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(UNІСАRІBЕ)
ASIGNATURA:
CRIMINOLOGIA
TEMA:
TRABAJO FINAL
LAS DISTINTAS ESCUELAS CRIMINOLÓGICAS Y SUS TEORÍAS
COMO TAMBIÉN SUS FUNDAMENTOS
ЅUЅTЕNTАDО PОR:
FREDDY MIESES DURAN
HEIDI YENISE PEGUERO SEGURA
DOCENTE:
JUAN APOSTOL MUNOZ PUELLO
El estudio de la conducta humana y las razones que llevan a una persona a cometer
un delito se remontan a la Antigüedad:
La pena que se impone por un delito es la retribución por el mal que su autor ha
causado a la sociedad. Esa sanción debe ser exacta, es decir, debe cumplir su
función de restablecer el orden social roto sin exceder las necesidades de tutela
jurídica. En resumen, la Escuela Clásica defiende que al vivir en sociedad, cada
individuo suscribe libremente un contrato social con la comunidad a la que
pertenece. Este ente social, el Estado, castigará a quienes actúen de forma
contraria a las normas establecidas para dar equilibrio y estabilidad. Las penas, que
serán proporcionadas y ejemplares, también buscan disuadir de la comisión de
delitos.
La Escuela Clásica junto con la Positivista son las dos grandes corrientes de
pensamiento jurídico penal que han marcado el rumbo de la criminología desde el
siglo XIX hasta la actualidad. La principal diferencia entre ambas escuelas es que
mientras la Clásica no profundiza en las causas del delito, ya que el delincuente
actúa bajo su libre albedrío y solo impone una sanción, la Escuela Positivista
persigue la readaptación del criminal, indagando en sus motivaciones y el
contexto en el que se comete un hecho delictivo.
la Escuela Positiva
Para el positivismo criminológico, una persona no tiene control sobre sus actos a la
hora de cometer un delito. Para esta corriente, el comportamiento humano es parte
de una dinámica de causas y efectos, con determinantes internos o biológicos y
externos o sociales. A diferencia de la Escuela Clásica, que no profundiza en la
causa del delito y se limita a imponer una sanción, los positivistas indagan en las
motivaciones y el contexto en el que se comete un hecho delictivo, con el objetivo
de adaptar los remedios a las causas que lo producen, como explicaba el propio
Ferri en una de sus obras y, además, aprender de la experiencia para prevenir que
ocurra.
Escuela Ecléctica
Postulados:
a) Negación del libre albedrío.
b) El delito es un hecho individual y social.
c) Se enfoca más en el delincuente que por el delito cometido.
d) Señala las ventajas de método inductivo.
e) Se interesa la investigación científica en el delincuente.
f) Considera la responsabilidad moral
g) Distingue entre imputables e inimputables.
h) Plantea la reforma social como deber del Estado.
La Terza Scuola
Esta escuela nace como una corriente intermedia entre la escuela positiva
(Lombroso, Ferri), y la escuela clásica, también se le llamo Positivismo Critico.
Los principales fundadores de esta escuela son: Bernardino Alimona y Manuel
Carne vale.
Esta surge como respuesta a las dos grandes corrientes más caracterizadas de la
época, la escuela clásica y la escuela positiva, de las cuales aceptan algunos
postulados. El delito es observado como un fenómeno complejo determinado por
factores internos (enfoque antropobiológico) pero sobre todo por factores externos
o sociales (enfoque sociológico de Ferri).
Escuela social
Escuela anímica
Su fundamento teórico está basado en la anomia, situación en la cual el desarrollo
social desborda al control institucional. El presupuesto operandi está fundamentado
en la desigualdad material y una mayor división del trabajo. Sigue la responsabilidad
en el campo individual, pero aparece la tendencia a socializarla.
Al centrar el foco eruptivo de la delincuencia en la sociedad y no en el individuo, la
medición punitiva en si pierde importancia pues resulta de poca utilidad en el
tratamiento de la delincuencia mantenida erróneamente dentro de rigurosos
esquemas individuales. Empieza otro tipo de cuestionamiento en derredor de la
facultad punitiva. El principal aporte fue el punto víctima de las peores críticas y
rechazos: interpretación de la delincuencia proletaria, estadísticamente muy
representada en las cifras policiales de criminalidad.
escuela ecológica
Su primer artículo, «Una polémica sobre la normalidad del delito», escrito a los
veintiún años de edad, está considerado hoy como uno de los textos fundacionales
de la sociología española, ya que en él aborda, por primera vez en España, el
problema del delito desde una óptica sociológica. Dicha perspectiva sociológica es
la que mantiene también en su primer libro, Las nuevas teorías de la
criminalidad (1898), una exposición sistemática sobre criminología que fue
inmediatamente traducida a diversas lenguas.
Destacado montañero y pionero del alpinismo en España, en 1913 fue uno de los
fundadores del Club de Alpinismo Pealara, del que fue presidente hasta 1916.
