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Encuadre: se define encuadre a la acción de encajar dentro del campo visual del objetivo de una
cámara fotográfica o de filmación los elementos que se desean. En el campo de las psicoterapias
Bleger define al encuadre como las contantes dentro de cuyo marco se da el proceso.
La noción de encuadre en psicoterapia se utiliza para señalar la selección y recorte por parte del
psicoterapeuta de determinados aspectos que se utilizarán para construir la relación terapéutica, y
se mantendrán estables o con un margen de flexibilidad mínimo a lo largo del tratamiento.
Debe enfatizarse que es el psicoterapeuta el que elige los términos del encuadre y los propone con
un margen de flexibilidad y negociación. Se señalarán cuatro dimensiones: marco concreto, rol del
paciente y del terapeuta, tipos de intervenciones y definición de objetivos.
Marco concreto:
Se trata de la definición de las condiciones materiales en las que se aplicará el dispositivo de
psicoterapia. Se puede diferenciar lugar, horario, frecuencia y duración de las sesiones, estos
aspectos son definidos al inicio del tratamiento.
En cuanto al manejo del ambiente se refiere a la disposición espacial que se mantendrá en el
transcurso de la psicoterapia. Algunas líneas teóricas presentan mayor flexibilidad en el uso del
espacio, mientras que otras consideran que si no se cumplen determinadas condiciones en este
aspecto no es posible establecer el dispositivo.
La cuestión del pago de honorarios suele ser bastante conflictiva. En la consulta privada debe
establecerse claramente el pago en tiempo y forma, por lo que es muy importante que el
psicoterapeuta no tenga inconvenientes para hablar del asunto ya que el profesional vive de lo que
gana y su trabajo es la atención clínica.
Tipos de intervenciones:
Entre las cuestiones que definen el encuadre se encuentran las características que asumen las
intervenciones del terapeuta. Se definirá como tales, todo aquello que el terapeuta comunica al
paciente dentro y fuera de las sesiones, engloba el comportamiento del terapeuta en relación al
paciente. Este último es fuertemente influido por cualquier expresión personal del terapeuta, se
espera que el mismo sea conciente y responsable de esta influencia.
Respecto de las intervenciones existen varios criterios por los cuales se pueden clasificar. El primero
depende de que influya o no una indicación precisa, una consigna a la que el paciente debe
responder, hay intervenciones directivas y no directivas. Existen también intervenciones dirigidas a
terceros que el terapeuta realiza buscando producir efectos en el paciente.
Otro modo de clasificar las intervenciones es entre verbales y no verbales, pueden incluirse los
gestos, inflexiones de la voz, movimientos y contacto físico por parte del terapeuta hacia el
paciente.
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Definición de objetivos:
La definición de objetivos, son las metas que se esperan obtener de la aplicación del dispositivo. Por
ejemplo, el psicoanálisis propone hacer conciente lo inconciente o la resolución de la neurosis de
transferencia.
Psicoterapia:
Una solida formación teórica es indispensable y debe abarcar los tres componentes de cualquier modelo:
a) una teoría de la mente, b) un modelo psicopatológico y c) un programa de cambios que permita conocer
como se interviene para volver más funcional una situación de padecimiento.
La teoría de la psicoterapia es un conjunto de enunciados que están contenidos en el esquema mental con
que trabaja el terapeuta para identificar como se conforma la demanda, como se configuran las situaciones
clínicas en los contextos involucrados en dicha demanda y cómo se articulan con la oferta asistencial
disponible.
Mejorar la formación y el entrenamiento de los terapeutas está asociado con la integración. La integración
de la psicoterapia es hoy una realidad en el mundo, cuando se habla de integración se habla de una actitud
para crear un campo en el cual haya ciertos patrones básicos que sirven para definir los alcances de la
práctica.
a) Destrezas en la comunicación: las competencias interpersonales son un componente central del éxito en
la psicoterapia. La herramienta de todos los psicoterapeutas es la comunicación en palabras, aunque
también es fundamental el contacto no verbal. El terapeuta debe poseer las competencias lingüísticas
necesarias para desentramar las frases de los pacientes y escuchar todos los significados posibles de su
relato, además, la comunicación empática requiere que el terapeuta tenga la capacidad tanto de captar el
mundo intimo de las otras personas como de expresarlo en un lenguaje adecuado.
Se entiende la psicoterapia como un proceso de desarrollo narrativo, como un relato compartido que será
mas eficiente cuanto mas amplio y mas rico. La capacidad empática del terapeuta puede contribuir a que el
paciente sienta contención, ayudándolo a entregarse y a pensar que está en un ámbito seguro. Se trata de
una competencia natural.
b) Procedimientos de intervención: se incluyen las diferentes técnicas disponibles que sirven para
promover los procesos de cambio. Lo que resulta muy útil es que la formación provea el conocimiento
general sobre las diferentes modalidades y capacite al terapeuta en el manejo de algunas técnicas.
Es muy importante no caer en la tentación del tecnicismo, es decir, de aprender solo técnicas. La práctica
de la psicoterapia sigue demostrando que su efectividad no depende de las cualidades de esos programas,
sino que requiere también de las habilidades de los terapeutas que los aplican.
c) Sistemas de evaluación: un terapeuta trabaja bajo la presión de tener la mejor ecuación entre los costos
de su intervención y los beneficios a obtener. Los terapeutas recurren a ella para cubrir necesidades.
El método analítico de la psicoterapia es el de más penetrantes efectos, aquel por el cual se consigue la
modificación más amplia del enfermo, el único que enseña algo acerca de la génesis y de la trama de los
fenómenos patológicos.
Freud dará cuenta de algunos esclarecimientos acerca de la psicoterapia:
a. A menudo se lo confunde con el tratamiento sugestivo hipnótico y entre la técnica sugestiva y la analítica
hay la máxima oposición posible. La primera no hace caso del origen, de la fuerza y de la significación de los
síntomas, sino que deposita algo, la sugestión que será suficientemente poderosa para impedir la
exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere agregar ni introducir nada
nuevo, sino restar y con ese fin se preocupa por la génesis de los síntomas patológicos y la trama psíquica
de la idea patógena cuya eliminación se propone como meta.
La técnica sugestiva impide penetrar en el juego de las fuerzas psíquicas.
b. Entre los colegas de Freud hay otro error el de que la técnica para buscar las ocasiones de la enfermedad
y para eliminar sus manifestaciones mediante esa exploración seria fácil y obvia. El instrumento anímico no
es fácil de tocar.
c. La cura analítica lleva consigo muchas peculiaridades que la alejan del ideal de una terapia: el investigar y
examinar no apunta a resultados rápidos y la mención de la resistencia los prepara para esperar cosas
desagradables. El tratamiento psicoanalítico planea exigencias tanto al enfermo como al médico, a aquel se
le exige como sacrificio una sinceridad total, le insume mucho tiempo y a causa de la técnica tiene que
aprender y practicar, le es bastante trabajoso.
Por eso, Freud halla licito aplicar métodos terapéuticos mas cómodos siempre que haya la perspectiva de
lograr algo con ellos, si con el procedimiento más trabajoso y prolongado puede conseguirse mucho más
que con el breve y fácil, el primero estará justificado.
La terapia psicoanalítica se creo sobre la base de enfermos quejados de una duradera incapacidad y
estándoles destinada su triunfo consiste en que pudo devolverles a un numero significativo de ellos, esa
capacidad.
d. Las indicaciones y contraindicaciones de este tratamiento: debe rechazarse a los enfermos que no
posean cierto grado de cultura y alguna medida confiable, no es un procedimiento para tratar la
degeneración neuropática y tampoco es aplicable a personas que no se sienten llevadas a la terapia por su
padecer, sino que solo se someten por orden de sus parientes. Es preciso limitar la elección de personas
que posean un estado normal, las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda son
inapropiados para el psicoanálisis e incluso, la edad de los enfermos cumple un papel pen su elección para
el tratamiento psicoanalítico
No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos (anorexia
histérica).
e. Una cura analítica realizada con discernimiento no puede hacer temer daño alguno para el enfermo.
f. Esta terapia se basa en la intelección de que unas representaciones inconcientes son la causa inmediata
de los síntomas patológicos, el inconciente en nada se parece al de los filósofos. Eso inconciente que hay
en la vida anímica del enfermo en algo conciente no puede sino traer por resultado corregir su desviación
respecto de lo normal y suprimir la compulsión que afecta su vida anímica.
Tampoco se debe tener que la entrada de lo inconciente en la conciencia del enfermo le provoque un
sacudimiento dañino, se puede convencer de que el efecto de la moción nunca puede ser tan grande como
el de la moción inconciente.
El descubrimiento y la traducción de lo inconciente se realiza bajo una permanente resistencia de parte del
enfermo, eso inconciente va unida a un displacer y a causa de este el enfermo lo rechaza. Si logran moverlo
a que acepte algo que hasta entonces había rechazado a consecuencia de la automática regulación del
displacer, se habrá conseguido realizar cierto trabajo educativo.
Se puede concebir el tratamiento psicoanalítico como una pos-educación de esa índole para vencer
resistencias interiores.
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representación, pues la esencia así aprehendida queda captada en su propia identidad, en persona y no a
través de algo sucedáneo.
Esta intuición esencial se apoya y requiere como base una intuición individual o corriente basada en la
experiencia sensorial, la individual es condición esencial. Cabe afirmar que la fuente de todo conocimiento
es la experiencia que incluye las variaciones de la intuición, lo exigido por la fenomenología es pasar de los
hechos a las esencias que en ellos se dan, a través de la reducción eidética.
La tercera Reducción Fenomenológica es trascendental y consiste en la persistencia en la aplicación de la
epocké o abstención de juicio. El resultado que se obtiene es la conquista de una nueva región: la esencia
de la conciencia pura en general, lo que no puede ser objeto de epocké es precisamente aquello que la
efectúa.
A pesar de tales puntos de vista sobre lo bueno y lo malo, la terapia gestáltica abunda en mandatos sobre
la convivencia de ciertas actitudes ante la vida y la experiencia, estos son mandatos morales en el sentido
que se refieren a la persecución de una vida buena. Por ejemplo “vive ahora” (preocúpate por el presente)
“vive aquí” (relaciónate más con el presente) “deja de imaginar” (experimenta lo real). T
Todo lo que dice la terapia gestáltica es que aceptando la verdad estamos en mejor situación ya que el
percatarse cura, todos estos mandatos específicos de la terapia podrían resumirse en los tres principios
más generales.
1. Valoración de la actualidad temporal, espacial y sustancial.
2. Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.
3. Valoración de la totalidad o responsabilidad.
La actitud básica de valorar el presente y la presencia, la atención y la responsabilidad se transforma en las
actitudes o ideales más específicos que inspiran la conducta del terapeuta gestáltico en su práctica. El
proceso de aprendizaje que tiene lugar en la terapia gestáltica es experiencial más que intelectual y
meramente conductual, el proceso terapéutico consiste en la transmisión de una experiencia.
Además, se omite la noción de que la experiencia puede ser transmitida, la experiencia es un asunto aun
más profundo que las actitudes y constituye su fuente. La experiencia es auto duplicadora, crea las formas
externas que transmite su corazón latente, en la terapia gestáltica al terapeuta se le exige más que en otras
terapias para ser tanto un ser humano desnudo como un artista, Naranjo ve en las acciones del terapeuta
gestáltico como significativas solo en la medida en que son más que técnicas, expresiones de una
perspectiva.
La otra, es poner nuestras energías para movernos rápidamente hacia el contenido de la conciencia en la
forma de una atención intensificada o exageración deliberada.
La regla del no-acercadeísmo no solo se aplica al paciente individual, sino que es efectiva en
situaciones de interacción grupal. Por otra parte, la simple regla de suprimir la verbalización de
opiniones, ideas, opiniones acerca de los sentimientos de otros es una garantía de que algo
significativo va a ocurrir.
La regla de la no-intelectualización implica que gran parte del tiempo estamos optando por calcular
en lugar de percatarnos de nosotros mismos. La técnica de apagar la computadora puede ponernos
en mejor disposición para contactarnos con nuestra experiencia en curso. De hecho, la naturaleza
de gran parte de nuestro pensamiento es tipo ensayo y habla de una necesidad de controlar el
futuro, en la búsqueda de esta seguridad, podemos evitar perder y que nos duela, pero si nos
hemos convertido en computadoras tampoco podemos vivir.
- Debeísmo: el decirnos a nosotros mismos o a otros lo que debiera ser es otro modo de vivenciar lo
que es. Una vez que se hace dormir artificialmente al monstruo del debiera, todo lo demás es lo
que es.
Uno de los objetivos de la terapia gestáltica es ser capaz de vivir de tal manera en el presente que
ningún estándar del pasado oscurezca nuestra toma de conciencia que seamos tanto lo que somos.
Algo típico de esta terapia es que nos dice que hagamos ahora lo que nos gustaría lograr mañana,
no busca eliminar las concepciones de la actividad deseable o con el objetivo, a pesar de que sí
intenta contrarrestar el exceso de orientación hacia el futuro con un buen anclaje en el presente. Si
la terapia gestáltica busca la eliminación de las metas e ideales ésta es suficiente prueba de que no
lo hace, el objetivo de la falta de objetivos y el ideal de la falta de ideales son aún un objetivo y un
ideal.
Si hay algún camino hacia la realización de los ideales, evidentemente no es convirtiéndolos en
debieras, los debieras son una expresión de nuestra manía por el control.
El punto de vista de la terapia gestáltica es que la conciencia es suficiente, o mejor aún, la
conciencia y la orientación, siendo esta ultima un aspecto de la conciencia misma. Cuando la terapia
gestáltica dice que es innecesario “empujar el rio” no esta diciendo que la conciencia de las
limitaciones sea la expresión de un debeismo irrelevante. Por el contrario, solo es posible tener una
apreciación realista de donde estamos en términos de nuestros objetivos o ideales, cuando nuestra
evaluación no se basa en el juego auto-castigador o en las defensas contrarrestantes.
Lo que en la terapia gestáltica se llama “mandón” es lo opuesto, el mandón impone sus deseos
sobre el mandado, lo manipula, lo controla. Naranjo cree que la actitud de la terapia gestáltica esta
mejor expresada en la observación de que el mandón debe ser asimilado, cuando empujamos el rio
lo hacemos con la energía del rio, el rio de nuestra vida juega un mal juego consigo mismo,
empujándose en lugar de fluir.
- Manipulación: el asunto de la manipulación está relacionado con el de la evaluación, así como la
evaluación se relaciona con el juego de calce de la computación. Los terapeutas gestálticos no
formulan la regla de la no-manipulación en su forma más general, que es la de no hacer “acting
out”
La acción, en contraste con la manipulación se vivencia como un flujo desde adentro, no como algo
que se realiza con el fin de satisfacer estándares extrínsecos.
En la medida en que identifiquemos la función auto-manipuladora se podrá vivenciar tal acción
como algo que nosotros no efectuamos, pero que conseguimos que se produzca. “Ello” es una
palabra sucia en terapia gestáltica, ya que se emplea como sustituto de “yo” o “tu” como un medio
para evitar lo directo o la responsabilidad.
A un nivel técnico la idea de renunciar a la manipulación encuentra su expresión en la practica del
continuum de la atención. La forma en que la manipulación comienza a funcionar durante el
ejercicio puede ser aquella de auto manipulación o manipulación de otros, a pesar de que ambas
son inseparables.
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su acción. La exageración constituye una forma de desarrollo de una acción, pero el desarrollo no
siempre involucra exageración.
c. Explicitación o Traducción: se le pide al paciente traducir en palabras un trozo de expresión no-
verbal y se le pide que haga explicito un contenido que solo era implícito. Se le insta al paciente a
que contacte con su mensaje por sí mismo.
d. Identificación y Actuación: la actuación puede ser considerada como una instancia de traducción,
pero es lo opuesto a la explicitación ya que en esta ultima se le ponen palabras a los movimientos.
En la actuación, se da movimiento a un pensamiento, por lo que puede ser comprendía como un
modo de completar o implementar la expresión.
La actuación involucra un proceso de identificación, de convertirse en uno con la parte que
actuamos o reconocer su experiencia como nuestra. La identificación y la actuación no solo acortan
la distancia entre el yo y sus procesos, sino que también son las avenidas principales hacia el
percatarse.
En la terapia gestáltica las aplicaciones de la actuación son la representación de los sueños, la
actuación de anticipaciones del futuro, la representación del pasado y la representación de las
diferentes partes de la personalidad que están en conflicto.
3. Ser directo: una frecuente fuente de minimización se relaciona con el uso de la conjunción “pero”
introducido para descalificar una afirmación o para restarle algo de su peso o validez. Mediante esta
ambigüedad el individuo evita tomar partido por algo o vivenciar plenamente cualquier mitad de la
afirmación donde cada mitad invalida a la otra.
Otro giro del lenguaje relacionado con el asunto de lo directo es el uso de la palabra “ello” en lugar de un
contenido especifico.
En cuanto a la retroflexión es una instancia de la falta de ser directo que es objeto de una técnica
específica, es el deshacer retroflexiones, el redirigir un impulso que ha sido desplazado de tal modo que en
lugar de encontrarse con su objetivo intencional se revierte el agente.
atribuir a una persona o cosa en el ambiente, cualidades o sentimientos propios nuestros que no
estamos dispuestos a reconocer como tales.
Las proyecciones constituyen una ilusión, pero también una realidad, son ilusorias en el sentido de
que frecuentemente no le pertenecen a la persona o cosa a la cual se las atribuimos, son una
realidad en el sentido de que son imágenes de nuestra vida interior y avenidas hacia nosotros
mismos.
Un aspecto importante es el de asimilar proyecciones, incorporar lo que hemos desheredado. La
técnica más importante para la asimilación de proyecciones es la identificación con la proyección
por medio de la actuación.
La autora expresa que, sin embargo, sería ridículo correr hacia el terapeuta por cada conflicto y problema,
para ello, hay maneras en que los padres pueden aprender a manejar muchas situaciones que surgen en la
vida diaria.
No es un asunto sencillo juzgar cuando es el momento apropiado para traer a un niño a terapia, con
frecuencia es el niño quien se encarga de que se haga algo. Las escuelas son a menudo las primeras en
notarlo, y, sin embargo, no recomendarán ayuda hasta que la situación no sea grave.
La autora cree que otra gran razón por la que los padres titubean en buscar ayuda es que piensan en la
terapia como un proceso continuo que involucra un largo periodo de tiempo, pero en general muchos
problemas pueden ser tratados de 3 a 6 meses de sesiones de una vez por semana.
Antes de empezar a trabajar con un niño se recibe a veces papeles referentes a él. Pero, solo se puede
manejar al niño con lo que él me presenta, ya que lo que está escrito en estos papeles es la percepción y a
menudo juicios injustos de otra persona. Se comenzará con el niño desde donde está con el terapeuta.
Si un niño es dócil y receptivo con el terapeuta, aunque los informes lo describan como agresivamente
vulgar, o los propios test lo muestren como defensivamente hostil, el terapeuta puede seguir
relacionándose con él en la forma en que es con el terapeuta en ese momento, la forma en que ahora
quiere ser. Se trata de un individuo multifacético que es capaz de mostrar muchas maneras de ser.
La primera sesión:
Generalmente, los padres llaman e intentan explicar el problema por teléfono, se les debe explicar que
cuando vayan a verlo con su hijo, quiero que me cuenten otra vez el problema, pero en presencia del niño.
Es importante que él esté presente, con el objeto de aliviar sus peores fantasías sobre lo que anda mal, el
niño siempre sabe que algo anda mal y con frecuencia imagina que es mucho peor de lo que es.
Sea lo que sea tiene que decirse adelante del niño. Así se pueden observar las reacciones del menor, la
dinámica entre padres e hijo y oír ambas partes. Este es también el inicio de poder establecer una relación
de confianza con el niño, él vera que el terapeuta es un participante justo e imparcial, interesado en todos.
Cuando la familia llega a la oficina, se le pide que alguno de ellos informe por qué han venido a verme.
Generalmente empieza la madre, después de las primeras frases la detengo y pregunto al niño si está de
acuerdo con lo que se ha dicho.
No preocupa si el niño no quiere hablar o dar su opinión en esa primera oportunidad, interesa tenerlo allí
para que vea bien, no se le habla con altivez, ni se lo ignora, ni actúa como si fuera un objeto para ser
analizado. Se intenta incluir al niño en todo, aunque sólo sea confirmando los hechos con él y haciendo
contacto visual.
También se identifica de quién es el problema. Si el niño concuerda en que existe un problema, hay que
saberlo por él. Si discrepa, hay que aclarar que uno está consciente de ello y que el problema no es suyo
sino de la escuela o de los padres. Esto alivia mucho al niño.
La autora no utiliza ficha de admisión en mi entrevista inicial. La “admisión” consiste en el proceso de la
primera sesión, donde los padres y el niño se reúnen para conversar la razón por la cual vinieron, es
preferible conocer al niño sobre la marcha.
Después que el problema es sacado a la luz y delimitado, frecuentemente se les pide a los padres que
esperen afuera mientras se conversa con el niño. Puede que se le diga que se intentará mejorar la
situación, que se harán algunas cosas entretenidas, que se descubrirán algunas cosas sobre él, y se espera
que él también lo haga, y algo sobre confidencialidad. Que se usarán algunas de las cosas de la oficina y se
conversará un poco sobre sentimientos. Otras veces pintaremos sentimientos.
En cuanto a los test, a veces se los usa como forma inicial de relacionarse, el Test Dibuja-Una-Persona y el
Test Casa-Arbol-Persona son tareas simples para que los niños la completen, la forma en que hace el dibujo
puede ser un indicador de cómo es en la vida o de como se siente en ese momento en la oficina.
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La autora comprende que la presentación del problema no es más que la presentación de un síntoma, y se
debe manejar lo que hay antes de ir más lejos.
Después de cada sesión se hacen algunas anotaciones sobre lo que se hizo, qué sucedió, sentimientos.
Estas notas no se comparten con los padres, pero a menudo se les lee a los niños, ellos tienen derecho a
saber lo que se dice o escribe sobre ellos si es que quieren saberlo.
Como es mi oficina:
La oficina es muy pequeña, incluye un pequeño diván, dos sillas, un par de mesitas bajas, también hay una
vieja y pesada mesa de café que se usa para pintar. Hay una alacena en donde se guardan tarros y frascos
de pintura, algunos diarios, toallas de papel, pinceles. Un armario con puertas de regular tamaño, donde se
guardan otros artículos de arte, juguetes y algunos libros. Hay una pizarra, un tablero para dardos y un
tablero de corchos para dispararle.
La oficina esta alfombrada, hay algunos cojines, no es el lugar ideal para trabajar, pero los chicos parecen
fascinados con el cuarto y se acomodan a él. La mayor parte del tiempo la autora permanece sentada en el
suelo, es informal y alegre.
El proceso Terapéutico:
Los niños en ocasiones llegan sabiendo qué medio quieren usar, a qué quieren jugar, o a veces con algo
que quieren decir sobre lo que les ha ocurrido desde la última vez que se vieron. No saben lo que desean
explorar, trabajar o descubrir acerca de sí mismos. Hay que proveer métodos para que los niños expresen
sus sentimientos, logren sacar a luz lo que tienen guardado adentro, y así manejar juntos ese material.
La mayoría de las técnicas que uso con los niños estimulan la proyección, la proyección es definida como
un mecansimo de defensa, una defensa contra daños al yo interior, pero la proyección también es la base
para toda la creatividad artística y científica. En general, no se hacen interpretaciones del material que
entrega el niño a través de las proyecciones.
Lo que se hace es ayudar al niño a abrir las puertas a la autopercepción y auto posesión, hay que ayudar al
niño a que empiece a aceptar lo que ha puesto a salvo “allá afuera”.
Las técnicas son numerosas. Uno debe tener presente que cada niño es un individuo único. No importa qué
técnica específica se use, un buen terapeuta permanece con el proceso que evoluciona con el niño. El
procedimiento o técnica es un mero catalizador. Dependiendo del niño y de la situación, cada sesión es
imprevisible.
Resistencia:
Con frecuencia los niños son reacios a hacer algunas de las cosas que se les pide. Cuando esto sucede, hay
que tratar de tomar en serio la resistencia, reconocerla. quiero pasar muy delicadamente a su alrededor.
Tan pronto como los niños están seguros de que nadie está tomando la actividad gravemente, por lo
general, se meten en ella. Algunos niños no son conscientemente resistentes.
Continuamente se intenta guiar al niño desde sus expresiones simbólicas y material de fantasía hasta la
realidad y sus propias experiencias de vida. Una de las técnicas más eficaces para ayudar a los niños a
superar sus bloqueos es lo que se ha denominado “modelar”. Si yo hago lo que he pedido a los niños,
también ellos lo harán.
Al igual que los adultos, los niños deben ser aceptados como son. Desde allí pueden empezar a avanzar
gradualmente a verse a sí mismos con mayor seguridad y dignidad.
Además de la renuencia del niño a participar en las técnicas de terapia, también existe una resistencia
inicial durante las primeras reuniones entre uno y el niño, traspasar ese tipo de resistencia es un proceso
muy sutil, difícil de expresar en palabras, involucra el propio sentido intuitivo.
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Uno debe comprender que los niños son resistentes y defensivos por buenas razones, ellos hacen lo que
tienen que hacer para sobrevivir, para protegerse. Han aprendido que deben hacer cuanto esté a su
alcance para cuidar de sí mismos, para protegerse de intrusiones. Nosotros debemos aprender a aceptar la
resistencia, no en forma defensiva u ofensiva, sino como algo corriente.
En algunos niños encontramos resistencia una y otra vez. El niño entrará en acción luego de la cautela
inicial, pero de cuando en cuando volveremos a chocar con su resistencia. Cada vez que llegamos a este
lugar, estamos haciendo progresos. En todo muro de resistencia hay una nueva puerta que se abre a
nuevas áreas de crecimiento. Cuando llegamos a un impasse, estamos siendo testigos del proceso en que
una persona renuencia a sus viejas estrategias y se siente como si careciera de apoyo. A menudo hace lo
imposible por evitarlo. El niño está al borde de una nueva forma de ser, de un nuevo descubrimiento.
Término:
Los niños no deberían estar en terapia por mucho tiempo. Generalmente, hay suficiente progreso en un
periodo de 3 a 6 meses como para justificar un término. Los niños llegan a una meseta en terapia, y éste
puede ser un buen lugar de detención. El niño necesita una oportunidad para integrar y asimilar los
cambios que se están produciendo como resultado de la terapia.
Hay claves para saber cuándo es tiempo de parar: la conducta del niño ha cambiado, según informa la
escuela y sus padres, de pronto se involucra en actividades externas, el niño generalmente espera con
ansias el momento de ir a las sesiones.
Es importante preparar a un niño para el término. Hay que manejar los sentimientos comprometidos al
despedirse. Algunos niños necesitan que les demos la seguridad de que podrán volver si es necesario.
Generalmente hay una sesión en presencia de los padres cuando estamos explorando la posibilidad de
terminar, y lo discutimos abiertamente.
El término no necesita tener un matiz de finalidad que implica su nombre, el término es simplemente llegar
a un lugar de detención, un final en ese momento.
A la autora no le gusta dejar de ver abruptamente a un niño, sugiere que se vean una o dos veces más, en
semanas alteradas. Se empieza a hablar de su época juntos y en lo que ha sucedido (una especie de tiempo
de evaluación).
Agresión:
A estos niños se los describe como “actuantes” (acting out), lo que implica un ataque al ambiente en
oposición a reprimirse. Actuante es otra etiqueta impropia, los niños pasivos, introvertidos, sometidos
también están actuando algo a su modo. Cuando un niño es llamado agresivo, rebelde, actuante, uno debe
estar consciente de que éstos son rótulos de juicios.
El niño que cae en conductas hostiles, intrusivas, destructivas suele ser alguien que tiene sentimientos de
ira, de rechazo, de inseguridad y angustia e incluso puede tener una mala opinión del yo que el conoce.
Es el medio ambiente el que perturba al niño, es provocado por el medio ambiente más que por sus
dificultades internas. De lo que él carece internamente es de la capacidad para enfrentarse a un medio que
lo enfurece y atemoriza, no sabe cómo manejar los sentimientos generados en su interior por ese medio
hostil y así cuando de algún modo ataca, lo hace porque no sabe que otra cosa hacer. Estas conductas, son
con frecuencia un intento desesperado de restablecer un contacto social.
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Tal niño rara vez es agresivo en la consulta. Se comienza sin mencionarle su agresividad, presentándole
algún tipo de actividad muy inofensiva para establecer una relación de confianza y credibilidad entre
nosotros dos. El niño agresivo llegara a indicar que es lo que le pasa.
En las primeras sesiones no se le habla al niño en forma confrontativa ni se tratan los problemas en forma
directa, más bien hay que manejarse con lo que surge en sus actividades artísticas o de juego. Por lo
general, la ira es lo primero que surge, y bajo ella puede haber una herida.
Ira:
La ira es un sentimiento normal. Los niños vivencian el arrebato de ira de los adultos, pero usualmente no
se acepta que los niños manifiesten su propia ira. A muy temprana edad aprenden a reprimir estos
sentimientos. Se reconocen cuatro etapas en el trabajo con la ira del niño:
- Darle métodos prácticos para expresar sus sentimientos de ira.
- Alentarlo a dar expresión emocional a esta ira ahí mismo, conmigo, en mi oficina.
- Darle la experiencia de ser verdaderamente directo y honestos con sus sentimientos de ira: decir lo
que quiere decir a la persona a quien necesita decírselo.
- Hablar con él sobre la ira: quién es, cómo la demuestra, qué hace cuando lo siente, qué lo enfurece
A los niños les cuesta mucha expresar la ira. Todos los sentimientos involucran el uso de la energía física
que se expresa mediante funciones musculares y corporales.
Hay muchas formas de expresar la ira aparte de dar puñetazos a un cojín como arrugar papeles, patear
almohada, correr alrededor de la manzana, etc. Lo que les preocupa a los niños son las reacciones de los
adultos que lo rodean y lo que parece ser necesario es permitirle al niño que tome conciencia de la ira, que
la conozca. Una de las cosas que a los niños le cuesta más aprender es como ser honestos con sus
sentimientos de ira, necesitan aprender a pedir directamente lo que quieren y a decir que les gusta y que
no.
El niño hiperactivo:
A este niño, puede que le cueste sentarse quieto, se revuelve, tiene que moverse mucho, habla
demasiado, puede que tenga modales irritantes, golpea a otros niños, es impulsivo, tiene mala
coordinación, es torpe, deja caer cosas, lo confunde e irritan los numerosos estímulos de su ambiente. Ello
trae como efecto secundario que los adultos no le tengan paciencia, que tengan pocos amigos. El niño es
humillado por los calificativos que se le aplican, generalmente su autoimagen es pobrísima, pero continúa
luchando por sobrevivir en un mundo que le parece hostil e injusto.
Los niños con hiperactividad a veces están esquivando sentimientos dolorosos. Un niño incapaz o reacio a
expresar sentimientos reprimidos puede tener dificultades para quedarse quieto, prestar atención y
concentrarse. Pasan constantemente de una cosa a otra y parecen incapaces de permaneces en alguna y
dedicarle toda su atención.
La autora encuentra que cuando trabaja con un niño considerado hiperactivo, rara vez se comporta así en
su consulta. Cuando estos niños logran la atención de alguien, se les escucha y se les toma en serio,
pueden minimizar de algún modo sus síntomas hiperactivos.
Estos niños tienen gran necesidad de vivenciar el retorno a sentir un sentido de sí mismo, cualquier
experiencia táctil y kinestésica promueve una nueva y vigorosa toma de conciencia del propio cuerpo y yo,
por lo que el masaje puede beneficiar enormemente a un niño hiperactivo.
Otro enfoque puede ser lo contrario a actividades sedantes y puntuales, la autora quiere que se fije en lo
que está haciendo para ayudarlo a que se dé cuenta y quizás reconocer lo que hace.
Todos los niños, especialmente los hiperactivos, necesitan la experiencia de elegir, la oportunidad de
ejercitar su libre albedrío y juicio en forma positiva. El responsabilizarnos por nuestra elección es una
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experiencia de aprendizaje y aparentemente, las elecciones simples no son con frecuencia fáciles para
estos niños.
El niño retraído:
El niño retraído quizás ha necesitado retirarse de un mundo que es demasiado penoso. Generalmente no
traen a terapia a niños callados o tímidos, se complacen con tales niños porque dan pocas molestias. El
problema sólo se evidencia cuando el niño empieza a exagerar su conducta tímida. A menudo, es un
solitario.
Los niños retraídos se refrenan, en algún tramo del camino aprendieron a mantener la boca cerrada,
alguien hablo demasiado y ellos captaron el mensaje, por lo que hay que acercarse al niño retraído con
delicadeza.
Las técnicas de expresión son especialmente útiles para el niño retraído no-verbalizador. Mediante ellas, él
empezará a comunicarse sin tener que renunciar a su silencio.
Un niño retraído está con frecuencia en un estado de aislamiento porque es incapaz de participar en una
comunicación interpersonal libre y segura. Le cuesta expresar sus sentimientos de afecto e ira. Se
mantiene en un plano seguro, evitando el riesgo de ser rechazado o lastimado. La espontaneidad no le es
familiar y dado que es poco comunicativo parece ser incapaz de expresarse, quizás falto de inteligencia y
obtuso.
Mientras mayor sea la persona, más difícil es traspasar los años y años de su muro de protección. Pero
haciendo un esfuerzo consciente, puede contrarrestar esto con su voluntad, su determinación de ser
diferente. El niño, en cambio, está inmerso en su necesidad de protegerse y con frecuencia no está
consciente de su estado de retraimiento.
Temores:
Los niños temen más de lo que percibimos, por cada temor que expresan hay muchos otros que se
guardan. Los padres gastan muchas energías en disculpar con explicaciones los temores de sus hijos, en
lugar de aceptar sus sentimientos, los niños aprenden a soterrar sus temores a fin de complacer a sus
padres o para no asustarlos con sus miedos.
Los niños necesitan hablar sobre sus miedos, todos sus temores necesitan ser reconocidos, aceptados,
respetados e incluso algunos temores infantiles se transforman en fobias: sus temores crecen en tal
proporción que sus esfuerzos para evitar las cosas que temen, interfieren enormemente en sus vidas.
El temor se revela en forma muy explícita a través del cuerpo.
A veces los niños expresan temor en alguna forma sin poder señalar específicamente algo que lo provoque,
es un sentimiento generalizado, vago e indiferenciado. Los dibujos constituyen un excelente medio para
llegar al temor.
A menudo el niño es incapaz de expresar a sus padres lo que siente porque también los padres pueden
estar muy perturbados por lo que sea que ha ocurrido y el niño siente que debe protegerlos.
Hay que enfrentar estas situaciones en forma directa, el incidente debe sacarse a la luz, ser conversado,
quizás reactuado simbólicamente.
Con frecuencia los niños ocultan bien sus sentimientos porque no quieren causar más pesadumbre y dolor
a sus progenitores. Sin embargo, no hay forma de proteger a los hijos de estos sentimientos, más viene
ellos tienen derecho a tener sentimientos y estos deben ser previstos, reconocidos, aceptados y
respetados.
Síntomas Físicos:
Un ejemplo del niño que se cuida a sí mismos es el mojador de cama. Algún tiempo atrás este niño fue
incapaz de expresar de algún modo lo que necesitaba, así que empezó a hacerlo de otra manera. Quizás si
no hubiera encontrado una forma de expresarse en mojar la cama, lo hubiera hecho desarrollando un
asma. No interesa establecer la causa original de las micciones nocturnas, de lo que se trata es de devolver
la responsabilidad del cuerpo a su dueño, es decir, el niño es responsable de orinarse en la cama. Hay que
ayudar al niño a aprender una manera más adecuada de expresar lo que sea que necesite expresar.
Es importante que los padres comprendan que la responsabilidad es del niño y no de ellos, es el quien
despierta en una cama mojada, los padres deben aprender que la micción nocturna no es un área de
premio o de castigo, aprobación o desaprobación.
Ayudar a los niños a percatarse de su cuerpo, es parte importante del procedimiento terapéutico con ellos,
conocer su cuerpo, y aprender a dominarlo y controlarlo es gratificante, excitante y esencial. El ultimo paso
es ayudar al niño a expresar sus sentimientos sobre la micción nocturna, es decir, el orinarse dormido
cesara a medida que él empiece a tomar el control de si mismo y encuentre nuevas formas de expresar sus
sentimientos.
El solitario:
Algunos niños solitarios son lo suficientemente hábiles como para mantenerse ocupados y encontrar su
propio camino, los solitarios ingeniosos no son los que van a terapia. Los que si van tienen algún problema
de presentación además de su soledad, no son tan hábiles, fastidian a sus padres, son hoscos, discutidores
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Soledad:
Los niños rara vez admiten sentirse solos. El proceso terapéutico parece bloqueado hasta que este
sentimiento se manifiesta abiertamente de algún modo. Los niños que se consideran mal adaptados a su
medio son especialmente solitarios.
Los niños, buscando a tientas su propia identidad, ciertamente no saben arreglárselas con su soledad
existencial. Los niños se sienten solos porque en el fondo se sienten diferentes y no están cómodos con su
propia particularidad. Sus conductas antisociales sirven generalmente para apartarlos y aislarlos aún más,
provocando por lo tanto un aumento de sus cubiertas protectoras y defensivas. Esto promueve un mayor
aislamiento, y así se perpetúa el ciclo.
Los niños se sienten frecuentemente desamparados y angustiados porque tienen dificultad para expresar a
alguien sus sentimientos de vacío y soledad. Los niños que van a terapia pueden ser consideras los
afortunados, pues tienen aquí la oportunidad de mostrar estos sentimientos.
Cada vez que los sentimientos quedan sin expresión, más se engrosa la muralla protectora o caparazón y el
sentimiento de soledad se infla tras la barrera.
Los niños cuyos sentimientos no son escuchados y reconocidos, se sienten solos. Sus sentimientos son su
esencia misma, su ser mismo, y si sus sentimientos son rechazados, también el niño se siente rechazado.
Enfrenta un mundo de personas que no permanecerán en contacto con él mientras exprese su sentimiento
de ira. Es castigado y evitado, y todo esto lo sume en el aislamiento.
Autismo:
Cathy Saliba dio cuenta que los niños daban a conocer sus necesidades prontamente, pero de maneras que
eran fácilmente ignoradas: las necesidades eran indicadas en forma más bien sutiles que interferían con la
estructura preparada de un programa.
Pareciera que las pautas con niños más normales también se pueden aplicar a los autistas. Empezar donde
está el niño. Permanecer con él. Seguir sus señales. Estar alerta a su proceso y a sus intereses (antes que a
los de uno). Traerlo de vuelta a su autopercepción una y otra vez proyectándole muchas actividades
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sensoriales (jugar con agua, arena, arcilla, pintar con dedos). El trabajo corporal es esencial (usando
colchonetas, haciéndoles masajes, “luchando” con ellos y estimulándolos a luchar entre sí).
Aunque este tipo de trabajo esté muy lejos de un nivel verbal, sin embargo, los sentimientos están ahí.
