sentaran dónde y cómo lo deseen. Una vez que se haya presentado el terapeuta, deberá dirigirse a cada
uno de los familiares. No permitirá que nadie empiece a contar el problema hasta que no haya obtenido de
cada uno alguna respuesta social
2) Etapa de planteo del problema: se inquiere acerca del problema presentado.
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Terapeuta y familia deben determinar qué clase de situación es. Lo habitual es que el terapeuta les
pregunte por qué han venido o qué problema los aqueja. La pregunta en sí presenta dos aspectos: el modo
en que el terapeuta la formula y a qué miembro de la familia va dirigida.

- Cómo escuchar la exposición del problema.


El terapeuta no hará ninguna interpretación o comentario para ayudar al individuo a ver el problema bajo
una perspectiva diferente, debe aceptar simplemente lo que le dicen. No debe brindar su consejo, aunque
se lo pidan. Se limitará a recoger hechos y opiniones. Todos deben tener oportunidad de manifestarse. En
esta etapa el terapeuta no volverá a dirigirse a alguien que ya haya hablado, el diálogo entre dos personas
no es recomendable en esta etapa. Si hay niños muy pequeños hay que tener juguetes para comunicarse
en forma de juego.

- La observación del terapeuta.


Mientras, el terapeuta debe observar cómo actúa y qué dice cada uno de los entrevistados. Notará a quién
achacan el problema. Detectará el grado de facilidad con que los miembros de la familia aceptan la
responsabilidad del problema, ya que requerirá que la asuman unánimemente para poder resolverlo.
Mientras alguien habla, observará las reacciones de los demás.

3) Etapa de interacción:
Se pide a los miembros de la familia que conversen entre sí sobre el problema, y aquí el terapeuta debe
dejar de ser el centro de la conversación; procurará que estos se trencen cada vez más en el debate. El
terapeuta continuará conduciendo la entrevista, pero pasará a un segundo plano, estimulando a los
miembros de la familia a conversar entre sí en torno a las discrepancias. El terapeuta debe preferir la
acción a las palabras como fuente de información, ya que estas pesan menos y dan menor resultado.

- Organización de la familia.
Sus secuencias y pautas de conducta las obtendrá el terapeuta observando cómo se conducen entre sí. La
estructura de la familia saldrá a la luz si el terapeuta conduce correctamente la etapa de interacción.

4) Etapa de fijación de meta: definición de los cambios deseados:


A esta altura de la entrevista es importante obtener del grupo una formulación suficientemente clara de
los cambios que quieren alcanzar mediante la terapia. Este proceso contribuye a que todos centren su
atención en las cuestiones importantes, y sirve de punto de partida para fijar las metas de la terapia. El
terapeuta está estableciendo un contrato: cuanto más claro sea, tanto más organizada será la terapia. El
problema a ser resuelto por el terapeuta debe ser uno que la familia desee solucionar, pero planteado en
forma tal que lo haga resoluble.

Conclusión de la entrevista: La primera entrevista debe concluir con la concertación de una nueva cita, lo
cual puede plantear varias cuestiones. Algunos terapeutas son hábiles como para tener pensada una
directiva al término de la primera sesión, la que pueden proponer como “tarea para el hogar”, que la
familia deberá cumplir entre una sesión y otra. Si se le da una directiva, la familia queda ligada al terapeuta
entre las sesiones.

Capítulo 2: Como impartir directivas


Una directiva es una instrucción verbal dirigida a la familia en lenguaje claro y comprensible.
El objetivo principal de la terapia es hacer que la gente se comporte de manera diferente y las directivas
son un medio para provocar esos cambios. Además, se las emplea para intensificar la relación entre
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clientes y terapeuta: al decirles a aquellos que deben hacer, el terapeuta entra a participar en la acción y
adquiere importancia. Por último, se usan para obtener información ya que la manera en que reacciona la
gente al recibir una directiva es esclarecedora.
Una directiva puede ser directa o implícita, todo en cuanto se haga en terapia puede ser visto como una
directiva.
Tipos de directivas: hay dos maneras, decirles a los pacientes qué deben hacer con el propósito de que lo
cumplan, o decírselo con el propósito de que no lo cumplan, o sea, de que cambien por vía de la rebelión.
La primer forma comprende dos tipos de directivas, a) ordenarle a alguien que deje de hacer algo o b)
pedirle que haga algo diferente.
Como motivar a una familia para que cumpla las directivas: hay enfoques directos e indirectos. En el
primero, lo común es que el terapeuta les diga a los integrantes de la familia que conoce y comparte su
deseo des resolver el problema que los aqueja. Una vez convenido el objetivo, se ofrece la tarea como un
medio de alcanzar el fin deseado. El terapeuta se funda en lo que ha aprendido de sus pacientes en el
transcurso de la sesión, utilizando lo que le parezca lo más obvio y evidente como base de su labor
persuasiva.
En el enfoque indirecto se llevará a cabo cuando no es sencillo acordar objetivos con la familia, por lo
tanto, el terapeuta les pedirá, por ejemplo, que hablen de todos sus intentos fallidos de resolver el
problema. Otra forma es alentar a los miembros de la familia a que expliquen cuan desesperada es su
situación, conviniendo con ellos que en verdad es bastante mala. Reforzando la teoría de un panorama
negro hay más posibilidades de que se dispongan a aceptar la tarea.
Características de las directivas: deben amoldarse a la forma y el estilo que tiene cada familia. El terapeuta
hace uso y ejercicio de su posición de experto. El terapeuta tiene que tener precisión al impartir directivas,
no puede darlas en forma de pregunta o sugerencia. Tienen que ser claras para poder asegurarse de que
puedan ser cumplidas, y en caso de que no sean cumplidas, asegurarse de que no fue por incomprensión.
Además, tiene que haber una participación total en donde todos los integrantes deben recibir parte en la
tarea asignada, aunque sea la indicación de abstenerse.
Evitar perturbar la jerarquía interna de la familia. Revisión de la tarea: repasar los respectivos papeles:
aporta claridad y sirve para bloquear vías de evasión, comentándolas.
El informe sobre la tarea: siempre debe solicitarse un informe sobre la tarea en la siguiente entrevista,
arroja tres resultados: Puede cumplirse, no cumplirse o cumplirse a medias. En el primer caso, se felicita a
la familia y se continúa. En el tercero, se averigua si hubo obstáculos reales que impidieron completarla. En
el segundo, no se perdona fácilmente.
Directivas paradójicas: este enfoque se basa en la idea de que algunas familias que acuden pidiendo ayuda
rechazan la que les brindan. Por lo común, la familia se ha estabilizado en torno al hecho de que uno de sus
miembros constituye el problema. Al tender modificar la situacion de la persona problema el terapeuta
también tiende a desestabilizar a la familia, por lo que encontrará resistencias. Se puede adoptar dos
enfoques 1) encarar a la familia desde un enfoque global o 2) impartir directivas que involucren solo a una
parte de ella.
1) El enfoque paradójico presenta siempre dos mensajes: “cambien” y, dentro del marco del mensaje
“no cambien”. Este enfoque requiere de mucha habilidad del terapeuta. Cuando el enfoque tiene
éxito los miembros de la familia logran alcanzar el objetivo de la terapia, aquí, el terapeuta debe
dejar que la familia lo regañe demostrándole su error.
2) El procedimiento es el mismo: el terapeuta le pide a uno de los miembros de la familia que
permanezca estacionario, con el propósito de ayudarlos a cambiar. En este enfoque lo que se hace
es prescribir el síntoma para acentuarlo.
 “Familias y terapia familiar” Minuchin, S
Capítulo 1. Terapia estructural de la familia:
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El marco de referencia del terapeuta es la terapia estructural de familia, un cuerpo de teoría y técnicas
que estudian al individuo en su contexto social. Esta terapia intenta modificar la organización de la familia.
Cuando se transforma la estructura del grupo familiar, se modifican consecuentemente las posiciones de
los miembros en ese grupo. Como resultado de ello, se modifican las experiencias de cada individuo.
La teoría de la terapia de familias se basa en el hecho de que el hombre no es un ser aislado, sino un
miembro activo y reactivo de grupos sociales. La experiencia del hombre es determinada por su interacción
con el medio por tanto el hombre es influido por el contexto social, sobre el cual también influye. Esto no
es nuevo, lo nuevo es basar las técnicas de salud mental en este concepto, constituyendo un nuevo
enfoque.
El terapeuta no se limita a la interacción de la familia tal como ha sido internalizada por el niño, sino que
puede experimentar por sí mismo la forma en que los miembros de la familia se sostienen y califican
mutuamente.
El terapeuta de familia no basa sus concepciones en una personalidad esencial que permanecería
inmodificada a través de las vicisitudes de diferentes contextos y circunstancia. Considera al niño como un
miembro de diferentes contextos sociales, actuando y respondiendo en su marco. Su concepción acerca
de la localización de la patología es mucho más amplia y también lo son las posibilidades de intervención.

El hombre en su contexto.
La terapia estructural de familia estudia al hombre en su contexto, hombre como parte de su medio, fue
desarrollada en la segunda mitad del siglo veinte.
Un hombre no es él mismo sin sus circunstancias. La familia es un grupo social natural que determina las
respuestas de sus miembros a través de estímulos desde el interior y desde el exterior. Su organización y
estructura tamizan y califican la experiencia de los miembros de la familia. El niño responde a las
tensiones que afectan a la familia.

El asiento de la patología.
La patología puede ubicarse en el interior del paciente, en su contexto social o en el feedback entre ambos.
La terapia orientada desde este punto de vista se basa en tres axiomas.
1. La vida psíquica de un individuo no es exclusivamente un proceso interno. El individuo influye sobre su
contexto y es influido por éste por secuencias repetidas de interacción. El individuo que vive en el seno de
una familia es un miembro de un sistema social al que debe adaptarse. Sus acciones se encuentran regidas
por las características del sistema y estas características incluyen los efectos de sus propias acciones
pasadas. El individuo al ser parte del sistema familiar, se debe tomar a este en su conjunto para
comprenderla.
2. Las modificaciones en una estructura familiar contribuyen a la producción de cambios en la conducta y
los procesos psíquicos internos de los miembros de ese sistema.
3. Cuando un terapeuta trabaja con un paciente o con la familia de un paciente, su conducta se incluye en
ese contexto. Los terapeutas y la familia forman en conjunto un nuevo sistema, terapéutico que gobierna
la conducta de sus miembros.
Estas tres consideraciones siempre han formado parte del sentido básico de esta terapia implicadas. Una
mutación en la posición de una persona en relación con sus circunstancias constituye una modificación
de su experiencia. Al cambiar la relación entre una persona y el contexto familiar en que se mueve se
modifica consecuentemente su experiencia subjetiva.
El terapeuta se asocia con la familia con el objetivo de cambiar la organización de la familia de tal modo
que la experiencia de sus miembros se modifique. La familia, al modificarse, ofrece a sus miembros
nuevas circunstancias, la nueva organización permite un continuo esfuerzo de la nueva experiencia, lo
que proporciona una validación del nuevo sentido de sí.
71

En esta estructura teórica no se ignora al individuo. El presente del individuo es su pasado más sus
circunstancias actuales. Una parte de su pasado sobrevivirá siempre, contenido y modificado por las
interacciones actuales. Tanto su pasado como sus propiedades singulares forman parte de su contexto
social. El hombre tiene memoria, es el producto de su pasado. Al mismo tiempo, sus interacciones en sus
circunstancias actuales apoyan, califican o modifican su experiencia.

El objetivo de la terapia:
El objetivo y la técnica están determinados por su marco teórico. Es una terapia de acción. La herramienta
consiste en modificar el presente, no en explorar e interpretar el pasado. El pasado influyo en la creación
de la organización y funcionamiento actual de la familia. El objetivo es el sistema familiar.
El terapeuta se une a la familia no para educarla sino para reparar o modificar su funcionamiento, para que
ésta pueda desarrollar estas tareas con mayor eficacia.

Capítulo 2: Una familia en formación.


La familia es una unidad social que enfrenta una serie de tareas de desarrollo. Estas difieren de acuerdo
con los parámetros de las diferencias culturales.
La unión de personas con la intención de formar una familia constituye el comienzo formal de una nueva
unidad. Una de las tares que enfrenta la nueva pareja es la negociación de su relación con la familia del
cónyuge. Cada familia de origen deberá adaptarse a la separación o separación parcial de uno de sus
miembros, la inclusión de un nuevo miembro y la asimilación del cónyuge en el marco del funcionamiento
del sistema familiar. Si las estructuras de la familia de origen no se modifican, es posible que lleguen a
amenazar el proceso de constitución de una nueva unidad.
Cuando una pareja se une, cada uno de sus miembros espera que las actitudes del conyuge asumirán las
formas a las que está habituado. Cada cónyuge intentará que el otro asuma las actitudes que conoce o que
prefiere e incitará al otro a hacerlo.
A medida que se acomodan y se asimilan a las preferencias del otro, algunas conductas son reforzadas y
otras descartadas. De ese modo, se constituye un nuevo sistema familiar.
Cuando nace un niño, deben aparecer nuevas funciones. El funcionamiento de una unidad conyugal debe
modificarse para enfrentar los requerimientos de la paternidad, el sistema debe efectuar los complejos
cambios requeridos para pasar de un sistema de dos a un sistema de tres.

Capítulo 3. Un modelo familiar:


El hombre sobrevive en grupos, esto es inherente a la condición humana.
La familia siempre ha sufrido cambios paralelos a los cambios de la sociedad. Las funciones de la familia
sirven a dos objetivos distintos, uno es interno, la protección psico-social de sus miembros, el otro es
externo, la acomodación a una cultura y la transmisión de esa cultura.
El criterio para la vida familiar sigue siendo el legendario “entonces se casaron y vivieron felices por
siempre”. No es sorprendente, que todas las familias queden muy lejos de este ideal. El mundo
occidental se encuentra en un estado de transición, y la familia que siempre debe acomodarse a la
sociedad, se modifica con él. Solo la familia puede cambiar y mantener una continuidad suficiente
para la educación de niños que no serán extraños en una tierra extraña.

La familia como matriz de identidad:


La familia imprime a sus miembros un sentimiento de identidad independiente. La experiencia humana de
identidad posee dos elementos: un sentimiento de identidad y un sentido de separación. El laboratorio en
el que estos ingredientes se mezclan y se proveen, es la familia, la matriz de la identidad.
72

En los procesos de socialización las familias moldean y programan la conducta del niño y el sentido de la
identidad. El sentido de la identidad de cada miembro se encuentra influido por su sentido de pertenencia
a una familia específica. El sentido de separación y de individuación se logra a través de la participación en
diferentes subsistemas familiares en diferentes contextos familiares, al igual que a través de la
participación en grupos extrafamiliares.
Aunque la familia es la matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros, también debe
acomodarse a la sociedad y garantizar alguna continuidad a su cultura.
La familia cambiará a medida que cambie la sociedad. Probablemente en forma complementaria, la
sociedad desarrollaría estructuras extrafamiliares para adaptarse a las nuevas corrientes de pensamiento
y a las nuevas realidades sociales y económicas.
Los cambios se orientan desde la sociedad hacia la familia. La familia cambiará, pero también persistirá
debido a que constituye la mejor unidad humana para sociedades rápidamente cambiantes. Cuanto mayor
flexibilidad y adaptabilidad requiera la sociedad de sus miembros, mas significativa será la familia como
matriz del desarrollo personal.
La familia es un sistema abierto en transformación, es decir que constantemente recibe y envía descargas
de y desde el medio extrafamiliar, y se adapta a las diferentes demandas de las etapas de desarrollo que
enfrenta.
La familia normal no puede ser distinguida de la familia anormal por la ausencia de problemas. La familia
como un sistema que opera dentro de contextos sociales específicos tiene tres componentes: 1) la
estructura de una familia es la de un sistema sociocultural abierto en proceso de transformación. 2) la
familia muestra un desarrollo desplazándose a través de un cierto numero de etapas que exigen una
reestructuración. 3) la familia se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una
continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro.

Estructura familiar
La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que
interactúan los miembros de una familia. Una familia es un sistema que opera a través de pautas
transaccionales. Las pautas permanecen en relación con una acomodación mutua y con una eficacia
funcional.
De este modo el sistema se mantiene a sí mismo. Ofrece resistencias al cambio y conserva las pautas
preferidas durante tanto tiempo como puede hacerlo. En el interior del sistemas existen pautas
alternativas.
Sin embargo, la estructura familiar, debe ser capaz de adaptarse cuando las circunstancias cambian. La
familia debe responder a cambios internos y externos, y, por lo tanto, debe ser capaz de transformarse de
modo tal que le permita encarar nuevas circunstancias sin perder la continuidad que proporciona un marco
de referencia a sus miembros.
El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de sus subsistemas. Los
individuos son subsistemas en el interior de una familia. (generación, sexo, interés o función)
La organización en subsistema de una familia proporciona un entrenamiento adecuado en el proceso
de mantenimiento del diferenciado “yo soy” al mismo tiempo que ejerce sus habilidades
interpersonales en diferentes niveles. Los limites de un subsistema están constituidos por las reglas
que definen quienes participan y de que manera.
La función de los limites reside en proteger la diferenciación del sistema. Para que el funcionamiento
familiar sea adecuado, los limites de los subsistemas deben ser claros, como para permitir a los
miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero
también deben permitir el contacto entre los miembros del subsistema y los otros.
73

La claridad de los limites en el interior de una familia constituye un parámetro útil para la evaluación
de su funcionamiento. Hay dos extremos del funcionamiento de los limites: el aglutinamiento y el
desligamiento. La familia aglutinada responde a toda variación en relación con lo habitual con una
excesiva rapidez e intensidad. La familia desligada tiende a no responder cuando es necesario
hacerlo.

Adaptación de la familia:
Los procesos transicionales de adaptación a las nuevas situaciones en los que la falta de diferenciación y la
angustia que caracteriza a todos los nuevos procesos pueden ser considerados erróneamente como
patológicos. La etiqueta de patológica debe reservarse a las familias que frente a estas tensiones
incrementan la rigidez de sus pautas y limites transaccionales y evitan o resisten toda exploración de
variantes.
El stress sobre un sistema familiar puede originarse en cuatro fuentes:
- Contacto stressante de un miembro con fuerzas extrafamiliares: cuando uno se encuentra afectado
por un stress, los otros sienten la necesidad de acomodarse a sus nuevas circunstancias.
- Contacto stressante de la familia en su totalidad con fuerzas extrafamiliares: los recursos de la
familia para hacer frente a esas situaciones se encuentran amenazados por la pobreza y la
discriminación.
- Stress en los momentos transicionales de la familia: fases en la evolución natural de una familia que
requieren la negociación de nuevas reglas familiares.
- Stress referentes a problemas de idiosincrasia.
El esquema conceptual de una familia normal presenta tres facetas. En primer lugar, una familia se
transforma a lo largo del tiempo, adaptándose y reestructurandose de tal modo que pueda seguir
funcionando. En segundo lugar, la familia posee una estructura que solo puede observarse en movimiento.
Y finalmente, una familia se adapta al stress de un modo tal que mantiene la continuidad de la familia al
mismo tiempo que permite reestructuraciones.

 “Paradoja y Contraparadoja” Selvini-Palazzoli.


Capítulo 1: Introducción.
Esta obra da cuenta de la investigación empíricamente realizada para intentar demostrar la validez de una
hipótesis fundamental de partida, basada en los modelos que ofrecen la cibernética y la pragmática de la
comunicación humana: la familia es un sistema autocorrectivo, autogobernado por reglas que se
constituyen en el tiempo a través de ensayos y errores.
Cada grupo natural con historia, en los cuales la familia es fundamental, se forma en cierto lapso mediante
una serie de ensayos, intercambios y retroalimentaciones correctivas, experimentando así sobre lo que
está y lo que no está permitido en la relación, hasta convertirse en una unidad sistemática original que se
sostiene por medio de reglas que le son peculiares. Estas reglas se refieren a los intercambios que se
suceden en un grupo natural y que tienen el carácter de comunicaciones tanto de nivel verbal como no
verbal, teniendo en cuenta que toda conducta es una comunicación, que a su vez provoca una respuesta.
Siguiendo esta hipótesis se llega a otra: las familias que presentan conductas tradicionalmente
diagnosticadas como “patológicas” en uno o más de sus miembros se rigen por un tipo de relaciones y, por
ende, de normas peculiares de ese tipo de patología, y tantos las conductas-comunicación como las
conductas-respuestas tendrán características tales que permiten mantener las regla y, por lo tanto, las
relaciones patológicas.
Debido a que las conductas sintomáticas son parte las relaciones peculiares mantenidas en el sistema, no
queda otra que la de intentar cambiar las reglas para lograr así influir sobre los síntomas. Los resultados
74

han demostrado que cuando se logra descubrir y cambiar una regla fundamental, se puede obtener
rápidamente la desaparición del comportamiento patológico.
Por la teoría general de los sistemas sabemos que cada ser viviente se caracteriza por dos funciones
aparentemente contradictorias: la tendencia homeostática y la capacidad de transformación, cuyo
interjuego mantiene al sistema en equilibrio, siempre provisorio, que garantiza su evolución y su
creatividad, sin las cuales no hay vida. En los sistemas patológicos aparece la tendencia, cada vez más
rígida, a repetir compulsivamente las soluciones memorizadas al servicio de la homeostasis, es decir, estos
sistemas tienen una fuerte potencia para sostener y mantener sus reglas.
El terapeuta debe ser capaz de considerar a los miembros de la familia como elementos de un circuito de
interacción y sin poder unidireccional alguno sobre el conjunto. Es decir, que la conducta de un miembro
de la familia influye inevitablemente sobre la de otros miembros y es un error considerar su
comportamiento como a causa del de los demás, debido al hecho de que cada miembro influye sobre los
otros y es a su vez influido por los demás.
Los autores consideran que el poder no pertenece a uno u a otro, sino que el poder se encuentra en las
reglas del juego establecidas en el tiempo y en el contexto pragmático de aquellos que están implicados.
El autor considera que sus investigaciones han demostrado cómo la familia con transacción esquizofrénica
sostiene su propio juego a través de marañas paradojas que involucran a todos los miembros de la familia,
marañas que pueden ser disueltas solo por medio de paradojas terapéuticas ad hoc. Esta nueva
epistemología, permite considerar al síntoma como un fenómeno coherente con características
interacciónales específicas del grupo natural en el que aquél se verifica.

Capítulo 2: Modalidad de trabajo del equipo:


El Centro para el Estudio de la Familia inició su actividad en Milán, Italia, en mayo de 1967. La actividad se
desarrolló, durante más de un año, en numerosos obstáculos de carácter práctico. A partir de 1972, las
familias comenzaron a afluir en número continuamente creciente, lo cual permitió el estudio de una
casuística variada.
El equipo de trabajo está compuesto por cuatro miembros, dos hombres y dos mujeres, psiquiatras
psicoterapeutas. Tal composición permite emplear una pareja heterosexual en el trabajo terapéutico,
normalmente secundada por la pareja de colegas en la cámara de observación. La pareja terapeuta
heterosexual permite alcanzar un mayor equilibrio fisiológico en la interacción entre los dos coterapeutas,
y entre estos y la familia. Por otra parte, algunas redundancias de la interacción inicial de la familia con uno
u otro de los terapeutas ayudan a intuir ciertas reglas del juego familiar.
Las parejas terapéuticas no son fijas, sino que se intercambian con cada nueva familia en diversas
combinaciones.
El primer contacto con la familia se realiza telefónicamente. Durante el curso de la llamada es posible,
observar y anotar un gran número de fenómenos: peculiaridades de la comunicación, tono de la voz,
lamentos, peticiones, intentos inmediatos de manipulación para obtener la entrevista en determinado día
y hora. Se realiza una ficha con los datos obtenidos a través de esta llamada.
La primera sesión implica la presencia de todos los que conviven. En las siguientes, serán los terapeutas
quienes decidan un eventual y excepcional cambio en cuanto a los miembros de un grupo familiar que
debe asistir a las sesiones. El grupo ha de fraccionarse solo en casos verdaderamente excepcionales, esa
maniobra es vivida en la familia como peligrosa y expone a reacciones negativas.
Las sesiones se desarrollan en una habitación equipada para ese fin con numerosos asientos que ocupen
poco espacio y un amplio espejo unidireccional y se utiliza un micrófono. Se informa inmediatamente a la
familia acerca de esta modalidad de trabajo en equipo. Se explica el uso del micrófono y del espejo
unidireccional, detrás del cual, se sientan dos colegas que ayudan con esta tarea y luego se reúnen para
discutir antes de dar por finalizada la sesión.
75

Cada sesión se desarrolla gradualmente en cinco partes:


I- En la primer parte o pre-sesión los terapeutas se reúnen en equipo para leer la ficha, si se trata de la
primera sesión, o el acta de la sesión precedente, en caso de sesiones sucesivas.
II- En la segunda parte o sesión de duración variable, una hora generalmente, los terapeutas conducen el
coloquio con la familia. Los terapeutas solicitan cierto número de informaciones y se interesan no sólo por
los datos concretos sino también por el modo como se suministra tal información, como índice del estilo
interaccionar de la familia. El comportamiento de los terapeutas tiende a provocar interacciones entre los
miembros de la familia, de quienes se observan las secuencias, los comportamientos verbales, no verbales
y las eventuales iniciativas en reglas secretas. Los terapeutas se abstienen tanto de revelar a la familia los
fenómenos observados, como de emitir valoraciones y juicios. Retienen todo, como guía para la
intervención final.
Si los observadores notan que los terapeutas se desconciertan o confunden a causa de las maniobras de la
familia, golpean la puerta y llaman a uno u otro terapeuta a la cámara de observación donde les comunican
sugerencias y consejos aptos para provocar en ellos reacciones esclarecedoras.
III- En esta tercera parte los terapeutas discuten la sesión y deciden como concluirla.
IV- En la cuarta parte, los terapeutas vuelven para la conclusión de la sesión, que consiste generalmente en
un breve comentario o una prescripción. Ese comentario y esa prescripción se estudian para que resulten
paradójicos.
En caso de continuar un tratamiento psicoterapéutico, se acuerdan los honorarios y se fijan el número de
sesiones (diez sesiones con un intervalo de cerca de un mes).
V- En la quinta parte, después de despedirse de la familia, el equipo se reúne nuevamente para evaluar las
reacciones observadas en el cierre de la sesión, formular previsiones y redactar finalmente un acta de la
sesión, donde se sintetizan sus elementos esenciales.
Este procedimiento exige necesariamente un equipo que funcione, cuyos miembros compartan la estima
recíproca y la disposición para aceptar observaciones y consejos de parte de los colegas. También requiere
de la disponibilidad de mucho tiempo. La supervisión permanente de los dos colegas en la sala de
observación resulta indispensable, ya que al ser "externos" a todo lo que ocurre en la sesión, son más
difícilmente arrastrados por el juego.

Capítulo 3: La pareja y la familia con transacción esquizofrénica:


Haley, ha sido el primero en evidenciar el rechazo peculiar que todo miembro de este tipo de familia tiene
para admitir, tanto que los otros delimiten su comportamiento (definan la relación), como que él mismo
delimite el comportamiento de los demás.
Esta observación, indujo a formular la hipótesis de que este tipo de familia es un grupo natural regulado en
su interior por una simetría llevada a tal punto que la hace no declarable y, por lo tanto, encubierta.
Se ha observado la interacción de una pareja en la que la simetría es abierta. La modalidad dominante es el
rechazo que cada uno de los miembros opone a la definición que el otro da de la relación. El juego puede
continuar hasta el infinito, pero puede exponer también en riesgo de ruptura: la violencia física, el
abandono del campo por parte de uno de los interlocutores y por ende la pérdida del juego mismo;
precisamente aquello que la familia con transacción esquizofrénica no puede soportar.
¿Qué hipótesis se formula acerca de aquellas reglas instauradas en una pareja que caracterizan a la
interacción como esquizofrénica? Teniendo en cuenta, que vivir juntos implica, inevitablemente, la
estructuración de un sistema de aprendizaje: “como aprender a vivir juntos”. Además, cada uno de ellos
proviene de un sistema diferente de aprendizaje. Por ende, los ensayos y errores que constituyen el nuevo
sistema de aprendizaje no surgen de la nada, sino que están en relación directa con las soluciones
encontradas mediante los ensayos y errores de los precedentes sistemas de aprendizaje.
76

Los autores sostienen que se ha confirmado la hipótesis de Bowen: “son necesarias al menos tres
generaciones para obtener un esquizofrénico”. En esas familias de origen, las soluciones encontradas a los
problemas de “cómo” vivir se manifiestan mediante normas rígidas y repetitivas.
En la segunda generación, o sea en la segunda pareja, además de las soluciones disfuncionales adoptadas
por la primera generación, se observa otra disfunción: la cautela de exponerse, por miedo al rechazo. Cada
uno partió con el enorme deseo de recibir una confirmación. En estas familias de origen, los padres (la
primera generación), se comportaron como si dar una confirmación fuese un signo de debilidad. Por
ejemplo, si alguien hace bien algo, la confirmación o aceptación de eso sería una pérdida de prestigio o de autoridad.
Ambos miembros de la pareja cuando desde los contextos originarios de aprendizaje lleguen a estructurar
un nuevo contexto, cada uno estará inanimado por la misma intención y aun de la misma tensión. Esta vez
lograran definir la relación y finalmente recibir la confirmación. Pero ¿a quién escogen para esta empresa?
A un compañero “difícil”. Es así como cada uno quiere repetir el desafío y como cada uno pretende
triunfar. La posición de ambos en la relación es simétrica. Cada uno anhela conquistar el control de la
definición relación. Pero cada vez que lo intenta vuelve a sentir el temido fracaso.
En este punto la hybris (característica humana de la que habla Bateson, que sería "la pretensión de
lograrlo" algún día, aun a costa de morir), lejos de redimensionarse, aumenta: fallar se convierte en algo
insoportable. Es necesario evitarlo como sea, ¿y cómo lograrlo? Descalificando la propia definición de la
relación, rápidamente, antes de que el otro lo haga. Prevenir el golpe insoportable.
Se despliega así el gran juego, se configuran las reglas secretas. Se vuelven expertos en el uso de la
paradoja, aprovechando las posibilidades del hombre: comunicarse al mismo tiempo en diversos niveles,
verbales y no verbales, saltar de una clase lógica a un miembro de la clase, solo si se tratara de una misma
cosa. Es así como se configura la panoplia de las maniobras comunicacionales, tan características de las
interacciones esquizofrénicas: descalificación de algunos o todos los componentes del mensaje,
tangencialidad, desplazamientos del tema, amnesias, y por último, la maniobra suprema, la descalificación.
A propósito de la descalificación, es importante señalar cómo se la define en la literatura: es un tipo de
respuesta a la definición que el otro intenta dar de sí en una relación. Esta definición no es una
confirmación, ni siquiera un rechazo. Es una respuesta críptica, que conlleva sustancialmente el siguiente
mensaje: “no doy cuenta de ti, no estás, no existes”. Los autores dan cuenta de otro tipo de descalifiacón:
es el autor mismo del mensaje quien se califica como no existente señalando "yo no estoy, no existo en la
relación contigo".
El eventual miedo proviene del hybris, como función de este tip de relación en la cual la simetría exaspera
al hybris y el hybris a la simetría. Por ello el juego no debe terminar. Algún día, se dice cada uno a sí mismo,
si insisto, lo lograré. Lo esencial es que todo el equipo permanezca en el campo. El estado de alarma
crónico es altísimo: cada alejamiento de uno de los jugadores es sentido como n grave peligro. Hay un
mismo miedo, perder al otro no como persona, sino como compañero de juego.
En síntesis, el trabajo de los autores con la pareja de interacción esquizofrénica llevó a la idea básica de
que su equivocada epistemología es la hybris simétrica, o sea la oculta presunción compartida por cada
uno de poder, algún día. Conquistar el control unilateral en la definición de la relación. Por cierto, ninguno
puede tener el control lineal en una interacción que de hecho es circular.
Por lo tanto, la condición en el juego exclusivamente humano de transacción esquizofrénica es que
realmente no haya jamás vencidos ni vencedores de acuerdo con las proposiciones en el vínculo, que son
siempre pseudocomplementarias o pseudosimétricas. Un juego de este tipo no puede tener fin, ya que el
resultado sería indefinible: quien haya vencido, quizás haya perdido y quien ha perdido quizá hay vencido,
así hasta el infinito.
El doble vínculo es una modalidad apta para trasmitir y mantener un desafío sin alternativas y por lo tanto
sin fin. Tal modalidad comunicacional puede definirse así: en el nivel verbal se da una indicación que a
continuación, en el nivel casi siempre no verbal será descalificada. Al mismo tiempo se agrega el mensaje
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que está prohibido hacer comentarios sobre la incongruencia de los dos niveles y está prohibido dejar el
campo. Una indicación de este tipo, no permite al receptor ocupar la posición complementaria, o sea la
obediencia a la indicación, porque no está claro cuál es la verdadera indicación. Tampoco le está permitido
ponerse en posición simétrica, o sea, desobedecer, porque no está claro cuál es la verdadera indicación
sobre la cual debe rebelarse.
Solamente una posición bien definida permite la metacomunicación o el abandono del campo, o sea, la
redefinición de la relación. Es decir que sólo es posible redefinir una relación luego que tal relación se haya
definido claramente. Lo que resulta esencial para que la relación interpersonal no sea psicótica, es la
claridad inequívoca y recíprocamente aceptada de su propia definición. Es eso, precisamente, lo que está
prohibido en la transacción esquizofrénica.

Capítulo 7: La connotación positiva.


La connotación positiva surgió de la necesidad de llegar, a una intervención terapéutica paradójica: la
prescripción del síntoma del paciente designado.
El acceso al modelo sistémico resultaba solo posible si se connotaba positivamente tanto los síntomas del
paciente designado como los comportamientos sintomáticos de los otros miembros diciendo, por ejemplo,
que todos los comportamientos observables aparecen inspirados por el común deseo de mantener la
unión y la cohesión del grupo familiar. De tal modo, los terapeutas ponen a todos los miembros en un
mismo nivel y evitan alianzas o escisiones en subgrupos que constituyen el alimento cotidiano de la
discusión familiar. La función primaria de la connotación positiva de todos los comportamientos
observados en el grupo aparece como la que puede facilitar a los terapeutas el acceso al modelo sistémico.
Conviene recordar que todo sistema viviente comporta tres caracteres fundamentales:
- Totalidad: el sistema es ampliamente independiente de las características individuales de los
elementos que lo componen.
- Capacidad autocorrectiva y por lo tanto tendencia homeostática.
- Capacidad de transformación.
La tendencia homeostática y capacidad de transformación en cuanto características funcionales del
sistema no son mejor ni peor, son necesarias ya que en el sistema no puede existir la una sin la otra. La
combinación de ambas ocurre según un continuum.
Los terapeutas no hacen distinción alguna entre el “síntoma” del paciente designado y los
comportamientos “sintomáticos”, o sea la modalidad peculiar de comunicación compartida por todos los
miembros de la familia.
En ese momento los terapeutas “saben” una sola cosa: que todos los miembros de la familia se oponen a
cualquier cambio que resulte peligroso para su “ideal homeostático” y que, por lo tanto, es necesarios
aliarse a tal ideal (por el momento, naturalmente).
Aquí es cuando los terapeutas deben hacer exactamente lo contrario de lo que hace la familia. Ignoran
deliberadamente el aspecto alusivo y amenazador del síntoma en el sentido de protesta y de invocación al
cambio. Solamente subrayan y confirman el aspecto homeostático. Del mismo modo confirma los
comportamientos de los otros miembros de la familia tendientes al mismo objetivo: la estabilidad y la
cohesión del grupo.
La connotación positiva tiene 2 funciones terapéuticas importantes e interdependientes:
- Definir claramente la relación sin peligro de recibir una descalificación. La familia con interacción
esquizofrénica se sirve del lenguaje digital en contraposición del analógico. Las pautas interacciones
de esas familias se caracterizan por el esfuerzo en no definir la relación.
- La definición debe ser de un tipo de contexto, en cuanto terapéutico.
La connotación positiva conlleva, en varios niveles, una serie de mensajes. En primer lugar, los terapeutas
definen claramente la relación de los miembros de la familia entre sí como complementaria del sistema o sea
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de su tendencia homeostática. Encontrarse todos en idéntica posición de complementariedad respecto del


sistema hace vana la tensión simétrica encubierta, presente en todos los miembros de la familia. Por otro lado,
los terapeutas definen claramente la relación familia-terapeutas como complementaria en cuanto ellos
declaran su propio liderazgo. No de manera directa sino implícita mediante una metacomunicacón global.
La connotación positiva permite:
1) Situar a todos los miembros de una familia en un mismo plano en cuanto complementarios en relación
con el sistema, sin connotarlo, como moralista, evitando así trazar líneas arbitrarias de demarcación entre
unos y otros.
2) Acceder al sistema mediante la confirmación de su línea homeostática.
3) Ser aceptados en el sistema como miembros de pleno derecho, en cuanto animados de la misma
intencionalidad.
4) Connotar positivamente la tendencia homeostática para provocar, paradójicamente, la capacidad de
transformación.
5) Definir claramente la relación en el vínculo familiar-terapeuta.
6) Definir el contexto como terapéutico.

 “Hipotetización, circularidad, neutralidad.” Selvini- Palazzoli.


Son tres principios métodos que se consideran indispensables para entrevistar correctamente a la familia.
Hipotetizacion:
Se refiere a la formulación por parte del terapeuta de una hipótesis basada en la información que él tiene
de la familia que recogió durante el contacto inicial. La hipótesis establece un punto de partida tanto para
su investigación como para verificar la validez de esta hipótesis y además para evitar conversaciones
insustanciales. Si la hipótesis resulta falsa, el terapeuta debe formular una segunda hipótesis en base a la
información obtenida a partir del cuestionamiento de la primera.
La función esencial de la hipótesis consiste en ser una guía para proveer nueva información, a partir de la
cual la hipótesis será confirmada, refutada o modificada. El valor funcional de la hipótesis en la entrevista
familiar radica sustancialmente en garantizar la actividad del terapeuta, la cual consiste en reastrear los
patrones relacionales. La Hipótesis organiza a la familia y sugiere un significado del síntoma como solución
ingeniosa a la situación.
La hipótesis debe ser sistémica, es decir, debe incluir a todos los componentes de la familia y bridarnos un
supuesto en torno a la función relacional total.

Circularidad:
Es la capacidad del terapeuta de conducir su investigación basándose en el feedback proveniente de la
familia, en respuesta a la información que él solicita acerca de sus relaciones y por lo tanto, acerca de
diferencia y cambio. Aquello que el autor denomina como circularidad es nuestra conciencia de ser capaces
de obtener información autentica de la familia, solo si se trabaja con los siguientes fundamentos: 1) la
información es una diferencia y 2) la diferencia es una relación (o un cambio en la relación).
Es necesario aún otro recurso para ayudar al terapeuta a encarar complejidades de la familia: la pregunta
tríadica; cada miembro de la familia es invitado a contarnos como ve él la relación existente entre dos
miembros de la familia, así llegamos a la investigación de una relación diádica vista por una tercera
persona.
Otros métodos de recolección de información con respecto a la modalidad triádica:
- en términos de conducta interactiva específica en circunstancias específicas (y no en términos de
sentimientos o interpretaciones).
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- en términos de categorización de los distintos miembros de la familia de una conducta específica o una
interacción específica.
- en términos de cambios en la relación (o mejor dicho en la conducta indicativa de cambio de relación)
antes y después de un evento preciso.

Neutralidad:
Es un efecto pragmático específico derivado de la conducta total que el terapeuta despliega durante la
sesión. No hace referencia a su disposición intrapsíquica.
En el momento en que el terapeuta invita a un miembro de la familia a comentar la relación de otros dos
miembros, él aparece como aliado de esa persona, pero esta alianza se corta cuando pregunta lo mismo a
otro miembro. El resultado final es que el terapeuta está aliado a todos y a ninguno al mismo tiempo.
Además, mientras más asimile el terapeuta la epistemología sistémica menos tenderá a hacer juicios
morales de cualquier tipo.
El equipo trata de observar y neutralizar tan pronto como sea posible cualquier intento hacia la seducción
o relaciones privilegiadas con el terapeuta hecha por cualquier miembro de la familia.
El equipo no se deja enganchar en el juego de poder de la familia

 “Teoría General de los Sistemas” Von Bertalanffy


El significado de la teoría general de los sistemas.
Al repasar la evolución de la ciencia moderna nos topamos con un fenómeno sorprendente: han surgido
problemas y concepciones similares en campos muy distintos e independientes. En contraste con una
visión mecanicista han aparecido en varias ramas de la física moderna problemas de totalidad, interacción
dinámica y organización. Surgen problemas de orden y organización, trátese de la estructura de los átomos,
la arquitectura de las proteínas o los fenómenos de interacción en termodinámica.
De manera similar la biología, a saber, mecanicista, veía su meta en la fragmentación de los fenómenos
vitales en entidades atómicas y procesos parciales. El organismo vivo era descompuesto en células, sus
actividades en procesos fisiológicos y por último fisicoquímicos. Es necesario estudiar no sólo partes y
procesos aislados, sino también resolver los problemas decisivos hallados en la organización y el orden que
los unifican, resultantes de la interacción dinámica de partes y que hacen al diferente comportamiento de
éstas cuando se estudian aisladas o dentro de un todo.
La repercusión y el progreso de las ciencias biológicas, de la conducta y sociales parecerían imponer un
ensanchamiento de nuestros esquemas conceptuales a fin de dar cabida a sistemas de leyes en campos
donde no es suficiente o posible la aplicación de la física. Semejante inclinación hacia teorías generalizadas
es patente en muchos campos y de diversas maneras.
Los organismos vivos son en el fondo sistemas abiertos, es decir, sistemas que intercambian materia con el
medio circundante. La física y la fisicoquímica ordinarias se ocupan de sistemas cerrados y apenas en años
recientes ha sido ampliada la teoría para incluir procesos irreversibles, sistemas abiertos y estados de
desequilibrio. Así, existen modelos, principios y leyes aplicables a sistemas generalizados o a sus subclases,
sin importar su particular género. Interesa la naturaleza de sus elementos componentes y las relaciones o
“fuerzas” que imperen entre ellos. Parece legítimo pedir una teoría no ya de sistemas de clase más o
menos especial, sino de principios universales aplicables a los sistemas en general.
De aquí que adelantemos una nueva disciplina llamada Teoría General de los Sistemas. Su tema es la
formulación y derivación de aquellos principios que son válidos para los “sistemas” en general. Si
planteamos esto y definimos bien el sistema, hallaremos que existen modelos, principios y leyes que se
aplican a sistemas generalizados, sin importar su particular género, elementos y “fuerzas” participantes.
Consecuencia de la existencia de propiedades generales de sistemas es la aparición de similitudes
estructurales o isomorfismos en diferentes campos. Hay correspondencias entre los principios que rigen el
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comportamiento de entidades que son intrínsecamente muy distintas. Una teoría general de los sistemas
sería un instrumento útil al dar, por un aparte, modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos
y evitar, por otra, vagas analogías que a menudo han perjudicado el progreso en dichos campos.
El método de la ciencia clásica era de lo más apropiado para fenómenos que pueden descomponerse en
cadenas causales aisladas o que son consecuencia estadística de un número “infinito” de procesos
aleatorios. Sin embargo, los modos clásicos de pensamiento fracasan en el caso de la interacción entre un
número grande, pero limitado, de elementos o procesos. Aquí surgen los problemas circunscritos por
nociones como las de totalidad, organización y demás, que requieren nuevos modos de pensamiento
matemático.
La teoría general de los sistemas no persigue analogías vagas y superficiales. Poco valen, ya que junto a las
similitudes entre fenómenos siempre se hallan también diferencias. El isomorfismo que discutimos es más
que mera analogía. Es consecuencia del hecho de que, en ciertos aspectos, puedan aplicarse abstracciones
y modelos conceptuales coincidentes a fenómenos diferentes. Sólo se aplicarán las leyes de sistemas con
mira a tales aspectos. Esto no difiere del procedimiento general en la ciencia.

Metas de la Teoría General de los Sistemas.


Esto indica un cambio general en la actitud y las concepciones científicas.
Las metas principales de la teoría general de los sistemas: 1. Hay una tendencia general hacia la integración
en las varias ciencias, naturales y sociales. 2. Tal integración parece girar en torno a una teoría general de
los sistemas. 3. Tal teoría pudiera ser un recurso importante para buscar una teoría exacta en los campos
no físicos de la ciencia. 4. Esta teoría nos acerca a la meta de la unidad de la ciencia. Una concepción
unitaria del mundo puede basarse no ya en la esperanza de reducir todos los niveles de la realidad al de la
física, sino mejor en el isomorfismo de las leyes en diferentes campos.

Sistemas cerrados y abiertos: Limitaciones de la física ordinaria.


La física ordinaria sólo se ocupa de sistemas cerrados, de sistemas que se consideran aislados del medio
circundante. La termodinámica declara expresamente que sus leyes sólo se aplican a sistemas cerrados. Sin
embargo, encontramos sistemas que, por su misma naturaleza y definición, no son sistemas cerrados. Todo
organismo viviente es ante todo un sistema abierto. Se mantiene en continua incorporación y eliminación
de materia, constituyendo y demoliendo componentes, sin alcanzar, mientras la vida dure, un estado de
equilibrio químico y termodinámica, sino manteniéndose en un estado llamado uniforme que difiere de
aquel. Tal es la esencia misma de ese fenómeno fundamental de la vida llamado metabolismo, los procesos
químicos dentro de las células vivas. ¿Y entonces?
No ha sido sino hasta años recientes cuando hemos presenciado una expansión de la física orientada a la
inclusión de sistemas abiertos. Esta teoría ha aclarado muchos fenómenos obscuros en física y biología, y
ha conducido asimismo as importantes conclusiones generales, de las cuales sólo mencionaré dos. La
primera es el principio de equifinalidad. En cualquier sistema cerrado, el estado final está inequívocamente
determinado por las condiciones iniciales. Si se alteran las condiciones iniciales o el proceso el estado final
cambiará también. No ocurre lo mismo en los sistemas abiertos. En ellos puede alcanzarse el mismo estado
final partiendo de diferentes condiciones iniciales y por diferentes caminos. Es lo que se llama
equifinalidad.

Información y entropía.
Otra vía que está vinculada de cerca a la teoría de los sistemas es la moderna teoría de la comunicación. La
noción general en teoría de la comunicación es la información. La información no es expresable en
términos de energía. Hay una forma de medir la información en término de decisiones. Otro concepto
céntrico de la teoría de la comunicación es el de retroalimentación. Hace que el sistema se autorregule.
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Hay gran número de fenómenos biológicos que corresponden al modelo de retroalimentación. Está,
primero, lo que se llama homeostasis, o mantenimiento del equilibrio en el organismo vivo, cuyo prototipo
es la termorregulación en los animales de sangre caliente. En el organismo humano y animal existen
sistemas de retroalimentación comparables a los servomecanismos de la tecnología, que se encargan de la
regulación de acciones. La teoría aspira a mostrar que mecanismos de naturaleza retroalimentadora
fundamentan el comportamiento teleológico o intencionado en las máquinas construidas por el hombre,
así como en los organismos vivos y en los sistemas sociales.

Causalidad y teleología.
Otra cuestión a mencionar es el cambio en la imagen científica del mundo durante las ultimas décadas. La
única meta de la ciencia parecía ser analítica. Puede tomarse como característica de la ciencia moderna el
que este esquema de unidades aislables actuantes según casualidad unidireccional haya resultado
insuficiente. El comportamiento teleológico, dirigido hacia un estado final o meta característicos no sea
algo que esté más allá de las lindes de la ciencia natural, ni una errada concepción antropomorfa de
procesos que, en sí mismos, no tienen dirección y son accidentales.

