Como ocurre con las tríadas, cada uno de estos tipos de acordes poseen ciertas propiedades
sonoras que dependen de las relaciones interválicas de las notas que los componen y que
permite a compositores y ejecutantes inducir a la audiencia a ciertos estados emocionales
determinados mediante su uso.
Los acordes cuatríada son habituales desde la música barroca pero su uso destacó sobre
todo a partir de la música romántica para piano (véanse partituras de Chopin, Liszt, etc).
También en el flamenco la escritura para guitarra usa con profusión los acordes de cuatro
notas. Dentro de la música estadounidense los acordes tétrada son de uso común en las
composiciones de jazz y géneros derivados.