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GARCÍA LORCA
Características de autor
La obra de Federico García Lorca destaca tanto por su originalidad como por la forma de la expresión y
la forma del contenido.
- Los temas de las obras lorquianas tanto poéticas como como teatrales son:
• El amor con con un significado doble: la pasión erótica como fuente de energía vital y la
frustración amorosa.
• La esterilidad.
• La muerte: como consecuencia del fracaso amoroso o omo destino trágico e inevitable del ser
humano
• La infancia: la niñez como edad de la inocencia y la pureza; los niños como símbolo de los
desvalidos
• La denuncia social: denuncia de los oprimidos (gitanos, negros) como símbolo de la opresión en
general y denuncia de las imposiciones morales y sociales
- La obra de Lorca, tanto poética como teatral, está plagada de una serie de símbolos recurrentes:
- En lo que a la métrica se refiere, en su poesía se utiliza el metro regular. Utiliza el octosílabo con
rima asonante en los versos pares y nunca fuerza la medida del verso, siendo ésta la forma métrica
del romance. Junto al romance, recurre a otras formas de la lírica popular, como los villancicos;
también recurre a formas de la lírica culta, como el verso alejandrino o el endecasílabo,
combinándolos para formar bellos sonetos. En su etapa surrealista, es más frecuente el uso del
verso libre.
- Bajo una clara influencia gongorina, Lorca es un amaestro en el manejo de la metáfora. Su obra está
llena de metáforas, metáforas muy arriesgadas en las que la distancia entre el término real y el
imaginario es considerable. En ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a
diferencia de Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido que su poesía se caracteriza por
una gran condensación expresiva y de contenidos, además de frecuentes elipsis.
- Gran parte de la obra de Lorca conforma lo que se ha denominado neopopularimso. Su obra está
plagada de elementos tradicionales, que demuestran su inmensa cultura literaria. La música y los
cantos tradicionales son presencias constantes en su poesía. Profundiza en las constantes del
espíritu tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la melancolía, la
pasión...Tales características se muestran en obras como: Libro de poemas (1921), Romancero gitano
(1928), Poema del cante jondo (1931), Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) o Sonetos del amor
oscuro (1936)
- La obra de Lorca no se ciñe a una única tendencia. Con la publicación de su obra Poeta en Nueva York
(1930) el autor hace una poesía muy cercana a las vanguardias. Temas como la crítica al capitalismo
desbocado, al mundo deshumanizado de la ciudad, las clases marginadas, el dinero, etc. Influencia
del surrealismo, mediante la introducción de imágenes incoherentes, oníricas, lenguaje hermético,
metáforas puras, adjetivos incompatibles…
- En el teatro, el teatro de Lorca es un teatro poético, que gira en torno a símbolos medulares: la
sangre, el cuchillo o la rosa. Se desarrolla en espacios míticos o de un realismo trascendido, y encara
problemas sustanciales del existir.
- Tienen gran importancia los personajes femeninos (Bernarda y sus hijas en La casa de Bernarda
Alba, la novia en Bodas de sangre, Yerma en Yerma).
- La temática teatral está muy vinculada con la temática desarrollada en su obra poética: tradiciones,
amor, muerte, infertilidad, represión de la mujer, intolerancia.
- Empleo de un lenguaje poético en los diálogos, cargado de recursos literarios (metáforas, antítesis,
hiperbóles, etc) Acotaciones difíciles de representar con recursos y descripciones muy detalladas.
- Mezcla de verso y prosa, a veces intercala canciones o poemas populares, sobre todo en Yerma o
Bodas de Sangre, con una función similar a la del coro de la tragedia griega, anticipando o
premonizando asuntos de la obra que luego sucederán
Breve análisis de las obras teatrales principales: La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre
Bodas de sangre, y La casa de Bernarda Alba tienen en común el tema de la marginación social de las
mujeres. Uno de sus mayores éxitos estriba en la mezcla y en la yuxtaposición del lenguaje popular y
coloquial (maldiciones, amenazas, insultos; vulgarismos, andalucismos, refranes y expresiones rurales)
con un lenguaje lleno de lirismo (metáforas, hipérboles…).
