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Módulo 2
Prácticos
OM
castigo de padecer, hallando su satisfacción en el sufrimiento y perpertuandose el
vinculo analitico. Freud entiende que la RTN es el obstáculo más reacio a la cura ya que
el analizante se quiere aferrar al tratamiento, rechazando cualquier mejoría en el
análisis. Lo que el analista debe hacer es no quedar en el lugar del superyó, salir del
lugar de Ideal para que no se refuerce la resistencia del superyó. Ejemplo con HDR que
pide castigo a Freud.
Modulo 3
Teóricos .C
DD
Síntoma - Disfuncionamiento
Freud, después de 1920, postula que en el aparato psíquico existían dos tipos de
pulsiones: pulsión de muerte (tendiente a lo inorgánico) y pulsión de vida (unión de
pulsiones del yo y sexuales), dando como resultado que el aparato no está gobernado
por el principio de placer, sino que hay un más allá de este.
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En “el problema económico del masoquismo” supone que, tras el origen de grandes
cantidades de pulsión de muerte que son arrojadas al exterior para evitar la destrucción,
una parte de ellas es conservada en el interior, la cual se enlazará con la pulsión de
vida, dando como resultado el masoquismo erógeno o primario (satisfacción en el
dolor). A su vez destaca dos modalidades más del masoquismo: femenino (referencia
a la meta pasiva, hacerse hacer, donde se ubican las resistencias del ello) y el moral
(padecer es lo que importa, donde, gracias a la desexualización del complejo de edipo
da como resultado una instancia moral, el superyó). Entonces, las mociones hacia las
figuras parentales son introyectadas en el yo, dando lugar a ese superyó. Este superyó
se impone sádicamente al yo por medio de la necesidad de castigo (resistencia del
superyó) la cual se observa en la clínica como reacción terapéutica negativa.
Por otro lado, el contenido manifiesto de las fantasías masoquistas se expresa a través
de un sentimiento de culpa cuando se supone que la persona afectada ha infringido algo
que debe expiarse mediante todos los procesos dolorosos y martirizadores de la
neurosis. Esto presenta un nexo con la masturbación infantil.
Entonces la articulación síntoma-necesidad de castigo se da porque, justamente,
OM
Finalmente, en “el yo y el ello”, Freud dice: la reacción terapéutica negativa se trata
de un factor moral, un sentimiento de culpa que halla satisfacción en la enfermedad y
no quiere renunciar al castigo del padecer. El enfermo no se siente culpable, sino
enfermo, y se exterioriza como resistencia a la curación. También destaca la posibilidad
de que la conducta del superyó decide la gravedad de una neurosis, y que la represión
del yo hace que ese sentimiento de culpa sea inconsciente. El componente destructivo
del ello se ha depositado en el superyó y se ha vuelto hacia el yo (ello es pulsión de
muerte mayormente).
.C
En 1920, con su “Más allá del principio del placer”, Freud hace un viraje fundamental en
su teoría: el aparato psíquico ya no se ve regido por el principio de placer, sino que hay
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una pulsión aún más originaria que la pulsión de vida, con la cual se mezcla: la pulsión
de muerte. Así se inaugura un nuevo dualismo pulsional que explica el por qué de
fenómenos que vuelven sobre situaciones penosas, como el sueño traumático, la
repetición en análisis y el Fort Da.
En “El problema económico del masoquismo”, introduce el masoquismo como
erógeno y originario, ya no como vuelta del sadismo sobre la propia persona. Dirá Freud
que las cantidades hipertróficas de masoquismo que no han podido ligarse a la pulsión
LA
Freud comienza a ubicar ciertos fenómenos que le son paradójicos a su principio del
placer que rige el aparato psíquico hasta ese momento: la repetición, el Fort Da, y los
sueños en las neurosis traumáticas. Los tres tipos de fenómenos, no son otra cosa que
expresiones de lo que Freud llamaría “enigmáticas tendencias masoquistas del yo”.
Éstas son originarias (no resultado de la vuelta del sadismo contra el yo), tratándose del
masoquismo erógeno originario. Este masoquismo presenta para Freud una cuota de
satisfacción pulsional como resto de la operación de ligadura entre pulsión de vida y
pulsión de muerte, como un mínimo de ligadura, o mayor desmezcla pulsional. Esta
desmezcla pulsional, involucra unas cantidades hipertróficas de pulsión de muerte no
ligada, por ende, mayor padecimiento que a su vez, por estar aún ligada a la pulsión
erógena, involucra una cuota de paradójica satisfacción.