El aspecto más importante de esto es familiarizar al niño consigo mismo. Mientras más se contacten los
niños consigo mismos (sus sentidos, su cuerpo) y más autodescubrimientos realicen, más tranquilos se
ponen.
Culpa:
La culpa es generalmente ira o resentimiento retro flectado (ira vuelta contra uno mismo antes que
dirigida al blanco de la ira) Si la ira es expresada la culpa puede desaparecer o el niño puede sentirse
culpable de haberse enojado.
El resentimiento es compañero de toda culpa. Si el niño no puede expresar su ira y se siente culpable se
resiente con el adulto. Junto con el resentimiento, hay una demanda inexpresada, por ejemplo, que el
padre sea más tolerante a su volcamiento de leche.
La ira, la culpa, el resentimiento y la autoincriminación se tornan difusos y se mezclan con la autoimagen
del niño. Hace lo imposible por agradar y se asimila a todos los que le rodean, deja de sentirse diferenciado
de las personas de su mundo, perdiendo su sentido del yo y de sus derechos.
El niño necesita experimentar con la expresión de su ira, sus sentimientos y demandas. Mientras mas
directo pueda ser el niño con sus sentimientos de ira, menos culpa acumulará para debilitarlo e
inmovilizarlo.
médico en un batallón de zapadores. Recordó esta experiencia como lo más traumático de su vida. Tras la
guerra, continuo sus estudios. En 1920 conoce al filósofo Friedlaender, cuya influencia será determinante.
Cuando comienza su propio análisis, se fascina por el psicoanálisis y piensa en convertirse en analista, de
hecho, en 1928 se establece en Berlín como psicoanalista. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se alista
como médico en la Armada.
Con cincuenta años decide establecerse en EEUU y allí conoce a Paul Goodman, quien publica años más
tarde “Gestalt Therapy”. En 1952 los Perls fundan el Gestalt Institute en Nueva York. Viaja por todo el país
haciendo grupos y demostraciones de terapia Gestalt. A los sesenta y tres años tiene una experiencia que
define como un despertar completo. Años más tarde pasa un tiempo viviendo en Israel, lo cual significo
una profunda transformación a través del trabajo sistemático sobre sí mismo bajo los efectos del LSD.
Puede hablarse de un antes y un después de este hito en la maduración personal y profesional de Fritz.
4. La velocidad del trabajo no es arbitraria (el crecimiento y maduración tienen su propio ritmo y no
pueden acelerarse)
5. Es preciso tolerar los rodeos.
6. El proceso es reciproco
El psicoanálisis:
Sería más certero considerar a Perls como un neo freudiano que como un seguidor de la Psicología de la
Gestalt. Se formó como psicoanalista y lo ejerció por veinte años. Seguramente por esta devoción inicial al
psicoanálisis y a su creador, no perdono la frialdad con que Freud le recibió en 1936. Esperaba un
reconocimiento que no tuvo y a partir de ahí su relación con la teoría psicoanalítica será controvertida. Esta
oposición le ayudo a encontrar su propio camino. Las divergencias más notables son:
- El inconsciente. No es tanto que Perls lo niegue, sino que propone abordarlo por otras vías. Se ha
dicho, que el concepto de “darse cuenta” gestáltico corresponde al concepto freudiano del
preconsciente y no al de inconsciente. A un gestaltista le interesa más lo que la otra persona sabe o
siente de sí que lo que ignora. Y en cualquier caso esto se aborda escuchando al cuerpo, a la
emoción, a los fenómenos de superficie observables en el momento, no a través de la técnica
psicoanalítica.
- Perls no acepta la primacía de la sexualidad infantil ni de la represión en el origen de la neurosis, le
otorga más importancia las necesidades orales y cutáneas (hambre y necesidad de contacto), así
como a los inconcluso (lo prohibido por el entorno) como sinónimo de neurótico, de conflicto entre
el organismo y el medio. Tampoco acepta la universalidad del complejo de Edipo ni la angustia de
castración.
- No considera la transferencia como motor de la cura sino como un rodeo inútil. La neutralidad del
analista le resulta menos eficaz que una actitud activa que le devuelva al paciente sus proyecciones,
le confronte con su ceguera actual en la relación terapéutica y le apoye en su espontaneidad.
- La resistencia no es tanto algo a derribar sino una fuerza creativa a recuperar favorablemente. Perls
abogaba por convertirla en asistencia.
En general, Perls aporta una visión más confiada del impulso, del cuerpo, del movimiento y de la emoción.
Desconfía más de la palabra y de la racionalización.
En el texto se resaltan especialmente tres influencias importantes sobre Perls:
perturbaciones emocionales originadas en el pasado ahora son mantenidas por una falsa identidad. Si una
persona puede entender como en este preciso instante está enterrando a su verdadero sí mismo, puede
liberarse.
Horney relativizo la importancia de los primeros años de la infancia: consideraba que hablar del pasado
podía servir como resistencia a enfrentare a los problemas más actuales e insistía en que el recuerdo no
era la meta de la terapia. Posiblemente la mayor contribución es describir los efectos de las exigencias
culturales en la producción de neurosis. También se la considera como una precursora de la psicología
humanista.
El teatro:
Fritz tenía afición al teatro, en parte debido a la influencia de su madre. Max Renhardt fue su primer
maestro, él y el teatro fueron la salvación del joven Fritz. Otro de los intereses que mantuvo toda su vida
fue la danza, o más extensamente, la expresión a través del movimiento.
sentimientos. Sus nociones básicas han sino adoptadas por muchos enfoques, por ejemplo, el concepto de
encuentro, la noción de empatía, la insistencia en el aquí y ahora. Se afirma que el desempeño y el cambio
de roles, la silla vacía y el monodrama son elementos que Perls tomo de Moreno.
Los elementos del psicodrama son: el escenario, lugar de la representación, el protagonista, miembro del
grupo que escenifica algún problema o situación conflictiva, el director de la escena, que por lo general es
el terapeuta y es quien organiza el feedback grupal; los yoes auxiliares, los coactores que desempeñan los
roles asignados por el protagonista; y por último la audiencia que es el público resonador que aporta su
feedback posteriormente. El trabajo se desarrolla en tres etapas, el caldeamiento inicial, la dramatización y
los comentarios finales.
En relación con la terapia Gestalt, ambos métodos comparten el sustrato filosófico, la actitud terapéutica
(una relación igualitaria, desestimando la transferencia en favor de la relación autentica aquí y ahora),la
importancia de la movilización corporal, así como la espontaneidad y la creatividad, la exploración de las
emociones no expresadas a través de actualizar la escena o la situación pendiente y el uso del grupo como
contraste, confrontación o ampliación de la conciencia del protagonista. En diferencia, por ejemplo, en la
terapia Gestalt no se utilizan yoes auxiliares, Fritz prefería que el propio paciente jugara los diversos
papeles.
También la técnica de desdoblaje es una aportación del psicodrama. El doble se sitúa tras el protagonista,
actúa como él y en momentos habla en su lugar. La función es aumentar la conciencia del protagonista y
ayudarle a expresarse. En conclusión, hay más similitudes en la actitud terapéutica y en la comprensión del
proceso, que, en el despliegue técnico, aunque hay técnicas semejantes. El énfasis en la espontaneidad y
en la expresividad es sin duda lo que más comparten.
Fenomenología y existencialismo:
La filosofía de principios de siglo reacciona contra el pensamiento de la época (materialismo y positivismo)
con la fenomenología o filosofía de la esencia, y el existencialismo o filosofía de la vida, de la existencia.
Como fundador de la fenomenología, Husserl (1859-1937) distingue entre sujeto, objeto y conciencia. La
conciencia, el darse cuenca, es un acto, una vivencia que no puede confundirse ni con el objeto ni con el
sujeto. Esta corriente filosófica propone partir de lo manifiesto, de los fenómenos (aquello que aparece,
que s dado a la conciencia en un momento determinado) y su interés se centra en describir las vivencias de
tal conciencia. Para llegar a la esencia de las cosas, el camino es la descripción de la experiencia inmediata.
Cualquier fenómeno humano ha de observarse teniendo en cuenta la situación externa en que se da, así
como los procesos internos del sujeto particular.
La fenomenología es anti analítica. Se regresa del discurso de las cosas, a las cosas mismas. El pensamiento
gestáltico comparte los mismos criterios descriptivos, así como la interdependencia del objeto y del sujeto.
El existencialismo acentuó este entendimiento del ser humano como un “ser en situación”, un “ser en el
mundo” y el valor de la existencia en sí misma y por sí misma. La filosofía existencialista se remonta a
Kierkegaard y a Nietzsche. Más que por los valores absolutos, el existencialismo se interesa por el hombre
real en su existencia genuina y desnuda. La esencial de este hombre, en su temporalidad y su finitud, no es
sino aquello en lo que se convierte cada vez en virtud de su obrar. La responsabilidad y la libertad hacen
posibles la dignidad humana. Todos estos principios resultan afines al a terapia Gestalt.
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En la introducción de su primera obra, Perls alude a los nuevos instrumentos intelectuales: el holismo
(concepción de campo) y la semántica (el significado del significado) con los que se va a oponer al
pensamiento psicoanalítico.
El holismo de Smuts:
Jan Smuts (1870-1930) fue un amigo personal de Perls. Acuña el término de holismo (del griego holos:
totalidad) y defina la evolución como el desarrollo y la estratificación graduales de series progresivas de
totalidades que se extienden desde lo inorgánico hasta los niveles más elevados de la creación espiritual.
Smuts reacciona contra el viejo principio de causa-efecto y contra la idea de evolución basada en el
desarrollo de lo ya dado y por lo tanto predeterminada, proponiendo la idea de evolución creadora.
El holismo no solamente es creador sino auto creador: sus estructuras finales son mucho más holísticas que
las iniciales. Las totalidades naturales siempre se componen de partes y es la síntesis (no la suma) de estas
partes lo que constituye el todo. Cada totalidad se incluye en otra mayor, del átomo y la célula a la
personalidad y el universo.
Para resumir lo dicho, se retoma la formula con que Naranjo sintetiza el hacer gestáltico para incorporar en
ella las aportaciones e influencias de las que se ha estado hablando. Esta fórmula conjuga la actitud del
paciente y la del terapeuta en el marco de la relación:
En la primera parte, que se puede considerar como las tareas del paciente, se encuentra la conciencia, el
objetivo del gestaltista es promover y ampliar la capacidad del darse cuenta. Con respecto a la
espontaneidad, emparenta con la expresividad de las técnicas teatrales y con Moreno, como el primero
que aplico estas herramientas al trabajo psicoterapéutico. Entre las tareas del terapeuta, el apoyo, que fue
la base del enfoque rogeriano. La confrontación, es un aporte original de Perls y la Gestalt le confiere una
importancia determinante. Remite a algunas tradiciones espirituales donde el maestro zen o el chamán,
por ejemplo, utilizan de forma activa la quiebra del auto concepto y la denuncia de los juegos falsos. Y todo
ello en el marco de una relación, en el encuentro, en la experiencia puntual, que, dentro del
existencialismo, ha resaltado Buber y también resuena en el holismo de Smuts.
La primera premisa de este enfoque dice así: es la organización de hechos, percepciones, conducta y
fenómenos y no los elementos individuales de los cuales se componen, lo que los define y les da su
significado específico y particular.
Este concepto fue desarrollado originalmente por un grupo de psicólogos alemanes que trabajaban en el
campo de la percepción. Ellos demostraron que el hombre no percibe las cosas como entidades sin relación
y aisladas, sino que más bien las organiza, mediante el proceso perceptivo, en totalidades significativas. Por
ejemplo, una persona que entra en una sala llena de gente no percibe meramente manchones de color y
movimiento, caras y cuerpos. Percibe la sala y las personas como una unidad, en la cual un elemento
seleccionado de los muchos ahí presentes resaltan mientras los demás retroceden al fondo. La elección del
elemento que va a resaltar es el resultado de muchos factores, todos los cuales pueden juntarse bajo el
termino general interés. Mientras hay interés, la escena aparece organizada de un modo significativo.
La escuela de psicología que surgió de este tipo de observaciones se llama Psicología de la Gestalt. (La
palabra Gestalt o Guestalt significa al mismo tiempo: forma, estampa, figura y estructura. El
“guestaltismo”, que inicialmente fue una escuela psicológica dedicada al estudio de la percepción, se
propone aprehender los fenómenos psíquicos en su totalidad, sin disociar los elementos del conjunto en
que se integran y fuera del cual pierden su significado. El proceso central de la percepción sería la
formación de una guestalt, denominada también pareja figura-fondo). Una Gestalt es una configuración,
una forma, la forma particular en que se organizan las partes individuales que la constituyen. La premisa
básica de la psicología de la Gestalt es que la naturaleza humana se organiza en formas o totalidades y es
vivenciada por el individuo en estos términos y puede ser comprendida únicamente en función de las
formas o totalidades de las cuales se compone.
Homeostasis
Toda la vida y todo el comportamiento son gobernados por el proceso denominado homeostasis o
adaptación. El proceso homeostático es el proceso mediante el cual el organismo mantiene su equilibrio y
por lo tanto su salud, en medio de condiciones que varían. Homeostasis es el proceso mediante el cual el
organismo satisface sus necesidades.
Podemos llamar al proceso homeostático el proceso de autorregulación, proceso mediante el cual el
organismo interactúa con su ambiente.
El organismo también tiene necesidades de contacto al igual que necesidades psicológicas. Estas se
experimentan cada vez que el equilibrio psicológico se perturba, al igual que las necesidades fisiológicas se
sienten toda vez que el equilibrio fisiológico se ve perturbado. Estas necesidades psicológicas son lo que
podríamos llamar la contrapartida psicológica del proceso homeostático. Los procesos psicológicos no
pueden divorciarse de los fisiológicos; cada uno tiene elementos del otro.
¿Qué ocurre si varias necesidades se hacen presentes simultáneamente? El organismo sano opera dentro
de lo que podríamos llamar una jerarquía de valores. Ya que es incapaz de hacer adecuadamente más de
una cosa a la vez, se dedicará atender la necesidad de sobrevivencia dominante.
En términos de la psicología de la Gestalt, podemos decir que la necesidad dominante del organismo se
convierte en la figura en primer plano, y las demás necesidades retroceden, al menos temporalmente, al
fondo.
Para que el individuo satisfaga sus necesidades, para crear o completar la Gestalt, tiene que ser capaz de
sentir lo que necesita y debe saber cómo manejarse a sí mismo y a su ambiente.
La doctrina holística:
El hombre es un organismo unificado.
El pensar no es la única actividad mental a la cual nos dedicamos. La mente tiene además otras funciones.
Tenemos la función de atención. También hablamos de la capacidad de darse cuenta (awareness). El darse
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cuenta es más difuso que la atención, implica una percepción relajada en lugar de una percepción tensa,
llevada a efecto por la persona total. Y hablamos de voluntad. Aquí el área de atención o de darse cuenta
es altamente restringida y la persona se focaliza en iniciar y llevar a cabo una serie de acciones dirigidas a
lograr ciertos objetivos específicos. En cada una de estas actividades mentales, la relación entre lo que
hacemos y lo que pensamos es muy clara.
El pensar incluye toda una gama de actividades: soñar, imaginar, teorizar, anticipar, utilizar al máximo la
capacidad de manejar símbolos. Llamamos a toda esta actividad fantasía en lugar de pensar.
La actividad mental actúa para el individuo como un ahorrad de tiempo, energía y trabajo. Cuando yo
fantaseo o dirijo mi atención a un problema, utilizo una pequeña parte de mi energía disponible
internamente para producir una cantidad mayor de energía corporal o externa eficientemente distribuida.
Pensamos acerca de problemas en la fantasía para poder resolverlos en la realidad. (Por ejemplo, una
persona en lugar de irse al supermercado sin tener idea de lo que va a comprar, decide con anterioridad
qué necesita y así puede actuar más eficientemente). La actividad mental parece ser actividad de la
persona total que se lleva a cabo en un nivel energético inferior al de aquellas actividades que
denominamos físicas. Inferior porque requieren de menos gasto de sustancia corporal.
El organismo actúa y reacciona al ambiente con mayor o menor intensidad; a medida que la intensidad
disminuye el comportamiento físico se convierte en comportamiento mental. A medida que la intensidad
aumenta, el comportamiento mental, se convierte en comportamiento físico.
Esta concepción de la vida humana y de la conducta que se considera compuesta de niveles de actividad,
nos permite ver el lado mental y físico del comportamiento humano, no como dos entidades
independientes que podrían existir aparte de los seres humanos o de uno y otro, sino que contempla al ser
humano tal cual es, como un todo.
Así, llegamos a introducir en la psicología el concepto de campo unificado: concepto holístico.
En sicoterapia, este concepto nos da una herramienta para tratar con el hombre en su totalidad. Ahora
podemos ver como se imbrican sus acciones mentales y físicas. Lo que el paciente hace es una clave de lo
que piensa y lo que piensa da claves de lo que hace y lo que le gusta hacer. Entre los niveles de pensar y
hacer hay una etapa intermedia, la etapa de “jugar a” muchas cosas. Con tan solo conseguir que preste
atención a sus acciones, a sus fantasías y a su representar roles, él mismo llegará a saber su significado. El
mismo proveerá sus propias interpretaciones.
Por medio de la experiencia de sí mismo en los tres niveles descritos; del fantasear, de representar roles y
del hacer, irá llegando a un entendimiento de sí mismo. La sicoterapia deja de ser así una excavación del
pasado en términos de represiones, conflictos edípicos y escenas primarias, sino que se convierte en una
experiencia de vivir en el presente. En esta situación de vida, el paciente aprende por sí mismo cómo
integrar sus pensamientos, sus sentimientos y sus acciones ya no únicamente en la sala de consulta, sino
en su vida cotidiana.
Límite de contacto:
Ningún individuo es autosuficiente; el individuo puede existir únicamente en un campo ambiental. Su
comportamiento es función del campo total que lo incluye tanto a él como a su ambiente. La naturaleza de
la relación entre él y su ambiente determina su conducta. Si la relación es mutuamente satisfactoria, el
comportamiento del individuo es lo que llamamos normal. Si la relación es conflictual, el comportamiento
del individuo es descrito como anormal. El ambiente no crea al individuo, como tampoco el individuo crea
al ambiente.
El estudio del modo como el ser humano funciona en su ambiente es el estudio de aquello que ocurre en el
límite de contacto entre el individuo y su ambiente. Es en este límite de contacto donde ocurren los
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eventos sicológicos. Nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestra conducta y nuestras emociones
son nuestro modo de vivenciar y enfrentar los acontecimientos de límite de contacto.
Actuamos mediante dos sistemas: el sistema sensorial y el sistema motor. Pero el organismo contacta al
mundo con los dos. Su sistema sensorial le da una orientación y su sistema motor le da los medios para
manipular. Ambos son funciones del ser humano total. Para satisfacer sus necesidades, el organismo tiene
que encontrar sus suplementos necesarios para su sobrevivencia en el ambiente. El sistema de orientación
descubre lo que es requerido: una vez que este sistema ha hecho su tarea, el organismo tiene que
manipular el objeto que necesita de tal modo que el balance organísmico se restablezca, la guestalt se
complete.
Si ocurriera que, por alguna perturbación en el proceso homeostático, el individuo es incapaz de percibir
sus necesidades dominantes o de manipular el ambiente para lograr satisfacerlas, entonces se comportara
de un modo desorganizado e inefectivo. Intentará hacer demasiadas cosas a la vez.
El neurótico ha perdido (o tal vez nunca tuvo) la capacidad de organizar su comportamiento de acuerdo a
una jerarquía indispensable de necesidades. No puede concentrarse. En terapia, tiene que aprender a
distinguir de entre las miles de necesidades y de cómo atenderlas sucesivamente. Tiene que aprender a
descubrir y a identificarse con sus necesidades. Tiene que aprender como comprometerse totalmente con
lo que está haciendo y en todo momento; como quedarse junto a una situación el tiempo suficiente para
completar la guestalt y seguir adelante con otros asuntos.
Además de necesidades y un sistema de orientación y de manipulación con los cuales lograr la satisfacción,
el individuo tiene actitudes hacia aquellas cosas existentes en el ambiente que pueden facilitar o
entorpecer su búsqueda de satisfacción. Los objetos se convierten en figuras. De aquellos que son
deseables porque ayudan a satisfacer las necesidades del individuo y a restaurar su equilibrio perturbado,
se dice que poseen una catexis positiva. Se dice que tienen catexis negativa aquellos objetos que son
indeseables, amenazantes para el individuo, o tienden a perturbar su equilibrio, o no logran satisfacer sus
necesidades.
El individuo quiere apropiarse o ganarse aquellos objetos o personas en el ambiente que tienen una catexis
positiva. Al tratar de adquirir los objetos con catexis positiva, el individuo contacta su ambiente, va hacia lo
que lo rodea. A los objetos con catexis negativa los quisiera aniquilar o remover del campo. Esto es
aplicable tanto a nuestra fantasía como también al mundo real. Además de estos métodos de destrucción,
podemos encarar la situación y al objeto con catexis negativa, por medio de la aniquilación mágica o
fugándose del campo del peligro. Ambos son medios de retraerse o retirarse.
No todos los contactos son sanos ni todo el retraerse es enfermo. Una de las características del neurótico
es que ni pueden establecer un buen contacto ni puede organizar su retiro. Cuando debiera estar en
contacto con su a ambiente, su mente está en otra cosa, de modo que no puede concentrarse (por
ejemplo, el insomnio, el aburrimiento).
El contacto y el retiro son opuestos dialecticos; forman parte de la personalidad integral. Son descripciones
de los modos como enfrentamos eventos sicológicos, son los modos que tenemos para tratar en el límite
del contacto con objetos en el campo.
Cuando el objeto catexial, ya sea su catexis positiva o negativa, ha sido apropiado o aniquilado, conectado
o alejado, entonces tanto el cómo la necesidad con la cual está asociada desaparecen del ambiente; se dice
que la guestalt está cerrada.
Este “contactarse con” y “retirarse del” ambiente, esta aceptación y rechazo del ambiente, son las
funciones más importantes de la personalidad integral. Son los aspectos positivos y negativos de los
procesos sicológicos mediante los cuales vivimos.
El contactar el ambiente es en cierto sentido la formación de una guestalt. El retraerse es cerrarla
completamente.
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Ya tenemos la jerarquía de necesidades, el equipo necesario –sensorial y motor- para satisfacerlas, las
catexis negativas y positivas del campo, el contacto y el retiro. Esto nos trae a la cuestión de la fuerza
básica que energiza toda nuestra acción. Esa fuerza es la emoción. Las emociones energizan la catexis y
movilizan los medios que tenemos para satisfacer necesidades.
La neurosis es la enfermedad que surge cuando de alguna manera el individuo interrumpe los procesos en
transcurso de su vida, cargándose a sí mismo con tantas situaciones inconclusas que llega un momento en
que no puede continuar con el proceso de vivir. Otra cosa del neurótico es que su ritmo de contacto retiro
está descompuesto. No puede decidir por sí mismo cuando participar y cuando retirarse, porque todos los
asuntos inconclusos de su vida, todas las interrupciones de los procesos en transcurso han perturbado su
sentido de la orientación y ya no puede distinguir entre aquellos objetos o personas en el ambiente que
tienen una catexis positiva de aquellos que tienen una catexis negativa; ya no sabe ni cuándo ni de que
retirarse. Ha perdido su libertad de elección, no puede escoger medios apropiados para cumplir sus metas,
porque ya no tiene la capacidad de ver las opciones que tiene por delante.
Introyección:
La introyección es el mecanismo neurótico mediante el cual incorporamos dentro de nosotros mismos,
patrones, actitudes, modos de actuar y pensar que no son verdaderamente nuestros. En la introyección
hemos corrido el límite entre nosotros y el resto del mundo tan demasiado hacia dentro de nosotros
mismos que casi no queda nada de nosotros.
El peligro de la introyección es doble. En primer lugar, el hombre que introyecta nunca tiene la
oportunidad de desarrollar su propia personalidad porque está ocupado asegurando los cuerpos extraños
alojados dentro de su sistema; mientras mayor es el número de introyectos con que se ha aparejado,
menos lugar hay para que él se exprese y descubra lo que él mismo es. Y, en segundo lugar, la introyección
contribuye a la desintegración de la personalidad. Si uno se traga enteros dos conceptos incompatibles uno
podrá encontrarse a sí mismo hecho pedazos en el proceso de tratar de reconciliarlos.
Proyección:
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Confluencia:
Cuando el individuo no siente ningún límite entre el mismo y el ambiente que lo rodea, cuando siente que
es uno con él, se dice que está en confluencia con el ambiente. Las partes y el todo se hacen indistinguibles
entre sí. Los niños recién nacidos viven en confluencia. En momentos de éxtasis, la gente adulta también se
puede sentir confluyendo con su ambiente. El ritual exige este sentido de confluencia donde los límites
desaparecen y el individuo se siente más el mismo debido a que está identificado con el grupo. Pero
cuando este sentido de identificación total es crónico y el individuo es incapaz de ver la diferencia entre el
mismo y el resto del mundo, esta sicológicamente enfermo. No puede vivenciarse a sí mismo pues ha
perdido todo sentido de sí mismo.
La persona en la cual la confluencia es un estado patológico, no se da cuenta del límite entre sí mismo y los
demás. El hombre que está en confluencia patológica hace un ovillo de sus necesidades, sus emociones y
sus actividades, resultando una confusión tal que ya no se da cuenta de qué es lo que quiere hacer ni cómo
se lo está impidiendo. La confluencia patológica tiene también serias consecuencias sociales; en la
confluencia, se exige similitud y se niega la tolerancia de las diferencias.
Retroflexión:
Significa “Volverse atrás intensamente en contra”. El retroflector sabe cómo trazar una línea demarcatoria
entre él y el ambiente y dibuja una línea clara y nítida por la mitad, pero la traza por el medio de sí mismo.
El introyector hace lo que los demás quieren que haga, el proyector le hace a los demás lo que el acusa a
los demás de hacerle a él, el hombre en confluencia patológica no sabe quién le está haciendo qué cosa a
quién, y el retroflector se hace a si mismo lo que le gustaría hacer a otros.
Tal como la introyección se muestra en el uso del pronombre “yo” cuando realmente significa “ellos”; tal
como la proyección se muestra en el uso del “ellos o ello” cuando el significado real es “yo”; tal como la
confluencia se muestra en el uso del pronombre “nosotros” cuando el significado real es cuestionable; así
la retroflexión se muestra en el uso de “yo mismo”.
El retroflector dice “tengo vergüenza de mí mismo” “tengo que forzarme a mí mismo para hacer este
trabajo”.
La confusión en la identificación es la neurosis. Su marca de fábrica es la desintegración de la personalidad
y la falta de coordinación en el pensamiento y la acción. La terapia consiste en rectificar las falsas
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una base de operación más amplia. Nuestra definición más amplia no nos lleva a la búsqueda de una causa
única para la conducta neurótica.
Si la terapia es exitosa, dejará al paciente apoyándose en sí mismo, ya no a merced de fuerzas ajenas que él
no puede controlar. Muchas de las dificultades del neurótico se relacionan con su incapacidad de darse
cuenta, sus puntos ciegos, las cosas y relaciones que sencillamente no llega a sentir. Y, por lo tanto, en
lugar de hablar del inconsciente preferimos hablar acerca de lo que en este momento no nos damos
cuenta.
La capacidad de darse cuenta (awareness) y la incapacidad de darse cuenta (unawareness) no son
exclusivamente procesos mentales. En una criatura tan compleja como el hombre, las áreas de incapacidad
de darnos cuenta son bastante amplias. No nos damos cuenta de nuestros procesos vegetativos, de las
fuerzas que nos hacen respirar, comer y excretar. No nos damos cuenta de muchos de los procesos del
crecimiento. Pero al igual que nuestras áreas donde somos incapaces de darnos cuenta son amplias,
también lo son las áreas donde realmente somos capaces de darnos cuenta.
Una escuela de psicoterapia que tiene un planteamiento unitario ante el organismo unitario que es el
hombre, no puede ocuparse únicamente del material mental. Debe ocuparse de la configuración total de la
conducta y debe además intentar hacer que el paciente se percate de la configuración total como sea
necesario para su salud. Por lo tanto, nosotros hacemos hincapié en las áreas del sí mismo en que se da
cuenta el paciente, en lugar de aquellas de las cuales no se da cuenta. Nuestra esperanza es aumentar
progresivamente su capacidad de darse cuenta en todos sus niveles.
Lo que es activo en terapia no es lo que ha sido sino lo que no ha sido. Lo que ha sido ya es una situación
concluida. La situación inconclusa, que es el fracaso del progreso desde tener apoyo ambiental al
autoapoyo, es la herencia del pasado que se queda en el presente.
El apoyo pleno del sí mismo –superar la necesidad de apoyo ambiental- puede venir únicamente mediante
el uso creativo de las energías que están comprometidas en los bloqueos que impiden el autoapoyo. En
lugar de permitir que nuestros pacientes se vean a sí mismos pasivamente transfiriendo del pasado,
tenemos que introducir la mentalidad de la responsabilidad.
Debemos usar el mismo enfoque con los sueños. El sueño parece ser un intento de encontrar la solución a
una aparente paradoja; es una creación artística. Para darle sentido a un sueño, hacemos bien al no
interpretarlo. En lugar de especular acerca de él, le pedimos a nuestros pacientes que lo vivan más
extensamente e intensamente para descubrir la paradoja. Para intensificar el sueño, el paciente tiene que
estar abierto a muchas más cosas que a las meras interpretaciones verbales y a lo que se le viene a la
cabeza; tiene que admitir también las sensaciones, las emociones y los gestos. Solamente podrá integrar el
sueño y llegar a la solución de la paradoja mediante una reidentificación en particular con los aspectos
interferentes de su sueño.
3. El retroflexor: abandona cualquier tentativa de influir sobre el medio, convirtiéndose en una unidad
aislada y autosuficiente, impone severas restricciones al tráfico entre el ambiente y el. El sujeto
vuelve contra sí mismo lo que querría hacerle al otro, o se hace a si mismo lo que querría que otro
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4. El deflexor: actúa con relación a su ambiente a la buena de Dios, salga mal o salga bien, pero
generalmente sale mal y solo por casualidad acierta. Es una maniobra tendiente a soslayar el
contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo
tomando las cosas a risa, evitando mirar al interlocutor, hablando de forma abstracta, yéndose por
las ramas, saliendo con ejemplos que no vienen al caso, etc. La acción no da en el blanco pierde
fuerza y efectividad. El deflector no cosecha los frutos de su actividad. Simplemente no pasa nada,
aunque hable se siente impasible o incomprendido, sus interacciones no cumplen lo que cabría
esperar. Su incapacidad de llegar al interlocutor malogra el mensaje, aunque lo transmita en forma
valida y precisa. En la deflexión hay un bloqueo en el contacto, aunque la deflexión es
auto limitadora, puede resultar útil. Hay situaciones demasiado candentes para manejarlas y de las
que conviene apartarse.
5. El confluyente: sigue los caminos trillados, lo que supone un gasto mínimo de energía en elección
personal. Es la ilusión que persiguen quienes prefieren limar diferencias a fin de atemperar la
experiencia desquiciadora de la novedad y la alteridad. La confluencia es base precaria para una
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relación. El sentido de sí mismo se mantiene como figura, y permanece definido por la afirmación
personal y la clara conciencia que el sujeto tiene de sí y del ambiente. La confluencia puede estar
centrada en dos personas que consienten en no disentir, un contrato inarticulado, que suele tener
clausulas ocultas y mucha letra menuda, aunque posiblemente no lo sepa más que una de las
partes. Dos claves de las relaciones confluentes perturbadas son los frecuentes sentimientos de
culpa o de rencor. Si una de las partes advierte que ha violado la confluencia se siente obligada a
disculparse o a pagar una indemnización por incumplimiento del contrato. Quizás ignore porque,
pero tiene la sensación cabal de haber delinquido y cree que se impone la reparación, la expiación o
la pena. El sentimiento de culpa es una de las grandes señales de que se ha roto la confluencia. La
parte contraria, la que se siente víctima, experimenta una virtuosa resignación y amargo
resentimiento. Ajustara sus conductas y sus actos a lo que cree que la sociedad exige, no se
permitirá otros pensamientos, no persiguiera otros objetivos o ideales que aquellos que la sociedad
aprueba. No hay compensación intrínseca en lo que hace, ya que sus actos están determinados por
otro ser desconocido, presuntamente capaz de valorizarlos, no hace las cosas porque les guste. Los
antídotos de la confluencia son el contacto, la diferenciación, y la enunciación clara. El sujeto debe
empezar a experimentar elecciones, necesidades y sentimientos que son exclusivamente suyos y
que no tienen por qué coincidir con los de las otras personas. Atendiendo a las propias necesidades
y enunciándolas con claridad, uno descubre cuáles son sus direcciones personales exclusivas y
puede obtener lo que desea.
Contacto:
Yo no soy ya solamente yo, sino que yo y tu somos ahora nosotros, tu o yo podemos disolvernos. Al
conectarme contigo, expongo mi existencia independientemente, solo a través de la función de contacto
pueden lograr completo desarrollo nuestras identidades. La vida requiere contacto en todo momento y en
múltiples formas.
El contacto es la conciencia de las novedades asimilables y el comportamiento correspondiente hacia ellas
y el rechazo de la novedad inasimilable. Lo que invade, lo que se mantiene siempre igual o lo indiferente no
es objeto de contacto.
El contacto es la savia vital del crecimiento, el cambio es producto forzoso del contacto. El contacto es
implícitamente incompatible con el hecho de seguir siempre igual. Es una cualidad de la que a menudo no
se tiene conciencia, como no se la tiene de la gravedad al caminar o permanecer de pie. El contacto es mas
que la suma de todas las funciones posibles que intervienen en él.
El contacto se extiende a la interacción con las cosas inanimadas: mirar un árbol, o una puesta de sol,
escuchar el rumor de una cascada o el silencio de una gruta son formas de contacto y también se puede
entablarlo con recuerdos e imágenes, experimentándolos aguda y plenamente.
El contacto ocurre en una frontera donde se mantiene un sentido tal de separatividad que la unión no
amenaza avasallar a la persona. Cuando y dondequiera que surge a la vida una frontera se la siente a la vez
como contacto y como aislamiento. La frontera en la que puede entablarse el contacto es un centro de
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energía permeable y pulsátil. La frontera de contacto es esencialmente el órgano de una relación particular
entre el organismo y el ambiente, es el punto en que uno experimenta el yo en relación con lo que no es el
yo, y a través de este contacto ambos se experimentan mas claramente, las fronteras, los lugares de
contacto, constituyen el Ego.
El contacto supone no solo un sentido del propio yo, sino el sentido de cuanto afecte esa frontera, va
amenazándola, ya incorporándose a ella.
La persona cuya libertad depende exclusivamente del consentimiento de otra, pierde el sentido del poder
que debe ejercer para definir su propio espacio psíquico y defenderlo contra las incursiones naturales, el
albedrio surge y engendra vida en el contacto real.
Dada la posición central que se le asigna al contacto, se descarta el concepto psicoanalítico tradicional de la
transferencia.
Un aspecto especial del contacto deriva de la posibilidad de tenerlo con uno mismo, el contacto interno
puede ocurrir debido a la capacidad del hombre de desdoblare en un observador y un observado.
El proceso que permite al sujeto tomar contacto consigo mismo puede permanecer orientado únicamente
a su propio crecimiento autocontenido, o puede servir de trampolín para sostener el desarrollo de la
función de contacto con otra persona.
emociona violenta como su antítesis, la represión, que se traduce en angustia. Lo paradójico de esto es que
la amenaza contra la frontera del yo provoca en el sujeto reacciones de emergencia destinadas a
defenderla, pero que suelen estar del otro lado de esa frontera.
Acciones previamente extrañas y resistidas pueden tornarse así expresiones aceptables y conducir a
posibilidades nuevas.
Esta relación entre las fronteras del yo continuamente cambiantes de diversos sujetos torna en absoluto
impredecible el desarrollo del contacto. Cada uno debe adquirir destreza en el cálculo de las
probabilidades, según se vayan desplegando sus necesidades y sus deseos con los de los otros. Hay
circunstancias y gente que son terreno más fértil para el contacto. Con otra gente y entre otros momentos,
las perspectivas son áridas y las cosechas pobres.
De ahí que carguemos el acento en el poder del individuo para crear su propia vida entendiendo que este
poder incluye la facultad de reconocer la conveniencia o inconveniencia de su ambiente. Le incumbe, pues,
la elección de personas, actividades, lugar geográfico, arquitectura, etc. Nadie puede independizar del todo
su capacidad de contacto de su elección de ambientes o de su creación de ambientes nuevos.
La experiencia de la frontera del yo puede describirse desde varios puntos de vista: fronteras del cuerpo;
fronteras de los valores; fronteras de la familiaridad; fronteras expresivas, y fronteras de la exposición.
Fronteras del cuerpo: La gente suele proceder con un extraño favoritismo en lo que respecta a
su cuerpo. Restringe o bloquea la percepción de determinadas partes o funciones,
sustrayéndolas al sentido que tiene de sí misma. Pero como es prácticamente imposible tomar
contacto con lo que está más allá de la frontera del yo, la consecuencia es que el sujeto queda
desconectado de importantes partes suyas.
Frontera de los valores: La expansión del sistema de valores proporciona un nuevo apoyo para
la acción, y ofrece algunas alternativas a la existencia estereotipada.
Fronteras de la familiaridad:El cambio mismo inspira terror a algunos y hace que prefieran
reducirse a funcionaren ambientes que los limitan, pero que les son familiares. Un cambio de
empleo, o de personas significativas en su vida, o de relación con estas personas, como el que
se produce cuando los hijos crecen o los padres se hacen viejos, son para tales sujetos
transiciones extremadamente difíciles. “Yo soy lo que soy” se petrifica en la formula “Yo soy lo
que siempre he sido y lo que siempre seré”.
El temor a lo desconocido no es lo único que delimita nuestras fronteras de la familiaridad. La
vida apenas nos da ocasión de experimentar una pequeña parte de lo posible los límites de
espacio o tiempo restringen el contacto con lo nuevo o desacostumbrado. Estas fronteras son
inevitables y solo parcialmente se eliminan por medio de los viajes, la lectura y el conocimiento
de gente que tiene otros modos de vivir. Pero la frontera que fijamos para deslindar nuestro yo
de lo desconocido, cuyo contacto rechazamos, aunque tengamos ocasión de entablarlo, es un
límite que nos imponemos nosotros mismos.
Fronteras expresivas: Los tabúes contra el comportamiento expresivo empiezan temprano; no
toques, no te muevas, no llores, no te masturbes, no te hagas pis.... y así se van trazando las
fronteras. Lo que comenzó en la infancia continúa mientras crecemos, solo que más sutilmente.
