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Capítulos de “La opción de educar”

Philippe Meirieu

Prof. En Cs. De La Educación en Universidad de Lumiére-Lyon 2


Fundó la asociación Apprendre dedicada a la investigación sobre aprendizajes.
Realizó aportes a “la pedagogía diferenciada”.

En este texto ban a encontrar la selección de tres capítulos del libro.

¿Hacia una ética de la escritura?

El autor presenta la importancia de la opción ética del educador y para ello considera a la “ética
como la interrogación del sujeto sobre la finalidad de sus actos”. Primero diferencia a la ética de
la moral pues dice que la moral es un conjunto de normas sociales que hacen referencia al
comportamiento del individuo.
Por eso la importancia de “hacer pensar” a los educadores y esta interrogación en fundamental
en la práctica y la reflexión educativa.
En este “hacer pensar” se interroga y dice …¿Permito al Otro que sea, frente a mí, incluso contra
mí, un Sujeto? A pesar de las dificultades y de la incertidumbre en la que me sitúa.
Ese “Otro” con mayúscula porque es un concepto lacaniano donde el otro es un interlocutor
válido, con sus opiniones y perspectivas.
Meirieu expresa que como docente no se pueden evitar las elecciones éticas, siempre está la
búsqueda de las condiciones de una libertad.

Un candor calculado:

El autor expresa que el educador sabe que la educabilidad de todas las personas es una simple y
pura provocación a pensar, a imaginar, a actuar, a ejercer su libertad.
Compartir que todo educador puede experimentar cada día y al final del cual sólo poseemos
aquello que damos.
Cuando el docente desarrolla la instrucción y busca generar emancipación y cuando consigue
incluir en el mundo de la cultura a los estudiantes de esta forma promueve lo humano y construye
humanidad. El sentido de la existencia de los educadores es la promoción de lo humano.
Contrariamente cuando se priva de la posibilidad de acceder a las formas más elevadas del
lenguaje técnico, del conocimiento y la cultura es excluirlo de la humanidad y excluirse a uno
mismo de ese círculo. Es poner en peligro la promoción de lo humano.

Del contrato:

Por último expresa que toda pedagogía es una pedagogía del contrato en la medida en que se
gestiona un juego de expectativas recíprocas, a menudo muy complejas, pues cada uno espera
“algo“ del otro. Cada uno actúa también en función de lo que supone que el otro espera de él.
Por eso el educador debe clarificar y establecer los términos del contrato pedagógico, los
objetivos, los contenidos, la evaluación. Esto genera un efecto democratizador donde todos están
en conocimiento de este proyecto común que es la aventura educativa.
Si no explicita el contrato pedagógico y no se clarifica, estamos reservando a unos pocos capaces
la posibilidad de comprenderlo y no a todos.
Cuando hay un proyecto común es deseable la claridad en ese proyecto.
Como el contrato es de carácter asimétrico pues el educador ocupa un puesto que él anticipa y el
alumno ocupa el lugar de sujeto que aprende; el docente debe elaborar un contrato pedagógico
donde se establezcan las reglas claras y precisas y no haya sorpresas ni presiones evaluativas, sino
que sean explicitadas de forma responsable.

Para pensar en sus autobiografías y docentes: ¿Han tenido la posibilidad de tener diálogos
genuinos y poder dar sus opiniones y pareceres con algunos maestros y profesores? ¿Han tenido
la experiencia de docentes que los han introducido en la cultura disciplinar o por el contrario
quien los ha intentado excluir de la misma diciéndoles que no servían para esa profesión? ¿Han
tenido docentes que les han presentado al inicio de la materia el contrato pedagógico
(programa/proyecto) contándoles que esperaban de uds. que contenidos iban a desarrollar y
cómo se iba a evaluar?

Espero que les haya servido este punteo.

Marcela

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