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Distintas
escuelas han dado respuesta a esto. En principio, la escuela de los formalistas rusos, que tiene dos
momentos. En su primera etapa como dice el nombre que le dieron sus detractores, ellos
buscaban lo específicamente literario. Para lo cual establecieron la principal diferencia en cuanto a
dos partes importantes de un texto literario: forma y contenido. La forma es lo específicamente
literario, la estética que presenta determinada obra, el estilo, imágenes etc. Mientras que el
contenido siempre es en función del texto, esto sería como tomar cualquier situación cotidiana,
ponerla en palabras poéticas, y de esta forma realizar un texto literario. De allí surge la segunda
diferenciación entre lenguaje cotidiano (prosaico) y lenguaje poético. De esta manera, será
considerado literario todo texto que contenga un lenguaje poético. Otro de los puntos esenciales
que proponen los formalistas para considerar literario a un texto es el concepto de “ostranenie”.
Dicho concepto expone que en la cotidianeidad estamos acostumbrados a realizar las cosas de
manera automática, sin pensar, porque son cosas que realizamos recurrentemente, por ejemplo
cerrar las puertas con llave, pero como lo hacemos de forma automática no lo registramos y al
rato tenemos que ir a comprobar si realmente lo hicimos. Lo que proponen los formalistas con
este concepto es que hay que desautomatizarse, hay que salir de lo cotidiano. Y esto es lo que
hace la literatura, genera una separación con lo cotidiano, nos pone en una situación de
incertidumbre e incomodidad, colocándonos frente a hechos que quizás fueron tomados de la
cotidianeidad pero expuestos de forma poética. En la segunda etapa formalista, pasa a tomar
importancia no solo la forma de los textos, sino también el contenido, teniendo en cuenta que
este siempre está ligado al contexto histórico en el cual se desarrolla, a los otros movimientos
artísticos, literarios y relacionados a otras series literarias. Por lo tanto, eso que es parte de la
cotidianidad pasa a los textos de forma poética.
Para comprender de qué se trata esta materia primero hay que tener en claro la diferencia entre
las nociones de: Lengua, Lenguaje y habla. Estas no son lo mismo.
En principio, todas las personas (excepto las que tengan alguna discapacidad fonológica) tenemos
en nuestro cuerpo un sistema fonador para poder desarrollar un lenguaje, es decir, tenemos la
capacidad de unir dos letras que contienen un sonido y a partir de allí formar infinitas palabras, a
diferencia de los animales, quienes si pueden comunicarse pero no poseen la capacidad fonológica
para desarrollar un lenguaje. Pero, para que pueda desarrollarse necesitamos del contacto con
otros y de la cultura. Esto lo podemos observar en los bebes, tienen un lenguaje desde que nacen
con el cual se van comunicando con otros, por ejemplo el llanto, que avisa si tiene hambre o hay
que cambiarle el pañal. Sin embargo, aunque no parezca el niño va capitalizando el lenguaje
materno (el que se habla en su casa), hasta que logra desarrollarlo progresivamente. Siempre es
importante destacar la importancia que tiene la cultura y lo social para que podamos desarrollar el
lenguaje, no solo para comunicarnos entre nosotros sino para poder convivir dentro de una
sociedad.
La lengua, por otro lado, es algo que adquirimos socialmente por medio de convenciones (un
conjunto de personas, por ejemplo la Real Academia española, que se reúne y rige ciertas reglas
comunes a toda la sociedad). Podemos adquirirla gracias a la facultad del lenguaje.
Habla
La lengua es necesaria para que el habla sea inteligible y produzca sus efectos. Mientras que el
habla es necesaria para que la lengua se establezca. Ambas serán interdependientes. Y además
están ligadas y superpuestas recíprocamente.
La lengua es un hecho social ero el habla es un hecho individual. Tambien la lengua tiene un
registro pasivo Mientras que en el habla se incluye la voluntad, el sujeto tiene la voluntad de
hablar.