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DÍA 23 DE JUNIO HABLAR MAL DE COLOMBIA

Eduardo Botero

Detente por un momento a pensar en lo que acabas de decirme, repito


textualmente: “En estos momentos hablar mal del gobierno es hablar mal de
Colombia”. Reemplazo con las cursivas mi gesto cuando pronuncio las
palabras “hablar mal”.

Tu bachillerato y tu universidad no pueden haber dejado de ayudarte a no


confundir crítica con maldad. En los regímenes autoritarios la autoridad los
declara sinónimos. En los regímenes democráticos no. Porque pesa el
concepto Kantiano de la mayoría de edad asimilable al derecho (y al deber)
de pensar por sí mismo.

Entonces, criticar medidas gubernamentales como la del llamado Black Friday


del pasado 19 de junio, y el comportamiento servil y sumiso de tanto adulto
convertido en lactante que practica la negación deliberada de la gravedad de
la pandemia, no significa “hablar mal” de Colombia.

¡O qué es lo que deseas desconocer? ¿Qué los atorrantes gobernantes nos


están conduciendo de modo que llamaríamos torpe si no se tratara de una
acción criminal, al exterminio?

Todo, entre otras cosas, la aparición de la historia de la infamia que ha vivido


el país, ahora más visible para todos, demostrando nexos de la dirigencia con
los maleantes, nexos que hasta hace poco se expresaban nítidamente en el
campo del uso del paramilitarismo que tanto beneficio produjo a los
intereses de casta toda vez que facilitó la serie de contrarreformas que
condujeron a la miseria a tantos y tantas en Colombia.
Hablar mal, hablar mal: mira cualquier letra de Maluma, el invitado especial a
la Casa de Nariño. Y las letras que cantan sus colegas. Para no mencionar la
letra del defensor a ultranza del embrujo autoritario.

Eso es hablar mal. Lo otro se llama pensamiento crítico. La platica invertida


en el bachillerato y en la universidad, esa platica, querido, se perdió.

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