Nos hacemos más inclusivos, y hasta encontramos situaciones nuevas a las que podemos aplicar
las prohibiciones originarias. Las simples escenitas infantiles implícitas en la demarcación de las
fronteras no existen ya pero solo cambian los pormenores. Empujar más allá las fronteras que
fijamos para nosotros mismos causa temor, nos hace sentir amenazada nuestra identidad, lo
que en cierto sentido es exacto ya que inevitablemente perdemos lo que tuvimos en otro
tiempo. Necesitamos descubrir nuestra identidad en evolución. El yo no es una estructura: es un
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haría correr al Hombre (organismo-humano-animal) el riesgo de una ruptura neurótica, tanto con su
presencia a sí mismo como con su presencia en el mundo. Entonces se plantea la cuestión de saber si la
autorregulación “natural” remite a la idea de una naturaleza fundamentalmente “buena” como la de
Rousseau. Ciertamente no. El Hombre no tiende a ser bueno, pero el bien es la meta hacia la que es
humano tender.
1. El campo Organismo/Entorno.
La definición de un animal implica su entorno. Tanto la teoría como el método psicoterapéutico tendrán
que ser pensados a partir de este carácter indisociable del campo. Las disfunciones, la psicopatología, a las
que cualquier terapeuta se verá enfrentado, serán la expresión de las distintas formas de alteración de esta
unicidad del campo. Se trata de considerar los fenómenos que se verifican en el campo organismo/entorno
como fundadores y paradigmáticos.
El entorno no es un mundo con contornos indefinidos: no es EL mundo, sino MI mundo. Ningún sentido ni
mente puede abarcar la globalidad del mundo ni la ínfima parte del mundo, por cierto, cambiante, de la
que hacemos la experiencia en un lugar y momento dados, y que representa lo que llamamos campo
organismo/entorno, acercándose así tanto al enfoque de la Teoría Gestalt como al de la fenomenología.
2. La Autorregulación.
Si la naturaleza humana está definida por el campo organismo/entorno, el contacto entre el organismo y el
entorno es “la realidad primera, la más simple”.
La Teoría de la naturaleza humana animal contiene el orden de la autorregulación organísmica “sana”. Si el
campo no está perturbado por factores socioculturales, por ejemplo, o, si nada del exterior del campo
viene a perturbar el proceso de contacto en curso, la interacción organismo/entorno se desarrollará a
partir de y en beneficio de la autorregulación organísmica.
La mayoría de las funciones “animales” de autorregulación se verifican en el interior de la piel, de manera
protegida e inconsciente: la autorregulación organísmica es una función de ajuste de naturaleza
conservadora. Es la fisiología. La fisiología designa en esta totalidad el sistema de autorregulación
conservadora que se pone a trabajar para asimilar los “objetos” de contacto que provienen del entorno. La
psicología designará el estudio de los contactos que se verifican en la frontera organismo/entorno, es decir,
los ajustes fisiológicos en relación con lo que es no-fisiológico.
Además, por esta razón, es que “en cierto sentido, el self no es otra cosa que una función de la fisiología,
pero en otro sentido, no forma parte en absoluto del organismo, sino que es una función del campo: es la
manera en que el campo incluye al organismo”.
3. El Contacto.
Las funciones fisiológicas del organismo humano animal se verifican en el “interior” del organismo, pero no
pueden hacerlo durante mucho tiempo sin asimilar algo del entorno y sin desarrollarse. Para asimilar algo
del entorno, el organismo tiene que contactar con el entorno. Lo fisiológico llegará a ser psicológico; las
funciones conservadoras van a hacerse contacto. La autorregulación conservadora exige del organismo
este contacto permanente (por ejemplo, por la respiración) o episódico (por ejemplo, por la alimentación)
con el entorno. Estas funciones de contacto son imprescindibles para garantizar la supervivencia.
Contrariamente a un uso generalizado del concepto, en particular en los psicoterapeutas, el contacto
implica un objeto exterior, un no-sí mismo; hay que ser “dos”. Por lo tanto, no es pertinente hablar de
“contacto con uno mismo” para designar, en realidad, una experiencia que se llama simplemente
consciencia.
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Existe otra confusión muy generalizada: la no-distinción entre contacto y relación. El contacto no designa
todavía las relaciones, no designa todavía una investidura del objeto o del otro, sino un esquema
sensoriomotor, modos de sentir y moverse. El contacto es la experiencia, el funcionamiento de la frontera
entre el organismo y el entorno. “El contacto es la consciencia del campo o la respuesta motriz en el
campo. Es la toma de consciencia de la novedad asimilable y el comportamiento dirigido hacia ella; es
también el rechazo de la novedad inasimilable. Cualquier contacto es un ajuste creador del organismo y del
entorno”.
Es también por el contacto como el organismo establece y mantiene su diferencia, y aún más, es
asimilando el entorno como nutre su diferencia. Goodman muestra cómo por el contacto y la asimilación,
“lo desemejante se vuelve semejante”, o sea, lo “no-yo” al hacerse “mío” a través de los diferentes modos
de internalización, se convierte después en “yo”, un yo distinto del yo anterior, pero también diferenciado
del entorno que sigue siendo lo desemejante y la novedad.
4. El Ajuste Creador.
El ajuste es el proceso que pone en interacción las necesidades del organismo y los estímulos del entorno.
La necesidad del organismo busca un objeto, busca una respuesta del entorno. Los estímulos del entorno
son percibidos por medio de la capacidad de respuesta del organismo.
La creación está vinculada a la novedad: es el descubrimiento de una nueva solución, la creación de una
nueva configuración, de una nueva integración.
Ajuste y creación aparecen como dos polos complementarios de un mismo proceso: cada uno necesita del
otro para mantener un equilibrio sano y dinámico.
El ajuste garantiza la dimensión de lo real y de la adaptación; la creación abre a la dimensión de la fantasía
y de la ampliación de las posibilidades.
Mediante el ajuste, el sujeto es transformado por el entorno o se transforma al contacto suyo. El hombre
es creador del mundo y lo transforma. El ajuste creador y su restauración se pueden considerar conceptos
claves en la psicoterapia de la Gestalt, ya que constituyen tanto la finalidad como el medio privilegiado.
5. La Dominancia.
Para que un contacto se despliegue, es necesario que una figura se destaque del fondo
organismo/entorno. Esta figura constituye la dominancia del campo y tomará sus poderes de
energetización tanto de la necesidad y energía del organismo como de las posibilidades y recursos del
entorno. Esta figura que se extrae de un fondo es lo que se llama Gestalt.
En los escritos de los Psicólogos Gestalt y los Teóricos Gestalt de la primera mitad del siglo XX, existe cierta
ambigüedad en el empleo que hacen de este concepto: a veces le hacen designar una figura organizada y
estructurada como un todo, y otras veces, una figura en relación con un fondo. Esta doble perspectiva es
fundamental. La figura dominante emerge de un fondo, pero posee en sí misma unas cuantas propiedades
estructurales observables.
La dominancia que se constituye en el campo no puede ser considerada independientemente de su
contexto. Lo más importante para el psicoterapeuta, no es la figura emergente ni el fondo sino la relación
del uno con el otro. Y los factores que han presidido la elaboración de esta dominancia. Esta dominancia
está relacionada con la autorregulación del organismo; es el efecto de una jerarquía. Esta dominancia es
“la tendencia de una fuerte tensión a prevalecer en el campo y a organizar la consciencia y el
comportamiento”.
Para cerrar esta breve presentación de la naturaleza-humana-animal tal como está establecida como
premisa en la Terapia Gestalt, diré que estas características pueden ser objeto de polémica. Todas pueden
considerarse igualmente como artículos de fe. Pero, después de todo, cualquier enfoque está arraigado en
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actos de fe. Lo importante es saber distinguir lo que viene de la “convicción íntima” y por tanto de la
creencia, de lo que sale de la observación de los fenómenos, como nos invita a hacerlo en enfoque
fenomenológico.
El darse cuenta no puede ser estático, sino un proceso de orientación que se renueva a cada momento.
Humanismo y tecnología:
El trabajo fenomenológico de la TG se basa en el modelo existencial yo y tu-aquí y ahora de Martin Buber,
Una relación se desarrolla cuando dos personas, cada una con sus necesidades personales y existencia
separadas, se conectan reconociendo y permitiendo las diferencias entre ellas.
Cada una es responsable de afectar a la otra, si ambas lo permiten, el encuentro puede ser como una
danza, con ritmo de contacto y alejamiento. Así es posible lograr conexión y separación.
En TG son humanistas y tecnológicos, hay una tecnología enclavada en una matriz en la cual ambas
personas trabajan juntas para experimental. El trabajo unifica sentimientos, sensaciones y pensamientos.
Toda intervención terapéutica se basa en ver y sentir, a veces se comparte lo que se ve o lo que se siente
como reacción.
El neurótico:
El neurótico no se permite Darse Cuenta de, ni aceptar sus verdaderas necesidades para organizar su
conducta. Se auto interrumpe y no puede abarcar plenamente el Yo-Tu porque su carácter es rígido, su
auto-apoyo reducido y generalmente cree que no puede salir de su patrón de conducta repetitivo e
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insatisfactorio. Rechaza Darse Cuenta de aspectos de sí mismo y acepta elementos ajenos como si fueran
propios, así el neurótico no se da cuenta de quien es.
El neurótico convierte la situación terapéutica en una repetición de situaciones antiguas, por ello se debe
compartir la experiencia con él y negarse a dirigir su vida. El terapeuta gestáltico indica que le interesa, que
comprende y que escuchara. El paciente necesita explorar para poder aprender por sí mismo a elegir un
modo de vivenciar que se ajuste a él en cada situación. “Hacer lo tuyo”, vivenciar el mundo por uno mismo,
elegir por uno mismo y descubrir si tenemos suficiente apoyo.
Evaluación y madurez:
Se define madurez como un proceso continuo. La persona madura se compromete a con el proceso de
Ajuste Creativo que es una relación entre persona y ambiente en la cual la persona se contacta
responsablemente, reconoce y enfrenta su espacio vital, además de asumir la responsabilidad de crear las
condiciones para su propio bienestar.
El éxito en TG se mide en términos de la claridad con que el paciente puede vivenciar y juzgarse a sí mismo
en lugar de confiar en cualquier medida de ajuste externa. Además, el paciente debe sentirse diferente,
acompañado por una manifestación externa.
El campo individuo/ambiente se crea a sí mismo, con el individuo influenciando al resto del campo y
viceversa. La causalidad circular está en algún lugar entre la casualidad lineal del modelo mecanicista y la
verdadera teoría de campo.
Una perspectiva de teoría de campo puede proporcionar apoyo teórico para integrar una teoría psicológica
que incluya el cuerpo, la mente, las emociones, las interacciones sociales y espirituales y los aspectos
transpersonales.
En la teoría de campo, todos los acontecimientos y cosas se construyen según las condiciones del campo y
el interés del perceptor. Las cosas se construyen fenomenológicamente según la situación, necesidades,
recuerdos de percepciones pasadas, etc. El sí mismo es un proceso, tan real como cualquier existencia
tangible y se construye en el campo organismo/ambiente actual.
La teoría de campo permite a la terapia gestáltica mantener el enfoque en la persona como agente activo,
estar atenta a la complejidad de las relaciones de campo en el presente, a los cambios que inevitablemente
ocurren en el tiempo y en diferentes contextos y a las diferencias de cómo las personas construyen su s
Comprensión de la teoría de campo
La teoría de campo es un enfoque para estudiar algún tema, y el “campo” es la herramienta básica de ese
enfoque. Desde una perspectiva de campo, se puede estudiar cualquier cosa: eventos, objetos, organismos
o sistemas. Esto no significa que haya una teoría de campo correcta o verdadera. Hay muchas que son
igualmente válidas.
El campo se define fenomenológicamente. La esfera y la naturaleza exacta del campo y los métodos usados
varían según el investigador y lo que está estudiando.
El campo puede ser tangible y físico, o intangible. En terapia gestáltica, se estudia a ñas personas en su
campo organismo/ambiente. El ambiente de un campo organismo/ambiente puede ser una escuela, un
negocio, la familia, la pareja, un grupo de entrenamiento, etc.
El autor plantea nueve características de campo:
que la descripción más importante del mundo material deberá hacerse en términos de continuidad. Es así
como el movimiento reemplaza lo estático, los acontecimientos reemplazan las cosas, la continuidad
reemplaza la discontinuidad.
3. Todo es de-un-campo:
Los objetos, organismos, solo existen fenomenológicamente como parte de un campo
fenomenológicamente determinado y tienen significado solo en la interacción de ese campo.
La visión de-un-campo no considera nada como no de-un-campo. Es así como hay una diferencia entre ser-
de-un campo a estar-en-un campo. El estar en un campo define al individuo fuera del campo agregando
luego el campo como contexto. En cambio, el ser de un campo considera que una persona y un ambiente
son del campo organísmico/ambiental. El individuo sólo se define en un momento mediante el campo del
cual forma parte, y éste sólo puede definirse mediante la experiencia o perspectiva de alguien. Un
organismo solo puede existir en un campo.
fenomenología de una persona en la experiencia del aquí y ahora. El “ahora” no se considera estático ni
absoluto.
El darse cuenta es un evento sensorial que ocurre en el aquí y ahora, pero incluye recordar y anticipar. No
hablar del pasado cuando se necesita, es tan disfuncional como hablar del pasado para evitar algún
aspecto del presente. En la medida en que el paciente haga algo diferente con el presente, el pasado
dejará de generar disfunciones. El poder de sanación y la patología están en el campo actual, aunque las
fuerzas hayan aparecido en algún campo previo.
La Teoría del Campo es un marco o punto de vista para examinar y elucidar eventos, experiencias, objetos,
organismos y sistemas como partes significativas de una totalidad conocida de fuerzas mutuamente
influenciables que, juntas, forman un todo (campo) unificado interactivo continuo, más que clasificar según
su naturaleza innata o analizar aspectos desunidos y formar todos y sumativos.
La identidad y calidad de tal evento, objeto u organismo está sólo en un campo contemporáneo y sólo se
puede conocer a través de una configuración formada por una interacción mutuamente influenciable entre
perceptor y percibido.
La teoría de campo es el hilo conductor de la terapia gestáltica y permite conceptos organizativos
dinámicos, tal como el límite de contacto, el sí mismo como proceso, etc.
Sensación.
Experimentar el aquí y el ahora empieza por la sensación. En el ser humano adulto, la experiencia sensorial
es nombrada automáticamente y elaborada cognoscitivamente, e incluso embellecida. En general,
olvidamos que nuestro lenguaje tiene raíces sensoriales, que nuestras palabras emanan de experiencias
concretas. Tratamos las palabras como si ellas mismas fuesen la experiencia. El manejo pedante (o
descuidado) de conceptos y abstracciones puede alejarnos del impacto inmediato de nuestra realidad.
Explorarse a sí mismo es un proceso activo consistente en dirigir la atención en forma simple e ingenua.
Tiempo.
La realidad siempre existe en el tiempo presente. No me es posible vivir mis ayeres y mis mañanas ni
siquiera con ayuda de mi conciencia, mi memoria y mi previsión más profundas y claras. Estoy anclado a
este momento. Las imágenes del ayer son teñidas por esta actualidad de hoy, son meras aproximaciones. Si
procuramos expresarlos verbalmente, los cuándo de nuestras vidas se vacían de pulsación, de vitalidad.
Podemos infundir vida a los cuándo reactuándolos como si se dieran ahora; así, el recuerdo vuelve a la
vida, al ser representado muscularmente y traído al presente. Pero esas representaciones se convierten en
hechos del presente y no se las debe confundir con los hechos reales que ocurren o están a punto de
ocurrir. La representación esta inseparablemente fundida con este yo que se halla conociéndose a sí mismo
ahora.
Espacio.
Mi experiencia y mi realidad se dan aquí, donde estoy. El alcance de mi "aquí" es determinado por el
espacio que ocupo y por el alcance de mis sentidos. Si estoy claramente en contacto con algo que hay en el
espacio, la distancia que media entre mí mismo y el objeto de mi elección se acorta en el plano de la
experiencia; todo sucede como si el objeto "se me viniera encima". El punto dinámico en que esta
sensación se relaciona con el objeto es el límite de contacto. El aquí y el ahora representan una experiencia
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altamente personal anclada en lo sensorial, que se tiene en este momento del tiempo y en este sitio donde
uno está.
Proceso.
La fenomenología es el estudio directo -no sujeto a interpretaciones- de la índole andadora, siempre
cambiante de la experiencia humana. Para la persona normal, lo corriente es pasar con fluidez de un
estado de despertar de la necesidad a otro de satisfacción de la necesidad, de la tensión a la relajación. La
persona de funcionamiento correcto "vive cómodamente en el cambiante fluir de su experiencia". Sólo en
condiciones de trastorno interrumpe uno el propio fluir. La vida psíquica del individuo se halla en un estado
de incongruencia donde reina discrepancia considerable entre la conducta y la conciencia.
La propiedad.
La realidad, tal como la experimento, es lo mío actual. Nadie me hace hacer lo que hago; a nadie se puede
atribuir la responsabilidad por mi conducta. El pensamiento filosófico existencialista respalda
vigorosamente este punto de vista. La fenomenología es el método básico empleado por el filósofo
existencialista. La fenomenología es un lenguaje para entender la situación humana. El aquí y el ahora de la
experiencia, por lo tanto, no existe en un vacío; por lo contrario, es propiedad de un sí mismo, de una
persona, como yo. Tal es la causa por la cual el terapeuta guestáltico insiste en pedir a su paciente que
"asuma la propiedad" de tal o cual enunciado u observación.
Validez de contenido.
El contenido de mi experiencia es para mí un dato tan válido como lo es el de la suya para otra persona.
Permanecer junto a mi proceso interno es un acto de fe: supongo que mi experiencia ha de completarse y
de culminar en algo más satisfactorio que aquello por lo cual empezó. Los descubrimientos y aprendizajes
más profundos se operan cuando la persona se dirige a sí misma (en vez de ser dirigida por otra), cuando
se sostiene a sí misma y cuando en ese proceso interviene la totalidad de su organismo sensible-motor.
Daseinanalyse de la Gestalt está siempre en el aquí y el ahora de la sesión terapéutica e incluye trabajar
con toda la gama de funciones del paciente. Todos los experimentos guestálticos se hallan anclados en la
vida que experimenta la persona, tal como ella misma se presenta en la situación.
Figura-fondo:
Otro concepto importante de la teoría guestáltica es el fenómeno de figura-fondo en relación con el
fenómeno de la percepción y el conocimiento. Al experimentar el medio visualmente, elegimos un centro
particular de interés que se destaca, para nosotros, respecto de un fondo difuso. Lo que se destaca se
llama figura, y el resto es el fondo. El individuo sano está en condiciones de experimentar y diferenciar
claramente algo que le interesa y lo cautiva, a diferencia de aquello que no le interesa. Siente la nitidez y
claridad de la figura y se interesa poco por el fondo homogéneo. En los individuos perturbados, hay
confusión entre figura y fondo; cuando contemplan una situación particular, no son capaces de elegir lo
que es central para ellos, lo que tiene importancia.
expresiones de alto concepto moral de uno mismo, dignidad, agresividad, ternura y amor. El bloqueo
fisiológico que acompaña al miedo a la excitación suele darse en la respiración. Inconscientemente, el
individuo respira sin profundidad, lo que disminuye la oxigenación de su cuerpo y, en consecuencia, lo
despoja de energía. Esa manera de vaciarse de energías no permite una expresión saludable de los propios
sentimientos. El retroflector presenta por lo general síntomas (musculares-esqueléticos) que denotan
dónde se halla congelada la energía.
Gran parte de mi trabajo involucra encontrar el foco de energía interrumpida y llevar las sensaciones a la
conciencia de la persona. Para ayudarla a liberar su energía, resulta útil contar con una suerte de diagrama
consciente del fin que se persigue, como el siguiente: "Si comienzo a exhalar más plenamente, sentiré
mayor energía, lo cual me ayudará a librarme de mi depresión". Lo que la terapia guestáltica ofrece es el
concepto de infundir energía en los sistemas de acción a que las palabras se refieren. La excelencia de la
tarea guestáltica reside en que asocia la expresión muscular, la actividad a los enunciados verbales. Invita a
la persona a convertir en actos lo que es parcialmente formulado sobre la base del entendí-miento
histórico y el insight.
En terapia guestáltica, "actuar" no equivale al "actuar" de qué habla la bibliografía psicoanalítica. Para el
psicoanalista, significa la erupción de un síntoma. En el marco del proceso guestáltico, el actuar se opera
como experimentación controlada, que suele efectuarse en el consultorio del terapeuta. El cliente da paso
a la energía con la que se ha establecido contacto y que es dirigida a un sistema en desuso desde largo
tiempo atrás.
plano más profundo y espiritual que quien se ha limitado a aprender los aspectos técnicos del ajuste de
pacientes al ámbito donde se desarrollan sus existencias. Los métodos guestálticos se orientan, más hacia
el cambio de comportamiento que hacia el puro insight intelectual. Una persona puede entenderse a sí
misma con gran profundidad y, sin embargo, seguir presentando en su conducta las mismas disfunciones.
La terapia guestáltica cierra la brecha entre las terapias cognitivas y la modificación del comportamiento.
Exponemos a la persona a comprensiones consistentes en experiencias.
El experimento de grupo:
La acción del grupo siempre arranca de la experiencia que sus integrantes tienen entre manos, en vez de
empezar por una interacción preestablecida entre dos personas o por un ejercicio arbitrariamente elegido.
Un ejercicio es un dispositivo de aprendizaje, en cambio, un experimento de grupo es un evento creativo
que crece a partir de la experiencia grupal, tal evento no es premeditado y sus resultados no pueden
predecirse, es una creación de todo el grupo. El experimento siempre crece a partir de los datos que hay en
juego de la experiencia de grupo en el aquí y ahora, por lo tanto, amplifica la situación.
Puede haber experimentos de grupo emanados de experiencias individuales como el sueño, una vez que el
individuo ha agotado su propio sueño, todo el grupo puede asumir papeles en el drama y participar.
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Hay que destacar el hecho de que pueden surgir problemas derivados del grupo y desarrollo de
experimentos como la insatisfacción con el líder, falta de energía en el grupo, atascamiento previo, decir
adiós a alguien que se aparte del grupo, tedio y falta de estimulación, etc.
Un experimento exige penetración y trabajo por parte del líder. No basta una idea para un experimento,
también hay que considerar si el grupo es capaz de llevarlo a cabo, si se trata de un experimento
demasiado difícil o fácil como para que el grupo lo asuma y haga algo de él. El experimento avanza por
etapas graduales, tales que cada una de ellas contribuye a la solución del problema, hasta que da cabida al
grupo entero.
La experimentación creativa exige un grupo de personas capaces de trabajar duro con espíritu cooperativo
y un líder a quien se respeta, se aprecia, y se siente como un ser humano real. Sin un mínimo de cohesión,
cooperación y voluntad de tomar contacto con el terapeuta, los esfuerzos del grupo por ser creativo
simplemente se desplomarán.
universo donde la secuencias de acontecimientos son tales, que sus hábitos comunicacionales desusados
resulten adecuados de alguna manera.
El doble vínculo:
Los ingredientes necesarios para una situación de doble vínculo son los siguientes:
1. Dos o más personas. Se designa una como la víctima. No supone que la madre sola imponga el
doble vínculo, sino que puede deberse a una combinación de madre, padre y hermanos.
2. Experiencia repetida. El doble vínculo es un tema recurrente en la experiencia de la víctima. Su
hipótesis no implica una única experiencia traumática, sino experiencias tan repetidas que la
estructura del doble vínculo llega a constituir una experiencia habitual.
3. Un mandato primario negativo. Puede tener una de estas dos formas: a) “No hagas esto o te
castigaré” o b) “Si no lo haces te castigaré”. Se supone que el castigo puede ser el retiro del amor o
la manifestación de odio o rabia o, lo cual es más catastrófico, el tipo de abandono que resulta de la
expresión de la impotencia extrema del progenitor.
4. Un mandato secundario que está en conflicto con el primero en un nivel más abstracto, y que, al
igual que el primero, está reforzado por castigos o señales que anuncian un peligro para la
supervivencia. El mandato secundario se comunica al niño, por medios no verbales. El mandato
secundario puede chocar con cualquier elemento de la prohibición primaria.
5. Una mandato negativo terciario que prohíbe a la víctima escapar del campo. El refuerzo en los otros
dos niveles implica una amenaza para la supervivencia y, si los dobles vínculos se imponen durante
la infancia, la huida resulta naturalmente imposible.
6. Por último, todos estos ingredientes ya no son necesarios cuando la víctima ha aprendido a percibir
su universo en patrones de tipo doble vínculo. Casi cualquier parte de la secuencia del doble vínculo
puede bastar entonces para desencadenar pánico o rabia. El patrón de mandatos conflictuales
puede incluso quedar a cargo de voces alucinatorias.
Si un individuo no sabe que clase de mensajes es un mensaje, puede defenderse mediante procedimientos
que han sido descripto como paranoides, hebefrenicos o catatónicos. Lo esencial es que él no puede elegir
la única alternativa, no puede discutir los mensajes de otros.
Fue hacia fines de los mismos años 80 que las teorías del construccionismo social tomaron vuelo en
Estados Unidos. Para Gergen (principal referente de esta corriente), las significaciones, así como el sentido
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“Los conversadores”:
Goolishian y Anderson, estimando que el vivir es comprendido y sentido a través de las realidades
narrativas socialmente construidas, se pronunciaron a través de terapias centradas en la “disolución del
problema”, por oposición a los solving therapies, centradas sobre el síntoma. Para estos dos autores, la
intervención terapéutica es un principio obsoleto: el terapeuta no interviene más, sino que se contenta de
participar en la conversación terapéutica a partir de una “posición de perplejidad”.
Para White el terapeuta debe buscar reconstruir las “verdades” que fueron separadas de las condiciones y
los contextos de su producción. Muy atento a la importancia de los “relatos” para la construcción de las
significaciones de las experiencias individuales, él considera que los conocimientos culturales pueden
terminar por constituir un factor de subjetivización, para él entonces, es en el espacio creado en terapia
por la exteriorización de algunos de estos discursos interiorizados, en la distancia nueva que la persona
tiende a establecer con “sus relatos”, que las narraciones alternativas pueden eventualmente edificarse.
Aunque White se haya definido en algún momento como “constructivista radical”, su escuela está, sobre
todo, inserta en el movimiento del construccionismo social.
La terapia de colaboración:
Aderman, Weingarten, etc, difundieron un texto que precisa los puntos esenciales del enfoque que ellos
preconizan: denominada collaborative therapy y queriendo ser una construcción de lo nuevo ligada al
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postmodernismo, este abordaje opone los sistemas sociales definidos por las estructuras y los roles a los
sistemas lingüísticos, las familias, los individuos viviendo en el lenguaje, y las organizaciones jerárquicas a
las organizaciones horizontales e igualitarias. Para los partidarios de esta collaborative therapy, el yo es una
instancia múltiple que se funde en el lenguaje y las relaciones, en tanto que el “no-saber” del terapeuta es
considerado indispensable para la eclosión de nuevas posibilidades. Al concebir la terapia como una
colaboración entre dos personas con experiencias y perspectivas diferentes más que como una
colaboración entre un experto y sujetos que demandan ayuda, este grupo dedujo lógicamente que el
terapeuta debe aceptar instalarse en un “no-saber” a fin de abrirse a las posibilidades que el saber haría
peligrar.
“Terapia para resolver problemas. Nuevas estrategias para una terapia familiar eficaz (introducción,
caps. 1 y 2)” Haley.
Introducción:
El enfoque terapéutico tiene por objeto principal solucionar dentro del marco familiar los problemas que
se le presentan a un cliente, haciendo hincapié, no en un método particular, sino en encarar cada
problema con técnicas especialmente adecuadas para esa situación específica. La tarea del terapeuta
consiste en formular con claridad el síntoma presentado y planear una intervención en la situación social
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del cliente a fin de modificarlo. Este enfoque difiere de otras terapias orientadas hacia los síntomas por
cuanto acentúa el contexto social de los problemas humanos.
Definición de un problema:
Este enfoque no hace hincapié en el individuo. La terapia se centra en la situación social, más que en la
persona. Se define al problema como un tipo de conducta que integra una secuencia de actos realizados
entre varias personas; la terapia se concentra, justamente en esa secuencia reiterada de
comportamientos. Un síntoma es la cristalización de una secuencia que tiene lugar dentro de una
organización social, es una etiqueta que se le adosa. Si concebimos síntomas tales como la “depresión” o la
“fobia” como un contrato celebrado entre individuos y, por ende, adaptado a las relaciones, accederemos
a un nuevo modo de pensar acerca de la terapia. El terapeuta no sólo debe contemplar los problemas
humanos de manera distinta, sino que ha de considerarse a sí mismo un miembro más de la unidad social
dentro de la cual está contenido el problema.
- El diagnóstico como parte del problema. Cuando se define un problema terapéutico diciendo que
concierne a las relaciones sociales de los clientes, el terapeuta debe incluirse a sí mismo dentro del
problema, puesto que él contribuye a definirlo. El modo en que clasificamos un problema humano
puede cristalizar un problema y volverlo crónico.
- Los colegas como parte del problema: Desde hace años los terapeutas saben que la unidad social es
el adulto joven y su familia, pero en la actualidad el problema incluye al equipo psiquiatrico. El
terapeuta no se limitará la unidad social a la familia, sino que incluirá también a los colegas
profesionales.
Terapeuta y familia deben determinar qué clase de situación es. Lo habitual es que el terapeuta les
pregunte por qué han venido o qué problema los aqueja. La pregunta en sí presenta dos aspectos: el modo
en que el terapeuta la formula y a qué miembro de la familia va dirigida.
3) Etapa de interacción:
Se pide a los miembros de la familia que conversen entre sí sobre el problema, y aquí el terapeuta debe
dejar de ser el centro de la conversación; procurará que estos se trencen cada vez más en el debate. El
terapeuta continuará conduciendo la entrevista, pero pasará a un segundo plano, estimulando a los
miembros de la familia a conversar entre sí en torno a las discrepancias. El terapeuta debe preferir la
acción a las palabras como fuente de información, ya que estas pesan menos y dan menor resultado.
- Organización de la familia.
Sus secuencias y pautas de conducta las obtendrá el terapeuta observando cómo se conducen entre sí. La
estructura de la familia saldrá a la luz si el terapeuta conduce correctamente la etapa de interacción.
Conclusión de la entrevista: La primera entrevista debe concluir con la concertación de una nueva cita, lo
cual puede plantear varias cuestiones. Algunos terapeutas son hábiles como para tener pensada una
directiva al término de la primera sesión, la que pueden proponer como “tarea para el hogar”, que la
familia deberá cumplir entre una sesión y otra. Si se le da una directiva, la familia queda ligada al terapeuta
entre las sesiones.
clientes y terapeuta: al decirles a aquellos que deben hacer, el terapeuta entra a participar en la acción y
adquiere importancia. Por último, se usan para obtener información ya que la manera en que reacciona la
gente al recibir una directiva es esclarecedora.
Una directiva puede ser directa o implícita, todo en cuanto se haga en terapia puede ser visto como una
directiva.
Tipos de directivas: hay dos maneras, decirles a los pacientes qué deben hacer con el propósito de que lo
cumplan, o decírselo con el propósito de que no lo cumplan, o sea, de que cambien por vía de la rebelión.
La primer forma comprende dos tipos de directivas, a) ordenarle a alguien que deje de hacer algo o b)
pedirle que haga algo diferente.
Como motivar a una familia para que cumpla las directivas: hay enfoques directos e indirectos. En el
primero, lo común es que el terapeuta les diga a los integrantes de la familia que conoce y comparte su
deseo des resolver el problema que los aqueja. Una vez convenido el objetivo, se ofrece la tarea como un
medio de alcanzar el fin deseado. El terapeuta se funda en lo que ha aprendido de sus pacientes en el
transcurso de la sesión, utilizando lo que le parezca lo más obvio y evidente como base de su labor
persuasiva.
En el enfoque indirecto se llevará a cabo cuando no es sencillo acordar objetivos con la familia, por lo
tanto, el terapeuta les pedirá, por ejemplo, que hablen de todos sus intentos fallidos de resolver el
problema. Otra forma es alentar a los miembros de la familia a que expliquen cuan desesperada es su
situación, conviniendo con ellos que en verdad es bastante mala. Reforzando la teoría de un panorama
negro hay más posibilidades de que se dispongan a aceptar la tarea.
Características de las directivas: deben amoldarse a la forma y el estilo que tiene cada familia. El terapeuta
hace uso y ejercicio de su posición de experto. El terapeuta tiene que tener precisión al impartir directivas,
no puede darlas en forma de pregunta o sugerencia. Tienen que ser claras para poder asegurarse de que
puedan ser cumplidas, y en caso de que no sean cumplidas, asegurarse de que no fue por incomprensión.
Además, tiene que haber una participación total en donde todos los integrantes deben recibir parte en la
tarea asignada, aunque sea la indicación de abstenerse.
Evitar perturbar la jerarquía interna de la familia. Revisión de la tarea: repasar los respectivos papeles:
aporta claridad y sirve para bloquear vías de evasión, comentándolas.
El informe sobre la tarea: siempre debe solicitarse un informe sobre la tarea en la siguiente entrevista,
arroja tres resultados: Puede cumplirse, no cumplirse o cumplirse a medias. En el primer caso, se felicita a
la familia y se continúa. En el tercero, se averigua si hubo obstáculos reales que impidieron completarla. En
el segundo, no se perdona fácilmente.
Directivas paradójicas: este enfoque se basa en la idea de que algunas familias que acuden pidiendo ayuda
rechazan la que les brindan. Por lo común, la familia se ha estabilizado en torno al hecho de que uno de sus
miembros constituye el problema. Al tender modificar la situacion de la persona problema el terapeuta
también tiende a desestabilizar a la familia, por lo que encontrará resistencias. Se puede adoptar dos
enfoques 1) encarar a la familia desde un enfoque global o 2) impartir directivas que involucren solo a una
parte de ella.
1) El enfoque paradójico presenta siempre dos mensajes: “cambien” y, dentro del marco del mensaje
“no cambien”. Este enfoque requiere de mucha habilidad del terapeuta. Cuando el enfoque tiene
éxito los miembros de la familia logran alcanzar el objetivo de la terapia, aquí, el terapeuta debe
dejar que la familia lo regañe demostrándole su error.
2) El procedimiento es el mismo: el terapeuta le pide a uno de los miembros de la familia que
permanezca estacionario, con el propósito de ayudarlos a cambiar. En este enfoque lo que se hace
es prescribir el síntoma para acentuarlo.
“Familias y terapia familiar” Minuchin, S
Capítulo 1. Terapia estructural de la familia:
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El marco de referencia del terapeuta es la terapia estructural de familia, un cuerpo de teoría y técnicas
que estudian al individuo en su contexto social. Esta terapia intenta modificar la organización de la familia.
Cuando se transforma la estructura del grupo familiar, se modifican consecuentemente las posiciones de
los miembros en ese grupo. Como resultado de ello, se modifican las experiencias de cada individuo.
La teoría de la terapia de familias se basa en el hecho de que el hombre no es un ser aislado, sino un
miembro activo y reactivo de grupos sociales. La experiencia del hombre es determinada por su interacción
con el medio por tanto el hombre es influido por el contexto social, sobre el cual también influye. Esto no
es nuevo, lo nuevo es basar las técnicas de salud mental en este concepto, constituyendo un nuevo
enfoque.
El terapeuta no se limita a la interacción de la familia tal como ha sido internalizada por el niño, sino que
puede experimentar por sí mismo la forma en que los miembros de la familia se sostienen y califican
mutuamente.
El terapeuta de familia no basa sus concepciones en una personalidad esencial que permanecería
inmodificada a través de las vicisitudes de diferentes contextos y circunstancia. Considera al niño como un
miembro de diferentes contextos sociales, actuando y respondiendo en su marco. Su concepción acerca
de la localización de la patología es mucho más amplia y también lo son las posibilidades de intervención.
El hombre en su contexto.
La terapia estructural de familia estudia al hombre en su contexto, hombre como parte de su medio, fue
desarrollada en la segunda mitad del siglo veinte.
Un hombre no es él mismo sin sus circunstancias. La familia es un grupo social natural que determina las
respuestas de sus miembros a través de estímulos desde el interior y desde el exterior. Su organización y
estructura tamizan y califican la experiencia de los miembros de la familia. El niño responde a las
tensiones que afectan a la familia.
El asiento de la patología.
La patología puede ubicarse en el interior del paciente, en su contexto social o en el feedback entre ambos.
La terapia orientada desde este punto de vista se basa en tres axiomas.
1. La vida psíquica de un individuo no es exclusivamente un proceso interno. El individuo influye sobre su
contexto y es influido por éste por secuencias repetidas de interacción. El individuo que vive en el seno de
una familia es un miembro de un sistema social al que debe adaptarse. Sus acciones se encuentran regidas
por las características del sistema y estas características incluyen los efectos de sus propias acciones
pasadas. El individuo al ser parte del sistema familiar, se debe tomar a este en su conjunto para
comprenderla.
2. Las modificaciones en una estructura familiar contribuyen a la producción de cambios en la conducta y
los procesos psíquicos internos de los miembros de ese sistema.
3. Cuando un terapeuta trabaja con un paciente o con la familia de un paciente, su conducta se incluye en
ese contexto. Los terapeutas y la familia forman en conjunto un nuevo sistema, terapéutico que gobierna
la conducta de sus miembros.
Estas tres consideraciones siempre han formado parte del sentido básico de esta terapia implicadas. Una
mutación en la posición de una persona en relación con sus circunstancias constituye una modificación
de su experiencia. Al cambiar la relación entre una persona y el contexto familiar en que se mueve se
modifica consecuentemente su experiencia subjetiva.
El terapeuta se asocia con la familia con el objetivo de cambiar la organización de la familia de tal modo
que la experiencia de sus miembros se modifique. La familia, al modificarse, ofrece a sus miembros
nuevas circunstancias, la nueva organización permite un continuo esfuerzo de la nueva experiencia, lo
que proporciona una validación del nuevo sentido de sí.
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En esta estructura teórica no se ignora al individuo. El presente del individuo es su pasado más sus
circunstancias actuales. Una parte de su pasado sobrevivirá siempre, contenido y modificado por las
interacciones actuales. Tanto su pasado como sus propiedades singulares forman parte de su contexto
social. El hombre tiene memoria, es el producto de su pasado. Al mismo tiempo, sus interacciones en sus
circunstancias actuales apoyan, califican o modifican su experiencia.
El objetivo de la terapia:
El objetivo y la técnica están determinados por su marco teórico. Es una terapia de acción. La herramienta
consiste en modificar el presente, no en explorar e interpretar el pasado. El pasado influyo en la creación
de la organización y funcionamiento actual de la familia. El objetivo es el sistema familiar.
El terapeuta se une a la familia no para educarla sino para reparar o modificar su funcionamiento, para que
ésta pueda desarrollar estas tareas con mayor eficacia.
En los procesos de socialización las familias moldean y programan la conducta del niño y el sentido de la
identidad. El sentido de la identidad de cada miembro se encuentra influido por su sentido de pertenencia
a una familia específica. El sentido de separación y de individuación se logra a través de la participación en
diferentes subsistemas familiares en diferentes contextos familiares, al igual que a través de la
participación en grupos extrafamiliares.
