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TEMARIO TERCER PARCIAL 2022

TEMARIO DE PRÁCTICOS

MODULO C: Síntoma y carácter.

Núcleo conceptual: El problema de la satisfacción en la cura

EJES TEMÁTICOS:

• Formulación del nuevo principio económico del aparato psíquico.


Hasta 1920, se sostenía que los procesos anímicos estaban regulados por el principio de
placer, que desplazó al de constancia. A partir de lo que Freud ubica de la experiencia de
satisfacción y dolor, se produce un quiebre del principio de constancia. En 1920, se destrona al
principio de placer, sigue funcionando en algunos aspectos pero no será lo que comanda el
aparato psíquico, sino el más allá del principio de placer. Se rompe el principio de placer por la
pulsión de muerte ubicada a partir de la pista de la compulsión a la repetición. Y se ubica que el
sujeto esta más alla del principio del placer, el cual comienza a ser el que comanda el aparato
psiquico.
• Compulsión de repetición como fundamento del más allá del principio de placer.
Se implica un interrogante respectode la misma dirección de la cura. Se trata de que repita lo
reprimido como vivencia presente lleva a Freud a decir que ha sido sustituida la angustia
neurosis por una nueva, denominada neurosis de transferencia.

Aparece lo articulado y el lugar que ocupa el analista en relación con la neurosis creada por el
dispositivo mismo. Dice que el primer movimiento en un análisis implica el pasaje de los
síntomas a la transferencia. En un segundo momento, el objetivo se centra alrededor de la
neurosis creada.

Esta repetición que se produce en la transferencia es que se trata de vivencias en sí


displacenteras. Se trata de la acción de pulsiones que llevaron al displacer. Pero se las repite a
pesar de todo. Más allá del recuerdo en acto de esto que se repite como recuerdo en acto en
relación con esta compulsión que esfuerza, lo que empuja a esa repetición. El Agieren/actuar
se hace en la transferencia negativa, articulando transferencia con resistencia. Esta resistencia
implica un cierre del inconsciente.

Hay dos grupos de procesos psíquicos, que como actos puramente internos, se ubica en un
lugar diferente en relación con olvidar y recordar. Se recuerda algo que no pudo ser olvidado
porque nunca fue consciente.
• Referentes: despertar de los sueños de las neurosis traumáticas, juego del fort‐Da.
Los enfermos de las neurosis traumáticas presentaban la particularidad de que volvian en
sueños en la misma situación. La misma expresión traumática tiene un valor económico.

Ese fracaso de olvidar el trauma es ubicado aquí en relación con que el sujeto pueda obrar
contra su propio bienestar, y encontrar una satisfacción de una índole diferente. Lo traumático
tendría un valor económico y una vivencia que produce un exceso en la intensidad del
estímulo.

Esos sueños son sometidos por la compulsión de la repetición que lleva al sujeto una y otra vez
a la situacón traumática. Como el sueño implica una escena, esa escena misma del sueño
tiene una función de pantalla. Se trata de un sueño treaumático, no del trauma mismo. La
escena misma marca la diferencia entre sueño traumático y trauma.

Freud observaba a su nieto Juanito, a la edad del año y medio. El niño tenia un carretel de
mandera atado a un piolin. Arrojaba el carretel hacia algun lugar en donde este desaparecia de
su vista, en ese momento pronuncaba un o-o que Freud traducia como Fort, palabra alemana
que significaba “se fue”. Luego tiraba del piolin y dice el boservador que saludaba con un Da,
que significaba “aca esta”. Este juego se realiza en ausencia de la madre.

El niño renuncia a la satisfacción pulsionar de admitir la partida de la madre. En relación a la


partida de la madre el niño era pasivo, a partir del juego pasaba a ser activo repitiendo este
aparecer y desaparecer. Incluso mcuhas veces solo repetia la primera parte del juego, es decir,
la partida de la madre.

• Diferencia entre terror, angustia y miedo.


Terror: Estado en que se cae cuando se corre un peligro sin estar preparado, destaca el factor
de la sorpresa.

