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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE N° 809- ESQUEL-

PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN LENGUA Y LITERATURA.


FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN-4° AÑO-
CICLO LECTIVO 2023.
DOCENTE: Prof. Barría Natalí.

FICHA DE CÁTEDRA “El concepto de creer diferenciado del concepto de saber”

Eje temático 1: Los Saberes y el conocimiento en la acción de educar.

Buenas tardes estudiantxs, espero estén muy bien. Siguiendo con la línea de lo que venimos
trabajando en relación a los conceptos de Creer, Saber, Conocer, desde el texto de Luis Villoro,
es que habiendo entendido las implicancias que el autor propone acerca de la
conceptualización de la creencia, podemos abordas la diferencia que comprende el hecho de
creer en algo o saber algo, y continuamente, conocer ese algo.

Si tenemos en cuenta la definición de creencia que Villoro (2008) propone, la cual comprende
“un estado disposicional adquirido que causa un conjunto coherente de respuestas y que está
determinada por un objeto o situación objetiva aprehendida” (pp.71), podremos adentrarnos
en lo que implica el acto saber y sus implicancias.

Existen, dice el autor, diferentes sentidos de “saber”. En primer lugar, retoma los aportes de
Gilbert Ryle (1949), quien plantea la distinción entre el significado del verbo saber con dos
intencionalidades: “Saber qué” y “Saber cómo”. El primero indica un saber proposicional, que
refiere a saber una proposición como verdadera o falsa. En el segundo caso, en cambio, el
saber cómo da cuenta de un “saber hacer…”, por lo que puede existir o no, que implica una
habilidad para realizar cierta acción o conjunto coordinado de acciones. Aquí se habla de
posibilidades de acción, saber realizar una actividad que posibilitará demostrar que poseemos
un conocimiento, pero no es el conocimiento en sí.

Por otra parte, Villoro (2008), hace referencia a la definición de saber propuesta por Platón, la
cual comprende que saber es tener una creencia verdadera y justificada en razones, en un
sentido epistémico. (Villoro,2008, pp.127). Por lo que, desde este punto de vista, el saber es
una especie de creencia.

Saber, en el sentido proposicional, no necesariamente comprende una creencia, ya que implica


percatarnos, comprender, reconocer, percibir, aprehender, recibir cierta información
mediante diferentes recursos como la memoria o la percepción. Desde las cuales, si
retomamos lo planteado en el capítulo 3, representamos todo aquello que se nos presenta en
nuestra experiencia con el mundo, y, en ocasiones, esto no requiere de razones que justifiquen
ese saber, ya que lo que reconocemos mediante la percepción, la memoria, la imaginación,
etc., es algo meramente subjetivo. El saber en el sentido de aprehender o percatarse es más
una condición para creer, que una creencia.

En relación al saber posicionado desde la primera persona, podemos afirmar un hecho sin
tener realmente certeza y seguridad de ese hecho, es decir que por más que podamos estar
dispuestos a afirmar algo que sabemos, eso no excluye la posibilidad de que sea falso. En este
sentido, se puede afirmar que “creo” puede tener dos sentidos, por un lado, un sentido fuerte
o de certeza, que implica “estar seguro” o “estar cierto” en relación a lo que creo, y, por otro
un sentido débil o de presunción, que coincide con creer sin dejar de lado la posibilidad de
estar equivocado, es decir un creer en el sentido de suponer. Estos dos sentidos de creencia,
estarán determinados por las razones en las que creo, cuando las razones son suficientes para
creer y permiten excluir su falsedad o no estoy lo suficientemente seguro de ello, en cuyo caso
solo estaré suponiendo y habrá una posibilidad de estar equivocado, que no deja de lado, a su
vez, la probabilidad de lo que creo. Entonces: “(…) los grados de creencia corresponden a
grados de probabilidad que le atribuyo a la proposición creída(…)” (Villoro, 2008, pp. 131).

“Estar seguro” de algo implica un sentimiento de seguridad, un estado de ánimo, entonces


afirmo algo con razones suficientes para hacerlo. Por lo que se podría afirmar que “tengo un
sentimiento de confianza, pero carezco de razones suficientes” o “tengo confianza, pero en
realidad no estoy cierto”. Aquí el saber equivale a estar en lo cierto.

Para reconocer una distinción entre creencia (en cualquiera de sus dos sentidos)y saber, es
necesario poder realizar un juicio acerca de la suficiencia de las razones para creer. El autor
propone dos tipos de juicio: “Juicio de primer orden” y “Juicio de segundo orden”. El primero
refiere a las razones que nos permiten estar seguros acerca de una creencia y posibilitan
excluir la probabilidad de que esa creencia sea falsa. El segundo es un juicio sobre los juicios de
primer orden, es decir poner en cuestión la verdad de esas razones.

Siguiendo esta línea de veracidad de acuerdo al juicio de la creencia desde la mirada de otro,
se puede decir que si las razones por las que alguien cree son consideradas suficientes, es
decir, son tomadas como un juicio de primer orden, esto significará que las razones serán
suficientes independientemente de cualquier juicio que se formule sobre ellas, es decir que
tendrán validez objetiva. Según Villoro (2008), “razones objetivamente suficientes son las que
bastan para garantizar la verdad de la creencia, con independencia del juicio de quienes
creen”.

Entonces para definir el concepto de saber es necesario que:

1° Un sujeto “A” este cierto (sentido fuerte de la creencia) de lo creído (confirmado por un
sujeto B), lo cual significa:

 Sujeto A cree que “p”,


 Sujeto A tiene razones para creer que “p” y negar ahora la posibilidad de “no p”,
 Sujeto A juzga esas razones suficientes

2° Un sujeto “A” sabe que “p” (confirmado por B), lo cual significa:

 Sujeto A cree que “p”


 Sujeto A tiene razones para creer que “p”. y negar ahora la posibilidad de “no p”,
 Esas razones son objetivamente suficientes.

Este término de objetividad, implica, que no solo un sujeto B confirma la veracidad de lo creido
por el Sujeto A, sino que, al acudir a otras miradas y confirmaciones de otros sujetos, estos
también confirman la veracidad de “p”, lo que lo vuelve común a uno o varios sujetos, por lo
tanto objetivo; por ende creencia.

Entonces, según Villoro(2008), “saber” frente a “creer”, quiere decir: “creer algo por razones
objetivamente suficientes”, se pueden exhibir a otros; el “saber” debe rebasar mi creencia
actual. Que saber signifique algo más que “estar cierto”, supone una situación comunitaria, en
la que varios sujetos, o yo mismo en varios momentos, puedan comprobar lo mismo. (Villoro,
2008, pp. 141), así para que un saber se considere como tal, debe poder ser compartido con
otros puntos de vista. En caso contrario, solo tendré certezas.
BIBLIOGRAFÍA:

Villoro, L.(2008) Creer, Saber, Conocer. Siglo Veintiuno Ediciones.

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