Aunque la familia es la matriz del desarrollo psicosocial de sus miembros, también debe
acomodarse a la sociedad y garantizar alguna continuidad a su cultura.
La familia cambiará a medida que cambie la sociedad. Probablemente en forma complementaria, la
sociedad desarrollaría estructuras extrafamiliares para adaptarse a las nuevas corrientes de pensamiento
y a las nuevas realidades sociales y económicas.
Los cambios se orientan desde la sociedad hacia la familia. La familia cambiará, pero también persistirá
debido a que constituye la mejor unidad humana para sociedades rápidamente cambiantes. Cuanto mayor
flexibilidad y adaptabilidad requiera la sociedad de sus miembros, mas significativa será la familia como
matriz del desarrollo personal.
La familia es un sistema abierto en transformación, es decir que constantemente recibe y envía descargas
de y desde el medio extrafamiliar, y se adapta a las diferentes demandas de las etapas de desarrollo que
enfrenta.
La familia normal no puede ser distinguida de la familia anormal por la ausencia de problemas. La familia
como un sistema que opera dentro de contextos sociales específicos tiene tres componentes: 1) la
estructura de una familia es la de un sistema sociocultural abierto en proceso de transformación. 2) la
familia muestra un desarrollo desplazándose a través de un cierto numero de etapas que exigen una
reestructuración. 3) la familia se adapta a las circunstancias cambiantes de modo tal que mantiene una
continuidad y fomenta el crecimiento psicosocial de cada miembro.
Estructura familiar
La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que
interactúan los miembros de una familia. Una familia es un sistema que opera a través de pautas
transaccionales. Las pautas permanecen en relación con una acomodación mutua y con una eficacia
funcional.
De este modo el sistema se mantiene a sí mismo. Ofrece resistencias al cambio y conserva las pautas
preferidas durante tanto tiempo como puede hacerlo. En el interior del sistemas existen pautas
alternativas.
Sin embargo, la estructura familiar, debe ser capaz de adaptarse cuando las circunstancias cambian. La
familia debe responder a cambios internos y externos, y, por lo tanto, debe ser capaz de transformarse de
modo tal que le permita encarar nuevas circunstancias sin perder la continuidad que proporciona un marco
de referencia a sus miembros.
El sistema familiar se diferencia y desempeña sus funciones a través de sus subsistemas. Los
individuos son subsistemas en el interior de una familia. (generación, sexo, interés o función)
La organización en subsistema de una familia proporciona un entrenamiento adecuado en el proceso
de mantenimiento del diferenciado “yo soy” al mismo tiempo que ejerce sus habilidades
interpersonales en diferentes niveles. Los limites de un subsistema están constituidos por las reglas
que definen quienes participan y de que manera.
La función de los limites reside en proteger la diferenciación del sistema. Para que el funcionamiento
familiar sea adecuado, los limites de los subsistemas deben ser claros, como para permitir a los
miembros de los subsistemas el desarrollo de sus funciones sin interferencias indebidas, pero
también deben permitir el contacto entre los miembros del subsistema y los otros.
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La claridad de los limites en el interior de una familia constituye un parámetro útil para la evaluación
de su funcionamiento. Hay dos extremos del funcionamiento de los limites: el aglutinamiento y el
desligamiento. La familia aglutinada responde a toda variación en relación con lo habitual con una
excesiva rapidez e intensidad. La familia desligada tiende a no responder cuando es necesario
hacerlo.
Adaptación de la familia:
Los procesos transicionales de adaptación a las nuevas situaciones en los que la falta de diferenciación y la
angustia que caracteriza a todos los nuevos procesos pueden ser considerados erróneamente como
patológicos. La etiqueta de patológica debe reservarse a las familias que frente a estas tensiones
incrementan la rigidez de sus pautas y limites transaccionales y evitan o resisten toda exploración de
variantes.
El stress sobre un sistema familiar puede originarse en cuatro fuentes:
- Contacto stressante de un miembro con fuerzas extrafamiliares: cuando uno se encuentra afectado
por un stress, los otros sienten la necesidad de acomodarse a sus nuevas circunstancias.
- Contacto stressante de la familia en su totalidad con fuerzas extrafamiliares: los recursos de la
familia para hacer frente a esas situaciones se encuentran amenazados por la pobreza y la
discriminación.
- Stress en los momentos transicionales de la familia: fases en la evolución natural de una familia que
requieren la negociación de nuevas reglas familiares.
- Stress referentes a problemas de idiosincrasia.
El esquema conceptual de una familia normal presenta tres facetas. En primer lugar, una familia se
transforma a lo largo del tiempo, adaptándose y reestructurandose de tal modo que pueda seguir
funcionando. En segundo lugar, la familia posee una estructura que solo puede observarse en movimiento.
Y finalmente, una familia se adapta al stress de un modo tal que mantiene la continuidad de la familia al
mismo tiempo que permite reestructuraciones.
han demostrado que cuando se logra descubrir y cambiar una regla fundamental, se puede obtener
rápidamente la desaparición del comportamiento patológico.
Por la teoría general de los sistemas sabemos que cada ser viviente se caracteriza por dos funciones
aparentemente contradictorias: la tendencia homeostática y la capacidad de transformación, cuyo
interjuego mantiene al sistema en equilibrio, siempre provisorio, que garantiza su evolución y su
creatividad, sin las cuales no hay vida. En los sistemas patológicos aparece la tendencia, cada vez más
rígida, a repetir compulsivamente las soluciones memorizadas al servicio de la homeostasis, es decir, estos
sistemas tienen una fuerte potencia para sostener y mantener sus reglas.
El terapeuta debe ser capaz de considerar a los miembros de la familia como elementos de un circuito de
interacción y sin poder unidireccional alguno sobre el conjunto. Es decir, que la conducta de un miembro
de la familia influye inevitablemente sobre la de otros miembros y es un error considerar su
comportamiento como a causa del de los demás, debido al hecho de que cada miembro influye sobre los
otros y es a su vez influido por los demás.
Los autores consideran que el poder no pertenece a uno u a otro, sino que el poder se encuentra en las
reglas del juego establecidas en el tiempo y en el contexto pragmático de aquellos que están implicados.
El autor considera que sus investigaciones han demostrado cómo la familia con transacción esquizofrénica
sostiene su propio juego a través de marañas paradojas que involucran a todos los miembros de la familia,
marañas que pueden ser disueltas solo por medio de paradojas terapéuticas ad hoc. Esta nueva
epistemología, permite considerar al síntoma como un fenómeno coherente con características
interacciónales específicas del grupo natural en el que aquél se verifica.
Los autores sostienen que se ha confirmado la hipótesis de Bowen: “son necesarias al menos tres
generaciones para obtener un esquizofrénico”. En esas familias de origen, las soluciones encontradas a los
problemas de “cómo” vivir se manifiestan mediante normas rígidas y repetitivas.
En la segunda generación, o sea en la segunda pareja, además de las soluciones disfuncionales adoptadas
por la primera generación, se observa otra disfunción: la cautela de exponerse, por miedo al rechazo. Cada
uno partió con el enorme deseo de recibir una confirmación. En estas familias de origen, los padres (la
primera generación), se comportaron como si dar una confirmación fuese un signo de debilidad. Por
ejemplo, si alguien hace bien algo, la confirmación o aceptación de eso sería una pérdida de prestigio o de autoridad.
Ambos miembros de la pareja cuando desde los contextos originarios de aprendizaje lleguen a estructurar
un nuevo contexto, cada uno estará inanimado por la misma intención y aun de la misma tensión. Esta vez
lograran definir la relación y finalmente recibir la confirmación. Pero ¿a quién escogen para esta empresa?
A un compañero “difícil”. Es así como cada uno quiere repetir el desafío y como cada uno pretende
triunfar. La posición de ambos en la relación es simétrica. Cada uno anhela conquistar el control de la
definición relación. Pero cada vez que lo intenta vuelve a sentir el temido fracaso.
En este punto la hybris (característica humana de la que habla Bateson, que sería "la pretensión de
lograrlo" algún día, aun a costa de morir), lejos de redimensionarse, aumenta: fallar se convierte en algo
insoportable. Es necesario evitarlo como sea, ¿y cómo lograrlo? Descalificando la propia definición de la
relación, rápidamente, antes de que el otro lo haga. Prevenir el golpe insoportable.
Se despliega así el gran juego, se configuran las reglas secretas. Se vuelven expertos en el uso de la
paradoja, aprovechando las posibilidades del hombre: comunicarse al mismo tiempo en diversos niveles,
verbales y no verbales, saltar de una clase lógica a un miembro de la clase, solo si se tratara de una misma
cosa. Es así como se configura la panoplia de las maniobras comunicacionales, tan características de las
interacciones esquizofrénicas: descalificación de algunos o todos los componentes del mensaje,
tangencialidad, desplazamientos del tema, amnesias, y por último, la maniobra suprema, la descalificación.
A propósito de la descalificación, es importante señalar cómo se la define en la literatura: es un tipo de
respuesta a la definición que el otro intenta dar de sí en una relación. Esta definición no es una
confirmación, ni siquiera un rechazo. Es una respuesta críptica, que conlleva sustancialmente el siguiente
mensaje: “no doy cuenta de ti, no estás, no existes”. Los autores dan cuenta de otro tipo de descalifiacón:
es el autor mismo del mensaje quien se califica como no existente señalando "yo no estoy, no existo en la
relación contigo".
El eventual miedo proviene del hybris, como función de este tip de relación en la cual la simetría exaspera
al hybris y el hybris a la simetría. Por ello el juego no debe terminar. Algún día, se dice cada uno a sí mismo,
si insisto, lo lograré. Lo esencial es que todo el equipo permanezca en el campo. El estado de alarma
crónico es altísimo: cada alejamiento de uno de los jugadores es sentido como n grave peligro. Hay un
mismo miedo, perder al otro no como persona, sino como compañero de juego.
En síntesis, el trabajo de los autores con la pareja de interacción esquizofrénica llevó a la idea básica de
que su equivocada epistemología es la hybris simétrica, o sea la oculta presunción compartida por cada
uno de poder, algún día. Conquistar el control unilateral en la definición de la relación. Por cierto, ninguno
puede tener el control lineal en una interacción que de hecho es circular.
Por lo tanto, la condición en el juego exclusivamente humano de transacción esquizofrénica es que
realmente no haya jamás vencidos ni vencedores de acuerdo con las proposiciones en el vínculo, que son
siempre pseudocomplementarias o pseudosimétricas. Un juego de este tipo no puede tener fin, ya que el
resultado sería indefinible: quien haya vencido, quizás haya perdido y quien ha perdido quizá hay vencido,
así hasta el infinito.
El doble vínculo es una modalidad apta para trasmitir y mantener un desafío sin alternativas y por lo tanto
sin fin. Tal modalidad comunicacional puede definirse así: en el nivel verbal se da una indicación que a
continuación, en el nivel casi siempre no verbal será descalificada. Al mismo tiempo se agrega el mensaje
77
que está prohibido hacer comentarios sobre la incongruencia de los dos niveles y está prohibido dejar el
campo. Una indicación de este tipo, no permite al receptor ocupar la posición complementaria, o sea la
obediencia a la indicación, porque no está claro cuál es la verdadera indicación. Tampoco le está permitido
ponerse en posición simétrica, o sea, desobedecer, porque no está claro cuál es la verdadera indicación
sobre la cual debe rebelarse.
Solamente una posición bien definida permite la metacomunicación o el abandono del campo, o sea, la
redefinición de la relación. Es decir que sólo es posible redefinir una relación luego que tal relación se haya
definido claramente. Lo que resulta esencial para que la relación interpersonal no sea psicótica, es la
claridad inequívoca y recíprocamente aceptada de su propia definición. Es eso, precisamente, lo que está
prohibido en la transacción esquizofrénica.
Circularidad:
Es la capacidad del terapeuta de conducir su investigación basándose en el feedback proveniente de la
familia, en respuesta a la información que él solicita acerca de sus relaciones y por lo tanto, acerca de
diferencia y cambio. Aquello que el autor denomina como circularidad es nuestra conciencia de ser capaces
de obtener información autentica de la familia, solo si se trabaja con los siguientes fundamentos: 1) la
información es una diferencia y 2) la diferencia es una relación (o un cambio en la relación).
Es necesario aún otro recurso para ayudar al terapeuta a encarar complejidades de la familia: la pregunta
tríadica; cada miembro de la familia es invitado a contarnos como ve él la relación existente entre dos
miembros de la familia, así llegamos a la investigación de una relación diádica vista por una tercera
persona.
Otros métodos de recolección de información con respecto a la modalidad triádica:
- en términos de conducta interactiva específica en circunstancias específicas (y no en términos de
sentimientos o interpretaciones).
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- en términos de categorización de los distintos miembros de la familia de una conducta específica o una
interacción específica.
- en términos de cambios en la relación (o mejor dicho en la conducta indicativa de cambio de relación)
antes y después de un evento preciso.
Neutralidad:
Es un efecto pragmático específico derivado de la conducta total que el terapeuta despliega durante la
sesión. No hace referencia a su disposición intrapsíquica.
En el momento en que el terapeuta invita a un miembro de la familia a comentar la relación de otros dos
miembros, él aparece como aliado de esa persona, pero esta alianza se corta cuando pregunta lo mismo a
otro miembro. El resultado final es que el terapeuta está aliado a todos y a ninguno al mismo tiempo.
Además, mientras más asimile el terapeuta la epistemología sistémica menos tenderá a hacer juicios
morales de cualquier tipo.
El equipo trata de observar y neutralizar tan pronto como sea posible cualquier intento hacia la seducción
o relaciones privilegiadas con el terapeuta hecha por cualquier miembro de la familia.
El equipo no se deja enganchar en el juego de poder de la familia
comportamiento de entidades que son intrínsecamente muy distintas. Una teoría general de los sistemas
sería un instrumento útil al dar, por un aparte, modelos utilizables y transferibles entre diferentes campos
y evitar, por otra, vagas analogías que a menudo han perjudicado el progreso en dichos campos.
El método de la ciencia clásica era de lo más apropiado para fenómenos que pueden descomponerse en
cadenas causales aisladas o que son consecuencia estadística de un número “infinito” de procesos
aleatorios. Sin embargo, los modos clásicos de pensamiento fracasan en el caso de la interacción entre un
número grande, pero limitado, de elementos o procesos. Aquí surgen los problemas circunscritos por
nociones como las de totalidad, organización y demás, que requieren nuevos modos de pensamiento
matemático.
La teoría general de los sistemas no persigue analogías vagas y superficiales. Poco valen, ya que junto a las
similitudes entre fenómenos siempre se hallan también diferencias. El isomorfismo que discutimos es más
que mera analogía. Es consecuencia del hecho de que, en ciertos aspectos, puedan aplicarse abstracciones
y modelos conceptuales coincidentes a fenómenos diferentes. Sólo se aplicarán las leyes de sistemas con
mira a tales aspectos. Esto no difiere del procedimiento general en la ciencia.
Información y entropía.
Otra vía que está vinculada de cerca a la teoría de los sistemas es la moderna teoría de la comunicación. La
noción general en teoría de la comunicación es la información. La información no es expresable en
términos de energía. Hay una forma de medir la información en término de decisiones. Otro concepto
céntrico de la teoría de la comunicación es el de retroalimentación. Hace que el sistema se autorregule.
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Hay gran número de fenómenos biológicos que corresponden al modelo de retroalimentación. Está,
primero, lo que se llama homeostasis, o mantenimiento del equilibrio en el organismo vivo, cuyo prototipo
es la termorregulación en los animales de sangre caliente. En el organismo humano y animal existen
sistemas de retroalimentación comparables a los servomecanismos de la tecnología, que se encargan de la
regulación de acciones. La teoría aspira a mostrar que mecanismos de naturaleza retroalimentadora
fundamentan el comportamiento teleológico o intencionado en las máquinas construidas por el hombre,
así como en los organismos vivos y en los sistemas sociales.
Causalidad y teleología.
Otra cuestión a mencionar es el cambio en la imagen científica del mundo durante las ultimas décadas. La
única meta de la ciencia parecía ser analítica. Puede tomarse como característica de la ciencia moderna el
que este esquema de unidades aislables actuantes según casualidad unidireccional haya resultado
insuficiente. El comportamiento teleológico, dirigido hacia un estado final o meta característicos no sea
algo que esté más allá de las lindes de la ciencia natural, ni una errada concepción antropomorfa de
procesos que, en sí mismos, no tienen dirección y son accidentales.
¿Qué es la organización?
Consideraciones análogas son aplicables al concepto de organización. También ella era ajena al mundo
mecanicista. Un átomo, un cristal, una molécula son organizaciones. En biología, los organismos son, por
definición, cosas organizadas. Pero, aunque dispongamos de una enorme cantidad de datos sobre la
organización biológica, carecemos de una teoría de la organización biológica, de un modelo conceptual que
permite explicar los hechos empíricos. Características de la organización, trátese de un organismo vivo o de
una sociedad, son nociones como las de totalidad, crecimiento, diferenciación, orden jerárquico,
dominancia, control, competencia, etc. Semejantes nociones no intervienen en la Física corriente. La teoría
de los sistemas está en plenas condiciones de vérselas con estos asuntos. Es posible definir tales nociones
dentro del modelo matemático de un sistema: más aún, en ciertos aspectos puede deducirse teorías
detalladas que derivan los casos especiales a partir de supuestos generales.
verdad y, como lo hace el pragmatismo, va en contra del “impulso común de escapar del vocabulario y
prácticas de la propia época y hallar algo ahistórico y necesario a lo cual aferrarse.”. Los constructivistas de
la actualidad, si son apremiados por la corroboración en lugar de la demostración en el sentido tradicional,
tienen una ventaja sobre Vico. Pueden sostener la compatibilidad con los modelos científicos que nos
permiten “manejarnos” notablemente bien en áreas específicas de la experiencia. Por ejemplo, se podría
nombrar la neurofisiología del cerebro: en un cierto nivel de análisis fisiológico no existe ninguna realidad
excepto el disparo de neuronas individuales. Esto se complementa con la visión de Von Foerster de que
todos los receptores sensoriales envían “respuestas” físicamente indistinguibles a la corteza. Las
modalidades sensoriales solo pueden distinguirse mediante el registro de la parte del cuerpo de donde
vienen las respuestas y no en base a “características del ambiente”. La percepción es la actividad interna
que el mundo externo dispara en nosotros.
construcción conceptual del otro. No hay significados compartidos, cada usuario del lenguaje los ha
abstraído de su mundo experiencial.
En resumen, nuestro conocimiento del lenguaje y nuestro conocimiento de los otros no es diferente de
nuestro conocimiento del mundo. Todo lo que llamamos “conocimiento”, sea sensorio motriz o
conceptual, es el resultado de nuestra propia reflexión y abstracción a partir de lo que percibimos y
concebimos.
El autor señala que este libro está dedicado a Gregory Bateson, antropólogo y epistemólogo inglés, gracias
a quien se fue perfilando la base conceptual del modelo interaccional o pragmático de la comunicación
humana, centrado en el estudio de la interacción tal cual se da de hecho entre seres humanos.
El proceso de aprendizaje en que se ve envuelto el ser humano desde el mismo momento de su nacimiento
transcurre en un medio que transmite información y medios de calibrar dicha información, que enseña
lenguajes y reglas acerca de dichos lenguajes, que va organizando la conducta del sujeto mediante pautas
regladas de interacción muy complejas, muy precisas y totalmente fuera del nivel de percatación (salvo
cuando esas reglas se ven violadas)
Introducción:
Este libro trata sobre los efectos pragmáticos (en la conducta) de la comunicación humana y, en particular,
sobre los trastornos de la conducta. La comunicación es una condición sine qua non de la vida y el orden
social. Desde el comienzo de su existencia, un ser humano participa de un complejo proceso para adquirir
las reglas de la comunicación.
Información y retroalimentación.
El psicoanálisis clásico siguió siendo en esencia una teoría sobre los procesos intrapsiquicos. En general, la
interdependencia entre el individuo y su medio siguió siendo objeto de muy poca atención dentro del
campo psicoanalítico, y es precisamente aquí donde el concepto de intercambio de información, esto es,
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de comunicación, se hace indispensable. Hay una diferencia entonces entre el modelo psicoanalítico y las
conceptualizaciones de la interacción entre el organismo y el medio, que tiene que ver con un pasaje de
pensar en términos de energía a pensar en términos de información.
Con la cibernética se dio el descubrimiento de la retroalimentación (esto ya es circular, no determinismo
lineal estricto). La retroalimentación puede ser positiva o negativa, siendo ésta última la que más se verá
porque es la que lleva al sistema hacia la homeostasis o hacia un mantener constantes y estables las
relaciones. La retroalimentación positiva lleva, al revés, al cambio, a la pérdida de equilibrio. En ambos
casos, parte de la salida de un sistema vuelve a introducirse en el sistema como información acerca de
dicha salida.
Los sistemas interpersonales pueden entenderse como circuitos de retroalimentación porque las
conductas de unas personas influyen sobre las otras, y viceversa, y pueden tender al equilibrio o al
desequilibrio.
Redundancia:
El proceso estocástico se refiere a las leyes inherentes a la frecuencia de símbolos o hechos. Los procesos
estocásticos muestran redundancia o constricción, dos términos que pueden ser usados por el concepto de
configuración.
La redundancia pragmática es esencialmente similar a la redundancia sintáctica y semántica. La
comunicación nos afecta de continuo, incluso nuestra autoconciencia depende de la comunicación,
estamos en una comunicación constante, y, sin embargo, somos casi por completo incapaces de
comunicarnos acerca de la comunicación.
Conclusiones:
1. El concepto de caja negra: la mente debe estudiarse en relación con su entorno, con las demás mentes
(comunicación) más que plantear hipótesis acerca de su funcionamiento interno. 2. Consciencia e
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Axioma 2: “Toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional tales que el segundo
clasifica al primero y es, por ende, una metacomunicación”.
Este axioma nos viene a decir en primer lugar, que una comunicación no sólo transmite información
(aspecto de contenido) sino que también impone conductas (aspecto relacional). Siguiendo a Bateson,
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estas dos operaciones se conocen como los aspectos “referenciales” y “conativos”. El aspecto referencial
de un mensaje transmite información, los datos y es sinónimo entonces de contenido del mensaje. Puede
referirse a cualquier cosa que sea comunicable al margen de que la información sea verdadera o falsa. Por
otro lado, el aspecto conativo se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que es y por ende, a la
relación entre los comunicantes, es decir, define como debe entenderse dicha comunicación. Por ejemplo,
“esta es una orden” o “solo estoy bromeando” constituyen ejemplos verbales de esa comunicación acerca
de una comunicación (metacomunicacion). La relación también puede expresarse de forma no verbal.
Entonces la pregunta, el mensaje, tienen un aspecto informativo (la mujer quiere saber si las perlas son de
ella o no) pero al mismo tiempo está definiendo una relación con la otra: una relación amistosa si sonríe
con ingenuidad e interés, una relación de competividad si la expresión es despectiva.
Este axioma nos dirá también que el aspecto relacional clasifica al aspecto de contenido o, lo que es lo
mismo, lo relacional es “metacomunicación” mientras que lo informativo es simplemente “comunicación”.
Cuando alguien dice “cerra la puerta” se está comunicando algo, pero también está diciendo,
especialmente si pone cara seria, que ese mensaje es una orden. Precisamente el aspecto de contenido es
comunicación a secas, mientras que el aspecto relacional ya es metacomunicación, aunque en sentido
amplio ambos son comunicación.
Axioma 3: “La naturaleza de una relación depende de la puntuación de las secuencias de comunicación
entre los comunicantes”.
En una secuencia prolongada de intercambios, los organismos participantes puntúan la secuencia de modo
que uno de ellos o el otro tiene iniciativa, predominio, dependencia, etc. Es decir, establecen entre ellos
patrones de intercambio (acerca de los cuales pueden o no estar de acuerdo) y dichos patrones
constituyen reglas de contingencia con respecto al intercambio de refuerzos. No se trata de determinar si
la puntuación de la secuencia comunicacional es, en general, buena o mala, ya que resulta evidente que la
puntuación organiza los hechos de la conducta y por ende, resulta vital para las interacciones en marcha.
La falta de acuerdo con respecto a la manera de puntuar la secuencia de hechos es la causa de incontables
conflictos en las relaciones.
Se afirma que la comunicación consiste en una serie de mensajes intercambiados mutuamente y que se
influyen entre sí, afirmándose además que este rasgo permite ver qué tipo de relación se da entre dos
personas, ya que una cosa es si la serie es finita o si es infinita. La mujer regaña al marido y éste, como
consecuencia, se retrae. La mujer vuelve a regañarlo porque está retraído, y el marido vuelve a retraerse
porque lo regañan. Esto puede seguir indefinidamente, y por ello hablamos de una serie que puede
extenderse al infinito. La cuestión de quién empezó primero carece de importancia: se quiere destacar la
secuencia misma, alternada y cerrada sobre sí misma. En esta monótona interacción no hay un verdadero
diálogo que permita esclarecer qué sucede realmente entre ellos: se trata de una interacción infinita
distorsionadora de la realidad. La psicoterapia, precisamente, busca romper esa cadena infinita tratando
de que marido y mujer empiecen a “metacomunicarse”.
los logros civilizados resultarían impensables sin el desarrollo del lenguaje digital. Y sin embargo, existe un
gran campo donde utilizamos en forma casi exclusiva la comunicación analógica. Se trata del área de la
relación. Por ejemplo, muchos creen que los animales comprenden lo que se les dice, pero,
evidentemente, el animal no entiende el significado de las palabras en sí mismo sino el caudal de
comunicación analógica que acompaña el habla.
En síntesis, toda comunicación tiene un aspecto de contenido y aspecto relacional por lo que ambos modos
de comunicación no solo existen de lado a lado, sino que se complementan entre sí en cada mensaje. Cabe
suponer que el aspecto relativo al contenido se transmite en forma digital, mientras que el aspecto relativo
a la relación es de naturaleza predominantemente analógica. El lenguaje digital cuenta con una sintaxis
lógica sumamente compleja y poderosa, pero carece de una semántica adecuada en el campo de la
relación, mientras que el lenguaje analógico posee la semántica, pero no una sintaxis adecuada para la
definición inequívoca de la naturaleza de las relaciones.
Las computadoras, por lo general, o son digitales o son analógicas, pero el hombre es la única criatura que
utiliza ambos lenguajes cuando se comunica con sus semejantes. Veamos cinco diferencias entre ellos. A)
En una primera aproximación, comunicación digital es comunicación verbal, y comunicación analógica es
comunicación no verbal. B) Evolutivamente, el lenguaje analógico es más arcaico que el digital. El hombre
muy primitivo se comunicaba más por gestos y dibujos que por palabras. Y lo mismo el niño, para hablar de
una evolución ontogenética. C) En una aproximación más fina, la gran diferencia que hay entre ambos
lenguajes radica en que mientras en el lenguaje digital no hay semejanza o analogía entre la palabra y el
objeto, en el lenguaje analógico (como su mismo nombre lo dice), sí hay una analogía entre la imagen y el
objeto. En una comunicación cara a cara siempre la comunicación tiene el componente digital y el
analógico: digital porque hablan, y analógico porque gesticulan, o ponen tal “cara”, o adoptan determinada
postura. Tales muecas y gestos también transmiten información, al igual que las palabras. D) El lenguaje
digital es más apto para comunicar contenido, mientras que el lenguaje analógico es mejor para definir
relaciones entre los comunicantes. E) Entre ambos lenguajes hay ciertas diferencias estructurales. El
lenguaje analógico comunica un sentido rápidamente sin tener que enmarañarnos con palabras, y con
mayor razón si ese sentido apunta a definir una relación entre dos personas. Sin embargo, el lenguaje
analógico tiene sus desventajas cuando se trata de comunicar contenidos o información vinculada con
cualquier cosa que no sea la relación interpersonal. ¿Intentó usted alguna vez explicarle los principios
metapsicológicos a alguien mediante gestos o muecas? El lenguaje digital se presta mucho mejor para esto,
porque tiene una “sintaxis” poderosa. Esto significa que la posibilidad de poder articular de mil formas
distintas las palabras y las letras, hace que puedan transmitirse significados muy sutiles o muy abstractos.
En cambio, el lenguaje analógico tiene el problema de la ambigüedad: una sonrisa puede indicar tanto
simpatía como desprecio. El lenguaje digital tiene una buena sintaxis para comunicar contenidos, y el
lenguaje analógico una buena semántica para definir relaciones. Cuando las personas se comunican entre
sí, en su necesidad de integrar ambos lenguajes deben traducir constantemente lo digital a lo analógico y
viceversa, operación en la cual se pierde mucha información.
Axioma 5: “Todos los intercambios comunicacionales son simétricos o complementarios, según estén
basados en la igualdad o en la diferencia”.
Axioma de la interacción simétrica y complementaria.
Este se funda sobre el concepto de “cismogénesis” de Bateson. La cismogénesis es un proceso que muestra
cómo van cambiando las conductas de las personas a medida que van interactuando cada vez más: si dos
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personas empezaron una mandando y la otra obedeciendo, a medida que pasa el tiempo si siguen
haciendo lo mismo la primera va a mandar todavía más hasta ser un cruel tirano, y la segunda también va
sometiéndose cada vez más. De esto rescatamos lo siguiente: cuando dos personas se comunican pueden
establecerse entre ellas dos tipos de relación: simétrica, si está basada en la igualdad, o complementaria si
se basa en la diferencia. En el primer caso, los participantes tienden a igualar su conducta recíproca y así su
interacción puede considerarse simétrica. En el segundo caso, la conducta de uno complementa la del otro,
habiendo entonces dos posiciones distintas: una es superior, otra es inferior, o uno es bueno y el otro
malo, uno fuerte y otro débil, etc. Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto
social o cultural (madre-hijo).
en la definición de la relación. 2) En el peor de los casos, los participantes están en desacuerdo con
respecto al nivel del contenido y también al de relación.
Entre estos dos extremos hay varias formas mixtas: a) Están en desacuerdo en los contenidos, pero ello no
perturba su relación. Quizás esta sea la forma más madura de manejar el desacuerdo, es decir acuerdan
estar en desacuerdo. El caso de una pareja que se mantiene unida, relación que no está obstaculizada por
el hecho de pensar diferente. b) Están de acuerdo en los contenidos, pero no en el nivel relacional: la
estabilidad de la relación se verá amenazada cuando deje de existir la necesidad de acuerdo en el nivel del
contenido. (ej.: muchos matrimonios tienen crisis cuando superan las dificultades externas que hasta el
momento obligaban a los cónyuges a un apoyo mutuo). c) Confusión entre contenido y relación. Se puede
dar cuando se intenta resolver un problema relacional en el nivel de contenido (el marido y la mujer que se
peleaban continuamente para ver quién tenía razón con respecto a cualquier contenido trivial, con el cual
en el fondo estaban de acuerdo); o a la inversa, también hay confusión entre contenido y relación cuando
se intenta resolver un problema de contenido en el nivel de relación, “si me amaras, no me contradirías”.
d) Por último y de particular importancia clínica, son todas aquellas situaciones donde una persona se ve
obligada a dudar de sus propias percepciones en el nivel de contenido, a fin de no poner en peligro una
relación vital con otra persona. Esto lleva a pautas de comunicación paradójica.
Las tres respuestas anteriores tienen un denominador común, ya que por medio de cualquiera de ellas O
comunica “así es como te veo”. Así, en el discurso a nivel metacomunicacional hay un mensaje de P a O
“así es como me veo” y seguido por otro mensaje de O a P “así es como te veo”.
La puntuación de la secuencia de hechos
Las discrepancias surgidas en los intercambios de mensajes entre personas pueden llevar a impasses
interaccionales y, eventualmente, a acusaciones mutuas de maldad o de locura.
Las discrepancias en cuanto a la puntuación de las secuencias de hecho tienen lugar en todos aquellos
casos en que por lo menos uno de los comunicantes no cuenta con la misma cantidad de información que
el otro, pero no lo sabe. Un ejemplo es: La persona P escribe una carta a O proponiéndole un negocio. La
persona O responde aceptando, pero su carta no llega a destino. Entonces P piensa que no tiene interés y
no le escribe más. Mientras tanto O se siente ofendido porque no ha recibido respuesta de P. Esta disputa
silenciosa puede durar eternamente, y la única salida es que comiencen a metacomunicarse, es decir, a
preguntarse qué sucedió con sus comunicaciones. Un hecho exterior fortuito interfirió la congruencia de la
puntuación.
Lo que se puede observar en casi todos los casos de comunicación patológica es que constituyen círculos
viciosos que no se pueden romper a menos que la comunicación misma se convierta en tema de la
comunicación, para lo cual tienen que colocarse afuera del círculo.
El concepto de profecía autocumplidora es el fenómeno más interesante en el campo de la puntuación. Se
trata de una conducta que provoca en los demás la reacción frente a la cual esa conducta sería una
reacción apropiada. Ej.: una persona que parte de la premisa “nadie me quiere”, se comporta con
desconfianza, a la defensiva, o con agresividad, ante lo cual es probable que los otros reaccionen con
desagrado, corroborando su premisa original. Lo que caracteriza la secuencia y la convierte en un problema
es que el individuo considera que el solo está reaccionando ante esas actitudes, y no que las provoca.
Escalada simétrica
En una relación simétrica existe el peligro de la competencia. Así, la patología en la interacción simétrica se
caracteriza por una guerra más o menos abierta. En cambio, en una relación simétrica sana, cada
participante puede aceptar la “mismidad” del otro, lo cual lleva al respeto mutuo y a la confianza en ese
respeto e implica una confirmación realista y reciproca del self. Cuando la relación simétrica se derrumba,
por lo común se observa más bien el rechazo que la des confirmación del self del otro.
Complementariedad rígida
En las relaciones complementarias puede darse la misma confirmación recíproca, sana y positiva. Las
patologías de las relaciones complementarias son muy distintas y en general equivalen a
desconfirmaciones antes que a rechazos del self del otro. Es inherente a la naturaleza de las relaciones
complementarias el que una definición del self solo pueda mantenerse si el otro desempeña el rol
especifico complementario. Al fin y al cabo, no puede haber una madre sin un hijo. Pero los patrones de la
relación madre-hijo se modifican con el tiempo y eso es necesario, de lo contrario, se convierte en un
obstáculo. El mismo patrón que puede ser confirmador del self en un momento, puede ser desconfirmador
en una etapa posterior.
Es muy difícil provocar un cambio en sistemas rígidamente definidos donde cada uno de los participantes
parece preferir los males que ya tiene a los que ignora.
Por lo tanto, caben tres posibilidades: mantenerse en una relación simétrica, mantenerse en una relación
complementaria, y alternar flexiblemente los intercambios simétricos y complementarios. Las patologías
potenciales en la interacción simétrica y complementaria tienen relación con los dos primeros casos. Una
alternancia o cambio entre vínculos simétricos y complementarios parece ser una solución sana. Tal es el
caso del vínculo entre madre e hijo que, al principio es complementaria, pero luego debe pasar a una
interacción simétrica.
cuyos atributos son modificados por la conducta del sistema. Sin embargo, la subdivisión de sistema y
medio, puede efectuarse de muchas maneras que son de hecho muy arbitrarias. La definición de sistema y
medio hace evidente que cualquier sistema dado puede ser subdividido a su vez en subsistema. Los objetos
pertenecientes a un sistema pueden considerarse como parte del medio de otro sistema.
Con este modelo conceptual se puede ubicar un sistema interaccional diádico dentro de una familia más
grande, una familia ampliada, una comunidad y un sistema cultural. Los individuos que se comunican se
estudian en sus relaciones horizontales y verticales con otras personas y otros sistemas. Es posible hablar
entonces de una jerarquía de sistemas donde unos se incluyen en otros más amplios, y donde cada uno
tiene una autonomía relativa: cualquier sistema sufre la influencia de los otros sistemas y a su vez influye a
estos.
entre sí, y b) un conjunto de personas que lleva ya tiempo formado y donde todos se conocen y tienen
ciertas reglas de interacción establecidas. En este último caso hablamos de “relaciones estables”. Las
relaciones estables se dan cuando 1) son importantes para ambos participantes y 2) son duraderas (ej.:
amistades, matrimonios o relaciones familiares). En estos casos las interacciones se realizan en el contexto
de una red consolidada naturalmente a través del tiempo, y al sistema así constituido se lo llama un
“sistema de estado constante” o un “sistema interaccional estable”. Un sistema es estable con respecto a
alguna de sus variables, si éstas tienden a permanecer dentro de límites definidos.
Ante un sistema interaccional estable, se puede preguntar dos cosas: sobre el “por qué” de esta
estabilidad, y sobre el “cómo” de la misma. La respuesta al cómo lo encontramos en un factor limitador de
la comunicación, que puede definirse del siguiente modo: “en una interacción comunicacional, todo
intercambio de mensajes disminuye el número de movimientos siguientes posibles”. En los sistemas
interaccionales estables, como la familia, la gran cantidad de mensajes que se intercambian a lo largo del
tiempo hace que finalmente se estabilicen las secuencias comunicacionales y queden cada vez más
restringidas, es decir, el sistema se habrá vuelto estable. Las variables como los temas de comunicación,
pero especialmente la definición de las relaciones, permanecerán dentro de límites cada vez más definidos.
En toda comunicación los participantes trata de determinar la naturaleza de la relación y cada uno
responde con su propia definición que puede confirmar, rechazar o modificar la del otro. Se denomina
regla de la relación a la estabilización en su definición. Esta regla puede aplicarse a la simetría o a la
complementariedad. Así, por ejemplo, la familia es un sistema gobernado por reglas.
Sin embargo, también existe aprendizaje y crecimiento en la familia, y esto se encuentra más cerca de la
retroalimentación positiva. Si bien desde cierto punto de vista la familia esta equilibrada por la
homeostasis, por otro lado, existen importantes factores simultáneos de cambio.
4) Calibración y funciones escalonadas: en familias con pacientes designados hay una tendencia a fijar su
termostato interno en un rango muy chico. Allí, los mecanismos homeostáticos se activan con mucha
facilidad, pues el menor cambio ambiental genera reacciones inmediatas para preservar su equilibrio.
Otras familias tienen su termostato calibrado en un rango más amplio, y no reaccionan tan rígida y
velozmente como las anteriores. Pueden asimilar mejor los cambios sin necesidad de contrarrestarlos
mediante veloces mecanismos de retroalimentación negativa. Están entonces, en mejores condiciones
para enfrentar los cambios y poder cambiar en función de ellos. El proceso terapéutico estaría encaminado
a lograr que la familia pueda instrumentar una función escalonada que le permita pasar a un nuevo
equilibrio y no volver siempre al estado anterior.
Se describe a la interacción humana como un sistema de comunicación, caracterizado por las propiedades
de los sistemas generales: el tiempo como variable, relaciones sistema-subsistema, totalidad,
retroalimentación y equifinalidad. Los sistemas interaccionales se consideran el foco natural para el estudio
del impacto pragmático a largo plazo de los fenómenos comunicacionales. La limitación, en general, y el
desarrollo de reglas familiares, en particular, llevan a una definición de la familia como un sistema
gobernado por reglas.