Angustia: Designa cierto estado como de expectativa frente al peligro y preparación para él,
aunque se trate de un peligro desconocido.

Miedo: Requiere un objeto determinado, en presencia del cual uno lo siente.

• “Ganancia de placer de una fuente directa”.


Cuando el niño realizaba el juego Fortda, por más que podia ser displacentera, la repeticion de
esta le generaba una ganancia de placer de otra indole, pero directa. Era una ganancia de
placer que provenia de otra fuente.

Esto demuestra que el sujeto esta más allá del principio del placer.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1920) Más allá del principio de placer. Capítulos 1 y 2. Obras completas. Tomo XVIII.

Buenos Aires. Amorrortu. 1990.


Delgado, O., Lecturas freudianas 2. Parte 4. Más allá del principio de placer. Clases 1, 2 y 3.

Buenos Aires. Pasaje 865. 2014.

Delgado, O., Pulsión y necesidad de castigo. La subversión freudiana y sus consecuencias.

Buenos Aires. JVE Ediciones. 2005.

EJES TEMÁTICOS:

• Fundamento del masoquismo: masoquismo erógeno primario.


El placer de recibir dolor, se encuentra también en el fundamento de las otras dos formas
Vuelve a una tesis de tres ensayos donde dice que cualquier incremento de tensión dentro del
aparato anímico puede causar excitación sexual, incluso si ese incremento tiene que ver con el
dolor. Desde el punto de vista pulsional: la PM busca devolver inorgánico a todo lo orgánico y la
tarea de la libido es volver inocua esta pulsión, de esta forma la desvía hacia afuera por medio
de la musculatura, convertida en sadismo (un resto de la PM se conserva dentro del organismo
y da lugar al masoquismo erógeno

Freud dice que el masoquismo acompaña a la libido en todas las fases del desarrollo, por
ejemplo: la angustia a ser devorado por el animal totémico (padre) en la etapa oral, o el deseo
de ser golpeado por el padre en la etapa sádico anal. La castración en la etapa fálica, o quedar
en un lugar femenino (ser poseído sexualmente o parir ) en la etapa genital adulta. También va
a decir que, el sadismo puede ser introyectado nuevamente hacia el interior del organismo,
reforzando el masoquismo y dando lugar a un masoquismo secundario.

• Masoquismo femenino. Articulación a la fantasía.


En el estudio de masoquistas varones el contenido de este en fantasía o en acto suele ser el
mismo: ser golpeado, atado, amordazado, etc. La interpretación más inmediata y fácil de
obtener es que el masoquista quiere ser tratado como un niño pequeño, desvalido y
dependiente, pero en particular como un niño díscolo. En el estudio de masoquistas en los
cuales las fantasías son particularmente ricas lo que uno encuentra es que ponen a la persona
en una situación característica de la feminidad, vale decir, significa ser castrado, ser poseído
sexualmente o parir. En el contenido manifiesto de las fantasías masoquistas se expresa un
sentimiento de culpa (masturbacion infantil) cuya forma de expiación es mediante
procedimientos dolorosos y martirizadores. Se apoya en el masoquismo erógeno.

• Problemas clínicos. Compulsión a la repetición‐ Resistencia estructural.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1924) El problema económico del masoquismo. Obras completas. Tomo XIX. Buenos

Aires. Amorrortu. 1990

EJES TEMÁTICOS:

• Masoquismo moral.
Afloja su vínculo con la sexualidad (pura pulsión de muerte desmezclada e introyectada) no
tiene vínculo porque lo único que importa es el padecer, no interesa que lo inflija la persona
amada o una indiferente. La satisfacción del sentimiento icc de culpa es el rubro más fuerte de
la ganancia de enfermedad, compuesta de fuerzas que se revuelven contra la curación
(resistencias) y no quiere resignar la condicion de enfermo (RTN). En este masoquismo de la
conciencia moral no es solo el super yo el que toma sobre sí componentes sádicos y los dirige
al yo (maltrato) sino que el yo también tiene una tendencia masoquista que se hace maltratar
por el super yo

• El superyó como instancia psíquica. Desexualización por sepultamiento del complejo de

Edipo. Resexualización de la moral por regresión.


