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1595-1614. Nuevos pesares (pierde a una hija) y nuevos amores con la actriz
Micaela Luján (Camila Lucinda), bella mujer casada que le inspiró múltiples obras y le
dio cinco hijos. Pese a estas relaciones, contrae nuevo matrimonio con una mujer
vulgar, Juana de Guardo, de la que nacerán tres hijos más. Su fama ha ido creciendo, y
de estos años data su enemistad con Góngora. Las muertes de su hijo preferido, Carlos
Félix, y de su mujer lo sumen en una fuerte crisis y se ordena sacerdote.
Si Lope tiene un primerísimo puesto como lírico, destaca aún más como autor de
teatro: es el creador del teatro nacional. Aunque es verdad que dramaturgos
anteriores, con mayor o menor fortuna, prepararon su aparición, poco hubieran
significado si Lope no hubiera venido a desarrollar tales intentos. Es él quien, con su
genialidad, hace posible la desbordante floración de nuestro teatro, no tanto por su
inmensa producción cuanto por crear los nuevos cauces. Su acierto consistió en saber
acomodarse a las exigencias de un público ávido de espectáculo, que esperaba mayor
dinamismo y espontaneidad en el desarrollo argumental.
2. OBRA. Con Lope ocurrió algo semejante a lo que sucedió con Cervantes: su
propia fama como hombre de teatro impidió su justa apreciación como lírico. Es más,
su misma llana popularidad no admitió cuestionar su obra y, por lo tanto, verla en su
justa medida; contrariamente a lo que pasó con Góngora, que generó fuertes polémicas
literarias.
Gran parte de su producción lírica está esparcida por sus obras dramáticas y
narrativas, pero un abundante caudal lo reunió en libros de poesía como Rimas,
Rimas sacras, Romancero espiritual, Triunfos divinos, Rimas humanas y divinas del
licenciado Tomé de Burguillos. Rimas constituye una obra heterogénea: 200 sonetos
de gran variedad temática, epístolas, églogas, estancias, romances, epitafios… Rimas
Sacras fue producto de una crisis espiritual que llevó a Lope al sacerdocio; en este libro
reunió todos los versos devotos. En Rimas humanas y divinas… Tomé de Burguillos es
un alter ego de Lope; es un libro misceláneo marcado por el desencanto, la burla y el
sarcasmo.
-“Ya no cogeré verbena/ la mañana de San Juan/ pues mis amores se van”.
Lope capta la espontaneidad de lo popular al glosar un estribillo anónimo tradicional,
sobre el que engarza la creación personal del villancico. Tanto la verbena como la noche
de San Juan tenían un simbolismo amoroso en toda la poesía popular. El contraste
naturalista rosa/azucena como alegorías amorosas había sido muy frecuente en el
Renacimiento; la rosa simboliza el rojo de la pasión amorosa, la azucena el blanco de la
pureza y la frialdad.
b) Elegías. Abundantes, pero solo alcanzan gran altura emotiva cuando el sujeto
del poema es alguien ligado al poeta por relaciones personales, como en Canción a la
muerte de Carlos Félix.
Para comprender el estilo de Lope no hay que olvidar que, como hombre
abierto y receptivo, bebe en la vena popular pero, a la vez, es receptor de la tradición
de los Cancioneros del s. XV y de la poesía culta renacentista. Lógicamente, los
gustos de la época en que vive influyen en él: el culteranismo, en medida muy
prudente, y el conceptismo, con algo más de fuerza. Sin embargo, aunque su poesía es
síntesis de estas tendencias y escuelas, fue su propio carácter el que impuso, sobre
todo ello, un lenguaje natural, vivaz y espontáneo. Él mismo dice: “el hacer versos y
amar/ naturalmente ha de ser”, palabras que, por contundentes, excluyen todo
comentario.