Propuesta de Lectura #3 – Angela Davis, Democracia de la abolición
Gina Alejandra Angarita Moreno
A medida que avanzaba en el texto, no pude evitar pensar en los paralelismos que existen entre los Estados Unidos y Colombia. Aun siendo Colombia un país de mucha diversidad, se debe admitir que el racismo está instaurado de formas más culturales e institucionales de lo que se pensaría, aun así, no me considero suficientemente informada respecto al racismo que existe aquí en comparación al que existe en Estados Unidos, sin embargo, si puedo llegar a comprender cómo de forma estructural se han creado enemigos en los discursos políticos y, por lo tanto, considero importante mencionar las maneras en que este texto llega a interpelar la historia colombiana. En principio, explica la forma en que el discurso del gobierno de Bush al ser simplificado da por sentado ciertos términos que terminan vaciados de significado… Algo que me recuerda a discursos como “la gente de bien”, “construir país”. Considero que se han popularizado de tal manera que hasta llegan a usarse en la parodia, tristemente vaciadas de toda la carga significativa que traía consigo en un principio. Así mismo, tambien cabe mencionar cuando pasa precisamente lo contrario, es decir, cuando se complica el lenguaje, en un caso particular tomado de unas noticias que se presentaron recientemente en cuanto al caso de Hilary, se destapo que, aunque muchas mujeres sean conscientes de los riesgos que existen al ser mujer en Colombia, no tenían idea de donde denunciar un abuso, ni que procedimiento seguir. Así mismo, es curioso entender cómo en los discursos políticos se establece una polarización muy marcada en Colombia que incluso tuvo un momento histórico: la Violencia. Ella menciona desde Ariel Dorfman que “el discurso en torno a la tortura en la esfera pública era que sitúa a los ciudadanos en la posición de tener que distanciarse del dolor de otros.” Aquí haría referencia a dos circunstancias: la omisión de cualquier noticia trágica respecto a alguien que sea considerado “enemigo”, así mismo, la continua exposición a esta clase de circunstancias, claramente, se establecen como circunstancias normales, no hay mayor profundidad en el crimen y la violencia, en consecuencia, se invisibilizan las causales de que esto ocurra. Lamentablemente, aquí tambien entra el aporte que trae a la conversación Angela Davis, cuando se refiere a su preocupación respecto a la manera en que el pánico logró que ciertas ideologías se posicionaran como irrevocables ya que de lo contrario irían en contra de la opinión pública, como lo que ocurrió durante el gobierno de Uribe al proponer el paramilitarismo como una solución al terrorismo e invasión de territorios, a pesar de haber existido quienes tenían ciertas reservas respecto a estas medidas, no podían mostrarse de esta manera debido a que se consideraría como protección al terrorismo. Sin embargo, actualmente, no sería ese el ejemplo más reciente ya que la migración que ocurre en los últimos años desde Venezuela hacia Colombia, dos partes del país que se pensaban irreconciliables parecen tener un mismo objetivo: desterrar a esas personas que parecen traer más crimen, más violencia, más pobreza, sin mencionar que les roban puestos de trabajo a quienes si pertenecen al país. Discursos supremamente violentos que, sin embargo, han logrado unificar una visión de país. Una visión de país que no parece incluir una reestructuración de las instituciones que lideran todos estos problemas de desigualdad que menciona Davis: de género, de raza, de clase, etc… Ella comprende bien que a pesar de que en la actualidad hayan más posibilidades para que comunidades puedan ser posicionados en cargos públicos, —algo que en el pasado era impensable— esto no quiere decir que entonces la política se verá reescrita y por lo tanto, se eliminaran estas desigualdades, lamentablemente se piensa que con esa fórmula se crea un camino recto hacia la equidad, sin embargo, como ella expone, muy por el contrario nos encontramos en un momento muy peligroso, ya que no se reconocen con facilidad las desigualdades que estan presentes de forma sistemática. Como ejemplos concretos podemos encontrar la paridad de genero en los puestos de gobierno, donde a pesar de que, si se verán evidentes algunos cambios de prioridades, no dejan de estar incluidas en un sistema hecho por y para hombres, esto mismo ocurre con la política desde una visión más étnica, donde se tratan de incluir la perspectiva indígena en un gobierno que se considera mas citadino que rural, dejando inclusive todas las periferias del país sin la cobertura que realmente necesitan, como ocurre con el Choco, el Putumayo, la Guajira…
Revision Documental Del Concepto "Enfoque Psicosocial" en Atencion A Victimas Del Conflicto Armado Colombiano Particularidades y Reflexiones para Una Accion Sin Daño.