Antes de la formación del Superyó, los objetos introyectados eran provenientes del mundo
exterior. Luego, por la caída del Complejo de edipo y la aparición del Superyó, el cual toma el
poder de esos objetos exteriores, le termina dando un lugar al Superyó como representante del
mundo exterior real, como prototipo de las aspiraciones del Yo. El masoquismo moral presenta
una diferencia clave con los sentimientos inconscientes de culpabilidad. En el último, se
presenta un intenso sadismo del Superyó, al cual se somete el Yo; mientras que en el primero,
la importancia recae sobre el propio masoquismo del Yo, que demanda castigo, por el mismo
Superyó o los poderes paternales externos. Así, se concluye que el sadismo del Superyó se
haga consciente, mientras que la tendencia masoquista del Yo permanezca inconsciente,
siendo visible solamente en la conducta del sujeto.

La conciencia moral y la moral han nacido por la superacion y la desexualizacion del Complejo
de edipo; el masoquismo moral sexualiza de nuevo la moral, reanima el Complejo de edipo y
provoca una regresión desde la moral al Complejo de edipo. Por otro lado, el masoquismo crea
la tentación de cometer actos pecaminosos, que luego habrán de ser castigados con los
reproches de la conciencia moral sádica.

• Vínculo entre el yo y el superyó.


El Yo encuentra en el Superyó un modelo al cual aspirar. A su vez, el Superyó es el
representante del Ello y del mundo exterior. Nace por la introyección en el Yo de los primeros
objetos libidinales del Ello, padre y madre, pero desexualizados y desviados de los fines
sexuales directos. Conserva así, el Superyó, el poder, rigor, y castigo de las personas
introyectadas. Antes de la formación del Superyó, los objetos introyectados eran provenientes
del mundo exterior. Luego, por la caída del Complejo de edipo y la aparición del Superyó, el
cual toma el poder de esos objetos exteriores, le termina dando un lugar al Superyó como
representante del mundo exterior real, como prototipo de las aspiraciones del Yo.

• Sadismo del superyó y masoquismo del yo. Paradoja de la satisfacción pulsional. Necesidad

de castigo. Reacción terapéutica negativa‐Resistencia estructural.


Termina el texto diciendo que la reversión del sadismo hacia la persona propia tiene que ver y
es a raíz de la sofocación cultural de las pulsiones, es decir, cuando se renuncia a aplicar una
parte de los componentes destructivos hacia afuera, se refuerza el sadismo del superyó
(imperativo categórico “tu debes”) y aumenta el masoquismo del yo. Es decir, que cuando uno
evita agredir a los demás, aumenta el sentimiento de culpa y la vigilancia del superyó.
En cuanto a la forma externa, patológica, de este masoquismo, Freud dice que está
relacionado con la reacción terapéutica negativa y el sentimiento de culpabilidad. La
satisfacción de este sentimiento de culpabilidad actúa como una ventaja de la enfermedad , es
decir, como suma de energía que se rebela contra la curación y no quiere abandonar la
enfermedad. El sentimiento inconsciente de culpabilidad es imperceptible para los enfermos
que lo padecen, ya que, análogo a éste presentas sentimientos consciente de culpabilidad
representados como remordimientos frente a diversas situaciones. Freud dice que ese
sentimiento inconsciente de culpabilidad es percibido por los enfermos como una necesidad de
castigo; pero marcando siempre su estructura inconsciente. Ya sabemos que la conciencia
moral es la función del Superyó, y sabemos ahora que, en la conciencia de culpabilidad se
manifiesta una tensión entre el Yo y el Superyo. Así, el Yo reacciona cn sentimientos de
angustia frente a la percepción de haber permanecido por debajo de las exigencias de su ideal,
es decir, su Superyó.

Los sujetos se sresisten a concluir el análisis, no quieren desembarazarse de este sufrimiento.


Es más, defienden ese sufrimiento como el tesoro más preciado, y es uno de los impedimientos
fundamentales para la conclusión de los análisis. En el modo en que se presenta la resistencia
del ello, el masoquismo erógeno, el pegan a un niño. El punto en el que se presenta en un
análisis es en el de la conexión transferencia-resistencia. Es decir, transferencia como
obstaculo. El punto donde se presenta la resiencia del super yo, se la llama reacción
terapéutica negativa.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1924) El problema económico del masoquismo. Obras completas. Tomo XIX. Buenos

Aires. Amorrortu. 1990

EJES TEMÁTICOS:

• Síntoma y carácter.
• Articulación de las excepciones, los que fracasan al triunfar, los que delinquen por conciencia

de culpa.
Excepciones: Freud dice que la labor psicoanalítica plantea la tarea de mover al paciente a
renunciar a un placer próximo e inmediato, es decir, debe renunciar tan solo a aquellas
satisfacciones a las que le sigue un daño; en resumen, debería someterse a una privación
temporal, aprender a canjear el placer inmediato por otro más seguro, pero más lejano. En
términos de Freud se podría decir que el paciente, bajo las órdenes del médico, debe pasar del
principio del placer al principio de realidad. Entonces, cuando el médico les exige una renuncia
provisional a cualquiera satisfacción placiente para llegar a un fin mejor, algunos sujetos se
rebelan alegando una motivación especial. Se defienden diciendo que ya sufrieron bastante,
que no quieren las restricciones y que no están dispuestos a padecer ninguna necesidad
displicente, debido a que son solo excepciones. Es decir, niegan el problema alegando que los
momentos displacientes de su enfermedad son solamente excepciones, y no están dispuestos
a sufrir en mayor cantidad para un futuro mejor, que para ellos no es posible o simplemente no
quieren padecer el camino para alcanzarlo. En otras palabras, el caracter de excepcion de
aquellos sujetos que lo padecen puede ser entendido de la siguiente manera. Los sujetos
sienten que fueron perjudicados, en aquella situación, que es, en muchos casos, el núcleo de
su neurosis; por lo tanto, se definen ellos mismos como excepciones, como por culpa del
Destino, por lo cual nunca apuntan al alivio del displacer concomitante.

Los que fracasan al triunfar: La labor psicoanalítica descubre que los hombres enferman de
neurosis por la privación a la satisfacción de sus deseos libidinosos. Ya sabemos que la
génesis de la neurosis existe por un conflicto entre los deseos libidinosos de un hombre y su
Yo, el cual es expresión de sus pulsiones de conservación e integra su ideal. Así, el conflicto
nace cuando la libido intenta emprender caminos que el Yo ha superado y prohibido hace
mucho tiempo, y la libido intenta estos caminos debido a que le arrebataron la posibilidad de
una satisfacción ideal. Pero, en algunos casos, hay sujetos que enferman cuando cumplen ese
deseo profundamente anhelado, como si no pudieran soportar su felicidad. Freud dice que una
genesis patologica por cuumplimiento de deseo no suplanta a la dada por la privación, sino que
son casos diferentes. Hay una privación externa, la cual se da cuando en la realidad no existe
ya el objeto en el que la libido puede hallar su satisfacción, y tiene la particularidad de no ser
patógena hasta que no se una a una privación interna. La interna parte del Yo y de disputar a la
libido otros objetos. Solo a partir de la unión de ambas privaciones se da una enfermedad
neurótica, es decir, de una satisfacción sustitutiva mediante un rodeo a través de lo Icc
reprimido. Se concluye que la privación interna se da en todos los casos, siempre y cuando la
privación externa establezca la constelación favorable. En el caso que tenemos presente,
donde surge a partir del éxito o del cumplimiento de deseo, se da debido a la participación
solitaria de la privación interna; es decir, la privación interna suplanta la posibilidad ofrecida por
la externa, debido a la presencia del cumplimiento de deseo. Esto se hace patógeno en el
sujeto porque, el Yo, en un principio toleraba el deseo mientras pertenecía a la fantasía, pero
cuando se acerca a su cumplimiento toma la característica de amenaza. La labor psicoanalítica
enseña que las fuerzas de la conciencia que hacen enfermar a ciertos sujetos a causa del
éxito, del mismo modo que enferman a causa de la privación, se hallan enlazadas al Complejo
de edipo, como así también nuestro sentimiento de culpabilidad.