¿Qué es la organización?
Consideraciones análogas son aplicables al concepto de organización. También ella era ajena al mundo
mecanicista. Un átomo, un cristal, una molécula son organizaciones. En biología, los organismos son, por
definición, cosas organizadas. Pero, aunque dispongamos de una enorme cantidad de datos sobre la
organización biológica, carecemos de una teoría de la organización biológica, de un modelo conceptual que
permite explicar los hechos empíricos. Características de la organización, trátese de un organismo vivo o de
una sociedad, son nociones como las de totalidad, crecimiento, diferenciación, orden jerárquico,
dominancia, control, competencia, etc. Semejantes nociones no intervienen en la Física corriente. La teoría
de los sistemas está en plenas condiciones de vérselas con estos asuntos. Es posible definir tales nociones
dentro del modelo matemático de un sistema: más aún, en ciertos aspectos puede deducirse teorías
detalladas que derivan los casos especiales a partir de supuestos generales.

 “Aspectos del constructivismo radical. Construcciones de la experiencia humana.” Von Glasersfeld


La diferencia principal entre ciencia y religión, siempre han dicho, es que la religión se basa en un dogma
que es absoluto e inmutable porque surge de la revelación divina, mientras que la ciencia es provisional
porque desarrolla teorías que están abiertas a la refutación.
Una rápida revisión de la historia de las ideas científicas muestra que los científicos no siempre se
mantienen fieles a esta apertura mental ideal. Los innovadores tienden a ser tratados como herejes. Las
nuevas teorías triunfaron al final porque permitían a los científicos hacer cosas que no habían podido hacer
con anterioridad y cubrir un área mayor de la experiencia con un número menor de supuestos. En filosofía,
el patrón ha sido diferente, especialmente respecto a los problemas de la epistemología, esto es, aquellos
que se ocupan del conocimiento, su origen y su verdad. Su fuente puede hallarse en dos presupuestos que
siempre han parecido naturales e inevitables:
a) Que un mundo completamente estructurado existe independientemente de cualquier ser
humano cognoscente que lo experimente;
b) Que el ser humano tiene la tarea de descubrir cómo es ese mundo “real” y su estructura.
Estos supuestos conducen, inevitablemente a una paradoja. Cualquier cosa que un ser humano percibe o
concibe es, necesariamente, el resultado de los modos y medios de percepción y concepción de ese ser
humano. No hay forma de comparar los resultados de estas actividades con lo que podría existir
independientemente, porque el único acceso a la presunta “realidad” sería mediante un nuevo acto de
percepción y concepción.
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Principios del constructivismo:


El constructivismo radical es un esfuerzo por eliminar esa presunción. No niega la posibilidad de conocer,
pero brega por mostrar que el conocimiento no es la mercancía que la tradición de la filosofía occidental
nos quiere hacer creer. Por cierto, el constructivismo es una teoría del conocimiento activo, no una
epistemología convencional que trata al conocimiento como una encarnación de la Verdad que refleja al
mundo “en sí mismo”, independientemente del sujeto cognoscente. Los dos principios básicos del
constructivismo radical son: 1) El conocimiento no se recibe pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por
medio de la comunicación, sino que es construido activamente por el sujeto cognoscente; 2) La función de
la cognición es adaptativa y sirve a la organización del mundo experiencial del sujeto, no al descubrimiento
de una realidad ontológica objetiva.
El obstáculo principal es, quizás, éste: los argumentos de los escépticos se han concentrado siempre en la
negativa. Al reiterar que el conocimiento verdadero de un mundo objetivo es imposible, ayudaron a
perpetuar la idea de que el conocimiento, para que sea buen conocimiento, debería ser una
representación “verdadera” del mundo real.
Para algunos de nosotros ha surgido un enfoque diferente del conocimiento. Este enfoque difiere del
antiguo en descartar deliberadamente la noción de que el conocimiento podría o debería ser una
representación de un mundo-en-sí-mismo independiente del observador, reemplazándola por la exigencia
de que las construcciones conceptuales que denominamos conocimiento sean viables en el mundo
experiencial del sujeto cognoscente. La noción de construcción cognitiva fue adoptada en nuestro siglo por
Baldwin y luego elaborada extensamente por Piaget. La teoría constructivista de Piaget tiene un notable
precursor en G. Vico.

La naturaleza del conocimiento.


Una de las ideas básicas de Vico es que los agentes epistémicos no pueden conocer nada excepto las
estructuras cognitivas construidas por ellos mismos. Destaca que “conocer” significa saber cómo hacer.
Uno sabe algo sólo cuando puede decir cuáles son los componentes que lo conforman. El conocedor
humano sólo puede conocer lo que él ha construido. Para los constructivistas, la palabra conocimiento
refiere a un bien que es radicalmente diferente de la representación objetiva de un mundo independiente
del observador que la corriente principal de la tradición filosófica occidental ha estado buscando. En
cambio, el conocimiento refiere a estructuras conceptuales a las que agentes epistémicos consideran
viables para organizar la experiencia. En lugar de la relación ilusoria de “representación”, se debe
encontrar un modo de relacionar el conocimiento con la realidad que no implique algo como similitud o
correspondencia. Vico en 1970 menciona “Dios conoce el mundo real, el hombre conoce lo que entiende
de ese mundo."
Berkeley sostiene que ser es ser percibido. La palabra ser refiere al único modo de ser que un conocedor
humano puede concebir, ser en el mundo de la experiencia. No tenemos forma de concebir a qué debieran
referir las palabras “ser” o “existir” fuera del espacio y el tiempo de nuestro mundo experiencial. Para
Berkeley la unidad y permanencia de la existencia ontológica estaba asegurada por la percepción de Dios
que, debido a que se lo considera omnisciente, es ubicua y totalmente abarcadora. Vico, en cambio,
sostenía que, mientras la mente humana sólo podía conocer lo que la propia mente humana había
construido, sólo Dios, que había creado el mundo tal como es, podía verdaderamente conocerlo.
El constructivismo radical es menos imaginativo y más pragmático. No niega una “realidad” ontológica,
meramente le niega al experimentador humano la posibilidad de obtener una verdadera representación de
ella. Lo que denominamos “conocimiento”, entones, es el mapa de los caminos de acción y pensamiento
que, en ese momento del curso de nuestra experiencia, han resultado viables para nosotros. El
constructivismo está relacionado con el pragmatismo. Comparte una actitud hacia el conocimiento y la
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verdad y, como lo hace el pragmatismo, va en contra del “impulso común de escapar del vocabulario y
prácticas de la propia época y hallar algo ahistórico y necesario a lo cual aferrarse.”. Los constructivistas de
la actualidad, si son apremiados por la corroboración en lugar de la demostración en el sentido tradicional,
tienen una ventaja sobre Vico. Pueden sostener la compatibilidad con los modelos científicos que nos
permiten “manejarnos” notablemente bien en áreas específicas de la experiencia. Por ejemplo, se podría
nombrar la neurofisiología del cerebro: en un cierto nivel de análisis fisiológico no existe ninguna realidad
excepto el disparo de neuronas individuales. Esto se complementa con la visión de Von Foerster de que
todos los receptores sensoriales envían “respuestas” físicamente indistinguibles a la corteza. Las
modalidades sensoriales solo pueden distinguirse mediante el registro de la parte del cuerpo de donde
vienen las respuestas y no en base a “características del ambiente”. La percepción es la actividad interna
que el mundo externo dispara en nosotros.

El conocimiento como función adaptativa:


El trabajo de Piaget lucha por diseñar un modelo de generación de conocimiento viable. Este autor plantea
que la cognición debe ser considerada una función adaptativa.
Par Piaget, como para Vico, el conocimiento no es una representación del mundo real, sino que es la
colección de estructuras conceptuales que resultan estar adaptadas o ser viables dentro del alcance de la
experiencia del sujeto cognoscente.

El contexto de la teoría del esquema:


La teoría del aprendizaje que surge del trabajo de Piaget puede resumirse diciendo que el cambio cognitivo
y el aprendizaje ocurren cuando un esquema, en lugar de producir el resultado esperado, conduce a
perturbaciónes. La perturbación, a su vez, conduce a la acomodación que puede establecer un nuevo
equilibrio.

El componente social: los “otros”


La interacción social se refiere a lo que ocurre entre los seres humanos e involucra el lenguaje. Los
constructivistas quieren evitar presuponer estructuras o categorías cognitivas innatas. Por ende, existe la
necesidad de hipotetizar un modelo para la génesis conceptual de los “otros”

Una perspectiva de la comunicación:


Las señales físicas que viajan de un comunicador a otro, no transportan en realidad lo que consideramos el
“significado”. Debe considerarse a las señales como instrucciones para seleccionar significados particulares
de una lista que, junto con la lista de señales acordadas, constituye el código del sistema de comunicación
particular. De esto se deduce que, si las dos listas y las asociaciones convencionales que enlazan los ítems
en ellas no están disponibles a un receptos de que ocurra la interacción lingüística, las señales no tendrán
significado para él.
Desde el punto de vista constructivista, esta característica de la comunicación es muy importante porque
destaca el hecho de que los usuarios del lenguaje deben construir individualmente el significado de las
palabras, frases, oraciones y textos.
Una vez que se llega a advertir esta esencial e ineludible subjetividad del significado lingüístico, no se
puede mantener la noción de que las palabras comunican ideas o conocimiento, así se llega a advertir que
comprender es una cuestión de ajuste más que de similitud. Dicho de otro modo, comprender lo que
alguien ha dicho significa haber construido una estructura conceptual que, en el contexto dado, parece ser
compatible con la estructura que el hablante tenía en mente.
Desde esta perspectiva, el lenguaje no sirva para transferir información o conocimiento, sino que sirve para
manipular el entorno. El lenguaje es un medio para constreñir y orientar las respuestas físicas, así como la
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construcción conceptual del otro. No hay significados compartidos, cada usuario del lenguaje los ha
abstraído de su mundo experiencial.
En resumen, nuestro conocimiento del lenguaje y nuestro conocimiento de los otros no es diferente de
nuestro conocimiento del mundo. Todo lo que llamamos “conocimiento”, sea sensorio motriz o
conceptual, es el resultado de nuestra propia reflexión y abstracción a partir de lo que percibimos y
concebimos.

Resistencias en contra del modelo constructivista:


Cuando las teorías y conceptos han resultado útiles en el pasado, se producen intereses creados por
mantener el statu quo.
El constructivismo radical es desvergonzadamente instrumentalista que no debe ser equiparado con el
materialismo. Para el constructivismo, cuyo interés se concentra en el dominio cognitivo en la cual no hay
acceso a un ambiente externo, la viabilidad y la adecuación son siempre relativos al mundo experiencial del
sujeto cognoscente.
El análisis constructivista crea bastante incomodidad. Es una teoría que considera que todo el
conocimiento es resultado de una construcción individual, el significado de señales, signos, símbolos y
lenguaje no puede ser sino subjetivo. Sin embargo, el lenguaje no puede ser completamente privado
porque todos lo usamos en lo que llamamos comunicación.
El aspecto revolucionario del enfoque constructivista de la comunicación es que modifica el concepto de
comprensión. La comprensión de lo que otros hablantes quieren significar con lo que dicen no puede
explicarse mediante el supuesto de que hemos conseguido reproducir estructuras conceptuales idénticas
en cada cabeza.
Todo lo que se llama conocimiento sea sensoriomotriz o conceptual, es el resultado de la propia reflexión y
abstracción a partir de lo que percibimos y concebimos.

Consecuencias para la terapia:


Se suplanta la búsqueda de la realidad por la construcción mutua de lo real. Éxito de la terapia: que la
construcción sea operativa. La intervención del terapeuta debe tender a aumentar el campo de
posibilidades. Importancia de autonomía y responsabilidad personal dado que la interacción es
determinada por la propia estructura.

 “Teoría de la comunicación humana” Watzlawick


Prefacio a la segunda edición castellana:
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El autor señala que este libro está dedicado a Gregory Bateson, antropólogo y epistemólogo inglés, gracias
a quien se fue perfilando la base conceptual del modelo interaccional o pragmático de la comunicación
humana, centrado en el estudio de la interacción tal cual se da de hecho entre seres humanos.
El proceso de aprendizaje en que se ve envuelto el ser humano desde el mismo momento de su nacimiento
transcurre en un medio que transmite información y medios de calibrar dicha información, que enseña
lenguajes y reglas acerca de dichos lenguajes, que va organizando la conducta del sujeto mediante pautas
regladas de interacción muy complejas, muy precisas y totalmente fuera del nivel de percatación (salvo
cuando esas reglas se ven violadas)

Introducción:
Este libro trata sobre los efectos pragmáticos (en la conducta) de la comunicación humana y, en particular,
sobre los trastornos de la conducta. La comunicación es una condición sine qua non de la vida y el orden
social. Desde el comienzo de su existencia, un ser humano participa de un complejo proceso para adquirir
las reglas de la comunicación.

Cap. 1: Marco de referencia:


Un fenómeno que aparece como inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente
amplio como para incluir el contexto en que dicho fenómeno tiene lugar.
Estudiar una conducta aislada del contexto es hacer un estudio deductivo de la mente, cuando lo correcto
es ver también el contexto, o sea las relaciones observables con las demás personas. El vehículo de estas
relaciones observables es la comunicación.
La comunicación a su vez puede estudiarse desde tres puntos de vista: sintáctica (problemas relativos a
transmitir información; secuencia de los mensajes), semántica (significados compartidos acerca de lo que
se dice), y pragmática (cómo influye la comunicación en sus conductas concretas). El enfoque
comunicacional de la conducta justamente estudia no personas aisladas sino las manifestaciones
observables de la relación entre ellas. Watzlawick pone el énfasis en el estudio de la relación
emisor/receptor, mediada por la comunicación.
En este libro se refiere a las tres áreas mencionadas, pero se ocupará en particular de la pragmática. Así,
desde esta perspectiva, toda conducta y no solo el habla, es comunicación, y toda comunicación afecta a la
conducta.

Noción de función y relación:


El principal motivo por el que debe recurrirse a las matemáticas es la utilidad del concepto de función. La
relación entre variables constituyen el concepto de función.
Existe un paralelismo entre el surgimiento del concepto matemático de función y el despertar en la
psicología al concepto de relación.
Se establece una relación, se la pone a prueba en un rango tan amplio como las circunstancias lo permiten
y se llega a una abstracción que, es idéntica al concepto matemático de función.

Información y retroalimentación.
El psicoanálisis clásico siguió siendo en esencia una teoría sobre los procesos intrapsiquicos. En general, la
interdependencia entre el individuo y su medio siguió siendo objeto de muy poca atención dentro del
campo psicoanalítico, y es precisamente aquí donde el concepto de intercambio de información, esto es,
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de comunicación, se hace indispensable. Hay una diferencia entonces entre el modelo psicoanalítico y las
conceptualizaciones de la interacción entre el organismo y el medio, que tiene que ver con un pasaje de
pensar en términos de energía a pensar en términos de información.
Con la cibernética se dio el descubrimiento de la retroalimentación (esto ya es circular, no determinismo
lineal estricto). La retroalimentación puede ser positiva o negativa, siendo ésta última la que más se verá
porque es la que lleva al sistema hacia la homeostasis o hacia un mantener constantes y estables las
relaciones. La retroalimentación positiva lleva, al revés, al cambio, a la pérdida de equilibrio. En ambos
casos, parte de la salida de un sistema vuelve a introducirse en el sistema como información acerca de
dicha salida.
Los sistemas interpersonales pueden entenderse como circuitos de retroalimentación porque las
conductas de unas personas influyen sobre las otras, y viceversa, y pueden tender al equilibrio o al
desequilibrio.

Redundancia:
El proceso estocástico se refiere a las leyes inherentes a la frecuencia de símbolos o hechos. Los procesos
estocásticos muestran redundancia o constricción, dos términos que pueden ser usados por el concepto de
configuración.
La redundancia pragmática es esencialmente similar a la redundancia sintáctica y semántica. La
comunicación nos afecta de continuo, incluso nuestra autoconciencia depende de la comunicación,
estamos en una comunicación constante, y, sin embargo, somos casi por completo incapaces de
comunicarnos acerca de la comunicación.

Metacomunicación y el concepto de cálculo:


Los conocimientos alcanzados por el hipotético observador al estudiar la redundancia pragmática del
fenómeno de conducta “partida de ajedrez”, revelan una sugestiva analogía con el concepto matemático
de cálculos. Un cálculo es un método que se basa en el empleo de símbolos, cuyas leyes de combinación
son conocidas y generales, y cuyos resultados admiten una interpretación congruente.
Cuando dejamos de utilizar la comunicación para comunicarnos, y la usamos para comunicar algo acerca
de la comunicación, utilizamos conceptualizaciones que no son parte de la comunicación, sino que se
refieren a ella. Se habla así de metacomunicacion. Usamos un solo lenguaje para comunicarnos como para
metacomunicarnos.
Una conducta aislada, más que algo carente de significado es algo formalmente indeterminable: para
comprenderla no debemos buscar explicaciones hipotéticas sino vincularla con otras conductas de otras
personas, o sea estudiar la interacción misma y las reglas que la gobiernan. Lo que se sugiere en el texto, es
que toda interacción puede definirse en términos de la analogía con el ajedrez, esto es, como secuencias
de “movimientos” estrictamente gobernados por reglas acerca de las cuales pueden hacerse aseveraciones
metacomunicacionales significativas. Ello implica que existe un cálculo aun no interpretado de la
pragmática de la comunicación humana, cuyas reglas se observan en la comunicación eficaz y se violen en
la comunicación perturbada.

Conclusiones:
1. El concepto de caja negra: la mente debe estudiarse en relación con su entorno, con las demás mentes
(comunicación) más que plantear hipótesis acerca de su funcionamiento interno. 2. Consciencia e
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inconsciencia: no importa tanto si el intercambio de información entre dos mentes es consciente o


inconsciente, sino que importa más cómo la consideran los comunicantes: si deliberada y consciente o
accidental e inconsciente. 3. Presente vs pasado: si bien la conducta depende de la experiencia previa, lo
que A dice a B sobre su pasado está siempre ligado a la relación actual entre A y B, y también determinado
por ella. 4. Efecto vs causa: interesa más el efecto de la conducta sobre los demás que sus causas. Los
síntomas pueden así mostrarse como una regla del “juego” interaccional en que está inmerso el sujeto,
más que como el resultado de un conflicto no resuelto. Un síntoma es un fragmento de conductas que
ejerce efectos profundos en todos los que rodean al paciente. En tal sentido podrá establecerse una regla
empírica: cuando el porqué de un fragmento de conducta permanece oscuro, la pregunta ¿para qué?
Puede propiciar una respuesta válida. 5. Circularidad de las pautas de comunicación: en la interacción
comunicacional hay una causalidad circular: a produce b y b produce a. Sin embargo, los comunicantes rara
vez se percatan de esta circularidad, y creen que sólo están reaccionando a la conducta del otro sin advertir
que con su propia conducta influyen a la vez en el otro. 6. Relatividad de lo normal o lo anormal: cordura y
alienación no son conceptos estáticos ni atributos fijos de individuos. Normalidad o anormalidad dependen
de la situación interpersonal de la persona y de la perspectiva subjetiva del observador. No es lo mismo
entender la esquizofrenia como una enfermedad incurable y progresiva de una mente individual, que verla
como la única reacción posible frente a un contexto comunicacional absurdo e insostenible.

Cap. 2: Los axiomas de la comunicación humana.


Se denomina comunicación al aspecto pragmático de la teoría de la comunicación humana. Se llamará
mensaje a cualquier unidad comunicacional singular y una serie de mensajes intercambiados entre
personas recibirá el nombre de interacción. También se agrega a lo anterior, las pautas de interacción
constituyen una unidad de un nivel aún más elevado en la comunicación humana.

Axioma 1: “No es posible no comunicarse”.


En primer lugar, hay una propiedad de la conducta que no podría ser más básica por lo cual suele pasársela
por alto: no hay nada que sea lo contrario a la conducta. En otras palabras, no hay no-conducta, es
imposible no comportarse. Si se acepta que toda conducta en una situación de interacción tiene un valor
de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de
comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de mensaje: influyen en los
demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y por ende, también
comunican. Tampoco se podría decir que la comunicación tiene lugar solamente cuando es intencional,
consciente o eficaz.
Si la conducta esquizofrénica se observa dejando de lado las consideraciones etiológicas, parecería que el
esquizofrénico trata de no comunicarse. Pero, ya que incluso el sinsentido, el silencio, el retraimiento, la
inmovilidad o cualquier forma de negación constituye en sí mismo una comunicación, el esquizofrénico
enfrenta la tarea imposible de negar que se esta comunicación y al mismo tiempo de negar que su
negación es una comunicación.

Axioma 2: “Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo
clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación”.
Este axioma nos viene a decir en primer lugar, que una comunicación no sólo transmite información
(aspecto de contenido) sino que también impone conductas (aspecto relacional). Siguiendo a Bateson,
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estas dos operaciones se conocen como los aspectos “referenciales” y “conativos”. El aspecto referencial
de un mensaje transmite información, los datos y es sinónimo entonces de contenido del mensaje. Puede
referirse a cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa. Por
otro lado, el aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es y por ende, a la
relación entre los comunicantes, es decir, define como debe entenderse dicha comunicación. Por ejemplo,
“esta es una orden” o “solo estoy bromeando” constituyen ejemplos verbales de esa comunicación acerca
de una comunicación (metacomunicacion). La relación también puede expresarse de forma no verbal.
Entonces la pregunta, el mensaje, tienen un aspecto informativo (la mujer quiere saber si las perlas son de
ella o no) pero al mismo tiempo está definiendo una relación con la otra: una relación amistosa si sonríe
con ingenuidad e interés, una relación de competividad si la expresión es despectiva.
Este axioma nos dirá también que el aspecto relacional clasifica al aspecto de contenido o, lo que es lo
mismo, lo relacional es “metacomunicación” mientras que lo informativo es simplemente “comunicación”.
Cuando alguien dice “cerra la puerta” se está comunicando algo, pero también está diciendo,
especialmente si pone cara seria, que ese mensaje es una orden. Precisamente el aspecto de contenido es
comunicación a secas, mientras que el aspecto relacional ya es metacomunicación, aunque en sentido
amplio ambos son comunicación.

Axioma 3: “La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación
entre los comunicantes”.
En una secuencia prolongada de intercambios, los organismos participantes puntúan la secuencia de modo
que uno de ellos o el otro tiene iniciativa, predominio, dependencia, etc. Es decir, establecen entre ellos
patrones de intercambio (acerca de los cuales pueden o no estar de acuerdo) y dichos patrones
constituyen reglas de contingencia con respecto al intercambio de refuerzos. No se trata de determinar si
la puntuación de la secuencia comunicacional es, en general, buena o mala, ya que resulta evidente que la
puntuación organiza los hechos de la conducta y por ende, resulta vital para las interacciones en marcha.
La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables
conflictos en las relaciones.
Se afirma que la comunicación consiste en una serie de mensajes intercambiados mutuamente y que se
influyen entre sí, afirmándose además que este rasgo permite ver qué tipo de relación se da entre dos
personas, ya que una cosa es si la serie es finita o si es infinita. La mujer regaña al marido y éste, como
consecuencia, se retrae. La mujer vuelve a regañarlo porque está retraído, y el marido vuelve a retraerse
porque lo regañan. Esto puede seguir indefinidamente, y por ello hablamos de una serie que puede
extenderse al infinito. La cuestión de quién empezó primero carece de importancia: se quiere destacar la
secuencia misma, alternada y cerrada sobre sí misma. En esta monótona interacción no hay un verdadero
diálogo que permita esclarecer qué sucede realmente entre ellos: se trata de una interacción infinita
distorsionadora de la realidad. La psicoterapia, precisamente, busca romper esa cadena infinita tratando
de que marido y mujer empiecen a “metacomunicarse”.

Axioma 4: “Comunicación digital y analógica”


Los seres humanos se comunican tanto digital como analógicamente. La comunicación analógica tiene sus
raíces en periodos mucho más arcaicos en la evolución y contiene todo lo que es comunicación no verbal.
Es decir, los gestos, la postura, la expresión facial, la inflexión de la voz, la secuencia, el ritmo, la cadencia
de las palabras mismas. Por otro lado, el hombre se comunica de manera digital, de hecho la mayoría de
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los logros civilizados resultarían impensables sin el desarrollo del lenguaje digital. Y sin embargo, existe un
gran campo donde utilizamos en forma casi exclusiva la comunicación analógica. Se trata del área de la
relación. Por ejemplo, muchos creen que los animales comprenden lo que se les dice, pero,
evidentemente, el animal no entiende el significado de las palabras en sí mismo sino el caudal de
comunicación analógica que acompaña el habla.
En síntesis, toda comunicación tiene un aspecto de contenido y aspecto relacional por lo que ambos modos
de comunicación no solo existen de lado a lado, sino que se complementan entre sí en cada mensaje. Cabe
suponer que el aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras que el aspecto relativo
a la relación es de naturaleza predominantemente analógica. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis
lógica sumamente compleja y poderosa, pero carece de una semántica adecuada en el campo de la
relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica, pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
Las computadoras, por lo general, o son digitales o son analógicas, pero el hombre es la única criatura que
utiliza ambos lenguajes cuando se comunica con sus semejantes. Veamos cinco diferencias entre ellos. A)
En una primera aproximación, comunicación digital es comunicación verbal, y comunicación analógica es
comunicación no verbal. B) Evolutivamente, el lenguaje analógico es más arcaico que el digital. El hombre
muy primitivo se comunicaba más por gestos y dibujos que por palabras. Y lo mismo el niño, para hablar de
una evolución ontogenética. C) En una aproximación más fina, la gran diferencia que hay entre ambos
lenguajes radica en que mientras en el lenguaje digital no hay semejanza o analogía entre la palabra y el
objeto, en el lenguaje analógico (como su mismo nombre lo dice), sí hay una analogía entre la imagen y el
objeto. En una comunicación cara a cara siempre la comunicación tiene el componente digital y el
analógico: digital porque hablan, y analógico porque gesticulan, o ponen tal “cara”, o adoptan determinada
postura. Tales muecas y gestos también transmiten información, al igual que las palabras. D) El lenguaje
digital es más apto para comunicar contenido, mientras que el lenguaje analógico es mejor para definir
relaciones entre los comunicantes. E) Entre ambos lenguajes hay ciertas diferencias estructurales. El
lenguaje analógico comunica un sentido rápidamente sin tener que enmarañarnos con palabras, y con
mayor razón si ese sentido apunta a definir una relación entre dos personas. Sin embargo, el lenguaje
analógico tiene sus desventajas cuando se trata de comunicar contenidos o información vinculada con
cualquier cosa que no sea la relación interpersonal. ¿Intentó usted alguna vez explicarle los principios
metapsicológicos a alguien mediante gestos o muecas? El lenguaje digital se presta mucho mejor para esto,
porque tiene una “sintaxis” poderosa. Esto significa que la posibilidad de poder articular de mil formas
distintas las palabras y las letras, hace que puedan transmitirse significados muy sutiles o muy abstractos.
En cambio, el lenguaje analógico tiene el problema de la ambigüedad: una sonrisa puede indicar tanto
simpatía como desprecio. El lenguaje digital tiene una buena sintaxis para comunicar contenidos, y el
lenguaje analógico una buena semántica para definir relaciones. Cuando las personas se comunican entre
sí, en su necesidad de integrar ambos lenguajes deben traducir constantemente lo digital a lo analógico y
viceversa, operación en la cual se pierde mucha información.

Axioma 5: “Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén
basados en la igualdad o en la diferencia”.
Axioma de la interacción simétrica y complementaria.
Este se funda sobre el concepto de “cismogénesis” de Bateson. La cismogénesis es un proceso que muestra
cómo van cambiando las conductas de las personas a medida que van interactuando cada vez más: si dos
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personas empezaron una mandando y la otra obedeciendo, a medida que pasa el tiempo si siguen
haciendo lo mismo la primera va a mandar todavía más hasta ser un cruel tirano, y la segunda también va
sometiéndose cada vez más. De esto rescatamos lo siguiente: cuando dos personas se comunican pueden
establecerse entre ellas dos tipos de relación: simétrica, si está basada en la igualdad, o complementaria si
se basa en la diferencia. En el primer caso, los participantes tienden a igualar su conducta recíproca y así su
interacción puede considerarse simétrica. En el segundo caso, la conducta de uno complementa la del otro,
habiendo entonces dos posiciones distintas: una es superior, otra es inferior, o uno es bueno y el otro
malo, uno fuerte y otro débil, etc. Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto
social o cultural (madre-hijo).

Cap. 3 - La comunicación patológica.


Cada uno de los axiomas descriptos implica ciertas patologías.
La imposibilidad de no comunicarse
Ya se ha hecho referencia al dilema de los esquizofrénicos, al señalar que estos pacientes se comportan
como si trataran de negar que se comunican y luego encuentran necesario negar también que esa
negación constituye en sí misma una comunicación. Pero es igualmente posible que el paciente de la
impresión de querer comunicarse, aunque sin aceptar el compromiso inherente a toda comunicación. Por
ejemplo, una joven esquizofrénica entro de golpe al consultorio de la psiquiatra con quien tenía su primera
entrevista y anuncio alegremente “mi madre tuvo que casarse y ahora estoy aquí”. Se necesitaron varias
semanas para elucidar algunos de los múltiples significados condensados. Entre ellos, que era resultado de
un embarazo ilegitimo, que este hecho de alguna manera había causado su psicosis, y el “aquí” significaba
tanto en el consultorio como su presencia en la tierra.
El “esquizofrenes” es entonces un lenguaje que obliga al interlocutor a elegir entre muchos significados
posibles que no solo son distintos, sino que pueden resultar incompatibles. Así se hace posible negar
cualquier aspecto de un mensaje o todos sus aspectos. Sin embargo, este fenómeno no se limita a la
esquizofrenia, sino que cabe suponer que el intento de no comunicarse puede existir en cualquier otro
contexto en que se desea evitar el compromiso inherente a toda comunicación. Por ejemplo, el encuentro
entre dos desconocidos en un avión, en donde uno de ellos no quiere entablar conversación. Hay dos cosas
que no puede hacer: no puede abandonar físicamente el lugar y no puede no comunicarse. Hay pocas
reacciones posibles: o rechaza la comunicación, haciéndole sentir que no le interesa conversar, o acepta la
comunicación, o puede descalificar la comunicación, esto es, puede comunicarse de modo tal que su
propia comunicación y la del otro queden invalidadas. Las descalificaciones abarcan una amplia gama de
fenómenos comunicacionales, tales como autocontradicciones, incongruencias, cambios de tema,
oraciones incompletas, malentendidos, etc. Hay una cuarta respuesta: puede fingir un síntoma como
somnolencia, sordera, ignorancia al idioma, o cualquier incapacidad que justifique la imposibilidad de
comunicarse. Esta técnica sería la de recurrir a una fuerza de motivos que están más allá del propio control.
Por lo tanto, la teoría de la comunicación concibe un síntoma como un mensaje no verbal: no soy yo quien
quiere o no quiere hacer esto, sino algo fuera de mi control, por ejemplo, mis nervios, mi enfermedad, mi
ansiedad, mi mala vista, el alcohol, etc.

La estructura de niveles de la comunicación (contenido y relación)


Los trastornos que pueden surgir en los aspectos de contenido y relación aparecen en algunas de las
posibles variaciones siguientes: 1) En el mejor de los casos, los participantes concuerdan en el contenido y
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en la definición de la relación. 2) En el peor de los casos, los participantes están en desacuerdo con
respecto al nivel del contenido y también al de relación.
Entre estos dos extremos hay varias formas mixtas: a) Están en desacuerdo en los contenidos, pero ello no
perturba su relación. Quizás esta sea la forma más madura de manejar el desacuerdo, es decir acuerdan
estar en desacuerdo. El caso de una pareja que se mantiene unida, relación que no está obstaculizada por
el hecho de pensar diferente. b) Están de acuerdo en los contenidos, pero no en el nivel relacional: la
estabilidad de la relación se verá amenazada cuando deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel del
contenido. (ej.: muchos matrimonios tienen crisis cuando superan las dificultades externas que hasta el
momento obligaban a los cónyuges a un apoyo mutuo). c) Confusión entre contenido y relación. Se puede
dar cuando se intenta resolver un problema relacional en el nivel de contenido (el marido y la mujer que se
peleaban continuamente para ver quién tenía razón con respecto a cualquier contenido trivial, con el cual
en el fondo estaban de acuerdo); o a la inversa, también hay confusión entre contenido y relación cuando
se intenta resolver un problema de contenido en el nivel de relación, “si me amaras, no me contradirías”.
d) Por último y de particular importancia clínica, son todas aquellas situaciones donde una persona se ve
obligada a dudar de sus propias percepciones en el nivel de contenido, a fin de no poner en peligro una
relación vital con otra persona. Esto lleva a pautas de comunicación paradójica.

Definición del self y el otro


En el nivel relacional las personas no comunican nada cerca de hechos externos a su relación, sino que
proponen mutuamente definiciones de esa relación, y por implicación, de sí mismos. Así, por ejemplo la
persona P puede ofrecer a la otra, O, una definición de sí misma. P puede hacerlo en alguna de las
numerosas formas posibles, pero cualquiera sea el que y el cómo de su comunicación en el nivel de
contenido, el prototipo de su metacomunicacion será “así es como me veo”. Es inherente a la naturaleza
de la comunicación humana el hecho de que existan tres respuestas posibles por parte de O a la
autodefinición de P, las tres son de gran importancia:
- Confirmación: O puede confirmar la definición de que P da de sí mismo. En la sociedad humana, las
personas se confirman unas a otras de modo practico y existe un deseo de todo hombre de ser
confirmado por los otros como lo que es, e incluso como lo que puede llegar a ser.
- Rechazo: ciertas formas de rechazo pueden ser constructivas, como ocurre con la negativa de un
psiquiatra a aceptar la definición que un paciente da de sí mismo en situación transferencial y con la
que el paciente puede tratar de imponer al terapeuta su propio “juego relacional”.
- Desconfimacion: es muy distinto del rechazo. Tiene que ver con el hecho de que un individuo pase
completamente desapercibido por los miembros de una sociedad. Esto llevaría a una “pérdida de la
mismidad” que no es más que una traducción del término “alienación”. Es decir, se niega la realidad
de P. Mientras el rechazo equivale al mensaje “tu estas equivocado” la desconfirmacion afirma de
hecho “tu no existes”. Por ejemplo, el patrón familiar que ha surgido del estudio de familias de
esquizofrénicos no incluye tanto a un hijo sometido a un descuido total o a un trauma evidente,
sino a un hijo cuya autenticidad se ha visto sometida a menudo involuntariamente, a una
mutilación sutil pero persistente.

Niveles de percepción interpersonal


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Las tres respuestas anteriores tienen un denominador común, ya que por medio de cualquiera de ellas O
comunica “así es como te veo”. Así, en el discurso a nivel metacomunicacional hay un mensaje de P a O
“así es como me veo” y seguido por otro mensaje de O a P “así es como te veo”.
La puntuación de la secuencia de hechos
Las discrepancias surgidas en los intercambios de mensajes entre personas pueden llevar a impasses
interaccionales y, eventualmente, a acusaciones mutuas de maldad o de locura.
Las discrepancias en cuanto a la puntuación de las secuencias de hecho tienen lugar en todos aquellos
casos en que por lo menos uno de los comunicantes no cuenta con la misma cantidad de información que
el otro, pero no lo sabe. Un ejemplo es: La persona P escribe una carta a O proponiéndole un negocio. La
persona O responde aceptando, pero su carta no llega a destino. Entonces P piensa que no tiene interés y
no le escribe más. Mientras tanto O se siente ofendido porque no ha recibido respuesta de P. Esta disputa
silenciosa puede durar eternamente, y la única salida es que comiencen a metacomunicarse, es decir, a
preguntarse qué sucedió con sus comunicaciones. Un hecho exterior fortuito interfirió la congruencia de la
puntuación.
Lo que se puede observar en casi todos los casos de comunicación patológica es que constituyen círculos
viciosos que no se pueden romper a menos que la comunicación misma se convierta en tema de la
comunicación, para lo cual tienen que colocarse afuera del círculo.
El concepto de profecía autocumplidora es el fenómeno más interesante en el campo de la puntuación. Se
trata de una conducta que provoca en los demás la reacción frente a la cual esa conducta sería una
reacción apropiada. Ej.: una persona que parte de la premisa “nadie me quiere”, se comporta con
desconfianza, a la defensiva, o con agresividad, ante lo cual es probable que los otros reaccionen con
desagrado, corroborando su premisa original. Lo que caracteriza la secuencia y la convierte en un problema
es que el individuo considera que el solo está reaccionando ante esas actitudes, y no que las provoca.

Errores de traducción entre material analógico y digital


En este sentido, se dan dos casos posibles: 1) Error al traducir lo analógico a lo digital; un regalo (mensaje
analógico) puede ser entendido por el otro como una muestra de afecto o como un soborno. Mediante una
conducta, puedo mencionar o proponer amor, odio, pelea, etc., pero es el otro el que le atribuye futuros
valores de verdad positivos o negativos a mi propuesta. Además, en lo analógico, falta el equivalente del
“no” digital. La única posibilidad de transmitir una negación consiste primero en demostrar o proponer la
acción que se quiere negar y luego no llevarla a cabo.
2) Error al traducir lo digital a lo analógico (simbolización); cuando una relación amenaza con abarcar áreas
social o moralmente prohibidas (incesto), la digitalización (o sea hablar de la relación) ya no es posible y se
hace una traducción al lenguaje analógico, apareciendo, por ejemplo, el síntoma histérico. Se trata de una
traducción errónea en tanto esquiva el problema, en vez de intentar resolverlo mediante una
metacomunicación. En toda su obra, Jung demuestra que el símbolo aparece allí donde lo que se llama
“digitalización” no es posible.

Patologías potenciales en la interacción simétrica y complementaria


Cabe destacar que las relaciones simétricas o complementarias no son en sí mismas ni buenas ni malas.
Ambas deben existir normalmente en cualquier relación, en diferentes momentos o en diferentes
contextos.
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Escalada simétrica
En una relación simétrica existe el peligro de la competencia. Así, la patología en la interacción simétrica se
caracteriza por una guerra más o menos abierta. En cambio, en una relación simétrica sana, cada
participante puede aceptar la “mismidad” del otro, lo cual lleva al respeto mutuo y a la confianza en ese
respeto e implica una confirmación realista y reciproca del self. Cuando la relación simétrica se derrumba,
por lo común se observa más bien el rechazo que la des confirmación del self del otro.
Complementariedad rígida
En las relaciones complementarias puede darse la misma confirmación recíproca, sana y positiva. Las
patologías de las relaciones complementarias son muy distintas y en general equivalen a
desconfirmaciones antes que a rechazos del self del otro. Es inherente a la naturaleza de las relaciones
complementarias el que una definición del self solo pueda mantenerse si el otro desempeña el rol
especifico complementario. Al fin y al cabo, no puede haber una madre sin un hijo. Pero los patrones de la
relación madre-hijo se modifican con el tiempo y eso es necesario, de lo contrario, se convierte en un
obstáculo. El mismo patrón que puede ser confirmador del self en un momento, puede ser desconfirmador
en una etapa posterior.
Es muy difícil provocar un cambio en sistemas rígidamente definidos donde cada uno de los participantes
parece preferir los males que ya tiene a los que ignora.
Por lo tanto, caben tres posibilidades: mantenerse en una relación simétrica, mantenerse en una relación
complementaria, y alternar flexiblemente los intercambios simétricos y complementarios. Las patologías
potenciales en la interacción simétrica y complementaria tienen relación con los dos primeros casos. Una
alternancia o cambio entre vínculos simétricos y complementarios parece ser una solución sana. Tal es el
caso del vínculo entre madre e hijo que, al principio es complementaria, pero luego debe pasar a una
interacción simétrica.

Cap. 4 “La organización de la interacción humana”


La interacción como sistema.
La interacción es un sistema, llamado sistema interaccional y la teoría de los sistemas generales permite
comprender la naturaleza de los sistemas interaccionales. En la definición de sistema entran en juego tres
cosas: objetos, atributos y relaciones, y un sistema puede definirse como “un conjunto de objetos, así
como de relaciones entre los objetos y entre sus atributos”, los objetos son los componentes o partes del
sistema, los atributos son las propiedades de los objetos y las relaciones mantienen unido al sistema. Así,
mientras que los “objetos” pueden ser seres humanos individuales, los atributos son sus conductas
comunicacionales. La mejor manera de describir los objetos interaccionales consiste en verlos no como
individuos, sino como personas que se comunican con otras personas. Lo importante no es el contenido de
la comunicación sino el aspecto relacional. Así, lo sistemas interaccionales serán dos o más comunicantes
en el proceso, o en el nivel, de definir la naturaleza de su relación. O también, más claramente, es un
conjunto de dos a más individuos que definen sus relaciones mutuas mediante un intercambio de
mensajes. Una familia es un sistema interaccional, porque entre sus miembros se intercambian mensajes
que definen sus mutuas relaciones.

Medio ambiente y subsistemas


Otro aspecto importante de la definición de un sistema es la definición de su medio. El medio es el
conjunto de todos los objetos cuyos atributos al cambiar afectan al sistema y también aquellos objetos
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cuyos atributos son modificados por la conducta del sistema. Sin embargo, la subdivisión de sistema y
medio, puede efectuarse de muchas maneras que son de hecho muy arbitrarias. La definición de sistema y
medio hace evidente que cualquier sistema dado puede ser subdividido a su vez en subsistema. Los objetos
pertenecientes a un sistema pueden considerarse como parte del medio de otro sistema.
Con este modelo conceptual se puede ubicar un sistema interaccional diádico dentro de una familia más
grande, una familia ampliada, una comunidad y un sistema cultural. Los individuos que se comunican se
estudian en sus relaciones horizontales y verticales con otras personas y otros sistemas. Es posible hablar
entonces de una jerarquía de sistemas donde unos se incluyen en otros más amplios, y donde cada uno
tiene una autonomía relativa: cualquier sistema sufre la influencia de los otros sistemas y a su vez influye a
estos.

Las propiedades de los sistemas abiertos


El autor centra la atención en los sistemas abiertos. Sus propiedades son:
Totalidad: Un sistema se comporta como un todo inseparable y coherente, lo cual significa que cualquier
cambio en una de sus partes, provoca un cambio en las demás y en el sistema total. Los sistemas siempre
se caracterizan por un cierto grado de totalidad.
Esto se relaciona con la no-sumatividad, es decir, que el principio de totalidad afirma que un sistema es
más que la suma de sus partes. Dos o más elementos que se interrelacionan produce una nueva cualidad
emergente, diferente a las cualidades de cada elemento o su suma. En el estudio de la interacción humana,
se propone que el contraste se establezca entre enfoques centrados en el individuo y la teoría de la
comunicación. Cuando la interacción se considera como un derivado de “propiedades” individuales tales
como roles, valores, expectativas etc., es un montón sumatorio que puede dividirse en unidades más
básicas (individuales). En contraste a partir del primer axioma, según el cual toda conducta es
comunicación y resulta imposible no comunicarse, se deduce que las secuencias de comunicación serian
recíprocamente inseparables, en síntesis, que la interacción es no-sumativa.
El principio de totalidad implica también que la relación entre las partes es circular, no unilateral. La
relación unilateral implica que el elemento A afecta a B, pero no viceversa. La relación circular implica que
ambos elementos se influyen mutuamente, y esto apunta a la:
Retroalimentación: la retroalimentación y la circularidad constituyen el modelo causal adecuado para una
teoría de los sistemas interaccionales.
Equifinalidad: En un sistema circular y automodificador, los “resultados” (o estados a los cuales llega el
sistema luego de cierto tiempo) no están determinados tanto por las condiciones iniciales como por la
naturaleza del proceso o los parámetros del sistema. Es decir, la conducta equifinal de los sistemas
abiertos está basada en su independencia respecto de las condiciones iniciales. Sus corolarios: a) a partir
de condiciones iniciales distintas podemos llegar al mismo resultado, y b) a partir de una misma condición
inicial podemos llegar a distintos resultados. En el caso de los sistemas abiertos, las características
organizativas del sistema pueden hacer que se llegue al caso extremo de independencia total con respecto
a las condiciones iniciales: el sistema constituye entonces su mejor explicación.

Sistemas interaccionales estables.


Se consideran ahora los sistemas caracterizados por su estabilidad, los llamados de estado constante.
Cuando se considera un sistema interaccional donde interactúan personas, este sistema puede ser: a) un
conjunto de personas que se encuentran casualmente por primera vez, donde se conocen poco y nada
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entre sí, y b) un conjunto de personas que lleva ya tiempo formado y donde todos se conocen y tienen
ciertas reglas de interacción establecidas. En este último caso hablamos de “relaciones estables”. Las
relaciones estables se dan cuando 1) son importantes para ambos participantes y 2) son duraderas (ej.:
amistades, matrimonios o relaciones familiares). En estos casos las interacciones se realizan en el contexto
de una red consolidada naturalmente a través del tiempo, y al sistema así constituido se lo llama un
“sistema de estado constante” o un “sistema interaccional estable”. Un sistema es estable con respecto a
alguna de sus variables, si éstas tienden a permanecer dentro de límites definidos.
Ante un sistema interaccional estable, se puede preguntar dos cosas: sobre el “por qué” de esta
estabilidad, y sobre el “cómo” de la misma. La respuesta al cómo lo encontramos en un factor limitador de
la comunicación, que puede definirse del siguiente modo: “en una interacción comunicacional, todo
intercambio de mensajes disminuye el número de movimientos siguientes posibles”. En los sistemas
interaccionales estables, como la familia, la gran cantidad de mensajes que se intercambian a lo largo del
tiempo hace que finalmente se estabilicen las secuencias comunicacionales y queden cada vez más
restringidas, es decir, el sistema se habrá vuelto estable. Las variables como los temas de comunicación,
pero especialmente la definición de las relaciones, permanecerán dentro de límites cada vez más definidos.
En toda comunicación los participantes trata de determinar la naturaleza de la relación y cada uno
responde con su propia definición que puede confirmar, rechazar o modificar la del otro. Se denomina
regla de la relación a la estabilización en su definición. Esta regla puede aplicarse a la simetría o a la
complementariedad. Así, por ejemplo, la familia es un sistema gobernado por reglas.

La familia como sistema.


Si la familia es un sistema abierto estable, entonces deben poder aplicárseles ciertos principios o
propiedades inherentes a ese tipo de sistemas: 1) totalidad, 2) no sumatividad, 3) retroalimentación y
homeostasis, y 4) calibración y funciones escalonadas.
1) Totalidad: cualquier cambio, favorable o no, en el miembro de la familia identificado como paciente,
influirá por lo común sobre los demás miembros, afectando su salud psíquica, social o incluso física. Por
esto, muchas veces los terapeutas de familia que logran aliviar el problema por el cual se los consulto
enfrentan a menudo una nueva crisis.
2) No sumatividad: el análisis de una familia no es lo mismo que la suma de los análisis de sus miembros
individuales, pues se establecen ciertos patrones interaccionales que trascienden lo individual. Muchas
“cualidades individuales”, sobre todo los síntomas, suelen ser características del sistema, no del individuo.
3) Retroalimentación y homeostasis: la familia tiende a perpetuar los modos de relación entre sus
miembros. Pero ¿qué pasa si desde afuera el sistema familiar es influenciado para cambiar esos modos de
relación? Cuando esto sucede, la familia manifiesta una serie de conductas que tienden a hacer recuperar
al sistema el equilibrio perdido (homeostasis familiar) (Jackson).
Como sistema interaccional estable que es, la familia tiende a perpetuar los modos de relación entre sus
miembros (retroalimentación). Cuando desde afuera el sistema familiar es influenciado para cambiar esos
modos de relación, la familia manifiesta una serie de conductas que tienden a hacer recuperar al sistema el
equilibrio perdido. Todas las familias que permanecen unidas deben caracterizarse por cierto grado de
retroalimentación negativa (mantiene la estabilidad) a fin de soportar las tensiones impuestas por el
medio. Las familias perturbadas son particularmente refractarias al cambio y tienen una predominancia de
la retroalimentación negativa. La retroalimentación negativa está muy acentuada en familias con pacientes
esquizofrénicos.
96

Sin embargo, también existe aprendizaje y crecimiento en la familia, y esto se encuentra más cerca de la
retroalimentación positiva. Si bien desde cierto punto de vista la familia esta equilibrada por la
homeostasis, por otro lado, existen importantes factores simultáneos de cambio.
4) Calibración y funciones escalonadas: en familias con pacientes designados hay una tendencia a fijar su
termostato interno en un rango muy chico. Allí, los mecanismos homeostáticos se activan con mucha
facilidad, pues el menor cambio ambiental genera reacciones inmediatas para preservar su equilibrio.
Otras familias tienen su termostato calibrado en un rango más amplio, y no reaccionan tan rígida y
velozmente como las anteriores. Pueden asimilar mejor los cambios sin necesidad de contrarrestarlos
mediante veloces mecanismos de retroalimentación negativa. Están entonces, en mejores condiciones
para enfrentar los cambios y poder cambiar en función de ellos. El proceso terapéutico estaría encaminado
a lograr que la familia pueda instrumentar una función escalonada que le permita pasar a un nuevo
equilibrio y no volver siempre al estado anterior.
Se describe a la interacción humana como un sistema de comunicación, caracterizado por las propiedades
de los sistemas generales: el tiempo como variable, relaciones sistema-subsistema, totalidad,
retroalimentación y equifinalidad. Los sistemas interaccionales se consideran el foco natural para el estudio
del impacto pragmático a largo plazo de los fenómenos comunicacionales. La limitación, en general, y el
desarrollo de reglas familiares, en particular, llevan a una definición de la familia como un sistema
gobernado por reglas.

