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La transición del sistema prehispánico al sistema colonial reformó cuestiones que se refieren
tanto a la organización de los medios de producción, como a la circulación de bienes y servicios.
Durante la época pre-virreinal los bienes servían para la subsistencia y acumulación colectiva. En
el caso de las tierras, se podía utilizar la parcela mientras se tuviese mujer e hijos; caso contrario,
era repartida al ayllu después del fallecimiento. De la misma manera se asignaba el producto de
las tierras: la producción era entregada, por medio del curaca, al Inka y posteriormente era
reasignada a la población, sistema que la población indígena intentó repetir con los españoles.
El choque con el sistema español destaca por la reacción de los funcionarios que no
comprendían el sistema prehispánico. Por su parte, el modo de los indios funcionaba con los
mecanismos de la reciprocidad y de redistribución.
El mundo andino mantuvo en su interior sus “patrones colectivos de acumulación”, siguiendo las
reglas de “reciprocidad” y “redistribución”, pero acomodándose, al mismo tiempo, a los sistemas
de “circulación mercantil” en cuanto a su relación con el mundo exterior de los ayllus y
comunidades. En paralelo, coexistió una dualidad de las autoridades coloniales, la
institucionalización se reflejó en un núcleo triangular, conformado por el corregidor o la autoridad
civil, el cura o el representante eclesiástico y el jefe étnico o la autoridad indígena.
2.1. MERCANTILISMO
(A partir de ahora nos centraremos en el periodo colonial tardío) Para explicar mejor
cómo se desarrolló el comercio interno es necesario tener en claro el pensamiento
económico de la época. Predominó el mercantilismo, un conjunto de ideas
económicas que surgieron en Europa entre los siglos XVI Y XVIII, su importancia
reside en que revolucionó la manera en que se percibía la riqueza en la época, ya que
se empieza a valorar la riqueza en función a la tenencia de metales preciosos,
abriendo el paso para el uso de la moneda en el intercambio comercial. Otra de sus
características destacables es el énfasis en el rol del Estado o la búsqueda de una
alianza entre los hombres de negocios y un Estado regulador y subsidiador.
Es en el siglo XVII que los curacas transforman en metálico el valor de los excedentes
agrarios. El trabajo del curaca fue por un lado ser intermediario entre el excedente
comunal y la acumulación mercantil y de otro, continúa como el organizador del
trabajo comunal y el regulador del valor de su producción. El curaca actuó como nexo
entre la producción comunal y el mercado monetario debido a que los mercaderes no
participaban de lleno en la red de reciprocidad, la cual representaba también acceso a
mano de obra.Era él quien organizaba a los indios para la producción.
Una noción importante para entender el paisaje agrario con su relativa especialización y su
gran diversidad quizá sea la de “estructura difusa” para Lima y sus provincias. Esto quiere
decir que alrededor de la ciudad, se extendían huertas, donde se cultivaban hortalizas,
legumbres y frutas y se criaban aves de corral, y fundos dedicados a la producción lechera.
Había trigales, maizales y alfalfares; estos últimos para proporcionar forraje a las bestias de
tiro. Entre estas propiedades, se intercalaban las chacras de indios donde predominaban
los cultivos de panllevar (conjunto de productos agrícolas de primera necesidad).
Cabe mencionar que en la región del norte, se desarrollaba una economía de hacienda
mayormente y con el tiempo generó una red de intercambios en el ámbito regional.
El factor determinante para la evolución de la producción azucarera fue la caída secular del
precio del azúcar. Entre 1695 y 1741, el precio de la arroba de azúcar en la plaza de Lima
promediaba 3,3 pesos y, entre 1753 y 1766, su precio cayó a 1,7 pesos. Es probable que la
reacción de los hacendados fuera aumentar la producción para compensar esta
disminución. A continuación se presentan unos datos extraídos de la hacienda jesuita de
Huaura parecen confirmar esta hipótesis.
Vemos como a medida que baja el precio del azúcar la cantidad de arrobas de azúcar
producidas aumenta
(Cabe recalcar que se usaba la arroba como unidad de medida del peso y los pesos como
moneda)
Todo el conocimiento sobre el cultivo de la viña en el Perú del siglo XVIII proviene casi
exclusivamente de las haciendas jesuitas. Las vides eran plantadas en cuarteles, trozos de
terreno rectangular a los que se les daba el nombre de algún santo y que contenían por lo
general de 600 a 1.000 vides; estos terrenos eran recorridos a lo largo o al través por
acequias que garantizaban el riego necesario.
3.4 La coca
En el área central, Huánuco era la zona principal de cocales. Una parte de la producción de
Huánuco se dirigía a Cerro de Pasco, pero su mercado parece haber sido mucho más
disperso y amplio. Probablemente, lo mismo puede decirse de la producción cocalera de
Huanta, que casi equiparaba a Paucartambo en términos de valor y cantidad, de su
distribución y circuitos hablaremos más adelante.
3.5. El tabaco
Compran el grano y las harinas los cargadores y merchantes de las provincias altas y
quizás, los comuneros de la Puna que vienen en busca de maíz y trigo con el dinero
producido por la venta de sal o carbón. Las compras se hacen en las ferias agrícolas
cochabambinas de Arque o Tapacarí o en la misma villa de Cochabamba. La concentración
de la oferta agrícola en estos distritos perjudicó a los comerciantes de diversos productos
agrícolas en casos de acopio excesivo que puso a los arrieros-agricultores en la obligación
de vender el grano a precios inferiores aún a los del promedio regional, agravándose la
situación cuando escasean los compradores en otras provincias y los precios no cubren
siquiera los costos del agricultor.