OM
Estos modos fijados de defensa, forman la alteración del yo, que a su vez constituye la
inercia del psiquismo, en tanto da cuenta de la posición pasiva en la que queda el sujeto.
Freud dirá que estos mecanismos de defensa fijados en el orden de la satisfacción,
deberán ser sorteados y perturbados como obstáculos a la cura, ya que el sujeto nunca
renuncia de buena gana a aquello que le genera una cuota de satisfacción aunque ésta
se de en el dolor.
2.
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Desarrolle la problemática del fin de análisis desde la perspectiva del síntoma
DD
como satisfacción. Articule con la presentificación del fantasma en transferencia y la
reacción terapéutica negativa como respuesta al empeño terapéutico.
Todo síntoma conlleva una cuota de satisfacción que puede obrar como obstáculo al
análisis. Para Freud satisfacción, para Lacan goce, ambos dirán que superar la
satisfacción del síntoma en el análisis será ir del poema (de la interpretación del
LA
síntoma) al poeta, al estado de neocreación del analizante, donde éste será capaz de
construir. Entonces tanto Freud como Lacan al seguir sus pasos, se preguntarán por
esta satisfacción fuera de sentido que trabaja como resistencia al levantamiento de las
resistencias. Aquí Freud ubicará el trauma como estructural, ya que la pulsión nunca
será completamente satisfecha, y de ello el analizante nunca querrá saber. Ubicará dos
tipos de resistencias: las del ello y las del superyó.
FI
Las resistencias del ello son las que vuelven necesaria la elaboración. Derivadas de la
compulsión a la repetición, no están dadas por la pulsión sino por la atracción que los
arquetipos ejercen sobre ella. Atracción entonces del fantasma desde una perspectiva
económica, lo definido como el masoquismo femenino. Se manifiestan en la
transferencia y será el deseo del analista el operador que mueva la transferencia para
que ésta no sea una vana repetición. Serían los mecanismos de defensa estereotipados,
que devienen un peligro para la terminación de la cura. Esto es lo que Lacan llama “la
fidelidad a la envoltura formal del síntoma”, ya que se trata de un goce fijado. Para estas
resistencias fantasmáticas, la elaboración ya no será la interpretación sino la
construcción. Esto se debe a que es imposible recordar aquello que obedece a lo
reprimido primordial, entonces la construcción en análisis viene a suplir la ausencia vía
una ficción; esto estará del lado del analizante, cuando pueda devenir poeta al dejar
atrás el partenaire del analista.
Las resistencias del superyó, desde lo económico, se refiere al masoquismo moral,
aferrándose a la necesidad de castigo, que se manifiesta como RTN, ligándose al
analista como aquel partenaire que dirige al analizante palabras crueles.
Freud ubica la resistencia del superyó en la fuerza que se aferra a la enfermedad y al
padecimiento, basada en la mezcla pulsional entre pulsiones de vida y de muerte, que
imposibilitan el principio del placer. Cuando el paciente estaba listo para salir de análisis,
se aferra a la figura del analista y empeora su padecer.
Preguntas 1 y 2
En el texto “Análisis terminable e interminable”, Freud dice que en el final de la cura
aparece una resistencia al levantamiento de las resistencias, como un mecanismo de
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defensa del síntoma que impone una resistencia a la curación, la cual es considerada
por el aparato como un nuevo peligro. Esto da lugar a la reacción terapéutica negativa
(RTN). Freud la define como una manera extrañísima de comportarse que presentan los
pacientes en el trabajo analítico, en donde una solución parcial que debería mejorar o
suspender los síntomas refuerza, en cambio, el padecimiento. Es una resistencia que
hace fracasar el análisis. Estas resistencias corresponden a las resistencias
estructurales, del Ello y del Superyó.
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Freud dice que en esos casos, en los cuales se presenta la RTN, se produce una
conmoción de los lugares de fijación libidinal, en donde está sostenida la meta de la
pulsión. Es allí donde la cura se siente como un peligro, al intentar conmocionar esas
fijaciones pulsionales, de goce. Un ejemplo de esto podemos encontrarlo en el
testimonio de pase “saber hablar”, en donde Brodsky cuenta que su satisfacción
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pulsional estaba en el “no contar”, lo vemos en su construcción fantasmática: “si hablo
me matan”; en cuanto se interpela algo de eso, algo del orden de lo pulsional se intenta
conmover y entonces surge la angustia. O en el caso Diario de O. Delgado, en donde él
no puede escuchar en su paciente ese significante de tanto peso, Di-ario, debido a que
allí había un goce personal, una fijación que, de hecho, iba en contra de la regla de
abstinencia.
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Es decir que frente a una construcción que aporta verdad al paciente, este reacciona
con un empeoramiento de sus síntomas en transferencia. Esta reacción es frente a la
puesta en movimiento de la pulsión emergente de la fijación traumática. El paciente se
aferra al padecimiento, no quiere renunciar al castigo de padecer, lo cual habla del
beneficio primario del síntoma.
FI
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Dicho esto, podemos aclarar que lo que se opone a la cura es solidario de la 2da tópica,
es decir que lo que se opone remite a aquello que se satisface de una manera cerrada
en el síntoma, su núcleo de goce. La RTN da cuenta de la PM ligada al superyó.
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Prácticos
La aptitud en Freud
un peligro nuevo.
Este obstáculo tiene consecuencias directas en la adquisición de la aptitud del analista.
Se trata de la relación entre la conclusión de la cura y el advenimiento de un nuevo
analista. Freud va a considerar este obstáculo de un modo específico en lo que se refiere
al analitico mismo. Freud ubica 2 condiciones: el análisis propio y un tiempo posterior
a este referido a una continuación de los procesos de recomposición del Yo. La
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conclusión del análisis es condición necesaria pero no suficiente. Por lo tanto se designa
como de pertinencia conceptual a esos procesos de recomposición del Yo, en relación
con los mecanismos de defensa.
Freud utiliza dos palabras distintas para expresar el término aptitud y no son sinónimos:
Eignung: Es un sustantivo, que se traduce como aptitud, idoneidad, disposición, dotes.
En 1936 Freud escribe una carta a Romain Rolland relatando un episodio que vivió en
1904 con su hermano menor en Atenas (Acrópolis).
Iban de vacaciones via Trieste hacia la isla de Corfu. Un amigo lo desaconseja por el
calor y recomienda Atenas. Asedió a ambos hermanos un gran malhumor y solo podían
imaginar impedimentos y dificultades (falta de pasaportes, etc.). Ya ante la Acrópolis
tuvo un asombroso pensamiento: “entonces todo esto existe efectivamente tal como lo
aprendimos en la escuela”. Ante este pensamiento se produjo una escisión de la
personalidad: una parte de su personalidad tuvo ese pensamiento sorprendente y la otra
percibía sorprendida ese pensamiento sorprendente.
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Lo primero que hace Freud es indicar que el malhumor y la desazón en Trieste y el
episodio de la Acrópolis está en íntima relación.
Lo segundo es la pregunta: ¿por qué tal incredulidad respecto de algo que promete un
gran placer? La respuesta está en la línea argumental de los que fracasan al triunfar,
aquellos que enferman y hasta llegan a perecer porque se les ha cumplido un deseo de
intensidad avasalladora, es decir, la irrupción de la conciencia moral, de la severidad
superyoica.
Lo tercero es situar lo que denomina “sentimiento de enajenación”: un fragmento de
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la realidad es vivido como ajeno, y cuando lo ajeno es un fragmento del Yo, se presenta
como despersonalización.
Lo cuarto es el despejamiento sobre el trastorno del recuerdo “no es cierto que en mis
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años de estudiante, dudara yo de la existencia real de Atenas. Solo dudé de que pudiera
llegar a Atenas, de que pudiera llegar tan lejos.”
Lo que empañaba el goce del viaje era una moción de piedad hacia el padre. “Parece
como si lo esencial en el éxito fuera haber llegar más lejos que el padre, y como si
continuara prohibido querer sobrepasar al padre”. En esta frase hay cuestiones de 2
niveles diferentes entre sí:
1. un nivel es de la función y refiere al operador estructural
LA
irrealidad.
2. Convergencia
La cura hace aparecer que los enunciados del sujeto convergen en un enunciado
esencial. Es la lógica con la que se construye el Fantasma. El Fantasma se
construye en frases (“Pegan a un niño”). El axioma del Fantasma es la reducción
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máxima a la que se puede aspirar.
Pueden presentarse 2 casos:
A. Que el enunciado esencial se destaque en el propio discurso de
analizante y que se hable de alguna cosa que nunca se olvidó, algo que
fue dicho y se inscribió para siempre, determinando los percances de su
existencia.
