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ESTUDIANTE:
AÑO – 2023
ACTIVIDADES O ESTRATEGIAS PARA LOS
ESTUDIANTES DE SECUNDARIA PARA GESTIONAR
LAS EMOCIONES
• Identifiquen y practiquen estrategias que les sean útiles para controlar sus deseos o
impulsos emocionales. Por ejemplo, desviar la atención de la situación que se quiere
posponer o evitar. Se puede ayudar al estudiante a identificar la mejor manera de desviar
su atención. Por ejemplo, a algunos les funciona cantar; a otros, hacer alguna actividad
física, etcétera.
Cada estudiante recibe una hoja con la silueta de una persona y se le dice: “Vamos a hacer
un ejercicio para pensar en cómo las palabras tienen el poder de hacernos sentir muy mal
o muy bien”. Se explica que la silueta representa a una persona y que nosotros vamos a
imaginar cómo se siente cuando escucha las frases que se le van a decir. Cada vez que la
“persona” de la silueta se sienta mal, hacemos una manchita o tachón con el plumón sobre
ella. Si consideramos que la frase hace que se sienta muy mal, podemos hacer un tachón
más grande o incluso rasgar un poquito la silueta. Si, en cambio, consideramos que la
frase hace que se sienta bien, podemos dibujarle con los colores una estrella o una carita
feliz.
• “Tú no eres tan inteligente como el resto del salón”.
• “¡Cuándo no tú, siempre diciendo tonterías!”
• “¡Esa ropa te queda muy bien!”
• “¡Qué peinado tan horrible!”
• “Me gusta cómo bailas”.
• “Eres muy feo”.
• “Quisiera ser tu amigo”.
• “Eres muy bueno con las Matemáticas. ¿Me ayudas con mi tarea?” Se puede agregar
otras frases, tanto positivas como negativas. Luego, se pide a todos que levanten sus
siluetas para mostrar cómo lucen. Se conversa sobre cómo se sentirían las “personas” de
la siluetas si fueran de verdad y hubieran escuchado esas frases, y cómo se sentirían ellos
mismos si se las hubieran dicho.
Cualquier contenido que el educador explique debe ser vivido por el educando también
desde la emoción, no solo como un dato o un conocimiento más.
El uso de fotografías y escenas de la vida diaria son elementos que provocan con bastante
facilidad que emerja el mundo emocional.
El uso del relato, el cuento, la poesía, las obras literarias, en general, están llenas de
situaciones emocionales a partir de las cuales se pueden trabajar estos contenidos.
La propuesta de juegos de comunicación y expresión emocional.
Las películas que permitan el análisis de las emociones de los personajes y de las
sensaciones que provocan en el espectador.
Utilización de técnicas de role-playing.
Mensajes publicitarios como elementos de toma de conciencia, respecto del impacto
emocional de las imágenes.
La música, elemento fundamental que nos ayuda a mirar hacia dentro centrando la
atención en los procesos internos.
La utilización del color y de la forma.
En general, las artes, incluida la danza, proporcionan los medios para expresar los
sentimientos y las ideas de maneras creativas y hacen que cualquier experiencia de
aprendizaje sea más memorable.
La imaginación es el vehículo para el descubrimiento, es un motivador por excelencia del
aprendizaje, que suscita una emoción básica: la curiosidad.
El aprendizaje cooperativo. Las investigaciones que se han efectuado sobre esta estrategia
educativa indican que cuando los educandos aprenden juntos en parejas o en pequeños
grupos, el aprendizaje es más rápido, hay mayor retención y los niños se sienten más
positivos respecto a lo que aprenden.
Con estas actividades el estudiante descubre la diversidad emocional, fomenta su
percepción y comprensión de los sentimientos propios y ajenos, observa cómo los
sentimientos motivan distintos comportamientos, percibe la transición de un estado
emocional a otro (del amor al odio), es consciente de la posibilidad de sentir emociones
contrapuestas (sorpresa e ira, felicidad y tristeza) y cómo los personajes literarios o de
cine resuelven sus conflictos o dilemas personales.
Seguramente con la práctica se logren trasladar estas formas de tratar y manejar las
emociones a la vida cotidiana, aprendiendo a reconocer y comprender los sentimientos de
los otros; enfatizando con las emociones de los demás compañeros de clase, regulando el
estrés y malestar, optando por resolver y hacer frente a los problemas sin recurrir a la
violencia, en definitiva, enseñando a los niños a prevenir comportamientos violentos,
desajustados emocionalmente, tanto fuera como dentro del aula.