 Reescribir la vida White.


La perspectiva narrativa en la terapia
Me interesó especialmente el trabajo de Gregory Bateson. Además, de las muchas ideas que captaron mi
atención en la década de 1980, las de Michael Foucault han sido las que más influencia han tenido sobre
mí.
La idea de relato surge del trabajo de Bateson, pero quienes me alentaron a interpretar mi trabajo de
acuerdo con la metáfora narrativa fueron Cheryl White y David Epston.
La vida como relato o narrativa implica afirmar que los seres humanos son seres interpretantes que
interpretamos activamente nuestras experiencias a medida que vamos viviendo nuestras vidas. Es
afirmar que no nos es posible interpretar nuestra experiencia si no tenemos acceso a algún marco de
inteligibilidad que brinde un contexto para nuestra experiencia y posibilite la atribución de significados.
Es afirmar que es el relato o historia propia lo que determina que aspectos de nuestra experiencia
vivida son expresados y es afirmar que ello determina la forma de expresión de nuestra experiencia
vivida.
En nuestra cultura por ejemplo hay un relato dominante acerca de qué significa ser una persona
moralmente valiosa. Y estos relatos de cómo sería una vida si fuese <<correcta>> moldean la vida; y lo
correcto es especifico de cada cultura. Por medio de estas operaciones, gobernamos nuestros
pensamientos, nuestras relaciones con los demás, nuestra relación con nosotros mismos, incluso la
relación con nuestros cuerpos. Todo al servicio de reproducir la “forma privilegiada” o el modo de ser
dominante de una cultura.
Muchas personas, están proponiéndose desafiar muchos de los grandes conceptos tradicionales y su
cuestionamiento ha tenido algún éxito. Por ejemplo, el gran concepto de familia nuclear. Creo que es cada
vez más evidente que hay tantas formas de familia como familias existentes y que muchas formas
diferentes parecen funcionar bastante bien.
97

Estoy especialmente interesado en lo que las personas determinan que son sus maneras preferidas de
vivir y de interactuar consigo mismas y con los demás. Si estas maneras de vivir y pensar que las
personas traen a terapia no están funcionando bien para ellos, lo que me interesa es brindarles un
contexto que contribuya a la exploración de otras maneras de vivir y pensar. Siempre existe un
reservorio de historias alternativas acerca de cómo podría ser la vida, otras versiones de la vida. Una
parte importante de mi trabajo se vincula con facilitar la expresión de aspectos de la experiencia vivida
que previamente han sido desatendidos y con apuntar a una nueva expresión de otras experiencias de
vida.
Me interesa cómo puedo ayudar a las personas a internarse en estos relatos que ellos juzgan
preferibles: poner en práctica las interpretaciones o significados alternativos que estos hacen posibles.
Al abrirse un espacio para que los integrantes de la familia pongan en práctica los relatos alternativos y
preferidos de sus vidas, el terapeuta va siendo cada vez más desplazado del lugar central hasta que se
lo despide de la terapia. Es perfectamente sensato despedir en este punto al terapeuta, lo que es de
celebrar.
Herramientas y técnicas de la perspectiva narrativa
Estoy interesado en los relatos que las personas hacen de sus experiencias. Quiero entender como ha
sido la vida para ellos. Por ende la primera parte de mi trabajo consiste en tratar de obtener algún
conocimiento acerca de aquello y lograr cierta comprensión.
Todos sabemos que hay maneras diversas de hablar de nuestra experiencia: algunas son
profundamente dañinas y otras abren nuevas posibilidades. A menudo logro esta comprensión
explorando con las personas sus experiencias del problema. Lo que produce el efecto de introducir una
específica clase de conversación a la que me refiero como conversación externalizadora. En ella, aliento
a las personas a que relaten de qué manera el problema ha estado afectando sus vidas y sus relaciones.
Muy a menudo los problemas les presentan a las personas lo que ellas toman como verdades sobre su
carácter, naturaleza, objetivos, de modo que esas verdades tienen un efecto totalizante. Las
conversaciones externalizadoras cuestionan eso. Hacen posible que la persona experimente una
identidad distinta o separada del problema. Es decir que vean al problema no como intrínseco a ellas
sino como algo que está actuando sobre ellas desde el exterior. El resultado de estas conversaciones
seria la deconstrucción: deconstruir las “verdades” que las personas sienten que tanto aprisionan sus
vidas. Si las personas encuentran realmente difícil dar sentido a un acontecimiento que contradice el
relato dominante, con frecuencia es necesario emprender una conversación más externalizadora.
Para hacerlo necesitamos de la reflexión crítica, y para la reflexión crítica necesitamos de la historia. La
historia es importante porque en gran medida es por medio de ella que los acontecimientos
extraordinarios o las excepciones producen relatos alternativos.
Por otro lado, si los relatos de las vidas con los que contamos son negociados y distribuidos dentro de
comunidades de personas, entonces tiene mucho sentido hacer participar a las comunidades de
personas en la renegociación de la identidad, por lo tanto siempre estoy pensando en los públicos
posibles de los desarrollos que va desplegando la terapia y pensando en cómo podría invitarse a este
público a participar en la autenticación de las afirmaciones preferidas que están surgiendo en el
proceso de la terapia.
En cuanto al proceso de re-narración, se puede decir que la vida es multi-relatada, no mono-relatada.
Además de los relatos dominantes de nuestras vidas siempre existen subrelatos. Además, en sus vidas,
las personas tienen muchas experiencias que no son fácilmente inteligibles por vía de los relatos
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dominantes o sub-relatos de sus vidas- son esos mismos sub-relatos y también esos aspectos de la
experiencia que están al margen de los relatos dominantes, los que brindan un punto de entrada para
el trabajo de reescritura de la vida. Se trata de una autoría conjunta entre la familia y el terapeuta, con
mayor énfasis en el aporte de la familia y menos en la sugerencia del terapeuta.
Se formula una trama o trama alternativa que, una vez realizada, posibilita que los integrantes de la
familia puedan dar sentido a una diversidad de otras experiencias que se ajustan a esta trama
alternativa.
Cuando las personas se presentan a terapia, la discusión del problema está definida por una estructura
narrativa: por un relato de los acontecimientos que se van desenvolviendo en una secuencia temporal
específica y de acuerdo a lo que yo considero una trama dominante. A veces hay una reformulación de
la trama dominante, pero siempre hay una formulación de una contratrama o trama alternativa. Este
proceso es importante.
Para nosotros los terapeutas, es fácil imponer verdades porque hay un desequilibrio de poder en
nuestras relaciones con las personas que solicitan nuestra ayuda. No significa que no puedo hacer
observaciones, pero si moldear el modo en que se hacen.
Dos conceptos importantes en relación con el proceso de reescritura que son el paisaje de la acción y el
paisaje de la conciencia (tomados de Bruner). La idea es que los relatos tienen paisajes duales, por un
lado, el paisaje de la acción está constituido por experiencias de acontecimientos que están reunidos en
secuencias que se desenvuelven en el tiempo y según tramas específicas. Cuando las personas vienen a
terapia y hablan de lo que los trajo a verte, generalmente suelen hacer una descripción del paisaje de la
acción del relato dominante.
En ese momento, también harán una descripción del paisaje de la conciencia, o paisaje del significado
del relato dominante. A medida que hablan de determinados eventos, irán indicando que piensan que
esos eventos reflejan acerca del carácter, los motivos, los deseos, etc. de diversas personas de sus redes
sociales. Tiene que ver con las interpretaciones que se hacen por medio de la reflexión sobre los
eventos que se desenvuelven en los paisajes de la acción. El paisaje de significado se deriva, por medio
de la reflexión, de los eventos del paisaje de la acción.
En el trabajo de reescritura, invitamos a la persona a practicar un intercambio entre ambos paisaje,
reflexionando acerca de lo que podrían significar los acontecimientos alternativos en el paisaje de la
acción y determinando qué eventos reflejan mejor las descripciones preferidas de características,
motivos, creencias, de manera que generan paisajes alternativos de la acción y de la conciencia. Si el
paisaje de la acción cambia, pero la manera de interpretarlo no, no hay una verdadera diferencia.
Una vez establecidas, las nuevas narrativas continúan brindando un marco alternativo para la
atribución de significado a aquellas experiencias de vida que, de otro modo, habrían sido desatendidas,
lo que continúa teniendo efectos reales sobre la vida en tanto vivida.

Las terapias narrativas son construccionistas, se desprenden del construccionismo social.


Tienen el supuesto de que el ser humano vive en un contexto de interpretación. La interpretación que
hacemos del mundo tiene dos cuestiones fundamentales:
Interpretación autovalidante: en base a la interpretación del mundo que tenemos, en base al sistema
de significados construidos, seleccionamos los hechos que son interpretables en nuestro sistema de
significados, pero hay muchos que desechamos porque no pueden ser incluidos en nuestro sistema de
significaciones, no pueden interpretarse.
99

La interpretación de la realidad se construye en forma comunitaria: la construcción de la realidad está


construida en términos sociales. Es un texto que se escribe y reescribe de manera constante con
nuestros vínculos sociales. (No somos autores de nuestra realidad, seriamos co-autores). La
construcción se va dando en esa vincularidad y va produciendo efectos. (Por ejemplo, al leer un libro
entendemos una cosa y luego al volver a leerlo podemos entender otras).
White ve al síntoma como un relato que va tomando vida propia, y la familia se encarga de hacer cosas
para mantener ese relato activo. El conflicto deriva de relatos construidos comunitariamente,
socialmente, en el marco de la familia, que apresan a algunos de los integrantes, identificándolos como
un problema. Cristaliza (materializa, concreta) cada vez más la identidad de la persona en un relato fijo.
El problema no es un hecho de la realidad fijo, es un relato que va evolucionando.
El objetivo de la terapia es colaborar en la co – construcción de relatos más exitosos. El terapeuta
colabora, acompaña y se propone como co – autor de nuevos argumentos. Primero se busca definir el
problema exteriorizándolo en términos discursivos. Se busca poner afuera el problema haciendo uso
del soporte lingüístico. Y esta exteriorización posibilita que se cuenten relatos alternativos.

 “Medios narrativos para fines terapéuticos” White.


Cap. 1: Relato, conocimiento y poder.
Fue a través de los escritos de Bateson como llegó White a conocer el “método interpretativo”. Los
expertos en ciencias sociales se refieren al método interpretativo cuando estudian los procesos por los
que desciframos el mundo. Dado que no podemos conocer la realidad objetiva, todo conocimiento
requiere un acto de interpretación. Bateson afirma que la comprensión que tenemos de un hecho está
determinada y restringida por su contexto receptor; es decir, por la red de premisas y supuestos que
constituyen nuestros mapas del mundo. La interpretación de todo acontecimiento está determinada
por la forma en que encaja en las pautas conocidas, a lo que llamo el proceso de “codificación de la
parte a partir del todo”. Sostuvo también que aquellos acontecimientos que no pueden “pautarse” no
son seleccionados para la supervivencia; para nosotros, tales acontecimientos no existen como hechos.
Al estudiar la analogía del texto, percibí una cierta semejanza entre la noción de mapa y la de narración.
No obstante, el concepto de narración tiene algunas ventajas. Incorpora la dimensión temporal,
destaca el orden y la secuencia y es más adecuada para el estudio del cambio, el ciclo vital.
Con respecto a la terapia familiar, el método interpretativo, en vez de proponer que cierta estructura
subyacente o disfunción de la familia determina el comportamiento y las interacciones entre sus
miembros, sostendría que es el significado que los miembros atribuyen a los hechos lo que determina
su comportamiento. Así, desde hace algún tiempo el autor se interesa por cómo las personas organizan
sus vidas alrededor de ciertos significados. A diferencia de ciertos teóricos de la terapia familiar, en vez
de considerar que el problema es de algún modo requerido por las personas o por el “sistema”, se
interesa por las exigencias del problema para su supervivencia, y por el efecto que tienen sobre las
vidas y las relaciones de las personas. White ha propuesto que las respuestas de los miembros de la
familia a las exigencias del problema, tomadas en su conjunto, constituyen inadvertidamente el sistema
de apoyo a la vida del problema.
La analogía del texto le proporcionó una segunda descripción de la manera en que las personas
organizan sus vidas alrededor de determinados problemas. A través de esta analogía, se puede
considerar que esta organización refleja la interacción de “lectores” y “escritores” en torno a ciertos
100

relatos o narraciones. La carrera o el estilo de vida del problema se convierten en la narración del
problema.

Analogía.
Los expertos en ciencias sociales se dieron cuenta de que otros científicos procedían por analogía y se
sintieron libres para buscar en otra parte las metáforas de las que habrían de derivar sus teorías. Las
analogías que empleamos determinan nuestro examen del mundo.
Actualmente se acepta que toda formulación que postule significado es interpretativa: que estas
formulaciones son el resultado de una indagación determinada por nuestros mapas o analogías o, como
dice Goffman, por nuestros marcos interpretativos. Por lo tanto, las analogías que empleamos
determinan nuestro examen del mundo.
Las preferencias por ciertas analogías vienen determinadas por múltiples factores, incluyendo los
ideológicos y las prácticas culturales imperantes.

La analogía del texto.


Los investigadores en ciencias sociales se interesaron por la analogía textual después de observar que,
si bien una manifestación del comportamiento se produce en el tiempo, de modo tal que cuando se le
presta atención ya no se está dando, el significado que se adscribe a ese comportamiento se prolonga
en el tiempo. Fue esta adscripción de significado lo que llamó la atención de los investigadores que, en
su esfuerzo por entenderla, apelaron a la analogía del texto. Esto permitió considerar la interacción de
las personas como la interacción de los lectores respecto de ciertos textos. Esta analogía hizo también
posible concebir la evolución de las vidas y las relaciones en términos de lectura y escritura de textos,
en la medida en que cada nueva lectura de un texto es una nueva interpretación de éste, y por lo tanto,
una nueva forma de escribirlo.
Los expertos en ciencias sociales llegaron a la conclusión de que no podemos tener un conocimiento
directo del mundo, y que todo lo que las personas saben de la vida lo saben a través de la “experiencia
vivida”. Los investigadores que adoptaron la analogía del texto respondieron argumentando que, para
entender nuestras vidas y expresarnos a nosotros mismos, la experiencia debe “relatarse”, y que es
precisamente el hecho de relatar lo que determina el significado que se atribuirá a la experiencia.
En su esfuerzo de dar un sentido a su vida, las personas se enfrentan con la tarea de organizar su
experiencia de los acontecimientos en secuencias temporales, a fin de obtener un relato coherente de
sí mismas y del mundo que las rodea. Las experiencias específicas de sucesos del pasado y del presente,
y aquellas que se prevé ocurrirán en el futuro, deben estar conectadas entre sí en una secuencia lineal,
para que la narración pueda desarrollarse. Se puede decir que esta narración es un relato, o una
autonarración. El éxito de esta narración de la experiencia da a las personas un sentido de continuidad
y significado en sus vidas, y se apoyan en ella para ordenar la cotidianeidad e interpretar las
experiencias posteriores. Puesto que todos los relatos tienen tres tiempos, la interpretación de los
eventos actuales está tan determinada por el pasado como moldeada por el futuro.
Es evidente que el sentido de significado y continuidad que se logra a través de la narración de las
experiencias tiene un precio. Una narración no puede abarcar jamás toda la riqueza de nuestra
experiencia vivida. “La experiencia vital es más rica que el discurso. Las estructuras narrativas organizan
la experiencia y le dan sentido, pero siempre hay sentimientos y experiencias vividas que el relato
dominante no puede abarcar” (Bruner)
101

La estructuración de una narración requiere la utilización de un proceso de selección por medio del cual
dejamos de lado, de entre el conjunto de los hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan en
los relatos dominantes que nosotros y los demás desarrollamos acerca de nosotros mismos. Así, a lo
largo del tiempo y por necesidad, gran parte de nuestro bagaje de experiencias vividas queda sin relatar
y nunca es contado o expresado. Permanece amorfo, sin organización y sin forma.
Si aceptamos que las personas organizan su experiencia y le dan sentido por medio del relato, y que en
la construcción de estos relatos expresan aspectos escogidos de su experiencia vivida, se deduce que
estos relatos son constitutivos: modelan las vidas y las relaciones.
La analogía del texto propone la idea de que los relatos o narraciones que viven las personas
determinan su interacción y su organización, y que la evolución de las vidas y de las relaciones se
produce a partir de la representación de tales relatos o narraciones. La evolución de las vidas y
relaciones a través de la representación de relatos se vincula con la “relativa indeterminación” de todos
los textos. La presencia del significado implícito, de las diversas perspectivas de los diferentes lectores
confiere a todos los textos un cierto grado de ambigüedad. Esta indeterminación o ambigüedad exige
que las personas se comprometan en “la generación de significado, bajo la guía del texto”.
Los relatos están llenos de lagunas que las personas deben llenar para que sea posible representarlos.
Con cada nueva versión, las personas reescriben sus vidas. Así, la analogía textual nos introduce en un
mundo intertextual, y ello en dos sentidos. En el primero, afirma que las vidas de las personas están
situadas en textos dentro de textos. En el segundo sentido, cada vez que se cuenta o se vuelve a contar
un relato, a través de su realización, surge un nuevo relato, que incluye al anterior y lo amplía.

La analogía del texto y la terapia.


Las personas dan sentido a sus vidas y relaciones relatando su experiencia y al interactuar con otros en
la representación de estos relatos, modelan sus propias vidas y relaciones. ¿Cómo se explica entonces
la experiencia que una persona tiene de sus problemas y la presentación de éstos para la terapia?
Se adopta el supuesto general de que las personas experimentan problemas, para los que a menudo
acuden a terapia, cuando las narraciones dentro de las que “relatan” su experiencia (y/o dentro de las
que su experiencia es “relatada” por otros) no representan suficientemente sus vivencias. Y por tanto,
en estas circunstancias habrá aspectos significativos de su experiencia vivida que contradigan estas
narraciones dominantes. Cuando alguien acude a terapia, un resultado aceptable para él podría ser la
identificación o generación de relatos alternativos que le permitan representar nuevos significados,
aportando con ellos posibilidades más deseables, nuevos significados, que las personas experimentarán
como más útiles, satisfactorios y con final abierto.
La experiencia vivida y los relatos alternativos.
Las personas son ricas en experiencia vivida, pero solo una fracción de esa experiencia puede relatarse.
Los aspectos de la experiencia que quedan por fuera del relato dominante constituyen una fuente, llena
de riqueza y fertilidad, para la generación o regeneración de relatos alternativos. Tomando a Goffman,
White ha llamado a aquellos aspectos de la experiencia vivida que caen fuera del relato dominante,
“acontecimientos extraordinarios”. Estos acontecimientos extraordinarios incluyen toda la gama de
sucesos, sentimientos, intenciones, pensamientos, acciones, etc., que tienen una localización histórica,
presente o futura, y que el relato dominante no puede incorporar. La identificación de los
acontecimientos singulares puede facilitarse mediante la externalización de la descripción dominante,
“saturada de problemas”, de la vida y de las relaciones de una persona. La externalización del relato
102

saturado de problemas puede iniciarse fomentando primero la externalización del problema y


rastreando después la influencia del problema en la vida y las relaciones de la persona. Se empieza por
preguntar a las personas cómo ha estado el problema afectando a sus vidas y sus relaciones. Al lograr
separarse de la descripción de la vida saturada por el problema, de la lectura habitual del relato
dominante, las personas están en mejores condiciones para identificar los acontecimientos
extraordinarios. Esta externalización ayuda también a interrumpir la lectura y la representación
habituales de estos relatos. Cuando las personas se separan de sus relatos, pueden experimentar un
sentimiento de agencia personal; y a medida que se apartan de la representación de sus relatos, se
sienten capaces de intervenir en sus vidas y en sus relaciones.
Una vez identificados los acontecimientos extraordinarios, se puede invitar a las personas a atribuirles
significados. Para que esta asignación de significado pueda realizarse, es necesario que los
acontecimientos extraordinarios se organicen en un relato alternativo. En este proceso, “el imaginar”
desempeña un papel muy importante. Se pueden introducir diversas preguntas que ayuden a
comprometer a las personas en esta adscripción de nuevos significados, preguntas que las involucren
activamente en la “reescritura” de sus vidas y de sus relaciones. Estas preguntas pueden, por ejemplo,
invitar a las personas a explicar los acontecimientos extraordinarios o bien invitarlas a reescribirse a sí
mismas y a redescribir a los otros y sus relaciones con ellos según lo que se refleja en los
acontecimientos extraordinarios. Al considerar la terapia como un contexto par la reescritura de las
vidas y las relaciones, White ha propuesto una “terapia de mérito literario”.
Invitar a las personas a convertirse en espectadores de su propia representación de estos relatos
alternativos favorece la supervivencia de los relatos y el sentido de agencia personal. Esto puede
facilitarse alentando a las personas a identificar aquellas expresiones de aspectos de la experiencia
vivida que previamente habrían quedado sin relatar, y a revisar los verdaderos efectos de estas
expresiones sobre sus vidas y sus relaciones. A medida que los relatos alternativos se prestan a ser
representados, es posible expresar y difundir otros aspectos anteriormente negados.
La resistencia de los nuevos relatos y su elaboración pueden también favorecerse reclutando un público
“externo”. Este proceso tiene una doble vertiente. En primer lugar, con el hecho de asistir a la
representación de un nuevo relato, el público contribuye a la escritura de nuevos significados; esto
tiene efectos reales sobre la interacción de la audiencia con el sujeto del relato. En segundo lugar,
cuando el sujeto del relato lee la experiencia que la audiencia tiene de la nueva representación, se
embarca en revisiones y extensiones del nuevo relato. En conclusión, la re-narración de la experiencia
necesita del compromiso activo de las personas con la reorganización de su experiencia.

La narración dominante como conocimiento dominante y unidad de poder


Los relatos de las personas que acuden a terapia están enmarcados en un contexto más amplio. La
analogía del texto no solo proporciona un marco que permite tener en cuenta el contexto sociopolítico
de las personas cuyas vidas están situadas en muchos textos, sino que permite también estudiar la
acción y los efectos del poder sobre las vidas y las relaciones. White considera que es necesario
considerar el espectro más general del poder, no solo en sus aspectos represivos sino al mismo tiempo
sus aspectos constitutivos. En este sentido es importante la obra de Foucault.

El conocimiento y el poder como constitutivos


103

Foucault sostiene que nosotros experimentamos sobre todos los efectos positivos y constitutivos del
poder, que estamos sujetos al poder por medio de “verdades” normalizadoras que configuran nuestras
vidas y nuestras relaciones. Estas verdades, a su vez, se construyen o producen en el funcionamiento
del poder. El hecho de pensar un poder cuyos efectos son positivos conduce a una teoría acerca de su
papel en la construcción de las vidas de las personas. A esas ideas construidas se les otorga un status de
verdad, las cuales son normalizadoras porque construyen normas en torno a las cuales se incita a las
personas a moldear sus vidas. Es una forma de poder que es positiva en cuanto da forma o moldea la
vida de las personas.
En vez de afirmar que este poder reprime, Foucault sostiene que subyuga. Forja a las personas como
cuerpos dóciles y las hace participar en actividades que apoyan la proliferación de conocimientos
globales y unitarios, así como también las técnicas del poder. Para el, somos juzgados, condenados,
clasificados, determinados en nuestras decisiones y destinados a un cierto modo de vivir y de morir, en
función de los verdaderos discursos que son los agentes de los efectos específicos del poder.
Los efectos constitutivos del poder que se ejerce por medio de las verdades normalizadoras pueden
ejemplificarse a través de la descripción que hace Foucault de la historia del deseo sexual. En el siglo
XIX se produjo un énfasis en las prácticas confesionales que incorporaba no solo los actos sino los
pensamientos, las fantasías, los sueños que podían tener relación con el deseo sexual. Con el propósito
de detectar todas las posibilidades, se introdujeron métodos para vigilar las palabras que las personas
usaban y movimientos corporales que hacían. Se produjo la transformación del deseo en discurso, junto
con la construcción de una verdad normativa acerca de la sexualidad.

Poder/conocimiento
Al considerar la dimensión constitutiva del poder, Foucault llega a la conclusión de que poder y
conocimiento son inseparables. Todos estamos presos en una red o tela de araña del
poder/conocimiento, no es posible actuar fuera de ese dominio y todos sufrimos simultáneamente los
otros.
Foucault defiende un análisis del poder ascendente, no descendente. En vez de proponer que las
técnicas del poder son activadas desde arriba para transformar a los que están abajo, el propone que el
origen de estas técnicas se produce en el nivel local. Cuando se establecen las condiciones necesarias
para que las personas experimenten una evaluación continua según determinadas “normas”
institucionalizadas, cuando no se puede escapar a estas condiciones, esas personas se convierten en sus
propios guardianes. Los individuos evaluaran su propio comportamiento y actuaran sobre ellos mismos
para convertirse en cuerpos dóciles. La nuestra es una sociedad de la mirada omnipresente.

Relatos alternativos y discursos culturalmente disponibles.


White propone entonces que asignamos significado a nuestra experiencia y constituimos nuestras vidas
y relaciones a través del lenguaje. Al usar el lenguaje no estamos comprometiéndonos en una actividad
neutral. Existe una reserva de discursos culturalmente asequibles que se consideran apropiados y
relevantes para la expresión o representación de determinados aspectos de la experiencia. Esos
discursos de verdad contribuyen a la constitución de las personas y de las relaciones.
Según esta visión, las personas experimentan problemas cuando las narraciones con las que cuentan su
experiencia no representan su experiencia vivida e incluso habrá aspectos de sus vivencias que
contradigan esta narración dominante. Además, que aquellas narraciones que no representan
104

suficientemente las experiencias vividas de una persona o entran en contradicción con aspectos vitales
de esa experiencia, están significativamente influidas por los discursos “de verdad” de los
conocimientos unitarios. En segundo lugar, podríamos suponer que las personas son incitadas a realizar
acciones, a través de las técnicas de poder, que afectan a sus vidas y a sus relaciones, a fin de
someterse y someter a otros a las especificaciones referentes a la condición y a las relaciones
personales contenidas en estos discursos “de verdad”. La externalización del problema ayuda a las
personas a identificar los conocimientos unitarios y los discursos “de verdad” que las están sometiendo,
y a liberarse de ellos.

Orientación terapéutica
Al aceptar el análisis de Foucault acerca del surgimiento de conocimientos globales y unitarios (es decir,
los conocimientos científicos con pretensiones globales y unitarias de verdad) debemos mostrarnos
cautos a la hora de situar nuestra practica en los discursos de verdad de las disciplinas profesionales.
En vez de pensar que la terapia nada tiene que ver con el control social, podríamos pensar que esa
posibilidad está presente. Por lo tanto, habría que identificar y criticar aquellos aspectos de nuestro
trabajo que podrían vincularse con las técnicas de control social. Estamos entonces, comprometidos en
una actividad política, que cuestiona las técnicas por medio de las cuales se somete a las personas a la
ideología dominante.
Al igual que con los conocimientos unitarios, las técnicas de poder que incitan a las personas a construir
sus vidas a través de la verdad pueden cuestionarse recurriendo a la externalización del problema. Una
vez que se logra identificar los acontecimientos extraordinarios, será posible cuestionar eficazmente el
sometimiento a las técnicas de juicio normalizador, o sea, al a evaluación y clasificación de las personas
y sus relaciones según las verdades dominantes. Los cuerpos dóciles se convierten así en espíritus
animados.

Resurrección de los conocimientos subyugados.


En la medida en que el desenlace deseable de la terapia es la generación de historias alternativas que
incorporen aspectos vitales y anteriormente negados de la experiencia vivida, y en la medida en que
estos relatos incorporan conocimientos alternativos, puede afirmarse que la identificación y provisión
del espacio para la representación de estos conocimientos es un aspecto central del esfuerzo
terapéutico. Después de la externalización de los conocimientos unitarios, se pueden localizar
acontecimientos extraordinarios investigando aquellos aspectos de la vida de la persona que es capaz
de valorar, pero que no encajan con lo que especifican estos conocimientos unitarios, es decir, que no
se adaptan a las normas y expectativas propuestas por estos conocimientos.

Cap. 2: La externalización del problema:


La externalización es un abordaje terapéutico que insta a las personas a cosificar y, a veces, a
personificar los problemas que las oprimen. En este proceso, el problema se convierte en una entidad
separada, externa por tanto a la persona a o a la relación que se atribuía. Los problemas considerados
inherentes y las cualidades relativamente fijas que se atribuyen a personas o relaciones se hacen así
menos constantes y restrictivas.
Al ayudar a los miembros de la familia a separarse y separar sus relaciones del problema, la
externalización abre la posibilidad de que se describan a sí mismos y a sus relaciones desde una
105

perspectiva nueva, no saturada por el problema; permitía el desarrollo de una historia alternativa de la
vida familiar. Desde esta nueva perspectiva, las personas eran capaces de descubrir hechos acerca de
sus vidas y relaciones que anteriormente, desde el relato saturado por el problema, no estaban en
condiciones de percibir, ni siquiera vagamente; hechos que contradecían este relato y proporcionaban
los núcleos para la generación de nuevas historias. White ha llegado a la conclusión de que este
abordaje: 1) hace disminuir los conflictos personales más estériles incluyendo las disputas en torno a
quien es responsable del problema. 2) combate la sensación de fracaso que aparece en muchas
personas ante la persistencia del problema pese a sus intentos de resolverlo. 3) allana el camino para
que las personas cooperen entre sí. 4) abre nuevas posibilidades de que las personas actúen pera
apartar de sus vidas y relaciones de la influencia del problema. 5) permite a las personas afrontar de un
modo más desenfadado, más eficaz, menos tenso problemas que aparecían como terriblemente serios.
6) ofrece opciones de dialogo, y no de monologo, sobre el problema.
En el contexto de las prácticas asociadas a la externalización de problemas, no son la persona ni la
relación las que constituyen el problema. Es el problema lo que es el problema, y por tanto la relación
de la persona con él se convierte en el problema.
Se puede ampliar aún más el alcance de las historias alternativas planteando preguntas que inviten a las
personas a identificar y reunir a un público ante el que crear nuevos significados vitales. White ha
llamado a estas preguntas “preguntas de difusión extraordinaria”. En la terapia inspirada en la
externalización de problemas, se facilita la re-escritura de vida y relaciones. Alguna de las prácticas
asociadas a la externalización del problema son:
- Preguntas de influencia relativa: es eficaz a la hora de ayudar a las personas a externalizar su
problema. Este proceso se pone en marcha al inicio de la primera entrevista, consiguiendo que
las personas se involucren inmediatamente en la tarea de separarse del problema. Contiene dos
conjunto de preguntas: el primero anima a las personas a trazar el mapa de la influencia del
problema sobre sus vidas y relaciones. El segundo las insta a describir su propia influencia sobre
la vida del problema. Las preguntas de influencia relativa ayuda a tomar conciencia de su
relación con el problema y a describirlo. Esto las arranca de un mundo fijo y estático en donde
los problemas son intrínsecos a las personas y a las relaciones.
En la descripción de la influencia del problema, se introducen preguntas que animan las
personas a rastrear la influencia del problema sobre sus vidas y relaciones, y así se identifica la
esfera de influencia del problema, que puede abarcar el ámbito conductual, emocional, físico,
interaccional, actitudinal. Este primer conjunto de preguntas ayuda a separarse del problema y
revisar su relación con él.
Por otro lado, en la descripción de la influencia de las personas en la vida del problema, se busca
ayudar a las personas a identificar su competencia y sus recursos ante la adversidad.
Normalmente, a las personas les cuesta encontrar ejemplos de su propio influjo sobre la vida del
problema.

Como definir el problema que se debe externalizar


Se da especial importancia a la descripción que los clientes hacen del problema y los efectos sobre sus
vidas y relaciones.
106

Aunque la definición externa del problema puede mantenerse constante a lo largo de la terapia, es más
común que sea fluida y evolucione a lo largo del tiempo. La evolución de la definición del problema
puede verse facilitada por las preguntas de influencia relativa.
Además, a veces, cuando los clientes dan una definición muy concreta del problema, puede ser útil
animarlos a construir una definición externa más general. De esta forma se amplía el campo para la
identificación de la influencia del problema y para el descubrimiento de acontecimientos
extraordinarios.
Otras veces las personas definen su problema en términos basados en un conocimiento experto, por
ejemplo, con un diagnóstico de esquizofrenia. Así, no proporcionan definiciones desde las que puedan
revisar su relación con el problema, ni dejan lugar a definiciones que permitan identificar
acontecimientos extraordinarios. Con frecuencia es importante estimular a los clientes para que
instruyan defunciones alternativas de los problemas.
En otras ocasiones, cuando las familias o las parejas van a terapia, sus miembros están en desacuerdo
en cuanto a la definición del problema. Estas disputas hacen que les resulte difícil cooperar. La
externalización puede establecer una definición mutuamente aceptable del problema, facilitando la
creación de condiciones en las que las personas puedan trabajar juntas.

Acontecimientos extraordinarios
White considera que solo es necesario identificar un acontecimiento extraordinario para iniciar la
construcción de nuevos significados. Esta idea está en consonancia con la presupuesto fundamental de
la terapia breve.
Existen acontecimientos extraordinarios pasados, los cuales pueden identificarse mediante una revisión
histórica de la influencia de las personas sobre el problema. Se les puede pedir que recuerden hechos o
sucesos que contradigan los efectos que el problema tiene sobre sus vidas y relaciones. Estos
acontecimientos pasados pueden facilitar la creación de nuevos significados en el presente.
También White describe acontecimientos extraordinarios actuales, que son aquellos que se presentan
en la sesión. La inmediatez de estos acontecimientos les da mucha fuerza, y están directamente
disponibles para que la persona genere significados nuevos a partir de ellos.
Por último, los acontecimientos extraordinarios futuros, que pueden identificarse revisando las
intenciones o planes que tiene la persona para escapar de la influencia del problema.
La imaginación desempeña un pale crucial en las practicas asociadas a la externalización del problema,
tanto para el terapeuta como para las personas que han solicitado terapia. Es importante para crear las
condiciones en las que identificar los acontecimientos extraordinarios y para la generación de
significados en torno a ellos.
Aunque la externalización de problemas permite a las personas separarse de estos problemas, esta
práctica no las releva de su responsabilidad en el mantenimiento de los mismos. De hecho, en la
medida en que estas prácticas ayudan a las personas a hacerse consientes de y describir su relación con
el problema, les permite asumir una responsabilidad con respecto al problema que antes no estaba a su
alcance.
Las practicas asociadas a la externalización de problemas también: a) liberan a las personas d las
descripciones saturadas de problemas de sus vidas y relaciones b) fomentan la generación de relatos
alternativos c) ayudan a las personas a identificar y desarrollar una nueva relación con el problema.
107

Estas prácticas fomentan una nueva sensación de agencia personal y las personas son capaces de
asumir su responsabilidad en la investigación de nuevas opciones en su vida.
Cuando las personas aprenden a separarse de sus problemas, pueden llegar a desafiar otras prácticas,
de origen cultura, que cosifican y convierten en objetos a las personas a sus cuerpos. Estas prácticas
entonces pueden considerarse como contra prácticas que comprometen a las personas en la
descodificación de sí misma.
108

UNIDAD N° 4
Contenidos: Fundamentos teóricos en los inicios: las perspectivas de A. Ellis y A. Beck. Los aportes
epistemológicos del constructivismo. Enfoque Cognitivo Conductual. Terapia Cognitiva Posracionalista.

 “Terapia Cognitiva de la Depresión”Beck, A- Rush, J- Shaw, B- Emery, G


Prólogo:
Las primeras ideas surgieron en 1956, cuando me propuse validar determinados conceptos psicoanalíticos
acerca de la depresión. En aquella época, yo pensaba que las formulaciones psicoanalíticas eran correctas,
pero que no habían logrado una aceptación generalizada debido a una cierta “resistencia” por parte de los
psicólogos y psiquiatras teóricos, atribuible en parte a la falta de datos empíricos que apoyasen tales
formulaciones. Inicié una serie de investigaciones encaminadas a proporcionar datos convincentes.
Los resultados iniciales de mis estudios empíricos parecían apoyar mi fe en los factores psicodinámicos
específicos sobre la depresión, a saber, la hostilidad vuelta hacia sí mismo, expresada corno “necesidad de
sufrimiento”. Sin embargo, experimentos posteriores presentaron algunos resultados inesperados que
parecían contradecir esta hipótesis. Tales inconsistencias me llevaron a evaluar de un modo crítico la teoría
psicoanalítica de la depresión y, finalmente, toda la estructura del psicoanálisis. Los datos contradictorios
apuntaban hacia la idea de que los pacientes depresivos no tienen necesidad de sufrimiento alguno. Está
marcada discrepancia entre los resultados de laboratorio y la teoría clínica me llevó a realizar un “reajuste
de emergencia” en mi sistema de creencias.
Observé que muchos de los pacientes depresivos reaccionaban negativamente a las intervenciones
terapéuticas basadas en las hipótesis de la “hostilidad vuelta hacia sí mismo” y de la “necesidad de
sufrimiento”. Mi reformulación total de la psicopatología de la depresión, a la vez que la de otros
trastornos neuróticos, surgió de las nuevas observaciones clínicas y de los estudios experimentales y
correlacionales, así como de los repetidos intentos por mi parte para intentar dar sentido a la evidencia
que contradecía la teoría psicoanalítica. El resultado de que los paciente depresivos no necesitan sufrir, me
animó a buscar otras explicaciones de su conducta, la cual, al menos en apariencia, parece reflejar una
necesidad de sufrimiento.
Como me había centrado principalmente en las descripciones que los pacientes hacían de sí mismos y de
sus experiencias, observé que adoptaban sistemáticamente una visión negativa de sí mismos y sus
experiencias en la vida. Este tipo de visiones eran, más bien, formas distorsionadas de interpretar la
realidad, el paciente depresivo distorsiona sistemáticamente sus experiencias en una dirección negativa. El
paciente depresivo tiene una visión global negativa de sí mismo, del mundo, y del futuro. Elaboré varias
técnicas para corregir las distorsiones y para ajustar a la realidad el sistema de procesamiento de la
información de los pacientes, técnicas basadas en la aplicación de la lógica y de reglas de evidencia.
Los experimentos mostraron que, bajo determinadas condiciones, una serie de éxitos graduales que
llevasen a la consecución de un objetivo claro, podría tener un considerable efecto para modificar el
autoconcepto y las expectativas de carácter negativo, mitigando así la sintomatología depresiva. Este
estudio añadió un nuevo enfoque a las técnicas que yo había descrito anteriormente para corregir las
distorsiones cognitivas; a saber, el uso de experimentos reales para someter a prueba las creencias falsas o
excesivamente negativas del paciente. Esta idea de probar hipótesis en situaciones de la vida real cristalizó
en el concepto general de “empirismo colaborativo”.
Tratando las experiencias cotidianas del paciente como un campo de pruebas para estudiar sus creencias
acerca de sí mismo, podíamos ampliar en gran medida el proceso terapéutico. Prácticamente cualquier
experiencia o interacción presentaba una oportunidad potencial para someter a prueba las predicciones e
109

interpretaciones negativas del paciente. Así, el concepto de tareas para practicar en casa o “autoterapia
ampliada”, como lo denominaríamos posteriormente, incrementaba el efecto de las sesiones de terapia.
El movimiento de la terapia de conducta contribuyó sustancialmente al desarrollo de la terapia cognitiva.
Hizo que algunos autores se refiriesen a nuestro enfoque con una nueva denominación: “terapia de
conducta cognitiva”.

Cap. 1 - Visión general:


Parece bastante evidente la necesidad de desarrollar un tipo de terapia psicológica eficaz de cara a la
depresión. Es de crucial importancia definir formas específicas de terapia y determinar su efectividad.
Aunque, obviamente, los fármacos antidepresivos son más baratos que la terapia psicológica, existen
pacientes que no responden a la medicación.
Es posible que, a la larga, la dependencia excesiva de los fármacos pudiese impedir indirectamente la
utilización por parte del paciente de sus propios métodos psicológicos para hacer frente a la depresión. Un
buen curso de terapia psicológica podría ser, a largo plazo, más beneficioso que la quimoterapia, ya que el
paciente puede aprender algo de su propia experiencia psicoterapéutica. Es decir, se podría esperar que
tales pacientes manejasen mucho mejor posibles depresiones ulteriores. Es decir, con la psicoterapia se
podría esperar que tales pacientes manejasen mucho mejor posibles depresiones ulteriores, que lograsen
eliminar depresiones incipientes, o incluso que fuesen capaces de prevenir posibles depresiones.

Definición de terapia cognitiva


La terapia cognitiva es un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado que se utiliza
para tratar distintas alteraciones psiquiátricas (la depresión, ansiedad, fobias). Se basa en el supuesto
teórico subyacente de que los efectos y la conducta de un individuo están determinados en gran medida
por el modo que tiene dicho individuo de estructurar el mundo. Sus cogniciones (“eventos” verbales o
gráficos en su corriente de conciencia) se basan en actitudes o supuestos (esquemas) desarrollados a partir
de experiencias anteriores. Por ejemplo, si una persona interpreta todas sus experiencias en términos de si
es competente y está capacitada, su pensamiento puede verse dominado por el esquema, “Si no lo hago
todo a la perfección, significa que soy un fracaso”.
Las técnicas terapéuticas van encaminadas a identificar y modificar las conceptualizaciones distorsionadas
y las falsas creencias (esquemas) que subyacen a estas cogniciones. El terapeuta cognitivo ayuda al
paciente a pensar y actuar de un modo más realista y adaptativo en relación con sus problemas
psicológicos, reduciendo o eliminando así los síntomas.
La terapia cognitiva se sirve de una amplia variedad de estrategias cognitivas y conductuales. El objetivo de
las técnicas cognitivas es delimitar y poner a prueba las falsas creencias y los supuestos desadaptativos
específicos del paciente. El método consiste en experiencias de aprendizaje altamente específicas dirigidas
a enseñar al paciente las siguientes operaciones: controlar los pensamientos (cogniciones) automáticos
negativos; identificar las relaciones entre cognición, afecto y conducta; examinar la evidencia a favor y en
contra de sus pensamientos distorsionados ; sustituir estas cogniciones desviadas por interpretaciones
más realistas; aprender a identificar y modificar las falsas creencias que le predisponen a distorsionar sus
experiencias.
El paciente recibe, al principio, una explicación del fundamento teórico de la terapia cognitiva. A
continuación, aprende a reconocer, controlar y registrar sus pensamientos negativos en el Registro Diario
de Pensamientos Distorsionados. La terapia se centra en “síntomas objetivo” específicos. Se identifican las
cogniciones que están a la base de dichos síntomas y se someten a una investigación lógica y empírica. El
110

paciente comienza a incorporar muchas de las técnicas que emplea el terapeuta. ¿A partir de qué
evidencia extraigo esta conclusión? ¿Existen otras explicaciones? Realmente, ¿es tan grave la pérdida? Sin
este tipo de preguntas, el individuo depresivo se ve rodeado de patrones automáticos estereotipados,
fenómeno que podríamos denominar “pensamiento irreflexivo”.
Las técnicas conductuales se emplean con los pacientes depresivos más graves no sólo para modificar la
conducta, sino también para elicitar cogniciones asociadas a conductas específicas. Ya que el paciente, por
lo general, necesita estas técnicas más activas al comienzo del tratamiento. Tanto las técnicas
conductuales como las cognitivas tienen sus propias ventajas y aplicaciones dentro de la terapia cognitiva.
Al paciente preocupado, inestable, le resultará difícil hacer introspección. De hecho, sus preocupaciones e
ideas perseverantes pueden verse agravadas por este procedimiento. En cambio, los métodos
conductuales tienen un poder relativamente mayor para contrarrestar su inercia y movilizarle hacia una
actividad constructiva. Ahora bien, aunque las técnicas conductuales sean más eficaces para modificar las
falsas creencias, las técnicas cognitivas pueden ser el tipo ideal de intervención para modificar la tendencia
del paciente a hacer inferencias incorrectas a partir de eventos específicos.
Generalmente, la terapia consta de 15-20 sesiones una vez a la semana. Normalmente, solemos disminuir
la frecuencia a una sesión de cada dos semanas durante las últimas fases, al tiempo que recomendamos la
“terapia de apoyo” una vez que ha finalizado el tratamiento.

Características nuevas de la terapia cognitiva:


La terapia cognitiva difiere de la terapia convencional en dos aspectos importantes: en la estructura formal
de las sesiones y en los tipos de problemas en que se centra.
“Empirismo colaborativo”: la terapia cognitiva se encuentra en continua actividad e interactúa
intencionadamente con el paciente. El terapeuta estructura la terapia según un diseño específico que
requiere la participación y colaboración del paciente. La terapia cognitiva se centra en problemas “aquí-y-
ahora”. Se presta escasa atención a la época de la infancia, salvo que pueda clarificar algunos hechos
actuales. El objetivo principal es investigar los pensamientos y sentimientos del paciente durante la sesión
terapéutica y entre las sesiones. El terapeuta cognitivo colabora activamente con el paciente en la
exploración de las experiencias psicológicas de éste, y en la elaboración de programas de actividades y de
tareas para realizar en casa. Difiere de la terapia de conducta en su mayor énfasis sobre las experiencias
internas (mentales) del paciente. La estrategia general de la terapia cognitiva se puede diferenciar del
resto de las escuelas de terapia por su énfasis en la investigación empírica de los pensamientos,
inferencias, conclusiones y supuestos automáticos del paciente.