El analizante a veces conoce este enunciado desde su entrada en
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análisis y de a poco descubre hasta qué punto ese es el enunciado más
verdadero que puede saber. Puede ser un enunciado de los personajes
que encarnaron el gran Otro para él (“tú debes”, “tú siempre serás eso”).
Caso clínico: el hombre de las ratas
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B. El enunciado sobre el que el discurso converge no es producido por el
analizante, sino que es el analista quien debe producirlo como
interpretación. Este se inscribe en el mismo lugar que el enunciado
primordial. Es el caso de una interpretación inolvidable, a veces única y
que el analizante conserva de su cura analítica. Ese enunciado de
convergencia es el significante Amo del destino del sujeto.
LA
3. Evitación
Movimiento propio de la neurosis, señalarlo por el analista y que quede de
relieve. Es el trabajo de la propia neurosis, haciendo de la contingencia una
regla. Está repitiendo un patrón en términos de significación.
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Módulo 4
Teóricos
Dando cuenta del anudamiento entre síntoma y pulsión. A partir de este recorte del
campo teórico freudiano, podemos decir que, allí donde no hay satisfacción plena para
la pulsión, ni
objeto predeterminado para el deseo, hay síntomas y en ellos satisfacción sustitutiva.
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enseñanza. Su punto de partida había sido el lenguaje -el Inconciente estructurado
como un lenguaje- y la palabra dirigida al Otro. Otro como batería de los significantes y
lugar desde donde el sujeto puede obtener efectos de significación y significado.
Síntomas como metáfora en relación al encuentro con el Otro y como respuesta a la
castración del Otro, al deseo del A.
La subordinación del goce al primado del lenguaje, de su estructura.[vi] El movimiento
en el último Lacan es partir de hay el goce, relación originaria al goce, donde el lenguaje
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no sería sino secundario y derivado de lalengua, la subordinación del lenguaje, de su
estructura
al goce[vii] Lalengua es la palabra antes de su ordenamiento gramatical y lexicográico.
Palabra no como comunicación sino como goce, disyuntiva de la estructura del lenguaje.
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Es preestructural, es un enjambre de S1. Dependencia originaria entre goce - palabra -
lalengua que se traduce para Lacan como el goce del bla bla blá.
El lenguaje es una elucubración de saber sobre lalengua, una elucubración sobre este
enjambre de S1, un ordenamiento simbólico.[viii] El inconciente es un saber hacer con
lalengua.
El síntoma es resaltado como modalidad de goce a partir de un elemento extraído del
inconciente, una letra. Letra como núcleo del síntoma a diferencia del pathos del
LA
Hay Goce, como propiedad de un cuerpo viviente y que habla “un cuerpo es algo que
se goza”[ix] hay goce del cuerpo. No hay relación entre goce y Otro (otro sexo). Hay
goce del Uno, goce idiota y solitario, uno solo separado del Otro, goce sin el Otro,
(encore, en-corps) en el cuerpo, prescinde del Otro.
El goce uno. Es real, asexuado, responde al régimen del Uno, del Todo, es homo. Es
por lo cual Lacan dice: El goce no conviene a la relación sexual.[x] El goce que hace
falta que no haya, porque no establece relación al Otro.
Los que llegan a consultar, cuentan de su relación con la droga como “una experiencia
de goce que aplasta la dimensión subjetiva”[xiii], acceso al goce sin relación a la falta,
experiencia vacía. Lacan nos orienta con esta definición “no hay ninguna otra definición
de la droga que ésta: es lo que permite romper el casamiento con la cosita de hacer
pipí.”[xiv] Esto nos permite ubicar a las toxicomanías como una de las figuras del goce
Uno, el lugar
del goce es el propio cuerpo que goza a través del medio que sea, goce autista que no
se dirige a nadie, goce cínico que no pasa por el Otro, el consumo como solución tiene
en sí algo de cinismo.
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que es vivificante.
Goce
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S1 S1 → S2
Parlêtre S/ a
Desde la última enseñanza de Lacan resuena la frase no hay relación sexual, la cual
hace referencia a la no-complementariedad, a lo imposible, a aquello que no se inscribe
en lo simbólico. Es lo que en Freud leemos como lo anobjetal de la pulsión, no hay objeto
adecuado para la pulsión ya que este está perdido de entrada (experiencia de la vivencia
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El saber leer completa el bien decir. El bien decir propio al psicoanálisis se funda sobre
el saber leer. Ambos están del lado del analista y en el curso de la experiencia se trata
que bien decir y saber leer se transfieran al analizante.
