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Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en el 

municipio granadino de Fuente Vaqueros, en el
seno de una familia de posición económica desahogada.
Cuando tenía once años de edad, la familia se mudó a la ciudad de Granada. En su adolescencia, se
interesó más por la música que por la literatura; estudió piano y entre sus amigos de la universidad lo
conocían más como músico que por escritor novel.
Se matriculó en la Universidad de Granada para estudiar las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho.
En la Universidad recibió clases de Martín Domínguez Berrueta, el cual llevó a Lorca y a sus compañeros de
viaje por Baeza, Úbeda, Córdoba, Ronda, León, Burgos y Galicia. Estos viajes por distintas partes de España
fueron los que despertaron su vocación como escritor.
Federico García Lorca fue un poeta, dramaturgo y prosista granadino. Pertenece a la generación del 27 y es
considerado su mayor representante. La generación del 27 está integrada por un grupo de escritores,
donde cada poeta tiene su estilo personal, todos se caracterizan fundamentalmente por su intento
de renovar la poesía aunando tradición y vanguardia, además, recuperan versos y estrofas de la tradición
española.
Federico García Lorca fue también el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del
siglo XX. Fue asesinado por el bando sublevado un mes después del golpe de Estado que provocó el inicio
de la guerra civil española.
En su poesía se reconoce la fusión de los elementos populares con las innovaciones vanguardistas, así
como la conexión entre su vitalidad y los tonos oscuros de la frustración, el dolor y el destino trágico que
recorren su obra.
A lo largo de su trayectoria poética, Lorca aborda diferentes temas, como la nostalgia de la infancia, la
pena, la muerte, el destino, la deshumanización y la injusticia social del mundo contemporáneo.
Se caracteriza por una poderosa imaginación, capaz de las más deslumbrantes metáforas, por un gran
dominio técnico y por el uso de una personal simbología presente en toda su obra, son símbolos centrales
en Lorca, por ejemplo:
 La luna: es el símbolo más frecuente en Lorca. Su significación más frecuente es la de muerte, pero
también puede simbolizar la belleza.
 El agua: cuando corre, es símbolo de vitalidad. Cuando está estancada, representa la muerte.
 La sangre: representa la vida y, derramada, es la muerte.
 El caballo (y su jinete): está muy presente en toda su obra, portando siempre valores de muerte,
aunque también representa la vida.
 Las hierbas: su valor dominante, aunque no único, es el de ser símbolos de la muerte.
 Los metales: también su valor dominante es la muerte. Los metales aparecen bajo la forma de
armas blancas, que conllevan siempre tragedia.
Algunos de sus títulos principales son Poema del cante jondo, Romancero gitano, Poeta en Nueva
York y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías.
Con lo que respecta al teatro los temas más comunes de las obras dramáticas de García Lorca suelen ser
el conflicto entre la realidad y el deseo, y el amor trágico. Los protagonistas son
habitualmente mujeres cuya frustración está causada por la soledad, la muerte, el machismo o las
convenciones sociales.
Lorca utiliza un lenguaje de inspiración popular, en el que el verso aparece para destacar la intensidad
dramática de algunos pasajes. Al igual que en su poesía, sus obras se llenan de metáforas y símbolos.
Su producción dramática suele clasificarse en tres grupos: la farsa, con obras como La zapatera
prodigiosa; el drama surrealista, por ejemplo, Así que pasen cinco años; y la tragedia de ambiente rural, en
el que se incluyen sus tres obras más conocidas: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba.
La casa de Bernarda Alba es la obra más conocida de Federico García Lorca, y para muchos su obra
maestra, fue compuesta en 1936, aunque no fue estrenada hasta nueve años después en Argentina. Es el
último drama escrito por el autor y forma parte de sus tragedias de ambiente rural.
Esta obra nos habla de que, tras la muerte de su marido, Bernarda Alba recluye en casa a sus cinco hijas,
cuyos nombres son Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela, y les impone un duelo que habrá de
durar ocho años. Atraído por la herencia de la primogénita Angustias, el joven Pepe el Romano se
compromete con ella, pero a la vez seduce y enamora a la hermana menor, Adela.
Cuando Bernarda se entera de la relación entre los dos amantes, dispara a Pepe, quien escapa con vida.
Pero tras oír el disparo, Adela cree que su amante ha muerto y se suicida. Ante este hecho, Bernarda,
como al principio de la obra, vuelve a imponer a sus hijas absoluto luto.
El tema fundamental de la obra es el conflicto entre los deseos y los sentimientos y las restricciones
morales, un choque que acaba de manera trágica. Las hijas de Bernarda, especialmente Adela, y Pepe el
Romano con su caballo, simbolizan esos impulsos asfixiados que acaban estallando. Por otro lado,
Bernarda con su bastón personifica la autoridad y las normas establecidas.
La tragedia se desarrolla en un ambiente cerrado y asfixiante de hipócritas convenciones y un sentido
tiránico de la opinión social y la apariencia, sobre el que se acaba abatiendo la fatalidad. Este ambiente y el
final trágico están expresados con un lenguaje poético y simbólico.

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