Con lo que fue al momento de la conquista hispana se interrumpió lo que fue el
desarrollo civilizador en el cual unían las antiguas tradiciones preincaicas de los
indígenas de las llanuras chacosantiagueña con los últimos aportes de estos grupos andinos. Donde de esta nueva cultura tomo su nombre quichua el Noroeste con epicentro santiagueño: el Tucma. Este fue el origen del Tucumán incaico cuyo adelanto cultural en Santiago del Estero no pasó inadvertido. Este trasplante civilizador, se mantuvo hasta el descubrimiento de Tucumán en los hitos de la conquista hispana. El quichua no fue una lengua aluvional pos hispánica sino consecuencia de una denominación política-cultural asentada en esta región. Lo que fue el siglo XVI en Tucumán no circulaba la plata, ni el oro, el lienzo de algodón hacía las veces de moneda, lo que era tasado por lo general 4 reales la vara y todas las transacciones se hacían con equivalencia de lienzo o ropa de algodón y hasta el salario del gobernador. El algodón fue la piedra inicial del comercio internacional argentino, inaugurándose el intercambio extranjero, mediante la exportación de productos de la gobernación enviados en carros y carretones. En los últimos años, el sucesor Trejo y Sanabria aun invertía lo que dejaba a Victoria, en las obras de reconstrucción y mantenimiento de la catedral de Santiago. Esto molestaba al comercio limeño porque abría una nueva ruta marítima desde el Tucumán y lo vinculaba al Rio de la Plata, en lo social por las resistencias despertadas a raíz de la pérdida antiencomiendas lo que hacían los jesuitas, traídos a la costa de Victoria. Existía una economía autosuficiente, mediante mano de obra. En cuanto a una economía doméstica contaba con excedentes de producción, la cual se transformaría en el nacimiento de una economía mercantil, con la moneda metálica como medida de valor. Comenzando la fabricación de productos manufacturados dentro de la técnica pre capitalista en una etapa más evolucionada del desarrollo local. Esa economía mercantil buscaba realizar intercambios con el exterior o dentro del mercado interno virreinal, como también en cierto momento se subsidiaria de las necesidades alto peruanas. Este periodo fue de gran importancia de potosí que era la verdadera metrópoli socioeconómica comparable a cualquier ciudad europea, cuales interés de consumo e intercambio el Tucumán configuro un verdadero hinterland ya que el Rio de la Plata se hallaba despoblado y con sus puertos cerrados por lo que fue una disposición oficial. También produciéndose una inquietud por el mejoramiento social de las condiciones de vida y trabajo, este tipo de actividades económica se integraron en la región, trascendente de un marco cerrado al interrelacionarse con todo el noroeste y aunque no percibía un flujo de capitales para su mayor impulso se permitió gozar de relativa prosperidad. En América , los españoles conocieron muchas plantas cultivadas, que llevaron a Europa como exportaciones o nuevos cultivos, como el maíz, zapallo, poroto, pimiento , tomate, papa, maní, cacao, tabaco, siendo populares en Europa y de allí pasaron a otros continentes, haciéndose importantes, como por ejemplo el Noroeste argentino, como bien se sabe es de una larga tradición agrícola. Así también los españoles llevaron los primeros caballos a Asunción en 1541, siendo escasos, los guaraníes consiguieron algunos antes de 1544. En años siguientes hubo trueques similares, los cuales los últimos pudieron apoderarse de animales escapados de establecimientos asunceños y de la región chaqueña y su periferia, fundadas a partir de1550 como por ejemplo Tucumán. Los nuevos cultivos y ganados fueron importantes cambios económicos y se caracterizaban por la reproducción en las sociedades indígenas. Las tribus comenzaron a consumir artículos importados, imposibles de reproducir localmente por falta de lo que es la materia prima o tecnológica. El comercio había llegado entre indígenas e hispano-criollos, los aborígenes explotaban a los intereses locales de distintas jurisdicciones para ofrecer sus productos en zona. El sistema de la economía colonial española creció a partir de distintos centros o polos de desarrollo con intereses y características propias. Por otra parte la circulación de bienes y las posibilidades de intercambio desembocaron en la aparición de sectores especializados, todos necesitaban ubicar sus excedentes y conseguir coas de otros. La constitución del sistema colonial impregnado de una lógica economía excedentaria, caracterizada extractiva y mercantilista, trajo la difusión de nuevas especies animales y vegetales que tuvieron derivados cambios en la utilización de los recursos y en la estructuración del espacio. La nueva agricultura suponía la utilización de técnicas de producción como las herramientas de hierro y nuevos animales de tiro. El Tucumán fue una de las zonas donde más perduración tuvo el mecanismo de las unidades agrarias de producción que fue la encomienda, a tal punto que se mantuvo hasta el siglo XVIII. Pero la encomienda no pudo mantenerse como institución básica de la conformación de las estructuras agrarias y de su decadencia, que estaba asociada con la crisis demográfica indígena, a lo que fue la reorientación ganadera que sustituyo a la primera orientación predominante textil de encomienda temprana. En San Miguel de Tucumán la persistencia del pueblo de indios fue débil y muchas encomiendas formaban la unidad con las estancias y haciendas, las tierras de valle y de pie de monte mas cercanas a la ciudad terminaron siendo dominadas por un prospero grupo de mercaderes en una región donde la propiedad de la tierra estaba relativamente dividida; el modo característico de la organización de la producción rural era la pequeña producción campesina que se basaba en el trabajo familiar y que también podía hacerse mas amplia mediante la inclusión de lo llamado “agregados”. Por lo tanto los peones conchabados y los esclavos era una porción muy reducida de la fuerza de trabajo. En el Tucumán colonial estaba restringido prácticamente a los encomenderos, la actividad comercial tuvo un comienzo destacado en sus actividades y por ello dependió su capacidad de reproducción que de la misma propiedad de la tierra. Esto a las elites regionales del Tucumán durante los siglos XVI y XVII les permitía resindir en las ciudades y poseer tierras en varias jurisdicciones, como lo disponían los encomenderos de San Miguel en el valle catamarqueño. Las medidas liberalizadoras del comercio y circulación tuvieron el impacto e hizo sentir en las zonas productoras textiles que utilizaban el algodón como materia prima, pero no fue atribuido a esas disposiciones sino que había que recordar que en Tucumán su crisis es muy anterior y se vincula a la lenta erosión de la encomienda.