Estoy especialmente interesado en lo que las personas determinan que son sus maneras preferidas de
vivir y de interactuar consigo mismas y con los demás. Si estas maneras de vivir y pensar que las
personas traen a terapia no están funcionando bien para ellos, lo que me interesa es brindarles un
contexto que contribuya a la exploración de otras maneras de vivir y pensar. Siempre existe un
reservorio de historias alternativas acerca de cómo podría ser la vida, otras versiones de la vida. Una
parte importante de mi trabajo se vincula con facilitar la expresión de aspectos de la experiencia vivida
que previamente han sido desatendidos y con apuntar a una nueva expresión de otras experiencias de
vida.
Me interesa cómo puedo ayudar a las personas a internarse en estos relatos que ellos juzgan
preferibles: poner en práctica las interpretaciones o significados alternativos que estos hacen posibles.
Al abrirse un espacio para que los integrantes de la familia pongan en práctica los relatos alternativos y
preferidos de sus vidas, el terapeuta va siendo cada vez más desplazado del lugar central hasta que se
lo despide de la terapia. Es perfectamente sensato despedir en este punto al terapeuta, lo que es de
celebrar.
Herramientas y técnicas de la perspectiva narrativa
Estoy interesado en los relatos que las personas hacen de sus experiencias. Quiero entender como ha
sido la vida para ellos. Por ende la primera parte de mi trabajo consiste en tratar de obtener algún
conocimiento acerca de aquello y lograr cierta comprensión.
Todos sabemos que hay maneras diversas de hablar de nuestra experiencia: algunas son
profundamente dañinas y otras abren nuevas posibilidades. A menudo logro esta comprensión
explorando con las personas sus experiencias del problema. Lo que produce el efecto de introducir una
específica clase de conversación a la que me refiero como conversación externalizadora. En ella, aliento
a las personas a que relaten de qué manera el problema ha estado afectando sus vidas y sus relaciones.
Muy a menudo los problemas les presentan a las personas lo que ellas toman como verdades sobre su
carácter, naturaleza, objetivos, de modo que esas verdades tienen un efecto totalizante. Las
conversaciones externalizadoras cuestionan eso. Hacen posible que la persona experimente una
identidad distinta o separada del problema. Es decir que vean al problema no como intrínseco a ellas
sino como algo que está actuando sobre ellas desde el exterior. El resultado de estas conversaciones
seria la deconstrucción: deconstruir las “verdades” que las personas sienten que tanto aprisionan sus
vidas. Si las personas encuentran realmente difícil dar sentido a un acontecimiento que contradice el
relato dominante, con frecuencia es necesario emprender una conversación más externalizadora.
Para hacerlo necesitamos de la reflexión crítica, y para la reflexión crítica necesitamos de la historia. La
historia es importante porque en gran medida es por medio de ella que los acontecimientos
extraordinarios o las excepciones producen relatos alternativos.
Por otro lado, si los relatos de las vidas con los que contamos son negociados y distribuidos dentro de
comunidades de personas, entonces tiene mucho sentido hacer participar a las comunidades de
personas en la renegociación de la identidad, por lo tanto siempre estoy pensando en los públicos
posibles de los desarrollos que va desplegando la terapia y pensando en cómo podría invitarse a este
público a participar en la autenticación de las afirmaciones preferidas que están surgiendo en el
proceso de la terapia.
En cuanto al proceso de re-narración, se puede decir que la vida es multi-relatada, no mono-relatada.
Además de los relatos dominantes de nuestras vidas siempre existen subrelatos. Además, en sus vidas,
las personas tienen muchas experiencias que no son fácilmente inteligibles por vía de los relatos
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dominantes o sub-relatos de sus vidas- son esos mismos sub-relatos y también esos aspectos de la
experiencia que están al margen de los relatos dominantes, los que brindan un punto de entrada para
el trabajo de reescritura de la vida. Se trata de una autoría conjunta entre la familia y el terapeuta, con
mayor énfasis en el aporte de la familia y menos en la sugerencia del terapeuta.
Se formula una trama o trama alternativa que, una vez realizada, posibilita que los integrantes de la
familia puedan dar sentido a una diversidad de otras experiencias que se ajustan a esta trama
alternativa.
Cuando las personas se presentan a terapia, la discusión del problema está definida por una estructura
narrativa: por un relato de los acontecimientos que se van desenvolviendo en una secuencia temporal
específica y de acuerdo a lo que yo considero una trama dominante. A veces hay una reformulación de
la trama dominante, pero siempre hay una formulación de una contratrama o trama alternativa. Este
proceso es importante.
Para nosotros los terapeutas, es fácil imponer verdades porque hay un desequilibrio de poder en
nuestras relaciones con las personas que solicitan nuestra ayuda. No significa que no puedo hacer
observaciones, pero si moldear el modo en que se hacen.
Dos conceptos importantes en relación con el proceso de reescritura que son el paisaje de la acción y el
paisaje de la conciencia (tomados de Bruner). La idea es que los relatos tienen paisajes duales, por un
lado, el paisaje de la acción está constituido por experiencias de acontecimientos que están reunidos en
secuencias que se desenvuelven en el tiempo y según tramas específicas. Cuando las personas vienen a
terapia y hablan de lo que los trajo a verte, generalmente suelen hacer una descripción del paisaje de la
acción del relato dominante.
En ese momento, también harán una descripción del paisaje de la conciencia, o paisaje del significado
del relato dominante. A medida que hablan de determinados eventos, irán indicando que piensan que
esos eventos reflejan acerca del carácter, los motivos, los deseos, etc. de diversas personas de sus redes
sociales. Tiene que ver con las interpretaciones que se hacen por medio de la reflexión sobre los
eventos que se desenvuelven en los paisajes de la acción. El paisaje de significado se deriva, por medio
de la reflexión, de los eventos del paisaje de la acción.
En el trabajo de reescritura, invitamos a la persona a practicar un intercambio entre ambos paisaje,
reflexionando acerca de lo que podrían significar los acontecimientos alternativos en el paisaje de la
acción y determinando qué eventos reflejan mejor las descripciones preferidas de características,
motivos, creencias, de manera que generan paisajes alternativos de la acción y de la conciencia. Si el
paisaje de la acción cambia, pero la manera de interpretarlo no, no hay una verdadera diferencia.
Una vez establecidas, las nuevas narrativas continúan brindando un marco alternativo para la
atribución de significado a aquellas experiencias de vida que, de otro modo, habrían sido desatendidas,
lo que continúa teniendo efectos reales sobre la vida en tanto vivida.
relatos o narraciones. La carrera o el estilo de vida del problema se convierten en la narración del
problema.
Analogía.
Los expertos en ciencias sociales se dieron cuenta de que otros científicos procedían por analogía y se
sintieron libres para buscar en otra parte las metáforas de las que habrían de derivar sus teorías. Las
analogías que empleamos determinan nuestro examen del mundo.
Actualmente se acepta que toda formulación que postule significado es interpretativa: que estas
formulaciones son el resultado de una indagación determinada por nuestros mapas o analogías o, como
dice Goffman, por nuestros marcos interpretativos. Por lo tanto, las analogías que empleamos
determinan nuestro examen del mundo.
Las preferencias por ciertas analogías vienen determinadas por múltiples factores, incluyendo los
ideológicos y las prácticas culturales imperantes.
La estructuración de una narración requiere la utilización de un proceso de selección por medio del cual
dejamos de lado, de entre el conjunto de los hechos de nuestra experiencia, aquellos que no encajan en
los relatos dominantes que nosotros y los demás desarrollamos acerca de nosotros mismos. Así, a lo
largo del tiempo y por necesidad, gran parte de nuestro bagaje de experiencias vividas queda sin relatar
y nunca es contado o expresado. Permanece amorfo, sin organización y sin forma.
Si aceptamos que las personas organizan su experiencia y le dan sentido por medio del relato, y que en
la construcción de estos relatos expresan aspectos escogidos de su experiencia vivida, se deduce que
estos relatos son constitutivos: modelan las vidas y las relaciones.
La analogía del texto propone la idea de que los relatos o narraciones que viven las personas
determinan su interacción y su organización, y que la evolución de las vidas y de las relaciones se
produce a partir de la representación de tales relatos o narraciones. La evolución de las vidas y
relaciones a través de la representación de relatos se vincula con la “relativa indeterminación” de todos
los textos. La presencia del significado implícito, de las diversas perspectivas de los diferentes lectores
confiere a todos los textos un cierto grado de ambigüedad. Esta indeterminación o ambigüedad exige
que las personas se comprometan en “la generación de significado, bajo la guía del texto”.
Los relatos están llenos de lagunas que las personas deben llenar para que sea posible representarlos.
Con cada nueva versión, las personas reescriben sus vidas. Así, la analogía textual nos introduce en un
mundo intertextual, y ello en dos sentidos. En el primero, afirma que las vidas de las personas están
situadas en textos dentro de textos. En el segundo sentido, cada vez que se cuenta o se vuelve a contar
un relato, a través de su realización, surge un nuevo relato, que incluye al anterior y lo amplía.
Foucault sostiene que nosotros experimentamos sobre todos los efectos positivos y constitutivos del
poder, que estamos sujetos al poder por medio de “verdades” normalizadoras que configuran nuestras
vidas y nuestras relaciones. Estas verdades, a su vez, se construyen o producen en el funcionamiento
del poder. El hecho de pensar un poder cuyos efectos son positivos conduce a una teoría acerca de su
papel en la construcción de las vidas de las personas. A esas ideas construidas se les otorga un status de
verdad, las cuales son normalizadoras porque construyen normas en torno a las cuales se incita a las
personas a moldear sus vidas. Es una forma de poder que es positiva en cuanto da forma o moldea la
vida de las personas.
En vez de afirmar que este poder reprime, Foucault sostiene que subyuga. Forja a las personas como
cuerpos dóciles y las hace participar en actividades que apoyan la proliferación de conocimientos
globales y unitarios, así como también las técnicas del poder. Para el, somos juzgados, condenados,
clasificados, determinados en nuestras decisiones y destinados a un cierto modo de vivir y de morir, en
función de los verdaderos discursos que son los agentes de los efectos específicos del poder.
Los efectos constitutivos del poder que se ejerce por medio de las verdades normalizadoras pueden
ejemplificarse a través de la descripción que hace Foucault de la historia del deseo sexual. En el siglo
XIX se produjo un énfasis en las prácticas confesionales que incorporaba no solo los actos sino los
pensamientos, las fantasías, los sueños que podían tener relación con el deseo sexual. Con el propósito
de detectar todas las posibilidades, se introdujeron métodos para vigilar las palabras que las personas
usaban y movimientos corporales que hacían. Se produjo la transformación del deseo en discurso, junto
con la construcción de una verdad normativa acerca de la sexualidad.
Poder/conocimiento
Al considerar la dimensión constitutiva del poder, Foucault llega a la conclusión de que poder y
conocimiento son inseparables. Todos estamos presos en una red o tela de araña del
poder/conocimiento, no es posible actuar fuera de ese dominio y todos sufrimos simultáneamente los
otros.
Foucault defiende un análisis del poder ascendente, no descendente. En vez de proponer que las
técnicas del poder son activadas desde arriba para transformar a los que están abajo, el propone que el
origen de estas técnicas se produce en el nivel local. Cuando se establecen las condiciones necesarias
para que las personas experimenten una evaluación continua según determinadas “normas”
institucionalizadas, cuando no se puede escapar a estas condiciones, esas personas se convierten en sus
propios guardianes. Los individuos evaluaran su propio comportamiento y actuaran sobre ellos mismos
para convertirse en cuerpos dóciles. La nuestra es una sociedad de la mirada omnipresente.
suficientemente las experiencias vividas de una persona o entran en contradicción con aspectos vitales
de esa experiencia, están significativamente influidas por los discursos “de verdad” de los
conocimientos unitarios. En segundo lugar, podríamos suponer que las personas son incitadas a realizar
acciones, a través de las técnicas de poder, que afectan a sus vidas y a sus relaciones, a fin de
someterse y someter a otros a las especificaciones referentes a la condición y a las relaciones
personales contenidas en estos discursos “de verdad”. La externalización del problema ayuda a las
personas a identificar los conocimientos unitarios y los discursos “de verdad” que las están sometiendo,
y a liberarse de ellos.
Orientación terapéutica
Al aceptar el análisis de Foucault acerca del surgimiento de conocimientos globales y unitarios (es decir,
los conocimientos científicos con pretensiones globales y unitarias de verdad) debemos mostrarnos
cautos a la hora de situar nuestra practica en los discursos de verdad de las disciplinas profesionales.
En vez de pensar que la terapia nada tiene que ver con el control social, podríamos pensar que esa
posibilidad está presente. Por lo tanto, habría que identificar y criticar aquellos aspectos de nuestro
trabajo que podrían vincularse con las técnicas de control social. Estamos entonces, comprometidos en
una actividad política, que cuestiona las técnicas por medio de las cuales se somete a las personas a la
ideología dominante.
Al igual que con los conocimientos unitarios, las técnicas de poder que incitan a las personas a construir
sus vidas a través de la verdad pueden cuestionarse recurriendo a la externalización del problema. Una
vez que se logra identificar los acontecimientos extraordinarios, será posible cuestionar eficazmente el
sometimiento a las técnicas de juicio normalizador, o sea, al a evaluación y clasificación de las personas
y sus relaciones según las verdades dominantes. Los cuerpos dóciles se convierten así en espíritus
animados.
perspectiva nueva, no saturada por el problema; permitía el desarrollo de una historia alternativa de la
vida familiar. Desde esta nueva perspectiva, las personas eran capaces de descubrir hechos acerca de
sus vidas y relaciones que anteriormente, desde el relato saturado por el problema, no estaban en
condiciones de percibir, ni siquiera vagamente; hechos que contradecían este relato y proporcionaban
los núcleos para la generación de nuevas historias. White ha llegado a la conclusión de que este
abordaje: 1) hace disminuir los conflictos personales más estériles incluyendo las disputas en torno a
quien es responsable del problema. 2) combate la sensación de fracaso que aparece en muchas
personas ante la persistencia del problema pese a sus intentos de resolverlo. 3) allana el camino para
que las personas cooperen entre sí. 4) abre nuevas posibilidades de que las personas actúen pera
apartar de sus vidas y relaciones de la influencia del problema. 5) permite a las personas afrontar de un
modo más desenfadado, más eficaz, menos tenso problemas que aparecían como terriblemente serios.
6) ofrece opciones de dialogo, y no de monologo, sobre el problema.
En el contexto de las prácticas asociadas a la externalización de problemas, no son la persona ni la
relación las que constituyen el problema. Es el problema lo que es el problema, y por tanto la relación
de la persona con él se convierte en el problema.
Se puede ampliar aún más el alcance de las historias alternativas planteando preguntas que inviten a las
personas a identificar y reunir a un público ante el que crear nuevos significados vitales. White ha
llamado a estas preguntas “preguntas de difusión extraordinaria”. En la terapia inspirada en la
externalización de problemas, se facilita la re-escritura de vida y relaciones. Alguna de las prácticas
asociadas a la externalización del problema son:
- Preguntas de influencia relativa: es eficaz a la hora de ayudar a las personas a externalizar su
problema. Este proceso se pone en marcha al inicio de la primera entrevista, consiguiendo que
las personas se involucren inmediatamente en la tarea de separarse del problema. Contiene dos
conjunto de preguntas: el primero anima a las personas a trazar el mapa de la influencia del
problema sobre sus vidas y relaciones. El segundo las insta a describir su propia influencia sobre
la vida del problema. Las preguntas de influencia relativa ayuda a tomar conciencia de su
relación con el problema y a describirlo. Esto las arranca de un mundo fijo y estático en donde
los problemas son intrínsecos a las personas y a las relaciones.
En la descripción de la influencia del problema, se introducen preguntas que animan las
personas a rastrear la influencia del problema sobre sus vidas y relaciones, y así se identifica la
esfera de influencia del problema, que puede abarcar el ámbito conductual, emocional, físico,
interaccional, actitudinal. Este primer conjunto de preguntas ayuda a separarse del problema y
revisar su relación con él.
Por otro lado, en la descripción de la influencia de las personas en la vida del problema, se busca
ayudar a las personas a identificar su competencia y sus recursos ante la adversidad.
Normalmente, a las personas les cuesta encontrar ejemplos de su propio influjo sobre la vida del
problema.
Aunque la definición externa del problema puede mantenerse constante a lo largo de la terapia, es más
común que sea fluida y evolucione a lo largo del tiempo. La evolución de la definición del problema
puede verse facilitada por las preguntas de influencia relativa.
Además, a veces, cuando los clientes dan una definición muy concreta del problema, puede ser útil
animarlos a construir una definición externa más general. De esta forma se amplía el campo para la
identificación de la influencia del problema y para el descubrimiento de acontecimientos
extraordinarios.
Otras veces las personas definen su problema en términos basados en un conocimiento experto, por
ejemplo, con un diagnóstico de esquizofrenia. Así, no proporcionan definiciones desde las que puedan
revisar su relación con el problema, ni dejan lugar a definiciones que permitan identificar
acontecimientos extraordinarios. Con frecuencia es importante estimular a los clientes para que
instruyan defunciones alternativas de los problemas.
En otras ocasiones, cuando las familias o las parejas van a terapia, sus miembros están en desacuerdo
en cuanto a la definición del problema. Estas disputas hacen que les resulte difícil cooperar. La
externalización puede establecer una definición mutuamente aceptable del problema, facilitando la
creación de condiciones en las que las personas puedan trabajar juntas.
Acontecimientos extraordinarios
White considera que solo es necesario identificar un acontecimiento extraordinario para iniciar la
construcción de nuevos significados. Esta idea está en consonancia con la presupuesto fundamental de
la terapia breve.
Existen acontecimientos extraordinarios pasados, los cuales pueden identificarse mediante una revisión
histórica de la influencia de las personas sobre el problema. Se les puede pedir que recuerden hechos o
sucesos que contradigan los efectos que el problema tiene sobre sus vidas y relaciones. Estos
acontecimientos pasados pueden facilitar la creación de nuevos significados en el presente.
También White describe acontecimientos extraordinarios actuales, que son aquellos que se presentan
en la sesión. La inmediatez de estos acontecimientos les da mucha fuerza, y están directamente
disponibles para que la persona genere significados nuevos a partir de ellos.
Por último, los acontecimientos extraordinarios futuros, que pueden identificarse revisando las
intenciones o planes que tiene la persona para escapar de la influencia del problema.
La imaginación desempeña un pale crucial en las practicas asociadas a la externalización del problema,
tanto para el terapeuta como para las personas que han solicitado terapia. Es importante para crear las
condiciones en las que identificar los acontecimientos extraordinarios y para la generación de
significados en torno a ellos.
Aunque la externalización de problemas permite a las personas separarse de estos problemas, esta
práctica no las releva de su responsabilidad en el mantenimiento de los mismos. De hecho, en la
medida en que estas prácticas ayudan a las personas a hacerse consientes de y describir su relación con
el problema, les permite asumir una responsabilidad con respecto al problema que antes no estaba a su
alcance.
Las practicas asociadas a la externalización de problemas también: a) liberan a las personas d las
descripciones saturadas de problemas de sus vidas y relaciones b) fomentan la generación de relatos
alternativos c) ayudan a las personas a identificar y desarrollar una nueva relación con el problema.
107
Estas prácticas fomentan una nueva sensación de agencia personal y las personas son capaces de
asumir su responsabilidad en la investigación de nuevas opciones en su vida.
Cuando las personas aprenden a separarse de sus problemas, pueden llegar a desafiar otras prácticas,
de origen cultura, que cosifican y convierten en objetos a las personas a sus cuerpos. Estas prácticas
entonces pueden considerarse como contra prácticas que comprometen a las personas en la
descodificación de sí misma.
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UNIDAD N° 4
Contenidos: Fundamentos teóricos en los inicios: las perspectivas de A. Ellis y A. Beck. Los aportes
epistemológicos del constructivismo. Enfoque Cognitivo Conductual. Terapia Cognitiva Posracionalista.
interpretaciones negativas del paciente. Así, el concepto de tareas para practicar en casa o “autoterapia
ampliada”, como lo denominaríamos posteriormente, incrementaba el efecto de las sesiones de terapia.
El movimiento de la terapia de conducta contribuyó sustancialmente al desarrollo de la terapia cognitiva.
Hizo que algunos autores se refiriesen a nuestro enfoque con una nueva denominación: “terapia de
conducta cognitiva”.
paciente comienza a incorporar muchas de las técnicas que emplea el terapeuta. ¿A partir de qué
evidencia extraigo esta conclusión? ¿Existen otras explicaciones? Realmente, ¿es tan grave la pérdida? Sin
este tipo de preguntas, el individuo depresivo se ve rodeado de patrones automáticos estereotipados,
fenómeno que podríamos denominar “pensamiento irreflexivo”.
Las técnicas conductuales se emplean con los pacientes depresivos más graves no sólo para modificar la
conducta, sino también para elicitar cogniciones asociadas a conductas específicas. Ya que el paciente, por
lo general, necesita estas técnicas más activas al comienzo del tratamiento. Tanto las técnicas
conductuales como las cognitivas tienen sus propias ventajas y aplicaciones dentro de la terapia cognitiva.
Al paciente preocupado, inestable, le resultará difícil hacer introspección. De hecho, sus preocupaciones e
ideas perseverantes pueden verse agravadas por este procedimiento. En cambio, los métodos
conductuales tienen un poder relativamente mayor para contrarrestar su inercia y movilizarle hacia una
actividad constructiva. Ahora bien, aunque las técnicas conductuales sean más eficaces para modificar las
falsas creencias, las técnicas cognitivas pueden ser el tipo ideal de intervención para modificar la tendencia
del paciente a hacer inferencias incorrectas a partir de eventos específicos.
Generalmente, la terapia consta de 15-20 sesiones una vez a la semana. Normalmente, solemos disminuir
la frecuencia a una sesión de cada dos semanas durante las últimas fases, al tiempo que recomendamos la
“terapia de apoyo” una vez que ha finalizado el tratamiento.
6.Mediante la terapia psicológica, un paciente puede llegar a darse cuenta de sus distorsiones cognitivas.
7.La corrección de estos constructos erróneos puede producir una mejoría clínica.
Los orígenes filosóficos de la terapia cognitiva se remontan a los Estoicos. Epícteto escribió: “Los hombres
no se perturban por causa de las cosas, sino por la interpretación que de ellas hacen”. La Psicología
Individual de Alfred Adler indicó las importancias de comprender al paciente dentro del marco de sus
propias experiencias conscientes. Para Adler, la terapia consistía en intentar explicar cómo la persona
percibe y experiencia el mundo.
El énfasis filosófico en las experiencias subjetivas conscientes surge de los trabajos de Kant, Heidegger, y
Husserl. Este “movimiento fenomenológico” ha contribuido sustancialmente al desarrollo de la psicología
moderna en este grupo de terapias.
El trabajo de Ellis supuso un nuevo impulso en el desarrollo histórico de las terapias cognitivo-
conductuales. Ellis relaciona el estímulo ambiental o Activador (A) con las Consecuencias emocionales (C) a
través de la Creencia interviniente (Cr). Así, el objetivo de su Terapia Racional Emotiva consiste en hacer
que el paciente tome conciencia de sus creencias irracionales y de las consecuencias emocionales
inadecuadas de éstas. La Terapia Racional Emotiva pretende modificar estás creencias irracionales.
- Organización estructural del pensamiento depresivo (Los Esquemas): Un segundo componente del
modelo cognitivo es el que se refiere al modelo de esquemas. Este concepto se utiliza para explicar
por qué mantiene el paciente depresivo actitudes que le hacen sufrir y son contraproducentes,
incluso en contra de la evidencia objetiva de que existen factores positivos en su vida.
112
Cualquier situación está compuesta por un amplio conjunto de estímulos. El individuo atiende
selectivamente a estímulos específicos, los combina y conceptualiza la situación. Una persona determinada
tiende a ser consistente en sus respuestas a tipos de fenómenos similares. Ciertos patrones cognitivos
relativamente estables constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones acerca de un
determinado conjunto de situaciones. El término “esquema” designa estos patrones cognitivos estables. El
esquema es la base para transformar los datos en cogniciones (definidas como cualquier idea con un
contenido verbal o gráfico). Así, un esquema constituye la base para localizar, diferenciar y codificar el
estímulo con que se enfrenta el individuo. Este categoriza y evalúa sus experiencias por medio de una
matriz de esquemas.
Los tipos de esquemas empleados determinan el modo como un individuo estructurará distintas
experiencias. En los estados psicopatológicos tales como la depresión, las conceptualizaciones de los
pacientes acerca de determinadas situaciones se distorsionan de tal modo que se ajustan a esquemas
inadecuados prepotentes. A medida que estos esquemas idiosincráticos se van haciendo más activos, son
evocados por un conjunto de estímulos cada vez mayor que mantiene una escasa relación lógica con ellos.
El paciente pierde gran parte del control voluntario sobre sus procesos de pensamiento y es incapaz de
acudir a otros esquemas más adecuados.
Los esquemas idiosincráticos prepotentes producen distorsiones de la realidad y errores sistemáticos en el
pensamiento depresivo. En los estados depresivos más graves, el pensamiento del paciente puede llegar a
estar completamente dominado por los esquemas idiosincráticos.
diagnóstico basado en el carácter; irreversibilidad (no hay nada que se pueda hacer). Pensamiento
maduro: multidimensional (soy medianamente miedoso, bastante generoso); relativo (soy más cobarde
que la mayoría de las personas que conozco); variable (mis miedos varían según el momento); diagnóstico
conductual (evito algunas situaciones); reversibilidad (puedo aprender modos de afrontar situaciones). El
paciente depresivo tiene a interpretar sus experiencias en términos de privaciones o de derrotas (no
dimensionales) y como algo irreversible (fijo).
recaídas deben ser “bienvenidos” y bien acogidos como una valiosa fuente de información para investigar
los factores que han producido una agudización de la depresión. El terapeuta debe enfatizar la importancia
de que el paciente aprenda métodos para hacer frente a la depresión.
3. Énfasis en la autoexploración.
La conceptualización cognitiva:
El terapeuta y el paciente se ocupan de los pensamientos automáticos (son las palabras o imágenes que
pasan por la mente de un paciente en una situación dada y que lo conducen al distrés) antes de abordar las
creencias. Sin embargo, desde el comienzo el terapeuta comienza a formular una conceptualización que
siempre conecta los pensamientos automáticos con creencias situadas en niveles más profundos. Es
recomendable que el terapeuta comience completando un Diagrama de Conceptualización Cognitiva en
cuanto haya recopilado los datos de los pensamientos automáticos del paciente, sus emociones, su
comportamiento, sus creencias. El diagrama representa la relación entre creencias centrales, creencias
intermedias y pensamientos automáticos. Provee un mapa cognitivo de la psicopatología del paciente y
ayuda a organizar la multiplicidad de datos que presenta el paciente.
El terapeuta anota tres situaciones “típicas” en las cuales el paciente se sienta perturbado. Luego, para
cada situación, consigna el pensamiento automático clave, su significado y la consiguiente emoción o
comportamiento (si lo hay). Si no le ha pedido directamente al paciente el significado de sus pensamientos
automáticos plantea una hipótesis. El significado del pensamiento automático para cada situación debe
relacionarse con el casillero de la Creencia Central ubicado en la parte superior del diagrama. Para
completar el casillero superior del diagrama, el terapeuta se pregunta (y al paciente) ¿Cómo se originó la
creencia central y cómo se mantuvo? ¿Qué acontecimientos de la vida (especialmente de la niñez)
experimentados por el paciente pueden relacionarse con el desarrollo y mantenimiento de la creencia? A
continuación, el terapeuta se pregunta: ¿cómo afronta mi paciente esta creencia central dolorosa? ¿qué
creencias intermedias (por ej., presunciones subyacentes, reglas y actitudes) ha desarrollado?
Para completar el casillero siguiente, denominado “estrategias compensatorias”, el terapeuta se pregunta:
¿Qué estrategias conductuales desarrolló el paciente para tolerar la creencia central negativa? Las
estrategias compensatorias son comportamientos normales que todos llevamos a cabo alguna vez. La
dificultad de los pacientes que padecen perturbaciones radica en un uso abusivo de estas estrategias, a
expensas de conductas más funcionales.
2. Proporcionando la primera parte de una presunción: el terapeuta puede lograr averiguar una
presunción completa enunciando la primera mitad. “T: y sino trabajas todo lo posible sobre una
monografía o un proyecto... P: Entonces no habré hecho lo mejor que puedo y habré fracasado”.
3. Preguntando directamente sobre una regla o actitud: el terapeuta puede identificar una regla o una
actitud interrogando directamente al paciente
4. Usando la técnica de la flecha hacia abajo: más a menudo el terapeuta utiliza una cuarta técnica
para identificar las creencias intermedias (y también las centrales). Se trata de la técnica de la
flecha hacia abajo. En primer lugar, el terapeuta identifica un pensamiento automático clave, que
sospecha puede desprenderse directamente de una creencia disfuncional. Luego, le pide al
paciente el significado de esa idea, asumiendo que el pensamiento automático es verdadero.
Continúa con esta actividad hasta develar una o más creencias centrales. Preguntar al paciente qué
significa para él un pensamiento a menudo hace aparecer una creencia intermedia. Las preguntas
acerca del significado de la creencia intermedia suelen dejar al descubierto una creencia central.
5. Analizando los pensamientos automáticos de un paciente, en busca de temas comunes: una quinta
manera de identificar las creencias es buscar temas comunes en los pensamientos automáticos que
el paciente experimenta en situaciones diversas. El terapeuta puede pedir a un paciente con buena
capacidad de introspección que identifique un tema recurrente o que establezca una hipótesis
acerca de una creencia y reflexione sobre su validez.
6. Revisando un cuestionario sobre creencias que el paciente ha respondido
7. Otra manera es preguntarle al paciente directamente. Algunos pueden expresar sus creencias con
facilidad.
En ocasiones a los pacientes les resulta útil analizar las ventajas y desventajas de mantener una
determinada creencia. El terapeuta se esfuerza por minimizar o descartar las ventajas y enfatizar y reforzar
las desventajas.
Modificar creencias:
A continuación, se enumeran las estrategias más comunes para modificar creencias intermedias y
centrales. El terapeuta pregunta sobre la intensidad de una creencia dada (0-100%) para evaluar si es
necesario seguir trabajando sobre ella. Habitualmente no es posible ni deseable reducir el grado de la
creencia hasta el 0%. Generalmente se ha atenuado una creencia en una medida suficiente cuando el
paciente se adjudica menos de un 30% de credibilidad.
Para modificar las creencias se utilizan técnicas semejantes a las que se usan para modificar los
pensamientos automáticos, aunque también se empleen algunas técnicas adicionales como:
- Cuestionario socrático: el terapeuta se vale del mismo tipo de preguntas que se utilizan para
evaluar los pensamientos automáticos. Aun cuando el profesional ya haya logrado identificar una
creencia general, estas técnicas ayudan al paciente a evaluarlas en el contexto de situaciones
específicas.
- Experimentos conductuales: el terapeuta puede ayudar al paciente a diseñar una prueba
conductual para evaluar la validez de una creencia, tal como lo hace con los pensamientos
automáticos. Los experimentos conductuales, si se los diseña y se los lleva a cabo adecuadamente,
tienen más poder para modificar las creencias del paciente que las técnicas verbales en el
consultorio.
- Continuum cognitivo: esta técnica resulta útil para modificar tanto pensamientos automáticos
como creencias que evidencian un pensamiento polarizado. La construcción de un continuum
cognitivo para el concepto en cuestión hace que el paciente pueda reconocer la existencia de
puntos intermedios. Resulta útil cuando el paciente está evidenciando un pensamiento dicotómico.
- Dramatización racional-emotiva: también llamada “punto y contrapunto” se suele utilizar después
que el terapeuta ya ha probado todas las técnicas que se describieron. Es útil cuando un paciente
manifiesta que intelectualmente se da cuenta de que una creencia es disfuncional, pero que
emocionalmente o visceralmente la sigue “sintiendo” como verdadera. El terapeuta le explica que
van a llevar a cabo una dramatización en la cual el paciente representará la parte “emocional” de su
mente, que adhiere fuertemente a la creencia, mientras que el terapeuta va a encarar la parte
“racional”. En la segunda parte, intercambiarán los papeles. En ambos segmentos, tanto el
terapeuta como el paciente representan al paciente y usará ambos la palabra “yo”.El cambio de
papeles da al paciente la oportunidad de expresar en voz alta los argumentos racionales, siguiendo
el modelo del terapeuta. Este utiliza los razonamientos emocionales que el paciente expresó antes,
tratando de reproducir las mismas palabras que antes escuchó. Al utilizar las mismas palabras que
118
el paciente y no introducir nuevo material, o ayuda a reaccionar de una manera más precisa
respecto de sus propias preocupaciones. Si el paciente no logra formular una respuesta desde el
papel de lo racional, puede volver a intercambiar papeles temporariamente con el terapeuta o
ambos pueden abandonar la dramatización para conversar acerca del punto donde se han
detenido.
- Utilizar a otras personas como punto de referencia: cuando los pacientes reflexionan sobre las
creencias de otras personas logran establecer una distancia psicológica respecto de sus propias
creencias disfuncionales. Comienzan a percibir una incoherencia entre lo que creen verdadero para
ellos y lo que ven más objetivamente en otras personas. Actuar “como si”: los cambios en las
creencias llevan a cambios equivalentes en el comportamiento y éstos, a su vez, corresponden a
cambios en las creencias. Si una creencia es bastante débil, es posible que el paciente modifique un
comportamiento dado rápida y fácilmente, sin necesidad de demasiadas intervenciones cognitivas.
Sin embargo, muchas veces se requiere de una modificación en las creencias antes de que el
paciente esté dispuesto a cambia el comportamiento. En muchas ocasiones basta con algún grado
de modificación y no se requiere un cambio total en la creencia. Además, una vez que el paciente
comienza a cambiar su comportamiento, la creencia se atenúa, y eso facilita la persistencia del
nuevo comportamiento, que a su vez disminuye la creencia y así sucesivamente generándose una
positiva espiral ascendente.
- Usar la expresión de la propia experiencia: cuando el terapeuta expresa abiertamente su propia
experiencia y hace uso de este recurso en forma adecuada y juiciosa, puede ayudar a algunos
pacientes a ver sus problemas de una manera diferente.
En resumen. Cuando inicia el trabajo de modificación, el terapeuta instruye al paciente acerca de la
naturaleza de las creencias, confiere a las reglas y actitudes la forma de presunciones e investiga las
ventajas y desventajas que surgen de una creencia dada. Mentalmente enuncia una nueva creencia, más
funcional y guía al paciente para que la adopte valiéndose de técnicas de modificación de las creencias,
entre las cuales se cuentan las que mencionamos anteriormente. Estas técnicas suelen ser más
convincentes que el cuestionamiento socrático habitual que se utiliza con los pensamientos automáticos
porque las creencias son ideas más rígidamente establecidas.
El terapeuta comienza a formular la conceptualización desde el primer contacto (incluyendo las creencias
centrales). Al comienzo lo hace en forma privada. En algún punto comparte con el paciente esta
conceptualización, presentándose la como una hipótesis y preguntándole si le “suena” como algo
verdadero. Para decidir cuándo compartir la conceptualización con el paciente, el terapeuta considera los
siguientes elementos: cuán fuerte es la alianza terapéutica, cuánta credibilidad confiere el paciente al
modelo cognitivo, cómo están activadas sus creencias centrales en la sesión y cuánta consciencia tiene el
paciente de lo que le sucede. En algunas ocasiones, el paciente y el terapeuta intentan, sin darse cuenta,
evaluar al comienzo de la terapia una creencia central porque ha sido expresada como un pensamiento
automático. Generalmente estas evaluaciones no surten ningún efecto.
El grado de dificultad para identificar y modificar las creencias centrales varía de un paciente a otro. En
general, los que padecen una perturbación emocional significativa pueden expresar sus creencias centrales
con más facilidad. Las creencias centrales negativas que aparecen en los pacientes con trastornos de
personalidad son habitualmente mucho más difíciles de modificar. Para identificar y modificar las creencias
centrales, el profesional, durante el curso de la terapia, realiza las siguientes actividades:
1. Mentalmente establece una hipótesis respecto de cuál es la categoría de creencia central que ha dado
origen pensamientos automáticos específicos.
2. Especificar la creencia central usando las mismas técnicas de que se vale para identificar las
creencias intermedias
3. Explica al paciente sus hipótesis acerca de las creencias centrales y les pide las confirme o las refute.
4. Instruye al paciente acerca de las creencias centrales en general y de su creencia central específica. Lo
guía para que monitoree cómo opera la creencia central en el presente.
5. Comienza a evaluar y a modificar la creencia central; lo asiste para que especifique una creencia central
nueva y más adaptativa. Utiliza métodos “racionales” para disminuir la fuerza de la creencia central antigua
y acrecentar la de la nueva y se vale de técnicas experienciales o “emocionales” cuando el paciente ya no
cree racional o intelectualmente en una creencia central, pero todavía está atado a ella desde lo
emocional.
Instruir al paciente acerca de las creencias centrales y el control de la forma en que operan.
Es importante que el paciente comprenda estos puntos acerca de su creencia central: que es una idea y no
necesariamente una verdad. Que puede creer en ella con mucha intensidad y hasta “sentir” que es verdad
y, no obstantemente puede ser parcial o totalmente falsa. Que como idea puede ser sometida a
comprobaciones. Que tiene sus orígenes en sucesos de la infancia y que puede o no haber sido cierta en el
momento en que comenzó a creer en ella. Que se mantiene a través del funcionamiento de sus esquemas,
en los cuales rápidamente encuentra datos que sustenta la creencia central, mientras ignora los que la
contradice. Que el paciente y el terapeuta pueden, en un trabajo conjunto, usar una gran variedad de
estrategias para modificar esa idea y obtener una visión más real de sí mismo.
sesión. La parte inferior debe ser completada por el paciente, durante la sesión o como tarea, a medida
que controla el funcionamiento de sus creencias y revisa las evidencias que parecen avalar la antigua.
Métodos para lograr que el paciente reconozca datos positivos que corresponden al lado izquierdo del
formulario: 1. Solicitar al paciente que piense en los datos que hubiesen sido evidencias positivas en el
caso de otra persona: “Sally, piensa en alguna persona que creas capaz”. 2. Solicitar al paciente que piense
en datos que otra persona seguramente hubiese considerado.
A veces resulta útil que el paciente se compare con alguna persona, real o imaginaria, que encarne el
extremo negativo de la cualidad relacionada con su creencia central. Esta técnica es semejante al
continuum cognitivo.
Desarrollar metáforas.