1- Bodas de sangre.
Es una tragedia de sabor clásico, en la que Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros como en la
tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos y alegóricos que les dan cierta
transcendencia mítica. Se basa en un hecho real: una novia que escapa con su amante el mismo día de la
boda. Se trata de una pasión que desborda barreras sociales y morales, pero que desembocará en la
muerte.
TEMAS
a) El destino: se lleva en la sangre y es propio de cada uno. La madre está llamada a ver morir a sus
hijos y marido; el novio está llamado desde el principio a morir a cuchillazos; la novia se resiste desde el
comienzo a casarse con el novio, enamorada de Leonardo, pero es un "querer sin querer" (al final de la
obra dirá que ella no es "culpable" de lo sucedido); Leonardo se niega a que su novia tenga un futuro
mejor que el suyo, y sabe que, en el fondo, le ama a él.
b) Pasión amorosa y salvaje: amor sin razones ni soluciones (Leonardo y la novia), afán por vengarse y
odio resentido (madre), fuerza física y sexualidad (Leonardo). Es el ímpetu alocado e irrefrenable.
c) Imposibilidad de redención: ante el destino, el hombre sólo puede resignarse heroicamente y sufrir
los dolores con la cabeza alta (madre sentada al final de la obra).
PERSONAJES
1. Madre: sabe lo que sucederá con su hijo (la muerte a cuchillazos). Está llamada a ver la muerte de su
familia. Terror al cuchillo o navaja.
2. Novio: "padece" todo el destino. No hace nada que lo merezca, y, sin embargo, es llevado a la muerte
igual que Leonardo. Muestra confianza y candor juvenil hacia la novia.
3. Novia: se debate entre los dos hombres. Hace lo que puede, pero no puede lo que quiere. No se ve
culpable de nada.
4. Leonardo: es pura pasión (amor hacia la novia, enfado hacia su mujer) y fuerza física (agota al
caballo, huye corriendo por la selva).
5. Padre de la novia, criadas, vecinas, suegras...: espectadores de los efectos del destino que, sin
embargo, con sus canciones, anuncian el desenlace trágico. Actúan de coro, junto con los siguientes.
6. Luna, mendiga, leñadores: encarnan, a medio camino entre el realismo y lo fantástico, a la muerte y al
destino que buscan su presa. Hacen aparición en un escenario lúgubre (noche sobre un bosque húmedo) y
fantasmagórico (niebla y penumbra sólo iluminada por la palidez de la luna). Actúan de coro, junto con
los anteriores.
SÍMBOLOS
ESTILO
Inspirada en un hecho real, desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en Bernarda,
quien dicta años de luto para sus hijas por la muerte de su marido, y el principio de libertad,
representado por Adela, la menor quien mantiene relaciones ocultas con Pepe el Romano, prometido de
su hermana Angustias. Descubierto el hecho, Bernarda dispara contra Pepe, y al creerlo muerto, Adela
se suicida.
TEMAS
-El tema central de la obra es el enfrentamiento entre autoridad y libertad o el conflicto entre la
realidad y el deseo. Frente al autoritarismo y la represión de Bernarda, las hijas encarnan desde la
pasiva sumisión frustrante de las mujeres de la época en general, hasta la rebeldía imposible de Adela.
-Las raíces de la frustración se pueden situar en un plano social con un fuerte componente moral, lo cual
conduce a señalar una serie de temas que se unen con el central:
La moral tradicional y la presión social sobre los individuos (el qué dirán y las apariencias).
Las diferencias sociales,
La condición de la mujer en la sociedad española de la época (y las diferencias sociales entre
hombres y mujeres),
El honor
La pasión condenada a la soledad o la muerte...
ESPACIO
La acción se desarrolla en la casa de Bernarda: un espacio cerrado. Es el mundo del luto, del silencio de
la ocultación. Este lugar es comparado con un convento, con un presidio similar al infierno que transmite
una atmósfera sofocante. Existe una relación entre el interior de la casa y la represión a la que las hijas
son sometidas por el mundo exterior. De él llegan ecos de pasiones elementales o de un erotismo
desatado (la anécdota de los segadores con la prostituta), pero también advertencias, como lo que le
sucede a la hija de la Librada, que tiene un hijo siendo soltera. Estas dos anécdotas reflejan un mundo
exterior también regido por unas convenciones sociales (el qué dirán) que oprimen sobre todo a las
mujeres. Por otro lado, el pueblo es considerado un mal pueblo por tener pozos en vez de ríos, que
simbolizarían la fuerza vital, el erotismo, y los pozos la pasión reprimida, encerrada, y la muerte.
PERSONAJES
Bernarda es una encarnación hiperbólica de las fuerzas represivas. Representa las convenciones
morales y sociales más añejas y la mentalidad tradicional vigente, la buena fachada aun cuando no se
corresponde con la realidad. Se opone a los impulsos eróticos. Tiene orgullo de casta: a todas las hijas
les recuerda las obligaciones que conlleva el ser “de su clase”. Su autoridad está simbolizada por el
bastón y por ese lenguaje impositivo.
Las hijas viven en la reclusión impuesta y el deseo de mundo exterior. Obsesionadas por lo erótico,
estos anhelos, a veces unidos al matrimonio, son su única manera de salir del encierro. El abanico de
actitudes va desde la sumisión o resignación hasta la rebeldía:
Angustias: 39 años, hija del primer matrimonio y heredera de una envidiable fortuna que
atrae a Pepe. Ha perdido y la ilusión y la pasión. ○
Magdalena: 30 años, sumisa, pero sorprende con protestas. Ella prefería ser hombre ya que
ya ha abandonado la idea de casarse.
Amelia: 27 años, tímida y asustadiza, pudo haberse casado si su madre no se hubiera
opuesto. Enferma, depresiva y pesimista.
Martirio: 24 años. Envidiosa, resentida, ama en secreto a Pepe el Romano. Es quizá el
personaje más complejo. Será la que al final grite “se acabó Pepe el Romano” (mintiendo, sólo
por desdén hacia Adela) y desencadene el suicidio de su hermana.
Adela: 20 años, encarnación de la abierta rebeldía. Se trata de la joven más hermosa y
apasionada. Destaca por su vitalismo (simbolizado en el vestido verde), su pasión y su fuerza.
Entra en desafío con la moral establecida.
Otros personajes: María Josefa, la abuela que vence al poder a través de la locura; la Poncia,
vieja criada que interviene en las conversaciones y los conflictos, advierte y da consejos;
Pepe el Romano, que sin aparecer es omnipresente, es la encarnación del hombre, del oscuro
objeto del deseo.
ESTILO
- La obra destaca por la maestría del diálogo: su fluidez, nervio e intensidad: predominan las réplicas
cortas y rápidas.
- El lenguaje lorquiano tiene además un sabor popular. Está hondamente enraizado con el habla popular,
especialmente en la andaluza, que se puede observar en giros y palabras, en las hipérboles y en la
creatividad. Pero ese supuesto costumbrismo no es tal, porque la unión de realidad y poesía se da en
cada momento. Hay giros que aparentemente son costumbristas (“hay unas estrellas como puños”, “el me
lleva a los juncos de la orilla”), y que pueden sonar típicamente andaluces, coloquiales, pero que en
realidad es un lenguaje completamente reinventado con apariencia de popular.
- Además, en esta dimensión poética, destaca el continuo simbolismo.
SÍMBOLOS
El uso expresionista de los colores (o de la ausencia de colores). El blanco y negro: las paredes
que contrastan con los vestidos de luto de las mujeres. Blanco pureza, negro muerte. Sólo
destaca en un momento dado el verde del vestido de Adela, que es la rebeldía, la libertad.
El bastón: símbolo del poder tiránico, que por su forma representa los valores patriarcales.
Los caballos, la masculinidad, el desenfreno y el deseo sexual.
El calor, presente en todo momento y mencionado por los personajes constantemente (la pasión
reprimida).
El agua estancada, que es la muerte (en el pueblo no hay ríos, solo pozos).
La luna: por antonomasia representa la muerte pero también el erotismo.
El anillo de perlas, augurio del triste final.
Texto resuelto de Federico García Lorca – El rey de Harlem, de Poeta en Nueva York
Con una cuchara para que los cocodrilos duerman en largas filas
arrancaba los ojos a los cocodrilos bajo el amianto de la luna,
y golpeaba el trasero de los monos. y para que nadie dude de la infinita belleza
Con una cuchara. de los plumeros, los ralladores, los cobres y las
cacerolas de las cocinas.
Fuego de siempre dormía en los pedernales,
y los escarabajos borrachos de anís ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem!
olvidaban el musgo de las aldeas. No hay angustia comparable a tus rojos oprimidos,
a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro,
Aquel viejo cubierto de setas a tu violencia granate sordomuda en la penumbra,
iba al sitio donde lloraban los negros a tu gran rey prisionero, con un traje de conserje.
mientras crujía la cuchara del rey
y llegaban los tanques de agua podrida.
Tema: violencia con que se trata a la raza
Las rosas huían por los filos negra
de las últimas curvas del aire,
y en los montones de azafrán Motivos e imágenes de la civilización.
los niños machacaban pequeñas ardillas
con un rubor de frenesí manchado. Uso de recursos estilísticos
Es preciso matar al rubio vendedor de aguardiente Interés por los grupos marginales
a todos los amigos de la manzana y de la arena,
y es necesario dar con los puños cerrados
a las pequeñas judías que tiemblan llenas de burbujas,
para que el rey de Harlem cante con su muchedumbre,
Nos encontramos ante un texto de Federico García Lorca. Se trata, concretamente, del poema El rey
de Harlem, del libro de poemas Poeta en Nueva York, obra de Lorca que se encuadra en su segunda
etapa, la vanguardista, presentando características típicas que ayudan a encuadrarlo en la producción
de Lorca.
Una de las características que nos ayuda a encuadrarlo en la producción de Lorca es el empleo del tema
de las clases marginales. En este texto, ya de la corriente vanguardista, esas clases marginales tienen
que ver con el viaje a Nueva York del poeta, por lo que la clase marginal se centra en el barrio de
Harlem y, más concretamente, en la raza negra (“ los negros”, “el rey de Harlem”, “¡Ay, Harlem, Harlem,
Harlem!”). Referente a este tema, Lorca habla sobre los problemas, concretamente sobre la violencia
que se ejerce sobre ese colectivo. Esto podemos verlo en las continuas alusiones que hace al trato
vejatorio y la violencia que sufre la raza negra. Para esto, el autor recurre a un vocabulario
marcadamente violento (“arrancaba”, “golpeaba”, “matar”, “dar con los puños cerrados”, “angustia”).
Lorca, en esa segunda etapa, recurre a un gran número de recursos estilísticos, como las anáforas (“ a
tu sangre … / a tu violencia … / a tu gran rey ... ”), las personificaciones (“fuego de siempre dormía en
los pedernales”), las repeticiones (“¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡AY, Harlem! ”), las enumeraciones (“dude
de la infinita belleza de los plumeros, los ralladores, los cobres y las cacerolas de las cocinas ”), pero
sobre todo, recurre a una serie de símbolos con los que va a identificar la raza negra ( cocodrilos,
monos) y un gran número de metáforas, la mayoría de difícil comprensión por estar cercanas al mundo
de las vanguardias (“los filos de la últimas curvas del aire ”, “perfume de pulmón”, “vestido de caliente
piña”).
En cuanto a la métrica, podemos decir que Lorca recurre al verso libre sin rima, mostrando así una
anarquía respecto a los moldes de la métrica que es típico de la vanguardia a la que Lorca se acerca en
la obra en la que se encuadra este poema.