Los que delinquen por consciencia de culpa: Freud dice que algunos sujetos que presentaban
un penoso sentimiento de culpabilidad, de origen desconocido, cometieron una falta concreta
(algún delito de cualquier tipo), para adherir ese sentimiento de culpabilidad a algo tangible. Por
tanto, se concluye que el sentimiento de culpabilidad está antes que el delito, denominados,
así, delincuentes por sentimiento de culpabilidad. En cuanto a la procedencia del sentimiento
de culpabilidad, previo y como condición del posterior delito, Freud lo ubica en el Complejo de
edipo; ese deseo del sujeto de matar al padre y gozar a la madre.

• Articulación con el superyó, masoquismo moral y necesidad de castigo.


Freud dice que ese sentimiento inconsciente de culpabilidad es percibido por los enfermos
como una necesidad de castigo; pero marcando siempre su estructura inconsciente. Ya
sabemos que la conciencia moral es la función del Superyó, y sabemos ahora que, en la
conciencia de culpabilidad se manifiesta una tensión entre el Yo y el Superyo. Así, el Yo
reacciona cn sentimientos de angustia frente a la percepción de haber permanecido por debajo
de las exigencias de su ideal, es decir, su Superyó

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1916) Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico. Obras

completas. Tomo XIV. Buenos Aires. Amorrortu. 1990.

EJES TEMÁTICOS:

• Moisés y la religión monoteísta: compulsión de repetición como expresión de la fijación al

trauma.

• Síntomas y rasgos de carácter. Constitución de las neurosis y las religiones monoteístas a

partir de la serie: trauma temprano‐defensa‐latencia retorno parcial de lo reprimido‐repetición

en acto.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1939 [1934‐38]) Moisés y la religión monoteísta. Punto III. Parte I. Apartado C: La

Analogía y D: Aplicación. Obras completas. Tomo XXIII. Buenos Aires. Amorrortu. 1989.

MODULO C: Síntoma y carácter.

Núcleo conceptual: Conflicto en el marco de la segunda tópica

EJES TEMÁTICOS:

• Nuevo ordenamiento lógico: castración, motor de la defensa y referente del síntoma.

• Formación de síntoma en las zoofobias infantiles de Hans y el hombre de los Lobos.

Articulación con el Edipo completo. Conflicto de ambivalencia. Represión y regresión.

• Neurosis obsesiva. Ampliación de la defensa: represión, regresión, formación reactiva y


técnicas auxiliares.

• Técnicas auxiliares en la neurosis obsesiva: aislamiento y anulación de lo acontecido.

Síntoma en dos tiempos.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1926 [1925]) Inhibición, síntoma y angustia. Capítulos 4, 5 y 6. Obras completas.

Tomo XX. Buenos Aires. Amorrortu. 1990.

Delgado, O. (Comp.), Una lógica para la lectura de “Inhibición, síntoma y angustia” de Sigmund

Freud.

EJES TEMÁTICOS:

• La exigencia pulsional como peligro. Peligro interior‐exterior.