Escribió, entre otros trabajos sobre esta materia: Peñalara. Notas de camino por la
Sierra de Guadarrama (1905), Guía alpina de Guadarrama (1915), La Pedriza del
Real del Manzanares (1921) y Sierra Nevada (1923).
Al finalizar la Guerra Civil se exilió en Francia, teniendo que vivir durante más de un
año en un asilo para indigentes con su mujer, sus hijos y sus nietos, antes de poder
ser trasladado a la República Dominicana con fondos de ayuda para los refugiados.
Presto Castillo desde su juventud dio muestras de una brillante inteligencia y fue
reconocido y laureado a los 15 años en el colegio Santo Tomás de Aquino por tal
motivo. Se graduó de Licenciado en Derecho en la Universidad de Santo Domingo
con las más altas calificaciones.
El escrito que nos ocupa está dirigido a comentar una joya de la literatura
dominicana desconocida por la mayoría del pueblo dominicano que narra un
interesante período de nuestra historia: La guerra de los seis años contra
Buenaventura Báez: “Pablo Mamá” es un relato mágico e interesante del período
mencionado, pero a la vez fascinante, narra la vida y las miserias del hombre del
sur. Solamente leyendo el primer capítulo de dicha obra, el lector queda envuelto
en un hechizo que jamás podrá rehuir hasta terminar el libro de un tirón. Veamos:
“La aldea de San Bartolomé está lejos del mar. Es un caserío antiguo, triste,
abandonado en las secas tierras de la frontera. Tiene viejo prestigio de guerras y
diríase que nació con destino de vivaque”.
“En una esquina del Valle de Neiva destaca San Bartolomé las cabezas greñudas
de sus bohíos. Un calor de hornaza tuesta la piel y pinta cobre en los rostros. A la
espalda, la montaña de Panco, que en las noches envía un aire lento sobre la paz
de la aldea. A esta hora los viejos miran en cuclillas, las estrellas pequeñitas.
Enjutas viejas, gente cobrizas, vida sobria, sol!!”.
“Dramática vida desde los siglos pasados. La aldea de San Bartolomé está a la vera
de los caminos que conducen a Haití. Su estampa es dura, tono gris bajo la lluvia y
ocres pardos bajo el sol. Levanta su arquitectura de soldado en harapos sobre el
collado y parece la gran cruz del paisaje. No ríen sus gentes. Rostros secos como
los hombres; duros como sus árboles. Aquí la mujer en un ser borroso que pare con
resignación, y cuya vida discurre entre el humo ocre de la frugal cocina. Los otros
son los viejos, que fuman callados, en las noches. Cuando hay luna, conversan
lentos. ¿De qué hablan? De sequías y de guerras”.
Entre sus obras se cuentan: «Notas de Derecho Penal Dominicano», «Notas para
un Derecho Procesal Penal Dominicano», y «Notas para una Introducción a la
Criminología».
En el año 1962 su voz se hizo sentir nuevamente en el ámbito nacional, al ser uno
de los primeros, sino el primero, en proponer que a los sobrevivientes del
dictanicidio de Trujillo, señores Luis Amiama Tío y Antonio Imbert Barrera se les
declarara Héroes Nacionales y se les invistiera con el grado de generales del
Ejército Nacional.
Esta propuesta fue recogida por la Ley No.6088, del 1ro. de noviembre del 1962,
derogada por la número 2124, del 7 de diciembre del mismo año, para que e1 grado
fuera de generales de Brigada, y ambas leyes votadas por el Consejo de Estado,
presidido por Rafael F. Bonelli, que a la sazón ejercía los poderes legislativo y
ejecutivo.
Pero sobre ese particular, Leoncio Ramos no ha sido reconocido como el padre
legítimo de la criminología dominicana; era él, el "jinete armado de la ley" que
consagró toda su vida a la criminología: "un terco Quijote cuyos frutos
criminológicos, hoy celebramos".
Sin embargo, es escaso el conocimiento de las obras de estos tres maestros y casi
desconocida por las generaciones de hoy.
En sus estudios de criminología era lógico que se aceptaran las ideas de César
Lombroso, Edmundo Mester y Ernst Exner, pero paulatinamente los estudios legado
por estas tres figuras, en sus diferentes contextos, estuvieron influenciadas por un
contexto intelectual más amplio.
Aunque no hemos sido educados para luchar contra la cultura de violencia que nos
agobia –a través los vicios de la ciudad y los factores corruptores– , no podemos
negar la evolución que se ha estado suscitando en nuestra criminología. Pero la
iniciativa que conviene a la sociedad dominicana es la que va a emanar del Estado,
que no ha podido satisfacer las necesidades del problema, mediante la creación de
un órgano público de estudio de la criminalidad que centralice todas las actuaciones
que puedan ser más o menos eficaces en materia de la llamada política criminal (en
la que actúan dos elementos necesarios e imprescindibles: la estadística y la
legislación penal científica).
CONCLUSIÓN
Aunque, ella ha sido la fuente donde han abrevado todos los grandes del derecho
penal del país, y eso incluye a la nueva generación de verdaderos abogados con
que contamos hoy.