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MERENGUE VENEZOLANO

Los orígenes de la palabra son un tanto llamativas. Para algunas personas, la palabra merengue
proviene la palabra francesa “meringue”, un dulce hecho de las claras de huevo batidas y
azúcar. Sin embargo, esta mezcla se llama suspiro en Venezuela. Hay un vínculo más fuerte con
un baile popular de Haití con ese nombre. Otra teoría relaciona es que el nombre proviene de
palabras africanas como “muserengue” o “mouringue tamtam”.

En Caracas, el término se designa como un merengue rucaneao que es una forma de bailar en
la celebración de las parejas y, a menudo con exagerados movimientos de cadera, paso que le
sumo una posterior controversia, ya que era considerado por los conservadores de entonces
como una manifestación vulgar. Tal vez por lo acaramelado de su nombre, por la impudicia de
sus letras o por la forma de bailarlo, que requería ciertos movimientos acentuados de las
caderas y un acercamiento muy estrecho de la pareja. El nombre rúcano proviene de una
golosina gelatinosa hecha con tuétano de vaca y meladura de azúcar cuajada en forma cónica
(papelón).

Los bailes eran pagados en asuntos, con precios muy populares, como “una locha” (12,5
centavos) o “un medio” (25 centavos) en las salas de baile conocidos entonces como mabiles
(prostíbulos donde se bailaba y se tomaba). Este ritmo de compás mocho, penetró el gusto de
los caraqueños que habitaban en parroquias como San Juan, La Pastora o San José y fue
ganando espacios más allá de los ya conocidos mabiles.

El acompañamiento en vivo constó de cuatro instrumentos de solo: trompeta, trombone,


saxófono y clarinete e instrumentos de ritmo como el cuatro, bajo y percusión (que,
dependiendo del tamaño del conjunto, podría ser tan simple como un guira, la incorporación
de maracas e incluso una caja de batería).

Esta forma musical tuvo su mayor auge entre 1920 y 1940,[1] gracias a los «cañoneros» como
eran conocidos aquellos músicos que sacaron el merengue de esos locales nocturnos y lo
llevaron a las plazas y los templetes en épocas de carnaval y otras celebraciones populares,
recorriendo las calles acompañados de un artefacto llamado trabuco o cañón, que no era más
que un pequeño tubo de bambú relleno de carburo de calcio y agua, al que hacían detonar (de
ahí el nombre) para anunciar los temas que iban a interpretar a continuación.

Finalmente, ya entrada la década de 1950, los grandes salones sucumben y abren sus puertas a
este baile caraqueño, que llegó de la mano de la orquesta de Luis Alfonzo Larrain. El Norte es
una quimera de Luis Fragachán, La pelota del Carey de Lorenzo Herrera, Carmen la que
contaba dieciséis años y Préstame tu máquina de Balbino García animaron fiestas de
matrimonios, quinceañeras, graduaciones y demás jolgorios capitalinos de la época, luego este
estilo musical cayó en desuso. No obstante, gracias a la contribución de compositores y
músicos de la talla de Carlos Bonnet, Luís Laguna, Pablo Camacaro, Cruz Felipe Iriarte, Otilio
Galíndez, César del Ávila, Cristóbal Soto, Adelys Freites, Cecilia Todd, Lilia Vera, Simón Díaz,
elQuinteto Contrapunto, Ensamble Gurrufío, El Cuarteto, Gualberto Ibarreto, Los Cañoneros y
Los Antaños del Stadium, el merengue venezolano ha recobrado su merecido espacio en la
escena musical venezolana bajo la métrica de 5/8 la favorita de los músicos y compositores de
las últimas décadas.

ESTRUCTURA RITMICA
No hay manera acordada de anotar correctamente la entonación del merengue venezolano.
Hay dos campos principales, o escuelas de pensamiento, ninguno de los cuales representa de
forma adecuada:

La opción de uso más frecuente es para designar a un ritmo 2/4. La primera mitad de la barra
está escrito como un triplete de corchea. La segunda mitad de la barra se escribe como dos
corcheas. El swing único en la segunda mitad es lo que da el merengue venezolano, su
entonación.

Otro enfoque consiste en anotar el merengue venezolano como 5/8. Esta es la forma que los
músicos tradicionales utilizan para preferir que la notación no esté tan ocupada pero se
supone la familiaridad con el swing único de merengue venezolano.

Fredy Reyna propuso una tercera manera como método en su cuatro, Alfa Beta Cuatro, el cual
consta de una 1/5 barra. Hasta la fecha esta no ha sido amplia Polirritmiamente adoptada.

Independientemente de la notación, la yuxtaposición de 3 contra 2 es un tema muy común


que impregna la música venezolana y se encuentra en la mayor parte de sus formas, desde
joropo, hasta la gran cantidad de patrones de percusión afro-venezolanos

CONTRIBUCIONES MUSICALES FORMALES

El merengue fue abrazado con entusiasmo por la gran mayoría de los compositores clásicos
nacionalistas de Venezuela. La pianista y compositora Teresa Carreño escribió varios
merengues, y se incorpora la forma como un intermedio en algunas de sus piezas (por
ejemplo, en su artículo titulado Un Bal en rêve). El pianista y compositor Moisés Moleiro
también escribió y realizó merengues en su repertorio clásico, al igual que Evencio Castellanos.
El saxofonista y compositor Daniel Milano Mayora escribió un buen número de merengues,
tanto para la interpretación popular, así como de solos de piano virtuoso. El guitarrista y
compositor Antonio Lauro escribió lo que se cree que es la primera pieza en forma de guitarra
clásica en solitario, titulado simplemente Merengue en 1945. Rodrigo Riera compuso su primer
merengue para guitarra solista, titulado Merengue Venezolano en la década de 1950. Más
tarde, escribió muchos otros merengues. El cantante Jesús Sevillano incluye varios merengues
en su repertorio, durante la cumbre de su carrera de cantante.

Músicos venezolanos contemporáneos han cultivado y preservado el género como Jhibaro


Rodríguez’ (Maracay, 1971) arreglo de La Zapoara para guitarra solista y León Zapata (Caracas,
1955) compositor de El Guaro son ejemplos de Merengues escritos o arreglados en la mitad
última del siglo XX.

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