Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Explotación Perlífera
La extracción de perlas fue la primera actividad económica desarrollada en
el territorio Venezolano. Entre las actividades predominantes realizadas por los
españoles se encuentra la pesca de perlas, destacada por ser una importante
fuente económica en el inicio de la colonización. Los criaderos de perlas se
localizaban en el área costera que va desde Cabo de Vela, en la península de la
Guajira, hasta el Golfo de Paria, en el estado Sucre, pero las zonas más ricas eran
las de Cubagua, Margarita y el Cabo de Vela.
La actividad perlífera en Cubagua dio origen a la Ciudad de Nueva Cádiz. A
partir de 1530 comienza a decaer la producción, y se mantiene de esta forma
hasta finales del XVI. Al bajar la exportación de perlas se acelera el proceso de
exportación y búsqueda de metales preciosos como el oro.
El comercio
Destacan tres puntos específicos acerca del comercio colonial:
Los españoles monopolizan la exportación de productos de Europa al crear la
Casa de Contratación en Sevilla.
La actividad económica debía estar enfocada hacia la producción de lo que
carecía en España.
Existían numerosas restricciones para dificultar el comercio entre comarcas,
así se evitaba la competencia con España.
La minería
La minería fue uno de los bienes que la Corona defendía con mas ahínco.
En este período la más importante fue la que explotaba el oro, las perlas y el
carbón. Para estimular el descubrimiento de la explotación de minas la Corona dio
derecho de participación a personas particulares, con la condición de que el veinte
por ciento de las ganancias fueran retribuidas a la Corona.
De acuerdo a múltiples registros de la época, la explotación minera durante
los siglos XVI y XVII en territorio venezolano se caracterizó por su escasa
productividad en comparación con explotaciones mineras similares ubicadas en el
resto de las colonias hispanas.
Se comienzan a extraer pequeñas cantidades de hierro para alimentar
forjas catalanas de frailes capuchinos. La mano de obra esclava era intensamente
explotada por la Corona, esto causaba una marcada estratificación social.
La ganadería
Con la llegada de los españoles se introdujeron las primeras cabezas de
ganado en los llanos, región que se destaco en la actividad pecuaria y la cual tuvo
un gran impulso debido a las grandes áreas de pastos que existían en el territorio.
Al fundarse las primeras ciudades, los moradores se dedicaron a la cría como
actividad de subsistencia.
Al final del siglo XVI comienza a figurar el negocio de cueros como uno de
los más importantes, incluso, en algún momento, ocupa el puesto número uno de
exportación. Se criaron vacas, toros, bueyes, caballos, jabalíes y mulas.
De la ganadería se obtuvo muchos productos como: carne, mantequilla,
queso, leche y materia prima para otros derivados. Los primeros hatos ganaderos
se encontraban en El Tocuyo, Coro, Barquisimeto y San Sebastián de los Reyes.
Es de resaltar que la ganadería tuvo gran importancia ya que p ermitió
el autoabastecimiento de la población y la organización de expediciones de
conquista y colonización. Durante el siglo XVII las exportaciones de cueros, en
pelo o curtidos, predominaban sobre los otros productos mercantilizados. En los
llanos, la ganadería se transformó en el elemento fundamental de la producción,
favorecida por las condiciones del medio geográfico. En los últimos años de la
época colonial, la ganadería definió la vida económica de los centros poblados de
las regiones llaneras.
La agricultura
La economía agraria de las primeras décadas de la colonia estaba
caracterizada por el predominio de una agricultura de subsistencia que no tardó en
yuxtaponerse a la agricultura de plantación, cuya producción está
predominantemente destinada a la exportación.
La misma, contribuyó a la formación del espacio agrario, en virtud de que su
crecimiento produjo el avance de la frontera. También, permitió el desarrollo de
cultivos que estimularon la dinámica económica. Promovió el aumento de la
entrada de población esclava al territorio nacional. De allí, Venezuela se convirtió
en un país agrícola de fama internacional, cuyos productos eran apreciados,
estimados y muy bien cotizados. Existían dos grandes divisiones de la agricultura
colonial según el fin que tuviera:
De subsistencia: practicada por indígenas y negros. Cultivaban alimentos de
consumo diario en sus conucos personales.
De plantación: la ejercía la mano de obra esclava, destinada al comercio
interno y a la exportación, caracterizada por el monocultivo de extensas
superficies de tierra con fines mercantiles.
El problema más grave de esta nación es económico. Es un país que basa el 90% de su economía
en el petróleo, y actualmente hay muy poca producción; y la poca que hay está teniendo
problemas con el gobierno venezolano. Como resultado de ésto, a día de hoy Venezuela es un país
pobre en el que hay mucha inflación y escasez de productos de primera necesidad.
Venezuela está inmersa en la más severa crisis económica que haya encarado
país latinoamericano alguno en la historia moderna, con sombrías perspectivas de
recuperación económica en el corto plazo y sin que se vislumbre una voluntad
política decisiva para diseñar e implementar un programa económico integral, que
atienda los desequilibrios macroeconómicos, las profundas distorsiones de los
precios relativos y la disfuncionalidad de instituciones que mantienen la economía
en un estado de caos.
La economía venezolana acumula en los últimos cuatro años una caída abismal
del PIB cercana a 40%, en un cuadro de escasez que no solo afecta a las
empresas por la ausencia de insumos, materias primas y bienes de capital
importados, sino a la población en general que hoy dedica buena parte de su
tiempo de vida a la búsqueda de bienes esenciales para la subsistencia. El Banco
Central de Venezuela (BCV) se ha quedado sin reservas internacionales
operativas, en un contexto en el que los menguados ingresos petroleros ya no
alcanzan para cubrir la pesada carga de obligaciones financieras externas
heredadas de la bonanza, que en promedio se han comido 45% de las
exportaciones anuales de la economía durante los últimos cuatro años. Para cubrir
el desequilibrio externo, el gobierno de Maduro ha recortado las importaciones (en
todo su espectro de bienes y servicios) en casi 76% en el mismo periodo.
Con inmensas dificultades para cubrir la demanda interna de divisas, el rígido
mecanismo de control de cambios que ha regido el país desde 2003 ha colapsado
y, desde septiembre del año pasado, la economía se ha quedado sin mercado
cambiario legal u oficial y a merced de un mercado paralelo no legalizado, cuya
tasa de cambio ha adquirido un comportamiento explosivo.
El sector externo no es el único en problemas en Venezuela. La economía
atraviesa una crisis fiscal como resultado de la pesada carga de la deuda externa
acumulada, de la caída de los ingresos petroleros y de la no menos importante
caída de los ingresos de origen no petrolero, que han sido erosionados por la
inflación. El país ha entrado en un proceso de hiperinflación que, según los datos
del índice de precios que publica la Asamblea Nacional, movió los precios en el
último trimestre de 2017 a una tasa promedio mensual de 62%.
El proceso de aceleración inflacionaria, que retrospectivamente se remonta a
finales de 2012, ha acabado por completo con los logros transitorios y cíclicos de
los programas de desarrollo social de la Revolución Bolivariana. En solo dos años,
entre 2015 y 2016, 10 millones de personas fueron enviadas al casillero que se
ubica por debajo del umbral de pobreza, y de acuerdo con el proyecto Encuesta
de Condiciones de Vida (Encovi), cerca de 80% de los hogares se encontraba en
situación de pobreza para finales de 20161