Modelos cognitivos: perspectiva histórica


Entre los supuestos generales en los que se basa la terapia cognitiva, se cuentan los siguientes:
1. La percepción y, en general, la experiencia son procesos activos que incluyen tanto datos de inspección
como de introspección.
2.Las cogniciones del paciente son el resultado de una síntesis de estímulos internos y externos.
3. El modo que tiene un individuo de evaluar una situación se hace evidente, por lo general, a partir de sus
cogniciones (pensamientos e imágenes visuales).
4. Estas cogniciones constituyen la “corriente de conciencia” o campo fenoménico de una persona, que
refleja la configuración de la persona acerca de sí misma, su mundo, su pasado y su futuro.
5. Las modificaciones del contenido de las estructuras cognitivas de una persona influyen en su estado
afectivo y en sus pautas de conducta.
111

6.Mediante la terapia psicológica, un paciente puede llegar a darse cuenta de sus distorsiones cognitivas.
7.La corrección de estos constructos erróneos puede producir una mejoría clínica.
Los orígenes filosóficos de la terapia cognitiva se remontan a los Estoicos. Epícteto escribió: “Los hombres
no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen”. La Psicología
Individual de Alfred Adler indicó las importancias de comprender al paciente dentro del marco de sus
propias experiencias conscientes. Para Adler, la terapia consistía en intentar explicar cómo la persona
percibe y experiencia el mundo.
El énfasis filosófico en las experiencias subjetivas conscientes surge de los trabajos de Kant, Heidegger, y
Husserl. Este “movimiento fenomenológico” ha contribuido sustancialmente al desarrollo de la psicología
moderna en este grupo de terapias.
El trabajo de Ellis supuso un nuevo impulso en el desarrollo histórico de las terapias cognitivo-
conductuales. Ellis relaciona el estímulo ambiental o Activador (A) con las Consecuencias emocionales (C) a
través de la Creencia interviniente (Cr). Así, el objetivo de su Terapia Racional Emotiva consiste en hacer
que el paciente tome conciencia de sus creencias irracionales y de las consecuencias emocionales
inadecuadas de éstas. La Terapia Racional Emotiva pretende modificar estás creencias irracionales.

El modelo cognitivo de la depresión:


El modelo cognitivo postula tres conceptos específicos para explicar el sustrato psicológico de la depresión:
(1) la tríada cognitiva, (2) los esquemas, y (3) los errores cognitivos (errores en el procesamiento de la
información).
- Concepto de tríada cognitiva: La tríada cognitiva consiste en tres patrones cognitivos principales
que inducen al paciente a considerarse a sí mismo, su futuro y sus experiencias de un modo
idiosincrático.
El primer componente de la tríada se centra en la visión negativa del paciente acerca de sí mismo. El
paciente se ve desgraciado, torpe, enfermo, con poca valía. Tiende a atribuir sus experiencias
desagradables a un defecto suyo, de tipo psíquico, moral, o físico. Cree que, a causa de estos defectos, es
un inútil, carece de valor.
El segundo componente de la tríada cognitiva se centra en la tendencia del depresivo a interpretar sus
experiencias de una manera negativa. Le parece que el mundo le hace demandas exageradas y/o le
presenta obstáculos insuperables para alcanzar sus objetivos. Interpreta sus interacciones con el entorno
en términos de relaciones de derrota o frustración. La persona depresiva puede darse cuenta de que sus
interpretaciones negativas iniciales estaban desviadas si se le anima a reflexionar sobre otras explicaciones
alternativas menos negativas.
El tercer componente de la tríada cognitiva se centra en la visión negativa acerca del futuro. Anticipa que
sus dificultades o sufrimientos actuales continuarán indefinidamente. Espera penas, frustraciones y
privaciones interminables. El modelo cognitivo considera el resto de los signos y síntomas del síndrome
depresivo como consecuencia de los patrones cognitivos negativos. Por ejemplo, los síntomas
motivacionales, la creciente dependencia, los síntomas físicos de la depresión.

- Organización estructural del pensamiento depresivo (Los Esquemas): Un segundo componente del
modelo cognitivo es el que se refiere al modelo de esquemas. Este concepto se utiliza para explicar
por qué mantiene el paciente depresivo actitudes que le hacen sufrir y son contraproducentes,
incluso en contra de la evidencia objetiva de que existen factores positivos en su vida.
112

Cualquier situación está compuesta por un amplio conjunto de estímulos. El individuo atiende
selectivamente a estímulos específicos, los combina y conceptualiza la situación. Una persona determinada
tiende a ser consistente en sus respuestas a tipos de fenómenos similares. Ciertos patrones cognitivos
relativamente estables constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones acerca de un
determinado conjunto de situaciones. El término “esquema” designa estos patrones cognitivos estables. El
esquema es la base para transformar los datos en cogniciones (definidas como cualquier idea con un
contenido verbal o gráfico). Así, un esquema constituye la base para localizar, diferenciar y codificar el
estímulo con que se enfrenta el individuo. Este categoriza y evalúa sus experiencias por medio de una
matriz de esquemas.
Los tipos de esquemas empleados determinan el modo como un individuo estructurará distintas
experiencias. En los estados psicopatológicos tales como la depresión, las conceptualizaciones de los
pacientes acerca de determinadas situaciones se distorsionan de tal modo que se ajustan a esquemas
inadecuados prepotentes. A medida que estos esquemas idiosincráticos se van haciendo más activos, son
evocados por un conjunto de estímulos cada vez mayor que mantiene una escasa relación lógica con ellos.
El paciente pierde gran parte del control voluntario sobre sus procesos de pensamiento y es incapaz de
acudir a otros esquemas más adecuados.
Los esquemas idiosincráticos prepotentes producen distorsiones de la realidad y errores sistemáticos en el
pensamiento depresivo. En los estados depresivos más graves, el pensamiento del paciente puede llegar a
estar completamente dominado por los esquemas idiosincráticos.

- Errores en el procesamiento de la información: Los errores sistemáticos que se dan en el


pensamiento del depresivo mantienen la creencia del paciente en la validez de sus conceptos
negativos, incluso a pesar de la existencia de evidencia contraria.
1. Inferencia arbitraria: se refiere al proceso de adelantar una determinada conclusión en ausencia
de la evidencia que la apoye o cuando la evidencia es contraria a la conclusión.
2. Abstracción selectiva: consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de su contexto,
ignorando otras características más relevantes de la situación, y conceptualizar toda la experiencia en base
a ese fragmento.
3. Generalización excesiva: se refiere al proceso de elaborar una regla general o una conclusión a
partir de uno o varios hechos aislados y de aplicar el concepto tanto a situaciones relacionadas como a
situaciones inconexas.
4. Maximización y minimización: quedan reflejadas en los errores cometidos al evaluar la
significación o magnitud de un evento; errores de tal calibre que constituyen una distorsión.
5. Personalización: se refiere a la tendencia y facilidad del cliente para atribuirse a sí mismo
fenómenos externos cuando no existe una base firme para hacer tal conexión.
6. Pensamiento absolutista, dicotómico: se manifiesta en la tendencia a clasificar todas las
experiencias según una o dos categorías opuestas; por ejemplo, impecable o sucio, santo o pecador. Para
describirse a sí mismo, el paciente selecciona las categorías del extremo negativo.
Una manera de abordar el desorden de pensamiento presente en la depresión es conceptualizarlo en
términos de modos “primitivos” de organizar la realidad vs. modos “maduros”. Parece claro que las
personas depresivas tienden a estructurar sus experiencias de un modo bastante primitivo. Parece que las
características del pensamiento típico del depresivo son análogas a las expuestas por Piaget en sus
descripciones del pensamiento infantil. Pensamiento primitivo: no dimensional y global (soy un miedoso);
absolutista y moralista (soy un depreciable cobarde); invariable (siempre fui y seré un cobarde);
113

diagnóstico basado en el carácter; irreversibilidad (no hay nada que se pueda hacer). Pensamiento
maduro: multidimensional (soy medianamente miedoso, bastante generoso); relativo (soy más cobarde
que la mayoría de las personas que conozco); variable (mis miedos varían según el momento); diagnóstico
conductual (evito algunas situaciones); reversibilidad (puedo aprender modos de afrontar situaciones). El
paciente depresivo tiene a interpretar sus experiencias en términos de privaciones o de derrotas (no
dimensionales) y como algo irreversible (fijo).

- Predisposición y desencadenamiento de la depresión


La teoría propone que algunas experiencias tempranas proporcionan la base para formar conceptos
negativos sobre uno mismo, el futuro y el mundo. Estos conceptos negativos (esquemas) pueden
permanecer latentes y ser activos por determinadas circunstancias. Por ejemplo, la ruptura matrimonial
puede activar el concepto de pérdida irreversible asociado con la muerte de uno de los padres acaecida
durante la infancia del individuo. En respuesta a situaciones traumatizantes, la persona media aún
mantendría su interés por otros aspectos no traumáticos de su vida, valorándolos de forma realista. Por el
contrario, el pensamiento de la persona con tendencia a la depresión aparece bastante constreñido,
desarrollando ideas negativas acerca de todos los aspectos de su vida.

- Un modelo de interacción recíproca


Parte de este énfasis en los aspectos “intrapsíquicos” de la depresión es el resultado del hecho de que nos
centremos deliberadamente en el individuo y en cómo construye la realidad. Ahora bien, se puede ampliar
la unidad de observación a los aspectos relevantes del ambiente del individuo. Puede suceder que una
persona que se encuentra en las primeras fases de una depresión se aparte de algunas personas
significativas o relevantes para ella. Ofendidas, estas “personas significativas” podrían responder con
rechazos o críticas, que, a su vez, activarían o agravarían el autorrechazo y la autocrítica del propio
individuo. Las conceptualizaciones negativas resultantes llevan al paciente a un mayor aislamiento. Una
relación interpersonal armoniosa, por el contrario, puede actuar como amortiguador o parachoques de
cara al desarrollo de una depresión incipiente.

- Primacía de los factores cognitivos en la depresión


Haciendo un “corte transversal” de la sintomatología de la depresión, hemos llegado a la conclusión de
que debemos buscar el principal foco de patología en el modo peculiar que tiene el individuo de verse a sí
mismo, sus experiencias y su futuro. Las manifestaciones más floridas de la depresión pueden distraer al
clínico (y también al paciente) de lo que es primordial en la patología. Debe subrayarse que hasta ahora
nuestra explicación se basa en el análisis de los fenómenos de la depresión. Nuestros instrumentos de
observación a este nivel de análisis no proporcionan datos relativos a la “causa” última. Puede postularse
que las construcciones negativas que el paciente hace de la realidad constituyen el primer eslabón de la
cadena de síntomas (o “fenómenos”). Al desencadenarse la depresión (sea debido a presiones psíquicas, a
un desequilibrio bioquímico, a la estimulación del hipotálamo o a cualquier otro agente), se activa un
conjunto de “estructuras cognitivas” alteradas (esquemas) que se formó en un momento temprano del
desarrollo.

Revoluciones cognitivas: paradigmas científicos y relativos a la depresión


¿Qué es lo revolucionario en el nuevo paradigma científico de la depresión? En primer lugar, se centra en
el paradigma personal del paciente. En segundo lugar, conceptualiza este paradigma en términos de una
114

“revolución cognitiva”. Específicamente, la organización cognitiva del depresivo ha experimentado una


revolución (o quizás una “circunvolución”) que produce una notable inversión en la forma como el
paciente construye la realidad. En contraposición al concepto usual de revolución científica, del que
generalmente se interpreta que representan un avance, la “revolución depresiva” constituye un retroceso.
Nuestro nuevo paradigma científico de la depresión afirma: El paradigma personal del paciente cuando se
encuentra en un estado depresivo da lugar a una visión distorsionada de sí mismo y del mundo. Sus ideas y
creencias negativas le parecen una representación verídica de la realidad, incluso cuando a otras personas
y a él mismo cuando no está deprimido les parezcan inverosímiles. Sus observaciones y las
interpretaciones que hace de los fenómenos están moldeadas por su marco de referencia conceptual
(paradigma). Los grandes cambios producidos en su organización cognitiva llevan a un procesamiento de la
información inadecuado, como resultado del cual surge una amplia variedad de síntomas. El concepto de
revolución cognitiva en el ámbito de la depresión presenta algunas implicaciones para la investigación e la
patología de esta condición. Muchas de las investigaciones y estudios de la depresión “subclínica” han
supuesto una continuidad desde el estado normal al estado patológico.

Requisitos previos para llevar a cabo la terapia cognitiva de la depresión:


1. El terapeuta dedicado al tratamiento de pacientes depresivos debe poseer un sólido conocimiento del
síndrome clínico de la depresión.
2. Dado que el suicidio es la complicación letal de la depresión, el clínico necesita una serie de capacidades
especializadas para reconocer al paciente suicida y determinar el riesgo de suicidio.
3. El aspirante a terapeuta cognitivo debe ser, en primer lugar, un buen terapeuta. Debe poseer algunas
características necesarias, como la capacidad para responder al paciente en una atmósfera de relación
humana –con interés, aceptación y empatía.
4. El terapeuta bien preparado y que mantiene una actitud cálida, empática y de aceptación, necesita,
además, satisfacer los siguientes requisitos previos:
a. Un sólido conocimiento del modelo cognitivo de la depresión b. Un conocimiento del marco
conceptual de la terapia cognitiva, así como de su aplicación específica al tratamiento de la
depresión. c. Entrenamiento formal en un centro de terapia cognitiva. d. Entrenamiento en talleres,
realización de tareas de monitor de grupo, y utilización de cintas de vídeo y libretas de anotaciones.

Limitaciones de la terapia cognitiva


La efectividad de esta terapia se ha demostrado solamente con pacientes depresivos externos que
constituían casos de depresión unipolar no psicótica. Por lo tanto, los procedimientos de tratamiento
convencionales, por ejemplo, la hospitalización y las terapias “somáticas” se emplearán en el caso de
depresiones bipolares o de gran intensidad, en el caso de pacientes gravemente alterados o que presente
un alto riesgo de suicidio. La terapia cognitiva debería restringirse a aquellos casos de depresión unipolar
respecto a los cuales el clínico considere preferible este método en lugar de la medicación antidepresiva.

Maximización de los efectos de la terapia cognitiva:


1. Importancia de crear un clima de empresa común y de colaboración con el paciente. Cuanto más
trabajen juntos terapeuta y paciente, más profunda será la experiencia de aprendizaje para ambos.
2. Importancia de centrarse en las variaciones y fluctuaciones que pueden darse en la depresión del
paciente. Cuando el paciente experimenta una mejoría, el terapeuta debe animarle a que determine con
exactitud qué método piensa que ha contribuido en su mejoría. El empeoramiento de los síntomas y
115

recaídas deben ser “bienvenidos” y bien acogidos como una valiosa fuente de información para investigar
los factores que han producido una agudización de la depresión. El terapeuta debe enfatizar la importancia
de que el paciente aprenda métodos para hacer frente a la depresión.
3. Énfasis en la autoexploración.

 “Terapia Cognitiva: conceptos básico y profundización” Beck, Judith.


Capítulo 10: “Identificación y modificación de creencias intermedias”
Las creencias se pueden clasificar en dos categorías: las creencias intermedias (compuestas por reglas,
actitudes y presunciones) y las creencias centrales (ideas globales rígidas y absolutas acerca de uno mismo
y los demás). Las creencias intermedias si bien no se pueden modificar tan fácilmente como los
pensamientos automáticos, son más maleables que las creencias centrales.

La conceptualización cognitiva:
El terapeuta y el paciente se ocupan de los pensamientos automáticos (son las palabras o imágenes que
pasan por la mente de un paciente en una situación dada y que lo conducen al distrés) antes de abordar las
creencias. Sin embargo, desde el comienzo el terapeuta comienza a formular una conceptualización que
siempre conecta los pensamientos automáticos con creencias situadas en niveles más profundos. Es
recomendable que el terapeuta comience completando un Diagrama de Conceptualización Cognitiva en
cuanto haya recopilado los datos de los pensamientos automáticos del paciente, sus emociones, su
comportamiento, sus creencias. El diagrama representa la relación entre creencias centrales, creencias
intermedias y pensamientos automáticos. Provee un mapa cognitivo de la psicopatología del paciente y
ayuda a organizar la multiplicidad de datos que presenta el paciente.
El terapeuta anota tres situaciones “típicas” en las cuales el paciente se sienta perturbado. Luego, para
cada situación, consigna el pensamiento automático clave, su significado y la consiguiente emoción o
comportamiento (si lo hay). Si no le ha pedido directamente al paciente el significado de sus pensamientos
automáticos plantea una hipótesis. El significado del pensamiento automático para cada situación debe
relacionarse con el casillero de la Creencia Central ubicado en la parte superior del diagrama. Para
completar el casillero superior del diagrama, el terapeuta se pregunta (y al paciente) ¿Cómo se originó la
creencia central y cómo se mantuvo? ¿Qué acontecimientos de la vida (especialmente de la niñez)
experimentados por el paciente pueden relacionarse con el desarrollo y mantenimiento de la creencia? A
continuación, el terapeuta se pregunta: ¿cómo afronta mi paciente esta creencia central dolorosa? ¿qué
creencias intermedias (por ej., presunciones subyacentes, reglas y actitudes) ha desarrollado?
Para completar el casillero siguiente, denominado “estrategias compensatorias”, el terapeuta se pregunta:
¿Qué estrategias conductuales desarrolló el paciente para tolerar la creencia central negativa? Las
estrategias compensatorias son comportamientos normales que todos llevamos a cabo alguna vez. La
dificultad de los pacientes que padecen perturbaciones radica en un uso abusivo de estas estrategias, a
expensas de conductas más funcionales.

Identificar las creencias intermedias:


¿Cómo identifica el terapeuta las creencias intermedias? Lo hace:
1. Reconociendo las creencias que se presentan como pensamientos automáticos: el paciente suele
articular una creencia como un pensamiento automático especialmente cuando está deprimido.
116

2. Proporcionando la primera parte de una presunción: el terapeuta puede lograr averiguar una
presunción completa enunciando la primera mitad. “T: y sino trabajas todo lo posible sobre una
monografía o un proyecto... P: Entonces no habré hecho lo mejor que puedo y habré fracasado”.
3. Preguntando directamente sobre una regla o actitud: el terapeuta puede identificar una regla o una
actitud interrogando directamente al paciente
4. Usando la técnica de la flecha hacia abajo: más a menudo el terapeuta utiliza una cuarta técnica
para identificar las creencias intermedias (y también las centrales). Se trata de la técnica de la
flecha hacia abajo. En primer lugar, el terapeuta identifica un pensamiento automático clave, que
sospecha puede desprenderse directamente de una creencia disfuncional. Luego, le pide al
paciente el significado de esa idea, asumiendo que el pensamiento automático es verdadero.
Continúa con esta actividad hasta develar una o más creencias centrales. Preguntar al paciente qué
significa para él un pensamiento a menudo hace aparecer una creencia intermedia. Las preguntas
acerca del significado de la creencia intermedia suelen dejar al descubierto una creencia central.
5. Analizando los pensamientos automáticos de un paciente, en busca de temas comunes: una quinta
manera de identificar las creencias es buscar temas comunes en los pensamientos automáticos que
el paciente experimenta en situaciones diversas. El terapeuta puede pedir a un paciente con buena
capacidad de introspección que identifique un tema recurrente o que establezca una hipótesis
acerca de una creencia y reflexione sobre su validez.
6. Revisando un cuestionario sobre creencias que el paciente ha respondido
7. Otra manera es preguntarle al paciente directamente. Algunos pueden expresar sus creencias con
facilidad.

Decidir si se debe modificar una creencia:


Una vez que se ha identificado una creencia, el terapeuta determina si se trata de una creencia central o si
es periférica. Generalmente, para que la terapia sea lo más eficaz posible, se limita a las creencias
intermedias más importantes. El tiempo y el esfuerzo del terapeuta pueden resultar desperdiciados si se
trabaja en creencias disfuncionales que sean tangenciales o si se trabaja sobre una creencia no muy
fuertemente arraigada.
Una vez identificada una creencia intermedia importante, el terapeuta decide si va a exponer frente al
paciente y si se limitará a plantearla como una creencia para trabajar en el futuro o si se trabajarán sobre
ella en el preciso momento. Para decidir, el terapeuta debe preguntarse: ¿cuál es la creencia? ¿Cuán fuerte
cree el paciente en ella?
¿Si cree fuertemente, de qué manera y con qué intensidad afecta eso su vida? ¿Si la afecta fuertemente,
debe ser trabajada ahora? ¿Está el paciente preparado para trabajar sobre ella?
En general, el terapeuta no se dedica a la modificación de creencias hasta el momento en que el paciente
ha adquirido las herramientas para identificar y modificar sus pensamientos automáticos y ha logrado un
cierto alivio de sus síntomas. Habitualmente, la modificación de creencias intermedias se logra antes que
la de creencias centrales, ya que éstas últimas pueden ser bastante rígidas. Una vez que se ha identificado
una creencia importante y se ha constatado que el paciente cree fuertemente en ella, el terapeuta puede
decidir instruirlo respecto de la naturaleza de las creencias en general, usando una específica como
ejemplo.

Examinar las ventajas y desventajas de las creencias:


117

En ocasiones a los pacientes les resulta útil analizar las ventajas y desventajas de mantener una
determinada creencia. El terapeuta se esfuerza por minimizar o descartar las ventajas y enfatizar y reforzar
las desventajas.

Formular una nueva creencia:


Para decidir qué estrategias utilizar a fin de modificar una determinada creencia, el terapeuta formula,
para sí, una creencia más adaptativa. Antes de que el terapeuta trate de modificar la creencia de un
paciente, confirma que se trata de una creencia central y fuerte y bosqueja en su mente una creencia más
funcional y menos rígida, relacionada temáticamente con ella pero que pueda resultar una mayor
satisfacción para el paciente. No la impone, sino que guía al paciente, usando el cuestionamiento socrático
para que construya una creencia alternativa.

Modificar creencias:
A continuación, se enumeran las estrategias más comunes para modificar creencias intermedias y
centrales. El terapeuta pregunta sobre la intensidad de una creencia dada (0-100%) para evaluar si es
necesario seguir trabajando sobre ella. Habitualmente no es posible ni deseable reducir el grado de la
creencia hasta el 0%. Generalmente se ha atenuado una creencia en una medida suficiente cuando el
paciente se adjudica menos de un 30% de credibilidad.
Para modificar las creencias se utilizan técnicas semejantes a las que se usan para modificar los
pensamientos automáticos, aunque también se empleen algunas técnicas adicionales como:
- Cuestionario socrático: el terapeuta se vale del mismo tipo de preguntas que se utilizan para
evaluar los pensamientos automáticos. Aun cuando el profesional ya haya logrado identificar una
creencia general, estas técnicas ayudan al paciente a evaluarlas en el contexto de situaciones
específicas.
- Experimentos conductuales: el terapeuta puede ayudar al paciente a diseñar una prueba
conductual para evaluar la validez de una creencia, tal como lo hace con los pensamientos
automáticos. Los experimentos conductuales, si se los diseña y se los lleva a cabo adecuadamente,
tienen más poder para modificar las creencias del paciente que las técnicas verbales en el
consultorio.
- Continuum cognitivo: esta técnica resulta útil para modificar tanto pensamientos automáticos
como creencias que evidencian un pensamiento polarizado. La construcción de un continuum
cognitivo para el concepto en cuestión hace que el paciente pueda reconocer la existencia de
puntos intermedios. Resulta útil cuando el paciente está evidenciando un pensamiento dicotómico.
- Dramatización racional-emotiva: también llamada “punto y contrapunto” se suele utilizar después
que el terapeuta ya ha probado todas las técnicas que se describieron. Es útil cuando un paciente
manifiesta que intelectualmente se da cuenta de que una creencia es disfuncional, pero que
emocionalmente o visceralmente la sigue “sintiendo” como verdadera. El terapeuta le explica que
van a llevar a cabo una dramatización en la cual el paciente representará la parte “emocional” de su
mente, que adhiere fuertemente a la creencia, mientras que el terapeuta va a encarar la parte
“racional”. En la segunda parte, intercambiarán los papeles. En ambos segmentos, tanto el
terapeuta como el paciente representan al paciente y usará ambos la palabra “yo”.El cambio de
papeles da al paciente la oportunidad de expresar en voz alta los argumentos racionales, siguiendo
el modelo del terapeuta. Este utiliza los razonamientos emocionales que el paciente expresó antes,
tratando de reproducir las mismas palabras que antes escuchó. Al utilizar las mismas palabras que
118

el paciente y no introducir nuevo material, o ayuda a reaccionar de una manera más precisa
respecto de sus propias preocupaciones. Si el paciente no logra formular una respuesta desde el
papel de lo racional, puede volver a intercambiar papeles temporariamente con el terapeuta o
ambos pueden abandonar la dramatización para conversar acerca del punto donde se han
detenido.
- Utilizar a otras personas como punto de referencia: cuando los pacientes reflexionan sobre las
creencias de otras personas logran establecer una distancia psicológica respecto de sus propias
creencias disfuncionales. Comienzan a percibir una incoherencia entre lo que creen verdadero para
ellos y lo que ven más objetivamente en otras personas. Actuar “como si”: los cambios en las
creencias llevan a cambios equivalentes en el comportamiento y éstos, a su vez, corresponden a
cambios en las creencias. Si una creencia es bastante débil, es posible que el paciente modifique un
comportamiento dado rápida y fácilmente, sin necesidad de demasiadas intervenciones cognitivas.
Sin embargo, muchas veces se requiere de una modificación en las creencias antes de que el
paciente esté dispuesto a cambia el comportamiento. En muchas ocasiones basta con algún grado
de modificación y no se requiere un cambio total en la creencia. Además, una vez que el paciente
comienza a cambiar su comportamiento, la creencia se atenúa, y eso facilita la persistencia del
nuevo comportamiento, que a su vez disminuye la creencia y así sucesivamente generándose una
positiva espiral ascendente.
- Usar la expresión de la propia experiencia: cuando el terapeuta expresa abiertamente su propia
experiencia y hace uso de este recurso en forma adecuada y juiciosa, puede ayudar a algunos
pacientes a ver sus problemas de una manera diferente.
En resumen. Cuando inicia el trabajo de modificación, el terapeuta instruye al paciente acerca de la
naturaleza de las creencias, confiere a las reglas y actitudes la forma de presunciones e investiga las
ventajas y desventajas que surgen de una creencia dada. Mentalmente enuncia una nueva creencia, más
funcional y guía al paciente para que la adopte valiéndose de técnicas de modificación de las creencias,
entre las cuales se cuentan las que mencionamos anteriormente. Estas técnicas suelen ser más
convincentes que el cuestionamiento socrático habitual que se utiliza con los pensamientos automáticos
porque las creencias son ideas más rígidamente establecidas.

Capítulo 11: “Las creencias centrales”


Las creencias centrales son las ideas más dominantes acerca de uno mismo. Beck las diferencia de los
esquemas, éstos son estructuras cognitivas propias de la mente y las creencias centrales son el contenido
específico de esas estructuras. Este tipo de creencias se desarrollan durante la infancia, mientras el niño se
relaciona con las personas más significativas. La mayoría de las personas suelen mantener durante toda su
vida primordialmente creencias centrales positivas (“puedo llevar a cabo eficazmente la mayor parte de las
cosas”. Las creencias centrales negativas generalmente surgen en los momentos de distrés psicológico. A
diferencia de lo que ocurre con los pensamientos automáticos, las creencias centrales de los pacientes no
están completamente articuladas hasta que el terapeuta comienza a desentrañarlas investigando los
significados de los pensamientos del paciente. Los pacientes también pueden tener creencias centrales
negativas acerca de otras personas y del mundo (no es posible confiar en los demás), también es necesario
modificar estas ideas. Las creencias centrales negativas habitualmente son globales, generalizadas y
absolutas. Cuando una creencia central se activa, el paciente procesa con facilidad la información que la
sustenta, pero no puede reconocer o distorsionar la información que la refuta.
119

El terapeuta comienza a formular la conceptualización desde el primer contacto (incluyendo las creencias
centrales). Al comienzo lo hace en forma privada. En algún punto comparte con el paciente esta
conceptualización, presentándose la como una hipótesis y preguntándole si le “suena” como algo
verdadero. Para decidir cuándo compartir la conceptualización con el paciente, el terapeuta considera los
siguientes elementos: cuán fuerte es la alianza terapéutica, cuánta credibilidad confiere el paciente al
modelo cognitivo, cómo están activadas sus creencias centrales en la sesión y cuánta consciencia tiene el
paciente de lo que le sucede. En algunas ocasiones, el paciente y el terapeuta intentan, sin darse cuenta,
evaluar al comienzo de la terapia una creencia central porque ha sido expresada como un pensamiento
automático. Generalmente estas evaluaciones no surten ningún efecto.
El grado de dificultad para identificar y modificar las creencias centrales varía de un paciente a otro. En
general, los que padecen una perturbación emocional significativa pueden expresar sus creencias centrales
con más facilidad. Las creencias centrales negativas que aparecen en los pacientes con trastornos de
personalidad son habitualmente mucho más difíciles de modificar. Para identificar y modificar las creencias
centrales, el profesional, durante el curso de la terapia, realiza las siguientes actividades:
1. Mentalmente establece una hipótesis respecto de cuál es la categoría de creencia central que ha dado
origen pensamientos automáticos específicos.
2. Especificar la creencia central usando las mismas técnicas de que se vale para identificar las
creencias intermedias
3. Explica al paciente sus hipótesis acerca de las creencias centrales y les pide las confirme o las refute.
4. Instruye al paciente acerca de las creencias centrales en general y de su creencia central específica. Lo
guía para que monitoree cómo opera la creencia central en el presente.
5. Comienza a evaluar y a modificar la creencia central; lo asiste para que especifique una creencia central
nueva y más adaptativa. Utiliza métodos “racionales” para disminuir la fuerza de la creencia central antigua
y acrecentar la de la nueva y se vale de técnicas experienciales o “emocionales” cuando el paciente ya no
cree racional o intelectualmente en una creencia central, pero todavía está atado a ella desde lo
emocional.

Categorizar creencias centrales.


Las creencias centrales de los pacientes se pueden categorizar en el terreno del desamparo (soy débil, soy
incapaz, inútil, no me respetan), de la incapacidad de ser amado (no agrado a nadie, no me desean, no me
quieren, no soy suficientemente bueno, van a rechazarme) o en ambas.

Identificar creencias centrales.


Además de utilizar las mismas técnicas que para las creencias intermedias, trata de buscar temas centrales
en los pensamientos automáticos del paciente, observa las creencias centrales que aparecen expresadas
como pensamientos automáticos e interroga directamente acerca de la creencia central.

Presentar creencias centrales.


Cuando el profesional cree que ha recopilado suficientes datos y considera que el paciente será
suficientemente receptivo, le presenta la conceptualización. También puede revisar con el paciente una
serie de pensamientos automáticos relacionados y pedirle que saque una conclusión respecto de un tema
subyacente, o puede utilizar el diagrama de conceptualización de casos, o puede explorar brevemente
algunos antecedentes de la infancia.
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Instruir al paciente acerca de las creencias centrales y el control de la forma en que operan.
Es importante que el paciente comprenda estos puntos acerca de su creencia central: que es una idea y no
necesariamente una verdad. Que puede creer en ella con mucha intensidad y hasta “sentir” que es verdad
y, no obstantemente puede ser parcial o totalmente falsa. Que como idea puede ser sometida a
comprobaciones. Que tiene sus orígenes en sucesos de la infancia y que puede o no haber sido cierta en el
momento en que comenzó a creer en ella. Que se mantiene a través del funcionamiento de sus esquemas,
en los cuales rápidamente encuentra datos que sustenta la creencia central, mientras ignora los que la
contradice. Que el paciente y el terapeuta pueden, en un trabajo conjunto, usar una gran variedad de
estrategias para modificar esa idea y obtener una visión más real de sí mismo.

Modificar creencias centrales y fortalecer nuevas creencias.


Una vez identificada la creencia central negativa, el terapeuta diseña mentalmente una creencia nueva,
más realista y funcional y guía al paciente hacia ella. Puede usar algunas de las técnicas ya descriptas, o
usar técnicas adicionales, como el formulario de creencias centrales, contrastes extremos, desarrollo de
metáforas, comprobaciones históricas, reestructuración de recuerdos tempranos, etc. Generalmente, al
paciente le resulta más fácil adoptar una creencia relativamente positiva que una muy extrema. Por
ejemplo, antigua creencia central “no valgo nada”, nueva creencia central “soy una persona valiosa con
rasgos positivos y negativos”.

El formulario de creencias centrales.

Una vez identificada la antigua


creencia central y cuando ya se ha
desarrollado una nueva, el terapeuta presenta
el formulario de creencias centrales (FCC). El
FCC comprende dos partes: la superior ayuda
al paciente a identificar y a evaluar el grado
de credibilidad conferida a la “antigua”
creencia disfuncional y a la “nueva” creencia,
más adaptativa. A partir del momento en que
se presenta el formulario, terapeuta y
paciente completan juntos esta parte al inicio
de cada

sesión. La parte inferior debe ser completada por el paciente, durante la sesión o como tarea, a medida
que controla el funcionamiento de sus creencias y revisa las evidencias que parecen avalar la antigua.
Métodos para lograr que el paciente reconozca datos positivos que corresponden al lado izquierdo del
formulario: 1. Solicitar al paciente que piense en los datos que hubiesen sido evidencias positivas en el
caso de otra persona: “Sally, piensa en alguna persona que creas capaz”. 2. Solicitar al paciente que piense
en datos que otra persona seguramente hubiese considerado.

Utilizar contrastes extremos para modificar creencias centrales.


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A veces resulta útil que el paciente se compare con alguna persona, real o imaginaria, que encarne el
extremo negativo de la cualidad relacionada con su creencia central. Esta técnica es semejante al
continuum cognitivo.

Desarrollar metáforas.
Los terapeutas pueden ayudar a los pacientes a tomar distancia de sus creencias centrales por medio de la
reflexión acerca de una situación, por ej., reflexionar sobre la historia de Cenicienta.

Comprobaciones históricas de la creencia central.


Los pacientes pueden beneficiarse analizando el origen y la persistencia a través del tiempo de su creencia
central. El terapeuta puede ayudar al paciente a buscar y a revisar las evidencias que avalaron la creencia
central desde una edad temprana y a sacar a la luz evidencias que la refutaban. El segundo paso de la
revisión consiste en la búsqueda y registro de evidencia de cada periodo que sustenten una creencia nueva
y positiva. La tercera etapa: reformular cada segmento de evidencias negativas. Cuarta etapa: resume cada
periodo.

Reestructuración de recuerdos tempranos.


Por lo general, las técnicas “racionales” suelen bastar para modificar una creencia central. En otros casos
es adecuado aplicar otra clase de técnicas “emocionales” o experienciales, con las cuales se despiertan los
afectos. Una de ellas consiste en dramatizar un hecho ocurrido para ayudarlo a reinterpretar una
experiencia traumática anterior. Otra técnica utiliza las imágenes mentales para reestructurar recuerdos
tempranos en una situación afectiva.
En síntesis, las creencias centrales requieren de un trabajo consistente y sistemático. Para ello, pueden
usarse un número de técnicas apropiadas que se aplican para reestructurar pensamientos automáticos, y
creencias intermedias y otras, más específicas, orientadas al tratamiento de las creencias centrales.

 “Cómo controlar la ansiedad antes que le controle a usted” Ellis, A.


Cap. 2. Qué es la ansiedad y cómo la controla a menudo.
La ansiedad es algo bueno que le permite a usted mantenerse vivo y ayuda a preservar a la especie
humana. La ansiedad es un conjunto de sensaciones molestas y de tendencias a la acción que le permiten
darse cuenta de que ocurren o pueden ocurrir hechos desagradables, y que le avisan de que tendría que
hacer algo al respecto. La ansiedad surge cuando usted desea algo y ve que es posible que no lo obtenga, o
cuando no lo desee y se da cuenta de que corre el peligro de tener que pasar por ello.
Hay muchos tipos y niveles de ansiedad y algunos de ellos son muy malsanos y autodestructivos. La
ansiedad sana (inquietud, vigilancia o precaución) le ayuda a tener más de lo que quiere y menos de lo que
no quiere. La ansiedad sana preserva la vida. Sin embargo, la ansiedad puede ser fácilmente malsana, es
decir, destructiva y perjudicial para las propias necesidades básicas. El pánico agudo es, de hecho, una
forma de ansiedad, pero una forma altamente dañina. Lo mismo ocurre con el pánico ante cuestiones que
no comportan daño físico. La inquietud puede ayudarle a conservar su puesto a conseguir otro en otra
empresa, pero en pánico pondrá muy probablemente en peligro su actual trabajo y los siguientes.
La ansiedad sana o la inquietud por las cosas preservan la vida y conducen a buenos resultados; la
ansiedad malsana, en cambio, puede acabar fácilmente con uno. La ansiedad sana, o preocupación, de
hecho, le da a usted el control de sus propias emociones y le ayuda a manejar situaciones difíciles o
peligrosas de forma eficiente. La ansiedad malsana, o pánico, suele hacer lo contrario: le hace perder el
122

control y, consecuentemente, afrontar mal, o incluso desastrosamente, los riesgos y problemas con los
que se encuentra. La ansiedad sana implica precaución y vigilancia, y preserva de daños potenciales. La
malsana tomar forma de pánico, terror, horror, fobias, temblores, estados de shock, entumecimiento y
todo tipo de reacciones físicas y psicosomáticas que le alertan, de alguna manera, contra posibles peligros,
pero que muy a menudo no hacen más que interferir en el buen manejo de esas situaciones.
La Terapia racional-emotivo-conductual (TREC) distingue claramente entre emociones negativas sanas, que
surgen cuando algo va mal en la vida, y emociones negativas malsanas (como pánico, depresión, ira) que
también surgen en situaciones difíciles. La ansiedad sana, o inquietud por las cosas, suele estar basada en
miedos realistas o racionales. Los miedos realistas le avisan de que algo malo le puede ocurrir si hace usted
determinadas cosas, y probablemente le adviertan acertadamente de que no las haga si no quiere que
nada de eso le pase. Muchos miedos, sin embargo, son irreales o irracionales. Suponga que le da miedo ir
en ascensor porque cree que hay muchas probabilidades de que le falte el aire y se ahogue. Éstos son
miedos irracionales porque no es probable que ocurra ninguna de esas cosas, y toma usted una
pequeñísima probabilidad como algo muy posible. Muy a menudo, los miedos irrealistas y malsanos llevan
a fuertes estados de ansiedad cuando, realmente, no hay peligro alguno o es de muy poca magnitud.
¿Cómo puede usted distinguir entre la ansiedad sana y malsana o los miedos racionales e irracionales?
Comprobando cuál es la realidad y utilizando las leyes de la probabilidad. En segundo lugar, debe tener en
cuenta que los miedos no realistas son exagerados o basados en sobregeneralizaciones. Está usted
exagerando o sobregeneralizando pequeños riesgos. En tercer lugar, quiere decir que ve usted las cosas en
términos de blanco o negro, sin matices de gris.
Principalmente la ansiedad irrealista es producto de un pensamiento incorrecto y exagerado. Para más
complicación, su pánico interfiere entonces en sus acciones y provoca, ahora sí, el desastre que usted
preveía. ¿Por qué ocurre esto? Muy probablemente porque su ansiedad autoprotectora se vuelve
hiperprotectora y, por tanto, autodestructiva.
Una de las principales razones explicativas de este fenómeno sea probablemente de tipo evolutivo. La
ansiedad se construyó en nuestras cabezas, cuando la vida en la tierra era extraordinariamente peligrosa.
Así que, en los viejos tiempos había que ser muy ansioso para poder sobrevivir. En nuestro mundo de hoy
ya no se hace necesario ese grado de ansiedad, sin embargo, es posible que siga instaurado en nuestro
organismo. Por eso no sólo reaccionamos con precaución e inquietud ante peligros realistas, sino que
también llegamos a experimentar pánico y extrema ansiedad ante peligros insignificantes o imaginarios.
Sea como sea, casi todo el mundo es propenso a la ansiedad y al miedo tanto realista como irracional. La
TREC le enseñará a conservar el primer tipo de reacciones, sanas y a minimizar el segundo grupo, mucho
menos sanas, con lo que podrá controlar la ansiedad en lugar de dejar que ésta le controle a usted, como,
por desgracia, ocurre a menudo.
Algunos síntomas típicos de la ansiedad: falta de respiración, respiración acelerada, jadeo, presión en el
pecho, tartamudeo, pérdida de apetito, nauseas, vómitos, temblores, parpadeo involuntario, tics
nerviosos, insomnio, rigidez, pulso acelerado, palpitaciones, aumento o disminución de la presión
sanguínea.
Posibles fuentes de ansiedad: socializar, hablar en público, buscar trabajo, practicar deportes, alcohol y
drogas, la altura, los trenes, ascensores, animales, espacios abiertos o cerrados, puentes, túneles, etc.

 “Cómo vivir con un neurótico” Ellis, A.


Cap. 3 – Cómo se originan los trastornos emocionales
123

Aprendemos a comportarnos neuróticamente como consecuencia de tres influencias principales: 1)


nuestras propias tendencias para pensar, sentir y actuar. 2) el entorno y las circunstancias culturales en las
cuales crecemos y 3) los modos de actuar que elegimos.
La neurosis es una especie de dolencia social. En parte la cogemos de nuestros padres y de aquellos que
nos rodean. Pero nosotros también decidimos si aceptamos estas absurdas enseñanzas. Nos impulsamos
hacia la neurosis con las actitudes hacia nosotros mismos y hacia los demás que recogemos en la infancia.
Adoptamos actitudes irracionales, creemos que ciertas circunstancias deberían o tendrían que darse, y que
otras circunstancias no deberían o no tendrían que suceder. Las ideas que tiene acerca de sí mismo y de los
demás las obtiene o las aprende, en parte y en su origen, de sus padres.
Las actitudes que mantiene hacia sí mismo, el concepto que tiene en sí mismo, suele depender de los
conceptos imperantes en la sociedad concreta, en la región y en la familia en la que se desarrolla. El primer
concepto que se tiene de uno mismo depende normalmente de las actitudes que los demás tienen hacia
uno. Si le aceptan sinceramente, tenderá a aceptarse a sí mismo. Esto no significa que el primer concepto
que se tiene de uno mismo quede establecido de una forma definitiva y crucial. Posteriormente, en la vida,
uno puede cambiarlo para mejora o para peor. Pero este primer concepto de uno mismo tiene una
importancia considerable, y uno tiende a convertirlo en el patrón de actitudes y comportamientos
posteriores.
Debido a que las personas tendemos a confundir las características de las personas con ellas mismas, y a
llegar a la conclusión errónea de “si esta característica mía apesta, yo soy un apestoso”, muchos de
nuestros hijos terminaran teniendo unos pobres conceptos de sí mismos. En la actualidad, controlamos
principalmente la conducta de ls niños diciéndoles que ciertos actos suyos son “traviesos” o “malos”, y que
nadie, ni siquiera sus padres, les querrán o les aceptarán, a ellos, si continúan haciendo esas cosas. Y dado
que los niños generalizan en exceso con suma facilidad, lo que hacemos es llevarles a aceptar algunas ideas
falsas: que deben actuar bien y, por tanto, ganarse su “bondad”, que, si se comportan mal, deberían
considerarlo un desastre, que tienen que ganarse el amor y la aceptación de casi todo el mundo, y que
deberían sentirse terriblemente mal si no lo logran.
Si los niños aceptan a pies juntillas estas premisas y crecen sin modificarlas, estarán condenados casi
irremediablemente a la neurosis. Se pasarán el resto de sus días intentando hacer lo imposible intentando
parecer siempre “buena gente” e intentando ganarse el amor y la aceptación de todo el mundo. Y, dado
que no van a poder tener éxito en estas empresas imposibles, y dado también el temor a un fracaso
posterior a pesar del éxito actual, albergaran un arraigado sentimiento de incapacidad, y de odio hacia sí
mismos, así como, en muchos casos, una clara hostilidad y una baja tolerancia a la frustración.
Los sentimientos de incapacidad provienen en realidad de las necesidades extremas de aceptación que
tienen las personas, y así, cuanto más piensan que deben tener el amor y el afecto de los demás, más
grandes son los sentimientos de menosprecio que sienten por sí mismos. En el fondo, las personas se
recriminan a sí mismas porque piensan que deben obtener la aceptación de los demás, y temen no ganarse
esta aceptación. En consecuencia, cuanto más necesidad tienen de ella, más inferiores se sienten por su
ausencia. En segundo lugar, al intentar reforzar su autoestima logrando el amor de los demás, se utiliza un
miedo arriesgado para un fin cuestionable. Si nueve personas le aceptan plenamente, y por ello empieza a
sentir una mayor confianza en sí mismo, nunca, sin embargo, podrá saber cómo reaccionaría la décima
persona. Por tanto, la aceptación de uno mismo que depende en gran medida de lo que piensan los demás,
más que de su propia decisión de descubrir aquello con lo que disfruta y disfrutarlo, construye la “estima”
sobre arenas movedizas.
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La mayoría de las personas no se dan cuenta de que lograr el cariño de los demás tiene menos valor que
decidirse a buscar su propio disfrute. Normalmente, la felicidad no se consigue ganándose la aprobación de
los demás, sino superando, con esfuerzo y autodisciplina, empeños o problemas difíciles. La felicidad
proviene en gran medida de la actividad creativa, de una intensa dedicación a personas o cosas, más que
del compromiso de los demás con usted. Pero, por desgracia, los neuróticos se sumergen casi
invariablemente en un círculo vicioso de creatividad. Al sentirse inferiores, y al creer que necesitan
desesperadamente la aceptación de los demás, temen implicarse en una actividad creativa por el riesgo a
fracasar y a que esto les suponga la desaprobación. La ansiedad saborea la eficacia. Si tiene miedo de no
hablar bien, dedicará sólo una pequeña parte de su energía y de su concentración al dominio de estas
actividades. Al concentrarse en el cómo lo hace, más que en el qué hace, aumentará la posibilidad de
hacerlo mal. Del mismo modo, si cree que los demás se le oponen, quizás actúe de forma poco cordial u
hostil con ellos.
Hay una tragedia común en lo que llamamos el nivel secundario de neurosis, que suele suponer una
tragedia aún mayor que la neurosis primaria. La neurosis secundaria (sus sentimientos de incapacidad
acerca de sus síntomas neuróticos originales, es decir, el fracaso escolar) seguía estando ahí, y siguió
acosándola hasta que se sometió a terapia. Las personas superan la primera “causa” de sus síntomas
neuróticos y aprenden a aceptar las circunstancias originales que las llevan a generar estos síntomas, como
sería el rechazo de los padres. Pero los síntomas en sí suelen conllevar la desaprobación, por lo que estas
personas se condenan a sí mismas. Esta condena genera sentimientos de profunda aflicción y de
incapacidad, que a su vez potencian los nuevos síntomas neuróticos.
¿Qué suposiciones o filosofías irracionales llevan a las personas a desarrollar un comportamiento
neurótico? Las principales ideas irracionales en las que puede creer se encuentran: Debe tener la
aprobación o el cariño de casi cualquier persona por casi todo lo que hace. Tiene que exhibir una
considerable competencia, capacidad y éxito en aspectos importantes, o de lo contrario, su dignidad o
valía disminuirá. Debería condenarse severamente a sí mismo por sus fallos o equivocaciones graves.
Debería condenar a los demás por su mal comportamiento. Si algo afecta su vida en cierta ocasión, ese
algo debería afectarle indefinidamente, si sus padres o la sociedad le enseñaron a aceptar determinadas
tradiciones, éstas deben seguir influyendo fuertemente en usted. Usted le gusta conseguir las cosas que
valora, debería conseguirlas, y si no puede, debe considerarlo una catástrofe. Es más fácil evitar los
problemas y las responsabilidades de la vida que afrontarlas, para no frustrarse gravemente.
Podemos resumir estas ideas diciendo que piensa, se emociona y actúa de forma irracional cuando cree
que las cosas que prefiere que sucedan o que le gustaría que sucedieran, deberían o tendrían que suceder,
y cuando cree que tiene que encontrar la vida horrible o terrible si no suceden. Tienden a mantener ideas
no realistas e irracionales que generan neurosis de forma inconsciente, más que conscientemente.
Normalmente, sabe conscientemente que no tiene sentido esperar que todo el mundo le quiera, esperar
hacerlo todo bien en todo momento. Pero, en el fondo, cree firme y profundamente en estos absurdos.
ABC de la terapia racional emotiva-conductual. En el punto C (una consecuencia emocional”): una amiga
íntima suya se siente excepcionalmente dolida y deprimida; el punto A (una serie de acontecimientos
activadores): ella intenta establecer una relación permanente con el hombre que le gusta y él la rechaza.
Llega a la conclusión de que A provoca C. Ha llegado a una conclusión errónea. Un acontecimiento externo,
difícilmente podría introducirse en ella y provocarle dolor y depresión. ¿Qué genera entonces C? Si lo
piensa bien, B. Y B representa el sistema de creencias de su la chica acerca de A. Lo más probable es que
tenga dos importantes creencias acerca de A: una racional o sensata y una irracional o absurda. La creencia
racional dice: “¡Qué infortunio que Tom me haya rechazado! Su rechazo me frustra mucho y convendrá
125

que haga algo para superarlo o encontrar otro hombre”. Si su amiga se hubiera quedado con esta creencia
racional, se habría sentido bastante triste pero difícilmente herida y deprimida.
¿Qué causa entonces realmente la depresión? Sus creencias irracionales (Ci). “¡Es terrible que Tom me
haya rechazado!”, “Por no haber hecho lo que debía, soy una estúpida y una incompetente, soy
despreciable”. ¿Qué es lo que hace que esta serie de creencias sean absurdas o irracionales? Sus deberías.
Las exigencias mágicas que la chica se hace a sí misma. Su negativa a aceptar la cruda realidad. Pues si
usted fuera al punto D (la discusión de creencias irracionales), podría preguntarle a la chica: ¿Qué es lo que
tiene de terrible que te rechace ese chico?, ¿En qué te basas para decir que no puedes soportar ser
rechazada? ¿Cómo se llega a la conclusión de que, por lo hacer lo que se supone que deberías haber
hecho, eres estúpida, incompetente y despreciable?
Al ayudar a su amiga a ver con claridad los ABC de sus sentimientos de dolor y depresión (cómo genera ella
misma estos sentimientos que no suceden simplemente en su interior tras alguna experiencia detestable
en el punto A), usted la puede llevar a que se comprenda, a que asuma la responsabilidad de sus
sentimientos y a que deje de escabullirse culpando a los demás y a los acontecimientos por sus reacciones
emocionales desmedidas. Por tanto, si usted la ayudara a ir hasta D (discutir sus propias creencias
irracionales - Ci), la ayudaría a que obtuviera un nuevo efecto (E). El primer efecto (E) que obtendría esa
chica sería el de un nuevo efecto filosófico o cognitivo, es decir, una revisión de la idea en esta línea: “Me
sigue resultando desagradable, pero ese infortunio no me va a matar”. Cuando su amiga llegue a este tipo
de efecto cognitivo, también alcanzará un destacado efecto comportamental, a saber, los sentimientos de
pesar, de pena y frustración, en vez de los de dolor, depresión y desesperación, y las acciones de buscar
decididamente algún otro hombre con quien relacionarse profundamente.
La neurosis, por tanto, no aparece por los sucesos desafortunados, sino por nuestras propias ideas o
visiones irracionales y poco realistas acerca de las cosas y del modo en que, supuestamente, deberían o
tendrían que ser.

 “Manual de Terapia Racional Emotiva” Ellis, A- Grieger, R.


Cap. 1 - La teoría básica clínica de la terapia racional-emotiva
Yo pensaba principalmente en términos de lo que llamaba la teoría ABC de la perturbación emocional,
utilizando esta teoría para mostrar cómo estas premisas inevitablemente llevaban a sus perturbaciones
“emocionales”. Lo que entonces llamé psicoterapia racional realmente tenía sus raíces en los escritos
filosóficos de los antiguos Estoicos. A finales de la década de los 1940 otros pocos terapistas, la mayoría
adiestrados como yo en el campo del psicoanálisis, habían empezado a ver las grandes limitaciones y los
mitos del método analítico y, reconociéndolo o no, se habían inclinado más hacia Adler que hacia Freud. Yo
fui más allá que todos esos escritores, en el énfasis profundamente cognitivo y fuertemente conductual.
Trabajé en descubrir la gran ineficacia del psicoanálisis y en desarrollar técnicas más racionales y más
claramente eficaces con mis clientes.

Los A-B-C de la RET.


A causa de nuestras tendencias innatas y adquiridas, nosotros controlamos nuestros propios destinos y
especialmente los emocionales. Y lo hacemos así por nuestros valore básicos y creencias –según la forma
en que interpretamos o consideramos los acontecimientos que ocurren en nuestras vidas y según las
acciones que elegimos para que así sucedan. Podemos colocar esto en el esquema ABC. En el punto A
(Acontecimiento Activador). En el punto C, una Consecuencia emocional y/o conductual. Erróneamente
tiendes a pensar que A causa C. La teoría RET afirma que esta conclusión no se sigue necesariamente. C no
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provenía automáticamente de A sino de B, tu Creencia sobre A. La teoría RET afirma claramente, que los
Acontecimientos Activadores en A no hacen que tengas Consecuencias emocionales en C (depresión,
desesperación y pánico), y no te llevan a las Consecuencias conductuales (inercia y la evasión). Más bien,
tú eres el factor principal que produce tus propias Consecuencias, en C, al creer firmemente ciertas cosas
en B, tu Sistema de Creencias innatamente predispuesto y aprendido o adquirido.
Así afirma la teoría central de la RET (como observaba Epícteto): Las cosas que ocurren no son las que te
perturban, sino la opinión que tienes de ellas. O, en los términos de la RET, A no causa directamente C, sino
B. Una vez que aceptas que los acontecimientos externos ayudan en parte pero que no causan realmente
tus sentimientos, y que tú en gran medida según la manera en que piensas, aumentas enormemente tu
poder de control sobre tus propias emociones. Puedes someterlas sensiblemente a los procesos de tu
decisión. ¿Cómo? Terminando los ABC de la RET con D y E.

Descubriendo las creencias irracionales.


¿Cómo puedes descubrir las Creencias irracionales? La respuesta más clara es: busca tus deberías y tus
tienes que. No todas las Creencias irracionales incluyen un debería; algunas de ellas consisten simplemente
en afirmaciones no empíricas o irreales. Estas conclusiones no sólo representan generalizaciones sino
supra-generalizaciones sacadas de los datos que observas. Ellas van más allá y distorsionan la realidad. La
mayoría de las veces, tiendes a hacer supergeneralizaciones antiempíricas porque tienes un programa “de
necesidad-perturbación” escondido (musturbatory) en tu mente. Casi siempre, por lo tanto, las Creencias
irracionales no solamente brotan de tu tendencia humana a ver el mundo algo deformado y a hacer
afirmaciones antiempíricas, sino de tus afirmaciones exigentes e imperativas acerca de te debería ocurrir
de tal forma así puedes conseguir absoluta y necesariamente lo que deseas.
Una vez que te acostumbras a buscar estas exigencias, comenzarás a encontrarlas muy rápidamente.
Entonces puedes también hacer lo mismo con tu manera de pensar irracional. Tus Creencias irracionales
toman una o más de las cuatro formas básicas, que todas aparecen relacionadas una con otra: 1. Piensas
que alguien o algo debería ser diferente de lo que es en realidad; 2. Lo encuentras terrible cuando es de
esa manera; 3. Piensas que no puedes soportar esta persona o esta cosa y por eso concluyes que no
debería haber sido como es; 4. Piensas que tú u otras personas han cometido errores horribles o los siguen
cometiendo y porque tú o ellas no deben actuar tal como lo hacen, tú o ellas no valéis nada para bueno en
la vida, merece reprobación y puedes ser legítimamente catalogado como canalla, despreciable.
Ideas irracionales. Tres Ideologías de necesidad-perturbadora (musturbatory). 1. Debo actuar bien y
merecer la aprobación de mis actuaciones, o de lo contrario soy considerado como inútil. 2. Otros deben
tratarme considerablemente y con amabilidad, precisamente de la forma que quiero que me traten; si no
lo hacen, la sociedad y el universo deberían condenarlos, censurarlos y castigarlos por falta de
consideración. 3. Las condiciones en las que vivo deben estar bien dispuestas para que consiga
prácticamente todo lo que quiero, cómoda, rápida y fácilmente y no me ocurra casi nada de lo que no
quiero.
Entiendo por irracionalidad cualquier pensamiento, emoción o comportamiento que conduce a
consecuencias contraproducentes y autodestructivas que se interfiere de forma importante en la
supervivencia y felicidad del organismo. El comportamiento irracional normalmente tiene varios aspectos:
1. La persona cree, a veces firmemente, que la irracionalidad se ajusta a los principios de la realidad; 2. Las
personas se denigran o no quieren aceptarse a sí mismos; 3. La irracionalidad se interfiere con la buena
amistad de los miembros de sus grupos sociales primarios; 4. Ella bloquea seriamente el conseguir la clase
de relaciones interpersonales que les gustaría tener; 5. Interfiere en sus mejores intereses propios.
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Las principales irracionalidad humanas se engloban en estas cuatro: sentirse horrible, no poder soportar
algo, la necesidad-perturbadora y la autocondena. Muchas clases de pensamiento irracional consisten en
grandes supra-generalizaciones; la supergeneralización parece ser un aspecto normal de la condición
humana. Así comienzas fácilmente con una observación sensata, “fracasé en esta prueba”, y después
supergeneralizas diciendo: “siempre fracasaré; no tengo habilidad para tener éxito en ella”.

Discutiendo: debatiendo, distinguiendo y definiendo.


La RET consiste en gran parte en el uso del método lógico-empírico de cuestionar, poner en tela de juicio y
debatir científicamente. Tomas cada una de tus Creencias irracionales a las que llegaste durante el proceso
de Averiguación y te preguntas: ¿qué evidencia tiene? ¿en qué está su falsedad o verdad? ¿qué le hace ser
así? Este método toma algunas hipótesis poco sólidas, especialmente una que conduce a pobres resultados
y la discute activa y vigorosamente hasta que cae o se mantiene. Si encuentras evidencia para apoyar esta
hipótesis, está bien, la mantienes. Si encuentras evidencia contra ella, o si no encuentras ninguna para
apoyarla, la dejas y buscas otra mejor. Tu debate, por tanto, implica una discusión interna dentro de ti
mismo, entre tus Creencias racionales e irracionales. ¿Y en qué consiste el distinguir? Consiste en que
halles las diferencias claras que hay entre lo que quieres y lo que necesitas, tus deseos y tus demandas (o
imperativos), tus ideas racionales e irracionales.
En suma, el método de la RET de la Discusión consiste en varias clases de reestructuras cognitivas,
incluyendo la Averiguación de tus irracionalidades, el Debate contra ellas, la Distinción entre el
pensamiento lógico e ilógico y la Definición y Redefinición semántica que te ayuda a detener la
suprageneralización y mantenerte más cerca de la realidad.

Consiguiendo un nuevo efecto o filosofía.


El resultado final de la RET consiste en que consigas un nuevo Efecto cognitivo o filosofía que te capacite a
pensar semiautomáticamente sobre ti mismo, sobre los demás y sobre el mundo de una forma más
sensata en el futuro. Con esta clase de Efecto, llegas al final del proceso de la RET. Porque, junto con el
Efecto cognitivo o nueva filosofía, si verdaderamente crees en él y sigues lo que crees, llegarás a tener un
nuevo Efecto emotivo y también un nuevo Efecto conductual.

 El modelo cognitivo postracionalista. Hacia una reconceptualización teórica


y crítica (prólogo, cap. 1,2 y 3)- Guidano, V.
Prólogo:
El nombre postracionalismo hace referencia a una concepción de la psicoterapia desde la óptica cognitiva,
pero situándose en un marco posterior a las terapias de corte racionalista como las de Ellis o Beck,
particularmente en sus inicios. Allí donde los racionalistas colocaban la primacía en la cognición, Guidano la
coloca en la emoción o experiencia, y todo su esfuerzo se dirige a observar y maximizar, mediante la técnica
de la moviola, los momentos en que aquella se construye. Esta perspectiva semántica a propósito de la
construcción de la experiencia, junto con un estilo terapéutico orientado a respetar los ritmos y procesos
del paciente, hacen de la terapia de Guidano un desarrollo teórico y operativo de gran potencia en el
conjunto de las terapias constructivistas.
Guidano encuadra su visión en una perspectiva evolutiva que ahonda sus raíces en la teoría del apego de
Bowlby y las actualizaciones de Crittenden y que él transforma en un instrumento de comprensión de la
psicopatología e intervención psicoterapéutica.
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Cap. 1 premisas introductorias:


El término postracionalismo no deja de considerar el razonamiento lógico como un aspecto importante
para dar consistencia a la experiencia humana. El conocimiento es mucho más amplio que la cognición y
sólo una parte es lógica, abstracta y racional. El conocimiento es emocional en su mayor parte, pero
también es sensorial, perceptual, motor y conductual; estos aspectos son las formas más importantes del
conocimiento porque son las que constantemente nos dan la ubicación temporal, espacial y la continuidad
de nuestra vida sin necesidad de pensar. De esta manera, el autor dará una primacía a lo emocional pero
aclarará que la consistencia y la coherencia son dadas por el pensamiento racional o lógico que articula y
desarrolla una estructura de significado.
El autor hace un breve comentario indicando el surgimiento del cognitivismo, planteando que surge de la
crisis del conductismo, crisis que fue epistemológica en tanto los conductistas se hacían llamar anti-
mentalistas y no lo podían sostener en los postulados de la clínica.
El origen del cognitivismo se halla en la introducción de una variable intermedia que era el organismo, y se
admitía que el estímulo ambiental en sí mismo no provocaba una respuesta conductual, sino que tenía que
pasar a través de la mente que era donde se elaboraba la respuesta. Esto parece trivial pero permitió abrir
la “caja negra” y considerar los fenómenos mentales, dejados de lado por el conductismo.
Luego, dentro del ámbito del cognitivismo se empiezan a enfrentar dos concepciones epistemológicas que
difieren en su manera de concebir la mente humana. La primera concepción concibe a la mente como un
procesador de información que es el planteamiento de la epistemología racionalista, y su metáfora de la
mente como un computador; en que la mente funciona como un programa preciso que depende de un
orden lógico matemático que está fuera del computador, en tanto la información que se procesa existiría
por fuera de la mente. La segunda concepción entiende a la mente como una constructora de significado, y
es la concepción propiamente constructivista y postracionalista. Significado en tanto es lo que nos da un
sentido de continuidad a nuestra vida, como lo que hace que nos sintamos siempre como nosotros mismos.
Cada mente construye su sentido de pertenencia y de continuidad, y es algo que ocurre siempre en la
vivencia sin necesidad de reflexionar, como dice Maturana.
Si se asume el enfoque que entiende a la mente como constructora de significados, tenemos que responder
y explicar la pregunta del tipo particular de animales que somos y después entender que tipo de
experiencia del mundo tenemos los humanos. El mundo de los primates es esencialmente un mundo donde
se sobrevive sólo si todos los miembros del grupo están en una coordinación consensual recíproca
continua, un mundo donde hay una coordinación consensual de conductos, intenciones, emociones, donde
el conocimiento es intersubjetivo.
En este mundo intersubjetivo surge el lenguaje (ARREX que ya estaba desde antes). El lenguaje es un
sistema de vocalización, señalización e intercambio de símbolos, y en este sentido no es algo que
caracterice exclusivamente a los humanos, ya que los animales también tienen sistemas de vocalización.
Ahora bien, en la dimensión humana, la aparición del lenguaje coincidió con la aparición de un nuevo nivel
de ordenamiento autoreferencial, en concordancia con reglas léxicas y semánticas que permiten la
reestructuración de la experiencia inmediata en términos de proposiciones. Es un nivel desvinculado de la
inmediatez de la experiencia, en el que es posible valorar la experiencia, transforma entonces la inmediatez
en información que se mantiene independientemente de lo acontecido. Así, lo que es la afectividad vivida
en la inmediatez (vivencia) se convierte en información que puede ser conceptualizada y destacada en el
sentido que es separada del acontecimiento original que la produjo. De esta manera en los temas puedo
apreciar el inicio, el desarrollo y la conclusión, con lo cual yo puedo empezar a ordenar los acontecimientos
que caracterizan mi vida, pudiendo transformarse en estructuras informativas estables, es decir, el lenguaje
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temático origina una conciencia temática y no una conciencia factual. La conciencia factual es una
conciencia que está presente en el momento en que el acontecimiento está ocurriendo; en cambio la
conciencia temática se mantiene como un sentido de sí-mismo diferenciada de la inmediatez de los
acontecimientos.
El lenguaje temático (capacidad propia del lenguaje semántico, refiere a la capacidad de conectar e integrar
un conjunto de elementos experienciales que ya ocurrieron como un tema) y la conciencia temática) y la
conciencia temática, que emergen evolutivamente, le dan otra característica básica a la experiencia
humana que es fundamental, y es la capacidad de ordenar el contenido informativo de la experiencia en
secuencias (inicio, desarrollo, final), y esto es lo que se llama la Estructura Narrativa de la Experiencia
Humana. Desde que surge el lenguaje, esto se transforma en algo irreducible, y toda la experiencia humana
es siempre una secuencialización muy ordenada, es decir, que presenta un orden cronológico, temático y
casual. Éste es un aspecto muy importante, ya que de la estructura de la secuencialización dependerá si un
tema de significado se desarrolla de manera normal, neurótica o psicótica. Por ejemplo, las secuencias
cronológicas y causales empiezan a faltar notablemente cuando estamos en presencia de una persona que
presenta una elaboración psicótica en su significado personal.
Por lo tanto, con el lenguaje toda la experiencia humana empieza a ocurrir en dos niveles simultáneamente:
un nivel de inmediatez y un nivel explicativo. El nivel explicativo es donde se ordena en secuencias la
vivencia de la sensación inmediata. El aspecto importante es el continuo intercambio entre la inmediatez de
mi experiencia y la manera con la que reordeno y explico mi sensación de inmediatez. Es así que toda la
psicopatología surge de la discrepancia que hay entre el fluir de la experiencia inmediata y la imagen
consciente que la persona posea de sí misma.
En esta relación entre experiencia inmediata e imagen consciente de uno mismo, el regulador principal de
la autoestima es la imagen consciente de sí mismo, y al ser primates intersubjetivos implica que ninguno de
nosotros pueda llegar a un nivel de autoestima demasiado bajo, ya que no nos permitiría funcionar como
persona. Porque somos primates intersubjetivos, tenemos que sentirnos en cada momento idóneos, y ello
implica ser reconocidos y legitimados como personas por los otros, y esto es el tema de la autoestima.
Un aspecto importante al que conduce la cuestión de la secuencialización tratado por la teoría narrativa es
la relación que se establece entre la calidad en el sentido de abstracción, articulación y flexibilidad en la
secuencia de la experiencia, y lo que se llama regulación emocional. Hay una correlación del nivel de la
regulación emocional, que es el nivel de fluir de la experiencia inmediata, y el nivel de estructura, que es la
manera con la cual uno empieza a ordenarla secuencialmente con el lenguaje y el pensamiento, el fluir de
la inmediatez de la experiencia.
La regulación emocional es un aspecto importante en psicopatología y psicoterapia, depende básicamente
de la estructura articulada de la secuencialización en la trama narrativa, y éste es el objetivo general más
importante a considerar en la estrategia psicoterapéutica. La estrategia psicoterapéutica se enfoca en
reconstruir las secuencias de escenas (por ejemplo, que llevan a un ataque de pánico) con el paciente desde
muchos puntos de vistas.
En el enfoque psicoterapéutico cognitivo racionalista lo que se intenta hacer es persuadir al paciente, y por
ello se dan verdaderas “batallas dialécticas” en el contexto clínico. El escuchar el problema y focalizarse en
hacer una lista de creencias disfuncionales y centrarse en la persuasión a través de confrontaciones
dialécticas para provocar el cambio sería la actitud racionalista. En cambio, en el modelo cognitivo
postracionalista, el problema consiste en ayudar al paciente a reconstruir su experiencia con “ojos
diferentes”; y consiste en llevar a vivir al paciente de manera tal que enfoque aspectos que deja fuera de su
conciencia y los asimile e integre en su imagen consciente. Entonces, la idea básica es que hay que llevarlo a
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que él pueda reconstruir su experiencia con puntos de vista diferentes para ayudarle a reordenar su
dinámica entre lo que siente y su explicación.

Cap.2 patrones de apego:


El estudio de los procesos de apego ha sido uno de los temas de mayor relevancia para la evolución hacia el
cognitivismo postracionalista.
La relación entre los procesos de apego y la construcción del sentido de sí mismo es muy importante en el
desarrollo humano. Una de las características del apego en el sistema humano es que se trata de un
proceso autorreferencial que permite construir un sentido de sí-mismo consistente, estable y continuo en
el tiempo. El niño elabora a partir de los demás una auto-imagen determinada que orienta y coordina
procesos emocionales y cognitivos hasta que puede percibirse a sí mismo en forma consistente con la auto-
imagen que ha podido abstraer del ambiente familiar.
El apego es un proceso muy complejo y es el sistema de auto-referencia que subyace al desarrollo y al
mantenimiento de la identidad personal. En un primer momento el bebé casi no se diferencia de sus padres
dándose una especie de estado indiferenciado con ellos. Sin embargo, al final del primer año llegamos al
fenómeno llamado por Piaget la “permanencia del objeto”, en la que los objetos existen a pesar de que
hayan desaparecido de su campo visual. Es desde este momento que el infante empieza a percibir los
objetos exteriores con continuidad, es decir, que no dependen de la percepción inmediata del momento; y
esa misma continuidad y estabilidad empieza a percibirla en sí mismo. El infante mantiene un sentido de
sí-.mismo independiente de los otros, comenzándose a observar aproximadamente a los dos años y medio
de edad, lo que se llaman las organizaciones centrales de apego, es decir, el niño tiene una actitud hacia los
padres de mayor consistencia y estabilidad. A esta edad los investigadores describen las categorías de
apego: seguro, evitante, ambivalente.
Brevemente, la primera categoría es la de apego evitante (A), que son los niños que mantienen un grado de
proximidad de los padres y emplean sus recursos cognitivos para controlar lo exterior, anticipando las
posibles situaciones de rechazo o indiferencia. Es un niño que en general guarda cierta distancia de los
padres, y si los padres se acercan se pone rígido como una manera de limitar o reducir lo más posible el
contacto emocional. Una segunda categoría de apego es la ambivalencia (C) que mantiene una proximidad
con los padres en base a sus recursos afectivos. La tercera categoría es la de los niños de apego seguro (B),
que no tienen dificultad para acercarse o alejarse de las figuras cuidadoras, y no presentan problemas para
relacionarse con los padres, que se muestran alerta y sensibles a las señales y las comunicaciones de sus
hijos. Es un niño que ha aprendido a predecir y comunicar el valor de muchas señales interpersonales; ellos
han creado significados cognitivos como afectivos.
En el patrón de apego evitante el autor desarrolla las 4 subcategorías más importantes.
La primera categoría es la de los evitantes inhibidos (“A1-A2”), que son los niños que siempre están
aislados, que no hablan. No solo evitan el contacto con los padres, sino que también evitan expresar sus
estados internos. Son niños muy hábiles en disimular y no expresar sus estados internos, intentando
comunicar a sus padres que todo va bien y que no tienen ninguna necesidad ni urgencia emocional.
Asimismo, son niños que de alguna manera se toman la responsabilidad de que la relación con los padres
sea sin problemas; y si se presentaran problemas o tensiones que ellos no resulten los culpables. Son niños
que invierten sus habilidades cognitivas en controlar y disimular sus estados internos y opiniones.
Otra categoría importante es la de los cuidadores comupulsivos (“A3”). Los niños cuidadores de los padres
se pueden presentar de muchas maneras, pero la forma más común sería la del niño que se hace cargo de
sus padres con atenciones y cuidados físicos. Es como que si se toman la responsabilidad de interesar a los
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padres, de merecer la atención de los otros. Es un niño que puede ser muy brillante, y eso no es antagónico
con el ser evitante, ya que en muchos casos lo brillante, la alegría y la originalidad que tienen es una
manera de disimular la angustia y la soledad que sienten.
Otra categoría de apego evitante es la de los compulsivos complacientes (“A4”), los niños que se
caracterizan por no expresar nunca lo que verdaderamente “sienten”. Siempre están de acuerdo con sus
padres y monitorean las conductas de sus padres para anticiparse a sus instrucciones. Es un niño que en
todo momento intenta corresponder a las expectativas de los padres, hasta tal punto que el sentido de sí-
mismo se transforma en estable y aceptable sólo en la medida que corresponde con ellos. Es la
correspondencia a la expectativa la que le da el sentido de sí-mismo.
¿Qué características tienen los padres para que el niño se organice con un apego evitante? Por una parte,
son padres rechazantes, especialmente cuando el niño expresa sus problemas, sus necesidades o pide
ayuda; en cambio, los padres se transforman en aceptantes cuando el niño no da ningún problema. Los
niños evitantes inhibidos “A1-A2” tienen padres rechazantes, por ello los niños no muestran sus estados
internos. Los padres de los niños evitantes A3 son indiferentes, por ello los niños utilizan estrategias para
motivarlos a que interactúen con él. Los niños compulsivos complacientes, A4, tienen padres que pueden
parecer rechazantes, quieren que el niño sea un modelo de perfección y por ello, solamente son
rechazantes y muy críticos cada vez que el niño no se comporta acorde al nivel de perfección que ellos
quieren.
En cuanto a las organizaciones de significado personal, las categorías de los niños evitantes inhibidos y
cuidadores compulsivos son los patrones de apego específicos que se encuentran en los significados
depresivos. En cambio, los patrones de apego compulsivos complacientes se encuentran en los trastornos
alimentarios o dápicos.
Categorías de los patrones de apego ambivalentes con estrategia coercitiva: los C1 serían los coercitivos
más activos y los C6 los más pasivos. Estos niños tienen en general padres atentos, padres que le
transmiten al niño la idea de que se vive en un mundo muy peligroso, y sólo se puede sobrevivir si se tiene
la protección de persona como ellos. Pero la protección otorgada por parte de los padres es discontinua y
no predecible. Es más, cuanta más necesidad o urgencia tienen de ser protegidos por los padres, más
probable es que se presente esta discontinuidad en la protección. Estos padres suelen ser fóbicos, por lo
que no asisten al niño en situaciones de peligro, cuando es necesario, porque estas situaciones le provocan
miedo. Entonces el niño coercitivo tiene un problema, que se refiere a qué hacer para poder resolver esta
discontinuidad en la protección y tener la garantía y el control de que la protección de sus padres será de
24hs al día. Por esto, el niño coercitivo se organiza de manera opuesta al niño evitante, ya que se
especializa en amplificar al máximo todos los estados internos negativos, de manera que un pequeño
malestar se transforma en un peligro de vida.
Otra diferencia es que el niño evitante aprende que las explicaciones proveen de bases predictivas para
relacionarse con sus padres. Ellos aprenden a depender de la cognición para regular su comportamiento y
defenderse de los afectos. Es decir, se sienten satisfechos con las explicaciones y no tienden nunca a un
verdadero contacto emocional, y por ello su relación los padres siempre es con explicaciones. Por el
contrario, los niños coercitivos han aprendido lo opuesto, ellos exaltan los afectos y se defienden de las
cogniciones. La razón es que los padres frecuentemente les dan explicaciones para engañarlos.
El C1 es el típico hiperactivo, es el niño al que no se lo puede dejar solo. El C2 es el niño desarmante, el
niño que quiere que papá lo lleve a pasear todos los días. Los niños coercitivos activos son los que se
especializan en tener el control sobre la relación con el adulto, por lo que son muy manipuladores. En
cambio, los niños coercitivos pasivos se especializan en mantener la cercanía física y no el control con la
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figura del padre. La forma clásica del coercitivo pasivo es el niño hipocondríaco. También es un niño
opuesto del amenazante, pues éste último siempre finge una desesperación; en cambio el coercitivo pasivo
aparece siempre impotente ante cualquier forma de realidad familiar.
Otra categoría es la del coercitivo indefenso (C4), que se caracteriza por estar siempre indefenso y los
padres no lo pueden dejar solo. Aparece como ineficaz y vulnerable frente a la vida, y en su actitud estimula
en las personas que se relacionan con él un instinto de protección y cuidado. Otra es la del coercitivo
seductor (C6), en esta categoría de niño ambivalente la estrategia coercitiva adquiere una forma de
conducta seductora complaciente, y se observa especialmente en las niñas que atraen la atención de esta
manera desde la infancia temprana.
La categoría de los niños seguros (B) y la categoría de los niños desorganizados (D), no existen como
categorías en sí mismas, sino que son los extremos de un continuo, es decir, entre formas organizadas y
desorganizadas.

Cap. 3 organizaciones de significado personal:


El autor describirá cada organización de significado personal siguiendo el esquema de cuáles son los
patrones de apego y cómo estos influyen en la construcción de un particular tipo de sentido de sí mismo.

Organización de significado personal depresiva:


En estos patrones de apego los padres son percibidos como rechazantes o indiferentes. El niño tiene una
experiencia de pérdida afectiva que puede o no ser real y a su vez se atribuye la responsabilidad de dicha
pérdida. La experiencia de no tener acceso al padre es una pérdida afectiva que el niño no puede organizar
sobre el soporte emocional de ayuda que le dan sus padres, por lo que tiene que confiar únicamente en sí
mismo para manejarse y enfrentarse de alguna manera a su ambiente social.
Es frecuente que el estilo familiar pertenezca a una de las categorías evitantes.
La experiencia de soledad del niño depresivo es diferente a lo de un fóbico que tiene miedo a la soledad. Un
fóbico puede decir que toda su infancia se distinguió por la soledad, sintiendo un miedo a la soledad, pero
se puede observar que la soledad es imaginada. En cambio, un depresivo nunca dice que su infancia fue
terrible por la soledad, porque la soledad para él es normal.
También es importante diferenciar en el patrón de apego evitante el tipo “cuidador compulsivo” del
“complaciente compulsivo”. El niño compulsivo complaciente “A4” es el que dice que tiene el temor de ser
siempre abandonado, más común en los dápicos, se habla de abandono, pero es más bien la amenaza de
ser abandonado, que fue la forma que los padres lo controlaban cuando eran niños. En cambio, el
depresivo cuidador compulsivo “A3”, no es un niño que tiene miedo de ser abandonado sino que es alguien
que ya se desenvuelve como un niño abandonado, es un niño que cuida a su madre o padre para
interesarlos a interactuar con él, por lo que organiza su experiencia a partir de sentir una soledad y
abandono experiencial.
Desde el nacimiento todos los seres humanos tienen emociones básicas, las cuales vienen con el repertorio
genético del primate humano, que trae todos los instrumentos para actuar como hombre psicológico.
El apego se puede entender como el proceso básico de regulación emocional humana en un espacio
intersubjetivo, don se da un proceso continuo de individuarse-diferenciarse, y se va formando el sentido de
sí-mismo como un proceso dialéctico. El espacio intersubjetivo humano es definido por dos variables:
acercamiento y alejamiento de figuras significativas que puede variar entre un continum de apego-
separación. Desde este punto de vista, lo que describe una relación interpersonal es cuanto uno se acerca o
se aleja emocionalmente, donde todas las emociones básicas pueden ser entendidas como moduladores
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del continuo apego y separación. Por ejemplo, el miedo es una de las emociones que más activa el apego,
ya que mientras más se asusta una persona más busca el contacto con la figura segura.
Todas las emociones básicas pueden ser entendidas como moduladores de este espacio intersubjetivo. A
modo didáctico, podemos asumir que estos moduladores en el nacimiento están en el punto 0 y están
preparados para ser activados. Las emociones que se activen dependerán del particular evento que ocurra
en el contexto del desarrollo del niño. En el caso de un niño depresivo los tipos de eventos serán entonces
de rechazo y/o indiferencia, experiencia de pérdida afectiva. Por lo tanto, la pérdida en sí misma activaría
específicamente dos emociones básicas: el desamparo/ tristeza y la rabia. La primera facilitara el
acercamiento y la segunda el alejamiento; ambas emociones tienen una activación opuesta y por eso están
bien balanceadas. Para un organización de significado de este tipo el mayor miedo será siempre el no poder
confiar en su capacidad de lucha y esfuerzo personal.
Cualquier significado emocional es algo que mantiene una continuidad por toda la vida. El dominio
emocional adquiere una unidad como organización en el sentido que toda la diferenciación emocional es
específicamente desde la primera etapa, la que contribuye a la diferenciación de todas las otras emociones.
En el depresivo el tema es la soledad y las emociones activadas son la tristeza y la rabia. Estas son las dos
emociones que sobresalen desde el inicio de su desarrollo, y todas las demás emociones se conectan y
despliegan en referencia a estas dos primeras. Es un niño que hasta los cuatro años presenta una oscilación
permanente de conducta, un cambio que va desde agresiva (rabia) a aislada (desamparo).
Para entender cómo se organiza el sentido de sí mismo en los niños depresivos a los cuatro o cinco años
hay que tomar en cuenta: un primer nivel que es la experiencia inmediata y un segundo nivel que es cómo
se construye una imagen consciente de sí-mismo. En el nivel de la experiencia inmediata hay por una parte,
una experiencia de pérdida, en el sentido de no tener una base segura, no sentirse querido, y por otra parte
una experiencia de soledad. La imagen que tienen los depresivos de sí mismos es en parte negativa, está
focalizada en la autopercepción de no tener la habilidad para hacerse querer. Pero también tiene una
imagen consciente de sí positiva sobre sus capacidades cognitivas, y esta es una experiencia que es causa
de soledad. Son niños que han aprendido desde pequeños a confiar solamente en sí mismos, a manejar su
angustia sin pedir ayuda a nadie.
Lo más distintivo de los depresivos es la capacidad de atribuirse a sí mismos la responsabilidad de todo, lo
que se llama atribución interna, que es lo que les permite restaurar la sensación de ser un actor que está
centrado de nuevo en la lucha por el control de sí-mismo. De la separación entre su persona y el mundo
resultase que él es el culpable y también responsable, solamente puede lograr el control esforzándose e
invirtiendo toda su energía para reducir esa separación.
El ponerse metas inalcanzables pertenece a la coherencia de una organización de significado depresivo de
dos maneras. En primer lugar, significa poder ganar el acceso al mundo, reduciendo la separación entre sí y
el mundo, logrando de esta forma ser reconocido y querido por los demás. Y en segundo lugar, los
depresivos tienen la percepción de la realidad en términos de pérdida, es decir, un sentido constante de
inutilidad, que todo es efímero, que todo termina. Por lo tanto, ellos siempre están animados a buscar
realidades no comunes, realidades que se ven más consistentes y que duran en el tiempo.
Los depresivos no tienen problemas en lo intelectual y en lo laboral, generalmente son grandes
trabajadores, seguros de sus posibilidades y capacidades. El problema para los depresivos es el tema de lo
interpersonal y lo afectivo. Esto se puede observar en la incontrolabilidad de los ataques de rabia con las
personas significativas. La mínima discrepancia que percibe en la persona significativa es percibida como
pérdida que tiene como consecuencia una reacción de rabia.
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Un aspecto importante del estilo depresivo es el cómo se forma una relación afectiva. En este contexto la
percepción de pérdida aparece como un problema que hay que evitar, y para lograr esto el depresivo utiliza
la estrategia del no vinculamiento, que es coherente con su estilo evitante afectivo, lo que implica que
confía muy poco en lo que siente y mucho en las explicaciones que se da.
La separación es claramente la situación más crítica que le puede ocurrir a cualquier persona que tenga un
significado depresivo donde se evidencia lo que se llama “sensibilidad a la pérdida”. Empieza ya desde la
adolescencia, no habiendo ninguna correlación entre la pérdida objetiva y la reacción de duelo. Una
pérdida puede llegar a ser un peligro mortal, una lenta desintegración.
Otro punto crítico en el ciclo de vida de los depresivos es lo que se solía llamar “depresión que surge como
consecuencia de tener éxito”. La meta u empresa imposible tiene que tener como resultado el
transformarlo en una persona querida. La gran pérdida para ellos es cuando se dan cuenta que han
alcanzado su “empresa imposible” y que nada ha cambiado en sus relaciones afectivas.
En la psicoterapia se reconstruye etapa por etapa todo este proceso. Se reconstruye cómo se involucró en
la “empresa imposible” y qué finalidad afectiva tenía, y como su personal percepción de la realidad se
conectaba con ellos; todo el proceso de reconstrucción en psicoterapia podría ayudar a una persona en
estas condiciones a generar una mayor coherencia con su situación real e historia personal, pudiendo lograr
una mayor articulación en su trama narrativa y una consiguiente mejor regulación emocional y mayor
control. En cambio, desde la perspectiva racionalista, el desequilibrio que padece se entendería como si lo
que le faltara fuera el objetivo.
El significado depresivo puede ser procesado de manera normal, neurótica o psicótica, es decir, los
diferentes tipos de procesamiento son consecuencia de una diferencia en la estructura de secuencialización
en la trama narrativa. Si una secuencialización es demasiado rígida y concreta, entonces surgen las
estereotipas que es la concreción de las expresiones neuróticas. Ahora bien, si la secuencialización no sólo
empieza a ser rígida, sino también poco integrada y en algunos momentos se pierde la secuencia
cronológica y causal, entonces surgen todas las características de la elaboración de procesamiento
psicótico.
Todos los pacientes neuróticos y psicóticos tienen en común el aspecto de que todo lo dan por hecho en su
manera de ver las cosas, ninguno es consciente de su forma de funcionar ni de procesar. En cambio, una
persona normal tiene conciencia no sólo de su experiencia de perdida, sino, además, de su manera
personal de percibir y hacer consistente su realidad; incluso muchos son capaces de identificar el origen de
su percepción de pérdida. Esto es lo que cambia en la normalidad a diferencia de las otras dimensiones de
procesamiento, ya que la normalidad siempre es creativa y de mayor originalidad.
En su vida afectiva mientras más consciente es un depresivo de su manera de funcionar, menos estallidos
de rabia tendrá, porque al darse cuenta de lo que le sucede es difícil que la rabia se convierta en
incontrolable.
Al reconstruir los síntomas psicóticos, por ej., el delirio tiene un contenido y es a través de este que se
puede llegar a la estructura del significado. Un delirio que pueden tener los depresivos psicóticos es
generalmente el de persecución, que es desencadenado por eventos afectivos. Pero siempre los temas
depresivos se refieren a que todo lo que ocurrió fue por responsabilidad personal.

Organización de significado personal fóbico:


Los fóbicos son niños que presentan patrones de apego coercitivos. El mundo de los fóbicos es vivido como
un “mundo peligroso”, la familia vive la experiencia del peligro en la cotidianidad actuando como si
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estuviera en una realidad donde se sigue viviendo solamente como milagro. Si uno se alejara de la base
segura que es la familia se “moriría”.
Se puede observar dos tipos de familias fóbicas. La primera es el patrón que origina a los fóbicos activos, los
que presentan conductas coercitivas en la infancia, convirtiéndose en la niñez en coercitivos activos. Es un
niño “muy amado”, que está en el centro de la atención en casa. Todo lo que en la familia se hace ocurre si
él lo permite.
El segundo, es el patrón que origina a los fóbicos pasivos. Estos se caracterizan por que uno de los padres
generalmente actúa como enfermo crónico que está siempre a punto de morirse, impidiendo de esa forma
que el niño viva cualquier manera de exploración o experiencia de autonomía, pero lo particular es que no
se lo impide activamente. El niño no quiere alejarse de su padre porque tiene miedo que en su ausencia
pueda morir.
Un niño con una organización de significado personal fóbico presenta un bloqueo en la curiosidad, que
comienza en los primeros meses de vida, cuando la madre en vez de estimular la exploración de su bebé la
inhibe al considerarlo peligroso para el niño.
La “sincronización emotiva entre el niño y la madre” es lo que permite la conducta de exploración; cuando
el niño está enfrentado a alguna novedad, lo primero que hace es mirar la cara de su madre, y si el rostro
de ella está serio la novedad no activará su curiosidad, sino el miedo; en cambio, si el rostro de la madre
está sonriente, la novedad se convertirá en curiosidad. La interferencia de la exploración en estos casos
siempre se da de manera confusa e indirecta.
En los fóbicos el malestar es vivido solamente como malestar corporal, y no como un estado anímico al no
poderlo conectar a ninguna intención suya ni de los padres. De esta manera se produce una lectura
sensorial de las emociones, donde las emociones no producen estados de ánimo, sino estados corporales.
Una de las consecuencias de esta manera de procesar las emociones es que aumenta más en el niño la
necesidad de protección.
Los fóbicos son “personas de acción”, no teniendo una actitud contemplativa ante el mundo, sino más bien
una actitud activa, pues es la que les permite lograr el control y el equilibrio sobre su mundo interior. El
tema del control es el eje central en el mundo de significado fóbico, el cual se expresa, por una parte, en el
control de las relaciones significativas, es decir, que para él signifiquen protección; y por otra en el control
sobre ellos mismos. Tener control sobre ellos mismos significa tener control sobre todo lo que a sus “ojos”
pueda ser percibido como debilidad, ya que ser débil para una persona con significado fóbico es la mayor
tragedia que puede ocurrir en un mundo percibido como peligroso.
La autopercepción de debilidad en el fóbico también se puede presentar en la expresión de las emociones,
por lo que ser emocional significaría ser débil. Por eso una estrategia utilizada para evitar la valoración de sí
mismo en términos negativos, ante el hecho de exteriorizar las emociones, es el control emocional. El
control fóbico que constantemente intentan lograr sobre ellos mismo significaría que para ser una persona
fuerte uno tendría que ser imperturbable. Por lo tanto la mayor perturbación para un fóbico es la
posibilidad de perder el control. De hecho, el miedo a perder el control siempre está en el eje del ataque de
pánico.
Uno de los problemas fundamentales en el fóbico es el que se presenta en el área de las relaciones
afectivas. Éste tiene relación con la constante búsqueda de un equilibrio entre su necesidad de protección y
la sensación de constricción que las relaciones afectivas le producen en cada una de sus etapas. El equilibrio
entre protección y constricción es fundamental para su salud mental, pues evita de esta manera su posible
desequilibrio.
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Otro aspecto característico en los fóbicos es la reacción a la separación de una relación afectiva. Esto es
totalmente diferente y casi opuesto a lo que ocurre en los depresivos, ya que estos no logran elaborar la
pérdida pudiéndose quedar bloqueados durante años. En cambio, en los fóbicos la pérdida en sí no interesa
tanto porque el problema mayor comienza antes que ocurra la separación; es en el proceso de crisis
conyugal donde no saben qué pasa y necesitan probar a la pareja constantemente para situarse. Para los
fóbicos la incontrolabilidad es una situación incontrolable, es decir, no saber en ningún momento lo que
está pasando con su pareja. En cuanto la separación se realiza y logra reorganizarse y sentir el control sobre
el nuevo contexto relacional, se recupera inmediatamente.
Con el tiempo los fóbicos tienen la tendencia a transformarse en hipocondríacos, que puede evolucionar
hacia fases delirantes.
Los fóbicos normales son los que nacen en una familia en la que el mundo es presentado como peligroso,
pero al mismo tiempo se le da el soporte emocional para enfrentarse con este mundo. En tal caso, los
fóbicos normales son los que más vivencian las tonalidades emocionales que han sido sobresalientes en
toda su infancia como la curiosidad, que se ve reflejada en la exploración. Los fóbicos normales son grandes
exploradores.

Organización de significado personal de los trastornos alimentarios:


La organización de significado personal de los trastornos alimentarios psicogénicos o dápicos, son los que se
presentan con más frecuencia en la clínica en el momento en que dicho autor escribe este texto. Una
explicación posible a esto es que la transformación social en la sociedad postmoderna da mayor
importancia a la imagen que a la persona, la cual tiene que regularse para lograr la confirmación de su
imagen; éste es el tema básico que caracteriza a los desórdenes alimentarios; cuya identidad se construye
con criterios externos. El sí-mismo puede ser reconocido sólo a través de los otros, es decir, la persona
puede darse cuenta de quién es y de qué capacidad tiene, solamente a través de cómo os otros se
comportan con él.
En cuanto a los patrones vinculares familiares, lo que caracteriza a el desarrollo de los niños con tendencia
dápica es el patrón de apego evitante compulsivo complaciente. Es decir, es un niño que logra mantener un
acceso emocional de sus padres de forma estable y segura, en la medida en que cada momento se
corresponde a las expectativas de ellos. De esta forma se establece la construcción de la identidad del sí-
mismo sobre criterios externos, donde el tener una imagen y un sentido aceptable de sí-mismo como niño
se logra en la medida en que a cada momento corresponde a las expectativas de los padres. A su vez, en los
momentos en que el niño pierde el sentido de correspondencia con los padres, cambia su propia evaluación
de su sentido de capacidad, de querible y de aceptable.
La característica más típica en las familias dápicas es la ambigüedad que se presenta en todos los niveles;
por ejemplo, la historia familiar suele presentarse como la más perfecta del mundo. Hay que considerar
que lo más importante en el mundo dápico es la imagen y nunca lo que ocurre de verdad. Por lo tanto los
padres dan a conocer una imagen que no se corresponde con lo que realmente sucede.
La madre, por ej., no tiene una relación con el bebé sobre sus necesidades de hambre y saciedad, lo que
busca ella es en verdad que el pediatra le confirme su imagen de madre perfecta. Por lo tanto, si el pediatra
le dice que el bebé tiene que comer cada 4 hs, ella le da de comer cada cuatro horas, aunque el bebé este
durmiendo y no tenga hambre. Es en esta etapa de la vida donde se comienza a reconocer las primeras
sensaciones de hambre o saciedad que están siempre en relación con la madre.
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Los dápicos se comportan como actores, ya que es más importante la apariencia que la relación con las
personas. A su vez, todo es camuflado, nunca hay algún problema. En las familias dápicas, ninguno de sus
miembros expresa emociones ni opiniones directamente, todos ellos tienen que estar siempre de acuerdo.
Una de las cosas más importantes que se establece en un niño con padres dápicos es un sentido de sí-
mismo que viene dado del exterior. Para que el niño sea “perfecto”, la familia le prescribe y anticipa las
emociones justas y adecuadas que tiene que sentir en cada circunstancia y si no la siente se la redefinen.
Durante la niñez los dápicos logran alcanzar un equilibrio de su sentido de sí-mismo tomando como
referencia emocional a uno de los padres, con el cual hay una relación de ambigüedad tolerable y un nivel
de activación emocional no importando que sea positivo o negativo. Elige a uno de los padres como figura
de referencia principal, para regular y estabilizar su sentido de sí-mismo correspondiendo momento a
momento para alcanzar un sentido de sí-mismo definido y aceptable.
El problema surge al entrar en la adolescencia con la emergencia del pensamiento abstracto, lo que
produce un cambio en la imagen que tienen de sus padres y que repercute en su relación. Ahora los padres
empiezan a ser vistos como todos los seres humanos, con virtudes, defectos, límites, creencias personales,
etc. Esta relativización de la imagen de los padres es un “mecanismo fisiológico” que ocurre en la pubertad
y adolescencia de todas las personas.
La tendencia a la diferenciación emocional, que conlleva un mayor sentimiento de autonomía y de
individualidad, es vivido por el chico como una tragedia, pues en el momento en que la imagen de la figura
de referencia cambia, su sentido de sí-mismo cambia también. Muchos casos de anorexia, bulimia y
obesidad se inician con la decepción que ocurre en la pubertad/adolescencia, como consecuencia del
cambio de imagen de los padres y el consiguiente cambio de imagen de sí-mismo.
Producto de esta decepción familiar surge un problema básico, que es cómo estabilizar el sentido de sí
mismo, debido a que la decepción invalidó una de las estrategias principales que había llevado adelante
hasta ese momento, y lo que era corresponder a las expectativas de los padres. La solución al problema es
seguir seleccionando a una persona y corresponder a sus expectativas. Por lo tanto el sentido de la
coherencia dápica, que caracteriza el estilo afectivo, es tener una persona de referencia e intentar tener el
máximo de confirmación afectiva con el mínimo de exposición.
El problema de cómo se estructura el sentido de sí-mismo dápico, se observa en el nivel de experiencia
inmediata. Existe una desconexión entre la experiencia inmediata y los patrones emocionales recurrentes
que se pueden reconocer, quedando en la experiencia inmediata una gran vaguedad y confusión. Si bien,
para los dápicos los ritmos fisiológicos son difíciles de reconocer, las sensaciones como el hambre y la sed,
además de la motilidad, son las que dan al dápico el mínimo de estabilidad en el sentido de sí-mismo.
Igualmente, las tonalidades emocionales son poco diferenciadas, siendo la culpa la que más se destaca y
que surge cuando no corresponde a las expectativas de los otros.
Se puede comprender toda la coherencia interna del significado dápico, ya que si su sentido de sí-mismo
depende del juicio de los otros y en particular del juicio positivo, entonces para obtener esta confirmación,
la solución sería ser siempre el perfecto.
Otra característica es el “maximalismo dápico”; un chico que empieza a estudiar física y se da cuenta en el
primer día de clases que no tiene la inteligencia de Einstein, no sigue estudiando. Para los dápicos el
máximo en una situación corresponde a la condición mínima para enfrentarse a ella. No hay desarrollo ni
construcción, el resultado máximo tiene que estar presente desde el inicio.
En cuanto a los trastornos psicóticos en los dápicos, se puede observar en la etapa de la juventud que
pueden tener trastornos esquizofrénicos con delirio de influencia, es decir, la idea que le controlan o
cambian los pensamientos.
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Los dápicos normales, que tienen un procesamiento armónico, abstracto y flexible, son personas
sobresalientes en muchas dimensiones de la cultura y la estética.