En el campo del lenguaje, sin duda, el PSA toma su punto de partida de la función de la
palabra pero la refiere a la escritura.
Lacan llama formaciones del inconciente a los sueños, el lapsus, el acto fallido, el
chiste. son seres instantáneos, a los que les damos en el PSA un sentido de verdad
pero que se eclipsan inmediatamente. Entre estas formaciones del inconciente está el
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síntoma, a este síntoma freudiano le damos un sentido de verdad, lo interpretamos. Pero
se distingue de los otras formaciones del ICC por su permanencia. Cuando el sueño es
repetitivo implicamos un trauma, el acto fallido cuando se repite se vuelve sintomático.
En ese sentido el síntoma es lo que nos da al PSA como lo más real.
El síntoma tiene dos caras: una real y una de verdad. Un síntoma se interpreta en
función de un deseo que es un efecto de verdad. Pero hay un segundo tiempo, la
persistencia del síntoma despues de la interpretación. Hay una x que resta más allá de
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la interpretación freudiana. Freud se aproximó a esto poniendo en juego la RTN, la
pulsión de muerte y amplió la perspectiva hasta decir que el final del análisis como tal
deja siempre subsistir lo que llamaba restos sintomáticos.
Freud decía que siempre hay un resto y por lo tanto siempre hay un recomenzar el
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análisis, despues de un corto tiempo, al menos para el analista. Nuestra práctica se
prolonga más allá del punto en el que Freud consideraba que hay final de análisis. En
nuestra práctica asistimos a la confrontación del sujeto con los restos sintomáticos,
pasando por el momento del desciframiento de la verdad del síntoma, pero llegamos a
los restos sintomáticos y allí no se frena el quehacer del analista.
Bajo el nombre de restos sintomáticos Freud chocó con lo real del síntoma, con lo que
en el síntoma es fuera de sentido.
LA
Hay una metáfora del goce del cuerpo, la cual produce un acontecimiento al que Freud
llama la fijación. El goce del síntoma testimonia que hubo un acontecimiento de cuerpo.
Eso supone la acción del significante (como toda metáfora), pero un significante que
opera fuera de sentido. Y luego de la metáfora del goce está la metonimia del goce, es
decir su dialéctica. En ese momento se dota de significación.
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Leer un síntoma consiste en privar al síntoma del sentido. Lacan sustituye al aparato de
interpretar de Freud (ternario edípico) por un ternario que no produce sentido: Real,
Simbólico e Imaginario. Al desplazar la interpretación del marco edípico hacia el marco
borromeo, el funcionamiento mismo de la interpretación cambia y pasa de la escucha
Prácticos
La adquisición de la aptitud de analista
OM
Había elegido a mi marido enamorada de rasgos muy claros, le gustaba
hablar siempre tenía opiniones fundadas, yo era tímida y estudiosa. “Él
me representaba, con él conseguía tranquilidad y podía seguir en
silencio”. Era una pareja complemento, pero fuente de una gran
insatisfacción (un partenaire que hablaba por ella). “Algo nuevo en mi
femineidad e identificada a un padre supuestamente deseante de todas
las mujeres, me sentía incómoda desde la moral que pretendía sostener.
Entonces comencé el doloroso camino de la separación y la búsqueda
II.“¿Con quién se va a analizar ahora dado que ud no es de esos analistas snob que se
van a analizar a París? No lo había dicho, pero él lo había escuchado, refiriéndose a
mis prejuicios”. Tras un email sobre la mentira constructiva, retoma la relación durante
13 años. Con el sintagma de la mentira constructiva el análisis tomó el rumbo del
padre en el armado del fantasma.
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El trauma
Una vez construído el fantasma, lo que a ella le daba placer antes armando las clases,
hablando la lengua del otro, perdía su satisfacción. Se desarmaba esa relación del
saber. Vuelve la angustia, sensación de pulmones llenos. Aparece un recuerdo de
OM
bronquitis infantil, interpretado por el analista como trauma. La falta de aire, los
pulmones llenos, habían sido la respuesta ante el impacto de la desesperación materna.
Sobre este trauma fundamental estaba construído el fantasma y su mascarada.
El analista trauma
Sensación de los pulmones llenos se había reducido: “dejar de llevar la otra muerte
encima”. Siguiente sesión se siente ignorada por el analista, ve un analista que se
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duerme. Aparece allí la figura de alguien a quien se le descompone el cuerpo. Presencia
de lo traumático, de la muerte temprana de mi abuela de la que llevo el nombre y con el
que he cargado al modo del ideal de la mujer eterna para un hombre”. El analista
representaba el acontecimiento corporal, semblante del traumatismo.
DD
La relación transferencial.
Saber y verdad que estaban anudados en un principio en su estructura, como portadora
de un saber sobre una verdad que no podía contar, se habían separado. El silencio se
había vaciado de la mirada ya no angustiaba. Vuelve a sentir placer dando clases. “Ya
no era la palabra del otro detrás de la que me escondía, estaba en mi lugar”.
LA
De la sensación de pulmones llenos quedó una tos, como resto que permanece en el
cuerpo de lo que fue la angustia, que acompañó al secreto de la clandestina en su
respirar agitado.
Nuevo sueño en el final de análisis, la lengua del analista le resulta extraña. Interpreta
la maniobra del analista, no era su lengua la que tenía que escribir, sino la propia. Viajes
Bs As - Paris reproducen el recorrido a la casa de Muñecas.
FI
Un cartel que dice CIMINO, ella interpreta la de decir “sí a mi no”, muchas veces
silenciado. Fin del análisis.
El análisis terminó 2 veces con 5 años de diferencia. El primero fue una interrupción
y el segundo un verdadero final.
La primera fue bajo el signo de la impotencia: no le encontraba la vuelta a la relación
con su partenaire. Lo último que le dijo a su analista fue “solo volveré si tengo algo nuevo
para decir”. No me retuvo ni me invitó a volver. Saber hacer del analista. Abstinencia
al final del primer tratamiento.
El segundo final estuvo del lado de la imposibilidad y de lo que no pudo decirse. En el
final lo que surgió como la palabra inexistente es S(A/). Eso hizo vano todo intento de
seguir hablando, interpretando, buscando. Caída de la suposición de saber, límite de la
interpretación. Final del análisis.
Primer final: Límite sentido - sinsentido. El analista no cae.
OM
El tiempo 1 (S1) solo adquiere significación de trauma a posteriori. Hace falta para eso
un S2. La escena del armario (escena primitiva), que siempre recordó, esperó muchos
años antes de devenir en acontecimiento traumático. Para eso fue necesaria otra fiesta,
la que inició el tramo final del análisis. Esta escena de la fiesta, enteramente
transferencial, ya que quien bailaba era su analista, desencadenó la angustia y la instaló
nuevamente en análisis, 5 años después de terminado el primero. Entre la escena
primitiva y la escena de la fiesta, lo único en común es el nombre: fiesta.
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La escena del armario, el tiempo 1 del trauma (la fijación), no fue otra cosa que la
confluencia de la risa, del excedente de sexualidad, con la falta de palabras de la niña
para nombrarlo. Si se lo mira del lado de la risa: exceso, si se lo mira del lado de la falta
de palabras: el agujero.
DD
La fiesta estaba en el discurso del Otro, la historia que su madre le contaba sobre un
padre fiestero, que fue un rasgo de su elección. Así que para nombrar lo innombrable
se valió de su padre. No de su ley, sino de su pere-version, de un padre jugador,
trasnochador. Elección del padre del goce y no de la castración.
De la nominación del goce como fiesta, a convertirse en la que quiere arruinarle la fiesta
al Otro solo hubo un paso: el paso del sentido, que pone al alcance del sujeto todas las
ficciones del fantasma y las astucias de la neurosis. Al arruinarle la fiesta al Otro, el daño
LA
colateral era arruinárselo a ella misma. Y ese daño colateral se concentró en sus
relaciones amorosas.
Fantasía adolescente: novio muerto, pene en formol. Por un lado, el cuerpo vaciado de
goce, por el otro el falo imposible de negativizar (no encontrarse con sus propia
castración).
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En la fiesta del tiempo 2, el analista aparece por primera vez vivo ante sus ojos, habitado
no solo por el saber que siempre le atribuyó, sino animado por un goce, como el reverso
de la escena fantaseada de la adolescencia. Es por eso que la fiesta tuvo ese poder de
desencadenamiento de la angustia, el analista no encarnaba ahí el cuerpo muerto del
significante, sino el cuerpo deseante, gozoso; donde reunía lo que la estrategia
OM
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DD
LA
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