Los terapeutas pueden ayudar a los pacientes a tomar distancia de sus creencias centrales por medio de la
reflexión acerca de una situación, por ej., reflexionar sobre la historia de Cenicienta.
control y, consecuentemente, afrontar mal, o incluso desastrosamente, los riesgos y problemas con los
que se encuentra. La ansiedad sana implica precaución y vigilancia, y preserva de daños potenciales. La
malsana tomar forma de pánico, terror, horror, fobias, temblores, estados de shock, entumecimiento y
todo tipo de reacciones físicas y psicosomáticas que le alertan, de alguna manera, contra posibles peligros,
pero que muy a menudo no hacen más que interferir en el buen manejo de esas situaciones.
La Terapia racional-emotivo-conductual (TREC) distingue claramente entre emociones negativas sanas, que
surgen cuando algo va mal en la vida, y emociones negativas malsanas (como pánico, depresión, ira) que
también surgen en situaciones difíciles. La ansiedad sana, o inquietud por las cosas, suele estar basada en
miedos realistas o racionales. Los miedos realistas le avisan de que algo malo le puede ocurrir si hace usted
determinadas cosas, y probablemente le adviertan acertadamente de que no las haga si no quiere que
nada de eso le pase. Muchos miedos, sin embargo, son irreales o irracionales. Suponga que le da miedo ir
en ascensor porque cree que hay muchas probabilidades de que le falte el aire y se ahogue. Éstos son
miedos irracionales porque no es probable que ocurra ninguna de esas cosas, y toma usted una
pequeñísima probabilidad como algo muy posible. Muy a menudo, los miedos irrealistas y malsanos llevan
a fuertes estados de ansiedad cuando, realmente, no hay peligro alguno o es de muy poca magnitud.
¿Cómo puede usted distinguir entre la ansiedad sana y malsana o los miedos racionales e irracionales?
Comprobando cuál es la realidad y utilizando las leyes de la probabilidad. En segundo lugar, debe tener en
cuenta que los miedos no realistas son exagerados o basados en sobregeneralizaciones. Está usted
exagerando o sobregeneralizando pequeños riesgos. En tercer lugar, quiere decir que ve usted las cosas en
términos de blanco o negro, sin matices de gris.
Principalmente la ansiedad irrealista es producto de un pensamiento incorrecto y exagerado. Para más
complicación, su pánico interfiere entonces en sus acciones y provoca, ahora sí, el desastre que usted
preveía. ¿Por qué ocurre esto? Muy probablemente porque su ansiedad autoprotectora se vuelve
hiperprotectora y, por tanto, autodestructiva.
Una de las principales razones explicativas de este fenómeno sea probablemente de tipo evolutivo. La
ansiedad se construyó en nuestras cabezas, cuando la vida en la tierra era extraordinariamente peligrosa.
Así que, en los viejos tiempos había que ser muy ansioso para poder sobrevivir. En nuestro mundo de hoy
ya no se hace necesario ese grado de ansiedad, sin embargo, es posible que siga instaurado en nuestro
organismo. Por eso no sólo reaccionamos con precaución e inquietud ante peligros realistas, sino que
también llegamos a experimentar pánico y extrema ansiedad ante peligros insignificantes o imaginarios.
Sea como sea, casi todo el mundo es propenso a la ansiedad y al miedo tanto realista como irracional. La
TREC le enseñará a conservar el primer tipo de reacciones, sanas y a minimizar el segundo grupo, mucho
menos sanas, con lo que podrá controlar la ansiedad en lugar de dejar que ésta le controle a usted, como,
por desgracia, ocurre a menudo.
Algunos síntomas típicos de la ansiedad: falta de respiración, respiración acelerada, jadeo, presión en el
pecho, tartamudeo, pérdida de apetito, nauseas, vómitos, temblores, parpadeo involuntario, tics
nerviosos, insomnio, rigidez, pulso acelerado, palpitaciones, aumento o disminución de la presión
sanguínea.
Posibles fuentes de ansiedad: socializar, hablar en público, buscar trabajo, practicar deportes, alcohol y
drogas, la altura, los trenes, ascensores, animales, espacios abiertos o cerrados, puentes, túneles, etc.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que lograr el cariño de los demás tiene menos valor que
decidirse a buscar su propio disfrute. Normalmente, la felicidad no se consigue ganándose la aprobación de
los demás, sino superando, con esfuerzo y autodisciplina, empeños o problemas difíciles. La felicidad
proviene en gran medida de la actividad creativa, de una intensa dedicación a personas o cosas, más que
del compromiso de los demás con usted. Pero, por desgracia, los neuróticos se sumergen casi
invariablemente en un círculo vicioso de creatividad. Al sentirse inferiores, y al creer que necesitan
desesperadamente la aceptación de los demás, temen implicarse en una actividad creativa por el riesgo a
fracasar y a que esto les suponga la desaprobación. La ansiedad saborea la eficacia. Si tiene miedo de no
hablar bien, dedicará sólo una pequeña parte de su energía y de su concentración al dominio de estas
actividades. Al concentrarse en el cómo lo hace, más que en el qué hace, aumentará la posibilidad de
hacerlo mal. Del mismo modo, si cree que los demás se le oponen, quizás actúe de forma poco cordial u
hostil con ellos.
Hay una tragedia común en lo que llamamos el nivel secundario de neurosis, que suele suponer una
tragedia aún mayor que la neurosis primaria. La neurosis secundaria (sus sentimientos de incapacidad
acerca de sus síntomas neuróticos originales, es decir, el fracaso escolar) seguía estando ahí, y siguió
acosándola hasta que se sometió a terapia. Las personas superan la primera “causa” de sus síntomas
neuróticos y aprenden a aceptar las circunstancias originales que las llevan a generar estos síntomas, como
sería el rechazo de los padres. Pero los síntomas en sí suelen conllevar la desaprobación, por lo que estas
personas se condenan a sí mismas. Esta condena genera sentimientos de profunda aflicción y de
incapacidad, que a su vez potencian los nuevos síntomas neuróticos.
¿Qué suposiciones o filosofías irracionales llevan a las personas a desarrollar un comportamiento
neurótico? Las principales ideas irracionales en las que puede creer se encuentran: Debe tener la
aprobación o el cariño de casi cualquier persona por casi todo lo que hace. Tiene que exhibir una
considerable competencia, capacidad y éxito en aspectos importantes, o de lo contrario, su dignidad o
valía disminuirá. Debería condenarse severamente a sí mismo por sus fallos o equivocaciones graves.
Debería condenar a los demás por su mal comportamiento. Si algo afecta su vida en cierta ocasión, ese
algo debería afectarle indefinidamente, si sus padres o la sociedad le enseñaron a aceptar determinadas
tradiciones, éstas deben seguir influyendo fuertemente en usted. Usted le gusta conseguir las cosas que
valora, debería conseguirlas, y si no puede, debe considerarlo una catástrofe. Es más fácil evitar los
problemas y las responsabilidades de la vida que afrontarlas, para no frustrarse gravemente.
Podemos resumir estas ideas diciendo que piensa, se emociona y actúa de forma irracional cuando cree
que las cosas que prefiere que sucedan o que le gustaría que sucedieran, deberían o tendrían que suceder,
y cuando cree que tiene que encontrar la vida horrible o terrible si no suceden. Tienden a mantener ideas
no realistas e irracionales que generan neurosis de forma inconsciente, más que conscientemente.
Normalmente, sabe conscientemente que no tiene sentido esperar que todo el mundo le quiera, esperar
hacerlo todo bien en todo momento. Pero, en el fondo, cree firme y profundamente en estos absurdos.
ABC de la terapia racional emotiva-conductual. En el punto C (una consecuencia emocional”): una amiga
íntima suya se siente excepcionalmente dolida y deprimida; el punto A (una serie de acontecimientos
activadores): ella intenta establecer una relación permanente con el hombre que le gusta y él la rechaza.
Llega a la conclusión de que A provoca C. Ha llegado a una conclusión errónea. Un acontecimiento externo,
difícilmente podría introducirse en ella y provocarle dolor y depresión. ¿Qué genera entonces C? Si lo
piensa bien, B. Y B representa el sistema de creencias de su la chica acerca de A. Lo más probable es que
tenga dos importantes creencias acerca de A: una racional o sensata y una irracional o absurda. La creencia
racional dice: “¡Qué infortunio que Tom me haya rechazado! Su rechazo me frustra mucho y convendrá
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que haga algo para superarlo o encontrar otro hombre”. Si su amiga se hubiera quedado con esta creencia
racional, se habría sentido bastante triste pero difícilmente herida y deprimida.
¿Qué causa entonces realmente la depresión? Sus creencias irracionales (Ci). “¡Es terrible que Tom me
haya rechazado!”, “Por no haber hecho lo que debía, soy una estúpida y una incompetente, soy
despreciable”. ¿Qué es lo que hace que esta serie de creencias sean absurdas o irracionales? Sus deberías.
Las exigencias mágicas que la chica se hace a sí misma. Su negativa a aceptar la cruda realidad. Pues si
usted fuera al punto D (la discusión de creencias irracionales), podría preguntarle a la chica: ¿Qué es lo que
tiene de terrible que te rechace ese chico?, ¿En qué te basas para decir que no puedes soportar ser
rechazada? ¿Cómo se llega a la conclusión de que, por lo hacer lo que se supone que deberías haber
hecho, eres estúpida, incompetente y despreciable?
Al ayudar a su amiga a ver con claridad los ABC de sus sentimientos de dolor y depresión (cómo genera ella
misma estos sentimientos que no suceden simplemente en su interior tras alguna experiencia detestable
en el punto A), usted la puede llevar a que se comprenda, a que asuma la responsabilidad de sus
sentimientos y a que deje de escabullirse culpando a los demás y a los acontecimientos por sus reacciones
emocionales desmedidas. Por tanto, si usted la ayudara a ir hasta D (discutir sus propias creencias
irracionales - Ci), la ayudaría a que obtuviera un nuevo efecto (E). El primer efecto (E) que obtendría esa
chica sería el de un nuevo efecto filosófico o cognitivo, es decir, una revisión de la idea en esta línea: “Me
sigue resultando desagradable, pero ese infortunio no me va a matar”. Cuando su amiga llegue a este tipo
de efecto cognitivo, también alcanzará un destacado efecto comportamental, a saber, los sentimientos de
pesar, de pena y frustración, en vez de los de dolor, depresión y desesperación, y las acciones de buscar
decididamente algún otro hombre con quien relacionarse profundamente.
La neurosis, por tanto, no aparece por los sucesos desafortunados, sino por nuestras propias ideas o
visiones irracionales y poco realistas acerca de las cosas y del modo en que, supuestamente, deberían o
tendrían que ser.
provenía automáticamente de A sino de B, tu Creencia sobre A. La teoría RET afirma claramente, que los
Acontecimientos Activadores en A no hacen que tengas Consecuencias emocionales en C (depresión,
desesperación y pánico), y no te llevan a las Consecuencias conductuales (inercia y la evasión). Más bien,
tú eres el factor principal que produce tus propias Consecuencias, en C, al creer firmemente ciertas cosas
en B, tu Sistema de Creencias innatamente predispuesto y aprendido o adquirido.
Así afirma la teoría central de la RET (como observaba Epícteto): Las cosas que ocurren no son las que te
perturban, sino la opinión que tienes de ellas. O, en los términos de la RET, A no causa directamente C, sino
B. Una vez que aceptas que los acontecimientos externos ayudan en parte pero que no causan realmente
tus sentimientos, y que tú en gran medida según la manera en que piensas, aumentas enormemente tu
poder de control sobre tus propias emociones. Puedes someterlas sensiblemente a los procesos de tu
decisión. ¿Cómo? Terminando los ABC de la RET con D y E.
Las principales irracionalidad humanas se engloban en estas cuatro: sentirse horrible, no poder soportar
algo, la necesidad-perturbadora y la autocondena. Muchas clases de pensamiento irracional consisten en
grandes supra-generalizaciones; la supergeneralización parece ser un aspecto normal de la condición
humana. Así comienzas fácilmente con una observación sensata, “fracasé en esta prueba”, y después
supergeneralizas diciendo: “siempre fracasaré; no tengo habilidad para tener éxito en ella”.
temático origina una conciencia temática y no una conciencia factual. La conciencia factual es una
conciencia que está presente en el momento en que el acontecimiento está ocurriendo; en cambio la
conciencia temática se mantiene como un sentido de sí-mismo diferenciada de la inmediatez de los
acontecimientos.
El lenguaje temático (capacidad propia del lenguaje semántico, refiere a la capacidad de conectar e integrar
un conjunto de elementos experienciales que ya ocurrieron como un tema) y la conciencia temática) y la
conciencia temática, que emergen evolutivamente, le dan otra característica básica a la experiencia
humana que es fundamental, y es la capacidad de ordenar el contenido informativo de la experiencia en
secuencias (inicio, desarrollo, final), y esto es lo que se llama la Estructura Narrativa de la Experiencia
Humana. Desde que surge el lenguaje, esto se transforma en algo irreducible, y toda la experiencia humana
es siempre una secuencialización muy ordenada, es decir, que presenta un orden cronológico, temático y
casual. Éste es un aspecto muy importante, ya que de la estructura de la secuencialización dependerá si un
tema de significado se desarrolla de manera normal, neurótica o psicótica. Por ejemplo, las secuencias
cronológicas y causales empiezan a faltar notablemente cuando estamos en presencia de una persona que
presenta una elaboración psicótica en su significado personal.
Por lo tanto, con el lenguaje toda la experiencia humana empieza a ocurrir en dos niveles simultáneamente:
un nivel de inmediatez y un nivel explicativo. El nivel explicativo es donde se ordena en secuencias la
vivencia de la sensación inmediata. El aspecto importante es el continuo intercambio entre la inmediatez de
mi experiencia y la manera con la que reordeno y explico mi sensación de inmediatez. Es así que toda la
psicopatología surge de la discrepancia que hay entre el fluir de la experiencia inmediata y la imagen
consciente que la persona posea de sí misma.
En esta relación entre experiencia inmediata e imagen consciente de uno mismo, el regulador principal de
la autoestima es la imagen consciente de sí mismo, y al ser primates intersubjetivos implica que ninguno de
nosotros pueda llegar a un nivel de autoestima demasiado bajo, ya que no nos permitiría funcionar como
persona. Porque somos primates intersubjetivos, tenemos que sentirnos en cada momento idóneos, y ello
implica ser reconocidos y legitimados como personas por los otros, y esto es el tema de la autoestima.
Un aspecto importante al que conduce la cuestión de la secuencialización tratado por la teoría narrativa es
la relación que se establece entre la calidad en el sentido de abstracción, articulación y flexibilidad en la
secuencia de la experiencia, y lo que se llama regulación emocional. Hay una correlación del nivel de la
regulación emocional, que es el nivel de fluir de la experiencia inmediata, y el nivel de estructura, que es la
manera con la cual uno empieza a ordenarla secuencialmente con el lenguaje y el pensamiento, el fluir de
la inmediatez de la experiencia.
La regulación emocional es un aspecto importante en psicopatología y psicoterapia, depende básicamente
de la estructura articulada de la secuencialización en la trama narrativa, y éste es el objetivo general más
importante a considerar en la estrategia psicoterapéutica. La estrategia psicoterapéutica se enfoca en
reconstruir las secuencias de escenas (por ejemplo, que llevan a un ataque de pánico) con el paciente desde
muchos puntos de vistas.
En el enfoque psicoterapéutico cognitivo racionalista lo que se intenta hacer es persuadir al paciente, y por
ello se dan verdaderas “batallas dialécticas” en el contexto clínico. El escuchar el problema y focalizarse en
hacer una lista de creencias disfuncionales y centrarse en la persuasión a través de confrontaciones
dialécticas para provocar el cambio sería la actitud racionalista. En cambio, en el modelo cognitivo
postracionalista, el problema consiste en ayudar al paciente a reconstruir su experiencia con “ojos
diferentes”; y consiste en llevar a vivir al paciente de manera tal que enfoque aspectos que deja fuera de su
conciencia y los asimile e integre en su imagen consciente. Entonces, la idea básica es que hay que llevarlo a
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que él pueda reconstruir su experiencia con puntos de vista diferentes para ayudarle a reordenar su
dinámica entre lo que siente y su explicación.
padres, de merecer la atención de los otros. Es un niño que puede ser muy brillante, y eso no es antagónico
con el ser evitante, ya que en muchos casos lo brillante, la alegría y la originalidad que tienen es una
manera de disimular la angustia y la soledad que sienten.
Otra categoría de apego evitante es la de los compulsivos complacientes (“A4”), los niños que se
caracterizan por no expresar nunca lo que verdaderamente “sienten”. Siempre están de acuerdo con sus
padres y monitorean las conductas de sus padres para anticiparse a sus instrucciones. Es un niño que en
todo momento intenta corresponder a las expectativas de los padres, hasta tal punto que el sentido de sí-
mismo se transforma en estable y aceptable sólo en la medida que corresponde con ellos. Es la
correspondencia a la expectativa la que le da el sentido de sí-mismo.
¿Qué características tienen los padres para que el niño se organice con un apego evitante? Por una parte,
son padres rechazantes, especialmente cuando el niño expresa sus problemas, sus necesidades o pide
ayuda; en cambio, los padres se transforman en aceptantes cuando el niño no da ningún problema. Los
niños evitantes inhibidos “A1-A2” tienen padres rechazantes, por ello los niños no muestran sus estados
internos. Los padres de los niños evitantes A3 son indiferentes, por ello los niños utilizan estrategias para
motivarlos a que interactúen con él. Los niños compulsivos complacientes, A4, tienen padres que pueden
parecer rechazantes, quieren que el niño sea un modelo de perfección y por ello, solamente son
rechazantes y muy críticos cada vez que el niño no se comporta acorde al nivel de perfección que ellos
quieren.
En cuanto a las organizaciones de significado personal, las categorías de los niños evitantes inhibidos y
cuidadores compulsivos son los patrones de apego específicos que se encuentran en los significados
depresivos. En cambio, los patrones de apego compulsivos complacientes se encuentran en los trastornos
alimentarios o dápicos.
Categorías de los patrones de apego ambivalentes con estrategia coercitiva: los C1 serían los coercitivos
más activos y los C6 los más pasivos. Estos niños tienen en general padres atentos, padres que le
transmiten al niño la idea de que se vive en un mundo muy peligroso, y sólo se puede sobrevivir si se tiene
la protección de persona como ellos. Pero la protección otorgada por parte de los padres es discontinua y
no predecible. Es más, cuanta más necesidad o urgencia tienen de ser protegidos por los padres, más
probable es que se presente esta discontinuidad en la protección. Estos padres suelen ser fóbicos, por lo
que no asisten al niño en situaciones de peligro, cuando es necesario, porque estas situaciones le provocan
miedo. Entonces el niño coercitivo tiene un problema, que se refiere a qué hacer para poder resolver esta
discontinuidad en la protección y tener la garantía y el control de que la protección de sus padres será de
24hs al día. Por esto, el niño coercitivo se organiza de manera opuesta al niño evitante, ya que se
especializa en amplificar al máximo todos los estados internos negativos, de manera que un pequeño
malestar se transforma en un peligro de vida.
Otra diferencia es que el niño evitante aprende que las explicaciones proveen de bases predictivas para
relacionarse con sus padres. Ellos aprenden a depender de la cognición para regular su comportamiento y
defenderse de los afectos. Es decir, se sienten satisfechos con las explicaciones y no tienden nunca a un
verdadero contacto emocional, y por ello su relación los padres siempre es con explicaciones. Por el
contrario, los niños coercitivos han aprendido lo opuesto, ellos exaltan los afectos y se defienden de las
cogniciones. La razón es que los padres frecuentemente les dan explicaciones para engañarlos.
El C1 es el típico hiperactivo, es el niño al que no se lo puede dejar solo. El C2 es el niño desarmante, el
niño que quiere que papá lo lleve a pasear todos los días. Los niños coercitivos activos son los que se
especializan en tener el control sobre la relación con el adulto, por lo que son muy manipuladores. En
cambio, los niños coercitivos pasivos se especializan en mantener la cercanía física y no el control con la
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figura del padre. La forma clásica del coercitivo pasivo es el niño hipocondríaco. También es un niño
opuesto del amenazante, pues éste último siempre finge una desesperación; en cambio el coercitivo pasivo
aparece siempre impotente ante cualquier forma de realidad familiar.
Otra categoría es la del coercitivo indefenso (C4), que se caracteriza por estar siempre indefenso y los
padres no lo pueden dejar solo. Aparece como ineficaz y vulnerable frente a la vida, y en su actitud estimula
en las personas que se relacionan con él un instinto de protección y cuidado. Otra es la del coercitivo
seductor (C6), en esta categoría de niño ambivalente la estrategia coercitiva adquiere una forma de
conducta seductora complaciente, y se observa especialmente en las niñas que atraen la atención de esta
manera desde la infancia temprana.
La categoría de los niños seguros (B) y la categoría de los niños desorganizados (D), no existen como
categorías en sí mismas, sino que son los extremos de un continuo, es decir, entre formas organizadas y
desorganizadas.
del continuo apego y separación. Por ejemplo, el miedo es una de las emociones que más activa el apego,
ya que mientras más se asusta una persona más busca el contacto con la figura segura.
Todas las emociones básicas pueden ser entendidas como moduladores de este espacio intersubjetivo. A
modo didáctico, podemos asumir que estos moduladores en el nacimiento están en el punto 0 y están
preparados para ser activados. Las emociones que se activen dependerán del particular evento que ocurra
en el contexto del desarrollo del niño. En el caso de un niño depresivo los tipos de eventos serán entonces
de rechazo y/o indiferencia, experiencia de pérdida afectiva. Por lo tanto, la pérdida en sí misma activaría
específicamente dos emociones básicas: el desamparo/ tristeza y la rabia. La primera facilitara el
acercamiento y la segunda el alejamiento; ambas emociones tienen una activación opuesta y por eso están
bien balanceadas. Para un organización de significado de este tipo el mayor miedo será siempre el no poder
confiar en su capacidad de lucha y esfuerzo personal.
Cualquier significado emocional es algo que mantiene una continuidad por toda la vida. El dominio
emocional adquiere una unidad como organización en el sentido que toda la diferenciación emocional es
específicamente desde la primera etapa, la que contribuye a la diferenciación de todas las otras emociones.
En el depresivo el tema es la soledad y las emociones activadas son la tristeza y la rabia. Estas son las dos
emociones que sobresalen desde el inicio de su desarrollo, y todas las demás emociones se conectan y
despliegan en referencia a estas dos primeras. Es un niño que hasta los cuatro años presenta una oscilación
permanente de conducta, un cambio que va desde agresiva (rabia) a aislada (desamparo).
Para entender cómo se organiza el sentido de sí mismo en los niños depresivos a los cuatro o cinco años
hay que tomar en cuenta: un primer nivel que es la experiencia inmediata y un segundo nivel que es cómo
se construye una imagen consciente de sí-mismo. En el nivel de la experiencia inmediata hay por una parte,
una experiencia de pérdida, en el sentido de no tener una base segura, no sentirse querido, y por otra parte
una experiencia de soledad. La imagen que tienen los depresivos de sí mismos es en parte negativa, está
focalizada en la autopercepción de no tener la habilidad para hacerse querer. Pero también tiene una
imagen consciente de sí positiva sobre sus capacidades cognitivas, y esta es una experiencia que es causa
de soledad. Son niños que han aprendido desde pequeños a confiar solamente en sí mismos, a manejar su
angustia sin pedir ayuda a nadie.
Lo más distintivo de los depresivos es la capacidad de atribuirse a sí mismos la responsabilidad de todo, lo
que se llama atribución interna, que es lo que les permite restaurar la sensación de ser un actor que está
centrado de nuevo en la lucha por el control de sí-mismo. De la separación entre su persona y el mundo
resultase que él es el culpable y también responsable, solamente puede lograr el control esforzándose e
invirtiendo toda su energía para reducir esa separación.
El ponerse metas inalcanzables pertenece a la coherencia de una organización de significado depresivo de
dos maneras. En primer lugar, significa poder ganar el acceso al mundo, reduciendo la separación entre sí y
el mundo, logrando de esta forma ser reconocido y querido por los demás. Y en segundo lugar, los
depresivos tienen la percepción de la realidad en términos de pérdida, es decir, un sentido constante de
inutilidad, que todo es efímero, que todo termina. Por lo tanto, ellos siempre están animados a buscar
realidades no comunes, realidades que se ven más consistentes y que duran en el tiempo.
Los depresivos no tienen problemas en lo intelectual y en lo laboral, generalmente son grandes
trabajadores, seguros de sus posibilidades y capacidades. El problema para los depresivos es el tema de lo
interpersonal y lo afectivo. Esto se puede observar en la incontrolabilidad de los ataques de rabia con las
personas significativas. La mínima discrepancia que percibe en la persona significativa es percibida como
pérdida que tiene como consecuencia una reacción de rabia.
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Un aspecto importante del estilo depresivo es el cómo se forma una relación afectiva. En este contexto la
percepción de pérdida aparece como un problema que hay que evitar, y para lograr esto el depresivo utiliza
la estrategia del no vinculamiento, que es coherente con su estilo evitante afectivo, lo que implica que
confía muy poco en lo que siente y mucho en las explicaciones que se da.
La separación es claramente la situación más crítica que le puede ocurrir a cualquier persona que tenga un
significado depresivo donde se evidencia lo que se llama “sensibilidad a la pérdida”. Empieza ya desde la
adolescencia, no habiendo ninguna correlación entre la pérdida objetiva y la reacción de duelo. Una
pérdida puede llegar a ser un peligro mortal, una lenta desintegración.
Otro punto crítico en el ciclo de vida de los depresivos es lo que se solía llamar “depresión que surge como
consecuencia de tener éxito”. La meta u empresa imposible tiene que tener como resultado el
transformarlo en una persona querida. La gran pérdida para ellos es cuando se dan cuenta que han
alcanzado su “empresa imposible” y que nada ha cambiado en sus relaciones afectivas.
En la psicoterapia se reconstruye etapa por etapa todo este proceso. Se reconstruye cómo se involucró en
la “empresa imposible” y qué finalidad afectiva tenía, y como su personal percepción de la realidad se
conectaba con ellos; todo el proceso de reconstrucción en psicoterapia podría ayudar a una persona en
estas condiciones a generar una mayor coherencia con su situación real e historia personal, pudiendo lograr
una mayor articulación en su trama narrativa y una consiguiente mejor regulación emocional y mayor
control. En cambio, desde la perspectiva racionalista, el desequilibrio que padece se entendería como si lo
que le faltara fuera el objetivo.
El significado depresivo puede ser procesado de manera normal, neurótica o psicótica, es decir, los
diferentes tipos de procesamiento son consecuencia de una diferencia en la estructura de secuencialización
en la trama narrativa. Si una secuencialización es demasiado rígida y concreta, entonces surgen las
estereotipas que es la concreción de las expresiones neuróticas. Ahora bien, si la secuencialización no sólo
empieza a ser rígida, sino también poco integrada y en algunos momentos se pierde la secuencia
cronológica y causal, entonces surgen todas las características de la elaboración de procesamiento
psicótico.
Todos los pacientes neuróticos y psicóticos tienen en común el aspecto de que todo lo dan por hecho en su
manera de ver las cosas, ninguno es consciente de su forma de funcionar ni de procesar. En cambio, una
persona normal tiene conciencia no sólo de su experiencia de perdida, sino, además, de su manera
personal de percibir y hacer consistente su realidad; incluso muchos son capaces de identificar el origen de
su percepción de pérdida. Esto es lo que cambia en la normalidad a diferencia de las otras dimensiones de
procesamiento, ya que la normalidad siempre es creativa y de mayor originalidad.
En su vida afectiva mientras más consciente es un depresivo de su manera de funcionar, menos estallidos
de rabia tendrá, porque al darse cuenta de lo que le sucede es difícil que la rabia se convierta en
incontrolable.
Al reconstruir los síntomas psicóticos, por ej., el delirio tiene un contenido y es a través de este que se
puede llegar a la estructura del significado. Un delirio que pueden tener los depresivos psicóticos es
generalmente el de persecución, que es desencadenado por eventos afectivos. Pero siempre los temas
depresivos se refieren a que todo lo que ocurrió fue por responsabilidad personal.
estuviera en una realidad donde se sigue viviendo solamente como milagro. Si uno se alejara de la base
segura que es la familia se “moriría”.
Se puede observar dos tipos de familias fóbicas. La primera es el patrón que origina a los fóbicos activos, los
que presentan conductas coercitivas en la infancia, convirtiéndose en la niñez en coercitivos activos. Es un
niño “muy amado”, que está en el centro de la atención en casa. Todo lo que en la familia se hace ocurre si
él lo permite.
El segundo, es el patrón que origina a los fóbicos pasivos. Estos se caracterizan por que uno de los padres
generalmente actúa como enfermo crónico que está siempre a punto de morirse, impidiendo de esa forma
que el niño viva cualquier manera de exploración o experiencia de autonomía, pero lo particular es que no
se lo impide activamente. El niño no quiere alejarse de su padre porque tiene miedo que en su ausencia
pueda morir.
Un niño con una organización de significado personal fóbico presenta un bloqueo en la curiosidad, que
comienza en los primeros meses de vida, cuando la madre en vez de estimular la exploración de su bebé la
inhibe al considerarlo peligroso para el niño.
La “sincronización emotiva entre el niño y la madre” es lo que permite la conducta de exploración; cuando
el niño está enfrentado a alguna novedad, lo primero que hace es mirar la cara de su madre, y si el rostro
de ella está serio la novedad no activará su curiosidad, sino el miedo; en cambio, si el rostro de la madre
está sonriente, la novedad se convertirá en curiosidad. La interferencia de la exploración en estos casos
siempre se da de manera confusa e indirecta.
En los fóbicos el malestar es vivido solamente como malestar corporal, y no como un estado anímico al no
poderlo conectar a ninguna intención suya ni de los padres. De esta manera se produce una lectura
sensorial de las emociones, donde las emociones no producen estados de ánimo, sino estados corporales.
Una de las consecuencias de esta manera de procesar las emociones es que aumenta más en el niño la
necesidad de protección.
Los fóbicos son “personas de acción”, no teniendo una actitud contemplativa ante el mundo, sino más bien
una actitud activa, pues es la que les permite lograr el control y el equilibrio sobre su mundo interior. El
tema del control es el eje central en el mundo de significado fóbico, el cual se expresa, por una parte, en el
control de las relaciones significativas, es decir, que para él signifiquen protección; y por otra en el control
sobre ellos mismos. Tener control sobre ellos mismos significa tener control sobre todo lo que a sus “ojos”
pueda ser percibido como debilidad, ya que ser débil para una persona con significado fóbico es la mayor
tragedia que puede ocurrir en un mundo percibido como peligroso.
La autopercepción de debilidad en el fóbico también se puede presentar en la expresión de las emociones,
por lo que ser emocional significaría ser débil. Por eso una estrategia utilizada para evitar la valoración de sí
mismo en términos negativos, ante el hecho de exteriorizar las emociones, es el control emocional. El
control fóbico que constantemente intentan lograr sobre ellos mismo significaría que para ser una persona
fuerte uno tendría que ser imperturbable. Por lo tanto la mayor perturbación para un fóbico es la
posibilidad de perder el control. De hecho, el miedo a perder el control siempre está en el eje del ataque de
pánico.
Uno de los problemas fundamentales en el fóbico es el que se presenta en el área de las relaciones
afectivas. Éste tiene relación con la constante búsqueda de un equilibrio entre su necesidad de protección y
la sensación de constricción que las relaciones afectivas le producen en cada una de sus etapas. El equilibrio
entre protección y constricción es fundamental para su salud mental, pues evita de esta manera su posible
desequilibrio.
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Otro aspecto característico en los fóbicos es la reacción a la separación de una relación afectiva. Esto es
totalmente diferente y casi opuesto a lo que ocurre en los depresivos, ya que estos no logran elaborar la
pérdida pudiéndose quedar bloqueados durante años. En cambio, en los fóbicos la pérdida en sí no interesa
tanto porque el problema mayor comienza antes que ocurra la separación; es en el proceso de crisis
conyugal donde no saben qué pasa y necesitan probar a la pareja constantemente para situarse. Para los
fóbicos la incontrolabilidad es una situación incontrolable, es decir, no saber en ningún momento lo que
está pasando con su pareja. En cuanto la separación se realiza y logra reorganizarse y sentir el control sobre
el nuevo contexto relacional, se recupera inmediatamente.
Con el tiempo los fóbicos tienen la tendencia a transformarse en hipocondríacos, que puede evolucionar
hacia fases delirantes.
Los fóbicos normales son los que nacen en una familia en la que el mundo es presentado como peligroso,
pero al mismo tiempo se le da el soporte emocional para enfrentarse con este mundo. En tal caso, los
fóbicos normales son los que más vivencian las tonalidades emocionales que han sido sobresalientes en
toda su infancia como la curiosidad, que se ve reflejada en la exploración. Los fóbicos normales son grandes
exploradores.
Los dápicos se comportan como actores, ya que es más importante la apariencia que la relación con las
personas. A su vez, todo es camuflado, nunca hay algún problema. En las familias dápicas, ninguno de sus
miembros expresa emociones ni opiniones directamente, todos ellos tienen que estar siempre de acuerdo.
Una de las cosas más importantes que se establece en un niño con padres dápicos es un sentido de sí-
mismo que viene dado del exterior. Para que el niño sea “perfecto”, la familia le prescribe y anticipa las
emociones justas y adecuadas que tiene que sentir en cada circunstancia y si no la siente se la redefinen.
Durante la niñez los dápicos logran alcanzar un equilibrio de su sentido de sí-mismo tomando como
referencia emocional a uno de los padres, con el cual hay una relación de ambigüedad tolerable y un nivel
de activación emocional no importando que sea positivo o negativo. Elige a uno de los padres como figura
de referencia principal, para regular y estabilizar su sentido de sí-mismo correspondiendo momento a
momento para alcanzar un sentido de sí-mismo definido y aceptable.
El problema surge al entrar en la adolescencia con la emergencia del pensamiento abstracto, lo que
produce un cambio en la imagen que tienen de sus padres y que repercute en su relación. Ahora los padres
empiezan a ser vistos como todos los seres humanos, con virtudes, defectos, límites, creencias personales,
etc. Esta relativización de la imagen de los padres es un “mecanismo fisiológico” que ocurre en la pubertad
y adolescencia de todas las personas.
La tendencia a la diferenciación emocional, que conlleva un mayor sentimiento de autonomía y de
individualidad, es vivido por el chico como una tragedia, pues en el momento en que la imagen de la figura
de referencia cambia, su sentido de sí-mismo cambia también. Muchos casos de anorexia, bulimia y
obesidad se inician con la decepción que ocurre en la pubertad/adolescencia, como consecuencia del
cambio de imagen de los padres y el consiguiente cambio de imagen de sí-mismo.
Producto de esta decepción familiar surge un problema básico, que es cómo estabilizar el sentido de sí
mismo, debido a que la decepción invalidó una de las estrategias principales que había llevado adelante
hasta ese momento, y lo que era corresponder a las expectativas de los padres. La solución al problema es
seguir seleccionando a una persona y corresponder a sus expectativas. Por lo tanto el sentido de la
coherencia dápica, que caracteriza el estilo afectivo, es tener una persona de referencia e intentar tener el
máximo de confirmación afectiva con el mínimo de exposición.
El problema de cómo se estructura el sentido de sí-mismo dápico, se observa en el nivel de experiencia
inmediata. Existe una desconexión entre la experiencia inmediata y los patrones emocionales recurrentes
que se pueden reconocer, quedando en la experiencia inmediata una gran vaguedad y confusión. Si bien,
para los dápicos los ritmos fisiológicos son difíciles de reconocer, las sensaciones como el hambre y la sed,
además de la motilidad, son las que dan al dápico el mínimo de estabilidad en el sentido de sí-mismo.
Igualmente, las tonalidades emocionales son poco diferenciadas, siendo la culpa la que más se destaca y
que surge cuando no corresponde a las expectativas de los otros.
Se puede comprender toda la coherencia interna del significado dápico, ya que si su sentido de sí-mismo
depende del juicio de los otros y en particular del juicio positivo, entonces para obtener esta confirmación,
la solución sería ser siempre el perfecto.
Otra característica es el “maximalismo dápico”; un chico que empieza a estudiar física y se da cuenta en el
primer día de clases que no tiene la inteligencia de Einstein, no sigue estudiando. Para los dápicos el
máximo en una situación corresponde a la condición mínima para enfrentarse a ella. No hay desarrollo ni
construcción, el resultado máximo tiene que estar presente desde el inicio.
En cuanto a los trastornos psicóticos en los dápicos, se puede observar en la etapa de la juventud que
pueden tener trastornos esquizofrénicos con delirio de influencia, es decir, la idea que le controlan o
cambian los pensamientos.
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Los dápicos normales, que tienen un procesamiento armónico, abstracto y flexible, son personas
sobresalientes en muchas dimensiones de la cultura y la estética.
Los rituales de orden son las conductas destinadas a poner en un orden y lugar determinados objetos. Las
obsesiones son las que se refieren a pensamientos, imágenes o impulsos indeseados, intrusivos y
recurrentes. Esta es la manera en que aparecen en la conciencia pensamientos agresivos, que tienen que
ser chequeados una y otra vez, detenerse y ver cuál fue el momento en que surgieron para estar seguro
que aparecieron sin su intención.
Las situaciones de toma de decisiones son también un área crítica en las personas que presentan una
organización de significado obsesivo.
Otro aspecto relevante es la facilidad de los obsesivos en llegar a presentar temas o delirios persecutorios.
Ello se debe a que su forma de ver el mundo es a través de la reconstrucción analítica y lógica de todo lo
que ocurre; por lo que pueden pasar fácilmente a temas persecutorios que en la mayoría de las veces
pueden ser transitorios. Otro tipo de delirio característico en los pacientes psicóticos obsesivos es el
megalomaníaco.
Los obsesivos con procesamiento concreto son los que tienen la duda. Los obsesivos con procesamiento
normal son los que siempre están seguros de tener la certeza y a veces el sentir la certeza constantemente
puede resultar peligroso, ya que los puede llevar a nunca sentir culpa.
posibilidad era reconocer de alguna manera que las emociones eran autónomas, no algo secundario q
funcionaba únicamente al servicio del pensamiento.
Esta crisis explicativa del primer cognitivismo es muy importante porque un grupo de gente empezó a
darse cuenta de q ya no era imposible intentar resolverla como se hizo con la precedente conductual,
intentando expandir el mismo asunto epistemológico de base. Se había llegado a un nivel en el cual el
problema era ponerlo en discusión.
El asunto empirista. ¿Cuáles son los asuntos básicos que habían regido la terapia conductual? Era el asunto
empirista como posición epistemológica. Esta revisión ocurrió también en todas las otras disciplinas. La
importancia de esta discusión es que es la primera vez q se cambia radicalmente la concepción de realidad
q el hombre occidental había tenido desde hacía 500 años. El asunto empirista es que existe una realidad
fuera de nosotros, objetiva, única para todos y en la que ya está comprendido el significado de las cosas.
Esta realidad es un orden preciso y el conocimiento consistía en intentar tener sensaciones puras de esta
realidad externa. Las consecuencias inmediatas: cada organismo es pasivo; no tiene un ordenamiento y un
significado interior. Recibe un significado externo. Toda enfermedad mental era la simple consecuencia de
influencias negativas del ambiente externo. El segundo asunto es la naturaleza del conocimiento. No
pertenece al hombre, porque viene de afuera. Viene a ser llenado por impresiones, percepciones
sensoriales q se asocian entre sí.