3.7. La ganadería
La cría de ganado con fines comerciales se desarrolló a gran escala relativamente en las
propiedades llamadas estancias. En la zona de Piura y Lambayeque, la cría de ganado,
además de servir para el consumo alimenticio de las haciendas y ciudades, se destinaba
para la fabricación de jabón y de cueros, actividades que tenían lugar en establecimientos
situados en las afueras de estas ciudades. En Piura, esta actividad se inició ya en el siglo
XVII y utilizó como insumos la grasa extraída de cabras y ovejas, criadas en los valles del
Chira y el Piura.
Sobre la ganadería propiamente andina o serrana, las haciendas y los pueblos de indios
aprovecharon las punas para la crianza del ganado, lo cual fue también motivo de disputas
y pleitos legales.
3.7.1. Arrierías
Durante la época virreinal las mulas constituían el medio de transporte terrestre más
eficiente de la América hispana ya que eran capaces de soportar largos viajes y pesadas
cargas. Este mamífero era un híbrido entre un burro o asno y una yegua.
Las mulas cobraron un papel importante en las labores mineras abasteciendo centros de
trabajo con productos e insumos, y en el transporte de los minerales. El historiador
Nicolás Sánchez señaló que el ganado mular se impuso como solución a los problemas
de comunicación y transporte des mediados del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX.
A fines de siglo casi todas las arrias son monopolizadas por estos arrieros
independientes.
Por el lado de la manufactura tenemos a el pabilo, costalas y las lonas que se producían
a regulares cantidades. Estos productos eran más utilizados para el consumo local, como
el caso del pabilo que era complemento de la cera para producir las velas. La cera
también que era producida en Piura era muy demandada por otros partidos como
Cajamarca y Lambayeque.
4. CIRCUITOS COMERCIALES
Durante el virreinato del Perú, Lima fue el mercado al que llegaban los productos de las
diferentes regiones para ser redistribuidos,Es decir el núcleo más importante de la mayoría de
los grandes circuitos comerciales y que se vincula con el resto del virreinato por mar y tierra.
Los arrieros fueron quienes se encargaron de transportar todos los productos por esas rutas. Se
dedicaron a esta actividad mestizos, mulatos libres e indígenas de casi todos los pueblos de
Piura, Catacaos, Querecotillo, etc. Los de Sechura y los de Colán trabajaron como arrieros de
costa, los unos eran solicitados para cruzar el despoblado de Sechura y los otros para llevar las
mercancías de Paita a Piura. También hubo grandes haciendas piuranas como Tangarará, que
contaron con sus propios arrieros y recuas de mulas para movilizar sus productos.
LOS TRAJINES eran dirigidos tanto por curacas como por españoles entre indios. La principal
función era el traslado de mercancias, desde su punto de producción, hacia los principales
mercados. Los curacas, obligados por los españoles o por interes propio, tomaban de sus
pobladores a varones para que transportaran las cargas en animales hasta su destino final por
tiempos que podian durar meses, dependiendo de la distancia por recorrer, disminuyendo con
la ausencia de varones la posibilidad de procreación de la población.
En el caso de la coca la red vial que los españoles encontraron a su llegada al Perú era muy
amplia pues unía la capital inca, Cuzco, con los lugares más alejados del imperio. Esta red
aumentó ligeramente cuando, tras consolidarse la presencia española, se construyeron
algunos caminos nuevos para comunicar las ciudades recién creadas con la red vial
preexistente. De los caminos principales incas, dos fueron los utilizados para el transporte
de la hoja de coca de los almacenes serranos de Paucartambo al sur del virreinato:
Para finales del siglo XVIII existieron fuentes de aduanas internas, Cabe tomar en cuenta que
había una serie de productos de gran circulación e importancia que no pagan este impuesto: los
tubérculos, el trigo, la sal, las legumbres, la leña, etc. Por esa razón, no se encuentra
documentada su circulación
Durante la época Virreinal existió una institución llamada La Real Hacienda, y aunque sus
funciones principales eran: administrar el cobro de impuestos y de vigilar los intereses,
financieros de la Monarquía Hispánica, también se involucró en el comercio apropiándose
del mercado de ciertos productos. Un ejemplo es la producción interna el tabaco, cuyos
productores deben entregarlo a los estancos oficiales encargados de su venta al público. Sin
embargo este monopolio solo trajo una innumerable serie de expedientes relacionados con
su cultivo y tráfico clandestino.
Las reformas fiscales jugaron un papel muy importante para poder mejorar la economía
del norte y así poder generar una red comercial terrestre entre otras Intendencias y otros
partidos de la región. Lo que sucedió fue que la región que creció y se movió a un ritmo
distinto que el resto del Perú. En términos fiscales, la región del norte fue una de las
economías que más aumentó con estas reformas. El tener una mejor recaudación fiscal
ayudó a mejorar en los sectores agrícolas se especializaron y así producir un mayor
volumen, con el cual aumentó su excedente y así se pudo mejorar las relaciones de
intercambio y comercio con otras Intendencias y partidos.
Por otro lado, desde el punto de vista del comercio interior tuvieron nefastas
consecuencias por la zona Sur del Perú. Se aumentó la recaudación de la alcabala
incluso hasta 2 veces y se grabaron los textiles fabricados en los chorrillos. Todas estas
medidas tuvieron un impacto notable en dicha zona y fue una de las consecuencias de la
Gran Rebelión de Túpac Amaru.
9. CONCLUSIONES
● Las reformas borbónicas tuvieron un impacto positivo para la zona norte del virreinato
y un impacto negativo en la zona sur.
BIBLIOGRAFÍA: