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FEDERICO

GARCÍA LORCA
Características de autor

La obra de Federico García Lorca destaca tanto por su originalidad como por la forma de la expresión y
la forma del contenido.

Generalmente, no se encuentra un tema tratado de modo "monográfico" en un poema o una obra de


teatro, sino que habitualmente se suelen hallar entrelazados entre sí varios temas, aunque haya un tema
central.

- Los temas de las obras lorquianas tanto poéticas como como teatrales son:

• El amor con con un significado doble: la pasión erótica como fuente de energía vital y la
frustración amorosa.
• La esterilidad.
• La muerte: como consecuencia del fracaso amoroso o omo destino trágico e inevitable del ser
humano
• La infancia: la niñez como edad de la inocencia y la pureza; los niños como símbolo de los
desvalidos
• La denuncia social: denuncia de los oprimidos (gitanos, negros) como símbolo de la opresión en
general y denuncia de las imposiciones morales y sociales

- La obra de Lorca, tanto poética como teatral, está plagada de una serie de símbolos recurrentes:

• La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte,


pero también puede simbolizar el erotismo, la fecundidad, la esterilidad o la belleza.
• El agua: generalmente, tiene un significado negativo, de muerte.
• La sangre: es vida; por ello, la sangre derramada es la muerte. Simboliza también lo fecundo, lo
sexual.
• El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra portando siempre valores de muerte.
• Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
• Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de
diversos objetos: puñales, cuchillos, navajas..., con lo que esa muerte se liga a la violencia y a la
sangre.

- En lo que a la métrica se refiere, en su poesía se utiliza el metro regular. Utiliza el octosílabo con
rima asonante en los versos pares y nunca fuerza la medida del verso, siendo ésta la forma métrica
del romance. Junto al romance, recurre a otras formas de la lírica popular, como los villancicos;
también recurre a formas de la lírica culta, como el verso alejandrino o el endecasílabo,
combinándolos para formar bellos sonetos. En su etapa surrealista, es más frecuente el uso del
verso libre.
- Bajo una clara influencia gongorina, Lorca es un amaestro en el manejo de la metáfora. Su obra está
llena de metáforas, metáforas muy arriesgadas en las que la distancia entre el término real y el
imaginario es considerable. En ocasiones, usa directamente la metáfora pura. Sin embargo, a
diferencia de Góngora, Lorca es un poeta conceptista, en el sentido que su poesía se caracteriza por
una gran condensación expresiva y de contenidos, además de frecuentes elipsis.
- Gran parte de la obra de Lorca conforma lo que se ha denominado neopopularimso. Su obra está
plagada de elementos tradicionales, que demuestran su inmensa cultura literaria. La música y los
cantos tradicionales son presencias constantes en su poesía. Profundiza en las constantes del
espíritu tradicional de su tierra y de la gente: el desgarro amoroso, la valentía, la melancolía, la
pasión...Tales características se muestran en obras como: Libro de poemas (1921), Romancero gitano
(1928), Poema del cante jondo (1931), Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) o Sonetos del amor
oscuro (1936)
- La obra de Lorca no se ciñe a una única tendencia. Con la publicación de su obra Poeta en Nueva York
(1930) el autor hace una poesía muy cercana a las vanguardias. Temas como la crítica al capitalismo
desbocado, al mundo deshumanizado de la ciudad, las clases marginadas, el dinero, etc. Influencia
del surrealismo, mediante la introducción de imágenes incoherentes, oníricas, lenguaje hermético,
metáforas puras, adjetivos incompatibles…
- En el teatro, el teatro de Lorca es un teatro poético, que gira en torno a símbolos medulares: la
sangre, el cuchillo o la rosa. Se desarrolla en espacios míticos o de un realismo trascendido, y encara
problemas sustanciales del existir.
- Tienen gran importancia los personajes femeninos (Bernarda y sus hijas en La casa de Bernarda
Alba, la novia en Bodas de sangre, Yerma en Yerma).
- La temática teatral está muy vinculada con la temática desarrollada en su obra poética: tradiciones,
amor, muerte, infertilidad, represión de la mujer, intolerancia.
- Empleo de un lenguaje poético en los diálogos, cargado de recursos literarios (metáforas, antítesis,
hiperbóles, etc) Acotaciones difíciles de representar con recursos y descripciones muy detalladas.
- Mezcla de verso y prosa, a veces intercala canciones o poemas populares, sobre todo en Yerma o
Bodas de Sangre, con una función similar a la del coro de la tragedia griega, anticipando o
premonizando asuntos de la obra que luego sucederán

Breve análisis de las obras teatrales principales: La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre

Bodas de sangre, y La casa de Bernarda Alba tienen en común el tema de la marginación social de las
mujeres. Uno de sus mayores éxitos estriba en la mezcla y en la yuxtaposición del lenguaje popular y
coloquial (maldiciones, amenazas, insultos; vulgarismos, andalucismos, refranes y expresiones rurales)
con un lenguaje lleno de lirismo (metáforas, hipérboles…).

1- Bodas de sangre.

Es una tragedia de sabor clásico, en la que Lorca mezcla la prosa y el verso, utiliza coros como en la
tragedia griega para comentar la acción, maneja elementos simbólicos y alegóricos que les dan cierta
transcendencia mítica. Se basa en un hecho real: una novia que escapa con su amante el mismo día de la
boda. Se trata de una pasión que desborda barreras sociales y morales, pero que desembocará en la
muerte.

TEMAS

a) El destino: se lleva en la sangre y es propio de cada uno. La madre está llamada a ver morir a sus
hijos y marido; el novio está llamado desde el principio a morir a cuchillazos; la novia se resiste desde el
comienzo a casarse con el novio, enamorada de Leonardo, pero es un "querer sin querer" (al final de la
obra dirá que ella no es "culpable" de lo sucedido); Leonardo se niega a que su novia tenga un futuro
mejor que el suyo, y sabe que, en el fondo, le ama a él.
b) Pasión amorosa y salvaje: amor sin razones ni soluciones (Leonardo y la novia), afán por vengarse y
odio resentido (madre), fuerza física y sexualidad (Leonardo). Es el ímpetu alocado e irrefrenable.
c) Imposibilidad de redención: ante el destino, el hombre sólo puede resignarse heroicamente y sufrir
los dolores con la cabeza alta (madre sentada al final de la obra).

PERSONAJES

1. Madre: sabe lo que sucederá con su hijo (la muerte a cuchillazos). Está llamada a ver la muerte de su
familia. Terror al cuchillo o navaja.
2. Novio: "padece" todo el destino. No hace nada que lo merezca, y, sin embargo, es llevado a la muerte
igual que Leonardo. Muestra confianza y candor juvenil hacia la novia.
3. Novia: se debate entre los dos hombres. Hace lo que puede, pero no puede lo que quiere. No se ve
culpable de nada.
4. Leonardo: es pura pasión (amor hacia la novia, enfado hacia su mujer) y fuerza física (agota al
caballo, huye corriendo por la selva).
5. Padre de la novia, criadas, vecinas, suegras...: espectadores de los efectos del destino que, sin
embargo, con sus canciones, anuncian el desenlace trágico. Actúan de coro, junto con los siguientes.
6. Luna, mendiga, leñadores: encarnan, a medio camino entre el realismo y lo fantástico, a la muerte y al
destino que buscan su presa. Hacen aparición en un escenario lúgubre (noche sobre un bosque húmedo) y
fantasmagórico (niebla y penumbra sólo iluminada por la palidez de la luna). Actúan de coro, junto con
los anteriores.

SÍMBOLOS

1. Caballo: símbolo de la fuerza física, de la pasión incontrolada (sexualidad y violencia) y de la muerte


(su jinete es la muerte). Todo esto viene anunciado en la canción o nana del primer acto.
2. La navaja, el cuchillo y la espina: la muerte violenta y sin explicación que acecha a los hombres.
Aparece también en la nana inicial.
3. La sangre y la casta: el destino es algo propio e inevitable a uno mismo, como la propia sangre. Puede
venir de la familia, o de las acciones cometidas anteriormente: señal que no puede quitarse nunca.
También refleja aspectos opuestos como la vida o la sexualidad.
4. Luna, mendiga, nieve y musgo: la muerte fría, pálida, engañosa, resbaladiza.
5. El agua: siempre va corriendo y pasando, ajena a todos los sucesos. Es el paso del tiempo, indiferente
a los dolores humanos.
6. Las flores: representan distintos sentimientos o comparaciones en toda la obra. Se utilizan como una
metáfora.
7. Paisajes: el terruño o sembrado andaluz, la casa-cueva (como el Sacromonte de Granada), el bosque,
las casas de Leonardo o el Novio.
8. Los colores de cada cuadro: amarillo (I: color extraño que anuncia algo irracional), rosa (II: aparente
tranquilidad y situación idílica), luz blanquecina de la cueva (III: color ambiguo, como ambigua es la
actitud de la novia), zaguán de la casa de la novia (IV: sin detalles especiales), blancos, grises y azules
de la cueva de la novia (V: otra vez ambigüedad), ambiente oscuro del bosque (VI: hábitat de la muerte
y lo desconocido) y blancura casi sobrenatural de la casa de la madre (VII: casi en el otro mundo, más
allá de esta vida; ¿espacio catártico?).

ESTILO

-La obra es circular: comienza y termina con la madre en mitad de la escena.


-Letras populares y trágicas a la vez: versos de arte menor. Unión de la literatura popular con la clásica.
-Se usa un lenguaje conciso y profundamente dramático.
-Prosa para los diálogos; verso para el coro (como en Lope de Vega o Calderón).
-Síntesis entre la tragedia clásica y el realismo del siglo XX (personajes, ubicación, etc.). Presupone una
apertura a lo sobrenatural y misterioso por parte del espectador.
-Muchas sinestesias e imágenes poderosas y macabras: "siento los dientes de todos los míos clavados
aquí"; "llena de llagas por dentro y por fuera".

2- La casa de Bernarda Alba

Inspirada en un hecho real, desarrolla la lucha entre el principio de autoridad, encarnado en Bernarda,
quien dicta años de luto para sus hijas por la muerte de su marido, y el principio de libertad,
representado por Adela, la menor quien mantiene relaciones ocultas con Pepe el Romano, prometido de
su hermana Angustias. Descubierto el hecho, Bernarda dispara contra Pepe, y al creerlo muerto, Adela
se suicida.

TEMAS

-El tema central de la obra es el enfrentamiento entre autoridad y libertad o el conflicto entre la
realidad y el deseo. Frente al autoritarismo y la represión de Bernarda, las hijas encarnan desde la
pasiva sumisión frustrante de las mujeres de la época en general, hasta la rebeldía imposible de Adela.
-Las raíces de la frustración se pueden situar en un plano social con un fuerte componente moral, lo cual
conduce a señalar una serie de temas que se unen con el central:

 La moral tradicional y la presión social sobre los individuos (el qué dirán y las apariencias).
 Las diferencias sociales,
 La condición de la mujer en la sociedad española de la época (y las diferencias sociales entre
hombres y mujeres),
 El honor
 La pasión condenada a la soledad o la muerte...

ESPACIO

La acción se desarrolla en la casa de Bernarda: un espacio cerrado. Es el mundo del luto, del silencio de
la ocultación. Este lugar es comparado con un convento, con un presidio similar al infierno que transmite
una atmósfera sofocante. Existe una relación entre el interior de la casa y la represión a la que las hijas
son sometidas por el mundo exterior. De él llegan ecos de pasiones elementales o de un erotismo
desatado (la anécdota de los segadores con la prostituta), pero también advertencias, como lo que le
sucede a la hija de la Librada, que tiene un hijo siendo soltera. Estas dos anécdotas reflejan un mundo
exterior también regido por unas convenciones sociales (el qué dirán) que oprimen sobre todo a las
mujeres. Por otro lado, el pueblo es considerado un mal pueblo por tener pozos en vez de ríos, que
simbolizarían la fuerza vital, el erotismo, y los pozos la pasión reprimida, encerrada, y la muerte.

PERSONAJES

Bernarda es una encarnación hiperbólica de las fuerzas represivas. Representa las convenciones
morales y sociales más añejas y la mentalidad tradicional vigente, la buena fachada aun cuando no se
corresponde con la realidad. Se opone a los impulsos eróticos. Tiene orgullo de casta: a todas las hijas
les recuerda las obligaciones que conlleva el ser “de su clase”. Su autoridad está simbolizada por el
bastón y por ese lenguaje impositivo.

Las hijas viven en la reclusión impuesta y el deseo de mundo exterior. Obsesionadas por lo erótico,
estos anhelos, a veces unidos al matrimonio, son su única manera de salir del encierro. El abanico de
actitudes va desde la sumisión o resignación hasta la rebeldía:

 Angustias: 39 años, hija del primer matrimonio y heredera de una envidiable fortuna que
atrae a Pepe. Ha perdido y la ilusión y la pasión. ○
 Magdalena: 30 años, sumisa, pero sorprende con protestas. Ella prefería ser hombre ya que
ya ha abandonado la idea de casarse.
 Amelia: 27 años, tímida y asustadiza, pudo haberse casado si su madre no se hubiera
opuesto. Enferma, depresiva y pesimista.
 Martirio: 24 años. Envidiosa, resentida, ama en secreto a Pepe el Romano. Es quizá el
personaje más complejo. Será la que al final grite “se acabó Pepe el Romano” (mintiendo, sólo
por desdén hacia Adela) y desencadene el suicidio de su hermana.
 Adela: 20 años, encarnación de la abierta rebeldía. Se trata de la joven más hermosa y
apasionada. Destaca por su vitalismo (simbolizado en el vestido verde), su pasión y su fuerza.
Entra en desafío con la moral establecida.
 Otros personajes: María Josefa, la abuela que vence al poder a través de la locura; la Poncia,
vieja criada que interviene en las conversaciones y los conflictos, advierte y da consejos;
Pepe el Romano, que sin aparecer es omnipresente, es la encarnación del hombre, del oscuro
objeto del deseo.

ESTILO

- La obra destaca por la maestría del diálogo: su fluidez, nervio e intensidad: predominan las réplicas
cortas y rápidas.
- El lenguaje lorquiano tiene además un sabor popular. Está hondamente enraizado con el habla popular,
especialmente en la andaluza, que se puede observar en giros y palabras, en las hipérboles y en la
creatividad. Pero ese supuesto costumbrismo no es tal, porque la unión de realidad y poesía se da en
cada momento. Hay giros que aparentemente son costumbristas (“hay unas estrellas como puños”, “el me
lleva a los juncos de la orilla”), y que pueden sonar típicamente andaluces, coloquiales, pero que en
realidad es un lenguaje completamente reinventado con apariencia de popular.
- Además, en esta dimensión poética, destaca el continuo simbolismo.

SÍMBOLOS

 El uso expresionista de los colores (o de la ausencia de colores). El blanco y negro: las paredes
que contrastan con los vestidos de luto de las mujeres. Blanco pureza, negro muerte. Sólo
destaca en un momento dado el verde del vestido de Adela, que es la rebeldía, la libertad.
 El bastón: símbolo del poder tiránico, que por su forma representa los valores patriarcales.
 Los caballos, la masculinidad, el desenfreno y el deseo sexual.
 El calor, presente en todo momento y mencionado por los personajes constantemente (la pasión
reprimida).
 El agua estancada, que es la muerte (en el pueblo no hay ríos, solo pozos).
 La luna: por antonomasia representa la muerte pero también el erotismo.
 El anillo de perlas, augurio del triste final.
Texto resuelto de Federico García Lorca – El rey de Harlem, de Poeta en Nueva York

Con una cuchara para que los cocodrilos duerman en largas filas
arrancaba los ojos a los cocodrilos bajo el amianto de la luna,
y golpeaba el trasero de los monos. y para que nadie dude de la infinita belleza
Con una cuchara. de los plumeros, los ralladores, los cobres y las
cacerolas de las cocinas.
Fuego de siempre dormía en los pedernales,
y los escarabajos borrachos de anís ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem!
olvidaban el musgo de las aldeas. No hay angustia comparable a tus rojos oprimidos,
a tu sangre estremecida dentro del eclipse oscuro,
Aquel viejo cubierto de setas a tu violencia granate sordomuda en la penumbra,
iba al sitio donde lloraban los negros a tu gran rey prisionero, con un traje de conserje.
mientras crujía la cuchara del rey
y llegaban los tanques de agua podrida.
Tema: violencia con que se trata a la raza
Las rosas huían por los filos negra
de las últimas curvas del aire,
y en los montones de azafrán Motivos e imágenes de la civilización.
los niños machacaban pequeñas ardillas
con un rubor de frenesí manchado. Uso de recursos estilísticos

Es preciso cruzar los puentes Uso de metáforas surrealistas


y llegar al rubor negro
para que el perfume de pulmón Métrica: uso de verso libre, sin rima
nos golpee las sienes con su vestido
de caliente piña. Uso se símbolos

Es preciso matar al rubio vendedor de aguardiente Interés por los grupos marginales
a todos los amigos de la manzana y de la arena,
y es necesario dar con los puños cerrados
a las pequeñas judías que tiemblan llenas de burbujas,
para que el rey de Harlem cante con su muchedumbre,

Comentario resuelto – Características del autor

Nos encontramos ante un texto de Federico García Lorca. Se trata, concretamente, del poema El rey
de Harlem, del libro de poemas Poeta en Nueva York, obra de Lorca que se encuadra en su segunda
etapa, la vanguardista, presentando características típicas que ayudan a encuadrarlo en la producción
de Lorca.

Una de las características que nos ayuda a encuadrarlo en la producción de Lorca es el empleo del tema
de las clases marginales. En este texto, ya de la corriente vanguardista, esas clases marginales tienen
que ver con el viaje a Nueva York del poeta, por lo que la clase marginal se centra en el barrio de
Harlem y, más concretamente, en la raza negra (“ los negros”, “el rey de Harlem”, “¡Ay, Harlem, Harlem,
Harlem!”). Referente a este tema, Lorca habla sobre los problemas, concretamente sobre la violencia
que se ejerce sobre ese colectivo. Esto podemos verlo en las continuas alusiones que hace al trato
vejatorio y la violencia que sufre la raza negra. Para esto, el autor recurre a un vocabulario
marcadamente violento (“arrancaba”, “golpeaba”, “matar”, “dar con los puños cerrados”, “angustia”).
Lorca, en esa segunda etapa, recurre a un gran número de recursos estilísticos, como las anáforas (“ a
tu sangre … / a tu violencia … / a tu gran rey ... ”), las personificaciones (“fuego de siempre dormía en
los pedernales”), las repeticiones (“¡Ay, Harlem! ¡Ay, Harlem! ¡AY, Harlem! ”), las enumeraciones (“dude
de la infinita belleza de los plumeros, los ralladores, los cobres y las cacerolas de las cocinas ”), pero
sobre todo, recurre a una serie de símbolos con los que va a identificar la raza negra ( cocodrilos,
monos) y un gran número de metáforas, la mayoría de difícil comprensión por estar cercanas al mundo
de las vanguardias (“los filos de la últimas curvas del aire ”, “perfume de pulmón”, “vestido de caliente
piña”).

En cuanto a la métrica, podemos decir que Lorca recurre al verso libre sin rima, mostrando así una
anarquía respecto a los moldes de la métrica que es típico de la vanguardia a la que Lorca se acerca en
la obra en la que se encuadra este poema.
Textos de Federico García Lorca

En los siguientes textos, identifica las características que ayudan a encuadrarlos dentro del movimiento
literario al que pertenece y a encuadrarlo en la producción teatral del autor.

Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba

(Van desfilando todas por delante de Bernarda y saliendo. Sale Angustias por otra puerta, la que da al
patio)

Mujer 4: El mismo trigo de tu casamiento lo sigas disfrutando.


La Poncia: (Entrando con una bolsa) De parte de los hombres esta bolsa de dineros para responsos.
Bernarda: Dales las gracias y échales una copa de aguardiente.
Muchacha: (A Magdalena) Magdalena...
Bernarda: (A Magdalena, que inicia el llanto) Chist. (Golpea con el bastón). (Salen todas). (A las que se
han ido) ¡Andar a vuestras cuevas a criticar todo lo que habéis visto! Ojalá tardéis muchos años en
pasar el arco de mi puerta.
La Poncia: No tendrás queja ninguna. Ha venido todo el pueblo.
Bernarda: Sí, para llenar mi casa con el sudor de sus refajos y el veneno de sus lenguas.
Amelia: ¡Madre, no hable usted así!
Bernarda: Es así como se tiene que hablar en este maldito pueblo sin río, pueblo de pozos, donde
siempre se bebe el agua con el miedo de que esté envenenada.
La Poncia: ¡Cómo han puesto la solería!
Bernarda: Igual que si hubiera pasado por ella una manada de cabras. (La Poncia limpia el suelo) Niña,
dame un abanico.
Amelia: Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y verdes).
Bernarda: (Arrojando el abanico al suelo) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y
aprende a respetar el luto de tu padre.
Martirio: Tome usted el mío.
Bernarda: ¿Y tú?
Martirio: Yo no tengo calor.
Bernarda: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa
el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en
casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo
veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas.
Magdalena: Lo mismo me da.
Adela: (Agria) Si no queréis bordarlas irán sin bordados. Así las tuyas lucirán más.
Magdalena: Ni las mías ni las vuestras. Sé que yo no me voy a casar. Prefiero llevar sacos al molino. Todo
menos estar sentada días y días dentro de esta sala oscura.
Bernarda: Eso tiene ser mujer.
Magdalena: Malditas sean las mujeres.
Bernarda: Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las
hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.
Federico García Lorca, Bodas de sangre

Madre: ¿Qué sangre va a tener? La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando, y
sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.
Padre: ¡Vamos a dejarlo!
Criada: ¿Cómo lo va a dejar?
Madre: Me duele hasta la punta de las venas. En la frente de todos ellos yo no veo más que la mano con
que mataron a lo que era mío. ¿Tú me ves a mí? ¿No te parezco loca? Pues es loca de no haber gritado
todo lo que mi pecho necesita. Tengo en mi pecho un grito siempre puesto de pie a quien tengo que
castigar y meter entre los mantos. Pero me llevan a los muertos y hay que callar. Luego la gente critica.
(Se quita el manto)
Padre: Hoy no es día de que te acuerdes de esas cosas.
Madre: Cuando sale la conversación, tengo que hablar. Y hoy más. Porque hoy me quedo sola en mi casa.
Padre: En espera de estar acompañada.
Madre: Esa es mi ilusión: los nietos. (Se sientan.)
Padre: Yo quiero que tengan muchos. Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener
una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos
brazos tienen que ser de los dueños, que castiguen y que dominen, que hagan brotar las simientes. Se
necesitan muchos hijos.
Madre: ¡Y alguna hija! ¡Los varones son del viento! Tienen por fuerza que manejar armas. Las niñas no
salen jamás a la calle.
Padre: (Alegre) Yo creo que tendrán de todo.
Madre: Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos.
Padre: Lo que yo quisiera es que esto fuera cosa de un día. Que en seguida tuvieran dos o tres hombres.
Madre: Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el
suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi
hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua.
Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra
empapada por ella.
Federico García Lorca, Bodas de sangre

Leñador 2: Hay que seguir la inclinación: han hecho bien en huir.


Leñador 1: Se estaban engañando uno a otro y al fin la sangre pudo más.
Leñador 3: ¡La sangre!
Leñador 1: Hay que seguir el camino de la sangre.
Leñador 2: Pero sangre que ve la luz se la bebe la tierra.
Leñador 1: ¿Y qué? Vale más ser muerto desangrado que vivo con ella podrida.
Leñador 3: Callar.
Leñador 1: ¿Qué? ¿Oyes algo?
Leñador 3: Oigo los grillos, las ranas, el acecho de la noche.
Leñador 1: Pero el caballo no se siente.
Leñador 3: No
Leñador 1: Ahora la estará queriendo.
Leñador 2: El cuerpo de ella era para él y el cuerpo de él para ella.
Leñador 3: Los buscan y los matarán.
Leñador 1: Pero ya habrán mezclado sus sangres y serán como dos cántaros vacíos, como dos arroyos
secos.
Federico García Lorca, Bodas de sangre

LEONARDO.- ¡Calla!
LA NOVIA.- Desde aquí yo me iré sola. ¡Vete! ¡Quiero que te vuelvas!
LEONARDO.- ¡Calla, digo!
LA NOVIA.- Con los dientes, con las manos, como puedas. Quita de mi cuello honrado el metal de esta
cadena, dejándome arrinconada allá en mi casa de tierra. Y si no quieres matarme como a víbora
pequeña, pon en mis manos de novia el cañón de la escopeta. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la
cabeza! ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!
LEONARDO.- Ya dimos el paso; ¡calla! porque nos persiguen cerca y te he de llevar conmigo.
LA NOVIA.- ¡Pero ha de ser a la fuerza!
LEONARDO.- ¿A la fuerza? ¿Quién bajó primero las escaleras?
LA NOVIA.- Yo las bajé.
LEONARDO.- ¿Quién le puso al caballo bridas nuevas?
LA NOVIA.- Yo misma. Verdá.
LEONARDO.- ¿Y qué manos me calzaron las espuelas?
LA NOVIA.- Estas manos que son tuyas, pero que al verte quisieran quebrar las ramas azules y el
murmullo de tus venas. ¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Aparta! Que si matarte pudiera, te pondría una mortaja
con los filos de violetas. ¡Ay, qué lamento, qué fuego me sube por la cabeza!
LEONARDO.- ¡Qué vidrios se me clavan en la lengua! Porque yo quise olvidar y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía. Es verdad. ¿No lo recuerdas? Y cuando te vi de lejos me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta. Con alfileres de plata mi sangre se puso negra, y el
sueño me fue llenando las carnes de mala hierba. Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y
de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas.
LA NOVIA.- ¡Ay que sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay minuto del día que estar contigo
no quiera, porque me arrastras y voy, y me dices que me vuelva y te sigo por el aire como una brizna de
hierba.
Romance de la pena negra, de Romancero gitano

Las piquetas de los gallos ¡Soledad, qué pena tienes!


cavan buscando la aurora, ¡Qué pena tan lastimosa!
cuando por el monte oscuro Lloras zumo de limón
baja Soledad Montoya. agrio de espera y de boca.

Cobre amarillo, su carne, ¡Qué pena tan grande! Corro


huele a caballo y a sombra. mi casa como una loca,
Yunques ahumados sus pechos, mis dos trenzas por el suelo,
gimen canciones redondas. de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
Soledad, ¿por quién preguntas de azabache carne y ropa.
sin compaña y a estas horas? ¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa? Soledad: lava tu cuerpo
Vengo a buscar lo que busco, con agua de las alondras,
mi alegría y mi persona. y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.
Soledad de mis pesares,
caballo que se desboca, Por abajo canta el río:
al fin encuentra la mar volante de cielo y hojas.
y se lo tragan las olas. Con flores de calabaza,
la nueva luz se corona.
No me recuerdes el mar, ¡Oh pena de los gitanos!
que la pena negra, brota Pena limpia y siempre sola.
en las tierras de aceituna ¡Oh pena de cauce oculto
bajo el rumor de las hojas. y madrugada remota!
Baladilla de los tres ríos, de Poema del cante jondo

El río Guadalquivir
va entre naranjos y olivos.
Los dos ríos de Granada
bajan de la nieve al trigo.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

El río Guadalquivir
tiene las barbas granates.
Los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

Para los barcos de vela,


Sevilla tiene un camino;
por el agua de Granada
sólo reman los suspiros.

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Guadalquivir, alta torre


y viento en los naranjales.
Dauro y Genil, torrecillas
muertas sobre los estanques,

¡Ay, amor
que se fue por el aire!

¡Quién dirá que el agua lleva


un fuego fatuo de gritos!

¡Ay, amor
que se fue y no vino!

Lleva azahar, lleva olivas,


Andalucía, a tus mares.

¡Ay, amor
que se fue por el aire!
Soneto gongorino en el que el poeta manda a su amor una paloma, de Sonetos del amor oscuro

Este pichón del Turia que te mando,


de dulces ojos y de blanca pluma,
sobre laurel de Grecia vierte y suma
llama lenta de amor do estoy parando.

Su cándida virtud, su cuello blando,


en limo doble de caliente espuma,
con un temblor de escarcha, perla y bruma
la auscencia de tu boca esta marcando.

Pasa la mano sobre su blancura


y verás qué nevada melodía
esparce en copos sobre tu hermosura.

Así mi corazón de noche y día,


preso en la cárcel del amor oscura,
llora sin verte su melancolía.
New York (oficina y denuncia), de Poeta en Nueva York

Debajo de las multiplicaciones que ignora la otra mitad,


hay una gota de sangre de pato. la mitad irredimible
Debajo de las divisiones que levanta sus montes de cemento
hay una gota de sangre de marinero. donde laten los corazones
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna; de los animalitos que se olvidan
un río que viene cantando y donde caeremos todos
por los dormitorios de los arrabales, en la última fiesta de los taladros.
y es plata, cemento o brisa Os escupo en la cara.
en el alba mentida de New York. La otra mitad me escucha
Existen las montañas, lo sé. devorando, cantando, volando en su pureza
Y los anteojos para la sabiduría, como los niños en las porterías
lo sé. Pero yo no he venido a ver el cielo. que llevan frágiles palitos
He venido para ver la turbia sangre, a los huecos donde se oxidan
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas las antenas de los insectos.
y el espíritu a la lengua de la cobra. No es el infierno, es la calle.
Todos los días se matan en New York No es la muerte, es la tienda de frutas.
cuatro millones de patos, Hay un mundo de ríos quebrados y distancias
cinco millones de cerdos, inasibles
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes, en la patita de ese gato quebrada por el automóvil,
un millón de vacas, y yo oigo el canto de la lombriz
un millón de corderos en el corazón de muchas niñas.
y dos millones de gallos Óxido, fermento, tierra estremecida.
que dejan los cielos hechos añicos. Tierra tú mismo que nadas por los números de la
Más vale sollozar afilando la navaja oficina.
o asesinar a los perros en las alucinantes cacerías ¿Qué voy a hacer, ordenar los paisajes?
que resistir en la madrugada ¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
los interminables trenes de leche, que luego son pedazos de madera y bocanadas de
los interminables trenes de sangre, sangre?
y los trenes de rosas maniatadas No, no; yo denuncio,
por los comerciantes de perfumes. yo denuncio la conjura
Los patos y las palomas de estas desiertas oficinas
y los cerdos y los corderos que no radian las agonías,
ponen sus gotas de sangre que borran los programas de la selva,
debajo de las multiplicaciones; y me ofrezco a ser comido por las vacas
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas estrujadas
llenan de dolor el valle cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite. donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
Casida de la mujer tendida, de Diván del Tamarit

Verte desnuda es recordar la Tierra.


La Tierra lisa, limpia de caballos.
La Tierra sin un junco, forma pura
cerrada al porvenir: confín de plata.

Verte desnuda es comprender el ansia


de la lluvia que busca débil talle
o la fiebre del mar de inmenso rostro
sin encontrar la luz de su mejilla.

La sangre sonará por las alcobas


y vendrá con espada fulgurante,
pero tú no sabrás dónde se ocultan
el corazón de sapo o la violeta.

Tu vientre es una lucha de raíces,


tus labios son un alba sin contorno,
bajo las rosas tibias de la cama
los muertos gimen esperando turno.

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