La revisión epistemológica. En la segunda mitad de los años 70 el problema es revisar estos asuntos
básicos. El primer aspecto que se toma en consideración en esta revisión epistemológica, en este intento
de ir más allá del empirismo, viene de los asuntos básicos del empirismo mismo. Parecía evidente que lo q
se tenía q explicar era qué es el ser humano, qué es la experiencia humana y no tomarla como algo hecho,
como si fuera únicamente la correspondencia o copia de algo q existía. Era volver a poner en el centro de la
investigación la experiencia humana. Este cambio de enfoque pone en el centro la experiencia humana no
dándola como algo hecho. Era algo posible por resultados de disciplinas q habían surgido en esos años: la
etología, la teoría de los sistemas. El primer dato provenía de la etología y los estudios evolutivos de los
neodarwinistas. Fueron muy importantes porque por primera vez lograron definir el conocimiento como
algo biológico, no mágico, ni filosófico, ni un don de Dios. Es algo biológico, es decir, el conocimiento es
parte integrante de la vida, la vida es conocimiento.
Si pensamos en el asunto empirista, cada conocimiento es una copia como si su objetivo fuese el de
corresponder, de ser verdad, de ser una manifestación objetiva del orden externo. Lo que aparece en la
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línea de epistemología evolutiva es que el conocimiento le sirve al organismo para adaptarse, para
sobrevivir. Ningún organismo está interesado en saber si su conocimiento corresponde a la realidad o no,
no es relevante para su supervivencia. Este pasa a ser el primer aspecto conceptual importante, el
conocimiento como proceso de auto organización para el organismo. Naturalmente es un proceso q tiene
en cuenta el ambiente externo real en el cual el organismo se desarrolla, pero incluso si parte de un
ambiente real, se organiza en función de las exigencias del organismo, no del orden externo.
El lenguaje y la doble dimensión de la experiencia. El aparecer del lenguaje hizo posible que se instaurara
simultáneamente una dimensión de realidad diferente de la que los otros animales viven usualmente, es
decir, la experiencia inmediata de la vida. En el hombre por primera vez se viene a construir
simultáneamente otra dimensión de realidad, mucho más abstracta, que puede dar lugar a una
explicación. Es decir, una puede construir en términos de proposiciones verbales una explicación de la
experiencia inmediata que ha percibido. Vive constantemente una doble dimensión simultánea de
experiencia. Una primera dimensión básica es la que nos ocurre, los demás animales, la experiencia de la
vivencia, el sentirnos vivir. Es simplemente algo que nos ocurre, que no podemos decidir.
Simultáneamente el ser humano tiene la posibilidad de explicarse, de referirse asimismo su experiencia de
vida y puede evaluar. Sólo el lenguaje permite la emergencia de categorías como justo o errado, bueno o
malo, lindo o feo. El lenguaje permite por primera vez, por sus características de precisión, secuencialidad y
linealidad, añadir a este espacio intersubjetivo la posibilidad de una medición. Este espacio de
acercamiento-alejamiento, puede ser trasladado a un nivel más abstracto en el cual se vuelve correcto-
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equivocado, bueno-malo, bello-feo. El lenguaje permite algo más: destacar el contenido informativo de la
experiencia inmediata de su tonalidad afectiva. Es lo que son los conceptos. El lenguaje permite elaborar
proposiciones abstractas con sujeto, predicado y un complemento y esto es algo con lo que la experiencia
inmediata se reordena y su tonalidad afectiva puede ser estacada, quitada. En este sentido el concepto es
válido en sí mismo. No es como la experiencia inmediata, que cada vez es definida por la tonalidad emotiva
que la acompaña.
Esta doble dimensión de realidad, de experiencia, es muy importante, también en términos de terapia,
porque el trabajo de un terapeuta post racionalista está constantemente en este borde, en esta interfase
entre la experiencia inmediata y la explicación que esa experiencia tiene el momento mismo en que
ocurre. Hay algunas consecuencias muy importantes de esta doble dimensión de experiencia. La primera
es que por un lado los seres humanos no pueden estar sin darnos constantemente explicaciones de sí
mismos y del mundo. Por otro lado, todas las explicaciones son solamente explicaciones de su experiencia
inmediata de vida. Es decir, todas son explicaciones de la vivencia y eso significa que ningunas explicación
de algo que está fuera de nosotros, es siempre una manera de reordenar nuestra experiencia inmediata de
la vida. Cada uno de nosotros puede percibir el mundo sólo a través de su percepción. Cada explicación
que nos damos es en realidad una explicación de nuestra experiencia inmediata de ese aspecto del mundo
externo. Cada explicación da más información sobre nosotros que sobre la realidad externa que deseamos
conocer.
Toda evaluación que hacemos es siempre a posteriori. Si cruzo mi cuarto sin luz y me parece haber un
fantasma en un rincón, inmediatamente me doy cuenta de que fue un juego de luz y sombra. Pero en el
momento en que me asuste en, es decir, en el momento de la experiencia inmediata - es imposible
distinguir la percepción de ilusión. La distinción es posible cuando en el nivel de explicación empiezo a
reordenar con el lenguaje, con las conceptos, mi experiencia inmediata y a posteriori puedo hacer
categorías de evaluación como correcto, erróneo, hoy debo estar muy cansado si he confundido una
sombras con un fantasma. La consecuencia es muy importante; significa que en el momento en que
vivimos en la experiencia inmediata, ninguno de nosotros sabe lo que le pasa. Empezamos a darnos cuenta
de lo que nos ha pasado apenas empezamos a reordenar, a decodificar, a auto referirnos las experiencias
inmediatas que hemos tenido como ocurrencias de vida.
El conocimiento como ha sido presentado en el enfoque racionalista estaba siempre orientado hacia una
finalidad y a resolver un problema y alcanzar un objetivo. En este sentido, el conocimiento es
completamente diferente. Su estructura básica es primariamente ontológica. Su primera función no
resolver problemas ni alcanzar objetivos; es darle a la persona un sentido de sí mismo consistente,
continúo y coherente en el tiempo. La resolución de problemas o alcanzar objetivos es secundario. El
sentido de sí mismo le viene en forma directa a su experiencia inmediata y esto tiene que reordenarlo y
construirse una imagen de sí mismo en la cual pueda haber características, capacidades. La finalidad del
conocimiento no es una representación del mundo externo, sino construir un sentido de sí mismo y del
mundo, independientemente de cómo el mundo sea. Si vemos al ser humano desde un punto de vista
interno, del ser humano que vive su vida, no le importa nada alcanzar una verdad. Nada de lo que hace es
por alcanzar una verdad. Si vemos la vida desde el punto de vista de quien la vive lo más importante del
conocimiento es un sentido de mí mismo constante, continuo, que me abra una dirección de vida y eso es
lo que voy a mantener y a articular ya desarrollar por el resto de mi vida.
El conocimiento no es solamente cognitivo. Es especialmente emotivo. Las emociones son el conocimiento
básico. Cuando hablo de experiencia inmediata, ésta está hecha de una continua modulación de
tonalidades emotivas, que inmediatamente dan una información directa, tácita, sin necesidad de
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Conocimiento tácito y conocimiento explícito: consecuencias terapéuticas. Es por esta naturaleza del
conocimiento que hoy se habla de conocimiento tácito y conocimiento explícito. El conocimiento tácita es
el que no requiere palabras lenguaje, pensamiento. Es el que uno tiene inmediatamente porque siente
algo; es el que dan las emociones, las sensaciones, las disposiciones corporales. El individuo se encuentra
con ella en cada momento de su existencia. Conocimiento explícito significa que la actividad constante del
individuo - desde el nacimiento las primeras operaciones motoras, sensorial y cognitivas- es dar forma,
explicitar, referirse, construir esta experiencia inmediata que nos acompaña incesantemente.
Esto es importante terapéuticamente. Sí cualquier explicación, teoría o convicción es siempre la
experiencia inmediata que el individuo tuvo, no existe la posibilidad de comprobar si un belief corresponde
con no a algo externo, para ver si es adecuado o no. La única manera de ver si una creencia o convicción es
adecuada, es comparándola con el tipo de experiencia inmediata que pretende explicar, no algo externo.
¿Qué le ha disparado como experiencia inmediata? Con esa experiencia inmediata y la explicación que nos
está ofreciendo, ¿Cómo logra mantener su coherencia? Lo importante es siempre referir la explicación a la
persona, porque es con la que intenta ser coherente con lo que ha sentido. Se podría decir que al nivel que
está en contacto con la realidad externa la propiamente dicha, es el de la experiencia inmediata. El nivel de
explicación trabaja sobre datos de su experiencia inmediata; no sobre los que provienen del embate con la
realidad externa. Lo que le ocurrió, el señor no lo sabe. Sería el trabajo de una sesión lograr reconstruir el
aspecto de la esposa que lo hizo estallar y por qué por algo que parecía no significativo estalló y la trató
mal. A él le ocurrió un tipo de experiencia inmediata en la cual se sentía estallar y estalló y después, toda
su actividad explicativa trabajó sobre estos datos para hacerlos consistentes, para transformar su estallido
en una reacción, en una defensa y no en un ataque. Esto significa que cada procedimiento racional
depende siempre de las emociones.
El proceso de vínculo. Un segundo elemento es la función que en los humanos asume el proceso de vínculo,
después del nacimiento y en el período desarrollo. El ser humano es inmaduro por lo menos hasta los 18
años. Requiere de una constante protección, soporte emotivo de los padres. Una de las características de
la intersubjetividad es que uno se conoce a través de los otros. Vivir en un mundo intersubjetivo significa
que uno tiene que construir categorías que lo hagan ser reconocido como miembro efectivo del grupo y
que su supervivencia es ser aceptado como miembro del grupo. El proceso de vinculación tiene como
objetivo mantener la proximidad con una figura emotiva importante. El sistema de vínculos es el medio por
excelencia por el cual cada humano logra a construirse un sentido de sí mismo específico y único con el
cual reconocerse. El desarrollo del vínculo es paralelo al desarrollo de la identidad personal. Vincularse a
alguien significa reconocerse y tener un sentido de sí mismo específico.
La percepción del otro simultáneamente significa una percepción de mí. Es como si percibir categorías,
tonalidades emotivas de la otra persona, automáticamente me diera el sentido de quién soy yo en este
momento. De la cara de la madre extrae un sentido de sí mismo. También en la vida adulta una figura
vincular corresponde a una figura que forma parte de la percepción de uno mismo y esto explica por qué
cualquier pérdida de una figura significativa requiere luto. La calidad del vínculo empieza a delinear
mayormente la presencia de algunas tonalidades emotivas que de otras. Las tonalidades emotivas básicas
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son genéticas. Dependiendo de las características de la persona que ejerce el vínculo, ciertas tonalidades
emotivas serán más seleccionadas que otras. Una mamá muy ansiosa, muy asustada, hará que la tonalidad
de miedo esté más desarrollada y más representada.
El pensamiento se desarrolla de manera secuencial, lineal y analítica, va en escalera. Las emociones se
desarrollan de manera diferente, por semejanzas analógicas. La mejor metáfora es la musical. Si ustedes
tienen presente cómo está formada una sinfonía, hay una tonalidad musical básica. Se emplean todas las
tonalidades, pero con esta clave ordenadora. Si a este niño la particularidad del vínculo familiar le ha
seleccionado y amplificado una tonalidad emotiva como la de pérdida, él diferencia las otras tonalidades
emotivas confrontándolas siempre con la pérdida. Todas las emociones están diferenciadas frente a ésta,
que es la tonalidad básica. La calidad emotiva del vínculo se refleja en una unidad organizativa del dominio
emotivo. Es unitario porque hay una tonalidad emotiva de fondo, la que más le da al niño su sentido de sí
mismo. Esta unidad del dominio emotivo es lo que se llama significado personal. Es la que da al mismo
tiempo, un sentido de sí mismo específico, que se acompaña de una manera precisa de sentirse en el
mundo. En el momento en que tengo un sentido de mí mismo, siento que también tengo una manera de
ser en el mundo. Es lo que se llama significado personal. Generalmente es un proceso muy gradual, una
construcción. Una organización unitaria del dominio emotivo comienza a estar bien articulada y
reconocibles más o menos cuando empieza el pensamiento abstracto.
Se identifican algunos Significados Personales Básicos. Actualmente se pueden identificar 4 categorías de
significado personal y pueden explicar mucha de la psicopatología que vemos comúnmente en la clínica.
Cada uno de estos Significados Personales puede ser elaborado de muchas maneras, en términos que
llamamos normal, neurótico y psicótico. No es que normalidad, neurosis o psicosis sean entidades o
categorías de experiencia en sí mismas; son modalidades procesar la experiencia. Cada Significado Personal
puede tener diferentes modalidades de procesamiento de experiencia con su significado.
En una situación de vínculo en la cual el niño no se siente acudido, no tenga soporte emotivo, en la cual la
percepción de pérdida es una modalidad emotiva fundamental, que diferencia a todas las otras, el dominio
emotivo tiene una organización unitaria sobre el sentido de pérdida; es la Organización Depresiva.
La del miedo aparece como la opuesta a la depresiva. La depresiva es falta de vínculo; falta de calidad de
vínculo o falta absoluta de vínculo. Esta es lo opuesto: es excesivo vínculo. Es una madre especialmente
preocupada, involucrada con el hijo que no le permite explorar. No le deja hacer nada por propia iniciativa
tanto que en este sentido la experiencia básica del niño es miedo. Toda novedad produce miedo, todo lo
nuevo es peligroso. Esto lleva también a una percepción del mundo como peligroso. Es la Organización de
Significado Fóbico.
Hay situaciones intermedias más complejas, donde no es la presencia excesiva o la ausencia del vínculo el
factor determinante sino la calidad del vínculo. La más típica el mundo occidental ahora, es una situación
en la cual el vínculo familiar está lleno de ambigüedades. Nunca las emociones se expresan directamente.
Es difícil para un niño poder percibir cuándo es querido y cuándo no., porque nada es expresado
directamente. El niño identifica que ser querido es corresponder a las expectativas del padre; a
identificarse con la imagen que el padre quiere de él. En esta categoría no hay emociones precisas que se
diferencien. Las expectativas percibidas en el otro significativo se vuelven el sentido de sí mismo. Es la
categoría de significado que llamamos DAP: Desórdenes alimentarios psicógenos: la anorexia, la bulimia, la
obesidad.
La cuarta se trata de un vínculo no ambiguo sino ambivalente. Ambivalente es un vínculo incomprensible
para el niño en el sentido de que el comportamiento del padre se presta igualmente bien a dos
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explicaciones antagónicas. La misma actitud del padre puede ser experimentada como él me quiere o él
me odia. Es generalmente el tipo estructura familiar que origina un Significado Obsesivo.
Las organizaciones de significado personal. Se intenta ver el conocimiento desde el punto de vista de la
persona, del sujeto. Así se puede comprender cómo el significado personal forma parte en sí mismo el
conocimiento individual. En cada forma de conocimiento el sujeto siempre consigue tener un sentido de sí
mismo. Cada acto de conocimiento implica una percepción del mundo y de sí mismo específicas. El
significado personal está intrínsecamente conectado con la experiencia humana. El significado personal
que cada uno tiene es su manera de percibir sigue percibir el mundo, está conectado con la organización
unitaria que el dominio emotivo se iba a tener en el curso el desarrollo maduracional. El significado
personal coincide con la específica configuración unitaria que todas las tonalidades emotivas adquieren del
proceso de desarrollo. Una organización personal de significado, no está caracterizada por un particular
contenido de conocimiento, sino por la forma, la modalidad, la manera de procesar el conocimiento.
Una organización de significado personal es una forma unitaria de procesamiento del conocimiento. Vale
decir que en la realidad no existe ninguna organización pura. Lo típico es que un componente asume el rol
de unidad en el procesamiento.
organización depresiva es que en la adolescencia el sujeto atribuya sí mismo la culpa de estar separado del
mundo. Si hay una realidad en la cual los otros viven bien y él está excluido, es porque hay algo en el que
no es bueno, hay algo en el que es negativo. Está siempre previniendo, muy atento a no involucrarse
emotivamente porque está seguro de que apenas el involucramiento ocurra, ocurrirá también la pérdida.
Organización de significado obsesiva. El obsesivo tiene un pattern familiar muy característico, de vínculo
ambivalente. Generalmente en las familias obsesivas los padres son obsesivos y el estilo afectivo de un
padre obsesivo es el de uno que está completamente dedicado al hijo, pero en esto ha de estar dedicado
dijo, lo tortura. Los dos aspectos son simultáneos, indistinguibles. Esto tiene muchas consecuencias, la más
importante un vínculo ambivalente en que no puede decidirse a ningún momento lo que está pasando.
Desde el inicio produce la emergencia en un sentido de sí mismo doble, es decir, me quieren (positivo) no
me quieren, significa soy aceptable, no soy aceptable. Pone desde inicio una doble imagen de sí mismo:
una negativa y una positiva que paraleliza el percibir la doble percepción del comportamiento. El problema
del obsesivo empieza desde este momento: ¿cómo excluir, como está seguro de que su self verdadero es
positivo? Lo que generalmente hace es la completa exclusión de la vida emotiva. Se vuelve cuando chico
hacer puro pensamiento. Son familias exclusivamente verbales. El
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problema de lo sucesivo es que como son pensamiento puro, funcionan siempre manera dicotómica.
Entonces las cosas son siempre así: si una cosa no es bella, es fea; si no es buena, es mala. No hay ninguna
graduación intermedia. Para tener la garantía, la certeza de ser solamente la parte positiva, tiene que
tener la garantía de no cometer ningún error, entonces hay que prever todo. Esto de prever todo es un
trabajo. Esta es la meticulosidad, la pedantería del obsesivo, porque también la tarea mínima requiere un
esfuerzo enorme. Inmediatamente el pensamiento dicotómico dice que eres positivo si no cometes ningún
error, si cometes un error eres una persona negativa, inaceptable. Está en disminución porque han
cambiado los aspectos sociales. El aspecto social que favorecía la organización obsesiva era una extrema
rigidez, moral o religiosa.
sentido de sí mismo. Hay dos razones que explican por qué la decepción ocurre siempre en los DAP. La
primera, más sencilla, es que la figura positiva del padre con el cual él está sintonizado, en una figura
mítica, falsa, es un bluff también. Ha sido presentada así a la familia. Si el padre es abogado ha sido
presentado como el mejor abogado que ha habido los último 80 años, el más honesto. Apenas el niño tiene
la mínima capacidad de darse cuenta de lo que pasa en el mundo concreto, esta figura del Padre va a ser
inevitablemente reducida. Lo asombroso es que la intensidad de la decepción no se correlaciona con el
hecho de que lo ha producido. El hecho es una estupidez. Lo que pasa en la adolescencia, y es fisiológico,
es que con la emergencia del pensamiento abstracto la figura de los padres es relativizada. Mientras uno es
niño y está en la escuela básica, los padres parecen figuras absolutas. Mientras uno es niño y está en la
escuela básica, los padres parecen figuras absolutas. Cuando se vuelve adolescente los padres empiezan a
ser reducidos como personajes, aparecen como todas las personas.
La decepción que ocurren la adolescencia en un rol muy importante, porque cambie y estabiliza al mismo
tiempo la estrategia de los DAP. Ellos esa han experimentado en una parte del camino del desarrollo que
una solución posible al problema de identidad que tienen – de no tener un sentido de sí mismo definido- es
sintonizarse completamente con una persona. Después han experimentado que esta solución puede ser
muy peligrosa, porque si
esta persona sobre la que se sintoniza nos decepciona, se quedan sin nada. Desde ese momento el
problema empieza a ser cómo obtener garantías de confirmación por parte de una persona significativa,
sin exponerse, sin hacerse ver y sin enfrentar se con él, para disminuir el riesgo de la decepción. Uno de los
aspectos típicos de los DAP es que viven toda la vida como si fuera una competencia atlética. Hay dos
posibilidades: gana todo no gana. Lo más importante de decir de los DAP es que el problema alimentario
de un problema desviante, porque sólo uno de los síntomas que el DAP puede tener y no es tampoco el
más frecuente.
La Psicoterapia:
Lo más importante es lo que los ingleses llaman timing, tener una secesión correcta, es decir que el
terapeuta no tiene que adelantar al paciente, la sucesión la determina el paciente. Es el el que marca el
ritmo, la velocidad con la cual se pasa de una etapa a la otra.
Metodología vs Empleo de Técnicas. Como premisas importantes aparece el problema de las técnicas
porque no se emplean estas sino que lo contrario. Lo que se va a presentar como técnicas es que todas las
técnicas se transformen en metodología. La psicoterapia tiene que ser una metodología y cuando uno
tiene una metodología puede inventar todas las técnicas que quiera, depende del problema que esté
presentando el paciente, de la situación que está atravesando, del periodo terapéutico, no hay nada
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definido. La técnica es nada más que un instrumento que un terapeuta puede usar en un momento para
hacer que un paciente logre verse de una manera en vez de otra. Pero la misma técnica, este instrumento,
puede ser utilizado quizás para un solo paciente, para otro se requiere otra.
El Assessment. La técnica del assessment, de evaluación, es muy importante. Es ya una intervención
terapéutica y está mezclado con ella. Evaluar y reconstruir la manera de pensar o cómo una persona se
explica las cosas ya es intervenir.
El assessment del racionalista es siempre comparar lo que el paciente dice o hace con un set estándar de
convenciones, reglas, que son evaluadas como normales y son el punto de referencia. Pero lo correcto
desde el posracionalista es que lo que el paciente dice o hace, para ser entendido por el terapeuta, tiene
que ser siempre referido al paciente.
En este sentido cambia completamente la atención del terapeuta. En los métodos de assessment
tradicionales, el terapeuta está muy atento a los aspectos semánticos. Pero lo que en este método interesa
no es el belief, interesa el aspecto que está detrás, cual es la manera de procesar el belief que la persona
tiene.
El otro aspecto que diferencia este tipo de assessment es la atención hacia las emociones negativas. En los
enfoques cognitivos racionalistas tradicionales, las emociones negativas no son investigadas, reconstruidas,
el terapeuta tampoco quiere oírlas, porque en su teoría conductual piensa que si el paciente habla de
emociones negativas las va a reforzar.
En este enfoque nuevo, el assessment de las emociones negativas es un punto crucial, fundamental. El
terapeuta debe estar muy atento a no presentar ningún signo de preocupación cuando el paciente habla
de la intensidad de su desesperación, de su soledad; tiene que tener una actitud desde la cual el paciente
pueda percibir que estas son emociones de todos los hombres. Además contienen informaciones
importantes para entender y reconstruir.
Las resistencias. Resistencia no es cuando un paciente llega tarde a la sesión o cuando empieza a competir
con el terapeuta y objeta lo que le dice. Estos son juegos competitivos, juegos relaciones y el terapeuta
deberá tener la habilidad de no verse envuelto en ellos y que puedan limitar su actividad de assessment o
su actividad terapéutica.
Resistencia es otra cosa. Por ejemplo, cuando el paciente ha alcanzado un buen punto de vista de si mismo
y después de dos, tres o cuatro sesiones, pareciera que lo pierde.
Las resistencias son elementos con los cuales el terapeuta tiene que trabajar. Una resistencia tiene que ser
analizada y reconstruida por las emociones negativas, porque contiene mucha información importante, la
más importante es sobre los mecanismos de coherencia interna del paciente.
El método de autoobservación. Este método es necesario para estudiar la interfase entre explicación y
experiencia inmediata. Este es el sector de trabajo de esta terapia. analizar primero qué relación hay entre
la experiencia inmediata y la explicación que esa experiencia inmediata tiene para el paciente, y después
trabajar para reordenar la explicación, para que mucho más material de experiencia inmediata sea
reconocido, integrado y reorganizado a nivel de la explicación.
El procedimiento básico es éste: el problema con que el paciente llega tiene que ser reconstruido en
hechos, eventos, que sean traducibles en escenas.
Todo tiene que ser construido como una escena cinematográfica y se dan instrucciones al paciente.
Cada una de las escenas es un cuadro, como en una película. Al inicio se entrena al paciente en este
método, hay que prestar atención a que el haga este este trabajo, que decodifique toda su definición, la
traduzca en una secuencia de escenas. Después se lo entrena a recorrer la escena desde el final hasta el
151
principio y desde el principio al final, para estar seguro de que tenga toda la sucesión de escenas bien en la
pantalla.
Se hace continuamente un pasaje de subjetivo a objetivo. Tiene que volverse una costumbre cotidiana de
relación consigo mismo la de verse en una situación desde diferentes puntos de vista, desde adentro y
desde afuera.
El paciente logra darse cuenta de toda una serie de sensaciones y emociones de las que, al momento en
que las estaba experimentado, no se daba cuenta.
Itinerario de la Psicoterapia
Este es el método. Lo que cambia es el nivel de profundidad y el sector de experiencia donde es empleado.
Posee 3 etapas, en todas el procedimiento empleado es siempre profundizar más en el problema.
1° Etapa: preparación del contexto clínico: generalmente es bastante breve, aproximadamente hasta la 8 o
9 sesión.
Se reformula el problema que el paciente llevó y al mismo tiempo se definen las reglas de la relación
terapéutica.
2° etapa: tiene dos partes, la primera es la reconstrucción del repertorio de la vida actual del paciente, a
partir del problema que se presenta; la segunda es la reconstrucción del estilo afectivo.
Es la fase central. Se empieza a reconstruir la dinámica entre la experiencia inmediata y explicación que
tiene el problema reformulado.
3° etapa: reconstrucción de la historia evolutiva: la mayoría de los pacientes interrumpen la terapia antes
de este nivel. Un terapeuta no tendría que convencer al paciente a hacer una historia evolutiva porque es
la parte más emocional de toda la terapia, que produce más turbulencias emotivas y no es justo obligarlo a
hacer algo que le produce sufrimiento.
Además, el paciente a este nivel sabe que puede hacer esto. Si no lo pide, el terapeuta no tiene que
presionar en absoluto.
Puede sonar extraño que la historia evolutiva se haga cuando el paciente ha mejorado, pero hacerla al
inicio de una terapia es el peor daño. Lo más importante es hacer una historia evolutiva que al mismo
tiempo que se reconstruye la historia, se obtenga también una reformulación completa de esa historia,
que mientras reconstruye, el paciente cambie el punto de vista.
Este es el motivo por el cual se puede empezar una historia evolutiva solo cuando el paciente ha alcanzo
un nuevo punto de vista sobre si, porque es desde este punto de vista que la historia de su pasado va a ser
reconstruida. *moviola: método, no técnica. Método de observación y reconstrucción de la experiencia
inmediata.
otros sostienen nuestra identidad. Para sentirnos coherentes tenemos que percibir de algún modo esa
identidad como lo bastante positiva para que pueda sostenerse.
La lucha por una autoimagen aceptable es crucial en la comprensión ontológica, que regula tanto el
proceso de hacer coherente y unitaria la apreciación del sí mismo como la estructuración de las
experiencias sobre las que se basa esa apreciación.
Si partimos de esta premisa, resultara evidente que todo sistema de conocimiento individual debe
considerarse, desde el punto de vista ontológico, como una organización autorreguladora de los procesos
del significado personal. Entonces la conciencia, como experiencia inmediata del propio sí mismo, aparece
simultáneamente unida a la percepción de que uno es el agente causal de esa experiencia, con lo que
afecta de forma inevitable el conjunto fluyente de posibilidades en el contexto vital presente. Además, la
experiencia inmediata del propio sí mismo incluye una modulación afectiva positiva o negativa (percibida
como un sentimiento de ser querible o no ser querible), y es apreciada y recibe coherencia a través de
categorías específicas de la autoestima. Dado que la autoestima es, como hemos visto, el modo en que
procuramos hacer a nuestra autoimagen consiente adecuada para recibir el sostén de los otros. En otras
palabras, toda diferenciación de los propios límites implica una comprensión ontológica (hasta qué punto
el “mi” puede apreciar a su “yo” que experimenta), en la que el significado personal representa un
procesamiento proactivo: un ordenamiento activo de redes de acontecimientos significativos relacionados,
que genera una percepción del mundo capaz de desencadenar patrones recursivos de modulación
emocional (“yo”), específicamente reconocibles como el propio sí mismo (“mi”), unificado y continuo en el
tiempo.
En virtud de esta naturaleza proactiva, el desarrollo del significado personal aparece como un proceso en
espiral, a través del cual se despliega la tensión especial intrínseca en la dinámica de la mismidad: el “yo”
que actúa y experimenta está siempre un paso adelantado en la apreciación de la situación, lo que hace
posible percibir más de lo que uno experimenta, y experimentar más que aquello a lo que uno presta
atención; por lo tanto, el “mí” es un proceso continuo de reordenamiento y reforma de la autoimagen
consciente.
Si ontológicamente el modo humano de “ser en el mundo” consiste en buscar y crear significado, un
enfoque ontológico de la persona, orientado hacia los procesos, debe conducirnos a una especie de
ciencia del significado que permita la clasificación de los diversos patrones de coherencia organizada que
presentan los seres humanos en su búsqueda y creación de significado.
Los procesos autorreferenciales que subyacen al ordenamiento de una organización del significado
personal (OSP) pueden resumirse como sigue:
Una OSP no debe interpretarse como una entidad definida por un contenido específico del conocimiento
(por ejemplo una creencia) sino como un proceso ordenador unitario, en el que se buscan la continuidad y
la coherencia interna en la especificidad de las propiedades formales, estructurales, de su procesamiento
del conocimiento, más que en las propiedades semánticas definidas de los productos de ese conocimiento.
Esto llevo a la adopción de una metodología orientada hacia los sistemas/procesos, que puede identificar
las reglas sintácticas profundas (yo) capaces de crear una gama homogénea de representaciones
semánticas superficiales (mi) en concordancia con una interacción cambiante con el mundo. De este
modo, la tensión esencial de la mismidad como un todo se encontraría en el foco de la atención del
observador y, en consecuencia, el modo en que el mi puede reconocer y dar coherencia yo percibido, sería
el proceso ordenador unificador que organiza con coherencia los patrones de la actividad afectiva, motriz y
cognitiva. El autoordenamiento de patrones diferentes de unidad organizativa del campo emocional
subyace en el despliegue de OSP consecuentemente distintas.
153
Sendas evolutivas.
La organización depresiva:
Patrones de reciprocidad temprana: las relaciones de apego están marcadas por acontecimientos
cargados de afecto, que son percibidos por el niño como pérdidas, sean debidas a la pérdida real de un
progenitor o a fracasos repetidos en el desarrollo de un apego seguro, en virtud de la desatención y/o
rechazo de progenitores que no cuidan.
Como estrategia defensiva en respuesta al rechazo paterno presentan patrones de apego evitativo,
evitando el contacto con los cuidadores, y reducción en las expresiones de malestar y apego. Las
conductas evitativas lo ayudan a impedir la activación de conductas de apego que probablemente no
serían correspondidas y por lo tanto suscitarían angustia e ira.
La experiencia de soledad en estos niños se ve acompañada por una aptitud para el “autocuidado” por
la cual se sienten capaces de mantener un nivel aceptable de reciprocidad con los otros sólo si
enmascaran la modulación afectiva negativa percibida durante la interacción con otros.
La organización de los límites del sí mismo: La experiencia de pérdida desempeña un papel constructivo
en la organización de una pauta recurrente y estable de autopercepción (yo), susceptible de reconocerse
y estructurarse en un sentido de sí mismo (mi) con limites estables.
- La organización del yo: la posición central de la experiencia de pérdida durante la primera infancia
se reflejará en la diferenciación selectiva y la unión de escenas prototípicas (extraídas de
acontecimientos repetidos), que oscilan recursivamente entre polaridades emocionales opuestas,
como el desamparo/tristeza y la ira. Por lo tanto a los 3 años se empiezan a estabilidad un conjunto
recurrente de escenas nucleares. Dado que las escenas nucleares prototípicas se convierten en los
ingredientes básicos de la conciencia infantil, el yo emergente comunica un sentimiento de sí
irreductible, que refleja la experiencia que tiene el niño de su ser en el mundo, es decir, de estar
solo en un mundo totalmente poco fiable e incontrolable, en el que los esfuerzos y resultados se
perciben como carentes de relación; además el mantenimiento de esta sensación interior mediante
la regulación rítmica de opuestos sólo puede experimentarse a través de una sucesión continua de
trastornos bruscos, tanto dentro del sí mismo como en la realidad circundante.
- La delimitación del mí: autoimagen negativa en la que la capacidad para ser querido y la valía
personal están profundamente subestimadas. Percepción de que uno es el agente causal de los
problemas. Actitud de cólera y autoacusación.
En estos casos las oscilaciones rápidas entre ira/acting out y desamparo/repliegue, acompañadas por las
oscilaciones en la percepción de la autoestima y la autoacusación, son la regla de los primeros años
escolares, como si la realidad sólo pudiera entenderse a través de una serie de reacciones alternas de
154
rechazo e ira. En los primeros años de la infancia crece la aptitud para manipular la inmediatez de la
modulación emocional (yo) a fin de mantener coherentemente la evaluación del sí mismo (mi).
A partir de la segunda etapa de la infancia el niño estabiliza ciertos patrones de autopercepción,
manteniendo constante la gama de rechazos o fracasos percibidos por medio de una serie de
autoengaños.
Desde el final de la pubertad y paralelamente con la aparición de nuevos niveles de autorreferencia
reflexiva, la atribución causal interna que caracteriza al mí y la lucha por superar la negatividad se amplían
considerablemente a lo largo de toda la adolescencia y juventud, haciéndose cada vez más abstractas e
independientes del contexto emocional inmediato, y originando un modo de ordenar la realidad más
amplio y articulado.
La dinámica yo/mí y la coherencia del sistema: la dinámica de la mismidad en el fenómeno depresivo se
basa en la tensión esencial entre la estructuración profunda e inmediata del mundo en términos de
perdida, rechazos y fracasos (yo), y el reordenamiento explícito del mundo en términos del sí mismo
negativo y la atribución causal interna (mí), como estrategia autorreferencial esencial para reconocer y
apreciar coherentemente la propia experiencia fluyente.
La organización fóbica:
Los patrones de reciprocidad temprana: el aspecto que caracteriza los patrones de apego paternal en
esta organización es una inhibición indirecta de la conducta exploratoria autónoma del niño, ya sea a
través de la sobreprotección o de la falta de disposición de los progenitores para constituirse en una
base segura. En lo que al niño se refiere, el aspecto invariable consiste en el hecho de que nunca siente
que su capacidad para ser querido o su valía personal se ponga en entredicho.
El modo indirecto en que se realiza la inhibición representa la variable crucial, y en consecuencia el
sentirse limitado en la propia libertad de movimiento sólo puede experimentarse como algo que es
necesariamente parte de una relación de apego susceptible de ser percibida como estable y “segura”. El
niño se siente protegido del ambiente percibido como peligroso sólo cuando está en estrecho contacto
físico con un cuidador.
No percibe la angustia como procedente de las intenciones de los padres relacionadas con la crianza, y esto
hace que no pueda localizarla dentro de su experiencia subjetiva emergente.
Reproducción continúa de sentimientos de restricción y limitación, concluyendo con la
estabilización de la experiencia de un sí mismo en peligro y angustiado del cual ella depende.
La organización de los límites del sí mismo: en una senda evolutiva caracterizada por el control excesivo
del malestar percibido a través del cuerpo, la diferenciación de la mismidad se realiza según patrones un
tanto específicos.
La organización del yo: se percibe toda separación temporal de una figura protectora como un peligro
inminente, y se siente inmediatamente restringido y delimitado en cuanto se reestablece el contacto
físico con esa figura. Más o menos a los 3 años el ordenamiento de las escenas nucleares oscilantes y
repetidas referidas a la exclusión reciproca de la protección y la autonomía origina un patrón
autorregulador de la autopercepción, en la que la necesidad sentida de libertad e independencia va
acompañada por la percepción angustiada de un mundo peligroso, en el que el único modo posible de
ser es ser protegido con amor.
El miedo y la angustia son los principales ingredientes del yo emergente.
La delimitación del mí: las actitudes paternales sobreprotectoras inclinan la autorreconocibilidad hacia
una demarcación positiva del mí. Gracias a la capacidad para estabilizar la propia excitación el niño se
155
vuelve capaz de apreciarse como querible y valioso. Esta apreciación del sí mismo cobra coherencia
atribuyendo la necesidad sentida de protección a una causa externa negativa estable y explicando la
propia actitud sobrecontroladora en términos de la necesidad de libertad e independencia.
A medida que avanza la infancia, el niño pasa a ser más capaz de mantener, dentro de un nivel
aceptable toda modulación discrepante de la excitación conectada con experiencias angustiosas de
soledad y restricción.
Finalmente, a partir de la adolescencia, la aparición de nuevo niveles de autorreferencia permite
un reordenamiento más abstracto de la actitud sobrecontroladora del mí.
La dinámica yo/mí y la coherencia del sistema: la personalidad fóbica reposa sobre la tensión esencial
entre la necesidad profunda e inmediatamente experimentada de afianzar relaciones afectivas seguras
(yo) y el reordenamiento explícito en los términos de un agente controlador (mi); esto hace al individuo
incapaz de dominar los aspectos existenciales y emocionales intrínsecos al mito afectivo humano.
Los procedimientos de control se basan en una prevención o evitación casi automática de las emociones,
y no en su comprensión en términos de significado personal.
La oscilación rítmica entre angustia/necesidad de protección y necesidad de libertad/miedo implica una
tendencia a reaccionar en exceso, con elevada intensidad emocional.
La generatividad de la dinámica fóbica yo/mi reside precisamente en el intento de controlar una
emoción hasta el punto de excluirla de la autoimagen explicita, pero sólo tras haberla experimentado.
normas de perfección, y el intento de satisfacerlas se considera el modo más fiable de lograr un nivel
aceptable de autoestima y de percepción del propio valor.
Por lo tanto, a partir del fin de la infancia, un yo desdibujado y vacilante se reordena en una autoimagen
cuya capacidad y valía dependen del equilibrio que se ha podido establecer entre la necesidad absoluta
de ser aprobado por los otros seres significativos y el miedo amenazante a ser invadido o defraudado en
las relaciones significativas.
Una actitud de este tipo implica la exclusión selectiva de toda entrada sensorial que pueda interferir
la sintonía con normas absolutas, o acrecentar la auto exposición, dado que en ambos casos resultan
más probables las disconfirmaciones desafiantes de la propia autoimagen. Se caracteriza entonces
por una actitud vaga y continua oscilante del mí hacia el yo.
La dinámica yo/mí y la coherencia sistemática: su origen se encuentra en la demarcación laxa e
indefinida respecto de los otros.
Para evitar cualquier compromiso afectivo definido y la auto exposición hay todo un repertorio de
estrategias relacionales que apunta a obtener a priori del compañero la garantía absoluta de una
intimidad sostenedora.
