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Un Turista Tonto

Inocente; esa fue el veredicto del juez. Es tan sólo un turista tonto, fue el
pensamiento colectivo de todo el tribunal.

-I didn´t know, I just wanted to take some pictures in the desert. -trata de
pronunciar el Sr. Rodríguez, tras la avalancha de preguntas sobre cuál eran sus
intenciones al invadir el área restringida. Claramente al principio, las sospechas del
jurado eran enormes, pues bien se sabe que muchos curiosean sobre la famosa área 51 y
todos sus rumores.

-I swear I didn´t read any warning -al ver la cara de insólito del abogado agregó:
- Plus, there wasn´t any…any… emm reja, alambrado, emm… I don´t how to say it, the
thing that, that keeps apart things, emm…-por suerte el abogado lo interrumpió,
diciéndole básicamente que lo deje por ahí, o al menos eso entendió él.

El jurado de Nevada decidió declararlo inocente de atentar contra la base militar,


mas debía pagar la multa mínima de 500 dólares, y volver a su país de origen
inmediatamente, a lo que Rodríguez no mostro mucha resistencia.

Pasaron 2 meses del incidente, Rodríguez disfrutaba del calor de Méjico, o al


menos eso asumían los medios. Pues “Rodríguez” bien sabía que aquel simpático turista
se encontraba a 50 kilómetros bajo tierra; fue cuestión de segundos hacer aquel pozo,
otros taparlo, e instantes replicar aquella cara regordeta en la suya, si es que aquella
textura babosa con grumos y trillones de microreceptores de radiación, se podía llamar
cara.

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