regímenes muy conocidos como la Alemania nazi de Hitler o la Italia fascista de Mussolini. Cabe destacar que el nacionalismo en sí, como ideología, no es bélico ni violento. Características del nacionalismo Exaltación del gobierno central y la defensa de que solo existe una sola nación dentro de su territorio. Simbología. Banderas, himnos y otros símbolos nacionales son los que dan cuerpo y representan al Estado. Fomento del folclore nacional: tradiciones, creencias, costumbres, música, etc. En general, toda la cultura que define al país. Consecuencias: El proteccionismo trata de poner en valor los productos nacionales frente a la entrada del país en cuestión de productos extranjeros. Este poner en valor se traduce en la práctica en la implantación de medidas restrictivas a las importaciones. Como mencionamos anteriormente, el nacionalismo no es exclusivamente violento, aunque muchos regímenes y movimientos han derivado en ello. ¿Por qué ocurre esta deriva? Porque los actos de unificación por parte de quien los impulsa no siempre son aceptados, ya que cada una de las personas que componen un territorio tienen sus propias preferencias. Y si esta imposición no se acepta, se intenta realizar de forma coactiva. Uno de los ejemplos lo tenemos en el Tercer Reich alemán. La Alemania nazi es un ejemplo de nacionalismo extremo o exacerbado, movido además por los resentimientos personales del propio Hitler. En 1939, con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Alemania comienza a atacar y a anexionarse territorios por la creencia de que la raza aria es superior a las demás y por ende debe dominar sobre el resto. Este régimen trajo consigo el intento de exterminio de los judíos y de otras etnias que habitaban en Alemania y en los países que iba conquistando. Caso similar es el que ocurrió con el IRA en Irlanda. El grupo militar realizó multitud de atentados y episodios terroristas con el fin de unificar toda la isla de Irlanda e independizar la zona norte de Reino Unido.