La asimilación e integración de estos sentimientos angustiosos, al desencadenar posteriores
reordenamientos del mí, permiten reconocer marcos internos de referencia en el yo para organizar
patrones más fiables, estables, de la autopercepción. La delimitación progresiva respecto de los otros va
acompañada por un sentido creciente de individualidad y autonomía personal.
prefiriendo las aptitudes intelectuales y lingüísticas. Existe entonces una primacía verbal. Exclusión
selectiva de la fantasía, imaginación, emociones e impulsos.
Aparecen además pensamientos (meditaciones, dudas, etc.), conectados con conductas
estereotipadas (rituales).
El mi tiene una actitud de “todo o nada”.
Hay una exclusión de la propia vida emocional. La certidumbre en cualquier área de la experiencia es
el procedimiento esencial para mantener una autopercepción unitaria y fiable. Esta actitud de
búsqueda constante de certidumbre de que uno tiene el control total de sí mismo va acompañada por
una actitud perfeccionista, derivada de la adhesión continua a un conjunto rígido de normas y reglas
morales.
La dinámica yo/mí y la coherencia interna: la tensión esencial que subyace en la dinámica de la
mismidad podría rastrearse hasta el desequilibrio emocional profundamente enraizado que se refleja
en la lucha por lograr una percepción unitaria y fiable de la propia autoimagen.
La oposición antitética entre el pensar y el sentir, que aparece como resultado de una discrepancia
estructural en la evaluación del yo por el mí, es central para la organización del significado obsesivo, y al
mismo tiempo es la fuente de todo un conjunto de perturbaciones específicas que en cualquier momento
pueden perjudicar el equilibrio obtenido.
El cambio en el nivel del significado que demuestra ser crucial en un ciclo vital obsesivo, consiste en el
descubrimiento existencial de que el sentido de una identidad segura no puede fundarse sobre la
universalidad impersonal del pensamiento, sino que debe hacerlo en la singularidad percibida del
mundo emocional personal.
En cambio un enfoque evolutivo de la psicopatología, centrado en una metodología orientada hacia los
sistemas/procesos, debe llevarnos a la creación de una verdadera ciencia del significado personal, es decir,
a un enfoque que no sólo tome en cuenta la multiplicidad de los niveles de análisis de la unidad individual
compleja, sino que también pueda reconstruir el ordenamiento total de las intercorrelaciones reciprocas
que definen la coherencia del funcionamiento del todo.
En resumen, los soportes metodológicos de esta ciencia del significado giran en torno de los siguientes
puntos. Cada unidad individual ha de considerarse como una Organización del significado personal (OSP),
cuya comprensión ontológica haga posible producir un mundo capaz de generar una calidad de
autopercepción (yo), reconocible como el propio si mismo (mi). Cada OSP tiene su propia lógica
ordenadora autorreferencial, que le permite asimilar la experiencia en consonancia con la dinámica de su
mismidad y la direccionalidad ontogenética que de ella se deriva. El desarrollo a lo largo del ciclo vital debe
considerarse como un proceso abierto de asimilación de la experiencia que genera reorganizaciones de
soporte del significado personal. El nivel de autoconciencia de la OSP desempeña un papel crucial en la
orientación de un proceso de reorganización que fluye dirigido al crecimiento personal o a un colapso
existencial más o menos entremezclado con perturbaciones emocionales. Por esta razón, los síntomas que
puede presentar un sistema individual en cualquier etapa de su ciclo vital deben considerarse como
procesos de conocimiento que sacan a la luz intentos frustrados de cambio.
Las causas de una crisis están siempre de la OSP en sí, y por lo tanto no debería buscarse en una
supuesta especificidad de ciertos acontecimientos vitales creadores de tensión, sino más bien en la
naturaleza específica del significado personal, que determina la gama de hechos discrepantes para un
individuo.
El enfoque ontológico que hemos intentado seguir hasta ahora implica una transformación notable de la
conceptualización del cambio y de la metodología terapéutica, en relación con la actual perspectiva
racionalista. En los términos de la perspectiva ontológica que se presenta aquí, se puede decir que a través
del proceso continuo de reordenamiento de la experiencia inmediata (yo) en un sentido consciente del sí
mismo y el mundo (mi), todo sujeto puede construir una demarcación estable y simultáneamente dinámica
entre lo que es real y lo que no es. En este sentido, el logro por el cliente de una comprensión más
articulada y exhaustiva de su propio funcionamiento representa la variable crucial para la asimilación de
los sentimientos extraños y desagradables, percibidos como irreales, y su transformación en emociones
reales, es decir, para una reorganización de la experiencia inmediata (yo), en la que el afecto negativo
puede ser autorreferido y abstraído en un sentido consciente de continuidad y singularidad (MI).
Por lo tanto un enfoque ontológico orientado hacia los procesos, conceptualiza los sentimientos y el
afecto como formas del conocer en y por sí mismas, es decir, como el ordenamiento inmediato de la
realidad que experimentamos a priori en nuestra praxis fluyente de vida.
Sobre la base de estas premisas se pueden formular principios generales acerca de la estrecha conexión
que existe entre la afectividad y el cambio en el proceso de la psicoterapia:
- La estructura y calidad del cambio dependen en gran medida del nivel y la calidad de la
autoconciencia con que el sujeto lleva a cabo el proceso de reorganización.
Tanto la investigación clínica como la investigación básica deberían orientarse preferentemente hacia: 1)
el estudio de las variables que subyacen la estructuración de la autoconciencia en el ciclo vital del
individuo; 2) el estudio de la relación existente entre el nivel del individuo y la calidad de la
autoconciencia, por un lado, y las formas en que esa persona puede reordenar la coherencia del
significado por el otro.
La metodología de un terapeuta cognitivo no racionalista, orientado hacia los procesos refleja esta
consideración del siguiente modo:
En primer lugar, su dispositivo operativo reside en la interfaz entre la experiencia inmediata y su
reordenamiento explicito; el procedimiento básico consiste en preparar a los clientes, mediante
técnicas de autobservación, en la diferenciación de la autopercepción y en las creencias y actitudes
conscientes, para reconstruir a continuación los patrones de coherencia que ellos siguen al hacer lo que
sienten como adecuado.
En segundo lugar, el cliente debe experimentar gradualmente, durante el proceso terapéutico, algunos
acontecimientos cargados de afecto que presionan progresivamente hacia la reorganización. El
terapeuta debe proporcionar herramientas de análisis y autoobservación que, al aumentar la
flexibilidad y plasticidad del nivel de autoconciencia del cliente, le permitirán realizar gradualmente un
reordenamiento progresivo de la experiencia personal donde la perturbación problemática será
asimilada y comprendida en una autoimagen más abstracta e integrada.
160
Por último, la relación terapéutica es el contexto específico en el que se vuelve posible que el terapeuta
ponga en marcha acontecimientos creadores de cambio afectivo, y guie el proceso de la reorganización
activado por ellos. La relación terapéutica es una interacción real, viva, y sus aspectos emocionales tienen
un efecto coadyuvante para la asimilación de nuevas experiencias o el replanteamiento de otras ya
existentes.
El metodo de la autoobservacion:
Es el método esencial para llevar adelante la autoevaluación y la intervención ya que permite la
reconstrucción de los acontecimientos actuando en la interfaz de la experiencia inmediata y su
reordenamiento explícito. Permite el análisis de ambos niveles y la relación entre ellos.
Aspectos esenciales e instrucciones básicas:
161
En primer lugar se debe comenzar con un acontecimiento o una serie de ellos que puedan analizarse
individualmente. De ese acontecimiento se reconstruye la sucesión de escenas, después se enseña al
cliente a ver de forma panorámica la sucesión de escenas, de atrás hacia adelante y viceversa, resaltando
distintos aspectos.
En las fases iniciales es necesario guiar al cliente hacia la comprensión y apreciación de la diferencia
entre la experiencia inmediata y su autorreferencia y explicación. En cuanto esta diferenciación está en
marcha, el cliente empieza a verse desde dos puntos de vista: 1) desarrolla una escena determinada en
primera persona (punto de vista subjetivo) y 2) se mira a si mismo desde afuera (objetivo).
Más que en la modificación de modos de pensar considerados erróneos, el aspecto esencia del método
consiste en la adquisición de un grado apreciable de flexibilidad en la evaluación de su dinámica individual,
gracias a la capacidad para diferenciar su yo que experimenta del mí que aprecia, y por otra por ver desde
el punto de vista subjetivo y objetivo. Todo esto modifica el sentido actual del sí mismo.
produce una respuesta naturalmente, y finalmente ese estimulo neutro termina produciendo una
respuesta natural y se convierte en un estímulo condicionado.
El operante es el propuesto por Skinner, segunda generación de conductistas. Ya no se trabaja sobre el
estímulo sino sobre la respuesta. De acuerdo a la respuesta la misma es reforzada positiva o
negativamente con el propósito de favorecerla o extinguirla.
Pero este resultaba un esquema muy lineal y sencillo para entender el comportamiento de los seres
humanos. Entonces hay una sofisticación mediante la propuesta del aprendizaje social mediante la cual
Bandura plantea que entre las conductas, las situaciones del mundo externo, y el pensamiento, hay una
interacción constante. Y esto es lo que impide pensar en términos lineales un proceso de aprendizaje y
eventualmente una modificación terapéutica (Esta primer parte no está en el texto fuente pero aclara
arrex)
El texto se centra en el modelo de la naturaleza humana y de causalidad dentro de la teoría del aprendizaje
social.
La conducta humana se ha explicado a menudo en términos de determinismo unilateral, en el que se
representan las fuerzas ambientales y las disposiciones actuando unidireccionalmente para producir la
conducta. Los procesos de interacción se han conceptualizado al menos de tres maneras diferentes: 1)
unidireccional, 2) parcialmente bidireccional y 3) reciproco.
1)las personas y situaciones se tratan como entidades independientes que se combinan de alguna forma
para producir la conducta.
2) esta concepción reconoce que las personas y las situaciones se afectan mutuamente, pero trata las
influencias relacionadas con la conducta como dirigidas en una sola dirección: el intercambio persona-
situación produce unidireccionalmente la conducta, pero la propia conducta no contribuye para nada a la
transacción continua.
3) reciprocidad triádica: la teoría del aprendizaje social favorece una concepción de la interacción basada
en la reciprocidad trádica. En este modelo, la conducta, los factores cognitivos al igual que otros
personales, y las influencias del ambiente operan todos como determinantes unidos que se afectan entre si
bidireccionalmente.
observación permite a las personas adquirir reglas e integrar patrones de conducta sin tenerlos que
adquirir por un tedioso proceso de ensayo y error.
Desde el punto de vista del aprendizaje social, el aprendizaje observacional está gobernado por cuatro
procesos: procesos atencionales, determinan lo que se observa selectivamente. Incluye una exploración
auto dirigida del ambiente y la construcción de percepciones significativas de los hechos de modelado
continuamente. Los procesos de retención, incluye un proceso activo de transformación y reestructuración
de la información sobre los hechos. Los procesos de producción conductual, en donde las concepciones
simbólicas se transforman en acciones apropiadas. La conducta es así modificada en base a la información
comparada para lograr una correspondencia cercana entre concepción y acción. Y por último, procesos
motivacionales, en donde ver que la conducta modelada tiene éxito en otros incrementa la tendencia a
comportarse de forma similar, mientras ver que se castiga la conducta modelada disminuye esa tendencia.
Los hombres expresan lo que encuentran auto satisfactorio y omiten lo que desaprueban personalmente.
Capacidad autoreguladora: la gente no se comporta solo para ajustarse a las preferencias de los otros. La
mayor parte de su conducta está motivada y regulada través de patrones internos y de las reacciones auto
evaluadoras ante sus propias acciones.
Capacidad autorreflexiva: permite a los individuos analizar sus experiencias y pensar sobre sus propios
procesos de pensamiento. La gente no solo aumenta su conocimiento a través de la reflexión, sino también
evalúa y altera su propio pensamiento.
¿No resulta interesante que, aun así, con todos esos límites y protocolos burocráticos, los clientes lo hagan
por nosotros tan a menudo y con tanta fuerza? Nos tocan y nos piden que toquemos sus vidas con nuestro
consuelo, compasión y consejo. Se convierten en seres humanos que se enfrentan con múltiples y
continuas crisis, en mundos en los que sus opciones son considerablemente limitadas.
Aquellos terapeutas que se abren lo suficiente a la interacción emocional que impregna la psicoterapia,
también parecen desarrollar una flexibilidad emocional mayor y un nivel de comodidad más elevado frente
a todo el espectro de emociones. Este último aspecto se puede encontrar entre los beneficios derivados de
ejercer la psicoterapia.
Sin embargo, existe una paradoja implicada en este sufrimiento vicario. Se podría denominar la paradoja
de la lucha de la esperanza desde el sufrimiento. Debido a nuestra formación y titulación, tenemos
privilegios y responsabilidades especiales. El privilegio de una comunicación confidencial nos permite
invitar al cliente a compartir los secretos que hay en su corazón. Pero los secretos que comparten con
nosotros suelen producir dolor al escucharlos, son difíciles de imaginar y de poder olvidar. Muchas de sus
historias nos hablan de las peores cualidades de los seres humanos: crueldad intencional, engaño, avaricia,
odio, insensibilidad, irresponsabilidad, violaciones de la integridad. Nos exponemos repetidamente a
historias de sufrimiento: tragedias, falta de humanidad y provocaciones de dolor deliberadas. Puede
suponer un desafío para nuestra fe en la naturaleza del ser humano.
Esta paradoja proviene de las demandas que tenemos como profesionales de la ayuda. Mientras
escuchamos estas historias de los clientes, se espera que extraigamos la esperanza de su sufrimiento.
Somos protectores de la esperanza sancionados socialmente. Cargamos profesionalmente con la
responsabilidad de fomentar que el cliente mantenga una fe, que en nosotros puede encontrase en
constante desafío debido a nuestro trabajo. Tenemos que ayudar a los clientes a soportar su sufrimiento
personal, a tener confianza en que este sufrimiento ira desapareciendo, a creer que son personas valiosas
y viables y a que su vida merece la pena ser vivida. Así pues, somos protectores de la esperanza, mientras
presenciamos con frecuencia insultos de la decencia y dignidad humanas. Creo que esta paradoja es muy
relevante. Los terapeutas con fuertes convicciones religiosas pueden tener menos dificultades para hacer
frente a este hecho, así como a los clientes con una fe profunda en su religión se les ayuda de este modo a
conducir sus vidas. Pero no somos inmunes a estas afrentas y el terapeuta que carece de una filosofía de la
vida que resulte protectora de la esperanza puede ser especialmente vulnerable ante los desafíos que
supone la paradoja de dar esperanza desde el sufrimiento.
fenómeno cultural común. Pero no habría que restar importancia a algunos hechos que merecen nuestra
atención algunos terapeutas se ven afectados por dificultades personales y otros, aunque técnicamente no
tengan dificultades, pocas veces ayudan a sus clientes.
Hay distinguidos titulares en psicoterapia que son pésimos terapeutas y, en ocasiones, auténticos cretinos.
Como se han licenciado estas personas y como mantienen su licencia para ejercer es todo un misterio.
Afortunadamente, también encontramos auténticos menschen que encarnan el espíritu de la autenticidad
y de la sabiduría compasiva.
Creo que los desafíos que se encuentran en el trabajo terapéutico exigen una evolución por parte del
terapeuta y que los diferentes ritmos y direcciones de este desarrollo suelen provocar dificultades en las
relaciones humanas.
A veces, los clientes necesitan creer que la vida personal del terapeuta sigue un guion de Hollywood, con
un bienestar seguro; un apoyo estructurado de la familia y amigos; un tiempo de ocio satisfactorio y
enriquecedor; un régimen saludable de nutrición, ejercicio, y de oración o meditación; y un sueño
reparador, lleno de dulces sueños sobre antiguos tesoros y placeres futuros. El peligro real de estas
creencias es que pueden favorecer que los terapeutas crean finalmente que sus vidas personales deberían
ser perfectas. Cuando no es así, pueden inclinarse a pensar y a sentir que algo va mal. Frente a las
dificultades vitales o a algunos aspectos de infelicidad crónicos, tienden a criticarse, lo que suele estar
asociado a inferencias dolorosas e injustificadas.
El aumento reciente de la investigación sobre la vida personal del terapeuta puede ser un buen reflejo de
la fascinación personal y colectiva que sentimos por quienes somos como profesionales. También es reflejo
de la apreciación cada vez mayor del factor humano en la relación de ayuda. Solo recientemente, esta
apreciación ha ganado preeminencia en la teoría e investigación en psicoterapia. Los enfoques que
inicialmente minimizaban el papel del terapeuta o de la relación terapéutica se han visto obligados a
adaptase a esta evidencia. Los terapeutas no aportan únicamente teoría, conocimiento o técnica al
proceso terapéutico; también aportan su propio estilo, su presencia y su corazón. Por tanto, no debería
sorprendernos que la persona del terapeuta sea la segunda dimensión más importante, después de las
variables del cliente, para predecir el resultado de la psicoterapia.
Me dijo: “Cuéntales, cuéntales como puede ser. Cuéntales lo duro que es ayudar… y también lo agradable
que es.
Dales una idea”. Eso es lo que intento hacer.
terapeutas profesionales serian objetos fascinantes para los estudios longitudinales sobre el desarrollo
humano. Aprendí mucho más con unos cuantos cientos de horas con Apolo, que con miles de estudiantes
universitarios completando cuestionarios.
La respuesta en relación al servicio espiritual también tiene cada vez más sentido. Después de todo, los
terapeutas son semejantes a confesores y clérigos modernos. Escuchamos, presenciamos y nutrimos el
corazón de los seres humanos. Respondemos ante los golpes de la vida. Los clientes tienen fe en nuestra fe
en ellos. La psicoterapia es una forma de servicio espiritual. Ejercer la psicoterapia puede ser una forma de
práctica espiritual.
“Del ser al hacer. Los orígenes de la Biología del Conocer (Introducción/ parte 1: punto 1/
Parte 2: punto 1)” Maturana, R- Porksen, B.
Maturana no es terapeuta, sino un biólogo que se ocupa de las cuestiones fundamentales de la
filosofía, pero sus ideas han entrado con fuerza en la psicoterapia y las disciplinas relacionadas con
el cambio del ser humano.
Introducción:
El auto renuncia a la postura metafísica de nuestra cultura que consiste en presuponer
naturalmente la existencia de una realidad independiente de nosotros como fundamento
trascendental de todo lo que sucede. En vez de hacer preguntas como ¿Qué es conocer? Y suponer
que la respuesta puede ser hallada en el mundo exterior, se comenzó a hacer peguntas como
¿Cómo podemos hacer lo que hacemos cuando hacemos lo que hacemos como seres humanos?.
Estas preguntas parten de la base que las respuestas admisibles tendrían que ver con la forma del
operar fáctico de los sistemas vivos. Partiendo esta nueva postura metafísica, el cuerpo y la
dinámica corporal son reconocidos por el observador como el fundamento de todo el hacer
humano. Entonces el autor se pregunta ¿Cómo hacemos lo que hacemos? Y responde: plenamente
consciente del hecho que nuestra existencia como seres humanos opera en nuestro espacio
relacional y en la realización de nuestra dinámica corporal. Esta aceptación del hecho de que como
seres humanos existimos gracias a la conservación de nuestra vida humana por medio de nuestra
dinámica corporal, es la comprensión fundamental que lleva a renunciar a la metafísica de la
realidad trascendental y adoptar una nueva metafísica, cuyo punto de partida para toda explicación
racional es el reconocimiento de que somos sistemas vivos y que todo lo que hacemos lo hacemos
en la realización de nuestra vida. Nuestra biología es la condición de nuestra posibilidad.
específicas. Maturana entiende el observar como una operación humana que requiere del lenguaje y
presupone la conciencia de estar observando algo en ese momento.
Un observador estándar es cualquiera de nosotros que observa, pero en el preciso instante en que uno se
pregunta qué está haciendo en ese momento, si bien uno sigue operando como un observador, al mismo
tiempo se encuentra en una posición y situación diferente: uno se convierte en metaobservador. Este
meta o súper observador se trata a sí mismo como objeto, y observa- operando como observador- las
propias observaciones.
2. Variantes de la objetividad.
Vida en el multiverso: si uno se ha dado cuenta que por principio no puede tener un acceso privilegiado a
la realidad, y que percepción e ilusión son indistinguibles, nace la pregunta acerca de los criterios que
utiliza una persona para afirmar que algo es así. La posibilidad de plantear esta pregunta abre un espacio
de reflexión común, una esfera de cooperación. El otro se convierte en un legítimo otro con el que se
puede conversar, se hace imposible exigir sumisión. El universo se transforma en un multiverso donde
muchas realidades son igualmente válidas.
Hay dos posturas diferentes, una el autor la llama “objetividad sin paréntesis” en donde se parte de la
base que los objetos existen independientemente del observador y que, así se supone, son posibles de
conocer.
A la otra postura la llama “objetividad entre paréntesis” este enfoque no niega la distinción de objetos y
la experiencia del ser, pero las experiencias no están basadas en la referencia a objetos sino en la
coherencia entre experiencias. El observador se convierte en la fuente de todas las realidades, creándolas
él mismo mediante sus operaciones distintivas. El ser se constituye a través del hacer del observador.
Tolerancia y respeto: todo depende de las emociones del que se encuentra en una relación con otro. Si le
respeta, el hecho de representar distintas opiniones abre la oportunidad de una conversación fructífera,
un intercambio exitoso. Quien tan solo tolera al otro, no le escucha, no le presta la verdadera atención,
sus propias ideas y convicciones están en primer plano. Es decir, hay que respetar, pero no tolerar.
3. Psicoterapia
La mirada sistémica: los modelos y pensamientos de este autor fueron acogidos en la psicoterapia.
Maturana afirma con respecto a los psicoterapeutas: el que afirma que conoce un procedimiento con
validez eterna para liberarnos del dolor y sufrimiento, inevitabkemente desaprobará mis ideas. Nadie
esta en condiciones de determinar sistemáticamente lo que pasa al interior de otra persona. Los efectos
potencialmente sanadores se despliegan recién fuera de la consulta, en un ámbito de relaciones humanas
que es distinto al universo de imágenes, conversaciones y experiencias que se dan dentro de ese recinto.
Que un teraputa tenga determinadas intenciones o teorías sobre como cambiar a un ser humano, no
significa nada, ya que sus reflexiones o deseos de ninguna manera pueden ser traducidas linealmente a
resultados específicos en el ámbito de las relaciones interpersonales del cliente.
La sabiduría de un terapeuta se manifiesta en su capacidad de escuchar con imparcialidad, en una actitud
abierta y de aceptación, asi nada de lo que vaya a manifestarse en una relación será distorsionado por las
propias inclinaciones, técnicas de manipulación o deseos de control.
Variantes del cambio: la única emoción que no limita la propia percepción, que no la filtra o encauza sino
que la amplia y libera de juicios precipitados, es lo que se llama amor. Siempre que se observa una
conducta humana que lleva a que otro humano adquiera presencia como un legítimo otro en coexistencia
con éste, lo que se ve es amor.
170
Individuo y sociedad: un enfoque sistémico siempre es necesario porque cada acción está inserta en una
dinámica relacional. “mientras usted y yo estemos aquí conversando, no estamos presentes solo nosotros
dos, sino que también nuestras familias, nuestra cultura, nuestro país de origen y nuestra lengua materna
están presentes en nuestros diálogos.”
Construcción de la enfermedad: para el que sigue el camino de la objetividad sin paréntesis, una
patología no es una característica de un mundo que existe con independencia del observador, una
enfermedad es para él un estado que un observador encuentra indeseable. Ser normal y sano significa
por lo tanto que uno, en el devenir de la vida, no hace ningún esfuerzo por cambiar la propia situación
con ayuda de otro. No existe la patología en si, ni los problemas en si, ni tampoco enfermedades
independientes de los deseos y preferencias de un observador.
constituyen, las cuales tienen como principio terapéutico el abandono de la lucha contra los síntomas y en
su lugar la reorientación de la vida.
Entre las terapias de tercera generación sobresale la terapia de REBAP, basada en la atención
plena/mindfulness, la cual es una técnica que se desprende de la filosofía milenaria del budismo, es
sencilla, breve, fácil de aprender y aplicar, que puede utilizarse tanto en el formato grupal como individual,
la cual ha demostrado su eficacia en múltiples enfermedades y entornos sanitarios y resulta especialmente
aceptable en atención primaria.
La atención plena/mindfulness.
Mindfulness es la acepción inglesa del concepto castellano de “atención plena”, “estar atento”, “conciencia
plena”, o “presencia plena”, el cual implica que el sujeto se concentre en la tarea que está realizando en
ese momento, sin que la mente divague sobre el futuro o el pasado, y sin sensación de apego o rechazo,
provocando en este energía, claridad de mente y alegría. Si se define a la mente como el proceso que
regula el flujo de energía y de información, la técnica de mindfulness consiste en estar atento a varios
aspectos de la propia mente. Es una forma concreta de atender a las experiencias del aquí y el ahora, y a la
propia naturaleza de la mente desarrollando una forma especial de atención.
La práctica repetida de la atención plena permite a la persona desarrollar la habilidad de, tranquilamente
apartarse de los pensamientos y sentimientos durante las situaciones de estrés en lugar de engancharse en
preocupaciones ansiosas u otros patrones negativos de pensamiento, que de otra manera podrían elevarse
en un ciclo de estrés reactivo.
La atención plena también se ha definido como el cultivo del darse cuenta, a través de una focalización
relajada, en el surgimiento de cada momento de la experiencia.
A los practicantes se les enseña a focalizar su atención en algo específico, como la respiración, observando
con ecuanimidad el surgimiento esperable de pensamientos, emociones y/o sensaciones diversas. Se da un
proceso circular que consiste en prestar atención plena, distraerse, hacerse consciente de las distracciones,
y amablemente volver a prestar atención plena. La tendencia a la distracción disminuye gradualmente a
medida que aumenta la familiaridad con la práctica.
A continuación, se describen los principales aspectos de budismo que son la base de la
atención plena.
Los aspectos que se trabajan para lograr reducir el estrés mediante el estar atento son: comer
atentamente, reconocer el momento pr4esente, respiración atenta, paseo meditativo, observación
corporal, meditar sentado, yoga atento acostado y de pie, indagación atenta para el estrés y la ansiedad,
meditación en la bondad, aplicación de la atención plena a la vida cotidiana, ejercitar las ocho actitudes de
la atención plena en la vida cotidiana, prestar atención al dolor, prestar atención a los hábitos, la bondad
en la vida cotidiana y la escucha atenta.
Conclusión
Con la base en lo reseñado en este trabajo, se puede apreciar que las terapias cognitivo-conductuales de
tercera generación vienen a suceder a las terapias conductuales de exposición y condicionamiento
operante, a las técnicas dinámicas de logro insight, a las terapias humanistas y a las puramente cognitivo-
conductuales.
Dicha sucesión se da en el sentido de integrar en cierta forma a todas sus antecesoras, trabajando con un
paradigma muy distinto, ya que no se trata tanto de limpiar de síntomas al sujeto sino de modificar su
experiencia subjetiva y la conciencia que tiene de ella, de tal modo que los síntomas resulten obsoletos o
irrelevantes.
La práctica de la atención plena permite gradualmente a las personas darse cuenta claramente de lo que
está sucediendo en el momento presente, es decir observar y experimentar sin reaccionar, lo cual les
permite percibir directamente la información sensorial sin analizarla, compararla o interpretarla. Esta
técnica también estabiliza, sosiega y fortalece la mente y la capacita para investigar directamente la
naturaleza cambiante de la vida. Las personas que logran estar plenamente atentos en el mismo instante
en que se ven asaltados por el miedo, la confusión, el apego o por grandes sufrimientos, podrán valorar
con detalle la situación y recuperar rápidamente el equilibrio.
La atención plena/mindfulness utiliza técnicas desarrolladas a partir de la meditación budista, la cual a su
vez parte de una filosofía milenaria que solo recientemente se ha sometido al escrutinio científico.
estimulación externa e interna (medio interno y mundo exterior). No hay una realidad única, posible y
asequible para todos, no es posible aprehender para el constructivismo crítico y si se quiere la función del
psiquismo es otorgar sentido a la experiencia humana. Tiene una función de cohesión, se organiza como
una totalidad coherente, tanto de nosotros mismo como de nuestro entorno.
Desde este lugar podríamos revisar lo que dijimos de Beck y Ellis y decir que los pensamientos que las
personas no son ilógicos o irracionales, porque no hay una lógica o una racionalidad, en todo caso
pertenecen a un orden de lógica o de racionalidad diferente al que el terapeuta puede portar. Esta es una
perspectiva epistemológica.
A diferencia de la propuesta más histórica, el terapeuta esta corrido del lugar de ser el garante de la
realidad, el terapeuta cognitivo no se ocupa de aprobar o reprobar las construcciones del paciente para ver
si son reales o no, si son racionales o no. Lo que si tiene que hacer el terapeuta es enfocar en como el
paciente construye su realidad. A esta realidad que el paciente construye acerca de su propia vida y de su
sí mismo, se lo llama: el paradigma del paciente. (Concepción de subjetividad de esta propuesta).
En este momento la terapia cognitivo conductual se posiciona en el paradigma constructivista, donde se
supone que no hay una realidad única a la cual podamos acordar, por ende el terapeuta deja de ser el
guardián de esa coherencia o lógica.
Paradigma del paciente. Paradigma acerca de cómo deberíamos vivir la vida. El eje va a estar en si esas
construcciones son funcionales o producen obstáculos para que le paciente pueda llegar a su propósito
vital, para que pueda llevar adelante su vida en los términos que él construye y considera. Los
pensamientos no son ni racionales ni ilógicos, sino disfuncionales o desadaptativos en relación a su plan de
vida, al paradigma del paciente.
Los esquemas, (este era un aporte de Beck, cuando estudiaba pacientes depresivos), eran formas de
organización del pensamiento. Esas formas de organización tienen en términos de la terapia cognitiva
comportamental, un componente innato y un componente que es adquirido. La forma en que se organiza
el pensamiento, se van labrando en los primeros años de vida y son estilos cognitivos con los cuales las
personas enfrentan la realidad. Esos esquemas en términos de salud son movibles, son plásticos, son
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adaptables y en términos de patologías son rígidos, no admiten cambios, son estereotipados, se mira la
realidad solamente con un estilo.
Los esquemas cognitivos no tienen contenidos, son esquemas, son formas de organización del
pensamiento. Pero no solo del pensamiento. En el trabajo de Rodríguez Biglieri, señalan que los esquemas
pueden ser de 5 tipos: cognitivos, afectivos, motivacionales, de conducta y de control. Diferentes esquemas
que se activan en determinadas situaciones. Esta es la base de la estructura, pero aun por encima de los
esquemas están los modos.
Frente a determinadas situaciones lo que activamos es un modo genérico. Por ejemplo a los pacientes con
trastornos de ansiedad se les activa el modo de amenaza, empiezan a vivir el mundo como amenazante.
Aunque no haya nada que sea objetivamente amenazante. Entonces ese modo que se activa produce a la
vez la instrumentación de determinados esquemas, determinados perfiles de pensamiento, actividad, de
movimiento, de conducta.
Esos esquemas son estructuras que están pobladas de creencias nucleares. Son las ideas más estables,
tienen un carácter de relativa fijeza, acerca de quiénes somos nosotros mismos y acerca de cómo es el
mundo. Este sería el contenido de la estructura.
Los esquemas son el soporte estructural, y las creencias son el contenido.
Los autores dicen que mientas más patológica es el procesamiento de la información, son más automáticos
y menos susceptibles de ser manejados son los esquemas. (Relación entre el concepto de salud y patología.
Varía la libertad de disponibilidad el uso de esos esquemas. Por ejemplo hablando de los esquemas que se
activan en el modo de amenaza, lo que ocurre es se toman de la información de ese vínculo, tanto lo
dialogado como lo gestual, datos que confirmen que es amenazante y desechando otros datos de lo que
sucede en esa interacción).
Creencias nucleares. Se trata de afirmaciones estables acerca de uno mismo y del mundo. En definitiva la
función del psiquismo es estructurar un sentido de integridad de lo que es uno y de lo que es el entorno en
el cual se vive. Mientras más patología es la creencia nuclear es más rígida, menos accesible a la voluntad,
a la conciencia, a la plasticidad, y algunas creencias nucleares permanecen latentes a lo largo de la vida,
hasta que sucede una situación de estrés particular que la activa
Creencias intermedias. Estas son derivados operacionales de las creencias nucleares. Son articulaciones
que hacemos para evitar confrontar las creencias nucleares. Puedo generar un alto nivel de autoexigencia
para hacer todo (incluso peinarnos) porque está el supuesto de que si no se empeña se va a notar que no
sirve ni para peinarse: “soy así de inútil, así de inservible”.
Por ejemplo, una creencia nuclear podría ser “yo soy un inútil”. Este podría ser un núcleo de identidad.
Una creencia intermedia, es decir, una instrumentación de esa creencia nuclear seria “tengo que hacer
todas las cosas con mucho empeño y énfasis para poder conseguirlas”. Porque como naturalmente es un
inútil, si no le pone mucho empeño a las cosas, termino comprobando que soy un inútil.
Pensamientos automáticos: Generalmente producto de estas creencias intermedias, aparecen los
pensamientos automáticos. Son una derivación que aparece claramente en el campo de la consciencia. Los
pensamientos automáticos aparecen naturalmente en la mayoría de la sintomatología. Pensamientos con
los cuales los pacientes luchan.
Todo este esquema es procesamiento de información. Después tenemos pensamiento, emoción y
conducta, que a la vez realimenta los procesos de procesamiento de información. Se señalaron los
pensamientos automáticos para dar cuenta de la cuestión patológica, pero podrían ponerse también los
pensamientos voluntarios, y además podríamos poner la emoción, pensamiento y conducta. ¿Por qué se
plantea siempre este esquema tripartito en la terapia cognitiva comportamental de pensamiento,
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conducta y emoción? Porque en realidad que viene primero no se sabe, una vez que salimos del vientre
todo empieza a realimentar esto proceso y no hay manera de saber si la cuestión es el pensamiento, la
emoción o la conducta. Todo esto que se produce, a la vez modifica, realimenta, reasegura, algo de este
procesamiento. Es un proceso continuo el procesamiento.
En relación al pensamiento automático hay una serie de técnicas de la que se sirve el terapeuta para ir
ahondando en los otros niveles.
Rodríguez Biglieri contrapone al pensamiento automático al pensamiento o voluntario o al llamado
pensamiento elaborativo. Este es aquel que podemos desarrollar con un componente más de
intencionalidad, cuando queremos pensar algo para tratar de entender qué es lo que pasó. Pero para eso
necesitamos tiempo. Y en la supervivencia más inmediata el tiempo es un valor escaso. Por eso el
pensamiento elaborativo es un logro del ser humano en sus etapas posteriores de evolución. La posibilidad
de tener tiempo para evaluar lo que ocurrió, no está disponible en la inmediatez de la jungla. El
pensamiento elaborativo permite matizar las respuestas automáticas, mediar para no ser máquinas de
reacción constante. Ver si lo que necesitamos hacer con la situación es tal cosa o tal otra y no responder
automáticamente.
Por ejemplo si camino por la calle y siento un bocinazo lo que hago es apurarme, luego de que estoy en la
otra acera me puedo detener a ver si venia un auto, si venia rápido, si lo voy a putear. Eso lo voy a ver
después. Lo primero que se me activa es salir del lugar donde puedo ser aplastado.
Desde la TCC que una persona active el modo seguridad, es porque desarrolla generalmente una serie de
técnicas de afrontamiento disfuncional. Disfuncional para su metas y objetivos, para sí mismo, para lo que
considera que le va a servir en la vida. Estas estrategias contribuyen al mantenimiento de peligro percibido,
de la situación ansiógena, paradójicamente parece que se resuelve pero no hace más que aumentarla.
Después de haber pasado el momento de relax, por ejemplo me relajo porque no debo rendir porque me
olvide de anotarme, aparece otra vez “tengo que rendir”.
Hay tres tipos de estrategias: evitativas (rastrillo el panorama antes de llegar a la situación “me olvide de
anotarme”, es evitativa, no llego nunca a la situación), huida (se presenta al examen pero se bloquea, no
puede hablar, se trata de buscar una zona de confort en la huida, llegue al punto pero me voy, porque no
puedo culminar), reaseguro (para evitar que lo tan temido suceda “cerré con llave?”, cerré la llave de
gas?”, reaseguro, hago y vuelvo a hacer, pruebo varias veces si cerré con llave o el gas.). Estas son las tres
categorías de afrontamiento disfuncional. Estas serían estrategias conductuales.
Luego en el texto se mencionan las cognitivas: rumiación (se piensa una y otra vez el mismo pensamiento,
como si pensar una y otra vez lo mismo cambiara algo, pero no pasa nada, el pensamiento se presenta casi
similar una y otra vez dando la idea de que uno se está ocupando del asunto, pero en realidad no resuelve
nada), la preocupación y la hipervigilancia. Tienen como objetivo impedir que el paciente entre en
contacto con determinados pensamientos, imágenes y/o recuerdos displacenteros, y como consecuencia
dichas cogniciones y temores no son elaborados correctamente dificultándose su procesamiento
emocional.
Descubrimiento guiado:
Ahora bien, si hay un principio de coherencia internar resguardado, con la ayuda del terapeuta cognitivo se
espera que el paciente pueda encontrar experiencias de la vida que contradicen las ideas que se tienen
acerca de uno mismo, esto produce la disonancia cognitiva. La terapia cognitiva tiene como objetivo,
desarrollar y profundizar la disonancia cognitiva. Porque en la medida en que la persona pueda sentir que
hay cosas de su propia experiencia que no se explican con el modelo que tiene de sí mismo y de su vida, se
va a ver facilitada la posibilidad de que construya otra red de significados. Se espera por parte del paciente
que se produzca un descubrimiento guiado, descubrimiento de todas las experiencias que no se ajustan a
la trama de significaciones con las cuales se identifica. Y lo que hace el terapeuta en relación al
descubrimiento guiado es mantener el dialogo socrático.
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Dialogo socrático:
La mayéutica, el método de cómo para Sócrates se puede llegar al conocimiento de la verdad. Es a través
de la realización de determinadas preguntas. Por medio de esas preguntas obtiene el paradigma del
paciente. Mediante el dialogo socrático se trata de ir preguntando y repreguntando una y otra vez sin dar
nada por obvio. (¿Me pongo nervioso al ir a rendir, por qué? Porque los profesores me hacen preguntas y
me tratan mal porque mojan la medialuna en el café mientras hablo. ¿Y a vos que problema te trae eso?
Eso me desconcentra, porque no sé si lo que digo le interesa o no. De esta manera comienzan a aparecer
de a poco las ideas automáticas, las creencias intermedias, las creencias nucleares, es decir, el paradigma
del paciente.).
Estas tres cosas son una única síntesis, respetar las tres es una propuesta única. (Ver apuntes en papel para
asegurar a cuáles 3 se refiere). La finalidad es ampliar la disona{ñih xncia cognitiva para facilitar la
construcción de nuevos significados.