Textos de Federico García Lorca
En los siguientes textos, identifica las características que ayudan a encuadrarlos dentro del movimiento
literario al que pertenece y a encuadrarlo en la producción teatral del autor.
(Van desfilando todas por delante de Bernarda y saliendo. Sale Angustias por otra puerta, la que da al
patio)
Madre: ¿Qué sangre va a tener? La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando, y
sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.
Padre: ¡Vamos a dejarlo!
Criada: ¿Cómo lo va a dejar?
Madre: Me duele hasta la punta de las venas. En la frente de todos ellos yo no veo más que la mano con
que mataron a lo que era mío. ¿Tú me ves a mí? ¿No te parezco loca? Pues es loca de no haber gritado
todo lo que mi pecho necesita. Tengo en mi pecho un grito siempre puesto de pie a quien tengo que
castigar y meter entre los mantos. Pero me llevan a los muertos y hay que callar. Luego la gente critica.
(Se quita el manto)
Padre: Hoy no es día de que te acuerdes de esas cosas.
Madre: Cuando sale la conversación, tengo que hablar. Y hoy más. Porque hoy me quedo sola en mi casa.
Padre: En espera de estar acompañada.
Madre: Esa es mi ilusión: los nietos. (Se sientan.)
Padre: Yo quiero que tengan muchos. Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener
una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos
brazos tienen que ser de los dueños, que castiguen y que dominen, que hagan brotar las simientes. Se
necesitan muchos hijos.
Madre: ¡Y alguna hija! ¡Los varones son del viento! Tienen por fuerza que manejar armas. Las niñas no
salen jamás a la calle.
Padre: (Alegre) Yo creo que tendrán de todo.
Madre: Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos.
Padre: Lo que yo quisiera es que esto fuera cosa de un día. Que en seguida tuvieran dos o tres hombres.
Madre: Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el
suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi
hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua.
Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra
empapada por ella.
Federico García Lorca, Bodas de sangre
LEONARDO.- ¡Calla!
LA NOVIA.- Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!
LEONARDO.- ¡Calla, digo!
LA NOVIA.- Con los dientes, con las manos, como puedas. Quita de mi cuello honrado el metal de esta
cadena, dejándome arrinconada allá en mi casa de tierra. Y si no quieres matarme como a víbora
pequeña, pon en mis manos de novia el cañón de la escopeta. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la
cabeza! ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
LEONARDO.- Ya dimos el paso; ¡calla! porque nos persiguen cerca y te he de llevar conmigo.
LA NOVIA.- ¡Pero ha de ser a la fuerza!
LEONARDO.- ¿A la fuerza? ¿Quién bajó primero las escaleras?
LA NOVIA.- Yo las bajé.
LEONARDO.- ¿Quién le puso al caballo bridas nuevas?
LA NOVIA.- Yo misma. Verdá.
LEONARDO.- ¿Y qué manos me calzaron las espuelas?
LA NOVIA.- Estas manos que son tuyas, pero que al verte quisieran quebrar las ramas azules y el
murmullo de tus venas. ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta! Que si matarte pudiera, te pondría una mortaja
con los filos de violetas. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!
LEONARDO.- ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua! Porque yo quise olvidar y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía. Es verdad. ¿No lo recuerdas? Y cuando te vi de lejos me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta. Con alfileres de plata mi sangre se puso negra, y el
sueño me fue llenando las carnes de mala hierba. Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y
de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas.
LA NOVIA.- ¡Ay que sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay minuto del día que estar contigo
no quiera, porque me arrastras y voy, y me dices que me vuelva y te sigo por el aire como una brizna de
hierba.
Romance de la pena negra, de Romancero gitano
El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
¡Ay, amor
que se fue y no vino!
¡Ay, amor
que se fue por el aire!
Soneto gongorino en el que el poeta manda a su amor una paloma, de Sonetos del amor oscuro