Organización de significado personal obsesivo:


La característica más destacable es que la relación con al menos uno de los progenitores es experimentada
por el niño como ambivalente. Donde ambivalente significa que la misma actitud que el padre tiene hacia el
hijo puede ser vivida como si hubiese un 50% que “papá me odia” o “50% que papá me ama”.
El padre del niño obsesivo es aquél que se dedica completamente al hijo, pero al mismo tiempo en este
dedicarse lo tortura. Un ej. representativo es el caso Schreber. Su padre, para lograr que tuvieran una
columna vertebral sana y creciera sin problema, lo colgaba del techo todos los días.
El padre obsesivo no tiene una tendencia emocional natural hacia el hijo, sino que se la impone a sí-mismo
y se esfuerza en lograrla. Otra característica es la presencia de un ambiente claramente verbal y analítico,
donde no hay comunicación ni expresión de tipo analógica, emocional ni física. Un ambiente que carece de
ternura y calidez emocional se transforma en irracional en sus demandas para el niño.
La idea del ambiente meramente verbal en las familias obsesivas también se expresa en la inexistencia de
espacio para que el niño juegue en casa. No se juega por jugar sino que son juegos útiles para el
aprendizaje.
Otro aspecto diferencial en las familias obsesivas es el castigo. En las situaciones en que el hijo se porta mal,
los padres como una forma de castigar al niño lo golpean, sin emocionalidad.
La exigencia en la flia obsesiva es completamente diferente de la flia dápica, pues en ésta última es una
exigencia aparente, quieren un niño que aparezca como perfecto sin importar que verdaderamente lo sea.
En cambio, a la flia obsesiva no le interesa la imagen sino el rigor moral y el esfuerzo. Es una exigencia que
consiste en que a los tres años el hijo ya tiene que comportarse como un “hombre” y por lo tanto ser
responsable de todos sus actos.
La experiencia inmediata de sí-mismo en el niño obsesivo es muy perturbadora y discrepante, porque la
percepción de la actitud ambivalente de su padre puede ser experieciada por él como “mi padre me quiere
o mi padre me odia”, provocando una ambivalencia en la valoración de sí-mismo, pues el aspecto de que
“mi padre me quiere” significaría que “yo soy querido” y viceversa. Por ello, en el niño se diferencia un
sentido de sí-mismo que es dicotómico, siendo una experiencia inmediata muy perturbadora que demanda
que el niño tenga más habilidades de diferenciación emocional de las que posee en ese momento de su
desarrollo, y por lo tanto no puede alcanzar un equilibrio e integración de su experiencia inmediata
dicotómica porque se desarrolla en un ambiente familiar puramente verbal y analítico con exclusión de lo
emocional. Toda esta incertidumbre y duda sobre quién es él, entre los polos de “ser querido” o “ser
despreciable”, tiene que ser solucionada exclusivamente por un camino cognitivo para alcanzar una imagen
consciente de sí mismo certera de cuál de los dos polos es el que le define. Por lo tanto, el problema básico
de los obsesivos consistirá en que, al tener un sentido de ambivalencia emocional, se esforzarán por buscar
una unidad y coherencia exclusivamente cognitiva. Toda la actividad desde este momento será excluir de
su conciencia toda la activación emocional que pueda generarle la duda de ser la persona de la polaridad
negativa; para ello, necesitará acumular todas las evidencias que confirmen solamente la polaridad
positiva. Los obsesivos tienen este gran problema, toda su vida será un intento por alcanzar la certeza de
ser un sí-mismo continuo, unitario y estable.
Dos áreas emocionales que son críticas en el obsesivo para mantenerse en la certeza de corresponder a la
polaridad positiva son: la rabia y la agresividad. Cuando surgen en la consciencia, estas emociones ponen en
discusión y desconfirman la polaridad positiva en la cual se están organizando.
139

Los rituales de orden son las conductas destinadas a poner en un orden y lugar determinados objetos. Las
obsesiones son las que se refieren a pensamientos, imágenes o impulsos indeseados, intrusivos y
recurrentes. Esta es la manera en que aparecen en la conciencia pensamientos agresivos, que tienen que
ser chequeados una y otra vez, detenerse y ver cuál fue el momento en que surgieron para estar seguro
que aparecieron sin su intención.
Las situaciones de toma de decisiones son también un área crítica en las personas que presentan una
organización de significado obsesivo.
Otro aspecto relevante es la facilidad de los obsesivos en llegar a presentar temas o delirios persecutorios.
Ello se debe a que su forma de ver el mundo es a través de la reconstrucción analítica y lógica de todo lo
que ocurre; por lo que pueden pasar fácilmente a temas persecutorios que en la mayoría de las veces
pueden ser transitorios. Otro tipo de delirio característico en los pacientes psicóticos obsesivos es el
megalomaníaco.
Los obsesivos con procesamiento concreto son los que tienen la duda. Los obsesivos con procesamiento
normal son los que siempre están seguros de tener la certeza y a veces el sentir la certeza constantemente
puede resultar peligroso, ya que los puede llevar a nunca sentir culpa.

 “Cap. 1 - El Modelo Posracionalista en Psicología” Guidano.


Historia del Movimiento cognitivo
Origen y crisis del conductismo. La terapia cognitiva empezó en los primeros años 70. Aparecen los
primeros trabajos que enfocaban las variables intermedias. Se postulaba que había algo entre la
estimulación ambiental y las respuestas del organismo, era nada más que una hipótesis teórica. Es
importante enfatizar como origen del cognitivismo la naturaleza de la crisis del modelo conductista. Este
movimiento llegó a su crisis no por falta de resultados, fue una crisis explicativa. No podía explicar ni su
praxis, lo que hacía, ni por qué y aún menos los resultados que obtenía.
El cognitivismo nace como correctivo para ampliar el enfoque conductual, introducir, sin cambiar los
asuntos básicos, algunas variables que pudieran responder a la falta de explicación. Si bien no cambio nada
desde el punto de vista conceptual o epistemológico, llamó la atención de los psicólogos sobre variables
intermedias, logró un resultado práctico: cambiar la atención de los terapeutas hacia lo más interno. Este
enfoque clarificó que las variables internas eran mucho más importantes de lo que se creía. La idea del
primer cognitivismo era muy simple, era que había una especie de escalera jerárquica. En el primer piso
está la convicción, belief, que se articula a través de un dialogo interno. A través del diálogo interno se
sacan instrucciones para dirigir el comportamiento. Las emociones no eran muy consideradas, eran
fenómenos secundarios.
Lo que hacía cada terapeuta era reconstruir toda esta escalera: las acciones en que el problema se
manifestaba, el diálogo interno q acompañaba la acción y la convicción irracional que controlaba todo.
Cuando había reconstruido esto, comenzaba a modificar. Empezaba a contrastar, a demostrar cómo no
válida la convicción que el paciente tenía. Aquí también empezaron a surgir algunos efectos anómalos que
no podían ser explicados. Esta es la crisis explicativa mucho más sutil que tuvo el primer cognitivismo. La
posibilidad de que las palabras podían ser cambiadas, modificadas, diferentemente articuladas, no se
acompañaba con una idéntica flexibilidad de la coherencia del individuo, de la manera cómo, sin darse
cuenta, se iba comportando en el tiempo. Otro aspecto q no se podía explicar era el rol de las emociones.
La explicación era: no es importante cambiar las emociones, porque la emoción depende de cómo uno
piense; si tú cambias como una persona piensa, en consecuencia, cambian sus emociones. La única
140

posibilidad era reconocer de alguna manera que las emociones eran autónomas, no algo secundario q
funcionaba únicamente al servicio del pensamiento.
Esta crisis explicativa del primer cognitivismo es muy importante porque un grupo de gente empezó a
darse cuenta de q ya no era imposible intentar resolverla como se hizo con la precedente conductual,
intentando expandir el mismo asunto epistemológico de base. Se había llegado a un nivel en el cual el
problema era ponerlo en discusión.

El asunto empirista. ¿Cuáles son los asuntos básicos que habían regido la terapia conductual? Era el asunto
empirista como posición epistemológica. Esta revisión ocurrió también en todas las otras disciplinas. La
importancia de esta discusión es que es la primera vez q se cambia radicalmente la concepción de realidad
q el hombre occidental había tenido desde hacía 500 años. El asunto empirista es que existe una realidad
fuera de nosotros, objetiva, única para todos y en la que ya está comprendido el significado de las cosas.
Esta realidad es un orden preciso y el conocimiento consistía en intentar tener sensaciones puras de esta
realidad externa. Las consecuencias inmediatas: cada organismo es pasivo; no tiene un ordenamiento y un
significado interior. Recibe un significado externo. Toda enfermedad mental era la simple consecuencia de
influencias negativas del ambiente externo. El segundo asunto es la naturaleza del conocimiento. No
pertenece al hombre, porque viene de afuera. Viene a ser llenado por impresiones, percepciones
sensoriales q se asocian entre sí.

El racionalismo como forma del empirismo. La diferencia entre el movimiento conductual q no es


racionalista, porque no admite la presencia de la mente (algo que sea interno), con el cognitivismo, es la
elaboración del empirismo en términos más racionalistas. No se da más esta importancia fundamental a las
sensaciones y se admite que la realidad externa, objetiva y única para todos corresponde a un conjunto de
axiomas racionales, porque la realidad es un orden lógico. La correspondencia no era más esta
sensorialidad de respuestas musculares, era entre axiomas lógicos de la realidad y la copia de estos
axiomas q el individuo se hacía. Si la copia era correspondiente, las acciones racionales obtenían el rol
deseado y las emociones correspondientes eran positivas. Si el belief no era correspondiente, era anómalo,
irracional, evidentemente las acciones eran irracionales, no conseguían el objetivo deseado y
consecuentemente las emociones eran negativas. Pero siempre con los mismos principios básicos: q la
realidad y el significado de la realidad son externos al hombre.

La revisión epistemológica. En la segunda mitad de los años 70 el problema es revisar estos asuntos
básicos. El primer aspecto que se toma en consideración en esta revisión epistemológica, en este intento
de ir más allá del empirismo, viene de los asuntos básicos del empirismo mismo. Parecía evidente que lo q
se tenía q explicar era qué es el ser humano, qué es la experiencia humana y no tomarla como algo hecho,
como si fuera únicamente la correspondencia o copia de algo q existía. Era volver a poner en el centro de la
investigación la experiencia humana. Este cambio de enfoque pone en el centro la experiencia humana no
dándola como algo hecho. Era algo posible por resultados de disciplinas q habían surgido en esos años: la
etología, la teoría de los sistemas. El primer dato provenía de la etología y los estudios evolutivos de los
neodarwinistas. Fueron muy importantes porque por primera vez lograron definir el conocimiento como
algo biológico, no mágico, ni filosófico, ni un don de Dios. Es algo biológico, es decir, el conocimiento es
parte integrante de la vida, la vida es conocimiento.
Si pensamos en el asunto empirista, cada conocimiento es una copia como si su objetivo fuese el de
corresponder, de ser verdad, de ser una manifestación objetiva del orden externo. Lo que aparece en la
141

línea de epistemología evolutiva es que el conocimiento le sirve al organismo para adaptarse, para
sobrevivir. Ningún organismo está interesado en saber si su conocimiento corresponde a la realidad o no,
no es relevante para su supervivencia. Este pasa a ser el primer aspecto conceptual importante, el
conocimiento como proceso de auto organización para el organismo. Naturalmente es un proceso q tiene
en cuenta el ambiente externo real en el cual el organismo se desarrolla, pero incluso si parte de un
ambiente real, se organiza en función de las exigencias del organismo, no del orden externo.

Auto-organización. La autoorganización pertenece al fenómeno vida en sí mismo. En una lógica de


autoorganización, el organismo parece mucho más activo frente al ambiente externo, frene a la pasividad
de la posición empirista. Si nos ponemos en la óptica de un organismo más activo, el conocimiento no
viene de afuera a adentro, sino que se produce adentro y va afuera y cambia lo que hay afuera y sobre
todo no es de naturaleza sensorial. El conocimiento es la manera por la cual el organismo transforma el
ambiente para encontrar su adaptación. En la situación empirista tradicional, adaptarse significaba
transformarse en ambiente, pueda hacer similar al ambiente. En este sentido el planteamiento es al revés:
adaptarse significa transformar en el ambiente en sí mismo según las características y las exigencias del
organismo. Si adaptarse es esto, cambia completamente el concepto de validez o verdad y el concepto de
realidad. Sin duda existe una realidad externa a nosotros, lo que se duda es que esta realidad ese a única,
área nada más que un orden único para todos. La realidad de la que hablan los empiristas, correspondía a
una entidad, a algo que estaba allí. La realidad de la que hablamos ahora, se identifica con la
procesualidad, es éste continuo devenir, fluir, este continuo volverse de todas las cosas. Ocurre
simultáneamente en muchas direcciones y en niveles diferentes de articulación, con la característica de
que ningún nivel puede ser reducido a otro.
De esta realidad multiprocesal no es posible tener nunca una visión en si misma exhaustiva. Cada punto de
vista en esta realidad multiprocesal es siempre una visión desde un punto de vista y éste no es reducible a
otro. Si la realidad es una entidad en sí misma, suficiente y significativa en sí misma, el observador no tiene
ninguna importancia. Muchos epistemólogos llaman a la posición empirista, la posición desde el punto de
vista de Dios. Si estamos frente a una realidad multiprocesal, que es una red de procesos conectados, el del
observador se vuelve fundamental porque en esta red de procesos donde todo fluye, la observación del
observador no es neutra. Entra a ser determinante, parte constituyente de lo que se observa. También en
nuestra relación con nosotros mismos existe la lógica observador-observado.

El lenguaje y la doble dimensión de la experiencia. El aparecer del lenguaje hizo posible que se instaurara
simultáneamente una dimensión de realidad diferente de la que los otros animales viven usualmente, es
decir, la experiencia inmediata de la vida. En el hombre por primera vez se viene a construir
simultáneamente otra dimensión de realidad, mucho más abstracta, que puede dar lugar a una
explicación. Es decir, una puede construir en términos de proposiciones verbales una explicación de la
experiencia inmediata que ha percibido. Vive constantemente una doble dimensión simultánea de
experiencia. Una primera dimensión básica es la que nos ocurre, los demás animales, la experiencia de la
vivencia, el sentirnos vivir. Es simplemente algo que nos ocurre, que no podemos decidir.
Simultáneamente el ser humano tiene la posibilidad de explicarse, de referirse asimismo su experiencia de
vida y puede evaluar. Sólo el lenguaje permite la emergencia de categorías como justo o errado, bueno o
malo, lindo o feo. El lenguaje permite por primera vez, por sus características de precisión, secuencialidad y
linealidad, añadir a este espacio intersubjetivo la posibilidad de una medición. Este espacio de
acercamiento-alejamiento, puede ser trasladado a un nivel más abstracto en el cual se vuelve correcto-
142

equivocado, bueno-malo, bello-feo. El lenguaje permite algo más: destacar el contenido informativo de la
experiencia inmediata de su tonalidad afectiva. Es lo que son los conceptos. El lenguaje permite elaborar
proposiciones abstractas con sujeto, predicado y un complemento y esto es algo con lo que la experiencia
inmediata se reordena y su tonalidad afectiva puede ser estacada, quitada. En este sentido el concepto es
válido en sí mismo. No es como la experiencia inmediata, que cada vez es definida por la tonalidad emotiva
que la acompaña.
Esta doble dimensión de realidad, de experiencia, es muy importante, también en términos de terapia,
porque el trabajo de un terapeuta post racionalista está constantemente en este borde, en esta interfase
entre la experiencia inmediata y la explicación que esa experiencia tiene el momento mismo en que
ocurre. Hay algunas consecuencias muy importantes de esta doble dimensión de experiencia. La primera
es que por un lado los seres humanos no pueden estar sin darnos constantemente explicaciones de sí
mismos y del mundo. Por otro lado, todas las explicaciones son solamente explicaciones de su experiencia
inmediata de vida. Es decir, todas son explicaciones de la vivencia y eso significa que ningunas explicación
de algo que está fuera de nosotros, es siempre una manera de reordenar nuestra experiencia inmediata de
la vida. Cada uno de nosotros puede percibir el mundo sólo a través de su percepción. Cada explicación
que nos damos es en realidad una explicación de nuestra experiencia inmediata de ese aspecto del mundo
externo. Cada explicación da más información sobre nosotros que sobre la realidad externa que deseamos
conocer.
Toda evaluación que hacemos es siempre a posteriori. Si cruzo mi cuarto sin luz y me parece haber un
fantasma en un rincón, inmediatamente me doy cuenta de que fue un juego de luz y sombra. Pero en el
momento en que me asuste en, es decir, en el momento de la experiencia inmediata - es imposible
distinguir la percepción de ilusión. La distinción es posible cuando en el nivel de explicación empiezo a
reordenar con el lenguaje, con las conceptos, mi experiencia inmediata y a posteriori puedo hacer
categorías de evaluación como correcto, erróneo, hoy debo estar muy cansado si he confundido una
sombras con un fantasma. La consecuencia es muy importante; significa que en el momento en que
vivimos en la experiencia inmediata, ninguno de nosotros sabe lo que le pasa. Empezamos a darnos cuenta
de lo que nos ha pasado apenas empezamos a reordenar, a decodificar, a auto referirnos las experiencias
inmediatas que hemos tenido como ocurrencias de vida.
El conocimiento como ha sido presentado en el enfoque racionalista estaba siempre orientado hacia una
finalidad y a resolver un problema y alcanzar un objetivo. En este sentido, el conocimiento es
completamente diferente. Su estructura básica es primariamente ontológica. Su primera función no
resolver problemas ni alcanzar objetivos; es darle a la persona un sentido de sí mismo consistente,
continúo y coherente en el tiempo. La resolución de problemas o alcanzar objetivos es secundario. El
sentido de sí mismo le viene en forma directa a su experiencia inmediata y esto tiene que reordenarlo y
construirse una imagen de sí mismo en la cual pueda haber características, capacidades. La finalidad del
conocimiento no es una representación del mundo externo, sino construir un sentido de sí mismo y del
mundo, independientemente de cómo el mundo sea. Si vemos al ser humano desde un punto de vista
interno, del ser humano que vive su vida, no le importa nada alcanzar una verdad. Nada de lo que hace es
por alcanzar una verdad. Si vemos la vida desde el punto de vista de quien la vive lo más importante del
conocimiento es un sentido de mí mismo constante, continuo, que me abra una dirección de vida y eso es
lo que voy a mantener y a articular ya desarrollar por el resto de mi vida.
El conocimiento no es solamente cognitivo. Es especialmente emotivo. Las emociones son el conocimiento
básico. Cuando hablo de experiencia inmediata, ésta está hecha de una continua modulación de
tonalidades emotivas, que inmediatamente dan una información directa, tácita, sin necesidad de
143

interpretación, de quien es y de cómo se siente frente a la realidad externa. También existe el


conocimiento más cognitivo, como procesamiento de pensamientos, de las proposiciones lógicas, es un
reordenar la experiencia inmediata. Es el que más conocemos, que se llama razonamiento analítico, el
conocimiento cognitivo por excelencia.

Conocimiento tácito y conocimiento explícito: consecuencias terapéuticas. Es por esta naturaleza del
conocimiento que hoy se habla de conocimiento tácito y conocimiento explícito. El conocimiento tácita es
el que no requiere palabras lenguaje, pensamiento. Es el que uno tiene inmediatamente porque siente
algo; es el que dan las emociones, las sensaciones, las disposiciones corporales. El individuo se encuentra
con ella en cada momento de su existencia. Conocimiento explícito significa que la actividad constante del
individuo - desde el nacimiento las primeras operaciones motoras, sensorial y cognitivas- es dar forma,
explicitar, referirse, construir esta experiencia inmediata que nos acompaña incesantemente.
Esto es importante terapéuticamente. Sí cualquier explicación, teoría o convicción es siempre la
experiencia inmediata que el individuo tuvo, no existe la posibilidad de comprobar si un belief corresponde
con no a algo externo, para ver si es adecuado o no. La única manera de ver si una creencia o convicción es
adecuada, es comparándola con el tipo de experiencia inmediata que pretende explicar, no algo externo.
¿Qué le ha disparado como experiencia inmediata? Con esa experiencia inmediata y la explicación que nos
está ofreciendo, ¿Cómo logra mantener su coherencia? Lo importante es siempre referir la explicación a la
persona, porque es con la que intenta ser coherente con lo que ha sentido. Se podría decir que al nivel que
está en contacto con la realidad externa la propiamente dicha, es el de la experiencia inmediata. El nivel de
explicación trabaja sobre datos de su experiencia inmediata; no sobre los que provienen del embate con la
realidad externa. Lo que le ocurrió, el señor no lo sabe. Sería el trabajo de una sesión lograr reconstruir el
aspecto de la esposa que lo hizo estallar y por qué por algo que parecía no significativo estalló y la trató
mal. A él le ocurrió un tipo de experiencia inmediata en la cual se sentía estallar y estalló y después, toda
su actividad explicativa trabajó sobre estos datos para hacerlos consistentes, para transformar su estallido
en una reacción, en una defensa y no en un ataque. Esto significa que cada procedimiento racional
depende siempre de las emociones.

El proceso de vínculo. Un segundo elemento es la función que en los humanos asume el proceso de vínculo,
después del nacimiento y en el período desarrollo. El ser humano es inmaduro por lo menos hasta los 18
años. Requiere de una constante protección, soporte emotivo de los padres. Una de las características de
la intersubjetividad es que uno se conoce a través de los otros. Vivir en un mundo intersubjetivo significa
que uno tiene que construir categorías que lo hagan ser reconocido como miembro efectivo del grupo y
que su supervivencia es ser aceptado como miembro del grupo. El proceso de vinculación tiene como
objetivo mantener la proximidad con una figura emotiva importante. El sistema de vínculos es el medio por
excelencia por el cual cada humano logra a construirse un sentido de sí mismo específico y único con el
cual reconocerse. El desarrollo del vínculo es paralelo al desarrollo de la identidad personal. Vincularse a
alguien significa reconocerse y tener un sentido de sí mismo específico.
La percepción del otro simultáneamente significa una percepción de mí. Es como si percibir categorías,
tonalidades emotivas de la otra persona, automáticamente me diera el sentido de quién soy yo en este
momento. De la cara de la madre extrae un sentido de sí mismo. También en la vida adulta una figura
vincular corresponde a una figura que forma parte de la percepción de uno mismo y esto explica por qué
cualquier pérdida de una figura significativa requiere luto. La calidad del vínculo empieza a delinear
mayormente la presencia de algunas tonalidades emotivas que de otras. Las tonalidades emotivas básicas
144

son genéticas. Dependiendo de las características de la persona que ejerce el vínculo, ciertas tonalidades
emotivas serán más seleccionadas que otras. Una mamá muy ansiosa, muy asustada, hará que la tonalidad
de miedo esté más desarrollada y más representada.
El pensamiento se desarrolla de manera secuencial, lineal y analítica, va en escalera. Las emociones se
desarrollan de manera diferente, por semejanzas analógicas. La mejor metáfora es la musical. Si ustedes
tienen presente cómo está formada una sinfonía, hay una tonalidad musical básica. Se emplean todas las
tonalidades, pero con esta clave ordenadora. Si a este niño la particularidad del vínculo familiar le ha
seleccionado y amplificado una tonalidad emotiva como la de pérdida, él diferencia las otras tonalidades
emotivas confrontándolas siempre con la pérdida. Todas las emociones están diferenciadas frente a ésta,
que es la tonalidad básica. La calidad emotiva del vínculo se refleja en una unidad organizativa del dominio
emotivo. Es unitario porque hay una tonalidad emotiva de fondo, la que más le da al niño su sentido de sí
mismo. Esta unidad del dominio emotivo es lo que se llama significado personal. Es la que da al mismo
tiempo, un sentido de sí mismo específico, que se acompaña de una manera precisa de sentirse en el
mundo. En el momento en que tengo un sentido de mí mismo, siento que también tengo una manera de
ser en el mundo. Es lo que se llama significado personal. Generalmente es un proceso muy gradual, una
construcción. Una organización unitaria del dominio emotivo comienza a estar bien articulada y
reconocibles más o menos cuando empieza el pensamiento abstracto.
Se identifican algunos Significados Personales Básicos. Actualmente se pueden identificar 4 categorías de
significado personal y pueden explicar mucha de la psicopatología que vemos comúnmente en la clínica.
Cada uno de estos Significados Personales puede ser elaborado de muchas maneras, en términos que
llamamos normal, neurótico y psicótico. No es que normalidad, neurosis o psicosis sean entidades o
categorías de experiencia en sí mismas; son modalidades procesar la experiencia. Cada Significado Personal
puede tener diferentes modalidades de procesamiento de experiencia con su significado.
En una situación de vínculo en la cual el niño no se siente acudido, no tenga soporte emotivo, en la cual la
percepción de pérdida es una modalidad emotiva fundamental, que diferencia a todas las otras, el dominio
emotivo tiene una organización unitaria sobre el sentido de pérdida; es la Organización Depresiva.
La del miedo aparece como la opuesta a la depresiva. La depresiva es falta de vínculo; falta de calidad de
vínculo o falta absoluta de vínculo. Esta es lo opuesto: es excesivo vínculo. Es una madre especialmente
preocupada, involucrada con el hijo que no le permite explorar. No le deja hacer nada por propia iniciativa
tanto que en este sentido la experiencia básica del niño es miedo. Toda novedad produce miedo, todo lo
nuevo es peligroso. Esto lleva también a una percepción del mundo como peligroso. Es la Organización de
Significado Fóbico.
Hay situaciones intermedias más complejas, donde no es la presencia excesiva o la ausencia del vínculo el
factor determinante sino la calidad del vínculo. La más típica el mundo occidental ahora, es una situación
en la cual el vínculo familiar está lleno de ambigüedades. Nunca las emociones se expresan directamente.
Es difícil para un niño poder percibir cuándo es querido y cuándo no., porque nada es expresado
directamente. El niño identifica que ser querido es corresponder a las expectativas del padre; a
identificarse con la imagen que el padre quiere de él. En esta categoría no hay emociones precisas que se
diferencien. Las expectativas percibidas en el otro significativo se vuelven el sentido de sí mismo. Es la
categoría de significado que llamamos DAP: Desórdenes alimentarios psicógenos: la anorexia, la bulimia, la
obesidad.
La cuarta se trata de un vínculo no ambiguo sino ambivalente. Ambivalente es un vínculo incomprensible
para el niño en el sentido de que el comportamiento del padre se presta igualmente bien a dos
145

explicaciones antagónicas. La misma actitud del padre puede ser experimentada como él me quiere o él
me odia. Es generalmente el tipo estructura familiar que origina un Significado Obsesivo.

Las organizaciones de significado personal. Se intenta ver el conocimiento desde el punto de vista de la
persona, del sujeto. Así se puede comprender cómo el significado personal forma parte en sí mismo el
conocimiento individual. En cada forma de conocimiento el sujeto siempre consigue tener un sentido de sí
mismo. Cada acto de conocimiento implica una percepción del mundo y de sí mismo específicas. El
significado personal está intrínsecamente conectado con la experiencia humana. El significado personal
que cada uno tiene es su manera de percibir sigue percibir el mundo, está conectado con la organización
unitaria que el dominio emotivo se iba a tener en el curso el desarrollo maduracional. El significado
personal coincide con la específica configuración unitaria que todas las tonalidades emotivas adquieren del
proceso de desarrollo. Una organización personal de significado, no está caracterizada por un particular
contenido de conocimiento, sino por la forma, la modalidad, la manera de procesar el conocimiento.
Una organización de significado personal es una forma unitaria de procesamiento del conocimiento. Vale
decir que en la realidad no existe ninguna organización pura. Lo típico es que un componente asume el rol
de unidad en el procesamiento.

Organización de significado depresiva. En el pattern de los modelos de interacciones familiares de la


depresión se encuentra sistemáticamente algo que en el niño puede haber percibido como pérdida en la
figura vincular que funciona como soporte emotivo. Si el niño se encuentra en un período de desarrollo en
que la capacidad cognitiva es muy poco elaborada, lo que le ocurre es incomprensible: es como si fuera
algo que él pudiera recibir pasivamente nada más. Es como sentirse aplastado sin poder reaccionar.
Mientras más temprano se produce la pérdida, más intenso el cuadro depresivo. A los 9 tiene posibilidades
de darse una explicación de lo que ha pasado. Lo importante es la calidad de la relación en la familia, lo
que permite hacer percibir la ausencia la muerte de un Padre como pérdida de corresponsabilidad
personal, porque esa es la depresión del depresivo. Es la calidad de la relación con el padre que ha
interferido antes y después de la pérdida. Una de las características de la familia depresiva es
responsabilizar efectivamente al niño por todo lo que le pasa a los padres. Son familias que tienden a
responsabilizar enseguida al niño; lo tratan como si fuera un adulto. A los 4/5 años van solos al kínder, no
es importante ser acompañado, él conoce el camino. Después de la primera vez, “ahora que conoces el
camino, cuando regreses a casa, trae también el pan, el agua, un poquito de verduras y ve qué cocinar”.
Hay una inversión de la relación padre-hijo y el padre pone al hijo en un rol parental, hace que el hijo lo
cuide pero no lo reconoce por esto y no lo agradece. Es como si se configurara la situación en la cual a
pesar del continuo esfuerzo por parte del niño por alcanzar una situación e vínculo seguro con el padre
correspondiente, por ser reconocido por él, nunca lo logra. El padre obtiene un control total del niño sin
nunca dispensar afecto. Lo más importante que en esta situación el sentido experiencia inmediata de
pérdida que acompaña siempre en sentido de sí mismo negativos y separado del resto del mundo empieza
a ser rápidamente el organizador, la tonalidad emotiva de referencia que ya todo el desarrollo emotivo
sucesivo.
Para cada organización el momento más importante de estabilización y reorganización del significado
personal es sin duda la adolescencia. Con la emergencia el pensamiento abstracto, todas las tonalidades
emotivas toda la experiencia y los datos, la experiencia que se ha asimilado pueden reorganizarse gracias a
la abstracción. Con el pensamiento abstracto, por primera vez el futuro se vuelve una dimensión de vida
posible. Empieza a ser un conocimiento que implica una perspectiva de desarrollo. La llave de la
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organización depresiva es que en la adolescencia el sujeto atribuya sí mismo la culpa de estar separado del
mundo. Si hay una realidad en la cual los otros viven bien y él está excluido, es porque hay algo en el que
no es bueno, hay algo en el que es negativo. Está siempre previniendo, muy atento a no involucrarse
emotivamente porque está seguro de que apenas el involucramiento ocurra, ocurrirá también la pérdida.

Organización de significado fóbica. En el fóbico la separación de los padres no ocurre. Le impidan


separarse, ser autónomo, también separarse momentáneamente para ir a jugar con otros niños.
Generalmente los patterns familiares fóbico típicos son de dos tipos. El primero es de padres
excesivamente aprensivos, excesivamente temerosos. Son padres que no les dejan hacer nada y protegen
al niño en cada situación. Esto se va el punto clave del desarrollo de los fóbicos, un bloqueo o indirecto del
comportamiento exploratorio. Lo importante es que este bloqueo es indirecto, esa es la característica
significativa, porque si los padres intentaran prohibir directamente la exploración, el resultado sería
completamente diferente. No porque los padres no tienen quieran que vaya a jugar, sino porque el mundo
es peligroso. No darle permiso para ir a jugar está conectado con una manifestación de cariño, de ternura,
de protección. Esto casi siempre da al niño un sentido de ser débil. Sería imposible para el niño empezar a
construir su identidad sino como enfermo.
Hay también otro pattern de inversión de la relación padre-hijo. Aquí es un padre o una madre
generalmente fóbicos, que tiene el rol de enfermo crónico: están convencidos de que tienen una
enfermedad cardíaca y de que se pueden morir de un momento a otro. Se lo dicen siempre al niño y él no
puede jugar. “¿Cómo puedes ir a jugar si mientras juegas tu mamá puede morir por un infarto?”. Es el niño
mismo quien no pide permiso, que tiene miedo de que algo pase mientras él no está en la casa. Es otra
manera de bloquear e indirectamente la exploración.
El equilibrio del fóbicos siempre seleccionar personas que pueden protegerlo. Ha sido siempre el centro de
la tensión familiar, todo ha girado en torno a él, todo se ha fijado completamente sobre él. Esto le da una
imagen de sí mismo altamente positiva. Pero esta imagen positiva se acompaña de una experiencia
inmediata de sí mismo como limitado y débil. En la reorganización adolescente en el fóbico todos los
rasgos negativos que él percibe de sí mismo son atribuidos a la realidad. El fóbico hace esta ecuación:
“debilidad es igual a emocionalidad”. Si no tiene emociones, es un hombre siempre en control, esto le
permite elaborar trucos para engañar los aspectos constrictivos y peligrosos de la realidad. El problema del
fóbico es que tiene un estilo afectivo en el cual es muy sensible a las constricciones y a no ser protegido.
No puede nunca estar solo.

Organización de significado obsesiva. El obsesivo tiene un pattern familiar muy característico, de vínculo
ambivalente. Generalmente en las familias obsesivas los padres son obsesivos y el estilo afectivo de un
padre obsesivo es el de uno que está completamente dedicado al hijo, pero en esto ha de estar dedicado
dijo, lo tortura. Los dos aspectos son simultáneos, indistinguibles. Esto tiene muchas consecuencias, la más
importante un vínculo ambivalente en que no puede decidirse a ningún momento lo que está pasando.
Desde el inicio produce la emergencia en un sentido de sí mismo doble, es decir, me quieren (positivo) no
me quieren, significa soy aceptable, no soy aceptable. Pone desde inicio una doble imagen de sí mismo:
una negativa y una positiva que paraleliza el percibir la doble percepción del comportamiento. El problema
del obsesivo empieza desde este momento: ¿cómo excluir, como está seguro de que su self verdadero es
positivo? Lo que generalmente hace es la completa exclusión de la vida emotiva. Se vuelve cuando chico
hacer puro pensamiento. Son familias exclusivamente verbales. El
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problema de lo sucesivo es que como son pensamiento puro, funcionan siempre manera dicotómica.
Entonces las cosas son siempre así: si una cosa no es bella, es fea; si no es buena, es mala. No hay ninguna
graduación intermedia. Para tener la garantía, la certeza de ser solamente la parte positiva, tiene que
tener la garantía de no cometer ningún error, entonces hay que prever todo. Esto de prever todo es un
trabajo. Esta es la meticulosidad, la pedantería del obsesivo, porque también la tarea mínima requiere un
esfuerzo enorme. Inmediatamente el pensamiento dicotómico dice que eres positivo si no cometes ningún
error, si cometes un error eres una persona negativa, inaceptable. Está en disminución porque han
cambiado los aspectos sociales. El aspecto social que favorecía la organización obsesiva era una extrema
rigidez, moral o religiosa.

Organización de significado dápica. La organización más frecuente es la organización de significado


personal DAP. Esta viene de las transformaciones sociales que habido en los últimos años y del hecho de
que nuestra sociedad occidental se ha transformado en una sociedad de la imagen. Lo que más cuenta hoy
es la imagen de sí mismo frente a los otros. La familia de los DAP pone un énfasis absoluto sobre la imagen
de sí mismo, el juicio de los otros, qué piensan de nosotros los otros. Es una familia absolutamente no
espontánea, en la cual todo es falso. Los padres intentan siempre dar una imagen como los mejores; la
familia más perfecta del mundo. Todos los conflictos están escondidos; nunca y una expresión directa de
emoción y de opinión. El niño siempre comparado a otros y a los vecinos, a los parientes, a lo que los
coetáneos pueden pensar.
Incluso si el niño observa una pelea entre papá y mamá, todo esto es después negado. Se le dice al niño
que se debió equivocar, que no era una pelea, que estaban simplemente discutiendo de manera muy
alegre. Todo va a ser negado. Es hecho para conservar la imagen positiva de la familia. Lo que le pasa al
niño es otra cosa. No puede confiar en lo que percibe y en lo que ve, en lo que siente, no puede estar
seguro de lo que está experimentando si alguien no se lo dice. Esta es la clave sustancial del desarrollo de
los DAP, esta continua intrusión, invasión en el espacio privado del niño. El niño de una familia DAP nunca
está seguro de lo que está experimentando y por eso decir de siempre la confirmación de los otros. Es una
familia en la cual los bordes de cada persona son confusos. Es como si hubiera una identidad colectiva y
nadie puede diferenciarse. Si se está discutiendo algo –normalmente toda la discusión ocurre cenando o
almorzando y ésta es una de las asociaciones con la alimentación- y el niño o la niña dice algo contrario a la
opinión del padre, éste reacciona como uno que es abandonado.
El espacio típico de los padres DAP es el retiro afectivo, son manipulativos más que autoritarios. Usar el
retiro afectivo. Muy frecuentemente no dice explícitamente" tú me has contradicho, entonces tú no me
quiere". Apenas el niño da una opinión contraria a lo que le ha expresado el padre cinco minutos antes, no
le adelantó a la semana. Son muy manipuladores.
Son niños absolutamente característicos, porque parecen perfectos. Las dos categorías de niños perfectos
son los obsesivos y los DAP. Pero son dos perfecciones diferentes. La perfección del niño obsesivo es la de
un niño que sigue un programa interno. Es una perfección lógica, es un niño matemático y que tiene una
capacidad verbal, conceptual mucho más adelantada que sus coetáneos. Está mucho más seguro de sus
capacidades. El niño perfecto de los DAP es una representación, un juego, una modalidad de complacer a
los padres, pero tiene una edad emocional inferior a la de sus coetáneos. La perfección del niño DAP es un
bluff.
Esta situación generalmente prosigue hasta la pubertad, hasta la adolescencia y después ocurre el hecho
principal en la historia del DAP. Siempre ocurre la decepción del padre que se ha seleccionado como figura
principal, con la cual se sintonizaba para obtener el nivel de confirmación necesario para estabilizar el
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sentido de sí mismo. Hay dos razones que explican por qué la decepción ocurre siempre en los DAP. La
primera, más sencilla, es que la figura positiva del padre con el cual él está sintonizado, en una figura
mítica, falsa, es un bluff también. Ha sido presentada así a la familia. Si el padre es abogado ha sido
presentado como el mejor abogado que ha habido los último 80 años, el más honesto. Apenas el niño tiene
la mínima capacidad de darse cuenta de lo que pasa en el mundo concreto, esta figura del Padre va a ser
inevitablemente reducida. Lo asombroso es que la intensidad de la decepción no se correlaciona con el
hecho de que lo ha producido. El hecho es una estupidez. Lo que pasa en la adolescencia, y es fisiológico,
es que con la emergencia del pensamiento abstracto la figura de los padres es relativizada. Mientras uno es
niño y está en la escuela básica, los padres parecen figuras absolutas. Mientras uno es niño y está en la
escuela básica, los padres parecen figuras absolutas. Cuando se vuelve adolescente los padres empiezan a
ser reducidos como personajes, aparecen como todas las personas.
La decepción que ocurren la adolescencia en un rol muy importante, porque cambie y estabiliza al mismo
tiempo la estrategia de los DAP. Ellos esa han experimentado en una parte del camino del desarrollo que
una solución posible al problema de identidad que tienen – de no tener un sentido de sí mismo definido- es
sintonizarse completamente con una persona. Después han experimentado que esta solución puede ser
muy peligrosa, porque si
esta persona sobre la que se sintoniza nos decepciona, se quedan sin nada. Desde ese momento el
problema empieza a ser cómo obtener garantías de confirmación por parte de una persona significativa,
sin exponerse, sin hacerse ver y sin enfrentar se con él, para disminuir el riesgo de la decepción. Uno de los
aspectos típicos de los DAP es que viven toda la vida como si fuera una competencia atlética. Hay dos
posibilidades: gana todo no gana. Lo más importante de decir de los DAP es que el problema alimentario
de un problema desviante, porque sólo uno de los síntomas que el DAP puede tener y no es tampoco el
más frecuente.

Psicopatología: modalidades de procesamiento normal, neurótico y psicótico en cada OSP


Los principios de nosografía tienen dos aspectos principales. El primero es una nosografía sistémica. Es
decir, procesal, interesan los procesos, no las imágenes, no entidades en sí mismas como los cuadros
clínicos de la nosografía tradicional. El segundo aspecto es que se trata de una nosografía evolutiva, que
tiene siempre como consideración básica el desarrollo individual y el ciclo de vida del individuo.
En toda nosografía tradicional, normal, neurótico y psicótico, siempre están referidos al contenido del
conocimiento. Pero fijándonos en eso no logramos entender nada. Lo que se va a tratar como normal,
neurótico y psicótico es la modalidad de procesar un mismo contenido de conocimiento. Cada contenido
de conocimiento está definido depende del significado personal del sujeto. Estas son modalidades de
procesamiento.
Lo normal en cada significado tiene estas características: es un procesamiento del conocimiento muy
flexible, generativo y la generatividad depende del nivel de abstracción. Todas las nuevas ideas o las
nuevas teorías son siempre integradas como unidad en el sí mismo, no quedan como pedazos.
Lo que llamamos neurótico es menos flexible, aumenta la rigidez, es menos abstracto, es decir, más
concreto y disminuye la generatividad pero conserva bastante bien la integración.
Lo que pasa en la elaboración psicótica es que aumenta aún más la rigidez, el concretismo y disminuye
significativamente la capacidad de integración.
Depresión. El conocimiento está clavado sobre la percepción de perdida, de inutilidad de la vida, de
soledad. En los depresivos normales el significado de pérdida, de inutilidad y de soledad es transformado
en una manera creativa de vivir, se vuelve parte de su trabajo.
149

En el depresivo neurótico también aparece la rigidez en el sentido de perdida y de inutilidad. Es como si no


fuera posible tomar ningún punto de vista diferente; el sentido de pérdida es algo que pertenece
únicamente a la persona. El comportamiento característico es la repetitividad.
El depresivo psicotipo tiene los mismos temas de los otros, pero toman forma de delirio. El contenido de
los delirios es de ruina, indignidad, persecución. Estas ideas son mucho más rígidas y concretas que en el
neurótico y no son integradas. Se separan del individuo como si tomaran autonomía por sí mismas y eso es
lo que toma forma de delirio.
Fobia. El fóbico normal esta siempre muy alerta y atento a su libertad de movimiento. La flexibilidad y
capacidad de abstracción logra poner su necesidad de ser protegido a un nivel más abstracto.
El fóbico neurótico percibe o concibe siempre la protección de manera física. Es el agorafóbico tradicional
que puede ser con más aspectos constrictivos, más claustrofóbicos, que se siente entrampado en una
relación que lo protege, pero que le limita la libertad. Tiene toda esa sintomatología toráxica, taquicardia,
ataques de pánico. O puede estar más centrado sobre el pánico o miedo a la soledad.
El fóbico psicótico hace una relación de causalidad externa, atribuye todo lo negativo a la realidad exterior,
es el mundo que es negativo, que es peligroso. El delirio ocurre en la edad mediana, después de los 35, 40
años.
DAP. Los DAP normales son flexibles, generativos, abstractos e integrados, son estrellas, estilistas. Su
significado personal, su contenido de conocimiento, se vuelve algo creativo, que pertenece a su área de
trabajo, de intereses profesionales, intelectuales.
Los DAP neuróticos poseen asuntos alimentarios en las mujeres y en los hombres, problemas sexuales,
problemas relacionales.
En los DAP psicóticos, la emergencia es en la adolescencia, donde existen los mayores riesgos, también de
anorexia.
Obsesivos. El obsesivo normal tiene como características la exclusión de la vida emocional, la primacía del
pensamiento y la continua búsqueda de certeza. Énfasis en el detalle. Duda sistemática como modo de
llegar a la certeza.
La vida afectiva aparece como una responsabilidad, no como algo emotivo.
El obsesivo neurótico tiene como aspectos principales los rituales de comportamiento, rituales de acción.
En el obsesivo psicotipo aparecen los delirios con contenidos místicos, temas de persecución, delirios
legales donde son jueces.
El curso es crónico y bastante estable, pero lo interesante es que no afecta mucho la vida, no se
revoluciona completamente la vida de esta persona.
(la esquizofrenia no existe como categoría nosográfica en sí misma, puede ser la vía final común de
muchas organizaciones. Por vía final no se entiende final en sentido de ciclo de vida

La Psicoterapia:
Lo más importante es lo que los ingleses llaman timing, tener una secesión correcta, es decir que el
terapeuta no tiene que adelantar al paciente, la sucesión la determina el paciente. Es el el que marca el
ritmo, la velocidad con la cual se pasa de una etapa a la otra.
Metodología vs Empleo de Técnicas. Como premisas importantes aparece el problema de las técnicas
porque no se emplean estas sino que lo contrario. Lo que se va a presentar como técnicas es que todas las
técnicas se transformen en metodología. La psicoterapia tiene que ser una metodología y cuando uno
tiene una metodología puede inventar todas las técnicas que quiera, depende del problema que esté
presentando el paciente, de la situación que está atravesando, del periodo terapéutico, no hay nada
150

definido. La técnica es nada más que un instrumento que un terapeuta puede usar en un momento para
hacer que un paciente logre verse de una manera en vez de otra. Pero la misma técnica, este instrumento,
puede ser utilizado quizás para un solo paciente, para otro se requiere otra.
El Assessment. La técnica del assessment, de evaluación, es muy importante. Es ya una intervención
terapéutica y está mezclado con ella. Evaluar y reconstruir la manera de pensar o cómo una persona se
explica las cosas ya es intervenir.
El assessment del racionalista es siempre comparar lo que el paciente dice o hace con un set estándar de
convenciones, reglas, que son evaluadas como normales y son el punto de referencia. Pero lo correcto
desde el posracionalista es que lo que el paciente dice o hace, para ser entendido por el terapeuta, tiene
que ser siempre referido al paciente.
En este sentido cambia completamente la atención del terapeuta. En los métodos de assessment
tradicionales, el terapeuta está muy atento a los aspectos semánticos. Pero lo que en este método interesa
no es el belief, interesa el aspecto que está detrás, cual es la manera de procesar el belief que la persona
tiene.
El otro aspecto que diferencia este tipo de assessment es la atención hacia las emociones negativas. En los
enfoques cognitivos racionalistas tradicionales, las emociones negativas no son investigadas, reconstruidas,
el terapeuta tampoco quiere oírlas, porque en su teoría conductual piensa que si el paciente habla de
emociones negativas las va a reforzar.
En este enfoque nuevo, el assessment de las emociones negativas es un punto crucial, fundamental. El
terapeuta debe estar muy atento a no presentar ningún signo de preocupación cuando el paciente habla
de la intensidad de su desesperación, de su soledad; tiene que tener una actitud desde la cual el paciente
pueda percibir que estas son emociones de todos los hombres. Además contienen informaciones
importantes para entender y reconstruir.
Las resistencias. Resistencia no es cuando un paciente llega tarde a la sesión o cuando empieza a competir
con el terapeuta y objeta lo que le dice. Estos son juegos competitivos, juegos relaciones y el terapeuta
deberá tener la habilidad de no verse envuelto en ellos y que puedan limitar su actividad de assessment o
su actividad terapéutica.
Resistencia es otra cosa. Por ejemplo, cuando el paciente ha alcanzado un buen punto de vista de si mismo
y después de dos, tres o cuatro sesiones, pareciera que lo pierde.
Las resistencias son elementos con los cuales el terapeuta tiene que trabajar. Una resistencia tiene que ser
analizada y reconstruida por las emociones negativas, porque contiene mucha información importante, la
más importante es sobre los mecanismos de coherencia interna del paciente.
El método de autoobservación. Este método es necesario para estudiar la interfase entre explicación y
experiencia inmediata. Este es el sector de trabajo de esta terapia. analizar primero qué relación hay entre
la experiencia inmediata y la explicación que esa experiencia inmediata tiene para el paciente, y después
trabajar para reordenar la explicación, para que mucho más material de experiencia inmediata sea
reconocido, integrado y reorganizado a nivel de la explicación.

El procedimiento básico es éste: el problema con que el paciente llega tiene que ser reconstruido en
hechos, eventos, que sean traducibles en escenas.
Todo tiene que ser construido como una escena cinematográfica y se dan instrucciones al paciente.
Cada una de las escenas es un cuadro, como en una película. Al inicio se entrena al paciente en este
método, hay que prestar atención a que el haga este este trabajo, que decodifique toda su definición, la
traduzca en una secuencia de escenas. Después se lo entrena a recorrer la escena desde el final hasta el
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principio y desde el principio al final, para estar seguro de que tenga toda la sucesión de escenas bien en la
pantalla.
Se hace continuamente un pasaje de subjetivo a objetivo. Tiene que volverse una costumbre cotidiana de
relación consigo mismo la de verse en una situación desde diferentes puntos de vista, desde adentro y
desde afuera.
El paciente logra darse cuenta de toda una serie de sensaciones y emociones de las que, al momento en
que las estaba experimentado, no se daba cuenta.

Itinerario de la Psicoterapia
Este es el método. Lo que cambia es el nivel de profundidad y el sector de experiencia donde es empleado.
Posee 3 etapas, en todas el procedimiento empleado es siempre profundizar más en el problema.
1° Etapa: preparación del contexto clínico: generalmente es bastante breve, aproximadamente hasta la 8 o
9 sesión.
Se reformula el problema que el paciente llevó y al mismo tiempo se definen las reglas de la relación
terapéutica.
2° etapa: tiene dos partes, la primera es la reconstrucción del repertorio de la vida actual del paciente, a
partir del problema que se presenta; la segunda es la reconstrucción del estilo afectivo.
Es la fase central. Se empieza a reconstruir la dinámica entre la experiencia inmediata y explicación que
tiene el problema reformulado.
3° etapa: reconstrucción de la historia evolutiva: la mayoría de los pacientes interrumpen la terapia antes
de este nivel. Un terapeuta no tendría que convencer al paciente a hacer una historia evolutiva porque es
la parte más emocional de toda la terapia, que produce más turbulencias emotivas y no es justo obligarlo a
hacer algo que le produce sufrimiento.
Además, el paciente a este nivel sabe que puede hacer esto. Si no lo pide, el terapeuta no tiene que
presionar en absoluto.
Puede sonar extraño que la historia evolutiva se haga cuando el paciente ha mejorado, pero hacerla al
inicio de una terapia es el peor daño. Lo más importante es hacer una historia evolutiva que al mismo
tiempo que se reconstruye la historia, se obtenga también una reformulación completa de esa historia,
que mientras reconstruye, el paciente cambie el punto de vista.
Este es el motivo por el cual se puede empezar una historia evolutiva solo cuando el paciente ha alcanzo
un nuevo punto de vista sobre si, porque es desde este punto de vista que la historia de su pasado va a ser
reconstruida. *moviola: método, no técnica. Método de observación y reconstrucción de la experiencia
inmediata.

- “El sí-mismo en proceso. Hacia una terapia cognitiva postracionalista” Guidano, V.


Capítulo 3: “La autoorganización de las dimensiones del significado personal: una perspectiva ontológica”
Si el ordenamiento de nuestro mundo es inseparable de nuestro ser en él, entonces conocer corresponde a
existir, y el significado es el modo en que el existir se vuelve aprehensible. Lejos de tratarse de una
correspondencia entre las creencias individuales y la realidad externa, el significado es propio
primordialmente de la actividad autoorganizadora global del ser humano. El significado es una comprensión
ontológica.
En ese significado hay una búsqueda de coherencia interna que está condicionada por la naturaleza
interaccional de la experiencia humana, en la que todo sentido del sí mismo va acompañado de la
experiencia de formar parte de la conciencia de los otros; en una dimensión intersubjetiva en la que los
152

otros sostienen nuestra identidad. Para sentirnos coherentes tenemos que percibir de algún modo esa
identidad como lo bastante positiva para que pueda sostenerse.
La lucha por una autoimagen aceptable es crucial en la comprensión ontológica, que regula tanto el
proceso de hacer coherente y unitaria la apreciación del sí mismo como la estructuración de las
experiencias sobre las que se basa esa apreciación.
Si partimos de esta premisa, resultara evidente que todo sistema de conocimiento individual debe
considerarse, desde el punto de vista ontológico, como una organización autorreguladora de los procesos
del significado personal. Entonces la conciencia, como experiencia inmediata del propio sí mismo, aparece
simultáneamente unida a la percepción de que uno es el agente causal de esa experiencia, con lo que
afecta de forma inevitable el conjunto fluyente de posibilidades en el contexto vital presente. Además, la
experiencia inmediata del propio sí mismo incluye una modulación afectiva positiva o negativa (percibida
como un sentimiento de ser querible o no ser querible), y es apreciada y recibe coherencia a través de
categorías específicas de la autoestima. Dado que la autoestima es, como hemos visto, el modo en que
procuramos hacer a nuestra autoimagen consiente adecuada para recibir el sostén de los otros. En otras
palabras, toda diferenciación de los propios límites implica una comprensión ontológica (hasta qué punto
el “mi” puede apreciar a su “yo” que experimenta), en la que el significado personal representa un
procesamiento proactivo: un ordenamiento activo de redes de acontecimientos significativos relacionados,
que genera una percepción del mundo capaz de desencadenar patrones recursivos de modulación
emocional (“yo”), específicamente reconocibles como el propio sí mismo (“mi”), unificado y continuo en el
tiempo.
En virtud de esta naturaleza proactiva, el desarrollo del significado personal aparece como un proceso en
espiral, a través del cual se despliega la tensión especial intrínseca en la dinámica de la mismidad: el “yo”
que actúa y experimenta está siempre un paso adelantado en la apreciación de la situación, lo que hace
posible percibir más de lo que uno experimenta, y experimentar más que aquello a lo que uno presta
atención; por lo tanto, el “mí” es un proceso continuo de reordenamiento y reforma de la autoimagen
consciente.
Si ontológicamente el modo humano de “ser en el mundo” consiste en buscar y crear significado, un
enfoque ontológico de la persona, orientado hacia los procesos, debe conducirnos a una especie de
ciencia del significado que permita la clasificación de los diversos patrones de coherencia organizada que
presentan los seres humanos en su búsqueda y creación de significado.
Los procesos autorreferenciales que subyacen al ordenamiento de una organización del significado
personal (OSP) pueden resumirse como sigue:
Una OSP no debe interpretarse como una entidad definida por un contenido específico del conocimiento
(por ejemplo una creencia) sino como un proceso ordenador unitario, en el que se buscan la continuidad y
la coherencia interna en la especificidad de las propiedades formales, estructurales, de su procesamiento
del conocimiento, más que en las propiedades semánticas definidas de los productos de ese conocimiento.
Esto llevo a la adopción de una metodología orientada hacia los sistemas/procesos, que puede identificar
las reglas sintácticas profundas (yo) capaces de crear una gama homogénea de representaciones
semánticas superficiales (mi) en concordancia con una interacción cambiante con el mundo. De este
modo, la tensión esencial de la mismidad como un todo se encontraría en el foco de la atención del
observador y, en consecuencia, el modo en que el mi puede reconocer y dar coherencia yo percibido, sería
el proceso ordenador unificador que organiza con coherencia los patrones de la actividad afectiva, motriz y
cognitiva. El autoordenamiento de patrones diferentes de unidad organizativa del campo emocional
subyace en el despliegue de OSP consecuentemente distintas.
153

Se desarrollaran 4 OSP: depresiva, fóbica, obsesivo-compulsiva y desórdenes alimentarios. En cada una de


ellas el ordenamiento inicial de guiones nucleares da origen, en el curso de las etapas de maduración, a
categorías básicas de significado personal (autoidentidad, verdad-falsedad, etc.) que, a partir de la
abstracción reflexiva del adolescente, crean una estructuración de la realidad capaz de producir pruebas
de sostén para la propia apreciación activa del sí mismo y el mundo.
Ante la multiplicidad cambiante y la variabilidad de las posibles perturbaciones ambientales, un conjunto
diferencia de OSP representa las modalidades autorreferenciales por medio de las cuales la conciencia
humana llega a ordenar esa multiplicidad y variabilidad de un modo coherente con su experiencia vital.
Esta aptitud autoorganizadora para lograr coherencia en un ambiente dinámico puede encontrarse desde
las etapas iniciales de la diferenciación de la mismidad.

Sendas evolutivas.
La organización depresiva:
Patrones de reciprocidad temprana: las relaciones de apego están marcadas por acontecimientos
cargados de afecto, que son percibidos por el niño como pérdidas, sean debidas a la pérdida real de un
progenitor o a fracasos repetidos en el desarrollo de un apego seguro, en virtud de la desatención y/o
rechazo de progenitores que no cuidan.
Como estrategia defensiva en respuesta al rechazo paterno presentan patrones de apego evitativo,
evitando el contacto con los cuidadores, y reducción en las expresiones de malestar y apego. Las
conductas evitativas lo ayudan a impedir la activación de conductas de apego que probablemente no
serían correspondidas y por lo tanto suscitarían angustia e ira.
La experiencia de soledad en estos niños se ve acompañada por una aptitud para el “autocuidado” por
la cual se sienten capaces de mantener un nivel aceptable de reciprocidad con los otros sólo si
enmascaran la modulación afectiva negativa percibida durante la interacción con otros.
La organización de los límites del sí mismo: La experiencia de pérdida desempeña un papel constructivo
en la organización de una pauta recurrente y estable de autopercepción (yo), susceptible de reconocerse
y estructurarse en un sentido de sí mismo (mi) con limites estables.
- La organización del yo: la posición central de la experiencia de pérdida durante la primera infancia
se reflejará en la diferenciación selectiva y la unión de escenas prototípicas (extraídas de
acontecimientos repetidos), que oscilan recursivamente entre polaridades emocionales opuestas,
como el desamparo/tristeza y la ira. Por lo tanto a los 3 años se empiezan a estabilidad un conjunto
recurrente de escenas nucleares. Dado que las escenas nucleares prototípicas se convierten en los
ingredientes básicos de la conciencia infantil, el yo emergente comunica un sentimiento de sí
irreductible, que refleja la experiencia que tiene el niño de su ser en el mundo, es decir, de estar
solo en un mundo totalmente poco fiable e incontrolable, en el que los esfuerzos y resultados se
perciben como carentes de relación; además el mantenimiento de esta sensación interior mediante
la regulación rítmica de opuestos sólo puede experimentarse a través de una sucesión continua de
trastornos bruscos, tanto dentro del sí mismo como en la realidad circundante.
- La delimitación del mí: autoimagen negativa en la que la capacidad para ser querido y la valía
personal están profundamente subestimadas. Percepción de que uno es el agente causal de los
problemas. Actitud de cólera y autoacusación.
En estos casos las oscilaciones rápidas entre ira/acting out y desamparo/repliegue, acompañadas por las
oscilaciones en la percepción de la autoestima y la autoacusación, son la regla de los primeros años
escolares, como si la realidad sólo pudiera entenderse a través de una serie de reacciones alternas de
154

rechazo e ira. En los primeros años de la infancia crece la aptitud para manipular la inmediatez de la
modulación emocional (yo) a fin de mantener coherentemente la evaluación del sí mismo (mi).
A partir de la segunda etapa de la infancia el niño estabiliza ciertos patrones de autopercepción,
manteniendo constante la gama de rechazos o fracasos percibidos por medio de una serie de
autoengaños.
Desde el final de la pubertad y paralelamente con la aparición de nuevos niveles de autorreferencia
reflexiva, la atribución causal interna que caracteriza al mí y la lucha por superar la negatividad se amplían
considerablemente a lo largo de toda la adolescencia y juventud, haciéndose cada vez más abstractas e
independientes del contexto emocional inmediato, y originando un modo de ordenar la realidad más
amplio y articulado.
La dinámica yo/mí y la coherencia del sistema: la dinámica de la mismidad en el fenómeno depresivo se
basa en la tensión esencial entre la estructuración profunda e inmediata del mundo en términos de
perdida, rechazos y fracasos (yo), y el reordenamiento explícito del mundo en términos del sí mismo
negativo y la atribución causal interna (mí), como estrategia autorreferencial esencial para reconocer y
apreciar coherentemente la propia experiencia fluyente.

La organización fóbica:
Los patrones de reciprocidad temprana: el aspecto que caracteriza los patrones de apego paternal en
esta organización es una inhibición indirecta de la conducta exploratoria autónoma del niño, ya sea a
través de la sobreprotección o de la falta de disposición de los progenitores para constituirse en una
base segura. En lo que al niño se refiere, el aspecto invariable consiste en el hecho de que nunca siente
que su capacidad para ser querido o su valía personal se ponga en entredicho.
El modo indirecto en que se realiza la inhibición representa la variable crucial, y en consecuencia el
sentirse limitado en la propia libertad de movimiento sólo puede experimentarse como algo que es
necesariamente parte de una relación de apego susceptible de ser percibida como estable y “segura”. El
niño se siente protegido del ambiente percibido como peligroso sólo cuando está en estrecho contacto
físico con un cuidador.
No percibe la angustia como procedente de las intenciones de los padres relacionadas con la crianza, y esto
hace que no pueda localizarla dentro de su experiencia subjetiva emergente.
Reproducción continúa de sentimientos de restricción y limitación, concluyendo con la
estabilización de la experiencia de un sí mismo en peligro y angustiado del cual ella depende.
La organización de los límites del sí mismo: en una senda evolutiva caracterizada por el control excesivo
del malestar percibido a través del cuerpo, la diferenciación de la mismidad se realiza según patrones un
tanto específicos.
La organización del yo: se percibe toda separación temporal de una figura protectora como un peligro
inminente, y se siente inmediatamente restringido y delimitado en cuanto se reestablece el contacto
físico con esa figura. Más o menos a los 3 años el ordenamiento de las escenas nucleares oscilantes y
repetidas referidas a la exclusión reciproca de la protección y la autonomía origina un patrón
autorregulador de la autopercepción, en la que la necesidad sentida de libertad e independencia va
acompañada por la percepción angustiada de un mundo peligroso, en el que el único modo posible de
ser es ser protegido con amor.
El miedo y la angustia son los principales ingredientes del yo emergente.
La delimitación del mí: las actitudes paternales sobreprotectoras inclinan la autorreconocibilidad hacia
una demarcación positiva del mí. Gracias a la capacidad para estabilizar la propia excitación el niño se
155

vuelve capaz de apreciarse como querible y valioso. Esta apreciación del sí mismo cobra coherencia
atribuyendo la necesidad sentida de protección a una causa externa negativa estable y explicando la
propia actitud sobrecontroladora en términos de la necesidad de libertad e independencia.
A medida que avanza la infancia, el niño pasa a ser más capaz de mantener, dentro de un nivel
aceptable toda modulación discrepante de la excitación conectada con experiencias angustiosas de
soledad y restricción.
Finalmente, a partir de la adolescencia, la aparición de nuevo niveles de autorreferencia permite
un reordenamiento más abstracto de la actitud sobrecontroladora del mí.
La dinámica yo/mí y la coherencia del sistema: la personalidad fóbica reposa sobre la tensión esencial
entre la necesidad profunda e inmediatamente experimentada de afianzar relaciones afectivas seguras
(yo) y el reordenamiento explícito en los términos de un agente controlador (mi); esto hace al individuo
incapaz de dominar los aspectos existenciales y emocionales intrínsecos al mito afectivo humano.
Los procedimientos de control se basan en una prevención o evitación casi automática de las emociones,
y no en su comprensión en términos de significado personal.
La oscilación rítmica entre angustia/necesidad de protección y necesidad de libertad/miedo implica una
tendencia a reaccionar en exceso, con elevada intensidad emocional.
La generatividad de la dinámica fóbica yo/mi reside precisamente en el intento de controlar una
emoción hasta el punto de excluirla de la autoimagen explicita, pero sólo tras haberla experimentado.

La organización de los desórdenes alimentarios


Los patrones de la reciprocidad temprana: el estilo del vínculo paternal es por lo general ambiguo e
indefinido, y habitualmente contradictorio. Por una parte, los progenitores se definen como
completamente consagrados al bienestar y la educación de sus hijos; por la otra, su conducta apunta a
obtener la confirmación de esa imagen por otros antes que a satisfacer la necesidad concreta que tienen
los niños de bienestar y sostén emocional. Las madres no obtienen placer alguno con la crianza, y el
autocontrol prevalece sobre el cuidado y la ternura. La desatención maternal selectiva a las señales del
niño causa la interferencia en las pautas rítmicas y sincrónicas de la sintonía reciproca desde el comienzo
mismo de la interacción madre-niño. En consecuencia los procesos de autorreconocimiento sólo pueden
originar un sentido desdibujado del sí mismo y, en vista de la estrategia de crianza esencial de los
progenitores, éste desarrolla fácilmente un sentimiento profundo de desconfianza en el reconocimiento de
sus estados interiores.
Para lograr un sentido del sí mismo el niño debe satisfacer las expectativas de una figura de apego
percibida como modelo absoluto.
La organización de los límites del sí mismo: pobre delimitación entre el sí mismo y los otros.
La organización del yo: la ineficacia personal y un sentido de vacío, continuamente suscitados por una
experiencia vacilante del sí mismo, se convierten en los principales ingredientes del yo emergente y,
cuando la atención del niño se sintoniza selectivamente con claves interpersonales, termina originando
una confianza excesiva en los marcos externos de referencia.
La delimitación del mí: el reordenamiento de la propia experiencia inmediata en un sentido definido del sí
mismo se realiza en concordancia con los marcos externos de referencia. De allí que la
autorreconocibilidad finalmente coincida con las expectativas percibidas de una figura de apego, y el perfil
del mí queda reflejado en la correspondiente autoimagen capaz de adecuarse a dichas expectativas. Por lo
tanto, como el problema es extraer un sentido definido del sí mismo a partir de las actitudes y juicios de
los otros, el perfeccionismo proporciona una solución óptima. En consecuencia, el mí se enmarca con
156

normas de perfección, y el intento de satisfacerlas se considera el modo más fiable de lograr un nivel
aceptable de autoestima y de percepción del propio valor.
Por lo tanto, a partir del fin de la infancia, un yo desdibujado y vacilante se reordena en una autoimagen
cuya capacidad y valía dependen del equilibrio que se ha podido establecer entre la necesidad absoluta
de ser aprobado por los otros seres significativos y el miedo amenazante a ser invadido o defraudado en
las relaciones significativas.
Una actitud de este tipo implica la exclusión selectiva de toda entrada sensorial que pueda interferir
la sintonía con normas absolutas, o acrecentar la auto exposición, dado que en ambos casos resultan
más probables las disconfirmaciones desafiantes de la propia autoimagen. Se caracteriza entonces
por una actitud vaga y continua oscilante del mí hacia el yo.
La dinámica yo/mí y la coherencia sistemática: su origen se encuentra en la demarcación laxa e
indefinida respecto de los otros.
Para evitar cualquier compromiso afectivo definido y la auto exposición hay todo un repertorio de
estrategias relacionales que apunta a obtener a priori del compañero la garantía absoluta de una
intimidad sostenedora.
La asimilación e integración de estos sentimientos angustiosos, al desencadenar posteriores
reordenamientos del mí, permiten reconocer marcos internos de referencia en el yo para organizar
patrones más fiables, estables, de la autopercepción. La delimitación progresiva respecto de los otros va
acompañada por un sentido creciente de individualidad y autonomía personal.

La organización obsesivo compulsiva


Los patrones de la reciprocidad temprana: el rasgo esencial es la combinación unitaria que en el niño en
desarrollo adquieren dos aspectos que pueden considerarse invariables: en primer lugar una experiencia
inmediata que fluye, en términos de sentimientos intensos y antitéticos que aumentan la necesidad de un
procesamiento emocional/analógico; en segundo término, una primacía otorgada al procesamiento
verbal/analítico, que finalmente reduce las posibilidades reales de una descodificación emocional viable.
La conducta de los padres asume un vínculo de apego bifronte ambivalente, en el que las actitudes
ocultas de rechazo quedan disfrazadas por una fachada exterior de absoluta devoción y preocupación. La
simultaneidad de las actitudes antitéticas de los progenitores parece ser la variable crucial, dado que
eventualmente adopta la forma de una situación de doble ligazón.
Aparecen patrones escindidos de autorreconocimiento que, por ser mutuamente excluyentes, reducen la
posibilidad de organizar patrones unitarios de autopercepción. En general hay un predominio casi absoluto
de las explicaciones racionales por encima de las formas inmediatas de comunicación.
La organización de los límites del sí mismo
La organización del yo: los patrones de autorreconocimiento, estructurado sobre la base de oscilaciones,
delinean una experiencia del sí mismo percibido como un profundo sentimiento de ambivalencia o como
un miedo angustioso a lo incontrolable. La ambivalencia y lo incontrolable se vuelven los principales
ingredientes del yo emergente, sintonizando selectivamente los recursos disponibles del niño con una
búsqueda cognitiva de coherencia, certidumbre y control.
La delimitación del mí: el perfil del mí es aceptable en la medida en que logre excluir del procesamiento
una gran parte de la experiencia inmediata en curso. El mi obsesivo se ve obligado a apoyarse a cada
momento en sólo una de las polaridades, es decir que es querible y aceptable, o ninguna de ambas cosas.
Limitado adicionalmente por un pobre desarrollo de la comprensión analógica/tacita, el niño se vuelve
selectivamente desatento a la modulación emocional que le proporciona su experiencia inmediata,
157

prefiriendo las aptitudes intelectuales y lingüísticas. Existe entonces una primacía verbal. Exclusión
selectiva de la fantasía, imaginación, emociones e impulsos.
Aparecen además pensamientos (meditaciones, dudas, etc.), conectados con conductas
estereotipadas (rituales).
El mi tiene una actitud de “todo o nada”.
Hay una exclusión de la propia vida emocional. La certidumbre en cualquier área de la experiencia es
el procedimiento esencial para mantener una autopercepción unitaria y fiable. Esta actitud de
búsqueda constante de certidumbre de que uno tiene el control total de sí mismo va acompañada por
una actitud perfeccionista, derivada de la adhesión continua a un conjunto rígido de normas y reglas
morales.
La dinámica yo/mí y la coherencia interna: la tensión esencial que subyace en la dinámica de la
mismidad podría rastrearse hasta el desequilibrio emocional profundamente enraizado que se refleja
en la lucha por lograr una percepción unitaria y fiable de la propia autoimagen.
La oposición antitética entre el pensar y el sentir, que aparece como resultado de una discrepancia
estructural en la evaluación del yo por el mí, es central para la organización del significado obsesivo, y al
mismo tiempo es la fuente de todo un conjunto de perturbaciones específicas que en cualquier momento
pueden perjudicar el equilibrio obtenido.
El cambio en el nivel del significado que demuestra ser crucial en un ciclo vital obsesivo, consiste en el
descubrimiento existencial de que el sentido de una identidad segura no puede fundarse sobre la
universalidad impersonal del pensamiento, sino que debe hacerlo en la singularidad percibida del
mundo emocional personal.

Consecuencias metodologicas para la psicopatología:


Se considerarán dos puntos esenciales: 1) la necesidad de una psicopatología orientada hacia los
procesos, explicativa, que considere como perturbaciones clínicas las clases de conducta percibidas
por un observador externo, y 2) una reformulación de los conceptos actuales sobre la salud mental
y el trastorno mental.

La psicología explicativa como una ciencia del significado


La ambigüedad básica de la actual metodología clínica (ej. DSM) reside en el hecho de que es:
1-Esencialmente ateórica: lo cual genera una casi total ignorancia sobre la etiología y los procesos
psicopatológicos. Lo cual excluye la posibilidad de descubrir la relación entre la conducta observada y la
organización de la persona que la presente. Por lo tanto, de esa forma el tratamiento se basa en meras
conjeturas.
2-Meramente descriptiva: en el sentido de que las definiciones coinciden con descripciones de los rasgos
clínicos de los trastornos, y de este modo parecen compartir el intento de resolver un problema
pasándolo por alto. Por lo tanto, es dudoso el uso que puedan tener las técnicas de evaluación basadas en
un programa metodológico de este tipo.
Además esta actitud metodológica resulta desorientadora a largo plazo porque materializa las categorías
diagnosticas descriptivas con las que clasifica la gama de los rasgos clínicos observados.
La actitud racionalista de suponer la existencia de axiomas lógicos invariables, sobre cuya base se podría
evaluar la racionalidad de cualquier creencia o actitud, con independencia del funcionamiento total del
sujeto que las alberga, forma parte de esta misma metodología a teórica y descriptiva.
158

En cambio un enfoque evolutivo de la psicopatología, centrado en una metodología orientada hacia los
sistemas/procesos, debe llevarnos a la creación de una verdadera ciencia del significado personal, es decir,
a un enfoque que no sólo tome en cuenta la multiplicidad de los niveles de análisis de la unidad individual
compleja, sino que también pueda reconstruir el ordenamiento total de las intercorrelaciones reciprocas
que definen la coherencia del funcionamiento del todo.
En resumen, los soportes metodológicos de esta ciencia del significado giran en torno de los siguientes
puntos. Cada unidad individual ha de considerarse como una Organización del significado personal (OSP),
cuya comprensión ontológica haga posible producir un mundo capaz de generar una calidad de
autopercepción (yo), reconocible como el propio si mismo (mi). Cada OSP tiene su propia lógica
ordenadora autorreferencial, que le permite asimilar la experiencia en consonancia con la dinámica de su
mismidad y la direccionalidad ontogenética que de ella se deriva. El desarrollo a lo largo del ciclo vital debe
considerarse como un proceso abierto de asimilación de la experiencia que genera reorganizaciones de
soporte del significado personal. El nivel de autoconciencia de la OSP desempeña un papel crucial en la
orientación de un proceso de reorganización que fluye dirigido al crecimiento personal o a un colapso
existencial más o menos entremezclado con perturbaciones emocionales. Por esta razón, los síntomas que
puede presentar un sistema individual en cualquier etapa de su ciclo vital deben considerarse como
procesos de conocimiento que sacan a la luz intentos frustrados de cambio.
Las causas de una crisis están siempre de la OSP en sí, y por lo tanto no debería buscarse en una
supuesta especificidad de ciertos acontecimientos vitales creadores de tensión, sino más bien en la
naturaleza específica del significado personal, que determina la gama de hechos discrepantes para un
individuo.

Los trastornos mentales y las dimensiones de la coherencia sistémica:


La psicopatología ateorica y descriptiva ha influido profundamente incluso en las ideas básicas sobre
la salud mental y de las perturbaciones mentales (neurosis y psicosis). La normalidad, la neurosis y
psicosis han sido consideradas entidades estáticas, fijas, que sirven como instrumentos de
clasificación para inventarias los rasgos descriptivos supuestamente específicos.
El problema consiste en comprender qué experiencia de ellos mismos acompaña a la construcción del
orden coherente con el que coexisten. De esta manera, más que identificarlo con los rasgos descriptivos
de un contenido de conocimiento, la normalidad, la neurosis y psicosis se consideran categorías
conceptuales que nos remiten a las OSP que, volviendo coherentes los contenidos del saber, son los
productores causales de esos rasgos.
Por lo tanto la normalidad reside en el despliegue de un proceso dinámico, en la flexibilidad, elasticidad y
generatividad con las que una OSP especifica desarrolla su coherencia sistémica a lo largo del ciclo vital.
Del mismo modo se llama psicótica a una modalidad estructural de ordenamiento del conocimiento cuya
coherencia reduce la flexibilidad y elasticidad.
En una metodología orientada hacia los sistemas/procesos, por lo tanto, la normalidad, neurosis y
psicosis lejos de verse como entidades descriptivas y estáticas, deben considerarse dimensiones de
procesamiento dinámicas y modificables de la coherencia sistémica de una OSP.
Neurosis y psicosis no son más que los diferentes lenguajes que puede asumir el mismo patrón de
coherencia del significado en función de las aptitudes de procesamiento e integración del individuo.

Capítulo 5: un marco posracionalista para la terapia cognitiva:


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El enfoque ontológico que hemos intentado seguir hasta ahora implica una transformación notable de la
conceptualización del cambio y de la metodología terapéutica, en relación con la actual perspectiva
racionalista. En los términos de la perspectiva ontológica que se presenta aquí, se puede decir que a través
del proceso continuo de reordenamiento de la experiencia inmediata (yo) en un sentido consciente del sí
mismo y el mundo (mi), todo sujeto puede construir una demarcación estable y simultáneamente dinámica
entre lo que es real y lo que no es. En este sentido, el logro por el cliente de una comprensión más
articulada y exhaustiva de su propio funcionamiento representa la variable crucial para la asimilación de
los sentimientos extraños y desagradables, percibidos como irreales, y su transformación en emociones
reales, es decir, para una reorganización de la experiencia inmediata (yo), en la que el afecto negativo
puede ser autorreferido y abstraído en un sentido consciente de continuidad y singularidad (MI).
Por lo tanto un enfoque ontológico orientado hacia los procesos, conceptualiza los sentimientos y el
afecto como formas del conocer en y por sí mismas, es decir, como el ordenamiento inmediato de la
realidad que experimentamos a priori en nuestra praxis fluyente de vida.
Sobre la base de estas premisas se pueden formular principios generales acerca de la estrecha conexión
que existe entre la afectividad y el cambio en el proceso de la psicoterapia:

- Ningún cambio parece posible sin emociones


Si bien el pensar generalmente cambia los pensamientos, sólo el sentimiento puede cambiar las
emociones; es decir, que sólo la aparición de nuevas experiencias emocionales, derivadas de la adición de
nuevas tonalidades de sentimiento a la configuración unitaria de los temas emocionales nucleares, puede
afectar a la autorregulación, modificar los patrones actuales de autoconciencia, y de este modo facilitar un
reordenamiento de los procesos del significado personal.

- La estructura y calidad del cambio dependen en gran medida del nivel y la calidad de la
autoconciencia con que el sujeto lleva a cabo el proceso de reorganización.
Tanto la investigación clínica como la investigación básica deberían orientarse preferentemente hacia: 1)
el estudio de las variables que subyacen la estructuración de la autoconciencia en el ciclo vital del
individuo; 2) el estudio de la relación existente entre el nivel del individuo y la calidad de la
autoconciencia, por un lado, y las formas en que esa persona puede reordenar la coherencia del
significado por el otro.
La metodología de un terapeuta cognitivo no racionalista, orientado hacia los procesos refleja esta
consideración del siguiente modo:
En primer lugar, su dispositivo operativo reside en la interfaz entre la experiencia inmediata y su
reordenamiento explicito; el procedimiento básico consiste en preparar a los clientes, mediante
técnicas de autobservación, en la diferenciación de la autopercepción y en las creencias y actitudes
conscientes, para reconstruir a continuación los patrones de coherencia que ellos siguen al hacer lo que
sienten como adecuado.
En segundo lugar, el cliente debe experimentar gradualmente, durante el proceso terapéutico, algunos
acontecimientos cargados de afecto que presionan progresivamente hacia la reorganización. El
terapeuta debe proporcionar herramientas de análisis y autoobservación que, al aumentar la
flexibilidad y plasticidad del nivel de autoconciencia del cliente, le permitirán realizar gradualmente un
reordenamiento progresivo de la experiencia personal donde la perturbación problemática será
asimilada y comprendida en una autoimagen más abstracta e integrada.
160

Por último, la relación terapéutica es el contexto específico en el que se vuelve posible que el terapeuta
ponga en marcha acontecimientos creadores de cambio afectivo, y guie el proceso de la reorganización
activado por ellos. La relación terapéutica es una interacción real, viva, y sus aspectos emocionales tienen
un efecto coadyuvante para la asimilación de nuevas experiencias o el replanteamiento de otras ya
existentes.

La actitud del terapeuta y el procedimiento de evaluación


La relación terapéutica pretende ser una herramienta de exploración por lo cual el terapeuta evitará
afrontar las emociones perturbadoras con una actitud crítica y/o preocupada para evitar que esto sea
percibido por el cliente y que se reduzca entonces la posibilidad de que llegue a asimilar esas emociones.
El terapeuta consigue que el cliente advierta con claridad que dichas emociones contienen información
fundamental, cuya comprensión facilitará la comprensión posterior del problema existencial presente.
Por otro lado, para que el terapeuta pueda mantener esa actitud, es indispensable que, como parte
de su experiencia profesional, conozca la dinámica de las principales organizaciones de los
significados personales así como los desafíos evolutivos a los que se enfrentan en su progresión a lo
largo del ciclo vital.
El modelo orientado a los procesos hace que el terapeuta este menos ligado a los problemas presentes y
le permite utilizarlos para promover nuevos niveles de comprensión, posibilitando que los procesos de
autoorganizacion influyan en el rumbo de la terapia.
No se debe diagnosticas estáticamente al modo de rotulo. Las OSP no deben considerarse como definidas
de una vez y para siempre.
En cuanto a la evaluación, forma parte de un proceso complejo y multidireccional, la psicoterapia, que se
despliega en varios niveles entrelazados pero que son irreductibles. Es casi imposible diferenciar la
evaluación de la intervención. La evaluación se realiza en la interfaz experiencia/explicación, por medio
de aptitudes de autobservación que el cliente desarrolla de forma gradual, y que está vinculada al
proceso de reordenamiento.
Lo que caracteriza al terapeuta en el procedimiento de evaluación es la capacidad para diferencias la
experiencia inmediata y su explicación.
Los hechos corresponden a la experiencia inmediata del cliente, mientras que su
explicación/razonamiento es siempre un modo de autorreferirse a esos hechos para hacerlos
comprensibles. El primero tiene valor de verdad, el segundo no. La experiencia inmediata simplemente
expresa el modo de ser en el mundo y como tal nunca puede ser mal comprendida, mientras que las
explicaciones pueden ser erróneas cuando se las compara con la experiencia que intentan explicar.
Al avanzar en la evaluación el terapeuta aborda sin solución de continuidad datos directos de
observación (la conducta verbal/no verbal) e indirectos (informes sobre los acontecimientos). Estos
datos además de estar entrelazados, parecen ser tan independientes que se influyen y especifican
entre sí.

El metodo de la autoobservacion:
Es el método esencial para llevar adelante la autoevaluación y la intervención ya que permite la
reconstrucción de los acontecimientos actuando en la interfaz de la experiencia inmediata y su
reordenamiento explícito. Permite el análisis de ambos niveles y la relación entre ellos.
Aspectos esenciales e instrucciones básicas:
161

En primer lugar se debe comenzar con un acontecimiento o una serie de ellos que puedan analizarse
individualmente. De ese acontecimiento se reconstruye la sucesión de escenas, después se enseña al
cliente a ver de forma panorámica la sucesión de escenas, de atrás hacia adelante y viceversa, resaltando
distintos aspectos.
En las fases iniciales es necesario guiar al cliente hacia la comprensión y apreciación de la diferencia
entre la experiencia inmediata y su autorreferencia y explicación. En cuanto esta diferenciación está en
marcha, el cliente empieza a verse desde dos puntos de vista: 1) desarrolla una escena determinada en
primera persona (punto de vista subjetivo) y 2) se mira a si mismo desde afuera (objetivo).
Más que en la modificación de modos de pensar considerados erróneos, el aspecto esencia del método
consiste en la adquisición de un grado apreciable de flexibilidad en la evaluación de su dinámica individual,
gracias a la capacidad para diferenciar su yo que experimenta del mí que aprecia, y por otra por ver desde
el punto de vista subjetivo y objetivo. Todo esto modifica el sentido actual del sí mismo.

Estructura y dinamica del cambio terapeutico:


En la perspectiva terapéutica basada en la reorganización del significado personal, Una modificación
terapéutica significativa coincide con un cambio en la apreciación del yo que experimenta por parte
del mí y esto implica un reconocimiento y una apreciación más profundos de los aspectos de la
experiencia inmediata que, aunque extremadamente cargados de afecto, han sido descuidados hasta
ese momento.
El requisito esencial que facilita un cambio terapéutico parece ser el despliegue simultaneo de dos
procesos, cuya intensidad y estructura varían ampliamente: 1) en efecto discrepante (derivado de las
explicaciones del terapeuta) capaz de suscitar una modificación apreciable del punto de vista que el
cliente mantiene sobre él mismo, y 2) un nivel sostenido de compromiso emocional en la relación
terapéutica.

 “Bases teóricas en la conformación de la terapia cognitiva en la Argentina” Korman


Una de las primeras instituciones interesada por la terapia cognitiva fue la fundamcion de Aiglé, creada
en 1977. En 1987 se fundó el primer centro que incorporaba el término “cognitivo” en su
determinación: Centro de Terapia Cognitiva. La década de 1990 fue un periodo de expansión regional de
la TC. En el espacio institucional se consolidaron los lazos entre profesionales del medio, dando origen a
la Asociación Argentina de Terapia Cognitiva.
Las principales bases teóricas que dieron origen a esta teoría fueron: Hans Eysenck, Aaron Beck, Michael
Mahoney y Vittorio Guidano. Con sus respectivos aportes.

 “Cognición y Psicoterapia” Mahoney, M- Freeman, A.


CAP 3: Modelo de causalidad en la teoría del aprendizaje social (Bandura).
Bandura propone la teoría del aprendizaje social. Es un terapeuta cognitivo comportamental, quien
complejiza el modelo conductista, mediante el cual un estímulo que afecta al ser humano produce una
respuesta. Se suponía que era la forma de procesar la información y producir conductas. Entonces si se
interviene sobre el estímulo o respuesta podemos producir modificaciones. En base a esto se construyen
dos formas de intervenir desde el conductismo que son los dos condicionamientos clásico y operante.
El clásico se base en los estudios de Pavlov (psicología reflexológica) fines del siglo XIX y los describe
Watson. Se trabaja sobre la situación a estimular, se suplanta un estímulo en principio neutro, por uno que
162

produce una respuesta naturalmente, y finalmente ese estimulo neutro termina produciendo una
respuesta natural y se convierte en un estímulo condicionado.
El operante es el propuesto por Skinner, segunda generación de conductistas. Ya no se trabaja sobre el
estímulo sino sobre la respuesta. De acuerdo a la respuesta la misma es reforzada positiva o
negativamente con el propósito de favorecerla o extinguirla.
Pero este resultaba un esquema muy lineal y sencillo para entender el comportamiento de los seres
humanos. Entonces hay una sofisticación mediante la propuesta del aprendizaje social mediante la cual
Bandura plantea que entre las conductas, las situaciones del mundo externo, y el pensamiento, hay una
interacción constante. Y esto es lo que impide pensar en términos lineales un proceso de aprendizaje y
eventualmente una modificación terapéutica (Esta primer parte no está en el texto fuente pero aclara
arrex)
El texto se centra en el modelo de la naturaleza humana y de causalidad dentro de la teoría del aprendizaje
social.
La conducta humana se ha explicado a menudo en términos de determinismo unilateral, en el que se
representan las fuerzas ambientales y las disposiciones actuando unidireccionalmente para producir la
conducta. Los procesos de interacción se han conceptualizado al menos de tres maneras diferentes: 1)
unidireccional, 2) parcialmente bidireccional y 3) reciproco.
1)las personas y situaciones se tratan como entidades independientes que se combinan de alguna forma
para producir la conducta.
2) esta concepción reconoce que las personas y las situaciones se afectan mutuamente, pero trata las
influencias relacionadas con la conducta como dirigidas en una sola dirección: el intercambio persona-
situación produce unidireccionalmente la conducta, pero la propia conducta no contribuye para nada a la
transacción continua.
3) reciprocidad triádica: la teoría del aprendizaje social favorece una concepción de la interacción basada
en la reciprocidad trádica. En este modelo, la conducta, los factores cognitivos al igual que otros
personales, y las influencias del ambiente operan todos como determinantes unidos que se afectan entre si
bidireccionalmente.

Capacidades humanas distintivas:


Desde el punto de vista del aprendizaje social, las personas no están pulsadas por fuerzas internas, ni están
moldeadas automáticamente, ni controladas por estímulos externos. Funcionan como una influencia que
contribuye recíprocamente a su propia motivación y conducta, dentro de un sistema de influencias
interactuantes. Las personas se caracterizan en términos de un número de capacidades básicas:
Capacidad de simbolización: esta capacidad ofrece a los seres humanos medios para crear y regular los
hechos del ambiente que afectan a cualquier aspecto de sus vidas. La gente procesa y transforma las
experiencias pasajeras en modelos internos a través de símbolos, que sirven de guía para la acción futura.
Capacidad de anticipación: muchas de nuestras conductas son intencionales y están bajo el control de la
anticipación. Anticipan consecuencias de sus acciones futuras, establecen metas y planifican cursos de
acción que les conducen futuros valorados. La gente se motiva a sí misma y guía sus acciones
anticipadamente.
Capacidad vicaria: las teorías psicológicas han asumido tradicionalmente que el aprendizaje solo puede
producirse ejecutando respuestas y experimentando sus efectos. En realidad, todos los fenómenos de
aprendizaje que resultan de la experiencia directa se producen sobre una base vicaria, al observar las
conductas se otras personas y las consecuencias que tienen para ellas. La capacidad de aprender por
163

observación permite a las personas adquirir reglas e integrar patrones de conducta sin tenerlos que
adquirir por un tedioso proceso de ensayo y error.
Desde el punto de vista del aprendizaje social, el aprendizaje observacional está gobernado por cuatro
procesos: procesos atencionales, determinan lo que se observa selectivamente. Incluye una exploración
auto dirigida del ambiente y la construcción de percepciones significativas de los hechos de modelado
continuamente. Los procesos de retención, incluye un proceso activo de transformación y reestructuración
de la información sobre los hechos. Los procesos de producción conductual, en donde las concepciones
simbólicas se transforman en acciones apropiadas. La conducta es así modificada en base a la información
comparada para lograr una correspondencia cercana entre concepción y acción. Y por último, procesos
motivacionales, en donde ver que la conducta modelada tiene éxito en otros incrementa la tendencia a
comportarse de forma similar, mientras ver que se castiga la conducta modelada disminuye esa tendencia.
Los hombres expresan lo que encuentran auto satisfactorio y omiten lo que desaprueban personalmente.
Capacidad autoreguladora: la gente no se comporta solo para ajustarse a las preferencias de los otros. La
mayor parte de su conducta está motivada y regulada través de patrones internos y de las reacciones auto
evaluadoras ante sus propias acciones.
Capacidad autorreflexiva: permite a los individuos analizar sus experiencias y pensar sobre sus propios
procesos de pensamiento. La gente no solo aumenta su conocimiento a través de la reflexión, sino también
evalúa y altera su propio pensamiento.

La naturaleza de la naturaleza humana:


Desde la perspectiva del aprendizaje social la naturaleza humana se caracteriza por un vasto potencial que
puede ser formado por la experiencia directa y ibservacional, en una variedad de formas dentro de los
límites biológicos.
Una característica de los humanos es su plasticidad intrínseca, la cual depende de los mecanismos
neurofisiológicos. Estos sistemas dotan al hombre de la capacidad para desarrollar características que le
son propias, anteriormente mecionadas.
Pero la plasticidad tampoco significa que la conducta sea un producto total de la experiencia actual. Hay
algunos patrones de conducta innatos, y otros aparecen con el proceso de maduración.
El nivel de desarrollo psicológico y fisiológico limita lo que un individuo puede adquirir en un momento
dado.

 “Psicoterapia Constructiva.” Mahoney, M.


Capítulo 11: Una guía práctica.
Ser persona y terapeuta
Sufrimiento vicario: las heridas de la ayuda
Milton Erickson solía decir: “Mi voz te acompañara”. Su voz acompañaba. Lo que no decía es que la voz
de los clientes también nos acompaña. Sus historias llegan a formar parte de nosotros: de nuestra vida
por el día y de nuestros sueños por la noche. No todas estas historias son negativas; de hecho, muchas
son muy estimulantes. El punto crucial es que nos cambian.
Estamos prevenidos para mantener la distancia con los clientes. Es necesario ser prudente, mantener la
objetividad, vigilar todo lo que decimos, no preocuparse demasiado y seguir las normas. Obrar con cautela.
Un profesional es un técnico, no un amigo. No permitir que el cliente llegue a nuestro corazón. Todos estos
aspectos son los mensajes principales de muchos programas de formación para psicoterapeutas.
164

¿No resulta interesante que, aun así, con todos esos límites y protocolos burocráticos, los clientes lo hagan
por nosotros tan a menudo y con tanta fuerza? Nos tocan y nos piden que toquemos sus vidas con nuestro
consuelo, compasión y consejo. Se convierten en seres humanos que se enfrentan con múltiples y
continuas crisis, en mundos en los que sus opciones son considerablemente limitadas.
Aquellos terapeutas que se abren lo suficiente a la interacción emocional que impregna la psicoterapia,
también parecen desarrollar una flexibilidad emocional mayor y un nivel de comodidad más elevado frente
a todo el espectro de emociones. Este último aspecto se puede encontrar entre los beneficios derivados de
ejercer la psicoterapia.
Sin embargo, existe una paradoja implicada en este sufrimiento vicario. Se podría denominar la paradoja
de la lucha de la esperanza desde el sufrimiento. Debido a nuestra formación y titulación, tenemos
privilegios y responsabilidades especiales. El privilegio de una comunicación confidencial nos permite
invitar al cliente a compartir los secretos que hay en su corazón. Pero los secretos que comparten con
nosotros suelen producir dolor al escucharlos, son difíciles de imaginar y de poder olvidar. Muchas de sus
historias nos hablan de las peores cualidades de los seres humanos: crueldad intencional, engaño, avaricia,
odio, insensibilidad, irresponsabilidad, violaciones de la integridad. Nos exponemos repetidamente a
historias de sufrimiento: tragedias, falta de humanidad y provocaciones de dolor deliberadas. Puede
suponer un desafío para nuestra fe en la naturaleza del ser humano.
Esta paradoja proviene de las demandas que tenemos como profesionales de la ayuda. Mientras
escuchamos estas historias de los clientes, se espera que extraigamos la esperanza de su sufrimiento.
Somos protectores de la esperanza sancionados socialmente. Cargamos profesionalmente con la
responsabilidad de fomentar que el cliente mantenga una fe, que en nosotros puede encontrase en
constante desafío debido a nuestro trabajo. Tenemos que ayudar a los clientes a soportar su sufrimiento
personal, a tener confianza en que este sufrimiento ira desapareciendo, a creer que son personas valiosas
y viables y a que su vida merece la pena ser vivida. Así pues, somos protectores de la esperanza, mientras
presenciamos con frecuencia insultos de la decencia y dignidad humanas. Creo que esta paradoja es muy
relevante. Los terapeutas con fuertes convicciones religiosas pueden tener menos dificultades para hacer
frente a este hecho, así como a los clientes con una fe profunda en su religión se les ayuda de este modo a
conducir sus vidas. Pero no somos inmunes a estas afrentas y el terapeuta que carece de una filosofía de la
vida que resulte protectora de la esperanza puede ser especialmente vulnerable ante los desafíos que
supone la paradoja de dar esperanza desde el sufrimiento.

La persona y la vida personal del terapeuta:


Existen muchos mitos acerca de cómo es en realidad el terapeuta como persona. La descripción más
negativa define al terapeuta como un voyeur intrínsecamente neurótico, que hurga en la vida privada de
otras personas para evitar ocuparse de sus propios problemas. Se asume que ha tenido una infancia
desgraciada y una familia disfuncional. Este pseudoterapeuta tiene importantes problemas personales y un
lado oscuro y siniestro. Sin duda, es lo contrario al estereotipo del terapeuta como gurú, el superterapeuta.
Es un oráculo cálido y sabio, que puede leer las mentes y sanar los corazones. Su energía no tiene límites y
siempre sabe que decir y que es lo acertado. Entre estos dos estereotipo extremos se encuentra el sanador
de los heridos, una imagen habitual de los curanderos y chamanes en diversas culturas indígenas.
Las conclusiones de la investigación no corroboran estos estereotipos negativos sobre los psicoterapeutas.
La mayoría de los terapeutas no han tenido una infancia problemática o una familia disfuncional. La
mayoría de ellos informa haber tenido una infancia feliz. Están sanos y satisfechos con su vida. La
dimensión en la que están menos satisfechos los terapeutas es la corporal, lo que podría reflejar un
165

fenómeno cultural común. Pero no habría que restar importancia a algunos hechos que merecen nuestra
atención algunos terapeutas se ven afectados por dificultades personales y otros, aunque técnicamente no
tengan dificultades, pocas veces ayudan a sus clientes.
Hay distinguidos titulares en psicoterapia que son pésimos terapeutas y, en ocasiones, auténticos cretinos.
Como se han licenciado estas personas y como mantienen su licencia para ejercer es todo un misterio.
Afortunadamente, también encontramos auténticos menschen que encarnan el espíritu de la autenticidad
y de la sabiduría compasiva.
Creo que los desafíos que se encuentran en el trabajo terapéutico exigen una evolución por parte del
terapeuta y que los diferentes ritmos y direcciones de este desarrollo suelen provocar dificultades en las
relaciones humanas.
A veces, los clientes necesitan creer que la vida personal del terapeuta sigue un guion de Hollywood, con
un bienestar seguro; un apoyo estructurado de la familia y amigos; un tiempo de ocio satisfactorio y
enriquecedor; un régimen saludable de nutrición, ejercicio, y de oración o meditación; y un sueño
reparador, lleno de dulces sueños sobre antiguos tesoros y placeres futuros. El peligro real de estas
creencias es que pueden favorecer que los terapeutas crean finalmente que sus vidas personales deberían
ser perfectas. Cuando no es así, pueden inclinarse a pensar y a sentir que algo va mal. Frente a las
dificultades vitales o a algunos aspectos de infelicidad crónicos, tienden a criticarse, lo que suele estar
asociado a inferencias dolorosas e injustificadas.
El aumento reciente de la investigación sobre la vida personal del terapeuta puede ser un buen reflejo de
la fascinación personal y colectiva que sentimos por quienes somos como profesionales. También es reflejo
de la apreciación cada vez mayor del factor humano en la relación de ayuda. Solo recientemente, esta
apreciación ha ganado preeminencia en la teoría e investigación en psicoterapia. Los enfoques que
inicialmente minimizaban el papel del terapeuta o de la relación terapéutica se han visto obligados a
adaptase a esta evidencia. Los terapeutas no aportan únicamente teoría, conocimiento o técnica al
proceso terapéutico; también aportan su propio estilo, su presencia y su corazón. Por tanto, no debería
sorprendernos que la persona del terapeuta sea la segunda dimensión más importante, después de las
variables del cliente, para predecir el resultado de la psicoterapia.

La vida personal de un terapeuta


Cuando conocí a Apolo, un hombre muy reservado, había ejercido de psicoterapeuta durante más de
cuarenta años. El cuso y las circunstancias de su vida son menos importantes, en este sentido, que el
valiente conocimiento que tenia de sí mismo y su complejidad. Vivía en una gran ciudad, a la que me
habían invitado para dar una conferencia. Conducía un taller sobre: La vida personal del psicoterapeuta. En
ese seminario me intentaba resultar 5 aspectos:
1. La psicoterapia es un reto extremadamente difícil y complejo tanto para el terapeuta como para el
cliente
2. El terapeuta cambia, al menos en la misma medida que el cliente, durante el proceso psicoterapéutico
3. Muchos terapeutas soportan el peso de una expectativas que dicen que deben/debemos
ser extraordinariamente felices, iluminados o sabios para ser profesionales legítimos
4. El cuidado propio, la compasión por uno mismo, es esencial para el bienestar personal y para
las responsabilidades profesionales de los psicoterapeutas
5. La terapia personal y la práctica espiritual pueden ser recursos inestimables para nuestra evolución
Conocí y trabajé con Apolo durante más de ocho años. Algunos de nuestros intereses y
características eran sorprendentemente parecidos.
166

Me dijo: “Cuéntales, cuéntales como puede ser. Cuéntales lo duro que es ayudar… y también lo agradable
que es.
Dales una idea”. Eso es lo que intento hacer.

El cuidado propio del terapeuta


No cabe duda: ser terapeuta no es fácil Probablemente, tenemos que ocuparnos de cualquier cosa que se
pueda nombrar. Abuso, ira, angustia, controversia, ansiedad, cretinos, abogados, burocracia, crueldad,
rechazo, dependencia, desesperanza, familias disfuncionales, vergüenza, tristeza, culpa, esperanza,
injusticia, amor, propósitos, pólizas, política, perjuicios, racismo, sexismo y autentica estupidez. El rango de
desafíos que supone debería ser valorado por las agencias que tienen alguna autoridad sobre la selección,
formación y autorización de los profesionales de salud mental. Los estudiantes deberían conoce,
sinceramente, que se están introduciendo en una trayectoria vital con un desafío evolutivo considerable.
Se debería informar a los psicoterapeutas que provienen de familias felices y de una infancia sin problemas
que escucharan historias reales que exigirán el máximo esfuerzo de su imaginación. Se debería prevenir a
los estudiantes que provengan de familias disfuncionales que escucharan historias que pueden reavivar
viejos recuerdos y asuntos pendientes en su interior.
Nuestro trabajo nos exige constantemente que evolucionemos, muchas veces, de formas y en momentos
que no podríamos haber anticipado o que no habríamos elegido. Igual que nuestros clientes, también
necesitamos descanso, animo, ocio, apoyo emocional, risa, amor, propósitos y almas gemelas. Los
psicoterapeutas, quizá como muchos otros profesionales de la salud, suelen encontrarse más cómodos
dando cuidados que recibiéndolos. Esto puede ser un factor relacionado con la elección de la profesión. Es
necesario cuidarse a uno mismo. No solo para garantizar la calidad de nuestro trabajo con los clientes.
También es necesario cuidarnos porque merecemos disfrutar de nuestra vida personal.
El cuidado de uno mismo es una cuestión delicada. Parece algo positivo y conveniente. Pero es necesario
hacer tantas cosas, hay tantas responsabilidades. Si no tenemos cuidado, el cuidado propio se puede
convertir en otro punto de la larga lista diaria de cosas para hacer. Una cosa más que controlar. Sin
embargo, el cuidado de uno mismo no es algo que se puede hacer a primera hora de la mañana y después
olvidarlo. El cuidado propio es una actitud de competencia que es necesario poner en práctica durante
todo el día. El liberar la respiración al notar tensión muscular. Es una lagrima o una sonrisa al ver una flor o
una ardilla. Es la satisfacción de un impulso para relajarse y disfrutar. Con el paso de los años, he llegado a
estar cada vez más convencido de lo importante que es este mensaje.

Desarrollo personal y espiritual


Cuando pregunto a los terapeutas como he afectado en su vida esta profesión, la mayoría de ellos
enfatizan los aspectos de enriquecimiento por encima de los de deterioro. Con frecuencia, los terapeutas
comentan que su trabajo les ha hecho más respetuosos ante las diferencias individuales y ante la
importancia de las relaciones humanas. Consideran que una profesión relacionada con la ayuda les ha
hecho más sabios, más conscientes de ellos mismos, más tolerantes ante la ambigüedad y más capaces de
disfrutar de la vida. Las respuestas negativas son significativamente menos frecuentes.
Me siento muy interesado por otros dos resultados de la investigación. Con frecuencia, los terapeutas
aseguran que su propio desarrollo psicológico se ha visto acelerado gracias a su trabajo y que,
independientemente de su trasfondo religioso o de sus creencias, sienten su trabajo como una forma de
servicio espiritual. Ambos resultados parecen lógicos. Sin duda, nuestras vidas se ven aceleradas. Una
persona no puede estar implicada íntimamente en tantas otras vidas, sin sentir desafíos en el proceso. Los
167

terapeutas profesionales serian objetos fascinantes para los estudios longitudinales sobre el desarrollo
humano. Aprendí mucho más con unos cuantos cientos de horas con Apolo, que con miles de estudiantes
universitarios completando cuestionarios.
La respuesta en relación al servicio espiritual también tiene cada vez más sentido. Después de todo, los
terapeutas son semejantes a confesores y clérigos modernos. Escuchamos, presenciamos y nutrimos el
corazón de los seres humanos. Respondemos ante los golpes de la vida. Los clientes tienen fe en nuestra fe
en ellos. La psicoterapia es una forma de servicio espiritual. Ejercer la psicoterapia puede ser una forma de
práctica espiritual.

Los desafíos de ejercer de forma constructiva


Ser psicoterapeuta es un reto complejo. Ser psicoterapeuta constructivo lo es todavía más. Considero que
la psicoterapia constructiva supone unas demandas exclusivas y poco corrientes para el terapeuta;
demandas que sobrepasan las que recaen sobre los hombros de cualquier psicoterapeuta.
Los desafíos son muchos. El constructivismo es un enfoque no autoritario, en el que la apertura y el
conocimiento relacionado son primordiales. Para ejercer de una forma constructiva es necesario honrar la
individualidad y la diversidad, sin caer en el terreno resbaladizo del relativismo del todo vale. No existe un
algoritmo fijo y lineal que se pueda aplicar a todas las personas. Un terapeuta constructivo reconoce que
no puede ser neutral, objetivo o impasible.
El terapeuta constructivo también es consciente de las limitaciones de su propio conocimiento. Aprecia el
grado en el que los procesos de ordenamiento de la experiencia inmediata más básicos e importantes
operan en niveles más allá de lo que consideramos conocimiento consciente. Este aspecto significa, entre
otras cosas, que tanto el cliente como el terapeuta transmiten siempre mucho más de lo que verbalizan
explícitamente para ellos mismo o para el otro. Asimismo, el aprendizaje que tiene lugar en el contexto de
la interacción terapéutica siempre es más profundo de lo que reconocen conscientemente.
El reconocimiento de estos puntos favorece que el terapeuta constructivo equilibre la atención que
concede a los aspectos más y menos conscientes en el trabajo con una persona, es decir, que atienda tanto
a las formulaciones explicitas de la situación y de los recursos de un cliente, como a muchas otras
impresiones y tendencias más difíciles de especificar (intuiciones, presentimiento, sueños personales, etc.)
Los terapeutas que ejercen desde una metateoría constructiva, en pocas ocasiones, venden mapas o son
partidarios de un destino concreto. Lo que distingue a los constructivistas de otro tipo de terapeutas es su
disposición para unirse temporalmente al viaje de sus clientes.
Como terapeuta está dispuesto a caminar con los zapatos de aquellos a lo que ayuda y está dispuesto a
seguir y a llevar la delantera alternativamente. Un terapeuta constructivo respeta la necesidad de
descanso del cliente, así como su necesidad ocasional de correr. Es compasivo y ofrecer consuelo cuando
el cliente se siente asustado o ha perdido la esperanza. Si un cliente siente que no puede moverse por sí
mismo, está dispuesto a esperar o a sostener algunas de las cargas del cliente durante un tiempo. Pero el
control del movimiento y la responsabilidad de elegir la dirección siempre vuelven al cliente. De hecho,
gran parte de lo que se habla y, de otra manera, de lo que se intercambia en este dialogo móvil tiene que
ver con elecciones, actividad y con el significado que se construye en torno a estos aspectos.
El terapeuta constructivo se esfuerza por reducir los peligros cuando puede o por minimizar los daños
derivados de las acciones que han producido el sufrimiento en el cliente. En los intercambios entre esos
viajeros y en las interacciones con otros viajeros se van cosechando lecciones sobre la vida, lecciones que
nunca terminan. Y, cuando es el momento, el terapeuta constructivo y el cliente toman caminos vitales
diferentes y los dos se han enriquecido, gracias al tiempo y al viaje que han realizado.
168

 “Del ser al hacer. Los orígenes de la Biología del Conocer (Introducción/ parte 1: punto 1/
Parte 2: punto 1)” Maturana, R- Porksen, B.
Maturana no es terapeuta, sino un biólogo que se ocupa de las cuestiones fundamentales de la
filosofía, pero sus ideas han entrado con fuerza en la psicoterapia y las disciplinas relacionadas con
el cambio del ser humano.

Introducción:
El auto renuncia a la postura metafísica de nuestra cultura que consiste en presuponer
naturalmente la existencia de una realidad independiente de nosotros como fundamento
trascendental de todo lo que sucede. En vez de hacer preguntas como ¿Qué es conocer? Y suponer
que la respuesta puede ser hallada en el mundo exterior, se comenzó a hacer peguntas como
¿Cómo podemos hacer lo que hacemos cuando hacemos lo que hacemos como seres humanos?.
Estas preguntas parten de la base que las respuestas admisibles tendrían que ver con la forma del
operar fáctico de los sistemas vivos. Partiendo esta nueva postura metafísica, el cuerpo y la
dinámica corporal son reconocidos por el observador como el fundamento de todo el hacer
humano. Entonces el autor se pregunta ¿Cómo hacemos lo que hacemos? Y responde: plenamente
consciente del hecho que nuestra existencia como seres humanos opera en nuestro espacio
relacional y en la realización de nuestra dinámica corporal. Esta aceptación del hecho de que como
seres humanos existimos gracias a la conservación de nuestra vida humana por medio de nuestra
dinámica corporal, es la comprensión fundamental que lleva a renunciar a la metafísica de la
realidad trascendental y adoptar una nueva metafísica, cuyo punto de partida para toda explicación
racional es el reconocimiento de que somos sistemas vivos y que todo lo que hacemos lo hacemos
en la realización de nuestra vida. Nuestra biología es la condición de nuestra posibilidad.

1. Sin el observador no hay nada.


Todo lo que es dicho, es dicho por un observador. No existe método verificable para establecer un nexo
entre las propias afirmaciones y una realidad independiente del observador. Ya no se trata de investigar
un mundo exterior que se percibe y se supone como externo y dado. No existe una vista exterior de
aquello que hay que explicar.
El observador es la fuente de todo, sin él no hay nada. Es el fundamento del conocer, es la base de
cualquier hipótesis acerca de si mismo, el mundo y el cosmos. Su desaparición sería el fin, y el fin del
mundo que conocemos; ya no quedaría nadie que pueda percibir, hablar, describir y explicar.
En el principio era la distinción: En el principio está la experiencia de la separación que se transforma en
la comprensión de estar íntimamente ligados. Es decir, solo existe lo que se distingue, pero si bien se
distingue de uno mismo, está ligado a la propia persona precisamente por la operación de distinción.
Explicación de la experiencia: el punto de partida el autor es la experiencia, y esta se trata de lo que uno
vivencia en un momento determinado y distingue precisamente en ese momento como un suceso
perceptible.
La era de la auto observación: sería un mal entendido total si se pensara que el autor propone la
autobservación permanente solo porque habla de la operación de observar. La sabiduría de un ser
humano no consiste en la autobservacion permanente sino en su capacidad de reflexión, en su
disposición de abandonar aquellas convicciones que impiden una percepción precisa de las situaciones
169

específicas. Maturana entiende el observar como una operación humana que requiere del lenguaje y
presupone la conciencia de estar observando algo en ese momento.
Un observador estándar es cualquiera de nosotros que observa, pero en el preciso instante en que uno se
pregunta qué está haciendo en ese momento, si bien uno sigue operando como un observador, al mismo
tiempo se encuentra en una posición y situación diferente: uno se convierte en metaobservador. Este
meta o súper observador se trata a sí mismo como objeto, y observa- operando como observador- las
propias observaciones.

2. Variantes de la objetividad.
Vida en el multiverso: si uno se ha dado cuenta que por principio no puede tener un acceso privilegiado a
la realidad, y que percepción e ilusión son indistinguibles, nace la pregunta acerca de los criterios que
utiliza una persona para afirmar que algo es así. La posibilidad de plantear esta pregunta abre un espacio
de reflexión común, una esfera de cooperación. El otro se convierte en un legítimo otro con el que se
puede conversar, se hace imposible exigir sumisión. El universo se transforma en un multiverso donde
muchas realidades son igualmente válidas.
Hay dos posturas diferentes, una el autor la llama “objetividad sin paréntesis” en donde se parte de la
base que los objetos existen independientemente del observador y que, así se supone, son posibles de
conocer.
A la otra postura la llama “objetividad entre paréntesis” este enfoque no niega la distinción de objetos y
la experiencia del ser, pero las experiencias no están basadas en la referencia a objetos sino en la
coherencia entre experiencias. El observador se convierte en la fuente de todas las realidades, creándolas
él mismo mediante sus operaciones distintivas. El ser se constituye a través del hacer del observador.
Tolerancia y respeto: todo depende de las emociones del que se encuentra en una relación con otro. Si le
respeta, el hecho de representar distintas opiniones abre la oportunidad de una conversación fructífera,
un intercambio exitoso. Quien tan solo tolera al otro, no le escucha, no le presta la verdadera atención,
sus propias ideas y convicciones están en primer plano. Es decir, hay que respetar, pero no tolerar.

3. Psicoterapia
La mirada sistémica: los modelos y pensamientos de este autor fueron acogidos en la psicoterapia.
Maturana afirma con respecto a los psicoterapeutas: el que afirma que conoce un procedimiento con
validez eterna para liberarnos del dolor y sufrimiento, inevitabkemente desaprobará mis ideas. Nadie
esta en condiciones de determinar sistemáticamente lo que pasa al interior de otra persona. Los efectos
potencialmente sanadores se despliegan recién fuera de la consulta, en un ámbito de relaciones humanas
que es distinto al universo de imágenes, conversaciones y experiencias que se dan dentro de ese recinto.
Que un teraputa tenga determinadas intenciones o teorías sobre como cambiar a un ser humano, no
significa nada, ya que sus reflexiones o deseos de ninguna manera pueden ser traducidas linealmente a
resultados específicos en el ámbito de las relaciones interpersonales del cliente.
La sabiduría de un terapeuta se manifiesta en su capacidad de escuchar con imparcialidad, en una actitud
abierta y de aceptación, asi nada de lo que vaya a manifestarse en una relación será distorsionado por las
propias inclinaciones, técnicas de manipulación o deseos de control.
Variantes del cambio: la única emoción que no limita la propia percepción, que no la filtra o encauza sino
que la amplia y libera de juicios precipitados, es lo que se llama amor. Siempre que se observa una
conducta humana que lleva a que otro humano adquiera presencia como un legítimo otro en coexistencia
con éste, lo que se ve es amor.
170

Individuo y sociedad: un enfoque sistémico siempre es necesario porque cada acción está inserta en una
dinámica relacional. “mientras usted y yo estemos aquí conversando, no estamos presentes solo nosotros
dos, sino que también nuestras familias, nuestra cultura, nuestro país de origen y nuestra lengua materna
están presentes en nuestros diálogos.”
Construcción de la enfermedad: para el que sigue el camino de la objetividad sin paréntesis, una
patología no es una característica de un mundo que existe con independencia del observador, una
enfermedad es para él un estado que un observador encuentra indeseable. Ser normal y sano significa
por lo tanto que uno, en el devenir de la vida, no hace ningún esfuerzo por cambiar la propia situación
con ayuda de otro. No existe la patología en si, ni los problemas en si, ni tampoco enfermedades
independientes de los deseos y preferencias de un observador.

 “Terapias Cognitivo-Conductuales de Tercera generación (TTG): la Atención


Plena/Mindfulness.” Moreno, C.
La intención del presente trabajo es reseñar el tratamiento básico en la atención plena, también conocida
como Mindfulness, el cual es una de las llamadas terapias cognitivo-conductuales de tercera generación
(TTG). Las aportaciones de las TTG se aprecian en las terapias concretas que la constituyen, las cuales
tienen como principio terapéutico el abandono de la lucha contra los síntomas y en su lugar la
reorientación de la vida.

Terapias cognitivo-conductuales de tercera generación (TTG)


De acuerdo con Pérez (2006), la primera generación de la terapia conductual se sitúa en la década de 1950.
Por un lado, se manifestó como una rebelión frente a la psicología clínica establecida, dominada
principalmente por el psicoanálisis, y por otro, supuso la instauración de una terapia psicológica sustentada
en principios científicos, dados sobre todo por la psicología del aprendizaje, con dos paradigmas básicos, el
condicionamiento clásico o pavloviano y el condicionamiento operante o skinneriano.
La segunda generación de la terapia de conducta se sitúa en torno a 1970, con la terapia cognitivo-
conductual (TCC); en la cual la psicología cognitiva se dedicó a estudiar el guion entre el estímulo y la
respuesta, relación entendida ahora a través de la metáfora del procesamiento de la información. La TCC
postula que las cogniciones son las causas de los problemas emocionales y conductuales y, aun mas, que
cada trastorno tiene su condición por no decir déficit o disfunción cognitiva especifica. Las TCC,
mantuvieron las técnicas centradas en el cambio conductual por contingencias o de primer orden; sin
embargo, las variables de interés por excelencia fueron trasladadas a los eventos cognitivos
considerándolos, ahora, como la causa directa del comportamiento y, por tanto, transformándose el
pensamiento en el objetivo principal de intervención.
La tercera generación de la terapia cognitiva conductual se sitúa a partir de la década de 1990, aunque se
daría a conocer ampliamente hasta el 2004. Hayes (2004), considera la tercera generación de terapias de la
conducta como fundamentada en una aproximación empírica y enfocada en los principios del aprendizaje.
Estos tratamientos buscan la construcción de repertorios amplios, flexibles y efectivos en lugar de tender a
la eliminación de los problemas claramente definidos, resaltando cuestiones que son relevantes tanto para
el clínico como para la persona.
La emergencia de esta nueva generación de terapias psicológicas se debe tanto al desarrollo del análisis de
la conducta y del conductismos radical, como a las limitaciones de la terapia cognitivo-conductual, las
cuales tendrían que ver con la estandarización de los tratamientos en perjuicio de aplicaciones más
flexibles y ajustadas al caso. Las aportaciones de las TTG se aprecian en las terapias concretas que la
171

constituyen, las cuales tienen como principio terapéutico el abandono de la lucha contra los síntomas y en
su lugar la reorientación de la vida.
Entre las terapias de tercera generación sobresale la terapia de REBAP, basada en la atención
plena/mindfulness, la cual es una técnica que se desprende de la filosofía milenaria del budismo, es
sencilla, breve, fácil de aprender y aplicar, que puede utilizarse tanto en el formato grupal como individual,
la cual ha demostrado su eficacia en múltiples enfermedades y entornos sanitarios y resulta especialmente
aceptable en atención primaria.

La atención plena/mindfulness.
Mindfulness es la acepción inglesa del concepto castellano de “atención plena”, “estar atento”, “conciencia
plena”, o “presencia plena”, el cual implica que el sujeto se concentre en la tarea que está realizando en
ese momento, sin que la mente divague sobre el futuro o el pasado, y sin sensación de apego o rechazo,
provocando en este energía, claridad de mente y alegría. Si se define a la mente como el proceso que
regula el flujo de energía y de información, la técnica de mindfulness consiste en estar atento a varios
aspectos de la propia mente. Es una forma concreta de atender a las experiencias del aquí y el ahora, y a la
propia naturaleza de la mente desarrollando una forma especial de atención.
La práctica repetida de la atención plena permite a la persona desarrollar la habilidad de, tranquilamente
apartarse de los pensamientos y sentimientos durante las situaciones de estrés en lugar de engancharse en
preocupaciones ansiosas u otros patrones negativos de pensamiento, que de otra manera podrían elevarse
en un ciclo de estrés reactivo.
La atención plena también se ha definido como el cultivo del darse cuenta, a través de una focalización
relajada, en el surgimiento de cada momento de la experiencia.
A los practicantes se les enseña a focalizar su atención en algo específico, como la respiración, observando
con ecuanimidad el surgimiento esperable de pensamientos, emociones y/o sensaciones diversas. Se da un
proceso circular que consiste en prestar atención plena, distraerse, hacerse consciente de las distracciones,
y amablemente volver a prestar atención plena. La tendencia a la distracción disminuye gradualmente a
medida que aumenta la familiaridad con la práctica.
A continuación, se describen los principales aspectos de budismo que son la base de la
atención plena.

Atención plena y budismo


Las enseñanzas del budismo se centran en la mente, bajo el precepto de que una mente bien formada está
tranquila y no se deja llevar por los deseos, preocupaciones o engaños. La atención plena enriquece las
experiencias y hace que estas sean satisfactorias.
Los cuatro fundamentes de la atención plena son las enseñanzas originales que Buda impartió para la
práctica de introspección Vipassana, y correspondes a:
1) Observar el cuerpo, lo cual significa ver aquello que hace que el cuerpo se mueva, captar la intención
que impulsa a la mente a actuar;
2) Observar las sensaciones, lo cual implica prestar atención al apego a las sensaciones;
3) Observar la mente, es decir, estar atento de la atracción, la repulsión y la indiferencia que aparece en el
pensamiento;
4) Observar los objetos mentales como la alegría, apatía, preocupación, calma, duda, inquietud, y cualquier
otra actitud mental.
172

La primera practica en el camino budista de la meditación se llama “shamata”, morar en calma o


meditación de la tranquilidad. Se basa en observar la respiración levemente y con atención. La disciplina de
la práctica de shamata es hacer que la mente vuelva una y otra vez a la respiración. El estado de estar
centrado en un único punto constituye el fruto y la finalidad de shamata. Este conjunto de actividades
mentales están específicamente dirigidas a experimentar un estado de conciencia ininterrumpido. Sati es
el instante de conciencia pura antes de la conceptualización, el momento de leve y desenfocada
conciencia, es observación sin juicio, es la habilidad de la mente para observar sin critica, para ver las cosas
sin condenas ni calificativos. El objetivo de la meditación Vipassana es aprender a prolongar ese momento
original.
Para que la atención plena, Sati, pueda alcanzar su máximo desarrollo, esta debe basarse en los principales
preceptos budistas. Las cuatro nobles Verdades son los fundamentos de las enseñanzas budistas sobre los
que se asientan sus distintas prácticas. La primera Verdad establece que la vida es sufrimiento. La segunda
Verdad dice que el sufrimiento es resultado de los deseos y de la ignorancia. La tercera noble Verdad dice
que se puede superar el sufrimiento y que es posible lograr la verdadera felicidad. La cuarta noble Verdad
establece que se puede superar el sufrimiento si uno sigue el Noble Camino Octuple y su representación es
la rueda del dharma, símbolo más universal del budismo.
De forma resumida, el Noble Camino Octuple consiste en ser integro en todos los aspectos de la vida,
concentrando la mente en ser totalmente consciente de nuestros pensamientos y actos, así como
desarrollar la sabiduría a través del entendimiento de las Nobles Verdades y mostrar la compasión hacia
los demás.
Desde la percepción budista, cultivar la conciencia plena nos ayuda a vivir con profundidad cada momento
de nuestra vida diaria.
La acción de la atención plena consiste en observar verdaderamente los propios pensamientos, buenos o
malos, contemplar la verdadera naturaleza de los pensamientos que puedan surgir, sin examinar el pasado
ni9 invitar al futuro, sin permitir ningún aferramientos a las experiencias de gozo ni abrumarse por las
situaciones tristes. Haciendo esto, se intenta alcanzar y mantener un estado de gran equilibrio, donde lo
bueno y lo malo, la paz y la angustia, están desprovistos de verdadera identidad.

La práctica de la atención plena en la clínica


La práctica de esta técnica ha penetrado de manera sostenida la cultura occidental durante el curso del
siglo XX, y su adaptación con fines terapéuticos ha encontrado un terreno fértil en la psicología de la salud
y en la terapia cognitiva.
Hoy en día los diversos enfoques psicoterapéuticos basados en la atención plena forman una de las
principales corrientes de la psicología contemporánea. Se ha reconocido que no hay salud sin salud
mental, por lo que se ha propuesto que se debe de alertar sobre la necesidad de integrar a la salud mental
en todos los aspectos de las políticas sociales y de salud, la planeación del sistema de salud, así como en la
atención primaria y secundaria de la salud en general.
De manera resumida la práctica de la REBAP enseña a los participantes a reconocer y aceptar cada
pensamiento y sentimiento, y luego soltarlos mientras regresa su atención a la respiración, esto mientras
las personas se encuentran sentadas en una silla, o con las piedras cruzadas en el suelo, con la intención
de poner atención en su respiración. Esta terapia se basa en el entrenamiento de habilidades y el modelo
de psicoeducación. De manera habitual la REBAP se imparte en un periodo de 8 a 10 semanas en sesiones
grupales de 90 minutos. Además, se pide a los participantes que realicen ejercicios de meditación en sus
casas, y se les otorgan CD para guiar las sesiones de meditación en casa.
173

Los aspectos que se trabajan para lograr reducir el estrés mediante el estar atento son: comer
atentamente, reconocer el momento pr4esente, respiración atenta, paseo meditativo, observación
corporal, meditar sentado, yoga atento acostado y de pie, indagación atenta para el estrés y la ansiedad,
meditación en la bondad, aplicación de la atención plena a la vida cotidiana, ejercitar las ocho actitudes de
la atención plena en la vida cotidiana, prestar atención al dolor, prestar atención a los hábitos, la bondad
en la vida cotidiana y la escucha atenta.

Conclusión
Con la base en lo reseñado en este trabajo, se puede apreciar que las terapias cognitivo-conductuales de
tercera generación vienen a suceder a las terapias conductuales de exposición y condicionamiento
operante, a las técnicas dinámicas de logro insight, a las terapias humanistas y a las puramente cognitivo-
conductuales.
Dicha sucesión se da en el sentido de integrar en cierta forma a todas sus antecesoras, trabajando con un
paradigma muy distinto, ya que no se trata tanto de limpiar de síntomas al sujeto sino de modificar su
experiencia subjetiva y la conciencia que tiene de ella, de tal modo que los síntomas resulten obsoletos o
irrelevantes.
La práctica de la atención plena permite gradualmente a las personas darse cuenta claramente de lo que
está sucediendo en el momento presente, es decir observar y experimentar sin reaccionar, lo cual les
permite percibir directamente la información sensorial sin analizarla, compararla o interpretarla. Esta
técnica también estabiliza, sosiega y fortalece la mente y la capacita para investigar directamente la
naturaleza cambiante de la vida. Las personas que logran estar plenamente atentos en el mismo instante
en que se ven asaltados por el miedo, la confusión, el apego o por grandes sufrimientos, podrán valorar
con detalle la situación y recuperar rápidamente el equilibrio.
La atención plena/mindfulness utiliza técnicas desarrolladas a partir de la meditación budista, la cual a su
vez parte de una filosofía milenaria que solo recientemente se ha sometido al escrutinio científico.

 “Manual de Terapia Cognitiva Conductual de los trastornos de ansiedad (cap. 1)“


Rodriguez Biglieri, R.
Manual de terapia cognitivo conductual de los trastornos de ansiedad:
Síntesis acerca de los fundadores de la TG, Beck y Ellis y sus aportes más actuales (Beck año 200 y Ellis
2011). Dentro de la terapia cognitiva comportamental se experimenta un cambio epistemológico, se va
separando de la perspectiva positivista que organizaba la mirada del mundo de la primer época de la
investigación de Beck y Ellis (década del 50, 60 y 70) para pasar a un modelo más constructivista.
Para la perspectiva de la terapia comportamental más actual, el ser humano no es un espectador pasivo de
la realidad, sino que hace una construcción activa, una lectura singular de los estímulos internos y externos
que recibe, y de esa forma va construyendo su mundo de significaciones.
Rodríguez Biglieri hace la distinción de la línea epistemológica del constructivismo que él llama críticas, de
las llamadas del constructivismo radical. Las líneas llamadas constructivistas críticas son aquellas que le dan
un estado de identidad a la realidad como tal, nada más que señalan que esa realidad no es asequible por
el ser humano que produce lecturas sobre esa realidad. Mientras que las miradas que se podrían describir
como el constructivismo radical, niegan la existencia de una realidad como tal dicen que lo que hay son
construcciones subjetivas.
La terapia comportamental, está enmarcada en el constructivismo en el sentido de que los seres humanos
somos lectores activos de lo que sucede y por ende constructores de la realidad en términos de
174

estimulación externa e interna (medio interno y mundo exterior). No hay una realidad única, posible y
asequible para todos, no es posible aprehender para el constructivismo crítico y si se quiere la función del
psiquismo es otorgar sentido a la experiencia humana. Tiene una función de cohesión, se organiza como
una totalidad coherente, tanto de nosotros mismo como de nuestro entorno.
Desde este lugar podríamos revisar lo que dijimos de Beck y Ellis y decir que los pensamientos que las
personas no son ilógicos o irracionales, porque no hay una lógica o una racionalidad, en todo caso
pertenecen a un orden de lógica o de racionalidad diferente al que el terapeuta puede portar. Esta es una
perspectiva epistemológica.
A diferencia de la propuesta más histórica, el terapeuta esta corrido del lugar de ser el garante de la
realidad, el terapeuta cognitivo no se ocupa de aprobar o reprobar las construcciones del paciente para ver
si son reales o no, si son racionales o no. Lo que si tiene que hacer el terapeuta es enfocar en como el
paciente construye su realidad. A esta realidad que el paciente construye acerca de su propia vida y de su
sí mismo, se lo llama: el paradigma del paciente. (Concepción de subjetividad de esta propuesta).
En este momento la terapia cognitivo conductual se posiciona en el paradigma constructivista, donde se
supone que no hay una realidad única a la cual podamos acordar, por ende el terapeuta deja de ser el
guardián de esa coherencia o lógica.
Paradigma del paciente. Paradigma acerca de cómo deberíamos vivir la vida. El eje va a estar en si esas
construcciones son funcionales o producen obstáculos para que le paciente pueda llegar a su propósito
vital, para que pueda llevar adelante su vida en los términos que él construye y considera. Los
pensamientos no son ni racionales ni ilógicos, sino disfuncionales o desadaptativos en relación a su plan de
vida, al paradigma del paciente.

Definición del procesamiento de información


Aludimos a ciertas estructuras, ciertos procesos y ciertos productos que están involucrados en la
representación y en la transformación de los significados. Estas transformaciones se producen en base a
los datos recibidos del medio interno y externo. El procesamientos es un proceso cognitivo complejo, el
cual se ha apoyado en el modelo de las neurociencias para generar un modelos explicativo.
Toda esta especie de cuadro con niveles, es una división jerárquica de cómo se procesa la información para
producir finalmente los pensamientos automáticos que es la característica que encuentra Beck por
ejemplo en los pacientes depresivos.

Procesamiento de la información. División jerárquica de cómo se procesa la información.


Modos
Esquemas (cognitivos, afectivos, motivacionales, de conducta, de control).
Creencias nucleares
Pensamientos automáticos (en el caso de las patologías) o pensamientos voluntarios / emocion /
conducta.

Los esquemas, (este era un aporte de Beck, cuando estudiaba pacientes depresivos), eran formas de
organización del pensamiento. Esas formas de organización tienen en términos de la terapia cognitiva
comportamental, un componente innato y un componente que es adquirido. La forma en que se organiza
el pensamiento, se van labrando en los primeros años de vida y son estilos cognitivos con los cuales las
personas enfrentan la realidad. Esos esquemas en términos de salud son movibles, son plásticos, son
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adaptables y en términos de patologías son rígidos, no admiten cambios, son estereotipados, se mira la
realidad solamente con un estilo.
Los esquemas cognitivos no tienen contenidos, son esquemas, son formas de organización del
pensamiento. Pero no solo del pensamiento. En el trabajo de Rodríguez Biglieri, señalan que los esquemas
pueden ser de 5 tipos: cognitivos, afectivos, motivacionales, de conducta y de control. Diferentes esquemas
que se activan en determinadas situaciones. Esta es la base de la estructura, pero aun por encima de los
esquemas están los modos.
Frente a determinadas situaciones lo que activamos es un modo genérico. Por ejemplo a los pacientes con
trastornos de ansiedad se les activa el modo de amenaza, empiezan a vivir el mundo como amenazante.
Aunque no haya nada que sea objetivamente amenazante. Entonces ese modo que se activa produce a la
vez la instrumentación de determinados esquemas, determinados perfiles de pensamiento, actividad, de
movimiento, de conducta.
Esos esquemas son estructuras que están pobladas de creencias nucleares. Son las ideas más estables,
tienen un carácter de relativa fijeza, acerca de quiénes somos nosotros mismos y acerca de cómo es el
mundo. Este sería el contenido de la estructura.
Los esquemas son el soporte estructural, y las creencias son el contenido.
Los autores dicen que mientas más patológica es el procesamiento de la información, son más automáticos
y menos susceptibles de ser manejados son los esquemas. (Relación entre el concepto de salud y patología.
Varía la libertad de disponibilidad el uso de esos esquemas. Por ejemplo hablando de los esquemas que se
activan en el modo de amenaza, lo que ocurre es se toman de la información de ese vínculo, tanto lo
dialogado como lo gestual, datos que confirmen que es amenazante y desechando otros datos de lo que
sucede en esa interacción).
Creencias nucleares. Se trata de afirmaciones estables acerca de uno mismo y del mundo. En definitiva la
función del psiquismo es estructurar un sentido de integridad de lo que es uno y de lo que es el entorno en
el cual se vive. Mientras más patología es la creencia nuclear es más rígida, menos accesible a la voluntad,
a la conciencia, a la plasticidad, y algunas creencias nucleares permanecen latentes a lo largo de la vida,
hasta que sucede una situación de estrés particular que la activa
Creencias intermedias. Estas son derivados operacionales de las creencias nucleares. Son articulaciones
que hacemos para evitar confrontar las creencias nucleares. Puedo generar un alto nivel de autoexigencia
para hacer todo (incluso peinarnos) porque está el supuesto de que si no se empeña se va a notar que no
sirve ni para peinarse: “soy así de inútil, así de inservible”.
Por ejemplo, una creencia nuclear podría ser “yo soy un inútil”. Este podría ser un núcleo de identidad.
Una creencia intermedia, es decir, una instrumentación de esa creencia nuclear seria “tengo que hacer
todas las cosas con mucho empeño y énfasis para poder conseguirlas”. Porque como naturalmente es un
inútil, si no le pone mucho empeño a las cosas, termino comprobando que soy un inútil.
Pensamientos automáticos: Generalmente producto de estas creencias intermedias, aparecen los
pensamientos automáticos. Son una derivación que aparece claramente en el campo de la consciencia. Los
pensamientos automáticos aparecen naturalmente en la mayoría de la sintomatología. Pensamientos con
los cuales los pacientes luchan.
Todo este esquema es procesamiento de información. Después tenemos pensamiento, emoción y
conducta, que a la vez realimenta los procesos de procesamiento de información. Se señalaron los
pensamientos automáticos para dar cuenta de la cuestión patológica, pero podrían ponerse también los
pensamientos voluntarios, y además podríamos poner la emoción, pensamiento y conducta. ¿Por qué se
plantea siempre este esquema tripartito en la terapia cognitiva comportamental de pensamiento,
176

conducta y emoción? Porque en realidad que viene primero no se sabe, una vez que salimos del vientre
todo empieza a realimentar esto proceso y no hay manera de saber si la cuestión es el pensamiento, la
emoción o la conducta. Todo esto que se produce, a la vez modifica, realimenta, reasegura, algo de este
procesamiento. Es un proceso continuo el procesamiento.

En relación al pensamiento automático hay una serie de técnicas de la que se sirve el terapeuta para ir
ahondando en los otros niveles.
Rodríguez Biglieri contrapone al pensamiento automático al pensamiento o voluntario o al llamado
pensamiento elaborativo. Este es aquel que podemos desarrollar con un componente más de
intencionalidad, cuando queremos pensar algo para tratar de entender qué es lo que pasó. Pero para eso
necesitamos tiempo. Y en la supervivencia más inmediata el tiempo es un valor escaso. Por eso el
pensamiento elaborativo es un logro del ser humano en sus etapas posteriores de evolución. La posibilidad
de tener tiempo para evaluar lo que ocurrió, no está disponible en la inmediatez de la jungla. El
pensamiento elaborativo permite matizar las respuestas automáticas, mediar para no ser máquinas de
reacción constante. Ver si lo que necesitamos hacer con la situación es tal cosa o tal otra y no responder
automáticamente.
Por ejemplo si camino por la calle y siento un bocinazo lo que hago es apurarme, luego de que estoy en la
otra acera me puedo detener a ver si venia un auto, si venia rápido, si lo voy a putear. Eso lo voy a ver
después. Lo primero que se me activa es salir del lugar donde puedo ser aplastado.

Desarrollo de la patología desde este modelo.


En el origen de las patologías hay un componente de predisposición y un componente disparador.
Rodríguez Biglieri lo pone en términos más elegantes y habla de diátesis (predisposición) estrés (situación
actual). Esta predisposición a su vez tiene componentes de orden de lo biológico y otros de desarrollo
ontogenético (personal, del sujeto particular, su propia vida, etapas de formación).
Señala la importancia de separar dos conceptos fundamentales para entender la patología: el miedo y la
ansiedad.
El miedo es una respuesta primitiva, propia de todos los seres humanos y mamíferos. El miedo es una
respuesta arcaica, primitiva, adaptativa, y se desarrolla frente a la percepción de peligro. Lo cual no
significa que el peligro este presente, hay una percepción subjetiva.
¿Cómo sé si es miedo o ansiedad? En principio hay algo peligroso percibido subjetivamente: puedo tenerle
miedo a las palomas, si voy caminando por una avenida y hacia el final hay un espacio abierto que imagino
que hay palomas, aunque no las vi y no sé si realmente hay, pero se siente miedo. Me estoy acercando a
un espacio donde mi confort desaparece. Cuando aparece el miedo aparece la activación que hace que
uno huya. El miedo produce la activación simpática de lucha o huida. Es una reacción que irrumpe y se
resuelve, nos prepara para resolver, o luchamos o huimos.
La ansiedad también se dispara cuando hay una percepción de amenaza pero la diferencia es que la
respuesta es más estable y duradera. Porque en el mundo actual en el que vivimos, para combatir las
amenazas que podamos percibir, la reacción de lucha o huida ha quedado desactualizada, no nos sirve. Si
se acerca la mesa de examen final y activo las reacciones de lucha o huida no me van a servir de mucho (ni
puedo golpear al profesor, ni puedo huir porque debo rendir). Entonces evolutivamente aparece el
desarrollo de la ansiedad. Es una reacción estable, sostenida, que se activa frente a una preocupación,
pero que no se resuelve de inmediato por la naturaleza de la situación amenazante.
177

Desde la TCC que una persona active el modo seguridad, es porque desarrolla generalmente una serie de
técnicas de afrontamiento disfuncional. Disfuncional para su metas y objetivos, para sí mismo, para lo que
considera que le va a servir en la vida. Estas estrategias contribuyen al mantenimiento de peligro percibido,
de la situación ansiógena, paradójicamente parece que se resuelve pero no hace más que aumentarla.
Después de haber pasado el momento de relax, por ejemplo me relajo porque no debo rendir porque me
olvide de anotarme, aparece otra vez “tengo que rendir”.

Hay tres tipos de estrategias: evitativas (rastrillo el panorama antes de llegar a la situación “me olvide de
anotarme”, es evitativa, no llego nunca a la situación), huida (se presenta al examen pero se bloquea, no
puede hablar, se trata de buscar una zona de confort en la huida, llegue al punto pero me voy, porque no
puedo culminar), reaseguro (para evitar que lo tan temido suceda “cerré con llave?”, cerré la llave de
gas?”, reaseguro, hago y vuelvo a hacer, pruebo varias veces si cerré con llave o el gas.). Estas son las tres
categorías de afrontamiento disfuncional. Estas serían estrategias conductuales.
Luego en el texto se mencionan las cognitivas: rumiación (se piensa una y otra vez el mismo pensamiento,
como si pensar una y otra vez lo mismo cambiara algo, pero no pasa nada, el pensamiento se presenta casi
similar una y otra vez dando la idea de que uno se está ocupando del asunto, pero en realidad no resuelve
nada), la preocupación y la hipervigilancia. Tienen como objetivo impedir que el paciente entre en
contacto con determinados pensamientos, imágenes y/o recuerdos displacenteros, y como consecuencia
dichas cogniciones y temores no son elaborados correctamente dificultándose su procesamiento
emocional.

Tres principios técnicos para la tcc:


Empirismo colaborativo:
La idea es que se ofrece una relación activa, cooperativa y lo más simétrica posible con el paciente. Se
apoya en el vínculo y en la construcción de una alianza, pero el terapeuta no se pone en el lugar de juicio o
de saber, sino de explorador junto con el paciente. El terapeuta pone a disposición del paciente toda su
capacidad, y le propone al paciente experimentos y tareas para ayudarlo con su problema. Los TCC
sostienen que existe en el funcionamiento de los seres humanos un principio coherencia interna. Una
construcción de sentido que hacemos de nosotros mismos y del mundo, puede ser disfuncional,
desadaptativa, pero da cuenta una integridad. Esto es lo que hace que las personas no puedan cambiar
fácilmente los esquemas nucleares. Hay una especie de búsqueda para salvaguardar la integridad de los
significados acerca de sí mismo. Esto en la clínica se ve en la resistencia. El TCC va a decir que la resistencia
es un dominio natural.

Descubrimiento guiado:
Ahora bien, si hay un principio de coherencia internar resguardado, con la ayuda del terapeuta cognitivo se
espera que el paciente pueda encontrar experiencias de la vida que contradicen las ideas que se tienen
acerca de uno mismo, esto produce la disonancia cognitiva. La terapia cognitiva tiene como objetivo,
desarrollar y profundizar la disonancia cognitiva. Porque en la medida en que la persona pueda sentir que
hay cosas de su propia experiencia que no se explican con el modelo que tiene de sí mismo y de su vida, se
va a ver facilitada la posibilidad de que construya otra red de significados. Se espera por parte del paciente
que se produzca un descubrimiento guiado, descubrimiento de todas las experiencias que no se ajustan a
la trama de significaciones con las cuales se identifica. Y lo que hace el terapeuta en relación al
descubrimiento guiado es mantener el dialogo socrático.
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Dialogo socrático:
La mayéutica, el método de cómo para Sócrates se puede llegar al conocimiento de la verdad. Es a través
de la realización de determinadas preguntas. Por medio de esas preguntas obtiene el paradigma del
paciente. Mediante el dialogo socrático se trata de ir preguntando y repreguntando una y otra vez sin dar
nada por obvio. (¿Me pongo nervioso al ir a rendir, por qué? Porque los profesores me hacen preguntas y
me tratan mal porque mojan la medialuna en el café mientras hablo. ¿Y a vos que problema te trae eso?
Eso me desconcentra, porque no sé si lo que digo le interesa o no. De esta manera comienzan a aparecer
de a poco las ideas automáticas, las creencias intermedias, las creencias nucleares, es decir, el paradigma
del paciente.).
Estas tres cosas son una única síntesis, respetar las tres es una propuesta única. (Ver apuntes en papel para
asegurar a cuáles 3 se refiere). La finalidad es ampliar la disona{ñih xncia cognitiva para facilitar la
construcción de nuevos significados.

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