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Este documento defiende el derecho a la crítica del gobierno y se opone a la idea de que criticar al gobierno es hablar mal del país. Argumenta que en una democracia es legítimo e importante pensar de forma independiente y criticar medidas gubernamentales como las tomadas durante la pandemia. También critica la corrupción y los vínculos entre políticos y grupos paramilitares en Colombia.
Este documento defiende el derecho a la crítica del gobierno y se opone a la idea de que criticar al gobierno es hablar mal del país. Argumenta que en una democracia es legítimo e importante pensar de forma independiente y criticar medidas gubernamentales como las tomadas durante la pandemia. También critica la corrupción y los vínculos entre políticos y grupos paramilitares en Colombia.
Este documento defiende el derecho a la crítica del gobierno y se opone a la idea de que criticar al gobierno es hablar mal del país. Argumenta que en una democracia es legítimo e importante pensar de forma independiente y criticar medidas gubernamentales como las tomadas durante la pandemia. También critica la corrupción y los vínculos entre políticos y grupos paramilitares en Colombia.
Detente por un momento a pensar en lo que acabas de decirme, repito
textualmente: “En estos momentos hablar mal del gobierno es hablar mal de Colombia”. Reemplazo con las cursivas mi gesto cuando pronuncio las palabras “hablar mal”.
Tu bachillerato y tu universidad no pueden haber dejado de ayudarte a no
confundir crítica con maldad. En los regímenes autoritarios la autoridad los declara sinónimos. En los regímenes democráticos no. Porque pesa el concepto Kantiano de la mayoría de edad asimilable al derecho (y al deber) de pensar por sí mismo.
Entonces, criticar medidas gubernamentales como la del llamado Black Friday
del pasado 19 de junio, y el comportamiento servil y sumiso de tanto adulto convertido en lactante que practica la negación deliberada de la gravedad de la pandemia, no significa “hablar mal” de Colombia.
¡O qué es lo que deseas desconocer? ¿Qué los atorrantes gobernantes nos
están conduciendo de modo que llamaríamos torpe si no se tratara de una acción criminal, al exterminio?
Todo, entre otras cosas, la aparición de la historia de la infamia que ha vivido
el país, ahora más visible para todos, demostrando nexos de la dirigencia con los maleantes, nexos que hasta hace poco se expresaban nítidamente en el campo del uso del paramilitarismo que tanto beneficio produjo a los intereses de casta toda vez que facilitó la serie de contrarreformas que condujeron a la miseria a tantos y tantas en Colombia. Hablar mal, hablar mal: mira cualquier letra de Maluma, el invitado especial a la Casa de Nariño. Y las letras que cantan sus colegas. Para no mencionar la letra del defensor a ultranza del embrujo autoritario.
Eso es hablar mal. Lo otro se llama pensamiento crítico. La platica invertida
en el bachillerato y en la universidad, esa platica, querido, se perdió.