Freud se pregunta qué provoca la defensa por parte del Yo, en el caso de Juanito, si es la
pulsión amorosa hacia la madre o la pulsión destructiva hacia el padre. La represión es un
proceso especialmente relacionado con la organización genital de la libido y el Yo acude a
métodos distintos de defensa cuando actúa contra la libido en otras fases de la organización
libidinal. En cuanto el Yo reconoce el peligro de castración da la señal de angustia e inhibe, por
medio de la instancia placer-displacer el proceso de carga en el Ello; al mismo tiempo, se
efectúa la formación de la fobia. Así, el miedo a la castración se dirige a un objeto distinto y
toma una expresión disfrazada. Por lo tanto, la formación sustitutiva presenta dos ventajas
claras; por un lado, evita un conflicto de ambivalencia, y por otro lado, permite al Yo terminar el
desarrollo de angustia. Así, sólo se producirá la angustia cuando aparezca el objeto formado a
partir de la sustitución. Al sustituir al padre por un animal, el Yo sólo debe ponerse
determinados límites para no llegar a enfrentar esa situación. CLAVE. Lo que sucede en la
fobia es una sustitución de un peligro exterior por otro también exterior. Y en este proceso no
hay distorsiones económicas, es decir, debido a que el Yo, en la fobia, elude la angustia por
medio de síntomas de evitación o inhibitorios, solamente se modifica un afecto, quedando
idéntica la carga económica.

• Angustia como respuesta. Diferencia angustia señal y angustia automática.


La angustia se basa en un incremento de la excitación, el cual crea, de un lado, el carácter
displicente, y por otro busca aliviarse por medio de actos de descarga. Pero, se le añade un
carácter histórico que enlaza entre sí las sensaciones y las inversiones de la angustia; es decir,
el estado de angustia conlleva la reproducción de una experiencia que integraba las
condiciones de tal incremento del estímulo y las de la descarga por vías determinadas. Tal
experiencia prototípica sería el nacimiento. Se puede concluir entonces que la angustia nace
como reacción a un estado de peligro y se produce de nuevo cada vez que surge de nuevo tal
estado.
• Diferencia entre la dimensión estructural de la castración y el complejo de castración.
Se puede diferenciar la castración como hecho de estructura, de la amenaza como complejo de
castración. El complejo de castración propio de la trama edípica vela la castración estructural.

Vemos cómo se articulan la amenaza de castración sobre el instrumento fálico y la separación


con el otro materno en tanto el sujeto ha devenido falo de ese otro para obturar la castración.
Un poco más adelante se refiere a la cuestión de la condición de la angustia válida para la
mujer revelando que “castración” no es un término descriptivo de algo fenoménico sino un
concepto fundamental en la constitución del sujeto y de las posiciones sexuadas.

La pérdida de amor en las mujeres es un equivalente de castración, la amenaza de castración


no está basada en la naturaleza biológica y el órgano material, sino que está remitiendo a una
cuestión estructural que va más allá de las figuras.

• Desvalimiento‐Falta de representante psíquico.


La angustia demuestra ser producto del desvalimiento psíquico del lactante. En ambos casos,
nacimiento y lactante, la angustia aparece acorde al fin, en la primera en términos fisiológicos,
respiración y ritmo cardíaco como evitación del envenenamiento, y en cuanto al lactante, “la
descarga orientada a la musculatura respiratoria y vocal clama ahora por la madre.” Freud
ubica en ese punto el nacimiento del grito, primer objeto cedido, y de la demanda a la madre.
Lo que tiene lugar en todo el tramo es la separación del objeto como condición de la angustia.
El recorrido lógico de la constitución del sujeto es presentado como fases de la situación de
peligro: la pérdida del objeto, la pérdida del amor del objeto, la castración y la pérdida del amor
del Súper Yo.

BIBLIOGRAFÍA:

Freud, S., (1926 [1925]) Inhibición, síntoma y angustia. Capítulos 7 y 8. Obras completas. Tomo

XX. Buenos Aires. Amorrortu. 1990.

Delgado, O. (Comp.), Una lógica para la lectura de “Inhibición, síntoma y angustia” de Sigmund

Freud. Volumen I. Buenos Aires. EUDEBA. 2013.

Delgado, O. (Comp.), Una lógica para la lectura de “Inhibición, síntoma y angustia” de Sigmund

Freud. Volumen II. Buenos Aires. EUDEBA. 2015

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