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GARCÉS, Marina (2013). Un mundo común. España: Ediciones Bellaterra.

El libro de Marina Garcés es un compromiso con la filosofía y la política en busca de la


comunidad y lo común. Explora temas como el problema del nosotros, la crítica
encarnada y la dimensión común, desafiando conceptos establecidos y proponiendo
una perspectiva que nos invite a repensar cómo vemos el mundo y cómo vivimos
juntos en una vida compartida.

Marina Garcés nos presenta su libro como una declaración de compromiso en un


momento en el que la filosofía y la política buscan recuperar la comunidad y producir lo
común de manera colectiva. Comienza con un breve prólogo titulado "La necesidad de
una idea", donde expresa su motivación para escribir el libro y la necesidad de darle
forma a su idea, que ha estado gestando durante mucho tiempo, para poder
desarrollarla completamente.

La autora define una idea como algo que va más allá de lo lógico, lo teórico y el
significado, incorporando las situaciones que le dan sentido, las experiencias
asociadas y otros aspectos, incluso los usos que puede tener. Destaca la importancia
de pensar, que describe como respirar, vivir viviendo y ser siendo. Para lograrlo,
debemos dejar de contemplar el mundo y reaprender a verlo desde una perspectiva
que va más allá de la observación y se basa en la potencia de la situación, donde el
mundo deja de ser un objeto.

Luego, la autora explora los diferentes puntos de vista desde los cuales podemos ver
el mundo y cómo lo hacemos o deberíamos hacerlo. También ofrece una introducción
a los capítulos siguientes. El libro se divide en tres partes: "El problema del nosotros",
"Encarnar la crítica" y "Dimensión común".

En la primera parte, Garcés reflexiona sobre el uso de la palabra "nosotros" y cómo a


menudo se entiende simplemente como el plural del yo. Ella propone su propia visión
del nosotros, que se refiere al sentido del mundo entendido como las coordenadas de
nuestra actividad común, basada en la finitud y la alianza y solidaridad entre los
individuos. Destaca la importancia de hablar del nosotros, ya que cada individuo
depende de los demás; somos parte de un mundo común en lugar de simplemente
una comunidad. También aborda temas como la emancipación y el individualismo, y
cuestiona el enfoque moderno que promueve la autosuficiencia y la separación del
mundo común.

En la segunda parte, la autora habla sobre encarnar la crítica y destaca la importancia


del compromiso, que implica enfrentarse a problemas no previstos que nos desafían y
nos transforman. También explora diferentes formas de ver el mundo, haciendo
hincapié en la necesidad de conquistar juntos nuestros ojos para ver el mundo que
compartimos. Discute la visión enfocada y la visión periférica, y cómo esta última nos
permite inscribir lo que vemos en un campo de visión más amplio. Para una crítica
encarnada, según Garcés, la fragilidad y la radicalidad residen en la piel de nuestros
ojos.

En la tercera parte, la autora aborda la dimensión común y la necesidad de aprender a


ver la realidad desde la implicación en un mundo compartido. Destaca que cambiar el
mundo no implica buscar otro mundo, sino reconocer que no hay otro mundo ni otra
vida más allá de la que ya compartimos. Garcés reflexiona sobre el problema del
nosotros como una cuestión de vivir juntos en una vida común anónima que pertenece
a todos y a nadie en particular. Expone la noción de coimplicación como la base para
sostener la autonomía del nosotros. Además, destaca que lo común no es algo
insignificante, sino la dimensión compartida de nuestra riqueza. Concluye afirmando
que la existencia está inherentemente vinculada y que la privatización de la vida
comienza cuando intentamos poseerla como una propiedad.

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